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    Historia del sufijo tenencial del quechua:reconstruccin y nuevas hiptesis*

    CARLOSALBERTOFAUCETPAREJAUniversidad Nacional Mayor de San Marcos

    [email protected]

    Resumen

    En este trabajo de lingstica histrica quechua se utiliza la metodologaconsolidada de la Lingstica histrica (mtodo comparativo y mtodode reconstruccin interna) para, primero, evaluar el estado de la cues-tin acerca de la historia del sufijo tenencial (yuq) y, segundo, efectuarla reconstruccin de dicho sufijo. Por ltimo, se extraen las consecuen-cias de la reconstruccin anterior (*nyuq) y se propone una nueva hip-tesis que intenta retroceder an ms en la historia.

    Palabras claves:sufijo tenencial quechua yuq, Lingstica histrica, m-

    todo comparativo, reconstruccin interna

    Abstract

    In this paper of quechuan historical linguistics the accepted methodo-logy of Historical Linguistics (Comparative Method and Internal Re-construction) is used in order to assess the current proposals about thehistory of tenencial suffix (yuq) and also proceed to its very recons-truction. Finally, the consequences of this reconstruction (*nyuq) aretaken on and a new hypothesis that attempts to go further back in his-

    tory is advanced.Keywords: Quechua suffix yuq, Historical Linguistics, ComparativeMethod, Internal Reconstruction

    Recibido: 2/3/2015 Aceptado: 25/4/2015

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    1.Introduccin

    La lingstica (histrica) quechua comenz a ser trabajada rigurosamentesolo a partir de la segunda mitad del siglo XX, con las obras fundamentales deParker (1963) y Torero (1964). Desde entonces, a nivel diacrnico, se ha avan-

    zado con bastante seguridad respecto a lo fonolgico, en menor medida en lolxico y en lo morfosintctico, y casi nada en lo semntico.

    En cuanto a lo morfosintctico, uno de los muchos elementos cuyo origenpermanece oscuro es el muy productivo sufijo tenencial (yuq, su forma msconocida). Las propuestas acerca de su historia tienen algn punto en comny muchos en desacuerdo, pero, sobre todo, han sido realizadas, en el mejor delos casos, pasando por alto algunos presupuestos de la Lingstica histrica(LH), cuando no han sido simples enunciaciones sin una argumentacin quelas respaldara.

    En consideracin de lo anterior, y siguiendo una idea de Moreno Cabrera1,en este trabajo empleo los presupuestos del mtodo comparativo (MC), ade-ms del mtodo de reconstruccin interna (MRI), para evaluar el estado de lacuestin acerca de la historia del sufijo tenencial y realizar, luego, mi propuestade reconstruccin, la cual, aunque vlida en s misma, me servir tambin,finalmente, para generar a partir de ella nuevas hiptesis que intentarn retro-ceder aun ms en la historia del sufijo.

    2. Los mtodos de la LHLa LH trata del cambio lingstico: cmo y por qu las lenguas cambian

    (Campbell 1999). Su nacimiento en el siglo XIX es el nacimiento de la Lingsti-ca como disciplina cientfica (Coseriu 1981). Desde entonces, la LH ha consoli-dado dos instrumentos empricos para reconstruir un estado de lengua a partirde la evidencia posterior: el MC y el MRI (Hoenigswald 1965). La diferenciaentre ellos reside en que el MC trabaja con cognados, morfemas semejantesen forma y significado pertenecientes a lenguas emparentables, en tanto queel MRI trabaja dentro de una misma lengua, con alomorfos e irregularidades

    morfolgicas (Campbell 1999). Ya que la reconstruccin se realiza a partir dela evidencia posterior, se sobreentiende que toda empresa reconstructiva de-

    1 Moreno Cabrera (1997: 79): los resultados de la aplicacin correcta y adecuada del mtodo[comparativo] no tienen el status de especulaciones gratuitas basadas en los prejuicios o enla fantasa [], sino de hiptesis cientficas empricamente fundamentadas que, como tales,pueden ser el origen de ulteriores generalizaciones e hiptesis secundarias.

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    pende crucialmente de la cantidad y calidad de las descripciones sincrnicas(Lehmann 1969).

    La aplicacin de los dos mtodos se da por pasos semejantes a aquellos conlos que la lingstica (estructural) sincrnica (cf. AlonsoCorts 2002) procede

    para la determinacin de las formas profundas a partir de las formas superfi-ciales (cf. Hoenigswald 1965; pero considrense tambin las precauciones deRankin 2003 sobre este punto). Aunque en la prctica dichos pasos no poseenuna ordenacin estricta, pues incluso pueden aplicarse en paralelo y permitirsaltos y regresos, idealmente se distinguen los siguientes (basados en Camp-bell 1999 y Rankin 2003):

    1. Establecimiento de las formas a comparar

    2. Establecimiento de las correspondencias

    3. Reconstruccin4. Evaluacin intra e interlingstica de las reconstrucciones

    El siguiente cuadro est basado en Campbell (1999: 115-122). Se trata delos criterios segn los cuales opera la reconstruccin (paso 3). Adems, en lcotejo la pertinencia de dichos criterios para el MC y el MRI.

    Reconstruccin MC MRI

    Direccionalidad: algunos cambios suelen suceder en una direccin

    (A > B) pero no en la otra (B > A).

    S S

    rea mayor: se toma como protoforma la forma que tenga mayordistribucin dialectal.

    S NO

    Factorizacin: se observan los rasgos comunes a las formas com-paradas y se los atribuye a la forma reconstruida.

    S S

    Economa: cuando hay varias alternativas de reconstruccin, seopta por la que requiere la menor cantidad de cambios en suderivacin.

    S S

    3. Evaluacin de los antecedentes de acuerdo con el MC y el MRI

    Los siguientes trabajos constituyen el estado de la cuestin acerca de lahistoria del sufijo tenencial. Realizar la discusin de cada uno de ellos segnel orden cronolgico original de las publicaciones.

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    3.1. Sols (1989)2 y Sols y Chacn (1989). En ambos trabajos se maneja lamisma hiptesis respecto de la historia de yuq, pero har referencia nica-mente al segundo de ellos, dado que en l la hiptesis es desarrollada con unpoco ms de detalle.

    En Sols y Chacn (1989), obra de carcter sincrnico, los autores realizanbreves digresiones acerca de la naturaleza del tenencial yuq. Sealan que di-cho sufijo sera una composicin de dos morfemas, que identifican como elverbo numrico yu3, de significado equivalente a tener o haber, y elsufijo agentivo q en funcin de relativizador. Aaden tambin que, aunqueyu es morfolgicamente un sufijo, acta como verbo, al igual que otros tan-tos sufijos que antes habran sido races verbales.

    En primer lugar, debo destacar la incongruencia de los autores cuando ha-blan en trminos sincrnicos tanto de un verbo yu como de un sufijo yu(cf. CerrnPalomino 1997). Intentando resolver dicha incongruencia, interpre-to que para ellos yuq sera una secuencia recurrente de dos sufijos, yuq,donde yu sera un sufijo que antes habra sido un verbo, y q sera el sufijoagentivo, de modo que la historia del sufijo tenencial podra ser esquematiza-da as: yuq < yuq. Luego de esto, y admitiendo el carcter digresivo dela discusin acerca del sufijo en cuestin en la obra de Sols y Chacn, puedohacer los siguientes comentarios:

    A. Este trabajo no es una reconstruccin sino una propuesta (en el sentido deLanderman 1991), pues no ha sido realizado siguiendo los pasos ni tenien-do en cuenta los criterios de reconstruccin (ver 2).

    B. Esta es una propuesta sobre el origen ms remoto del sufijo en cuestin,pues intenta remontarse a sus constituyentes elementales.

    C. En esta propuesta, los constituyentes elementales se identificaran con unverbo yu y el sufijo agentivo q.

    D. Como propuesta, es una desde la cual no se podra derivar ni diacrnica nisincrnicamente el sufijo en cuestin, ya que no podra dar cuenta de sumorfofonologa (ver 4.4.2).

    E. Esta propuesta es de naturaleza impresionista. En tanto no ofrece argumen-tos, la identificacin del ltimo segmento de yuq con el sufijo agentivo q(y, a partir de ah, el anlisis de yuq como yuq y la independizacin deyu) es superficial, est basada nicamente en la semejanza fonolgica, la

    2 Este trabajo se halla incorporado tambin en Sols (1997).3 Uso el smbolo para significar que la forma es hipottica, propuesta. A menos que seale

    lo contrario, reservo el usual smbolo * para las formas reconstruidas (generadas con la me-todologa consolidada de la LH).

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    cual no basta para concluir la identidad de dos morfemas, o partes de ellos,desde una perspectiva diacrnica.

    En sntesis, el anlisis de yuq como yuq (proveniente de yuq) nopuede ser sostenido como una conclusin sino solo como una hiptesis a po-

    ner a prueba, y no en una perspectiva sincrnica sino diacrnica; y como hip-tesis, es una desde la cual el sufijo en cuestin no podra derivarse ni diacrni-ca ni sincrnicamente.

    3.2. Landerman y Weber (en Weber 2008)4. En esta obra de carcter sincr-nico, Weber discute la naturaleza de yuq a propsito del comportamiento irre-gular de la secuencia ni (ver 4.4.2). Para ello, refiere una comunicacin personaldel lingista Peter Landerman, quien sugerira que dicho sufijo habra sido yyuq en una etapa previa, postulacin para la cual habra evidencias dialectales.A partir de la sugerencia de Landerman, Weber interpreta que dicha forma po-

    dra ser en la actualidad la representacin profunda del sufijo en cuestin, cuyarealizacin superficial como [yoq] devendra de una reduccin de /yy/ en /y/.

    Dada la brevedad de la comunicacin personal de Peter Landerman y lainterpretacin de Weber, es necesario, a su vez, que yo interprete y explicitealgn punto del trabajo:

    a. Con una forma profunda como yyuq se justificara la aparicin aparen-temente inmotivada de ni en la derivacin con bases nominales acabadas enconsonante: ni aparecera para evitar una secuencia (profunda) triconsonnti-ca, insilabeable en quechua (ver 4.3).

    Luego de esto, y admitiendo tambin aqu lo conciso de la discusin abiertapor Landerman, puedo hacer las siguientes observaciones:

    A. Este trabajo parece tener visos de reconstruccin, pues, supuestamente, separte de las caractersticas morfofonolgicas del sufijo en cuestin y se su-giere que est basado en un cotejo dialectal. Sin embargo, cules podranser esas referidas evidencias dialectales que autorizaran postular yyuqy cmo las utiliz Landerman? Entre tanto estos puntos no sean expuestos,el trabajo solo puede ser aceptado como una propuesta (en el mismo sen-

    tido de arriba).B. A diferencia de Sols (1989) y Sols y Chacn (1989), esta propuesta no in-

    tenta remontarse al origen del sufijo en cuestin, ya que no se cuestionaacerca de una posible constitucin interna diacrnica de yuq, sino solo auna etapa inmediatamente anterior capaz de explicar su sincrona.

    4 Segunda edicin castellana de Weber 1989.

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    C. Como propuesta, yyuq s puede dar cuenta del comportamiento irregu-lar de ni (ver 4.4.2) y de la realizacin fontica del tenencial como [yoq].En otras palabras, dicha propuesta soluciona un problema y es derivablesincrnicamente.

    En sntesis, yyuq, sea como propuesta de forma profunda y/o de una eta-pa inmediatamente anterior, constituye una buena hiptesis, a ser puesta prue-ba, para la explicacin del comportamiento sincrnico del sufijo en cuestin.

    3.3. CerrnPalomino (1997). Este trabajo est abocado directamente a ladiacrona de varios sufijos quechuas, entre ellos el tenencial. Por ello, es en elque se intenta exhibir de forma ms transparente y sistemtica una lnea argu-mental. Resolviendo alguna debilidad del trabajo5, puedo sealar que el autorprocede de la siguiente manera:

    Primero, observa que, a pesar de su gran productividad en las dems po-siciones, el fonema uvular /q/ no aparece mucho en la posicin de final depalabra de las races no verbales; que una parte del grupo de palabras donde elfonema /q/ s aparece en dicha posicin se trata de gramaticalizaciones eviden-tes de una construccin de raz verbal ms sufijo agentivo; y que otra parte delgrupo de palabras son nombres y adjetivos que tambin se pueden presentarsin dicho fonema o que pueden sustituirlo. Luego, asume6 que tambin eneste ltimo caso se puede identificar el segmento /q/ con el sufijo q. Despus,observa los rasgos gramaticales del sufijo agentivo, el cual, sincrnicamente,solo se adhiere a bases verbales; asume que esto debi ser as tambin en el

    pasado; concluye que debi haber una base verbal entre el sufijo agentivo ydichas races no verbales; e hipotetiza que dicha base verbal pudo haber sidoel verbo ka ser. Luego, asume que ese mismo anlisis puede aplicarse a lossufijos en los que el segmento /q/ aparece en posicin final. Por lo anterior, lahistoria de yuq podra ser esquematizada as: yuq < yu kaq, donde yu7 sera el sufijo nominal original con el significado aproximado de con, ytoda la construccin significara el que es con.... Finalmente, a modo de prue-ba de que la desaparicin del verbo ser es un fenmeno regular en las lenguas yespecialmente en el quechua, el autor presenta instancias quechuas de lenicin

    5 Ver siguiente nota a pie de pgina.6 El autor argye que la reductibilidad del grupo de nombres y adjetivos a formas acabadasen vocal, sin el fonema /q/, estara probando, de refiln, la identificacin del segmento finalcomo una antigua marca agentiva (CerrnPalomino 1997: 188). Sin embargo, dicha reduc-tibilidad de las formas no verbales no puede probar que, en ese caso, el segmento /q/ es ofue q, ya que la aparicin de q con formas no verbales es precisamente la hiptesis que sequiere probar. Circularmente, el autor ha tomado aqu las observaciones que han generado suhiptesis como demostraciones de su hiptesis, por lo que incurre en peticin de principio.

    7 Un sufijo de caso?

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    del artculo wanka kaq, proveniente de *kaq; de elipsis del verbo ka seren perfrasis verbales en alguna variedad ancashina, como en la alternanciawiyashqa kaa ~ wiyashqaa he odo; y de lenicin del verbo ser en frasesatributivas de quechua ecuatoriano, como en la alternancia Juanami gani ~Juanami ani ~ Juanamani; e instancias aimaras de lenicin del verbo ser.

    Luego de esto, puedo hacer las siguientes observaciones:

    A. Este trabajo tiene aspectos de reconstruccin, como es la base emprica dereconocer y factorizar las caractersticas fonotcticas del fonema /q/ y lascaractersticas morfosintcticas del sufijo q. Sin embargo, no reconoce y,por tanto, no factoriza las caractersticas morfofonolgicas ni los correlatosdialectales de yuq, el sufijo a cuya historia se aboca. Por ello, es ms unareconstruccin del sufijo q que del sufijo yuq. En cuanto al sufijo yuq,entonces, este trabajo es una propuesta.

    B. Esta propuesta intenta remontarse hasta los componentes originales delsufijo en cuestin. Segn ella, la historia de yuq podra esquematizarse dela siguiente manera: yuq < yu kaq.

    C. Como propuesta, es una desde la cual no se podra derivar ni diacrnica nisincrnicamente el sufijo en cuestin, pues, como qued sealado arriba,no considera ni sus caractersticas morfofonolgicas propias ni sus correla-tos dialectales.

    D. La desaparicin del verbo ka ser no parece un fenmeno tan regular en

    el quechua como el autor propone. Por ejemplo, en el caso de la lenicindel artculo kaq del dialecto wanka, se trata no de la desaparicin delverbo sino de un sufijo particular proveniente de una construccin con l;es decir, se est ante la lenicin del sufijo kaq, no del verbo ka; aun ms,en alguna variedad huanuquea que, sea por prstamo o por desarrolloindependiente, tambin posee el artculo, dicha lenicin no ha sucedido(cf. Weber 2008); por tanto, la elisin del sufijo kaq es un desarrollo tar-do muy particular del wanka. Igualmente, en el caso de la elipsis en ciertavariedad ancashina y de la lenicin en el ecuatoriano, se observa que ellassuceden ante los morfemas de persona y no ante otros morfemas.

    E. La lenicin del verbo kanka en aimara no viene al caso. Intentar probarmediante el anlisis del aimara las consecuencias de una hiptesis sobre elquechua simplemente no es conducente, a pesar del gran parecido entreambas lenguas. Los datos aimaras pueden servir como la motivacin, perode ningn modo como la prueba de una hiptesis sobre el quechua.

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    En sntesis, yuq < yu kaq es una hiptesis cuyas consecuencias seobservan de forma irregular8 y desde la cual el sufijo en cuestin no podraderivarse ni diacrnica ni sincrnicamente.

    3.4. Calvo Prez (2006). En este trabajo, el autor realiza una digresin segn

    la cual el sufijo yuq sera derivado del interiorativo y[k]u ms el agentivoq (Calvo Prez 2006: 158, nota 1). Dada la extrema brevedad de la digresin,resulta necesario que la interprete para poder hallarle sentido:

    a. El autor parece sugerir que el sufijo tenencial yuq se habra derivado delos sufijos yku y q, y que, antes o despus del reanlisis de ambos sufijos enuno solo, en yku habra obrado un debilitamiento del segmento k. En efecto,debo sealar que la alternancia yku ~ yu del interiorativo se registra endialectos cuzqueos (cf. Cusihuamn 2001, CerrnPalomino 2008)9.

    Luego de esto, y admitiendo aqu tambin lo conciso de la digresin deCalvo Prez, puedo hacer las siguientes observaciones:

    A. Este trabajo no es una reconstruccin sino una propuesta (ver 2).

    B. Esta es una propuesta sobre el origen ms remoto del sufijo en cuestin,pues intenta remontarse a sus constituyentes elementales.

    C. Segn esta propuesta, los constituyentes elementales del tenencial seranel sufijo verbal yku y el derivador nominal deverbativo q, el ya menciona-do agentivo.

    D. Como propuesta, es una que resulta inderivable diacrnicamente, porqueno se conoce un proceso de elisin del fonema k en esa posicin ni enninguna otra atribuible a la protolengua y, sobre todo, porque yku es,diacrnica y sincrnicamente, un sufijo verbal, incompatible con bases no-minales, las cuales son el tipo de base a las que se agrega el tenencial10.

    8 Por supuesto, esta objecin se aplica a cualquier hiptesis acerca de la formacin del sufijoen cuestin. Luego de extradas todas las conclusiones reconstructivas posibles a partir de laevolucin conocida del protoquechua, las historias de las races y sufijos que no caen en esembito, el de los cambios regulares, no pueden ms que ser trabajadas apelando a informacinparcial, a cambios irregulares y dems.

    9 En una obra panormica sobre el quechua, Adelaar y Muysken sostienen que yku alternateswith yu [...] in many dialects (2004: 202); sin embargo, no parece haber datos que respal-den esta afirmacin. Lo que s se registra abundantemente es la alternancia yka ~ ya deldurativo de los quechuas no sureos, un sufijo completamente diferente. Segn se ver msdelante, el sufijo tenencial yuq tiene esta forma en lo que respecta al segmento y por lomenos desde la protolengua.

    10 Para que esta propuesta fuese coherente, habra que proponer un verbo entre la base y el sufi-jo yku, de manera semejante a como hace Cerrn-Palomino (supra), o proponer protorrasgosdiferentes para *yku.

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    Paradjicamente, sin embargo, observando solo la informacin segmentale ignorando las incompatibilidades morfosintcticas, la propuesta s resul-tara derivable sincrnicamente11.

    En sntesis, la propuesta de yuq < ykuq es una propuesta irregular

    que, aunque en cierto sentido resulta derivable sincrnicamente, muestra in-coherencias morfosintcticas, tanto diacrnicas como sincrnicas.

    3.5. Evaluacin global del estado de la cuestin. Conforme ha podido ob-servarse, hay dos afirmaciones globales posibles acerca de los trabajos evalua-dos. La primera es que, aunque algunos de ellos presentan ciertos aspectosde reconstruccin, ninguno cumple cabalmente con los requisitos de los dosmtodos consolidados para reconstruir lenguas (el MC y el MRI) y, en particular,el sufijo en cuestin. La segunda es que en casi todos hay una constante: laidentificacin del ltimo segmento de yuq con el sufijo q agentivo, si bien

    solo en uno en CerrnPalomino (1997) se entrega un argumento, de tipofonotctico, en favor de dicha identificacin.

    4. Premisas quechuas para la reconstruccin

    En esta seccin expongo los datos de gramtica quechua pertinentes paracualquier reconstruccin morfolgica y para la del sufijo tenencial en particular.

    4.1. La slaba quechua

    Salvo ciertos desarrollos independientes, los tipos de slabas quechuas con-servadoras son V, VC, CV y CVC, de las cuales V y VC solo son posibles si son laslaba inicial de palabra (CerrnPalomino 2003: 256258)12 y donde la C encoda vale tanto por las semiconsonantes como por el alargamiento voclicoen los quechuas que lo presentan13 (cf. Weber y Landerman 2008). Dada sugeneralidad, dicha tipologa silbica y su distribucin son atribuibles al proto-quechua sin ningn problema.

    La reproduccin de los tipos silbicos y su distribucin arrojan el esque-ma #[(C)V(C)].[CV(C)]n# (cf. Floyd 2008) para toda palabra quechua, cualquierasea su estructura morfolgica. Para los intereses de este trabajo, a partir de

    11 Resultara as si se supone que yuq tendra una consonante subyacente, el residuo de la kde yku (o sea, una forma como yCuq) y que esta secuencia subyacente de dos consonantessera la razn de la insercin de ni (ver seccin 4.4.2).

    12 cf., por ejemplo, Floyd 2008, Chaparro 1985, Shaver y Shaver 2008, respecto de lo silbicoexcepcional; y CerrnPalomino 1976, Coombs y otros 1976, Cusihuamn 1976, Parker 1976,Quesada 1976, Soto 1976a, etc., respecto de lo convencional

    13 Esta afirmacin es vlida aqu y en adelante.

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    lo anterior es posible realizar las siguientes afirmaciones (algo redundantes)sobre el (proto)quechua: que en l no se daban secuencias de ms de dos con-sonantes, que las secuencias de dos consonantes solo podan darse en interiorde palabra, y que, cuando se daban, estas secuencias eran necesariamente he-terosilbicas.

    4.2. Morfologa quechua

    La familia quechua muestra una morfologa esencialmente aglutinante y,salvo algn desarrollo muy particular, exclusivamente sufijadora (Adelaar yMuysken 2004). Una palabra quechua est formada necesariamente por unaraz con o sin sufijos, dependiendo del tipo de raz del que se trate, dondelos sufijos pueden clasificarse como derivativos, flexivos e independientes deacuerdo con una posicin fija en la estructura de la palabra y con el tipo de re-laciones que establecen (CerrnPalomino 2003). El siguiente cuadro, basado

    en CerrnPalomino (2003), muestra este orden lineal de los elementos de lapalabra:

    RazSufijos

    Derivativos Flexivos Independientes

    Finalmente, cabe destacar que dicho orden lineal, vlido tanto para estruc-turas nominales como verbales, rige para toda la familia y es, por tanto, atri-buible al protoquechua.

    4.3. Morfofonologa quechua: el uso de niEn quechua, se recurre a la insercin de ni (cf. Weber y Landerman 2008)

    para, bsicamente, evitar secuencias de segmentos que transgrediran la tipo-loga silbica nativa (ver 4.1)14. As, a partir de qunqur rodilla y n 3p. posee-dora se obtiene no *qunqurn15 sino qunqurnin para expresar su rodilla. Lascondiciones para esta insercin motivada de ni son morfofonolgicas: se dancuando a una base acabada en consonante se le aplica un sufijo de estructuracannica C(CV(C)) (Cerrn-Palomino 2010 y cf. Floyd 2008) o, dicho de otramanera, cuando a tal base se le aplica un sufijo de forma (profunda) C o que

    comience con dos C (o sea, CC...). Ya que en la tipologa estructural tradicionalde los sufijos quechuas no hay sufijos que comiencen con vocal16 ni sufijosque comiencen con ms de dos consonantes, entonces, toda base acabada en

    14 cf. CerrnPalomino 1976, Coombs, Coombs y Weber 1976, Cusihuamn 1976, etc.15 Solo aqu, el smbolo * representa agramaticalidad.16 Excepciones son, por ejemplo, los sufijos prestados del castellano (cf. Quesada 1976) y ciertos

    desarrollos particulares (cf. Adelaar y Musken 2004, Parker 2013).

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    consonante a la que se le aplicara un sufijo de estructura cannica, seguido ono de otros sufijos (en final de palabra, en este ltimo caso), producira secuen-cias o de tres C en interior de palabra o de dos C a final de palabra; secuenciasanmalas, insilabeables, como ya indiqu (ver 4.1).

    Por ltimo, a un lado de la insercin motivada de ni, se registra tambin suuso de modo aparentemente inmotivado precisamente con el tenencial. Desa-rrollar este punto en la seccin 4.4.2.

    4.4. El sufijo tenencial (yuq)

    En esta seccin presento los datos pertinentes para la reconstruccin deltenencial.

    4.4.1. Caracterizacin

    Segn Torero (2002), este sufijo est presente en todo el universo quechua

    y es en l uno de los ms productivos17. Se caracteriza morfolgicamente porser un derivador nominal denominativo; es decir, se aplica a bases nominalespara generar nuevos elementos nominales. El derivado alude al poseedor (so-bre todo permanente) de lo referido por la base a la que se sufija. Por ello, re-gularmente es etiquetado como tenencial o posesivo. La idea de posesino tenencia que conlleva yuq es muy extensa (Weber 2008) y rebasa la variedadde usos de tener y poseer en castellano. Ejemplos18:

    (1) en el extinto quechua general costeo (ST19, [1560] 1995: 175)ancha imayoc [...]. Caycna conan angeles xutiocmiancha imayuq [...] kaykuna kunan ngeles shutiyuqmimucho algoTEN estePLU ahora ngeles nombreTEN-EVDmuy ricos [...]. Estos agora ngeles se llaman

    (2) en el quechua general sureo (TCL20, [1584-1585] 1984: fol. 26)ruracanmi, huauc ucuyoc, viay cauac animayocrurashqanmi wauq ukuyuq wiay kawsaq animayuq

    17 cf. Adelaar 1987, CerrnPalomino 1976, Coombs, Coombs y Weber 1976, Cusihuamn 2001,Escribens y Proulx 1970, Parker 1965 y 1976, Quesada 1976 y 2006, Sol 1967, Soto 1976a,Weber 2008.

    18 En los ejemplos (1), (2) y (4), los anlisis morfolgicos son mos. En el ejemplo (3), que nocuenta con versin grafmica pura en el original, he estandarizado los grafemas y las etiquetasmorfolgicas. Aqu y en adelante, mis anlisis morfolgicos no pretenden ser etimolgicos,sino solo lo suficientemente aproximados.

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    hacerPRF3EVD morirAGN cuerpoTEN siempre vivirAGN almaTENcriatura compuesta de cuerpo que muere, y de alma que nunca ha de morir

    (3) en quechua de Pachitea (Hunuco) (Weber (ed.) 1987: 115)

    wamrakuna fastidiyaran Trupayoq nirnioPLU fastidiarPSD3 colaTEN decirSUBlos nios le fastidiaban diciendo: Rabudo!

    (4) en quechua de Pacaraos (Adelaar 1987: 64)uchukchanay wawiyuq kaykanuchukchanay wawiyuq kaykanpequeo??? hijoTEN serPRG3tienen cras chiquitas

    Por estar presente en todo el universo quechua, el tenencial es atribuiblesin ningn problema al protoquechua.

    4.4.2. Morfofonologa de la derivacin con yuq

    Segn qued sealado en la seccin 4.3, en la aplicacin del tenencial yuqa bases terminadas en consonante se da la insercin aparentemente inmotiva-da de ni21. Ejemplos22:

    (5) en la formacin de numerales (panquechua)trunka hukniyuq, trunka pusaqniyuq, trunka isqunniyuqtrunka hukniyuq trunka pusaqniyuq trunka isqunniyuqdiez uno0TEN diez ocho0TEN diez nueve0TENonce, dieciocho, diecinueve

    (6) en quechua del Huallaga (Hunuco) (Weber 2008: 82)eskirbaanu llapan fistakunawan munayniyuqeskirbaanu llapan fistakunawan munayniyuq

    escribano todo fiestaPLUCOM quererINF0TENel escribano tiene toda la fiesta bajo su control

    21 En la literatura quechua existen algunos casos de ausencia de insercin de ni en este contex-to. Los criterios de la LH (ver 2) indican que dicho comportamiento no debe ser reconstruido,sino tomado como una innovacin. Se tratara, simplemente, de un proceso de regularizacin.

    22 En el ejemplo (6), he estandarizado la versin grafmica y las etiquetas morfolgicas. En el (7),el anlisis morfolgico es mo.

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    (7) en una variedad juninense (CerrnPalomino 1976: 154)lintisniyuqmi kaaq wamlakaqlentes0TENEVD serPSD muchachaARTla muchacha tena lentes

    Ese uso de ni sera inmotivado porque las secuencias heterosilbicas ky,qy, ny y dems son vlidas en quechua, como se observa en las races pukyupuquio (panquechua), laqya asestar un golpe... (Soto 1976b), tsunyay silen-cio (Chvez y Parker 1976), etctera. De acuerdo con CerrnPalomino (2010),la insercin de ni en los ejemplos responde a consideraciones eufnicas y detradicin. En efecto, atribuirle carcter tradicional a dicho comportamientoexcepcional de ni ante yuq es una de las dos respuestas posibles23. Sin em-bargo, en cuanto a la supuesta razn eufnica aducida por el autor, debo acu-sar que esta no obra cuando otro sufijo de estructura aparentemente idnticaa yuq se aplica a bases acabadas en consonante. Se trata del sufijo limitativoyaq, presente en quechuas centrales. Ejemplos24:

    (8) en una variedad ancashina (Parker 1976: 85)shuyaamanraqku tsayyaqqashuya:manraqku tsayyaqqaesperar1CNDNEG.ENF esoLIMTOPno debo esperar hasta eso

    (9) en el quechua del Huallaga (Hunuco) (Weber 2008: 275)chaykuna uchkun rurikama pampananpaq alli kananyaqchaykuna uchkun rurikama pampananpaq alli kananyaqesePLU cavar3 interiorLIM enterrarSUB3PRO bueno serSUB3LIMcavan hacia abajo [...] hasta que es suficientemente profundo para enterrarlo

    As, se observa que atribuirle a la insercin de ni ante yuq una motivacineufnica resulta ser un recurso adhoc. Entre tanto, dicho comportamiento irre-gular, que a partir de ahora puede ser llamado la anomala morfofonolgica,

    espera una mejor respuesta (ver 5.2).

    23 Coseriu (1978: 123): todo aquello que en las gramticas corrientes se halla sealado comootra posibilidad o como excepcin, es un reflejo de lo diacrnico en lo sincrnico, ya seacomo constitucin de un modo nuevo o como persistencia de un modo antiguo.

    24 En el ejemplo (8), el anlisis morfolgico es mo. En el (9), solo he estandarizado la versingrafmica.

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    Dado que se halla en todo el universo quechua, puede afirmarse que laanomala morfofonolgica existe por lo menos desde la etapa protoquechua.

    4.4.3. Las formas ferreafanas

    Si bien el tenencial se registra como yuq en la gran mayora de los que-chuas, no es esa la nica forma en la que se presenta. La consideracin detantos cognados como sea posible es justamente una de las exigencias para lareconstruccin de la que los antecedentes de este trabajo adolecen. Esas otrasformas son las variantes ferreafanas yqu (Shaver y Shaver 2008) e yqun (cf.Taylor 1994 y Weber (ed.) 1987)25, ambas tenencial. Aparte de la glosa, la re-lacin de cognados entre los sufijos yuq e yqu(n) se hace evidente al simple-mente observar que entre ellos media algo ms que una mettesis. Determinarcul de ellas es la forma innovadora (o sea, la metattica) y, por tanto, cul laconservadora, es una de las etapas de la reconstruccin (ver 5.1).

    5. Reconstruccin del sufijo yuq

    En esta seccin realizo la reconstruccin del tenencial. Para una exposicinms clara, en todo momento intento mantener deslindados los pasos recons-tructivos, a pesar de lo dicho en la seccin 2 acerca de su aplicacin en paralelo.

    5.1. Aplicacin del MC

    Establecimiento de las formas a comparar. Los cognados son yuq (en lainmensa mayora de quechuas), yqu (Incahuasi) e yqun (Ayamachay).

    Establecimiento de las correspondencias. Entre los cognados se observa, enprimer lugar, una correspondencia perfecta a travs de la mettesis: y1u2q3~ y1q3u2 ~ y1q3u2(n); y, en segundo lugar, una correspondencia ~ ~ n.

    Evaluacin intra e interlingstica. Una revisin de los trabajos en los quese registran las formas ferreafanas (ver 4.4.3.) indica que estos quechuas sonparticularmente proclives a la mettesis. As, sufijos protoquechuas como *

    cognados quedan reducidos (o sea, restablecidos: paso 1) a yuq (en la inmensamayora de quechuas) y la forma reconstruida *yuqn (protoayamachano).

    Reconstruccin. Por el criterio de direccionalidad, se debera reconstruir elsegmento nasal presente en *yuqn, ya que la elisin de cualquier segmento esms comn que su epntesis. Por el criterio de rea mayor, se debera recons-

    25 Taylor escribe yxun.

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    truir una forma idntica a yuq, ya que la situacin segn la cual nicamente elquechua de Ayamachay hubiese aadido la nasal es ms probable que la situa-cin segn la cual todos los dems quechuas, ya independizados, la hubiesenelidido. La factorizacin se aplica vacuamente, porque los tres segmentos quelos cognados tienen en comn son idnticos. Por el criterio de economa, loscognados quedan igualados, pues cualquiera de ellos pudo haber originado alotro con la aplicacin de una sola regla (insercin de nasal en el sentido yuq> yuqn o elisin de nasal en el sentido yuqn > yuq). De este modo, porahora, el sufijo tenencial puede ser reconstruido como *yuq(n).

    Por ltimo, una evaluacin intralingstica del resultado seala que esteno es viable, dado que el patrn que podan tener los sufijos en la etapa pro-toquechua, que se desprende del respectivo patrn silbico, es el siguiente:C(CV(C)); en especfico, no poda haber una secuencia de consonantes en ellmite derecho. Por ello, sostengo la reconstruccin *yuq(n) solo tentativa-mente y la someto a revisin en la siguiente subseccin.

    5.2. Aplicacin del MRI

    Puesto que el MRI aprovecha las irregularidades morfolgicas, en este pun-to resulta pertinente invocar la anomala morfofonolgica, segn la cual niaparece de forma aparentemente inmotivada ante el tenencial. As, sugiero queel tenencial puede ser reconstruido a partir del efecto que provoca en ni; esdecir, como un sufijo que empieza con dos consonantes, donde la nueva C po-dra colocarse antes o despus del segmento yod: *Cyuq o *yCuq. Ahora, si se

    recuerda que los dialectos ferreafanos son proclives a la mettesis (evaluacininterlingstica), es posible identificar aquella nueva C de la reconstruccininterna con la nasal reconstruida comparativamente, de lo que resultan dosopciones posibles: *nyuq o *ynuq. De este modo, la consonante nasal que elMC invita a reponer en el lmite derecho pero que, de acuerdo con la tipologasilbica y sufijal del protoquechua, no puede colocarse ah, resulta ser la con-sonante extra que el MRI exige reponer en el lmite izquierdo. Esta nasal habrasido removida de su posicin original, mediante mettesis, en el transcurso delprotoayamachano al ayamachano moderno, en tanto que habra desaparecidocompleta o casi completamente en la protolengua predecesora de las dems

    ramas, dejando solo su efecto morfofonolgico: la insercin de ni.

    6. Conclusiones respecto de la reconstruccin

    Acerca de la reconstruccin del tenencial que he llevado a cabo en estetrabajo, puedo concluir lo siguiente:

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    A. Tiene sustento emprico.

    Esta es una caracterstica definitoria de mi reconstruccin, puesto que heseguido los requisitos del MC y del MH, los cuales son instrumentos emp-ricos.

    B. Es derivable sincrnicamente.

    Para la derivacin sincrnica del tenencial, bastara proponer, por ejemplo,que su representacin abstracta tendra una consonante subespecificadae irrealizable (por ejemplo, /Cyuq/ [yuq]), pero justificada en tantoresiduo de una antigua consonante (/nyuq/ > /Cyuq/, siguiendo con elejemplo).

    C. Presenta un problema de derivacin diacrnica.

    El problema diacrnico que presenta es que no se conoce un cambio fono-

    lgico regular que, del protoquechua a los quechuas actuales, haya elimi-nado nasales. Sin embargo, no puede ponerse en duda la existencia de unoo varios procesos irregulares con las mismas consecuencias. Por ejemplo,Domingo de Santo Toms ofrece una evidencia en el extinto quechua coste-o: la entrada turomaya para una palabra que figura como turumanya tantoen los vocabularios antiguos como en los actuales (cf. Szemiski 2006). Asi-mismo, Torero (1968) y Parker (2013) acusan la elisin de nasales en coda enlexemas del quechua de Huaylas, como puede observarse en los cognadosqa:yan y qanyan, ambos ayer, o en qanya:tin antes de ayer, que remite a

    una derivacin con el sufijo *nti(n). Por ltimo, Landerman (1991) seala lacada sincrnica, morfofonolgica, de la nasal bilabial del sufijo mu en undialecto wanka. De este modo, para el caso del tenencial, solo es necesariosuponer un cambio de naturaleza semejante en una etapa temprana26.

    D. Resuelve un problema afn: la anomala morfofonolgica.

    La reconstruccin del tenencial que he realizado en este trabajo explicatambin la anomala morfofonolgica (ver 4.4.2): la secuencia ni no tendraun comportamiento inusual ante el tenencial, sino absolutamente regular,puesto que el tenencial sera o habra sido un sufijo con dos consonantes

    iniciales y por ello incitara la insercin de ni.

    26 Este anlisis podra tambin dar cuenta de la protoforma del sufijo privativo, la cual sera*nnaq y se presentara en la actualidad, adems de como nnaq (CerrnPalomino 1976,Parker 1976), en las formas :naq (Parker dem) y naq (Cusihuamn 2001, Soto 1976a) comoproducto de la prdida de la primera nasal; y en la forma ynaq (Weber 2008) acaso como unareinterpretacin posterior, a partir de la insercin de la secuencia ni: /ni+:naq/ > /ni+ynaq/.

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    7. Nuevas hiptesis

    Para terminar este trabajo, me referir, de un modo menos estricto, a lasnuevas hiptesis que surgen a partir de *nyuq, una de las opciones de recons-truccin del tenencial. Defiendo esta forma porque, por una parte, la existencia

    de un proceso histrico irregular de elisin de nasales se verifica ms en codaque en ataque (situacin que se requerira para argumentar en pro de *ynuq);y, por otra, porque encaja en un formato de sufijos nominales, especialmentederivativos, con consecuencias realmente interesantes.

    Derivativos Flexivo

    nti(n) (panquechua)nnin (Weber 2008)nnaq (Parker 1976)

    mpa (Cusihuamn 2001)nka (Cusihuamn 2001, Soto 1976a)

    nta (Soto1976a)

    Segn se observa, todos esos sufijos nominales de significados diferentescoinciden en la consonante inicial, situacin que difcilmente puede ser pro-ducto de la casualidad. Ms bien, si se recuerda que los derivadores nominalescrean nombres, palabras que hacen, per se, referencia a la tercera persona, y sesabe que el sufijo de tercera persona (poseedora), n, tiene dicha forma desdepor lo menos la etapa protoquechua (Parker 2013), es posible, entonces, iden-tificar ese segmento inicial de los derivadores con el sufijo n de tercera perso-

    na. As, sugiero que no habra aqu casualidad sino sistematicidad; es decir, quedichos sufijos seran coincidentes ahora porque habran tenido historias conalgn punto en comn: todos habran incorporado ese sufijo n flexivo, lo ha-bran reanalizado como parte integrante. Ahora bien, dado que, por lo menosdesde el protoquechua, los sufijos derivativos preceden a los flexivos (ver 4.2.),se sigue que antes de la formacin de *nyuq habra existido un lmite de pala-bra entre n y yuq: es la nica manera coherente en que un sufijo derivativopodra haberse constituido teniendo como primer segmento, a la izquierda, unelemento originalmente flexivo27. De este modo, *nyuq permitira retrocederhasta un hipottico n yuq.

    Finalmente, me gustara dar un paso ms y, sobre la base de la argumenta-cin fonotctica de CerrnPalomino (1995; ver 2 aqu) y las referidas conse-cuencias de *nyuq, sugerir que, a su vez, n yuq provendra de una construc-cin de relativo con el sufijo q agentivo aplicado a una raz verbal transitiva

    27 Esta misma lgica se sigue para cada uno de los sufijos derivativos arriba enlistados: entre lanasal inicial y el resto de segmentos habra mediado un lmite de palabra.

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    yu tener cuyo OD estara marcado con el sufijo n de tercera persona: nyuq28.

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    28 La evaluacin de las consecuencias de esta hiptesis constituye la segunda y ltima parte delproyecto mayor aludido al inicio del presente trabajo. Para dicha evaluacin, remito a Faucet(en preparacin).

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    Apndice: Tabla de abreviaturas y smbolos

    1 primera persona

    2 segunda persona

    3 tercera persona0 sin valor morfolgico

    AGN agentivo

    ART artculo

    CND condicional

    COM comitativo

    EVD evidencial

    INF infinitivo

    LIM limitativoNEG.ENF negacin enftica

    PLU plural

    PRF perfectivo

    PRG progresivo

    PRO propsito

    PSD pasado

    SUB subordinador

    TEN tenencialTOP topicalizador

    se realiza sincrnicamente como

    > deriva diacrnicamente en

    < deriva diacrnicamente de