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  • 7/29/2019 3-La-Senda-11

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    Restaurando la fe hebrea desde 1972Volumen 3 Nmero 11

    Pregunten por las sendas antiguas, cul sea elbuen camino, y anden por l. -Jeremias 6:16 RVR

    La Senda Antigua

    Guarda, qu de la noche?Carga de Duma. Me dan vocesde Ser: Guarda, qu de lanoche? Guarda, qu de lanoche? El guarda respondi:

    La maana viene, y despus la

    noche: si preguntaren, pregun-ten; vuelvan, vengan.

    --Isaas 21:11, 12

    Los tiempos serios que atravesa-mos son apropiados para hacerreflexionar a todo verdadero creyente,pues, si el Mesas tarda, no sabemoslo que acontecer en los das que faltanpara terminar el ao. De todos ladosse avecina la tempestad, el mal parece

    desencadenarse, las pasiones se danlibre curso, los corazones sufren ysuspiraan.

    Sin embargo, en medio de lossucesos que trastornan al mundo ennuestros das, lo que proporcionaconsuelo al alma es recordar que porencima de todo hay una Mano quemantiene el dominio, la mano de Unoque es ms poderoso que todos lospoderosos de este mundo. Es Aquel

    que puede decir: Yo soy Elohim, yno hay otro Elohim, y nada haysemejante a m, que anuncio lo porvenir desde el principio y desde laantigedad lo que an no erahecho (Isaas 46:9-10). Todas las

    cosas le son conocidas desde siemprey l es nuestro Poderoso en el MesasYahosha, nuestro Amo.

    No podemos quedar indiferentesa los acontecimientos que se

    desarrollan a nuestro alrededor enestos tiempos crticos y solemnes.Todo parece anunciar el fin de la pocaactual. Pero no olvidemos que lo queest colocado ante el alma del creyente

    es una esperanza celestial. Esperamosla aparicin de la estrella resplande-ciente de la maana, es decir, la venidade nuestro amado Salvador, y enton-ces, nosotros los que vivimos, los que

    hayamos quedado, seremos arrebata-dos... en las nubes para recibir alMaestro en el aire, y as estaremossiempre con el Maestro (1 Tesaloni-

    censes 4:17).

    No tenemos que esperar el

    cumplimiento de las seales y de losacontecimientos relacionados con laesperanza de los judos, ni la venidadel Mesas como Sol de Justicia paratraer la liberacin y la paz al remanentefiel de Israel en un da futuro. No!Como lo hemos dicho, nuestraesperanza es celestial, teniendo porobjeto al Mesas mis-mo: la aspiracindel creyente, como la direc-cinnatural de la vida divina en l, lo lleva

    a esperar de los cielos... al Mesas

    quien nos libra de la ira venidera (1

    Tesalonicenses 1:10).La Palabra del Eterno clasifica los

    eventos profticos, y la luz de laantorcha que alumbra en lugar

    oscuro nos ayuda a discernirlos (2

    Pedro 1:19).

    Adems urge prestar una atencinmuy especial a la ltima exhortacinque el Maestro dirigi a sus discpulosdespus de haberles revelado losacontecimientos de los ltimos dasLo que a ustedes digo, a todos lo

    digo: Velen (Marcos 13:37). Qu

    palabra solemne y penetrante paratodo verdadero siervo del Eternotanto ahora como en lo futuro!

    Los nubarrones que se ciernen

    sobre el mundo en nuestros das, laoscuridad creciente de la apostasa queinvade ms y ms a la cristiandad, yante todo, la prxima venida deMesas, deberan marcar una granseriedad en nuestra vida y en nuestrasacciones. Somos realmente semejan-tes a personas que esperan a suMaestro, con los lomos ceidoslas lmparas encendidas y velandocon la esperanza de la venida de suamado Maestro y Salvador?

    Todas estas cosas deben incenti-varnos a recurrir a l con espritu deoracin y de humilde dependenciapara que seamos hallados por l sinmancha e irre-prensibles, en paz (2Pedro 3:14).

    F.G .Bellett (1795 - 1864)(Adaptado)

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    Estados de nimo

    Por Mario Benedetti

    Unas veces me sientocomo pobre colina

    y otras como montaade cumbres repetidas.

    Unas veces me sientocomo un acantilado

    y en otras como un cieloazul pero lejano.

    A veces uno esmanantial entre rocas

    y otras veces un rbolcon las ltimas hojas.

    Pero hoy me siento apenascomo laguna insomnecon un embarcaderoya sin embarcaciones

    una laguna verdeinmvil y paciente

    conforme con sus algassus musgos y sus peces,sereno en mi confianza

    confiando en que una tardete acerques y te mires,te mires al mirarme.

    Argentina: [email protected] / California: [email protected] / Ecuador: [email protected] / El Salvador: carloseugeniogonzalez

    @yahoo.es / Mexico: [email protected] / Puerto Rico: [email protected] / Santo Domingo: [email protected] / Uruguay:

    [email protected] / Venezuela: [email protected]

    A los desanimados

    Consideren a aquel que sufri tal

    contradiccin de pecadores contra

    s mismo, para que su nimo no se

    canse hasta desmayar. (Heb. 12:3)

    Con nimo ustedes emprendieronel camino al Reino. Llegaron a

    conocer al Mesas como su Salvador,y dijeron: Tengo paz por la sangredel madero, gozo del favor del Eterno,puedo ser ms que vencedor.

    Luego vinieron las pruebas, aflic-ciones de la vida terrenal, enfer-medades, dificultades materiales,duelo Y ese pobre corazn quepareca feliz para siempre, se mostr

    dbil y pronto a perder su dinamismo.El enemigo estaba presente y susurr:Si fueras verdaderamente hijo delTodopoderoso, permitira l esto?Entonces vacil su fe.

    Y, ay! tambin tuvieron que hacerel triste descubrimiento de que la viejanaturaleza siempre permanece en suser, y que nunca mejorar, sino quesiempre est lista para inducirles alpecado. Entonces constatan: No soylo que debera ser como discpulo delMesas y se desaniman.

    Adems como creyentes debemoshacer frente a lo que nuestro textorecuerda: la contradiccin de unmundo hostil, siempre luchandocontra el Creador y los suyos. Un daser la oposicin abierta, tal vez lapersecucin; otra vez la burla, de laque muchos estamos tan sensibles...

    Ser mal juzgado, o sea, el desprecioinjustificado, es algo difcil desoportar. Existen luchas por todoslados... vamos pues a desmayar?

    Queridos amigos creyentes, hay unsecreto para no estar cansados ydesanimados: miremos al Mesas; el

    Salvador sufriendo aqu, sin pecado,quien experiment el dolor de estar

    en un mundo de pecado; el Mesasvencedor, el santo Mesas glorificadoen el cielo y en fin, el Mesas, el nicoque puede darnos aliento.

    (Autor annimo)

    __________________________

    No pierdan pues su confian-

    za, que tiene una gran recom-pensa: Porque la paciencia leses necesaria; para que, habien-do hecho la voluntad delPoderoso, obtengan la prome-sa. Porque aun un poquito, yel que ha de venir vendr, y notardar. Ahora el justo vivirpor fe; mas si se retira, no agra-dar a mi alma. Pero nosotros

    no somos tales que nos retire-mos para perdicin, sino fielespara preservacin del alma.

    (Hebreos 1:35-39)