(264)fuga de capitales

4
FUGA DE CAPITALES. Manfred Nolte La civilización progresa con el cambio, aunque espontáneamente nadie lo desee y por eso somos reacios a cualquier novedad que redunde en una modificación de nuestras rutinas o en una mera rebaja de nuestra comodidad. Cuando lo que se atisba es un cambio mayor, que amenace a nuestros bolsillos, entonces la alarma se dispara. El reciente surgimiento de nuevos caudillos (ellos y ellas) en la arena política española y la convulsión producida tanto por la fragmentación de formaciones como por sus pactos y componendas subsiguientes, ha abierto en inversores y también en los ciudadanos comunes los naturales espacios de expectación. Es lógico que ricos y pobres –por razones distintas- escruten a quienes hasta ahora han limitado su actuación a atizar las ascuas electorales, pero que ya se ven envueltos en la espinosa labor de pasar de las musas al teatro de la gestión. Yendo al tema, el poder adquirido por partidos de indisimulado signo radical, puede suscitar los recelos de los inversores extranjeros y, en su caso, activar la repatriación de sus fondos en España. También habría que considerar las exportaciones de capitales por parte de ciudadanos o empresas residentes en España que desearan proteger sus patrimonios. 1

Transcript of (264)fuga de capitales

Page 1: (264)fuga de capitales

FUGA DE CAPITALES.

Manfred Nolte

La civilización progresa con el cambio, aunque espontáneamente nadie lo desee y por eso somos reacios a cualquier novedad que redunde en una modificación de nuestras rutinas o en una mera rebaja de nuestra comodidad. Cuando lo que se atisba es un cambio mayor, que amenace a nuestros bolsillos, entonces la alarma se dispara.

El reciente surgimiento de nuevos caudillos (ellos y ellas) en la arena política española y la convulsión producida tanto por la fragmentación de formaciones como por sus pactos y componendas subsiguientes, ha abierto en inversores y también en los ciudadanos comunes los naturales espacios de expectación. Es lógico que ricos y pobres –por razones distintas- escruten a quienes hasta ahora han limitado su actuación a atizar las ascuas electorales, pero que ya se ven envueltos en la espinosa labor de pasar de las musas al teatro de la gestión.

Yendo al tema, el poder adquirido por partidos de indisimulado signo radical, puede suscitar los recelos de los inversores extranjeros y, en su caso, activar la repatriación de sus fondos en España. También habría que considerar las exportaciones de capitales por parte de ciudadanos o empresas residentes en España que desearan proteger sus patrimonios.

Es sabido que no hay nada más temeroso que un millón de euros, a lo que cabría agregar que, en segundo lugar, nada hay más temeroso que cien mil de dichas unidades monetarias, y así proseguir fraccionando la cifra en sus décimas partes hasta llegar a cero. En torno a estos temores que tal vez sean fruto de la imaginación cabría formular algunas consideraciones.

1

Page 2: (264)fuga de capitales

La primera es que dentro del marco jurídico aplicable en España no cabe tal cosa como la fuga de capitales para los residentes fiscales. O sea que si somos cumplidores de la norma –individuos o sociedades por igual- es mejor olvidar sin más dicha posibilidad. En realidad, llamamos ‘fuga de capitales’ al simple aumento de los activos de los residentes españoles en el exterior o a la desinversión y repatriación de capitales en España por parte de inversores extranjeros.

En el primer caso, se externalice lo que se externalice por parte de residentes en España en otras jurisdicciones europeas o de otras latitudes, quedará constancia del movimiento en los registros bancarios y además estará obligado su titular a consignar periódicamente en el impreso fiscal ‘720’ todo su patrimonio en el extranjero. El patrimonio exterior se integra, al igual que el resto de activos que posea en España, en su base tributaria.

Cabe teóricamente la fuga-evasión, si se emprendiese una salida pura y dura, por los arcaicos sistemas –hoy severamente perseguidos- del maletín repleto de billetes, la infravaloración de los reembolsos en las exportaciones, la sobrevaloración en las importaciones y algunos más, que –dicho queda- se realizarían al margen de la ley, con las consecuencias que ello implica

El segundo caso se refiere a la repatriación que, de sus inversiones en España, hagan los extranjeros titulares de las mismas. Dichos fondos son esenciales para la economía española y ese es el auténtico talón de Aquiles al que sí deberemos prestar atención en los meses venideros.

La mal llamada ‘fuga de capitales’ se contabiliza en la cuenta financiera de la Balanza de Pagos de un país y se corresponde con las variaciones de los saldos de sus inversiones directas, en cartera, en inmuebles o en derivados financieros. Las inversiones directas y en inmuebles son más estables y la parte más volátil de la cuenta financiera reside en las inversiones en cartera de renta fija pública o privada y la renta variable (acciones).

2

Page 3: (264)fuga de capitales

Con los datos en la mano del mes de marzo de 2015, últimos disponibles, observamos en el mes un aumento (salida) de 19.357 millones equivalentes a una pretendida ‘fuga’ de capitales. Dicha cifra es el resultado de 21.903 millones de euros que salieron de España por inversiones de cartera de residentes(o desinversiones de extranjeros) y 300 millones en préstamos, operaciones con pacto de recompra y depósitos. Por su parte las entradas del mes contabilizaron 1.600 millones de euros en inversiones directas y 1.300 millones más en derivados financieros. Podría parecer una cifra significativa. Pero el acumulado enero-marzo de 2015 apenas muestra variaciones respecto del acumulado enero-marzo del año anterior: 14.933 millones de salidas en 2015 frente a las 14.508 del año 2014, que se compensan cómodamente con otras rúbricas de la Balanza de Pagos. Nada realmente especial.

Para dimensionar las tensiones actuales basta compararlas con lo sucedido en el aciago periodo previo al rescate por parte de Bruselas del sector bancario español. La salida neta de capitales de España (sin contar las operaciones del Banco de España) alcanzó los 247.200 millones de euros en los ocho primeros meses del año 2012, (296.000 millones entre junio de 2011 y junio de 2012, un 27% del PIB español). Ya se ha dicho que, en aquella ocasión, la economía española rozó la quiebra, aunque algunos no lo sepan y otros no quieran recordarlo.

Resumiendo: al día de hoy hace falta mayor visibilidad para valorar la incidencia de los recientes cambios políticos en la voluntad de los inversores extranjeros. Demos tiempo al tiempo

3

Page 4: (264)fuga de capitales

4