244434488 Amoros Mario Novelda La Transicion en La Memoria 1971 1979 PDF

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ISBN: 978-84-96478-39-8

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historia de españa por mario amorós.

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  • ISBN: 978-84-96478-39-8

  • NOVELDA:La Transicin en la memoria1971-1979

  • NOVELDA:La Transicinen la memoria1971-1979

    MARIO AMORS

  • Del texto y las fotos: Mario Amors.

    De la Edicin: Ayuntamiento de Novelda.

    I.S.B.N.: 978-84-934083-3-0

    Depsito Legal: A-00000000-2009

    Impreso en:Aguado Impresores, S. L.Almoina, 21 Tel./Fax 96 560 21 [email protected]

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    Ajuntament de NoveldaRegidoria de Cultura i Patrimoni

  • ndice

    Transicin y Memoria. Prlogo, Jos Mara Tortosa ........... 13

    Una contribucin a la historia de Novelda .......................... 19

    I. Repblica, guerra civil y represin fascista ................ 23

    II. Una sociedad en transicin ......................................... 37

    III. La relevancia de Amigos de la Cultura ...................... 51

    IV. La muerte del tirano ................................................... 63

    V. La legalizacin del Partido Comunista ...................... 71

    VI. CCOO y la Uni de Llauradors i Ramaders .............. 85

    VII. La reaparicin de los socialistas ................................. 93

    VIII. La recomposicin de la derecha ................................. 101

    IX. La izquierda conquista el Ayuntamiento ..................... 107

    X. La primera corporacin democrtica desde 1939 ....... 117

    XI. Tres dcadas despus .................................................. 127

    Eplogo, Francisco Jover ..................................................... 131

    Fuentes orales ....................................................................... 135

    Fuentes escritas .................................................................... 136

  • A la memoria de mi padre,Francisco Amors Ribelles

  • 10

    Jo vinc dun silenci antic i molt llarg

    de gent que va alant-sedes del fons dels segles,de gent que anomenen

    classes subalternes,jo vinc dun silenciantic i molt llarg.

    Jo vinc de les placesi dels carrers plens

    de xiquets que jugueni de vells que esperen,mentre homes i dones

    estan treballantals petits tallers,a casa o al camp.

    Jo vinc dun silencique no s resignat,

    don comena lhortai acaba el sec,

    desfor i blasfmiaperque tot va mal:

    qui perd els orgensperd identitat.

  • 11

    Jo vinc dun silenciantic i molt llarg,

    de gent sense msticsni grans capitans,que viuen i moren

    en lanonimat,que en frases solemnes

    no han cregut mai.

    Jo vinc duna lluitaque s sorda i constant,

    jo vinc dun silencique rompr la gent

    que ara vol ser lliurei estima la vida,

    que exigeix les cosesque li han negat.

    Jo vinc dun silenciantic i molt llarg,

    jo vinc dun silencique no s resignat,jo vinc dun silencique la gent rompr,jo vinc duna lluita

    que s sorda i constant.

    Jo vinc dun silenciRAIMON

  • 13

    Transicin y Memoria

    Jos Mara TortosaInstituto Universitario de Desarrollo Social y Paz

    Universidad de Alicante

    En mi Memoria de la Transicin aparece Novelda en algunosmomentos concretos. El ms tangible es mi conferencia enel acto de presentacin oficial de Comisiones Obreras en1977, hace, pues, ms de treinta aos. Mi amigo Paco Amors yFrancisco Penalva vinieron a verme a casa, cuando yo todava vivaen Alicante, para invitarme a dar una conferencia en Novelda sobrecuestiones relacionadas con el movimiento obrero.

    A mi llegada a Alicante en el 73, haba comenzado a trabajar enla Escuela Superior de Ciencias Empresariales (ESCE), el centroque tenan los jesuitas en Vistahermosa, Alicante, y que despus ce-rraran por motivos que nunca entend. All me dediqu, entre otrascosas, a la sociologa industrial. Tambin, al ao, comenc a dar al-gunas clases en el todava Centro de Estudios Universitarios (CEU)de Alicante, que acabara siendo Universidad de Alicante y mi lu-gar de trabajo. Los docentes a ese nivel universitario ramos po-cos y era frecuente que desde instancias muy diversas se nos solici-tara para desplazarnos a dar conferencias, muchas veces con pre-sencia del delegado gubernativo, en las que se trataba de decir sindecir pero diciendo. Lo haca casi todo el mundo. Un anlisis querealic, aos despus, de las conferencias que se haban grabado enel Aula de Cultura en Alicante de la entonces Caja de Ahorros delSureste de Espaa, me hizo ver lo general que era ese procedimien-to: hablar para que el pblico entendiera, pero para que el delega-do gubernativo no pudiera denunciar a conferenciante y organiza-

  • dores por apologa de delito, apologa de asociacin ilegal o cosaparecida.

    Muy pronto comenc a escribir en los peridicos locales. Prime-ro en La Verdad y despus, cuando cambi de orientacin, pues ha-ba sido prensa del Movimiento, en el Informacin. Lo que uno es-criba entonces tena las mismas caractersticas que las conferenciasa las que me estoy refiriendo: el que quera entenderlo, lo entenda,pero el que quisiera denunciarlo, no poda. Haba, eso s, algunasformas sutiles de censura a favor del escritor. A m me suprimie-ron el porcentaje de intencin de voto que mis rudimentarias en-cuestas daban al Partido Comunista. El porcentaje era muy bajo,ciertamente. se no era el problema. El problema era que recono-cer su existencia podra interpretarse como apologa de asociacinilcita y eso, a decir del censor, no me convena y de ello me infor-m una vez publicado el artculo y ante mi pregunta sobre los datossuprimidos.

    En la ESCE, a medida que avanzaba primero la descomposicindel Rgimen y despus los pasos hacia la Constitucin, pasando poraquella extraa situacin que se llam el espritu del 12 de febre-ro en el que se pretenda un franquismo sin Franco, se tuvo la pri-mera conferencia pblica en Alicante de Marcelino Camacho (nun-ca sabr quin avis al delegado gubernativo, pero all estaba) ypor all pasaron numerosos dirigentes de la todava subterrneaoposicin, Junta Democrtica, Plataforma, Platajunta y todoaquel conjunto de pequeas peleas internas que, unidas a una acti-tud conservadora generalizada, acabaron dando el triunfo a la UCD.

    De todas formas, el escribir todas las semanas y hacerlo de unadeterminada manera y con una orientacin no excesivamente a fa-vor del Rgimen, hizo que se me invitara en varios sitios, lo que, enaquellos aos, me permiti conocer a una parte interesante y activade lo que despus sera la clase poltica de izquierdas en la pro-vincia. Cierto que algunos ya no son de izquierdas o ya no for-man parte de la clase poltica o, ay, ya han muerto, como PacoAmors. Pero el caso es que no me extra la visita y, como siem-pre suceda en esos casos, acept.

    Lo que no me haban dicho (o yo no supe entender) es que setrataba, precisamente, del primer acto de Comisiones en Novelda.Vinieron a recogerme a Alicante y cuando entr en el cine Dehn

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  • no daba crdito a lo que estaba viendo: una mesa presidencial en elescenario con una gran pancarta de Comisiones Obreras sobre fon-do cuatribarrado (no rojo) rodendola. No es lo que yo esperaba,pero di la conferencia que llevaba preparada en mi estilo de enton-ces: con muchos recortes de peridicos, mucha sugerencia, perocon una gran distancia frente a lo que trataba. Es lo que considera-ba y considero actividad acadmica: datos, apertura a otros enfo-ques y distanciamiento frente al objeto. Como era de esperar, losasistentes lo encontraron fro. Massa fred, para ser exactos.Nunca he sabido enardecer a las masas ni lo he buscado. Aquellavez tampoco.

    Por suerte, no era ni la primera ni fue la ltima vez que visitNovelda en los aos de la Transicin, aos de mucha movilidad yde mucha dedicacin, en la que instituciones como la de Amigos dela Cultura de Novelda sirvieron de portavoz y, por qu no decirlo,de tapadera de las actividades de los que queran una Espaa dife-rente a la que el franquismo haba fomentado, que no creado. Sloltimamente, y siguiendo la tnica general, las visitas han dejado deproducirse.

    La Transicin de la que aqu se habla, en cierta manera haba co-menzado cuatro aos antes, con la Operacin Ogro, el asesinatode Carrero Blanco por parte de ETA el 20 de diciembre de 1973. Seproduce ya, aunque a menor escala, lo que despus pasar con lamuerte de Francisco Franco el 20 de noviembre de 1975. La muer-te de Carrero provoca alegra en un pequeo, pero real, sector de lasociedad: los que con ella ven que las probabilidades del franquis-mo sin Franco estn disminuyendo. Pero hay que reconocer que enla mayora de la poblacin la reaccin es de miedo al qu va a pa-sar. Se diga lo que se diga una vez muerto Franco, la mayora de lasociedad perteneca al franquismo sociolgico estando divididaen tres partes: la oposicin minoritaria (a su vez, dividida), la ma-yora y el franquismo militante minoritario (que despus sera lla-mado el bnker, aunque ste slo era una parte). El fin de estaetapa de la Transicin lo fija la muerte de Franco. En este nuevolance, las cantidades parece que cambiaron: hubo mucha ms gen-

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  • te que se alegr (unos con champn, otros diciendo que la muertede ningn espaol lo merece, aunque se alegraran igualmente), mu-cha ms gente se entristeci, aunque la mayora estuvo ocupada porlo que ahora se podra comenzar a llamar democracia sociolgi-ca, personas con la misma estructuracin poltica que los antiguosfranquistas sociolgicos. Son, probablemente, el grueso de losque dieron el triunfo electoral a la UCD.

    Todo hace pensar que la Transicin se produjo, dentro de Espa-a, por una alianza entre la oposicin ms o menos clandestina y losaperturistas del Rgimen que, a su vez, tuvieron conflicto con lossituados, respectivamente, a sus izquierdas y a sus derechas. Ahorasabemos que esta alianza tuvo mucho de acuerdo hurtado al cono-cimiento pblico y en el que se pactaron los gestos y hasta los in-sultos. Los pactos entre Santiago Carrillo y Adolfo Surez son elcaso ms vistoso de aquella reforma para no ser ruptura. La oposi-cin segua dividida, pero ahora (no se olvide que todava exista laUnin Sovitica y todava los Estados Unidos la tenan como ene-migo principal) se introduca un elemento exterior: el apoyo a unospartidos (el PSOE) para evitar que salieran adelante otros (el PCE)en las elecciones de julio del 77. Una lectura de Novelda: La Tran-sicin en la Memoria desde esta perspectiva, creo que puede sermuy interesante, aunque no es la nica.

    Tal vez la perspectiva con ms utilidad del libro no es tanto laque se refiere a la Transicin sino la que se refiere a la Memoria. Aeste respecto, es lcito preguntarse qu es lo que hace posible que laclase poltica en general, y los gobiernos en particular, tengan tan-to xito a la hora de manipular la opinin de la gente. Lo hicierondurante el franquismo tanto los del rgimen como los de la oposi-cin (recurdense los Documentos para una disidencia comunistade Fernando Claudn), y lo hicieron despus con la Transicin, conel Referndum y lo han seguido haciendo hasta nuestros das. Ho-ward Zinn, autor de una introduccin a la historia del pueblo esta-dounidense, se preguntaba a qu se poda haber debido la increblecredulidad de dicho pueblo ante las mentiras con las que se haballevado al pas a la guerra en Iraq. Su respuesta era la siguiente:

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  • Me parece que hay dos razones, fuertemente enraizadas en nues-tra cultura nacional, que ayudan a explicar la vulnerabilidad de laprensa y de la ciudadana frente a las insultantes mentiras cuyasconsecuencias produjeron la muerte de decenas de miles de per-sonas. Si podemos entender esas razones, podremos protegernosmejor ante la posibilidad de ser engaados de nuevo. Una se en-cuentra en la dimensin temporal, es decir, en nuestra ausencia deperspectiva histrica. La otra descansa en la dimensin espacial, osea, en nuestra incapacidad para pensar ms all de las fronterasdel nacionalismo.

    Sin quitarle mrito a Howard Zinn, es preciso decir que su ex-plicacin tiene algn fallo. Visto el problema con un mnimo deperspectiva, estas caractersticas no se aplican a los Estados Uni-dos de manera exclusiva, sino que pertenecen al comn de las so-ciedades contemporneas. Se podra decir que las razones atri-buidas al pueblo estadounidense pertenecen a lo que se llamaracultura mundial, por encima de las culturas locales y, por tanto,difcilmente pueden servir para explicar su gran credulidad. Perotampoco la menor credulidad espaola ante las versiones opues-tas sobre el 11-M.

    Que el nacionalismo es una fuente de emociones fcilmente ma-nipulable tendra que ser una obviedad, pero no lo es porque todossomos, de una forma u otra, nacionalistas y no estamos dispuestosa reconocerlo. Eso s, lo detectamos con facilidad en el nacionalis-mo de los dems, sobre todo si est enfrentado al nuestro. Pero quees fcil hacer que la gente se envuelva en la bandera como dicenen los Estados Unidos, tendra que ser algo fuera de discusin. Yuna vez envuelto en la bandera, my country right or wrong quedicen los ingleses: mi pas (mis polticos), tenga o no tenga razn.Ya no hay razones. Comprensible. El nacionalismo (siempre hayque decirlo: se incluye al espaolismo) est tan arraigado en nues-tra personalidad y sus elementos se enrazan tanto en nuestras bio-grafas que permite todo tipo de irracionalidades, incluyendo la demorir por la Patria o matar por la Patria, que, a veces, pero slo aveces, es lo mismo. Infancia, familia, paisajes, recuerdos borrososde los primeros pasos en lograr la propia identidad se mezclan conhistorias que nos cuentan, hroes que nos proponen, smbolos quenos hermanan, emociones que compartimos, sentimientos de perte-

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  • nencia, de tribu al fin y al cabo. No hace falta aadir que la nacin(la nuestra, claro) es la mejor por el mero hecho de ser la nuestra.Que en Espaa convivan varios nacionalismos es, tal vez, lo que nosayuda a no ser tan crdulos y tal vez por eso los escepticismos dediverso signo respecto a las versiones sobre el 11-M.

    No solemos ser conscientes de la historia personal de nuestropropio nacionalismo. Y ms si nos falta, como dice Zinn, la pers-pectiva histrica, y aqu entra la cuestin de la memoria. No me re-fiero a la memoria histrica que consiste en que los que s seacuerdan se encarguen de recordrselo a los que no quieren recor-darlo o no tienen por qu recordarlo porque no estaban. Me refiero,simplemente, a la falta de memoria de hemeroteca, de lo sucedidoen nuestras propias vidas, por cortas que sean. En efecto, da la im-presin de que no recordamos nada. La actualidad es casi una for-ma de amnesia: oleadas sucesivas de trepidante y dramtica actua-lidad nos hacen olvidar la ola anterior, igualmente trepidante y dra-mtica, pero ya pasada. Como estamos faltos de memoria, los po-lticos pueden manipular a su antojo y de eso hemos tenido buenasmuestras. Aqu y en los Estados Unidos. Como en Mil novecien-tos ochenta y cuatro, la clarividente novela de Orwell, el Ministe-rio de la Verdad (es decir, de la manipulacin de la memoria), re-es-cribe continuamente el pasado sin que los buenos historiadores pro-fesionales puedan hacer mucho para influir en las memorias de lagente.

    Solucin para que nos engaen menos? La obvia: menos na-cionalismo (del que sea, aunque no es fcil quitrselo de dentro)y ms combinar la trepidante actualidad con el sosegado recuer-do de los hechos recientes de los que la propia memoria puedaguardar constancia. Pero sin seleccionar slo los que encajan connuestro prejuicio. Por eso es tan interesante y til el presente li-bro: es un buen remedio preventivo del engao poltico. Narradasen primera persona, los que no estuvieron o no quisieron estarpueden saber qu pas. La memoria es un excelente instrumentopara seguir aprendiendo a buscar la verdad y a huir del engao. Yah comienza la democracia a la que algunos quisieron llegar enla Transicin.

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  • En diciembre de 2005 el Jurado del XII Certamen de Inves-tigacin Jorge Juan, convocado por el Ayuntamiento deNovelda, premi mi proyecto de investigacin La Transi-cin Democrtica en Novelda. Una mirada histrica construida apartir de las fuentes orales, presentado en octubre de aquel ao,cuando apenas haca tres semanas que mi padre haba fallecidodespus de sufrir durante un ao un cncer que fulmin su vidade manera cruel. Despus de diez aos de investigacin sobre lahistoria reciente de Chile, mi motivacin para esta investigacinera conocer y analizar un tiempo histrico decisivo en Novelda y,adems, revivir los aos en que mi padre y sus compaeros lodieron todo para reconstruir el Partido Comunista en nuestro pue-blo, organizar un gran sindicato de clase como Comisiones Obre-ras o promover iniciativas como una cooperativa de viviendas yun economato, siempre con el objetivo de contribuir a mejorar lavida de la clase trabajadora.

    Regreso tambin a los aos de mi infancia en Novelda, un perio-do que cobra un nuevo sentido examinado a partir de las voces plu-rales que toman la palabra en este trabajo. Para analizar aquellosaos de la agona de la dictadura y de la Transicin he entrevistadoa quince personas de todas las opciones polticas con influencia so-cial (Alianza Popular, UCD, PSOE y Partido Comunista), as comoa empresarios y dirigentes sindicales. Incluyo un captulo referido

    Una contribucin a la historia de Novelda

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  • a los orgenes del movimiento obrero local y a la II Repblica, laguerra civil y la represin fascista, ya que son imprescindibles paraanalizar e interpretar el desarrollo de la Transicin.

    Despus de la bsqueda inicial de bibliografa, constat muypronto la existencia de un vaco historiogrfico1, ya que parece queno se ha publicado ningn trabajo de una cierta extensin sobre laevolucin histrica de Novelda en la centuria pasada2. En esta in-vestigacin, por tanto, el protagonismo lo asumen las fuentes ora-les, las personas que entrevistamos a lo largo de cuatro jornadasmaratonianas en marzo de 2006. Sus testimonios iluminan los cam-bios sociales, econmicos y polticos que se produjeron entonces enNovelda, nos devuelven sus temores y sus esperanzas, evocan lasdificultades del camino hacia la democracia despus de cuatro d-cadas de dictadura fascista.

    En este sentido, en un reciente y lcido trabajo sobre la Transi-cin en la provincia3, Francisco Moreno Sez subraya la necesidadde escribir la historia local de aquellos convulsos aos4:

    Parece, sin embargo, necesario escribir la historia local de esosaos en que muchos ciudadanos y ciudadanas se movilizaron, pro-testaron de innumerables injusticias y abusos, se organizaron enasociaciones profesionales, culturales, cvicas, sindicales o polti-cas, reclamaron sus derechos, aprendieron la democracia, arries-gando, unos ms y otros menos, para lograr salir de la noche fran-quista en la que, de no haber sido por esos miles y miles de hom-bres y mujeres que no suelen figurar en las historias oficiales de latransicin, nos hubiramos mantenido algn tiempo ms. Porque

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    1 Repas tambin los catlogos de tesis doctorales y tesinas de las universidades de Ali-cante y Valencia.

    2 Llama la atencin que la gua de Novelda disponible en la oficina de informacin turs-tica contenga un resumen histrico que se remonta a la poca prehistrica, pero sinembargo se detiene con la introduccin del modernismo a principios del siglo XX. Deah en adelante todo queda olvidado: los orgenes del movimiento obrero local, el enor-me apoyo popular a la II Repblica en la ciudad, la lucha de centenares de noveldensescontra el fascismo entre 1936-1939, la represin franquista, la Transicin

    3 Conviene destacar la exposicin itinerante sobre la Transicin en la provincia organiza-da por el diario Informacin y la Universidad de Alicante (UA), que ha dado lugar a lapublicacin del libro en el que se incluye este artculo y a la creacin del Archivo de laDemocracia, con sede en la UA.

    4 Moreno Sez, Francisco: La Transicin a la democracia en Alicante. En: La transicina la democracia en Alicante. 1974-1982. Alicante, 2006. p. 19.

  • los reformistas, con el Rey a la cabeza, jams arriesgaron nada pa-ra cambiar las cosas, ms all de la posibilidad de ascender en elescalafn del propio rgimen. Puede decirse que, en la transicin,salvo una minora irredenta, todos queramos el cambio. Los lmi-tes que cada uno pona a esos cambios fueron lo que diferenci laactitud o respuesta de cada grupo, clase social, partido o personaante los acontecimientos que se sucedieron con una rapidez asom-brosa y ser lo que, en definitiva, y mientras no haya mayor pers-pectiva histrica, diferenciar el juicio que a cada uno merezca elproceso de la transicin.

    Si la mayor parte de los historiadores sitan el inicio de la Tran-sicin en el tiranicidio del almirante Carrero Blanco, en diciembrede 1973, considero que en el caso de Novelda el comienzo simb-lico de este periodo hay que retrasarlo hasta 1971, cuando se pro-dujo la fundacin de una instancia decisiva en aquella dcada: Ami-gos de la Cultura. Por el talante de sus principales promotores y sucarcter legal, aquella asociacin dio abrigo a todas las gentes quetenan inters, no slo por las distintas expresiones de la cultura, si-no tambin por organizarse poltica o sindicalmente para luchar porla recuperacin de las libertades ciudadanas.

    Nuestro relato alcanza hasta las elecciones municipales del 3 deabril de 1979, las primeras desde la II Repblica, en las que lasfuerzas de izquierda lograron el 62% de los votos y formaron go-bierno en el Ayuntamiento. Despus de cuatro dcadas de corpora-ciones franquistas, los votos del pueblo dieron la alcalda a un estu-cador de orgenes muy humildes, el socialista Salvador Snchez Ar-naldos, quien pact con el Partido Comunista y cuyo equipo, cons-tituido por los hijos de los vencidos en 1939, desarroll una eficazlabor que puso los cimientos para la notable transformacin de laciudad en materia de sanidad, educacin, cultura, infraestructuras yvida ciudadana.

    La jornada del 19 de abril de 1979, cuando se constituy la cor-poracin municipal democrtica, fue vivida (y es revivida en estaspginas) por todos los entrevistados como una victoria de la demo-cracia, pero sobre todo para las personas de izquierda aquel fue unhermoso da de reparacin por cuatro dcadas de silencio, cuyo re-cuerdo vivo en la memoria an despierta emocin.

    Quiero agradecer a todas las personas que he entrevistado su dis-21

  • posicin a atender mis preguntas y sobre todo su sinceridad en lasrespuestas, en algunos casos polticamente incorrectas. Algunasde estas personas y otras me aportaron, adems, valiosa documen-tacin para este trabajo, principalmente el veterano militante socia-lista Manuel Garca Terol y el comunista Jos Luis Abellot. Por otraparte, Jos Luis Pelln me facilit el trabajo en el archivo municipaly los trabajadores de la Casa de la Cultura me prestaron de maneramuy amable una sala donde realizar una parte de las entrevistas.

    A Sergi Cremades, Enrique Jacobo, Daniel Monz, Jos LuisAmors, Francisco Jover, Pau Herrero y Vicente Segura les agra-dezco que hayan ledo el trabajo antes de su publicacin, as comosus comentarios, aunque el contenido de este libro es de mi absolu-ta responsabilidad.

    El objetivo ltimo de nuestro trabajo es contribuir a despertar elinters por la historia poltica y social contempornea de Novelda apartir de las crticas, dudas, preguntas y aportaciones que puedasuscitar. Numerosos peridicos que se publicaron a lo largo del si-glo XX, distintos archivos y, sobre todo, las voces de sus habitantesaguardan a que las nuevas generaciones de estudiantes de historia yciencias sociales descubran el inmenso tesoro de la memoria y lahistoria de nuestra ciudad.

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  • 23

    El 16 de abril de 1931 Manuel Alberola Sells, elegido alcal-de de Novelda despus las elecciones municipales celebra-das cuatro das antes, public esta nota en el boletn delAyuntamiento5:

    Don Manuel Alberola Sells, alcalde popular del Excmo. Ayun-tamiento de esta Ciudad hago saber: Que proclamada la Repblicaen Espaa, por la voluntad del pueblo soberano y elevado a la al-calda de este Ayuntamiento por los votos de los ciudadanos cons-cientes de la poblacin, me pongo incondicionalmente a la disposi-cin de este vecindario con la seguridad de que mi actuacin, ins-pirada en los ms puros ideales democrticos en que se ha apoya-do siempre con la ms estricta justicia e igualdad, respetando losderechos de todos, estando convencido de que me prestaris vues-tro apoyo y cooperacin, observando siempre el orden y la morali-dad con que se desarrollan los principios de la gran Repblica Es-paola para que todo redunde en bien de nuestra patria chica y denuestra querida Espaa.

    Alberola fue el fundador del Crculo Republicano de Novelda6,ubicado en el bar Ricardo. En diciembre de 1930, en un contexto

    I

    Repblica, guerra civil y represin fascista

    5 Boletn Municipal del Excmo. Ayuntamiento de Novelda, abril de 1931, n. 5, p. 1. 6 Pau Herrero me indica que antes de este Crculo Republicano hubo otros en distintas

    pocas que tambin contaron con una notable cantidad de adeptos, hasta el punto deformar la Orquesta del Crculo Republicano, que actu a finales del siglo XIX y prin-cipio del XX.

  • nacional marcado por los fusilamientos en Jaca de los capitanes re-publicanos Fermn Galn y ngel Garca Hernndez, fue encarce-lado en el Reformatorio de Alicante junto con otros destacados mi-litantes de la causa democrtica de esta ciudad y de la provincia. El14 de abril de 1931, despus de que la Repblica se proclamara elda anterior en Eibar y aquella misma jornada en Madrid y sucesi-vamente en todo el pas, fue nombrado primer edil por la corpora-cin de manera unnime.

    Su mandato apenas dur un ao y medio ya que falleci el 11 dediciembre de 1932, pero en aquel corto periodo de tiempo dej unahuella que an caracteriza a la ciudad: impuls la construccin delmercado de abastos, don tierras de su propiedad para la amplia-cin del cementerio y, sobre todo, construy un canal de riego (co-nocido como Canal Alberola) que transform una gran cantidad detierras de secano en tiles para el regado en la zona oeste del tr-mino municipal.

    Durante la II Repblica la hegemona poltica en Novelda co-rrespondi a una clase trabajadora con una gran conciencia que seagrupaba en los distintos sindicatos que confluan en la Unin Ge-neral de Trabajadores y su sede de la Casa del Pueblo, situada en laGlorieta, en el mismo corazn de la ciudad7. Estaba, por ejemplo,La Emancipacin, una sociedad obrera, fundada en 1900, que inclu-a a los sindicatos de canteros, albailes, agricultores, carreteros, al-macenistas, zapateros, carpinteros y ms tarde a trabajadoras deltextil y del azafrn y que lleg a tener unos 600 afiliados, de los quems de la mitad eran mujeres8.

    Los militantes de La Emancipacin realizaron importantes mo-vilizaciones frente a los patronos para lograr sensibles mejoras enel trabajo. En julio de 1931, con motivo de la huelga de obreros tex-tiles, lograron el establecimiento del jornal mnimo en 2,6 pesetasy en octubre de aquel ao, despus de otro paro, las azafranerasconsiguieron pasar de ganar seis o siete reales a conseguir el jornalmnimo de 2,5 pesetas en las ocho horas de trabajo.

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    7 Reflejos, n 4. Enero de 1978, p. 8. Publicacin de la UGT en Novelda fundada en 1928.8 Aldeguer, Francisco: De Novelda, hechos y personajes. Edicions Locals. Novelda, 1997.

    pp. 157-164. En su libro, Aldeguer seala que tom esta descripcin de las sociedadesobreras de Novelda del nmero extraordinario de Reflejos editado con motivo del Prime-ro de Mayo de 1934 que le prest Adelino Calatayud Pujalte.

  • En cuanto a los trabajadores de las canteras de piedra, fue enagosto de 1899 cuando fundaron la Sociedad de Canteros, que tuvoafiliados tambin en Monvar, Elda, Petrer, Agost, Aspe y Hondnde las Nieves. Por su parte, los obreros de la construccin se agru-paron en la Sociedad de Albailes desde 1904, que conquist la jor-nada de nueve horas al ao siguiente. Despus de muchas luchas lo-graron significativos aumentos salariales y en los aos treinta la jor-nada de ocho horas, una de las reivindicaciones fundacionales delmovimiento obrero internacional.

    Asimismo, en 1904 se fund la Sociedad de Agricultores en loslocales de La Emancipacin, que en 1919 logr elaborar un contra-to de trabajo que estableca la jornada de siete horas en invierno yocho en verano, con un jornal mnimo de cincuenta cntimos la ho-ra. Tambin los trabajadores del sector del transporte y los barberosy peluqueros se unieron en sociedades obreras para defender susreivindicaciones.

    Cabe por ltimo mencionar la creacin de la Cooperativa LaProsperidad a finales de 1929, que muy pronto abri una tiendaen el nmero 3 de la cntrica calle Valencia y lleg a tener cente-nares de asociados. En 1933 alcanz un volumen de ventas cifra-do en cuarenta mil pesetas, mientras que la repostera de la Casadel Pueblo, gestionada tambin por esta cooperativa, sum catorcemil pesetas.

    En el plano poltico la fuerza mayoritaria en Novelda era el Par-tido Socialista Obrero Espaol (PSOE), si bien el Partido Comunis-ta de Espaa (PCE) adquiri un notable protagonismo e influenciaa partir de la creacin del Frente Popular y durante la guerra civil.Los orgenes del socialismo organizado en Novelda se remontan ala visita que efectu a la ciudad en 1903 el principal fundador delPSOE, Pablo Iglesias, a quien le llam la atencin que no existieraall una agrupacin socialista a pesar del incipiente desarrollo delmovimiento obrero y de que incluso el semanario El Socialista, r-gano oficial del partido, tuviera varios suscriptores noveldenses9.

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    9 1903 fue un ao relevante en la historia de Novelda, segn apunta Francisco Jover, pre-sidente de Amigos de la Cultura: aquel ao se cre la Caja de Ahorros de Novelda; setermin la casa de la Pichocha (actual Casa-Museo Modernista), en el nmero 22 dela calle Mayor; y se coloc el reloj de la Casa Consistorial.

  • La primera agrupacin local del PSOE se fund en 1907 por in-fluencia del comit ejecutivo de la Federacin Comarcal socialistade Alcoy y por iniciativa de los noveldenses Miguel Segu (maqui-nista mecnico), Antonio Sala Palomares (pavimentador), RamiroCasanova (zapatero) y Jos Pastor (cortador), entre otros. La agru-pacin socialista se estableci en un local de la calle Jorge Juancompartido con los sindicatos agrupados en La Emancipacin.

    Despus del triunfo de la Revolucin Sovitica en 1917 y del fi-nal de la Primera Guerra Mundial, la agrupacin socialista no fueajena al debate que ocup al movimiento obrero internacional dematriz marxista: la disyuntiva entre unirse a la III Internacional,fundada por Lenin, o continuar en la II Internacional, la opcin en-tre la revolucin socialista o la reforma del capitalismo. En 1921,debati el asunto en varias sesiones en el marco del Congreso Ex-traordinario convocado por la direccin del PSOE y en las votacio-nes result mayoritaria, por 22 a 20 votos, la primera opcin y portanto la Agrupacin Socialista de Novelda pas a denominarseAgrupacin Comunista de Novelda.

    En cambio, en el Congreso Extraordinario, celebrado en abril deaquel ao, se impuso la segunda opcin, por lo que los partidariosde la III Internacional se escindieron y crearon el Partido Comunis-ta de Espaa, al que se adhiri la Agrupacin Comunista de Novel-da. El delegado elegido por esta ciudad para dicho Congreso, Ma-riano Garca Corts, particip activamente en la fundacin del PCEen noviembre de 1921, si bien durante la II Repblica vir hacia po-siciones monrquicas.

    Despus de la victoria de la opcin defendida en el CongresoExtraordinario por Pablo Iglesias, Francisco Largo Caballero y Ju-lin Besteiro de permanecer en la II Internacional, por 8.808 votoscontra 6.025, un grupo de delegados que votaron a favor de la Ter-cera Internacional suscribieron una declaracin en la que sealaron:Con la serenidad de quienes cumplen un deber de conciencia nosretiramos de este Congreso, en el que ya nada tenemos que hacer.Queremos incorporarnos de hecho espiritualmente ya lo estamos-a la Internacional Comunista, que inseparablemente de la revolu-cin rusa, a pesar de todas las sutilezas y argucias dialcticas queintentan distinguir entre sta y aqulla- trata de acelerar el derrum-bamiento de la sociedad capitalista. No queremos permanecer ms

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  • entre personas y cansadas legiones que parecen esperar del tiempola consumacin de una obra para la que no se sienten capaces. Que-remos estar en la Internacional de la accin, que no mide la magni-tud de los peligros, ni la dureza de los sacrificios, al emprender elcamino de la revolucin social.

    Entre los 27 firmantes de esta declaracin, fechada en Madrid el13 de abril de 1921, estuvo Garca Corts, quien representaba tam-bin a militantes de Sestao, Terrasa, Herrera, Vitoria y Jedar10. A pe-sar de que la agrupacin socialista de Novelda se adhiri al PCE,este partido tuvo una escasa influencia social hasta la creacin delFrente Popular en 1936.

    En 1925 se reconstituy la Agrupacin Socialista, en plena dic-tadura del general Primo de Rivera. La tradicin socialista ya ha-ba arraigado entre los trabajadores noveldenses y en las eleccio-nes municipales del 12 de abril de 1931 el PSOE obtuvo seis con-cejales y la candidatura republicana otros seis, mientras que lospartidarios de la monarqua de Alfonso XIII lograron seis puestosde edil. La conjuncin republicano-socialista obtuvo 1.536 votos yla derecha, 43111.

    En las elecciones a Cortes Constituyentes de junio de aquel aola candidatura republicano-socialista volvi a ser ampliamente ma-yoritaria y contribuy a la eleccin de tres diputados socialistas porAlicante. En los comicios parlamentarios de noviembre de 1933,que abrieron paso al bienio negro de Alejandro Lerroux y JosMara Gil Robles, el Partido Socialista logr en Novelda 2.250 vo-tos, ms que el resto de partidos juntos, y a la altura de 1934 tena110 militantes, 14 de ellos mujeres, mientras que la Juventud Socia-lista contaba con 50 afiliados, diez de ellos mujeres12.

    Si la Casa del Pueblo era el hogar de la clase trabajadora, el re-fugio de la burguesa local era el Casino, aislado por una elevadaverja que simbolizaba la divisin de la sociedad en dos clases. Fun-dado el 21 de julio de 1888, durante la II Repblica all se reunieronlos empresarios para hacer frente y negarse a cumplir las disposicio-

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    10 Congreso Extraordinario del PSOE 1921. Nacimiento del Partido Comunista espaol.Zero. Bilbao, 1974.

    11 Las mujeres no pudieron votar hasta las elecciones de 1933 y la mayora de edad estabafijada entonces en los 23 aos. Avante, n 0. Diciembre de 1980. p. 3.

    12 Reflejos, 1 de mayo de 1934.

  • nes emanadas del Ayuntamiento y del Gobierno de dar ocupacin alos obreros desempleados o para negar crditos a los comerciantesque simpatizaban con la izquierda13. Y durante la dictadura, porejemplo, el ministro de Obras Pblicas de Franco, el conde de Valle-llano, visit el Casino y su junta directiva, en su reunin celebradael 22 de junio de 1956, acord distinguirle como socio de honor.

    Asimismo, para contrarrestar la hegemona de la UGT en la cla-se obrera local, la patronal agraria local cre durante la II Repbli-ca una organizacin cuya finalidad era la contratacin de aquellosjornaleros rurales de mentalidad apatronada. Popularmente esta or-ganizacin era conocida como El Borregazo y tena su local en lasimblica calle Mayor, la calle de los ricos.

    Los recuerdos de Daniel Monz (nacido en 1922) nos sirven pa-ra recorrer los aos de la Repblica y la guerra en Novelda, su me-moria prodigiosa regresa a la hermosa primavera de 1931:

    Cuando an no haba cumplido los 9 aos, se produjo la procla-macin de la Repblica. En mi percepcin fue un acontecimientoasombroso. Mi familia viva en el barrio de la Estacin y aquel datoda la poblacin se concentr en la calle-carretera que una Ma-drid con Alicante. Atnito, observ la alegra en los rostros, losabrazos, los parabienes se multiplicaban por doquier. Los escasosvehculos que cruzaban el barrio eran detenidos y sus ocupantes re-cibidos de manera efusiva y con vivas a la Repblica.

    Tambin da fe de la fortaleza de la UGT local, al recordar:

    En el invierno de 1932, a raz de una huelga general de los jor-naleros del campo, mi padre fue detenido y junto con dirigentes delPartido Socialista y de la UGT fueron encarcelados en la prisinprovincial. Las muestras de solidaridad se sucedan continuamen-te. La Unin General de Trabajadores organizaba viajes de los fa-miliares de los detenidos a la prisin y stos tambin reciban unacantidad en metlico semanalmente del sindicato.

    En 1933 empez a trabajar en una fbrica de escobas en el barriode la Estacin: Ganaba una peseta al da y esto era importante pa-

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    13 Aldeguer, Francisco: Veinticinco aos de Novelda (1953-1977). Novelda, 1978. pp.163-173.

  • ra el presupuesto de mi casa. Su familia pasaba muchas dificulta-des econmicas y en 1935 se marcharon a vivir a casa de su abuelamaterna, en la partida de Cucuch. Cuando la tarde del 17 de julio de1936 los generales fascistas se levantaron en armas contra el Gobier-no constitucional, su padre, Daniel Monz Vidal (militante socialis-ta hasta la escisin de 1921), era el secretario local del Partido Co-munista y el presidente del Frente Popular local, que haba logradouna amplia mayora en las elecciones parlamentarias del 16 de fe-brero de aquel ao. De las primeras horas y das del golpe de estadomilitar que desencaden la guerra civil, Monz recuerda:

    Estall la guerra: baj a Novelda y me fui al Ayuntamiento, queestaba copado. Entonces, el Partido Comunista requis la casa delos frailes, en la Glorieta, donde hoy est el Dehn, y el Partido leindic a mi padre que viviera all: nos vinimos a vivir ah, dejamosla planta baja para nosotros y la alta para las reuniones del Partido.Recibamos Mundo Obrero, que era diario, y yo me dedicaba a vo-cearlo y venderlo por las calles.

    l fue uno de los ocho nios noveldenses evacuados a la UninSovitica durante la guerra, en un viaje organizado desde la sede delSocorro Rojo Internacional, instalado en la actual Casa-Museo Mo-dernista, en la calle Mayor14:

    Salimos de Novelda el 8 de marzo de 1937, nos llevaron a Va-lencia, donde estuvimos catorce das, y la noche del 21 al 22 de mar-zo partimos hacia la URSS en el mercante Cabo Palos. Llegamos aCrimea el 30 de marzo. La idea que tengo del cielo era la Unin So-vitica: nos recibieron con cornetas, tambores, mil nios nos espe-raban en dos hileras, con ramos de flores, abrazndonos, con elpuerto lleno de gente. Hasta mediados de agosto estuvimos en unoscampamentos de verano para nios: venamos de un pas inmerso enuna guerra antifascista y entonces comamos queso, pasteles dor-mamos la siesta, nos babamos, bamos al bosque...

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    14 Los otros siete nios de la guerra noveldenses enviados a la URSS fueron: RaimundoDomnech, Francisco y Vicente Navarro Navarro, Jos Mara y Francisco MartnezManresa, Antonio Abad Galiano y Antonio Gonzlez Sabater. Otros nios noveldensesfueron trasladados a Mxico y Francia durante la guerra. Aldeguer, Francisco: Novelden-ses con huella. Novelda, 2001. p. 87.

  • La derrota de la Repblica prolong su estancia en la URSS mu-cho tiempo ms del previsto y, a partir de junio de 1941, la invasinnazi de la Unin Sovitica les aboc a vivir de nuevo las penalida-des de la guerra. De hecho, uno de los ocho nios noveldenses, Rai-mundo Domnech, muri en el frente de Leningrado y Daniel Mon-z no regres a Espaa hasta mayo de 1957, como veremos msadelante.

    La guerra civil espaola fue la primera expresin de la confron-tacin blica a escala mundial entre la democracia y el fascismo yen la defensa de la Repblica participaron numerosos noveldenses,particularmente en el legendario Quinto Regimiento de MiliciasPopulares15 y en el Batalln Alicante Rojo16. A finales de agosto de1936 unos 150 militantes de las Juventudes Socialistas Unificadas17(JSU) de Novelda marcharon a Madrid para unirse al Quinto Regi-miento, cuyo valor cantara Rafael Alberti18:

    Maana dejo mi casa.Dejo los bueyes y el pueblo.Salud! Adnde vas, dime?- Voy al Quinto Regimiento.

    Caminar sin agua, a pie.Monte arriba, campo abierto.Voces de gloria y de triunfo.Soy del Quinto Regimiento!

    En aquellos primeros das de guerra las autoridades republicanasde la ciudad tambin se incautaron del Casino y lo convirtieron enel cuartel general de las Milicias Populares Antifascistas.

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    15 Sobre el Quinto Regimiento, vase el libro del mtico Comandante Carlos: Vidali, Vitto-rio: El Quinto Regimiento. Cmo se forj el ejrcito popular espaol. Grijalbo. Mxico,1975.

    16 A los hroes del Alicante Rojo. Reflejos, nmero especial. Novelda, 8 de marzo de 1938.17 En abril de 1936, como resultado de la lnea poltica frentepopulista, las Juventudes

    Socialistas y las Juventudes Comunistas se fundieron en las Juventudes SocialistasUnificadas.

    18 El cuartel del Quinto Regimiento estuvo en el colegio de los salesianos, en la calle Fran-cos Rodrguez de Madrid, esquina con la calle Bravo Murillo. Aquellas calles que en el ve-rano de 1936 recorrieron los jvenes antifascistas de Novelda son hoy mi casa. En diciem-bre de 2006, junto con mis camaradas del PCE rendimos homenaje al Quinto Regimientoen el barrio de Cuatro Caminos y all les habl con orgullo del valor de aquellos annimosluchadores que llegaron de mi pueblo a defender la libertad en el frente de Madrid.

  • En septiembre, en la capital de la provincia la UGT y el PSOEagrupaban a jvenes de todos los pueblos para formar una columnadestinada a luchar contra el fascismo que se llamara Alicante Ro-jo, origen de la 71 Brigada Mixta del Ejrcito Popular junto con elBatalln Dimitrov. Fueron 74 los noveldenses que se ofrecieron vo-luntarios para formar parte de este batalln y, entre quienes murie-ron defendiendo los ideales de libertad y justicia social en el mis-mo, una parte cay en la batalla de Guadalajara entre el 8 y el 9 demarzo de 1937: Isidro Soria Manchn, Francisco Navarro Martnez,Jos Abad Mira, Francisco Navarro Quesada, Jos Antonio SellerDez. Otros fueron acribillados en el frente de Teruel, como TomsNavarro Tullod, en la defensa de Madrid, como Miguel Prez P-rez, en el frente de la capital, como Joaqun Navarro Navarro, o enla batalla del Jarama, como Jos Mara Sells Torregrosa, Jos Al-ted Navarro o Francisco Carbonell Garca.

    En el invierno de 1937, tambin se cre en Novelda, relata Da-niel Monz, el llamado Batalln Manchego, compuesto por jve-nes jornaleros llegados de esta regin. Una vez transcurrido el pe-riodo de adiestramiento, tuvo lugar un desfile por la calle Mayor yacto seguido se incorporaron a los frentes de la Batalla del Jarama,en las proximidades de Madrid.

    Tras la cada de Barcelona en manos del fascismo a finales deenero de 1939, el Gobierno de la Repblica se traslad a Elda, a laPosicin Yuste, y fue del improvisado aerdromo de Monvar dedonde muchos dirigentes republicanos partieron al exilio, entreellos Dolores Ibrruri (Pasionaria), Rafael Alberti y Mara TeresaLen e incluso el doctor Juan Negrn, presidente del Gobierno, yparte de sus ministros.

    El 31 de marzo el ejrcito franquista entr en Alicante, la ltimacapital de provincia que pudo permanecer leal a la Repblica. Ho-ras antes, algunos dirigentes del Frente Popular de Novelda, entreellos los dirigentes comunistas Daniel Monz Vidal y FranciscoAmors Alarcn (mi to abuelo) y el socialista Francisco Alted Pa-lomares, junto con ms de dos mil republicanos, pudieron exiliarsecon destino a Orn (Argelia), en uno de los ltimos cargueros quepartieron del puerto de Alicante, en el buque ingls Stanbrook.

    A partir de entonces la crueldad de la violencia franquista caytambin sobre la provincia de Alicante. El prestigioso historiador

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  • Edward Malefakis caracteriza as la represin de la dictadura19: Apartir del 1 de abril de 1939, la prensa nacional qued completa-mente amordazada y la prensa extranjera abandon Espaa paratrasladar su atencin a la Segunda Guerra Mundial, que estaba apunto de comenzar. Tampoco se hicieron posteriormente estudiosimportantes sobre la represin, dado que la dictadura de Franco losimpidi durante casi cuarenta aos. Adems, es un tema deprimen-te, sin ningn elemento teatral ni de esperanza. Nunca hubo un mo-mento en el que habra sido posible dar la vuelta a las polticas re-presivas, ninguna persona ni institucin que luchara abiertamentecontra ellas. Lo nico que hubo fue una barbarie unilateral, repeti-tiva e interminable por parte de las autoridades y una falta de volun-tad de otros elementos de la sociedad entre ellos la Iglesia deatreverse a exigir polticas ms humanas () La represin de laposguerra se debi a un deseo casi genocida de erradicar a los ele-mentos antiespaoles de la sociedad.

    Segn los clculos ms fiables aade Malefakis, entre 1939y 1948 fueron ejecutados oficialmente alrededor de 50.000 espao-les que haban sido condenados en consejos de guerra. Esta cifra noincluye las muertes causadas por el hambre, las condiciones sanita-rias o el tratamiento brutal de algunos guardias en los campos deconcentracin y en las apiadas crceles del nuevo rgimen.

    Entre las miles de personas asesinadas impunemente por ladictadura de Franco tras el final de la guerra civil estuvieron losnoveldenses Agustn Ribera Segura20, Jos Membrives Vzquez,Jos Mara Navarro Abad e Isidro Penalva Manchn, fusilados enAlicante.

    En el verano de 1945, en la Conferencia de Postdam (Alema-nia), Winston Churchill, Harry Truman y Jos Stalin (los mximosdirigentes de las tres potencias vencedoras) declararon que recha-zaran la solicitud de ingreso en las Naciones Unidas del rgimenfranquista porque habiendo sido fundado con el apoyo de las Po-

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    19 El Pas, 31 de diciembre de 2006. Suplemento Domingo, p. 16. 20 En la carta que remiti a su familia horas antes de ser fusilado, Agustn Ribera escribi:

    Al menos mi muerte no es deshonrosa ni nuestros hijos habrn de avergonzarse de supadre. Su hijo homnimo, uno de los protagonistas de la reestructuracin del PartidoComunista en Novelda en los aos 70, estuvo preso durante tres aos ya que las autori-dades fascistas le confundieron con su padre.

  • tencias del Eje (Alemania e Italia), no posee en vista de sus orge-nes, su naturaleza, su historial y su ntima asociacin con los Es-tados agresores las condiciones necesarias que justifiquen su ad-misin. Si la URSS fue junto con Mxico el nico pas que ayu-d a la Repblica durante la guerra de 1936-1939, Londres y Was-hington compartan la vergenza de la llamada poltica de no in-tervencin, de haber abandonado a un gobierno democrticofrente a la sedicin de los militares fascistas apoyados por Hitlery Mussolini.

    Influy tambin en la declaracin de Postdam (asumida por laAsamblea General de la ONU el 9 de febrero de 1946) la ejemplarcontribucin de miles de espaoles (comunistas, anarquistas, republi-canos) a la derrota del nazifascismo en las filas del Ejrcito Rojo,en las columnas militares de la Francia Libre que liberaron Pars enel verano de 1944, en el maquis Los republicanos espaoles pen-saban que la liberacin de Europa atravesara los Pirineos, sin embar-go, no fue as y en pocos aos las potencias occidentales eligieron alrgimen franquista como pen en el marco de la guerra fra.

    Desde 1939 hasta que los partidos de izquierda conquistaron elAyuntamiento en las elecciones municipales de 1979 y lograron suretirada, en la fachada principal de la iglesia de San Pedro de No-velda hubo un mural que rindi homenaje a los cados por Dios ypor Espaa, con especial nfasis en las cuatro personas fusiladasen Alicante el 20 de noviembre de 1936 junto con el fundador deFalange Espaola, Jos Antonio Primo de Rivera. Sin embargo, so-bre quienes dieron su vida por la libertad y la justicia social, por lareforma agraria y las reformas educativas, por el laicismo y la cul-tura, cay un ominoso silencio que an hoy perdura, puesto que elmovimiento social de recuperacin de la memoria histrica no hallegado a Novelda. La represin fascista y el miedo que despleg,el calvario de los defensores de la Repblica y de sus familias per-manecen en el olvido.

    Sirva como ejemplo de aquel periodo negro, en el que el odio delfranquismo golpe a muchas familias republicanas, el caso de mifamilia paterna. Mi ta Sonia evoca la detencin de su padre, JosAmors Alarcn (cantero, militante de la UGT y desde 1936 delPartido Comunista, miembro del Cuerpo de Carabineros de la Re-pblica durante la guerra), en 1939, cuando ella tena 8 aos:

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  • Mi padre volvi de la guerra, aquel mismo da estaba bando-se y cuando acab vinieron dos falangistas y se lo llevaron a los ba-jos del Ayuntamiento y despus lo trasladaron a la crcel. Lo lleva-ron a otras prisiones en Alicante, Monvar y Teruel y estuvo presodurante cuatro aos.

    El delito de mi abuelo fue marcharse voluntario a defender alGobierno democrtico de la Repblica, nacido de las urnas el 16 defebrero de 1936. Como en el resto del pas, los fascistas humillarondurante aos a los vencidos y a sus familias, incluidos sus hijos, co-mo recuerda Sonia Amors:

    Cuando mi padre estaba en la crcel me obligaron a hacer la pri-mera comunin vestida de falangista. Llegaron a mi casa y le dije-ron a mi madre y a mi abuela que me vistieran de falangista y queme llevaran. Y despus los falangistas fueron al colegio y con elapoyo de los curas se llevaron a mi hermano Progreso para bauti-zarle y cambiarle el nombre en el Registro Civil.

    En aquellos aos de represin para millones de familias republi-canas, su testimonio ilumina la barbarie del franquismo, ahora quealgunos historiadores revisionistas pretenden edulcorar la imagende aquel rgimen:

    Iba al Auxilio Social y me decan que levantara el brazo y can-tara el Cara al sol. La ta Carmen me deca que lo hiciera, pero yoresponda que ni levantaba el brazo, ni cantaba el Cara al sol, por-que mi padre estaba en la crcel. Entonces me castigaban con losbrazos en cruz sin comer; con el hambre que tena todos comien-do y yo as. En el colegio cantbamos el Cara al sol todos los dascon el brazo en alto.

    Muchas familias lograron subsistir gracias a la solidaridad deamigos y familiares:

    Mi hermano Jos Luis sobrevivi gracias a una cabrita que te-na el to Jos Mara que daba leche. Cuando estuvo muy enfermo,mi madre fue al Ayuntamiento a buscar al practicante, para pregun-tarle por qu no haba ido a ponerle una inyeccin al nio y ste lerespondi que crea que se haba muerto cara a la pared, como supadre.

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  • Despus de la guerra mi madre quem los libros de poltica quehaba en casa. Comamos lo que recogamos de la calle. Los falan-gistas venan a casa y la registraban porque decan que haba armas.

    Tambin su abuela Antonia sufri la violencia del fascismo, yaque los falangistas que propinaban las palizas en la crcel del pue-blo se la llevaban al local de su partido y le insultaban, le decan quetena hijos criminales: uno (Francisco), que le indicaban que ha-ba muerto en alta mar porque haban bombardeado el barco, yotros dos (Jos y Antonia21), en la crcel.

    Si las potencias vencedoras de la Segunda Guerra Mundial en-juiciaron los crmenes del nazismo en Nremberg, los crmenescontra la humanidad cometidos por el franquismo (rgimen equipa-rado al de Hitler en Postdam en el verano de 1945) permanecen im-punes hasta hoy y han dado pie a lo que distintas organizaciones dederechos humanos y de lucha por la memoria histrica han denomi-nado el modelo espaol de impunidad.

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    21 Su esposo, militante comunista, luch en el Ejrcito Popular en la guerra civil y desapa-reci en el transcurso de la contienda. Ella estuvo encarcelada durante tres aos.

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    No existe acuerdo entre nuestros entrevistados sobre si a la altu-ra de 1970 perduraba en Novelda la divisin entre vencedores yvencidos de la guerra civil. Para la mayor parte de las personas deizquierda, la respuesta es afirmativa. Sonia Amors, por ejemplo, esmuy contundente: S, como ahora, toda la vida. Pedro Berenguer,miembro de la direccin local de la Unin General de Trabajadoresen la Transicin, coincide en que entonces permaneca esa divisin:Lo vea en la manera de actuar de las personas, ya que desprecia-ban a las personas que calificaban de rojos. Y su compaero Ma-nuel Garca Terol, socialista desde que se afili a la JSU durante laguerra, aade: Esa divisin, que si quieres perdura hasta hoy enda, se notaba, por ejemplo, en que nos tenan marcados porque nobamos a misa, porque no cumplamos muchas cosas del rgimen.

    Por su parte, Salvador Snchez Arnaldos, alcalde socialista deNovelda desde 1979 hasta 1993, subraya:

    Siempre he dicho que Novelda tiene una historia de la pocaaquella muy fuerte. Date cuenta de que los cuatro que fusilaron conJos Antonio eran de Novelda En las familias haba una separa-cin total entre rojos y fascistas, haba una cosa muy fuerte ah deenfrentamiento de familias. Recuerdo que a veces bamos al bar atomarnos algo y tenamos que ver primero quin estaba en la barra,porque entonces no se poda ni hablar en el bar.

    II

    Una sociedad en transicin

  • En cambio, para dos de los fundadores de la asociacin Amigosde la Cultura, Francisco Jover y Pau Herrero, ese abismo ya habadesaparecido, particularmente entre la generacin nacida justo des-pus de la guerra que en aquella poca ya rondaba la edad de 30aos. Jover cita a modo de ejemplo:

    Sobre esto el ejemplo ms concreto es el de Jess Lpez Can-t: a su padre (presidente del Crculo Carlista de Novelda) lo ma-taron el 20 de noviembre de 1936 junto con Jos Antonio Primo deRivera, cuando su madre estaba embarazada. Jess Lpez Cantera y es muy amigo de Pepe Membrives, cuyo padre comandanterepublicano- fue fusilado despus de la guerra. Los hijos eran ami-gos, han sido amigos hasta hoy.

    Ramn Martnez, uno de los primeros militantes de Alianza Po-pular en Novelda y cuyo padre, de ideas republicanas, estuvo pre-so cinco aos en Alicante, coincide en que esas heridas ya habancicatrizado a la altura de 1970, aunque cree que se reabrieron conmotivo de las primeras elecciones municipales, en 1979, por unbreve periodo de tiempo. Tambin Vicente Segura, propietario dela empresa de mrmol Visemar y concejal de UCD entre 1979 y1983, considera:

    Creo que eso ya se fue amortiguando, puede que en algunasfamilias que tuvieran heridas ms profundas de la guerra ese sen-timiento pudiera estar, pero tengo la impresin de que en generalla gente se fue acostumbrando a vivir como poda y a olvidar elpasado. Lo que pasa es que haba fracciones que eran minoras,pero que tenan la bandera levantada, unos y otros; unos de unasciertas reivindicaciones futuras, otros de continuar como estba-mos. Cuando llegamos precisamente a ese momento en que seplantea la Transicin, se era el problema. Por eso creo que surgila UCD al menos a nivel de quienes como nosotros actubamos demuy buena fe y movidos por el sentimiento de servir de colchnpara que no hubiera ningn problema, no hubiera ningn choqueentre vecinos.

    Hacia 1970 la ciudad haba experimentado una notable trans-formacin socioeconmica, con el auge de los tres pilares que sus-tentaban la economa local: el mrmol, el azafrn y la agricultura,

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  • principalmente la uva de mesa y el tomate. Pau Herrero, cronistaoficial de Novelda, destaca su relevancia en la comarca:

    Era una ciudad importante econmicamente. En 1961, el diarioAbc public una noticia que deca que Novelda era el pueblo espa-ol con mayor nmero de vehculos en relacin a su poblacin. Esmuy curioso. En la dcada de 1960, con la insercin del rgimen enel capitalismo internacional tras la autarqua y las buenas relacio-nes con Estados Unidos, empiezan a darse oportunidades de traba-jo, empieza a exportarse uva, vienen los grandes almacenes y vinie-ron emigrantes de Andaluca, Murcia y La Mancha a trabajar.

    Haba una inquietud, pero no poltica propiamente dicha. Sesaba que haba que hacer un cambio, se saba que haba una cues-tin nacionalista desde un punto de vista cultural y poltico y natu-ralmente para la izquierda haba que hacer la revolucin. La gentejoven no sentamos la represin, exceptuando algunas familias re-presaliadas, pero en la calle no se vea.

    En los aos 60 Herrero form parte del sector democrtico delcarlismo, del Partido Tradicionalista, porque reivindicaba los fuerosvalencianos abolidos en los Decretos de Nueva Planta, a principiosdel siglo XVIII, que l asemeja a las actuales autonomas. Cuandoeste grupo se deshizo en los aos 70 mantuvo sus ideas nacionalis-tas, pero no volvi a integrar ninguna fuerza poltica.

    Por su parte, Francisco Jover considera que la Novelda de 1970atravesaba una suerte de transicin social:

    En aquella poca estbamos pasando una transicin social. Lasfbricas de mrmol eran pocas y vena mucha gente de fuera a tra-bajar en la agricultura. Venan de los pueblos ms cercanos en au-tobs y los que venan de ms lejos se quedaban. Entonces era muynormal alquilar a familias habitaciones y mucha gente se qued,porque todo el barrio de Las Horcas se pobl prcticamente de gen-te que vena de fuera, empezaron a hacerse casitas de planta bajacon un patio donde tener gallinas. Los que venan con pantaln depana aqul fue el ltimo pantaln de pana que se pusieron, porquedespus cambiaron completamente y se adaptaron al estilo de vidade aqu.

    En el aspecto societario hubo tambin otra transicin, porqueen las sociedades agrcolas es muy difcil que se unan unas perso-nas y otras, es complicado, porque siempre que se juntan dos el ter-

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  • cero ya est pensado si estos dos quieren que me una es que algovan a querer sacarme. Entonces las sociedades agrarias son rea-cias a juntarse a no ser que vayan a obtener una ganancia inmedia-ta. Socialmente, desde luego, se sabe que estamos en una sociedadindustrializada o en una sociedad de tipo agraria por la cantidad deasociaciones que hay. Entonces fue cuando aqu en Novelda empe-zaron a crearse asociaciones: Amigos de la Cultura se crea en 1971;a continuacin, en 1973, se crea, por ejemplo, el Centro DeportivoCucuch, que es importante porque es una sociedad y muchsimagente que se une, que se rene, compran unos terrenos y empiezana hacer cosas, cosas en beneficio de todos. Tambin fue entoncescuando se crearon las comparsas de Moros y Cristianos, que es otrotipo de asociacin, lo que significa que la gente se abre a hacer al-go: sea una sociedad deportiva, cultural, festiva... En este sentido,Amigos de la Cultura fue la primera asociacin.

    Estbamos sujetos a la Ley de Asociaciones de 1964. Se fue-ron creando distintas asociaciones, lo que denotaba un cambio enla sociedad, que fue prolongndose hasta 1980.

    Una de las personas que lleg a Novelda antes del fenmeno dela inmigracin masiva fue Salvador Snchez Arnaldos, quien arriben 1950, con tan slo 12 aos, para trabajar como estucador conFrancisco Llobregat Sepulcre. Nacido el 29 de agosto de 1938 en elbarrio obrero de El Carmen, en Murcia, despus de la guerra su ma-dre estuvo en prisin por apoyar al Socorro Rojo Internacional y s-lo pudo salir a condicin de que le bautizaran, con la oposicin deella, en 1942. Hasta que tom posesin de la alcalda trabaj siem-pre como estucador:

    No llegu a estudiar nada, no llegu a ir a la escuela. A los 9aos ya estaba buscndome el trabajito por ah, haba muchas ne-cesidades en casa. No fui a la escuela, me ense a leer y a escri-bir porque me ha gustado mucho la lectura Pero voy a decirteuna cosa: he sido alcalde de Novelda y no tengo ni el certificadode estudios primarios. Yo me lo he ganado todo, he aprendido so-lo a leer, a escribir

    Vivi durante casi un ao en la casa de la familia Llobregat, enla Glorieta, hasta que lleg un hermano suyo de Jumilla y se mar-ch a vivir con l. Aos ms tarde el ejercicio de su trabajo por nu-merosos pueblos de la provincia le permiti conocer y establecer

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  • contacto con muchas personas de izquierda, principalmente traba-jadores de la construccin.

    Si quien fue el primer alcalde democrtico de Novelda tras cua-tro dcadas de fascismo lleg en 1950, otro de los protagonistas lo-cales de la Transicin, Daniel Monz, regres de la Unin Soviti-ca en mayo de 1957:

    Siempre nos haban educado en que el fascismo haba ganadola guerra, pero los trabajadores estaban luchando contra la dictadu-ra y nosotros, si no hoy, s maana tenamos que aportar a esa lu-cha. Casi todos militbamos en la Juventud Socialista Unificada,pero haba otro elemento importante: mi padre estaba exiliado enOrn y haba sido condenado a muerte; en mi casa la represin fuebrutal: cuando me fui, naci mi hermana Josefina, en casa tiene atres nios Yo tena ganas de ver a mi familia, eran veinte aosY a travs de mi padre tena comunicacin con mis hermanos. Vi-ne de los ltimos, en la quinta expedicin, ramos ocho de Novel-da y el ltimo que regres fui yo: llegu el 30 de mayo de 1957.

    Muy pronto constat el clima de miedo existente, pero su retor-no tambin gener curiosidad entre las gentes de izquierda, paraquienes, por su ayuda a la Repblica y su decisivo papel en la de-rrota del nazifascismo en la Segunda Guerra Mundial, la UninSovitica representaba los valores del socialismo y apareca comola patria de todos los trabajadores. Seala Monz:

    El miedo era un elemento importante entonces en Novelda por-que la represin fue brutal. Llegu aqu y enseguida contrast:aqu no haba libertad, aqu todos los que hablaban conmigo (misprimos, mis tos) me decan: No hables, no hables. La primerasensacin fue percibir ese miedo.

    En Mosc haba estudiado peritaje industrial y cuando llegempez a trabajar en el taller de motocicletas y bicicletas de Pe-ret. Durante un tiempo los aparatos represivos de la dictadura nole dejaron tranquilo: nada ms llegar registraron las pertenenciasque haba trado de la URSS; en septiembre de 1957 le obligarona ir a unas dependencias del Ministerio de la Gobernacin en Ma-drid, donde durante cinco das fue interrogado junto con otros 300nios de Rusia y en febrero de 1958 tuvo que pasar por lo mis-mo durante diez das.

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  • Vicente Segura es uno de los empresarios del mrmol ms vete-ranos de Novelda. Nacido en 1938, en 1955 abandon su pretensinde estudiar Arquitectura en Madrid ya que su padre le llam paraque le ayudara en la empresa que haba fundado en 1943 puesto quese encontraba enfermo. De manera que siempre he sido empresa-rio. Ahora, ya jubilado, reflexiona sobre la evolucin de la ciudaden el ltimo medio siglo y detiene sus pensamientos a la altura de1970:

    Era una sociedad que viva en un mundo muy enrarecido, muypobre, muy raqutico, donde la gente como yo, que sobrepasbamoslos 30 aos y tenamos familia, tenamos una gran preocupacin porlo que podra ocurrir en el futuro, porque sabamos que estbamosen un rgimen poltico que no gozaba de la aceptacin del resto delmundo y que tena que derivar en algo distinto. Yo por lo menos te-na esa preocupacin. Y Novelda era un pueblo que viva pienso queen un limbo, quizs de espaldas a la realidad, pienso que aquel pue-blo realmente estaba ignorante de cul poda ser su futuro.

    Por su condicin de propietario de Visemar las autoridades delMovimiento Nacional le ofrecieron ser elegido concejal por eldenominado tercio familiar en los manipulados comicios de ladictadura, en las que slo podan ser cooptadas personas leales alrgimen. Segura rechaz aquella propuesta:

    Estaba convencido de que el sistema tena que cambiar, era muycrtico, los amigos ramos muy crticos con lo que suceda y con lamanera de administrar el pas y pensbamos que haca falta uncambio.

    Quien s fue edil por dicho tercio fue Jess Navarro Valero,propietario de Carmencita, durante el periodo de Manuel Gmez-Reino como alcalde (1956-1962).

    Yo no fui designado concejal, yo compet entonces contra Va-llejo, el farmacutico, y contra Ayala, del Ans Flor. Para m era unasatisfaccin presentarme para ver si resultaba elegido por mi popu-laridad de portero del Novelda, que lo fui hasta los 18 aos cuandome retir, y mi popularidad en el pueblo por lo de Carmencita. Yefectivamente se pusieron unas urnas, que pareca que olan a naf-talina, y aqullas eran las primeras elecciones democrticas en

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  • cuanto al sistema, pero no dentro de una democracia. Sal elegidopor una gran cantidad de votos. Me hicieron concejal de Trfico ylo fui durante cuatro o cinco aos.

    Nacido el 28 de agosto de 1928, Navarro Valero conserva fres-cos los recuerdos de la dcada de los 40 en Novelda, puesto que en1941 dej el colegio de Valencia donde estudiaba y regres a su ciu-dad. En el ambiente de la posguerra, el conocimiento de la repre-sin franquista le dej una huella que le marc durante aos:

    No te quiero ocultar una cosa que es una cobarda y que te laconfieso: en los aos 40 era una persona que me senta un poco pri-vilegiado porque tena 70 u 80 mujeres trabajando, mi padre, co-merciante, viajaba constantemente y daba la sensacin de que yoera uno de los distinguidos de Novelda, vamos a llamarlo as. Y en-tonces qu ocurre: como haban matado en tiempo de guerra a losdistinguidos, si en un momento dado vena un cambio de rgimen,el primero a quien le cortaran el cuello sera a m y te confieso quepor un momento senta casi necesidad de amistad con determina-dos elementos de los que decan: Ese es hijo de tal que lo matarondespus de la guerra, ese es hijo de. Me acercaba un poco aellos como diciendo yo ni quiero privilegios, ni quiero nada, sim-plemente quiero que no vuelva otra vez eso.

    Recuerdo al terminar la guerra, que estando mi padre jugandoal domin, era frecuente oirles decir: En 1941 ni Franco ni nin-guno, en 1942 ni Franco ni Dios y en 1943 volver la Repblicaotra vez.

    Aquello se me qued metido en la cabeza y crean todos que ibaa volver a ocurrir cualquier cosa. Yo crea el primero que cae soyyo, porque tanta gente trabajando en mi casa, yo procuraba seramigo de las trabajadoras y los trabajadores de mi casa Jesusi-to, ven que te besemos. Hala, las 50 60 mujeres a besar a Je-susito. Yo me deca cmo sus maridos, sus hermanos o sus hijosme van a matar a m, yo que soy amigo de ellos. Y eso me con-dicion durante el resto de mi vida.

    En 1953, su padre puso la empresa a su nombre y le entreg ladireccin de Carmencita, donde entonces trabajaban ms de cienpersonas. Jess Navarro Valero se precia de no haber despedidonunca a ninguna trabajadora y de que ninguna le denunci:

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  • Te cuento una ancdota de 1963, cuando trabajaban cien muje-res en Carmencita. Un mecnico de motos de aqu, Parra, me hizouna mquina a partir de una italiana con una modificacin. Cuan-do llevbamos quinientas mil pesetas gastadas en tiles, la mqui-na aquella empieza a deshilvanar una bobina y a hacer las carteri-tas de azafrn a mquina. Tanto es as que por cada mquina sobra-ban diez mujeres. En el plazo de un ao me hizo diez mquinas.Las chicas se quedaron asustadas, con los brazos cruzados. Pero notir a ninguna a la calle.

    Ten en cuenta que muchas de aquellas mujeres de 1963 proce-dan de antes de la guerra y ya se jubilaban. En un primer convenioque hicimos un poco atrevido jubilbamos a las mujeres a las 60aos, otras se casaban y en esos momentos casarse era dejarse detrabajar. No tir a nadie, como tena entonces la agricultura, tenatres o cuatro meses de uva, ms dos o tres de empaquetar tomates,las empleaba aqu, las empleaba all.

    Aquel mismo ao fund su empresa de mrmol, Euromar, quehacia 1970 tena unos 70 u 80 trabajadores, 25 30 trabajaban enlas canteras y unos 50 60 en la fbrica.

    En 1963 haba un crculo de oteadores de riqueza en el que de-camos: dispongo de tiempo, porque Carmencita es una marca queva sola, lo vendo todo y se gana dinerote, tengo crdito en los ban-cos, tengo fincabilidad, porque mi padre ha comprado fincas. En-tonces qu hacemos? Estaba la Imprver, que era un almacn detomates muy importante. Y entonces fundamos Euromar. Compra-mos un terreno, compramos un solar, una cantera, bloques yaquello iba de mal en peor dos o tres aos, hasta que fichamos a unelemento, Sabater, y entonces empez a funcionar.

    Empezamos a enviar a los pases rabes, empezamos a trabajaraqu, nos situamos en unas maravillosas canteras, pero yo acudacada ao tres veces a Euromar, no he sido marmolista. No entien-do de mrmol, lo que entenda es que aquello era sinnimo de ri-queza y que haba que firmar unos crditos y fundar una empresa.

    Si el centro de la vida social de las clases populares era la Glo-rieta, la burguesa tena su feudo en el Casino. Gent de Glorieta igent de Casino era el dicho popular que sintetizaba las diferenciassociales entre los trabajadores y las clases pudientes. Sin embargo,Jess Navarro no frecuent a menudo este crculo social:

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  • El centro social era el Casino, lo que pasa es que me cas en elao 50 y abandon toda actividad ldica. Por ejemplo, ya no jugual ftbol desde los 18 aos, empec a viajar por Carmencita y a me-terme en camisas de once varas: hacer la fbrica de mrmol, preo-cupado ya todos los das, constantemente de la fbrica de mrmol,a ver por dnde vena el tiempo para las 200 hectreas de uva quetena plantadas, y a cosechar He llegado a tener 700 personas tra-bajando entre los tomatares, el porche, la uva, el mrmol.

    Entonces, como te he dicho antes, empec a correr delante delos directores de banco, de los inspectores de Hacienda, y a no dar-me cuenta de que estaba sucediendo algo irreversible: haba un go-bernante de una dictadura opresiva, de la que yo no me daba cuen-ta porque estaba enredado en otras cuestiones, y en ese no darmecuenta pues nos metimos en la Transicin.

    En 1975 recuerdo un da en un consejo de la Caja de Ahorrosde Novelda en el que decan: Seores os habis enterado de quehay una Revolucin de los Claveles en Portugal? Y eso qu es?Eso es un sntoma que madre ma de los dolores el da que.

    Yo no participaba en la vida social de Novelda. Al Casino dejde entrar y lstima de cuotas que he pagado y pago por ser socio,porque no he llegado a formar parte de nada.

    Salvador Snchez Arnaldos evoca la funcin social del Casino:

    En el ltimo pregn de las Fiestas record que no podamos en-trar al Casino y cuando era un muchacho con media novia nos to-caba ver las verbenas desde detrs de la verja, en la calle Se de-ca que haba gente de Glorieta, los pobres, y gente de Casino.La verbena de la Glorieta acababa a las dos de la maana y la delCasino, a las seis. Adems, al Casino no entrabas si no llevabaschaqueta y corbata. La gran mayora de la gente iba a la Glorieta adar vueltas: los muchachos caminaban en un sentido y las chicas enel contrario.

    Por su parte, Vicente Segura seala que el perfil clasista del Ca-sino ya se haba difuminado entonces, al contar con ms de dos milsocios:

    A diferencia de otros pueblos vecinos, esa burguesa diramosque se fue haciendo menos burguesa si cabe la palabra, porque qui-zs ese dinamismo que tiene Novelda, de comercio y luego la in-dustria, ese sentimiento de clase, de clases apartadas unas de otras,

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  • yo no lo he visto y, adems, siempre hemos comentado que el Ca-sino de Novelda, por ejemplo, tena en aquella poca tres mil y pi-co socios, donde no se miraba la extraccin para entrar, si era unobrero o era un empresario, o era rentista. Eso no contaba y eso esuna gran realidad. Novelda no tena esas cosas tan acendradas co-mo algn pueblo vecino que no quiero citar, donde realmente s ha-ba barreras sociales enormes. Aqu creo que no las haba.

    Daniel Monz coincide con su diagnstico:

    Antes de la guerra al Casino, que es una entidad privada, ibanlos ricos, para nosotros era prohibitivo. En la guerra se requis y sedestin para los milicianos.

    La Glorieta es un recinto abierto y la gente puede pasearla conzapatos, alpargatas o lo que sea Normalmente era el punto dereunin de la gente y ya de los distintos grupos afines en aquellosaos. Yo entraba en la Glorieta y frecuentemente vea a mis amigos,que saba que compartan mis ideas, y nos reunamos a hablar y aver que la situacin iba a cambiar.

    La Glorieta es una representacin popular y el Casino an con-servaba su histrica funcin de acoger a la representacin de lagente pudiente. Esto fue rompindose y accedi al Casino infinidadde gente, que es gente trabajadora, se convirti en una entidad don-de el sentimiento de clase estaba ms diluido.

    Las condiciones de trabajo de los obreros y de los campesinosde Novelda en aquellos aos 70 eran duras, con el inconvenienteaadido de carecer de libertad para sindicarse y de tener que mover-se en el marco que definan unos sindicatos verticales sumisos a losintereses empresariales.

    Mi to Jos Luis Amors trabaj en la agricultura durante 53aos y fue uno de los principales promotores de la Uni de Llaura-dors i Ramaders en la comarca. Naci el 2 de diciembre de 1938 yslo fue a la escuela hasta los 10 aos, cuando empez a trabajarpelando caas y a los 12 se inici en la agricultura. De las penali-dades de su infancia y la represin sufrida por su familia ya ha ha-blado en el captulo su hermana mayor, Sonia. As evoca sus iniciosen el mundo laboral:

    Primero empec a trabajar en el Rancho grande, donde elsueldo era de 17 pesetas, y despus con el Frare, donde nos pa-

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  • gaban cinco duros y cultivbamos via y tomatares. Trabaj co-mo jornalero durante ms de veinte aos. Tras casarme, comprel trocito de la Alforna, despus llev el trozo de Antonio Mira enBetes a medias, y tambin tena tomatares

    Las nicas herramientas entonces eran el capazo y la azada (nohaba maquinaria, no haba tractores) y las jornadas se prolonga-ban hasta diez horas. Durante la dictadura funcionaba la llamadaHermandad de Labradores (el sindicato vertical para el mundoagrario), a la que pertenecan tanto los propietarios de tierras comolos trabajadores del campo, pero ntimamente ligada a los interesesde los patronos: Haba unos dirigentes bajo el mando del franquis-mo y cuando t denunciabas a un patrono, antes de llegar la denun-cia ya lo saba ste.

    Manuel Navarro, compaero suyo en la fundacin de la Uni deLlauradors i Ramaders, tambin fue agricultor durante toda su vidalaboral. Nacido el 11 de febrero de 1933, describe la estructura dela propiedad en Novelda y su trayectoria personal:

    Haba un grupo amplio de jornaleros y otro de pequeos propie-tarios y tambin algunos grandes propietarios de tierras, como JessNavarro o Jos Mara Gmez, que contrataban muchos jornaleros.

    A los 9 aos me puse a atender en un comercio de ultramarinos,de 9 a 12 trabaj en una fbrica de escobas y despus en la escayo-la. Mi padre era el encargado de una finca de otra persona comomayoral y empec a trabajar ah en la agricultura, cultivbamos uvade aledo.

    Despus de casado, me puse a trabajar por mi cuenta. Arrenda-ba tierras blancas y haca verdura. Y estuve lo menos veinte aosvendiendo verdura y entonces ya me posicion un poco, compr unpoco de tierra, unas 25 tahllas en la Alforna y ya me dediqu a cul-tivar uva de aledo.

    Hubo unos aos en que se pag bastante mal a los jornaleros.Los aos en los que el cultivo vala los pequeos labradores siem-pre solan aumentar los precios, ya que necesitaban, adems de cul-tivar sus tierras, hacer algunas peonadas para ganar ms dinero; en-tonces exigan dos o tres duros ms la hora y los dems se acogana este sueldo. Porque entonces se cavaba, ya que los tractores lle-garon a los campos de Novelda hacia 1977 1978. Hasta entonceseso de mover todo el terreno a golpes de azada era muy duro.

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  • En el otro gran sector laboral, las fbricas de mrmol, las condi-ciones tampoco eran mejores y los empresarios gozaban de una po-sicin de privilegio indiscutible. Pedro Berenguer, quien trabaj enla empresa de Miguel Torres primero, tres aos en la de Luis Sn-chez y treinta en Garca Moya en Monforte, recuerda:

    En aquel tiempo los trabajadores no tenamos posibilidades deir a denunciar a la empresa nada Una vez intentamos en la em-presa de Luis Snchez llegar a un acuerdo los trabajadores y subira protestar a la empresa y dijeron que, si nos juntbamos ms decinco, llamaban a la Guardia Civil. Como entonces la ley no permi-ta reunirse a ms de cinco para reclamar una cosa En cuanto alos convenios, con el sindicato vertical tenas que tragar lo queacordaran, los trabajadores estbamos completamente indefensos.Adems, era un trabajo muy duro, muy duro, las condiciones eran:Si te apaa bien y, si no, pues coges la puerta y te vas.

    En 1966 Daniel Monz entr a trabajar en Visemar como encar-gado. Su memoria perfila con nitidez el estado del sector entonces:

    En aquellos aos hubo una gran transformacin en el ramo. Vi-semar era una fbrica clsica. Cuando entr en la fbrica muy po-ca cosa tcnica se haba montado desde que me march a Rusia.Haba una demanda grande de la construccin y la produccin au-mentaba, pero los mtodos de trabajo eran similares: traan los blo-ques, los dejaban caer y para entrarlos a los telares los entraban conrulos. Ahora hay gras.

    Por otra parte, los convenios colectivos estaban hechos porsindicalistas del vertical, que eran ms funcionarios que sindica-listas. Se haba burocratizado tanto que esos hombres convenancon los empresarios alguna mejora

    La ley estableca la jornada de ocho horas, pero, a excepcin delas fbricas que tenan tres turnos, las jornadas se prolongaban has-ta que el cuerpo aguantara: de diez horas no se bajaba. La salud la-boral no exista y el mrmol es un sector muy peligroso por el usode productos qumicos.

    Entonces entrar en una fbrica implicaba aceptar cosas que encondiciones normales se rechazan: por ejemplo, en Daniper los s-bados bamos a trabajar. Los empresarios eran dueos absolutos dela situacin.

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  • En cambio, Vicente Segura, propietario de Visemar y patrn deMonz durante 16 aos, seala:

    En Novelda, con alguna excepcin que puede haberla, yo nodigo que no, nunca ha habido ese abuso por parte de la empresahacia el trabajador. Yo no lo he visto, siempre ha habido un tratoamigable. Por ejemplo, en aquellos aos de la Transicin no hubohuelgas.

    A la altura de 1970, en Novelda no exista la Resistencia anti-franquista que desde haca aos emerga con fuerza en las grandesciudades y en los polos de concentracin proletaria. S haba unasjvenes generaciones de trabajadores con una conciencia de rebel-da social, poltica y cultural frente a la dictadura, pero sin capaci-dad todava para organizarse.

    La creacin de la asociacin Amigos de la Cultura en 1971 fueel cauce que facilit que los demcratas noveldenses se encontra-ran primero en debates y en actividades culturales de todo tipo ymuy pronto se fueran organizando en distintos partidos polticos ysindicatos.

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    En junio de 1971, en el contexto poltico, econmico y socialexaminado en el captulo anterior, tuvo lugar un hecho queresultara decisivo para la Transicin a escala local, la funda-cin de Amigos de la Cultura, una asociacin que en un plazo bre-ve de tiempo se convirti en el punto de encuentro que aglutin yofreci un paraguas de legalidad a aquellos noveldenses con volun-tad de luchar por la reconquista de las libertades, en el contexto deuna dictadura que al igual que la salud del tirano ya agonizaba.Prueba de la relevancia de Amigos de la Cultura es que muchos denuestros entrevistados fueron socios de esta entidad.

    Francisco Jover, su presidente casi desde su fundacin, subrayaque tiene su origen en la inquietud de un grupo de personas vincu-ladas a la Hermandad Obrera de Accin Catlica (HOAC) que yaen 1969 y 1970 haban organizado una serie de conferencias pen-sadas especficamente en la gente joven. Aquellas actividades sedesarrollaron en el saln de actos de la sede que la Caja de Aho-rros de Novelda haba inaugurado en octubre de 1969 en la calleEmilio Castelar, un lugar idneo ya que los nicos espacios alter-nativos disponibles eran los inmensos cines de la poca, inapropia-dos para unos actos de asistencia mucho ms reducida.

    En mayo de 1971 estos militantes de la HOAC entregaron unaencuesta a los jvenes que asistan a aquellas charlas en la que lespreguntaban por sus aficiones, por su opinin sobre la situacin del

    III

    La relevancia de Amigos de la Cultura

  • pueblo y por ltimo les interrogaban sobre qu estaban dispuestosa hacer. Jover recuerda:

    La mitad de las 100 120 personas que asistieron a las charlasrespondieron aquella encuesta y expresaron que sera convenientehacer algo y que ellos estaran dispuestos a prestar su colaboracin.A partir de ah los organizadores empezamos a movernos y a pre-parar los estatutos de la asociacin.

    El 20 de junio de 1971 dos de las fundadoras fueron al Gobier-no Civil y all se tropezaron casualmente con el secretario de esteorganismo, el noveldense Luis Romero Navarro, quien les acompa- al registro y les dijo que no habra problema, hasta el punto deque al da siguiente los estatutos ya estaban aprobados. El artculo1.2 de este documento proclama que se adopta la denominacin deCentro Amigos de la Cultura, por el gran aprecio que sentimos porla amistad y por el estudio y la lectura, redundando esto en una ele-vacin ciudadana22. Esta asociacin inici sus actividades el 10 deoctubre de 1971, tras la constitucin de su primera junta directiva,presidida por Francisco Jover. Seis aos despus de su fundacin,el 8 de junio de 1977 se inaugur su sede en la calle Pedro Garcan 50, hoy denominada Jaume II.

    Fueron 21 los socios fundadores de Amigos de la Cultura, queconstituyeron la primera junta directiva desde que se aprobaron losestatutos y firmaron en el libro de actas de esa junta general: cincomaestras, seis administrativos (todos empleados de la Caja de Aho-rros de Novelda), dos agricultores (Manuel Navarro elegido teso-rero y Jos Luis Amors), un sacerdote (Fernando Garca), un fon-tanero, una bordadora, un empleado de la sociedad que suministra-ba el agua potable a la ciudad, un maestro industrial, una aparado-ra (Inmaculada Sabater, diputada socialista en las Cortes Constitu-yentes de 1977), un escayolista y un maestro de obras (FranciscoAmors). En total, catorce hombres y siete mujeres, casi todos ellosmuy jvenes23.

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    22 Aldeguer, 1978. p. 195. 23 De los 21 socios fundadores de Amigos de la Cultura, siete siguen sindolo hoy. En to-

    tal, ms de 300 personas han formado parte de esta entidad a lo largo de sus ms de 36aos de historia. Actualmente tiene en torno a medio centenar de socios.

  • En una carta redactada horas despus de la entrevista que le rea-lic la maana del 20 de marzo de 2006, Francisco Jover subray:

    De los 21 socios que ramos inicialmente, siete pertenecan a laHOAC y a continuacin el primero que caus alta, unos das des-pus, tambin lo era. Por lo tanto y con toda rotundidad, se puedeafirmar que el Centro Amigos de la Cultura fue una creacin im-pulsada por los militantes de la HOAC, que copiamos los estatutosde un centro similar que haba empezado a funcionar en Villena,creado igualmente, entre otros, por gente de la HOAC.

    Otro de los fundadores de Amigos de la Cultura, Pau Herrero,seala que en aquellos momentos el panorama cultural en Novel-da era un autntico pramo, ya que incluso languidecan algunosgrupos teatrales que haban funcionado aos atrs. El Cronista Ofi-cial de Novelda destaca que durante la primera mitad del siglo XXhubo una gran actividad teatral en esta ciudad, incluso durante laguerra tuvo lugar una representacin semanal en el teatro JorgeJuan, y tambin haba grupos dramticos organizados en la Casadel Pueblo.

    Esta gente se fue haciendo mayor, continuaron haciendo algu-na obra, pero cuando llegamos nosotros no haba nada. El nico an-tecedente haba sido en el ao 60-61 el Crculo de Bellas Artes, queintent aglutinar a toda la gente de Novelda en el mbito cultural:pintura, msica, literatura, teatro, fotografa Dur slo dos aos,pero esa inquietud qued, a la gente le haca falta. La Caja de Aho-rros traa alguna cosita de vez en cuando o haba algunos gruposcomo El Arlequn, que empez en el Instituto, pero muy poca co-sa, slo lo que la gente vea en las fiestas patronales. Haba algunaserie de actos en los que poda juntarse una serie de personas, peroque no estaban vertebrados.

    Francisco Jover recurre al trmino extraeza para describir laacogida que Amigos de la Cultura tuvo inicialmente:

    Una vez que vencimos esa extraeza, lleg gente, sobre todomucha gente joven y sobre todo gente que tena una cierta inquie-tud. Aquellos que tenan esa cierta inquietud y vean que Amigos dela Cultura no daba respuesta a lo que ellos queran se fueron y aque-llos que vean que daba respuesta a lo que esperaban continuaron.

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    Imagen del concierto de Raimon en Novelda, en 1972

  • El gran invento de Amigos de la Cultura es que all se haca to-do aquello que la gente quera, lo que pasa es que quien tena algu-na idea tena que encargarse de buscar a sus amigos, a los que que-ran realizar eso. () Quienes queran hacer teatro hacan teatro,otros queran escuchar msica, de hecho hicimos muchos discof-rums, que por cierto no tenamos ni tocadiscos, tenamos que ir aque nos lo dejara Philips y Pedro Palomares nos lo dejaba. Cual-quiera que tena una inquietud la poda desarrollar all, junto contodos aquellos que tenan las mismas ideas.

    El 10 de noviembre de 1965 se haba creado en Alicante el Clubde Amigos de la UNESCO (CAUA), el tercero de Espaa despusde los de Madrid y Barcelona, a iniciativa de personas como elcompositor scar Espl (su primer presidente), Enrique Cerdn Ta-to o Jos Vicente Mateo. Al igual que Amigos de la Cultura en No-velda, pero a escala tanto local como provincial, el CAUA acogi atodos los sectores de la resistencia antifranquista.

    Cerdn Tato, quien en aquellos aos imparti una conferenciasobre Miguel Hernndez en Amigos de la Cultura, escribi en unimprescindible trabajo publicado en los aos de la Transicin sobrela creacin de este tipo de centros culturales que se conectaban conla lucha por las libertades democrticas y entre los primeros que ci-t estuvo el de Novelda24:

    Y junto al Club de Amigos de la UNESCO, otros muchos deimpronta democrtica diseminados por todas las comarcas, por laprovincia toda, coadyuvaron asimismo a la dinamizacin del ejer-cicio cultural y de la vida asociativa, tan sombra y parva, siemprea contracorriente de la despolitizacin e inculturizacin alentadaspor el Rgimen. Tales son El candil ilicitano, de Elche; Amicsde la Cultura, de Novelda; Thder y, posteriormente, MiguelHernndez, de Orihuela Y los hay tambin en Denia y en Jijo-na, en Elda y en Callosa de Segura, en Petrel y en Villajoyosa, enVillena

    La primera charla que organiz Amigos de la Cultura abord unproblema crnico muy grave en la ciudad, el alcoholismo, y fue im-

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    24 Cerdn Tato, Enrique: La lucha por la democracia en Alicante. Librera Rafael Alberti.Madrid, 1978. p. 123.

  • partida por un psiquiatra, mientras que al da siguiente proyectaronuna pelcula relacionada con tal asunto.

    Esta asociacin empez a funcionar en octubre de 1971 y muypronto empezaron a buscar cobijo en su legalidad casi todas las per-sonas que a partir de la muerte del tirano reorganizaron los partidosde izquierda y la lucha sindical, incluso destacados dirigentes de laUCD fueron antes socios de esta entidad. La convivencia fue posi-ble entre otras razones porque los directivos de Amigos de la Cul-tura supieron valorar la relevancia del pluralismo, tal y como expli-ca Jover:

    All fueron acudiendo todos los que despus fueron los lderesde todos los partidos y todos los sindicatos, de tal manera que to-dos tenan all cabida. Qu pas despus, cuando entramos en lapoca de los partidos, en la poca de los sindicatos? Yo vi que sehaban creado muchas sociedades similares en los pueblos prxi-mos, pero eran llevadas por gente que era de un partido concreto,de un sindicato concreto. Cuando los partidos y los sindicatos fue-ron legales, estas asociaciones desaparecieron porque la gente seiba a su sindicato, a su partido.

    En Novelda no pas eso porque realmente estaban todos, perono haba ninguno que fuera dominante y, como aqu todos nos co-nocamos, cada uno era de su partido, o no perteneca a ninguno,pero no permita que a la vez se pisara al otro.

    Esto origin que, al constituirse los ayuntamientos democrti-cos, los mismos que antes se haban visto en Amigos de la Culturay que haban estado hablando entre ellos, en coloquios, estaban enpartidos distintos y todos lo vieron como la cosa ms normal delmundo.

    Para calibrar la relevancia de las actividades de Amigos de laCultura en la Novelda de principios de la dcada de los 70 podemosreferirnos al concierto que Raimon ofreci en el Club Dehn la no-che del lunes 6 de noviembre de 1972. En aquellos momentos el au-tor de Al vent era una de las voces ms representativas de la luchapor las libertades y haba ofrecido conciertos ya mticos como el dela Facultad de Ciencias Polticas y Econmicas, en Madrid, el 18 demayo de 1968, del que naci