2018-02-24- Pr Domínguez- Dios no tiene la...

2
Domingo 24 de febrero 2019 DIOS NO TIENE LA CULPA PASTOR JAVIER DOMÍNGUEZ RESUMEN DEL SERMÓN La autenticidad de nuestra fe es evidente por una conducta sabia y piadosa en medio del sufrimiento, que es el tema de la carta de Santiago. En Santiago 1:13-18, se nos advierte a no creer que Dios es el culpable de las tentaciones que sufrimos en medio de las pruebas. EL ORIGEN DE TUS TENTACIONES (Santiago 1:13-14) Cuando sufres, experimentas dos tipos de tentaciones o impulsos a pecar: acusar a Dios de ser el responsable de tu sufrimiento; y culpar a Dios de tus reacciones pecaminosas ante el sufrimiento. Esto es lo que estaban experimentando los de la dispersión. Por eso, la respuesta de Santiago a ellos fue: no digas “soy tentado por Dios” y da dos razones: a) Dios no puede ser tentado por el mal Tus pecados no pueden obligar o incitar a Dios a hacerte sufrir. Dios no se goza en tu sufrimiento, Dios no es sádico. Por eso, tu sufrimiento no es culpa de Dios. Si bien es cierto que Dios controla tus circunstancias, eso no lo hace culpable de tu sufrimiento, porque el criterio por el que valoras una pérdida como dolorosa, es tuyo, no de Dios; entre más valoras algo, entre más amas algo mayor es tu sufrimiento cuando lo pierdes. Por esto, entre más ames al mundo, más sufrirás cualquier pérdida que tengas dentro de él. Pero entre más ames a Dios, menos sufrirás por pérdidas en este mundo (leer Filipenses 3:7-8). El clímax de esta verdad la encontramos en la cruz. Durante la pasión de Cristo, él fue abandonado por todos, por sus discípulos, por Pedro. Fue doloroso, pero no fue eso lo que lo hizo sufrir, sino el abandono del Padre: “Dios mío, Dios mío, por qué me has abandonado”. b) Dios no puede tentar a nadie Dios no quiere que tu peques, por tanto, él no es responsable de que cuando tú sufres te veas tentado a abandonar tu fe, a vengarte, a resentirte o hacer cualquier otra cosa pecaminosa. Si bien es cierto que Dios es quien controla las circunstancias de tu sufrimiento, él no es responsable de todas las cosas malas que piensas hacer cuando sufres. Las personas del mundo culpan a los demás de obligarlos a hacer cosas malas. Cuando tú te excusas de esta forma, lo que realmente estás diciendo es: “Dios me hizo así”, “Su soberanía ha hecho de mí lo que soy”. Con estas frases estás culpando a Dios de ser tu tentador. Otros dicen: “Si Dios no hubiera permitido o determinado esto, yo no habría actuado de cierta forma”, ¡no! Entiende, tú actúas de cierta forma porque esa es la forma del pecado en tu corazón, de los deseos predominantes en él. ¿Entonces? ¿Por qué somos tentados? “…Sino que cada uno es tentado cuando es atraído por la propia concupiscencia, y seducido” (Santiago 1:14). Santiago está enseñando el efecto de la caída, que cada uno es tentado de sus propios malos deseos. Está recordando que somos pecadores. - La palabra concupiscencia significa deseo. Y, aunque es una palabra neutral que obtiene su moralidad del objeto deseado, todos los escritores del Nuevo Testamento la usan refiriéndose en su mayoría a cualquier anhelo humano por lo que Dios prohíbe. - Atraído se refiere a ser arrastrado, seducido, como se seduce en la pesca a los peces que cuando muerden el cebo son arrastrados. La tentación surge cuando una persona es arrastrada y seducida por su propios malos deseos. Al diferir la culpa, se difiere la responsabilidad del pecado. ¿Qué sucede cuando se cae en tentación? EL OBJETIVO DE LAS TENTACIONES (Santiago 1:15) Cuando alguien se ve tentado, si no resiste la tentación o huye, el deseo malo, su concupiscencia concebirá el pecado y con él, la muerte. Así, el objetivo de la tentación es la muerte de quién cae en ella. Es importante aclarar que la tentación en sí misma no es pecado, ni es pecaminosa. Solo cuando el deseo concibe es que surge el pecado. LA BONDAD DE DIOS EN MEDIO DE LAS TENTACIONES (Santiago 1:16-18) Todo lo bueno que recibimos en la vida, viene de Dios. Dios es bueno. © 2019 Iglesia Gracia sobre Gracia. Todos los Derechos Reservados

Transcript of 2018-02-24- Pr Domínguez- Dios no tiene la...

Page 1: 2018-02-24- Pr Domínguez- Dios no tiene la culpastatic.graciasobregracia.org/san-salvador/content/... · 2019. 2. 26. · sufrir. Dios no se goza en tu sufrimiento, Dios no es sádico.

Domingo 24 de febrero 2019

DIOS NO TIENE LA CULPAPASTOR JAVIER DOMÍNGUEZ

RESUMEN DEL SERMÓN

La autenticidad de nuestra fe es evidente por una conducta sabia y piadosa en medio del sufrimiento, que es el tema de la carta de Santiago. En Santiago 1:13-18, se nos advierte a no creer que Dios es el culpable de las tentaciones que sufrimos en medio de las pruebas.

EL ORIGEN DE TUS TENTACIONES(Santiago 1:13-14)

Cuando sufres, experimentas dos tipos de tentaciones o impulsos a pecar: acusar a Dios de ser el responsable de tu sufrimiento; y culpar a Dios de tus reacciones pecaminosas ante el sufrimiento.

Esto es lo que estaban experimentando los de la dispersión. Por eso, la respuesta de Santiago a ellos fue: no digas “soy tentado por Dios” y da dos razones:

a) Dios no puede ser tentado por el malTus pecados no pueden obligar o incitar a Dios a hacerte sufrir. Dios no se goza en tu sufrimiento, Dios no es sádico. Por eso, tu sufrimiento no es culpa de Dios. Si bien es cierto que Dios controla tus circunstancias, eso no lo hace culpable de tu sufrimiento, porque el criterio por el que valoras una pérdida como dolorosa, es tuyo, no de Dios; entre más valoras algo, entre más amas algo mayor es tu sufrimiento cuando lo pierdes.

Por esto, entre más ames al mundo, más sufrirás cualquier pérdida que tengas dentro de él. Pero entre más ames a Dios, menos sufrirás por pérdidas en este mundo (leer Filipenses 3:7-8). El clímax de esta verdad la encontramos en la cruz. Durante la pasión de Cristo, él fue abandonado por todos, por sus discípulos, por Pedro. Fue doloroso, pero no fue eso lo que lo hizo sufrir, sino el abandono del Padre: “Dios mío, Dios mío, por qué me has abandonado”.

b) Dios no puede tentar a nadieDios no quiere que tu peques, por tanto, él no es responsable de que cuando tú sufres te veas tentado a abandonar tu fe, a vengarte, a resentirte o hacer cualquier otra cosa pecaminosa. Si bien es cierto que Dios es quien controla las circunstancias de tu sufrimiento, él no es responsable de todas las cosas malas que piensas hacer cuando sufres.

Las personas del mundo culpan a los demás de obligarlos a hacer cosas malas. Cuando tú te excusas de esta forma, lo que realmente estás diciendo es: “Dios me hizo así”, “Su soberanía ha hecho de mí lo que soy”. Con estas frases estás culpando a Dios de ser tu tentador. Otros dicen: “Si Dios no hubiera permitido o determinado esto, yo no habría actuado de cierta forma”, ¡no! Entiende, tú actúas de cierta forma porque esa es la forma del pecado en tu corazón, de los deseos predominantes en él.

¿Entonces? ¿Por qué somos tentados? “…Sino que cada uno es tentado cuando es atraído por la propia concupiscencia, y seducido” (Santiago 1:14). Santiago está enseñando el efecto de la caída, que cada uno es tentado de sus propios malos deseos. Está recordando que somos pecadores. - La palabra concupiscencia significa deseo. Y, aunque es

una palabra neutral que obtiene su moralidad del objeto deseado, todos los escritores del Nuevo Testamento la usan refiriéndose en su mayoría a cualquier anhelo humano por lo que Dios prohíbe.

- Atraído se refiere a ser arrastrado, seducido, como se seduce en la pesca a los peces que cuando muerden el cebo son arrastrados.

La tentación surge cuando una persona es arrastrada y seducida por su propios malos deseos. Al diferir la culpa, se difiere la responsabilidad del pecado. ¿Qué sucede cuando se cae en tentación?

EL OBJETIVO DE LAS TENTACIONES (Santiago 1:15)

Cuando alguien se ve tentado, si no resiste la tentación o huye, el deseo malo, su concupiscencia concebirá el pecado y con él, la muerte. Así, el objetivo de la tentación es la muerte de quién cae en ella.

Es importante aclarar que la tentación en sí misma no es pecado, ni es pecaminosa. Solo cuando el deseo concibe es que surge el pecado.

LA BONDAD DE DIOS EN MEDIO DE LAS TENTACIONES (Santiago 1:16-18)

Todo lo bueno que recibimos en la vida, viene de Dios. Dios es bueno.

© 2

019

Igle

sia

Gra

cia

sobr

e G

raci

a. T

odos

los

Der

echo

s Re

serv

ados

Santiago establece un notable contraste: si la fuente de la tentación es tu concupiscencia, la fuente de las cosas buenas que tú recibes es Dios.- Así, en este pasaje, “buena dádiva” se refiere a buenos regalos, dones buenos. Cuando habla del “Padre” se refiere a

Dios creador. “Luces” es una paráfrasis para todas “luces celestiales”. Y, “cambio y sombra de variación” se refieren a fenómenos astronómicos en el mundo antiguo.

Lo que Santiago quiere explicar es que, contrario a lo que vemos en el cielo, que las luces cambian, Dios no lo hace. Dios no cambia, él es bueno todo el tiempo. Si el hombre es inestable, Dios no lo es. Si el hombre es divisible, Dios no. Dios es bueno, y así ha sido y lo será. Por eso no es autor de tentación, no hay maldad en él.

¿Cuán bueno es Dios? ¿Cómo es vindicada su grandiosa y eterna bondad? El versículo 18 dice: “Él, porque quiso, nos engendró con la palabra de la verdad para que seamos primicias de sus criaturas” (ver sección “el evangelio”).

IDEA CENTRAL DEL SERMÓN

Aunque Dios determina las pruebas en tu vida, él no tienta a nadie, porque cada uno es tentado de sus propios deseos pecaminosos, y Dios es quien por su Palabra te da vida.

EL EVANGELIO

“Él, porque quiso, nos engendró con la palabra de la verdad para que seamos primicias de sus criaturas” (Santiago 1:18).- “La Palabra de verdad” es una frase que aparece cuatro veces en el Nuevo Testamento, y todas se refiere al evangelio

de Jesucristo (2 Corintios 6:7, Efesios 1:13, Colosenses 1:5, 2 Timoteo 2:15). Lo que dice es que Dios como Padre nos salvó y nos redime haciéndonos nacer de nuevo para poder creer en el evangelio de Jesucristo.

- Santiago pone de ejemplo tu nuevo nacimiento para mostrarte que Dios es bueno, tan bueno que te salvó sin que lo merecieras.

IMPLICACIONES

1. Dios no puede ser tentado por el mal, tus pecados no pueden impulsar a Dios a hacerte sufrir. Por eso, aunque él controla todas las circunstancias de tu vida, él no es responsable de tus sufrimientos; según la cosmovisión que tu tengas, tu fe, así será el tipo y nivel de tu sufrimiento. Y aunque Dios determina las pruebas en tu vida, él no tienta a nadie porque cada uno es tentado de sus propios deseos pecaminosos, y Dios es quien por su Palabra te da vida. La responsabilidad de la tentación y el pecado subsecuente es nuestra, no de Dios.

2. Ser tentado no significa pecar, sino que se peca cuando cedemos a la tentación y caemos en ella. Tener comunión con Dios o ser un cristiano maduro no te evitará ser tentado, pero si evitará muchas veces que caigas en tentación.

3. Ten presente el contraste que Santiago presenta: si los malos deseos conllevan muerte, Dios bueno es el que nos regala vida eterna.

Page 2: 2018-02-24- Pr Domínguez- Dios no tiene la culpastatic.graciasobregracia.org/san-salvador/content/... · 2019. 2. 26. · sufrir. Dios no se goza en tu sufrimiento, Dios no es sádico.

RESUMEN DEL SERMÓN

La autenticidad de nuestra fe es evidente por una conducta sabia y piadosa en medio del sufrimiento, que es el tema de la carta de Santiago. En Santiago 1:13-18, se nos advierte a no creer que Dios es el culpable de las tentaciones que sufrimos en medio de las pruebas.

EL ORIGEN DE TUS TENTACIONES(Santiago 1:13-14)

Cuando sufres, experimentas dos tipos de tentaciones o impulsos a pecar: acusar a Dios de ser el responsable de tu sufrimiento; y culpar a Dios de tus reacciones pecaminosas ante el sufrimiento.

Esto es lo que estaban experimentando los de la dispersión. Por eso, la respuesta de Santiago a ellos fue: no digas “soy tentado por Dios” y da dos razones:

a) Dios no puede ser tentado por el malTus pecados no pueden obligar o incitar a Dios a hacerte sufrir. Dios no se goza en tu sufrimiento, Dios no es sádico. Por eso, tu sufrimiento no es culpa de Dios. Si bien es cierto que Dios controla tus circunstancias, eso no lo hace culpable de tu sufrimiento, porque el criterio por el que valoras una pérdida como dolorosa, es tuyo, no de Dios; entre más valoras algo, entre más amas algo mayor es tu sufrimiento cuando lo pierdes.

Por esto, entre más ames al mundo, más sufrirás cualquier pérdida que tengas dentro de él. Pero entre más ames a Dios, menos sufrirás por pérdidas en este mundo (leer Filipenses 3:7-8). El clímax de esta verdad la encontramos en la cruz. Durante la pasión de Cristo, él fue abandonado por todos, por sus discípulos, por Pedro. Fue doloroso, pero no fue eso lo que lo hizo sufrir, sino el abandono del Padre: “Dios mío, Dios mío, por qué me has abandonado”.

b) Dios no puede tentar a nadieDios no quiere que tu peques, por tanto, él no es responsable de que cuando tú sufres te veas tentado a abandonar tu fe, a vengarte, a resentirte o hacer cualquier otra cosa pecaminosa. Si bien es cierto que Dios es quien controla las circunstancias de tu sufrimiento, él no es responsable de todas las cosas malas que piensas hacer cuando sufres.

Las personas del mundo culpan a los demás de obligarlos a hacer cosas malas. Cuando tú te excusas de esta forma, lo que realmente estás diciendo es: “Dios me hizo así”, “Su soberanía ha hecho de mí lo que soy”. Con estas frases estás culpando a Dios de ser tu tentador. Otros dicen: “Si Dios no hubiera permitido o determinado esto, yo no habría actuado de cierta forma”, ¡no! Entiende, tú actúas de cierta forma porque esa es la forma del pecado en tu corazón, de los deseos predominantes en él.

¿Entonces? ¿Por qué somos tentados? “…Sino que cada uno es tentado cuando es atraído por la propia concupiscencia, y seducido” (Santiago 1:14). Santiago está enseñando el efecto de la caída, que cada uno es tentado de sus propios malos deseos. Está recordando que somos pecadores. - La palabra concupiscencia significa deseo. Y, aunque es

una palabra neutral que obtiene su moralidad del objeto deseado, todos los escritores del Nuevo Testamento la usan refiriéndose en su mayoría a cualquier anhelo humano por lo que Dios prohíbe.

- Atraído se refiere a ser arrastrado, seducido, como se seduce en la pesca a los peces que cuando muerden el cebo son arrastrados.

La tentación surge cuando una persona es arrastrada y seducida por su propios malos deseos. Al diferir la culpa, se difiere la responsabilidad del pecado. ¿Qué sucede cuando se cae en tentación?

EL OBJETIVO DE LAS TENTACIONES (Santiago 1:15)

Cuando alguien se ve tentado, si no resiste la tentación o huye, el deseo malo, su concupiscencia concebirá el pecado y con él, la muerte. Así, el objetivo de la tentación es la muerte de quién cae en ella.

Es importante aclarar que la tentación en sí misma no es pecado, ni es pecaminosa. Solo cuando el deseo concibe es que surge el pecado.

LA BONDAD DE DIOS EN MEDIO DE LAS TENTACIONES (Santiago 1:16-18)

Todo lo bueno que recibimos en la vida, viene de Dios. Dios es bueno.

© 2

019

Igle

sia

Gra

cia

sobr

e G

raci

a. T

odos

los

Der

echo

s Re

serv

ados

DIOS NO TIENE LA CULPA

Santiago establece un notable contraste: si la fuente de la tentación es tu concupiscencia, la fuente de las cosas buenas que tú recibes es Dios.- Así, en este pasaje, “buena dádiva” se refiere a buenos regalos, dones buenos. Cuando habla del “Padre” se refiere a

Dios creador. “Luces” es una paráfrasis para todas “luces celestiales”. Y, “cambio y sombra de variación” se refieren a fenómenos astronómicos en el mundo antiguo.

Lo que Santiago quiere explicar es que, contrario a lo que vemos en el cielo, que las luces cambian, Dios no lo hace. Dios no cambia, él es bueno todo el tiempo. Si el hombre es inestable, Dios no lo es. Si el hombre es divisible, Dios no. Dios es bueno, y así ha sido y lo será. Por eso no es autor de tentación, no hay maldad en él.

¿Cuán bueno es Dios? ¿Cómo es vindicada su grandiosa y eterna bondad? El versículo 18 dice: “Él, porque quiso, nos engendró con la palabra de la verdad para que seamos primicias de sus criaturas” (ver sección “el evangelio”).

IDEA CENTRAL DEL SERMÓN

Aunque Dios determina las pruebas en tu vida, él no tienta a nadie, porque cada uno es tentado de sus propios deseos pecaminosos, y Dios es quien por su Palabra te da vida.

EL EVANGELIO

“Él, porque quiso, nos engendró con la palabra de la verdad para que seamos primicias de sus criaturas” (Santiago 1:18).- “La Palabra de verdad” es una frase que aparece cuatro veces en el Nuevo Testamento, y todas se refiere al evangelio

de Jesucristo (2 Corintios 6:7, Efesios 1:13, Colosenses 1:5, 2 Timoteo 2:15). Lo que dice es que Dios como Padre nos salvó y nos redime haciéndonos nacer de nuevo para poder creer en el evangelio de Jesucristo.

- Santiago pone de ejemplo tu nuevo nacimiento para mostrarte que Dios es bueno, tan bueno que te salvó sin que lo merecieras.

IMPLICACIONES

1. Dios no puede ser tentado por el mal, tus pecados no pueden impulsar a Dios a hacerte sufrir. Por eso, aunque él controla todas las circunstancias de tu vida, él no es responsable de tus sufrimientos; según la cosmovisión que tu tengas, tu fe, así será el tipo y nivel de tu sufrimiento. Y aunque Dios determina las pruebas en tu vida, él no tienta a nadie porque cada uno es tentado de sus propios deseos pecaminosos, y Dios es quien por su Palabra te da vida. La responsabilidad de la tentación y el pecado subsecuente es nuestra, no de Dios.

2. Ser tentado no significa pecar, sino que se peca cuando cedemos a la tentación y caemos en ella. Tener comunión con Dios o ser un cristiano maduro no te evitará ser tentado, pero si evitará muchas veces que caigas en tentación.

3. Ten presente el contraste que Santiago presenta: si los malos deseos conllevan muerte, Dios bueno es el que nos regala vida eterna.