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Editorial

Presidente Apóstol Dr. Sergio Enríquez

DirectoraLicda. Paola Enríquez

Coordinación editorialRafael Molina

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David Lima

Corrección y RedacciónKarina Estrada

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EQUIPO DE TRABAJODerrotando a Fobos

Tal como hemos venido comprendiendo, la salud mental consta de varios elementos catalizadores dentro de los cuales están la tranquilidad, la paz, el amor, etc. que una persona pueda tener. El miedo a través de los tiempos ha sido la herramienta para desequilibrar esa situación y

de esta forma esclavizar a la humanidad, esto lo podemos ver desde el inicio de la vida del hombre hasta las sociedades organizadas. En Hebreos 2:15 la Biblia asegura que el enemigo tuvo toda la vida bajo esclavitud a la humanidad por miedo a la muerte; también vemos como el enemigo, buen conocedor de aquellos a los cuales quiere dominar, sabía que por miedo a la muerte los humanos harían cualquier cosa (Job 2:4); ahora bien, para llegar a ése extremo se tenía que hacer que el miedo fuera evolutivo y para ello tendría que causar miedo a todo absolutamente; de acá podemos ver un listado de más de cien clases de miedos que la misma psicología ha logrado diagnosticar. Para estas dolencias del alma el científico únicamente puede ofrecer paliativos, pero el remedio definitivo y total viene solo del creador de la humanidad; es por eso que por medio del perfecto amor se echa fuera todo temor, todo miedo, todo desequilibrio en el alma.

Esta revista la hemos hecho con el propósito de ayudar a que por el conocimiento y sobre todo por el Espíritu podamos llegar a conocer las posibles fobias que puedan estar afectando el alma y de esta manera hacerlas desaparecer y con ello echar a perder la cadena de evolución del mismo.

Sirva pues éste trabajo para ayudar a erradicar el miedo y traer la paz tan anhelada a nuestra alma.

Sergio Enríquez

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APOSTÓLICOConsejo “Cuando la herida se convierte en cicatriz,

la pesadilla se convierte en dulce sueño.”

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3EDICIÓN 112 | JULIO 2019

El primer sentimiento negativo que se registra en la Escritura es el miedo y la primera vez que se menciona es en el siguiente versículo: “Y él respondió: Te oí en el huerto, y tuve miedo porque estaba desnudo, y me escondí.” (Génesis 3:10 LBLA). El hombre no había experimentado antes esta sensación, nunca había sentido temor, por lo que esta primera experiencia nos ayudará a considerar cuál es su origen, cómo evoluciona y sobre todo cómo se destruye.

Es importante mencionar que en el escenario que estamos considerando hay un personaje astuto que jugó un papel importante para propiciar este senti-miento: la serpiente antigua, es decir, el diablo. Sin embargo, fue el hombre (el primer Adam) quien por medio de la desobediencia abrió la puerta al pecado y a la muerte. “Por tanto, tal como el pecado entró en el mundo por un hombre, y la muerte por el pecado, así también la muerte se extendió a todos los hombres, porque todos pecaron” (Romanos 5:12 LBLA). Como podemos ver, hay una secuencia: por causa de la desobediencia del hombre (primer Adam), entró el pecado al mundo y la muerte entró por causa del pecado. Pero para que la muerte pudiera reinar sobre la humanidad la tenía que esclavizar y para poder hacerlo necesitaba un poder: el temor.

Por esa razón la Escritura nos enseña que Cristo por medio de su muerte le quitó ese poder al diablo: “...Él igualmente participó también de lo mismo, para anular mediante la muerte el poder de aquel que tenía el poder de la muerte, es decir, el diablo, y librar a los que por el temor a la muerte, estaban sujetos a esclavitud durante toda la vida” (Hebreos 2:14,15 LBLA). Entonces “yaré” (el temor primigenio) es el temor a la muerte; y

este fue el poder que el diablo utilizó para esclavizar a la humanidad, para que la muerte pudiera reinar. De tal manera que si ese temor que fue evolucionando y manifestándose de diferentes maneras era destruido, los que eran esclavos quedarían en libertad y la muerte ya no podría reinar más.

Gracias a Dios por el postrer Adam, nuestro Señor y Salvador Jesucristo que nos libertó del pecado y de la muerte, habiendo destruido con su muerte ese temor que nos esclavizó durante mucho tiempo. “Porque si por la transgresión de uno, por éste reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por medio de uno, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia. Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno los muchos serán constituidos justos.” (Romanos 5:17,19 LBLA).

Resumiendo un poco, podemos decir que el temor a la muerte es el temor primi-genio que evolucionó tomando diferentes formas, dando lugar a diferentes clases de temor, este temor entró al mundo por causa de la desobediencia del primer Adam. La muerte pudo reinar a causa de ese poder que tenía el diablo, por eso la única manera para que la humanidad fuera libre del poder de la muerte, era venciendo y destruyendo a quien le abrió la puerta, es decir, el pecado. Y así como el pecado pudo entrar al mundo por causa de la desobediencia, Cristo por medio de la obediencia destruyó el pecado y al destruir al pecado mató a la muerte y entonces anuló el poder que el diablo tenía, es decir, el temor. Entonces el postrer Adam -Cristo-, por medio de la obediencia destruyó el temor primigenio, el temor que tenía el ADN que dio lugar a todos los miedos, por esta razón, la obediencia es un arma poderosa en contra del temor.

El término hebreo Yaré (3372), es una raíz primaria y su principal significado es temor. Esta palabra aparece 330 veces en la Biblia en diferentes aplicaciones, cada una de sus formas vienen a ser como un disfraz que esconden su verdadero propósito: esclavizar, por ejemplo.

Yaré está asociado con la vergüenza, la timidez, la inseguridad, la intimidación, el desánimo, la presión, etc., todas estas sensaciones buscan neutralizar, paralizar y limitar a una persona incapacitándola e inhabilitándola. El temor al qué dirán, el miedo a fracasar o equivocarse son algunas de las sensaciones que una persona que es esclava del temor puede sentir, veamos unos ejemplos: “Y respondió Eliú, hijo de Baraquel buzita, y dijo: Yo soy joven, y vosotros ancianos; por eso tenía timidez y me atemorizaba declararos lo que pienso.” (Job 32:6 LBLA); “temió Saúl aún más a David. Y Saúl fue siempre enemigo de David.” (1 Samuel 18:29 LBLA); “Porque todos ellos querían amedrentarnos, pensando: Ellos se desanimarán con la obra y no será hecha...” (Nehemías 6:9 LBLA).

Eliú manifestó su temor por medio de la timidez, no podía expresar su opinión; Saúl manifestó su temor siendo un hombre muy inseguro, tenía temor de perder el reino y su inseguridad lo llevó a la enemistad; los enemigos de la restauración quisieron intimidar a los restauradores y los amedrentaban con el fin de desanimarlos. El temor tratará de detener por medio del desánimo la obra de edificación, en este caso fracasó porque Nehemías se fortaleció en el Señor hasta terminar la obra.

Por medio de Cristo somos más que vencedores, por lo tanto, el temor ya no tiene poder sobre quienes hemos creído en Él.

Nehemías 6:13

1 Samuel 15:24

1 Samuel 28:5

Salmos 23:4

Salmos 27:1

Salmos 56:4

Por Hilmar Ochoa

Citas bíblicas para estudio

Temor

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4 EDICIÓN 112 | JULIO 2019

Como pueblo escogido de Dios y apartados para Él nos encontramos constantemente en pruebas, en situaciones contrarias y que a veces nos pueden hacer pensar que estábamos mejor sin haber aceptado a Cristo; en la Biblia leemos que es a través de muchas pruebas que vamos a entrar al reino de Dios.

Dentro de las reglas que había en Israel para ir a la guerra, era que los que tenían miedo no podían ir, porque de esa forma hacían desfallecer a los demás guerreros. Los escribas hablaban al pueblo y le decían: “¿Quién tiene miedo y siente desfallecer su corazón? Que se vaya y vuelva a su casa, para que no desfallezca, como el suyo, el corazón de sus hermanos” (Deuteronomio 20:8 BNC).

El Apóstol Pablo escribe: “Porque no tenemos lucha contra sangre y carne; sino contra principados, contra potestades, contra señores del mundo, gobernadores de estas tinieblas, contra malicias espiri-tuales en los aires” (Efesios 6:12 SRV). Hay una potestad llamada Fobos que comanda una serie de espíritus que pueden estar

afectándonos, uno de ellos es el miedo en su faceta de desfallecimiento.

En el libro de Job podemos leer: “Nada se le iguala en la tierra, pues es criatura sin miedo” (Job 41:33 BJ3). Para la palabra “miedo”, en este verso se usa la palabra H2844 chath que significa: miedo, terror, destrozado, consternado; sin lugar a dudas esto nos conduce a un desfallecimiento. El Señor, que escudriña los corazones, conoce lo profundo de nuestros pensa-mientos y nuestros anhelos, y sin duda también nuestros temores e inseguri-dades. Dios quiere que seamos libres de la influencia de esa potestad llamada Fobos que ha sido enviada a ministrar temor a nuestras vidas incluso desde antes que naciéramos, que muchos desconocemos a exactitud pero nos hemos visto afectados y luchamos con situaciones que no hemos podido vencer, cuyo origen es el miedo en su faceta de destrozo y nos ha afectado en nuestro caminar.

Otro texto en donde aparece la palabra H2844 chath es: “¿Pero qué es lo que veo? Están aterrados, retroceden, y sus valientes están deshechos; en la huida buscan refugio sin mirar atrás. Hay terror por todas partes -- declara el SEÑOR” (Jeremías 46:5 LBLA). Una de las cosas que puede hacernos desfallecer espiri-tualmente, es que alguna de las autori-dades sobre nosotros nos ministre miedo y que nos impida comer, como le sucedió a Israel por medio del rey Saúl: “Entonces uno del pueblo le habló, y dijo: Tu padre puso bajo estricto juramento al pueblo, diciendo: ‘Maldito sea el hombre que tome alimento hoy.’ Y el pueblo estaba desfallecido” (1 Samuel 14:28 LBLA). Si hemos sufrido este tipo de ministración del miedo “chath” para destrozarnos, para hacernos desfallecer, una de las formas de vencerlo es a través de la revelación de la Palabra del Señor, “Entonces Jonatán respondió: --Mi padre ha ocasionado destrucción al país. Ved cómo han brillado mis ojos por haber probado un poco de esta miel” (1 Samuel 14:29 RVA).

Otra de las cosas que pueden hacer desfa-llecer y destrozar nuestra alma, es a causa

de una enfermedad y se puede llegar a tener miedo de perder la vida, pero es allí en donde debemos tomarnos de las promesas del Señor y saber que Él tiene el control de todo: “Desfallece mi alma por tu salud, esperando en tu palabra” (Salmos 119:81 SRV).

En la época que nos ha tocado vivir en medio de conflictos mundiales, al ver las noticias respecto a los años venideros en el mundo podemos abrir una puerta al miedo: “Los habitantes de todo el mundo desfallecerán de miedo y ansiedad por todo lo que se les viene encima, pues hasta las estructuras del universo se tamba-learán” (Lucas 21:26 BAF). Sabemos que para el mundo vendrá aflicción seguida de destrucción repentina, pero para los que esperamos en el Señor hay una promesa descrita: “mientras que a los que esperan en Yahvé él les renovará el vigor, subirán con alas como de águilas, correrán sin fatigarse y andarán sin cansarse” (Isaías 40:31 BJ3).

Al tener firmes nuestros pies en la Roca de nuestra salvación y ministrar nuestra alma con las promesas del Señor, todo miedo debe huir de nosotros sabiendo que Él nos librará de ese día y que aunque estemos en este mundo no somos de este mundo, y seguiremos confiando que no depen-demos del hombre sino de Dios. Quizá nos vemos aún en medio de temores y miedos en nuestra alma, pero si seguimos alimentado a nuestro espíritu, este se irá renovando, “Por tanto no desfallecemos, antes bien, aunque nuestro hombre exterior va decayendo, sin embargo nuestro hombre interior se renueva de día en día” (2 Corintios 4:16 LBLA).

Si hemos sido ministrados desde el vientre de nuestra madre y nos fue colocado un receptor al terror, este es el tiempo de un renuevo para nosotros; el Señor Jesucristo a sus discípulos en medio de una gran tormenta cuando estaban desfa-lleciendo se les apareció y les ministró ánimo: “Pero enseguida Jesús les habló, diciendo: Tened ánimo, soy yo; no temáis” (Mateo 14:27 LBLA).

Por Ramiro Sagastume

Citas bíblicas para estudio

Génesis 9:2

1 Samuel 2:4

Jeremías 46:5

Mateo 9:22

Hechos 27:22

Hechos 28:15

Desfallecer

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5EDICIÓN 112 | JULIO 2019

Cuando aceptamos al Señor Jesucristo en nuestro corazón iniciamos el proceso a ser una nueva criatura, esto implica que aún hay cosas en nuestra alma que debemos ir venciendo con el auxilio del Espíritu Santo. Una de las batallas que tenemos es la de ir venciendo los miedos y temores que nos fueron implantados en nuestra vida sin Cristo, sin embargo, ya siendo cristianos podemos abrir una puerta o ceder derechos para que un espíritu de miedo nos ataque: “Por la mañana dirás: “¡Oh, si fuera la tarde!” Y por la tarde dirás: “¡Oh, si fuera la mañana!” por causa del espanto de tu corazón con que temerás y por lo que verán tus ojos” (Deuteronomio 28:67 LBLA). La palabra usada para espanto es la H6343 “pachad”, que significa: terror, pavor, temible, espanto, horror y miedo; como podemos notar, la primera vez que aparece en la Biblia es a causa de la desobediencia del pueblo de Israel, quiere decir que una de las consecuencias a ser desobedientes ya siendo cristianos es que puede entrar el espanto.

Uno de los personajes que menciona la Biblia es el rey Saúl, por temer a que el pueblo se fuera cayó en desobediencia a la instrucción de Dios por medio del profeta Samuel y le fue quitado el reino: “Porque la rebelión es como pecado de adivina-ción, y la desobediencia, como iniquidad e idolatría. Por cuanto has desechado la palabra del SEÑOR, Él también te ha desechado para que no seas rey” (1 Samuel 15:23 LBLA).

La Biblia también menciona sobre las personas que son impías, las que siendo cristianas se apartan de los caminos de Dios y vuelven atrás, estas personas huyen por miedo, siempre andan pensando que los están persiguiendo, que los están vigilando, no duermen

tranquilos pensando que les puede suceder algo malo, andan espantados: “El impío huye sin que nadie lo persiga, más los justos están confiados como un león” (Proverbios 28:1 LBLA).

El impío, dice la Biblia que tendrá dolores en su cuerpo y será también tirano y como consecuencia le vendrá espanto: “Todos sus días el impío se retuerce de dolor, y contados están los años reservados para el tirano. Ruidos de espanto hay en sus oídos, mientras está en paz, el destructor viene sobre él” (Job 15:20-21). De aquí se puede deducir que Job andaba por los caminos de los impíos: “El miedo que presentía me ha sobrevenido; lo que me daba terror me ha acontecido” (Job 3:25 RVA). La palabra que se usa para miedo es “pachad”, Job sabía que un día sus hijos podían ser cortados porque desobedecían a Dios, por eso después que se reunían sus hijos, Job presentaba sacrificios a Dios: “Y sucedía que cuando los días del banquete habían pasado, Job enviaba por ellos y los santificaba, y levan-tándose temprano, ofrecía holocaustos conforme al número de todos ellos. Porque Job decía: Quizá mis hijos hayan pecado y maldecido a Dios en sus corazones. Así hacía Job siempre” (Job 1:5 LBLA).

Job también temía un día quedarse sin las cosas materiales que poseía y ese espanto que le seguía, le sobrevino. Uno de los amigos de Job cuando le habla, lo increpa sobre la forma que trataba mal a las personas necesitadas y que por esa causa le turba un espanto: “Despedías a las viudas con las manos vacías y quebrabas los brazos de los huérfanos. Por eso te rodean lazos, y te aterra temor repentino” (Job 22:9-10).

El miedo en su etapa de espanto (pachad) puede llegar a abrir una puerta dimensional en lo espiritual para que se manifieste y sea visible un espanto: “me sobrevino un espanto, un temblor que hizo estremecer todos mis huesos. Entonces un espíritu pasó cerca de mi rostro, y el pelo de mi piel se erizó. Se detuvo, pero no pude reconocer su aspecto; una figura estaba delante de mis ojos, hubo silencio, después oí una voz” (Job 4:14-16).

Aunque vemos en estos ejemplos que podemos ser perseguidos por un espanto, hay una esperanza para los hijos de Dios, no podemos simplemente creer que no hay salida y que debemos vivir con ello, sino que cuando estamos viviendo una situación así podemos buscar ayuda con un Ministro para ser libres, buscar una ministración para nuestra vida.

El único temor que nosotros debemos tener es el temor a Jehová, que no es un miedo, sino que más bien es un temor reverente que nos hace actuar para agradarle. La vida que nosotros debemos tener es caminar confiados de que Dios está con nosotros; dice en el Salmos 14:5 en su segunda parte, que Dios está con la generación de los justos, y eso nos deja ver que no estamos solos sino que tenemos un Padre que cuida de nosotros.

Nuestra vida debe por lo tanto ser en santidad, alejados de los caminos de los impíos, sin olvidar que los tiempos son finales, que debemos guardar nuestras vestiduras blancas y pedir a Dios que lo proclamado en este año como un tiempo de renuevo, venga a darnos un reinicio en nuestra alma y estar confiados en la mano del Señor. “Al director del coro. Salmo de David. Escucha mi voz, oh Dios, en mi queja; guarda mi vida del terror del enemigo” (Salmo 64:1 LBLA).

EspantoPor Ana Julia Sagastume

Citas bíblicas para estudio

Éxodo 15:16

Deuteronomio 2:25

Jeremías 30:5

Jeremías 49:5

Salmo 14:5

Proverbios 1:27

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6 EDICIÓN 112 | JULIO 2019

“Entonces os dije: No temáis, ni tengáis miedo de ellos” (Deuteronomio 1:29 RVES).

Otra de las palabras que en hebreo signi-fica temor es “aráts”, la cual entre sus acepciones también denota desánimo, desmayar y desalentar; y es que una de las consecuencias del temor es el desánimo. Deuteronomio 1:29 describe cual es la causa y cómo actúa este temor, veámoslo.

La propagación del temor

Moisés envió doce espías a recorrer Canaán y al regresar diez de ellos entregaron la noticia cargada de temor, “aquellos habitantes son gigantes, es una tierra que se traga a sus habitantes” dijeron, esto causó temor, provocó murmuración, descontento y desánimo, por esto el temor de diez hombres se convirtió en el temor de miles y al no confiar en el Señor no obtuvieron aquella promesa, (excepto Josué y Caleb quienes tenían un espíritu diferente). En estos tiempos también hay noticias que

infunden temor, y con la velocidad de las comunicaciones en minutos pueden tener efecto en millones de personas, y ser utili-zadas como un arma llamada temor que provoca ira y desánimo.

¿Cómo vencemos este temor?

“Oye oh Israel”, es el primer mandamiento dado por Dios, pero es un oír inteligen-temente, por eso debemos conocer la fuente de lo que escuchamos. Tal como Canaán fue una promesa de Dios, también nosotros las tenemos; por eso la confianza en el Dios que nos ha dado esas promesas hará que desechemos las noticias llenas de temor para renovar nuestro espíritu al igual que Josué y Caleb. “No desmayes delante de ellos, que Jehová tu Dios está en medio de ti, Dios grande y terrible” (Deuteronomio 7:21 RVES). Aquí, Israel entra a poseer Canaán para lo cual tiene que ir de frente a la batalla. Este es el temor a enfrentar retos grandes, era un gran territorio por conquistar y muchas naciones por vencer, por eso nosotros al ver obstáculos podemos ser presas del temor, huir y nunca empezar algo impor-tante por este temor al fracaso.

Venciendo el temor a conquistar

Se necesita de un Moisés (ministro), que a través de la palabra impacte nuestra alma para dejar atrás este temor, así como Moisés les decía que no iban solos a la batalla y que Dios iba a entregarles a sus enemigos, también les enseñó que el Señor era su Dios, les dio identidad y pertenencia para vencer el temor. “Él le dirá: ¡Escucha, Israel! Hoy ustedes irán a la batalla contra sus enemigos. No pierdan el valor, ni se asusten, ni entren en pánico ni se aterroricen por ellos” (Deuteronomio 20:3 PDT).

Aquí tres palabras diferentes se traducen como miedo y pueden trabajar en equipo para ser derrotados antes de pelear; primero amedrentar y causar temor, luego entrar en pánico, angustia y empezar a hacer cosas sin pensar para caer en desánimo, huir y desmayar en la conquista. Para derrotar estos tres temores, antes de entrar en una batalla tan grande se necesitaba la bendición del sacerdote (Deuteronomio 20:2), lo cual

significa estar cubierto por un ministro y reconocer autoridad para recibir una ministración tan poderosa que impacte nuestra alma y sea un escudo ante el temor. También vemos que los oficiales pedían un autodiagnóstico a los soldados y si alguno se veía a sí mismo con temor podía regresar a su casa, porque fácil-mente contagiarían a los demás. Incluso se segregan substancias (feromonas), que podemos percibir los humanos; por eso el miedo es la emoción más contagiosa que existe.

“Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente: no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios será contigo en donde quiera que fueres” (Josué 1:9 RVES). Este es el temor que se enfrenta al ser un sucesor y continuar un trabajo inconcluso. Es de imaginarnos a Josué quien había estado y sabía que clase de líder era Moisés y podía tener temor de no llenar las expectativas de la gente y de Dios. Quizá nosotros mismos podemos estar comparándonos y por miedo perdemos oportunidades como un ascenso en el trabajo o en el servicio.

La victoria de Josué

¿Cómo venció Josué este miedo?, enfren-tándolo. Comprendió que ya no estaba Moisés con él, que era una nueva etapa para su vida, también escuchó la voz de Dios que se convirtió en una orden para su espíritu, alma y cuerpo; ya que tres veces le dice que se esfuerce y sea valiente, por eso nosotros al exponernos a la minis-tración de la palabra somos habilitados para vencer el temor y emprender cosas difíciles.

En Job 31:34 vemos que se puede desfallecer por temor a las multitudes, este podría ser un pánico escénico, pero también un temor al “qué dirán” y esto implica quedar bien con las personas. Un ejemplo es cuando Saúl ofreció sacrificio, no por amor a Dios sino para agradar a las multitudes temiendo quedarse solo. Hoy por temor se pueden hacer cosas en las iglesias para agradar a la gente y no a Dios. Este temor se vence al saber que es menester obedecer a Dios antes que a los hombres.

Desaliento

Por Willy González

Citas bíblicas para estudio

Deuteronomio 31:6

Salmos 10:17,18 LBLA

1 Samuel 13:11 RV

1 Samuel 17:32 LBLA

Éxodo 6:9 LBLA

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7EDICIÓN 112 | JULIO 2019

“E iba Saúl por un lado del monte, y David con sus hombres por el otro lado: y David se fugó con zozobra, huyendo a causa de Saúl; pues Saúl y sus hombres iban cercado a David y sus hombres para apresarlos” (1 Samuel 23:26 Versión Moderna).

En hebreo la palabra “Paniym” se puede traducir como rostro, sin embargo en la Biblia ocho veces su significado es temor. En este texto vemos que una de sus interpretaciones es “zozobra”, ahora entendemos que este término significa sentirse inseguro, tener incertidumbre por lo que vendrá en el futuro y esto puede traer como consecuencia angustia e intranquilidad, la cual se puede convertir en lo que los psicólogos llaman “ansiedad anticipatoria”, que es la generación de pensamientos futuros, como por ejemplo antes de hablar en público pensamos que podemos equivocarnos, creando ansiedad y evitando enfrentar dicha situación. En el pasaje anterior vemos a un David que huye con zozobra junto a sus hombres por temor a Saúl (a pesar de ser un guerrero que podía matar gigantes), se esconde en un desierto en la región de Jesimón (que significa soledad). Por decirlo así, al esconderse en la soledad vino esa zozobra, el temor de lo que le sucedería en el futuro. Cuántas veces hemos caído en este temor e incertidumbre de lo que pasará con nuestra vida, por ejemplo; al pensar en nuestra edad quizá no apreciamos el futuro y nos preocupamos por lo que pueda pasar con nuestra familia, por eso debemos evitar la soledad que nos puede atacar con este temor.

Venciendo la zozobra

Uno de los errores de David fue la soledad en un desierto, por eso una de las formas

de derrotar este temor es no aislarnos, sino tener comunión con los hermanos para sentirnos protegidos y fuertes, según Salmos 133. En los salmos de David vemos un autoanálisis que hace de las diferentes situaciones que vive y en medio de todos sus temores clamaba y recibía la respuesta poderosa de Dios para su vida, por eso una de las cosas que hace David es recordarle a su alma lo que Dios ha hecho por él. Recordar las promesas de Dios nos da esperanza, esto lo vemos también en la mujer virtuosa (figura de la Iglesia), la cual al ser ministrada adecuadamente no teme sino sonríe al futuro.

Venciendo a Abimelec

“Cuando Jotam terminó de decir esto, huyó y se fue a vivir a un pueblo llamado Pozo, porque tenía miedo de su hermanastro Abimélec” (Jueces 9:21 TLA).

Aquí podemos ver el temor hacia un familiar. Abimelec en este caso había matado a setenta de sus hermanos, esto podemos verlo como maltrato familiar y este puede causar temor y producir que alguien se esconda en un pozo que puede significar aflicción, incluso que le impida tener una familia, ya sea literal o espiritual por temor al daño.

Unos versos anteriores, Jotam describe a Abimelec como una zarza sin fruto y sin sombra, pero que los árboles le dieron autoridad para gobernar. Por razones como estas hay que evaluar si no estamos dando mucha autoridad a una situación pequeña que nos sojuzgue. Además a este hombre lo hieren de muerte en Tebez una ciudad cuyo nombre significa “lino fino” y vemos en Apocalipsis que la Iglesia se viste de lino fino (que son las acciones justas de los santos); entonces hay que estar cubiertos ministerialmente y saber que somos justos, sin condenación ni temor por el sacrificio de Cristo y al tener esta justificación podemos quitarle la autoridad a la zarza; no verla tan grande ni poderosa, y podremos ver en realidad que lo que tememos no es tan fuerte comparado con el Dios que nos justifica.

Venciendo a Baasa

En Jeremías 41:9 un rey llamado Asa hace un pozo por temor a otro rey llamado Baasa, lo hizo para protegerse de él y es que el temor nos empuja a hacer cosas extrañas para protegernos. David por temor al rey Aquis fingió locura, Saúl atacaba a David por temor. Ahora bien, Baasa significa “comportamiento ofensivo” o “el que destruye”. Aquí podemos ver que la causa de este temor puede ser el maltrato físico o psicológico que haya provocado temor a nuestro corazón y al querer protegernos nos convirtamos en personas que ofenden o maltratan, y la causa puede ser el temor a ser lastimados. Baasa también significa destrucción, este temor puede destruir o devorar años de nuestra vida, pero al diezmar y ofrendar estamos confiando en una autoridad, en un padre espiritual, en un pastor, y con esto destruimos al destructor diciendo “no temeré más, yo confiaré”. Además Baasa es susituido en su reinado Ela que significa “roble”.

Cuando permitimos que nos quiten la antigua cobertura de luto y tristeza y somos cubiertos con alegría, y nos colocan una diadema en vez de ceniza (osea que sea renovada nuestra forma de pensar y de recordar), ya no nos defenderemos, alguien nos defenderá y seremos llamados robles de justicia, y daremos sombra y protección. Solamente así derrotaremos al temor.

Zozobra

Por Piedad de González

Citas bíblicas para estudio

Lamentaciones 1:16

Salmos 6:6-8

Jeremías 13:17

Joel 2:12-18

Lucas 7:38

Salmos 126:5, 6

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8 EDICIÓN 112 | JULIO 2019

El temor es un sentimiento que se ha abrigado en el corazón del hombre desde sus orígenes y vemos que se inicia desde el momento que el hombre desobedece a Dios, por lo cual el diablo, el enemigo de nuestras almas, se aprovechó de esto para sojuzgar a la humanidad, a tal grado que el temor a la muerte era la herramienta que utilizaba para esclavizar a la gente, sujetándolos a esclavitud durante toda la vida. Una persona que tiene temor en su corazón, tiene una esclavitud en su vida, pero vino nuestro Señor Jesucristo y por medio de su muerte venció ese temor y anuló el poder que tenía sobre la muerte, librando a los que creen en Él del temor a la muerte, haciéndolos libres de toda esclavitud, pero también podemos decir que Cristo nos libra de todo temor. Por eso es importante unirnos a Cristo en su muerte y resurrección para no dar lugar a ningún tipo de esclavitud en nuestros corazones, ni dar lugar a temores en nuestra vida que nos impida alcanzar los propósitos de Dios y poder acercarnos a Él con plena confianza.

En la Biblia hay varios pasajes donde se muestra cómo el temor operaba en los hombres y cómo el temor era utilizado para poder sojuzgar a alguien o incluso a un grupo de personas, también era utilizado en las guerras con el propósito de imposibilitar al adversario; por eso en 2 Samuel 17:2 un hombre llamado Ahitofel, a quien la tradición judía consi-dera abuelo de Betsabé, porque su hijo se llama Eliam, y este mismo nombre aparece como padre de Betsabé. Si esto es así, se puede comprender el porqué de la intención de querer destruir a David, en Ahitofel había un espíritu de venganza que lo motivaba a querer matar a David y entre su estrategia militar estaba el utilizar el temor para hacer temblar a David y poder eliminarlo. Ahitofel aunque era un consejero reconocido tanto por David como por Absalón, no consideró que David ya se había arrepentido y puesto en orden delante de Dios y que tenía todo su respaldo, por tal situación la estrategia de Ahitofel fue desbaratada (2 Samuel 17:14).

El nombre Ahitofel significa: hermano de ruina. Unas de las cosas que provoca temor en el corazón de una persona es considerar que puede caer en la ruina: haber tenido mucho y después muy poco, no es agradable al corazón; haber tenido la oportunidad de ascender hasta alcanzar una jerarquía alta y luego derrumbarse todo en un momento, desalienta a un corazón; el que un hijo quiera destruir a su propio padre, hasta el grado de matarlo, no es nada que favorezca al corazón de un padre. David se encontraba en una de las situaciones más complicadas de su vida, su hijo la había quitado el reino y deseaba matarlo, porque Absalón consideraba a su padre como un enemigo y además de todo esto, se levantó un espíritu destructor llamado ruina (Ahitofel), que quería perseguirlo hasta el punto de atemorizarlo y hacerlo temblar, con el propósito que se quedara solo y poderlo matar, pero David había orado al Señor para que todo plan de ruina fuera frustrado y Dios escuchó su oración.

Ahitofel era un consejero muy reconocido en ese entonces, a tal magnitud que él

consejo que el daba se consideraba como ‘la palabra de Dios’ (2 Samuel 16:23). Ahitofel se había aliado con Absalón para derrocar al rey David y habían levantado una conspiración contra él y todo había caminado según sus planes, pero todo esto había sido permitido por Dios, para que se cumpliera su palabra por el pecado que David había cometido con Betsabé: la espada no se apartaría de su casa y un compañero se acostaría con sus mujeres a plena luz del día (2 Samuel 12:10). Pero el consejo de Ahitofel para matar a David no estaba en los planes de Dios y aunque con inteligencia militar quería perseguirlo, hasta el grado de cansarlo y fatigarlo, para luego infundirle miedo hasta el grado de hacerlo temblar, con esto Ahitofel podría lograr que David se paralizara y no poder hacer nada para librarse de la muerte, pero como Dios estaba en este asunto, impidió que se llevaran a cabo los planes maléficos de Ahitofel.

David vivió un terrible momento con el levantamiento de su hijo para quitarle el trono y aunque su hijo se unió al consejero más cotizado del momento, no arriesgó la vida de los que estaban con él, prefirió humillarse y confiar en el Señor, pero también utilizó los recursos que Dios le había permitido tener, como el caso del consejero Husai que fue el que envió para desbaratar el consejo del que buscaba su ruina (Ahitofel). Si algo se puede notar en esta situación que persiguió a David, es que no permitió el temor en su corazón, aunque en parte era consecuencia de su pecado con Betsabé, no dejó de luchar, buscó un lugar donde pudieran reorganizarse para poder retomar lo que Dios le había entregado. Esto es un gran ejemplo: en medio del sufrimiento no dejar de confiar en el Señor, aunque se levante el adversario para atemorizar, no permitir que el temor crezca en el corazón para no tener una carga mayor y comprender que Dios tiene la mejor medicina para el temor, que es su perfecto amor: “En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor, porque el temor involucra castigo, y el que teme no es hecho perfecto en el amor” (1 Juan 4:18 LBLA).

TemblorPor Abraham de la Cruz

Citas bíblicas para estudio

Lamentaciones 3:24-26

Salmo 31:15-17

Salmo 16:11

Salmo 20:5

Salmo 51:8

Salmo 51:12

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9EDICIÓN 112 | JULIO 2019

“Y sucedió que a la puesta del sol un profundo sueño cayó sobre Abram, y he aquí que el terror de una gran oscuridad cayó sobre él” (Génesis 15:12 LBLA).

El terror se define como la máxima expresión del miedo y consiste en “una perturbación angustiosa del ánimo que es provocada por un riesgo real o imaginario” y sobrepasa la capacidad del cerebro de coordinar las acciones, a tal punto que una persona afectada por el terror no puede pensar ni actuar racionalmente.

El terror se puede manifestar de diferentes maneras, entre las cuales se puede mencionar la sudoración fría, la parálisis total del cuerpo e incluso la muerte por un paro cardíaco. Por ejemplo, cuando el pueblo de Israel cruzó el mar y el Señor hundió los carros del Faraón, se dice que el terror cayó sobre los egipcios y quedaron inmóviles como piedra (Éxodo 15:16). En virtud de lo anterior, el terror ha sido utili-zado de manera sistemática por algunas personas u organizaciones, generalmente revolucionarias, para conducir a otras personas o grupos sociales hacia sus propios objetivos, incluyendo el dominio y el control de la sociedad por medio de actos violentos que infunden miedo, lo cual se define como terrorismo.

Por otra parte, en el versículo citado la palabra terror se traduce del término hebreo ‘Eymah’ (H367 – Strong) que generalmente está relacionado con el temor, pero de forma concreta se refiere a un ídolo, que a su vez está relacionado con las pesadillas (Diccionario Strong). A ese respecto también cabe mencionar que en este mismo pasaje se dejan ver tres aspectos que están íntimamente relacio-nados con el terror: la puesta de sol, el sueño profundo y una gran oscuridad, los cuales explicaremos a continuación.

La puesta del sol

En el sentido literal es la transición entre el día y la noche, pero sabiendo que el día es un sinónimo espiritual de la luz y la noche es un sinónimo espiritual de las tinieblas (Génesis 1:5) se puede decir que la puesta del sol es una puerta de acceso para el reino de las tinieblas a la que generalmente le siguen cosas nefastas y terribles. Por ejemplo, el Apóstol Pablo dice: “Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, ni deis lugar al diablo” (Efesios 4:26-27). Esto nos deja ver que si una persona permanece en una actitud carnal después de la puesta del sol está dando lugar para que el reino de las tinieblas opere en su vida, tal como le sucedió al levita cuya concubina fue ultra-jada en Guibeá, dado que fue allí donde el sol se puso sobre ellos y dio lugar para que los hombres de aquella ciudad actuaran con tal depravación (Jueces 19:14).

El sueño profundo

Según los expertos, el tiempo promedio de un ciclo de sueño puede variar entre 90 y 110 minutos y está conformado por varias etapas que empiezan con el adormeci-miento, seguido por un período de sueño ligero en el que el cerebro presenta dificultades para registrar contacto con el cuerpo, por lo que manda un impulso para corroborar que su conexión con el cuerpo esté funcionando con normalidad, produciendo un movimiento del cuerpo rápido y violento que es conocido como ‘soñar que caemos‘. Tras un breve tiempo de transición, sigue la etapa conocida como ‘sueño delta’ a la que también se le llama ‘Sueño Profundo’ porque en esta etapa es muy difícil despertar a alguien y se considera que es la que determina una buena o mala calidad del sueño, tomando en cuenta que es cuando algunos niños mojan la cama, otras personas caminan dormidas o se experimentan los terrores nocturnos (www.sleepdex.org).

Una gran oscuridad

Aunque este aspecto parece referirse a la ausencia de luz, debemos considerar que se traduce del término hebreo Chāshêkâh (H2825 – Strong) que se utiliza en un sentido figurativo para referirse a la

miseria (Diccionario Strong). Asimismo, habiendo explicado con anterioridad que el terror se refiere concretamente a los ídolos, no podemos dejar de mencionar que los ídolos son un punto de contacto con el ambiente espiritual de los demonios (1 Corintios 10:19-21), de manera que no sólo se constituyen en una fuente de terror, sino también abren una puerta para la miseria. Por ejemplo, la Biblia dice: “El hombre avaro corre tras la riqueza y no sabe que la miseria vendrá sobre él” (Proverbios 28:22), pero debemos recordar que la avaricia es una forma de idolatría (Colosenses 3:5), de manera que en este versículo se puede ver con mucha claridad que la idolatría abre el camino para la miseria.

Finalmente, debemos recordar que el perfecto amor es lo que nos va a liberar de cualquier faceta del temor (1 Juan 4:18), incluyendo el terror y todas las cosas que este conlleva, pero también es importante considerar que el reconocimiento de una cobertura genuinamente establecida por Dios y la sujeción a la misma es otra forma como nuestra alma será libre del terror, por cuanto está escrito: “El que habita al abrigo del Altísimo… No temerá el terror de la noche, ni la flecha que vuela de día, ni la pestilencia que anda en tinieblas ni la destrucción que hace estragos en medio del día” (Salmos 91:1-6). ¡Maranatha!

TerrorPor Vinicio Castillo y Rossy de Santos

Citas bíblicas para estudio

Deuteronomio 32.25

Jeremías 50.38

Génesis 15.17

Job 4.13-15

Salmos 82.5

Salmos 107.10-11

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10 EDICIÓN 112 | JULIO 2019

Uno de los miedos que debemos derrotar, aparece declarado en el siguiente versí-culo: “Tomó, pues, la palabra Elihú, hijo de Barakel el buzita y dijo: Soy pequeño en edad, y vosotros sois viejos; por eso tenía miedo, me asustaba el declararos mi saber” (Job 32:6 BJ2).

Notemos que la palabra que se traduce como ‘miedo’ en este versículo es la H2219 del diccionario Strong, y que se escribe ‘Zakjál’. Entre sus acepciones, está ‘arrastrarse, temer, gusano, miedo, serpiente’. Por ese motivo, de las 3 veces que aparece en la Biblia (Deuteronomio 32:24, Job 32:6 y Miqueas 7:17), solo en Job 32:6, es donde aparece traducida como ‘miedo’.

Analicemos un poco más a profundidad este miedo para poder derrotarlo. El diccionario Word Study, nos enseña que esta palabra, se utiliza para describir metafóricamente a un individuo que tiene miedo, o uno que avanza arras-trándose de manera lenta y con precau-ción. Si analizamos la actitud de Eliú, seguramente así obró: mientras Job y sus amigos hablaban, buscó acercarse poco

a poco a la conversación, con miedo. Por sus palabras, da la impresión que estaba esperando el momento para hablar, pero no pudo intervenir, hasta que todos terminaran su discurso, es decir que tuvo que esperar.

Veamos el contexto del versículo. Los amigos de Job estaban tratando de persuadirlo, que le había sobrevenido la calamidad porque miraban injusticia en él, ante la santidad y la justicia de Dios. Esta era una conversación entre personas mayores, muy respetadas por sus años y posiblemente sus canas (Levítico 19:32). Eliú en cambio, era un hombre joven que según la costumbre de esa sociedad, no podía interrumpir la conversación, por lo que debía dejar su intervención, en el último lugar.

Eso nos trae a la memoria, que también esta fue una enseñanza de las genera-ciones pasadas: ningún menor podía interrumpir una conversación de adultos y aunque esto se hacía con una finalidad de respeto, esta costumbre terminó convirtiéndose en un tropiezo para muchas personas. ¿Por qué decimos esto? Veamos en la Biblia, a otro joven que hace una declaración similar a la de Eliú: “Yo dije: ¡Ah Señor Yahveh! Mira que no sé expresarme, que soy un muchacho” (Jeremías 1:6 BJ2).

Notemos un patrón: al menos dos jóvenes, demuestran miedo de expre-sarse ante un público que los aventaja en algún aspecto, ahora trasladémoslo a nuestros días: ¿Cuántas personas tienen miedo de externar sus ideas y hablar abierta, clara, pero también respetuosa-mente con sus papás? ¿Con sus autori-dades en general? ¿Con las autoridades específicas de su congregación?

Quizás usted esté viviendo la misma situación que Eliú. Quizás usted, sea un joven o inclusive una persona mayor, que cada vez que está en medio de una conversación se reserva su opinión, no habla porque le da miedo y lentamente, busca acercarse, metafóricamente hablando, quizás arrastrándose con dolor hacia quienes hablan para que lo noten y le den cabida en la conversa-ción, cumpliendo así la traducción de la palabra “Zakjál”.

Si usted reconoce que esa es su situa-ción, esta es una oportunidad para ser

libre. ¿Cómo vencer esta clase de miedo? Veamos al menos dos ministraciones necesarias para nuestra vida.

Recordar nuestra identidad

En el Edén, había un animal que hablaba y que utilizando sus palabras incitó a Eva a desobedecer a Dios, la maldición que sobrevino a esa serpiente, es que se arrastrara para caminar e interesante-mente, nunca más se le ve pronunciando una palabra, es como si al recibir la maldición de caminar sobre su vientre, también se le cerrara su boca para que no volviera a hablar.

Este pasaje bíblico es muy importante para nuestras vidas: si nosotros hemos tenido miedo para hablar, debemos recordar que somos hijos de Dios, que la maldición que cayó sobre la serpiente no es para nosotros y que toda maldición es borrada de nuestras vidas con la sangre preciosa de Jesucristo. Por eso vino El Señor a salvarnos, no solamente para dar vida a nuestro espíritu, sino también para darnos una vida en abundancia (Juan 10:10).

Tener fe en la palabra de Dios

En algún momento, todos hemos tenido miedo de hablar bajo determinadas circunstancias y eso nos ha impedido realizar de inmediato la obra de Dios. Por ejemplo, a Moisés el Señor lo llama para liberar a su pueblo y él argumenta que no puede hablar, lo mismo sucede con Jeremías; ambos apelaron a su incapacidad humana, pero Dios les recuerda que eso se anulaba inmediata-mente, con la Palabra que Él había dado sobre sus vidas. Por eso es contundente cuando Dios le dice a Jeremías, que lo que Él mande, Jeremías tenía que decirlo. Entonces no era una cuestión de si Moisés y Jeremías tenían capacidad, elocuencia o conocimiento humano, era un mandato divino y eso los habilitaba al instante para hablar, pero era necesario que tuvieran fe.

Hermano que lee esta revista: tenga fe en que Dios lo quiere utilizar y lo va a hacer, no tema, no desmaye, avance en el nombre de Jesús y venza al miedo, no con espada, ni con ejército, sino con el Santo Espíritu de Dios.

Arrastrarse

Por Sergio Licardie

Zacarías 4:6

Éxodo 3:18

Éxodo 4:10-12

Citas bíblicas para estudio

Jeremías 1:7

Romanos 12:6 R60

Amós 3:8 R60

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11EDICIÓN 112 | JULIO 2019

El miedo tiene diversas formas y niveles en los que puede afectar la vida de una persona. En la Biblia se le puede encontrar bajo diversas acepciones; por ejemplo, la palabra hebrea Magowr, (Strong Concordance H4032) cuya traducción al español puede ser pavor.

El pavor según su origen etimológico, se traduce como espanto o terror; lo cual nos da una idea del peligro al que podría estar expuesta cualquier persona. Según la Real Academia de la Lengua Española, este se define como: “temor por espanto o sobre-salto”, es decir, una situación repentina que amenaza la propia vida.

En dicho caso, las personas afectadas son sometidas a una fuerte carga de estrés, provocando el incremento de los niveles de glucosa en todo el cuerpo, para que los órganos trabajen con mayor intensidad y así poder enfrentar el suceso. En opinión del doctor Eduardo Calixto, quien define el estrés de la siguiente manera: “El estrés es una respuesta fisiológica, que otorgamos ante lo inesperado o ante condiciones que nos resultan peligrosas en la vida”.

El peligro es que dicha condición se vuelva crónica, ya sea porque fue imposible resolver los problemas, o por la exposición prolongada de tales presiones. Al final, la salud física y mental de la persona termina por deteriorarse manifestando cansancio, agotamiento, enfermedad, pérdida de la memoria, depresión, etc.

Veamos un ejemplo bíblico que nos pueda ilustrar al respecto: “Porque he oído la calumnia de muchos, el terror está por todas partes; mientras traman juntos contra mí, planean quitarme la vida” (Salmos 31:13).

Este salmo fue escrito por David, y repre-senta la confianza que se debe tener en

Dios. No obstante, también reconoce que está rodeado de terror, de pavor; identi-ficando en los versículos siguientes a sus enemigos y perseguidores que buscaban darle muerte. Según algunos expertos, este salmo fue escrito por David cuando se encontraba huyendo del rey Saúl, lo cual nos da idea del proceso.

Saúl visiblemente celoso de la fama de David, intentó matarlo por lo menos dos veces, fallando en ambos intentos (1 Samuel 18:10-11; 19:10). Después mandó a mensajeros a que vigilaran su casa, continuaron las amenazas, etc., hasta que David huyó. Si volvemos a nuestros conceptos iniciales, nos percataremos que la situación de David podría encajar dentro de una condicion crónica, por la exposición continua a tales amenazas y acciones de muerte.

También es oportuno señalar que toda acción de este tipo, conlleva una situación espiritual que no debemos soslayar. Dice la Palabra que el Espíritu del Señor se apartó de Saúl, y en sustitución le fue dado un espíritu maligno que le atormentaba (1 Samuel 16:14), es decir que se trataba de una persecución e intención de muerte, cuyo origen era espiritual.

Por esa razón la Biblia nos aclara que nuestra lucha no es contra sangre ni carne, sino contra principados, potes-tades, poderes de este mundo de tinie-blas, y huestes espirituales de maldad en las regiones celestes (Efesios 6:12). De tal manera que lo que vemos en el mundo real, sólo es manifestación de lo espiritual; lo cual nos lleva a la reflexión más importante de nuestro estudio, no es lo mismo enfrentar el pavor con Cristo en nuestras vidas, que sin Él.

¿Qué hubiera sido de David sin el Señor de su lado? Sin duda hubiera muerto, ya fuera por la depresión causada por la persecución, o por la lanza de Saúl. Respecto a lo primero, según informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), los casos de depresión se han incremen-tado en un 18% alrededor del mundo; y en el caso de Guatemala, lo padecen un 4.2% de la población; es decir que podría tratarse de más de medio millón de guate-maltecos dentro de los afectados.

¿Cuántos de ellos, temen por sus vidas porque han sido amenazados, porque padecen una enfermedad terminal e incurable, o porque son perseguidos por un rey que está loco? Y, ¿cuántos de todos ellos han recibido a Cristo en sus corazones? La respuesta quizás no la encontremos, de lo que sí podemos estar seguros, es que de ello dependerá su sobrevivencia espiritual y física inclusive.

A ellos, el Señor les manda a decir: “Venid a mi, todos los que estáis cansados y cargados, y yo os haré descansar” (Mateo 11:28). Sin importar lo que estés atrave-sando, solo en Cristo se puede cambiar la carga que produce el pavor, por su carga que es ligera. Así como le pasó a la mujer sorprendida en pecado; que no fue apedreada como dictaba la ley, sino que le fue ofrecida la carga ligera de Cristo cuando le dijo: “Yo tampoco te condeno, vete y no peques más” (Juan 8:11), y asÍ pudo vencer el pavor.

En cuanto a los cristianos que han sido presa del pavor, recuerden que para vencerlo hay que alzar nuestros ojos al cielo, porque nuestro socorro proviene de Dios, que hizo los cielos y la tierra (Salmos 121:1-8), porque buscando en los cielos y no en la tierra, se cumplirá en nosotros esta palabra: “No temerás el pavor repentino, ni el ataque de los impíos cuando venga” (Proverbios 3:25).

PavorPor Fernando Alvaréz

Salmos 38:8

Salmos 6:2

Salmos 73:26

Salmos 124:8

Lamentaciones 3:52-55

Hebreos 4:16

Citas bíblicas para estudio

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12 EDICIÓN 112 | JULIO 2019

Todos nosotros tenemos más de algún miedo que pudo haber comenzado en un momento de nuestra niñez. Ese miedo no permite que tomemos buenas decisiones y puede convertirse en el “hombre fuerte” que nos ata para saquear los bienes de nuestra casa (Mateo 12:29). En su definición, esta palabra H6342, se relaciona a algo que puede sorprender, algo repentino pero que produce miedo. Por eso se asocia con sobresalto, susto y perturbación, entre otras palabras.

En la Biblia podemos ver el ejemplo de Job, quien nos muestra que existía un miedo en él, que finalmente se hizo manifiesto en su vida.

“Lo que yo siempre había temido (H6342) me ocurrió; se hizo realidad lo que me horrorizaba,” (Job 3:35 NTV).

Sabemos que los planes del Señor son de hacernos el bien (Jeremías 29:11), pero eso también lo sabe el enemigo de nuestras almas; que constantemente está trabajando a través del miedo, para hacernos olvidar todas las bendiciones que Dios tiene preparadas para nosotros.

Por eso el Salmista David le decía a su alma que alabara al Señor, y que no se olvidara de ninguno de sus beneficios (Salmos 103:2).

¿Cómo es eso que tememos algo y luego nos sucede? Muchas personas buscan una respuesta en lo paranormal; sin embargo, podemos decir que el miedo constante en nuestra mente, de alguna manera nos hace más sensibles a una creencia y estamos más atentos a ella que al resto de cosas, incluyendo nuestra comunión con Dios. Si aplicamos fe, y nos acercamos a Dios, si creemos que Dios intervendrá, nos comportaremos para agradarlo y al hacerlo, nos bendecirá.

En el libro de Deuteronomio, vemos las maldiciones para el pueblo de Israel, por no guardar los mandamientos y estatutos ordenados por El Señor. Una de esas maldiciones era estar aterrado.

“Y tendrás la vida pendiente de un hilo; y estarás aterrado de noche y de día, y no tendrás seguridad de tu vida.” (Deuteronomio 28:66 LBLA).

La Biblia nos dice que, “el hombre sabio y entendido, al acostarse no tendrá temor alguno y que dormirá tranquilo (Proverbios 3:24), también dice la Biblia que, “…Él da a su amado aún mientras duerme” (Salmos 127:2).

Otro problema que afecta a las nuevas generaciones, es que no están buscando al Señor. De acuerdo a encuestas reali-zadas recientemente por “British Social Attitudes Survey”, se encontró que el 71% de los británicos de 18 a 24 años no eran religiosos, la encuesta también descubrió que el 41% pensaba que la religión era «la causa del mal» en el mundo (https://humanism.org.uk/2017/09/04/).Por lo que vemos, la tendencia es que las personas están apartando a Dios de sus vidas, y entonces, ¿qué pueden esperar?, ¿dónde hallarán refugio y paz para sus almas? Ahora, no piense que eso afectará solo al que se declara no-creyente, creemos que afectará a todo aquel que se aleje de la comunión con Dios.

“El necio ha dicho en su corazón: No hay Dios. Se han corrompido, han cometido hechos abominables; no hay quien haga el bien” (Salmos 14:1 LBLA).

“¿No tienen conocimiento todos los que hacen iniquidad, que devoran a mi pueblo como si comieran pan, y no invocan al SEÑOR? (5) Allí tiemblan de espanto, pues Dios está con la generación justa” (Salmos 14:4-5).

Este miedo existe porque no hay temor a Dios a pesar de haber conocimiento. Por favor no pierda de vista este detalle, no es suficiente el conocimiento si no hay temor de Dios y si no hay fe. En el libro de Proverbios encontramos que “el impío huye sin que nadie lo persiga, más los justos están confiados como un león” (Proverbios 28:1). Veamos ¿por qué huye el impío? Nos atrevemos a pensar que es porque tiene miedo, entonces tener miedo puede ser una actitud de impiedad.

¿Qué es lo que aterroriza a las personas? ¿Qué es lo que sucede en la mente y el alma de las personas? Según el idioma español, el terror se define como miedo muy intenso (www.rae.es). Creemos que la Biblia nos da una clara respuesta: “Aterrados están los pecadores en Sion, el temblor se ha apoderado de los impíos. ¿Quién de nosotros habitará con el fuego consumidor? ¿Quién de nosotros habitará con las llamas eternas?” (Isaías 33:14 LBLA).

Claramente vemos que el pecado es la causa de tal situación. Alguien podría pensar que es una exageración, pero es 100% Bíblico y es real. La influencia del pecado sobre la vida es mortal, ese es el objetivo del pecado y consecuentemente, la destrucción. Sin embargo, Jesús vino para que tengamos vida (Juan 10:10).

“Después los hijos de Israel volverán y buscarán al SEÑOR su Dios y a David su rey; y acudirán temblorosos al SEÑOR y a su bondad en los últimos días” (Oseas 3:5 LBLA).

Concluimos observando este verso, vea cómo la misma emoción produce un resultado diferente. El pueblo de Israel tuvo una lección ejemplar en el libro de Oseas; en el plan de Dios ellos debían volverse con una actitud distinta. Sin duda, si nos rendimos, si confiamos y si tenemos temor de Dios, entonces Él obrará en nuestras actitudes y emociones para acercarnos a Él; y en lugar de miedo habrá seguridad. Dios le bendiga.

Sobresalto

Por Raymundo Rodríguez / Julio Conde

Isaías 12:2

Job 4:13

Salmos 27:1

Isaías 44:8

Isaías 51:13

Citas bíblicas para estudio

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13EDICIÓN 112 | JULIO 2019

“Fue así como nuestro Dios usó su gran poder, y con grandes maravillas llenó de miedo (mowrah) a los egipcios y nos sacó de allí” (Deuteronomio 26:8 TLA).

Según el Diccionario Expositivo Vine, la palabra mowrah H7142, se encuentra 12 veces en la Biblia, se usa exclusiva-mente para denotar el «temor» a un ser supremo. Por lo general, se emplea para describir la reacción que las grandes obras y actos de destrucción de Dios causan en los seres humanos (Deuteronomio 4:24). Por tanto, el término indica un «temor» muy marcado o «terror». Cuando se encuentra en singular, el vocablo enfatiza sobre todo las acciones de Dios. También ‘mowrah’ puede sugerir una reacción de animales frente a hombres (Génesis 9:2), y de las naciones ante las conquistas de Israel (Deuteronomio 11:25).

Antes de la caída, el hombre nunca había experimentado el miedo, pues la Biblia dice que el Señor se paseaba por el huerto y hablaba con Adán y su mujer (Génesis 3:8). Como consecuencia del pecado, por primera vez sintieron miedo de Su presencia, cuando escucharon Su voz y se escondieron detrás de los árboles del huerto, sintiéndose desnudos.

Es en nuestra naturaleza caída donde podemos sentir miedo, la cual es una sensación de angustia por un riesgo o daño, real o imaginario, que puede degenerar en terror, que es un miedo muy intenso; o en pánico, que es un terror extremado o muy intenso, que a menudo es colectivo y contagioso (Diccionario de la Real Academia Española). La Biblia dice que el Señor Jesucristo vino a vencer a quien tenía el imperio de la muerte, para librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre (Hebreos 2:14-15).

Dios desea que seamos libres del temor que viene como consecuencia del pecado, y que conozcamos las maneras en que podemos lograrlo.

Lo primero que necesitamos hacer para librarnos del miedo, es conocer al Señor Jesucristo y permitir que su amor sea perfeccionado en nuestra vida; porque en el amor no hay temor, y cuando se perfecciona, echa fuera el temor (1 Juan 4:18). Si pecamos, debemos buscar el arrepentimiento y pedirle perdón a Dios. La Biblia dice: “El que encubre sus pecados no prosperará; mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia” (Proverbios 28:13).

Cuando aún no hemos conocido a Dios, las cosas que Él hace nos pueden causar miedo. Esto le sucedió a Moisés, cuando se le apareció el Ángel de Jehová en una llama de fuego en medio de una zarza y oyó su voz. La Biblia dice que Moisés cubrió su rostro, porque tuvo miedo de mirar a Dios, pero después de haberlo conocido, podía hablar cara a cara con Él y ya no experimentó el miedo del principio (Éxodo 3:2-6; Éxodo 33:11). Su miedo se convirtió en un temor reverente, que es el principio de la sabiduría y el que nos aparta del mal. Ese es el verdadero significado de Isaías 8:13 “A Jehová de los ejércitos, a él santificad; sea él vuestro temor, él sea vuestro miedo.”

Nosotros también debemos buscar contemplar constantemente la hermo-sura del Señor, como cuando nos congregamos para ir siendo transfor-mados a su imagen, tal como lo dice 2 Corintios 3:18 “Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor, hasta que podamos verlo como Él es, para que seamos tal como Él es (1 Juan 3:2).

A nosotros a quienes nos tocó vivir el final de los tiempos, el Señor nos enseñó a orar dirigiéndonos a Dios como a nuestro Padre. “Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios…” (1 Juan 3:1). Él desea que nos acerquemos confiadamente, pero esta libertad se interrumpe cuando alguien

ha perdido el temor reverente y peca deliberadamente. Esto fue lo que les sucedió a los sacerdotes del pueblo de Israel, por eso el Señor les hizo el sigui-ente reproche: “El hijo honra al padre, y el siervo a su señor. Si, pues, soy yo padre, ¿dónde está mi honra? y si soy señor, ¿dónde está mi temor? dice Jehová de los ejércitos a vosotros, oh sacerdotes, que menospreciáis mi nombre. Y decís: ¿En qué hemos menospreciado tu nombre?” (Malaquías 1:6).

El Señor está a punto de derramar los juicios terribles que menciona en el libro de Apocalipsis, sobre los moradores de la tierra y por los cuales los hombres se espantarán con gran terror (Apocalipsis 6:15-17); pero nosotros no debemos temer, porque esos juicios no son para nosotros los que tememos su nombre, sobre nosotros nacerá el Sol de justicia, y en sus alas traerá salvación; y saldremos, y saltaremos como becerros de la manada (Malaquías 4:1-2).

El terror hará desfallecer a los hombres por la expectación de las cosas que sobrevendrán en la tierra; porque las potencias de los cielos serán conmov-idas, previo a la segunda venida del Señor, la cual está cerca, pero la Biblia dice: “Cuando estas cosas comiencen a suceder, erguíos y levantad vuestra cabeza, porque vuestra redención está cerca” (Lucas 21:28).

Aterrador

Por Louissette Moscoso

Citas bíblicas para estudio

1Juan 2:5; 3:17; 4:7

Judas 1:21

1Juan 2:1

Proverbios 9:10

Job 28:28

Salmo 27:4

Mateo 6:9

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14 EDICIÓN 112 | JULIO 2019

“Sus habitantes quedarán sin fuerzas, abatidos y confusos, serán como herbazal silvestre, verdor de hierba, y maleza de los tejados, como espiga seca antes de granar” (2 Reyes 19:26 BDN).

El primer sentimiento negativo de la humanidad fue el miedo, Adán tuvo miedo cuando se vio desnudo a causa del pecado. Este se ha potencializado a lo largo de la historia hasta llegar a ser un trastorno mental, conocido como fobia; de forma interesante en el antiguo testa-mento existen trece (rebelión) palabras que se pueden traducir miedo, también se pueden traducir de otra forma, por ejemplo Abatirse, término que se analiza en este artículo.

La palabra Abatidos del versículo base de este artículo se traduce de la palabra hebrea “H2865 chathath” y según el diccionario Strong Concordance significa también “postrar, derribar literalmente o por violencia, figurativamente por confusión y temor; significa acobardar, amedrentar, desmayar, quebrar y algunas versiones Bíblicas lo traducen como desanimar.

Según el diccionario Wikcionario abatirse es “caer a tierra o quedar destruido, es perder el ánimo, el entusiasmo, la energía o el empuje”, según el diccio-nario Wordreference, sus sinónimos son “desanimar, descorazonar, desesperanzar, decaer, extenuar, agotar, debilitar, desfallecer, postrar, derrumbar, derribar, arruinar, desbaratar, desarmar, tumbar, hundir, volcar, aplastar, desmantelar, deshacer, destruir, aniquilar y derrocar, entre otros”.

Podemos concluir que estar abatido es estar derribado, destruido, desanimado y desesperanzado, a causa del miedo. Una persona abatida puede ser alguien que ha sido destruida, derribada, hundida, a consecuencia del pecado, del fracaso y de la vana manera de vivir heredada de sus ancestros, entre otras razones.

¿Qué cosas pueden abatir a una persona?

Senaquerib

El versículo inicial describe como Senaquerib, rey de Asiria y su ejército, con autorización del Señor, convertía ciudades fortificadas en montones de ruinas, dejaba a sus habitantes sin fuerzas, abatidos, y confundidos (2 Reyes 19:25-26 BTX, BDN). El nombre Senaquerib significa, según el diccionario de nombre Enlow: “Dios luna ha aumentado los hermanos”; según el diccionario Hitchcock “Zarza de destrucción” y vemos que él fue un rey soberbio, arrogante e insolente en contra del Señor (2 Reyes 19:28 BDN, BTX, BMN); por lo que, una persona puede estar abatida porque se considera superior a los demás y es vanidosa, lo que la hace tratar a otras personas de forma distante y despreciativa.

El Señor permite que alguien sea abatido, para luego de haber sido humillado, ser levantado, para así tener un concepto de sí mismo equilibrado, que le permita tratar a los demás de forma humilde, sin sentirse superior a ellos. “Pero entre ustedes no debe ser así. Al contrario, el que es más grande, que se comporte como el menor, y el que gobierna, como un servidor” (Lucas 22:26 BPD).

El desierto

“¡Miren! El SEÑOR ha puesto esta tierra delante de ustedes. Vayan y tomen posesión de ella como les dijo el SEÑOR

en su promesa, el Dios de sus antepa-sados. ¡No tengan miedo ni se desanimen (abatan)!” (Deuteronomio 1:21 NTV).

El anterior versículo describe el momento en donde Moisés habla al pueblo de Israel para indicarles que el tiempo de entrar a poseer la tierra prometida había llegado; sin embargo, debe alentarlos porque tenían miedo y estaban abatidos a consecuencia de la prueba que vivieron junto a sus padres durante los cuarenta años que anduvieron por el desierto, ellos se negaron a entrar a la tierra prometida, murmurando, diciendo: “…”El Señor nos aborrece; por eso nos hizo salir de Egipto para entregarnos a los amorreos y destruirnos” (Deuteronomio 1:27).

El pasar por desiertos, es decir pruebas, provoca que una persona se sienta abatida, perdiendo el deseo de disfrutar la vida en abundancia que el Señor desea darles. La amargura que tiene una persona por las pruebas también le puede hacer murmurar en contra del Señor, perdiendo la visión y no dándose cuenta del tiempo que El Señor le puede estar entregando un tiempo de vivir con un alma conquistada, libre de complejos, rencores, miedos, entre otros malos sentimientos.

Los desafíos

“El Señor mismo marchará delante de ti y estará contigo; nunca te dejará ni te abandonará. No temas ni te desanimes (Abatas)” (Deuteronomio 31:8 BAD).

Este versículo describe el momento en donde Moisés delega a Josué para liderar al pueblo de Israel para entrar a tomar posesión y herencia en Canaán (una responsabilidad muy grande para cualquiera). Los desafíos de la vida pueden hacer que una persona esté abatida y le impida enfrentarse a los mismos, perdiendo la oportunidad de disfrutar grandes victorias.

Para levantarse del abatimiento, es necesario hacer lo que los hijos de Coré escribieron, anhelar al Señor como el ciervo brama por las aguas, desear y buscar estar delante de Su presencia, esperarle con paciencia y desear alabarle de nuevo (Salmos 42:1-5).

Por Oswaldo Gutiérrez

Abatirse

Citas bíblicas para estudio

Salmos 43:5

Job 6:14

Salmos 142:6

Isaías 2:12

Isaías 61:3

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15EDICIÓN 112 | JULIO 2019

El Señor anhela que en nuestra vida sea echado fuera el temor y el miedo, por medio de su perfecto amor (1 Juan 4:18). Ese temor o miedo es conocido como Fobos en griego. Así mismo, en hebreo existen trece palabras para describir al miedo y las características de como se manifiesta en las personas y curiosamente son trece, que es un número relacionado con la rebelión. Esto denota, que muchas veces puede encontrarse miedo en aquellas personas que han manifestado rebelión.

La Biblia Reina Valera en Josué 1:9 dice: “Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en donde-quiera que vayas”. La palabra desmayar en este versículo es H2865 Chathah que significa miedo, postrar y también signi-fica derribar por violencia, por confusión o por temor. En el Diccionario Vine significa consternación y destrozado. Esto nos deja ver que cuando una persona siente temor, puede llevarla a desplomarse y derribarse por el miedo, a desmayar o desfallecer, aún por la confusión que puede haber en su alma y pensamientos. Podemos ver algunos ejemplos.

Desmayar de temor por desafíos o malas noticias: Vemos a Saúl y todo Israel que al oír las palabras desafiantes del filisteo, se turbaron (desmayaron) y tuvieron gran miedo (1 Samuel 17:11). Esta palabra turbarse, ha sido traducida por otras versiones cómo avergonzarse, angustiarse, acobardarse, aterrarse y desmayaron. Vemos que Saúl y el pueblo de Israel sintieron angustia y desmayaron, porque no veían que podían derrotar al gigante que los había desafiado y creían

que no había fuerza humana que pudiera salvarlos de ese desafío; y aquí podemos ver que ese temor pudo ser a causa de la rebelión que manifestaba Saúl. Este tipo de temor puede sucederle inclusive a un cristiano, que al recibir noticias que a lo mejor no son tan favorables, pueda sentir que ya no hay futuro, por ejemplo, en una enfermedad, una crisis económica, problemas familiares y así sentir temor y ser dominado por él mismo. Pero vemos que David no se dejó amedrentar por el gigante, confiando en Dios, sabía que el Señor lo respaldaría como en otras ocasiones, diciéndole aún a Saúl, que no se desalentara su corazón (1 Samuel 17:32). David se enfrentó al gigante en el nombre del Señor de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, sabiendo que Dios se lo entregaría en sus manos (1 Samuel 17:45-46). Esta enseñanza de David es preciosa, ya que puede ser echado fuera el temor para enfrentar circunstancias adversas, confiando que el Señor está a nuestro lado, y que es Él quien pelea nuestras batallas, porque dice la Palabra que no es con fuerza, ni con ejército, sino con su Santo Espíritu (Zacarías 4:6).

Desmayar por temor a hablar de parte del Señor: El Señor le habla al profeta Jeremías para que ciña sus lomos, se levante y hable lo que Él manda y no tema ni desmaye (BJ2 Jeremías 1:17). Otro posible temor en un cristiano, es que se sienta atemorizado por hablar de Dios, o de parte de Dios como Jeremías, Isaías, y Moisés. Ahora bien, el Señor le enseñó a Moisés que Él hizo la boca y le enseñaría lo que debía de hablar (Éxodo 4:11-12). Nosotros como cristianos no debemos dar oportunidad al enemigo para que nos infunda temor al abrir nuestra boca para hablar del Señor, ya que pretende evitar que podamos ser un instrumento de bendición de parte del Señor.

Desmayar por temor a las señales en los cielos: El Señor advierte al pueblo de Israel que no aprenda el camino de las naciones y que no teman o desmayen por las señales de los cielos como las naciones lo hacen (Jeremías 10:2). Recordemos

que el Señor viene pronto, y habrá señales en diferentes escenarios como tierra y cosmos, habrá terremotos, sequías y hambrunas. La Biblia dice que “habrá señales en el sol, luna y en las estrellas. Y en la tierra habrá angustia de las naciones por la confusión ante el rugido del mar y del oleaje, y los hombres desmayarán a causa del terror por la expectación de las cosas que vienen” (Lucas 21:25-27). Esto quiere decir que el mundo sentirá temor porque no tiene una esperanza de vida eterna, por rechazar al Señor; pero nosotros sí tenemos esperanza, por el amor que se ha derramado en nuestros corazones (Romanos 5:5) y estas señales no nos son fuentes de temor ni desmayo, sino de gozo, porque sabemos que el Señor viene pronto. ¡Maranatha!

Desmayar por temor a no ser librado: Otro aspecto que puede causar temor, miedo y desfallecimiento es pensar que Dios ya no está con nosotros, pero el Señor promete librarnos a nosotros y nuestras familias. Así lo prometió a Jacob, “Pero tú no temas, siervo mío Jacob - oráculo de Yahvé -, ni desmayes, Israel, pues mira que acudo a salvarte desde lejos, y a tu linaje del país de su cautiverio; volverá Jacob, se sosegará y estará tranquilo, y no habrá quien le inquiete” (BJ3 Jeremías 30:10). Dios tiene promesa contigo y con los tuyos, para tener una vida de tranqui-lidad, seguridad y sin temores.

Desmayar

Por Sammy Pérez

Citas bíblicas para estudio

Josué 1:9

1 Juan 4:18

1 Samuel 17:11

Jeremías 1:7

Jeremías 10:2

Lucas 21:25-27

Jeremías 30:10

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16 EDICIÓN 112 | JULIO 2019

La palabra del Señor en 1 Juan 4:18 (LBLA) dice: “En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor, porque el temor involucra castigo, y el que teme no es hecho perfecto en el amor”. La palabra TEMOR que apreciamos en el versículo anterior viene de la raíz griega FÓBOS (G5401), la cual era una potestad de la mitología griega que generalmente apare-cería antes de cada batalla ministrando miedo y pánico a los combatientes. Los luchadores, aterrados, huían de la batalla o fingían su muerte para luego escapar, así una persona con miedo puede manifestar ansiedad abrumadora, vómitos, descon-trol y desmayos. El enemigo de nuestras almas busca limitarnos o estorbar los planes de Dios descritos en Jeremías 29:11 (LBLA), es decir, planes de bienestar y no de calamidad, (la palabra bienestar puede traducirse como paz o victoria, según el diccionario Strong’s). Hoy en día la sociedad está siendo gobernada por el miedo, el cual busca quitar la paz del cristiano y vencerlo, pero al conocer las artimañas del error (Efesios 4:14 LBLA), podemos derrotarlas bajo la instrucción de la Palabra.

En la Biblia podemos apreciar 13 palabras que significan miedo. En el presente estudio abordaremos uno de esos signi-ficados, la palabra: CHATHAH. Este fóbos lo encontramos en Deuteronomio 1:21 (BTX) en donde dice: “He aquí, YHVH tu Dios ha entregado ante ti esta tierra. Sube y toma posesión, tal como YHVH el Dios de tus padres te ha hablado. No temas ni te acobardes”. La palabra ACOBARDARSE es uno de los significados de fóbos CHATHAH (H2865); en el Diccionario Clave significa: “hacer perder el ánimo y el valor”. La persona acobardada se asusta, se atemoriza y desiste en hacer lo que se ha propuesto. Según el DRAE acobar-darse es: causar o inspirar temor a una persona, desanimar o deprimir a alguien y amendrentar. Hay circunstancias que nos describe la Palabra del Señor por las que alguien puede acobardarse; uno de esos ejemplos lo encontramos en Isaías 51:7 (BTX) en donde dice: “¡Escuchadme, los que conocéis mi justicia, Pueblo en cuyo corazón está mi Ley! No temáis la afrenta de los hombres, Ni os acobardéis por sus vituperios”. Cuando se habla de vituperios según el DRAE se está haciendo referencia a un insulto, una injuria o una infamia que se pronuncia contra una persona, siendo el vituperio una expresión de rechazo o de crítica que puede ser verbal o escrita. Por ejemplo, en este último tiempo las redes sociales son una fuente de cultivo de dichos vituperios, es por ello amados hermanos, que debemos tener cuidado de lo que hablamos porque en nuestra lengua puede existir vida o muerte, por consiguiente no debemos prestar nuestros miembros a practicar el pecado.

La Biblia nos habla del guerrero valiente Jefté, que era vitupereado por sus hermanos por ser hijo de una mujer ramera (Jueces 11:1 LBLA). Cuando sus hermanos lo echan de su casa, Jefté se va a la tierra de Tob, (cuyo significado en su raíz puede traducirse como misericordia o bondad) buscando ante este ataque misericordia y a través de ella obtener la restauración de Dios para su vida y de esta forma sus heridas se sanaron. Es intere-sante que el Apóstol Pablo nos indica que al recibir misericordia no desfalleceremos (acobardaremos) y esto es lo que debemos buscar constantemente cuando seamos

víctimas de vitupereos y no entrar en una lucha cuerpo a cuerpo con los que nos hacen daño. Luego de la restauración o misericordia del Señor podremos regresar al igual que Jefté a cumplir el llamado que como guerrero valiente tenía venciendo a Amón (Jueces 11:5-6 LBLA).

Otro ejemplo de vituperio lo observamos en David y Goliat, ya que este último menospreció al primero, insinuando que su capacidad de pelea era solamente para hacerlo con animales domésticos y no con un soldado entrenado. Más David, quien había peleado con osos y leones entendió que la batalla era de Dios, siendo él un instrumento. David se refugió ante ese ataque en la protección Divina, obrando bajo la voluntad de Dios, obteniendo la victoria y el gigante que lo vituperó murió decapitado en sus manos (1 Samuel 17:43-47 LBLA). Por esto es necesario que dejes que el Señor opere con los gigantes que te vituperan mostrándote la estrategia pefecta para ganar la batalla.

La Biblia en Mateo 11:12 (RV1862) dice: “Y desde los días de Juan el Bautista hasta ahora al reino de los cielos se hace fuerza; y los valientes lo arrebatan”. Es decir, Dios espera de nosotros que en Su nombre venzamos el temor y la cobardía y arrebatemos lo que nos pertenece por gracia. El Señor nos dice que no nos acobardemos por los hombres que nos hacen burla, que nos quieren avergonzar y humillar (Isaías 51:7 BTX), que levantemos la frente y confiados en Dios arrebatemos las bendiciones. También debemos ser valientes para entregar la Palabra, sobre todo cuando Dios nos dice que lo hagamos debemos dar las buenas nuevas del Evangelio con valor, en el momento adecuado con sabiduría, porque Dios nos respalda y no debemos temer, tal y como Él nos lo dice en Jeremías 1:17: “Tu pues, ciñe tus lomos, levántate y diles todo lo que yo te mande. No temas ante ellos, no sea que yo te infunda temor (Chathah H2865) delante de ellos”. El Señor nuestro Dios es fiel, es valiente, en Él no hay iniquidad, error, temor, ni mucho menos cobardía; creámosle a Él y seamos perfeccionados en Su amor (1 Juan 4:18).

Por Edwin Castañeda

Citas bíblicas para estudio

1 Juan 4:18 LBLA

Jueces 11:1 LBLA

1 Samuel 17:43-47 LBLA

Isaías 51:7 BTX

Jeremías 1:17

Acobardarse

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17EDICIÓN 112 | JULIO 2019

“Al escuchar Saúl y todo Israel estas palabras del filisteo, se turbaron y tuvieron mucho miedo.” (1 Samuel 17:11 RV60).

La primera definición de turbar en el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española es alterar o interrumpir el estado o curso natural de algo; otro significado de turbar en el diccionario es enturbiar; turbar es también sorprender o aturdir a alguien, de modo que no acierte a hablar o a proseguir lo que estaba haciendo. Esto nos muestra claramente que el filisteo Goliat se levantaba para turbarlos con palabras, para alterarlos, para interrumpir el momento de la ofrenda a Dios, esto lo hacía durante la mañana y la tarde por cuarenta días (1 Samuel 17:16 RV95).

Claramente podemos notar que este es un tipo de miedo que no permite que avancemos en nuestra vida cristiana, puede ser porque alguien nos turbó diciendo que no podríamos hacer la obra de Dios, o porque alguien se ha levantado para interrumpir el mover de Dios en nosotros y por eso muchas de las veces no sabemos cómo enfrentar al gigante que se levanta para turbar nuestra alma; por esa razón es que nuestro Señor nos quiere hacer fuertes y valientes para enfrentarnos al gigante que puede llegar a turbarnos. Hay muchas formas de ser turbados en el caminar, veamos en qué situaciones se turbaron muchos pueblos y hombres de Dios.

Por dejar los mandamientos de Jehová

“Cuando Acab vio a Elías, le dijo: ¿Eres tú el que turbas a Israel? Y él respondió: Yo no he turbado a Israel, sino tú y la casa de tu padre, dejando los mandamientos de Jehová, y siguiendo a los baales.” (1 Reyes 18:17,18 RV60). Podemos notar que Acab acusó falsamente a Elías, le dijo que por causa de él estaba perturbado Israel, pero

Elías lleno del poder de Dios le contestó que por causa del pecado, de ir en pos de los baales y dejar a un lado al Señor, ellos vivían perturbados.

Perturbados por un mal

“Más ahora que el mal sobre ti ha venido, te es duro; y cuando ha llegado hasta ti, te turbas.” (Job 4:5 BTX3). En ocasiones cuando nos ha venido algún mal, enfermedad, escasez, etc., viene entonces mucho desánimo y perdemos el control porque las cosas no salen según lo planeamos, pero así como este varón de Dios tuvo su prueba y fue turbado en medio de ella, también su postrer estado fue mejor (Job 42:12 LBLA).

Turbados en el alma

“¿Por qué te abates, oh alma mía, y por qué te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle; Él es la salud de mi semblante, y mi Dios.” (Salmos 43:5 RVG). El alma muchas veces puede estar impaciente por esperar la respuesta o el auxilio de Dios, porque vemos que muchos son los que se levantan contra nosotros nos turbamos, y lo que el Señor desea es que confiemos en Él, que seamos pacientes y si lo hacemos el obrará poderosamente a favor nuestro.

Turbación por los tiempos finales

“Y cuando oyereis de guerras y de rumores de guerras, no os turbéis; porque es necesario que así acontezca; pero aún no es el fin” (Marcos 13:7 RVG). No debemos turbarnos por los rumores que escuchemos, porque nosotros sabemos en quién hemos confiado y sabemos que el Señor volverá por nosotros.

La turbación a causa de los afanes

“Y respondiendo Jesús, le dijo: Marta, Marta, estás afanada y turbada con muchas cosas” (Lucas 10:41 RVG). Los muchos afanes de este siglo pueden llevarnos a vivir una vida angustiada y cargada, incluso el servir mucho en la iglesia no equilibradamente puede llevarnos a estar de esta manera, por eso es necesario que nos sentemos también a escuchar y escudriñar las Escrituras para

poder vivir una vida equilibrada en el servicio a Dios.

Que no se turbe nuestro corazón

“No se turbe vuestro corazón; creed en Dios, creed también en mí.” (Juan 14:1 LBLA); “La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.” (Juan 14:27 LBLA). El antídoto para que no nos turbemos y que el miedo no se apodere de nosotros es confiar en el Señor, que nos llenemos de esa paz que solo Él puede dar. En este pasaje podemos notar el gran amor de Dios para con nosotros dicién-donos, no tengan pena, no se preocupen, yo estoy con ustedes.

Con esto podemos concluir que para no ser presa de la turbación debemos confiar en el Señor, ser llenos de su paz, y guardar sus estatutos en nuestro corazón, de esa manera no tendremos temor, sabiendo que Él dijo que estaría con nosotros siempre, “No temas, porque yo estoy contigo; no te desalientes, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré, ciertamente te ayudaré, sí, te sostendré con la diestra de mi justicia” (Isaías 41:10 LBLA); “Enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.” (Mateo 28:20 LBLA).

Turbarse

Por Pablo Enríquez

Filipenses 4:7 LBLA

Juan 16:33 RV60

2 Tesalonicenses 2:2 RVG

Salmos 112:7 LBLA

Marcos 6:49,50 LBLA

Citas bíblicas para estudio

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18 EDICIÓN 112 | JULIO 2019

“Y vendrá espada a Egipto, y habrá miedo en Etiopía, cuando caigan heridos en Egipto; y tomarán sus riquezas, y serán destruidos sus fundamentos.” (Ezequiel 30:4 RV60).

La palabra miedo es traducida en otras versiones como angustia: “habrá angustia en Etiopía” (LBLA); “la angustia atenazará a Etiopía” (BLPH); “la angustia se apoderará de Etiopía” (PDT). Entonces podemos reconocer que una de las facetas del miedo que debemos derrotar es la angustia; según psicólogos europeos, esta se puede definir como “un estado emocional intenso inter-pretado como muy desagradable e insopor-table. Se caracteriza por aparecer como una reacción ante el miedo, un peligro descono-cido, o ante una respuesta de ansiedad.” De hecho, la angustia está íntimamente relacio-nada con la ansiedad, las cuales mantienen en un estado de alerta y tensión constantes, lo que puede llevar a ataques de pánico, estrés e inclusive, expertos identifican a la ansiedad y la depresión como dos caras de la misma moneda, es decir, de un mismo problema.

Ahora bien, la angustia y ansiedad son estados emocionales que vendrán natural-mente como respuesta a peligros por lo que incluso son necesarias en momentos clave

como respuesta de defensa, el problema es cuando los límites se traspasan y se vuelven sentimientos sin cese que se apoderan del corazón de una persona. Profundizando en el estudio de esta palabra (H2479) también significa retorcerse (al dar a luz), aunque en el AHLB, esta también se puede traducir como dolor, el dolor de una espada que atraviesa y varios componentes de esta palabra se entienden como el dolor de algo que es traspasado o perforado; entonces entendemos que este miedo busca atravesar nuestro corazón para mantenerse y apoderarse de nosotros.

Podemos ver en la Biblia que el mismo Señor Jesús sintió angustia (Mateo 26:37); dice este verso que Él comenzó a angus-tiarse, y aquí podemos aprender de Él, de cómo enfrentar este sentimiento cuando comienza a asecharnos, ya que lo que hizo fue orar y entregar su voluntad al Padre. Entonces lo primero que debemos hacer para prevenir que la angustia se apodere de nosotros es orar y entregarnos a nuestro Padre, refugiarnos en Él y que Él llene nuestro corazón, para que su paz sea una coraza que impida que la angustia atraviese nuestro interior y se haga un lugar dentro de nuestro corazón en el cual alojarse.

La angustia puede venir a nuestras vidas por muchas situaciones, una causa muy común en nuestros tiempos es la escasez económica. Cuando las finanzas están mal, la angustia pronto toca a la puerta, pues a veces creemos que nuestro bienestar y el de nuestra familia depende de ello; pero primero, debemos reconocer que ni siquiera las riquezas nos podrían librar de la angustia (Job 36:19), entonces es un engaño pensar que con las muchas riquezas la angustia se iría de nuestras vidas, ya que esta seguirá en otra forma (la angustia por no perder lo mucho que se ha obtenido, por ejemplo).

Otra fuente de angustia puede ser una persona incorrecta como pareja, lo que puede crear un hogar lleno de contiendas, esto podemos verlo en el caso de Sansón, cuya alma fue angustiada hasta la muerte por las presiones de Dalila (Jueces 16:16), así que con quién nos asociamos también determina en gran medida cuánta angustia dejamos entrar en nuestra vida. Así también vemos cómo nos advierte la Biblia de confiar en un pérfido en tiempos de angustia (Proverbios 25:19), en otras versiones lo traducen como confiar en un prevaricador, en alguien inestable, en un traidor, en un mentiroso, por lo que acudir a alguien incorrecto en esos momentos malos, puede

solo potenciar y multiplicar el poder de esa angustia y el peligro de esto es que general-mente en momentos difíciles buscamos refugiarnos en nuestros seres queridos, amigos y demás personas cercanas, y aunque algunos sí pueden ser un refugio, debemos discernir que no estemos llegando a la persona incorrecta.

En la Biblia podemos encontrar muchas promesas que nos enseñan cómo obtener victoria sobre la angustia. Para prevenirla por ejemplo, encontramos que una forma es apartarnos de murmuraciones y chismes, ya que si guardamos nuestra boca y lengua nos guardaremos de angustias (Proverbios 21:23). Sin embargo, aunque la angustia ya se haya alojado en una persona, definitiva-mente Dios tiene el poder para darnos la victoria sobre este miedo y Él se convierte en baluarte en esos momentos (Salmos 9:9).

Un arma poderosa para vencer es su Palabra, ya que la misma dice que en ella encontramos deleite y nos anima y sustenta en medio de la angustia y la ansiedad (Salmos 119:42 y 119:28), leyendo, conociendo y viviendo su Palabra será el medio por el cual derrotaremos por completo este enemigo tan temible que ata y se apodera de vidas completas. Otro medio para vencer son los hermanos que el Señor nos ha dado, cuando la iglesia es una casa, encontramos allí hermanos que fueron enviados para ayudarnos precisa-mente para esos momentos, dice la Biblia que hay “hermano que nace para tiempo de angustia” (Proverbios 17:17).

La ofrenda también es una semilla que puede ser grabada en el libro de las memorias y ser recordada delante del Señor para que “el Señor te responda en el día de angustia” (Salmos 20:1-3). Otra arma que tenemos es el clamor, hay muchos versos en la palabra que nos muestran que cuando clamamos al Señor, Él nos librará de la angustia (Salmos 120:1; 34:6; 34:17), el clamor e intercesión es un arma poderosa para derrotar a esta faceta de Fobos.

Finalmente, es la esperanza de verle a Él lo que nos librará por completo del terror de la angustia, y nuestro corazón se alegrará y nadie nos quitará nuestro gozo (Juan 16:22). Porque “¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada?” (Romanos 8:35), nada nos separará del amor de nuestro Dios.

Por Pablo Arana

Angustia

Citas bíblicas para estudio

Job 15:24 LBLA

Salmos 32:7 LBLA

Salmos 34:17 LBLA

Proverbios 24:10 LBLA

Filipenses 1:17 LBLA

2 Crónicas 33:12 LBLA

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19EDICIÓN 112 | JULIO 2019

Gracias Padre! Obra Misionera de Iglesia Ebenezer Zona 5, ha tenido el privilegio de visitar indigentes que por una u otra razón están abandonados en los diferentes sectores de la capital. Llevándoles refacción y una palabra de salvación, ministrándoles esperanza y amor pues la sociedad los tiene marginados; ignorando que tú enviaste a tu hijo amado por los pecadores. Visitando también diferentes hospitales para orar por los enfermos y por las mamás que acaban de dar a luz, llevándoles una bolsa con mudaditas de ropa para los bebés. Hemos atendido a los diferentes asentamientos entregando ropa y víveres a las familias que allí habitan y lo más importante compartiendo tu palabra para que cuando en aquel día nos presentemos delante de ti, hagas traer el Libro de las Obras y nos encuentres agradables a ti.

Te agradecemos Padre!

Obra Misionera

Leticia de Enríquez

Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis; (Mat 25:35)

…estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí. (Mat 25:36)

¿No es que partas tu pan con el hambriento, y a los pobres errantes albergues en casa; que cuando veas al desnudo, lo cubras, y no te escondas de tu hermano? (Isa 58:7)

Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis. (Mat 25:40)

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