2009 Pericano nº 25

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y el cielo que lo cubre”. Sola quedo con las trampas que tiende la memoria en la dulce agonía del recuerdo, en esta nueva isla en que me hallo, me he entregado a la niebla y al olvido. He buscado al farero y le he mentido: “Busco la soledad de este mar claro sin más luz que la luz de nuestra historia escrita por los días y los besos. Soledad, noche, olvido: esa es mi gloria. M.ª Ángeles Pérez Rubio, España (1955)

Transcript of 2009 Pericano nº 25

  • He buscado al farero y le he pedido

    que no encienda jams la luz del faro.

    Y dispuesta a vivir el desamparo

    de no esperar a nadie conocido

    en esta nueva isla en que me hallo,

    me he entregado a la niebla y al olvido.

    He buscado al farero y le he mentido:

    Busco la soledad de este mar claro

    y el cielo que lo cubre. Sola quedo

    con las trampas que tiende la memoria

    en la dulce agona del recuerdo,

    sin ms luz que la luz de nuestra historia

    escrita por los das y los besos.

    Soledad, noche, olvido: esa es mi gloria.

    He buscado al farero y le he pedidoM. ngeles Prez Rubio, Espaa (1955)

  • El Percano 25Revista IES Juan Sebastin Elcano

    Este ha sido el ttulo de nuestroproyecto lector. Con l hemos querido ex-presar, resumir, nuestra intencin, que noha sido otra que la de poner en claro, darluz a una realidad que ha permanecidooculta a travs del tiempo: el papel prota-gonista que la mujer ha jugado y que hasido injustamente relegado a un segundoplano. Durante toda la historia de la huma-nidad, desde la antigedad, tenemos sufi-cientes ejemplos, en todos los mbitos dela cultura, la poltica y la ciencia, de muje-res que han sido motor en los avances so-ciales, polticos, econmicos y artsticos, yque han sido sistemticamente silenciados.Nuestro objetivo ha sido ponerlos de mani-fiesto, hacer visible algo que permanecaoculto.

    Todos los departamentos didcti-cos hemos hecho un trabajo de investiga-cin sobre el papel jugado por la mujer entodos los mbitos de la vida: en la poltica,la pedagoga, el cine, la msica, la moda...Hemos investigado sobre los personajes fe-meninos que han luchado por la igualdadde gnero y por la paz; sobre las grandesinventoras y las grandes mujeres en elmundo de las ciencias. El resultado ha sidoasombroso por la magnitud de ejemplosencontrados y hemos tenido que hacer unesfuerzo de sntesis para poder darles ca-bida en una exposicin dentro de unos lmi-tes de espacio concretos. Una exposicinque ha sido visitada y estudiada por todoel alumnado del Centro puesto que ese eranuestro principal objetivo: darle una dimen-sin didctica.

    Quisiera resaltar que este pro-yecto no supone, por muy brillante quehaya podido resultar, un acontecimientoaislado en nuestra sencilla aportacin porla igualdad de gnero. Durante el presentecurso hemos llevado a cabo muchas otrasmuestras de trabajo en este sentido. Qui-siera recordar ahora el lema que sirvi parala celebracin del Da de la Paz y que fueel de la igualdad de gnero; aquellagymkhana por la igualdad en la que parti-cipamos profesores y alumnos. Tambin esmomento de recordar las celebraciones delDa contra la violencia de gnero o el Dade la Mujer, as como la exposicin filat-lica sobre la mujer y, como muestra final,el espacio que se les dedica en este n-mero del Percano que publicamos.

    Creo que debemos felicitarnospor el trabajo realizado en este sentido ypor las aportaciones de todos y cada unode los miembros del claustro.

    Editorial 1Leer a su lado 2Actrices 2Mujeres Artistas 4Los Novsimos 5Mujeres Inventoras 6Mujeres Cientficas 8Mujeres en la Filatelia Espaola 9Mujeres Deportistas espaolas 10Latn y Griego 11Pasatiempos: Adivinanzas 12Concursos literarios 13Relato: T slo duerme 16Entrevista a Inma Lobato 18Fotografas grupos de alumnos 20Diario de un viaje. Tras los pasos de Juan Ramn y Zenobia 24Viajes. Excursin a Sevilla 28Qu lujo viajar! 30Economa: Cmo ha surgido la actual crisis financiera? 31Jvenes, Emprendedoras y Solidarias 32Salud: Anorexia y bulimia 34Crtica literaria, msica y poesa: colaboraciones 35Noticias 36Imagen personal: Cuidar tu cabello y Experiencia de 2 alumnas 37Primeros Auxilios 38Efectos de las vitaminas sobre la piel 40Desfile de Navidad 41Actividades: Encuentros deportivos Profesores con Alumnos 42Gimkana de la Paz 2009 43Toma Nota 2009 44Notecortes 2009 45Despedida profesional a Joaqun y Gina 46Cmic 48

    Pgina

    Colaboradores

    Flix SnchezCarlos LpezJoaqun RomeroCarolina Sumariva

    Alegra CondeSarai PrezM del Pilar Romero

    Diseo Portada:Jos Luis Marmolejo

    Diseo, maquetacin ycontraportada:Mariqui Romero

    Juan A MartnezMati CaballeroInma MoratoM Jos SotoPilar FernndezPilar RamrezVanesa BernalM Luisa RecioEusebio GascnPilar MurielMara MarqusMarisina Rodrguez

    Jos Luis del RoZiky RoPedro J. TudelillaMara Molerongel M. LorenzoM ngeles Prez

    Publicacin del:IES JUAN S. ELCANOde Sanlcar de Barrameda

    Ao XIV . Nmero 25Julio, 2009

    Roberto Palacios GarrnManuel Jess Snchez GonzlezAlegra CondeSarai PrezCarlos MontaoJos Luis ManzanoIsabel Arizangela ViejoM Jess AguilochoCristina BuznJ.M. ListnLaura AlcntaraVictoria BianchiFernando Jess Monge

    Consejo de redaccin:

    Alumnos colaboradores:

    EditorialSumario

    Edito

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    Profesores colaboradores:

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    Leer. Leer sin ganas. Leer por aburrimiento. Leer para nohacer ruido. Leer para dejar que tu padre duerma la siesta. Leerporque no te dejan poner la tele. Leer porque ya nadie quierecontarte un cuento. Leer porque te han castigado sin salir. Leerporque ests en la cama con fiebre. Leer porque ests solo. Leerporque imitas a tus hermanos mayores. Leer porque lo hace tumadre. Leer libros para nios. Leer novelas que no te dejan leer.Leer hasta que te apagan la luz. Leer sin leer, pensando en otracosa. Leer en la biblioteca. Leer todos los libros de la bibliotecainfantil. Leer porque tu hermana lee en la cama de al lado. Leerlibros de Tintn en casa de tu abuelo. Rer porque tu ta llora conuna novela. Llorar porque te da pena del abominable hombre delas nieves. Leer y leer y leer cinco lneas sobre sexo. Leerlas y le-erlas una vez ms. Leer porque quieres estar solo. Leer porquete sientes solo. Leer porque te crees distinto. Leer para encontraralmas gemelas. Leer aquello que an no has vivido. Leer parallenarte la cabeza de pjaros. Leer para presumir. Decir que hasledo un libro que no has ledo.

    LEER A SU LADO

    Elizabeth Rosemond Taylor(n. Londres, 27 de febrero de 1932) esuna famosa actriz inglesa ganadora dedos Premios scar, un Globo de oro, unBAFTA y cuatro Premios Golden Laurel.Reconocida por su espectacular y des-lumbrante belleza y actuacin en pelcu-las como Cleopatra o Quin teme aVirginia Woolf?, desde los aos 50 rpi-damente se transform en uno de losMitos del Sptimo Arte. Es tambin su-mamente popular por su tormentosa vidaprivada, su pasin por las joyas, y porposeer los ojos de color violeta, algonico en Hollywood y extremadamenteraro en el mundo. El American Film Ins-titute la nombr como una de las mejo-res estrellas femeninas de todos lostiempos (entre las cinco primeras).PelculasGiganteLa gata sobre el tejado de zincQuin teme a Virginia Woolf?Cleopatra

    Margarita Carmen CansinoHayworth, de padre espaol, (NuevaYork, 17 de octubre de 1918 NuevaYork, 14 de mayo de 1987) fue una delas actrices ms emblemticas de lapoca dorada del cine estadounidense.Adems de ser smbolo sexual indiscuti-ble de la dcada de 1940, es conside-rada como uno de las grandes estrellasdel Sptimo Arte.PelculasSangre y arenaLa dama de ShanghaiLa bella del PacficoGilda

    ACTRICESElegir un grupo de actrices entre todas las

    que hay o hubo es tarea difcil. Son todas las queestn, pero no estn todas las que son. Al menosah estaremos de acuerdo.

    Elizabeth Taylor

    Rita Hayworth

    Elvira Lindo

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    Katharine Houghton Hepburn(Hartford, Connecticut, 12 de mayo de1907 - Old Saybrook, Connecticut, 29 dejunio de 2003) fue una actriz estadouni-dense, la nica en ganar 4 premiosscar y una de las ms nominadas con12 candidaturas. Tan slo es superadapor Meryl Streep con 15 nominaciones,pero mientras que Streep tiene variascandidaturas como Mejor Actriz Secun-daria, Hepburn las consigui todas comoMejor Actriz Principal.PelculasLa reina de fricaLa fiera de mi niaHistorias de FiladelfiaDe repente, el ltimo verano

    Bette Davis (Lowell, Massa-chusetts, 5 de abril de 1908-Neuilly,Francia, 6 de octubre de 1989), pseud-nimo de Ruth Elizabeth Davis, fue unaactriz de teatro, cine y televisin esta-dounidense; uno de los principalesMitos del Sptimo Arte. Conocida aveces con el apelativo de la Reina deHollywood acapar 10 candidaturas alscar a la mejor actriz, premio que ganen dos ocasiones. Sus interpretacionesestn caracterizadas por sus ojos em-brujantes, su desenvolvimiento intenso yprofundo y su presencia hechizante, quellenaba la pantalla a pesar de su dimi-nuta estatura.PelculasJezabelLa lobaEva al desnudoQu fue de Baby Jane

    Audrey Hepburn (4 de mayode 1929 20 de enero de 1993) fue unaactriz anglo-belga, ganadora del scar ydel premio Tony. Conocida por ser la pri-mera actriz que impuso la tendencia dellook casual en vez del glamour (fue lapionera de las "muchachas no divas"que son toda una pauta de nuestrapoca); sin embargo su innovacin, supre-figuracin de la espontaneidad juve-nil, la "Cara de ngel" con su frescuraque luca en pantalla y su forma de vestirque impuso estilos y modas la transfor-maron en la perspectiva histrica delCine como otro de los Mitos del SptimoArte. Adems Audrey es tambin reco-nocida por ser bailarina, modelo y porsus abundantes acciones humanitarias.PelculasSabrinaDesayuno con diamantesMy fair ladyVacaciones en Roma

    Ava Lavinia Gardner (Brog-den, Carolina del Norte, 24 de diciembrede 1922 - Londres, 25 de enero de 1990)fue una actriz del cine clsico estadouni-dense nominada a los Premios scar,considerada una de las grandes estrellasdel siglo XX y como uno de los mitos delSptimo Arte. Conocida por su exube-rante y fotognica belleza, se dice de ellaque fue "el animal ms bello del mundo".PelculasForajidosMogamboLa condesa descalzaLa noche de la iguana

    Greta Garbo (18 de septiem-bre de 1905 - 15 de abril de 1990) fueuna actriz de cine sueca. Naci en S-dermalm, barrio humilde de Estocolmo(Suecia), con el nombre de Greta LovisaGustafsson. Es uno de los principalesMitos del Sptimo Arte.Especialmenteconocida con el apodo de "La divina" o"la mujer que no re" debido al rictusserio de su rostro, rictus que slo fue in-terrumpido en una escena de su memo-rable filme Ninotchka en la cual sueltasorpresivamente una carcajada en unhecho que hizo correr ros de tinta en losperidicos con el titular "la Garbo re". Suvida siempre estuvo rodeada de misterioy de mltiples preguntas que jams res-pondi.PelculasLa reina Cristina de SueciaAna KareninaMargarita GautierNinotchka

    Ingrid Bergman (29 de agostode 1915 - 29 de agosto de 1982) fue unaactriz sueca ganadora de los premiosscar y Globo de Oro. Consideradacomo uno de los Mitos del Sptimo Artey segn la lista realizada por el AmericanFilm Institute, es la cuarta estrella msimportante en la historia del cine. Falle-ci mientras celebraba su 67 cumplea-os.PelculasEncadenadosLuz de gasStromboliSonata de otoo

    Katharine Hepburn Bette Davis Audrey Hepburn

    Greta Garbo

    Ava GadnerIngrid Bergman

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    Alumnos de 2 B (Historia del Arte). Al fondo, obras de Artemisia Gentileschi (S. XVII). Est considerada la mejorpintora hasta el siglo XX

    Artemisia Gentileschi: Autorretrato comoalegora de la pintura

    Mujeres en la Historiadel ARTE

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    MUJERES INVENTORAS

    Durante un viaje a Nueva YorkMary not que los conductoresde coches tenan que abrir las ventanasde sus coches cuando llova si queranlimpiarlas y ver mejor.

    Ella invent un dispositivo debrazo que poda ser accionado desde elinterior del vehculo mediante una pa-lanca. En noviembre de 1903 y antes dela fabricacin del modelo A de Ford, leconcedieron a Mary Anderson la primerapatente para un dispositivo de limpiezade las ventanillas. Su invencin podalimpiar nieve, lluvia, o aguanieve de unparabrisas. En 1916 este invento se con-virti en equipacin estndar en todoslos coches americanos.

    Patsy Sherman naci en 1930en Minneapolis y tras su licenciatura co-menz a trabajar en 1952 como investi-gadora qumica en la empresa 3M,donde le fue asignado un proyecto queconsista en desarrollar un material degoma que resistiera el deterioro produ-cido por los combustibles de avin. Nologr el proyecto asignado, pero en sulugar descubri un nuevo uso de loscompuestos fluoroqumicos. En 1953,una ayudante en el laboratorio de Sher-man derram algunas gotas de un com-puesto experimental en sus zapatillasnuevas.

    Ninguno de los disolventes lo-graba limpiar la solucin que haba que-dado impregnada en las zapatillas.

    Sherman qued fascinada poreste hecho y comenz a trabajar: un po-lmero fluoroqumico que, aplicado a lastelas, repela el aceite o el agua. En1956 el protector de Scotchgard fue lan-zado al mercado y la marca de fbrica deScotchgard ha seguido siendo el lder demercado desde entonces y nunca ha de-jado de llevar a cabo mejoras innovado-ras en esa lnea de productos.

    Los granos de caf fueron mas-ticados durante 400 aos, a partir delmomento en que un pastor de cabrasetope, llamado Kaldi, descubri las pro-piedades de la planta en el ao 850 d.C.La cafetera francesa, creada por el far-macutico Descroisilles, consista en dosesbeltos recipientes metlicos, que po-dan ser de estao, cobre o peltre, sepa-rados por una placa agujereada quehaca de filtro. Alrededor del ao 1850,los fabricantes franceses presentaron laprimera cafetera esmaltada. La primeraadaptacin norteamericana de esta ca-fetera fue patentada en el ao 1873. Elcilindro, de una sola cmara, contena unfiltro que se haca avanzar presionn-dolo a travs de la mezcla de granos decaf y agua caliente, obligando con elloa los granos a depositarse en el fondo.Por desgracia, el dimetro de los filtrosno siempre se ajustaba al del recipiente,y muchas veces el resultado era una be-bida mal colada. Este problema exas-per a una mujer hasta el punto deimpulsarla a inventar una cafetera quediera mejores resultados. En el ao1907, la alemana Melitta Bentz empeza experimentar con diferentes materialesaplicables entre las dos cmaras .En1908 descubri un papel poroso, casiperfecto, al recortar un disco en una hojade papel secante, y con ello el sistemade filtro Melitta inici su camino hacia lacomercializacin. La bsqueda de lataza perfecta de caf prosigui incansa-ble, y en el ao 1940 naci la cafeteraCemex.

    Naci en New Kensington, Pennsylvania, gradundose en qumicas en 1946 enla Universidad femenina Margaret Morrison, hoy Universidad Carnegie Mellon. La investi-gacin de Stephanie Kwolek con compuestos de productos qumicos de alto rendimientopara la DuPont Company en Buffalo condujo al desarrollo de un material sinttico, que escinco veces ms fuerte que el acero, extremadamente ligero (ms que la fibra de vidrio )y resistente al calor. Muchos policas y bomberos deben sus vidas a Stephanie Kwolek, por-que Kevlar es el material usado en los chalecos antibalas y los trajes ignfugos.

    Otros usos del compuesto incluyen los cables subacuticos, las guarniciones delos frenos, los vehculos espaciales, los barcos, aviones, los paracadas, los esques, ylos materiales de construccin.

    Mary AndersonLimpiaparabrisas

    Stephanie KwolekEl Kevlar

    Paris ShermanProtector Scotchgazrd

    Melitta BentzLa cafetera

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    Bette ejerca de secretaria enDallas mientras criaba sola a su hijo Mi-chael, que luego se hara famoso con sugrupo The monkees. Nesmith nunca sepropuso ser inventora, slo intentaba so-lucionar los problemas que le provocabasu poca experiencia en mecanografa ytaquigrafa. Como su formacin de ar-tista le haca estar acostumbrada al usode pinturas y tintas, un da intent crearun producto con el que lograr tapar lasfaltas de mecanografa que cometa enel trabajo. Tras diversos intentos, elaboruna sustancia blanca que se secaba r-pidamente y serva para ello, as que lapuso en un botella y se la llev al trabajo.Cuando cometa algn error extenda lasustancia sobre elpapel con un pe-queo cepillo y luegovolva a escribir en-cima. En 1956 convir-ti su cocina en unlaboratorio, debido ala demanda de suscompaeros y ami-gos. En 1967 cre supropia compaa, la Liquid Paper Corpo-ration. En 1976, vendi 25 millones debotellas. Nesmith cre dos fundacionespara ayudar a las mujeres a encontrarnuevas maneras de ganarse la vida.Bette muri en el ao 1980, seis mesesdespus de vender su empresa por 47,5millones de dlares.

    Marion Donovan era una madrejoven en la era del baby boom. Estabadesesperada por las incomodidades delos paales de tela e invent un cubiertaplstica para prevenir que los bebs semojasen con tanta frecuencia y as nocambiarlos tan asiduamente, usandopara ello una cortina de ducha. En 1946,comenz a experimentar con cubiertasimpermeables, tela de nylon y por ltimocon un material usado para paracadas.La patente le fue concedida en 1951. Enesa poca y a comenzaba a experimen-tar con el paal de papel. En un principiosu idea no fue muy bien acogida y tuvoque invertir ella misma en su produccin.Diez aos ms tarde ella venda su com-paa por un milln de dlares.

    El primer sujetador moderno queobtuvo una patente fue inventado porMary Phelps Jacob en 1913, en la ciudadde Nueva York. Mary acababa de comprarun vestido de noche para ir a una fiesta.En aquella poca, la nica ropa interiorexistente era un cors rgido hecho conhuesos y madera. Al darse cuenta de quesobresala de su vestido y era visible a tra-vs del tejido de seda, realiz con dos pa-uelos de seda y una cinta el anticipo delsujetador moderno.

    Amigas y familiares le solicitaronenseguida la nueva ropa interior. El 3 denoviembre de 1914 patent el nuevo su-jetador y cre la compaa CaresseCrosby para su produccin, pero prontovendi la patente a la Warner BrothersCorset Company en Bridgeport, por 1.500dlares, aunque sta gano 15 millones dedlares en los treinta aos siguientes.

    Catherine fue la primera cientfica empleada por el laboratorio de in-vestigacin de la General Electrics en Schenectady, NuevaYork (1917), as comola primera mujer en doctorarse en fsica en la Universidad de Cambridge en1926.

    Adems la Sociedad Qumica Americana la honr con la medalla Fran-cis P. Garvin. Su investigacin acerca de las capas monomoleculares la condujoa un descubrimiento revolucionario: el cristal no reflectante. Blodgett patent lapelcula y el proceso en 1938 y ha sido utilizado con muchos propsitos inclu-yendo la limitacin de la distorsin en anteojos, microscopios, telescopios, c-maras fotogrficas y lentes del proyector.

    Beulah Henry, de Memphis, Tennessee, crecerca de 110 invenciones y obtuvo 49 patentes. BeulahHenry era considerada, por algunos, la "seora Edison"por su prolfica carrera como inventora. Algunas de lasinvenciones de Beulah Henry son: congelador de helado al vaco (1912). el paraguas con diferentes cubiertas de telas de co-

    lores (1924). la primera mquina de coser sin bobina (1940). la protografa - una mquina de escribir manual que

    haca cuatro copias de un mismo documento (1932). las esponjas llenas de jabn para nios (1929). la mueca Miss Illusion que tena ojos que podan

    cambiar de color y se abran y cerraban (1935).

    Bette NesmithEl Tip-Ex

    Marion DonovanEl paal desechable

    Beulah HenryLa Seora Edison

    Catherine BlodgettEl cristal antirreflejos

    Mary PhelpsEl sujetador

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    MUJERES CIENTFICAS

    Hija del famoso Ten de Ale-jandra, tuvo una esmerada educa-cin, en matemticas y astronoma,en Atenas - con Plutarco el Jven ysu hija Asclepigenia - y en su ciudadnatal en el Museo. la Biblioteca y laescuela neoplatnica, donde luegoenseara. Se le atribuye la creacinde un planisferio, un aparato paradestilar agua, otro para medir el niveldel agua y otro para determinar lagravedad especfica de los lquidos.

    Ten de Alejandra cuentaque su hija le ayud en el Comenta-rio de la Sintaxis de Ptolomeo siendosupuestamente original de Hipatia elcomentario al Libro IV del Almagestoy es posible que tambin colaboraracon su padre en la versin definitivade los Elementos de Euclides. Tuvouna muerte brutal, segn unos lapi-dada, segn otros descuartizada, amanos de una muchedumbre enfu-recida.

    Hipatia de Alejandra370 - 415

    Marie Sklodowska Curie1867 - 1934

    Naci en Polonia. Se tras-lad a Pars para estudiar en la Fa-cultad de Ciencias.

    Se cas con el fsico PierreCurie. Juntos aislaron en 1898 dosnuevos elementos radioactivos, elpolonio y el radio, descubrimientopor el que recibieron el PremioNobel de Fsica (1903).

    Fallecido su marido, MarieCurie sigui sus investigaciones ga-nando el Premio Nobel de Qumica(1911).

    Doctora en Farmacia, profe-sora de investigacin del CSIC.

    Experta en estudios bioqu-micos y clnicos de hormonas este-roides, introdujo en Espaa los

    conocimientos y tc-nicas que adquiri alo largo de cinco lar-gas estancias en elextranjero entre(1946-1961).

    Una deellas fue la que ad-quiri en Shrewbury

    (Massachussets) con G. Pincus, in-ventor de la pldora anticonceptiva,en la Worcester Foundation for Ex-perimental Biology. Otra en la Uni-

    dad de Investigacin de Endocrino-loga Clnica en Edimburgo.

    En 1951, se traslad al re-cin creado Instituto de Endocrinolo-ga Experimental, que dirigaGregorio Maran.

    A la muerte de G.Maran,Sara Borrell fue nombrada Jefa de laseccin de Esteroides del InstitutoMaran, y sucesivamente vicedi-rectora y directora del instituto.

    Desde su creacin en 1963fue miembro del comit internacionaldel grupo de hormonas esteroides. En 1983 se traslad al recin inau-gurado instituto Cajal del CSIC.

    Se jubil en 1989.

    SARA BORRELL(Madrid 1917-1999)

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    El Percano 25Revista IES Juan Sebastin ElcanoMUJERES EN LA FILATELIA ESPAOLA

    Durante el pasado mes demarzo habis podido visitar en la bi-blioteca una exposicin filatlica. Talvez sea la primera que veis, peroojal que no sea la ltima. Alucinar-ais la temtica tan diversa queabarca el mundo del coleccionismode sellos, seguro que hay un temaque os atrae (msica, cine, de-porte) y del que diversos pasesdel mundo han emitido o emiten se-llos.

    La muestra que nos ocupase enmarca dentro de las activida-des del Programa de Coeducacin y

    para conmemorar el 8 de marzo, DaInternacional de la Mujer Trabaja-dora. En ella se pueden contemplarlos sellos que el servicio de correosde nuestro pas ha emitido dedica-dos a mujeres.

    La primera emisin de sellosde Espaa fue puesta a la venta el 1de enero de 1850, el famoso 6 cuar-tos con la efigie de la reina Isabel II.Desde entonces y tras algo ms de150 aos slo unos 50 sellos hansido dedicados a personajes femeni-nos. Recordemos que la emisinprevista para este 2009 rondar los

    90 sellos. Como podemos ver, hastaen la emisin de sellos se refleja elpapel adjudicado a la mujer tradicio-nalmente en nuestra sociedad.

    Ms triste es todava el pa-norama si a esos 50 sellos le resta-mos los dedicados a las mujeres dela realeza y nobleza (17) as comolos que corresponden a emisionesde pintores (4). En definitiva, slo a24 mujeres se les ha dedicado unsello por su trayectoria personal y/oprofesional:

    Como se puede observarpor la fecha de emisin, prctica-mente slo desde la llegada de lademocracia a nuestro pas el servi-cio de correos repar en nuestrasmujeres. Ellas desde entonces, apo-yadas por unas leyes ms justas,han ido derribando barreras y recu-perando el protagonismo que siem-pre debieron tener. Sealemos, porejemplo, que Mara Lejrraga fir-maba sus obras con el nombre de sumarido Gregorio Martnez Sierra.

    El grupo ms nmeroso esel dedicado a la Literatura (11 sellos)y mencionaremos aqu, por sus es-tancias en Sanlcar, a Fernn Caba-

    llero, seudnimo utilizado por la es-critora Cecilia Bhl de Faber. Tam-bin son de destacar los sellosdedicados a dos gaditanas prove-nientes del mundo del flamenco,Lola Flores y Sara Baras. Asimismo,son andaluzas la poltica malagueaVictoria Kent y la filsofo y ensayistade Vlez-Mlaga Mara Zambrano.

    Veremos si esta tendenciade los ltimos aos de resaltar lalabor de la mujer en nuestra socie-dad tiene continuidad. De momentonos contentamos con haberos des-cubierto una posibilidad ms del co-leccionismo de sellos, con quehayis conocido algn personaje

    nuevo que ha dejado huella en sumbito de trabajo, y con que reflexio-nis acerca de la deuda que tene-mos para con ellas y juntospodamos contribuir a crear una so-ciedad ms igualitaria.

    No quiero terminar estas l-neas sin agradecer a nuestros com-paeros Inma y Joaqun laoportunidad que me han dado de po-nerme de nuevo en contacto con lacomunidad educativa del IESJuanSebastin Elcano.

    Un saludo y hasta pronto.

    Pedro J. Tudelilla

    1968Mara

    Pacheco1970

    ConchaEspina

    1989Mara deMaeztu

    1993Mara

    Zambrano2007 Carmen Conde

    Agustina deAragn

    1972E. PardoBazn

    1989GabrielaMistral

    1996CarmenAmaya

    Rosa Chacel

    Beatrz Galindo 1979Fernn

    Caballero1990 Victoria Kent Lola Flores 2008 Mara Lejrraga

    Rosala deCastro

    1980 Helen Keller 1991 Mara Moliner 1998Mara

    GuerreroZenobia

    Camprub

    1988Clara

    Campoamor1992

    MargaritaXirg

    2000 Sara BarasCarmen

    Martn G.

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    Mujeres deportistasespaolas

    Con la pequea muestra demujeres deportistas que hemos elegidopara la celebracin del plan lector, no so-lamente queramos destacar la importan-cia del deporte femenino en Espaa y labuena salud con la que cuenta hoy enda, ya que nunca las deportistas habanconseguido tantos xitos, ni en discipli-nas tan variadas. Tambin queramosdestacar el currculo multidisciplinar quetienen muchas de ellas. Vase el casode la ms veterana, Lil lvarez; quedestac en varias disciplinas deportivas:tenis, esqu, automovilismo o patinaje, yfue la primera espaola en representar-nos en los JJ.OO. de 1924 en Pars.

    Otro ejemplo ms reciente es laescaladora Araceli Segarra, cuyo lis-tado de ascensiones es interminable,destacando el ser la primera mujer espa-ola en ascender al Everest (8846 m.).

    Adems de escalar, es fisioterapeuta,modelo, presentadora de televisin yradio, conferenciante, e ilustradora decuentos infantiles.

    Hay que destacar a Sheila He-rreros, patinadora, ya que es la mujercon ms ttulos mundiales de Espaa,apenas conocida por practicar un de-porte minoritario. Y es por ello que lasdeportistas espaolas se quejan del tratode patrocinadores y televisiones, quehace que solo existan estrellas deporti-vas masculinas, lo cual puede conllevarun efecto negativo en el pblico infantilfemenino, desembocando en el nulo in-ters por parte de las nias en el de-porte, en un futuro no muy lejano.

    Sin embargo, la falta de un re-ferente femenino que haya servido demotivacin a la actual hornada de depor-

    tistas no ha evitado la aparicin y eltriunfo de nuevas luchadoras, que nosolo deben luchar contra sus oponentes,sino tambin nadar contra corriente enuna sociedad todava muy machista de-portivamente hablando.

    Pero todo este esfuerzo noqueda en balde, ya que poco a poco lascosas van cambiando y pequeos gru-pos de la sociedad comienzan a valorara estas luchadoras cada vez menos an-nimas. Y este ha sido nuestro objetivo enestas jornadas dedicadas a la mujer: quelos nios y nias de hoy se den cuentade que el deporte no es solo cosa dehombres, y que en el futuro ellos siganapoyando a nuestras abnegadas depor-tistas.

    Departamento de educacin fsica. Alberto Lpez.

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    El Percano 25Revista IES Juan Sebastin Elcano

    Tandem venit amor, qualem texisse pudoriquam nudasse alicui sit mihi fama magis.

    Exorata meis illum Cytherea Camenisattulit in nostrum deposuitque sinum.

    Exsolvit promissa Venus: mea gaudia narret,dicetur si quis non habuisse sua.

    Non ego signatis quicquam mandare tabellis,ne legat id nemo quam meus ante, velim.

    taedet: cum digno digna fuisse ferar.

    Al fin me lleg el amor, y es tal que ocultarlo por pudorantes que desnudarlo a alguien, peor reputacin me diera.Citerea, vencida por los ruegos de mis Camenas,me lo trajo y lo coloc en mi regazo.Cumpli sus promesas Venus: que cuente mis alegrasquien diga que no las tuvo propias.Yo no querra confiar nada a las tablillas selladaspara que nadie antes que mi amor me lea, pero me encanta obrar contra la norma, fingir por el qu dirnme enoja: fuimos la una digna del otro, que digan eso.

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    [].

    Me parece igual a los dioses esehombre que ahora est frente a ti sentado,y tu dulce voz a tu lado escuchamientras le hablasy tu amable risa; lo cual, te juro, en mi pecho el alma saltar ha hecho:pues te miro apenas y mis palabrasya no me salen,se me queda rota la lengua y, suave,por la piel un fuego me corre al punto,por mis ojos ya nada veo, y oigoslo un zumbido,me destila un fro sudor, y enteraun temblor me apresa, y cual la pajaamarilla estoy, y mi muerte siento poco alejada.

    Sulpicia

    Safo de Lesbos

    Departamentos de Latn y Griego

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    divin

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    AdivinanzasEs una envoltura formada por dos piezastan unidas,que es lindo de ver: parecen los prpa-doscuando se cierran en el sueo.

    Si la hiende un cuchillo, diras que esuna pupilaa la que pone convexa el esfuerzo demirar.

    Y su interior podras compararlo al de laoreja,Por sus repliegues y escondrijos.

    Mi pupila rescata lo que est preso en lapgina:lo blanco a lo blanco y lo negro a lonegro.

    Es un fruto de forma esfrica, de agra-dable gusto,limentado por agua abundante en todoslos jardines.

    Ceido por el caparazn de su peciolo,pareceun rojo corazn de cordero entre las ga-rras de un buitre.

    Brillante como los rayos del sol:si le da el reflejo de una estrella del cielose ilumina.

    El orfebre se esmer en su labor,hasta verter oro en sus extremos.

    Parece un pequeo casco, agujereadopor las lanzas,y al que un tajo de espada arranc la ci-mera.

    Era una gacelita que mira con narcisos,alarga azucenas y sonre con margari-tas.

    Sus arracadas me hacen seas y susajorcas tienden la oreja para escuchar la meloda de sucinturn.

    Es negra y lbrega como la noche; os-cura en sus contornos, pero del todo tenebrosa en el centro.

    Y, mientras que ella es negra, las blan-cas flores la rodean por fuera, del mismo modo que la tintaest encerrada en un tintero de marfil.

    Es de color amarillo, como si llevase unatnica de narciso,y huele como el almizcle de penetrantearoma.

    Tiene el perfume de la amada y sumisma dureza de corazn;pero tiene el color del amante apasio-nado y macilento.

    Tena un vestido de pelusa cenicientaque revoloteaba sobre su liso cuerpo de oro.

    Y cuando se qued desnudo en mimano, sin ms que su camisa color de narciso,me hizo recordar a quien no puedo decir,y el ardor de mi aliento lo marchit entremis dedos.

    Las manos de la primavera la han amu-rallado encima de los tallos, sus castillos,castillos con almenas de plata y dondelos defensores,agrupados en torno al prncipe, tienen

    espadas de oro.

    Cada flor abra en la oscuridad su boca,buscando las ubres de la lluvia fecunda.

    Y los ejrcitos de las negras nubes, car-gadas de agua,desfilaban majestuosamente, armadascon los dorados sables del relmpago.

    Es una emigrante de otras tierras,pero viene a anunciarnos el buentiempo.cuando despliega sus alas de bano,descubriendo su cuerpo de marfil,y se re a carcajadas con su pico de sn-dalo.

    No hay mayor alcahuete que l, pues le-vanta los vestidosy descubre las partes ocultas del cuerpo,y ablanda la resistencia de las ramas,haciendo que se inclinena besar la faz de los estanques.

    Por eso los amantes lo emplean comotercero que lleva mensajes a sus amigos y enamo-rados.

    Levant los ojos hacia las estrellas, y lasestrellas,admiradas de tanta hermosura, perdie-ron pie, y se le fueron cayendo en la mejilla,donde con envidia las he visto ennegre-cerse.

    (Poemas arbigo-andaluces de los siglos XI y XII)

    SOLUCIONES ADIVINANZAS:1. La nuez; 2. La lectura; 3.

    La berenjena; 4. El limn; 5. La enamorada; 6. -----; 7. El

    membrillo; 8. La flor; 9. La lluvia; 10. La cigea; 11. El

    viento; 12. Las lgrimas

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    El Percano 25Revista IES Juan Sebastin Elcano

    por ti deshojara una orqudea, des-ho-ja-r-a una orqudea.

    te entregara los cuerpos celestesen una pecera,para que los coloquesjunto a esa pequea torre Eiffel.puede que me pierda por las noches,pero prefiero seguir la luz de tu cerilla al encender un cigarro.

    abrira las oscuras golondrinas por lamitad, como las manos ante Dios,para con su sangre teir el Mediterrneodel color de tus entraas.puede que no vuelvan nunca a la ciudadpero prefiero el aleteo de tus pestaasal mirarme a los ojos.

    por ti deshojara una orqudea,deshojara una or-qu-de-a,y sus blancos ptalos caeran en un marde hemates,bajo un cielo sin estrellas,

    convirtiendo por arte de alquimiael alba en atardecer.

    puede que la sociedad me castiguepor mis crmenes contra la belleza,pero deben comprender que soy unadictoa tu piel, al big bang de las mariposas,al parto de las flores,y slo bajo tu lengua encuentro mi refu-gio de pazmi hammam rabe, mi templo budista,con campanas repicando como serpien-tes de cascabel.

    en este mundo en el que, sin ti,incluso las cosas concebidas para serbellasfracasan en su intento de serlo,la luna sale cada noche por verte,las golondrinas vuelven para cantarte,y las orqudeas se deshojan por ti,se des-ho-jan por ti.

    Roberto Palacios Garrn. 2 de Bto. A Sarai Prez Vidal 2 ESO

    Manuel Jess Snchez Gonzlez. 2 B.

    Hace ms o menos 4 aos quenos conocimos, unos nios por as de-cirlo, y lo que empez con una simpleamistad hoy debo confesar que es unahistoria de amor como nunca he podidoimaginar.

    l no lo sabe, creo que ni seimagina que muero en suspiros por elamor que siento, hasta tal punto queduele.

    Su carcter, su sonrisa, su mi-rada y a la vez tan sensible Cuandoestoy a su lado siento proteccin y sque nada en este mundo podra hacercambiar mis pensamientos. Nunca creque podra enamorarme de l pero, cadada que pasa le quiero ms y slo piensoen los momentos que hemos pasadojuntos, esas tardes de primavera, esaspuestas de sol en verano y l sin sa-berlo, ajeno al amor que siento. S queno voy a encontrar a nadie como l y quesi le dejo marchar me arrepentir toda mivida. Debo reconocer que cuando noestoy a su lado siento que falta una partede mi ser. Ahora ya slo me queda es-perar y confiar en que algn da su cora-zn se abra y podamos compartir unamor que arropa cario, pasin y la es-peranza de que sea eterno.

    Por t deshojara una orqudea

    Carta deamor

    Cierto da de verano, mientrasel aburrimiento se apoderaba de m, algocegaba desde la mera lejana de unospasos. An no s si fueron tus ojos raja-dos, tus mejillas sonrosadas, o simple-mente tu esencia de rosal. Desdeentonces, vivo absorto y cautivado, in-merso en una burbuja tan irregular comoresistente. Siento como si un garfio mecondujera hacia ti. Dos fuerzas que seatraen como lo hacen la Luna y la Tierra.

    Pero estoy enteramente segurode que sus fuerzas sumadas son dimi-nutas ante el vigor de las nuestras. Tupoder de seduccin es tan intenso yfirme que cualquier ser hubiera cado entu juego de amor; pero he sido yo, el msdbil y desamparado ante ti. Y s, mecomplace lo que siento. Me privas desubsistir sin tu presencia, y lo quiero,siento unas ganas infinitas de pasarcada segundo contigo, y lo deseo, pue-des detestarme y no lo apreciar, porquete quiero, porque adoro cada maana enla que levantas la mirada y alumbras micorazn, por el deseo insaciable quesiento por tus dulces besos.

    Te tengo y te disfruto, gozo,vivo por ti. Eres el ser con quien quieropermanecer hasta lo infinito y lo indefi-nido, y ser la fiel sombra que sigue tu ca-mino sin pronunciar una sola palabra.

    Besndonos, acaricindonos,rozando nuestra piel, aproximndonoslentamente hasta transformarnos en unoslo. Cada noche sueo con ello, vibromientras siento cmo mis manos se pier-den sobre tu cuerpo, mis labios palpanlos tuyos mientras reflejan una ligerasonrisa, tus manos rozan suavemente mipecho, y yo no soy capaz de apartar lamirada de tus ojos. Los dos desnudos aoscuras, con la simple luz que nos ofrecela Luna en su mximo esplendor y con elbello sonido que produce la brisa alpasar sobre la ventana de nuestra mo-rada de amor. Amanecer con nuestrosbrazos entrelazados es mi mayor placer.

    Pero, si en el sueo desapare-ces, siento que el viejo Osiris se acercalentamente hacia m. Mi sangre se con-vierte en el glido corazn de un iceberg,ante mis ojos vaga una nube de polvodel color de la luna, el pelo se me vuelve

    nveo, acabo volvindome inmvil mien-tras perezco en el lmite del abismo,mientras advierto dos brillantes luces enla distancia. Son tus ojos, que poco apoco se alejan de m sin contemplacin.Cuando no est todo es diferente.

    Disculpa si te hago perder tutan preciado tiempo de princesa, porqueel fin de esta carta no es otro que implo-rarte algo. Dudo que un ser perfectocomo t permita a otro insignificantetanto como deseo; pero, realmente, meconformo con que me permitas contem-plarte cada vez que necesite un suspirode vida. Cuando mi alma se oscurezca,mi piel caiga como la de aquel reptil, mivista desaparezca, mis labios tenganms grietas que el Mulhacn, mis ms-culos endurezcan como el diamante quedestruye cristales con una simple cariciay mis msculos se atrofien, permtememirarte, es una necesidad.

    TE NECESITO

    -- Necesidad --

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    Pedro Ruz abri el cajn de su mesade trabajo y extrajo la enorme pila de papeles quetena metida en uno de los compartimentos de suarchivador. Pedro Ruz era historiador, y su tra-bajo consista en estudiar aquellos documentosque le haban enviado recientemente de un con-vento en reconstruccin en el sur de Len. Aque-llas cartas requeran de su estudio paraesclarecer las circunstancias del incendio quecasi destruy el convento en el ao 1860. Quizsno significaran nada, o quizs ayudasen en algo.Pero para ello, primero tendra que investigarlosa fondo. Pedro Ruz se encasquet sus enormes gafas, seafloj el cinturn alrededor de su protuberante ba-rriga, y comenz a leer con sumo cuidado aque-llas lneas mientras se rascaba su larga yganchuda nariz enrojecida.

    Al lector desconocido:Soy incapaz de aventurar siquiera

    sobre qu manos caern estas lneas, que en tanmalas horas me decido a escribir. Quizs las en-cuentre algn vagabundo que las aprovechecomo almohada o jergn, caso en el que inclusome sentir dichosa, pues ya serviran para algo;o quizs las hallen gentes de buen corazn quese apiaden de esta alma desesperada, las lean y,en cuyo caso espero, tomen mi historia comoejemplo para no caer en el mal hacer. De una ma-nera u otra, dicen que los pesares es mejorecharlos fuera para que no enracen en el interiory corrompan todo lo dems.

    Se preguntar, si es que vuestra mer-ced guarda inters, a qu me estoy refiriendo contoda esta palabrera sin sentido. Pues bien, he deremontarme diecinueve inviernos atrs, al mism-simo da de mi llegada al convento. Claro queesta parte de la historia me es sabida por narra-ciones odas a las hermanas, pues mi merced notena edad entonces para recordar. Cuando lonico que puede hacer mi merced es leer, comery suspirar entre estas cuatro paredes de las quesoy cautiva, comprenda usted que recuerde condetalle cada sobresalto que me acontece; puestoque son las nicas migajas de sabor de las quemi angustiosa vida es paladar.

    A mis odos lleg, pues tengo la malacostumbre de escuchar a escondidas, que apa-rec en el convento una noche de luna menguanteenvuelta en harapos. Dicen que Sor Beatriz,madre superiora de la orden en la cual me hecriado desde entonces, encontrndome en tal es-tado de pobreza y soledad, se apiad de m y medio amparo. Aunque a vuestra merced le puedaparecer que mis palabras son duras y tal vezcrueles contra la caridad de las hermanas, msfeliz se sentira mi ser en estos momentos si hu-biera muerto de fro o engullida por alguna ma-nada de lobos, en vez de encontrarme como lohago ahora, sola y enclaustrada sin otra compa-a que los libros que me trae Sor Virginia paraque pase las horas bajo la luz de un candil.

    Sepa vuestra merced, adems, queno me est permitido salir de los terrenos del con-vento. De hecho paso la mayor parte de mitiempo encerrada bajo llave en la habitacin quese me dio cuando era pequea, la cual sloposee un pequeo culo por el que apenas entrala luz del sol. Dicen que aqu no inoportuno anadie, por eso me encierran? Mi piel est blancacomo el marfil, parezco un espritu sobre los quetanto he ledo; acaso estoy muerta? Es ste miinfierno? Responder no sabra, puesto que co-nozco tan poco de la vida que transcurre fuera deestos muros de piedra que no s si lo que aqume ocurre es normal o no.En incontables ocasiones he comentado esto con

    la hermana Virginia, la nica a la que veo regular-mente, la misma que me ense a leer y que pa-rece sentir algn tipo de aprecio hacia mipersona.

    -Por qu no puedo salir? le ruego,clavando mis rodillas en el suelo-. Djame cabal-gar a lomos de una jaca por los campos y loshuertos. No escapar! Dnde ira, hermana Vir-ginia? Nadie me quiere y no tengo hogar msque ste! Cules son vuestros temores? Cu-les deberan de ser los mos para desear estaraqu y no salir, no ver el sol, la hierba verde y lospjaros cantando, que slo puedo or desde miventana?

    -Interrumpiras a las demshermanas, Anglica. Sabes que con tus saltos ycabriolas mareas hasta al Santo Padre me dicesiempre-. Cuando madures y sepas comportarte,saldrs. No puedes esperar a que sea tu horade paseo?

    -Permteme al menos salir de estahabitacin! contino-. Me sentar en la capilla yrezar, pero al menos no estar aqu encerrada.Tengo las piernas agarrotadas, la vista cansaday empiezo a notar que me duelen los huesos! D-jame salir, te lo suplico.

    Pero nunca me hace caso. Se sacudemis inquietas manos de su hbito, me deja la ban-deja de comida sobre la desgastada mesa depino que hay en el rincn y sale de nuevo ce-rrando la puerta.

    Slo se me permite salir de noche,cuando la luna reina en el cielo y todas las monjasya han rezado sus rosarios. Sor Virginia viene yme abre la puerta. A mi lado me acompaa, mscomo guarda que como amiga o compaera, yme conduce a la capilla para que pueda rezarante la imagen de Dios. Terminadas mis oracio-nes, me deja salir por la puerta de la cocina ypuedo respirar el aire puro del exterior. Cuandoest de buen humor y me he portado bien, melleva a los establos y permite que cepille a las ye-guas, e incluso que las alimente. Me gustanmucho los caballos, no s por qu no me dejanque me encargue de ellos, cuando ahorraramucho tiempo a las hermanas y yo lo hara consumo gusto.

    Espero hallar alguna vez, sin em-bargo, la razn por la cual soy tratada de estaforma. Quizs haya hecho algo que Dios noapruebe, lo cual dudo porque salvo escaparmede mi habitacin alguna vez no he hecho nadams que pueda ser considerado pecaminoso. Aveces pienso que nunca deb nacer, o incluso quemi madre, sepa Dios dnde se encuentra, debiquitarme la vida en vez de abandonarme, pueshasta el Limbo mejor debe ser que este lugar.

    Sepa usted, lector desconocido, queslo en dos ocasiones he desobedecido las rde-nes que se me imponen. La primera ocurrisiendo yo muy pequea. Result que al venir SorVirginia con mi almuerzo, fue a abrir la puerta, yyo, que estaba tras sta, la cerr sin querer, vol-cando el contenido del cuenco sobre sus ropajes.El susto y el dolor que la comida caliente le causa la hermana fue tal, que corriendo y gritando sealej hacia sus aposentos y dej la puerta de mihabitacin abierta.

    Recuerdo que sonre como una boba-licona cuando vi que el mundo se abra ante mcomo las tapas del libro que ahora yaca en elsuelo, pringado de caldo y habichuelas. Era yopequea, y mi curiosidad demasiado grande. De-ambul risuea por los corredores del convento,abriendo puertas y bajando y subiendo escalerasque jams haba visto. Entonces llegu a la co-cina. Estaban todas las hermanas juntas, ha-blando entre ellas mientras se llevaban grandesrebanadas de pan a la boca, porciones de queso,patatas sent cmo se me derreta la boca, sa-biendo que yo solo tomaba restos de aquellosguisos que adornaban con abundancia la mesa.Ahora, que ni el hambre ni la conmocin me cie-gan, soy conocedora de que no haba tanta co-mida aquel da, sino que fueron mis sentidos que

    me engaaron y me hicieron creer lo que no era. Acostumbrada como estaba a ver a

    las hermanas una vez al da, cada una en sus la-bores sin apenas levantar la vista para mirarme,temerosas de que algn mal incierto para m re-cayese sobre ellas, me sorprend ante semejantevisin. No era todo soledad, silencio y tristeza!Haba algo ms! Fue la primera vez que me plan-te por qu viva yo apartada y sola si aquellasmujeres -porque ahora s me pareca mujeres conaquellas sonrisas brillando en sus labios- vivande una manera tan distinta a la ma. Haba redoyo alguna vez igual? Nunca, ni siquiera ahora,que tan lejano el recuerdo parece en mi memoria,sonro as.

    Estuve mucho tiempo observndolasa travs del quicio de la puerta, escuchando susvoces, sus conversaciones que tan distintas erana las que yo lea en los libros, sus gestos... Muy pronto, demasiado pronto a mi ingenuo pa-recer, lleg Sor Virginia para romper de un guan-tazo mi ensimismamiento. Grit que no debahaber salido, que tendra que haberla esperadoen mi cuarto. Me dijo que era mala. No quise cre-erla entonces, ni tampoco lo hago ahora. Soymala por querer comer en la misma mesa que lashermanas, por querer hablarles? Por no quererestar sola? Me es inconcebible.

    Sin embargo, desde aquel da, busqula forma de presenciar las comidas de las monjasen alguna que otra ocasin. Viva obsesionadacon el simple hecho de un almuerzo en compaade otras mujeres. Dolores de estmago, de ca-beza, cadas inoportunas que me desollaban lasrodillas con la dura piedra hacan que Sor Virginiame llevase a la enfermera y, aunque de un vis-tazo, pudiera vislumbrar y or el tumulto del co-medor. Las visitas a la hermana Julia, laenfermera, eran cortas, ya que poco saba de me-dicina si es que saba algo. Me daba algunas pal-maditas y me mandaba de vuelta a la habitacin,siempre escoltada por la hermana Virginia. Eraextraa la forma en la que era tratada por lasmonjas, salvo por Virginia, como si fuera yo unaalimaa salvaje que pudiera transmitir la rabiacon slo cruzarse en mi camino.

    Hubieron de pasar muchos aos hastaque volviera a desobedecer a la hermana Virgi-nia, ya que sus represalias fueron nefastas parami ya amarga existencia. No slo se neg atraerme libros por mucho tiempo, sino que se abs-tuvo de venir a verme salvo a la hora de las comi-das, y pasaron muchos meses hasta que volv amis paseos nocturnos. Pero no fue suficiente.Siempre he sido fiel, dcil como una cordera, peromi ser estaba vido de libertad y respuestas.Leer, en vez de aplacarme, avivaba mis ansias desaber qu haba al otro lado del bosque que rode-aba al convento. Saba que haba una poblacincerca, pues la hermana Carmina sala cada dacon la yegua y volva por la noche cargada de bol-sas y mercancas que traa de aqul lugar. Yo de-seaba conocerlo con todo el poder de mi corazn.Cuntas veces me habr dejado la garganta ensuplicarle a la hermana Virginia que me llevara!Cuntos agujeros le habr hecho a mi vestidoarrastrndome por el suelo de rodillas, suplicn-dole como una pordiosera! Mas, lloros y desen-gaos es lo nico que he conseguido.

    No se imagina usted, mi desconocidoconfesor, cun horrible es mi vida, por lo cual nocreo que pueda comprender el porqu de misactos; y de ser as muy segura estoy que habraintentado su merced lo mismo.

    Aguard una noche a que la hermanaVirginia viniese en mi bsqueda para llevarme arezar y a dar mi acostumbrado paseo por los al-rededores. Mientras rezaba en la capilla, tom laresolucin de huir, pues los deseos de mi coraznnublaron mi mente y ni siquiera pens en las con-secuencias que aquello conllevara. Cuando estu-vimos en los establos, distraje a la hermana paraque me dejase sola un momento, en el que apro-vech para ensillar una yegua de crines negras ala que siempre sola cepillar. Jams haba mon-

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    El Percano 25Revista IES Juan Sebastin Elcanotado a caballo, pero en alguna ocasin haba vistocmo lo haca la hermana Carmina y puse todomi empeo en imitarla. Con dos fuertes patadas,espole a la yegua y sta sali al galope de lascuadras.

    Recuerdo, aunque con cierta pesa-dumbre pero sin remordimientos, cmo mis cabe-llos me sacudieron la cara y la espalda, agitadospor el viento fro de la noche, cmo se balance-aba mi cuerpo sobre los fuertes msculos del ani-mal y cmo atraves las puertas del establo bajola horrorizada mirada de Sor Virginia. Cabalgualrededor de los terrenos del convento con el so-nido de un agudo grito y los cascos de la yegua amis espaldas, hasta que llegu a un cerco desetos que el animal salt sin problemas. Ante m,como un muro de sombras, oscuridad y terror seextenda un bosque de rboles bajos y frondosascopas danzantes. Pero, lejos de preocuparme laoscuridad, me preguntaba... Qu sera de mahora? Ya era libre pero Adnde ir?

    Espoleando a la yegua me intern enel bosque y dej atrs a la hermana Virginia quean gritaba como una poseda, mi habitacin enel claustro y todos mis libros. La oscuridad me en-volvi y me sent sola y desamparada comonunca me haba sentido. Crame cuando le digoque jams he pasado tanto miedo como enton-ces. Recuerdo las ramas de los rboles araarmeen la oscuridad y rasgar mi vestido como alima-as de largas garras; mi pelo enredndose en lashojas y mi rostro cubierto de lgrimas de deses-peracin. Pasaron largas horas, pero el bosque pareca acada paso ms espeso y no se vea su fin por nin-guna parte. Lleg a hacer tanto fro que cre quemorira congelada, sin embargo, Dios an guar-daba un tormento peor para mi persona. Tal supli-cio fue precedido por el glido y prolongadoaullido de un lobo.

    Not su presencia cuando la yegua,inquieta, relinch y se elev sobre sus patas tra-seras sacudindome como una vulgar marioneta.Cinco fantasmas de colores grises y blancos apa-recieron, mostrndome sus colmillos y emitiendoun sonido gutural y amenazador que recordarhasta la muerte. Cre ver en ellos al mismo demo-nio que decoraba el tmpano de la fachada delconvento: sus garras, su silueta, su hambrientamirada. Fui consciente desde el momento en quecomenzaron a rodearme, de que me arrancaranalgo ms que el alma si conseguan atraparme.

    Aullaron, ansiosos por clavar sus dien-tes en mi fina piel. El pnico y el fro me habanparalizado, pero supe que no poda quedarmeall; no tuve que hacer nada, pues la yegua lo hizopor m: Se encabrit y sacudi con sus potentescascos a la bestia que ms cerca tena. Aull stacomo si le hubieran partido las costillas (caso queno descarto pues el golpe fue muy certero). Echa correr la yegua entre los arbustos como almaque lleva el diablo. Perd en la carrera parte de mivestido, desgarrado por las zarzas, mas no meimport, pues me sent ms ligera y grcil a lahora de esquivar los rboles y los arbustos que ami lado volaban.

    Corrieron los lobos tras de m, gru-endo y babeando, con una agilidad de espanto.Pronto estuvieron a mi altura. Los vea pasar, fu-gaces, entre rbol y rbol, lanzando dentelladas ala yegua, que resoplaba sin detenerse, saltandorocas y races. Una de las bestias se lanz a loscuartos traseros de mi montura y clav sus garrasen su dura piel. Se par en seco y ca al hmedosuelo. El golpe me hizo sentir el sabor de la san-gre caliente en mis la labios, causa de una dente-llada que me hizo morderme la lengua, y mi tobillose torci como un tallo bajo mi peso. Aull, me in-corpor y volv a caer ante mis verdugos, sin-dome imposible moverme, mientras la yegua,asustada y herida, corra lejos de m, relinchandoen la oscuridad. Dos de los demonios la persi-guieron, perdindose de vista, pero otros dos co-menzaron a girar a mi alrededor, relamiendo sustemibles fauces y tanteando el suelo bajo sus

    patas. Mientras, yo buscaba una forma de esca-par, vibrando todo mi ser de pnico.

    Mis manos tantearon una rama des-prendida y la asieron con toda la fuerza que pudereunir, mientras aquellas bestias se preparabanpara atacarme. Supe que iba a morir en el mis-msimo momento en el que una de ellas saltabasobre m, clavndome las garras en los hombros.Ambas rodamos por la tierra fra como en unagrotesca danza del infierno. Proteg mi rostro conla rama, metindosela en la boca justo cuando laabri para morderme. Forceje por el suelo, gi-miendo y llorando, mientras la sangre roja y pega-josa corra por mi espalda y mis brazos. Aguantarno poda las embestidas del animal, pues nfimaseran mis fuerzas y gigantescas las suyas. Ade-ms, la otra fiera rondaba a nuestro alrededor, es-perando su relevo en la batalla. Pude zafarme desu peligroso abrazo gracias a una protuberanciapuntiaguda de la rama, pues al asestarle un man-doble con ella en la cara al animal, le atraves unojo. Su sangre me salpic en la cara. Aull la bestia y huy, pero antes siquiera depoder recobrar el aliento, salt la otra sobre m y,al caer, dio mi cabeza con una roca.

    Sent los colmillos desgarrarme elbrazo izquierdo, not el dolor intenso que me hizoperder la razn y, justo antes de desvanecerme,se produjo un estallido ensordecedor muy cercade m, desprendiendo tal calor que cre que-marme viva. Era mi muerte! Al fin descenda alinfierno! Aquellos brazos que me levantaban envilo deban ser los del mismsimo demonio.

    No, lector desconocido. No lo eranpues, de ser as, no podra yo escribir ahora estaslneas. Despert en mi habitacin, con doloresque me recorran la espalda, la cabeza y el brazo,y llena de vendas que me cubran las heridas. Ami lado estaba Sor Virginia y Sor Julia, la enfer-mera, ambas con la preocupacin cincelada ensus semblantes, acompaadas de la Madre Su-periora y un joven que estaba cubierto de sangre;todos me miraban con el ceo fruncido. Era la pri-mera vez que vea a un hombre. S que no debe-ra decir esto, pero sinti mi ser una felicidad pordentro como nunca antes haba sentido. Soy unamujer caprichosa, y desde aquel da no dej desoar con mi prncipe azul de cuento. An hoy,sin embargo, sigo esperando a que el joven lle-gue a buscarme y me saque de este agujero.

    Result, muy seor mo, que estandoa punto de matarme el lobo, me encontr el jovencazador que yaca junto a mi lecho, y dispar demodo certero contra la bestia, matndola y sal-vndome de mi descenso prematuro a los infier-nos. No muy lejos de all encontr a mi jaca, memont sobre ella y me llev de vuelta al convento.En cierto modo le estar eternamente agrade-cida, sabiendo que de no ser por l estara ardiendo en las llamas eternas; pero es de mipesar estar de nuevo entre estos muros. Desdeentonces mi encierro es casi total, pues salgoslo de noche como ya seal antes, y veo a lahermana Virginia slo cuando me trae la comida.No he vuelto a ver ni un slo libro desde aquellanoche, por lo que he decidido escribir mis propiashistorias. Una de ellas es la ma propia, y es laque est usted leyendo en estos momentos. Sisoy buena o no en mi hacer, ya no es cosa ma,pues slo busco matar el aburrimiento que me co-rroe cada da y a cada hora.

    Con esto acabo mi carta, con una lla-mada de socorro para usted, lector, por si fuerecapaz de ayudarme, que por Dios lo haga.

    La libertad es mi mayor deseo: aban-donar este lugar para no volver nunca. Hasta en-tonces, guardar este escrito bajo una losa quehay bajo mi cama, junto con otras pertenenciasque cuido con todo mi corazn, para algn dapoder entregarla a alguna hermana que se prestea ayudarme y que la filtre a quien en sus manostenga el rescatarme.

    Anglica. Pedro Ruz bostez sonoramente mientras de-jaba el documento sobre la mesa. Lo haba ledo

    tres veces y no haba sacado mucho en claro,salvo que aquella muchacha haba vivido cautivatoda su vida. Habra muerto en el incendio? Seencogi de hombros y sac un segundo docu-mento de su archivador. ste era mucho mscorto y adems estaba en mejores condiciones.Pedro Ruz desconoca su procedencia, perosaba que guardaba relacin con el anterior, puesambos haban llegado juntos. Sin perder mstiempo, comenz a leer el documento poniendoespecial inters en la extraa caligrafa y en ladesigualdad de sus lneas.

    Excelentsimo Alcalde: A sabiendas de que es usted catlico

    y practicante, como hombre de buena familia a laque pertenece, debo hacerle saber que extraosy pecaminosos asuntos se estn tratando en elconvento de Nuestra Seora, all en el monte.Soy conocedor, de primera mano, pues soy pro-tagonista de algunos de los captulos que all sesucedieron, de que una de las monjas del con-vento, a saber: Sor Virginia Buenarosa, mantuvorelaciones carnales con uno de los mozos de cua-dra que trabajaban hace veinte aos en el con-vento. Fruto de esta unin naci una nia que lamonja mantuvo en secreto y que ha tratado,desde su nacimiento, sin piedad alguna, cuandola pobre es ms santa que mi difunta madre queusted bien conoca.

    Har cosa de cinco meses, iba por elbosque, pues sabe usted que soy cazador, y meencontr en medio de mi trabajo con la pobre mu-chacha siendo atacada por una manada de loboshambrientos. Tras rescatarla y llevarla de vuelta alconvento, fui sabedor gracias a la caridad de unade las hermanas, cuyo nombre mantendr en se-creto, todo lo que ahora acabo de contarle. Todaslas hermanas del convento saben de la existenciade semejante barbaridad, pero se hacen las cie-gas y las sordas por miedo a las represalias quela Madre Beatriz tome contra ellas, pues Sor Vir-ginia goza de su completa proteccin.

    Este hecho es muestra de la maldadde la hermana Virginia, que en vez de hacer a lajoven monja del convento y tratarla como a unams, la desprecia por considerarla impura,cuando la impura es ella y su tirnica Madre Su-periora. Le cuento esto porque ha de saber que,ciego de ira ante tanta injusticia, me presenthace dos semanas en el convento y exig lle-varme a la muchacha conmigo. Al principio menegaron mi peticin, pero hube de recurrir a lasamenazas y, al final, a la fuerza para conseguirmi propsito, y hoy en da Anglica vive conmigocomo ya todo el mundo sabe; felizmente casados.

    Lo que pido es, seor Alcalde, quetome cartas en el asunto y no perdone semejanteafrenta cometida contra mi esposa, ya que eldolor y el trastorno causados en ella son visiblesa simple vista, y que castigue a las hermanas delconvento informando a las autoridades clericalesnecesarias.

    A su servicio, Federico Cazalobos.

    Pedro Ruz dej la carta sobre lamesa y se dirigi a la mquina de caf que tenainstalada en la esquina de su pequeo despacho.Era la una de la madrugada, y si quera acabarcon su trabajo antes del da siguiente para entre-garlo a tiempo, tena que estar despierto. Colo-cando los documentos en orden sobre suescritorio, sonri al saberse conocedor del finalde toda la historia. En ocasiones, Pedro Ruzamaba su trabajo.

    En ocasiones, Pedro Ruz senta quepoda conocerlo todo, no importase la poca en laque sucediera ni las circunstancias, y aquello lehaca feliz. Con un hondo suspiro de satisfaccin,se recost de nuevo en su silln para repasar va-rias veces ms aquella extraa historia de intriga,desesperacin y, finalmente, amor.

    Carlos Montao, 2 Bto.

  • El Percano 25 Revista IES Juan Sebastin ElcanoRe

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    El guerrero sac la espada desu vientre tomndola por la hoja con lamisma indiferencia con que la hubieradesenvainado. Intent hacerse una ideadel tiempo que haba transcurrido desdeque se adentr en aquella gruta, pero elcansancio y la oscuridad se lo impidie-ron. Por el dolor punzante en el cuello yel hormigueo de los pies, supuso que es-taba sentado sobre los talones apo-yando la espalda en alguna roca. Pensque lo que senta deslizarse por sus pier-nas era demasiado espeso para sudor,pero poco para sangre, y comprendique, en una oscuridad tan absoluta,hasta podra estar muerto sin saberlo.Entonces palp las cuencas de sus ojoscomo para asegurarse de que an lostena, y se levant.

    Una telaraa le roz la cara y,al apartarla con la mano, sinti un hiloenredarse entre sus dedos.

    --La dama!--, susurr, y co-menz a tirar suavemente del hilo comoquien tira de una presa demasiado va-liosa para perderla.

    Cuando el hilo se tens, convir-tindose l mismo en la presa, empez aavanzar hacia el otro lado reliando a lavez el hilo en su mueca.

    El camino se le hizo eterno,pero la sola visin del paisaje a la salidade la gruta, al borde de un acantilado, locompens. Una lluvia incandescentecaa sobre el mar dibujando majestuosassombras en el horizonte. Las nubes ocul-taban el ocaso, sumergiendo la morte-cina luz roja del crepsculo en un mar deoscuridad que, sin embargo, brillaba ex-traamente en su centro como el cora-

    zn de un animal agonizante.En tiempos de la Gran Dama

    de la Noche, la Sacerdotisa de la Luna,el ritual del anochecer haca brotar lla-mas de la espuma que las olas arrojabansobre las rocas, convirtiendo el acanti-lado en una versin escultrica de la au-rora boreal. Sin embargo, la damaestaba hoy all, pero de rodillas, comoqueriendo apagar con sus lgrimastodas las llamas del infierno.

    El guerrero observ a lo lejos,iluminada por la luz de un rayo, una navede velas negras que se alejaba en el ho-rizonte. Luego se volvi y dio un largosuspiro. Sacudi bruscamente la cabeza

    a ambos lados como queriendo expulsarde ella dolorosos pensamientos y, consolo tres pasos cortos, se interpuso entrela dama y el acantilado, diciendo:

    -- Tu felicidad, y la ma, pendande este hilo, y se ha roto por amboslados.

    -- Ests herido --, dijo ella, sinsorpresa, como si lo hubiera estado es-perando.

    -- El pecho y la espada --, sen-tenci el guerrero,-- son por igual dueosde la herida. T tambin tienes tu herida.Te ha abandonado, no?

    Ella baj la mirada y dos lgri-mas brotaron simultneamente de susojos. Sin mirarla siquiera, el guerrerolanz el ovillo al regazo de la dama, ydijo:

    -- No se puede atar a quien yano ama.

    Y luego, arrojando al suelo laespada:

    -- Ni matar a quien ya no vive.Te acordaste alguna vez de m en todoeste tiempo?

    Y, al decir esto, el guerrero sevolvi hacia el mar tan bruscamente quela dama comprendi que ya no era ella lanica que lloraba.

    Tras un momento que a ladama le pareci interminable, el guerrerodej de mirar al horizonte, se volvi, ydijo:

    -- Para m tu olvido ha sido peorque la muerte. Pero ahora l te ha olvi-dado a ti. Una niebla cubre su mente. Yano te conoce, ni nunca te conoci. Sefue. Ya lo nico que ama es el humo desu patria. Seguro que ya ha olvidado ellaberinto y con qu fin viaj a nuestra tie-rra. Ahora slo ve lo que se extiendeante la proa de su nave.

    La dama no contest, pero yano lloraba. Slo cerr los ojos y se des-plom inconsciente sobre el duro lechode roca, en el que qued como dormida.

    Mientras volva a su gruta, elguerrero contempl por ltima vez la be-lleza de su pecho, desnudo hasta la cin-tura, de su cuello, que se inclinaba haciaatrs, y su delicada garganta.

  • por nicos testigos de su pena olas y peas-cos insensibles. / Pobre dama, pobre dama:su sufrimiento no tendr fin / mientras, en sucorazn, del prfido amante arda la llama.>>

    De la ribera del bosque, deentre lo rboles y la maleza, salieron,bailando unos con otros, un grupo demuchachos y muchachas que, nada msver a la mujer tendida en la playa, inte-rrumpi su danza. Al instante, surgi deentre ellos un joven esbelto vestido defina prpura y coronado de hiedra, conuna leve cornamenta en sus sienes, queexclam:

    -- En verdad parezco un bos-que y una noche de rboles tenebrosos,ms quien no se asuste de m, hallarrosas entre mis cipreses!

    Sin percatarse de la presenciade la dama, tom del brazo a dos de lasmuchachas y las arrastr hacia la arenade la playa:

    -- Seguid! Seguid danzando,encantadoras chiquillas de finos tobillos!Despertad al diocesillo que yace dor-mido junto al manantial de mi alma!

    Y luego, mirando al cielo:-- Despierta, nio alado!, qu

    te pasa?, acaso corriste demasiadotras las mariposas?

    Entonces mir hacia atrs y vioa la dama tendida sobre las rocas de laplaya. Intrigado, se acerc y, despus dedar una vuelta completa a su alrededor,se arrodill murmurando:

    -- Cmo dormida ha llegadoLa Belleza a la espumosa orilla de estacosta resonante? Qu hermosa es! Msfrtil que la cebada. Su pelo como la cer-veza, trenzando es la cola de un len. Sutocado, una diadema de estrellas. Cunbella es!, y qu suave su respiracin...

    De repente se levant y, al-zando los brazos al cielo, dijo emocio-nado:

    -- Gracias, diocesillo! Graciaspor convertir mi alma en una fuente can-tarina!

    Luego, aproximndose denuevo a la dama, hasta detenerse muy

    cerca de su cara, dijo:-- He visto refulgir tres

    estrellas en tus ojos nocturnos.Las lenguas huidizas, volado-ras, de tus cabellos han llame-ado hacia m, y han prendidofuego a mi corazn. Eres unareina? Una constelacin?Una diosa?... Slo yo squin eres! Tienes las orejaspequeas, como las mas.Ahora ser yo tu laberinto. Tslo duerme.

    Y, levantndose de unsalto, se dirigi eufrico a sucomitiva:

    -- No toquis, mucha-chas, vuestros cmbalos ni can-tis evoh. Callad, muchachos,vuestras flautas. Y t, Pan,

    detn tu danza. Qu nadie perturbe elsueo de esta diosa!

    Al or esto, el grupo se volvi ainternar resignado en el bosque, dejandosolo a su seor arrodillado de nuevo muycerca de la dama, murmurando:

    -- Yo har que a ti tambin tereconforte el olvido. Soplarsobre ti como sobre un maragitado, del que apartartodas las nubes. Alejar de tiel polvo, las telaraas y la pe-numbra. Te mostrar des-nuda ante los ojos del Solpara que derrame sobre tisus rayos, y crezcas comouna via, rica, grvida, conlas ubres hinchadas de den-sos y dorados racimos.Jams querr engendrarhijos en otra mujer que t,pues ya te amo!

    EPLOGO:Turn, principios de enero de

    1889. Un filsofo loco pasea por laPiazza Carlo Alberto, preso de una euf-rica exaltacin, deseoso de abrazar ybesar a todo el mundo. Acaba de termi-nar su ltima obra, Nietzsche contraWagner, y parece querer celebrarlo. Pal-mea el hombro a los viandantes (siamocontenti?), tararea su msica favorita,entablilla con su pauelo la pata rota deun perrillo accidentado, y acaba el dallorando desconsoladamente, abrazadoal cuello de un caballo maltratado por sudueo por no poder seguir arrastrandosu carga.

    Antes de ser conducido a unsanatorio mental, ha dejado escritas tresextraas misivas. En una afirma quecierto bufn divino acaba de concluir enesos das unos ditirmbicos poemas. Enotra dice a su amigo Buckhard: "Ahora,junto con Ariadna, soy el equilibrio ureode todas las cosas". Y en la ltima, diri-gida a Csima Wagner, la mujer del gran compositor, dice escuetamente:"Ariadna, te quiero. Firma: Dionisos".

    Relat

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    El Percano 25Revista IES Juan Sebastin Elcano

    NGEL M. LORENZO (2009)ilustraciones de Jorge Selfa

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    Aprovechando que larevista El Percano dedica sunmero a la mujer, me he reu-nido con mi profesora y amigaInma Lobato, una bailaora deprimera, para hablar de la ac-tualidad, la vida y esas cosasque roban su corazn y conec-tan con sus emociones.

    A pesar de su apretadaagenda, Inma siempre tiene tiempopara una buena conversacin entreamigas. El lugar elegido es el CafDueas, por supuesto por la ma-ana, ya que las tardes las ocupa enformar a sanluqueas en el arte delbaile y de la vida. Llega puntualcomo siempre y con la especial ele-gancia que la caracteriza. Tras unsaludo carioso y al calor de unataza de caf, me dispongo a escu-charla.

    Toda una vida dedicada albaile, qu tres cosas te han en-seado todos estos aos?

    Sobre todo he aprendido avivir con dignidad, ser una personantegra: mantener mis principios, lu-char por mis ideas, siempre deacuerdo con mi corazn y por fina reconocer el valor del ser humanocon sus miserias y sus alegras.

    De Aula Municipal a La Ar-gentinita, qu cosas han cam-biado desde entonces?

    La escuela, el aula munici-pal, empez en 1992 y as funcionhasta 1997. Hubo una reestructura-cin en las aulas municipales y ungrupo de alumnas crean una Asocia-cin. El Ayuntamiento cede el localy nosotros y la Asociacin gestiona-mos el Aula. A partir de ah hemosfuncionando muy bien, porque

    somos un grupo de personas, ami-gos, muy competentes y responsa-bles. Concebimos la cultura de lamisma manera. Estamos en la JuntaDirectiva las mismas personasdesde 1997. Nos une una relacin

    personal muy bonita. Adems tene-mos las mismas aficiones y nos reu-nimos casi todos los fines desemana. Seguimos viajando juntos yorganizando actividades. La Argen-tinita ha hecho un trabajo muy bo-nito, por la que tenemos unafelicitacin del Ministerio de Cultura,un telegrama de Carmen Calvo re-conociendo nuestra labor.

    Tenemos, de parte de la

    Junta de Andaluca, la calificacin deactividad recomendable para la for-macin de los nios y nias. Tam-bin me llena de orgullo elreconocimiento de buques insigniasde la danza, nmeros uno como Ma-tilde Coral, Manolo Marn y otrasgrandes figuras del flamenco. Ellosapoyan y apadrinan la labor que es-tamos haciendo en Sanlcar, lo quecertifica la calidad de nuestra ense-anza.

    Y, de Sanlcar a Eslove-nia, qu te ha aportado estepas?

    En mi vida ha habido unantes y un despus de mi ida a Es-lovenia. Yo me encontr con una re-alidad que me recordaba a lo quemis padres contaban de la posgue-rra: racionamiento, no poder com-prar nada aunque se tuvieradinero En Eslovenia y, sobre todoen Bosnia he tomado por las nochemigotes, leche con harina de maz.No hay fruta. Es una pena, porqueen estos pases hay joyas de paisa-jes, lugares preciosos pero llenos deminas. Son cerca de doscientas mu-jeres a las que enseo a bailar. Sonpersonas rotas, que no se comuni-can, no se relacionan. Nuestra labores hacerlas salir de su dolor. Hanperdido a seres queridos y viven enun mundo donde da igual vivir o no.

    Inma Lobato

    QUIN ES?Bailaora, 43 aos, estudi con MatildeCoral y lleva, tras ser fundadora del AulaMunicipal de Danza, 12 aos con laASOCIACIN CULTURAL DE DANZALA ARGENTINITA y 10 aos ense-ando en el extranjero.

    TRES PALABRAS QUE LA DEFINENDirecta, profesional y flamenca.

    SU LTIMA AVENTURAEn 2009 en Senegal, donde estuvo enun poblado llamado Pallseck en el queno haban visto nunca a una mujerblanca.

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    El Percano 25Revista IES Juan Sebastin ElcanoHacemos ejercicios de relajacin yestiramiento, tocamos las castaue-las y nos ponemos a bailar. Pasa-mos cinco horas diarias juntas ya veces nos encontramos en lacalle y nos ponemos a bailar. Po-nemos los medios para quecuando yo me venga sigan bai-lando, reunindose tres veces ala semana, que tengan una ilu-sin, que compartan algo quehacer que no sea recrearse en elpasado.

    Qu te da la felicidad:el reconocimiento de tus alum-nas, una tarde con tu sobrino,un espectculo redondo o par-ticipar como profesora en unmster?

    Pues de todo un poco:como no he tenido hijos, misnias y mis sobrinos son siempremi alegra; el arte es un blsamopara mi alma; y el ser profesorade un mster en MuseografaCreativa me ha descubierto unnuevo campo de emociones ysensaciones. Explicarles el espa-cio a arquitectos y delineantes esuna experiencia especial. Elloscrean viviendas, pero cuando en-tran por primera vez en su propia vi-vienda, la primera vivienda quesomos nosotros mismos, no la habi-tamos. No respiramos, no nos senti-mos, no nos escuchamos.

    A una mala racha, cmole plantas cara?

    Este ao precisamente hepasado una mala racha, y le plantocara, porque tengo fe y confianza,soy creyente. Tengo la concienciatranquila de haber hecho un trabajodigno, honesto valiente Soy opti-mista y trabajadora, y la disciplinaque me aporta la danza me ayuda aafrontar cualquier problema.

    Cul es el ltimo regaloque te has hecho?

    A m?, yo a m misma?No!, no!, disfruto ms hacindose-los a los dems.

    Qu te ayuda a desco-nectar?

    La naturaleza y el silencio.Si tuvieras que elegir un

    momento de tu carreraCuando me titul, el 16 de

    junio de 1990. Fue un sueo. Nadiecrea en lo que estaba haciendo. Yofui la primera persona que comenca bailar de ese modo en Sanlcar.Bailar se consideraba algo como demujer pblica. Mi madre lloraba. No

    se saba que existan conservatoriosde danza. No haba ni zapatillas deballet.

    Cul es el mejor consejoque te han dado?

    Cuando entr en el campolaboral me dijo mi padre: Hastaahora t has sido la hija de Pepe Lo-bato, y he procurado que t no teavergonzaras de m. A partir deahora yo ser el padre de Inma Lo-bato, procura que donde yo vayanada ms que escuche cosas satis-factorias de ti.

    Cundo dijiste, quieroser bailaora?

    Siempre. Siempre he que-rido bailar. En la Plaza de SanRoque, en el quiosco de Isidoro,cuando llegaba del colegio, en dasde cumpleaos Tena una colec-cin de palillos, los de plstico decolor limn eran mis favoritosLepeda permiso a mi madre para po-nerme los zapatos de tacones paratocar los palillos. De chica fui a verLa Violetera y le dije a mi madre eldomingo, antes de salir de paseo,que quera un moo bajo con lasorejas tapadas y la raya en mediocomo Sara Montiel. Yo tena enton-ces tres aos!

    Como mujer trabajadora ybailaora, qu crees que aportasa esta sociedad?

    Yo estoy convencida de lo

    que hago. Yo s que el baile es tera-putico y la msica cura. Lo he com-probado en m misma. Los

    beneficios de la danza son evi-dentes: mejora de la de la res-piracin, relajacin, estar enarmona consigo mismo.Cuando respetas tu cuerpo, lanaturaleza eso te da unabase, una estructura sobre laque una persona puede cre-cer.

    Eres purista o crees en laevolucin del flamenco?

    Bsicamente purista, aun-que considero que el boom delflamenco a nivel mundial tienemuchos beneficios, porquenos conocen en todo el uni-verso. Pero si nosotros no con-servamos nuestro patrimonio,eso se puede ir desvirtuando.Se necesita alguien que man-tenga la base, las esencias.Evidentemente hay que ir evo-lucionando y existen las fusio-nes. Pero siempre tendr quehaber una escuela ortodoxa.Sin ir ms lejos, estn las sevi-llanas. Ahora se bailan sevilla-nas por buleras, con

    sombrero No, eso no es as! Lassevillanas estn estipuladas Ladanza, es un lenguaje corporal queest registrado por siglos y no sepuede cambiar, como las palabrasdel diccionario.

    Un personaje que te hayamarcado

    A nivel profesional, mi profe-sora evidentemente. Matilde Coralme ha formado, me ha modelado.Cada maestro, profesor tiene en susmanos el barro, como el alfarero.Aunque tambin soy fruto de la edu-cacin que me han dado mis padresy mis maestros, desde mi profesorade preescolar

    Aprendes de tus alum-nas?

    Mucho, porque ademstengo la suerte de tratar con muchasculturas, con muchas edades dife-rentes. Desde la espontaneidad delos nios hasta la sabidura de unapersona de setenta aos. Tienesque ser como una esponja. Cadaalumno aporta algo y yo lo percibo.Esto tiene que fluir, ser algo vivo.Ellos vienen a mis clases porque sesienten bien. Yo percibo ese bienes-tar. Es un beneficio mutuo.

    M del Pilar Romero Barello

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    26 de octubre de 2008, domingo.

    Salida a las 3.15, con un pe-queo retraso Las agendas se habanquedado olvidadas en mi casa! Sin proble-mas de trfico: es la hora de la siesta. Conel sol por poniente, llegamos a Huelva yponemos rumbo a Punta Umbra. Hemosrepartido los cuadernos de ruta. Les ha-brn gustado? Espero que el encuentrocon el grupo de Sevilla sea cordial y quehaya buena qumica entre ellos.

    Entramos en el albergue a las 6menos cuarto y repartimos las habitacio-nes. Estn bien, dentro de la sencillez y laausteridad propias de un albergue. La te-rraza da a la playa. El Atlntico, inmenso,presenta una bellsima puesta de sol. Tie-rra! Invita a la travesa hacia Amrica.

    A las 8.00 dinmica de BIENVE-NIDA, con las monitoras, Esmeralda yBea, que se desgaitan para poner unpoco de orden. Los dos grupos se colocanfrente por frente! Pero pronto se estableceuna buena relacin entre dos grupos muy

    distintos de chicos que acaban de cono-cerse. Es cierto que los jvenes nos danlecciones a los mayores!

    A las 8.30, la cena: tortilla preco-cinada y salchichas de origen y composi-cin inciertos. Lo mejor el yogur Danone!

    A las 11.00 a dormir Sin pro-blemas por la noche!

    27 de octubre, lunes.

    Despus del desayuno, nos re-coge el autobs, de estreno! Rumbo aHuelva. Algunos alumnos de Sevilla llegantarde. Primer enfado de las monitoras. Su-bimos por la cuesta de la Cinta. All est elSantuario de la Virgen Chica, patrona deHuelva. Coln estuvo all. Nos bajamos enel Conquero: vista panormica del ParqueMarismas del Odiel. Es reserva de la bios-fera, con aves limcolas como la esptula.Se siguen explotando las salinas, modelode desarrollo sostenible.

    Llegamos al IES La Rbida, fun-dado en 1856. Es el ms antiguo de Huelva

    y Juan Ramn Jimnez estudi aqu con10 y 11 aos. Se imparte en la actualidadun mdulo profesional de informacin turs-tica.

    En la Plaza de San Pedro, admi-ramos la iglesia ms antigua de Huelva, deestilo gtico neomudjar. Est declaradocomo BIC. Las monitoras se cabrean por-que hay alguna gente que no atiende a lasexplicaciones o se quedan rezagados.Por qu hay quien le hace la vida imposi-ble a los dems?

    La Plaza de las Monjas es el cen-tro de Huelva. Una palmera altsima! es elmeeting point de la gente joven para que-dar los fines de semana.

    En la Plaza del Cabildo hay unabonita fuente y un quiosco de msica.Junto a hermosos edificios, construccionesvulgares. Se destruye el patrimonio, por lafuria consumista. Algunos chicos slo ha-blan para decir Queremos comprar!.

    En la Plaza de la Merced est laCatedral. Los de Sevilla dicen: La nuestraes ms bonita! Es de estilo colonial (mexi-

    Diario de un viaje.

    Tras los pasos deJuan Ramn y Zenobia

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    cano). Se reconstruy tras ser afectado porel terremoto de Lisboa, en 1755. Contem-plamos varios cabezos, montes-monumen-tos naturales que se encuentran en varioslugares de la ciudad. En el mismo lugarest la Universidad de Huelva (Turismo yEmpresariales). Tiene un bellsimo patiocentral renacentista.

    A las 12.00 salimos hacia el Audi-torio de Huelva, junto a la Casa Herman-dad del Roco de los Emigrantes. PacoDamas nos sorprende con un recital decanciones con letras de poemas de JuanRamn. Entre cancin y cancin los chicosleen fragmentos de Platero y yo. Lo hacenregular. Paco Damas tiene buen feeling ybuena msica. No s si les habr gustadoa los chicos. A m s. Tiene adems el de-talle de regalarnos un disco para la Biblio-teca.

    14.00 Vuelta al albergue. Quhabr hoy de comer? Macarrones. Comida,desde luego, sin colesterol.

    En la playa, de 3 a 4, jugamos alvoleibol. Cuando empezamos a conjuntar-nos, tenemos que cortar. Maana jugare-mos un partido! Hay gente que se habaado. Tenemos testimonios grficos delcambio climtico.

    A las 16.00 vamos en direccinoeste, por la Avenida del Ocano. Se llegaa una zona de hoteles y de ocio que ame-naza el espacio natural protegido de LOSENEBRALES. Por un camino peatonal en-tramos en ese lugar: pinos, sabinas yenebros?. Los que vemos son plantonesque intentan evitar que el nombre del par-que no sea un mero recuerdo. Salimos delcamino y nos sentamos en el suelo are-noso con el sol por poniente y con el rumorde los pinos y del mar cercano. As comen-zamos a conocer a Zenobia, un personajeeclipsado por Juan Ramn Jimnez en loslibros de texto. Fue una historia de amor di-fcil con suicidio incluido- y con final triste,muy triste. El relato que se hace algolargo, sobre todo por lo incmodo de estarsentados en el suelo- est muy bien ilus-trado con fragmentos de la corresponden-cia entre los enamorados. Algunosinterrumpen con impertinencias, pero esalgo a lo que ya estamos acostumbrados.Un juego en la playa, con el sol en suocaso y algo de fro, sirve para casar lasfechas con los acontecimientos de la bio-grafa de Zenobia, gran mujer en tiemposdifciles para ellas. Volvemos por la playa,hacia el este, ya entre tinieblas.

    A las 21.30. Saln deusos mltiples (curioso eufe-mismo). Los alumnos de losdos institutos estn mezcla-dos! Es un buen signo de in-tegracin y de amistad. Losalumnos del InmaculadaVieira hacen una bonita pre-sentacin en power point delas actividades ms impor-tantes de su centro. Llama laatencin lo que esos chicosy chicas quieren a un centroescolar que integra y digni-fica a un barrio marginal. Al

    ver esta presentacin la imagen que losmedios dan de estos barrios cambia: aso-ciaciones de mujeres, manos abiertas Los alumnos decoran el ento