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Avanzar por la Unidad del Pueblo www.colectivoavanzar.blogspot.com.ar Pág. 3 vamente-, las contradicciones esenciales entre independencia / dependencia de los centros del capitalismo planetario; sociedad comunista / modo de producción capitalista en su fase liberal y de do- minio arculador del momento nanciero en la totalidad de su reproducción. En el circuito im- puesto por la di- visión capitalista internacional del trabajo, la lucha libertaria y libe- radora bajo la dirección de los intereses de las grandes mayo- rías oprimidas que pueblan las economías depen- dientes es, al mismo empo y como un solo momen- to, animperialista y ancapitalista. Desde su incorporación por la fuerza al propio movi- miento del capital -cuando la burguesía se volvió he- gemonía mercanl en la Europa de los siglos XV y XVI- que América Lana y el Caribe es periferia, tra- bajo esclavo, trabajo semi-esclavo, trabajo asalaria- do barato, saqueo histórico, bon, retaguardia y hu- manidad experimental, carne de cañón y denso trá- co migrante, capital originario incesante y expolia- ción sangrienta para benecio de las economías cen- trales del planeta. En Lanoamérica, como en todos los paisajes depen- dientes, no existe ni ha exisdo una ‘burguesía na- cional, patrióca y revolucionaria’. Sólo han exisdo proyectos polícos que desean e imaginan una bur- guesía nacional independiente de los capitalismos mandantes. El análisis críco y trágicamente profuso en casos señala que cuando los intereses de los tra- bajadores y oprimidos organizados establecen alian- zas con las supuestas burguesías nacionales indus- triales, sólo triunfa el capitalismo. Las burguesías nacionales ‘puras’ o más bien, las oligarquías la- noamericanas, nacieron y connúan siendo rens- tas: apenas una extensión formal de los intereses del imperialismo especialmente norteamericano. Y las burguesías navas más ofensivas son vagón de cola en la cadena vercal que arranca en los polos capita- listas que antes y ahora organizan el orden de las relaciones geoeconómicas, polícas, militares y so- ciales. Al respecto, vale recordar que el capital no ene más patria que sus intereses, acu- mulación, concentración y ganancia. Al igual, por tanto, que el pueblo traba- jador. ¿Por qué también el pueblo tra- bajador y demás clases avasalladas? Porque el capitalismo, hoy más que nunca, es totalidad sistémica. En conse- cuencia, el concepto de patria es un fe- che funcional para la minoría que manda todavía, y alienación para la in- mensa mayoría aún mandada. 3. Las revoluciones triunfantes en los países depen- dientes con miras a la construcción del socialismo re- volucionario no sólo han conquistado el Estado bur- gués para destruirlo y reformularlo radicalmente, si- no que, como antesala necesaria, han expropiado a la burguesía y a los intereses imperialistas, políca y militarmente. No por ello los burgueses expropiados y el imperialismo se han echado a dormir la siesta. Sus intereses y movimiento objevo les imponen recuperar todo el poder con superior violencia y programas liberales aun más profundos. En las re- voluciones triunfantes de los países dependientes la lucha de clases a escala mundial se intensica. Por eso la internacionalización de la revolución se torna un imperavo de sobrevivencia políca y económica en el contexto mundial de la guerra social. Los em- pos de la disolución más rápida posible del propio Estado revolucionario, hasta el más hondamente de- mocráco, parcipavo y socializado, depende de la liberación popular en muchos territorios. 4. Venezuela no es el socialismo realizado. Es pro- mesa de socialismo bajo determinadas condiciones. La úlma arremeda golpista iniciada el 12 de fe- brero de 2014 y todavía en curso no ene ninguna razón para cesar hasta no intentar, a cualquier costo y empleando todos los medios, cumplir su objevo restauracionista. Que no sea la tácca privilegiada hoy por el imperialismo es sólo eso: tácca. Tal vez el Pentá- gono preferiría ganar en las urnas, que ene ‘mejor ver’, o provocar una situación de ingobernabilidad que im- pusiera al Ejecuvo la convocatoria a un plebiscito, como el que Salvador Allende en Chile no alcanzó a anunciar el 11 de sepembre de 1973. Y la burguesía y el imperialismo quieren terminar con el gobierno de Nicolás Maduro y con el desen- volvimiento, conciencia y armadura del pueblo or- ganizado para hacerse, como antes, de todo el pe- tróleo y exterminar precautoriamente cualquier “…y lo he dicho en Chile, que nosotros –que no que- remos la violencia- a la contrarrevolución y a la violencia reaccionaria res- ponderemos ulizando primero la ley, después ulizaremos la violencia revolucionaria.” Salvador Allende, La Habana, 1972 Andrés Figueroa Cornejo 1. Cuando no ocurría nada bueno para los pueblos de América Lana y la izquierda ancapitalista mor- día el polvo de la implosión de la Unión Soviéca –a la que hacía empo cricaba con dureza por movos fundados y conocidos, aunque calladamente no es- peraba ni deseaba que desapareciera- ocurrió el Pri- mero de enero de 1994, el Ejército Zapasta de Libe- ración Nacional y la gura de Marcos. La fecha escogida para el levanta- miento en una de las zonas más aban- donadas y empo- brecidas de México tenía un doble sen- do: el de la opor- tunidad para pro- testar políco-mili- tarmente ante la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte ese mismo día del año, y el sim- bolismo empáco con el Primero de enero que ca- lendariza el triunfo de la Revolución Cubana. La irrupción zapasta de impronta indígena, si bien fracasó en su objevo inmediato (gallar la masica- ción de la insubordinación popular contra el mal go- bierno y el imperialismo), denivamente sí insuó nuevos bríos, dignicación, renovado sendo y repo- sición de la lucha de los pueblos indígenas en todo el connente. Es decir, la insurrección zapasta ofreció luz y moral de combate al sujeto indígena mucho más allá de México. Un ejemplo que hoy, entre otras causas históricas, también explica la resignicación social de los pueblos preexistentes de América La- na, su radicalización y organización políca prota- gónica en amplios territorios. Tuvieron que pasar 8 años hasta el fallido golpe de Estado en Venezuela contra el go- bierno y el Presidente Hugo Chávez comedo por sus medidas pro- populares sintezadas en 49 leyes, entre las cuales la más progresiva fue la Ley de Tierras o de reforma agraria. La intentona golpista del empresariado embravecido por los intereses norteamericanos, redun- dó en la intensicación del discurso y la acción animperialista del gobierno, la nueva Doctrina Militar Bolivariana o Plan Sucre, (hp://www.edugn.mil.ve/documentaciones/pedf anb.pdf ), la creación de TeleSur el 2005, la nacional- zación del petróleo en 2007 (cuyo proyecto original era que el Estado fuera propietario del 51% y el resto estuviera compuesto por accionistas minoritarios) y la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) con el n de establecer un tratado comercial y políco regional, simétrico, éco y justo, disnto a las fábricas de la deuda de las endades de las economías centrales hegemonizadas por EE.UU. Junto a lo anterior se encuentran los amplios progra- mas sociales sanitarios, laborales, educacionales, de vivienda, llamados Misiones y basados en una polí- ca inédita en Venezuela de redistribución social más democráca de la renta petrolera y que incluso benecia a personas de otras latudes, sobre todo en materia de salud e independientemente de sus posiciones polícas. Asimismo, se aumentaron sus- tanvamente los porcentajes del PIB desnados a inversión y derechos sociales. 2. El socialismo es un proceso fruto de otro proceso que consiste en crear las condiciones sucientes y necesarias para la imposición de la hegemonía de la clase trabajadora y los pueblos. En América Lana el socialismo revolucionario ha debido superar su origen eurocén- trico para que sea úl como arma teórico-críca de la realidad en una región de- pendiente, junto a los oprimi- dos de África, Asia y Oriente Medio. Sólo como ejemplo, sin la comprensión y potencia- ción del co-protagonismo indígena y del crisanismo insurrecto -absolutamente cruzados por la lucha de clases-, no habría devenir emancipatorio ni su posibi- lidad. Sin embargo, en Lanoamérica se sosenen -porque sus combates existen y no han sido resueltos obje- Avanzar por la Unidad del Pueblo www.colectivoavanzar.blogspot.com.ar Pág. 2 Vengo Preguntar Presidente Maduro Documento Especial sobre la Realidad en Venezuela

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Avanzar por la Unidad del Pueblo www.colectivoavanzar.blogspot.com.ar Pág. 3tivamente-, las contradicciones esenciales entre independencia / dependencia de los centros del capitalismo planetario; sociedad comunista / modo de producción capitalista en su fase liberal y de do-minio articulador del momento financiero en la totalidad de su reproducción.

En el circuito im-puesto por la di-visión capitalista internacional del trabajo, la lucha libertaria y libe-radora bajo la dirección de los intereses de las grandes mayo-

rías oprimidas que pueblan las economías depen-dientes es, al mismo tiempo y como un solo momen-to, antiimperialista y anticapitalista. Desde su incorporación por la fuerza al propio movi-miento del capital -cuando la burguesía se volvió he-gemonía mercantil en la Europa de los siglos XV y XVI- que América Latina y el Caribe es periferia, tra-bajo esclavo, trabajo semi-esclavo, trabajo asalaria-do barato, saqueo histórico, botín, retaguardia y hu-manidad experimental, carne de cañón y denso trá-fico migrante, capital originario incesante y expolia-ción sangrienta para beneficio de las economías cen-trales del planeta. En Latinoamérica, como en todos los paisajes depen-dientes, no existe ni ha existido una ‘burguesía na-cional, patriótica y revolucionaria’. Sólo han existido proyectos políticos que desean e imaginan una bur-guesía nacional independiente de los capitalismos

mandantes. El análisis crítico y trágicamente profuso en casos señala que cuando los intereses de los tra-bajadores y oprimidos organizados establecen alian-zas con las supuestas burguesías nacionales indus-triales, sólo triunfa el capitalismo. Las burguesías nacionales ‘puras’ o más bien, las oligarquías lati-noamericanas, nacieron y continúan siendo rentis-tas: apenas una extensión formal de los intereses del imperialismo especialmente norteamericano. Y las burguesías nativas más ofensivas son vagón de cola en la cadena vertical que arranca en los polos capita-listas que antes y ahora organizan el orden de las relaciones geoeconómicas, políticas, militares y so-ciales. Al respecto, vale recordar que el capital no tiene más patria que sus intereses, acu-mulación, concentración y ganancia. Al igual, por tanto, que el pueblo traba-jador. ¿Por qué también el pueblo tra-bajador y demás clases avasalladas? Porque el capitalismo, hoy más que nunca, es totalidad sistémica. En conse-cuencia, el concepto de patria es un fe-tiche funcional para la minoría que manda todavía, y alienación para la in-mensa mayoría aún mandada. 3. Las revoluciones triunfantes en los países depen-dientes con miras a la construcción del socialismo re-volucionario no sólo han conquistado el Estado bur-gués para destruirlo y reformularlo radicalmente, si-no que, como antesala necesaria, han expropiado a la burguesía y a los intereses imperialistas, política y militarmente. No por ello los burgueses expropiados y el imperialismo se han echado a dormir la siesta. Sus intereses y movimiento objetivo les imponen

recuperar todo el poder con superior violencia y programas liberales aun más profundos. En las re-voluciones triunfantes de los países dependientes la lucha de clases a escala mundial se intensifica. Por eso la internacionalización de la revolución se torna un imperativo de sobrevivencia política y económica en el contexto mundial de la guerra social. Los tiem-pos de la disolución más rápida posible del propio Estado revolucionario, hasta el más hondamente de-mocrático, participativo y socializado, depende de la liberación popular en muchos territorios. 4. Venezuela no es el socialismo realizado. Es pro-mesa de socialismo bajo determinadas condiciones. La última arremetida golpista iniciada el 12 de fe-

brero de 2014 y todavía en curso no tiene ninguna razón para cesar hasta no intentar, a cualquier costo y empleando todos los medios, cumplir su objetivo restauracionista. Que no sea la táctica privilegiada hoy por el imperialismo es sólo eso: táctica. Tal vez el Pentá-gono preferiría ganar en las urnas, que tiene ‘mejor ver’, o

provocar una situación de ingobernabilidad que im-pusiera al Ejecutivo la convocatoria a un plebiscito, como el que Salvador Allende en Chile no alcanzó a anunciar el 11 de septiembre de 1973. Y la burguesía y el imperialismo quieren terminar con el gobierno de Nicolás Maduro y con el desen-volvimiento, conciencia y armadura del pueblo or-ganizado para hacerse, como antes, de todo el pe-tróleo y exterminar precautoriamente cualquier

“…y lo he dicho en Chile, que nosotros –que no que-remos la violencia- a la contrarrevolución y a la violencia reaccionaria res-ponderemos utilizando

primero la ley, después utilizaremos la violencia revolucionaria.” Salvador Allende, La Habana, 1972 Andrés Figueroa Cornejo 1. Cuando no ocurría nada bueno para los pueblos de América Latina y la izquierda anticapitalista mor-día el polvo de la implosión de la Unión Soviética –a la que hacía tiempo criticaba con dureza por motivos fundados y conocidos, aunque calladamente no es-peraba ni deseaba que desapareciera- ocurrió el Pri-mero de enero de 1994, el Ejército Zapatista de Libe-

ración Nacional y la figura de Marcos. La fecha escogida para el levanta-miento en una de las zonas más aban-donadas y empo-brecidas de México tenía un doble sen-tido: el de la opor-tunidad para pro-testar político-mili-tarmente ante la

entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte ese mismo día del año, y el sim-

bolismo empático con el Primero de enero que ca-lendariza el triunfo de la Revolución Cubana. La irrupción zapatista de impronta indígena, si bien fracasó en su objetivo inmediato (gatillar la masifica-ción de la insubordinación popular contra el mal go-bierno y el imperialismo), definitivamente sí insufló nuevos bríos, dignificación, renovado sentido y repo-sición de la lucha de los pueblos indígenas en todo el continente. Es decir, la insurrección zapatista ofreció luz y moral de combate al sujeto indígena mucho más allá de México. Un ejemplo que hoy, entre otras causas históricas, también explica la resignificación social de los pueblos preexistentes de América La-tina, su radicalización y organización política prota-gónica en amplios territorios. Tuvieron que pasar 8 años hasta el fallido golpe de Estado en Venezuela contra el go-bierno y el Presidente Hugo Chávez cometido por sus medidas pro-populares sintetizadas en 49 leyes, entre las cuales la más progresiva fue la Ley de Tierras o de reforma agraria. La intentona golpista del empresariado embravecido por los intereses norteamericanos, redun-dó en la intensificación del discurso y la acción antiimperialista del gobierno, la nueva Doctrina Militar Bolivariana o Plan Sucre, (http://www.edugn.mil.ve/documentaciones/pedfanb.pdf), la creación de TeleSur el 2005, la nacional-zación del petróleo en 2007 (cuyo proyecto original era que el Estado fuera propietario del 51% y el resto estuviera compuesto por accionistas minoritarios) y la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra

América (ALBA) con el fin de establecer un tratado comercial y político regional, simétrico, ético y justo, distinto a las fábricas de la deuda de las entidades de las economías centrales hegemonizadas por EE.UU. Junto a lo anterior se encuentran los amplios progra-mas sociales sanitarios, laborales, educacionales, de vivienda, llamados Misiones y basados en una polí-tica inédita en Venezuela de redistribución social más democrática de la renta petrolera y que incluso beneficia a personas de otras latitudes, sobre todo en materia de salud e independientemente de sus posiciones políticas. Asimismo, se aumentaron sus-tantivamente los porcentajes del PIB destinados a inversión y derechos sociales. 2. El socialismo es un proceso fruto de otro proceso que consiste en crear las condiciones suficientes y

necesarias para la imposición de la hegemonía de la clase trabajadora y los pueblos. En América Latina el socialismo revolucionario ha debido superar su origen eurocén-trico para que sea útil como arma teórico-crítica de la realidad en una región de-pendiente, junto a los oprimi-

dos de África, Asia y Oriente Medio. Sólo como ejemplo, sin la comprensión y potencia-ción del co-protagonismo indígena y del cristianismo insurrecto -absolutamente cruzados por la lucha de clases-, no habría devenir emancipatorio ni su posibi-lidad. Sin embargo, en Latinoamérica se sostienen -porque sus combates existen y no han sido resueltos obje-

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