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HISTORIA DEL ARTE EN IBEROAMÉRICA Y FILIPINAS MATERIALES DIDÁCTICOS I: CULTURAS PREHISPÁNICASDirector de la serie: RAFAEL LÓPEZ GUZMÁNAutoresMIGUEL ÁNGEL SORROCHE CUERVAALEJANDRO VILLALOBOS PÉREZHISTORIA DEL ARTE EN IBEROAMÉRICA Y FILIPINAS MATERIALES DIDÁCTICOS I: CULTURAS PREHISPÁNICASGRANADA; 2004

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HISTORIA DEL ARTE EN IBEROAMRICA Y FILIPINAS MATERIALES DIDCTICOS I: CULTURAS PREHISPNICAS

Director de la serie: CARLOS DOMNGUEZ RAFAEL LPEZ GUZMN RAFAEL BRIONES (Eds.) AutoresMIGUEL NGEL SORROCHE CUERVA ALEJANDRO VILLALOBOS PREZ

HISTORIA DEL ARTE EN IBEROAMRICA Y FILIPINAS MATERIALES DIDCTICOS I: CULTURAS PREHISPNICAS

GRANADA 2004

Reservados todos los derechos. Est prohibido reproducir o transmitir esta publicacin, total o parcialmente, por cualquier medio, sin la autorizacin expresa de Editorial Universidad de Granada, bajo las sanciones establecidas en las leyes.

LOS AUTORES (Grupo de Investigacin del PAI, HUM 002). COORDINACIN TCNICA: GUADALUPE ROMERO SNCHEZ. UNIVERSIDAD DE GRANADA. HISTORIA DEL ARTE EN IBEROAMRICA Y FILIPINAS. MATERIALES DIDCTICOS I: CULTURAS PREHIPNICAS. DIRECCIN DE LA SERIE: RAFAEL LPEZ GUZMN. ISBN: 84-338-3044-9. Depsito legal: GR-1.582-2003. Edita: Editorial Universidad de Granada, Campus Universitario de Cartuja. Granada. Fotocomposicin: Taller de Diseo Grfico y Publicaciones, S.L. Granada Imprime: Imprenta Comercial. Motril. Granada. Printed in Spain Impreso en Espaa

INTRODUCCINLlevar a cabo un estudio sobre la produccin de las manifestaciones culturales, con anterioridad a la llegada espaola a Amrica y las Islas Filipinas, es sin duda una labor apasionante que pretende ser un trabajo de sntesis, en el que se expongan las pautas necesarias para la comprensin de ambos procesos culturales. Los acontecimientos que se sucedern desde finales del siglo XV en territorio americano y hasta la conquista de Filipinas por Legazpi en 1565, supondrn el contacto de la cultura occidental con dos mbitos sociales en los que se constatarn unos niveles de desarrollo desiguales y hasta ese momento desconocidos. No se puede olvidar que la mxima extensin a la que lleg el Imperio espaol en el siglo XVI, se logr gracias a la incorporacin a su dominio de las tierras que conforman el continente Americano y aquellas posesiones del Ocano Pacfico que fueron redescubiertas, tras la primera vuelta al mundo ejecutada por Fernando de Magallanes y Juan Sebastin Elcano entre 1519 y 1522. En ese sentido, la llegada del hombre occidental a Amrica puso de manifiesto, por un lado que el objetivo inicial de alcanzar las islas de las Especias, por otra ruta que no fuera la portuguesa del cabo de Buena Esperanza, no se haba cumplido y sobre todo evidenci la existencia de una vasta extensin de tierra habitada, desconocida hasta ese momento y sobre la que se haba desarrollado un conjunto de culturas, con un diferente grado de evolucin y entre las que existan algunas que alcanzaron cotas de verdaderas civilizaciones. El estudio de la historia del arte americano, obliga a iniciar la andadura desde las primeras etapas en las que se tiene registrada la presencia de una produccin cultural y artstica, de la suficiente entidad como para considerarla una cualidad inherente de las sociedades que la generan, siendo indispensable analizar aquellos perodos ms destacados, fundamentalmente por el peso que tendrn en etapas posteriores modernas e incluso contemporneas. El material es ingente, algo que no es nuevo, lo que nos ha obligado a llevar a cabo una serie de selecciones que han procurado mantener la idea de una visin global de lo existente. A la etapa anterior a la llegada del hombre europeo a Am-

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INTRODUCCIN

rica, se la conoce como prehispnica, haciendo con ello alusin al perodo de tiempo en el que se desarrollaron las culturas americanas ms importantes. Aunque no vamos a entrar a calibrar lo acertado o no de trminos como prehispnico, precolombino, precolonial, precortesiano, etc., es evidente, que dicha discusin conceptual, pone de manifiesto la necesidad de definir un perodo que destaca por la importancia en la ejecucin y solidez de las manifestaciones artsticas y culturales desarrolladas a lo largo de su duracin. Lo imposible de poder abarcar todo el territorio americano, desde Alaska hasta Tierra de Fuego, ha hecho centrarnos en las dos reas ms importantes de la denominada como Amrica Nuclear, la mesoamericana y la regin andina, en las que se puede hablar ciertamente de la existencia de civilizaciones urbanas estables. Estos dos focos que no anulan a los restantes territorios, se caracterizarn por ser los ms conflictivos en sus relaciones con la maquinaria poltico militar-religiosa-administrativa, que a partir del siglo XVI entra en contacto con ellas. La consolidacin de las sociedades que las formaban, les convierte en mbitos imprescindibles a partir de los cuales poder entender e interpretar aspectos y elementos de las manifestaciones culturales no slo producidas en ellas, sino de aquellas otras anteriores de las que provenan y que funcionaron como germen a partir del cual incluso llegaron a proyectarse en perodos futuros. La eleccin no es ni arbitraria ni original. Lo ideal hubiese sido analizar todas y cada una de las reas culturales en las que se suele dividir Amrica, pero los objetivos del proyecto al que pertenece este texto han obligado a esta reduccin, tomndonos la salvedad de incluir las producciones prehispnicas en el archipilago filipino, una de las grandes olvidadas en los trabajos sobre aquellos territorios que estuvieron bajo la dominacin espaola, bsicamente desde inicios del siglo XVI hasta finales del siglo XIX, y que son un exponente claro y antesala para la comprensin de la importante produccin cultural que se generar en el archipilago asitico. El contenido de este libro se organiza en 14 captulos y cuatro apndices, con los que se quiere abordar y proporcionar al alumno de la disciplina de Historia del Arte Prehispnico, toda la informacin necesaria para una aproximacin e interpretacin globales, de la produccin cultural y artstica generadas en Amrica y Filipinas con anterioridad a la presencia del hombre occidental en ambos territorios. Se ha querido evitar una exposicin diacrnica en el anlisis de la produccin cultural de los diversos pueblos que han ido aparecido en cada uno de ellos, justificando dicha decisin la clara intencin de no querer recurrir a planteamientos excesivamente lineales que llevaran a una equivocada y rgida visin del tema. Por ello se eligi la posibilidad de afrontar el discurso desde una aproximacin temtica, que permitiera no perder de vista, no solo la evolucin interna de cada uno de los captulos sino sus consecuencias derivadas de las relaciones entre grupos contemporneos. De ah que los campos que se abordan pretendan ser los esenciales para el conocimiento de esta materia, procurando incorporar algunos genricos que ayudarn a crear una base adecuada para la asimilacin de ideas posteriores. Urbanismo, arquitectura, pintura, escultura, cermica, orfebrera, y artes decorativas, han sido entre otras, las materias elegidas.

INTRODUCCIN

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CAPTULO PRIMERO

EL ESPACIO GEOGRFICO, POBLAMIENTO Y REAS CULTURALESLa estrecha vinculacin que guardan las culturas prehispnicas en Amrica con el medio en el que se desarrollan, obliga a una aproximacin a las caractersticas geogrficas del mismo. Se trata sin duda de uno de los aspectos que ms sobresalen al estudiar el arte prehispnico, no solamente por su grandiosidad, que desde los primeros momentos se inserta en los esquemas mentales y religiosos de sus habitantes, sino sobre todo en funcin de su capacidad para modificar las caractersticas propias de los grupos que sobre l se asientan, llegando a ser un determinante de sus caractersticas culturales. Se trata de un elemento, cuya consideracin dentro de las disciplinas que estudian al hombre y su cultura no es nueva, y aunque se pueda caer en una posicin determinista a la hora de valorar su influencia sobre aspectos concretos, sobre todo en niveles de estudio muy especializados, se hace necesaria su presencia ya que son cada da ms evidentes las constataciones que muestran como en determinadas fases de desarrollo cultural, las relaciones entre determinadas sociedades y el ambiente en el que se desenvuelven son tremendamente estrechas. Una dependencia del medio que es mayor en aquellas etapas evolutivas que no han logrado alcanzar un grado de desarrollo tcnico suficiente como para desligarse de la naturaleza que las ve surgir, generando unas relaciones que llegan a ser tan ntimas, que la vinculacin entre cultura y medio no se entiende sin que la modificacin de cualquiera de los dos afecte de una manera muy estrecha a la otra. Por tanto, podemos hablar de una relacin con una clara doble direccin, donde el ambiente llega a determinar a la cultura que sobre l se desarrolla y a su vez, sta determina y modifica a ese espacio natural. El continente americano est formado por dos enormes extensiones de tierra que constituyen la superficie ms amplia del planeta dispuesta en el sentido de los meridianos, situacin que condiciona que se den en l todos los climas del planeta,

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MAPA DEL CONTINENTE AMERICANO.

fundamentalmente por las diferencias de latitud que se pueden encontrar en toda su extensin. A ello se suma la existencia de una cadena montaosa, cuyos relieves ms importantes estn en las Montaas Rocosas en Norteamrica, y los Andes en Suramrica, que recorre como un todo unitario el continente de norte a sur a lo largo de su costa occidental, funcionando como una columna vertebral que proporciona una amplia variacin altitudinal, en algunas ocasiones en muy poco espacio de territorio, convirtiendo tambin a la altitud y a la longitud, en claros factores que influirn en el desarrollo de los grupos humanos. La presencia de esta cadena montaosa genera una asimetra por la clara disposicin de los accidentes orogrficos ms importantes en el vertiente occidental, a lo largo de toda la costa del Pacfico, dando lugar al desarrollo de grandes llanuras en el este que son recorridas por algunos de los ros ms caudalosos de la Tierra, como el Mississipi-San Lorenzo en Amrica del Norte y el Orinoco, Amazonas y Paran-Ro de la Plata en Amrica del Sur. Por lo tanto, longitud, latitud y altitud, son a priori, tres factores muy a tener en cuenta al estudiar la geografa americana.

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Dentro del rea mesoamericana, los ambientes geogrficos que podemos encontrar son diversos destacando la costa del Golfo, el Valle de Mxico, los Valles de Oaxaca y la Pennsula del Yucatn, sin olvidar el occidente mexicano y la costa del Pacfico, todos ellos espacios en los que se desarrollaron por ejemplo culturas como la olmeca, zapoteca, tolteca, azteca o maya. El Golfo de Mxico va a ser el escenario en el que aparezca la primera de las grandes culturas mesoamericanas, la olmeca. Con un clima tremendamente oxidante, este sector de la costa oriental mexicana que comprende los actuales estados de Veracruz y Tabasco, est surcado por una serie de ros caudalosos como el Coatzacoalcos, Pnuco, Papaloapn y Tonal, que estructuran y definen una regin pantanosa en la que llegaron a funcionar como importantes vas de comunicacin, dadas las dificultades para transitar por un interior terrestre tremendamente frondoso y montaoso. En este sentido, la vegetacin selvtica, favorecida por las altas temperaturas de la zona y una media pluviomtrica en torno a los 1500 mm anuales, se convirti en un inconveniente para el desarrollo de una agricultura que constantemente tena que ganarle terreno para generar campos de cultivo. Junto a la anterior, el Valle de Mxico es otra de las regiones en la que nos vamos a detener y a la que se le dedicar una especial atencin. Se conforma como una depresin rodeada por elevaciones de variable altitud que se alza a ms de dos mil metros sobre el nivel del mar y que con sus aproximadamente ocho mil kilmetros cuadrados de superficie y sus cien kilmetros de longitud de norte a sur, est limitada por valles tan importantes como los de Puebla y Toluca. Todo su centro lo ocupaba el Lago de Texcoco, en cuyas orillas surgieron importantes aglomeraciones humanas, desde el perodo Arcaico hasta la cada de Tenochtitln.

VISTA DE LA CORDILLERA ANDINA EN LAS PROXIMIDADES DE MACHU PICCHU. (PER).

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PANORMICA DE LA COSTA DEL GOLFO DE MXICO EN EL ESTADO DE VERACRUZ. (MXICO).

El rgimen hidrolgico que condiciona el nivel del lago, el carcter lacustre del mismo, junto a otros determinantes climticos, han influido tanto en la distribucin y caractersticas de los asentamientos en la zona, como en la misma naturaleza que se dispona en l, afectando a la vegetacin de su interior, a las abundantes reas boscosas que se distribuyen en sus alrededores, etc., dos testimonios claros del largo proceso antrpico del espacio, que ha llevado a las actuales caractersticas geogrficas del lugar en el que se asienta la ciudad de Mxico. Los numerosos volcanes que salpican la regin, son testimonio de la juventud del relieve americano, y en el que stos no solamente se han convertido en referentes ordenadores del lo que podramos denominar como espacio mgico religioso, para las gentes que han habitado en estos lugares, sino que en parte son la explicacin de empleo de un tipo de piedra muy caracterstico y que predomina en muchas de las construcciones y obras de infraestructura de la regin, el tezontle. Los Valles de Oaxaca, son el tercer mbito geogrfico destacado en Mesoamrica. Se trata de un nudo geogrfico de comunicaciones en el que confluyen, en un territorio situado al sureste del Valle de Mxico, tres valles que desde etapas iniciales se convirtieron en vas de comunicacin y de asentamiento gracias a sus tierras frtiles. Etla, Zaachila y Tlacolula, conforman una red de trnsito fundamental en cuyo centro surgi, aproximadamente hacia el siglo VIII a.C. el importante enclave de Monte Albn, capital zapoteca y uno de los ncleos ms prolficos de Mesoamrica. Sera tambin con el tiempo, el lugar en el que se desarrollara el pueblo mixteca.

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VALLE DE MXICO.

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VALLE DE ZAACHILA DESDE MONTE ALBN. OAXACA (MXICO).

Por ltimo la pennsula del Yucatn, territorio en el que se desarrollar la cultura Maya, est formado por distintos paisajes que contrastan entre s como el altiplano de Chiapas y las tierras altas de Guatemala, la Costa del Pacfico, el bosque tropical de las cuencas de los ros Usumacinta y Motagua o la zona del Petn, y las tierras bajas de Chenes y Puuc. En esta amplia y variada geografa destacarn ciudades como Kaminaljuy, Abaj Takalik, Palenque, Piedras Negras, Caracol, Chichn-Itz, Tulum, Tikal, Mayapn, Coba, Yaxchiln, etc. Se conforma en s, en su sector centro- septentrional, como una plataforma geolgica que se genera en el Terciario, estando bsicamente compuesta por margas arenosas, calizas y conglomerados marinos que articulan una extensa planicie krstica. Solamente hacia el oeste se transforma en una llanura aluvial en las actuales costas de Campeche y Tabasco, como prolongacin del Golfo de Mxico, un aspecto ste bsico para entender el predominio de la piedra caliza como material en las construcciones de la zona. La carencia de corrientes fluviales superficiales ha originado una circulacin subterrnea del agua que en determinados puntos ha provocado el hundimiento de esa capa caliza, abriendo al exterior grandes pozos o cenotes que no slo acabarn siendo una de las fuentes principales de abastecimiento de agua para los pueblos asentados en este territorio, sino que adquirirn un sentido religioso que los convertir en referentes y puntos de peregrinacin y sacrificio destacados. La otra gran rea cultural que va a centrar nuestra atencin es la regin andina. Se caracterizar por su extensin y por el enorme contraste que presenta internamente entre la costa y el interior. Mientras que el litoral fue lugar de asentamiento de las primeras culturas de las que se tienen noticia en Suramrica, en la actualidad se articula

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PANORMICA DE LA PLANICIE DEL YUCATN EN EL PUUC. CHICHN ITZ (MXICO).

VISTA AREA DE LOS ANDES.

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como una estrecha banda que recorre los pases de Colombia, Ecuador, Per y norte de Chile y Argentina, en la que el desierto ha dominado todo el espacio geogrfico. Su extensin se ve salpicada solamente por ros de corto recorrido que descienden desde los Andes, y que generaron unos focos de poblamiento que, a manera de pequeos oasis, permitieron el desarrollo de centros culturales gracias a la estabilidad de grupos humanos que aprovecharon los escasos recursos hdricos de los que disponan. Ser en ellos en los que aparezca una incipiente agricultura que combinada con los aportes alimenticios del mar, conformara la base de la dieta de estos grupos. En este sentido, muy relacionada con ella est la corriente marina de Humboldt que desde el sur aporta agua fra a la costa peruana, enriqueciendo las posibilidades de pesca de todo el litoral, pero impidiendo que lleguen los vientos clidos cargados de lluvia desde el norte. Esta situacin, que es la causante de la sequa endmica de esta zona del planeta, provoca en no pocas ocasiones, que la corriente fra se vea contrarrestada por otra clida conocida como El Nio, que proveniente de las zonas tropicales, calienta rpidamente el aire hmedo de la superficie del agua, provocando lluvias torrenciales. La posibilidad de que se produzcan estos desastres naturales se ha llegado a poner en relacin con el auge o decadencia de algunas de las culturas que se desarrollaron en la costa. El interior, por el contrario se articula tremendamente condicionado por la presencia de los Andes que alcanzan alturas cercanas a los siete mil metros. Organiza-

VISTA DEL DESIERTO COSTERO DE PARACAS. (PER)

dos en varias cadenas paralelas a la lnea de costa, con confluencias nodales, dejan entre ellas valles que dieron lugar a zonas de microclimas que fueron ocupados por culturas como la chavn, wari o la inca, aprovechando todos sus recursos naturales, y protagonizando algunos de los captulos ms impresionantes de adaptacin del medio a las necesidades humanas. En esta regin destaca el lago Titicaca, verdadero foco de civilizacin, que a pesar del inconveniente de contar con un 2% de sal en su agua, limit mucho la explotacin agrcola de su orilla, pero no evit el que se desarrollar como rea habitada, generando toda una serie de mitos religiosos en torno a l, que le convirtieron en el lugar originario de diversos pueblos y punto de peregrinacin a centros

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como Tiahuanaco. Junto a l, las corrientes fluviales que recorren estos valles interiores, generan algunas de los ros ms caudalosos del mundo, como el Maran o el Vilcanota-Urubamba afluentes del propio ro Amazonas que tiene en estas estribaciones su nacimiento.

VISTA DE URUBAMBA EN UNO DE LOS VALES INTERIORES ANDINOS. (PER).

A diferencia de la regin mesoamericana donde no llega a ser un elemento determinante, un factor importante a tener en cuenta en sta, es el de la variabilidad de sus temperaturas, sobre todo en funcin de la altitud, un aspecto que afectar tanto a la agricultura como a la propia distribucin del hombre por los Andes. En efecto, a los cuatro mil metros de altitud, las heladas son frecuentes, limitando la prctica de la agricultura en alturas que llegan hasta los cuatro mil doscientos metros. Por encima de ellas, el pastoreo se desarrolla hasta los cinco mil metros, siendo este el lmite de la presencia humana. En cambio, en cotas inferiores a los cuatro mil metros, se comienzan a suceder los cultivos, que a lo largo del tiempo se han visto muy modificados por el hombre. Por ltimo, todo este territorio limita al oriente con la selva amaznica, que se extiende como verdadera frontera natural. Las culturas andinas vieron en ella un espacio inescrutable e inhspito, en el que tuvieron cabida multitud de relatos y mitos fantsticos que alimentaron la imaginacin de estos pueblos. No obstante, su historia est por analizar, al constatarse a lo largo de su extensin, focos de hbitat en los que el hombre logr imponerse al medio, una circunstancia que obligara a replantearse historiogrficamente el estudio de esta zona americana siempre considerada como un lugar apenas habitado por el hombre, prcticamente un desierto humano.

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LA DESEMBOCADURA DEL AMAZONAS. (BRASIL).

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Por tanto el determinismo geogrfico se refleja en la propia forma del continente, con dos grandes masas de tierra unidas por el istmo de Panam, condicionando el trnsito y movimiento de animales y grupos humanos, y la propia comunicacin entre ambos territorios en una y otra direccin. A ello tenemos que sumar el caracterstico aislamiento de esta enorme masa terrestre, causado por la presencia de las dos grandes extensiones de agua del Pacfico y el Atlntico, lo que sin duda condicion que los desarrollos de los pueblos prehispnicos estuvieran apartados de ciertas influencias exteriores, fundamentalmente hasta el siglo XVI. Esta ltima cuestin siempre ha estado en el centro de las teoras que sobre el poblamiento de Amrica se han propuesto.

LAGO TITICACA. (PER-BOLIVIA).

LAS TEORAS DEL POBLAMIENTO DE AMRICA Tras los primeros contactos con los habitantes de Amrica, los europeos comenzaron a preguntarse cul pudo haber sido el origen de la llegada de stos a un territorio tan extenso y alejado de Europa. En este sentido, ya en el siglo XX, se definieron dos corrientes de pensamiento que buscaron dar respuesta a este problema. Por un lado los difusionistas o monogenistas defendan postulados que no consideran la creacin independiente del ser humano en Amrica, sino inserta dentro de los ciclos vitales de traslacin mundial desde el foco originario africano; por otro los evolucionistas o poligenistas proponan la tesis de un origen independiente para las civilizaciones del Nuevo Mundo, sin ninguna relacin con oleadas exteriores provenientes de otros territorios.

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VISTA DE ALASKA. (ESTADOS UNIDOS).

El jesuita Jos de Acosta ya en 1590, plante la hiptesis de que la entrada ms probable del hombre a estos territorios se produjera desde el norte, aprovechando el paso natural del estrecho de Bering durante las glaciaciones, momento en el que el contacto de los continentes euroasitico y americano, se realizaba gracias a la capa de hielo y los pasillos de tierra surgidos por el descenso del nivel del mar. Esta tesis difusionista, expuesta en un momento en el que an no se haba explorado esa regin del planeta, se ha visto corroborada por hallazgos arqueolgicos que han puesto de manifiesto la existencia de varias vas de penetracin que utilizaron la costa de Alaska y algunos valles interiores. Junto a este planteamiento, tambin se defini otra hiptesis a partir de estos postulados difusionistas, que propona la aparicin del hombre en Amrica por distintas vas y no exclusivamente por la terrestre septentrional. En este sentido a la existencia, como propone Paul Rivet, de dos posibles oleadas terrestres, habra que sumar la de otras dos marinas que por el Pacfico habran aportado elementos melanesios y australianos, fundamentalmente en Amrica del Sur. Una postura, que si bien no acaba por definirse, si ha encontrado elementos que la corroboren con los hallazgos de asentamientos costeros en Norteamrica, que vienen a plantear la posibilidad de que el hombre no utilizase exclusivamente la va terrestre para llegar a Amrica. De este modo, an queda abierta la opcin del Pacfico sur, a falta de hallazgos que demuestren tambin all esta misma posibilidad de llegada. Respecto a la segunda de las posturas que defiende el postulado evolucionista de un desarrollo independiente del hombre americano, no ha encontrado la aceptacin ni los refrendos arqueolgicos de las anteriores, por lo que sus hiptesis apenas si han conseguido avanzar desde sus planteamientos iniciales.

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FRICA. PUNTO INICIAL DE LA DIFUSIN DE LA ESPECIE HUMANA POR LA TIERRA.

El conjunto de publicaciones que sobre la cuestin se han editado con las teoras ms diversas, habla de lo atractivo del tema, siendo bsicamente entre los siglos XVI y XIX, el perodo en el que todas ellas fueron expuestas, sobre la base de preguntas como, de qu lugar del Viejo Mundo provena el Hombre americano?, por dnde lleg a este territorio? y en qu momento se produjo tal llegada? En uno u otro caso, para poder conformar una respuesta adecuada a tales cuestiones se hace necesario considerar las propuestas de disciplinas como la Antropologa Fsica, la Lingstica, la Etnologa, la Paleobotnica y sobre todo la Arqueologa. Las distintas teoras que se han formulado respecto al tema se pueden concretar en dos grupos claramente diferenciados. Las Clsicas-Fantsticas y las propiamente cientficas, tal y como lo expone el profesor Alcina Franch. Respecto a las primeras, debemos englobar dentro de este grupo a las que sitan el origen del hombre americano en las tierras de Escandinavia, Inglaterra o Espaa sin olvidar las que hablan de la llegada de descendientes de los troyanos, cartagineses, egipcios, judos, polinesios, trtaros, chinos o incluso de la propia Atlntida.

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Como sealbamos, la ms aceptada es la propuesta por Jos de Acosta a finales del siglo XVI y que se basaba en una serie de puntos como la unidad racial del hombre americano, un entronque asitico-mongol, la entrada en sucesivas oleadas por el estrecho de Bering en un tiempo relativamente reciente, y con un escaso nivel sociocultural que determin un desarrollo autctono claro. Desde esta propuesta se han realizado otras, como la defendida por George C. Vaillant, que han fundamentado la explicacin de la diversidad fsica y lingstica del hombre americano, en la temprana separacin de los distintos grupos que accedan a estas tierras, lo que aceler su distinta adaptacin a espacios geogrficos diversos, dando lugar a una variedad que es la ha llegado hasta la actualidad. Esta teora se ha refutado por parte de aquellos investigadores que defienden la entrada por diversos puntos y no solamente el ms septentrional. En este sentido Paul Rivet defendi una serie de tesis, que intentaban explicar dicha cuestin, fundamentada en el origen mltiple de lenguas y culturas americanas. Para este autor las cuatro oleadas que determinaron el poblamiento de Amrica se desarrollaron dos de ellas por el estrecho de Bering, y por el Ocano Pacfico las restantes, constatando que los primeros aportaron el componente mongoloide y las otras dos los componentes australiano y malayo-polinesio en la poblacin indgena americana. Una teora que no deja de ser interesante, ya que si se corroborara por medio de hallazgos, supondra la inclusin de todo el sudeste asitico en unas dinmicas de emigracin mucho ms amplias y consolidadas que las que en la actualidad se vienen aceptando. Este problema de los orgenes de las civilizaciones amerindias sigue siendo una de las grandes cuestiones abiertas de la historia de la Humanidad. Las secuencias de la historia del Viejo Mundo no ofrecen oportunidad de comprobar la tesis de las tradiciones culturales distintas que surgen de orgenes independientes, de modo que debemos sopesar cualquier afirmacin que pretenda resolver la cuestin.

PERODOS Y REAS CULTURALES Todo el desarrollo cultural de los distintos grupos que se distribuyen por el continente americano, va a llevarse a cabo entre unas fechas que, conforme van avanzando los estudios sobre los diversos hallazgos que se producen, se estn concretando y aclarando. A este respecto es aceptada la presencia del hombre en Amrica desde hace 40000 aos, quin desde Alaska y hasta Tierra de Fuego en el extremo ms meridional, ir ocupando todo este territorio, estableciendo diferencias evolutivas entre unas zonas y otras. En lneas generales los perodos que vamos a seguir en este manual sern los establecidos por el profesor Jos Alcina Franch, incorporando ciertas puntualizaciones a algunos de ellos. As, para todo el continente contaremos con un Perodo Ltico desarrollado entre el 40000 y el 3000 a.C. con una subdivisin en dos etapas. El Ltico Inferior entre el 40000 y el 15000 a.C.; y el Ltico Superior, entre el 15000 y el 3000 a.C.

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VALLES DE OAXACA, GOLFO Y VALLE DE MXICO. PUNTO CENTRAL DE MESOAMRICA.

De esta manera, el arco temporal con el que trabajaremos para el rea mesoamericana se organizar en base a: 1) 2) 3) 4) Perodo Perodo Perodo Perodo Formativo o Preclsico desarrollado entre el 3000 y el 400 a.C. Protoclsico, entre el 400 a.C., y el 200 d.C. Clsico, entre el 200 y el ao 1000 d.C. Postclsico, desde el ao 1000 hasta la llegada de los espaoles.

Por lo que se refiere a la regin andina, estructuraremos su desarrollo en base a: 1) 2) 3) 4) 5) 6) 7) Perodo Precermico entre el 4000 y el 1800 a. C. Perodo Inicial, entre el 1800 y el 900 a.C. Horizonte Antiguo, entre el 900 y el 200 a.C. Perodo Intermedio Antiguo, entre el 200 a.C. y el 500 d.C. Horizonte Medio, entre el 500 y el 1000 d.C. Perodo Intermedio Tardo, entre el 1000 y el 1428 d.C. Horizonte Tardo, entre el 1428 y 1532 d.C.

Existen otras periodizaciones empleadas fundamentalmente en Amrica y que sustancialmente varan la terminologa empleada, con la que se busca sustituir trminos como Paleoltico o Neoltico, ligados a una visin eurocentrista de su estudio. Aunque se trata de conceptos vinculados con etapas propiamente prehistricas, nos parece interesante al menos citarlas para poner de manifiesto el inters existente en la bsqueda de una metodologa propia, alejada de influencias externas y que responda a la realidad americana. Por ello trminos como Arqueoltico y Cenoltico, vienen a referirse a esos dos perodos de tiempo que se desarrollan entre el 50000 y el 14000 a.C., el primero de ellos; y entre el 14000 y el 7000 el segundo, con una inflexin en el ao 9000 que marca la separacin entre el Cenoltico Inferior y el Superior.

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REAS CULTURALES EN AMRICA DEL SUR.

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Las culturas americanas se van a desarrollar en lo que se viene denominando como Amrica Nuclear, trmino acuado para referirse a la regin del continente que comprende las reas de mayor complejidad y desarrollo sociocultural, densidad de poblacin, creatividad artstica, etc. Englobara un espacio que ira desde la actual frontera de Mxico con los Estados Unidos, hasta el norte de Chile y Argentina. Un rea tremendamente quebrada, que se subdividir internamente, pero que se contrapone al resto del continente donde encontraremos el desarrollo de estados culturales secundarios, con una evidente menor complejidad y que no se abordarn en nuestro estudio. Internamente podemos hablar de tres grandes subdivisiones que sern las ms importantes desde el punto de vista del desarrollo, las reas Mesoamericana, Intermedia y Andina. Con el nombre de rea Mesoamericana, trmino utilizado por primera vez por Paul Kirchhoff en 1947, nos referiremos a una unidad territorial comprendida entre la lnea que ira desde los estados occidentales de Sonora y Sinaloa hasta el San Luis de Potos en el Golfo de Mxico y la regin Huasteca. La frontera meridional incluira la parte occidental de Honduras y el Salvador, llegando hasta la Pennsula de Nicoya en el Pacfico. La variedad de este espacio se refleja en los paisajes que se definen destacando varios espacios claramente diferenciados como son la zona del Golfo de Mxico donde se desarrollan culturas como la olmeca, la totonaca y la huasteca. El propio Valle de Mxico, donde encontramos culturas como la teotihuacana, la tolteca, o la azteca. La Pennsula del Yucatn, con la maya, extendida tambin por tierras de los actuales pases de Guatemala, Belice, Honduras y El Salvador. O la regin de los Valles de Oaxaca donde se desarrollarn culturas como la zapoteca y mixteca. La zona intermedia, verdadero punto de unin entre las dos reas ms importantes, y que no ser analizada en su globalidad en este libro, nos interesar por tratarse del espacio geogrfico a travs del cual se produce la circulacin e influencias entre una y otra. Menos definida que las otras dos, estara comprendida por la porcin de continente que desde el sur de la zona mesoamericana se extiende hasta Colombia, Ecuador y la parte occidental de Venezuela. No obstante de esta regin destacaremos algunos de los captulos ms importantes de las culturas preincaicas desarrolladas en territorio colombiano y ecuatoriano. En Suramrica el rea ms importante de desarrollo cultural ser la andina, en la que podemos encontrar una gran variedad de paisajes que muestran una clara contraposicin entre la parte central de los Andes y los desiertos costeros. Esta regin ha sido subdividida por autores como George Kubler en Norte, Septentrional, Central, Centro-Sur, Meridional y Sur. El extremo norte del rea andina comprende los valles de los ros Cauca y Magdalena y la Sabana de Bogot, territorio que funcion como pasillo natural a travs del cual se distribuy el hombre por el interior de la cordillera andina. El rea andina Septentrional incluira el sur de Colombia, la totalidad de Ecuador y el norte del Per. El rea andina Central que comprende la mayor parte del territorio peruano, la dividiremos en costa y tierra, espacio en el que se desarrollaron las

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grandes civilizaciones como la chavn, nazca, mochica, chim, wari, etc., y que culminaran en el imperio incaico. El rea Centro-Sur en torno al lago Titicaca se convierte en un territorio que enlaza los andes centrales con la zona meridional, teniendo a las culturas pucar y tiahuanaco como las ms importantes. Por ltimo el rea andina Meridional incluye territorios chilenos y del noroeste de Argentina, en los que destacaremos por ejemplo restos de la cultura chinchorro. No queremos dejar de citar al conjunto de tierras que se disponen en torno a la Amrica Nuclear, y que vienen en denominarse como la Amrica Marginal. En ella podemos distinguir los territorios que se extienden en Amrica del Norte desde Alaska hasta la frontera con Mesoamrica, distinguiendo la regin de las Montaas Rocosas y las Llanuras Occidentales, la regin del Caribe, y en el cono sur la Amazonia, la Pampa y la Patagonia. Los intentos por determinar la nomenclatura con la que designar cada uno de los perodos en los que hemos dividido tanto la evolucin de Mesoamrica como la de la regin andina, se caracterizan por la adopcin de distintos criterios para ejecutar dicha estructuracin. Para los mesoamericanistas el trmino clave para los perodos es Clsico, mientras que los andinistas en cambio, prefieren el de Horizonte. En este sentido las matizaciones se hacen evidentes ya que el primero supone una apreciacin de carcter cualitativo y el segundo de valoracin respecto a la unidad poltica y si se quiere cultural, definida por los restos arqueolgicos. Los dos trminos claves reflejan diferencias en los objetos y en las actitudes y as, el adjetivo clsico seala sus afinidades con el mundo mediterrneo, mientras que por el contrario, cuando se emplea el calificativo de horizonte, se alude a una alternancia entre perodos de unidad territorial, y etapas de una clara fragmentacin que se refleja en la aparicin de estilos regionales. Recientemente se ha propuesto la adopcin de una terminologa de valor neutro como la de los andinistas para evitar las implicaciones desarrollistas de palabras como formativo y clsico. Pero ignoran los aspectos valorativos de trminos como horizonte e intermedio, que tambin juzgan y no hacen ms que sustituir perodos de diversa duracin, que pueden llegar a ser ms borrosos en los estudios sincrnicos que las divisiones del Clsico en temprano, medio y tardo.

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SELECCIN DE IMGENESEL ESTRECHO DE BERING Uno de los puntos ms polmicos en el desarrollo de las diversas teoras que intentan explicar la llegada del hombre al continente americano, lo protagoniza este accidente geogrfico. Punto de contacto fsico en su momento entre Amrica y Asia, se conform como un pasillo natural en la etapa de las glaciaciones, cuando el nivel del mar era inferior al actual, permitiendo el trnsito de manadas de animales y de grupos humanos que acabaron poblando todo el continente. En este sentido son determinantes algunos de los rasgos fsicos que caracterizan a los pobladores de Amrica, en los que se encuentran elementos similares a algunos grupos asiticos como los ojos rasgados, la ausencia de pelo por el cuerpo o incluso la propia forma del crneo, que venan a confirmar las posibles oleadas que desde un perodo en torno al 40000 a. C., se sucedieron.

ESTRECHO DE BERING. (RUSIA-ESTADOS UNIDOS).

En la actualidad se trata de la tesis de poblamiento ms aceptada por los distintos estudiosos que se dedican al tema, siendo el fundamento de propuestas como la del propio Jos Acosta, que a finales del siglo XVI ya plante esta posibilidad

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como la ms lgica, ante las preguntas que se generaron sobre la procedencia del hombre en este territorio. Su importancia es tal, que en el desarrollo de hiptesis como las de Paul Rivet, su protagonismo se ve complementado por la incorporacin de otra va de llegada de elementos que poblaron el continente americano como es la ruta marina, a travs fundamentalmente del Pacfico. Esta teora, que no viene a restar importancia a la propuesta inicial de la va terrestre, permite justificar la presencia de otros elementos raciales, fundamentalmente en Amrica del Sur, aportados por grupos melanesios y australianos y que se han querido ver reflejados en algunos componentes de los ejemplos ms antiguos de la cermica americana.

EL GOLFO DE MXICO El rea geogrfica en la que se testimonia la presencia de la considerada como la primera de las grandes culturas que aparecen en Mesoamrica, la olmeca, cuenta con una serie de caractersticas que han generado debates a cerca de la idoneidad o no de considerar dicho espacio como ideal para generar la aparicin de una civilizacin como tal. El Golfo de Mxico es una regin situada

VISTA DEL GOLFO DE MXICO.

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en el oriente del rea mesoamericana, conformando un territorio en el que se dan un conjunto de condicionantes geogrficos como son la presencia de pequeos ros tremendamente caudalosos, que nacen en las estribaciones de la Sierra Madre Oriental y prximos a la costa, que convierten muchas extensiones de tierra en espacios pantanosos. Desde un punto de vista climatolgico se caracteriza por una alta pluviosidad anual, con una temperatura media y humedad tambin altas, que se traduce en una vegetacin exuberante y favorable para su explotacin agraria. Sin duda fue esta caracterstica la que determinara la adaptacin definitiva de productos como el maz a los sistemas de explotacin agrarios, sobre todo por los excedentes de humedad y temperatura de esta zona, factores que propiciaron unos sobrantes de energa que muchos autores ven en la base para justificar el desarrollo de trabajos comunitarios de envergadura, como la planificacin de centros ceremoniales o el propio traslado de bloques de piedra desde territorios alejados, con unos marcados fines poltico-religiosos. No obstante son numerosos los trabajos que defienden precisamente, que es este elemento uno de los handicap que encontraron los pobladores de este territorio, al ser la atmsfera un componente tremendamente oxidante que oblig a buscar otros espacios ms favorables, no slo para el cultivo sino tambin para la propia conservacin de los alimentos. Un aspecto que afectaba a la misma dieta alimenticia, baja en protenas, lo que pudo incidir en la sobreproduccin de la glndula del tiroides que se reflej en un hipertrofismo de las extremidades del cuerpo, flacidez de algunas partes y aparicin del bocio, rasgos que se pueden constatar en algunas de las piezas escultricas que la cultura olmeca gener en esta regin.

LOS ANDES Uno de los espacios en los que se puede observar de una manera ms clara la influencia del medioambiente en el desarrollo de algunas culturas es en el de la Cordillera de los Andes. Esta enorme barrera montaosa que recorre Amrica del Sur desde Colombia hasta Chile, articula la costa occidental del continente en tres zonas que se aceptan como las bsicas para ordenar la distribucin de los grupos humanos que se desarrollan en ellas. En este sentido, los Andes se convierten en una frontera natural que genera espacios que se relacionan de una forma paralela. Una la costa, otra los valles interiores y por ltimo la extensa Amazonia que se converta en la inexpugnable frontera al oriente de la cordillera. De todas, las dos primeras albergarn el desarrollo de las culturas prehispnicas en Suramrica. La Costa es posiblemente la ms importante, ya que concentrar a un mayor nmero de ellas, en un territorio con caractersticas desrticas determinadas por la influencia de la corriente marina de Humboldt, pero en la que se disponen un conjunto de valles transversales, que sern los espacios ms propicios para el desarrollo de grupos estables que acabarn relacionndose con aquellos que aparecen en la montaa.

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LA CORDILLERA DE LOS ANDES EN MACHU PICCHU. (PER).

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El carcter agreste de este medio, oblig a una intervencin por parte del ser humano para adaptarlo a sus necesidades y antropizarlo hasta el punto de generar verdaderos paisajes culturales, donde se daba una modificacin del territorio para su explotacin. Algunos de ellos incluso de menor intensidad en su transformacin, no obstante conformaban ejemplos de enorme vala tcnica, donde se realizan verdaderas obras de ingeniera como los acueductos que permitan tomar agua de las corrientes que bajaban al Pacfico y que por su espordica presencia obligaban a su racional utilizacin. En el interior, sin duda la labor ms trascendente fue la construccin de los andenes, que acabarn dando nombre a la cordillera, y que se convierten en un verdadero ejemplo de modulacin de las pendientes para permitir controlar el circuito del agua que permita la explotacin agrcola de la tierra.

EL LAGO TITICACA. Desde los primeros momentos en los que se registra la presencia de grupos humanos por Amrica, las concentraciones interiores de agua se convierten en uno de los focos de atraccin de poblacin y determinante en la estabilidad de los asentamientos ms importantes, imprescindibles para poder explicar el desarrollo de culturas prehispnicas. El caso del Lago de Texcoco posiblemente sea el ms importante en el norte, donde tampoco podemos olvidar los cenotes del Yucatn. Por contra el lago Titicaca es el ms destacado en la regin andina.

LAGO TITICACA. (PER-BOLIVIA).

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La atraccin que jug este ltimo espacio en las culturas que se asentaron, junto o cerca de l, se refleja no solo en la propia cultura de Tiahuanaco, sino en el protagonismo que tendr en el desarrollo de numerosos mitos de nacimiento y evolucin de pueblos, ejemplificado en los incas, quienes ubicaron su origen en este lago. Segn stos, all se crearon el Sol y la Luna y las estrellas, establecindose la separacin de la tierra y el mar. Las aguas siguieron un movimiento centrfugo, surgiendo del centro de la tierra hacia fuera en la forma de ros subterrneos que afloran como manantiales; luego las aguas fluan hacia el mar otra vez a travs de riachuelos y ros. Por ello, no slo el agua depositada, sino la propia circulacin de la misma tiene que ser tenida en cuenta, ya que era considerada como el principio dinmico que explicaba el movimiento y las fuerzas de cambio de la naturaleza. La tremenda altitud a la que se encuentra, aproximadamente 3800 m, lo sita en el lmite de las posibilidades de cultivo de algunas plantas, a lo que se le une la condicin de contar con un bajo coeficiente de salinidad, pero lo suficientemente importante, como para obligar a que la explotacin agraria de las tierras que lo rodean no se haga con la intensidad que se deseara. De ah que su importancia radique ms en su papel mtico-religioso, que verdaderamente econmico.

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APNDICE DOCUMENTALHIPTESIS DE POBLAMIENTO* I. EL HOMOTIPO AMERINDIO El mismo antroplogo Ales Hrdlicka que demostr los errores cometidos por Ameghino es autor de la primera gran hiptesis del siglo. Parti de una idea muy antigua defendida por el padre Acosta en el siglo XVI y por otros muchos posteriormente, que es la similitud del amerindio con el hombre asitico y la posibilidad de que este ltimo emigrase al Nuevo Mundo a travs del Estrecho de Bering (presentido incluso antes de ser descubierto por Virtus Bering en 1741). Hrdlicka pens que el indio americano proceda de un doblamiento nico y reciente (unos diez mil aos atrs) efectuado desde Asia. Determin que el amerindio tena unas caractersticas generales que demostraban su clara ascendencia monglica, tales como el color amarillento de la piel, el cabello negro, liso y rgido, la falta de pilosiad facial, la proyeccin popular del rostro, el ojo monglico y la mancha monglica. El ojo monglico se caracteriza, como es sabido, por tener un plano inclinado entre los dos extremos del mismo, presentar un pliegue en el prpado superior que oculta a menudo las pestaas y replegarse desde el ngulo interno del ojo sobre la nariz, tapando la carncula lagrimal. En cuanto a la mancha monglica, est producida por las clulas de Baelz y es de carcter congnito. Suele aparecer en la regin sacrolumbar y tiene usualmente color verdoso o pizarroso. Es usual en pueblos de ascendencia asitica y se da con frecuencia en ciertos grupos amerindios. A Hrdlicka se le ha criticado haber inventado un homotipo amerindio inexistente tal como si, (por ejemplo, los espaoles se definieran como bajos, morenos, de tez oscura y cabello negro), pero no es cierto que el antroplogo desconociera la variedad indgena. Lo que ocurre es que pens que tales topologas venan ya diferenciadas dede Asia y entraron as en el Nuevo Mundo, donde se acentuaron ms. El prototipo asitico de Hrdlicka es el mongol, pero con rasgos peculiares adquiridos en China occidental, Japn, Filipinas, Formosa, Corea y Tibet. El mayor error del antroplogo fue sealar que haba una tipologa lingstica y cultural, imposibles de sostener. Afirm que todas las lenguas amerindias tenan en comn el ser polisintticas (sin contemplar las diferencias estructurales que las separan) y que las culturas de los indios tenan similitudes tales como las tcnicas de trabajar la piedra, la arcilla, la madera y el hueso, as como para la fabricacin de tejidos y cestas, un mtodo igual de obtener fuego y vestidos, mobiliario y religin parecidos, etc. Pese al rechazo a la hiptesis de Hrdlicka, hoy se sigue admitiendo un doblamiento monglico y por la va propuesta por este autor, aunque se niega que fuera la nica, tan reciente y que por s sola sea capaz de explicar la tipologa somtica, lingstica y cultural indgena. II. RIVET O LOS CAMINOS DEL MAR Otros muchos cientficos establecieron hiptesis de poblamiento por vas ocenicas durante los primeros cuarenta aos de nuestra centuria, pero fue Paul Rivet quien^ ^ ^ ^ ^

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logr sistematizarlas en su conocido libro Los orgenes del pueblo americano, publicado en 1943 y en el que recogi sus propios trabajos anteriores. Rivet parti del punto de vista de una diversidad amerindia en los tres campos de la Antropologa Fsica, la Lingstica y la Antropologa Cultural, que evidenciaban el hecho de un doblamiento mltiple y procedente de Asia, Australia y Malayo-Polinesia. La migracin asitica se produjo mediante dos grandes corrientes, monglica y uraliana. La primera penetr por Bering tal y como Hrdlicka seal. Rivet sigui en gran parte a este autor del que difiere substancialmente en el hecho de que los asiticos no fueron los nicos pobladores. Apuntal as su hiptesis con algunos descubrimientos notables, realizados despus de que Hrdlicka la formulara, procedentes de la lingstica y la serografa. En el primero de stos destac las correlaciones entre morfemas de las lenguas de los grupos Na-Dene y Sino-Tibetano hechas por Salir. En serologa resalt el alto porcentaje de grupo sanguneo 0 existente entre los inicios como prueba de su ancestro monglico o asitico. En cuanto a la corriente uraliana, o protouraliana mejor, supone que parti de alguna zona de Asia meridional y se dirigi hacia el norte por algn motivo que desconocemos (quiz por la presin de otros pueblos), adaptndose progresivamente a climas cada vez ms fros. Al llegar a las regiones rticas se dividi en dos grupos que siguieron direcciones contrapuestas, E y O. Este ltimo entrara en Europa durante el Cuaternario superior dejando la raza de Chancelade como testigo de su presencia. El otro grupo cruzara Asia hacia el NE desde donde pasara a Amrica, siendo los actuales esquimales sus descendientes. La presencia de un elemento australoide en Amrica la fundamenta antropofsica, lingstica y etnogrficamente. Para lo primero establece unas semejanzas craneomtricas (capacidad, ndice ceflico horizontal, ndice anchura-largura, ndice nasal, facial superior y orbitario, as como prognatismo) y sexolgicas (grupo sanguneo predominantemente 0): En lingstica estudia las correlaciones existentes entre los australianos y la lengua amerindia Chon a travs de un vocabulario de 44 palabras que recogi el padre Schmidt entre los elementos ms estables (con los que se designan partes del cuerpo o fenmenos naturales). Finalmente anota una larga serie de semejanzas etnogrficas tales como la hamaca, el uso de las mantas de piel, las chozas en forma de colmena, el trenzado en espiral, barcas hechas con pedazos de madera cosidos, armas semejantes al boomerang, etc. El propio Rivet reconoce que las series utilizadas para las comparaciones son muy pequeas, sin embargo son las nicas que puede aportar. En cuanto a la ruta migratoria utilizada por los australianos para ingresar en Amrica, es la misma que haba propuesto el antroplogo Mendes Correa en 1925, es decir, Australia, Tasmania, islas Auckland, Campbell, Macquarie, Esmeralda, Tierra de Wilkes, Tierra de Eduardo VII, Tierra de Graham y Cabo de Hornos. Rivet opina que la migracin se efectu cuando los hielos se contrajeron como consecuencia del optimum climtico ocurrido hace unos seis mil aos y que las pruebas arqueolgicas de tal paso se encontrarn quiz en un futuro. A parte de lo sealado anteriormente, esta hiptesis adolece de un grave inconveniente, y es la imposibilidad de que los australianos, un pueblo que desconoca prcticamente la navegacin, fuera capaz de atravesar los 1600 kilmetros existentes entre Tasmania y Macquarie.^ ^

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El doblamiento melanesio dej en Amrica, segn Rivet, un tipo tnico que denomina paleoamericano, caracterizado principalmente por los famosos crneos de Lagoa Santa (Brasil), aunque se extiende por toda Amrica, desde la Baja California hasta Argentina, pasando por el suroeste norteamericano, Colombia, Ecuador y Per []. El poblamiento polinsico lo establece con una metodologa similar. En lingstica destaca la identidad de las palabras kichua y polinsica para designar el camote o plantas similares, o del polinsico y araucano para el morfema hacha. En etnografa recoge semejanzas como el horno polinsico (se han encontrado evidencias desde su existencia desde hace cuatro mil aos en Sudamrica) y objetos como el patupatu. La posibilidad de que los polinesios llegaran a Amrica no ofrece problemas ciertamente, pues tenan una gran tcnica de navegacin y unas embarcaciones magnficas, como las piraguas dobles, que les permitiran resistir el oleaje del ocano y cubrir unas distancias de unas 75 millas en diez o doce horas, llegando as a la isla de Pascua en unos veinte das, y saltar luego hasta Amrica. Rivet refuerza su hiptesis con una tradicin recogida por Caillot entre los polinesios mangarevienses, segn la cual sus habitantes haban navegado por el oriente hasta Taikoko y Ragiriri, lugares que suponen seran el Cabo de Hornos y el Estrecho de Magallanes. Rivet concluy su hiptesis incorporando la migracin vikinga en el siglo X, que pudo tambin dejar influencias lingsticas y culturales en Amrica. Haba abierto as ocanos a todos los pueblos pobladores desde el Viejo Mundo.

III. LAS DOCE TIPOLOGAS INDIAS DE IMBELLONI Utilizando datos antropofsicos recogidos por otros investigadores y sus propias investigaciones anteriores J. Imbelloni replante en 1938 su hiptesis de doblamiento. Parti del hecho de que los indios americanos presentaban once tipologas bien diferenciadas, reflejos de un origen poblador mltiple y de un mestizaje entre los grupos inmigrantes. Las corrientes pobladoras eran siete, tasmanoide, australoide, melanesoides, protoindonesios, indonesios, mongoloides y esquimales. Imbelloni consideraba intil buscar semejanzas culturales entre los pueblos que hay habitaban Asia y Oceana y los de Amrica, pues stos tienen ya poco que ver con sus antecesores. Tambin consideraba absurdo preocuparse por las rutas de doblamiento, ya que los lugares de partida no obligaban necesariamente a seguir una va martima o terrestre. Rompi de esta forma con la Historia y con el difusionismo cultural. Los doce grupos de amerindios son: SUBRTIDOS. Habitaban en la costa rtica (esquimales). Son de estatura pequea, cuerpo rechoncho, extremidades cortas, piel amarillenta, ojo y mancha monglicos. COLMBIDOS. Habitaban en la costa pacfica de Canad y Estados Unidos hasta el ro Columbia. Son de estatura media o alta, crneos braquicfalos, torso y piernas cortas, piel clara y escasa pilosidad.

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PUEBLO-ANDINOS. Habitaban dos regiones muy diferentes: una en Norteamrica, sobre las cuencas de los ros Grande y Colorado, as como en los estados de Arizona y Nuevo Mxico; otra sobre la cordillera andina en Colombia, Ecuador, Per, Bolivia y norte de Chile. Son de estatura pequea, crneos meso o braquicfalos, cabeza pequea, torso muy grande, cabello negro, liso y rgido y escasa pilosidad. APALCIDOS. Habitan el oriente de los Estados Unidos, desde el ro san Lorenzo hasta el Mississipi. Son de gran talla, dolicocfalos con tendencia braquicefalia y color claro de piel. PLNIDOS. Habitan las grandes llanuras norteamericanas desde Alaska hasta el Atlntico. Son altos, mesocfalos, con pmulos muy salientes, narices largas, y cncavas y piel bronceada. SONRIDOS. Habitan la costa pacfica norteamericana, desde el ro Columbia hasta el actual estado de Sonora en Mxico. Son altos, de cabeza pequea, cara redondeada y piel algo oscura. ISTMIDOS. Habitaban el sur de Mxico, Centroamrica y Colombia (excepto en la parte andina de este ltimo pas). Son de pequea estatura, crneos braquicfalos, cara ancha y corta, nariz ancha, cabellos y ojos de color negro. AMAZNIDOS. Habitaban en la gran Amazonia, que va en Sudamrica desde los Andes al Atlntico y desde Venezuela hasta el Ro de la Plata, y principalmente las cuencas de los ros Amazonas y Orinoco. Son de mediana estatura o baja, algo dolicocfalos, cuerpo robusto, brazos largos, piernas cortas y piel amarillenta. PMPIDOS. Habitaban la Pampa hasta la Tierra de Fuego y una gran parte del Mato Grosso en Brasil. Son muy altos, dolicocfalos, pmulos salientes, mentn muy pronunciado, cara larga, nariz alargada y pelo liso y duro. LGUIDOS. Habitan en dos regiones muy diferentes, como el altiplano oriental de Brasil y pequeas reas al sur de la pennsula de California, Mxico y costa de Chile. Son de estatura pequea, muy dolicocfalos y de cara y nariz anchas. FUGUIDOS. Habitaban la Tierra de Fuego y algunas regiones de la costa chilena y del oriente colombiano. Son de estatura baja, dolicocfalos, piernas cortas y casa y nariz largas. A Imbelloni se la ha criticado la escasa influencia que atribuye al medio en la conformacin de tipologas amerindias y lo incompleto y anticuado de los materiales que utiliz para su hiptesis. * AA.VV. Historia de Iberoamrica. Prehistoria e Historia Antigua. T.I. Madrid, Ctedra, 1992, pp. 24-31.

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CAPTULO 2:

ASPECTOS CULTURALESINTRODUCCIN Para el estudio de los distintos aspectos de las culturas prehispnicas se cuenta con un conjunto de disciplinas que se han aproximado a las mismas, apoyadas en dos fuentes primordiales, aunque no son las nicas. Una de ellas es la propia cultura material que a travs de la Arqueologa nos muestra la variedad de objetos que se produjeron desde los perodos Arcaico y Precermico, hasta el siglo XVI de nuestra Era, y cuya interpretacin es fundamental para poder entender la evolucin que conocieron cada uno de los grupos que se asentaron en el territorio americano, as como el grado de las relaciones que se pudieron establecer entre ellos. En segundo lugar las fuentes documentales que desde el siglo XVI se van a convertir en un referente necesario para el estudio de estos grupos humanos, sin olvidar que fueron escritas en unas condiciones de desfase temporal, apoyadas en la propia tradicin oral de estos pueblos, y que obligan a tener presente una cierta cautela a la hora de su valoracin. Es a travs de ellas como se puede acceder en una primera fase al anlisis de la complejidad que alcanzaron en sus desarrollos internos estas culturas y como aquella se reflej en una serie de aspectos que nos hablan del grado de civilizacin que alcanzaron. La estructura de la organizacin social y del panten religioso; la existencia de unos mecanismos de cmputo y relacin como el calendario y la escritura, la capacidad de creacin de imgenes dotadas de significados abstractos relacionados con las fuerzas de la Naturaleza y la articulacin territorial por medio de una estructuracin econmica fundamentada en la agricultura y el comercio, son algunos de esos rasgos destacados que ayudan a comprender e interpretar con garantas y con mayor claridad algunas de las caractersticas de las manifestaciones culturales que llegaron a producir estas sociedades prehispnicas.

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A eso se unen acciones de mayor envergadura como la generacin de enclaves perfectamente planificados, que hablan de una tradicin urbana y de definicin de los espacios que generan la escenografa necesaria para que sirvan de marco vital a sociedades perfectamente organizadas sin las que seran impensables dichas intervenciones.

CABEZA COLOSAL OLMECA, N 4. MUSEO DE XALAPA. VERACRUZ. (MXICO).

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LA SOCIEDAD La paulatina especializacin que fueron conociendo los grupos que se distribuan por las distintas regiones de la Amrica prehispnica, era el comienzo de un desarrollo que alcanzara su mxima expresin a partir de la etapa preclsica, fundamentalmente en los centros olmecas de la costa del Golfo y en enclaves como Chavn de Huntar, en los Andes, en el Horizonte Antiguo. Este proceso inicial se proyect en la aparicin de sociedades prehispnicas que se caracterizarn por estar perfectamente estructuradas de una manera jerrquica, aunque no siempre con el mismo orden interno. La progresiva complejidad que fueron adquiriendo con el tiempo y en el espacio, se reflej en la aparicin de algunos miembros de esas sociedades que llegaron a controlar al resto de la poblacin, inicialmente por motivos religiosos y ms adelante por causas militares, aunque ambos coexistiran en determinadas etapas. En el primero de los casos la existencia de chamanes en el seno de los grupos sociales, puso de manifiesto una incipiente diferenciacin interna de los grupos que por tradicin o especiales circunstancias aprovecharon la necesidad de interpretar los acontecimientos sobrenaturales para lograr explicaciones terrenales, evidenciando la posesin de unas actitudes concretas para determinadas actividades propiciatorias, que afectaran a los logros conjuntos del grupo, al funcionar de intermediarios entre los dioses y ste. En ese sentido, la evolucin desde fases iniciales igualitarias hasta la conformacin de las complejas sociedades de las civilizaciones, azteca o inca, evidencian un paulatino proceso que se reflejar en la propia organizacin social interna. De ah que el anlisis de la evolucin de la sociedad prehispnica americana se caracterice por el estudio de la constante adaptacin del hombre a las propias condiciones naturales que lo determinan, as como a su cada vez mayor complejidad mental. Las sociedades prehispnicas comenzaron su andadura en el preciso momento en el que el hombre se enfrent a una mnima organizacin para efectuar labores de caza y recoleccin con las que garantizar el sustento del grupo. Durante los 5000 aos anteriores al nacimiento de las sociedades urbanas se produce el desarrollo de una incipiente vida rural en una fase de clara neolitizacin en la que se domestican plantas y animales, que deriv en la localizacin de los grupos en puntos determinados y la explotacin de los recursos naturales del entorno. Se trata del primer momento en el que se constata una evidente acumulacin de objetos y la aparicin de un excedente de tiempo y energa que fue aplicado en la consecucin de otros fines entre los que estaran los propiciatorios, las construcciones de complejos sagrados y todas aquellas actividades que necesitaron de una clara aportacin colectiva. Una sumatoria de objetos y tiempo libre, que permitirn desarrollar actividades desconocidas hasta ese momento y que contribuyeron a una inicial diferenciacin interna entre quin se mantena en las acciones productivas y quin se dedicaba a las artesanales enfocadas a la produccin de cermica, textiles, etc., y por lo tanto lejos de la actividad exclusivamente cazadora recolectora, que hasta ese momento haba caracterizado la vida diaria de estos grupos. Estos miembros destacaran, por un claro carcter sumiso, paciente, y en definitiva gregario, frente a los que ostentaban la capacidad de mando que explicaba el distanciamiento entre una y otra.

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MONUMENTO N 19. LA VENTA. (MXICO).

Las crecientes relaciones comerciales que aparecen entre las distintas regiones, constatadas de una manera clara en el perodo Clsico en Mesoamrica y desde el Horizonte Antiguo en la regin andina, afectar a una mejora de la calidad de vida mediante el perfeccionamiento de todos los mbitos de la existencia y una mayor interdiversificacin social, aportando elementos de equilibrio en los procesos evolutivos, como ali-

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mentos o materiales de construccin. Es este el momento en el que aparecen ya totalmente definidos los sacerdotes, clase social derivada de los primitivos chamanes y que se dedicarn a la gestin de las riquezas de los templos, espacios que adquiran la virtud de convertirse en los lugares en los que se encontraba solucin a los problemas sociales derivados de la creciente acumulacin de riqueza. Junto a ella la propia realeza, muy vinculada con la clase religiosa, la clase militar y el resto de la poblacin entre los que se podran destacar comerciantes, artesanos y agricultores, se conformaban como los elementos integrantes de una estructura que prcticamente se mantendra a lo largo de la etapa clsica, coincidiendo con la eclosin de las ciudades-estado, tanto en la zona mesoamericana como en la andina, y finalmente en el perodo Postclsico y el Horizonte Tardo, constituyendo las estructuras que entraron en contacto y conoci el hombre europeo. La sociedad que surge con la aparicin del grupo sacerdotal reflejaba un orden dual en donde la religin encontraba una clara vinculacin con al idea de civilizacin frente a la barbarie relacionada con la ausencia de creencias religiosas. Unas ideas que transmitidas a travs de objetos, no dejaban de representar conceptos como los de respeto y terror, destinados a la concentracin y mantenimiento del poder en unas manos muy exclusivas.

DETALLE DE LA PIEDRA TIZOC CON REPRESENTACIN DE GUERREROS. AZTECA. MUSEO NACIONAL DE ANTROPOLOGA. (MXICO).

No obstante, esta situacin se rompe a inicios del primer milenio, momento en el que surgen aristocracias guerreras que hasta ese momento se haban mantenido en un segundo plano y que resultan de la incursin de poblaciones nmadas que

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acabaron controlando a las sociedades teocrticas. Toltecas, mixtecas y chims son los protagonistas de un cambio que de alguna manera provoc una vuelta al pasado con los grandes imperios a partir del 1300, convirtindose en smbolo de unidad, capacidad de emprender obras pblicas y sobre todo de colonizacin de nuevas tierras, hasta el momento en el que haran aparicin de los espaoles, caso de los aztecas y de los incas. Es en esta ltima civilizacin es donde nos queda an una unidad social bsica de la que hablar: el ayllu. En el mundo inca, toda la organizacin social giraba en torno a este ncleo que prcticamente representa la unidad de parentesco en la que los miembros se consideran descendientes de un antepasado comn, real o supuesto. Junto a ello, se tena una localizacin territorial estricta, con lo que cual favoreca que el patriarcado generase unas relaciones de endogamia claras. Todo un sistema que se incorpor al imperio y que dio lugar a los ayllus reales.

LA RELIGIN Las religiones prehispnicas son esencialmente agrcolas. Las divinidades, los ritos, las fechas de las festividades, todo estaba vinculado directamente con las fuerzas de la Naturaleza y con el cultivo de la tierra. Las explicaciones sobre el origen de la vida hacen referencia constante al maz como alimento supremo, como material con el cual se hizo carne de los hombres. Por ello las ceremonias, presididas por verdaderos intermediarios como eran los sacerdotes, se convertan en acciones propiciatorias de la lluvia y la fertilidad formando el ncleo de los rituales, siendo la parte ms antigua e importante de la compleja estructura del calendario de fiestas. Algunos autores incluso hablan de la propia guerra como la accin con la cual estos pueblos se hacan de los prisioneros necesarios para poder sacrificarlos con el nico fin de mantener el movimiento del universo con sus ofrendas, verdadero alimento de los dioses, por encima de pretensiones de expansin territorial. La preocupacin por la lluvia, cuya expresin ms clara pudo ser la perfeccin que se alcanz en el control y traslado del agua para riegos en determinadas zonas de Mesoamrica y Suramrica, era la lgica consecuencia del carcter agrcola de aquellas sociedades, siendo el culto a la fertilidad el resultado ms comn de estas prcticas. La presencia constante de imgenes y figuras de personajes femeninos desde las etapas ms tempranas y sobre todo el papel destacado que alcanza la imagen de la mujer en la organizacin social interna, se puede considerar como testimonio de la preponderancia que lo femenino alcanza a niveles religiosos. El hombre prehispnico viva inmerso en un universo trascendente en el que las divinidades y las fuerzas todopoderosas estaban presentes cotidianamente, y en el que los actos de los humanos influan en el orden o el caos del cosmos. La Naturaleza se converta en un mbito que no era independiente del obrar humano, de tal manera que cada acto de la vida estaba inmerso dentro de un ciclo universal del que difcilmente de poda ver desarraigado. Esta religiosidad que impregna la vida

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RELIEVE OLMECA CON LA REPRESENTACIN DE UN SACERDOTE. XALAPA. VERACRUZ. (MXICO).

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XOCHIPILI. DIOS DE LOS JUEGOS, DE LOS PLACERES Y DE LA ABUNDANCIA ENTRE LOS AZTECAS.

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en todos sus resquicios, conlleva a la presencia de una cuidadosa y omnipresente ritualizacin. La vida y la muerte aparecen regladas por ritos que acompaan al hombre durante toda su existencia, ritos para nacer, morir, crecer, pasar de un estado biolgico o social a otro, para conseguir abundancia, fortuna o felicidad, etc., y de los que dejaran testimonios valiossimos autores como Bernardino de Sahagn. Ejemplo de cmo los distintos elementos que intervienen en la caracterizacin de la religin prehispnica encuentran su perodo definitivo y clarificador, lo tenemos en la cultura azteca o mexica, en la que se inscriben los sacrificios humanos que narraron las crnicas espaolas, reflejo de que en el don divino de la vida reside y alumbra con ms claridad la idea de que el universo entero est sostenido por la energa humana, y slo el sacrificio proporcionar la fuerza suficiente para el sostenimiento del ciclo vital. Una vinculacin entre lo humano y lo divino que aparece en el mito de la creacin del Sol y la Luna en Teotihuacn, en una ceremonia en la que tambin se crea al hombre a partir de los huesos triturados de los dioses, accin que convierte a los primeros en seres con un componente divino y a los segundos en seores incompletos ligados de por vida a los sacrificios humanos.

CABEZA DE TLLOC. LA CIUDADELA. TEOTIHUACN. (MXICO).

Segn los distintos mitos que se desarrollan, en el momento de la concepcin de un ser humano, un fragmento de energa csmica o tonalli, desciende del cielo y se encarna en el nuevo ser para conferirle la vida. Una energa que solamente se recupera mediante el sacrificio ya que de lo contrario se pierde en el camino hacia el Mictln o pas de los Muertos. Los sacrificados son seres privilegiados cuyo

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destino est en garantizar que la vida contine y que el sol se mueva, uno de los pocos aspectos considerados como eterno por parte de las culturas prehispnicas. Solamente la muerte aseguraba la vida; las fuerzas de la resurreccin, que parten del sacrificio, permiten que el sol vuelva a salir, que la vegetacin se regenere y que el agua abunde. Vida y muerte se convierten en dos aspectos de la misma realidad, persistente idea del equilibrio de contrarios y que se reflejan en los esqueletos vivientes que abundan en la iconografa prehispnica. Con la llegada de los espaoles hubo una eficaz sustitucin de un panten por otro y de unas prcticas y ritos por otros. Una transicin facilitada por la similitud entre lo antiguo y lo nuevo, fundamentalmente porque las dos tradiciones compartan entre otras, una especie de confesin, un rito de comunin, crean en la existencia de una madre sobrenatural, etc. En definitiva aspectos que incluso influyeron en los diseos arquitectnicos de los edificios religiosos coloniales que buscaron en cierta medida una similitud con lo preexistente, con la intencin de que el adoctrinamiento masivo al que se vera sometido el indgena, tuviera su marco adecuado en el que no se encontrara extrao, estando incluso decorado con una pintura mural, que iconogrfica y tcnicamente hunda sus races en la imagen de los espacios prehispnicos. El panten prehispnico mesoamericano engloba divinidades tan dispares como Tlloc, el dios de la lluvia, Quetzalcatl, Xochipilli, Chalchiutlicue, Coatlicue, Xochiquetzal, Xipe Totec, Huitzilopochtli, Tonatiuh, Tlazolteotl, entro otras. Muchas de ellas aparecen en la tradicin religiosa desde etapas del preclsico como es el caso de Tlloc, siendo una constancia la relacin de las mismas con la agricultura y fenmenos de la naturaleza vinculados con ella. La religin en la zona andina siempre estuvo vinculada con la construccin de centros religiosos desde los que emanaban los dogmas y las prcticas que por ejemplo caracterizaron el Horizonte Antiguo con Chavn o el Medio con Tiahuanaco. El estudio que se puede realizar a partir del anlisis de las crnicas que desde el siglo XVI se comienzan a escribir sobre el Imperio peruano, pone de manifiesto la existencia de una clara doble vertiente a la hora de hablar de la religin andina. Ambas apoyadas en la existencia de una serie de mitos cosmognicos que explicaban el origen del mundo, de los hombres, de las plantas, etc., incluso de su propio universo dentro del cual el inca se consideraba parte. Todo un corpus de informacin transmitida de modo oral y donde juega un papel importante Viracocha, una especie de hroe-padre que ser fundamental en el desarrollo del pueblo inca. Dentro de estos esquemas que ordenan ese conjunto de creencias que afectarn a su percepcin del universo destacan algunos dioses que actuaban en diferentes planos y con distintas funciones, que en definitiva regan las fuerzas de la naturaleza y facilitaban al hombre su sustento y su seguridad. A estos dioses se les daba el nombre genrico de huacas y se situaban en la base de la religiosidad popular. Para el caso suramericano, figuras como el Lanzn, el seor de los Bculos que evoluciona desde una fase chavinoide hasta su representacin en la Puerta del Sol de Tiahuanaco, Viracocha, o la propia conversin de las figuras del Sol y la Luna como divinidades, mantienen un mayor hermetismo respecto a la claridad de su sentido fundamentalmente en los dos primeros casos.

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DETALLE DE LA ESTELA RAIMONDI. CHAVN DE HUNTAR. (PER).

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No obstante dentro de todo este conjunto de integrantes de la religin preincaica e incaica que estamos sealando, queremos hacer especial mencin de los antepasados de los ayllu, que momificados y santificados conformaban lo que denominamos como mallquis llegando a mantenerse como elementos de culto tras la llegada espaola. Unos antepasados de cada una de las familias, cuya conservacin se vea como elemento indispensable para reforzar las seas de identidad de los grupos. En ese sentido, la creencia en una vida tras la muerte, estuvo muy asentada tanto en Mesoamrica como en la rea andina, testimonindose fundamentalmente en la aparicin de una serie de edificios, ceremoniales y objetos que ratifican este aspecto. La presencia de ajuares abundantes en las tumbas tanto de Monte Albn como en las mochicas, pueden ser un ejemplo de la enorme preocupacin que exista por hacer acompaar al difunto en su viaje ms largo. La misma existencia de las dos formas bsicas de enterramiento, incineracin e inhumacin, muestran la evolucin que a lo largo de su historia conocieron los comportamientos ante la muerte por parte de estas culturas.

CODZ POOP. KABAH. YUCATN. (MXICO).

Este concepto determin el desarrollo de todo un conjunto de rituales encaminados a la conservacin del cuerpo momificado, sobre todo en las culturas preincaicas e incaicas, ayudndose de las especiales condiciones del clima. Culturas como la chinchorro, muestran lo tempranas que fueron estas prcticas, que se heredaron en el tiempo por mochicas e incas. Tanto las condiciones extremas del desierto como las de la alta montaa, aceleraron los procesos que an en la actualidad sorprenden por el magnfico estado de conservacin en el que hallan algunos de los cuerpos.

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LA ESCRITURA Y EL CALENDARIO Uno de los mximos exponentes que plasman el desarrollo cultural al que puede llegar un determinado grupo, incluso para ser considerado como civilizacin, es la existencia de los instrumentos necesarios para la comunicacin entre los distintos miembros que lo componen y las sociedades con las que se relacionan. A ello unimos las posibilidades de control del tiempo que son el reflejo de un alto grado de evolucin, manifestacin mxima del control de la aritmtica. Detrs de ello se esconde un paulatino dominio de la Naturaleza que los rodea, de tal manera que el cmputo de los productos excedentes, as como una mejor manipulacin de los productos agrcolas, provocan la necesaria aparicin de la escritura y el calendario. Respecto a la primera de ellas, la existencia de un lenguaje escrito, en el que se combinan elementos abstractos con imgenes, pudo tener su origen en el perodo olmeca, momento en el que se registra la presencia de elementos esculpidos en los que aparecen signos de una complicada interpretacin. Las posibles relaciones con la zona maya explicaran la existencia de similares iconografas que se emplean fundamentalmente en estelas, lo que relaciona desde un primer momento la escritura con las clases sociales dirigentes, que la emplearan para determinar y marcar momentos y fechas que se recordaran por su especial significacin.

TABLETA DE LOS ESCLAVOS. PALENQUE. (MXICO).

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ESTELA OLMECA. MUSEO DE XALAPA. VERACRUZ. (MXICO).

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Signos que se mantendran relacionados con lugares destacados como los aparecidos en las estelas de la pirmide de Cuicuilco, en el Pedregal de Mxico D.F., y que anticipan la etapa clsica teotihuacana. Una escritura tremendamente dominada por la imagen que encontrar su culminacin en los cdices mixtecos de la fase final clsica y que seran el preludio del magnfico desarrollo de la escritura maya a partir del siglo X d.C. Desde este momento los mximos elementos sern los desarrollados por stos, creando un cdigo consistente en signos enmarcados y compuestos que an se llaman jeroglficos ya que solamente se han conseguido descifrar un tercio de los 820 signos que componen el conjunto total. El alto grado de sofisticacin alcanzado en este sentido, nos obliga a hablar de ellos diferenciando estos textos precolombinos en dos clases y dos pocas. Los primeros son epigrficos y estn formados por inscripciones monumentales en estelas y edificios, todos de la etapa clsica. El segundo grupo lo integran los textos manuscritos en papel de corteza de los que solamente se conservan los cdices de Dresde, Pars y Madrid. Las inscripciones registran sucesos histricos y mticos, mientras que los manuscritos presentan fechas, tablas y cmputos astronmicos, referencias a los dioses, prescripciones rituales y smbolos de direccin. La escritura se ha reconocido como un sistema compuesto, ni ideogrfico, ni puramente fontico, sino que contiene expresiones en ambos modos. Por lo que respecta al cmputo del tiempo, los calendarios se testimonian desde la etapa olmeca en una clara relacin de estas culturas con los ciclos vitales de la Naturaleza que se hacan indispensables controlar, debido a su estrecha vinculacin con la produccin agrcola de la tierra. Posiblemente sea esta necesidad, la explicacin de la aparicin de un obligado control del transcurso del tiempo que tambin alcanz su mximo exponente en la etapa maya. En esta fase encontramos inscripciones en las que se ofrece el nmero de das que han transcurrido desde un

CALENDARIO DE SACSAHUAMN. CULTURA INCA. CUZCO. (PER).

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punto de partida arbitrario, teniendo en cuenta como seala el profesor Andrs Ciudad, que el tiempo no se puede conceptuar como un fenmeno esttico, sino recurrente, cclico, que es susceptible de medir y que puede ser medido en unidades jerrquicas manipulables matemticamente. De esta manera podemos decir que el calendario, desde su aparicin y total definicin en el perodo maya, tiene sus races en la historia, y se ha forjado a partir de la religin, de los horscopos, de la adivinacin y de la astronoma. La complejidad que alcanz en el mundo maya hizo que contarn con varios ciclos, con unas funciones muy determinadas y que fueron utilizados por las elites aristocrticas y sacerdotales para legitimar su posicionamiento frente al pueblo. Siguiendo al profesor Andrs Ciudad, vamos a explicar en que consista el calendario maya que es el que alcanz un mayor grado de complejidad y de elaboracin en las culturas prehispnicas de Mesoamrica. El primer ciclo se conoce con el trmino de tzolkin o cuenta de los das, que los mayistas han bautizado como almanaque sagrado. La unidad bsica es el da, cuya designacin obedece a la combinacin de dos elementos: un nmero del 1 al 13 y un conjunto de veinte das con su propio nombre. Los nombres de los das adaptados al castellano por Fray Diego de Landa son: Imix, Ik, Akbal, Kan, Chicchan, Cimi, Manik, Lamat, Muluc, Oc, Chuen, Eb, Ben, Ix, Men, Cib, Caban, Etznab, Cauac, Ahau. El proceso consistira en asimilar un nmero a un da de manera sucesiva, 1 Imix, 2 Ik, etc., cerrndose el ciclo cada 260 das. El segundo calendario define el ao solar conocido como Haab y consta de dieciocho meses de veinte das cada uno, ms un mes adicional de cinco das. Sus nombres son: Pop, Uo, Zip, Zotz, Tpec, Xul, Yaxkin, Mol, Chen, Yax, Zac, Ceh, Yax, Zac, Ceh, Mac, Kankan, Muan, Pax, Kayak, Cumku, Uateb. La combinacin de este calendario es ms parecida al nuestro, de tal manera que cada mes corre los veinte das correspondientes, 0 Pop, 1 Pop, etc., hasta completar los 360 das. Estos dos calendarios llegaron a combinarse para dar lugar a la que se conoce como Rueda Calendrica, que es resultado de combinar 260 x 365, dando lugar a 18.980 das o lo que es lo mismo 73 tzolkin o 52 haab. En este tercer caso los das iran nombrados de la siguiente manera 1 Imix 0 Pop, 2 Ik 1 Pop, 3 Akbal 2 Pop, etc. Las dimensiones a las que lleg el cmputo del tiempo hizo necesaria la utilizacin de unidades, que permitieran medir los perodos de cincuenta y dos aos. Estos rdenes de unidades son Kin que equivale a un da; Uinal que corresponde con 29 kines; Tun, es decir 18 uinales; Katun o lo que es lo mismo 20 tunes y por ltimo Baktun que son 20 katunes. Conocidas como series iniciales se emplearon continuadamente en estelas, altares, etc., y registran la fecha de ereccin, mediante la enumeracin de los perodos de 400 aos que han pasado desde el cero, as como los perodos de 20 aos del ciclo de 400 en curso. Tambin se da la fecha del monumento concreto en el perodo de 20 aos y en el calendario ritual de 360 das. En otros bloques de signos aparecen otros detalles sobre la edad lunar, sobre las regencias divinas implicadas en la composicin astronmica del momento y otras series se ocupan de los cmputos relativos al ao solar y a la posicin de la tierra respecto del sol. El sistema incluye signos para los nmeros, para los perodos, para las deidades, para las direcciones y para las prescripciones rituales, as como para los augurios.

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EDIFICIO CONOCIDO CONO EL CARACOL. POSIBLE OBSERVATORIO ASTRONMICO. CHICHN ITZ. YUCATN. (MXICO).

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La cronologa es muy precisa, ya que no puede reaparecer ninguna fecha de serie hasta despus de 374.440 aos, y es duradera, puesto que la inscripcin de serie inicial es tan redundante que su mensaje fundamental se puede reconstruir incluso aunque estn destruidas las dos terceras partes. En la historia clsica maya se personificaba y deificaba cada perodo de tiempo, hasta el simple da. El culto y ritual de los perodos de tiempo sigue vigente, aunque atenuadamente, entre las remotas comunidades de las tierras altas de Guatemala y el sur de Mxico. Estas fechas de series iniciales y otras ms breves, llamadas expresiones de calendario redondo, estn muchas veces separadas por nmeros que indican distancia, y que sealan los das transcurridos entre las fechas registradas. stas a menudo se refieren a personas, ttulos hechos y lugares, y a partir de su lectura se podr reconstruir finalmente la historia dinstica de muchos emplazamientos mayas clsicos. Por lo que respecta al rea suramericana, sera con los incas con los que se alcanzara un mayor grado de desarrollo y expansin cultural. Pero al contrario de lo que venimos comentando para la zona mesoamericana, en el mundo inca no existe ninguna clase de escritura, siendo los kipus y la fuerza de la tradicin hablada los nicos medios que se emplearon para transmitir los acontecimientos histricos. Los kipus, ms que una escritura, se convirtieron en el mecanismo que permiti registrar la marcha del Estado, mediante un sistema de nudos y piedras en cordones de diversos colores y tamaos que marcaban los acontecimientos, datos estadsticos, batallas, cosechas y expediciones. Cada cosa indicaba su lugar en las cuerdas, de tal manera que las unidades se colocaban en la extremidad inferior del hilo, las decenas ms arriba y as sucesivamente. Cada cordn tiene un significado que corresponde a un determinado color y as el amarillo representa el oro, el blanco la plata, el rojo la guerra, el verde la sementera, etc. A la muerte de un soberano, los altos dignatarios se renen para considerar los hechos de mayor importancia, seleccionar aquellos que se darn a conocer al pueblo y los que son de dominio divino. Merced a los kipus los funcionarios o kipucamayos llevaban cuenta exacta de la poblacin segn la edad y sexo, los nacimientos, muertes, enfermedades, casas, animales, cosechas, etc.

LA ECONOMA (AGRICULTURA Y COMERCIO) Los primeros grupos que se asientan de una manera estable en el territorio, culminando el proceso de sedentarizacin iniciado siglos antes, pusieron de manifiesto la pronta necesidad de consolidar la evolucin de dos elementos fundamentales para mantener la estabilidad del grupo, la agricultura y el comercio. El paulatino calentamiento de la tierra desde las ltimas glaciaciones que lo hacan ms similar al actual, permiti que la economa bsica de estos grupos se sustentara con un sistema mixto en el que convivan pesca, recoleccin, cacera, la propia agricultura y los intercambios de objetos y productos, siempre dependiendo de las propias caractersticas de los territorios por donde se movan.

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ESTELA DE QUIRIGU. (GUATEMALA).

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La agricultura plasmaba en s misma el largo proceso de contemplacin y anlisis de la Naturaleza, seleccin de especies vegetales y su posterior domesticacin para hacerlas productivas, aspecto del que venimos hablando, generando un desarrollo en torno a una de las plantas que ms trascendencia ha podido tener en el desarrollo de una civilizacin: el maz. De las hiptesis ms recientes acerca del origen del maz, encontramos una serie de apreciaciones que van desde las propuestas de una evolucin unilineal hasta los que defienden trasmutaciones que llevaron la lnea evolutiva por caminos que no se han constatado con la realidad arqueolgica. En este sentido jug un papel fundamental la cultura indgena que llev a cabo hibridaciones tendentes al mejoramiento de la especie y a un mayor rendimiento de la planta. Un mecanismo cultural al que se le uni la incidencia de las condiciones climticas, topogrficas y aquellas que pudieron afectar a la consecucin de su consolidacin como base de la alimentacin americana. Hacia el cuarto milenio antes de Cristo, la domesticacin del maz haba dado sus primeros resultados en Mxico, Centroamrica y Suramrica, un elemento de vital importancia que incluso deriv en el desarrollo y aparicin de diversas tipologas de paisajes como el de chinampas en el Valle de Mxico o el de andenes que alterara el medio en la zona andina y que junto con un control efectivo del agua se convertira en uno de los pilares de las civilizaciones que se desarrollaron desde la costa colombiana a la chilena y en los valles interiores de los altiplanos. Junto al maz, el cultivo de la calabaza, el aguacate, el chile, la papa o la mandioca, vinieron a completar un amplio grupo de plantas que se domesticaron

EL GRAN COLIBR. ARTE NAZCA. (PER).

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de una forma paulatina. Una agricultura que desde un inicio tambin conoci una evolucin en lo que se refiere a las distintas tcnicas y sistemas de cultivo que evidentemente incidieron en la produccin de excedentes, cuya disminucin fue la causa de las crisis del siglo VIII que dieron al traste, por ejemplo en el rea mesoamericana con culturas como la teotihuacana o la maya. El control del agua fue necesario para que se produjera dicho desarrollo y as lo constatan los innumerables canales que aparecen en yacimientos tempranos como el olmeca de San Lorenzo, las propias obras de ingeniera que corrigieron el trayecto del ro San Juan en Teotihuacn o los sistemas de acueductos, canales y andenes que aparecern en la regin andina, recorriendo las mrgenes de los ros que desde los Andes, descendan hasta el Pacfico. Respecto a las rutas comerciales, stas se definen desde un primer momento como los vehculos a travs de los cuales se pusieron en contacto distantes zonas de Amrica que intercambiaron productos excedentes y materias primas sobrantes, en una incipiente articulacin econmica de las relaciones que lleg a su mximo culmen en las etapas finales de los imperios americanos de los siglos XIV y XV, justo antes de la llegada del hombre europeo. Desde los primeros momentos, los intercambios comerciales permitieron la existencia de rutas de comunicacin que explic