3438-13030-1-PB

download 3438-13030-1-PB

of 4

Transcript of 3438-13030-1-PB

  • 8/12/2019 3438-13030-1-PB

    1/4

    HISTORi EL T HU NTINSUYU Mara Rostworowski de Diez Canseco. Instituto de Estudios Peruanos IEP) - Consejo Nacional de Ciencia yTecnologa (CONCYTEC). Lima. 1988. 332 pginas. 1)

    El libro de Mara Rostworowski ha sido largamente esperado por muchos de nosotros. Felizmente se superaron las demoras de la edicin, y tenemos ahora entre manos este libro de pulcra presentacin, que es muy bienvenido.

    Y lo es en primer lugar por ser una gran sntesis de todo lo que se sabe hasta ahora sobre el Tawantinsuyu, y tambin de lo que no se sabe, puesuno de los mritos del traba jo es sealar sin ambages ni temores los vacos ydudas en el conocimiento alcanzado a la fecha.

    Esta obra de snt

  • 8/12/2019 3438-13030-1-PB

    2/4

    Adems, tiene el gran mrito de hacer de conocimiento pblico sumtodo, de manera sencilla y muy viva. Entre tantos otros ejemplos que sepodran tomar, es particularmente interesante su crtica de Garcilaso de laVega como fuente histrica. Segn ella, el inca Garcilaso no deforma la verdad por muy espaol o por olvidadizo, sino al contrario por muy andino: alpescarle las mentiras, la autora muestra que el cronista presenta la historia oficial de su propia panaca en contraposicin a otras panaca del Cusco.

    Personalmente, encuentro bastante atractiva la explicacin de la expansin del Tawantinsuyu a partir del desarrollo de sus propias contradicciones. Fueron las mismas instituciones que en los inicios permitieron eldesarrollo del Estado Inca las que le dieron una gran fragilidad . Dentro deese proceso, el principio de la reciprocidad es fundamental. El sistema dela reciprocidad evit en la mayora de los casos los enfrentamientos militares. Sin embargo este mtdo trajo consecuencias no previstas . El Estadose vea presionado a dar continuas ddivas a los seores de diversas categoras y a los innumerables jefes militares. Para la econQ.tna inca la reciprocidad fue como una vorgine perpetua cuyo paliativo de nuev.as conquistas yanexiones territoriales traan como resultado una creciente necesidad deaumentar 'ruegos' y 'dones' .

    As, Mara seala con precisin cul es la dinmica contradictoria dela expansin inca. Es interesante que sin recurrir a un instrumental conceptual marxista (al menos de manera explcita), sin entrar en la vieja discusinsobre los modos de produccin, logre una explicacin profundamente dialctica del proceso.Uno de-los aspectos particularmente bien estudiados es el del problema de las sucesiones de los incas, la importancia de las panaca Mara reto

    ma otros trabajos suyos anteriores, por ejemplo cuando analiza la guerra delos chancas, pero, lamentablemente, deja de lado vances que haba logradoen su publicacin con Max Hemndez, donde sealaba el carcter femeninodel viejo inca Huiracocha y de su heredero Urco, frente a la virilidad guerrerade Cusi Yupanqui, el futuro Pachacutec. Ahora bien, esta vez se emite unahiptesis arriesgada sobre el origen del nombre de Pachacutec (p. 59, 60), dejando de lado la idea del vuelco del mundo que significa para un pueblo en elque el gobierno es buena administracin y astucia, volverse fundamentalmente guerrero. Creo que en la conciencia inca posterior, que aparece a travs delos cronistas, la explicacin del xito sobre los chancas est en la capacidadde los gobernantes, frente al peligro chanca, de aprender de ellos el arte de laguerra, sin abandonar su antiguo arte de gobernar con los poderes de la hechicera y con el uso de ardides, propios de las mujeres. Esto se refleja en elhecho de que el viejo dios Huiracocha -andrgino- se ve slo desplazado, y450

  • 8/12/2019 3438-13030-1-PB

    3/4

    no destruido, por el dios sol que acompaa la expansin. Tal vez la victoriade los incas sobre los chancas, y su posterior expansin, se deba en efecto, talcomo los mismos incas lo pudieron comprender, a la superioridad que les daba el incorporar las artes guerreras combinadas con su antig1 1a arte de gobernar por otros medios. Sera la versin andina de un Maquiavelo que requerapara los prncipes la fuerza de los leones junto con la astucia de los zorros.

    Encuentro en el trabajo un material de base para una excelente antropologa poltica, an cuando ste no es el propsito directo del libro. Sinembargo, encuentro aqu un lmite del texto, que no le resta nada de los amplios mritos sealados. Hay una actitud inicial correcta, que es la de toda laantropologa moder1a: estudiemos lo andino desde lo andino, tratemos deentender su lgica propia, desconfiando del etnocentrismo de los cronistasespaoles que vieron la realidad andina desde sus propias categoras, y porejemplo no entendieron las lgicas de herencia.

    Pero en el trabajo cientfico, necesitamos tambin con,ceptos generales, que nos permitan comparar realidades. Por eso, Mara o s t w o r o ~ s k i habla del stado inca, que es un concepto moderno, y tiene razn en hacerlo.Sin embargo, desecha el concepto de imp rio para subrayar la o r i g ~ l i d ddel caso inca. Esto lo entiendo como actitud sanamente provocadora, q u ~busca desbaratar mitos, objetivo que la obra cumple a plenitud. Sin embargoentonces no sabemos cmo nombrar aquella realidad de un Estado expansio-,nista que llega a abarcar un territorio que alcanza los confines de una determinada civilizacin. Y nos limitamos de antemano en la posibilidad de hacerla teora general por comparacin- de estos desarrollos histricos, hechoparadjico con un trabajo como ste que es una invitacin muy sugerentemuy rica a la comparacin con los casos de la China, o de Europa, o tambin,para tomar un solo ejemplo, con la expansin relmpago de los Zules en elsur de Africa, que, por haber sido una expansin basada en la guerra y en elestablecimiento de relaciones basadas en la generosidad del soberano, tieneuna serie de puntos en comn con el ~ s o de los Incas (sin que haya posibilidad ninguna, desde luego, de reducir un caso al otro).

    Me parece fundamental tambin el trabajo porque nos ofrece una impresionante visin de conjunto, no slo del Tawantinsuyu, sino, a travs delTawantinsuyu, del mundo andino en su conjunto, que nos aparece de maneramuy viva Un trabajo as es fundamental para la discusin de hoy, cuando seviene afirmando como lo hacen algunos aqu mismo en el Instituto de Estudios Peruanos- que lo andino ya no existe.Esa lgica de poder basada en los conflictos entre panaca que Maradescribe tan bien, acaso no la volvemos a encontrar en los movimientos po-

    451

  • 8/12/2019 3438-13030-1-PB

    4/4

    lticos modernos? Las relaciones dt poder en las que se espera lealtad deunos y generosidad de otros, no son una de las bases de la actual corrupcindentro del aparato del Estado y en toda la sociedad ? Cuando la gente campe-sina espera del Estado la llamada ayuda alimenticia para desarrollar sus traba-jos no estn actuando de acuerdo a antiqusimos patrones de relacin con elEstado? Y cuando las comunidades campesinas dan a las escuelas tierras pa-ra su mantenimiento con personas que se turnan en la Asociacin de Padresde Familia como en cargos para a tender las necesidades de la escuela, no sepuede ver ah la continuacin ele una lgica presente ya en el Tawantinsuyuy desde mucho antes. como lo remarca l autora?

    Otro punto importante entre tantos, es el del uso poltico que ha-can los incas de la diversidad cultural: cmo los mitm q tenan que conser-var su vestimenta para ser identificados. Fuerza del incario _que era tambinsu debilidad.

    La pregunta final es: Para los que creemos ser occidentales, hastaqu punto los espaoles y criollos no se asimilaron tambin a lo andino?Hasta qu punto por ejemplo las divisiones culturales vigentes en la coloniay hasta la actualidad no slo respondieron a la imposicin colonial, sino pu-dieron funcionar tambin porque tenan a su vez profundas races andinas?

    Juan Ansin