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86 96 78 148 124 118 108 136 Sobre razas V esencoasmos DI EGO QUIROGA RESENAS La identi do d perdi do de los ecuatorianos ED UARDO KINGMAN Democroci a civico- mntor 0 los ten tociones del code r TI BI SA Y LUCENA La ecuotonooioco existe en un pais heteroqenec JORGE ENR IQUE AD OUM I nd igenistas. indios e id eologios roccies en er Ecua dor KIM CLA RK Representoclones d e gente negro en 10 Revista Vistazo J EAN MUTEBA RA HIER IDENTIDAD ENS AYO FRONTERAS RAC ISMO EN EL ECUADOR Resenos bibl iogr 6ficos: - Homo ... oeos: Ia soceooc lelediri9ida - uoeronon tcocces - Mu;eres conl rocorrienle. Voces de soees incftgeOOS Opinion cccaccy comunida d coanc o VIRG INIA GARCIA 3 27 18 34 46 60 68 INDICE COYU NTURA La descentralizoci6n en el Ecuador de ho y: sus alternativas FERN ANDO CARRION Del n oc osode 10 mo vor io a 10 d ebacle del Estado FE LI PE BURBANO La economic si n <umbo DIEGO BORJA E xplomndo en un ogujero negro F RAN KLIN RAMIREZ Violencia V seguridad c iudadana FREDY RI VERA EI efecto mitol 6gic o de la teoria de ia cu ltura de pobfeza MA RCELO BONIUA Los cloves para er futuro GERMANICO SALGADO ACTUALIDAD N ' 7.- Abril, 1 999 Los aniculos qua $8 publican an ta rav; sta SOIl da e xclusi ... a re sponsa bilidad da sus auto<es . no ,e llejal1 necesan amente el pensa mient o da ICQNOS EDITOR IeONOS FaJ PE BuRBANO DE lARA R EVISTA DE FlACSO· ECUAO OR Di""1:i",,: A ... . Ulpia llO P.>cz 118 t Par,ia " '", elHonoo: 232.(l29 23HI:lO f 2J2.(lJl / 2J2.(l32 h : S66-139 E _Mai .' , roords2@hoy,net H ACSO ECUADOR CONSEJO EDrroR lAL H AN S ULRIOl C ARRION MAR IA ES P1NO$ A CORNEuo MA RC HAN F EUPE Bu R BANO De LARA DI R ECTOR FLACS().ECUADOR AAo. FE RNAN OO CARR ION coeorro a !CONOS S EBASTIAN MANTTLLA BAeA rtOOUCOClPl ' flACSO·E CU ADOll Dl lENo: K &T Ed ;,,,,,,, e,M ,cos 1MPIIlION, Ed i mp "" S.A ICO NOS dWa,ku' l'I aU 'fli<iu de ILDIS y"Fundaci6" ESQUn IC ON OS PoItada: canca tura Javier Boni lla

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Sobre razasVesencoasmosDIEGO QUIROGA

RESENAS

La identidod perdidode los ecuatorianosEDUARDO KINGMAN

Democrocia civico­mntor 0 los tentocionesdel coderTI BISAY LUCENA

La ecuotonooiocoexiste en un paisheteroqenecJORGE ENRIQUE ADOUM

Indigenistas. indios eideologios roccies ener EcuadorKIM CLARK

Representoclones d egente negro en 10Revista VistazoJEAN MUTEBA RAHIER

IDENTIDAD

ENSAYO

FRONTERAS

RACISMO EN EL ECUADOR

Resenos bibliogr6fic os:

- Homo ...oeos: Ia soceooclelediri9ida

-uoeronon tcocces- Mu;eres conlrocorrienle.Voces de soees incftgeOOS

Opinion cccacc ycomunidad coancoVIRGINIA GARCIA

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INDICE

COYUNTURA

La descentralizoci6nen el Ecuador dehoy: sus alternativasFERNANDO CARRION

Del nocoso de 10movorio a 10debacle del EstadoFELIPEBURBANO

La economic sin<umboDIEGO BORJA

Explomndo en unogujero negroFRANKLIN RAMIREZ

Violencia VseguridadciudadanaFREDY RIVERA

EI efecto mitol6gic ode la teoria de iacultura de pobfezaMARCELO BONIUA

Los cloves para erfuturoGERMANICOSALGADO

ACTUALIDAD

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N' 7. - Abril, 1999

Los aniculos qua $8 publicanan ta rav;sta SOIl da exclusi...a

responsabilidad da susauto<es. no ,ellejal1necesanamente el

pensamiento da ICQNOS

EDITOR IeONOSFaJPE BuRBANO DE lARA

REVISTADEFlACSO· ECUAOOR

Di""1:i",, : A.... UlpiallO P.>cz

118 t Par,ia " '",elHonoo: 232.(l29

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h : S66-139

E_Mai.' , roords2@hoy,net

H ACSO ECUADOR

CONSEJOEDrroRlAL

HANS ULRIOl BuM;~RFER~ANOO CARRION

MARIAFER~ANDA ESP1NO$ACORNEuo MARCHAN

FEUPE BuRBANO De LARA

DIRECTOR FLACS().ECUADORAAo. FERNANOO CARRION

coeorroa !CONOSSEBASTIAN MANTTLLA BAeA

rtOOUCOClPl' flACSO· ECUADOllDllENo: K&T Ed;,,,,,,, e,M,cos

1MPIIlION, Edimp"" S.A

ICONOS dWa,ku' l'I aU'fli<iude ILDIS y"Fundaci6" ESQUn

ICONOS

PoItada: cancatura Javier Bonilla

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Explorando en un•

aguJero negro

queados, dC$viados, 0 gascososde IQ formaciones politicas real­menle exislenles; las miradas sa­bre Ia pcbtica y SU$ expresionesinslirucionaks se han elaboradosobre Ia certeu de que ellistiriaun patr6n pK-eonstituido pan! suevoluciOn. las fonnaciorles poll­ticas de cccidente, asociadas alos ideajes de la modemidad (ra­cionalidad instrumental, autono­mia de voluntad, validez de losdiscursos, representacion, eman­cipaeion, igualdad. libertad, etc.jS O D ele vadas como referenresempiricos y teOricos de 10 que ennuestrcs palses deberia censoli­darse. Las especificidades de laregion son esrudiadas en muchoscasas mas como desviaciones de[a norma que como expresicnessingulares 0 modalidades alterna­tivas de la practica poliuca.

A la luz de esu idea, en esrecnsayo prctcndo efectuar un ana­lisis crinco del usc del conceptcde "culture politica" desplegadoen buena parte de trabajos sobrela cuesuon democralica produci­des en et pais duranle la ultimadecada, eon la sospecha de queen ellos se recrea, precisamente:al una vision Ieleologica del pro­blema; b) una uli lizacion masnormauva que anahtica de la ca-

caudillismos frente a la l'1lCionali­dad politica de la democracia _que al final se podrian reducir ala idea de que existiria un "esta­do incomplete de formacion de[a necee". Ahora bien, la mismaobjecion puede plantearse a eaefactor conclusivo: .:.por que razonnuest ras sociedades resisten acornplctarse en una forma acaba­da de nacion? (cfr. 1991).

La idea es retevame para ro­ner en discusion una de las con­clusiones analiticas que con masrecurrencia se ha construido so­bre ct problema de la democra­cia, la nacion 0 el esu do de losparses de la region: resulta queen ellos se veriflcan formes ina­cabadas, "a medias", 0 incomple­las de democrecia. nacion yEstadc: procesos truncus. blo-

1. Preguntas iniciales

as senes pruebas porlas que actualmentealnview! las democra­tin de los palses deAmerica Latina, sobn:todo aq uc: lIas que ad­mmist ran $ U$ ecc nc­

mlas du de los csquc: masnecliberates, han heche que granpane de la investigation social ypolitica desplegada desde media­dos de la decada pasada se centreen el problema de gobcmabilidadde nuestras sociedades y de suscondiciones para consclidar, pro­fundizar y radicalizar la demo­cratizacien.

Hace algunos afios. relata San­chez Parga, cicrto investigador,al interrcgarsc sobre Ia gcbcma­bi lidad de la sociedad. se plan­teab a una se rie de hipotesis :contradiccion entre demandas so­d ales y modele eccnomico dedesarrollo; distancias sccioculru­tales entre sociedad y Estado;peniuencias de popu lismos y

Hacia una crmco de lasvisiones daminantes sabre 10cultura pafitica en el Ecuador

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tegcria exarninada: y. c) una es­case aproximacion anrropologi­ca-ctnografica.

Para cllo, en primer termino.revisare algunas de las argumen­tacioncs recurren tes respecto dela caractcnzacion de la culturapolitica en el pais para lucgo en­sayar observacioncs teorico-me­rodologi cas acer ca de susdebilidadcs. Finalmente, expon­go una aproximacion bastantc in­fl uenciada por la antropologiapost-estructurahsta para re-pcn­sar la unhdad investigativa delconcepto.

Cabe advertir que. en 10 fun­damental, procurare no discutirlos argumcntos contcmdos enlascaractcrizaciones de la culrurapolhica del pais -es decir que nobusco discutir accrca de la vali­dez, precision, y verosimilitud delas represcntacioncs de esta; elpresen tc ensayo apunta a cucstionar mas bien las modahdadcs. es­tratcgias anallticas 0 eproxima­cioees intelectualcs con las quese ha utilizadc tal concepto.

Aunque este ensayo no es ex­haustivc en la revision de autoresy trabajos subre el tema, crco queda euenta de una tendencia anali­tica dominante en la aproxima­ciOnal problcma de lademocraciay la cullUra politicaen el Ecuador.

2. Vias de an.iJisis

Los estudios producidos enel Ecuador a 10 largo de la de­cada que lermina han apUnla­do , e n gran parl e . a ladiseccion de las fonnas en quese ba viahiliza do eJ proyeclodemocnitieo cn euanto marcopolitico para la eonvivencia einlegracion so cia l. En todosellos se evidencia que la demo­cracia en el Ecuado r aun esuna larea por cumplir. tal vez,la mas urgente y compleja parael proceso de consoli dacion

socio-eccncmica del pais.Se podrta plantear que los

analisis que se ban des plegadnpara la comprensi6n de la "in­completud" de la democracia enel Ecuador estan direccionadosen tomo ados ejes teorico-rneto­dclogicos que, por 10 demas. enmochas ocasiones apenas dialo­gan entre si:

a) un enfasis en la dimensioninstitucional de la dcmccracia .En este case, el problema deldeficit dcmocratico radicarla enla fra gi lidad de las insti fucicncspuhlicas, en una normatividaddcsprclija, incapaz de consolidarrcglas de juego de caracter vin­culante para todos los actorcs(2). Seg un tales intcrpretacio­nes, la consolidacion de las de­mocracias de la region pasa poruna recomposicion insritucionalcon miras a procurar una gcstionpublica efl ciente acorde con lasnuevas exigencias del modelede desarrollo basado en los pro­cesos de integracion y liberali­zacicn economics. Ello cquivalea poner er ecenro en la busquedade mejores rendimienlos de lacapaci dad de gobierno de lossistemas politicos (3), sin perderde vista el componente repre­sentalivo de la demoeracia. 5etrala en suma de descomplejizarel proceso de toma de decisionesdel sistema poli tico.

De am que Ja nocion de go­bemabilidad estc asociada con laconsolidacion de las organizacio-

nes, procedimientos, normae co­munes, etc. que sean reccnocidasper rodos los actores relevantesdel sistema. Se tra ta de prestaratenci6n al grade con que las re­laciones eserategicas obedecen aformulas estables y mutuamcnteaceptadas: fo rmulas para proce­sar conflictos, demandas y rei­vindtcaciones de todos losactcres sociales intcrpelados peret ordcn polit ico. Se puede apre­ciar una tendencia clara a delimi­tar el problema de lagobcmabil idad a una situacion enque las insutuciones y organiza­clones estatalcs son capaces deimplementar de manera exuosa yesrable sus planes y pollncas. 10­gra nde asi una razonable proper­cion de exito en sus obje tivosexplicitos. EI alcance de talesmeres debe scr fijado a parti r dela disposicion de regfmcnes nor­mativos coherentes. eatables yconsuuidos socialmcnte per losactores relevantes de delermina­da unidad nacional.

b) Una corrienre de argumen­tacidn orientada a tratar el pro­ble ma de la consolidaciondem ocratica lo mando co moprincipal factor explicativo lacul!ura poli ti caexislenle en cI me­dio. Este nive l derefl ex ion a lude acomprender la re­lacion cnlre un re­gimen polit icote ndenci a lme nte

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.:. compresion de la democracia en el, '.. ~"'

Ecuador han estado direccionados entomo ados ejes: el institucional yel

de la cullura politica

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demccraticn y Ull coojunto devalores. rcprescntacioncs y prac­ficas sobre la politica que no ba­bria asim ilado 0 incorporadoestc nivel normative.

En otras palabras. cl problemade la consolidacion del ordcn de­mccranco sc expficaria ya nodesdc cl tipo de instuucioncs ynormas para 13 gcstion publicaeficicnre del orden pol itico. sinopor un dcsfase entre los valcresmovilizados per los 5UjelOS politi­cos en sus practicas y "el npo devalo rcs politicos que rcquicrc ladcmocracia para operar con rcla­tiva normalidad" (Burbano deLara, 1998:4), entendida esra enlas funcioncs que el discurso nor­mativo de 13 politica modema lc

demanda. Es dccir, habr ia unamarcada imposibilidad por panede los aclorcs polit icos locales deasumir los comporlami~ntos yvalores polilicos y cultur<tles pro­pios dc la modemidad en el capi­talismo.

3. Las lamentaciones

En vista de que la rell exionque se desarrolla en eSle ensayosc moviliza d~"T1 lro de la scgundaarisla analilica descrila, es conve­niente realizar algunas puntuali­zaciones adicionales sobre lascaracleristicas tcaricas, metodo­logicas y, en general. sobre los re­sullados producidos por la lescsludios "cuhuralislaS"(4).

Asi, parcccria heber una suer­te de consenso latente entre talesestudios en cuanto a considcrarla cultura politica ecuatoriana co­mo un obstaculo para la demo­cratizacicn de Ia sociedad (5). Setrata de argumentos que ticndena comraponer los avances en laelaboraciun de los contenidos . laconcepcion y c! discno institucio­nal de la dcmocracia -sobrc tcdodesde el retorno al Estado de De­rccho en 1978- con un sustratosimbclicc y cultural reacio a adc­cuarsc a los imperatives cncos ypragmaricos que dicho marconormative dcbcria impcncr.

En efccto . uno de los rasgosmils dcsracablcs de las rcllcxio­ncs sobre cuhura politica rcaliza-

des en el pais ticnc que vcr conuna rccurrentc caractcnzac ion deella en terminos de rcprescnta ­cioncs y rclacioncs sodales quelenninan por obstaculinr 0 con­laminar cualquie r avancc en laconfiguracion procedimenlal delsislema polil ico impcrante. 1::1ar·gumenlo puede ser resumido enIus siguienles lemlinos: la cl,hurapolilica no se rige ni coincidecon los "valores" exprcsados enlos marcos insliluciona1cs vigen­les, de eSla fonna, las praeticaspoliticas de los ciudadanos llevana la polilica a una suene de "masallf" un terreno indcfi nido. delos marcos nonnal ivos propues­lOSpor cl orden democratico. Es·Ie "desajuste·' (cfr. Burbano de

Lara, 1998: 4) 0 "cuntradiccion'tPachano. 1996a y 1996b: 73-74)ticnc como cfccros. una consran­tc rnformalizacion de la polltica,y una carcnciu de lcguimaciondel orden con stitucional demo­cratico y de! Estado. en sus vale­res y sus pragmaticas (ibid.).

La cuttura politica aparcc e enestes rclatos como un obstaculo.como algo que cjercc un bloqucosistcmarico al "normal" fcncio­namicntc de las insntucioncs de­mocraucas. EI problema de lagobcmabilidad dcmocratica que­da rcducido de csta fonna a unasucrtc de inadccuacion entre losmccanismos "modcmos", "racic­nalcs" y "tccr ncos" de adminis­rracion politica de In social y lasrcprcscmacioncs y cjcrcicios co­ndianos de la poluica todavia an­eludes en valorcs tradicionalcs.Estamo s trcmc a una vision"ccntrcntacionista" entre cl siste­ma/regimen polilko y las dccodi­ficacioncs culturalcs que de CUllS

se haec en las practicas poiiucasde sus principalcs mcntorcs y engeneral de roda la ciudadania.

Una conclus ion. general, deeSlOS estudios plantca que la dis­tancia entre estes <los componcn­tes de la democ racia hadcgencrado en una cscastsimaparticipacinn pclitica de la "so­deda<l" en la vida demllcraticadel pais: el pueblo no habria par·licipad,) en la proclamacion de ladernocracia ni en sus sucesi\asreconstiluciones. 1.:1 Ecuador noliene ciudadanos (Sanchez Parga,1991), no t i ~'1lC "s~lC i edad civil"(Pachano. 199bh). no existe par·licipacion polilica.

La fomla "ciudadano'" requi­SilO insalvablc cn la tarea de for­mar un reg imen POlilicodemocnilic o, se arguye, nu ha­bria crislalilado en la socicdad~'Cuator iana: cl tejido social delpais cstaria consliluido mas bienpnr "fomlacinncs pre-societales

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o prc-politicas asociadas eon elprcdorninio de corporahdadcscomunales, grcrmales, asocia ti­vas que ocultau y dcforman unacxprcsion individual" y auto-rc­Ier ida de 10 politi co (efr San­chez- Parga. 1991 :48-49). Losmirnmos nivclcs de participacionde la poblacion civil en los cana­les institucionalcs fi jadus para clcjcrcicic dcmocratico de la poli­rica (In ya mcncionada informali­zaeion de la dcmocracia j. ladcformacien de los mccanismosde reprcscntacion politica bajo laligura de relacioncs clicmclares 0

caudillisus . la indifcrencia. pasi­vidad 0 desencamamicntc eadavez mas accmuados pur los pro­blcmas pclincos publicos que en­frentan los gcbicrnos de tumoson. entre otros. algunas de lasexprcsicncs con que sc ha verifl­cado la carencia de ciudadaniasmodernas-dcmocraticas.

En suma, cstamos frcntc a unavision "ncg ativiznda" de la cul­tura pollrica vigcnte: Simon Pa­chano concluye que en el paisextse "una cultura politica queno lcgra cxprcser idenndadcs co­lecuvas y que no se plamca co­mo objenvo la consntucicn deun orden consens ual" ( 1996b:77); Felipe Burbano. por su par­te. seiiala que ""( I)os limites dellibcralrsmo dejan como huella enla cultura polit ica modcma ~'Cua ­

toriana, la auscncia de una no­cion fuene, clara. incontrastable,de igualdad ciudadana" (1 998:16). AI margen de considerar eIaleanee de estas intcrpretaciones,resulla bastante problcmatico en­carar la caraeteri7-1lcion de deler­minado objeto 0 prob lema decstudio, reitcradamente, en ter­minos de aquellos clementos queno posee. Pareceria ser que, enlugar de preguntarse por las par­ticularidades de las expresioneseulturalcs sobre la politica, sc lasevalua en funcion de un "mas

ana" previamente fijado y que,scbre lode , aparcce como unameta emcae ineludible.

De esra forma, la cultura poll­tica existente qucda carecterizadacomo un espacio donde abundanenclaves anu-insmucionalcs. pre­ciudadanos. no-Jeguimantes. po­co pa rtic tp.at ivos, es deci r.anti-dcmocraticos. Quisiera argu­mentar que este tipo de aprc xi­macion impide otorgar senridospropios a la cultura pclltica local,y asi, la vacia de cc ntcnidos y

bloquea la ccnstruccicn de unavision desagregada de sus estruc­turas intemas. De ahi que, comocfecto discursivo de los relatosconsiderados. la cullura politicasea entendida repetidamente co­mo un terreoo baldio que deberiaser afectado 0 scmbrado con losvalores de la inst itueionalidaddemocr:il ica modema.

Este procesamiento hace que.ante nuestros ojos. la cullura po­Ii lica aparezca como una suenede agujero negro: todas sus cuali­dades son delinidas en el ambitode las carencias, de las auscncias.de los bloqueos, de las fracturas.Bajo esta mirada, los valorcs im­perantes cn las democracias occi­dentales modemas son asumidoscomo necesidades biisielL~ 0 pres-

cnpcic nes ineludibles para laconsofidacion de los sistemas po­li ticos locales.

No se trata de ncgar la posibi­lidad 0 la nccesidad de que entreel sistema polit ico y cl ambito dcla culture polhica cxista n puntosde iruerscccien 0 de que inclusosus desarrollos convc rjan haciaun mismo fin . sino de advcrtirlas dificultades que esre npo devisiones. que rayan en los limitesdel evcluciomsmo. ricncn a Iahera de ensayar n abajos de in­vcstigac lon mas cxhausuvos.Trabajar denrro de un marco in­terpretativo como et dcscritoaqui encicrra et pcligro de mirarde forma pre-juiciada y csquc­meuca a tos valcrcs y prdcuc asde los actores socialcs y poliu­cos en sus relaciones con la csfc­ra de la pol itica.

La recurrencia en una dcscrip­cion que vacia de ccntenidosprcpios, aflrmativos 0 posinvos.y de racionalidades diversas. alas culturas politicas del pais, de­jaria cmrevcr el prcdominio deuna lcctura umvoca y poco pluralde las difcrcntcs esirategias conque los sujeto s socialc s opcranen el ordcn institucional y cn elmundo de la vida.

En decto. tal y como cl con­cepto de cultura poli tica ha sidoutilizado en la mayoria de traba­jos efectuados en el medio, sepu~'dc conduir en que sc preseo­ta mas como una categoria conun claro linte nomlativo -asocia­do a la imperaliva cooslruccionde uoa cullura politiea democni­lica- que como un instrumentoanalitieo para suscitar reOcxio·nes exhaust ivas sobrc las reprc­se ntac iones de la cucstiondemocnitica.

Lo anterior haec que no resul ­te difi cil percibir la constitucionde un tono de lantcntacion y nos­lalgia. en los rclatos de los so­ciologos Y poli t610gos del

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medic. por esccnarios dcmocra­tico-modcrnos de otros lugares yticpos. En efcctc, mas que ex­plicacioncs elabcradas sobre loselementos constitutivos de 13 de­mocracia ccuatcriane. tcngo laimprcsi6n que los esrudiosos dellema han montado un tipo dediscursc qucj urnbrosc y dcsga­rrador sob re los ava ta res denuestro s istema politico.

4. EIdeshuesamiento

Con mires a tomar distanciade los marcos conccptuales sobrclos que reposan cste npo de refle­xiones en torno del problema deIs cultura polltica , es necesaricprecisar deltas ccnstderacionesadicionalcs sobre sus proposicio­nes teorico-metodclogicas:

a) el concepto de eultura poli­tics cs escasamente elaborado. yacotado (6): si bien reconocemosque en general se trata de una ca­tcgorl a gascosa y basrante indc­tcrminada, sc ebscrva dcmasladoen fasis en su nivcl "actitudinal' 0

valorico. Es ilustrativc referirsc ala forma en que Oswaldo Hurtadodefine cl concepio: .....el conjuntode actitudes, creencias y senti­mientos que dan significado a unproceso politico. proporcionando.Ie los supueslos y normas queorient:m el gobiemo de una socie·dad" (\994: 107.). Como se puc·de vel', el ambito de las pnicticasde los diversos actores sociales atravcs de las que toman forma lossustratos simbolicos con que serepresenl a al sistema politicopnicticamente no existe 0 quedarclegado a un segundo plano.

El cstudio de Felipe Burb<!no,del mismo modo, aborda el pro-

bicma de la cultura politica uni­carnente a traves del analisis delos "discursos del poder", a saber,un analisis de [a rctc rica produci­da pol'cicrtos ectores politicos re­prescntat ivc s -pre sidcmes,d tputados. intelectuales- de losmovimicntos liberalcs, populistesy, mas recientemente, mcderniza­dores (las tccnocracias nee-con­sevadoras). Sin descartar del todouna entrada de este tipo, seriapertincnte para tratar de aproxi­marsc con mas precision al pro­blema. preguntarse por Ia formaen que tales discursos son consu­midos. actuados y resignificadospol' los sujetcs sociales a 105 cua­les van dirigidos (eft. 1998).

No trato de oponer dicursos apracticas. creoque se trata de am­bitos mutuamente eonstitutivos.Las eonstrucciones discursivas,las configuraciones linguisticas 0las enuneiaciones verbales sonpol' si mismas aetividades conere­tas de los individuos; de ahi queun examen preciso de las fonna­ciones cullUrales rcquicre de unadoble leetura: examinar tanto lasproduccioncs textuales de los ac·tores como eI regimen efcchvo defu ncionamiento de sus accionesdiarias (7).

En el mismo nivel de impre­cision conceptual, parecceia ina­propiado realizer una lcctura delconcepto en cucstion asociandolcindiscriminadamcntc con aquelde "vida cotidiana", como sc 10ha hec he en el trabajc de S. Pa­chanc (cfr. 1996b). Una homolo­gacion instantanca entre las doscategories rcsulta problematicapol' cuamo la eategoria "vida co­tidiana" abarca un conjunto dereprcscntacioncs y actuaciuncsque trascicndcn et campo de lapolitica.

b) En general. los trabajos rea­hza dus poncn en juego una visionen exccso sincrcnica de la culmrapolitica. No problcmatlz an lastensiones entre aqucllas rcprcsen­tacioncs y practicas de larga rna­du tacion y aquclfas deeluboracton mas rccientc. La rela­cion entre tcmatizacioncs conn­nuas y novcdosas eSla en generaleuscntc, 10 que rcdunda en un en­foque funcionahsta (8) de la cul­lura poltuca. Los procesos deformacion. las causalidadcs quedieron origcn a sus manifcstacio­nes actualcs qucdan invisibiliza­das. POI' cjcmplc. cl cstudic deCarlos de la Torre (1 996) aduptacomo estrateg ia analitica la ob­scrvacion de las campafias clccto­rates de lidcrcs populistas duranteun pcriodo muy acorado -concre­tamcntc la scgunda vueha electo­ra l de 1996 y algunos acresproselitistas de 1992- y a par1ir dealii extrae conclusiones generalespara todo el pais. Esto dice mu­cho respecto de la auscneia de vi­sio nes com para livas a niveltemporal y de sus consccucnciasa la hora de producir una visionpoco difercnciada de las tepre­senlaciones subre la polit ica. (9)

c) En relacion con 10 anterior.cabria advertir que para el estu­dio del problema de la culturapolitica del pais se ha hecho muy

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poco uso de una estratcgia corn­parativa. La posibilidad de ha­blar en plural de las culturespcliticas, que a mi juicio es lamas apropiada. queda esrancadaa pesar de las diferencias regie­nales, urbano-ru ralcs, de gcnero.etoicas, economicas. generacio­nales e historicas que caracteri­zan a los diferentes actoresscciales y politicos. Podria pen­sarse que estes lectures esunpermcadas por la fuerza del ima­ginario de "10 nacional"; la ideade forjar un Ecuador homoge­nee, compacto, eflcazmente uni­ficado, redunda en una visionunitaria de las expresicnes cultu­rales sobre la pclttica.

Del mismo modo, la escasaatencien a la exis tencia de unadiversidad de cultu ras politicasse reflej a en una poca diferencia­cion entre las practicas y discur­siv idades de la clasc polltica yaquellas de los ciudadanos cornu­nes. En ciena forma, se podriapensar que la vision que se haccnsuuidc sobre "nuestra" cultu­ra politica corresponde sobre to­do a las reflexiones producidassobre las elites politicas (10), te­niendo, por 10 demas, un cfectohomogenil.ante acerea de eslas.

d) Para la mayona de trahajosrealizados rC$uha pertinente ad·verti r acerca de su escasisimoaporte investigativo. Las reflexiones exislentes responden a ensa·yos auto· referidos, especulacio·nes de los autores, marcoslooricos acornpailados de hipOte.sis y preguntas explorativas (II).En eSle niveltoma cuerpo la difi·cultad de etiquetar como "cultu­ralistas" a esle tipo de accesosanali licos, ya que, salvo casosconlados. como eltrabajo ya refe­rido de Carlos De la Torre (1996).no se han producido trabajos in­vestigativos depurados 0 amplioslevantamicntos inforrnativos so·

bre las practices y discursos delos sujeros sociales de fonna tal aespecificar las caracteristicas pro­pias de [as cultures poliricas pre­sentes en el medic (12).

Quisie ra destacar a continua­cion que dentro de los trabajos ee­rertdos exis te un tipo deargumentacion que, como su prin­cipal atributo, busca tomar distan­cia de [as formulacionesanteriormente resei'iadas por cuan­to enfat izan en la necesldad determinar con visiones teleologicassabre [a cultura politica y reivin­dican la urgencia de decantar lasracionalidades espectflcas conque los actores sociales se relacio­nan, consumen y significen e1 or­den dcmocratico.

Tengo en mente, sobre lodo.los trabajos de Fernando Busta­mante (1996 y 1997) Yen dettamedida la investigad on de Car·

los de [a Torre. Se trata de un ti­po de reflexion con dis tintos rna­rices: encara el problema de laeultura polltica buscando dctarlade significados propios. scntidoposltivos, ya no se la estudia co­mo un campo en permanenteconflic to con el nive! procedi­mental del orden dc mocretico.No se trataria mas de un espaciode dcsfase, divorcio. contradic­ci6n 0 bloquec con respecto alsistema politico. Per el contraric,se prornueve la explcracicn delas estrategias, identidades y dis­curses presentes entre los acioressociales y politicos en su relac ioncon el mundo de las institucionesdc mccraticas de forma tal queaparezcan como su parte consti­tutiva y consrimyeme.

En esta vision, que peca tam­bien de ser sincrcnica, poco com­parativa y -sobre redo en el casode Bustama nte- asemada en uncast nulo trabajc de campo, exis­len algunos elementos para plan­tear una lectura altemativa de losavatares de la democracia ecueto­riana por fuera de su dimensionforma l. Asi, tal au tor advicrte quehabria que entender el problemade la cultura polltica sin asociar[aindiscriminadamente a los rendi­mienlos de un buen gobiemo~ ra·cional a su vez [igados a unconcepto normativo, n6mico de [avida publica" (l996: 145). La go­hcmabilidad democratica aparccecomo un efecto sistemico, resu[ta·do de [as acciones de muchlsimagenIe pero no OCUTTe necesaria·mente porque la geme la busca expmfeso. Los objetivos y estrate·gias de los agentes humanos vanposiblemente por Oiro camino ,apuntan a [0 que podnamos lla·mar "objetivos particulares", [oscua[es estan regidos por deseos,necesidades y moralidades que flO

tienen por horizonte expllcito -yno tienen por que hacerla- el 10­gm de melas nacionales "buena.~"

ICONGs l 51

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-legitimidad. eficiencia, racionali­dad, ordcn, etc. (eli 1997: 58).

Al ea tender que el problemade ingobemabilidad solo aparecesi uno se coloca como un cbscr­vader pucsto en ellugar de (0

programado pon 13 "ratio univer­salista de la modcrntded" cuyoethos debe scr extcndido a 1000el s istema politico. Bustamantepropane que para entendc r clfuncicnamicntc de nucsira demo­cracta es ncccsario investigar"esc mundo de ncccsidadcs, cs­tratcgjas y practices cotidianasqu e en su ruunario dcsplieguctienen cl cfccto acumulativc dehaccr diflcil la racionalizaciondel ruanda estatal" (1997: 51\ ).

Taltcsis parec e coincidir conla perspective del csrudio de Dela Torre, quien scnala que en lu­gar de sonar con un futuro en elque por lin se Ileguc a rmitar lasformas occidcntales supuesta­m~'1\IC racicnalcs y modcrnas dehaccr polltica. scrte convcn icntcpartir de las particulares caracte­risticas de la cultura politica lo­cal; " 10 importantc es cstudiar 10que cs cspccifico a nucstra vet­sion de la modernidad... en lugarde cspcrar que el progreso noscquiparc con las practices polin­cas de los paises democraricosoccidcntales", y no crear asi sis­temas politicos supuestamenlemodernos y raci onales por lasimple promulgacion de teyes ydet:Tetos (efr. 1996: 14 y 75).

En sum a, es los auto res na­rran la idea de que Ius sujelospoliticos no desarrolla rian su vi­da colidiana y sus exp.::clativasy pr3cti..:as r..:specto de la POlili­ca cn los termmos esperados pa­ra un "normal" funeion amienlQde las inslituciones d..:mocrat i·cas. Se disuclve, a l menos desd..:sus co ns idcrac iones leoricas( 13), la idea de un tipo de cul lu­

ra poBlica irradona!, anti-insli­tuci onal, pre-e iudadana. elc. ,

52 I ,CONOS

para tra tar de contem plar la ensus estructuras y re laciones in­ternas propias. La repc tida desi­derata por formaciones pollticasmodcrnas, racionalcs 0 eficacesqucda de eSla forma -al menos­problcr uarizada.

Al margen de asurnir si estesexplicacicncs son suficiemcs pa­ra emcnder la cuestion dcmocea­tica en el pais, resu ltanpcrtincntcs per cuanto marcan un

importantc dcsplazamicnto argu­rnentativc -por fucra de las mira­das evolucicnistas eon que sc hatratado cl rcma- que podria pro­piciar un acercerrncnto mas dcte­nido y d iferc tlciad o a lasmodalidades de expresion de laseulturas politicas del pais.

5. Culturas politicas:precisiones conceptuales

Los enfoques que centrall suat ellci6n en el prob lema de lacultura palilica tienen como ca­raeteristica y vcntaja comunes elbeebo de problematizar la sufi·ciencia a capac idad rea l de lasrefo rmas de ingenieria ins li lu­ciona l tan dtfundida s en los ac­wa les re-disciios de los btados

de la regi,')ll , Con clio se quiered~'{; i r que debe prestarse mayor

atencion at hecho de que formasinstitucicnalizadas, cstablcs , ra­cionales y univcrsalistas de gcs­tion publica so lo podrianllcvarse a cabo si cxisrcn lascondiciones idcologicas. valera­tivas y cticas que p.:mtitan a losciudadanos comuncs asumirlasen sus pracucas cuudianas (cfr,Bustamante 1996: 150- 157). Setrata de cstudiar c! pruyecto derransformacion politico en lenni­nos mas amplios y no simple­men te como una meraconjugacion de aruficios teem­cos. juridicos y normativos.

No es cucstion de dcscartar cIanal isis insnrucional como basepara la cnmprcnsion del ordcndcmocrarico prcducido. sino delIamar la atcncicn hacia la bus­queda tie lectures mas sohcassobre una cualidad de nucsuasdemocracies que tanto institucic­nahstas como culturalistas corn ­pat ten. s! bien con dis tintosacenros: para los pruncros habriuuna crccienre distancia entre lasinstitucioncs puliticas y las cxpe­ricncias y cxpccumvas socialcs.mientras que para los scgundoscsta disrancia cs visuafizada masbien en tctminos de una notablecontradiccion. alai punl'l de quelas culturas poltticas cxistcntesdesburdan, rcbasan y fracturan elideal democr:itico. En cualquiercasu. qu~'tIa ela ro que no es posi­ble aburdar los proeesos dc refor­rna institucional cn vigellcia sinindagar siml,lltancamente eI cam­po de la cullura politica. PeoraUll cuando los padecimicntosdel Estatlo y el actual fracaso delmodelo n<.'u libera l nos enselianlos limitcs dc la r"ciollalidad for­mal para c<lhesionar y tlar sena­Ics de certi dumbre a la vidasocia l exclusivamente a partir dcla adm inislrad on burocratica 0del rnercadu. De alii que cstudiar

la cultura puHtica equivale a es­ludiar la producd6n de esa lrama

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cultural sabre la cuat descansanlas institucioncs pchticas.

EI predmbulo teorico que pon­go en jucgc a connnuacien nenecomo objctivo lIamar la atencionsabre dos aspectos: a) reconstruire interpreter la formacion de lascultures polhices existcntes obli­ga a poner en dialogo la memoriaque los actorcs socialcs guardansobre el sistema politico y las ac­males representaciones/actuacio­nes en su torno: cs un lIamado deatcncidn para rccvpcrer una vi­sion histerica scbrc cl csrado delas cosas: can Robert Castel, asu­me que el prcscntc no es solo 10corncmporanco. es mas bien unefccto de hcrcncia. y la memoriade csra hcrencia nos C1; ncccsariapara comprendcr y obrar boy. Sctrata de movilizar la memoria,como un cjcrcicic hcrmencutico,que implica volvcr al pasado conun interroga ntc que es actual­mente el nuestro, la posibilidadde entcndcr [as angusrias de ladcmocracia, y escnbir el relatadel advenimicnto y las principa­lcs pcripccias de 10 actual (cfr.1997: 26); b) cxistc una divcrsi­dad prdctica y discursiva de ejcr­cer [a ciudadania: cs cl mundo delas culturas pollncas dondc sc rc­crcan distintas intcrprctacioncs ysubjetividades socialcs que estanen pcrmanentc conflicto y eom­petencia politica.

Para empezar es convenientereali7..a r algunas precisiones con­eeptuales en 10 re[ativo a la relacion entre el nivel insl itudonal­nonnativo de la democrac ia y lalrJma cullural a ella asociada. Re­sulta de bas1ante uti lidad para ellotraer a coladon la dislincion queefcenia Norbert Lechner entre "lapol itica" y"10 pol itico" (c1i". 1994),

En primera instancia eabr iamendonar que estudiar la cues­tion demoeratica implica da rcuenta de sus dos grandes dimen­siones. a saber. una de caraeter

intrumcnral-pragmat ico -quc screfiere a su rendimiento comosistema de gobicmc y adminis­rracidn sociopclitica- y la otra deindole cultural que elude al am­bito de las reprcscntacioncs. dis­curses y pracucas con que elordcn dcmocrauco cs asumido (0no) como e laboracion so cialcompartida.

Asi. la esfera de "la poli tica"en tenninos generales tiene quever can los sistemas de rcpresen­tadon y aquellos de administra­cion publica. se trata de unambito en que sc tematiza y seprocura descomplej izar el proce­so de toma de decisiones. (1 4)Par otro lado, "10 poli tico" sc Te­

Iiere a las expericncias cotidianasde las personas sab re el ordencomun que eOllstituyen la mate­ria prima de la eual se nutre lapolitica instit ucionalizada. Lopolit ico escapa a cualquier deli-

mcion substamiva y en su tomoes dificil fijar parametres defini­rives, sill embargo, "ta mpoco esun mero espacio virtual que puc­de ser lIenado con cualquier con­tcnido" (Ardit i, 1993 en Lechner,15: 1994). La polit ico relacionala vida social con [a comunidadde ciudadanos, circunscribiendo[a constelacien siempre variablede elementos multiples que con­figuran et crdcn. Se rcficrc a lasrelaciones, mediaciones y pro­pcrciones entre ambos niveles.de ahi que rcsulre diflcil su defl­nicion. perc ignorarlo implicariaamputar a la politica y reducir clfenemenu democrauco a sus rna­nifc staciones mas visi blcs . Esdecir. si se limitan las investiga­ciones a la politiea insntucionali­zada se refuerza precisamcnte elcaractcr ccuno con que vicnc de­scnvclvicndosc y que ya ha sidecorrectamcntc dcnunciado (Ha­bcrmas. 1992; Telles. 1993).

Entre la esfcra de "le politi­ca", en cuanto practica insrirucio­nalizada . y aque tta de "10politico", entendida como el con­junto de formes en que imagina­mos. vivimos y valo ramos elordcn, sc tcjcn un ccnjunto derelaciones de influencia recipro­ca: estc bace que tos universessimb6licos y las represemacionessuhjetivas que se construyen entomo del problema dcmocraticoesten ligados can el rceorrido delsistema polit ico, sus transforma­dones y continuidades: la eullurapolitica como produetora de laaccion politica. es decir, las insti­tudones dependen de la cuhurapolitica pero tambien cOlltribu­yen a fonnarla y modclarla (efr.Lechner, 1987: 9).

La nocion de cuhura poli tiea-a diferencia de la de opinion publica- a[ude a pautas eonsolida­das a traves del tiempo. rero, ala vez, la cultura politica incor­pora permanentemente nuevas

tCTUAlIUAIl

IGONos l 53

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54 I ICONOS

mterpretaciones de la realidad.Una de las dificultades de inves­tigaciones que se diseiien al res­pecto, consisre precisamente enponderar la relacie n en tre laspautas esrablecidas, transmitidasmediante largos procesos de so­cializacion y las nuevas ofcrtasde interpretacion, aportadas por"prcducrores de sentido" de di­vena indole. (ibid)

EI enfasis en plantear una mi­rada -arqueologica" de [as cultu­res pollticas vigentes, entonces,alude al entendimientc de que enelias se procesan s tmultanea­mente ternas, asuntos. 0 identi­dades con una larga data demaduracion. y topicos y forma­ciones culturales/imerpretativasde mas reciente origen. Las cul­turas politicas son produccionesdiscursivas y pracricas que sedi­mentan diverscs esquemasrepresentacicnalcs, en cones­pondencia -fragil 0 estable- conla evclucion del amb ito institu­cicnal dc la polltica. Los ejerci­cios refl exives que se inrerescnen cl lema deberi an indagar porta l proceso de scdimcntacion,con mires a detectar tanto las re­gularidadcs como las disconti­nuidades tematicas.

La reconstruccfon histcrica de[os significados y las modalida­des de interpretacion del sistemapolitico -que de una u otra ma­nera otorgan sedimentos legi ti­mantes al orden democrat ico­por parte de los sujelos socialesinvolucrados difereneiadamente

en cada contexte politico, cons­tituiria un accesc metcdclcgiccprivilegiado para construi r uncampo analltico consolidado sa­bre el tema en cucstion ( I S).

Para desglosar la categoria"cuhura polfrlca", cabe sefialarque algunas definiciones previasenfatizan en que este concepto:a) riene una dimension relacio­nal que permne confrcnrar lasorientaciones colectivas de dos 0

mas actores respecto de cuestio­nes pollticas; b) de ell! que nosole 10 que enrcndemos por poll­tica sino inc1uso la conforma­cion de sujetos hacen parte delfencrncno a estudiar; dctcrminarla cristalizacion de las idcntida­des colccrivas es parte ccnstiru­tiva del analisis de las culturespoliticas exis tcnres (cfr. Lecb­ner, 1987 ; Burbano de Lara,1998).

Sin embargo, cn contra deuna vision que alude a la culturapolitica como una instancia queno ebarc a la accion propiamemetal s ino sclamentc las orienta­c lones para la accion (cfr. Lcch­ner, 198 7: II ; Hurtado. 1994:107), cabe adverti r la existcnciade un enfoquc que pone e! acen­to en la dimension practica-ma­terial de la c ultura en tantoproductora de significados. va­lores y subjcllvidades.

Bustamante propone, en unaprimera vision general del con­cepto, que cl problema de 13 cul­tura polit ic a se refi e re a laexistencia de programas opera-

cionalcs 0 algoritmos que permiten a los actores socialcs inven.tar, crcar y dcsarrollar rcspuestasadccuadas a circunstancias nue­vas. Se pone dc maniflcsrc quegran parte dcl bagajc intclcctualy afectivo de las personas estaconstituido per pragmaticas masque per normas y valores queproporcionartan rcspucsras fija­das de anternano a los problemasde [a exi stcnc ta cotid iana. Deah i que explo rer la cultura pcliti­ca de un pueblo 0 grupo socialimplic a no solo hacer refcrcnciaa las ideas y valorcs ya existcn­res sino, ademds, indagar sobrela forma como la genre configu­ra la sintcsis , produccicn. inter­pretacion y reinterprctacion decstos contcnidos para respondera problemas que cad a vel scprcscntan de forma incdita. Enestes enfoques la cultura es en­tend ida como medics de accicnpniclica (cfr.1996).

Por euo. es posiblc sostenerque bajo elterminc cultura poli­uca sc dcsigna a un conjunrc deideas, normas, crecncias . valcresy practices de resotucion de pro­blemas. Una definicion co moes ta asume que la ge nte usa yapfica estes contcnidos de lacoocicncia. sin dcscartar que es­ten a su vez determinados. en al­guna medida por OITOS factores.pero siempre guardando algunarelacion con eSlOS cn uno u otrosentido. La euhura . cntonces,trata de ser entcndida en su cs­tmctura intema: 0 la cultura es

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un factor explicative de ultimainstancia 0 un mecanisme im­pnrrante a traves del cual losfactorcs verdaderamente expli­cativos actaan y sc haccn efecti­vas (ibid.).

Esta defi nicion, de corte masantropologico. enfatiza en losaportes de las teor'ias post -es­tructuralistas acerca de la rela­cion entre practices y discursoserucndidos como productos cul­turales (textos] sujetos a multi­ples interprctacicnes y desde lascuales se mcide en la amplia­cion, reduccion 0 cambio de laesfera de 10 politico y de las for­mas msntucicnales de hacer po­Htica . Algunos reoricos de lacultura popular, como Dc Cer­reeu (\984) a Will is (1 990), hanresaltado la forma en que la cul­tura envuetve un proccsc cclec­rive e incesantc de produccionde sjgnificados que modelan laexperiencia social y configuranlas relacicncs sociales. La culru­ra ha sido definida en este enfo­que como -et sistem a desjgmficacicn a traves del cualnecesariamcnte...un ordcn sociales comunicado, reproducido yexplorado" (Williams, 1981:13).

Sobre la base de accesos her­mencuricos y semicricos. la an­tropologia interpretativa se hadesplazado hacia una compren­si6n no positivista y parcializadade la cuhura, en parte dirigidapor la melafora de la "euhuracomo texlos", Uno de los aspec­tos mas usados de la interpreta­ci6n post -estruct ural ista decultura en la anlropo[ogia con­temporanea es su insistencia enel aml lisis de la produccion ysignificacion de sentidos y pnie­licas , como aspectos simu[d­neas y profundamente Iigados dela fonnacion de la realidad so­cial. Asi , mientras la antropolo­gia mas clb ica ha u atadogcncralmente de ligar el analisis

de "10 simb6lico y [0 material",las conuibuciones en las tccrtasdel discursc y las rcpresentacio­nes han provisto de instrumentospara una mejor comprension dela constitucicn mutua, e incluscinseparable, de los significadosy de las practicas. (cfr. Alvare­z/Escobar'Dagnino, 1997).

En otras palabras, tanto lasacciones concretes dc los distin­tos grupos sociales interrelacio­nados, co mo eI pode r deinterp reter la realidad social, 0

sea, el poder de efectuar una ac­tiva apropiacien e invencion del

lenguaj c que ellos poseen. sonelementos cruciales para com­prender el tipo de culruras pollti­cas ex ist entes, las formasemergentes de entendcr la politi­ca, y las diversas modalidadesde visibilidad, reconodmiento 0anon imato que buscan ejercerdentro de los regimenes discur·sivos domi nantes . Es en estcsentido que las "Iuchas socialespueden ser vistas como guenasde interpretacion" (ibid.).

Cabria. sin embargo, precisarel concepto desplegado por Bus­tamante con miras a especificarla dimension exclusivamente pa­Ii tica del conce pto. Soy de laopinion que las ideas elaboradaspor tal autor pecan de no dife­renciar al sistema cultural <:n su

conjunto de aquellas representa­ctcnes referidas untc arnenre alambito de la politica. Asi, sertapreferible USaf el concepto asu­miendo que "[a cultura poltncaes el dominic de practices e ins­tirucicnes, esculpidas de la tote­lidad de la realidad social, quehisrcricamenre han pasado a serconsideradas como propiamentepcllticas (en la misma forma enque orros dominies son vistoscomo prop ia mente -economt­cos", "culturales" y "sociales")"( Alva rez/E scoba r/ Dag nino ,1997; 12). (16)

En cste sentido, se pucdc ar­gumentar que a) aunque en cedesociedad exista una culture poll­nca dominante, existcn un sinnumere de formaciones culrurales­politicas que cornpiten y dcsa­fi an ta l hegemon ta: b) Laretacton entre cultura y pollticaprecede, entceces, cuandc seasumc que un conjunto de acto­res sociales fonnados per dtfe­rentes prac tices y significadosculturales entran en conr uc tccon otros actores.

Haciendo una lectura grams­d ana del problema, la celtura polltica , como es pacio de rec rca­cion de las interpretaciones y ex­periencias sabre te politica. es clcampo donde se construye y ar­ticula la hegemonia de delenni­nado proyec lO politico en unaunidad social dada. Puesto queGramsci alude al lugar de las in­lerpretacioncs y recreaciones dela politica -el ambito de la socie­dad civil- como momento priori­tario con respecto a [as rdonnasy mecanismos politicos institu­ciona[es (17), es decir, aquel enque se elaboran los <:onsensos,expresan los confliclos y anicu­lao las diferenlcs posicioncs desujclo, podria pensarse nueva·menle en que sc trata de Ull espacio saturado de diferenles con­ccpciones sobre la politica y el

ICONosl 55

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mundo social en general. y quecada una de elias busea las for­mas de aparecet y legitimar suclislencia. La pluralidad de laseelruras politica$. imbricadas en~lacWnn de competcncia y po­der, aparece con fuCT7.OI en estalectura.

ESla politiZ;Jdoo de la culturaacepu que los significedcs y laspricticu -pemcularmerne aque­lias teorizadas como marginales,crttices. oposicionales, minorita­rias, residuales, emergentes• .11­lemal ivas. silen<:iadas. y ouas,loon elias conccbidas en rela­cion a un orden cultural domi­nante dado- pueden ser 13 fuentede procesos que deben set defj·nidI» como poll1icos. Que eSlaenu ada teoric. sea rara menteasumida en los estudios en boga.rs mas una selia l de las rcstringi­das nociones de politica (xisten­les que una indication acerca dela fuena social, la eficacia poli­tica y la re[evancia epistemol6­gica de 10 politico en la cullura.La cultura l es polit ico porquelos signifi cados son consliluli­vos de: procesos que, implicita 0expllcilamenle, buscan redefinirlas relaciones de poder.

6. Sa lida

Como ya se advin io, en gene·rallas rellexiones sabre la cullu·ra politic. kC'Cualoriana~ no hanpasado de ejercicios ensayislicos

56 I!CONOS

formulados en tomo a la compa­racjon er ure ciertcs expresicnesculrurales (tal vez] extstemes yel ideal de una cultura pollticademocratica-occidenta t. vistacomo un mod ele a emular, undeber set, 10 cual redunda en unaconcepcion negativizada, colma·da de semidcs ajencs, de las cul­turas pollticas locales. En efecte,se habla de una cultura pchncacareete de la nociOn de igualdad.,de ciudadania, de individuo, deracicnalidad inlrumental, y portanto anti-democ:ril ica, anti-ins­litucional, im cional.

No se ba concebido un ejere'"cio de significacioo posuiva, pordecirlo de .Iglin modo, de lasexpresioces cultuIllles relativas .la poljtica. Oifford Gec:rtz plan.lea que comprcnder Ia cultl1nl deuna scciedad, de un pueblo, im­plica captar su caracler nonnalsin reducir sus particularidadcs."cuantc mb me es tue rec perco mpre nde r 10 q ue piensan .siemen, actuan los enos tantomas logieas y signifieativas meparecen sus actuec jones" (1990;26). Con este enfoque se buses­ria. entonces, ccnsrruir una mi­rada mas anl ro po log ica delsustralo subjelivo de la demo·craci a; se Iralaria de elaboraruna suerte de etnografia "den­sa~ que disipe la opacidad conque se ha caracterizado a la cul­lura politica local, sobre el su­pueslo metodo log ico de qucaquello es posible solallwnle silas formulaciones simb61icas in­terpreladas se orienlan en fu n­cion de los aClores realmenteexisterltes y hajo una mirada re·trospecliva que permita conslruirnexos causales explicativos so­bre las condensacioncs cuhura·Ics presentes.

Hacer una elnografi a , diceGeertz, es como tratar de leer ·en el senlido de "inlerpretar untexto

n• un manuscrito extranje.

ro, cas! siempre bcrrcso. pla­gado de elipsis e incchcrcncias( 1990; 19), para tratar a conti­nuacien de reccnstituir su en­ginalidad. su orden interne. sussemidcs virejes. Una mirada enexcesc insmuciceal de la de­mocracia ·asociada a los vale­res uorvccos que la activan. laigualdad. la ciudadania, la par­ticipaeion formal, ete.. parceehabet bloquedo las posibihde­des de comprensien de las siS'nifie.ciones raci ona les yeSlrategieu que los ciudadanoseonfieren a los ectcs y • 105discurscs con que se relacionancon I. demccraci• .

Soy de la opiniOn que bs no­pcricncias de la realidad, las in­terprrtaeiones del sentido comUn.pcseen siempre . lgiln grado pro­pio de eslruo;turacion, que variasegUn el conlexlO y que segmcnllYorganiuo la fac;ilidad del mundade la vida COlidiana para sus ec­lOreS; par clio, si se Ics quieee ha­cer justit ia, tales inlerpretao;ionesde ben set, ame todc. comprendi­das en sus tcrmmos, como mani­Iestaciones de s istemassimbOlio;os "consttuidos histOri­camente. manIc nidos socialmen­Ie e individualmenle aplicados

n

(Gttrtz. 1990; 368). Dc ahi quees nco::esario poncr distanda enlreinlerpreladones construidas de!;­de observadores cllternos, queusan sus propill$ paUlas logicas. ala luz de las euales tales formula­done!; simbO licas aparccen 0;01110incoherentcs, asistemalicas, 0suicidas y la Iligica que poseenpara los miembros de dl'lermina·dos grupos, y que aparecen con~una coherencia, una claridad yuna consislend a sulidenlCs paradarte a cualquiera una oportuni­dad razonable de enlender y scren t e ndido~ (Sch UlZ, o; n Nun.1984; 224).

5e hace nccesario revis.r csaidea de rlIC ionalidad imica que ha

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venidc gobcmando los discursosdominantes de la dcmocracia li­beral, existen multiples formasde ectuer la democracia, de expe­rimentarla, de otorgarle content­dos mult ip les, tal vez enconflic to, perc que fina lmente

pueden estar conducicndo a unarcsignificaci6n del sistema politi­co en su conjunto y de las repre­sentactones untvocas que enapariencia se elaboran sobre ladcmocracia. Se trata, en definitiva, de scntar las bases para pro-

gramas de investigacien multi­disciphnarios sobre el orden de­mocrdrico vigente que se alejcnde miradas normanvas. evotucio­nistas 0 teleclegicas, y que dejende comprender al pais " real " apartir del pais"pre-visto".

MOTAS el analisls de los disei\os institucionales co­mo eje de la construcci6n uemccrauce.

(1) Quisiera agradacer los veuosos y ex- (5) Me tenere a las reneaooee de Felipetenses comenlarios del X. Andrade a una Burbano de Lara (1998), Sim6n Pachanoversion inicial de este trabajo, sobre todo en (l996b), y Oswaldo Hurtado (1994). Este en­10 que sa renere ar aicance las etnografias y foque, dominante an er medio local, levantaa su idea de los peligros de "sociologias sin uno de los argumentos mas repetidos en losetnogralia pero con culture" que empiezan a estudios sobre el tema: la cullura politica co­circularen el medio. roo Ireno para ta democratizaci6n de la soce-

(2) En este nivel se ubican, entre otros, los dad.trabajos de S. Pachano (1996a); J. Sanchez- (6) Es retevente at respecto seneter que,Parga (1998); J. Echeverria (1997); y los 00- por ejemplo. en el trabajo de Carlos de la To­cumentos de Trabajo del Proyecto de ITe titulado "Un s610 toque: populismo y cultu­"Gobemabilidad" de CORDES (1997-1998). ra ccuuce en el Ecuador", no se desarrolla en

(3) A cesar de reconocer ta distinci6n con- ningun memento de su obra una sproxlma­ceptual electuada por Sartori en lorna a la cion conceptual sobre el termmc en cuesti6n,existencia de 'tres niveles de consensc a) de esta foma, la categorfa "cultura polltica"consanso a nivel de la comunidad 0 consan- aparece como autc-retenua. estabilizada, yso basicc: b) consenso a nivel de regimen 0 de usc consensuado y aproblemaucc.consenso procedimental; c) consenso a nivel (7) Tal como senate Gail Bederman, ende acci6n polltica 0 consenso politico· (en una clara linea foucaultiana, las construcclo­secneoc, 1996a), los dos cltimos niveles eo- nes fntetecrueies no se separan de las pracn­rrespondientes a! regimen y a! sistema politi. cas materlales, las practices diariasco, resoecnvamente y er primero referido a la reluerzan a las relaclones socrates de poder.cuffura politica y a la formaci6n de identida- Se freta de un tipo de sbordale anauncc quedes secretes, qulsiera ecvernr que en el cur- "simultaneamente entoca en las eonstruccio­so de este documento users lnosuntamente nes intelecluales y en las pracncas materia­los conceptos de regimen counce 0 sistema les 10 cua l permite que los hlstcrtadorespolit ico para relerirme al nivel instrumental puedan analizar at mismo tiempo Ideas yde la counce. practicas, agencia y poder" (1995: 24). las

(4) Mas alia de los debates generados en Iraducciones, desde e! ingles, de los trabajosla academia estadounidense er respecto de de eecermen. Williams, Moulle y Escobar/AI­esta 'efiqueta", uso eete termino con una pre- varesiOagnlno han sldo reeuzaoas pot el au-tensi6n taxon6miea y no como descriptor de lor de este ensayo. ...una aproximacl6n disciplinaria, sobre todo (8) En estos relatos no imporla cuales sonantropol6gica. Esle uso reslringido se debe _ los componentes de la cultura polltica, ni co-""

. como se vera mas adelanle- a que tales ac- . mo esta se ha formado hlst6ricamente se po-Ol< cesos analflicos electuan su acercamiento a ne el enlasls -unicamente- en el fin 0 la':; ;0­

'" 10 cultural sin etnograllas, entradas melodo- ulilidad que puede tener para construir un reo;y16glcas derlvadas desde la antropologfa 0 gimen politico demacralico: "La relaci6n entreaproxlmaciones "In situ" sobre el problema en " cultura poUtica e instituciones es compleja:cuesti6n. Los esludios ·culturalislas· serfan, - ...Si.n embargo, dada la poca tradici6n demo­enlonces simplemente, aquellos que privile. - cratica del Ecuador, patecerla correcto hablargian el estudio de la cultura polftica per sabre de la conveniencia de adecuar la cultura polf-

. . ?l ~..;> ¥ .;:;~,'t':'"<fl ~ ·.i~i~"'...J;;""

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. . .nee a las necesidades det juego instltuclonal puede producir polltlcas leen6crstas comode la eemccracra" (Burbano de l ara, 1998: 4).'l'l!r Mahuad mientras que la Costa produce pa-e­

(9) La ausencia de una visiOn hisl6rica en fr'dres de familia como Alvaro Naboa 0 Abdalat tal trabajo explicarla que a peser del (rico) ;! ~ Bucaram...es una contradicci6n entre re poUli-

.~ ejerciclo descriptivo reenzaco. e! autor no he-.I ca de la presencia y el compromiso personalya explorado los nexos causales y las condi- de un jele de carne y hueso, y ta pollticaclones de tcrtnaclcn de [a cultu ra polfl ica post-tradicional que S8 encuentra locaUzadaclientelista-patemalista -en sus propios termi- en 10 impersonal. en 10 inslilucional, en tos ~

nos- exlstente en el pals. procedimienlos, en tas formes y en la racio­-~~ (10) Esloy pensando score lodo en los Ira- nalizaci6n desencarnada de las relaciones

bajos de Hurtado (1994), Burbano de Lara hurnanas" (1998: 33. Subrayado mlo), Se ob­(1998) y en clerta medida el ensayo de Fer- serva una naturalizacl6n de ciertas Imaqenesnando Buslamante (1996). eslereo1fpicas score las dos reglones._ (11) Me reuerc a las aproximaclones de . (14) En general, los palses de ta regi6n. yBustamanle, Pachano y Burbano de Lara, No el caso ecuetonano no es la excepcicn. pre­Iralo de restar importancla a los ejerciclos en- sentan problemas de coordinaci6n entre es­sayfslicos como marcos para acceder a la los dos mvetes , ex isle una eretencrecomprensi6n de delerminados problemas, conflictiva entre ra gesli60 publica, el lugar ymas eon en un contexte acedemlcc como el los mecanismos de lorna de decisi6n, y losecuetonano donde los recursos para desarro- mecanlsmos y morfologias de la representa­liar progamas de investigaci6n social son pot cton (clr. Echeverria, 1997).decir 10 menos insignlficanles. Sin embargo -. (1 5) En esta perspecliva, e! pasado no esello no obsta para que se exija a tales traba- jamas un ambito congelado que lnvila a unajos el reconocimlenlo de los umnes bajo los mirada objeliva y desapasionada de parte decueies sa elaboran y los sesgos personales mufuples lectores. Por el contrario, ccneutovede las jnterpretaclcnes. La incidencla que los un teste sujelo a una fluida variedad de posi­relates de las eutes lntelecfuales Iienen en la billdades interpretativas. EI giro nermenecn­oplnl6n publica y en las propias elites polfti- co consIsle en Ir mas alia del presenle; eete

, cas, para delinir agendas de discusi6n y polf- , ir mas alia no signlflca la abolici6n de la si­.... tica publica, ' obligar ia It a " desa rro lla r tuacl6n hlsl6rica presenle en vias a entender- pronunciamienlos mas melodol6gicamenle el pasado. zunterprete -cualquier ciudadano­

controlados. :;\t¢m '~'''' ::-~",,,.~.<;~ ~,,~ no puede Irascender su histcricidad cuando(12) Cabria preclsar que uno de los lfmiles reflexiona sobre un eventc 0 un teste. Su si­

de su trabajo de campo reside en que no se , nractcn hisl6rica, su 'hcrlzonte particular" enescuchan las voces de los sujetos sociales - temnncs de Gadamer, es slmplemenle lmbo­estudiados. la voz del autcr eperece como la i rrable (cfr. Gadamer, 1975, 'en Alejandro,mas auto rtzeca pa ra dar cuen ta de los 1993), ";.~> ..... -' ,~ ~

-olres", Esto Iiene un srectc homogenizador $i'l (16) Chantal Mouffe senala, por ejemplo,, sobre I~s caracterrsucas de las audlenclas .r que ia cullura politlca dominante en OCCiden..

electorates.~~~<:1~"~~P?t~ Ie es una eslera caraclerlzada por ser 'recto..(13) ourstera senerar que una importanle :o;:nallsla, universalisla e individualista" (1993:

Hmltaclcn del Irabajo de Bustamante es que, • 2). Como se saba, las lormas pollticas domi­.' como resullado de una aproximacl6n a 10 cur- . nantes en la culture de ra regi6n, y en espe..» tural sin trabajo de campo, termina por repro- cial en el caso ecuatorlano, dlfieren en gran..,duci r de ' forma-a'sislematlca ciertos medlda de este esquema, ' ~ :.' ' ..

estereotipos de quienes ' reslsten" al modelo _- (17) La ' tnncvecrcn' de la propueslaoemccrauco-rnocerno. Este problema se he- gramsciana, con respeclo a los poslulados

'. ce particularmente evidente en su.lrabajo "A marxislas,' radica en que coleca a los pianos... la busca de la raz6n perdida" donde realiza superestruclurales, donde cohabitan dialecti..- un analisis de la dllerenle consliluci6n de los camenle sociedad civil y socledad polltica, en

eleclorados coslefios y serranos en base a una relaci6n delermlnanle del ambito eslruc..las recurrenles y prejuiclosas dicolomlas lural: -no es la eslructura econ6mica la que' emocl6n..raz6n', 'came..espirltu' 0 ·tradici6n.. determina la accl6n polflica, sino la inlerpre..modemldacl': "~ ,Ia socledad andina y quilefia laci6n que se haga de ella y de las lIamadas

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