25 de Abril de 2015. La Politización Perversa. Eduardo Fidanza

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Sábado 25 de abril de 2015 La politización perversa del kirchnerismo Por Eduardo Fidanza Un ex funcionario técnico del Ministerio de Economía recuerda con dolor el día en que Néstor Kirchner le pidió la renuncia a Roberto Lavagna, justificando su decisión con una frase punzante, que anticipaba el concepto de administración que regiría en adelante. Según este testimonio, el entonces presidente le dijo a quien se convertiría en pocas horas en su ex ministro: "Mirá, hasta acá vos y yo cogobernamos; yo asumí la presidencia con más desempleados que votos. La mitad de esos votos me los diste vos. Bueno, ahora se acabó el cogobierno y el ministro soy yo". El relato del ex funcionario ubica, con precisión, los dilemas que se le planteaban en ese momento al equipo económico y que eran motivo de debate con la dirección política: ¿es posible seguir creciendo a "tasas chinas" o intentar hacerlo generará desequilibrios crecientes que, a la larga, van a poner en jaque toda la política económica? ¿Es posible armar un fondo contracíclico para moderar el gasto interno y ahorrar los excedentes para períodos de vacas flacas? El funcionario recuerda que Lavagna logró convencer a Kirchner sobre la conveniencia de un fondo para tiempos de crisis. Sin embargo, poco después, cuando ganó las primeras elecciones legislativas, desechó la idea y decidió desprenderse de su ministro. El resto del testimonio oscila entre la impotencia y la perplejidad. Lavagna les había pedido a algunos de sus técnicos que permanecieran en la función para intentar salvar algo del programa macroeconómico. El ex funcionario aceptó, aunque sabía que "la batalla estaba perdida". Fue infructuoso hacerle entender a la nueva ministra de Economía las acechanzas de la inflación, recuerda. Pero su límite fue cuando conoció a Guillermo Moreno. "Ese día me dije: hasta aquí llegó mi patriotismo, yo me tengo que ir porque no había ninguna posibilidad de que alguien con un mínimo de conocimiento técnico pudiese convivir con la determinación de los políticos de maximizar el presente y desatender el futuro. Después quedaron rodeados de ignorantes, fanáticos y oportunistas, una combinación letal, que es la que abonó la mala praxis." Éste no es un testimonio novedoso, sino uno lúcido y emblemático. Debe ser sumado a otros que se van conociendo, a medida que el kirchnerismo concluye su ciclo vital y genera la necesidad de catarsis y de explicaciones para sus abusos. El "Kirchner quiere tu cabeza", que le comunicaron en enero de

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Sbado 25 de abril de 2015La politizacin perversa del kirchnerismoPorEduardo Fidanza

Un ex funcionario tcnico del Ministerio de Economa recuerda con dolor el da en que Nstor Kirchner le pidi la renuncia a Roberto Lavagna, justificando su decisin con una frase punzante, que anticipaba el concepto de administracin que regira en adelante. Segn este testimonio, el entonces presidente le dijo a quien se convertira en pocas horas en su ex ministro: "Mir, hasta ac vos y yo cogobernamos; yo asum la presidencia con ms desempleados que votos. La mitad de esos votos me los diste vos. Bueno, ahora se acab el cogobierno y el ministro soy yo".El relato del ex funcionario ubica, con precisin, los dilemas que se le planteaban en ese momento al equipo econmico y que eran motivo de debate con la direccin poltica: es posible seguir creciendo a "tasas chinas" o intentar hacerlo generar desequilibrios crecientes que, a la larga, van a poner en jaque toda la poltica econmica? Es posible armar un fondo contracclico para moderar el gasto interno y ahorrar los excedentes para perodos de vacas flacas? El funcionario recuerda que Lavagna logr convencer a Kirchner sobre la conveniencia de un fondo para tiempos de crisis. Sin embargo, poco despus, cuando gan las primeras elecciones legislativas, desech la idea y decidi desprenderse de su ministro.El resto del testimonio oscila entre la impotencia y la perplejidad. Lavagna les haba pedido a algunos de sus tcnicos que permanecieran en la funcin para intentar salvar algo del programa macroeconmico. El ex funcionario acept, aunque saba que "la batalla estaba perdida". Fue infructuoso hacerle entender a la nueva ministra de Economa las acechanzas de la inflacin, recuerda. Pero su lmite fue cuando conoci a Guillermo Moreno. "Ese da me dije: hasta aqu lleg mi patriotismo, yo me tengo que ir porque no haba ninguna posibilidad de que alguien con un mnimo de conocimiento tcnico pudiese convivir con la determinacin de los polticos de maximizar el presente y desatender el futuro. Despus quedaron rodeados de ignorantes, fanticos y oportunistas, una combinacin letal, que es la que abon la mala praxis."ste no es un testimonio novedoso, sino uno lcido y emblemtico. Debe ser sumado a otros que se van conociendo, a medida que el kirchnerismo concluye su ciclo vital y genera la necesidad de catarsis y de explicaciones para sus abusos. El "Kirchner quiere tu cabeza", que le comunicaron en enero de 2007 a Graciela Bevacqua, segn el informe sobre el Indec que public este diario, es otra muestra dramtica, entre tantas, del modo en que el kirchnerismo persigui y desplaz a los cuerpos tcnicos de la administracin pblica cada vez que ellos emitieron dictmenes contradictorios con sus intereses. La creacin de una ONG de funcionarios acosados es un sntoma del alcance de estas prcticas durante la ltima dcada. Que se sepa, no hay en el pas antecedentes de un caso as en democracia.Aunque el problema parezca tan contemporneo y tan argentino, no es en absoluto novedoso. El conflicto entre el poder poltico y los cuadros administrativos se inscribe en una antigua saga que arranca en la Grecia clsica, pasa por Max Weber y su poca, hasta desembocar en la actualidad. Es la lucha entre el saber tcnico y la voluntad poltica, dos esferas que, aunque se solapan en la prctica, responden a principios contradictorios. Para decirlo de modo estilizado: la ciencia se rige por la verdad, la poltica por el poder. El liberalismo poltico y su retoo, el Estado de Bienestar, creyeron posible mediar en esta batalla y por momentos lo lograron. Lapaxconsiste en que la ciencia provea diagnsticos fiables para que el poder disee polticas adecuadas.Sin embargo, se han sealado dos deformaciones de este modelo. Una, que suele atribursele a la derecha, es que la ciencia se convierta en mera ideologa instrumental, reemplazando a la poltica por la gerencia; la otra, que huele a izquierda y a populismo, es que el poder ponga a la ciencia y a la tcnica al servicio de sus intereses.En medio de este tembladeral, el kirchnerismo incurre en una estafa intelectual y en una conducta equvoca. Sucede que los crticos del neoliberalismo, que son muchos y competentes, han hecho en los ltimos aos una defensa de los valores ticos de la burocracia estatal, revitalizando el legado weberiano. En este sentido, es instructivo leer En elogio de la burocracia, de Paul du Gay. Esta corriente afirma la centralidad del Estado, pero, por eso mismo hace una salvedad fundamental: debe preservarse elethosdel funcionario, cuya clave de bveda es la prctica honesta y autnoma de su profesin.El kirchnerismo se vanaglori de politizar la sociedad. Al cabo de una larga dcada, no hay evidencias, ms all de casos circunscriptos, de que lo haya logrado. En cambio, llueven los testimonios de una politizacin perversa: la de los cuadros administrativos del Estado, al que se ensalza en la retrica, mientras se lo debilita en los hechos, persiguiendo y desplazando a sus artfices ms calificados..