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pro ópera noviembre-diciembre 200 E l pasado 10 de octubre, el tenor peruano Juan Diego Flórez dio un extraordinario concierto de arias de ópera y canciones latinoamericanas en el Auditorio Nacional, acompañado por la Orquesta Sinfónica de Yucatán bajo la dirección de Juan Carlos Lomónaco. Comenzó el programa con la obertura de La Cenerentola de Rossini, siguiendo con la sublime interpretación del aria del Príncipe Ramiro ‘Si, ritrovarla io giuro.’ Fue un deleite escucharlo en vivo con la pureza del sonido de su voz y degustar sus claras y limpias coloraturas. Con un cantante de la talla y la calidad de Flórez, el espectador sólo debe sentarse y disfrutar, sin preocuparse de que no vaya a llegar al agudo o de que se le quiebre en cualquier momento la voz. Su seguridad para los sobreagudos es impresionante y los emite sin esfuerzo alguno aparente, con un sonido libre que enchina la piel. Después de la obertura de Semiramide, Flórez cantó el aria de Idreno ‘La speranza più soave’. Uno agradece que el tenor peruano haya incluído en sus tres arias rossinianas las cabalettas que a veces pueden/suelen omitirse si se cantan las arias en concierto. Siguió la obertura de Guillaume Tell, y culminó la primera parte del concierto con la difícil aria de Arnold, ‘Asile héréditaire’, en donde Flórez se lució a más no poder con la cabaletta en donde nos mostró por qué es el mejor tenor rossininano de nuestros tiempos. La segunda parte del concierto tuvo a varios compositores y estilos diferentes. Comenzó con una elegante interpretación de ‘Una furtiva lagrima’ de L’elisir d’amore de Donizetti; son en momentos como éste cuando escuchamos la grandeza de un cantante como Flórez. La forma en que matizaba cada frase y la manera en que nos fue llevando, a través de la emotividad tan sutil que tiene esta aria, nos mostró qué tan sublime llega a ser el arte del canto con voces como la suya. Siguió con el aria de Roméo et Juliette de Gounod, ‘Ah, leve toi soleil’, con una elegancia y entendimiento del texto que invita al escucha a degustar cada frase del aria. Pasando a la parte latinoamericana, la Orquesta Sinfónica de Yucatán interpretó el Huapango de Moncayo, con uno que otro detallito de afinación que habrá que cuidar, y siguió Flórez con una muy sentida y bien interpretada versión de la canción “Ella” de José Alfredo Jiménez. Supo darle el estilo propio a esta canción y le imprimió el sentimiento necesario, sin caer en manierismos. Muy emotivo fue escucharle “La flor de la canela” con un arreglo que él mismo hizo de esta canción tan cercana a él. Se notaba cómo disfruta cantarla, haciendo gala de su perfecta dicción al cantar. A continuación, la orquesta tocó el Danzón No. 2 de Arturo Márquez, que sonó mucho mejor que el Huapango. Cerró el programa con la canción “Alma llanera”, de Pedro Elías Gutiérrez. La gran ovación no se hizo esperar al terminar el concierto y, aunque algún sector del público le pedía de encore que cantara “Granada” y “Júrame”, Flórez nos dio gusto a los operómanos con el aria de Tonio de La fille du régiment, ‘Ah, mes amis’, y como segundo encore cantó la también célebre aria ‘La donna è mobile’ del Rigoletto de Verdi. Fue un festín vocal que dejó fascinados a los asistentes al concierto de este tenor peruano que es, hoy por hoy, uno de los grandes artistas líricos del mundo. Será un placer el verlo de nuevo, pero ahora en pantalla gigante, el día 9 de abril, cuando canté en el Metropolitan Opera de Nueva York el rol protagónico de la ópera Le comte Ory de Rossini. Esperemos que la próxima vez que venga a cantar a México sea ya, por fin, al Palacio de Bellas Artes. o en México Juan Diego Flórez Concierto de por Ingrid Haas

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Entrevista a Juan Diego Flórez

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pro ópera �noviembre-diciembre 20�0

El pasado 10 de octubre, el tenor peruano Juan Diego Flórez dio un extraordinario concierto de arias de ópera y canciones latinoamericanas en el Auditorio Nacional, acompañado por la Orquesta Sinfónica de Yucatán bajo la

dirección de Juan Carlos Lomónaco.

Comenzó el programa con la obertura de La Cenerentola de Rossini, siguiendo con la sublime interpretación del aria del Príncipe Ramiro ‘Si, ritrovarla io giuro.’ Fue un deleite escucharlo en vivo con la pureza del sonido de su voz y degustar sus claras y limpias coloraturas. Con un cantante de la talla y la calidad de Flórez, el espectador sólo debe sentarse y disfrutar, sin preocuparse de que no vaya a llegar al agudo o de que se le quiebre en cualquier momento la voz. Su seguridad para los sobreagudos es impresionante y los emite sin esfuerzo alguno aparente, con un sonido libre que enchina la piel.

Después de la obertura de Semiramide, Flórez cantó el aria de Idreno ‘La speranza più soave’. Uno agradece que el tenor peruano haya incluído en sus tres arias rossinianas las cabalettas que a veces pueden/suelen omitirse si se cantan las arias en concierto. Siguió la obertura de Guillaume Tell, y culminó la primera parte del concierto con la difícil aria de Arnold, ‘Asile héréditaire’, en donde Flórez se lució a más no poder con la cabaletta en donde nos mostró por qué es el mejor tenor rossininano de nuestros tiempos.

La segunda parte del concierto tuvo a varios compositores y estilos diferentes. Comenzó con una elegante interpretación de ‘Una furtiva lagrima’ de L’elisir d’amore de Donizetti; son en momentos como éste cuando escuchamos la grandeza de un cantante como Flórez. La forma en que matizaba cada frase y la manera en que nos fue llevando, a través de la emotividad tan sutil que tiene esta aria, nos mostró qué tan sublime llega a ser el arte del canto con voces como la suya. Siguió con el aria de Roméo et Juliette de Gounod, ‘Ah, leve toi soleil’, con una elegancia y entendimiento del texto que invita al escucha a degustar cada frase del aria.

Pasando a la parte latinoamericana, la Orquesta Sinfónica de Yucatán interpretó el Huapango de Moncayo, con uno que otro detallito de afinación que habrá que cuidar, y siguió Flórez con una muy sentida y bien interpretada versión de la canción “Ella” de José Alfredo Jiménez. Supo darle el estilo propio a esta canción y le imprimió el sentimiento necesario, sin caer en manierismos. Muy emotivo fue escucharle “La flor de la canela” con un arreglo que él mismo hizo de esta canción tan cercana a él. Se notaba cómo disfruta cantarla, haciendo gala de su perfecta dicción al cantar.

A continuación, la orquesta tocó el Danzón No. 2 de Arturo Márquez, que sonó mucho mejor que el Huapango. Cerró el programa con la canción “Alma llanera”, de Pedro Elías Gutiérrez.

La gran ovación no se hizo esperar al terminar el concierto y, aunque algún sector del público le pedía de encore que cantara “Granada” y “Júrame”, Flórez nos dio gusto a los operómanos con el aria de Tonio de La fille du régiment, ‘Ah, mes amis’, y como segundo encore cantó la también célebre aria ‘La donna è mobile’ del Rigoletto de Verdi.

Fue un festín vocal que dejó fascinados a los asistentes al concierto de este tenor peruano que es, hoy por hoy, uno de los grandes artistas líricos del mundo. Será un placer el verlo de nuevo, pero ahora en pantalla gigante, el día 9 de abril, cuando canté en el Metropolitan Opera de Nueva York el rol protagónico de la ópera Le comte Ory de Rossini. Esperemos que la próxima vez que venga a cantar a México sea ya, por fin, al Palacio de Bellas Artes. o

en MéxicoJuan Diego Flórez

Concierto de

por Ingrid Haas