1926 11 001 Fomento de Industrias

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Exposición técnica sobre cómo fomentar la industria española en 1926

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    Fomento de Industrias LAS LANAS

    Por D. Gervasio de Artiliano, lngeniero Industrial y Profesor de la Escuela Central de Ingenieros

    Industriales de Madrid

    CorrespOndeles cierta primacia por su importancia intrinseca y por la tradiciOn. Durante siglos, las clases extra-finas, han constituido un monopolio espafiol. Aun hoy did, son uno de los articulos tipicos de nuestra exportaciOn. En epocas normales (antes de la guerra, 1913), vendiamos fuera 316.000 kilos en te-jidos y 46 veces mas en bruto. Ahora (1925), exportamos ki-los476.000 lerminados y tres millones en bruto, si bien en 1924 la exportaciOn en bruto fue de ocho millones, y de seis y medio millones de kilos en el afio anterior. Como normal, puede acep-larse: unos 3 a 400.000 kilos de telas y una mitad (12 a 15 millo-nes) del esquileo en balas, la mayor parte en sucio, como ex-portaciOn media.

    Pese a las relaciones abrumadoras entre la mercancia en brulo y la elaborada, el valor esta siempre del lado de la Ultima. En 1925 los tejidos exportados valen 2 1 /2 veces lo que el total de primera materia enviada fuera para su manipulaciOn.

    Estas cifras y estos datos no lo dicen todo. Ni tan siquiera la consecuencia lOgica de la politica econ6mica que de ello se desprende, a saber: foment de la elaboraciOns, cdificultad de sacs en bruto', es la que, a mi modo de ver, resuelve el caso andiendo a su importancia y dificultades.

    Puede y debe aspirarse a mucho mas. A resucitar un MO-NOPOLIO de ciertas clases. de las mas finas; a reproducir (a la moderna) los tiempos de los celeberrimos pafios segovianos y conqueses, de Huete, de Villacastfn, de Ciudad Real, etc., de duraciOn centenaria, de finura y calidad sin par.

    Cierto es que pasaron los tiempos de la MESTA, y que nuestros merinos nacen hoy en Australia, en la Argentina, el Cabo y Nueva Zelandia, y que razas de celebres cabanas espa-nolas vegetan en Hungrfa y en Rusia y que las mezclas de Ram-bouillet y las sajonas, con sangre merina, han expulsado de los altos puestos del mercado a las merinas criadas en Espana, si bien los nombres continuan imborrables en las clasificacio-nes mercantiles. Al estudiar yo este punto en el extranjero he podido comprobar, en efecto, que nuestras verdaderas y puras lands merinas son, actualmente, ignoradas y casi desconocidas en los grandes mercados mundiales, y que donde se presentan lands espafiolas,, desprestigian muchas veces el nombre. Pues bien, a pesar de todo esto, tambien he comprobado con muestras legftimas y debidamente seleccionadas a la vista, que las lands merinas espanolas, puras y debidamente selecciona-das, son realmente sin rival en calidad, como lo fueron hasta el siglo xviii. Lo que ocurre es: 1. Que las razas verdadera-

    mente selectas son raras y solo se encuentran en pocas locali-dades, existiendo grandes diferencias de calidad incluso entre pueblos inmediataniente vecinos. 2. Que los ganaderos no se-leccionan la lana. No sOlo cortan y apilan vellones enteros sin clasificar las distintas partes del vellOn (mezclando de cafdas, bajas, etc., de peor calidad, con las retinas y de copos) que dan clases muy distintas en finura y condiciones dentro de un mismo vellOn, con lo que resulta un conjunto muy eterogeneo y menos selecto, si no que agregan a la pila vellones de mestizas, cierto numero de afiinos, lands peladizas y de negros, todo a una con las puras. Los ganaderos oceanicos y americanos, y los del Cabo, seleccionan escrupulosamente las calidades dentro de cada vellOn en el momento del esquileo, y las razas y clases en el apilado y empaquetado. En Inglaterra hay ganaderos que llegan a clasificar la land de cada vellOn en 17 tipos. 3. Los comerciantes exportadores, acaban de estropear la primera ma- feria helerogenea que da el ganadero, mezclando por su parte clases muy diversas y de distintas procedencias, para vender asf mas facilmente y poder hater cexportables, grandes canli-dades de lands de calidad inferior.

    Pero donde se presente la lana merina pura espanola selec-cionada, de buenas cabanas, de la que, por Fortuna, tenemos cantidades muy apreciables, no encuentra su rival en calidad. Pasa como con las naranjas y otros frutos. Del Canada se yen por todas partes del extranjero frutos maravillosas y racimos de uvas como sonados. Pero insfpidos. La raza merina no da fuera de Espana la exquisita calidad que en algunos puntos de nuestro suelo. (Es sabido que no necesitan ser trashumantes).

    En el problema lanero, el minim ideal seria: a) Satisfacer las necesidades de nuestro mercado interior. Casi esta logrado. (Lo que ahora procederfa serfa it disminuyendo el arancel para que los precios se rebajen). b) Exportar el resto MANUFACTU-RADO. El ideal maxim consistiria en elaborar adernas lanas im-portadas para surtir los mercados hispano-americanos. Catalu-Fla, en la Edad Media elaboraba lanas inglesas. Hoy trabajan lanas importadas Francia, Belgica, Alemania, etc., adernas de Inglaterra.

    Pero yo creo que los ideales y las utopias deben ser con-trastadas con la realidad. Esta, no muy desconsoladora, se halla, sin embargo, muy lejos de cualquiera de los ideales ex-puestos. La mayor parte de la exportaciOn de tejidos, es a Ca-narias y a nuestro Protectorado de Marruecos. Al extranjero apenas si cuenta. No veo yo la probabilidad de aumentar con-siderablemente de modo permanente, esta Ultima exportaciOn, la verdadera, salvo con primas que subirian a grandes sumas. Es una polftica muy justificada en muchos casos, pero a mi en- tender, sOlo cuando en los comienzos de una industria se trata de consolidarla, previendose vida propia para mas adelante. Pero aquf seria una ilusiOn pretender competir a la larga en el mercado internacional, y sustituir a Bradford (y Leeds), a Tour-nai, a los alemanes y belgas, en las clases corrientes. Los ale- manes solos (que por cierto venden y in elaborar gran parte de sus lands finas) exportan mas peso en tejidos que toda nuestra producciOn de lands brutas. Bradford dispone de todas las cla-ses de lanas de todo el mundo, para combinarlas y las encuen-

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    tra almacenadas, en las cantidades que apetezca; de una tecnica maravillosamente perfecta; de toda clase de accesorios y corn-plementos en mimero ilimitado y a mano siempre; de carbOn barato, ae tintorerfas sin rival; hasta de una atmOsfera adecua-da; de personal diestrfsimo; de mercados establecidos; de capi-tales sin limite; de fletes directos de y a todas partes del mundo en condiciones incomparables; de Banca con sucursales en todas partes. Pretender competir con ellos, me parece cosa fac-tible sf, pero en el caso mas favorable, cuestiOn de afios y es-fuerzos sin cuento. Yo no me atreverfa a proponerlo como sis-tema. Claro esta que si se presentan ocasiones de ensanchar nuestros mercados de tejidos corrientes de lanas, no debemos desaprovecharlas. Pero tenemos otro camino propio con ven-tajas exclusivas. Los generos finos.

    Con tal objetivo a la vista, es indudable que la primers pro-videncia a tomar es el fomento y cuidado de la primers materia, en las clases extrafinas. Bien lejos de mf el pretender resucitar el (Honrado Concejo de la Mesta', tan adornado de viejos pri-vilegios y derechos, que ejercfa tan sin escrtipulos, que en tiempos cords el famoso dicho: titres santas y un honrado traen el reino agobiado'. La Mesta tiene su hija y heredera le-gal y directa, que conserva aim algunos tfpicos toques de su vieja organizaciOn: la AsociaciOn General de Ganaderos. Por cierto que es tan curiosa Is Historta del (Flonrado Concejo, que, si me dan hospitalidad en estas columnas, tengo el prop6- silo de dedicarle un articulito. Quedamos en que es indispensa-ble empezar por cuidar de nuestras lands merinas superiores, y naturalmente que por corregir lo que en el N. 2 he expuesto so-bre su clasificaciOn.

    Entremos en el verdadero problems industrial. Corresponde a Is primers de las dos proposiciones que en el problems lane-ro voy a indicar.

    1. ESPECIALIZACION. Aprovechemos Ia tradiciOn. En el siglo xv y el xvi nuestros pafios finos no tenfan competen-cia, y la riqueza de Segovia, Cuenca, etc. era proverbial. Estas industrias las arruinamos nosotros mismos. Nuestras Leyes suntuarias empiezan ya en el siglo xvi a atacarlas a fondo. El en-carecimiento general de Is vida debido al oro de America; Ia expulsiOn de los moriscos, y muchas otras concausas, ayudan a matar ese ramo fundamental de nuestra industria tradicional. Mas tarde, en el siglo xvin, el duque de Berwick y Riperda tra-tan de resucitarla. Y fracasan. Y a pesar de este escarmiento, vuelvo yo a proponer se monte is especializaciOn en pafios fi-nos, y en manufacturas especiales (p. e. generos de punto gbo-nneterie, de alta calidad. Pero, a diferencia de lo hecho en el siglo xvin, yo no traerfa operarios extranjeros, ni harfa que el Estado implantase las manufacturas. Lo que sf pedirfa es que los generos que se fueran a elaborar con estos fines, solamente pudieran ejecutarse con las mas finas de las lanas espafiolas, utilizando al maximo sus peculiares condiciones. El Gobierno no serfa el fabricante, pero sf deberfa ser el impulsor y el sos-ten. Yo creo que con ensefianza; apoyo tecnico; facilitacion de elementos. Y sobre todo orientacion o direcci6n. Mi propuesta concreta serfa que en dos de las regio nes mas adecuadas (p. e. tierras de Extremadura y tierras de Segovia o Soria), donde se crian las mejores y mas finds lanas, se establecieran dos Labo-ratorios-Escuelas-Fabricas de lanerfa fins. Un tipo de Escuela que abarque todo lo que tiene p. e. y hace el (Technical Colle-ge de Bradford, pero sumamente ampliado para darle caracter de verdadera industria, y adaptado a la anica especialidad que aquf va a hacerse, a is ensefianza especial y completa que en todos sus grados aquf se necesita, a Ia ayuda tecnica industrial que vaya a prestar de un modo permanente a los fabridantes particulares, y, por fin, preparado para ensayos completos de toda Ia maquinaria y procedimientos que aparezcan, y para is investigaciOn cientffico-Industrial que en "e1 debera ejercerse constantemente. En cads una de estas Escuelas, estarfa al fren-te un par de Ingenieros especializados, buenos conocedores de la industria similar extranjera, con iniciativas y dotes de inves-tigaciOn. Otro par de contramaestres, bien practicos, diestros e inteligentes, a los que se haria practicar a fondo en el extran-

    jero. Los establecimientos, serfan mas que Escuelas. Empl rfan maquinaria industrial de fabrica. La ensefianza se &rid es la practica de fabricaciOn real, y se experimentarfa y ensayari e investigarfa a fin de obtener productos especialfsimos, yen sayar y escoger la maquinaria, elementos, procedimientos materias primas mas conveniences a cada elaboraciOn quest proyectase o estuviera en fabricaciOn allf o en fabricas partica lares, ensayando y comprobando en su aspecto cientffico. tit nico, industrial y econOmico nuevos procedimientos, mitoda y materiales y todos los perfeccionamientos. Un verdadero La boratorio de investigaciOn industrial, y Consultorio. Al min( tiempo deberfa vigilar, inspeccionar y colaborar con las ink, trias privadas que fueran estableciendose, encargandose dela trabajos cientfficos y tecnicos, y en ocasiones artfsticos (crea ciOn de modelos) que la industria particular les encomendasei evacuando toda consulta que se les hiciera.

    Anexo a la Escuela se hallaria un Patronato Industrial, en cargado de fomentar y ayudar financieramente a las industrial privadas que fueran estableciendose. Hay dos operaciones(i las que tal vez conviniera agregar la filatura) que convendria concentrar e implantar en escala amplia, y pars servicio general y de que podrfa encargarse el Patronato por sf o arrendandolat bajo su inspecci6n directs. Son el lavado y los tintes. En espe cial. el primero. No es dificil. Lo hace en Tarrasa Is Asociacios de Ganaderos, y existe en muchas partes, en el mismo Tarrasa, pars lanas de propiedad ajena. P. e. en Verviers no se trabaja de otro modo. El lavadero de lands lleva un tanto por unidad (2 peniques). Yo creo que habria particulares o asociaciones dispuestos a implantarlo, pero en otro caso, el Patronato, bait direcciOn de la Escuela puede hacerlo. La cuesti6n de los tints es mas delicada, y tal vez conviniera los tuviera a su cargoo bajo su inspecciOn directs la Escuela, hasta tanto que Is indus-tria particular ofreciera garantfas de hacerlo a Is perfecciOn.la Escuela en ningim caso debe dificultar ni cornpetir con Is indus.1 tria particular, ni tratar de mantener sus fabricaciones. jeto es precisamente fomentarla y ayudarla. Tambien en machos casos, en pequefio, el propio tejedor o peinador o cardadorpue. de llegar a dominar los tintes. Hay que tener en cuenta queagd se trata de una sola clase de land. De implantar el Estado o los Patronatos estas preparaciones, Ilevarfa un tanto que a lo sumo) cubriera los gastos.

    Por lo demas, tejidos y aprestos deberfan ser negocios vados, que podrfan tomar, como antafio, y hoy dfa en busts parte de Is sederfa, caracter domestico o semi-domestico,y cada familia o fabrica u obrador elaborar una especialidad; sin que esta tendencia excluya fabricaciones en grande escala (p. e. en pafios finos negros lisos). Para hacer factible esta propuesta se crearian los pOsitos industriales, con fondos o creditos cilitados por el Estado, por corporaciones o por particulars El mismo efecto podrfa lograrse con la creation de Cooper tivas o Asociaciones. Los Patronatos facilitarian a los partico lares que tuvieran solvencia 9 garantfas morales suficientesy hubieran demostrado plenamente su capacidad tecnica, naria, motores, materiales, accesorios y primeras materias pan la fabricaciOn, mediante alquiler, entrega de mercancfas elabora das, o en otras formas de prestamo industrial a interes y amor tizaciOn bajas, que permitieran a las personas diestras y form les emprender la industria y producir con poco capital propio, bajo la orientation e inspeccionadas, auxiliadas y completadas por las Escuelas. Probablemente convendrfa entonces que los Patronatos o Cooperativas anexas a ellos, se encargaran dela parte comercial, recogida, almacenaje, exportaciOn y ventada, los productos, con una garantfa o entrega de precio minimo1. jada a la llegada de los generos (como se hace p. e. parala mantequilla) y liquidable al cabo de cierto plazo: o bien, si el fa bricante lo prefiriera adquiridos en firme. Claro esta que los qua dispusieran de suficiente capital propio o de garantfas, o last& bricaciones en grande escala y con medios directos de yenta ell el extranjero, deberfan disfrutar de cuantas ventajas y apoya tecnico, de adquisiciOn de primeras materias (con la garantfadd eacondicionamiento) que debe funcionar en cada Escuela), dibu

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    j08, modelos, materiales oprimeras materias especiales, prepa-racien tecnica pars la ejecuciOn, y ciertas operaciones (lavado, time, tal vez cardado o peinado, ciertos aprestos etc.) que las Escuelas, Laboratorios, y el Patronato Industrial, pudieran aponar.

    Naluralmente que hay que organizar Ia exportaciOn y yenta en el extranjero. Como se trata de generos finos especialfsimos, sin competencia en calidad, coritando ademas, en Espafta si precis() fuera, con excelentes artistas pars los dibujos, no ha de ser cosa diffcil, abrir mercado, dada Ia amplitud enorme del mercado mundial. De todos modos bueno es contar al principio con alguna rebaja de precios sobre los que se consideraran pro-cedentes y con ciertos gastos de propaganda e implantaciOn de yentas en el extranjero. CuestiOn en que los dos Patronatos ha-bian de unirse e it de acuedo. Las organizaciones consulares deberian apoyar la organizaciOn y funcionamienlo con todos los medios a su alcance.

    El establecimiento de la Red Electrica Nacional, que es bajo Lantos aspectos uno de los mas urgentes y faciles problemas econOmico-industriales de is Peninsula (y de que, Dios mediante me he de ocupar en estas paginas), facilitaria enormemente el establecimiento de estas industries y sobre todo el que pudieran Iomar el simpatico y tradicional caracter domestico.

    La segunda parte de mi propuesta consiste en la organiza-ciOn de la vents de los sobrantes de nuestra producciOn bruta de lanas. Lo unire al articulito sobre la (Mesta,. Haremos aquf, punto final por hoy, diciendo unicamente que la misma orga-nizaciOn general que se tree pars la vents de los tejidos finos en el extranjero. podria quizas emplearse en vender tambien es-los sobrantes. Ahora se venden, pero ya dije que se vendian mal. Seguire otro dia.

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    La energia termica y la energia hidraulica Por D. JOSE RICARDO DE ZUBIRIA,

    Ingeniero Industrial

    En los articulos anteriores publicados en esta Re- vista bajo el mismo titulo general, aludia a los pro-cesos de regeneraciOn y de recalentamientos inter-medios, como perfeccionamientos que han influido de una manera marcadamente favorable en el ren-dimiento termico de las modernas grandes centra-les a vapor con turbinas.

    En el presente articulo me propongo dar una idea de los fundamentos de esos dos procesos, y hater notar algunas consecuencias que interesan al indus-trial y al capitalista, a los que, como ya lo he dicho, dedico preferentemente estos trabajos.

    No he de usar tampoco en este articulo de formu-las matematicas, ni he de servirme en el de los dia-gramas entropicos que emplea la termodinamica clasica para explicar estos procesos, procurando mostrar sin recurrir a ellos las lineas generales de los procesos en cuestion en la medida que basta pa-ra mi presente objeto.

    Con ello y con la indicaci6n de los resultados al-canzados y algunas de las consecuencias que mues-tran la preferencia que en general debe darse, en las grandes centrales termicas, al empleo de turbi-

    nas a vapor, queda llenado el objeto de este articu-lo.

    Como se sabe, los elementos esenciales de una central termica a vapor con turbinas son: calderas a vapor, turbinas, condensation y bombas de ali-mentacion. Y el ciclo normal seguido hasta ahora es; calentamiento del agua, vaporization y recalen-tamiento del vapor, que tiene lugar en la caldera o en los economizadores y la caldera; fase de traba-jo en expansion adiabatica (entre paredes imper-meables al calor) hasta la presiOn del condensador que tiene lugar en la turbina; y compresion hasta la presion de la caldera, que se efectim con las born- bas de alimentation.

    A este ciclo se acostumbra a llamarlo ciclo de Clausius o ciclo de Rankine. En lo que sigue lo Ila-mare, ciclo de Rankine.

    Teoricamente es el ciclo de Carnot el de mayor rendimiento termico entre todos los ciclos reversi-bles que evolucionan entre las mismas temperatu-ras extremas, o mas exsactamente, es el ciclo cu- yo rendimiento termico no puede ser superado por ningim otro ciclo reversible evolucionando entre ias mismas temperaturas extremas; por lo que is tendencia en los ciclos practicos ha sido el acercar-se lo mas posible al ciclo de Carnot, y, dadas las di-ficultades practicas de ejecuciOn de este, .el acer-carse al rendimiento optimo del ciclo de Rankine que, en defecto de aquel, se ha considerado en mu-cho tiempo como proporcionando el limite supe-rior de eficacia entre los ciclos que se pueden se-guir en la practica industrial.

    En toda central a vapor, la totalidad del calor en juego por encima de la temperatura del ambiente procede del combustible quemado en la caldera, pero ese calor penetra normalmente en el agua en la caldera, o en los economizadores y la caldera, en tres periodos; calentamiento del agua, vaporiza-ciOn de la misma y recalentamiento del vapor, yen- dose en el ciclo de Rankine en pura perdida al con-densador todo el calor de cambio de estado (vapo-rizacion) a la temperatura del condensador.

    Ahora biers, esta perdida es de la mayor impor-tancia en el ciclo practico de Rankine, y viene Ia idea de recoger, si es posible, ese calor o parte de el e introducirlo de nuevo en el ciclo, descargando de esa parte el trabajo de la caldera y del economi-zador y ahorrar al mismo tiempo, el combustible necesario para proporcionar un mimero igual de calorias.

    La parte del ciclo donde se aplica ese calor es en el calentamiento del agua de alimentaciOn, pues no se pretende aplicarle en la vaporizaciOn y aun menos en el recalentamiento.

    Y aun aplicado el calor de vaporization en el ca-lcntamiento previo del agua, tampoco puede em-plearse la totalidad de ese calor que seria excesivo para ese solo fin; ni aun la parte que se utilice puede cogerse tomando el vapor a la temperatura del con-densador, pues no habria salto de calor necesario pa-ra la transmisiOn, sino que el vapor que se va a con-densar para calentar el agua de alimentation, hay

    monseCuadro de texto

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