3 Educación artística - CIPESPresentaciones de pastorelas. La definición certera de este espacio...
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y profesionalizaciónde las artes
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el arteA la mano de todos:
Programa Educación artística del Instituto Sonorense de Cultura
Se reúnen las disposiciones y un maestro señala el rumbo hacia el aprendizaje. Las vaquetas golpean un tambor, los dedos acarician las teclas de un piano,
un pincel arrastra colores, las cuerdas de una guitarra en-cuentran desde una mano la construcción de los primeros acordes.
Los talleres no son sólo el complemento de la educa-ción básica en los educandos. Es la oportunidad preciosa de saber que la sensibilidad tiene varios canales, y dirigirla hacia ellos.
Los talleres libres ofrecidos a través del Programa de Educación Artística del Instituto Sonorense de Cultura (en Casa de la Cultura de Sonora), han otorgado a los hermo-sillenses, por más de veinte años, el acceso a diversas disci-plinas artísticas.
Durante la gestión del ISC dos mil tres – dos mil nueve, se multiplicaron esfuerzos. Mejor acondicionamiento de es-pacios, mayor diversidad en talleres, aplicación de métodos más eficientes en la enseñanza artística, desde los cursos en el espacio de la Casa, y los que se ejercen en diversas comunidades del estado, con el objetivo de ampliar y des-centralizar las oportunidades.
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Al finalizar un ciclo de talleres, los padres acom-pañan a sus hijos. Espectadores de lo que de su expresión fluye, son los ojos llenos de emoción.
Se estimula, a manera de complemento, con la exposición del trabajo final de los alumnos.
De esto depende la capacidad de convoca-toria de los talleres: calidad en la oferta educati-va, organización óptima de las ideas y el progra-ma de colofón a los ojos de los espectadores. Un motivo extra es el fogueo que adquieren los alumnos al relacionarse y ejecutar lo aprendi-do, con profesionales de las artes cuyo camino es ya de largo trecho.
Durante dos mil cuatro, la matrícula de alumnos en talleres libres y de verano fue de un total de mil cuatrocientos sesenta, entre los cuales podemos encontrar niños, jóvenes, adultos y personas de la tercera edad: alegría de saber que a través de la emociones se pueden ordenar los proyectos hacia el arte, y exhibir-los.
Este año las vaquetas se impactaron contra los tambores, las voces tocaron el espacio de la Casa, los colores también se hicieron presentes en esas pinturas de los alumnos. Trabajos fina-les expuestos.
Para dos mil cinco fueron mil setecientos veintisiete los alumnos inscritos en los talleres de dibujo, pintura, música, teatro, danza. La de-manda en ascendencia, el interés en el aprendi-zaje, de manifiesto.
Dos mil alumnos participaron en los talle-res de Casa de la Cultura en los ciclos de enero-junio y septiembre-diciembre de dos mil seis. Por trabajos de remodelación en el área del techo e instalación de aires acondicionados, los cursos de verano en la Casa se suspendieron.
En agosto de ese año se llevaron al cabo diplomados en Actualización en Educación Ar-tística para docentes de los talleres artísticos, con el fin de fortalecer la profesionalización de
Aprender y exponer
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su labor como formadores. Los diplomados se realizaron en coordinación con el Centro Peda-gógico del Estado de Sonora, con validez curri-cular para la docencia.
Los Diplomados en Actualización en Edu-cación Artística se desarrollaron de manera per-manente, aportando a los maestros herramien-tas para incidir en un mejor desarrollo de la creatividad de los alumnos a través de las artes. Estas capacitaciones concluyeron en diciembre de dos mil ocho.
La afluencia continuó. Y pudieron pisar los interiores de la Casa de la Cultura, en sus diver-sas aulas, y sentir los latidos del corazón ante el arte que provoca a la catarsis, dos mil ciento diecisiete educandos en los talleres artísticos regulares y de verano en Casa de la Cultura, durante dos mil siete.
De igual manera, el ISC y el Ayuntamiento de Hermosillo, a través de los Centros Hábi-
tat, ofrecieron cursos de música, danza y artes plásticas durante el mes de julio. Cuatrocientas cincuenta y ocho personas tuvieron la oportu-nidad de inscribirse en estas disciplinas.
Durante el primer ciclo de talleres de dos mil ocho, ingresaron setecientos noventa y seis alumnos, y en el segundo periodo asistieron ochocientos diez.
Durante el verano continuaron los trabajos de remodelación, iniciados en Casa de la Cultu-ra en marzo del mismo año, especialmente en los espacios que albergan los talleres, con el fin de ofrecer a la comunidad un mejor servicio.
Personal del Programa Alas y Raíces Sonora ofreció a los docentes de los talleres artísticos, durante septiembre, los cursos Abriendo puer-tas a las artes, la mente y más allá y Pedagogía y didáctica del arte.
En el último trimestre de dos mil ocho se realizaron los cursos Integración de la Edu-
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cación Artística (dirigido a docentes de los talleres artísticos) y Curso Básico de Dirección Orquestal, para maestros del Programa de Mú-sica Orquestal. Al mismo tiempo se contó con el apoyo económico a través del Centro Esta-tal de las Artes del Conaculta, para capacitar a profesores mediante la estimulación cortical, con el fin de fortalecer su desarrollo personal y profesional.
Se llevó al cabo la edición y presentación del cd del Coro Infantil, bajo la dirección de la maestra Rosa Belia Casillas, con el fin de ofrecer a la sociedad sonorense un producto artístico, como muestra del trabajo que realiza en esta área formativa el ISC.
Se contó con la presencia de mil doscien-tas setenta personas en las muestras de fin de ciclo de los talleres. Los asistentes pudieron
disfrutar de exposiciones, presentaciones de obras de teatro y conciertos de los niños, jóve-nes y adultos que concluyeron su preparación semestral.
Asimismo, poco más de mil novecientos sonorenses tuvieron la oportunidad de apre-ciar presentaciones de los grupos artísticos pertenecientes a la Casa de la Cultura: Bakatete Infantil, Bakatete Juvenil, Coro Infantil y Grupo de Música Folclórica Latinoamericana.
De enero a junio de dos mil nueve, la ma-trícula de talleres artísticos para el ciclo enero-junio, fue de ochocientos sesenta y dos perso-nas, entre las que se encuentran niños, jóvenes, adultos y de la tercera edad.
El cinco de marzo, los alumnos del taller de canto, a cargo de la maestra Virginia Ortiz, realizaron un concierto en el Teatro de la Ciu-
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dad con alrededor de doscientos cincuenta asistentes.
En coordinación con el Parque Infantil de Sonora se presentaron grupos artísticos musi-cales, escénicos y visuales, conformados por los alumnos de los talleres.
Durante el semestre se apoyaron eventos sociales, deportivos y culturales con partici-pación de los grupos artísticos de Casa de la
Cultura, así como docentes de talleres, con lo cual se benefició a cuatro mil novecientas per-sonas.
Además, se llevó al cabo la edición del li-bro La noria de las luciérnagas (Publicacio-nes ISC), con un tiraje de mil ejemplares. Obra que nace de los trabajos realizados por los alumnos del taller de literatura infantil, a cargo de la maestra Blanca Zamora.
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Sin lugar a dudas, lo prioritario es la formación de crea-dores y ejecutantes noveles, a través de los talleres que se imparten en Casa de la Cultura de Sonora. Con ahínco se trabaja en la preparación de los maestros. Se invierte incluso en las instalaciones para un mejor acceso y desa-rrollo de la educación artística.
Entrar en este edificio cuya calle lateral sur tiene por nombre avenida Cultura, es sentir el ambiente del arte y la acústica arropando la emoción.
Las visitas guiadas se ejercieron de manera perma-nente. De la mano del personal de la Casa, los visitantes recorrieron las instalaciones. Ojos absortos escudriñan-do la diversidad de propuestas. Y al final un taller efí-mero o la proyección de un filme para la experiencia de ese instante de entrar a la magia del arte y su hábitat. Las visitas guiadas regularmente fueron solicitadas por instituciones educativas de nivel preescolar y primaria, y tuvieron el apoyo del Programa Alas y Raíces Sonora.
La historia se construye con base en ejercicio y re-sultados:
En televisión pudimos observar las diversas promo-ciones de los talleres que ofrece la Casa. En medios im-presos, en la radio, de boca en boca. Y una diversa gama de actividades difundiendo de manera tácita lo que este recinto para las artes propone.
La sociedad tiene a la mano la información respecto de qué es la Casa y qué ocurre en ella. Un taller de danza
Otras actividades en la Casa
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clásica, un concierto en el Tea-tro de la Ciudad. Una exposi-ción de pintura, la proyección de una película.
Constante goteo de ex-presiones. Se creó el proyecto Cineclub, con el objetivo de formar público para el séptimo arte, a través de la proyección de filmes, funciones tanto para espectadores provenientes de instituciones educativas como a público en general.
Se proyectó como parte de este programa la Muestra de Cine Francés en colaboración con Cinépolis. Debido a que las funciones se realizaron en salas de este cine, la asistencia aumentó considerablemente.
Eventos constantes y me-morables: Lo mejor de Xico-téncatl Gutiérrez, hoy hace 25 años, la presentación del disco Doce menos diez de César Bernal, el Concierto de Nela Terrazas. Presentaciones de libro, obras de teatro y mu-sicales. Conferencias sobre literatura como la impartida por Pablo Boullosa (Las pala-bras y la vida). Charlas sobre rock, como la que ofreció el legendario grupo La Cruz de Tijuana. Festivales de rock y de música latinoamericana. Presentaciones de pastorelas.
La definición certera de este espacio es la propuesta permanente de formación, tan-
to de públicos para la cultura, como ejecutantes de diversas disciplinas artísticas.
Quizá lo más trascendente es que en la memoria de los ciudadanos permanezca la idea de que fue en Casa de la Cultu-ra de Sonora el lugar donde por vez primera observaron una ex-posición de pintura, escucha-ron un concierto, presenciaron una coreografía.
Tal vez lo más importante de este espacio es saber que en la ciudad existe un lugar para encauzar a los ciudadanos ha-cia el significado de la palabra arte y lo que en consecuencia nos dice para el resto de nues-tros días.
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129En la sala de cine Alejandro Parodi de Casa de la Cultura de Sonora, las palabras de un pe-riodista cultural, escritor, les toca la vida para
siempre a los participantes del taller que imparte.Si alguien le hubiera dicho a Braulio Peralta, (el
maestro del taller Por un periodismo autocrítico), que en Hermosillo habita la necesidad del apren-dizaje hacia el interior, tal vez lo habría dudado. Al concluir el taller, Braulio alzó los ojos al cielo, y ante una sonrisa exclamó: esta ciudad es la única que he visto que tiene una avenida que lleva el nombre Cul-tura. Se refería a la calle que colinda con Casa de la Cultura. “Y ni por asomo los hermosillenses tienen actitud de provincianos”, dijo para después mani-festar su satisfacción por el interés que los alumnos prestaron en el curso.
En la Sala de Arte del Instituto Sonorense de Cultura, otros tantos interesados en periodismo cul-tural, escuchan con atención al editor de la revista A Sangre Fría, periodismo de morbo y frivolidad.
Después de la presentación, los comentarios en-torno a un café, palabras para enriquecer el diálogo sobre lo que en materia de periodismo acontece.
las ideasPrograma Centro Estatal de las Artes
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J.M. ServinEscritor y periodista
Mauricio Bares es el editor de la revista, y en su estadía en Hermosillo ofertó un taller de periodismo: la respuesta fue perfecta, más de veinte personas ana-lizando los trabajos entre sí.
Los talleres fluyen. Y detrás de éstos se encuen-tran los móviles para su desarrollo: El Instituto Sono-rense de Cultura con recuros del Programa de Apoyos y Donativos del Conaculta, creó el proyecto denomi-nado Centro Estatal de las Artes.
Este centro no es un espacio físico, es la ejecu-ción de un trabajo que permite gestionar recursos para promover la investigación, innovar y propiciar una actitud de búsqueda constante en el campo de las artes.
Se contempló en este proyecto analizar las di-versas aristas de la educación artística, como son: la creación y producción en el ámbito profesional, la aplicación de nuevas tecnologías en el campo artís-tico y la curaduría. Se vislumbró la construcción de este programa a fin de fortalecer la especialización y actualización de los creadores y docentes del arte, así como la formación sistemática de los futuros pro-fesionales en creación, difusión y vinculación con la comunidad.
El programa Centro Estatal de las Artes es una realidad, y de ahí han surgido diversidad de apoyos a proyectos de beneficio social.
En el segundo semestre de dos mil ocho y primer semestre de dos mil nueve, se realizaron diversos ta-lleres, como el de Iniciación al arte tridimensional, dirigido a cincuenta y seis niños y adolescentes de Huachinera, Sonora.
También se impartieron cursos de especializa-ción en diferentes instrumentos musicales: talleres de mantenimiento y reparación de instrumentos de cuerda, madera, viento y metales, así como técnicas de música orquestal, de cámara y clases maestras para maderas, violín y violonchelo, con la intervención de Julieta Zedillo, Adolfo Ramos, Félix Parra, Julio Brise-ño, Arturo Moreno, Anne Laure Granvallet, a los cuales asistieron un total de ciento noventa y un integrantes de la Orquesta Juvenil de Sonora, en Hermosillo.
Desde la institución se pueden prever y valorar
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Juam Arturo BrennanCrítico de música
Ensamble OjusonSalón de Usos Múltiples de la Escuela de Música Unison
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las necesidades de los involucrados en las artes. Se observa y actúa con ánimo de aportar. Por eso se llevó al cabo el proyecto Galileo, (plan de trabajo formativo musical en Granados y Huachinera, por parte del Centro Artístico y Cultural Huachinera y colectivo Galileo, en coordinación con el ISC y Conaculta), aplicado a cuarenta y cuatro niños y jóvenes de la sierra alta de Sonora, con la actua-ción de los maestros: Héctor Acosta, Blanca García, Martha Quiroz, María A. Durazo, Julieta Dorado y Fernanda Polanco. Al finalizar el evento hicieron va-rias presentaciones en Bacadéhuachi, Granados y Huachinera, Sonora. A este ejercicio de aprendizaje asistieron trescientas veinticuatro personas.
La literatura es más que enseñanza de pala-bras: dibujos del mundo narrados en párrafos. Los libros resuelven dudas, abrazan emociones, las reparten. En Pueblo Yaqui, dentro del programa Centro Estatal de las Artes, se realizaron talleres li-terarios para niños, jóvenes y adultos. De este taller surgió la publicación del libro Pueblo Yaqui, cuya coautoría es de los asistentes al taller.
Se propone y se ejerce. Se dialoga y se gestio-na. Los logros de estos talleres, ediciones, promo-ciones de arte, son el resultado del acuerdo entre el Instituto Sonorense de Cultura y el Consejo Na-cional para la Cultura y las Artes.
Alianza para el fortalecimiento de ideas. Recur-sos para ampliar la visión hacia el arte que incide a favor de la formación de sociedades.
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Braulio PeraltaPeriodista Cultural
Mauricio BaresEscritor y periodista
El Centro Estatal de las Artes 2008-2009, es un programa con aportación extraordinaria de recursos federales mediante el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, para apoyo de proyectos de formación ar-tística en Sonora, a través del Instituto Sonorense de Cultura, por la cantidad de 2 millones de pesos.
