1921, diario de una enfermera - ForuQ

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ÍNDICE

SinopsisDedicatoriaCitas

PRÓLOGODELCORONELPIZARRODIARIODELAURADELAGASCAMONTENEGRO

ParteI.Madrid,mayode1920ajuliode1921ParteII.Melilla,julioaoctubrede1921

EPÍLOGODELCORONELPIZARRO

NotadelautoryagradecimientosCréditos

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SINOPSIS

El 22 de julio de 1921 llegan a Madrid las horribles noticias sobre elDesastre de Annual, una de las batallas más sangrientas a las que elEjércitoespañolseenfrentóenelnortedeÁfrica.LasDamasEnfermeras,jóvenesaristócratas formadaspor la reinaVictoriaEugenia,abandonansus vidas de lujo y se movilizan para acudir en ayuda de los miles deheridosquecolapsanloshospitales.Laura,unadeellas,sedesplazahastaallíenbuscaderespuestassobrelarepentinaeinexplicabledesaparicióndelcapitándeaviacióndelqueestáenamorada.Pero loqueencontraráenMelillanoesloqueesperaba.Elamorporsupilotoseverápuestoapruebacuandoatiendaaunmisteriosohéroeconelrostrovendadoquenorecuerdanadadesupasado.

Laura se enfrentará a todo su mundo para atender loshorroresde la guerra, recorriendoel caminoque la llevaráaserunamujer,deverdad,libre.

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ARocíoyaMarcos

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Hetenidobajomiresponsabilidadmásvidashumanasqueningúnhombreomujerantes.Yatribuyomiéxitoaesto:nuncadoyoaceptounaexcusa.Enesoveomidiferenciaconmuchoshombres.Cuandoocurreundesastre,yoactúoyellosbuscanexcusas.

«CartaaMissH.BonhamCarter,1861»FLORENCENIGHTINGALE

La memoria cree antes de que el conocimiento recuerde. Cree mucho más tiempo querecuerda,muchomástiempodelquetardaelconocimientoenpreguntarse.

LuzdeagostoWILLIAMFAULKNER

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PRÓLOGODELCORONELPIZARRO

Inglaterra,1940

MelillayanoesMelilla,Melillaesunmataderodondevanlosespañolesamorircomocorderos.

EstatonadillaesloprimeroquemevienealacabezacuandopiensoenelDesastre.Noson losmuertosy losheridos,ni lasnoticiasquenos ibanllegandoalaPenínsula,nilasposicionesrebosantesdecadáveresquesedescubrieronalretomarel territorio,nisiquieraelmomentoterribleenque desenterramos el cuerpo de Laura junto a la carretera de Nador.Cuandodejoflotarlamemoriaacaprichoyvuelvoaaquellosdías,veoaunasniñasjugandoalacombamientrascantanesacanción.

Acababa de ser nombrado teniente auditor del Cuerpo JurídicoMilitar y sabía que en un mes me enviarían a Melilla. No porque loquisierasinoporqueeraelnuevoyallínosenviaban,losmandosdecíanqueacurtirnos,perocreoqueeraporqueanadie legustabaundestinodonde los lugareños te querrían ver muerto y tus compatriotas tequerrían ver lejos. De hecho, oí a un legionario decir que preferiríavérselasdefrentecontodalaharkadeAbdel-Krimantesquesentarseenlacantinajuntoaunpicapleitosmilitar.Aunasí,eraunascenso,estabafelizeibaacelebrarelnombramientoconunoscuantosamigosenelCaféGijón.

Me crucé con esas niñas en el paseo de Recoletos. Teniendo encuenta queMelilla erami destino, no pude evitar un estremecimiento.Las pequeñas, acabada la cancioncilla pero no el juego, volvieron aempezar:

EnelBarrancodelLobohayunafuentequemanasangre

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delosespañolesquemurieronporlapatria.

Pobrecitasmadres,cuántolloraránalver

quesushijosenlaguerraestán.

Niselavannisepeinan,niseponenlamantilla

hastaquevuelvansusnoviosdelaguerradeMelilla.

Pobrecitasmadres,cuántolloraránalver

quesushijosenlaguerraestán.

MelillayanoesMelilla,Melillaesunmataderodondevanlosespañolesamorircomocorderos.

Yasí,unayotravez,mientrassaltabanyreían.EnelBarrancodelLobo,hacíayadoceaños,habíanmuertomásde

mil soldados españoles en una emboscada de las cabilas. La mayortragediadelaguerradeÁfrica.Eldesastreconelquesemedíacualquierrevés. Pero en menos de una semana sería olvidado, igual que esacanción,paradejar lugaraotrassobreAnnual.Unamatanzadiezvecesmayor yunahumillaciónmuchomásdevastadora, cuyas consecuenciasaúnsufrimoshoy.

Aunquenosoysupersticiosonicreoenpresagios,sigorecordandoaesasniñascomounanunciodeloqueestabaporllegar.

El Desastre de Annual retrasó mi partida. En Melilla hacían faltasoldados,artillería,barcosyaviones,noabogadosyfiscales.Cuandoporfin llegué, lo hice para investigar la desaparicióndeLaura de laGasca,dama enfermera de primera de la Cruz Roja e hija de uno de losempresariosmásimportantesdeEspaña.

Laspistaseranpocasynadieparecíasabernada.Yasífuehastaqueencontré el diario deLaura.Gracias a él dimos con los culpables de sumuerteyencontramossucuerpo.

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La lecturadeldiarioy la investigaciónde todo loquehabíadejadoatrásLauramehicierondesarrollarunextrañoymorbosoafectoporesajoventanbellayextraordinaria,peroenseguidatuvequearchivarloparaunirme a la investigación del general Juan Picasso sobre la derrota deAnnual. Un expediente cuyas conclusiones fueron tan duras ydemoledorasparaelaltomandoqueprovocóungolpedeEstadomilitar.Solo las buenas relaciones de la familia deLaura, que así agradeciómidedicaciónalcaso,meevitaroncaerendesgraciaduranteladictaduradePrimodeRivera.Cuandoseprodujoelalzamientode1936tuvelafortunadeestardestinadocomoagregadomilitarenlaembajadadeLondres,unaforma de decir «espía» que ya no engaña a nadie, con lo que evitécombatircontramipropiopaís.HoycolaboroenesaextrañapiruetadelGobiernodel generalFrancoque consiste enhacer queEspaña se llevebienconHitleryChurchillalmismotiempo.

Comopuedenver,siempremelashabíaapañadoparaestarlejosdeintrigaspolíticas,balasybombas…hastaqueuna,alemana,estallóamiladocercadelacatedraldeSanPablo.

Fueduranteunode losprimerosdíasdelBlitz ymeenviaronaunhospital en las afueras. Allí, entre decenas de heridos, encontré a unapersona que me hizo recordar lo vivido en Melilla. Alguien que sabíacosassobrelamuertedeLauraqueyoignoraba.

Poresarazónmeheanimadoaliberareldiariodelolvido,paraverlobajoesanuevaperspectiva.Siahoradivulgosussecretosnoesporqueseaunchismoso,aunqueunespíasiemprehadetenerunpocodeello,sinoporqueyahapasadomuchotiempoynoharádañoanadie.

Unamigomío,quesecree literatoperoaúnno loes,dicequecasitodas las historias sobre jóvenes esconden a un adulto recordando supasado,yqueporesoresultantannostálgicasyamargas.NoeselcasodeLaura. Su historia esconde un futuro que, como tantos otros futurossoñados,nopudoser.Ojaláquelaluzqueemanansuspáginastraigaalgodeesperanzaaestaépocadetinieblasquenoshatocadovivir.

CoronelEugenioErnestoGonzálezPizarroAgregadomilitardelaembajadadeEspañaenLondresHospitalEMSdeWatford,Hertfordshire15deoctubrede1940

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DIARIODELAURADELAGASCAMONTENEGRO

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ParteIMadrid,mayode1920ajuliode1921

15demayode1920

Este es un diario para el odio, el rencor y la ira; para la frustración, elresentimiento,larabia,lainquina,eldolorytodosesossentimientosqueunaseñoritadebien,educadaydebuenacuna,comotantolegustadeciramimadre que somos, no debemostrar nunca en público, ni siquieraantesuspadresoelservicioenlaintimidaddesupropiohogar.Paraestote he comprado, querido diario, ¿no es así como se te llama, «queridodiario»?, para vomitar toda esta ponzoña en tus páginas y que no sequededentroymeenvenene.

Puesbien,queridodiario,empecemospormihermana.Esseisañosmayorqueyoyséqueestámalqueunaseñoritadigadeotraqueesunazorra, y más si es de su propia sangre, pero qué le voy a hacer si mihermana es una redomada zorra. Y no lo digo porque venda su cuerpopordinero, lo cualno sería tan criticable—cosaspeoreshavendidomifamiliaparaconseguirlafortunadequetantopresume—,sinoporquemehavendidoamíyacambiodebienpoco.Ademásesfrívola,insensible,voluble,egoísta,hablaenvozdemasiadoaltaytieneunarisaestúpidayescandalosa. Ni siquiera es guapa ni sabe vestir con gusto. Y es muyaburrida; su conversaciónno es interesante y loque ella consideraunaaventuraesiralacasadefierasdelRetirooacercarsehastalasfuentesdeElPardoatomarelacero.Y,porsitodoesofuerapoco,sellamaAna.Nosemepuedeocurrirunnombremáscortoymástonto.Hastarimaconhermana.MihermanaAna.Unarimainterna.Quéhorror…

Antesde contarte loquemehizo, tepondré enantecedentes sobremispadres,quetampocosequedancortos.

Mi padre, don Adolfo de la Gasca Uriarte, debe de ser uno de losempresariosmás importantesdelpaís.Lo supongoporque,al contrarioquecasitodossusamigos,nopresumedeellonisededicaahacertantasvisitasyllamadascomolasquerecibe.Ysupongoqueloprefiere,porqueesunhombredomésticoydepocaspalabras.Solo salede casapara ir,muy de vez en cuando, al teatro con nosotras o a unas reuniones quetieneconsusamigos cadados semanas.Legustadespachar rápidocon

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sus empleados y sus clientes y, en cuanto puede, se encierra en sudespacho a estudiar sus libros de cuentas para pasar después, en labiblioteca,alibrosdetodotipo.Allíesdondeestámástiempoconmigo.Cadauno con su lectura, en silencio.A vecesnotoquememira y, si legusta lo que estoy leyendo, sonríe ligeramente. Esa es la muestra deafectomásgrandedelaqueescapaz.Conesecarácteryesapasiónnosécómo hizo para seducir a mi madre y tener dos hijas con ella. En lacomida, como mucho, levanta la vista de su plato para murmurar «lacomidaestámuyrica,querida»,aloquemimadrerespondecongestodeagradecimiento como si fuesemérito de ella, ¡cuando lo ha hecho todoRosalía,lacocinera!

Perono te hagas la idea de quemi padre, desde su silencio, es unhombredeéxitohechoasímismo,pues,aunquelagestioneconpericia,sufortunalahaheredado.Seremontaamitatarabuelo,donAgustíndelaGasca. Según mi madre, comerciaba con países complicados; uneufemismo por «contrabandista». Lo que se calla es que traficaba conesclavos. Por ahí he leído que pusieron precio a su cabeza y que él, alsaberlo,hizoqueunode suspropioshombres loentregasey cobrara larecompensa. Luego se fugó y con ese dinero compró otro barco que lohizoaúnmásricoypeligroso.Cuandodejóelcontrabandoysevolvióunhombredebien,fuerontantoslosfavoresquehizoalaCoronaqueelreyFernandoVIIleofrecióeltítulodeconde.DonAgustínhizosusnúmerosyalverqueelhonorlecostaríamásdinerodelqueibaadarle,renunció.Poresonosomoscondes,selamentamimadre.Mitatarabuelodejólosesclavosporlacanela,nopormoralidad,sinoporquedabamásdineroymenosproblemas.Yalacanelalasiguieronotrasespecias,algodón,café,tabaco… Hoy mi padre tiene más de cincuenta barcos, puestoscomercialespormediomundoylaasombrosacapacidaddedirigirlotodosinsalirdecasa.

Mi madre, doña Adela Montenegro, está muy orgullosa de suapellido, aunque no deja de ser el nombre de un país muy pequeño ypobreque,desdehaceunpardeaños,nisiquieraexiste.Esorgullosaypresumida, pero he de reconocer que tiene de qué; es guapa y muyelegante. Y esa es su profesión: estar perfecta e impecable. No solo deaspecto, sino en todo lo quedice y hace.Vive la vida como si fuese unescaparate y todos fuesen amirar y juzgar cada uno de sus actos..., y,conociendo a las que dicen ser sus amigas, seguro que es así. Se pasahoras acicalándose y aún más horas asistiendo a cuanta actividadcaritativa secelebraen la ciudad: rastros, colectasybailesbenéficosen

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favor de hospicios, asilos, inclusas, hospitales, lasDamasEnfermeras…Todosellossufragadospormipadre,claro,yellasiempreconunaactitudintachablepaseloquepaseasualrededor.Haintentadoeducarnosamihermanayamíparaqueseamosidénticasaella.Conmihermana,másomenos,lohalogrado.Conmigo…

Una cosa sí ha conseguido. Que sepa cuidar muy bien de miaparienciaydemismodales, sobre todoanteella.Aunque laautoridades, en teoría, de mi padre, ante cualquier cuestión él respondeinvariablemente«Loquedigatumadre»,hastacuandolepreguntoporlahora o si hace buen tiempo.De su autorización depende que yo puedasalirdecasaytengamiasignación,ydepequeñahastacreíaqueeraellaquienfijabalasfechasdelaPascuaylaNavidad.Asíqueintentoserasusojos la jovencita que ella cree que debo ser. Cumplo sus expectativasduranteelnoventaynueveporcientodeltiempo,loque,paramimadre,eslomismoquenocumplirlas.

Hoy iba a ser el mejor día de mi vida. Iba a satisfacer mi sueño.Bueno, al menos uno de ellos. Y no solo mío. El sueño de toda lahumanidad:¡volar!Eibaahacerloconél.

Conocí a Javier hace cuatro meses en un baile en el Casino deMadrid.NadamásentrardeslumbróatodasconsuuniformedetenientedelEjércitodelAire.Y loquehabíadentronodesmerecíaelenvoltorio.Unhombretanguapo,yacercanoalatreintena,quesepresentasoloenunlugarasíescomounpasteldenataenmediodelpatiodeuncolegio.Casitodaslasjovencitassearracimaronentornoaélcualavispassobreun higo maduro. Parecía que se hubiese declarado un fuego, pero, enlugardecorrerhacialasalida,corríanhaciaJavierparasaludarlo,hacerleunabroma,uncomentariootansologuiñarleunojo.Semejanteactitudmepareció tanexageradayridículaquenime fijéen loguapoqueera,pusemalacaraymealejédeaquellaalgarada.

Meservíunpocodeponche,mesentéenunrincónymedispuseadisfrutardelamúsicaqueestabaapuntodecomenzar.Paramisorpresa,Javiersedeshizoeducadamentedetodasellasyvinodirectamentehastamí.

«Disculpe,señorita,¿hehechoalgoquelamolestase?»,dijo.Dereojomefijéenqueyoeraobjetodedecenasdemiradasdeodio

por parte de conocidas y desconocidas. Por eso tardé en responder.Bueno,poresoyporquefueentoncescuandomedicuentade loguapoqueera.YesqueJavier,créeme,queridodiario,esmásbonitoqueunsanLuis.Muchísimomás.

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«¿Señorita?»,insistióél.«Nome ha hecho nada, es solo queme ha parecido un poco…—

Busquélapalabraunmomento—.Unpocofrustrante,ytriste,vercomotodaslasmujeresdeestebailesecomportancomogallinasdescabezadasantelaaparicióndeununiforme.»

Élserio.Intentéquemeparecieseungestoarroganteyvano,perosurisaeratanencantadoraquenoloconseguí.Hastacreoquemereíconél,comounatonta.

«Nomehabía dado cuenta—dijo, aunque estoy segura de que eramentira—,peronoestásiendojusta,porquelomismopodríadecirsedeusted.»

«¿Demí?»«¿Tampoco se ha fijado en que todos los jóvenes pasean a su

alrededorintentandollamarsuatención?»«Exagera.»Yclaroqueexageraba,peromegustóquelodijese.Losiguienteque

recuerdoesquelosdosestábamosbailandoyquenoseseparódemíentodalavelada.Nolepermitíquemebesaseesanoche,aunquememoríadeganas.Noselopermitíhastalaterceravezquenosvimos,loqueharíaquetantoamimadrecomoamihermanalesdieseunsoponcioyquemipadresevieseenlaobligaciónderetaraundueloalpobreJavier;asídeanticuadaesmifamilia.

YJaviernoselomerece.Esdivertidoygalante,y,aunquenolegustaleer tantocomoamí, le encantaque le cuente,depeapa,misnovelasfavoritas, y que incluso le recite poesíamoderna. Le han hechomuchagracia loscaligramasdeApollinaireysusdibujoshechoscon letras.Meha dicho que algún díame escribirá uno en el cielo con su avión. ¿Sepuedesermásromántico?

Hará cosadeunparde semanashabíamos ido alTeatroCómico aver El enigma del anillo de rubíes y, al salir, fuimos hasta el CaféColonial. Le expliqué a Javier que allí, aún hacía pocos años, Trotskyvendíaacambiode lavoluntad losdibujosquehacíasuesposa,NataliaSedova; y que pocodespués, entre esasmismasmesas, habíanacido lapoesía ultraísta. Él también decidió enseñarme algo en ese café: laabsenta. Al principio me mareé y hasta creí que iba a vomitar ydesmayarme, pero después sentí como si volase y pudiese bailar sinmúsica,comosiloqueocurríaalrededorestuvieseenvueltoporunanubeetérea que lo volvía todo más divertido, gentil y mágico. Bailé, reí y

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bromeécontodoshastaquealguienmearrancódeeseensueñotirandodemibrazoconviolencia.Eramihermana.

«¡Ana,quécasualidad!»,creoqueledijeconunaenormesonrisa.«Noesningunacasualidad,Laura.»Malacosacuandomihermanadiceminombreeneltonoenquelo

dijo.«Me han avisado unas amigas porque te han visto completamente

ebria y organizando este escándalo… Y ya veo que no exageraban.Nosvamosahoramismo.»

Según Ana, yo tiré un par de mesas rompiendo botellas y vasosmientrasbailaba,molestéaloscamarerosyavariosclientes,yhastamehabíainsinuadoalmaître.Norecuerdonadadeesoo,másbien,recuerdotodolocontrario:diversión,bellezayelegancia.Aunquehedereconocerque al día siguiente me dolía la cabeza, tenía varios moratones en laspiernasyunpardeamigasmeretiraronelsaludo.Perocreoque,pasaralo que pasara, mi hermana lo había dramatizado para dar fuerza a sudiscurso:«Javiernoteconviene».

Melorepitiódemilmanerasydandomilrazonesquenollegaronaconvencerme:quesinoesdebuenafamilia,quesiespocacosaparamí,quesusamigaslehandichoestoolootrodeél,quesifrecuentalugaresycompañías poco recomendables, que un militar anda de destino endestinoyqueesanoesvidaparaformarunafamilia…Tonterías.Ledejébienclaroque todoesome importabauncominoyquepensaba seguirviéndomeconél.Ellamepidióque,almenos,porahorafuesediscretayquenolesdijesenadaanuestrospadres.Estuvedeacuerdo.

Luego, debo reconocer, se portó muy bien. Me sirvió de coartadapara justificar lo tarde que había llegado, me disculpó en el desayunodiciendoqueestabaindispuestaymedioabeberunconsoméquesabíaarayos pero hizo que seme asentase el estómago yme desapareciese eldolordecabeza.

«¿Cómosabesprepararestosmejunjes?»,lepregunté.«Aunquetúasílopienses,notodasmisamigassonunassantas…Y

soloquieroahorrartedisgustos,Laura.»Sonó tan amigable y dulce que pensé que, aunque Javier no le

gustase, respetaba mi elección y que en ella tenía a una aliada y unaamiga; lo que debe ser una hermana, vamos. Qué equivocada estaba,queridodiario…

Hace tres días Javier me propuso volar. Pero no de formametafórica;élnoesnadapoético,sinoliteral.SuaviónesunbiplanoDe

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Havilland DH9A que usan para reconocimiento y bombardeo, así que,ademásdelacabinadelpiloto,tieneotraparaelobservador.LaideaeraquefuésemosaCuatroVientos,queesdondeestánelcentrodemandoylostalleres,eldíadeSanIsidro,puescasitodosestaríandepermisoporlasfiestas.

PeroenmicasaesedíaestradicióniralaermitadelSantoabeberelagua milagrosa, pasear hasta la dehesa de Arganzuela a tomar lasgallinejas,emparedadosyentresijosqueRosalíanosprepara,ycomprarunas rosquillas para el postre. Es una costumbre que ha impuesto mimadre,queallíseencuentraconmuchasdesusamigas,yqueamipadreno le hace ninguna gracia aunque la acepte. Para mí era el momentoideal,yaqueestaríanfueratodoeldía.

Mi hermana tendría que ayudarme a inventar una excusa para noacompañarlos y Javier me conseguiría un traje de piloto y un bigotepostizoparadisfrazarme,puesenelaeródromonodejanentraramujereso,almenos,nodejanentraralasamigasdelospilotosparaqueestoslaspaseenporelaire.

Así que bien temprano me he fingido enferma e, ilusa de mí,esperabaquemihermanameapoyase,peroellase lohacontadoamispadres. Y no solo mi plan de hoy, sino toda mi historia con Javier,incluido el pequeño incidente del Café Colonial, que habrá exageradohasta límites inimaginables. Puedes figurarte, querido diario, elcataclismoquehaprovocadoenmifamilia.

NosolosehancanceladotodoslosplanesparaSanIsidroymehanencerrado en mi cuarto, sino que mi padre ha interceptado a Javiercuandoveníaabuscarmeysehapasadomediamañanahablandoconélensudespacho.LuegomehandejadomuyclaroquenovolveréaveramiamadoJavier.

Mimadreymihermanahaninsistidoenqueespormibien,queesejovennomeconvieneyqueconeltiemposeloagradeceré.Peroséquenoesasí.Odioamihermana,odioamimadre,odioamipadreyjamáslosperdonaré.

19demayode1920

Tengounafamiliamaravillosa:mipadre,mimadre,mihermana;todos.Nome losmerezco. He sido tan afortunada con ellos... Ya sé, querido

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diario,quenoesloquetecontabahacecuatrodías,pero¡quéequivocadaestaba!

MehabíaenfadadotantoconelcastigodenovolveraveraJavieryno salir de casa hasta sabeDios cuándo que decidí fingir un estado deexacerbada melancolía y no probar bocado, al menos delante de mispadres. De no ser porque Rosalía me hacía llegar las sobras por lasnoches,creoquenohabríaaguantadonidosdíasconesapantomima.

Mipadrefueelprimeroenmostrarsignosdederrotayquisollamaralmédico para queme viese, peromimadre se negó diciendo que lasrabietasnosetratanconmedicinas,sinocondisciplina.Ysuremediofueesperaraverquiénaguantabamás.Yo,conlaayudadeRosalía,pensabaresistireltiempoquehiciesefalta,peroanoche,cuandoesperabaquelacocinera llegase con mi ración diaria de sobras, fue mi madre quienaparecióporlapuertaconlabandeja.

«Rosalíaesmuybondadosa,hija,peromedebemásfavoresamíqueati—medijo—.Tómatelacenaantesdequeseenfríe.»

Mientrasyocomía,ellacontinuó:«Sé que pensarás que no te dejamos estar con Javier porque es

mayorquetú,oporquenoesdebuenafamiliaynotienetueducación,oporqueesunhombredecostumbresuntantodisipadas.»

Efectivamente,pensabaalgoasí.«Peronosoloesporeso.Dehechonoesporél,sinoporti.»«¿Pormí?»,casimeatraganté.Tosí.Loquemás leshabíamolestadoeraelalborotoquehabíamontado

en el Café Colonial al probar la absenta y la idea de disfrazarme dehombreparaentrarenunabasemilitaryvolarenunavión.Entendíqueempeoraría el concepto que se habían hecho de Javier si argumentabaqueesaspropuestaslashabíahechoél.

«EstoyseguradequeambasideaspartierondeJavier—supusobienmimadre—, pero tú deberías haberle dicho que no.Una señorita debesaberpararlelospiesaunhombre.»

Leprometí que sabíahacerlo, quemehabía resistidodurante todounmesabesarlo…Yaunesaeternidad lepareciópocoy solo conseguíescandalizarlamás.

«¡¿Yalohasbesado?!PorelamordeDios,Laura.¿Quévaapensarese joven? ¿Que eres una fresca? Tu padre aguantómeses de paseos ybailes,queyosabíaquelehorrorizaban,soloparaqueledejasecogermelamano.»

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Igual que yo acababa dementir, estoy segura de que ella tambiénestabaexagerandobastante.

«Yno creoque tuproblema seaque te falte carácter para frenar anadie. De hecho, creo que tienes bastante. Lo que te falta es criterio,discernimiento…»

Medieronganasderesponderlequeellahabíasidolaresponsabledemi educación yque, por tanto, sería la culpable.Pero la cosa ya estababastantemalcomoparaempeorarla.

«Poreso tupadrey yo te vamosahacerunapropuestaquemehainspiradodoñaHerminia,lamadredetuamigaInésSantirso.»

Hay que ver lo rápido que mi madre asciende a mis conocidas aamigascuandoleconviene.

«Suhermanamayor,Margarita,queeratanrevoltosacomotú,acabaderegresardeprestarservicioconlasDamasEnfermeras.»

Ahorasí, lacomidasemeatragantódel todo.Cuandopudehablar,aterrada,pregunté:«¿Mequieremeteramonja?».

«PorDios,Laura,claroqueno.LasDamasEnfermerasnosonunaordenreligiosa.»

«Creíaquelodeayudaralosenfermoseracosademonjas,apartedelasenfermerasprofesionales,lasdeverdad,vamos.»

«Las Damas Enfermeras también son “de verdad”. Que no cobrenporsuservicionolashacemenos,alcontrario.Dehecho,pertenecenalaCruz Roja. Hasta hace unos años es cierto que solo las monjas seencargabandeesalaborcaritativa,perolareinahacreadoesainstituciónpara que cualquier joven de buen corazón y buena posición puedacolaborarsinnecesidaddeserreligiosa.Primerohayquehaceruncurso,luego unas prácticas y después estarás preparada para ayudar a losenfermos y heridos que lo necesiten. Margarita, ahora, es mucho másresponsable, atenta y obediente. Ha visto el sufrimiento que hay en elmundoyesolehadadoconciencia.YnoselohadebidodepasartanmalcuandotuamigaInés,suhermanamenor,vaaunirseaellas…»

«¿Yquierequeyotambién…?»Nonecesitéacabarlafrase.«Elcursoempiezaellunesdelasemanaqueviene.»«Dentrode…¡cincodías!»«Tupadre, a travésdemí,ha contribuidomuygenerosamentea la

creación del hospital de la CruzRoja, y ha conseguido que te admitan.Tambiénhehabladoconnuestramodistaynotardaríamuchoenhacereluniforme.»

«¿Uniforme?»Cadavezmeasustabamás.

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«Serían solo seismeses—siguiómimadre como si nada— y estoyseguradequevolveríasconvertidaenotra.Nounaniñacaprichosa,sinouna mujercita a la que sí podría dejar salir de casa y permitir que lacortejaseuntenientedeAviación,siesqueesesiguesiendotudeseo.»

Miprimerareacciónfuenegarmeaesechantaje,peromimadremepidió que no dijese nada y que lo pensara para responderle por lamañana.

Esanocherecibídosvisitasmás,comoenelCuentodeNavidaddeDickens.Lasiguientefuelademipadre.NomehablónideJaviernidelasDamasEnfermeras.Solotrajovarioslibros,seinteresóporcómomeencontrabadesaludycomentóloquehabíaestadoleyendoúltimamente,comosiesefueraundíamás,comosinohubierapasadonada…Comosiyosiguierasiendosuniña.Losiento,padre,perocuandosuniñaconoceaunjoven,yesejovenescomoJavier,yanoserásuniñanuncamás.

La última visita fue la demi hermana. Al principio le pedí que sefuerainmediatamente;todoeraculpasuya.Comonoseibalallamébrujay otras cosas así, le lancé una almohada, un par de cojines y todos loslibros que me había traído mi padre. No desistió. Y, mientras serecomponíaelpeinado,dijo:

«LodelasDamasEnfermerashasidoideamía».«¡¿Ypretendesque tedé lasgracias?!»Podríahabérmelo figurado,

porqueMargaritasíqueesmuyamigadeella.«Madre pretendía enviarte a cuidar de la tía Sagrario, a

Almendralejo.»Me quedé helada, que es como uno está en ese lugar ya desde

septiembre. Por si no lo sabes, querido diario, Almendralejo está enExtremadura,enmediodelanada,queeslomismoquesepuedehacerallí: nada. Fuimos una vez, hace años, de visita, y fue la semana másaburrida de toda mi vida. Y, por si fuera poco, la tía Sagrario esagotadora.Noparadehablar,hablar yhablar…Y tampoco se cansadepedircosas.Y lopeoresquelohaceconcondicionales:«Simefuesesaporunvasodeagua»,«Simetrajeseslamedicinadelabotica»,«Simerascases entre los hombros, queme pica»… ¡Si aprendieses a pedir lascosas,tía!

«EseeraelplandemadreparaalejartedeJavieryhacerteentrarenrazón: un año con la tía. Yo le hablé de Margarita y de las DamasEnfermeras,ylepedíquehablasecondoñaHerminia.»

«Ya…, y Herminia la convenció de que esa especie de señorasdisfrazadas de monja son lo mejor para mí. Eso o Almendralejo, que

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tambiénescomounconvento.»«Madre no solo piensa en tu educación.Muchas familias envían a

sushijasa lasDamasEnfermerasparaversiconocenaunmédicoysecasan con él. En el fondo espera que, además de domesticarte, allíconozcasaunoyteolvidesdeJavier.»

«Puesvaapañada.»«Eso ya es asunto tuyo. Si quieres volver a verte con Javier, solo

tienesdosalternativas:seismesesconlasDamasEnfermerasounañoenAlmendralejo.»

«QuemepermitadespedirmedeJavieryaceptaré lode lasDamasEnfermeras.»

Anayalehatransmitidomiscondicionesamimadreymimadrehaaceptado.Mipadre,después,hasidoinformadoylashaasumido.Asíquedentro de una semana me incorporaré a las Damas Enfermeras ymañana,porfin,volveréavermeconJavier.¿Nosoyafortunada?

20demayode1920

Hoy por la mañana me he despedido de Javier bajo la inevitablevigilanciademihermana.Noshemosabrazadoybesado,hemosllorado(bueno,quizásolohaya lloradoyo)y juradoquenosesperaríamos.Seismesesahoraparecenunaeternidad,perodentrodeseismesesformaránpartedelpasado.Noquierodarlemásvueltasporquemeponemuytriste.

Por la tarde fuia lamodistaparahacermeunpardeuniformesdedama enfermera. No me puedo imaginar una ropa más sosa y menosfavorecedora.Ycómo la tienendiseñadaparaquenopuedaserdeotraforma.Lafaldadebeserblancaylisa,condostablasenlapartedeatrásytrece centímetros exactos hasta el suelo. La blusa, igual de blanca (yaburrida),contrestablasdeseiscentímetrosymedioenelpecho,yenlaespalda un canesú de quince centímetros de alto; el cuello, bienplanchado y almidonado, para que hasta sea difícil respirar, lleva unacorbatadedoshojas;lasmangas,tambiénlisas,rematanenunpuñodeseis centímetros con abertura hasta el codo. O sea, la ropa menosfemeninadelmundo.Y,por si acaso, vancubiertasporundelantal tanblancoy lisocomotodoloanterior,conbolsillosgrandesyelpetopoco(nada)escotado.Lacofia, loszapatos, lasmediasy losguantes tambiénsonblancos.Creoquenohabíaidotandeblancodesdemibautizo.

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Laúnicaprendadecoloreslacapaazulmarinoqueseabrochacontres botones dorados y lleva la insignia de la Cruz Roja en el ladoizquierdo.Dos tiras de lamisma tela bajandesde loshombroshasta lacintura, donde se abotonan a la capa, formando una especie de equissobreelpecho.Avercómomequeda…

21demayode1920

Javier sehabía colado en casapor la ventana ynos besábamos cuandonos descubrió mi madre. Me arrancó de sus brazos como una arpíafuriosamientrasgritaba:«Noirás,noirás».

Me he despertado bruscamente. La luz del amanecer apenasiluminabalahabitación.Segúnespabilaba,mehedadocuentadequelosgritosdemimadresehabíancoladoenmisueñodesdeelpasillo,dondediscutíaconmipadre.Yconvencidadeque,comosueleserhabitual,yoseríaelobjetode ladiscusión,meheasomadoconcuidado.Peronosetratabademí.

Mimadreseempeñabaenquemipadreno fueseaalgúnsitioyélinsistíaenquedebíahacerlo:«¡Nosoloeramiempleado,eramiamigo!».Creoqueestahasidounade laspocasvecesenqueheoídogritaramipadre.

«¿Dequiénhabláis?»,leshepreguntadoaúnmediosomnolienta.«Laura —me ha dicho mi madre—, vuelve a tu cuarto. Es muy

tempranoynotendríasqueestardespierta.»«Puesnohabergritadotanto,ahoraquierosaberquépasa.»Amimadrelehevistolasganasdedarmeunbofetón,peromipadre

hareaccionadoantes:«HanmatadoaEnriqueSanchís».«¿El de Barcelona?», he preguntado tontamente, como si pudiese

haberotroEnriqueSanchísquepreocupaseamipadre.Eraelcapatazenlosmuellesdeesaciudadyhabíavenidoporcasa

algunasveces.Anosotras,deniñas,noshacíamuchagraciaporqueteníaun tímpano perforado y sabía echar el humo de su pipa por esa oreja.Estamismanoche,aúnhaceunashoras, lehabíandisparadoalsalirdeunareunióndelapatronal.

«Hantenidoqueconfundirloconotro—sehalamentadomipadre—,hemosaceptadolajornadadeochohorasquesepidióenlahuelgadeLaCanadienseynoteníamosproblemasconlosestibadores…»

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«Aesosanarquistaslesdaigualaquiénmatarcontaldequenoseaunobrero—haopinadomimadre—;hastanosésinosemataránentreellosmismos. ¡¿Ytúquieres iraBarcelonaaquetambiéntematen?!—Entoncesharecurridoamí—:¡Dilealgoatupadre,Laura!»

Laverdadesquenosabíaquedecir…Asíquenodijenada.«¡Nopuedofaltarasufuneral!»,hagritadomipadre.«¡Puede haber otro atentado en la iglesia o en el cementerio!»Mi

madretampocosequedabacortaalahoradegritar.«¡Ypuedehaberloaquímismo,alapuertadecasa!»«¡MadridnoescomoBarcelona,noestállenadepistoleros!»«¡Aquíhanmatadoadospresidentes! ¡Ysialguienmequisieraver

muerto,yaloestaría!»Asíhanseguidohastatenernosdetestigostantoamihermanacomo

amí.Estahasidounadelaspocasvecesenquemipadresehasalidoconla suya. Aún no eran las diez de la mañana cuando el chófer lo harecogidoparallevarloalaestacióndelMediodía.

Antes de que se marchase me he acercado a su habitación parallevarleunpardelibrosysuperiódicofavorito,LaVoz,queacababandedejarenlapuerta.

«Paraqueseentretengaenelviaje.»Me lo ha agradecido a sumanera. Y al coger el diario, ha visto la

portada.«AúnnodicennadadelodeEnrique…—Luegohaenarcadolascejas

meneando la cabeza—. No me lo puedo creer… Convocan nuevaselecciones.»

«Pero¿nofueronya?»«Sí,estasseránlasterceras…YelpaíssiguesinunGobiernofuerte.

Aunqueasabersielquevieneespeor.»Yasí,conungestopesimista,haguardadoloslibrosyelperiódicoen

lamaleta.«Cuídesemucho,porfavor.»Lehedadounbesoenlamejilla.Élmehaacariciadolamejillaymehamiradoconcariño.«Menos mal que me lo has recordado, porque no se me habría

ocurrido.»Este tipodebromasmehacengracia,peroamimadre la sacande

quicio.Poresoselashacemásaella.Antesdesalirsehanbesadojuntoalapuerta.Mimadrelehadicho

algoaloído,havueltoabesarlo,lohaabrazadoyporfinlohadejadoirse.Verlostancariñososmehapreocupadomucho.

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22demayode1920

Hoy hemos ido a recoger el uniforme de las Damas Enfermeras. Mimadre, al verme, se ha emocionado. Amí casime da un desmayo. Noseránmonjas,peroselesparecenmuchísimo.Nosécómoselasarreglanparaseduciralosmédicos.

Mimadre ha insistido en hacerme una fotografía para recordar elmomento y hemos ido hasta el estudio de Alfonso, en Fuencarral. Aúnusa placas fotográficas de cristal, pues dice que danmayor calidad. Elprocesomehaparecidomuyinteresanteynomehabríaimportadoserlamodelosillevaseotraropa.Peroconeseuniformenimeheatrevidoaverel resultado porque seguro que salgo horrorosa. Pero mi madre estáencantaday,siporellafuese,mañanairíaasívestidaamisa.

Porlatardehallegadountelegramademipadre.Yahabíaasistidoalfuneralymañanatomaráeltrendevuelta.Atiempodeacompañarmeala escuela de las Damas Enfermeras el lunes. En la despedida pone:«Adolfo, que os quiere y que, por ahora, no ha sido asesinado». Amimadrenolehahechoningunagracia.

24demayode1920

Yaestoydevueltademiprimerdíaenesaespeciedeconventosanitario.Mipadrellegóeldomingoporlanocheynoshallevadoenelcochea

mimadreyamí.TantoelhospitaldelaCruzRoja,queeslaantiguaCasadeSaluddeSanJoséySantaAdela,comolaescueladeenfermerasestánen el barrio que llaman de Tetuán, en el camino de Aceiteros, nomuylejosde la glorietade JoaquínRuiz y su enorme fuente, laMariblanca.Nuncahabía idoporesazonasalvoenmi imaginación,acompañandoaTristana,en lanoveladeGaldós,por laMalaFrancia,quehoyse llamacalledeBravoMurillo,yporelcaminodeAceiteros.AunqueTristanalosrecorríacuandoaquíacababaMadridyenestecruce,quellamabandelosCuatro Caminos (y aún hay quien lo llama así), solo había barracas ypequeñashuertas.Ahoraesmuydiferente.Siguedando lasensacióndequesellegaaunafrontera,peronounadesoladaylejana,sinoalmismobordedeunaurbequecrece.Lascasastienendosotresalturasyenunaesquina están construyendo un edificio enorme que, dice mi padre,

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tendráquincepisosyseráelmásaltodeMadrid.Porsutamañolollaman«elTitanic».Esperemosquenoacabeigualqueelbarco.

Desde la glorieta hemos bajado la suave cuesta del camino deAceiteroshaciaelhospital.Está llenadebachesypiedras,yelcochenoparabade traquetear. Las casas y el bullicio, de repente, desaparecen ysolosevencarrosquepasanconmaterialdeconstrucciónparalapropiacarreteray lospocosedificiosquehayasus lados.Ensolounosmetrosparecía que habíamos pasado de una ciudad a un páramo lleno decascotes,hierbajosyarenisca.

Elhospital,aúnaunosdoscientosmetros,destacaenmediodeesedescampado.Desdeelcaminopareceunagranresidenciadedospisosdeladrillo rojo.Una iglesia, con una estrecha torre que se eleva sobre lostejados,ladivideendosalas.Acadaladodelapuertadeesacapillahayungranarco,cadaunoconsugarita,unoparalaentradadecarruajesyautomóviles,yotroparalasalida.

Comoelsolarestáencuesta,bajolosdospisosdeladrillorojoasomaelsemisótanoenpiedrablancaconsustragaluces.Porladerecha,lapartealta de la cuesta, apenas se ve y esos tragaluces tan solo son unosventanucos. Pero a la izquierda ya está claramente a la vista y susventanalessehacenmásgrandes.Dalasensacióndequeesedesniveldelacallehacequealedificioseleveasuropainterior.

Hemosdejadoelcochefrentealhospital,puesporlosarcossolosepermiteelpasodeambulancias,ynoshemosacercadoaledificioconlasdemás candidatas a damas enfermeras y sus familias. La mañana eraluminosa.Uno de esos cielosmadrileños tan azules que parece que lasnubes han sido pintadas. Soplaba una brisa fuerte que lanzaba el fríocontranuestrascaras.Heagradecido lacofiay,sobretodo, lacapa,queabrigabastante,aunquesabíaqueenunpardehorasharíacaloryestaríadesobra.

Desde las ventanas algunasmonjas y enfermeras nosmiraban concuriosidadycuchicheabanentreellas.Ynoeraparamenos.Aunquelascandidatas ya íbamos vestidas con el uniforme, nuestros familiaresparecíaqueibanaunagalaenelPalacioReal.Mefiguroqueesperabanqueporallísedejaseverlareina,queeslapatrocinadoradelaCruzRoja,pero no ha aparecido. Quien sí lo ha hecho ha sido la duquesa de laVictoria,doñaCarmenAngolotiyMesa,queeslapresidentadelaJuntadelasDamasEnfermeras.Asuladohabíaunhombre,donVíctorManuelNogueras,que,segúnhemossabido,cumpledeformaoficiosalaslaboresdedirector.Hasaludadoaalgunosasistentes,entreellosamipadre,que

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con sus donaciones y, por lo que veo, con sus hijas, contribuyen amantenerelhospitalconvida.

DoñaCarmenllevabaelmismouniformequenosotras.Esunamujerdeunoscuarentaytantosaños,muyeleganteyquehablaconunavoztanfirme,segurayprofundaquepodríadirigirunregimientodecoraceros.

Nosharecibidoconundiscursosobreloqueseesperadenosotrasoalgoasí.Laverdadesquenolehehechomuchocaso.Meestabafijandoenlasqueseríanmiscompañeras,aversisuaspectomedecíaalgo.Allíestaba Inés, sonriente, nada raro en ella, pues siempre está de buenhumor.Esmuyinocenteysoloveelladobuenodelascosasydelagente;creoquehastaveríalapartepositivadeunbofetónodeatragantarseconunhuesodepollo.Tantacandidez,aveces,meresultainsoportable.Asuladoestabaunachicadepielmuyclaraycabellomuyrubio,seriayconelceño fruncido; la acompañaba su padre, un militar que tenía tantasmedallas y condecoraciones que su pecho parecía el escaparate de unacacharrería.LuegohesabidoquesellamaAlbayqueesdeunafamiliademilitaresde toda la vida, de esas en las que a cadapariente le falta unbrazo, una pierna, un ojo o todo a la vez, y quemiran por encima delhombroaquiennohayacogidonuncaunfusil.SupongoquelasDamasEnfermerassonlomásparecidoqueencontrósuhijaaunejército.Sí,yasé,queridodiario,Javiertambiénesmilitar.Peronoes lomismo.ÉlesdeAviaciónylosdeAviaciónsonmodernosysofisticados.NadaqueverconlarudezadelaInfantería.YAlba,ademásdehijademilitar,esmalencaradayarrogante.Noesquelohayaadivinadonadamásverla,peronohetardadoendescubrirlo.

AlacabareldiscursodeCarmenAngoloti todashemosaplaudidoynoshemosdespedidodenuestras familias. Inés, al verme,ha corridoaabrazarmecontalefusividadquecasimetiraalsuelo.

«¡Cuántomealegrodequehayasvenido!»Tantaalegríaportanpocomehaparecidoexcesiva,perohefingido

quetambiénmealegrabamuchísimodeverla.LafelicidaddeInésnomeresulta contagiosa, me cansa; pero no quiero ser yo quien arruine esemundotanbonitoenelquevive.AunqueuntropezónconAlba,quelahaempujadoymiradocondesprecio,haestadoapuntodehacerlo.

«¿Quéhacéisahíparadas?—noshadicho—.HayqueseguiradoñaCarmen.»

«Pero¿quélepasaaesa?»,sehaextrañadoInés.Esto es todo lo enfadada que puede llegar a estar. Y ahí yo ya

comencé a darme cuenta de que Alba, además del ceño, tiene el alma

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arrugada.«Vuestra aula no está en el hospital, sino aquí al lado, junto a las

cocheras del tranvía —nos ha informado la duquesa—. El doctorFranciscoLuqueosacompañaráhastaallí.—Yhaseñaladoaunmédicojoven, de no más de treinta años, muy bien peinado aunque ya conalgunasentradas,queestabaasulado—.Quenoosengañesujuventud.EldoctorLuquesehalicenciadoenMedicinayCirugíaentrelosprimerosde su promoción, ha completado sus estudios en Viena y acaba deregresar de Marruecos, donde ha servido como médico militar. Se haunido a nosotras para organizar el servicio de Ginecología y este añotendréislainmensafortunadequeseavuestroprofesor.»

Eldoctornoshallevadobordeandolavalladeladrillorojoyhierrocoladoquerodeaelhospitalhastalaescuela.Estáenlacalle,omásbienproyectode calle, doctor Santero.Unpolvoriento caminode adoquinesconlamayoríadelascasasamediohacer.Eledificioespequeñoydedosplantas,encaladoyconunagrancruzrojaenunadesusparedes.

Hemos subido a la segunda planta, dejado nuestras capas en unarmarioyentradoenelaula.Espequeñaytieneunospupitresdemaderaencuyasuperficieapenascabenunlibroyuncuaderno.Elprofesorsehasituado frenteanosotras, con lapizarraa suespaldayunesqueleto, alqueyahemosapodado«Paquito»,asulado.

Noshaexplicadoquenuestrocursoduraseismesesyeseldedamasenfermerasdesegunda.Lasquequieran,trascincuentadíasdeprácticasy de asistir a un moribundo, podrán presentarse al curso para damasenfermeras de primera.Nome ha gustado. En el Ejército también haymuchosgrados.Unsargentoesmenosqueunteniente,peronohaynadamaloen lapalabra«sargento».Sinembargo,«desegunda»suena fatal.¿Qué enfermo o herido en su sano juicio querría que le atendiese unaenfermera…desegunda?

Alba,quesehabíaapresuradoasentarseenprimerafila,enseguidahahechosabersuinterésporcompletaramboscursos.Yohedebidodeponercaradeasco,porquemehamiradoconodio.Alsalir,dehecho,semehaacercado:«Séquenoteagrado,peromedaigual:tútampocomegustasamí».Almenoshede reconocerlealgo:esperspicaz.Aunque laperspicacia,sinovaacompañadaporotrasvirtudes,esundefecto.

Nuestrocurso,desegunda,constadetrecetemas,cadaunodivididoenunaparteteóricayunapráctica.Porejemplo,enelprimeronosvanahablar de laCruzRoja y, en la parte práctica, haremos vendajes en lasextremidadesinferiores.Noséquétienequeverlounoconlootro.Pero

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al principio son todos así: nos hablan de algo, como la anatomía o lasenfermedades, y practicamos otra cosa completamente diferente, sobretodovendajesendiferentespartesdelcuerpo.Noeshastaelquintotema,en el que se habla de los vendajes de inmovilización y los apósitos,cuandopracticamoslalecciónteórica.

Mehefijadoenquenonoscontaríannadasobreelsistemanerviosoni la cirugía, lo que me da un poco de pena, porque me parecen másinteresantesquelosvendajesylaspequeñascuras.PeroestoyaquípararecuperaraJavier.Lootrolopuedoconsultarencualquierbiblioteca.

Al finalizar esa presentación, don Francisco nos ha entregado uncuaderno, lápicespara tomarapuntesyunparde librosa cadauna:Elconsultorde ladamaenfermera, que es elmanualqueusaremos en elcurso, y un pequeño vademécum para las consultas rápidas sobreenfermedades,remediosycuras.LuegohacomenzadoahablarnosdelahistoriadelaCruzRoja,deHenryDunant,delabatalladeSolferinoydeotrascuestionesigualdeaburridas.Condisimulo,mehepuestoahojearloslibrosquenoshabíaentregado.Teníangrabadosyfotografíassobreelcuerpohumano,elesqueleto,losmúsculos,vendajes,curas…Yhedebidode distraerme bastante, porque lo siguiente que recuerdo es a donFranciscomirándomefijamente.

«Señorita,sí,esconusted.Parecequeleinteresamásloqueponeenloslibrosqueloqueyotengoquedecir…»

«Disculpe, doctor —le he dicho y, como reina de las excusas, heañadido—: Siento una gran fascinación por los libros y no he podidoevitarlo.Nuncahabíaleídonadadeciencia.»

«Pues siento decepcionarla, pero esos libros no son el objeto deestudio de la ciencia, sino simples herramientas. El libro que debepreocuparle,elquetendráqueleer,eseldelanaturaleza.»

«Aquímeindicaráncómoleerlo.»Si mimadreme viese siendo tan respondona, me habría dado un

sopapo. Y por el tono airado que ha usado don Francisco, me da laimpresióndequeaéltambiénlehabríagustado.

«Ahí solo le indicarán cómo intentar leerlo. Y no conseguirá nadamejor. La verdad es queno sabemoshacerlo y quenunca lo sabremos.Solopodemosintentarloyacercarnoslomásposiblealverdaderorostrode la naturaleza. Así salvaremosmás vidas y nos haremosmás sabios,peronuncatendremostodaslasrespuestas.Ylasqueencuentreenesoslibros no son certezas absolutas, pero es lo mejor que tenemos:

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acercarnos lomás posible a unadiana imposible de alcanzar.Esa es latragediadelaciencia,señorita,perotambiénsubelleza…ysugrandeza.»

Su tonoera tanencendidoquehaacabadoprácticamentegritando.Todasnoshemosquedadocalladasyquietascomocadáveres.Albamehamiradoconrencorporhaberprovocadoesareacción.Peroeldiscursomehabía gustado. Espero que ese tono no se debiese a que don Franciscoestabamuy enfadado conmigo sino a que le apasiona lo que hace. Hedecididoprestarlemásatenciónapartirdeesemomento.

Después de una frugal comida que nos han servido en el hospital,hemosvueltoaclase,dondedonFranciscohaseguidohablándonosdelahistoria de las enfermeras y de su situación legal en Europa y en lasguerras. No es que vayamos a ir a la guerra, pero es donde surgierontanto la Cruz Roja como la enfermería, con Florence Nightingale enCrimea.

Pocomás hemos hecho el resto del día.Mucha historia y nada demedicina.Yaencasa,mientrascenábamos,hetenidoquecontárselotodoa mi familia. Hasta mi padre ha dejado su periódico y ha atendidointeresado.Inclusomehahechopreguntas.

He vuelto tarde ami cuarto y al escribir aún seme ha hechomástarde. Ymañana tengo quemadrugar. Seguro que tendré cercos en losojosypareceréunmapache.VoyaencargarlemanzanillaaRosalía,aversiestanbuenaparaquitarlasojerascomodicen.

26demayode1920

Lamanzanillaobrómilagrosyapenassemenotaronlasojeras.El chófer demi padre volvió a llevarme ayer.Mientras bajábamos

por el camino de Aceiteros me fijé en que varias de mis compañerasveníancaminandodesdelaglorieta.

«Hace buena mañana, habrán venido dando un paseo —supusoBraulio—.OquizáhayancogidoeltranvíaoelMetro,elnuevoferrocarrilsubterráneo ese. Lo han inaugurado hace pocomás de un año y vienehastaaquídesdelaPuertadelSol.»

Yaquevoyaformarpartedeaquelgrupodeseñoritasdurantemedioaño,noquisequemeviesencomounaremilgadayesamismatarde,amiregreso, lesanunciéamispadresqueapartirdeahora iríaa laescuelapormicuenta,eneltranvía.

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Así que hoy ha sido mi primer viaje en tranvía, que es como untrenecitopequeñoytraqueteantedondelamitaddelagentevasentadaylaotramitad,depie.Loesperéenlaparaday,cuandomesubí,Inésyaestabadentro.Merecibióconexageradailusiónyunaaúnmásexageradasonrisa.Elhombrequeibaasuladomecediósuasientoynomequedóotraqueponermejuntoaella.Noparódehablarentodoeltrayecto.

Al bajar, en la glorieta, me ha sorprendido el bullicio que apenashabía notado desde el coche.He podido ver de cerca el quiosco, el barChumbica,cuyaterrazacubiertaestabarepleta,elrestauranteLaPerla,ladroguería, una sastrería, los ultramarinos y los puestos de verduras,salazones,conservas,telas,zapatos,golosinas…Loscochesdecaballosylos automóviles pasan haciendo sonar sus bocinas o dando gritosalrededordelafuente,ylagentenoparadebajarysubirdeltranvía,odesaliryentrarporlabocadelMetro,unaescaleraquellevadirectamentealinteriordelatierra.

Inés me ha contado que por esta zona le gusta conducir al reyAlfonsoXIII.Hace unosmeses, en enero, se incendió la droguería queestáalladodelChumbicaylosvecinosacudieronaapagarloconcubosyaguadelafuente.Yvariaspersonasaseguraronqueelreyhabíadetenidosucocheysehabíaapeadoparaverquépasaba,aunquenomeloimaginoayudandoconelfuego.

Me hubiera gustado volver a casa en el Metro, por ver cómo esrecorrer la ciudad por debajo en un túnel continuo y a gran velocidad,perosutrazadonomeacercaacasa.Asíqueheregresadoentranvía,conInés,quetampocohaparadodehablaryhastasehaapeadoenmiparadaparaacompañarme.Esincombustible...

30demayode1920

Las clases de don Francisco (con su callado ayudante Paquito, elesqueleto)meresultanmásentretenidasdeloqueesperaba.Hastaahorahabía leído poco de ciencia y todo lo relativo al cuerpo humano, sufuncionamientoycómorepararlomeestáresultandofascinante.

AlfinalmeheidohabituandoalestadodeperpetuafelicidaddeInésyhastameresultaagradableestarconella.Además,hedescubiertoqueaAlbalerevientasuperennealegría,loqueahoralahacemásencantadoraamisojos.Y,algoquenosabía,Inésespurabondad.HastaleencuentraexcusaacadaperreríaymalcomentarioquelehaceAlbaocualquierotra

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denuestrascompañerasosuperiores.Yconmigoyconlasdemásnotienemásquebuenosgestosydetalles.Porejemplo,ayerporlatardemesentéa leer juntoa laescuela,a lasombradesusparedes, lejosde lasdemásestudiantes, que prefieren pasear cerca del hospital para hacerse lasencontradizasconlosmédicos.Semefueeltiempopasandolaspáginasdelvademécum.Estabatancentradaquenimehabíadadocuentadeloencogidosquetenía loshombrosporel frío.Entoncessentíquealguienmeponíalacapasobreloshombros.Esasensacióndecalormeconfortó.

«Quenotecojaelfrío»,medijoInés.Ysefueparanomolestarme.Mehabíavistodesdelaventana,fueapormicapayluegomedejóa

solasporquesabecuántomegustaleersinserinterrumpida.Niesperóaqueledieselasgracias.Seguroquenolasnecesita.Asídebuenapersonaes.Sientounpocodevergüenzapornohaberlaapreciadoantescomounademisverdaderasamigas;seguroqueellalopensabademí.

Creo que la vergüenza podría considerarse el síntoma de quetomamosconcienciadeunerror;elprimerpasoparasolucionarlo.

3dejuniode1920

ComohoyeselCorpusChristi,antesdelasclasesdelamañananoshanllevadohastalacapilladelhospitalparaoírmisa.

AllíseoficiatodoslosdíasparalospacientesylosvecinosdelbarriodeTetuán.El capellán, además, es el encargadodedar consuelo y guíaespiritualalospacientesquelosoliciten,igualquelaextremaunción.Nocreo que a los enfermos les hagamucha gracia verlo aparecer por suspabellonesconesaúltimatarea.

LaúnicanavedelacapillaacabaenunábsidedecoradoconpinturasdeángelesqueparecenrodearlaestatuadelaVirgenquecoronaelaltar.Lasvidrierassonpreciosasyaesahoradelamañanallenabanelairedeuna luz mágica; casi parecía flotar música en ella. Y no lo digofiguradamente,puesheoídounavozpequeñaydulce,comosiunaniñaestuviesecantandoallícerca.Cuandohemiradohaciaelcoro,nohabíanadieyhesupuestoqueseríaalgunodelosniñosingresados.Otradelascandidatas también miraba hacia el coro, como hipnotizada. DoñaCarmenlohanotado.

«Elcorodelacapillahacelasvecesdepasillodelasegundaplantayconectalasdosalasdeledificio.»

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Yo he asentido, pero la otra chica no ha reaccionado y ha seguidomirandohaciaallíarribaigualdeabstraída.

«Eh,queelsacerdoteyaestáenelaltar»,leheadvertido.Hadadounrespingoysehavueltohaciadelante.Segúnelsacerdote

hacomenzadoaoficiar, lacancioncilla infantilha idodisipándosehastadesaparecer por completo. Era muy bonita y, aunque allí la hecanturreadomentalmente, ahora intento recordarla y nome viene a lacabeza. Es como si perteneciese a esa capilla y solo allí pudiera sercantadaporesavoztanetérea.

14dejuniode1920

Alegría: hoy era nuestra primera clase práctica. Decepción: fue conmaniquíesyenlamismaescueladeEnfermería.

«¿Y cuándo podremos practicar con verdaderos enfermos?», hepreguntadomientrashacíaunvendajeenochoalarodilladeunmuñecodemaderaytela.

«Cuandoestésegurodequenolosvaisamataroahacermásdañodelquetraen.—YentoncesdonFranciscomehacorregidoloqueestabahaciendo—. Demasiado apretado; la sangre circularía mal y el nudoacabaríaporsoltarseporlapresión.»

Élmismolohasoltadoymehaordenadoquevolvieseahacerlo.Albasehareídoporlobajoaunqueladiversiónlehaduradopoco,

porqueelsuyonoestabamejor.Meheaplicadoconganas.Ibaadarleenlasnaricesconmivendajeaesasabionda.Peroestabademasiadoflojo.Yluegomaltrenzado.Ydespuésheusadodemasiadatela,ymástardehecerradomalelnudo…

Esextraordinarialacantidaddeformasenquesepuedevendarmalunapierna,ycreoquenosotraslashemosprobadotodas.Quizámañana,o pasado, demos con la adecuada. Don Francisco se ha crispadosobremaneraconnuestratorpeza,que,haasegurado,lesacabadequicio.Ylaverdadesquellevaciertarazón…Somosseñoritasdebien,comodicemi madre, y el único trabajo manual que se nos permite es agitar elabanico.Algunas, comomucho, tocanelpianoopintanacuarelas,perohasta para peinarnos o atarnos los cordones de los botines tenemos aalguiendel servicioque se encargadeello.Yahínovaa ser así.Nadieharánadapornosotras.Noshaquedadobienclarodesdehoy.

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25dejuniode1920

Parecía imposible,pero todas lohemos conseguidoynuestros vendajesdepiernas,rodillasytobillossoncorrectos,queeslaformaquetienedonFrancisco de decir que están bien. No es un hombre muy prolijo enhalagos. He de reconocer, con dolor, que Alba ha sido la primera endominarlosvendajesybienquehapresumidodeello,comounpalomoencelo.

EnelempeñonoshanayudadounpardehermanasdelaCaridadyuna de las enfermeras profesionales. A la mayor de las monjas, sorAsunción,lallamanasusespaldas«sorTitulada»,porqueeslaúnicaquetambiénesenfermeraprofesional.Ella sehaencargadode formara lasdemáshermanasy,porloqueparece,esmuycompetenteyunaespeciedejefaoficiosadelpersonaldelhospital,solopordebajodedoñaCarmenAngoloti.Ahí,enesaclase,consorTituladaysusdosayudantes,mehedado cuenta de algo que tenemos que aprender y que no está en eltemario ni en las prácticas: paciencia y cordialidad, como ellas estándemostrandodesobraconnosotras.

En las clases teóricas, con la inestimable ayuda dePaquito, hemoscomenzado el estudio del cuerpo humano, que resulta mucho másdivertidoquelahistoriadelaCruzRoja.Enlasprácticashemospasadoalas extremidades superiores. Con la experiencia adquirida con losprimeros vendajes, estos han resultado más fáciles. Aunque no paratodas.

La chica que se había quedado mirando al coro de la capilla tanfijamente,Avelina, es lamás joven y lo pasamuymal en las clases.Esmuy tímida y nerviosa, y cuando don Francisco grita o nos regaña, lapobreseechaatemblar.Ysitomarapuntesconlasmanostemblorosasesdifícil,hacerunvendajeesprácticamenteimposible.

Haceunpardedías,despuésdecomer,volvíaalaulaacogerunlibrocuandooíunllantoenunaclasevacíacercana.EraAvelina,quellorabaencogidaenelsuelo.Nomevioyestuvetentadadedarmelavuelta,peroentoncespensé en Inés.Ella sehabría acercado y le habríapreguntadoqué le pasaba, la habría abrazado y consolado, y habría intentadoayudarla.YonosoyInés,asíquelohiceamimanera.

«DonFranciscoesunlerdo»,ledijenadamássentarmeasulado.Una vez se repuso del susto por mi repentina aparición, me

respondió:

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«La culpa esmía; soymuy torpe yme cuestamucho entender lascosas»,medijoseñalandoeltemaenelmanual.

«¿Quéesloquenoentiendes?»«Nada. Todo este asunto de los tejidos, las células, los huesos, los

músculos,losnervios…mepuede.»«Es normal que los nervios te pongan nerviosa. —Es un chiste

horrible,yalosé,peroconseguíqueseanimaseunpoco.Yaeraalgo.Cogísumanual—.Nopuedoaclarartetodoalavez,peropodemosirunaaunacontusdudas.Dimequéesloprimeroquenoentendiste.»

Setranquilizóycomencéaresponderasuspreguntas.Noerantemasmuycomplicadosymedicuentadequeexplicaralgoasí,caraacara,conellapreguntandocadacosaquenoentendíayyoadaptándomeaella,esmuchomás fácilqueexplicar lomismoa todasnosotrasa lavez, comohacedonFrancisco.

AldíasiguienteAvi,queescomohecomenzadoallamarla,mebuscóparapreguntarmenuevasdudas.Enlugardequedarnosenlaescuelamedijoquefuésemoshastaelhospital.

«Perosiaúnnopodemosentrarallí»,dije.«Ynoentraremosaledificio,sinoalpatio;ven.»Atravesamoselarcodeentradaypudeverqueelhospitalsoncuatro

pabellones separados, largos y rectangulares, repartidos en torno a ungran patio central, como los cuatro lados de un cuadrado al que lefaltasenlasesquinas.Delfrontal,elúnicoquesevedesdelacarreteradeAceiteros,sobresalehaciaelinteriorelcuerpodelacapilla.

El patio grande, con espacio suficiente para que aparquen losautomóvilesy los carruajesdelantede lospabellones, y setos,plantasyarbolillosalrededordeloscaminos,inclusotienevarioscedrosaltísimos,defollajedensoyoscuro,conbancosparasentarseasusombra.Juntoalarcodeentradahayunpequeñojardínvalladodondejueganlosniñosdelpabellóninfantil.

Esepabellón,queeselfrontal,tienedosalturasyunsemisótano.Losdemás,construidosconelmismoladrillorojo,sonmásbajos,consolounpiso y el semisótano. Cada pocos metros, su muro sobresale un poco,como si la obra estuviese sostenidaporunosgrandes contrafuertes conun ventanuco enmedio.Avimedijo que, por si lo necesitaba en algúnmomento,ahíestánlosserviciosyquepodemosentraryusarlos.

Nos sentamos bajo los cedros mientras algunas de nuestrascompañeraspaseabanporallídistraídamenteenbuscadealgúnmédicoconelquecoquetear.

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Aviyanoletienemiedoalaparteteórica,porquehabíavistolofácilqueesaclararseconunpocodetranquilidad.Laprácticadelosvendajesesloquelepreocupadeverdad.

«Pues practiquemos —le dije—. Podemos coger vendas en laescuela.»

«Peronotenemosmaniquí…»«Tenemosalgomejor.»Yletendímibrazo.Fuimos a por las vendas y nos reímos ensayando vendajes en

nuestros brazos, aunqueme dejó sin sensibilidad en los dedos duranteunosminutosdetanfuertequemeapretóuno.Alfinaldelatardehabíamejoradobastante.Avelinanoestorpe,suproblemaesquelepuedenlosnervios.

Hoy senoshaunido Inés,que también tenía algunasdudas, ynoshemos divertido practicando vendajes unas en otras mientrasdescansábamosenunbancodeljardín.Desdeelotroladodelpatio,Albasenoshaquedadomirando.Noconiranicondesprecio,comosueleserhabitualenella, sinoconalgoparecidoa lapena.Encuantohanotadoquelahabíavistosehaidoatodaprisa.¿Envidiaránuestraamistad?Siesasí,leestábienmerecido.

1dejuliode1920

Amo los libros. Siempre me han dado mucho a cambio de muy poco.Placeryconocimientos.Metransportanalugareslejanosenelespacioyen el tiempo. Me ayudan a conocer el alma y la mente de personasextraordinarias.Mehanenseñadoapensar y a entendermemejoramímismaya losdemás.Yahora,además,mehanenfadado.Ynomucho,sinomuchísimo.

Tecopioaquí,diario,palabraporpalabra,estemaravillosotextoqueheencontradoennuestromanualdeenfermeras:

No citamos puntos de inserción por no pedirlo el programa oficial y además no sernecesarioelconocerporlaenfermerayseríafatigarsumente.

Nosololasintaxisesdesastrosasinoqueinsinúaclaramentequelasmujeressomostontas.Yahínosequedalacosa.Haymás.Elmanualestálleno de expresiones como «para que pudiera seros más fácilcomprender», «no conceptuamos interés para la enfermera», «asunto

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que solo interesa al médico», «esto sí puede estar al alcance de laenfermera»,«noexplicaremosalaenfermeraloquesolodebeconocerelmédico»…Y,porsifuerapoco,enotroladodestacanuestros«encantosyhermosura».Tontasyguapas,asísesuponequesomoslasenfermeras.Ylopeoresque,al considerarnosde talmodo,noentraenciertos temasque sí serían de nuestro interés y que a nuestros pacientes les vendríamuybienquedominásemos.Esoesloquemehaindignadomás,yasíselohehechosaberadonFrancisco.

«Esperoqueusted,almenos,nosaclareestostemas»,lehedicho.Mehasonreído.Noséporqué,peroyoparezcodivertirlebastante.«¿Quépasa?¿Leparecegracioso?»,lehepreguntadoenuntonoun

pocodesabrido.«SeñoritaDelaGasca,cálmese.Sepreparanparaserenfermeras,no

doctoras.»«¿Y acaso no vamos a tratar con pacientes reales con problemas

reales?»«No. Losmédicos van a tratar a esos pacientes y esos problemas.

Ustedes solo los van a ayudar. Ese es el proceso. El médico ayuda alpacienteylaenfermeraayudaalmédico.»

«¿Ysihaydemasiadospacientesosielmédiconoestádisponible?Porque la Cruz Roja nació para ayudar en situaciones bélicas y ahí nocreoquelascosasesténtancontroladascomoenestehospital.Además,¿notengoderechoapreguntarloquequierasaber?»

«Contengaesaarroganciaypienseque,porsucondiciónfemeninaypor el ambiente acomodado del que proviene, quizá no esté preparadaparaasimilar todosesos conceptosquedicequerer saber.Mejorque seatengaaloquepuedehacer,señorita.Lamedicinanoesunjuegoy,auncon la mejor voluntad de ayudar, se puede hacer mucho daño. Lasenfermerasdebenirsiemprepordetrásdelmédico.»

Lejos de apaciguarme,me ha exasperadomás. Así que he seguidoinsistiendo hasta que don Francisco ha perdido la paciencia y se hapuestodetanmalhumorcomoyo.

«¡Puesno,claroqueno!—mehagritado—.¿Esquenosedacuenta?¡Elhombreylamujersomosdiferentes,nuestroscerebrossondiferentes!¡Por eso hay enfermeras y haymédicos! ¡Y no es culpamía, sino de lanaturaleza!»

«Osea,queestádeacuerdoenquelasmujeressomostontas.¿Opinalomismodesumujerydesushijas,desumadre…?»

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«¡No sea impertinente! Que no sean más inteligentes que loshombresnoquieredecirqueseantontas»

Una cosa he de reconocerle a don Francisco: sabe cómo enfadar aunamujer.

«Ynovalemosparalamedicina,claro.»«Usted,conesaactitud,meloestáprobando.»«¿Y qué me dice de Marie Curie? ¿Cuántos hombres tienen dos

premiosNobel?»«Lamedicinaesmásqueintelectoparalaquímicaylafísica.»«HaymujeresquehansidoysondoctorasenMedicina.»«Pocas,ynohandestacadoespecialmente…Ysonexcepcionesa la

regla.»Que un científico diga esa frase me ha sorprendido

desagradablemente.«¿Excepcionesalaregla?Pero¿quiénhainventadoesatonteríaque

todos cacarean como cotorras de circo? La máxima latina es Exceptioprobatregulam,laexcepciónponeapruebalaregla,nolaconfirma.Yesloquehacelaciencia.Siunhecho,siunsolohechoponeencuestiónlateoría, esta debe ser rechazada y revisada. Usted, que es hombre deciencia, debería saberlo.» Y lo he conseguido. No convencerlo, sinosacarloporcompletodesuscasillas.

«¡Lo único que sé, señorita, es que es usted una arrogante y unaimpertinente!Doscualidadesquenocasanbienniconlaciencianiconlaprácticade la enfermería.Así que apartir demañana ydurante lo querestadesemanaytodalaquevieneestaráapartadadelasprácticasparaquereflexionesobresudeplorableactitud.»

«¡Noesjusto!»«Tienerazón,queseanestaydossemanasmás.»Ibaaprotestar,peromehaadvertido:«Yleaconsejoquenovuelvaaabriresabocazaimpertinenteconque

Dioslahacastigado».Cuando he llegado a casa mis padres me han preguntado qué tal

habíaidoeldía.Leshedichoque,comosiempre,muybien.

5dejuliode1920

ElcastigoquemepusodonFranciscolasemanapasadaibamuyenserio.Yasíestaréhastael19dejulio,sinprácticas...¡Dossemanasenteras!

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Menosmalquetengounasamigasquesonunsol.InésyAvi,enlosratos de descanso y estudio, sin que nadie nos vea, me cuentan lasprácticasymedejanensayarconsuscabezasycuellos,queeslazonaenlaque estánahora.EstamañanaAvi, connuestraprimera capelina,unvendaje para la cabeza que se hace entre dos personas, parecía unasultanaconunturbantegrandeyamorfo.Hemostenidoquecontenerlarisayunamonjahaestadoapuntodedescubrirnos.Habráquebuscarunlugarmásseguro.

Así que hoy, mientras las demás salían en busca de médicos o apasearhasta laglorietadeJoaquínRuiz,noshemosacercadolastresalhospital. Les he propuesto que nos escondiésemos bajo el coro de lacapilla,queaesahoranohabríanadie,peroaAvinolehagustadonadala idea. He imaginado que sería por miedo a que las monjas nosdescubriesen,asíquehemosseguidobuscando.

Yentonceshemosdescubiertoeltúnel…Resulta que los cuatro pabellones del hospital están unidos bajo

tierra por el semisótano, que los recorre formando casi un cuadradoperfecto.Escribo«casi»porqueseinterrumpejustobajolacapilla.

En los pabellones, a cada lado del pasillo que forma el túnel, hayhabitacionesparalosenfermosysalasusadasporlosmédicos.Perobajolasesquinas,dondenohaynadaenlasuperficie,solohaycuartuchosquese usan para almacenar material. Un lugar ideal para refugiarnos demiradasindiscretas.

Enlaesquinacercanaalosquirófanosheencontradouncuartoqueparecía abandonado, solo con un par de camillas y camastrosdesmontados en un rincón. Pero Avi, nadamás entrar, se ha quedadoquietayconlamiradafija,comosihubieravistoalgoquelaasustaba.

«No,mejoraquíno.»«¿Porqué?»«Aquíesdondetraenalosmuertos.»«¿Cómolosabes?»,preguntóInés.Avisehaquedadocalladaunmomento,comosilediesevergüenza.«¿Se lo oíste decir a unamonja, a don Francisco…?», ha insistido

Inés.«Prometedmequenoosvaisareír.»«La risa no siempre se puede controlar, pero te prometo que me

esforzarétodoloposible»,hasidomipropósito.Inésmehamiradoconciertoreproche.

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«Me pasó por primera vez cuando murió mi abuela —nos haexplicadoAviconpudor—.Yoteníanueveaños.Melevantéporlanocheconmuchased.Bajéalacocinay,enelpasillo,juntoalaquehabíasidosuhabitación,lasentí.»

«¿Laviste?»,hapreguntadoInésasustada.«No. Solo la sentí.Hastame pareció oler su perfume y oír su voz,

comounsusurromuybajo.Ysupequesiquisiera,podríahaberlavisto.Es como si primero la percibiera con otro sentido, uno ligadodirectamentealalma,yqueese,avoluntadmía,pudieseconvocara losdemás:oírla,sentirsuolor,sutacto…einclusoverla,peronomeatrevíatanto.Temíquemeasustaseynoqueríasentirmiedodealguienaquienhabíaqueridotanto.»

Esa aparición habría ocurrido en la cabeza de Avi y me parecenatural.Lapobre,aúnunaniña,echaríamuchodemenosasuabuelayesafuesuformadelucharcontraeldolor:imaginarsufantasma,aunquesolo fuese un olor. Pero Inés se cree a pies juntillas todo lo que hacontadoAvi.Ylodesuabuela,comotepodrásfigurar,queridodiario,nohabíasidounepisodioanecdótico.

«Desde entonces lo he sentido más veces y en otros lugares, lapresenciade…nosécómollamarlos…,espíritus.»

«Fantasmas —ha dicho Inés, que estaba tan asustada comoentusiasmadaconlaidea—.Eresunamédium,tepuedescomunicarconlosmuertos.Mi tía fueaunasesióndeespiritismoyhablóconnuestrobisabuelo,quehabíamuertoenCuba.»

«No hables de esas cosas —le ha rogado Avi—, porque ni lo heintentadonimegustalaidea.Soloséquetengoesasensibilidad…Yqueenestecuartohahabidomuchosmuertos,yquesehanidocondolorymiedo.Poresonomegustaestaraquí.»

«Estamosenunhospital,esnormalqueaquíhayamuertogente»,hedichointentandollevarunpocodecorduraalasituación.

«Losé,ynotoesaspresenciasenmuchoslugares.»«¿Dónde?»«Nosé,enningúnlugarenconcreto.Sonpresenciassutiles,débiles,

comosuspiros.Aveceslasnotoenotrascasaseinclusoporlacalle,yenalgunosparques.»

«¿Enloscementerios?»SiaInésledanmiedoesascosas,¿porquépreguntatanto?

«No,enloscementeriosno.Elfantasmaeslahuelladeunamuerte.Enloscementeriosnomuerenadie,tansoloesdondellevansuscuerpos.

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Allíhaysilencio.»«¿Yaquí?»,hainsistidoInésconganasdeaterrorizarsemás.«Eneste lugaresdiferente.Esapresenciaesmuyintensa,comoun

grito…Peorqueencualquierotrolugardelhospital.Nopuedoestaraquí,deverdad.»

«¿Yaqueldíaquetequedastemirandoalcoro?—lehepreguntado—.¿Fueporalgoasí…?»

«FueaúnmásextrañoSinpoderevitarloviaunaniñapequeña,decabellorubio,quememirabafijamente.»

«¡Oh,Diosmío!—haexclamadoInés,fascinadaytemblando—.¡Unfantasma,unfantasmadeverdad!»

«Entodocaso,unafantasma,queeraunniña—lehecorregido—.Yseguroqueseríaunaniñaquesehabíaescapadodesupabellón,queestáallado.»

«Nadiemásparecíaverlayyonotéqueestabaynoestabaallí,quecada célula de su cuerpo parecía flotar en una perpetua caída; no lopercibí con la vista, fueuna sensaciónquenopude controlar y que, yaveis,meesdifícildescribir.Yonoqueríaverla,nisentirla,peroellasemeapareciófuerademicontrol.Abríalabocacomosiquisieradecirmealgo,ocantar,peroyonooíanada.»

Entoncesherecordadolacanciónqueyosíhabíaoídoyhesentidounescalofrío.Unacasualidad,habíasidounacasualidad,mehedicho…ymesigodiciendo.

«Y así estuvo hasta que nos fuimos —ha continuado Avi—,mirándome.» Y nos ha mirado con sus ojos muy abiertos, como si elespíritudeaquellaniñatambiénpudieravernosatravésdeellos.

«Yonovuelvoapasarporelcoro»,hadichoInéstemblando.Con toda la tranquilidad y seriedad que he podido reunir, le he

preguntadoaAvi:«¿Lahasvueltoaver?».«No,aunqueevitopasarporallí,ycuandovamosamisanuncamiro

haciaelcoro.»«Yo tampoco pienso mirar —ha dicho Inés—, y vámonos de aquí

cuantoantes,porfavor.»«Deacuerdo,busquemosotro lugar.»Todoaquellomeparecíauna

tontería, pero las dos estaban aterrorizadas y yo también estabacomenzandoaasustarme.

Al final del día, gracias a sor Titulada, he sabido que aquel cuartohabía sido usado como depósito de cadáveres durante una epidemia.

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También le he preguntado si en el hospital había muerto alguna niñarubia.

«¿Porqué?¿Lahasvisto?»Esareacción,deboreconocer,mehainquietadobastante.«Enelcoro»,hementido.«Noereslaúnica;aunqueunareligiosanodebecreerenespíritusy

fantasmas, a ningunadenosotras, ni a las enfermeras, nos gusta pasarpor allí de noche. Dicen que esa niña fue la primera en morir en elhospital;teníaunavozpreciosaylegustabamuchoiralcoro.Algunaslahanvistoyotraslahanoídocantar.»

Aunque intento no creer en fantasmas, no puedo evitar ciertoestremecimiento al pensar en esa niña y pasar cerca de ese lugar… Yesperonovolveraoíresacancioncillanuncamás.

Alfinalhemosdadoconuncuartoqueusanparaguardartrastosenun rincóndel túnel, cercade la escaleraquedaal arcode salida.Nadamásentrar,InéslehapreguntadoaAviconaprensión:

«¿Yaquí?».«Aquíapenassientonada»,hadicho.«Entonces no hubo muertos, o son discretos y educados», he

bromeadoparaversiasínossacudíamoselmiedodeencima.Luegolasheapremiado,porqueyahabíamosperdidodemasiadotiempo.

«Venga,vamosconlosvendajes.»Y allí abajo, entre muebles arrumbados, lámparas estropeadas y

sábanasraídas,porfinhemospodidopracticarcontranquilidad,lejosdedonFrancisco…ydelosfantasmas.

8dejuliode1920

YahanpasadovariosdíasmásydonFranciscosigueenfadadoconmigo.Antessiemprerespondíaamispreguntasconamabilidad.Ahoraselimitaadecirmedesdeñosamente:«Noesasuntosuyo,señorita»,ysigueconlalección.

Atravésdeunade lasenfermerasprofesionaleshedescubiertoqueen nuestra escuela hay una pequeña biblioteca de Medicina. Hoy, alacabarlasclases,heidoallípararesolverunasdudasdeltemaconelqueestamos, que tiene que ver con las enfermedades y que se toca condemasiadaligerezaenelmanual.

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Labibliotecaestanpequeñaytieneeltechotanbajoqueparecequeestés dentro de en un cajón. No hay más que un par de mesas conlámparasdelectura.Losestantesrebosandelibrosyrevistasmédicas,ydalasensacióndequeencualquiermomentovanacaerseyaplastarme.He dejado a un lado mi manual y el vademécum, y me he puesto aconsultar libros y tomarnotas.Pero cada respuestaque encontrabamellevabaaunanuevapregunta,ysiconseguíaresponderlaaparecíanounamás,sinootradocenadenuevascuestionesaúnmásinteresantes.

A Inés y a Avi les cuesta memorizar los nombres de huesos,músculos, nervios y demás estructuras, tejidos y glándulas; y ya nodigamoslosdelasenfermedadesylesionesquepuedenafectarlos.Yaúnno hemos profundizado en ellos, porque aquí he descubierto que trascada nombre de nuestro manual, tras cada pequeño concepto, seescondenmuchísimosmás detalles. Creo que si amíme cuestamenosaprenderlosesporquemeresultanfascinantes,comolosescenariosylospersonajesdeunabuenanovela.Nomeparecenmenoreslosmisteriosdelaglándulasuprarrenalo losde losde losgangliosdelsistemanerviosoperiféricoytodossusnerviosmotoresysensitivosquelosdelasnovelasde Doyle y Leroux. Y esternocleidomastoideo, secretina o escápula sonnombresquesemeantojantanatractivoscomoHeathcliff,EmmaBovaryoAnaOzores.

Entre aquellos libros me he sentido como una exploradoraextraviadaenlaAmazonia;todoerafascinante,peronosabíaniadóndeibanidedóndevenía.Hedecididovolveralorigenyrepasareltextodelmanualquehabíadesencadenadomisprimerasdudas.Aliracogerloyanoestabaamilado,sinoenlamanodeunadamaenfermeraqueacababadeentrar.

«¿Se le queda pequeño el manual?», me ha dicho doña CarmenAngoloticonseveridad.

Hetemidoquemefueseacaerotrareprimenda,yyateníabastanteconlasdedonFrancisco.Asíqueheagachadolacabezaymurmurado:

«No,señora,solohevenidoaresolverunapequeñaduda».DoñaCarmenhadejadoelmanualycogidomicuadernodenotas.Se

ha debido de sorprender bastante al ver la cantidad de palabras,diagramasydibujosquehayenél.

«¿Pequeña? —Al ver que no le respondía y que ni me atrevía amirarla,hadicho—.Noseponganerviosa,meparecemuybien.»

Meheatrevidoadevolverlelamirada.

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«EldoctorCalatraveño,elfundadordeesteprogramadeestudios—alnombrarlo sehapersignado,por loque supongoqueesebuen señorhabráfallecidohacepoco—,noestabamuydeacuerdoconlosmanuales.Decíaquesoncomointentarmeterelocéanoenuncubodeagua.Élsoloplanteólostemasyqueríaquelospreparásemosconlosmismoslibrosypublicacionesqueusanlosmédicos,comoustedestáhaciendoahora.Asíquenolaentretengomás.Siga,porfavor.»

Suaprobaciónhasidolomejordeldía.Hevueltoacasaencantada,enunanube, ynomehedadocuentade lo tardequeerahastaquehevistoal sereno, conel chuzoyel farolillo,anunciaraunvecinoelbuentiempoqueharíaestanoche.Lohesaludadoyhellamadoaltimbre.Meha abierto Dorotea, nuestra ama de llaves, y me ha mirado como sihubieravistounaaparición.Esonoanunciabanadabuenoyencuantohecruzadolapuertameheencontradoamifamiliaalarmadayfuriosapormitardanza.Laescenahasidoungalimatíasdegritosyacusaciones.

«Estabaenlabibliotecaysemefueelsantoalcielo.»Esunadeliciapoder defenderse diciendo la verdad, sin tener que usar evasivas,inventarexcusasoenredaramisamigasparaquemientanpormí.Ojalámeocurramásveces.

«¿Enlabiblioteca?¿Tú?Sihacepoconiqueríashacerelcurso»,hadichomimadre.

«Sabemosdóndehasestado,nomientas»,hadichomipadre.«¿Ydóndesesuponequeheestado?»«ConJavier»,hadichomimadre.Hepensadoquesehabíanvueltolocos.«¿Qué?Perosinisiquierasédóndeestá.»«Está en la ciudad, tu hermana lo ha visto, ¿a que sí, Ana?» Mi

madrehamiradoamihermanaparaqueseloconfirmase.«MeloencontréenelBarbieriestatarde.»«Pues, si os place, podéis llamar a doña Carmen Angoloti y

preguntarleaella,porqueestuvoconmigoenlabiblioteca.»«Novamosa importunaraunaduquesaporalgoasí»,hadichomi

madre.MepareciócuriosorecordarquedoñaCarmenesunaduquesa.Enel

hospital,consuuniforme,esunamás.Ynoparecepretenderotracosa.Hoy,queridodiario,meiréalacamacondoscosasenlacabeza:Laprimera,loinjustísimaqueeslavida.Conlofácilquesiempreme

hasidomentir,paraunavezquedigolaverdad,noconsigoquelacrean.

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Hastamehancastigado:nadadeteatronidepaseosdefindesemanaenunmes.Loscastigoscomienzanaserunaconstanteenmivida.

Lasegunda,ylamejor,esqueJavierestáenlaciudad.

15dejuliode1920

Heconsagradoestosdíasahacerqueelcastigodemispadresseaunpocomás justo:yaqueme lo impusieronporvermeconJaviercuandono lohabía hecho, decidí verme con él en realidad. Y no era una tarea fácil.Teníaórdenesdevolveracasanadamásfinalizarlasclasesynoteníaniideadedóndeestaríaél.

Lo primero fue conseguirmás tiempo.Al día siguiente, que ya eraviernes,busquéadoñaCarmenAngolotiylehicesaberdelenfadodemispadresporquemehabíaquedadoenlabibliotecayllegadotardeacasa.Ella,muyamable,lesescribióunanotapidiéndolesquemeautorizasenaestarunpardehorasallíenbeneficiodemisestudios.Mimadre,cuandoviolacartafirmadaporladuquesadelaVictoria,casisedesmaya.Amímecostóaguantarlarisa.

Losiguiente fuehacer llegarunanotaaJavier.Paraellomeayudóesemismo fin de semanaMargarita, la hermanamayor de Inés. Ya esdamaenfermeradeprimeraysirveenelHospitalMilitardeCarabanchela las órdenesdeunmédico, donSantiagoVallehermoso, con el quenotardaráenanunciarsucompromiso.AMargaritanolecostóhacerunascuantas preguntas para saber que la escuadrilla de Javier partiría deMadridhaciaelaeródromodeLosAlcázares,queestáenMurcia,mañanamismo por la mañana. Pero Margarita no podía saber si Javier habíarecibidomimensajenihacermellegarsurespuesta.

EnlanotainvitabaaJavieraverseconmigoenlaglorietadeJoaquínRuizalasseisdelatardedellunespasado,cuandoyosaliesedelhospital.Yque,sinollegaba,ahítambiénloesperaríalossiguientesdías.

Y allí me planté al finalizar las clases, con la incertidumbre de siJavier podría venir a verme. Inés y Avi se ofrecieron a acompañarme.Como no sería muy correcto que tres muchachas se quedasen muchotiempoparadasenelmismolugar,paseamosalrededordelafuenteyporlascallescercanasmientrasconversábamos.Estuvimosasícasidoshorashastaquellególahoraderegresaranuestrascasas.

Al día siguiente, elmartes, conseguí algo de dinero, para lápices ypapel,dije,y louséparacomprarunosbarquillosconqueentretener la

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espera.Elmiércoles,alveraunpardeenfermerasprofesionalessentarseen la terrazadelChumbica,nosatrevimosahacer lomismo.Sevequealgunosuniformes,comoeste,enlugardequitartelibertadestelasdan,porquejamássemehabríaocurridohacerunacosaasí,sinacompañantemasculino, pero allí no les pareció nada raro que unas enfermeras sesentasen solas a tomar algo. Con los treinta céntimos que llevabapudimospedirtresdesuscélebrescafésderecueloconpuntas;lafama,comopuedessuponer,miqueridodiario,lesvieneporbaratos.TampocoesedíahubosuerteconJavier.

Yhoy,jueves,elúltimodíaantesdesupartida,estábamospaseandoconnuestrosbarquillos,aesodelasseisymedia,hablandodeDiossabequé,cuandoheoídosuvoz.Ylohevisto,guapísimo,corriendohaciamí.Me he abandonado en sus brazos y él me ha abrazado mientras mebesaba;hesentidoquevolabay,delmareodefelicidad,casimecaigoalsuelo.SabíaqueInésyAvihabríanqueridoqueselopresentase,perotalarrebatopornuestrapartehahechoquesesintiesenazoradasy,cuandomeheseparadodeél,misdiscretasyvelocesamigasyanoestabanporallí.

Hemos ido a tomar un refrigerio en el Chumbica. Me hubieragustado que pasase por allí Alba para que se muriera de envidiaviéndomeconunhombretanguapo.Luegohemosdadounlargopaseohastalascercaníasdemicasa.Yolehehabladodemisestudiosyéldeloaburridaqueessuvidaenlabaseaérea,ycadavezquepasábamosporun lugar recogido, sin gente alrededor, aprovechábamos para volver abesarnosyacariciarnos.Antesdeentrarencasahetenidoquededicarunmomento a recomponerme el pelo y la ropa. Nos hemos despedidojurándonosamoreternoyélmehaexplicadocómohacerlellegarcartasacualquierlugarenelqueestédestinado.

Heentradoencasatemerosadeserdescubierta,peronimispadresni mi hermana han notado nada. Por fuera seguía siendo Laura, latranquilayesforzadaestudiantedeEnfermería,peropordentroardía.Yasíescomoaúnmesiento,queridodiario.Enllamas.

16dejuliode1920

Ayer fueundía extraordinario, de losmejoresdemi vida.Hoyha sidohorrible. De los peores. Y no solo porque Javier se haya ido, sino porculpadeesamalnacidadeAlba.

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Hoy terminaba mi castigo y el lunes por fin podría volver a lasprácticas. De camino al cuarto del túnel, donde Inés y Avi me iban aexplicar la lección de hoy, nos hemos cruzado con Alba, que nos hamiradoconciertasuspicacia.Comoellaessiempreasídedesagradable,nolehedadodemasiadaimportancia.

Estábamos con los vendajes del tronco, lo que era muy divertidoporqueparecíaquemequeríanmomificar,cuandosehaabiertolapuertayhaentradodonFrancisco.Sehaenfadadomuchísimo.Mehabíasaltadosucastigoyhabíaarrastradoadosbuenasalumnasainfringirlasnormasyladisciplinadelaescuela.AlsalirhevistoaAlba;noshabíadelatado,estoysegura.

DonFrancisconoshallevadoanteelseñorNogueras,eldirector,queaúnteníaeldelantalmanchadodesangreporunaoperación,yanteélhainsistidoenlagravedaddenuestraconducta.Micastigohaaumentadoaotrascuatrosemanasy,lopeor,InésyAvitambiénhansidocastigadas.AunquenocomopretendíadonFrancisco.

«¿Lascastigasinprácticas?—sehasorprendidoeldirector—.Nonono…Deesemodo,losqueacabaríanpagandoporlastravesurasdeestasjóvenessonnuestrospacientes.—AdonFrancisconolehahechomuchagracia—.Además,elmotivodesumalaconductaesquenoqueríandejardeaprender,locualnodejadeserunbuenmotivo.»

MeestáempezandoacaermuybiendonVíctorManuel.«Tambiéndebenaprenderdisciplina»,hainsistidodonFrancisco.«Estoy de acuerdo. Pero se ha de castigar su desobediencia, no su

interés.Sequedaránsindescansosnipaseosydeberáncomerenelaula,nocon lasdemás.Podránusarese tiempoparaelestudio,yaque tantoparecegustarles.Peronolasdejesinprácticas.»

Inés, qué ingenua, ha dicho que así tendríamos más tiempo paraestudiar. Pero creo que la clemencia del director ha molestado a donFrancisco,que seesperabaunasanciónmayor.Y temoquenos lohagapagar.

19dejuliode1920

Discúlpamesiparezcoorgullosaoengreída,queridodiario,peroporunavez leheenseñadouna lecciónadonFrancisco: aunque seamujer, soymás fuerte de lo que él pensaba. Me da igual que no responda mispreguntas,porquepuedoconsultarlasenlabiblioteca.Ymedaigualque

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deshagatodosmisvendajesyapósitos,oquemeintentedejarenridículoantetodaslasdemásconsuscríticas.Losvuelvoahacer,unayotravez,ymi victoria está en que él sabe que cada vez estánmejor. Pero elmuydesgraciadohaencontradomipuntodébil.

Primero lo intentó alabando a Alba y contraponiéndola a mí. Labuena alumna y la mala alumna. Ella está encantada y no para derestregármelopor lasnarices,peromeda igual.Noestoy en este cursoparaganaraAlba,sinoparaconseguiraJavier.EsetampocoesmitalóndeAquiles.Losonmisamigas.

Inéssoportabienlascríticasylosdesplantes.«Cuantomásnoshagapracticar,mejorloharemos»,diceconunacandidezqueahoraencuentroadmirable.

ConAviesdiferente.Enlasclasesteóricassesientahaciaatrásynoseatreveapreguntarnadaporperdidaqueesté.Yenlasprácticaslopasamuy mal. Le vuelven a temblar las manos cuando se le acerca donFrancisco y eso hace que él la reconvenga conmás ahínco.Hoy no haaguantadomás,hatiradolasvendasylospreparadosalsueloyhasalidocorriendodeclase.Yoheidodetrásalmomento.

«Siesaeslafortalezaquetiene,noséadóndepretendellegar»,lehadichodonFrancisco.

MeheencontradoaAvisentadasobreunapiladeladrillos,llorandojuntoaunedificioenconstrucción.Mehepuestoasulado,lehepasadoel brazo por encima del hombro y la he invitado a llorar sobre midelantal.Inéssenoshaunidoalacabarlaclase.

«Lo siento mucho —les he dicho—, es culpa mía. Si no fuese tancabezota,sinotuvieseestecarácter…»

«No,túnohashechonada…EsdonFrancisco»,hadichoInés.Avihatardadoenhablar.Nomeculpadenada.Soloqueella,así,no

aguanta.Quetienepesadillasconlasclasesyqueseleaceleraelcorazónsoloconpensarenasistircadadía.Heintentadoanimarla,perohasidoimposible.PocopodemoshacerantedonFrancisco.Másbiennada.Eselmédico, elprofesor, ynosotrasunas simplesaspirantesaenfermeraso,comoaéllegustaríapensar,unasmujeres.

Laclavedeunaconcienciatranquilaessabermentirseaunamisma,yaunquehastahoy semehabíadado igualdebienquementirlesa losdemás,yanosoycapaz.LoquelepasaaAviesmiresponsabilidad.Ynoséquéhacer,queridodiario.Deverdadquenoséquéhacer…

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22dejuliode1920

Estoy preocupadísima. Es el tercer día que Avi no va a clase. DonFrancisco nos ha contado que su madre llamó para decir que estabaenferma.Inésyyoestamossegurasdequesuenfermedad,realofingida,sedebealacrisisqueestallóelotrodía.Hemosdecididoque,simañananoregresa,iremoselfindesemanaaverla.

24dejuliode1920

AyerAvitampocofueaclase,asíquehoy,aprovechandoqueessábado,Inés y yo hemos ido a su casa. Nos ha sorprendido que nos abriera lapuertaunaseñoramuybienvestidayarreglada,doñaAmalia,sumadre.

«Disculpad,hoyhemosdadodíalibrealservicio—noshadichotraslas presentaciones—. Ahora mismo aviso a Avi; seguro que le alegravuestravisita.»

Ynoshadejadosolasenelvestíbulo.Lacasaesgrandeyhubountiempo en que fue elegante. Se nota el desgaste en los muebles y lasparedes,ysevequenolalimpiancontodalafrecuenciaquesedebiera.Ydoña Amalia, con toda su educación y cortesía, estaba incómoda connuestravisita.Avi,apesardequeyaerancasilasonce,haaparecidoenbata,sinarreglaryconelpelorevuelto.

«¿Por qué habéis venido?», nos ha dicho con una aspereza nadahabitualenella.

Laconversaciónhacomenzadoconmentirasprudentes.Quesinospreocupabasusalud,quecómoestaba,yellaquesihabíatenidofiebre,queyaestabamejorperoquenoseencontrabacon fuerzaspara salir…Perohemosacabadoporreconocerlaverdad:queestábamosallíporquetemíamosqueloquisieradejaryellanoshaconfirmadoqueasíera.Nosoporta la idea de volver con don Francisco, pero tampoco se atreve adecirlesasuspadresquenoescapazdecontinuarelcurso.Tambiénallí,en casa, se ve atrapada. Y su enfermedad, que había nacido fingida, seestá haciendo real. Estaba pálida, temblaba, tenía el pulso acelerado yhastalehenotadounpocodefiebre.Lehecogidolasmanosconfuerza.

«Vamos a hacer una cosa. El lunes vas a venir al hospital, comosiempre,yyomeencargarédequedonFranciscotedejeenpaz.Ysi tevuelve a regañar de esa forma tan injusta, yo misma hablaré con tuspadresparaexplicarlesloquepasa.»

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«¿Ycómovasahacerlo?»«Notepreocupes.Tejuroquenovolveráametersecontigo.»Nos ha costado, pero al final se ha comprometido a regresar. De

vueltaamicasaleshepreguntadoamispadresporlafamiliadeAvi.«DonEnriqueBastida,claroqueloconozco.DurantelaGranGuerra

invirtióenminasyenferrocarriles,ylefuebienduranteuntiempo.PerotraselarmisticioloscapitalesextranjerossefuerondeEspañayloperdiócasitodo.Ahoramalvivevendiendoantiguaspropiedades—mehadichocon pesar—. Durante esos años parecía que todos los negocios iban afuncionar. El resto delmundo estaba en guerra y España era un lugaridealparalasinversiones,peroahoraquehavueltolapazaEuropatodoel dinero ha regresado allí. Sonmalos tiempos para este país… Somosmuy afortunados, hija. Lo que le pasó a él nos podía haber pasado anosotros.Hasidocuestióndeazar.»

«SihanmetidoatuamigaenlasDamasEnfermeras—hadichomimadre—esporqueapenas tienenparadarle lamínimadote.Bastidayanoesunapellidoestimadoporlasbuenasfamiliasyesapobrecriaturanoencontrarámaridoentreellas.PerounmédicoounoficialdelEjércitonoserátanmirado,ytampocoesmalpartido.»

NomehagustadoquehablasedeAvicomosi fueseunamercancíadefectuosaqueendosarleaunhombre,peromehecallado.Tengocosasmásimportantesenlasqueemplearmitiempoqueenunadiscusiónconmimadre.

LlevohorasdándolevueltasaloquelehedichoaAvi.«Tejuroqueno volverá a meterse contigo.» Muy fácil decirlo. Pero otra de mismentiras.Porquenotengoniideadequévoyahacerparaconseguirlo.

25dejuliode1920

HemosidoalamisadelApóstolyhastahepedidoconsejoenmisrezos,peroNuestroSeñorhapreferidoejerceresotanbíblicoqueeselSilenciodeDios.

Hapasadotodoeldíaysigosinsaberquéhacer.

26dejuliode1920

Yaestáhecho,queridodiario.

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Hasidoundíalargoyextraño.Anocheapenaspudedormirycuandohaamanecidoaúnnosabíaqué ibaahacer, soloque loquepasasehoycambiaría para siempre la vida de Avi y que dependía de mí. No hepodido desayunar por culpa de los nervios y según pasaba el tiemposeguíasintenerrespuesta.Jamásmehabíasentidotanmal.

En mi habitación ya estaba preparado el uniforme de damaenfermera, sobre la cama, limpio y planchado por Dorotea, impecable,comosiempre.Yentonceslohesabido.Sí,esoeraloquedebíahacer.Conlágrimasenlosojosheidoamiarmarioyhebuscadounvestido,unoquemesentaserealmentebien.Mehearregladoyomismalamelena,sueltasobre los hombros, y me he maquillado. En el espejo me ha costadoreconocerme.Asíeras,Laura.¿Dóndehabíasestado?

He salidode casa con cuidadodeno ser vista, pues se suponequedebería ir con el uniforme puesto y no bajo el brazo. Antes de quecomenzasenlasclasesheidoaldespachodedonFrancisco.

Él aúnnoestaba.En lasparedes, en lugardediagramasymotivosmédicos, como esperaba encontrar, había planos de arquitecto. Sobreobras para ampliar el hospital. En uno he visto que van a añadir unaplantaalospabellonesinteriores,paraqueseantanaltoscomoelfrontal,yunirlosentreellosalconstruirlasdosesquinasdelnorte,formandounaespeciedegran«U».Otroplanoteníaqueverconunnuevodispensario,situadounos cincuentametros calle abajo, también con formade «U»,pero sin un pabellón frontal que lo cierre. En el alzado se ve que va atener torre muy alta. Esta nueva construcción se comunicaría con elhospitalporuntúnelqueseuniríaalnuestro.Yaúnhabíaotroedificiomásjuntoalnuevodispensario:unaresidenciayescueladeenfermeras,muchomás grandeque lanuestra, con siete pisosde altura.Hasta ellatambiénsepodríallegarporesetúnelquelorecorreríatodo.

SeguíamirandoesosplanoscuantohaentradodonFrancisco.«¿Enquépuedoayudarla,señorita?»,mehadichoconamabilidady

mehainvitadoatomarasiento.Estaba claro que no me había reconocido con el pelo suelto y el

vestido.Yomehelimitadoamirarlofijamente.Sehallevadounabuenasorpresa.

«¿SeñoritaDelaGasca?Pero¿quéhace…así?»Hepuestomiuniformesobresumesaylehedicho:«Aquílotiene.Lohaconseguido.Lodejo.»Sehaquedadoboquiabierto.Estáclaroquenoseesperabaalgoasí.

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«Peroacambiodebejurarmeunacosa:quedejaráenpazaAvelinaBastidayaInésSantirso,sobretodoaAvelina.»

«Perousted…No,nopuedeestarhablandoenserio…Lamedicinalegusta,senota…Nisiquieraintentacoquetearconnuestrosdoctores.»

«Seequivoca.Comencéestecursoporquemispadresmeobligaron.Eselprecioquedeberíapagarlesparapodervermeconunamigo,poresonomeinteresanlosmédicos.Yporesamismarazóntampocomeimportadejarlo. Pero para Inés y para Avelina las Damas Enfermeras sonimportantes. No porque busquen marido, sino porque su vocación esayudar.»

Don Francisco parecía confuso y ha tardado un momento enorganizarsucabeza.

«Quizánotengavocación,perotienetalento.Solodebepulireste…caráctertanimpetuosoyterriblequetiene.»

«Nosoyimpetuosa.Heestadobuscandounasolucióntodoelfindesemana. Y no me importa dejar el curso a cambio de que usted tratemejoramisamigas.»

Don Francisco ha mirado el uniforme, me ha mirado a mí y hameneadolacabeza.

«¿Acepta?»,heinsistido.«Ysinoacabaelcurso,¿cómoharáparaverasuamigoese?»«Meapañaré.Nosepreocupe.»«Nomepreocupa,essimplecuriosidad.»«Puesseloharésaberporcarta.Siempresemeocurrealgo.»«Yameestoydandocuentadequeesunamujerderecursos…—Ha

cogidomiuniforme—.Quesevaya,haríamividamuchomásfácilyustedbienqueselomerecería.Noeslaprimeraquelodeja,¿sabe?»

«Losupongo.»«Ycuandounalodeja,doñaCarmenselotomacomoalgopersonal.

Pasó con todas. Va a sus casas, habla con ellas, con sus familias… Y avecesconsiguequevuelvan.»

«Conmigonolohará.Ynosepreocupe.Nolecontaré laverdaderarazón.Semedamuybieninventarexcusas…»

DonFranciscosehareído.«Noleestoyhablandodesumadreodeunainstitutrizquecobrapor

horas,leestoyhablandodeladuquesadelaVictoria,deunadamadelareina.Notieneniideadelasintrigas,componendasytejemanejesquehavividoesamujeren laCorte.DoñaCarmenesunabuenapersona,peronoes tonta.Da igual loqueusted lediga,porqueaveriguará laverdad.

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Sabecaptarlamentiracomounperroolfatealacarroñaakilómetros.Avecesmedalasensacióndequeesamujerestáaunpasodepoderleerlamente. Y usted, además, con su actitud y con lo que le gusta ir a labibliotecayhacerprácticasfueradelhorario,hallamadosuatención.Nosololavisitaráensucasa,laasediará.»

DonFranciscohapuestoeluniformeenmiregazo.«Noquieroproblemasconella,asíquesepondráestoyvolveráalas

clases.»«¿YAvelinaeInés?»«Me esforzaré en tratarlas mejor, pero con usted no tendré esa

delicadeza.»«Meparecebien.»DonFranciscosesentabamientrasyomelevantabaparairme.«Espere.—Mevolvíasentar—.Noquieroquepiensequeestaes la

única razónpor laquecedoanteusted.Nomegustaríaquemevinieseconotrosfarolescomoeste.»

«Lejuroquenoeraunfarol.»«Razóndemáspara loquevoyadecirle…Nuncahedudadodesu

capacidad ni de su interés, pero sí de su idoneidad. El orgullo y elegoísmonovanbienconunaactividadquesebasaenservir.YnidoñaCarmen,queesduquesaydamadelareina,tienetantaprepotenciacomolaqueustedhamostradoconmigoestemes.Sehaaplicado,haluchadoyhaaguantadoensilencio…,peronoporquehayaaprendidoacontenerse,sinopororgullo.Yenningúnmomentoselehaocurridodisculparse.»

Me ha dejado sorprendida. ¿Todo se reducía a que don Franciscoqueríaquelepidieseperdón?

«Losientomucho,peroennuestradiscusiónsobreelmanualsololedijeloquepensaba.»

«No quiero que se disculpe por sus ideas, sino por sus modales.Estaba tratando con un profesor, con su superior… El respeto, ladisciplinaylahumildadsonmuyimportantes,nosoloenunaenfermera,sinotambiénenunmédicocomoyo.Amínuncasemeocurriríatratardeese modo a doña Carmen ni al señor Nogueras, porque son missuperiores.»

«Yaveo…Enesecaso,lepidodisculpasporcómoletraté.»«Llegantardeynosésiconmuchasinceridad.—Mehabíapillado—.

Séqueesalgoquetendréqueseguirtrabajandoconustedymealegraverque hoy, por fin, ha dado un paso. Con este gesto, con la oferta de surenuncia,me hamostrado que es capaz de sacrificarse y de pensar en

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otros antes que en usted misma… Creo que si además se esfuerza encorregir ese atroz carácter que tiene, puede llegar a ser una buenaenfermera.»

«Muchas gracias», le he dicho con total sinceridad. Aquello era lomás cerca que don Francisco había estado de un halago. Iba a salircuandohavueltoallamarmiatención.

«Espere,espere.Aúnnoheacabado.»Madre mía, este hombre, una vez que coge confianza, no tiene

parada.Asínomeibaadartiempodevestirmeyllegaraclase.«Sideverdadquiereayudarasuamiga,laseñoritaAvelinaBastida,

haga algo por su templanza. En la práctica clínica se encontrará concircunstancias de mayor tensión que las que yo le provoco, y vendrántanto de las situaciones como de los pacientes o de los médicos y sussuperioras.Esajovennecesitaunafortalezaquenotiene.Quizáqueellalodejasenoseríatanmalaidea.Nolehaceningúnfavor.»

«Unafortalezaesfácildederribarcuandoaúnestáenconstrucción—leherespondido—.Losmurosde lamíasonyasólidos,mientrasquelosdeAvelinaaúnsondébiles,sincimentar;peroestoyseguradequesila ayudamos, y sé que usted puede hacerlo, acabarán por ser robustos.Ella es mucho más humilde y compasiva que yo, y tiene verdaderavocación…Semereceunaoportunidad.»

«Diosmío,usted siempre tienealgomásquedecir…»,hadichoenunsuspiro.

«Gracias.»«Noesunhalago…—Conungestomehaautorizado,porfin,asalir

deallí—.Puedecambiarseenelvestidordelasenfermerasprofesionales.Estáalfinaldelpasillo,saliendoalaizquierda,miizquierda.Laesperoenelauladeprácticas.»

Mehecambiadoatodaprisayrecogidoelpeloenlacofiacomohepodido.Enlacalleyahacíacalorylacarrerahastaeledificiodelaescuelame ha hecho llegar sofocada y sudando. La clase ya había comenzado.Estaban calentando unas cataplasmas que aplicaríamos sobre nuestrosestoicosmaniquíes.DonFranciscomehamiradoconmalacara,comosilaconversaciónqueacabábamosde tener jamáshubieseocurrido,ymehareconvenidoporllegaraesahorayconesafacha.Haseguidosiendoigualderudoyexigenteconmigo,peroconInésyespecialmenteconAvihaestadomuyamable.

AlfinaldeldíaAvisemehaacercado,conlasmanosaúncalientesdepreparar tantas cataplasmas, me ha abrazado y me ha dado un beso

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enormeenlamejilla.«Noséquéhashecho,perogracias.Ereslamejor.»Por primera vez he sabido qué es que se te empañen los ojos con

lágrimasdealegría.Creoquenomehabíasentidomásfelizenmivida.Yahora,paracerrarestedíadeformaperfecta,voyaescribirleunacartaaJavier.

27dejuliode1920

Estamañana he enviado la carta y, yamás tranquila, de regreso de laescuela,hebuscadoamipadreparapreguntarleporlosplanosquevieneldespachodedonFrancisco.

«UstedestáenlaJuntadelhospital,¿no?»«Bueno,estámidinero;yonuncaheidoporahí.Serámejorquele

preguntesatumadre.Ellahaasistidoaalgunasreuniones,aunquenuncahavistoalareina,queesloquecreoquemásleapetecía.»

Tendríaquehaberlosupuestoycomenzadoporahí.«Madre,ayer,casualmenteviunosplanosdelhospital...»«Asaberaquélellamastú“casualmente”…»,mehadicho.«Parece que van a ampliarlo; solo quería saber cuándo van a

empezarlasobras.»«Vaparalargo…Ysuertetendremossinolocierran.»Mehadejadohelada.¿Cerrarelhospital?«¿Porqué?»«DoñaAdelaBalboa, a sumuerte, donóbuenapartede susbienes

para fundar una institución donde atender a los más necesitados. LoúnicoquepidióacambioesquesellamasedeSanJoséySantaAdela,elnombre de su padre político y el de ella misma. Pero una de susherederas, doña Blanca Gómez Balboa, lleva años pleiteando paraimpugnar el testamento y aumentar así su herencia. Hasta ahora lostribunales han desestimado su demanda, pero ella sigue insistiendo. Yhasta que se resuelva ese pleito no se podrán hacermás obras…Hacetiempo que ya no voy por las reuniones de la Junta, pero sé que paradoñaCarmenyeldoctorNoguerasesamujeresunquebraderodecabeza.EllosluchanporampliarelhospitalylalabordelaCruzRoja,yesamujerestáempeñadaenecharlotodoportierra.»

PorunmomentopenséquesidoñaBlancasesalíaconlasuyay locerrase, podría ver a Javier antes. Pero la labor que hacen allí con los

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pobres es importante. Esa gente lo necesita… y yo puedo esperar unosmesesmás.

19deagostode1920

Sé que te he tenido abandonado, querido diario, pero han sido días deesfuerzoytrabajo.Yconelcalordelveranoazotándonosaúnsehacemásoneroso.Lacofiaalgoprotegedelsol,perocreoqueeluniformedeberíaincluirunabanico.

Unpoema,unanovela,unaobradeteatro…tepuedengustarono,pero un hecho es un hecho y no se puede negar su existencia si esmostradoconclaridad.Y lobuenode la ciencia esquenoestá sujetaacriteriosdevalor.Siunamedicinacura,curaráporpocoquelesgusteasus detractores. Y si una estudiante se sabe lamateria y sus vendajes,apósitos y curas están bien hechos, habrá que reconocerlo, pormuchoquelecuesteasuprofesor.

«Bien, señorita De la Gasca —me dijo un día don Francisco confrialdadanteunvendajedeinmovilizaciónbastantecomplicado.Migestodetriunfodebiódesertalquecontinuó—:Tampocosepongaasí.SienelMuseodelPradoexhibiesenvendajes,elsuyonoestaría.Sinembargo,eldelaseñoritaTorres…—YpasóaalabareldeAlba,quehedereconocerquenoestabamal,comosifueseunaobradeSorolla.

Pero eso ya ha quedado atrás. Hemos dejado los vendajes,cataplasmas y curas, y hemos comenzado a trabajar con el materialquirúrgico. A algunas casi les da un mareo al ver aquellos serruchos,bisturís,pinzasy tenazas. ¿Esquecreíanquecortarunmúsculo, serrarunhuesooabrirelesternónsepodríahacerconuncuchillito?Luegosetranquilizaronalsaberquenosotrasnoíbamosaestarenquirófano.

«Hayunafronteraqueseparaalasdamasenfermerasdesegundadelasdeprimera:lapuertadelquirófano»,explicódonFrancisco.

Nuestra labor sería ordenar, esterilizar y preparar el material dequirófano y, en caso de necesidad, realizar pequeñas cirugías deemergenciaenlasaladecurasodondefuese,siempreencompañíadeunmédico o una enfermera profesional. Esas operaciones serían solo entejidos superficiales o estructuras de fácil acceso, o hemostasias deurgencia para dejar al paciente listo para la cirugía mayor. Algo tansencillo, que consiste en detener una hemorragia, pareció marear aalgunas,quenopreveíantenerqueenfrentarseatantasangre.

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Ahoralostemassonmáscomplicadosydensos.Siemprehetenidolatendencia de dejar todopara últimahora, de estudiar antes de quemefuesena evaluar, pero con Inés yAvi es imposible.Como les gustaquecompartamos nuestras dudas, y tienen muchísimas, tengo que llevarlotodo al día con ellas, y lo que en principio me parecía que iba a serdificilísimomeharesultadotanamenoyentretenidocomoelresto.

Y la práctica ha sido lo mejor. Don Francisco nos ha traído unosgrandesmuñecosde tela a losque teníamosqueabrir superficialmentepara retirarles unos fragmentos de metralla y luego coserlos. Nos hadichoqueesraroqueunaenfermeradesegundahagaalgoasí,peroquele apetecía ver hasta dónde podíamos llegar antes de seguir con otrasintervencionesmássencillas.Algunassehanpuestomuynerviosasalvercomo la tela se deshacía y el contenido del muñeco, una arenilla quesimulaba la sangre, se desparramaba por todos los lados, o como lametralla se iba hacia el interior del muñeco y no eran capaces dealcanzarla.Pornohablardequealgunasincisionesparecíantajosdadoscon un alfanje. Al principio todo eran nervios y pequeños gritosahogados,peroalfinalhemosacabadoriéndonos.HastadonFranciscolohahechoy,porunavez,lehevistobromeardebuenhumor.Alllegaramiladosehaquedadomuysorprendido.

«Séquenolohapodidopracticarenlapieldesusamigas—mehadicho—. Sus compañeras han sido más letales que la viruela, pero supaciente sobreviviría. Horriblemente desfigurado y con unos doloresinsoportables,perovivo…Medueledecirlo,peroenhorabuena.»

Nohepodidoevitarreírmeantesucomentario.SeguroqueAlbasehapuestocoloradadefuria.

«Afortunadamente,nocreoque tenganquehaceralgoasí—nosharecordado—. Su cometido será ayudar almédico en esta tarea, pero esbuenoquesepanaloqueseenfrentasusuperior.»

¡Quédíamásestupendo,diario!Al salirhe invitadoa InésyAvialChumbica,ynoaunrecuelo,sinoaunahorchata.Comounasprincesasnoshemossentido.

Habíasidotodotanperfectoque,alllegaracasa,esperabacoronarloconunacartadeJavier.Peronohabíaninguna.Yaleheescritotresyaúnnoherecibidorespuesta.Supongoque lehabrántardadoen llegaronopodrá responder por algún motivo. Mi padre dice que, a veces, paraproteger secretos, el Ejército retiene el correo. Yme figuro que, en unarmatanmodernacomolaAviación,debedehabermuchossecretos…

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20deagostode1920

InésyAvihandebidodenotarqueestoyalicaídapormifaltadenoticiasdeJavierporquenosehandespegadodemíentodoeldía.Haninsistidomuchoenquehagamosalgojuntaselfindesemana.Alfinalheaceptadoynosveremoseldomingodespuésdecomer.

22deagostode1920

Pensé quemis amigasme llevarían al Retiro o a El Pardo, a pasear ytomarunosbarquillosyunashorchatas,perohacíatantocalorquenoshaparecidomejorelplandeInés.Desdequelohabíaninaugurado,alláporSan Isidro, teníaunasganas enormesde conocer elRealCinema, en laplazadeÓpera.

«Mi padre dice que es la sala de cinemás grande de España», hainsistidoconlosojosmuyabiertos,comosiyaloestuvieraviendo.

Yresultamuydifícilresistirseasusarrebatosdeentusiasmo,asíquealláfuimos.

Eledificio,yaporfuera,esimpresionante:tresplantas,unportalónyunosventanalesdescomunalesyuna torre rematadaenalgoparecidoauncenadorconcúpula.Dalaimpresióndequees,almismotiempo,unedificiomuy antiguo, como sacado deBizancio, ymuymoderno. Y pordentronoesmenosespectacular.

Hemosocupadounpalco juntoaunaseñoraquehabía traídoa superritoaverlapelícula.Anuestrospies,elenormepatiodebutacasque,según Inés, tiene un millar de asientos. Por encima de nosotras aúnestabanelanfiteatroyunaterrazasuperiorquemultiplicanelaforoportres.Yestabarepleto.

LapelículaeraunaversióndeElextrañocasodeldoctorJekyllyelseñor Hyde, una novela de Stevenson que me encanta. La hanacompañadounapequeñaorquestinade cuerdayunpiano.Lahistoriasigue, más o menos, la novela, aunque se inventan a un personajefemenino, la prometida de Jekyll. Aun así, he de reconocer queme hagustado bastante. El actor que interpreta a Jekyll y a Hyde, que es elmismo, hace un trabajo fabuloso cuando se convierte en monstruodelantemismodenuestrosojos,cambiandosoloelgesto,laposturadesucuerpoylaformademoverse.

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Hemos salido muy contentas y he aprovechado para proponer mipartedelplan.

«EstamosmuycercadelaPuertadelSol.¿QuéosparecesicogemoselMetro?»

«¿Paraqué?»«¿Adóndequieresir?»«Aningún lado.Essoloporsabercómoes irbajo laciudada toda

velocidad.»«Puesseráincómodo.»«Yruidoso.»«Por favor, me apetece mucho…», he abusado de que estaban

preocupadas pormí y querían animarme y, al poco, estábamos caminodelMetro.

Como ellas temían, es incómodo ymuy ruidoso. Pero amíme haencantadolavelocidad,eltraqueteodelosvagones,elcambiobruscodeluces al pasar por el túnel y entrar en las estaciones, y ese ruidoque aellas tanto les incomodaba. Yme ha sorprendido lo rápido que nos hadejadoenlaúltimaparada,laglorietadeJoaquínRuiz.

«¿Yahoraqué?—hadichoInés—.¿VamosalChumbica?»«No;loquequieroesirenMetro,noalcaféalquepodemosirtodos

losdías.Venga,vamosacogerlodevuelta.»Yasílashearrastradodeunladoaotrodurantetresviajes,comosi

fuésemosunyoyóquerecorría sucordelbajo tierradesde laPuertadelSolhastaJoaquínRuiz,unayotravez.Ellashansalidounpocomareadasycansadas,asíquehemosdadounpaseoporlaGranVíaylasheinvitadoatomaruntéentreelbosquecillodecolumnasdelCaféRegina.Porallí,aveces, van Valle-Inclán y Unamuno, pero hoy no estaban. Una pena,porquemehabríaencantadoverlos.

Aunasí,hasidoundíaestupendo:InésyAvihanconseguidoquenopensase en Javier en ningún momento… hasta ahora. La soledad y lanoche son malas compañeras de pesares, querido diario; qué bien losabestú,confidentedetodasmisinquietudes.

26deagostode1920

Le he pedido a mi padre que hable con un amigo que tiene en elMinisteriodelaGuerraparasabersilehapasadoalgoaJavier.Nosabes,queridodiario,cuántomearrepientodehaberlohecho…

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MipadrehaaveriguadoquesuescuadrillaestáenelaeródromodeZeluán, cerca deMelilla, destinado a la guerra deMarruecos. Y yo hesentido como si me diesen una patada en el corazón. Ahora séexactamente a qué se debe esa sensación, y podría describir cómo elmiedoaqueaJavier lehayapasadoalgohaprovocado laactivacióndemisglándulassuprarrenales,quehanliberadolahormonaadrenalinaenmi sangre y esta, al llegar al corazón y los pulmones, ha hecho que seacelerasen. De ahí el ahogo y la presión que notaba en el pecho. Perosaberlonoayudaennada.Laangustiaeslamismaylapérdidadecontrolesinevitable.Hecreídoquemecaíaynoeracapazdepensarennada.

Mipadrehaevitadoquemegolpearaconel suelo.Mimadre lohaayudadoasentarmey luegohaordenadoquemetrajesenlassalesyunvasodeagua.

«Javier está bien —ha asegurado mi padre intentandotranquilizarme—, no aparece en ninguna lista de heridos, muertos odesaparecidos.»

«Céntrate en tus estudios, querida, y ya verás como Javier está deregresoantesdequetedescuenta.»Mehasorprendidoquemimadre,aquien Javier nunca le ha hecho gracia, se mostrase tan cariñosa ycomprensivaconmigo.

Hastamihermana,alllegaracasa,sehapasadopormicuartoparainteresarsepormí.

Alprincipiohasidoamableycariñosa,comosabeserlocuandoellaquiere,peroantesdeirsehadichoalgoquemehadejadoaúnpeordeloqueestaba:

«Side verdadquieres a Javier ypretendes estar conél, serámejorque te acostumbres a esta sensación. Un militar debe ir allá donde leordenen y luchar; su vida siempre estará rodeada de incertidumbre ypeligro.»

Sé que quiero a Javier, pero no sé si quiero vivir siempre así…Escomorespirarunaire frío, cargadodehielo.Nosécomoalguienpuedeacostumbrarse.

30deagostode1920

NopuedoapartaraJavierdemicabezaymesientomareadatodoeldía.Hastasemehacecuestaarribairaclaseyestudiar.Perohoy,almenosduranteunmomento,hepensadoenotracosa.

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Estamos con las prácticas de transporte de heridos y, aunque haycamillerosque se encargan, tenemosque saber cómomover anuestrospacientesyalgunostrucosparamanejarlosaunquepesenmuchomásqueloquenuestras fuerzasnospermitiríancargar.DonFrancisco,creoquepara divertirse, ha hecho que algunas hiciésemos de heridos y que lasotrasseencargasendeinmovilizarnos,cargarnosymovernosdeunladoa otro. Y todo conprisa, bajo la presión de las órdenes y voces de donFrancisco, como si estuviésemos en un hospital de sangre, que son losqueestánmáscercadelfrente.Ospodréisfigurarquehahabidocaídas,golpes,carrerasy,alfinal,muchasrisas.HastaAlba,queesmásseriaqueungatosinbigotes,sehareído.Yyotampocohepodidoevitarpasármelobien.

Alregresaracasa,ensilencio,yaeneltranvíaelmiedohavueltoallenar mi cabeza y mi corazón. No había carta en casa. A ver si hoyconsigodormirunpoco.

17deseptiembrede1920

Don Francisco nos lo había dicho: «El tiempo es elmejormédico y, aveces, nuestra labor consiste en no estropear su acción con remediosinnecesarios o cuidados excesivos». Y así ha sido conmi corazón, quediríaantes,cuandosololeíanovelas,aunqueahoraséquetienemásqueverconmissistemasnerviosoyglandular.

Aún no he recibido carta de Javier y sigo preocupada, perome heacostumbrado a sobrellevar esa preocupación y a centrarme en misestudiosyenmisamigas.Sobretodoahoraquevamosadarunpasomás.

Estamosconlaúltimadelasclasesteóricas,quetienequeverconlahigieneylalimpieza.SegúndonFrancisco,másimportantequelacirugíay las medicinas. «Los microbios matan más que las bombas», hainsistido,ynoshacontadocomoenlaguerradeCuba,notanlejana,porcadasoldadoquemataronlosmambises,lasenfermedadessellevaronadoce.

«Noesa suspatriotasnialEjércitode losEstadosUnidosaquiendebeCubasuindependencia,sinoalvirusdelafiebreamarilla.EncadaciudaddeesaisladeberíahaberunaestatuaalmosquitoAedesaegypti,transmisordelaenfermedadyverdaderolibertadordeCuba.»

Resulta fascinante, ¿verdad? Pues las prácticas de mantener lahigieneyesterilizarydesinfectarnuestrosmaterialesylugaresdetrabajo

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con fenol no lo son tanto: fregar, limpiar y lavar, eso sí, con rigorcientífico. Al menos, gracias a ellas, nos han llevado al hospital. DoñaCarmen,queacabade regresardesusvacacionesestivalescon la reina,noslohaenseñado.

«Apartirdeahora—noshadicho—,pasaréismuchotiempoaquí.»Desdeel centrodelpationosha señalado los cuatropabellones.El

frontalymásgrande,queestáalsur,eselquellaman«administrativo»,aunque en él hay de todo. Además de la capilla, están las oficinas, laresidencia de las Hermanas de la Caridad (conocida como «elconvento»), un dispensario donde pasan consulta y las habitaciones delos niños internados. Creo que las enfermeras profesionales tambiénvivenallí,con lasmonjas,yalgunasacabanpor ingresaren laordendeSan Vicente de Paúl. Curioso; algunas de nosotras buscan casarse conmédicos,peroellasprefierenelmatrimonioconDios.

DoñaCarmentambiénnoshahabladodeltúnel,quemisamigasyyoyaconocemos.

«Por ahí trasladamos a los pacientes de un pabellón a otro o nosmovemoscuandollueveohacedemasiadofrío,odemasiadocalor.»

Luegonoshaidoseñalandolosotrostrespabellones:«Alaizquierdadeladministrativo,aloeste,estáelpabellónAlfonso

XII,eldeconvalecientesdecirugía;hombresenelsótanoymujeresenlaprimeraplanta.Eldel fondo,alnorte, es elMaríaTeresa; en su sótanoestánlosquirófanosyenlaprimeraplantalospacientesdistinguidos,quees comose llamaa losquepaganpor seratendidos.Yal este, elMaríaCristina, donde están las cocinas y los pacientes demedicina; tambiénhombresenelsótanoymujeresenlaprimeraplanta».

Lospabellonesinteriores,juntoalaentradadecadauno,tienenunaespeciedecuadrohechoconazulejosdecerámica.EnunoserepresentaaSan Vicente de Paúl, en otro a la Inmaculada y en otro a Cristo. Lasmonjasusanesosnombrespara referirseaellos.Asíquecadapabellóntienecuatronombres:eldesusanto,eldelmiembrodelafamiliarealaquienestádedicado,eldesupuntocardinalyeldeloquesehaceenél.Por ejemplo: el oeste también es el de cirugía, el Alfonso XII y el SanVicentedePaúl.

Tambiénnoshaenseñadounade lashabitacionesdeenfermos.Lademedicina paramujeres. Amplia y alargada, sin nada enmedio, solounaestufametálica yunas cuantasplantas, conunaveintenade camaspegadas a los lados. Las ventanas dejan pasar la luz y el aire, y se veluminosa, limpia y, sobre todo, muy blanca: las paredes, el techo, los

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muebles,losmédicos,lasenfermeras,lasmonjas,hastalospijamasdelaspacientes…,todoesblanco.Lasenfermas,atendidaspormonjas,noshanmiradoconrespetoycasireverencia.Así,vestidasconropadelhospital,bienlavadasyaseadas,susojossonloúnicoquelaspodríadistinguirdelasdepago.Temiranconunatimidezyunrespetoexcesivos.

Carmen también nos ha paseado por otras salas, dedicadas aconsultas,odontología(dondelasillayelinstrumentalparecíansacadosdeunafantasíadetorturasmedievales),botica, lencería, lavandería…Eledificio,queyaparecíagrande,alrecorrerlosemehahechoenorme.

Hepensadoque,trasesaexplicaciónyeserecorrido,nosenviaríanalpequeño dispensario del hospital a ayudar con las consultas, pero enlugar de enfermos hemos cuidado del edificio en sí: baldear suelos yparedes, lavar sábanas y toallas, limpiarmuebles y ventanas, esterilizarinstrumentalymantenertodoenordenylimpio.Algunassehanquejadodeque,conesaexcusa,nosusandefregonasylavanderas.DonFrancisconos ha dicho que, en recompensa, el lunes de la semana que vienetrataremosconnuestrosprimerospacientesdeverdad.

Comotodas,estoymuynerviosayconmuchasganasdeempezar.

20deseptiembrede1920

Hoyhasidonuestroprimercontactoconlospacientesdelhospital.Antesnoshanreunidoa todasydonFranciscoydoñaCarmennos

hanexplicadocómonosdebíamoscomportar.DonFranciscohainsistidoen asuntos médicos y de protocolo, en cómo debíamos hablar con eldoctor y con los pacientes, y nos ha advertido sobre la humildeprocedencia de estos; sus ropas, al llegar, seríanmalas y gastadas y suhigiene,enmuchoscasos,deficiente, igualquesueducaciónysu formade expresarse. No quería ningún gesto de sorpresa, desprecio o burla;habíaquetratarloscomosifuesenelmismísimopríncipeAlfonso.

Doña Carmen nos ha hablado sobre lo que una enfermera debetransmitir:esperanza.Elpacientellegaasustado,noshadicho,ynuestrasola presencia, nuestra templanza y el tono de voz, cada gesto, debetransmitirlequeestáasalvo,queesteesunlugarsegurodondevamosacuidarloysanarlo.

«Jamás —e insistió—, jamás debéis dejarle ver vuestros miedos,pesaresodudas;unceñofruncido,unamuecadeexcesivacompasión,untitubeopuedensermásletalesqueundisparo.Porelcontrario,unavoz

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suavey firme,ungestoamableyseguropuedensalvarunavidao traerpazalasúltimashorasdeunmoribundo.»

Don Francisco ha escogido a dos para que lo ayudasen en lasconsultas: Alba y una de sus amigas, que han marchado con élcontoneándose como gansas recién cebadas. El resto hemos sidodivididas entre el pabellón femenino de medicina y el infantil, dondehemosacabadoAvi, Inésyyo.Nuestra laborconsistíaenayudarconelcuidado de los niños y aplicar las curas que el doctor Serrada, que eraquienestabaasucargo,ordenase.

Lasaladeinfantilesampliaybienventilada.Lospequeños,queyallevantiempoahí,estánlimpiosysonmuyobedientesytranquilos,loquemehaalegrado,porquenotengomuybuenamanoconlosniños.Omeresultan demasiado revoltosos y ruidosos, o demasiado callados yaburridos.Afortunadamente,allí laenfermedad los sumeen la segundadeesascategorías.

Nuestra principal labor ha consistido en limpiar los suelos y losbaños,ycambiarsusropasdecama,camisonesypijamas,paradespuéslavarlos, ayudarlos con su higiene y sus necesidades, darles de comer,sacarlosapasearyjugarensujardín,ysinofueraporquetambiénhemosrevisadosusvendajesycomprobadoquetomasensusmedicinasyselesaplicasenlascuras,mehabríaparecidoqueerauntrabajomáspropiodeunhotelquedeunhospital.

Más tarde nos han ido llevando algunos pacientes desde eldispensario.Albaha idoconuno tremendamente sucioyqueolía fatal.Hevistocomomebuscabaconlamiraday,encuantomehalocalizado,mehaseñaladoylehadicho:«TeatenderáLaura».Lamuysinvergüenzasehamarchadorelamiéndoseporsupequeñajugarreta.

RecibíalniñocomonoshadichodonFrancisco,comoaunpríncipe;unpríncipedelosalbañales,perounpríncipealfinyalcabo.Heleídoelestadillodondeindicansunombre,enfermedadytratamiento:«LeandroIglesias; gastroenteritis urticaria; agua albuminosa y cataplasmaemoliente».

Antesdeaplicarleeltratamientolohellevadoalbañoparaquitarlela ropa, asearlo y ponerle el pijama del hospital. Nadamás tocarlo hesabidoqueteníamuchafiebre.Sehaestremecidounpocoalcontacto.

«Tienelasmanosmuyfrías,señorita»,hadichoconacentocallejeroyvozdulceycantarina.

Lecostabacaminar,peroaunasíestabamáspendientedemirarmeamíquededóndeponíasuspies.

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«Tiene los ojos verdes —me ha dicho— y es muy guapa, pero esegorronolequedanadabien;deberíandejarlellevarelpelosuelto.»

Le he explicado que la cofia no es por capricho, sino por higiene.Igualqueelbañoqueélibaatomar.Además,elaguafrescalecalmaríalafiebre. No le ha hecho mucha gracia que lo desnudase y se ha puestocolorado. Yo estaba igual de nerviosa, pero he intentado que no semenotase y no he hecho ningún comentario. Tenía que hacerle ver queaquello era lo más natural del mundo y que yo lo hacía a diario conmuchosotrosniños.

«¿Puedecerrarunpocolaventana,señorita?»,mehapedidoconloquecreírubor.

«Esmuypequeñaydaalpatio,noteveránadie.»«Noesporeso,esquememolestalaluz.»Mehasorprendidotantasensibilidadalaluz.Almeterloenelagua,

hevistolaerupciónquelecubríapartedelatripa.Eradeuncolorrosapálido. He probado a presionarla y las manchas desaparecían por uninstante.Mientras lo lavaba le he preguntado por su vida. Es del RealHospiciodeSanFernando,deahíelapellidoIglesias,ydecíaqueporesotenía unmontón demadres y de hermanos, aunque ningún padre.Heseguido tirándole de la lengua para que me contase cuándo se habíaencontrado mal y si había más niños así en el hospicio. Ya hacía unasemanaquehabíatenidolosprimerosescalofríosylafiebre,perohabíanpensado que sería un catarro. El dolor de tripa y, según él, de todo elcuerpo,comosilehubiesenapaleado,habíacomenzadoesamañana.Lehe examinado el resto del cuerpo y he comprobado que la erupción seextendíahacialaespaldayyabajabaporlasingles.

Lohesecado,llevadoalacama,dadounpocodeaguaalbuminosaypuestounacataplasmaparaeldolor,comomehabíanindicado.

«¿Vendráavermeluego,señorita?»,mehapreguntadocuandoibaadejarlo.

«Sí,notepreocupes.Yomeocuparédeti,peroahoratengoquesalirunmomento.»

«Gracias, señorita… —Se ha quedado pensando un momento; elpobre no se acordaba de mi nombre. Iba a recordárselo cuando haañadido—:OjosVerdes.»

MehahechogracialodeseñoritaOjosVerdes.He apurado el paso para ir a la planta baja, donde está el

dispensario.Inéssemeheacercado.«¿Adóndevas?Nopodemossalirdeaquí.»

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«Esimportante.TengoquehablarcondonFranciscoyconeldoctorSerrada.»

«Tevasameterenunlío.»«Yaves,quénovedad…»,hedichoantesdeirme.Era cierto, me iba a meter en un lío, pero esta vez sería por una

buenarazón.Hebajadocorriendoporlasescaleras,agarrandolacofiaparaqueno

semecayeseconlasprisas.Unaenfermeramehaintentadodetenerparapreguntarme adónde iba, pero la he rebasado sin decirle nada. En eldispensario me han recibido las miradas de sorpresa y hostilidad demédicosyenfermeras,especialmenteladeAlba.«¿Quéhaceestaaquí?»,ha debido de pensar. Los doctores Serrada y Luque tampoco me hanmiradoconmuchaamabilidadquedigamos.MehedirigidodirectamenteadonFrancisco,sinperderlacompostura,ylehedicho:«Necesitanverlefuera,doctor».

DonFranciscomehaacompañadoalpatioycuandoyacomenzabaareñirmedemuymalosmodosleheinterrumpido:

«Creo que uno de los niños, Leandro Iglesias, tiene tifusexantemático».

Eldoctorsehaquedadoparalizadoy,traspensarlounmomento,hadicho:

«Esperoque se equivoque,porquedisfrutarémucho regañándolaynosahorrarámuchísimosproblemas».

LuegohaavisadoaSerradaymehanacompañadoalpabellónparaexaminar al niño. Para mi fortuna y desgracia de los demás, yo teníarazón.EldiagnósticoyaveníahechodelhospicioyeldoctorSerrada,queteníamuchospacienteshoyporlatarde,siguiendoelprotocololohabíapasadodirectamentealahabitaciónparaverlomástardeyque,mientras,leaplicásemoslascuras.

Don Francisco y Carmen nos han reunido para explicarnos lagravedaddelcasoycomprobarsisabíamosquéhayquehacer.

«Limpiarlahabitaciónconvaporessulfurososylavaralospacientescon agua jabonosa y vaselina timolizada; y todas deberíamos usarmascarilla»,harespondidoAlba.

DonFranciscohavistoqueyoalzabaligeramentelamano.«CreoquelaseñoritaDelaGascatienealgoquedecir.Quésorpresa,

¿no?»Algunassehanreído.Albanohasidounadeellas…

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«Sé que es lo que pone el manual —he dicho—, pero sigue lasmedidas que se aplicaban cuando estaba en boga la teoríamiasmática.Sinembargo,heleídoquelatransmisióndeesaenfermedadtienequeverconlospiojos.»

«¿Dóndelohaleído?»,hapreguntadodonFrancisco.«EnlarevistaMedicinaEspañola.Hablabandelosestudiosde…»«DeCharlesNicolle»,mehainterrumpido.Mehelimitadoaasentir.«Yo también he leído esa revista. —Luego ha aprovechado para

impartirnosunalección—:EldoctorNicollehademostradoquelateoríade Ricketts y Wilder era cierta y que los piojos son el vector de esaenfermedad.Lesdijeelprimerdíaquelacienciaibadeleerellibrodelanaturaleza, no el manual. Y ya ven lo rápido que pierden vigencia lasviejasenseñanzasalaluzdelaexperimentaciónmoderna.Esimportantequeleanrevistasyesténaldía.LaseñoritaDelaGascatienerazón.Lospiojossonnuestroenemigoenestecaso.Nadademascarillasnivapores.Ajustaosbienlacofia,extremadlahigieney,aunquenotéisunapicadura,noos rasquéisni frotéis la zona; lavadla con trementina...Ymuchoojoconladosis;esunasustanciamuyvenenosa.»

Mehadado la impresióndeque todasnosmirábamos lasmanosynostocábamoselpelodeformanerviosaporsisenoshabíacoladoalgúnpiojo.TodasmenosAlba,quesolomemirabaamíydebíadetenerunasganasenormesdefregarmeelgaznateconestropajoytrementina.

«Laprevenciónesesencial—hacontinuadodonFrancisco—,noosenfrentáisaunaenfermedadcualquiera.Eltifushaacabadoconejércitosyreinosenteros,y losmédicosyenfermerasnosomos inmunesaél;elpropioRickettsmurióporsuculpaunañodespuésdedescubrircómosetransmitía.Nose tratadeunaprácticaconunmaniquí.El tiempoparaequivocarsesehaacabado.Unerror,señoritas,ynosoloustedesestaránmuertas,sinoquellevaránlamuerteasusfamilias.»

CreoquedonFranciscosehapuestotandramáticoporqueaélnolehacíagraciaqueayudásemossiendosoloestudiantes.PerodoñaCarmenha insistido en que vendría bien para nuestra formación y quenecesitarían toda la ayuda posible. Y vaya si ha hecho falta. Nos hanreforzadoconmonjas,profesionalesydamasenfermerasdeotrosaños,entrelasquehavenidoMargarita,lahermanadeInés,yaunasíapenashemosdadoabasto.

Comoyohabíadescubiertoelcasoyyahabía tratadoconLeandro,me han encargado a mí del niño. Con ayuda de sor Titulada, le he

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afeitadolacabeza,leheaplicadounasolucióndetrementinaportodoelcuerpoylehemospuestocataplasmascalientesparabajarlainflamaciónyelexantemadelvientre.

Las demás han rasurado las cabezas de todos los niños y se hanaseguradodeque las ropasy sábanasno tuviesenpiojos.Paraprevenirlashancambiado todasy sehan lavadocon jabónde trementina, igualque los suelos y las paredes. Los médicos han comprobado losdiagnósticosdetodoslospacientesyresultaqueLeandro,porahora,eselúnico con tifus. Ha sido separado del resto por unos biombosimprovisadosconsábanasblancas.

Mientras,doñaCarmenhapreparadoaungrupoquelaacompañaríaalhospicioparaaplicartambiénallílasmedidasdehigienepreventivasyversihabíamáscasos.Inésysuhermanahanestadoentrelaselegidas.

«Tenemos que ser muy rápidas y eficientes —les ha dicho doñaCarmen—.Porahoraessolounbrote,perosiseconvierteenepidemiayse extiende porMadrid, será una catástrofe; en nuestrasmanos está elimpedirlo.»

La palabra «epidemia» nos ha aterrado a todas. Aún está muyreciente la memoria de la gripe española y sus miles de fallecidos.Recuerdo estar encerrada en casa, con toda mi familia, muertos demiedo,comosilascallesestuviesenllenasdeasesinos.

Leandro no ha parado de preguntar qué pasaba y a qué se debíatantomovimientoyalboroto.

«Eslohabitual—lehementido—,mantenerelhospitallimpioysanodamuchotrabajo.»

Luego,mientrasleaplicabaunanuevacataplasma,lehecontadouncuento.Seharelajado,nosésiporel cuentoosencillamenteporque lehablase.

«No,porfavor,nosevaya,señoritaOjosVerdes.»Parece quehe perdido el nombre con ese niño.Meda igual. Si un

joven enunbailemehubiese tratado así, lehabría cruzado la cara contodalafuerzademibrazoylamarcalehabríaduradosemanas,peroenLeandro me hace gracia. Supongo que al verlo rapado, tan débil ydelgaducho, con esas ojeras y esa voz que no puede ocultar susufrimiento,medamuchapena.PodríahabermellamadoseñoritaTontadelBote,quemehabríaparecidoigualdebien.

«Deacuerdo—lehedicho—,tecontaréotrocuento,perotienesquedormirte.Ycuandodespiertes,volveréaestaraquí.»

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Hoyhellegadomuytardeacasayaunquelaregañinademispadresestabapreparada, sehan tenidoque contener cuando leshe contado larazón.Lesheavisadodequetodaestasemanaibaallegarmástardeaún.

Trashablarconellosmeheencerradoenelbañoymehedesnudadoparacomprobarquenoteníaniunsolopiojoopicaduraenelcuerpo.Nocontentaconesaprimerainspección,hehechoveniramihermanaparaquemeayudase.Nohemosvistonada,pero,aunasí,nosemequitaelmiedoalcontagio.

Yaesmuy tarde,diario, yme temoquemañananos esperaundíaaúnmáslargo.

22deseptiembrede1920

Cuidaraunenfermoesmásqueadministrarlesusmedicinasyhacerlelascuras.Tenemosquelavarlo,cambiarlo,darledecomeryasegurarnosdeque haga sus deposiciones. En el caso de Leandro, que está tan débil,tengoqueayudarloentodo.Hastalogiroylomuevosobrelacamaparaevitar las gangrenas de compresión. Al principio le dabamucho apuroque lo llevase al baño o le trajese la cuña para ayudarlo con susnecesidades,peroyasevaacostumbrando.

El pobre solo puede tomar líquidos y cada vez lo veo con menosfuerzas.

«No se imagina, señorita, lo que me gustaría un huevo frito y unpoco de pan.» Le brillaban los ojos como sime estuviese hablando delgranamordesuvida.

«Ya llegará ese momento, no te preocupes; y yo misma te loprepararé.Peroporahorasolopuedestomaresto»,lehedichomientrasledabauncaldotaninsípidocomo,espero,sano.

Inés y su hermana han regresado a primera hora de la tarde conotroscuatroniñosdelhospicioenfermosdetifus.Lasdemásseguíanallí,higienizandoelrecintoparaevitarlaepidemia.

«Aquello parece la guerra —nos ha contado Inés—. Está lleno demédicos y enfermeras, y hasta han rodeado el edificio con policías ymilitares.»

Avi, para rematar el momento, ha dicho sobre la sala dondeestábamosconlosniñosydemáspacientes:

«Este sitio ya está llenodedolor y tristeza; sonmuchos losque sehan ido condesesperación.Nopuedo evitar sentir sushuellas cada vez

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queentro».AInéspensarqueelpabellónestállenodeespírituslehapuestolos

pelosdepunta.Yamítampocoesquemealegraselatarde.Herecordadolacancioncillaqueoíen lacapilla, lade laprimeraniñamuertaenestehospital.

«No temas —le ha dicho Avi a Inés—. Si eres ajena a ellos, losespíritusnotienenningúnpodersobreti.»

«Peroesqueahora,portuculpa,nosoyajenaaellos.¡Séqueestánahí!»,harespondidoInés.

«Son espíritus tristes, dolientes. No hay por qué asustarse. Nisiquieracreoqueellosseanconscientesdequeestánaquí,oquetodasualma sea lo que se ha quedado atrás. Solo son como una sombra:parciales,incompletos»,haexplicadoAvi,quenosedabacuentadequeasíaúnaterrorizabamásaInés.

«Si estos niños no te danmiedo de vivos—he dicho yo—, no hayporquetemerlesdemuertos.»

Aunasí,Inéshaseguidointranquilayseasustabaantecadaruidoomovimiento inesperado.Ypara salirdabaunos rodeosenormes con taldeevitarelpasillodelcoro.

He vuelto conLeandro y le he aplicado un cocimiento de hojas delaurel mientras le contaba otro cuento. Ya era tarde cuando se haquedadodormidoyhepodidoregresaracasa.

Ahora voy a dejarte, querido diario, porque tengo algo másimportantequehacer: leerunos librosdecuentos infantilesy leyendas,quesemeestáacabandoelrepertorioconLeandro…YnolevoyacontarFortunatayJacinta.

23deseptiembrede1920

Meacabodedespertarporculpadeunsueño.Contodolodel tifusydeLeandrohacíatiempoquenopensabaen

Javier.Quizáporesosehacoladoenmissueños.Hacíamuchocaloryyoloesperabaalpiedeunapequeñacolinadetierra,aúnmásbajaquelasmotascastellanas.Enloaltohabíaunfortíncircularconarcosytronerascuadradasentreellos.Unademisamigas,noInésniAvi,unadelasquenoveodesdequeentréenelhospital,seacercóymedijoqueJaviernoibaavenir.Nosécómo,acontinuación,yaestababuscándoloporunascuevasencuyapiedrahabíantalladoescalonesyhastaarcosycolumnas.

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Fueraseoíaunextrañorugido,muylejano.Escuriosocómofuncionalamente.Esefortínyesascuevasaparecenenmissueñosdesdequeeraunaniña. Forman parte de una especie de geografía imaginaria que soloexiste enmi cabeza y que, pese a ello, semantiene consistente de unanocheaotraalolargodelosaños.

Mihermana estaba en esas cuevas, peronomi hermanade ahora,sinodecuandoerapequeña,conunosdiezaños,aunqueyoseguíasiendoladeahora.Medijoquemeapurase,queteníaqueregresaracasa,queJavierestabaallí.

Cuando llegué, mis padres me dijeron que había muerto. Vi sucuerpo en un ataúd que parecía demármol.Mi padre lo cogió bajo elbrazo,comosifueseelcapazodeunniño,ymedijo:«Acompáñanos,hayquellevarloalcementerioantesdequeseatarde».«Ycámbiate—dijomimadre—, no puedes ir así al funeral, vestida de blanco.» Solo entoncesreparéenqueibavestidadeenfermera.

«¿Cómohasido?—pregunté—.¿Loabatieronlosmoros?»«No—dijomihermana,queyaeraadulta—,fueronlospiojos.»Mehedespertado.Eradenoche.Entrelascortinassecolaba,yaún

secuela,unaclaridadqueparecesobrenatural.Mehelevantadoymiradoporlaventana.Unalunallenaenormeeclipsatodaslasestrellas.Elcieloesperfectoysinnubes,ylostejadosbrillancomosifuesendeplata.UnanieblatenuesedeslizasobreelloscomosiMadridestuviesecubiertoporun sudario. El aire es frío. Hace ya tiempo que se ha ido el calor delverano.

25deseptiembrede1920

Aunque es sábado por lamañana, acabo de llegar del hospital y no hedormidoentoda lanoche.Aunasí,notengosueño.Acudoati,queridodiario,paraversiescribiendoentuspáginasagotomicuerpoyaligeromiespíritu.

Lanoche y el sueñopueden operarmilagros enun enfermo.Estosdíaslohevistovariasveces.Pacientesfebrilesyqueparecíanalbordedelamuerte por la noche, por lamañana despertaban fuertes y llenos deenergía,yesamismatardeselesdabaelalta.

NohasidoelcasodeLeandro.Ayerestabamásdébilquenuncayalir a lavarlo vi que el exantema le cubría todo el tronco y parte de laspiernas.Lascataplasmasapenaspuedencalmarsudolorylafiebresigue

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alta.LohablécondonFranciscoymedijoquenopasaríadeestanoche.DoñaCarmennotómigestodepenayme recordó loqueyanoshabíadicho:

«Entiendo su dolor, señorita De la Gasca, pero el niño no debenotarlo.Debemantenersiemprelacalmayelbuenhumor.Nopodemoshacermásparaevitarquesevaya,peroquealmenossevayaenpaz,yacompañado.Esepequeñono tiene familia,no tieneanadie; ya solo latieneausted».

Jamásnadiehabíacargadotantopesosobremishombros.NiconlodeAvimehabía sentidoasí.Me costó regresar conél yno sé sihabríasidocapazdenoserporelapoyodeInésyAvi.Ladeudaportodoloquehayahechoporellassesaldóayer.

Volví con Leandro, le di de comer y lo cuidé como si fuese un díamás. La señorita Ojos Verdes, como él seguía empeñado en llamarme,consiguió mantenerlo con esperanza y alegre. Hasta me comentó loafortunadoquesesentíaporestarallí, tanbienatendidopormí.Denoserporesaenfermedad,medijo,nomehabríaconocido.Talycomomemiraba,sololefaltópreguntarmesiteníanovio.

Peroporlatardevinieronvariasdesustutorasdelhospicioaverloyun sacerdote a darle la extremaunción. Consideraban que era lomejorparasualma...yresultódevastadorparasuánimo.

Cuando regresé a su lado estaba llorando, encogido dedesesperación. Le dejé que apretara mi mano y la llevase junto a supecho.«Lamuerteessolodesprendertualmadeestecuerpoherido,paraque sea libreyvuele conDios», ledijoel sacerdote con lamejorde lasintenciones.Peroéllerespondióquenoqueríadejarestecuerpo,niestemundo…Noqueríamorir.

Lepedíalsacerdotequemedejaseasolasconél.Leandronohabíatenidofortuna,ypocomáshabíaconocidoenestavidaqueelsufrimientoy lapérdida…Peseaello, losbrevesyescasosmomentosde felicidadydicha que hubiera tenido eranmás que suficientes para que la idea demorirydejarestemundo,porsólidaquefuesesucreenciadeque ibaaotromejor, lohiciesenretorcersedemiedoydolor.Esaesperanzaenelparaíso,paradójicamente,lollenabadedesesperación.

Así que no intenté consolarle hablándole de ángeles y de lo que leesperaba en el cielo. Mientras lo cuidaba como si fuese un día más,comencéarelatarleloscuentosyfábulasquehabíapreparado.Alverquenoparabadellorarmecallé,peroentoncesmemiróymedijo:«No,porfavor,nopare».

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Seguí con esas historias hasta que se hizo de noche. Encendí uncandil a nuestro lado para nomolestar a los demás. Ya solos, sinmásenfermeras en la sala y con los demás dormidos, le seguí hablando yhablandosinpararmientraslerefrescabalafrenteconunpañomojadoenagua fría.Agotados los cuentos, le contécosas sobremí: losbailesyfiestasalosqueiba,loscafés,loquemegustabaleerycómomipadremehabía contado cuentos, como yo ahorahacía con él. Y por quémehiceenfermera. Y, claro, le hablé de Javier y del día que estuve a punto devolar. A él también le habría gustado subir a un avión y volar. Cambiérápido de tema, pues no quería que pensase en lo que jamás llegaría ahacer,loqueirremediablementedejaríaatrás.LehablédeInésydeAvi.Yhastade la tontadeAlba.De las clases, losprofesoresy lasprácticasconmaniquíes.Entoncesmeinterrumpió:

«No voy a mejorar, ¿verdad? —Me miró con los ojos libres delágrimas,conunaserenidadquemeparecióimpropiadeunniño—.Porfavor,nomemienta».

«Seríaunmilagro.»«NocreoqueyomerezcaunmilagrodeNuestroSeñor—dijoy,antes

dequeyopudieseresponderquesílomerecía,siguió—:Yyaquenovoyamejorar,daríaigualsimetrajeseunhuevofritoconunpocodepan,¿noesasí?»

La esperanza en ese último momento de placer terrenal parecíaresultarlemáspoderosaquelafeenlaeternafelicidaddelCielo.

Aquello iba completamente en contradenuestrasnormas y seguroquememeteríaenunlíomonumental.Ledije:

«Telotraigoahoramismo».Nole llevéuno,sinodos.En lascocinasnohabíanadieyyo jamás

había frito un huevo. Creo que estropee tres docenas y me hice unmontón de quemaduras de aceite en las manos hasta conseguir dosperfectos. Quité lamiga del panmás fresco que encontré y lo ayudé acomérselos.Jamáshabíavistoaalguientanfelizcontanpoco…

Perdona,queridodiario,quetehayadejadodeladounrato,peroeserecuerdomehaquebradomásqueningúnotro.

Según pasaban las horas,mi voz se hizo débil yme sentí cada vezmás cansada. Estaba hablándole de mi hermana y sus manías cuandonotéqueapretabamásmimano.Reparéenlofríaqueestabalasuya.Lo

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miréalosojosylosviinmóviles,yasinvida.Nisiquieranotésuúltimoaliento.Nosécuálesseríanlasúltimaspalabrasqueoyóenestemundo,metemoquealgunatonteríasobreAna.Oninguna,puesconlodébilqueestabaaesasalturas,paraélmivozsoloseríacomounrumor.Retirémimanodelasuya,cerrésuspárpadosylebesélafrente.Apaguéelcandilyaviséalmédicodeguardiaparaquecertificasesumuerte.Nodebíallorarante losotrospacientes,asíqueaguantémientrassentíacomosi semedesgarraselagarganta.Retiramossucuerpocondiscreciónylollevamosa aquel cuarto llenode espíritus en el queAvi sehabíanegado ahacernuestrasprácticas.Esafuelaúltimavezquelovi,pálidoeinmóvil,comosiestuviesedormido.

En cuanto pudemedisculpé y salí al patio. Llovía, pero como aúnestabaoscuroyallínohabíaninguna luz, lasgotaseran invisibles; solooíasuruidoalgolpearelsueloysucontactofríoaltocarmipiel.Dejéquemeempaparanmientraslloraba.Creoquenohabíalloradotantoentodamivida.Alvolveralahabitación,doñaCarmenmeesperabaymellevóhasta el corode la capilla.Mientrasme ayudaba a secarme el pelo conunatoalla,medijo:

«Tuprimermoribundo…—Nolopreguntó,losabía.Asentí—.Elmíofueunsoldado,nounniño.Tuvemássuertequetú.Veacasaydescansahastaellunes.»

Ledilasgraciasymeibaaircuandocomentó:«Respectoaldesastredelacocina,mejornoharépreguntas…Parala

últimavoluntaddelmío le robéunpardepurosaldoctorNogueras.ÉlcreyóquehabíasidoeldoctorSerrada,yaúnselaguarda…».

Esperaba que al escribir el pecho se me aliviase y la cabeza, yacansada,me obligase a dormir. Pero no puedo.Me da la impresión deque,porcansadaqueesté,jamáspodrédormir.

27deseptiembrede1920

ElsábadomimadreenvióaRosalíaconunainfusióndevalerianayanísque obró elmilagro de hacermedormir; una tregua larga y oscura, sinsueños.Mihermanaymispadresintentaronconsolarmeymantenermeentretenidaduranteelfindesemana,yfingíquelesdabaresultadoparaquemedejasenenpaz.Loúnicoquequeríaeraencerrarmeenmicuarto

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y dejar pasar el tiempo para ver si el sueño volvía y alejaba este dolorduranteunashorasmás.

Hoylunesmehelevantadodescansadayconfuerzas,peroigualdetriste.Noqueríavolveralhospital.Sentíaquecuandollegaseallíyviesesu cama, ahora ocupada por otro niño, no me podría contener y mequebraríadelantedetodosaquellosenfermos.

Pero he ido. Y aún he llorado más por el camino. He tenido quedetenermejuntoalapuertaparatomaraireyobligarmeaentrar.InésyAvi, que se habían pasado allí todo el fin de semana, me esperaban.Carmen les había contado todo ymehan abrazado. Y las lágrimashanvuelto.

Yquizáporhaberlloradotantocuandohellegadoalahabitaciónhepodido ver la cama en que había muerto Leandro sin derramar unalágrima. Aún estaba vacía. El sol, ami espalda, proyectabami sombrasobreella,enelmismolugardondeélhabíaestadovivoymuerto,comosifuesesuespíritu.

Enseguidahan llevadoaotroniñoquehaocupado la camay loheatendidocontodoelcariñodelquehesidocapaz.Haidobienynadiehanotadonada.Menosmalquenomehadichoqueteníalosojosverdes.Silohubiesehecho,yonohabríaaguantado.

15deoctubrede1920

Si algúndía vuelvo a tus páginas, querido diario, la continuidad puedejugarmeunamalapasada.Loqueaquíesunsaltodelíneaounavueltade página, en mi vida han sido semanas. El paso del profundoabatimientoenquemesumiólamuertedeLeandroalaenormealegríaquetengohoypodríaparecer frívolo,ymiyo futurapensaríaqueensujuventuderaunacabezadechorlito.Nodigoqueavecesnolosea,peronotanto…

Unarocasepuededeshacerdedosformas.Porla lentaerosióndelviento y el agua, o por una explosión. Con mi melancolía se hanproducidoambas.

El trato a otros pacientes que no dejan de llegar, las clases y lasprácticasme han obligado a ocupar la cabeza con todo ello. Y aunquecada vez que veo aquella cama o paso por el lugar donde dejamos sucuerpo me acuerdo aún de Leandro, poco a poco me he idoacostumbrandoaconvivirconesapena.

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Aunqueséqueeldolorsigueahí,noporquelosientaatodashoras,sino porque esconde bien su aguijón para pillarme desprevenida. Aúnhaceunasemana,decaminoacasa,paséporunaferia llenadepuestosde comida y casetas donde la gente tomaba vinos y aguardientes. Losmayores bailaban el chotis y los niños jugaban en un campo cercano.Uno,queestabaintentandovolarunacometa,estuvoapuntodetropezarconmigo.

«Tengacuidado,señorita»,medijo.NoeselprimerniñoquemehabladesdequemurióLeandro,nise

parecíaennadaaél.Quizáfuesuformaimprevistadeapareceramilado,oalgoensutimbredevoz,oenlaformademirarme…Deverdadquenolosé,perometrajoa lacabeza,degolpe, todoloquehabíasentidoporLeandro. Se me empañaron los ojos y tuve que apartarme de allí. Uncaballero bastante amable me preguntó si me encontraba bien. Lotranquilicéyapurémipaso.Cuandoyaestabalejosylamúsicaapenasseoía,pudesentarmeenunbancoydesahogarme.

Eseinesperadorebrotedemelancolíameacompañóelrestodeldía.Pero a la mañana siguiente la rutina del estudio y los pequeñosproblemasdeInésyAviconlasprácticasmedevolvieronamiestadodeánimohabitual.

Y hoy, al llegar a casa, la explosión: un telegrama de Javier. Estábien, aún en el aeródromo de Zeluán, con misiones sobre todo deexploracióny,comoéllasllama,dehostigamiento.AcabandelograrunagranvictoriaenBuhaforaya finalesdenoviembre,enmenosdemesymedio, estará de vuelta en Madrid. Para entonces ya seré damaenfermerayhabrécumplidomipartedeltratoconmispadres.

Solosiapruebolosexámenes,claro.Poresomevoyaaplicarmucho.Nisiquierapiensocelebrarmionomástica,queesdentrodeunosdías,asíquenocuentesconmigo,queridodiario.Duranteun tiempo, tusdemáspáginasseguiránblancas.

1denoviembrede1920

HoyeseldíadeTodoslosSantosyhetenidoalgodetiempolibre,asíqueharéunpardebrevesapuntesantesdevolveramislibros.

Elpasadoviernes,despuésdecomer,comoelcieloestabadespejadoy no hacía demasiado frío, Avi, Inés y yo fuimos hasta el Chumbica atomar un café. Desde la terraza vimos a una de nuestras compañeras

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besarse conunode losmédicos jóvenes que trabajan en el hospital. Sedespedíanallí,enlaglorieta,parallegarcadaunoporsuladoalhospitalyquelasmonjasnolosvieranjuntos.

Avibromeódiciendoqueaesacompañerayanolaveremoselcursosiguiente. «Y a mi madre le encantaría verme así», añadió con ciertaamargura. Al escucharla me sentí muy mal, como si les estuviesemintiendo.Medicuentadequeaúnno leshecontadoqueyo tampocovolveré.Esperoquenoseenfadenconmigo.Podremosseguirviéndonosycarteándonos.

De vuelta en el hospital nos encontramos con doña Carmen, queestabahojeandounperiódico.ComentóqueesefindesemanaseríanlaseleccionesenlosEstadosUnidosyque,porprimeravezenlahistoriadeesepaís,votaríanlasmujeres.

«¿Esustedsufragista?»,seasombróInés.«PorDios,no,señoritaSantirso—respondióCarmen—.Unaduquesa

ydamadelareina,sufragista…Seríaunescándalo,yamimarido,conloconservadorquees, ledaríaunvahído simeviese conunapapeletadevoto en lamano. Pero si puedometer lamano en los intestinos de unhombre para salvarle la vida, es posible que tampocome faltase juiciopara meter la mano en una urna y dar mi opinión sobre quién debegobernar.»

Nosdejómuyasombradas.«Noselocontéisanadie»,dijoantesdevolverasustareas.Yyo,queridodiario,simedisculpas,tambiénhedevolveralasmías.

9denoviembrede1920

FestividaddelaAlmudena.Paramifamilia,misayfiesta.Paramí,misayestudio.

22denoviembrede1920

Hoy ha sido el examen. Primero por escrito y luego con cuestionesprácticas en el maniquí. Todas hemos entrado muy nerviosas y todashemossalidomuycontentas.Ynoesquefuerafácil,peroestáclaroquedonFranciscohahechounbuen trabajo.Aunquehastamañananonos

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informarándelresultado,Inés,Aviyyoyalohemoscelebradoconotrascuantascompañeras.

Mañana,silascosasnosetuercen,seréunadamaenfermera.

23denoviembrede1920

Hoy iba a ser el día de mi triunfo, un día feliz y de gloria, pero haresultadosereldemizozobra,unajornadaextrañayamarga.Quizásilarepaso contigo, querido diario, pueda aclarar mis ideas y comenzar abuscar respuestas a preguntas que aún no me he formuladoabiertamente…,ydebohacerlo.

Mimadre estabamuy interesada en la ceremonia de la entrega detítulos,ytuvequeexplicarlequenohabríatalceremonia.Tansolodaríaneltítuloalasaprobadas,yluegonospodríamosanotarenunaplanilladeservicios para ver qué días podríamos colaborar con ese hospital y conotros. Y aunque parezca extraño, no le mentía; es lo que nos habíandicho.Peronohasidocierto.

Nadamásllegaralaescuela,donFrancisconoshadichoquetodashabíamos pasado los exámenes conmayor o menor fortuna. Luego haanunciado que la última clase no nos la daría él, sino la excelentísimaseñoradoñaCarmenAngolotiyMesa,duquesadelaVictoria.Esahasidode las pocas veces que alguien, en el hospital o en la escuela, se hareferido a ella usando el protocolo quemarca su título. En el día a díaprefierequelallamemosdoñaCarmen,conelrespetoqueseledebeporser presidenta de la Junta del hospital y jefa de enfermeras, peronadamás.

«Nohapasado tanto tiempo—noshadicho—,pero siento comosivolviese a un pasadomuy lejano. Amis tiempos de dama de la reina,cargo que sigo ostentando, pero al que dedico cada vezmenos tiempo.Hoynoosvoyacontarcómotratarconmédicosyenfermos,sinocómotratarconsumajestad.»

Creo que a todas nos ha dado un vuelco el corazón. ¿Íbamos aconoceralareina?Yasíhasido,queridodiario,lareinaVictoriaEugeniahaidoalhospitalyhapresididolaentregadenuestrostítulos.Supongoque lo mantuvieron en secreto para evitar que aquello se llenase connuestrasfamilias,amigosy,sobretodo,conlaprensa.

Doña Carmen y don Francisco nos han llevado hasta el patio delhospitalyallí,alfrío,bienabrigadaspornuestrascapas,hemosesperado.

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Penséque la reina iría con todas sus galas y los oropelesde supuesto,escoltadaporbuenapartedelaGuardiaReal.Y,aunqueporelruidodecaballosquehaanunciadosullegada,llevabaescolta,estasehaquedadofuerayhaentradoellasola,caminandoyvestidaconeluniformedelasDamas Enfermeras, como unamás de nosotras. Enseguida ha acusadonuestrodesconciertoynoshapedidoquenonos sorprendiésemos,quede su ropero ese es uno de sus trajes favoritos, por su sencillez y suprofundo significado, y que solo se lo pone en ocasiones tan especialescomoesa.Dehecho, sushijas, las infantasBeatriz yMaríaCristina, encuanto tengan la edad adecuada, acudirán a la misma escuela quenosotras.Noshaexplicadoqueunsoberano,antetodo,aspiraadejarunahuellaensutiempo,unahuellaqueperdureyqueseabuena,quesiembreesperanza y progreso; y por esemotivo había puesto tanto empeño encrear lasDamasEnfermerasyenayudara la labordelaCruzRoja.Esaserá suhuella ynosotras, connuestra generosidad, lahacemosposible.Ella,hainsistido,eralaquesesentíaemocionadayafortunadaalvernosallí,listasparaserviralosnecesitados.

Luegoha idoentregándonos losdiplomas,unaporuna, ydiciendonuestrosnombresmientrasnosfelicitaba.Noesquelosreyesylosnoblesmeemocionenmucho,perohoynohepodido evitarlo.Mehaparecidosinceraycercanay,alavez,irreal;comosiestuvieseynoestuvieseallí,como el fantasma de la niña rubia que nos describió Avi.Ha sido algomuyextraño.

Sumajestadhaacabadoconunaspalabrasqueaúnmedanmuchoquepensar:

«Ahora sabéis curar. Sabéis obrar milagros. Pertenecéis a algogrande,muchomás grandeque yo e inclusomásque este reino.Esunprivilegio enorme, pero una responsabilidad aún mayor. Que Dios osbendiga».

Ynoesloúnicoquemedavueltasenlacabeza.Traslaceremoniaheido a hablar con don Francisco. Le he agradecido lo mucho que heaprendidodeél,mehedisculpadoporlosrocesquehemostenidoyleheaseguradoquenuncaloolvidaré.Sehareído.

«No sea tan ceremoniosa, señorita De la Gasca. Dentro de unosmeses comenzará el curso para dama enfermera de primera. Usted yatienemásdelamitaddeloscincuentadíasdeprácticasyhaatendidoaun moribundo; podrá matricularse en él y, aunque no le dé todas lasclases,enseguidavolveremosatenerquesoportarnos.»

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«Peroesquenovoyahacerese curso—ledije—,¿no lo recuerda?Vineporunacuerdoconmifamiliaparapodervermeconminovio.»

Don Francisco me ha mirado primero con sorpresa, luego condecepción y finalmente con un enojo que no se hamolestado nada endisimular:

«¡Estaba feliz porque pensé que me había equivocado con usted,señorita,peroyaveoqueno!¡Esunaegoístayunasoberbia!».

«¿Porquémehablaasí?»,heprotestadomuydescolocada.«Porque se lomerece. Aquí ha descubierto que tiene un don, uno

preciosoyescaso:lacapacidaddehacerciencia,desalvarvidas,¡yledalaespalda!»

«Yasoyenfermera—mehedefendido—,ylejuroquevoyaejercer.»«Esenfermeradesegunda,ypuedesermás,muchísimomás,incluso

muchísimomásdeloqueustedahoraimagina—medijoenuntonocadavezmásdesabrido—.Podríademostrarmeamíyamuchosotrosdoctorescuán equivocados estamos respecto a algunas mujeres, pero prefieredarnos la razón. Y, por una vez en mi vida, habría sido felizequivocándome.»

«Séloquequieredecirme,pero…»«No,nolosabe—meinterrumpió—.Escuchaperonooye,mirapero

nove,tocaperonosiente;tienelapeordelasagnosias,unaquenoleessobrevenida,sinobuscada…Ylaaceptaconesasonrisabobaliconaqueseleponecuandohabladesuamiguito,eseJaime.»

«Javier.»«¡Meimportaunrábanocómosellameesepetimetre!Ysinolaveo

cuandocomienceelnuevocurso,ledeseounavidadesdichada,vulgaryaburrida,queesloqueparecedesearcontantoahínco.»

No he podido quitarme esa conversación de la cabeza mientrascelebrabaelfinaldelcursoconmisamigas,ytampocomeheatrevidoadecirlesquenoharíaelsiguienteconellas.Semehahechoinsoportableestarallí,asíqueheimprovisadounaexcusa,mitristeespecialidad,yhevueltoacasa.

Cuandohellegado,mispadresymihermanasehanmostradomuyorgullososporeldiplomaymehanhechomilpreguntassobre lareina.LasherespondidomientrascenábamosunospichonesqueRosalíahabíapreparadoalvino.Enunmomentodesilenciomimadrehamiradoparamiplatoyhaahogadoungrito,escandalizada.

«Pero¿sepuedesaberquéhaces?¿Quéeseso?»

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He mirado al plato y he visto que, mientras cenaba, de formadistraída, había limpiado perfectamente los huesos del pichón con loscubiertos y había ido reconstruyendo parte de su esqueleto a un lado.Entoncesherespondido,señalandoconelcuchillo:

«Pues esto es la escápula, como nuestro omoplato, pero másalargada; y aquí está el húmero; luego el cúbito y el radio; el carpo, elmetacarpo,yestostanchiquititosdebendeserlosdedos;tienetres…Elalaesmuyparecidaanuestrobrazo;estáclaroqueDarwinteníarazón».

Mimadrecasisemarea,peroamipadrelehahechomuchagracia,igual que a mi hermana. Aunque la risa me ha durado poco. Ese actomecánico,ordenarloshuesossegúnloquehabíamosaprendidomirandoaPaquito,sehasumadoalefectodelaspalabrasdesumajestadydedonFrancisco...Yamifaltadevalorparaconfesarleslaverdadamisamigas.

Escribir estas líneas nome ha aliviado, querido diario, pero ya sécuáles son las preguntas que nome atrevía a formular. Omás bien lapregunta.Ynisiquierapiensoescribirla.

Mihermanaacabadeinterrumpirmeparadecirmequehantraídountelegrama.Javierllegamañanaalaciudad.

¿Porquénoestoymásalegre?¿Porquéesanoticianohaborradodegolpe todas mis preocupaciones? Será mejor que intente dormirme.Dicen que la noche enturbia la mente, que hace más onerosos losproblemasymáscomplejaslasdudas.Ojalá.Seguroquemañana,cuandovea a Javier, mi corazón se aclarará y podré sentirme dichosa, comosiemprelohesidoasulado.

24denoviembrede1920

Esperaba poder hablar de lo feliz queme siento y de cómo se habríandespejadomisdudas,inclusoalbergabalaesperanzadequeJaviersemehubiese declarado y de confesar en estas páginas lo ilusionada quemeencontraríaanteesecompromiso.Ynoesquenomesientafeliz,quelosoy,yquizámásdeloqueesperaba(aunquenocomoesperaba),niquemisdudasnosehayanaclarado…Essoloquenopreveíaesta solución.Soloeltiempodirásihasidomejor.

Me hubiera gustado que el reencuentro con Javier fuese en unparqueoenuncafédiscreto,parapoderabrazarloybesarlo sinpudor,

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perohasidoencasa,antelamiradademispadresydemihermana,queno séquépintabanallí.He intentado ser comedida,peronohepodidoevitarlanzarmeasucuelloyrodearloconmisbrazosconfuerza.Élsehaquedadomuydesconcertadoy,antelatosecillademipadre,solomehadevueltoelabrazoconunaelegantedelicadeza.Habesadomimano,lademi madre y la de mi hermana, y estrechado la de mi padre. Nos hahabladounpocode su estancia enMarruecos y de la situación allí.Mipadreestaba interesado,mimadredisimulababiensu indiferenciaanteesostemas,ymihermanaestabamáspendientedeexaminarelaspectode Javier y sus maneras. Y yo me moría de ganas de que aquellaencorsetadasituaciónacabase.

Porfinhemospodidosalirapasear…acompañadosdemihermanacomocarabina.Hecreídoqueseacababaelmundo,peroAnaenseguidasehadisculpadoyaprovechadoparaquedar conunasamigasyamigostraspedirnosdiscreción.Hequedadoconellapararegresarjuntasacasa,yJavieryyonoshemosidopornuestrolado.Noesperabaalgoasídemihermanayseloagradezcomuchísimo.

Hemoscaminadounospasos,lossuficientesparasentirnosasolas,ypor finnoshemos lanzadoelunoenbrazosdelotroparabesarnosconpasión.Noshemosreídodespuésy,alfinalizarlarisa,ambosestábamosmirándonosdeunaformamuyextraña.

«¿Porquémemirasasí?»,lehepreguntado.«Tútambiénmemirasdeformatan…rara.»«Peroyohepreguntadoprimero.»«Deacuerdo.Ynomemalinterpretes.Estás igualdealtaydelgada

queantes,eigualdeguapa,yelpelotampocohacambiadotanto;hastatu perfume es el mismo, y tu rostro aún más bello de lo que lorecordaba.»

«¿Yquépasaentonces?»«Queestásdistinta.Noséenqué,noséporqué,perohayentialgo…

—Habuscadolapalabra—.Algonuevo.»«Seráunailusióncreadaporeltiempoquehemosestadoseparados

—lehedicho—.Yotambiéntehevistodistinto.E,igualquetú,nosabríadecirporqué.»

«Yosoyelmismo.Erestú,quememirasdiferente.»«¿Ynotegusta?»«Alcontrario,meencanta.»Esarespuestahahechoquevolvieraabesarleyquecontinuásemos

nuestro paseo mientras conversábamos animadamente. Bueno, o al

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menosesomehaparecidoamí,queconversábamos,peroalparecernoeraasí.YahabíanpasadovariashorascuandoJavierhavueltoamirarmedeesaformatanextraña.Mehedetenido.

«Yahora¿quépasa?¿Hedichoalgomalo?»«No, pero es que no has parado de hablarme del hospital, de las

clases, de la reina, de la duquesa de la Victoria, de tu profesor, de tusamigas,delosespíritusqueveAvi…einclusodeesaquetecaetanmal,Alba.»

«Esqueenestosmesesmehanpasadomuchísimascosas.»«Y también me has hablado de huesos y músculos, de vendajes y

apósitos,dehormonasygrupossanguíneos…»«Esqueesmásmodernoque lapoesíaultraísta; lohe leídoenuna

revista de medicina que estaba en francés. Aunque ya se sabía antes,hastalaGranGuerrano…»

Meinterrumpió:«¿Noloves?Yaloestáshaciendootravez».Teníarazón.Aveces,cuandohablodeuntemaquemegustamucho,

puedoserunpocopesada.Bueno,aveces,no;habitualmente.«Nohasparadodehablardesdequenoshemosvistoyni siquiera

mehaspreguntadoporMarruecosoporlaguerra.»«Losiento»,hedichoarrepentida.«No,porfavor,sihayalgoquemegustadetiesqueseasapasionada.

Yyasabescuántomegustaoírtehablar.Aunquenoentiendalamitaddeloquedices,escomomúsicaparamí.»

Qué forma más romántica de confesar que, a ratos, no me habíahechomuchocaso.

«Puesvenga,háblametúahoradeMarruecos»,lehepedido.«Nosetratadeeso.¿Recuerdascuandotedijequenomegustaban

lasmujeresqueeranun lastre,quenomegustaba sentirmeatado,quebuscaba unamujer que quisiera vivir la vida con pasión y no sentirmearrastradoporella?»

Note lohabíacontado,diario,perome lodijounade lasprimerasvecesquenosvimos.Y yo le respondíque era igual, que soñaba con laaventurayqueloacompañaríaadondefuese.Quemelorecordarseenesemomentomehaasustadounpoco.

«Sí, claro, y no voy a serlo para ti», le he dicho con un pequeñotemblorenlavoz.

«Losé…Peroyotampocoquieroserloparati.»«¿Tú?¿Yporquéhabríasdeserlo?»

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«Porquetambiénmehashabladodelcursoparaserdamaenfermeradeprimera,ydelasmaravillasdelacirugíamoderna…»

«¿Yquétienequever?Esuntemaquemegusta,nadamás.»«Teapasiona,ylovasaperderpormiculpa.»«Puedoleerlibrossobreello.»Mehaagarradoporloshombrosymiradofijamentealosojos.«Dimelaverdad,Laura,¿quiereshaceresecursoono?»Mehequedadocalladaunmomento.Yloprimeroquehesentidoha

sido vergüenza. Había tenido que ser él, y no yo, quien formulase esapreguntaquetantomeaterrabahacerme.

«Creoque…sí,unpoco...»Muchísimo.Lodeseabacontodamialmaynopodíaquitármelode

la cabeza. Yo ya temía esa respuesta, y por esemotivonome atrevía ahacerlapregunta.

«Pueshazlo»,mehadichoJavier.«Pero yo quiero estar contigo y no otros seis meses separados,

viéndonosaratos.»«TengoquevolveraMelilla.»«Irécontigo.»«¡No!»«¿Porqué?»«Porqueespeligroso…yaburrido.Esaeslaparadojadelaguerra.El

combate, los francotiradores, las emboscadas… Es muy peligroso eimpredecible.Perolavidaenlabaseesaburridaytediosa.Ymuysuciayllena demosquitos. Y no quiero obligarte a ir a ese lugar espantoso, aponer en peligro tu vida, para que te canses esperando por mí en unbarracóninfectotansoloparaquenospodamosverunaspocashorasalasemana,oalmes.Esaeslarealidaddemismisiones:partimosdeZeluán,pero a veces acabamos en Tetuán, en la zona francesa o en algúnaeródromo provisional. Puedo pasarme semanas fuera y no me veríasmuchomásqueaquí.»

«¿Yquépodemoshacer?»«Alaguerranolequedamucho.Seluchaendosfrentes.Eneloeste,

desdeCeuta y Tetuán, contraAl-Raisuli, que se refugia enYebala. Y aleste, desde Melilla, contra Abd el-Krim, cuyo cuartel general está enAlhucemas,ynuestrastropasyaestánamediocamino.Enmenosdeunañosehabráacabadoytendrésuficienteshorasdevueloyméritosparaascenderacapitán.Entoncespodréelegirundestinomás interesante,ytendrémejoresaposentosymástiempoparamí…yparati.Ytúyaserías

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unadamaenfermeradeprimera,conloquepodríasayudarencualquierlado...Peroparaquesehagarealidad,aúntenemosqueesperar.»

Mi expresión le ha debido de resultar muy triste, porque me hatomadodelabarbilla,mehahechomirarlo,mehapasadoundedoporlamejilla,comosimelimpiaseunalágrima,ymehadichocondulzura:

«Ambos necesitamos tiempo y lo necesitamos a la vez, es como siestuviésemosacompasados,ynoesmalo.—Mehabesado—.Eldestinoquierequeestemosjuntos,yquenorenunciemosanadaparaello».

Cuando he regresado a casa,mi familia se ha sorprendido pormidecisióndecontinuarelcurso.YaúnmásporelapoyodeJavier,quehadichoqueesperaríapormíporquemerecíalapena.Creoquenoshemosganadoamispadres.Solomihermanaparecíapococonvencida.

«¿Aquévinoesacara?»,lehepreguntadodespués.«¿Quécara?»,harespondidohaciéndoselaloca.«Teconozco,Ana,eslamismacaraqueleponesamadrecuandote

estádiciendoalgoconloquenoestásdeacuerdoynoquieresdiscutir.»«Eslodesiempre,Laura;hayalgoenJavierquenomegusta.»«¿Yquées?»«Aunquepiensesquesoyunaespeciedemonjadeclausura,también

frecuentocafésyteatros,últimamentemásquetú,yJaviernoesquegocedeunagranfamaenellos.Esunconquistadorempedernido.»

«Loera.Hacambiadoylohahechopormí—lehedichofuriosa—,yahoravaaesperarmemientrasacaboelcurso.¡Mequiereymerespeta,yestáscelosadequeningúnhombrehayahechoalgoasíporti!»

Amihermanalehadebidodedoleresecomentario,porquesehaidosindecirmenadamás.Mejor,nomeapetecehablarconella.

Si he de ser completamente sincera, querido diario, hoy esperabaacostarmeconunanillodepedidaenmidedo.Peronoestoytriste.LaspalabrasdeJaviermehanhechosaberqueesemomentollegará,queenmenosdeunañoelcapitándeAviacióndonJavierAlonsoanunciarásucompromisoconladamaenfermeradeprimeradoñaLauradelaGasca.Ojalámicerebroseportebienymepermitasoñarconello.

29denoviembrede1920

Tehereleído,queridodiario,ymehedadocuentadequenacisteparaelodio, aunque eso ya ha quedado muy atrás y me has acompañadotambiénenlaalegría,ladudaylatristeza;yhashechodeespejodonde

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ordenarmispensamientoscuandoestosseamontonabancaóticosenmicabeza.Puesbien,estasemanahasidoopuestaalodioyaldesorden.Hasidomonótona,predecibleyportentosamentefeliz.Poresonohevueltoatuspáginas.LlegabaacasademasiadocansadaycontentapormispaseosconJavier.

HoyporlamañanahapartidohaciaMelilla,loquemehaamustiadoun poco. Por la tardeme he acercado al hospital para anotarme en laplanilla de prácticas. Si quiero hacer el curso, necesito completar loscincuenta días de prácticas. Inés y Avi, que ya estaban en ello, sealegraronmuchoalverme.Mehesentidomalpornohaberlescomentadonuncamisdudasnilocercaqueheestadodenoacompañarlas.Esteseráotro más de nuestros secretos, querido diario. Ya no solo serás elsumiderodemisodios,sinotambiéneldemispecadosyvergüenzas.

EnelhospitalhepreguntadopordonFrancisco.Unamonjamehadichoquelohabíavistoenelpabellóndecirugía,elAlfonsoXII.Cuandolo he encontrado, salía de un quirófano con el delantal y los guantesmanchadosde sangre.Parecíamuy abatido.Aunasí, seha alegradodeverme,yestaveznohatardadoenreconocermepeseairvestidadecalle.

«SeñoritaDelaGasca,esperoquesupresenciaaquísedebaaquehareconsideradosumarchaynoaquesehaolvidadoalgo.»

«Haréelcurso;ydebodarlelasgraciasporsureprimenda.Mehizopensar.»

Mehamiradoconmáspenaquealegría.«Sisigueporestecamino,quecreoqueesloquedebehacer,llegará

undíaenque,bienporcansanciooporunmaljuicio,cometeráunerror,yeseerror le costará lavidaaunpacienteque,deotromodo,quizá sehabría salvado. Todos le dirán que no es culpa suya, que hizo todo loposible, que gracias a usted esa persona tuvo una oportunidad y quehabríamuertodetodasformas…Peroensuinteriorsabráquenoesasí,que es usted quien ha fallado. Que usted ha matado a esa persona. Yentoncesmemaldeciráporhaberledadoesepequeñoimpulsoquefuemidiatriba. Hágalo, no se refrene en lo más mínimo. Cúlpeme por esasmuertesquehandevenirydescarguetodasufrustraciónenesemédicoque la empujó a una lucha en la que, al final, siempre se acabaperdiendo.»

«¿Cómofue?»,lehepreguntado.«Una hernia, no parecía complicada.Me confié y, no sé cómo, en

menosdeunminutoesamujer sehabíadesangrado.—Sehapuestoen

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pie—. Ahora debo cambiarme e ir a comunicarles el fallecimiento a sumaridoyasushijos.»

Seha ido sindecirmemás.Es curioso, pero el abatimientodedonFranciscomehacausadomásdesazónquelapartidadeJavier.

30denoviembrede1920

Hoymehevueltoaponereluniformededamaenfermera.Sigopensandoque no puede haber ropa menos favorecedora. Pero con él ya no mesientodisfrazada.Ynoséporqué,perosonríoalvermeasíenelespejo.

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11dediciembrede1920

HaceyamásdeunasemanaquemeheunidoaInésyAvienlasprácticascon pacientes y para nosotras no existen los festivos. Ni sábados nidomingos, ni siquiera la Inmaculada. Y tiene lógica: la enfermedad nodescansa.Yanosolo trabajamosconniñosymujeres,sinotambiénconhombres,tantoenelpabellóndemedicinacomoeneldecirugía.Alúnicoal queno vamos es al dequirófanos ypacientesdistinguidos, exclusivoparalasdeprimera,lasprofesionalesylasmonjas.

Amisdosamigasyaleshatocadoacompañarasumoribundo.Enelcaso de Inés fue un soldado que al principio parecía que se iba arecuperardelaamputacióndeunapierna,perocuyomuñónsegangrenó.Una gangrena de tipo gaseoso que empeoró rápido y de una formahorrible.Elsoldadodurópocoy,apesardelamorfina,susdoloresfueronespantosos. Según Inés, lo peor fue el olor de la gangrena y la cara depánicodelsoldado,quenoparódegritarquenoqueríamorirhastaque,finalmente,expiró.

«Es cierto, ¿sabéis? —nos dijo—, el lugar común ese de que lossoldados llamanasusmadresantesdemorir.Almenosconeste lo fue.Eramuy joven.Avecescasimeparecíaunniño.Fíjatequeentresdíassinafeitarleapenaslecreciólabarba.»

Esedía,porprimeravezdesdequelaconozco,Inésnosprivódesumaravillosasonrisa.

LodeAvi fueaúnpeor.Unaniñaque,peseaquedonFrancisco lecalculóunashorasdevida,tardótresdíasenmorir.TresdíasenlosqueAvi estuvo a su lado y apenas durmió. Cuando todo acabó, la pobre seechóa llorarde formadesconsolada,diciendoque loqueríadejaryquejamás querría tener hijos. Nos costó mucho tranquilizarla y hacer quevolviese.

El cuerpo de la niña también lo llevaron a la sala donde habíanpuestoeldeLeandro.Ladelosfantasmas,comolallamaInés.Unlugarporelque,ahora,lastresevitamospasar.Nosésiporaprensiónoporlosmalosrecuerdosquenostrae.

Enundespiste,ayerpaséporelcoro.Meparecióoírlacancioncilla,laquelasmonjasyenfermerasatribuyenalespíritudelaniñarubia.Nomeasusté,notantoporquenocreaenespíritus,sinoporquedeserciertasu existencia me darían más pena que miedo. A veces creo que los

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fantasmas sí existen, pero no están en hospitales y caseronesabandonados,sinoquecargamosconellosennuestrasalmas.

13dediciembrede1921

Mi padre, de paso que salía a votar, me ha acompañado al hospitalporqueleapetecíahablarconmigo.Decaminolehesoltado:

«EnEstadosUnidoslasmujeresyapuedenvotar,noestaríamalqueaquípasaselomismo».

Mehamiradoconsorpresa.«¿Esquetehasvueltosufragista?»NopodíacitaradoñaCarmen,perosísuspalabras:«No,perosipuedometerlasmanosenelcuerpodeunhombrepara

salvar su vida, ¿por qué no puedo meterlas en una urna para dar miopinión?».

«En la urna solo va la papeleta, y quienesmeten lamano son losamigosdehacerpucherazo.»

Peronofueronmisideassufragistasloquemáslehasorprendido.«¿Ydeverdadtienesquemeter lasmanosdentrodelcuerpodeun

hombre?»«Ydeunamujer…»La verdad es que es el médico quien lo hace, y solo las damas

enfermeras de primera pueden ayudarle, pero me ha encantado ver lacaradepasmodemipadre.

«Nolecuentesnadadeestoatumadre.Lodelvotolaescandalizaríaylodelasmanosleprovocaríaundesmayo.»

20dediciembrede1920

Mipadreestádemuymalhumorporque laselecciones lashanganadopor mayoría los conservadores de Eduardo Dato, que será el nuevopresidentedelGobierno.

«Tantolíoytreseleccionesparavolveralpuntoenqueestábamos—sehaquejado—,asíelpaísnovaaningúnlado;bueno,sí,aldesastre.»

Amimadreleponemuynerviosaverasíamipadre.Amí,creoqueyatelohedicho,queridodiario,mehacemuchagracia,aunquesigosin

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saber quién querría que ganase porque en las elecciones, pase lo quepase,siempreacabademalhumor.

25dediciembrede1920

LaNavidad había sido siempre una fecha para la familia, para nuestrafamilia,yaunqueséquemehabránechadodemenosdurantelacenaylacomida,lohanentendido.Hastamimadre,quepenséqueeraquienmáspegasibaaponer,sehaemocionadoconmidecisiónymehadichoqueesteeraelmejorregalonavideñoconelqueellapodríasoñar.

«Cuánto me alegro de haberte enviado a ese hospital y no aAlmendralejo—mehadicho,comosi la ideahubierasidoporcompletosuya—.Eresotra,unamejor.»

Tantainsistenciaenquesoyotra,laverdad,yameestácansando.Nohe cambiado tanto. Soy la misma, solo que ahora también hago otrascosas.

Hacedosdías,doñaCarmenpidióvoluntariasparairalhospitalenNochebuena y Navidad y pasar esas fechas con los niños. Inés fue laprimeraenofrecerse,luegoAviyluegoyo.Otrasseis,entreellasAlba,sesumaron.

Nosotrascenamosprimero,juntoalacocina,unmenúqueeratodounlujoparaunsitioasí:entremeses,corderoypasteles.Luegoayudamosalasmonjasaservirlacenaalosniños,quesealegrarondetenernosallíy disfrutaron con esas delicias que muchos de ellos jamás habíanprobado.Unade lasniñas,pecosaybajita,conunavozmuysimpática,dijoquehabíatenidosuertedeponersemalaesedíaporquejamáshabíacomidotanbienentodasuvida.Paraelañosiguienteyaplaneabacogeralgunaenfermedadparavolveraingresar…

TraslacenavinieronlascancionesyunoscuantosjuegosparahacertiempohastalaMisadelGallo.MesorprendióqueAlbatuviesetanbuenavoz.Nomecaebien,losiento,ynomepareceunabuenapersona,perocantademaravillayconlosniñosescariñosa;nopuedonegárselo.

Casi todos los pequeños, menos un par que tenían fiebre y sequedaron con Alba, que parecía haberlos hechizado con su voz, fueronconnosotrasalcorodelaiglesiaparaoírlamisa.MiréaInésyaAvi,paraver si tenían miedo de estar allí, pero rodeadas por los niños, lasenfermerasylasmonjasnoparecíanpensarenello.

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Tras la misa tocaba dormir, pero los niños nos pidieron máscancionesy juegosyhasta lasdoso lastresde lamadrugadaestuvimoshaciéndolescompañía.Eratantardequenosacomodamosencolchoneseneltúnel,juntoalascocinas,yallídormimosunaspocashoras.

Esta mañana, tras las revisiones y curas de la mañana, hemosrepetidolafiestaenlacomidaynohemosconseguidosalirdeallíhastabienentradalanoche,cuandoelúltimoniñosehadormido.

En casa, mis padres aún me esperaban. Mi madre ha vuelto arepetirme lo orgullosa que está de mí y mi padre, por cómo me hamirado,nohanecesitadodecirlo.

Mañana es domingo; descansaré y lo pasaré conmis padres, se lodebo.Yellunes,acontinuarconlasprácticas.

31dediciembrede1920

Por fin he completado los días de prácticas queme faltaban. El nuevocurso comenzará el lunes siguiente a Epifanía, el 10 de enero. Unascuantascompañeras,Avi,InésyyonoshemosdespedidodelañoconunapequeñameriendaenelChumbica.

PorprimeravezmispadresnomeobliganaacompañarlosalbailedeNocheviejadelCasinoy,aunquenoestáJavier,oquizágraciasaello,mehan permitido ir conmi hermana y sus amigas a una fiesta donde nohabrá padres o, al menos, no los míos. Por primera vez parece queformarépartede«losadultos».

1deenerode1921

DespuésdelacenafuimosalaPuertadelSolatomarlasdoceuvasyvercomoelrelojdelaCasadeCorreosdabalasdocecampanadasymarcabaasíelpasode1920a1921.Les insistimosanuestrospadresenquenosacompañasen, pero mi madre dijo que no le hacen gracia estas cosasmodernasqueenseguidapasarándemoda,yamipadreleaterrólaideadeverseenmediodeesamultitud.Yllevarazón.LaPuertadelSolestabaa rebosar. Tomamos las uvas al compás de las campanadas y luegobrindamosconunascopasquehabíatraídounamigodemihermana.Lagente pareció volverse loca de alegría y se abrazaron y se desearonfelicidadtantoaconocidoscomoadesconocidos.Melopasémuybien.

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Y es que resulta que mi hermana no es tan aburrida como yopensaba.Susamigassondivertidasylosjóvenesqueibanconellas,muyatentos, y alguno bastante guapo.Uno de ellos, Claudio, trataba a Anaconespecialdeferenciay cortesía, y tambiénnotéamihermanamuyagustoconél.

Aprovechéelprimermomentoasolasconellaparahacérselosaber:«CreoqueClaudioestáenamoradodeti,yparecequeoslleváisbien

yélmehagustadomucho,parati,quierodecir.Asíqueyasabes…».Mihermanaserio.«¿Quépasa?»«Queseamásdiscretaquetú—merespondió—noquieredecirque

notengamipropiavida.Claudioyyollevamosviéndonosochomeses;encuantopasenlasfiestas,vendráporcasaapedirelpermisodepadreparacortejarme;entoncesloharemospúblico.»

Pasamoselrestodelanocheenelbaileyelcieloyaclareabacuandohemossalidoalacalle.Creíaqueregresaríamosacasa,peromihermanahadichoqueantesiríamosatomarunchocolateconchurrosalcafédelHotelRegina.MehepuestomuynerviosayhecomenzadoadecirlesqueaeselugaribandetertuliaValle-Inclán,Unamuno,RomerodeTorresymuchosotrosartistaseintelectuales,yquequizáveríamosaalguno,peromihermanamehacortadonadamásempezar:

«Laura,noseaspesadaysolodisfrutadelchocolateconchurros…».Yahabíaamanecidocuandohemossalido.EnelcercanoCaféColón

seoíamúsicadeviolínyloscanturreosdealgunosclientes.Elsolrojodela mañana se reflejaba en las ventanas de la Gran Vía. El tranvía secruzaba con coches de caballos y vehículos a motor, todos llenos depersonas, comonosotras, inusualmenteelegantesparaesahora.Estabamuycansada,peromedabaigualy lomirabatodoconembeleso.Melohabíapasadomuybienymesentíafeliz…hastaquemehecruzadoconun grupo de amigas a las que no veía desdemi entrada en las DamasEnfermeras.

Hasidoextrañosaberdeellasydecómolesiba.Unasehacasadoyotrasestányaprometidas.LeshasorprendidoqueestuvieseestudiandoEnfermeríayalgunamehahechoelmismocomentarioqueyo lehabíahechoamimadre,quesinoeraparamonjas.Otra,queporcómohablabay se tambaleabahabía bebidomásde lo aconsejableparauna señorita,inclusomásdeloaconsejableparaunhombrede150kilos,sehaburladodemí.

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«Pero ¿cómo te has metido en eso? Ahí solo van las que estándesesperadasporecharseunnoviomédico…Y losquemerecen lapenasonlosingenieros.»

Solo ella se ha reído de su impertinencia. Yo, que también habíabebidounpocoyyadenaturaltengolalenguasuelta,lehedichoquenotenía ese problema, que estaba allí porque quería y que Javier, a suregreso…

«¿Tuaviadorcito?—meha interrumpido—.Perosiesehace tiempoquevoló,asaberdóndeestáyconquién.»

Lasdemássehanazaradoylahantomadodelbrazoparaalejarladeallímientrassedespedían.

Nosésihasidolahora,elalcoholoelcansancio,peromihumorseha desplomado por culpa de ese estúpido comentario. Mi hermana haintentado quitarle hierro. Pero yo prefería oír a mis miedos einseguridades.«Losniñosy losborrachos siempredicen laverdad»,hedichotirandodeesetópicotangastado.

«Losborrachossolodicentonterías—harespondidomihermanaalmomento—.Ytú,deniña,mentíascomounabellaca.¿Oesqueyanoteacuerdas?»

«Tútampocotequedabascorta»,lehedichoriendo.Hoymihermanasemereceunaplauso.No ha pasado más de un año desde la última vez que estuve con

aquellas amigas, pero me pareció que nos separaba una década. Y sihubieraquemedirloenespacio,uncontinente.

Enunasemanaypocomáscomienzaelnuevocurso.Ojaláempezasemañana.

9deenerode1921

ClaudiohavenidoporcasaapedirlamanodeAna.Sehasabidomanejarmuy bien y, desde hoy, mi hermana está formalmente comprometida.Parecenmuyfelices.NohepodidoevitarpensarenJavierymehepuestounpocotriste.Peroenseguidaheespabiladoelhumor.Mihermanaselomerece.Essudía.

Mañanaseráelmío:regresoalhospital.

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10deenerode1921

Estaveznohahabidoformalidadesdeningúntipo.Todassabíamoseldíaqueteníamosqueestarallíyhemosasistidocomoquienvaundíamásaclase, con nuestros uniformes y nuestros cuadernos. Dos de nuestrascompañeras, una de ellas la que vimos besándose con un médico, noestabanynoharánel curso.Y, comoerade suponer, estánprometidasconmédicosalosqueconocieronduranteelprimercursoysusprácticas.Corroborarqueeseerasuobjetivomedecepcionayenoja.Séquenoesjusto,porqueyonomeanimépormejoresmotivosyapuntoheestadodedejarloparairmeconJavier…Aunasí,nopuedoevitarestarmolestaconesas compañeras. Lo sé, querido diario, puedo parecer una hipócrita yquemecontradigo,pero, comodiría elbuenodeWaltWhitmanenesehermoso y grandilocuente verso: será que soy inmensa y que contengomultitudes.

LopeoresqueAlbanoesunadeesascompañerasqueseva.Otrosseismesesaguantándola.

DonFrancisco,antesdeentrar,mehapedidoqueloacompañaseunmomento al despacho. Me ha mirado muy seriamente y, para misorpresa,hadicho:

«Megustaríaquedejaseestecurso,señoritaDelaGasca».Mehequedadoheladayhetardadounmomentoenreaccionar:«Perosiustedmismoinsistióenqueviniese…»«Losé,perolohepensadomejor.»«¿Porqué?—hepreguntadocasitartamudeando—.¿Quéhehecho?»«Noes loquehahecho, sino loque le convienehacer.El cursode

enfermeras profesionales, que no se da aquí, ya ha comenzado, peropuedo hacer que la admitan. Son tres años y saldrá mucho mejorpreparada.»

Entonces loheentendido.Séquedeberíahabérmelo tomadocomounhalago,unsignodequedonFranciscoconfíaenmíysepreocupapormifuturo,peroesoharíadescarrilarporcompletomisplanesconJavier,apartedequemesepararíadeInésyAvi.

«¿Quierequemetitule?»«Bueno,titularse,loquesedicetitularse,no...,porquenoexistetal

título.»«¿Y las enfermeras profesionales y sor…?», iba a decir «sor

Titulada»delantededonFrancisco.Hesentidovergüenza,peroélsehareído.

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«Todos llamamos sor Titulada a la hermana Asunción; de hecho,creoquelaideasaliódeunodelosdoctores.DeSerrada,puedeser...Lallamamos así porque hizo el mismo curso que las enfermerasprofesionales.Un curso que las prepara para esa labor, pero que no esrecompensadoporuntítulooficial,comoeldeotrosestudiossuperiores.Y el suyo no deja de ser un papel simbólico, solo con validez interna.DoñaCarmen,muchasotrasenfermerasymédicos,yyomismo,estamosluchandoparaqueselesconcedauntítulooficialyreconocido…Y,porloque sé, de aquí a dos o tres años será una realidad. Yme gustaría queustedfueseunadeesasprimerastituladas.»

«Seloagradezco,peroantesquierofinalizarestecurso.Yleprometoquedespuésmelopensaré.»

«Comoustedprefiera.Yyaquevaaquedarse,lepidoquemantengaestaconversaciónensecreto.»

Heasentidoyasílohehechoytengointencióndeseguirhaciéndolo.Solotú,queridodiario,erespartícipedeesenuevosecreto.

Devueltaenclase,InésyAvimehanpreguntadoquéqueríanuestroprofesor y yo les he puesto la excusa que el propio don Francisco mehabíaproporcionado:

«Queríaenseñarmeunosartículossobreeltifus».DonFranciscoha entradoal poco,noshadado elnuevomanual y

nos ha dicho que este año solo impartiría los tres primeros temas, losdedicados a las epidemias y las enfermedades infecciosas, algo que yadeberíamosconocerporlasprácticasyelbrotedetifusexantemáticoqueevitamosquesepropagara.Trasesostemas,doñaCarmennosdaráunocentradoenlosprotocolosdeconductadelasenfermerasenlaconsultayel quirófano. El resto, dedicados a los sistemas internos del cuerpohumano(digestivo,circulatorioynervioso)ya lacirugíayel trabajoenquirófanos,puestosdesocorroybuquesytreneshospitales,seráncosadedonVíctorManuelNogueras.Y,sinmás,hacomenzadosuexplicación.

Soloheechadounvistazosuperficialalmanualymeparecemuchomásinteresanteydensoqueeldelcursopasado.Tambiénhevistoque,pese a ello, hay varios temas que apenas trata por encima y que meresultande lomás interesantes.Séquesihubieseaceptado laofertadedonFrancisco,elmaterialseríamáscompletoyriguroso,pero¿paraquéhacerlosipuedoseguirvisitandolabiblioteca?

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13defebrerode1921

Miprolongadaausenciadetuspáginas,queridodiario,yatedebeindicarloocupadaqueestoyconlosestudios.Tras lasclases, lacomida;tras lacomida,lasprácticas;traslasprácticas,labiblioteca,ytraslabiblioteca,cuandoInésyAvisoncapacesdearrancarmedeallí,nossentamosenlaterrazadelChumbica,ymientrastomamosunrecueloconpicos,quetanbien viene para el frío, seguimos hablando de parásitos, vectores,portadores,profilaxiseinfecciones.Llegoacasatantardequemispadresyahanrenunciadoapedirmeexplicaciones;lacenameespera,fría,enunrincóndelcomedor,donde ladespachoaúnconeluniformeymientrasleoalgúnlibrodemedicina.Duermoseishorasyvueltaaempezar.Y,trasestaslíneas,hoyapenasdormiréesetiempo.

Mi padreme ha contado que han nombrado un nuevo general enMelilla,Manuel Fernández Silvestre, y quepronto retomará la ofensivaparallegaraAlhucemasyacabarconlaguerra.Ojalálohagaenseguida,porqueacortaríamiesperaydevolveríaaJavieramilado.

Enel fondobendigotodosnuestrostrabajosyapuros,quetanbienalejandemicabezaestaespera.

1demarzode1921

Hoy perderé un poco de sueño porque la ocasión se merece que laconozcas y que yo, pasado el tiempo, la pueda recordar al volver a tuslíneas,aunquedudoquemellegueaolvidardeella.

Unade lasprincipalesdiferencias entre la ciencia y la literatura esque la segunda adora los sinónimos y la ambigüedad, y la primera losevita.Enciencia,unapalabradebesignificarunacosaysoloesacosa,ycadacosadebetenerunnombreyningunomásy,aunquenosiempreseaasí, es lo más deseable por unmotivo: la precisión. Y me encantan lafrialdad y seriedad con que se deben tratar esas palabras aun cuandotoquen temas que socialmente resultan escabrosos omoralmente pocoaceptables. En ciencia, lamojigatería se aplaca con rigor y formalidad.Así, en un libro de medicina, puedes encontrar palabras como «pene,testículos, glande, vagina, clítoris, labios mayores y menores, senos,pezón, coito,penetración»ymuchasmás,queen lamayorpartede losdemás libros son evitadas o acometidas con eufemismos ymetáforas lamayorpartedelasvecesabsurdos,comolatonteríaesadellamarle«flor»

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al himen.Y cuando esaspalabras sonnombradas, nohay lugarpara elsonrojo, las miradas desviadas o las risitas. Ese es su nombre y asídebemosreferirnosaellas.

AlgoasínoshabíadichodonFrancisco,perohadadoigual.Muchasse ponen muy nerviosas al abordar esos conceptos que, en algunosservicios, como la ginecología, la urología y la obstetricia, sonfundamentales.Enconcreto,Albaestabahoymuy incómodaycadavezquesecitabanciertaspalabrasseponíacolorada.Comoelmanual,quepeca de pacato, trata esos temas un poco a la ligera, no he parado depreguntar a don Francisco, que respondía con la misma frialdad yseriedadqueyousaba.PeroAlbayalgunasotrasestabancadavezmásymás alteradas. Puedes figurarte, querido diario, lo mucho que me hedivertido.

«Si se diera el caso —he preguntado— de que cuando estamostratandounaheridaenlazonainguinal,elpenedelpacienteentraseenerección,¿quéhacemos?»

AdonFrancisco lehaextrañadounpoco lapregunta.Albaparecíaque se iba a atragantar con su propio aliento y su piel tan pálida hacomenzadoainflamarse.

«No creo que algo así pueda ocurrir, señorita De la Gasca; unenfermoounheridonosuelenestarparaesas…alegrías.»

«Pero¿siocurriese?¿Comounreflejo?»«Lo primero, no escandalizarse ni ponerse nerviosas o mostrar

sorpresaoenojo;tratarelasuntocomounareacciónmásdelcuerpo.Y,sino,puedeprobaradarleunpellizco…»

«¿Pellizcarleel…?»,hepuntualizadomuyextrañada.«¡No, por Dios, señorita! —me ha interrumpido don Francisco—,

pellizcarleenelmuslooenelabdomen,comosifuesepartedelacuraoelexamen.»

Alba estaba tan colorada que parecía que iba a comenzar a arder.Con nuestras ropas blancas, al sentarse en la primera fila, parecía elfarolillo de un burdel.Meha costado aguantar la risa. Al salir del auladonFranciscosemehaacercado.

«En su día, yo dejé en paz a sus amigas; deje en paz a la señoritaTorres,tambiénesunabuenaalumna;delasmejores,malquelepese.»

«Silohagoporsubien.¿Ysialgúndíalepasasealgoasí?»«Puesenesecasotendríanunadivertidaanécdotaquecontar,pero

yaledigoquenoesprobable.Lavergüenzayeldolorsuelenfacilitarlesesetrabajo.»

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InésyAvi,quetambiénsehabíanpuestounpococoloradascontodoeseasunto,sondelamismaopinión.YaeshoradedejaraAlbaenpaz.Inés dice que le da pena, que la pobre lo estará pasando fatal. No sepuede ser tan buena, Inés; déjamedisfrutar de esta pequeña jugarreta.Además,estaeslaúltimasemanaenquedonFrancisconosdaráclase.Ynocreoqueotrome tolereestaspequeñas travesuras.Cuánto loecharédemenos…

4demarzode1921

Hoyha sido el últimodíadedonFrancisco comonuestroprofesor.Haacabadolalección,noshapreguntadosihabíadudasynoshainvitadoavisitarloensudespachosialgunaveznossurgían.

«El lunes comenzaréis con doña Carmen Angoloti», ha sido suúltimafrasetrasquincelecciones.Harecogidosuslibroseibaairseasí,sinmás,dejándonosallísolasconPaquito.

Noséporqué lohehecho,supongoqueporquehepensadoquesemerecíaalgomás,perohedadounapalmada.Todassehanquedadounpocosorprendidas.DonFrancisco,queyaestabaapuntodesalirpor lapuerta, se ha detenido y se ha dado la vuelta para ver quién lo habíahecho.Entonceshedadootrapalmada,yotra,yvariascompañerashanido uniéndose hasta que aquello por fin ha sonado comoun verdaderoaplauso.DonFranciscohamurmurado«Gracias»y,aunquehaintentadodisimularlo,sehaemocionado.

7demarzode1921

Doña Carmen ha comenzado con el tema cuarto: la conducta de unaenfermeradurantelavisitamédica.Nosemepuedeocurriruntemamásaburrido, pero ella ha sabido contarlo de forma amena, con muchasanécdotas. Creo que nos hemos pasado lamitad de la clase riéndonos.Sueleserunamujermuyseriayqueimpone,perocuandoquierepuedesermuydivertida.

Despuésde comernoshan llevadohastaun cuartucho en el túnel,bajo el dispensario del pabellón administrativo. Ante un altísimo yenormeestantellenodebotescontodotipodesustanciasetiquetadasenlatín,nosesperabaunamonjabastanteentradaencarnesyaños.Entre

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ellaynosotrashabíaunagranmesademaderaqueparecíaunmostradory que le daba al lugar el aspecto de una botica subterránea. Aunqueparecíaqueaquellamonjaeralatípicaquesequedadormidarezandoelrosario en la capilla, ha resultado ser toda una autoridad en venenos,drogasyquímica.

Consusmanosgordezuelas,comosi fueseunbebésuperlativo,noshaidoenseñandotodoloqueteníaporallí:sulfatos,metales,extractosdeplantas y flores, amoníacos, sales, ácidos, quinina, elixir paregórico(elaboradoconopioyalcohol alcanforadode46grados),morfina, éter,fenol,protóxidodenitrógeno…Y,porfin,suorgullo,lajoyadelacorona:un frasquito de color negromarcado con todas las señales de peligro ymuertequedebedeconocerelserhumano.

«Toxinabotulínica—hadichoconunasonrisacándida—.LaproduceunabacteriallamadaClostridiumbotulinumyeselvenenomáspoderosoque existe; se calcula que menos de una millonésima de gramo yabastaríaparamataraunapersona.Yconunasolagotapodríamosmataraunmillónderatasdelaboratorio.»

Su rostro se ha iluminado como si nos estuviese hablando de loslogrosdeunamado.

¿Estoymuylocaporhabermeemocionadounpoco?Telopreguntoati,queridodiario,porqueséquenomevasaresponder.

Lahebautizadocomo«sorBerzelius»,porunode lospadresde laQuímicamoderna.Nosésieselmásimportante,peroeselquetieneelnombremásdivertido.Todasmiscompañerashanadoptadoelapodo.

LomásentretenidohavenidocuandosorBerzeliusnoshaenseñadoahacerpastillas.

«Es como hacer galletas para liliputienses —ha explicado—,pasteleríaenminiatura.»

Conunabásculadeprecisión,muypequeñaydelicada,sepesanlosprincipios activos y el excipiente, que es como una harina. Luego seamasatodo,peroconguantesylaspuntasdelosdedos,comosidehacerunminúsculopanecillosetratase.Conlapastasehaceuncilindromuyalargadoque,conunaguillotina,sevacortandoendiminutosdiscos:laspastillas,queyasedejansecar.Elamasado,corteysecadosehacenconun pequeño rodillo sobre un aparato de metal, el pildorero, poco másgrandequeunatabladecortar,llenodesurcosquefacilitanlalabor.

Como sor Berzelius nos ha dicho, aquello parecía un juego depanaderíaparaniñas,soloquelohacemosconvenenosysustanciasque,enundescuido,podríanmatarnosatodas.

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«Mañana—haanunciado—pasaremosa lossupositoriosyenemas;esosíqueesdivertido.»

Meencantaesamonja.En el plan figura que también aprenderemos a hacer preparados y

soluciones,tantocurativasysedantescomoladefenol,paradesinfectarypreparar elmaterial quirúrgico. Nos llevará el resto del curso y, segúnella, podría llevarnos el resto de nuestras vidas, pues las mezclas yposibilidadessoninfinitas.

El punto final será el éter con el que se duerme a los pacientes decirugíadurantelaoperación.

«Sevadejandocaer,gotitaagotita,sobreunatelaenunamáscaraquecubreelrostrodelpaciente:lamáscaradeanestesia.Esmitadcienciaymitadarte.Silohacéisbien,elpacientenosufrirá;silohacéismal,lomataréis.»

Esa tarea suelen hacerla las enfermeras profesionales, pero sorBerzeliusnodescartaquealgunadenosotras,sidemuestrasucalidadylascircunstanciaslorequieren,puedallegarahacerloalgúndía.

Nadamásacabaresaclaseheidocorriendoalabibliotecaacogerunpardelibrosdefarmacologíaqueyahevenidohojeandoeneltranvía.

8demarzode1921

Eldíacomienzaoficialmentecuandoelrelojdalasdocecampanadasquesepultan el día anterior. Ya ha agotado casi una tercera parte de surecorridocuandoDoroteamehavenidoadespertaryhacomenzado«midía».Perohoy, el díade verdad, el que todos recordaremos el restodenuestras vidas, ha comenzado a las ocho de la tarde, cuando apenasquedabancuatrohorasparaqueexpirase.

El sol se acababa de poner y, ya de regreso del hospital, estabaapoyadaenunadelasventanillasdeltranvía.Pasábamosporlaplazadela Independencia, junto a la Puerta de Alcalá, y el cielo enrojecía calleabajo,sobrelosedificiosquerodeanlaCibeles.

«Madre mía, mirad qué cargada va esa moto.» Inés me hadespertado demi letargo contemplativo. Avi y yo hemosmirado haciadonde nos indicaba. La moto estaba bastante lejos, al otro lado de laplaza, y llevaba un sidecar. Tres hombres se encaramaban sobre ella.Uno, corpulento, conpelliza oscura, boina y gafas, almanillar.Otro, al

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quenohepodidoverbien,enelsidecar.Yentreesteylamoto,unoaltoydelgado,decabellorubio.

La moto ha acelerado. Ha rebasado a un tranvía que venía endireccióncontrariaa lanuestraysehaacercadoauncocheoscuroconcapotaque sehabíadetenidoparadejarnospasar.Lo recuerdoahora yme estremezco, pero en elmomento ha sido tan rápido que nome hedado cuenta de lo que estaba ocurriendo hasta oír el cuarto o quintodisparo.

Elhombredelsidecaryel rubioque ibaasu ladohansacadocadaunodospistolas y handisparado contra la parte traseradel coche.Losgritos, carreras y frenazos enseguida se han mezclado con lasdetonaciones.Lasúnicasqueyohabíaoídohastaentonceseranlassalvasde fogueo que uno de los músicos del cine Doré hacía sonar paraacompañarlostiroteosdelapantalla.Peroestoshansidomuydiferentes,comoexplosionesquesesucedíanmuydeprisa,unatrasotra,yparecíannoacabar.

AvisehaagachadoeInéshatiradodemíparaquehicieralomismo.Eltranvíahafrenadodegolpey,aligualquemuchosdelosviajeros,noshemoscaídoalsuelo.Cuandomehelevantadoyhevueltoamirarporlaventanilla,todoslosvehículosylaspersonasqueantesllenabanlaplazasehabíanapartadodelcochetiroteado,ylamotoconsustrestripulantesse alejaba por la calle Serrano. El silencio, por un momento, me haparecido absoluto. He vuelto a oír el ruido de la moto, y el del cochetiroteado, que aceleraba para alejarse de allí calle Alcalá arriba. Hapasadomuycercadenosotros;delanteibandoshombres:unoalvolanteyotroquese inclinabasobreelasientodeatrásparaatenderaltercero,queestabacubiertodesangre.Enesemomentonohesabidoquiénera.

Entonces he empezado a fijarme en la gente de la plaza. Habíamujeresyhombrescaídosporlasacerasyentrelosvehículos,yunpardecaballos desbocados trotaban de un lado a otro asustados. No sabía siesas personas estaban en el suelo por miedo a los disparos o porqueestabanheridas.Unaseñora,dentrodeltranvía,hallamadomiatención.

«Señorita,porfavor.—Sangrabaporlafrente—.Ayuda.»Soloentoncesmehedadocuentadequeíbamosvestidasdedamas

enfermeras.Seguroqueenseguida laplazase llenaríadeambulanciasymédicos para atender a los heridos.Mientras, estábamosnosotras tres.No sabía si podríamos hacer mucho sinmedios ni instrumental, pero,como diría doña Carmen Angoloti, nuestramisión es llevar esperanza,hacerlesverquenoestabansolosyquelaayudaestabaencamino.

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Meheagachadojuntoalaseñorayhevistoquesehabíagolpeadoenla frente al caer. Era un rasguño superficial y ha reaccionadocorrectamentesiguiendoelmovimientodemidedoconlavista;noteníadolordecabeza,nisangreenlosojos,ninadaqueindicaseungolpedegravedad, pero estabamuy asustada. Le he pedido un pañuelo, que hasacado de su bolso, y le he recomendado que permaneciese recostadamientrasseloapretabacontralapequeñaherida.

InésyAvimehanimitadoyhanatendidoeintentadotranquilizaralos que se habían golpeado por el frenazo del tranvía. En cuanto hepodido,meheapeado.

Eltráficoestabaparadoyunpardehombressehabíanencargadodetranquilizaraloscaballos.Mehequedadoplantadaallíenmedio,coneluniforme,mirandoalrededor.Enseguidavariaspersonasmehanllamadoa su lado. He ido corriendo de una a otra. Tenían pequeños golpes osufrían ataques de nervios. El más grave había sido golpeado por uncocheyteníaunbrazorotoqueheconseguidoinmovilizarconayudadeunchóferquemehadejadounostraposyunabarrametálica.InésyAvitambién se han apeado en busca de otros heridos y de personasasustadas.

Estaba acabando de inmovilizar ese brazo cuando ha llegadocorriendounaniña.

«¡Señorita,mimadreestásangrandomucho!»,hadichollorando.El chóferme ha dicho que fuese con ella, que él se hacía cargo de

aquelhombre.La niñame ha llevado hacia la esquina del parque del Retiro. Un

grupodepersonassehabíaarremolinadoentornoaunamujercaídaenelsuelobocaarriba.

«Porfavor,apártense»,leshepedido;laestabanahogando.«Madre,estaseñoritalavaacurar—lehadicholaniñayluegome

hamirado—.Porfavor,nodejequemimamásemuera.»Tenía una herida en el pecho, cerca de su hombro izquierdo, y el

sueloestaballenodesangre.Leheapartadounpocolaropayheusadomimandil para limpiar laherida.Así he visto el agujerode entradadeunabala. Por la cantidadde sangre que parecía salir de su espalda, hesupuestoquelabalahabíapodidoatravesarla.

Sinmoverla,hepalpadosuespaldaycomprobadoqueasíera.Mehequitado la cofia para comprimirla contra la herida, esperando que seredujeseelsangrado.

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Enesemomentomehedadocuentadeque lamujerapenaspodíarespirarehinchabamuchoelpecho.Lomásprobableeraquetuvieseaireenlacavidadpleural.Habíaquesacárseloopodríamorirasfixiada.Enelhospital tenemos jeringas con agujas gruesas que se clavan entre lascostillasypermitensalireseexcesodeaire.Allínoteníanadaasí.

«¡Hagaalgo!»,hagritadolaniña.Y lomismomegritabaamímismaenmi interior:hazalgo,Laura,

porDios,hazalgo.Hemiradoamialrededor,preguntándomequépodíausar,quépodríallevaralgunadeaquellaspersonasquemefueraútil.Mismanostemblaban.Estabanempapadasdesangre,igualquemiropa.Laniña,alvermenerviosa,hacomenzadoagritar.

«¡Hagaalgo,nodejequesemuera!»Peronosabíaquéhacer.Mefaltabaelaireysentíquememareaba.

Yanimesalían laspalabrasyestabaparalizada.Aquellamujerse ibaamoriryyoibaadesmayarmesobreella.

Entonceslagentesehaapartadoyunhombreconunmaletínsehaagachadoamilado.

«¿Esustedprofesional?»,mehapreguntadodesabrido.Mehe limitadoamirarlo, asustada, ynohe sido capaz siquierade

responderaesasencillapregunta.«¿Porquéllevaelcabellosuelto?»,hainsistido.Niheatinadoadecirlequeaquellamujer teníaunaheridadebala

consalidaenlaparteposterioryqueseestabaasfixiandoporculpadeunneumotórax. Al ver que la situación me superaba, el médico me haapartadoconbrusquedad.

«¡Esto no es un juego, apártese! —me ha gritado, y a los que nosrodeaban—:¡Llévenseladeaquí!»

Unpardehombresmehanagarradoporlosbrazosparalevantarmey me han llevado hasta un banco cercano. Uno me ha preguntado sinecesitabasales,queselaspodíapediraldoctorqueacababadellegar.

«No,estoybien»,heacertadoadecir.Eramentira.Noestabaheridanimeibaapasarnada,peronoestaba

bien.Temblabay todomedabavueltas.Nopor la sangre,queyahabíavistobastanteenelhospital,sinoporquelehabíafalladoaaquellaniña,asumadreyatodalaprofesiónmédica.Denohaberllegadoesedoctor,lamujerhabríamuerto,yhabríamuertopormiculpa.Laniñamemirabadelejos,entrelagentequeaúnrodeabaasumadreyaldoctor,yensusojoshabíaunaenormedecepción.

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Nosécuántotiempoheestadoasí.Vicómollegabaunaambulanciaysubíanalamujer,consuhijayeldoctor.Vicómosemarchaban.Ycómoibanllegandomásmédicosy,ahorasí,enfermerasdeverdad…

La plaza ya se había llenado de policías que dispersaban a loscuriososyhacíancircularel tráficocuandoInésyAvihanvenidohastamí,impolutasyorgullosasporhaberresultadodeutilidad.

«¿Quétehapasado?¿Estásbien?»,mehanpreguntadocuandomehanvistomanchadadesangre.

Lesheindicadoquenoconlacabezayhedejadoquemeabrazasen.Mehan ayudado a serenarme y luegomehan acompañado a casa,

donde al ver mi uniforme manchado de sangre se han alarmado. Leshemoscontadoelsucesoyquenoshabíamosquedadoaayudar.Noleshecontado mi vergonzoso fracaso y he conseguido aguantar sin que menotasennada.MimadrelehapedidoaDoroteaqueseencargasedemisropasyellahallamadoporteléfonoalamodistaparaencargarotracofia.Mi padre también ha llamado a las casas de Avi y de Inés paratranquilizar a sus padres y luego nos ha explicado que ha sido unatentado.Mehaparecidocuriosoqueél,quenosehabíamovidodecasa,supiesemássobreloquenosotrashabíamosvividoinsitu.

«Portela,elquetrabajaenLaVoz—hacontado,enreferenciaaunodeesosamigosconlosquesereúnecadadossemanas—,vinoacenaracasa.Lohan llamadoharámediahoraparaquevolviesea laredacción.Unospistoleroshabíandisparado contra el presidente en laplazade laIndependencia. Se puso furioso, no porque simpatice con Dato, sinoporquenose cometeunatentadopor la tardeaúltimahora.Esoesnorespetaralostrabajadores.»

Nomepareciómuy correctoquemipadre y suamigoPortela,pormuy contrarios que sean alGobierno, haganbromas conun intentodeasesinato.Ya laschanzashanseguido lascábalas.Mipadrepiensaqueserá cosa de los anarquistas, que estánmuy revueltos desde que DatonombróaSeverianoMartínezAnidogobernadormilitardeBarcelona.

«Nada bueno puede esperarse de un militar de El Ferrol —hacomentado. Según él, la represión de ese militar contra anarquistas ydemás movimientos obreros en Barcelona es brutal y es lo que habráprovocadoelatentado—.Vanaserlosanarquistas,yaveréis.»

Inés y Avi han cenado en casa y se han quedado hasta que hanvenido sus padres a buscarlas. Luego me he acostado, pero no podíadormir.He bajado a beber un poco de leche yme he encontrado ami

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padre juntoal teléfonoleyendo.MehacontadoquesuamigoPortela lollamabadevezencuandoparacontarlelasúltimasnovedades.

«Dato hamuerto—me ha confirmado—. Es el segundo presidentedelGobiernoasesinadoenmenosdeunadécada.»

Síquevivimosenunpaísdesordenado,comodicemipadre.He vuelto a la habitación y sigo sin poder dormir. Ni siquiera al

escribirmehecansado.Buscaréalgúnlibromuyaburrido...Mehedadocuentadeque,contantalecturadecienciaymedicina,

hacemuchoqueno leoobras literarias.Voyaprobar conLaJerusalénlibertada de Tasso. Cuando era niña recuerdo haber visto, en muchasocasiones,amipadredormidoenelsalónconeselibroenelregazo.

9demarzode1921

Puesalfinal,paramidesgracia,noestátanmalLaJerusalénlibertada.Es muy fantasiosa y dudo que tenga algo que ver con las verdaderasCruzadas, pero me gustó seguir las andanzas de sus personajesfemeninos, que son guerreras y hechiceras y no damiselas que esperansersalvadas.Alomejortienerazónmipadreydisfrutoleyendocualquiercosa.Me lo dijo cuandome vio conJeromín.No sé qué pretendía queleyesecondiezaños,¿NanaoJustine?Bueno,siseenteradequeyaheleídoestaúltimaseguroquetampocoleharíamuchagracia.Amimadreledaríauncolapso.PensaríaquesoyunafrescayquemiscitasconJaviersonundesenfrenoerótico, cuando la realidadesquemiexperienciaenlas artes amatoriasnopasade las páginasde los libros y unos cuantosbesos y caricias. Pero, al menos, gracias a Sade, Zola, Ovidio y unoscuantos otros creo que cuando llegue el momento estaré preparada,espero. Y a Tasso le debo el haberme distraído de mis pensamientosdurante esta noche tan larga en la que, cada vez que pensaba en ello,sentíaquedeberíadejareluniformeantesdehacerdañoaotrapersonaconmitemeridadymitorpeza.

Puedequemegustelaciencia,perocomienzoasentirquequizánovalgaparaserenfermera.Mecreífuerte,peroheresultadosermuydébil.

Elasesinatodelpresidentehaprovocadoquesuspendanlasclasesenelhospitalhastaellunes.TodalaprensaseocupadelasesinatodeDatoydelabúsquedadesusasesinos.Amipadre,comosifueseunministro,suamigoPortelalesigueinformandodecadaavanceenlasinvestigaciones.

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Eldíahadiscurridolentoytedioso;ymeheencerradoenlalecturadeTasso.Yanimeapeteceleermislibrosdemedicina.Ycuandopiensoenregresaralhospitalsientounhorriblevacíoenelestómago.

14demarzode1921

Porlamañanamehevestidomiuniforme,limpioysinunasolamanchadesangre,comosinohubierapasadonada.Yherecuperadolasensaciónde mis primeros días como dama enfermera: he vuelto a sentirmedisfrazada.

En el tranvía suelo encontrarme con Avi, Inés o alguna otra denuestras compañeras, y hacemos el trayecto hablando sobre nuestrosfines de semana y las clases. Para evitarlas he salido antes para irandando.

Hemos retomado nuestro curso con las primeras clases a cargo dedon Víctor Manuel Nogueras. Lo primero que ha hecho ha sidofelicitarnos a Inés, aAvi y amípornuestra actuación en laplazade laIndependencia.Todasnuestras compañerasnoshanaplaudidoyyomehesentidofatal.LaúnicaquenohahechounafiestahasidoAlba,yseloheagradecido.Notengonadaquecelebrar.

Inés, con la mejor de las intenciones, le ha preguntado al doctorNogueras si sabía algo sobre la mujer herida por una bala perdida.Nuestroprofesorsabíaqueallímismolahabíaatendidoundoctor,perohabíamuertodecaminoalhospital.Yyanoséquéhaexplicadoen lasclases,puesnohepodidosacármelodelacabeza.Encuantohanacabado,hepuestounaexcusaparadesembarazarmedemisamigasyheidohastaelhospital.Meapetecíaencerrarmeen lacapillaparaestar solay rezarporelalmadeesapobremujer.

Y justoporallíhatenidoqueaparecerAlba.Sehaarrodilladolejosdemí, en el bancomás cercano al altar. En ese silencio nome habríasorprendidooíraquellacancioncillaespectral,peronohasidoasí.Soloeleco de pasos por los pasillos, las voces de los niños jugando en eljardincillo y losmás aún lejanos ruidos de las obras en la carretera deAceiteros.CuandoAlbasehalevantadoyyasedirigíaalasalida,mehadicho:

«Notehacíatanpiadosa.»Purasimpatía.Peroyonoestabadehumorparareplicarle.«Tienesrazón—ledije—,soyunamentira.»

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Ellamehamiradoconsorpresa.«No.No lo eres. Y no sé por quéme tienes tantamanía. Eres tan

buenacomoyo…Yhoytehasllevadotodoslosaplausos.»«Inmerecidos.»«Notelovoyadiscutir»,haañadidoantesdeirse.Nosésihasidocompasión,desprecioountímidointentodehacer

laspacesalvermemal,peromedaigual.NoestoyparapensarenAlba.Trasdejarlacapilla,hedecididoiraveradonFrancisco.Aunqueno

eracapazdeculparlodenada,comoélmehabíapedido,supongoquemesiento como se habría sentido él al perder a su paciente. Quizá suspalabrasme diesen algo de consuelo. Pero no estaba. Se ha ausentadounosdíasporasuntospersonales.Asíqueesedespachoalquecasihabíallegadoaconsiderarmi segundacasameestaba fallando;peoraún,meestabarechazando.

Me he entretenido en la biblioteca no por interés, sino para estarsola.Devueltaacasa,eltranvíahapasado,comosiempre,porlaplazadelaIndependencia.AlverlaPuertadeAlcalá,elrecuerdodeaquellamujer,empapada de sangre ymuriendo pormi culpa,me ha golpeado en lassienesyenlastripas.Eltranvíahafrenadounpocoparacogerlacurvaysu chirridomeha sonado comoungrito.Nomeheatrevidoamirar allugardondecayólamujerpormiedoaversuespectroaúnallí,muertaenel suelo,odepie,mirándome,oasuhijaacusándome.Sies loqueAvisiente cuando habla de fantasmas, son reales, y en esa plaza siemprehabráunoparamí.

Ha sido ahí cuando lo he decidido. La propuesta de donFranciscome había tentado y había estado revoloteando por mi cabeza duranteestosmeses:hacerloscursosdeenfermeraprofesional.Peroesadecisiónmurió allí, con esamujer, en esa plaza. Al acabar este curso colgaré eluniforme,dejarélasDamasEnfermerasymeiréconJavieradondeseaquelodestinen.

15demarzode1921

Unasemanadespuésdelatentadomiánimosehaatemperadoycreoqueme comporto como siempre. Pero la sensación en el fondo de miestómagoeslamisma:nuncaseréunabuenaenfermera,puesmefaltalatemplanza necesaria. Fui puesta a prueba y fracasé. Cuando llegue elmomento,meiré.Sisigo,espornodecepcionaramifamiliayaJavier,y

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por no inquietar a mis amigas, que harían lo imposible para quecontinuase.

Alvolveracasamipadremehacomentadolanoticiaquehoyhasidoeltitulardetodoslosperiódicos.HanidentificadoalosasesinosdeDato.Uno está detenido y los otros dos han huido. La Policía los siguebuscando,igualqueaotraspersonasacusadasdeconspirarconellos.Mipadre no ha podido reprimir cierto orgullo cuando ha dicho que sonanarquistasyqueelatentadotienequeverconlarepresiónenBarcelona,comoélhabíasupuestodesdeelprincipio.

OjaláJavierregreseprontoylodestinenbienlejosdeestaciudadydeestepaís.Noséenquéestaríapensandocuandoacepté lapropuestade mi madre para estudiar algo tan relacionado con la muerte.Almendralejohabría sidomejor;másaburrido,perobien lejosde tantaoscuridad...

28demarzode1921

Hemos pasado la Semana Santa en Santander. Ha sido un paréntesisextraño,tandiferenteamirutinaenlaescuelayenelhospital.Aunqueséquemiaventuraconlaenfermeríaprontoseacabaráyquetansoloseráunpequeñoepisodiodemivida,tampocohesidocapazdereconocermeode sentirme cómoda con los paseos por el Sardinero y los bailes en elGran Casino que antes tantome gustaban. Es como si, de repente, notuviesearraigoenningúnlugar.

30demarzode1921

Peseaquecomenzamosconmalpie,acabéporadmiraryapreciarmuchoa don Francisco.No pensé que otro profesor pudiese estar a su altura,perodonVíctorManuel,sinoloestá,seacerca.Sustemas,además,sonde lo más interesantes. El funcionamiento de los sistemas de nuestrocuerpo:eldigestivo,elcirculatorioyelnervioso.

En las prácticas, sorBerzeliusnosha enseñado ahacer análisis desangre para medir la albúmina y don Víctor Manuel, diagramas ehistorias clínicas. Ha sabido convertir lo que aparentemente es unaaburridaburocraciamédicaenalgoapasionante.

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«Son como las órdenes de un ejército, señoritas —nos dijo—, yustedes,loscorreosdeguerra.»

Nos contó cómo un mensaje mal transmitido había llevado a ladesastrosacargadelaBrigadaLigeraenlaguerradeCrimeayquealgoasí también podía pasar en la práctica clínica. Lo ilustró con un buennúmero de anécdotas sobre errores en las historias clínicas que habíanllevadoaverdaderosdesastresmédicos,comocuandoestuvieronapuntode amputarle la pierna a un paciente que simplemente había venido avisitarasumujeryseechóunasiestadondenodebía.

«No es un simple papeleo; de sus plumas y lapiceros tambiéndependenlasvidasdenuestrospacientes.»

También nos enseñó historias clínicas redactadas por algunas denuestraspredecesorasparaexplicarquedebenserclaras,concretasynocontenerinformaciónirrelevante…

«ComoladeesteoficialdeCaballeríaque,segúnsuenfermera,yleo:“presentapetequiasbajo suspreciososojosazules”;o esteniñodelquevuestracolegadice:“niduermenidejadormiranadieconsuscaprichosytonterías”.Y,bueno,queelcoronelEscalonilla“esunviejoverdeytienelasmanosmuy largas” sí puede ser una información relevante para laenfermera,peroaunasínodebefigurarensuhistoriaclínica.»

Así,loquesobreeltemariosepresentabacomounadelasprácticasmásaburridas,acabóporserunajornadadelomásentretenida.

Mientrasestoyenlaescuelayenelhospitalmelopasobienytodomeresulta interesante,comosiempre,peroalsalirycogereltranvía,alvolverapasarjuntoalaPuertadeAlcalá,sientodenuevoelvacíoquemeacompaña estos días. Por eso, las clases, lejos de aliviarme, hacenmásprofundomimalestar.

Túeresmiúnicoalivio,queridodiario,elúnico lugardondevuelcoestos sentimientosqueni siquierameatrevoa contaramisamigasoaJavierenmiscartas.

6deabrilde1921

DonVíctorManuelnosha contadohoy cómoalgo tan terrible como laGran Guerra ha hecho avanzar nuestro conocimiento del sistemanerviosoyelcerebro.Igualquelosmuertos,losheridossecontaronpormillones, ymuchas de esas heridas eran en la cabeza. Losmédicos, altratarlas, comenzaron a relacionar las zonas del cerebro destruidas por

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lasbalasylametrallaconlosproblemasquecausabanencadapaciente.Así, con la suma de miles de informes e historias clínicas, se estácomenzandoatrazarunmapadelcerebroenelqueseidentificacadaunadesusregionesconsu función.Yesemapacontienemuchassorpresas.Porejemplo,pareceserquelacortezacerebralencargadadelavisiónseencuentraenlaregiónoccipitaldelcerebro,osea,enlapartedeatrásdela cabeza,no cercade losojos comopodría intuirsepor lógica.Por esomuchossoldadossequedaronciegosalrecibirdisparosofuertesgolpesenesazonatandistantedelosojos.Ymásdescubrimientossehacencadadía según los médicos y enfermeras de todo el mundo atienden apacientesconheridasenelcráneo.

«Enestaépoca—noshadicho—,másqueenningunaotra,loslibrossequedanobsoletosyanoenaños,sinoenmeses,yesnuestralaborestaral día a través de revistas y congresos médicos. Y registrar de formadetallada los síntomas y las conductas de cada paciente, pues con ellopodemoscontribuiralavancedelaciencia.»

Ese interesante discurso ha sido interrumpido por la entrada dedoñaCarmenAngoloti,quehaabiertolapuertasinllamaryconcaradegranpreocupación.DonVíctorManuelhasabido,igualquenosotras,quepasabaalgo.SehadisculpadoyhasalidocondoñaCarmen.Envozbajahemoscomenzadoaespecularquéhabríapasado.¿Unaccidentequenosibaa traermuchosheridos?¿Otraepidemia?¿Otroatentadoterrorista?¿Unincendioenelhospital?¿Unavisitadesumajestadlareina?Habíateoríasparatodoslosgustosy,comosuelepasar,ningunaeracierta.

DonVíctorManuel ha vuelto y ha dado por finalizada la clase. Yacontinuaríamosmañana, ha dicho, el resto del día lo emplearíamos enprácticasenelhospital.Antesdesalirnoshacontadoqueeraposiblequerecibiésemos lavisitadeunamujeryunhombre,yque,sinoshiciesenalguna pregunta sobre el hospital, nos limitásemos a hablarexclusivamente de nuestras labores en esos dos pabellones; nada deespeculaciones y suposiciones. Si preguntasen por otras cosas,responderíamosquenosabemosnada.Enconcreto,sipreguntasenporelpabellóndedistinguidos,diríamosquenosabemosaquéserefieren.Siinsistiesenynosseñalasenelpabellónnorte(donde,dehecho,estánlosdistinguidos, los pacientes de pago), diríamos que allí están losquirófanos, pero que, por el momento, al ser estudiantes, no se nospermiteparticiparenoperacionesyquenuncahabíamosidoporallí.Yloharepetido,pues,segúnhainsistido,eramuyimportante.

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Al llegar al hospital ya nos esperaba Carmen. Lo primero queharíamosseríaayudarlaaellayaotrasenfermerasymonjasacambiaraalgunos pacientes de pabellón. Nos han llevado hasta el norte, el dedistinguidos,y,atravésdeltúnel,hemosllevadoavariosdelospacientesdepagoa losotrospabellones.Siguiendoel camino inverso,de esos sellevó a otros al de distinguidos, quedando así los pacientes de pagorepartidosportodoelhospital.

«Deesto,nipalabra»,noshapedidodoñaCarmen.Luegonoshadividido.Lamitadalpabellóndemedicinaylaotraal

deniños,quefuedondemehatocado.Allí nos encargamos de las labores que ya habíamos hecho el año

anterior:cambiarsábanasylimpiar,comprobarlostratamientos,dardecomeralospequeñosysacarlosporturnosajugareneljardín.

Yaeraporlatardecuandohaaparecidounamujervestidadeformahumildeyunhombreconunaelegante levita.Sinpresentarse, lamujerhaempezadoapreguntarnospornuestraslaboresyporloscometidosalosquesedestinabacadalugardelhospitalmientraselhombretomabanotadetodo.Miscompañerashanrespondidoconlealtad,siguiendolasindicacionesquenoshabíadadodonVíctorManuel.Cuandolamujersedirigíaamí,doñaCarmensehaapresuradoasituarseamilado.

«LespresentoaLauradelaGasca,hijadelnaviero.»He respondido con educación, pero ser presentada a través de la

profesióndemipadrenomehahechogracia.¿Nosesuponequeunadelas funciones de este uniforme es hacernos a todas iguales? Lo que havenidodespuésmehagustadoaúnmenos.

«Nos ayudó a controlar un brote de tifus y es una de las damasenfermerasqueestuvieronenlaPuertadeAlcaláduranteelatentado.»

Lamujermehamiradocondesdényyanomehapreguntadonada.Elhombresehalimitadoaagacharunpocolacabezaenseñalderespeto.Luego se han ido. Doña Carmenme hamirado de reojo y, por lo quepasaríadespués,hadebidodenotarmimalestar.

He intentado sacarmeesa situaciónde la cabeza y centrarmeen eltrabajo, en concreto en tranquilizar a unas niñas que habían ingresadopor unas fiebres que ya habían remitido y a las quemañana, si pasanbuenanoche,daremosdealta.Ahora, suprincipalpadecimientoesqueallí se aburren yme recuerdan a los animales de la Casa de Fieras delRetiro, que dan pena en esas jaulas y fosos diminutos. Así que las hecogidopara salir al jardín, donde conuna ramita les he dibujado en elsueloloscuadrosparaquejugasenalarayuela.

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Mientras lanzabanlapiedray labuscabansaltandoycantando,mehe apoyado en la valla a descansar un poco sin perderlas de vista, nofuera a ser que se cayeseno comenzasen a discutir entre ellas por algorelacionadoconel juego.Entoncesheoído lavozdenuestramisteriosavisitante,muy airada. Estaba al otro lado del patio y se acercaba hacianosotras discutiendo con doña Carmen. El hombre intentaba mediarpidiendocalma.

Lamujerdecíaquenosecreíaaquellacomediayquesabíamuybienloquepasabaallí,aloquedoñaCarmenrespondíadefendiendosulaboryelbienquehacían.Comolaagarradaparecíairamás,leshedichoalasniñas que el juego se había acabado y que tenían que volver a lahabitación.Noleshahechoningunagraciaymelashetenidoquellevararastras,conloqueenel jardínsehaorganizadootrapequeñaalgarada.Doña Carmen, mientras acompañaba a los invitados (o mejor deberíadecirintrusos)alasalida,mehavistoconlaspequeñas.

Alfinalizarnuestrajornada,quehoyhabíasidoespecialmentelarga,meesperabaalasalida.Queríahablarconmigoymehaadvertidoquenome preocupase por la hora, su chófer me llevaría a casa tras nuestraconversación.

«Quiero disculparme contigo—me ha dicho en cuanto nos hemosquedadoasolas—,porusartedeesaformaconnuestrosvisitantes.»

«CondoñaBlanca»,hesupuestoy,por lacaradesorpresadedoñaCarmen,habíaacertado.

«¿Cómolosabes?»,mehapreguntado.«MimadreestáenlaJuntadelhospitalyalgomecontó.»«Pues por ahí van los tiros, sí…Nuestra visitante era doñaBlanca

GómezBalboa,sobrinayprimadedoñaAdelaBalboa,quefuequienasumuerte donó las tierras y el dinero para fundar este hospital. La únicacondición era que fuese un lugar dedicado a auxiliar a los másnecesitados. Y doña Blanca nos demanda alegando que no cumple esafunción y que atendemos a pacientes de pago. El hombre que laacompañabaeraunnotario.»

«Y,perdónemeelatrevimiento,pero¿noesasí?»EsedescarolehahechograciaadoñaCarmen.«Cuandoseconstruyóestehospital,losfondosenseguidaescasearon

ynosepudieronlevantartodoslospisosprevistos,poresoentrólaCruzRojaacolaborar.Ellosnecesitabandineroynosotros,unhospital.Peromantenerloenfuncionamientoyhacerlocrecerprecisadeunainversiónaúnmayor. Su padre ymuchos otros contribuyen con sus donaciones,

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pero siempre hace falta más… Y por ese motivo tenemos pacientesdistinguidos,porquesudineronosvienemuybien,igualquelosfavoresque nos pueden hacer... A veces más valiosos que las pesetas. Siqueremosatender a losnecesitados, tenemosque acoger a losdepago.Respetamosel espíritudel legadodedoñaAdela,aunqueno la letradeformaestricta…»

«YdeesosequiereaprovechardoñaBlanca.»«Nocreoquenoshayadenunciadoporcodicia,sinopornecesidad.

Su familianoha tenido suertey las crisis lahandejadoen la ruina.Lehemos ofrecido un acuerdo económico y es mi voluntad compensarlaaunqueganemosestepleito.Nobuscosuruina.»

«Es muy noble por su parte tenerle compasión después de estadiscusión.»EstecomentariohahechoreíradoñaCarmen.

«Noha sido laprimera...Y loquemásmehaenfadadonoha sidoquemeacusasedeescondera lospacientesdistinguidos, loquenodejadesercierto,sinoquesemetieseconvosotras.»

«¿Connosotras?»«ConlasDamasEnfermeras,sí.Dijoqueestehospitalnoteníaotra

función que entretener a niñas ricas que vienen aquí a sentirse máscaritativasy,depaso,buscarmarido.»

Mehemordidolalengua.«Aunqueséque,enelcasodealgunas,escierto.»Yaves,queridodiario,quepodríahaberlodicho.Comoyameavisó

donFrancisco,adoñaCarmennoselepasauna…«Peronocreoqueseael tuyonieldemuchasotras; túcreesen lo

quehacesyséqueporesotehaofendidoquetemostrasecomountrofeoantedoñaBlanca;losiento.Solopensabaenelbiendelhospital,peronoestuvobien.»

Heestadotentadadedecirlealgo,peroellahacontinuado:«Paralareinayparamíloqueestamoshaciendoaquíesimportante.

Pero séquedoñaBlancano es laúnicaquepiensa así;muchosopinanque esto no esmás que otra obra de caridad, un grupo de beatas queluego se van a cenar a los mejores restaurantes de Madrid con laconcienciayaacallada.PeroyocreoenlaCruzRojayenlamisióndelasmujeresenellacomoenfermerasvoluntariasy,quizáenelfuturo,comoprofesionales. En Inglaterra también se burlaron de FlorenceNightingale, pero ella perseveró ydurante la guerradeCrimea, cuandolosburócratas fallaron, allí estuvieronella y susenfermeraspara salvarmilesdevidas.Ladamadelalámpara,lallamaban,puesasísepaseaba

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por las noches en los hospitales. Cuando todos los oficialesmédicos sehabían retirado, ella se quedaba vigilando el bienestar de los heridos,incansable…».

Carmenhaextraviadosumiradaalolejos,comosienelcrepúsculoque comenzaba a envolvernos pudiese ver a aquella mujer con sulámpara.

«TambiénnecesitamosnuestraCrimea,queestepaísveade loquesomoscapacesycreaennosotras.»

Ymehadadounbesoenlamejilla,ungestodeagradecimientoqueyonomerecía.Sehalevantadoparairsemientrasmedecía:

«Elchóferyaestálistoparallevarteacasa.»Peroyonohepodidoaguantarmás…«Espere.»Sehadadolavueltaysehasorprendidoalverloagitadaqueestaba

yo.«Nomerezco queme pida disculpas y nomerezco queme use de

ejemplo.Estabaenfadadaconmigomisma,noconusted.»«Pero¿quédices,miniña?»«EnlaPuertadeAlcalá,traselatentado,asistíaunamujer,perono

supequéhacer…Mequedéallíparada,inmóvil,yelmédicoquellególovioymedijoquemeapartase,queaquellonoeraunjuego…Ylamujermurió.Muriópormiculpa…¡Lefalléaellaylehefalladoausted,alasDamasEnfermeras!Si lagentetieneesaimagendenosotras,dequenonos tomamos esto en serio, es en parte por mi culpa: una niña ricadisfrazadadeenfermera…,dealgoquenosoyynuncaseré.»

DoñaCarmenmehaabrazadomientrasmedecíaqueno,quenoesasí. Pero sus palabras, habitualmente tan sabias, no han bastado paraconsolarme.Mehaacompañadoeneltrayectohastacasay,tras insistirunayotravezenquenohabíafalladoanadie,mehapedidoquemañanavolviese al hospital, que no lo dejase, que sabíamuy bien que yo valíaparalaenfermería.

Meda igual loquedigadoñaCarmen.Séque,consubondad,solobusca reconfortarme. Pero hasta hoy no me había dado cuenta delprofundodañoquehabíahechoconminegligencia.Nosololefalléaesamujer, sino también a las Damas Enfermeras, y en el peor momentoposible…

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11deabrilde1921

Supongo que la realidad es que somos nosotras las que nos pasamosmuchotiempoenlaescuela,yquecuandoestamosenelhospitaltenemosdemasiadas cosas que hacer como para fijarnos por dónde andan lasmonjas.Poresonosda la impresióndequesorBerzeliusnuncasalede«sucueva»ode la«guaridade lasdrogas»,queescomollamamosa laboticadelhospital.Ycuandoalgunalaveporelpatio,exclamacontantoasombrocomosivieseundragón:«¡Mirad,sorBerzeliushasalidodesucueva!».

Pues hoy se nos ha aparecido en un lugar donde nunca antes lahabíamosvisto:ennuestraaula.Yveníaabuscarme.

«SeñoritaDelaGasca,tienevisita»,mehadicho.Mehallevadohastaelarcodeentrada,dondeesperabaunhombre,y

luego ha descendido de nuevo hacia su cueva. No he reconocido a mivisitante hasta que me ha tendido un paquete envuelto en papel deestraza.

«Ábralo —me ha dicho. Era una cofia—. Es suya, señorita. La hehecholavaryplanchar.»

Entonceslohereconocido:elmédicoqueseagachóamiladoenlaplazadelaIndependencia.

«Quieroquesepaque,conlosmediosqueteníaasualcanceenaquelmomento,nohabíanadaquepudiesehacerparasalvaraesamujer.Nisiquierayo,conmiinstrumentalymiexperiencia,loconseguí.»

Estaba tan desconcertada que no estoy segura de si le he dado lasgracias.

«Ustedysusamigashicieronunagranlaborauxiliandoalosheridosy tranquilizando a la gente mientras los profesionales no llegábamos.Puedensentirseorgullosas.»

Sehadespedidodeformamuyeducadayhetardadounbuenratoenreaccionaryennotar lamanodedoñaCarmentrasesavisita.Sehabíamolestadoendarconélylohabíapersuadidoparaquevinieseahablarconmigo,ytodoparamejorarmiánimo.Mehesentidomuyhalagadayconfortada, más por el esfuerzo de nuestra mentora que por el gesto,seguramenteobligado,deldoctor.

HebuscadoadoñaCarmenparadarlelasgracias.«Nopretendoofendertuinteligencianegandomiparticipación,pero

espero que, además, te haya servido para aprender una lección muyimportante.»

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«¿Nometermeencamisadeoncevaras?»«Quenoestamossolas.Ynuestrafuerzaresideenello.Notevuelvas

acallarnada.Confíaenmíyentusamigas,yennuestrosdoctores,igualquenosotrosconfiamosenti.Alguiensolo,si tropieza,secae.Sivamostodoscogidosdelamano,pormuchoquetropieceuno,siempretendráaalguienparasostenerlo.Noloolvides.»

Me lo ha dicho hace muchas horas, querido diario, y aún sigodándolevueltas,noenmicabeza,puesesbiensencillodeentender,sinoenmicorazón,quevuelveaestaraúnmásrevueltoquemistripascuandopiensoenmifuturo.

12deabrilde1921

AlsalirdelhospitalInésyAvisehanpuestomuypesadasconiratomaruna horchata al Chumbica. El calor de la primavera ya se comienza anotaralgunastardesylaverdadesqueseestámuybienenesaterraza.

Cuandoíbamosapagarparairnos,unjovendeunamesacercanahagritado, se ha llevado lamano al pecho y ha caído fulminado al suelo.Todoelmundosehaasustadoyapartadodesulado.

«Señoritas,porfavor,ayúdenle»,noshapedidouncamarero.Viendo que mis amigas estaban paralizadas, mirándome, me he

levantadoeidoaarrodillarmejuntoaljoven.«Siento como si me estuviesen aplastando el pecho con un gran

peso»,mehadichoy,almomento,sehadesmayado.Apenas respiraba y tenía todos los síntomas de una parada

cardiorrespiratoria. Les he gritado a Inés y Avi que fuesen a avisar alhospital,lehesoltadolacorbataaljovenydesabrochadolacamisa.Coneldedoensuarteriacarótida,enelmomentoenquedebíacomenzarconelmasaje cardíaco, he optado por darle un fuerte bofetón con lamanobien abierta. El sonido ha sorprendido a todos los clientes, que se hanquedadoboquiabiertos.

Eljoven,almomento,haabiertolosojos.«¿Aquévieneesto?»,lehedichoconcaradepocosamigos.«Yame encuentromuchomejor», ha respondidomientras todo su

rostro seponía igualdecoloradoque lamejilladondehabía recibidoelbofetón.

«Ytanto,¡estabaustedfingiendo!»

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EljovenhamiradohaciaInésyAvi,yentonceshansidoellaslasquesehanpuestocoloradas.

HesalidodelChumbicamuyenfadada.«¡¿Aquéhavenidoesta farsa?!—leshegritado—.Hemoshechoel

ridículo.Nomeatrevoavolveraestesitionuncamás.»Avi estaba muy avergonzada y no sabía qué decir, pero Inés ha

reaccionadodeformamuyairada.«¡Somosnosotraslasquedeberíamosestarenfadadascontigo!»«¿Conmigo? Si esta pantomima ha sido cosa vuestra... ¿Yo qué he

hecho?»«No confiar en nosotras. Lo estabas pasando mal y no nos has

contadonada.HemostenidoqueenterarnosatravésdedoñaCarmen.Yestanimportantesaberquepodemoscontarcontigocomoquetúcuentasconnosotras.Hassidounaegoísta.¡Ynotienesderechoaponerteasí!»

Yolehereplicadoquehabrésidounaegoísta,peroqueellashansidounas irresponsablesyunas locasalorganizaresaabsurdatretaen lugarde hablar conmigo directamente. No están muy cualificadas,precisamente,paradarmeleccionesdemadurez.YanoséquémásmeharespondidoInés,queestabademostrandoteneruncaráctermuchomásaguerrido del que le suponía, ni qué le he dicho yo… Pero así hemosseguido un rato hasta que nos hemos fijado en Avi, que nos mirabaasustada,comounaniñaquevediscutirasuspadres.

«¿Queréis parar, por favor?—nos ha pedido casi en un susurro—.SeguroqueLauralohizoporquenoqueríapreocuparnos,ynosotrassoloqueríamosayudarte…Todasnoshemosequivocado.»

Igual que Inés tiene la virtud de ponerme de buen humor (menoscuando saca sus garras, como acababa de hacer), Avi tiene la deemocionarmeconsusensibilidad.Lehepedidoperdónylaheabrazado.Inéssehasumado.Alcabodeunossegundosleshesusurrado:

«Estamosenmediodelaplaza,abrazadas,ytodoelmundonosestámirando».

Noshemosechadoa reír,medioentre lágrimas,ynoshemos idoacontinuarlaconversaciónenotrolado.Senoshaunidoeljovenalqueyohabía abofeteado, que ha resultado ser Santiago, el prometido de lahermanadeInés…yquienmáshabíasalidoperdiendoconlaescenita.

14deabrilde1921

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Hemos comenzado con la cirugía y susmateriales y, por la tarde, en elhospitalhaciendolasprácticas,noshemosencontradocondoscosasqueatodasnoshanresultadomuyperturbadoras:cadáveresyestudiantesdeMedicina.

Cuando entramos, solo estaban los primeros, lo que ha hecho quealgunasemarease.

«Ahorayotambiénveomuertos»,hebromeadoconAvi.Nuestro cometido poco tenía que ver con abrir y diseccionar los

cadáveres,aunquesítendríamosquemanipularlos.Loprimeroeradejarlisto el quirófanopara la operación, asegurándonos tantode suhigienecomodequenofaltasenada.Luegohabíaqueprepararalpaciente,que,en este caso, no dio más problemas que la repulsión de algunas amanipularcadáveres, locualesabsurdo,puesnosequejanniprotestany,pormuchoquenosequivoquemos,nolosvamosamatarmás.Acadauna nos han asignado uno y, en él, debíamos dejar listo el «campooperatorio». O sea, marcar y facilitar el acceso a la zona donde seprocederáalaoperación,cubriendoelrestodelcuerpo,menoslacabeza.Hoy nos ha tocado el área abdominal para una resección hepática. Lonormal es que una enfermera haga de anestesista o colabore con elencargadodeello,peroaltratarsedecadáveresnoteníamuchosentido.Finalmente, hemos ordenado y preparado el instrumental quetendríamosqueirdandoalcirujanosegúnlonecesitase.

Lo nuestro es mirar y no tocar, porque de eso se encargan losestudiantes de Medicina. Y vaya si lo hacen… en todos los sentidos.Porqueunavezquehanentrado,nohanparadoderozarnoslasmanosode posar distraídamente las suyas en nuestros brazos y cinturas paraindicarnosquéhacerodóndeponernos.Hasta sorTitulada,queestabavigilando, ha forzado la tos un par de veces para indicar que aquellasconfianzasnoestabanbien.

Amímehatocadounmuchachopecosoydepelorizadoque,antesdeponerselamascarilla,sehapresentado:«MellamoErnesto»,aloqueherespondido,seriaymuyfría:«Suapellido,porfavor;asíescomodebotratarle». Se puso casi tan colorado como su pelo y me dijo que seapellidabaGómezdeAlbuera.

«Procedamosconlaoperación,doctorGómez»,lehedicho.Tambiénerasuprimeraprácticayelpobresepusomuynervioso,no

sésiporelcadáveroporlasequedadconquelohetratado.Letemblabanlas manos y le ha costado poner las pinzas a las venas hepáticas. He

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decididocambiarmitonoy,conlavozmásdulce, lehehechounbrevecomentarioenbromamientrasrecogíalaspinzasdesumano:

«Sinosetranquiliza,doctorGómez,enlugardeunaresecciónvamosahacerunasalbóndigasdehígado».

Nohasabidocómotomárselo.«Bajolamascarillaestoysonriendo»,lehedichoparaaclarárselo.He notado que, bajo la suya, él también ha sonreído… y que sor

Titulada me lanzaba una mirada de reprobación. No me ha parecidojusta.Tansolointentabatranquilizaralmuchacho.

Aunquealgoderazónllevabalamonjaporque,alacabar,Ernestohaintentado invitarme a tomar una horchata.Me ha parecido tan niño alladodeJavier...

Lehedadolasgraciasyleheexplicadoqueestabaprometidayqueminovioesunmilitarmuycelosoyconganasdebatirseendueloconelprimerhombrequesemeacerque.Esperoqueencuantocorraelrumorentresuscompañeros,medejenenpazypuedatenerunarelaciónmástranquilaconelrestodelosestudiantes.

Algunas demis compañeras, al contrario, parecían encantadas conlasatencionesysimpatíasdeesosjóvenes.HastaInésyAvisereíanconsus no tan graciosos comentarios. SoloAlba, igual que yo, parecíamásinteresadaen loscadáveresy losprocedimientosquirúrgicosqueen losfuturosmédicos.

Entre los estudiantes he de reconocer que destacaba uno y que yomisma, de no tener bien claromi futuro con Javier,me habría sentidoatraídaporél:moreno,deojosclaros,ymuyguapoydulce.LehatocadooperarconAviy,porloqueellanoshacontadoluego,lehahabladoenvozmuybajay sinmirarlaa losojosdepura timidez.Ni siquiera lehadicho su nombre, aunque había sido muy educado y la había tratadosiempre de «señorita». Al acabar se había ido como alma que lleva eldiablo.Inés,quetienemuchodesparpajoyhablaconloshombres igualquehablaconnosotras,leshapreguntadoasuscompañerosporél.Ynisiquieraellossabensunombre.LellamanFábregas,porsuapellido.EselhijoúnicodeunafamiliamuycatólicayhaestudiadoenuninternadoenAlemania, siempre en compañía de otros muchachos. Para él, lasmujeres,ylasmujeresjóvenesmuchomás,debemosdeseralgoasícomola Eva bíblica, deseosas de arrastrarlo al pecado y expulsarlo de esepequeñoparaísoterrenalque,supongo,serásufamilia.

Yestapequeñahistorianohahechomásque incrementar el yadepor sí gran atractivo que ese misterioso joven ejerce sobre mis

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compañeras.

22deabrilde1921

Lamalafamadeandaralacazademaridolescaealasenfermeras,perolos estudiantes de Medicina no son mancos. Y como en las prácticasvamos rotando por todos, para que sepamos adaptarnos a laspeculiaridadesdecadamédico(osea,asusrarezasymanías),nosolohetenido que sacudirmede encima aErnesto, que almenos era educado,sinoaunoscuantosmosconesmásalosqueparecedarlesigualqueestéprometida.

Algunasdenuestrascompañerashancedidoalcontinuoasedioy,almenos,alestarconunodeellos,losdemáslasdejanenpaz.SelospuedeverhaciéndosearrumacosalrededordelaglorietadeJoaquínRuizyporelcaminodeAceiteros.

Elúnicoalqueestoyseguradequecasiningunadenosotrasleharíaascos, el doctor Fábregas, sigue inaccesible a las atenciones de miscompañeras.Lasúnicaspalabrasquesalendesubocatienenqueverconel instrumental de cirugía y con la anatomía del cadáver que le tocaoperar.

Y loentiendo.Nosédedóndesacanunosyotras tiempoparaesosescarceosyrequiebrosamorososconlomuchoquetenemosqueestudiar.

3demayode1921

Además de hacer las prácticas de cirugía, tenemos que ayudar en losdemás pabellones del hospital. Hoy me ha vuelto a tocar en infantil.Estabaeneljardín,vigilandoalosniños,cuandohedivisadoaunpardemilitares que esperaban junto al arco de salida. Uno de ellos me haparecidoqueeraelpadredeAlba.Elotro,másjoven,eraunalférez.Nollevaban el uniforme de gala, sino el de campaña. Alba, a quien hoy lehabía tocado en el pabellón de medicina, ha atravesado el patio haciaellos.Haabrazadoasupadreybesadoaljovenenloslabiosyluegoloharodeado con sus brazos.Han estadohablando en voz baja un rato y sehandespedido.Albaestabamuytristeyyanoconteníasuslágrimas.Dosdesusamigassehanacercadoaconsolarla.

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Más tarde he sabido que ese joven es su prometido y que tanto élcomo su padre habían venido a despedirse porque los destinan aMarruecos.He comprendido supenay suangustia,pues yo también lahabíapadecido(yaúnlapadezco)porJavier.Mehandadoganasdeirasuladoydetratardeconsolarla,puescreoqueyo,másqueningunaotra,puedosabercómosesiente.

LesigoescribiendocartasaJavier,casicadasemana,y,comolaotravez,élnorespondeo,silohace,porlarazónquesea,suscartasnollegan.Peroheaprendidoatenerfeensuregresoyennuestrofinalfeliz.

9demayode1921

HoyhevistoaAlbaenelpatio,leyendoelperiódico,igualquelahevistohacerloencadadescansoomomentolibrequetenemos.Yleeyreleelasmismas, escasas noticias sobre Marruecos una y otra vez, como si asípudiesendecirle algonuevo.Hoynohepodido contenerme, así quehehabladoconella.

«Mi prometido también está enMarruecos y yo hacía lomismo alprincipio.—Noescierto,puesconfiabaenlosresúmenesquemehacíamipadre, que se lee los periódicos de cabo a rabo, pero no iba a contarletodoesoaAlba—.Ypormuchascosasquedigaelperiódico,nuncadiráloquetúquieresoír:queestánbienyasalvo.»

Olvidandonuestrosrencores,comosifuésemosdoscompañerasquesellevanbien,mehapreguntado:

«¿Cómohacesparasobrellevarlo?».«Losiento,peronohaynadaquesepuedahacer.Alprincipiolopasé

muy mal, como supongo que tú lo estás pasando ahora. Pero con eltiempo acabas por acostumbrarte a esta incertidumbre. Lo mejor esintentarocuparlacabezaconotrascosas…Lobuenodelhospitalesquesiempre hay mucho que hacer y aún más que estudiar; y hoy llega lanuevaRevistaEspañoladeCirugíaalabiblioteca.Ysialgúndía,porloquesea,necesitassaberalgodeMarruecos,mipadretieneamigosenelMinisteriodelaGuerra.»

Me ha dado las gracias y hasta me ha parecido que intentabasonreírme. Esa tarde, durante las prácticas, hemos vuelto a serindiferenteslaunaalaotra.

Intentocreerquesi laayudoes soloporgenerosidadycompasión,peroséquenoesdeltodocierto.Loquelehedichoaella,tambiénmelo

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decíaamí.YséqueAlba,másqueningunaotra,sabecómomesientoalpensarenJavier.

Asíque,simedisculpas,queridodiario,voyacentrarmeenlarevistadecirugíaquehetraídodelhospital.HayunartículodeAugustKrogh,elúltimopremionobeldeMedicina,sobrelarespiraciónpulmonar,yotrodel director de la publicación, el doctor Pagés, sobre la anestesiametamérica.Luegoquizáleaalgodepoesía.ElDiariodeunpoetareciéncasado de Juan Ramón Jiménez, que mi padre lleva semanasrecomendándome.

15demayode1921

Hoy he celebrado el día de San Isidro con mi familia. Me ha hechorecordarquesiestoyconlasDamasEnfermerasesporculpadeldeliranteplan que, justo hace un año, teníamos Javier y yo para colarnos en suaeródromoyquemihermana,hede reconocerqueconbastante juicio,delató a mis padres. Aunque en su momento me enfadé muchísimo,ahorameríodeloabsurdoquefuetodoaquello.

Me pregunto qué habría sido de mi vida si hubiese escogido ir aAlmendralejo, con la tíaSagrario.Seguroquemehabríavuelto locadelaburrimiento y ahora estaría corriendo por las cunetas, vestida conharaposyhablandoconlospájarosylaspiedras.

18demayode1921

¡Estasemanaporfinpodremosentraraquirófano!Losestudiantesasistiránasusprimerasoperacionesencompañíade

un doctor y nosotras estaremos a cargo del instrumental, supervisadasporunaenfermeraprofesional.SorBerzeliusy sorTitulada,quesuelenser las anestesistas, también tendrán a una como ayudante para quevayamosaprendiendoeldelicadoartedesuprimireldolor,comolollamasorBerzelius.

Y que vayamos a anestesiar me gusta y tengo muchas ganas deponermeaello,peromedarabiaquenonoshayadejadohacernadaconloscadáveres.Yanodigoqueoperemos,peronisiquierahemospodidosuturarohacerlacompresióndeunaarteria,loquepodríasermuyútilencasodeemergencia.SelohecomentadoadonVíctorManuel,perome

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hadichoquenosonnuestraslaboresyquenonospreocupemosporellas.Encasodenecesidad,seavisaalmédicodeguardia;ahífinalizanuestraresponsabilidad.Dehecho,lanormativadejabienclaroquelaenfermeranopuede llevaracaboprocedimientosquirúrgicosyquesi lohaceseráexpulsada e incapacitada inmediatamente. No he querido discutir másporque ya tengo bien aprendida la lección que me dio don Franciscosobrerespetarlajerarquía…

Perocomopodrásfigurarte,queridodiario,nomehequedadonadaconforme.Yeso,unidoaotraspreocupaciones,nomedejadormirbien.¿Por qué cuando te preocupas por una cosa, por pequeña que sea,enseguida acuden a hacerle compañía otras muchomás graves que yateníasmediodominadas?Anuestrocerebroparecequelegustasufrir.

Comonopodíadormir,hebajadoparaprepararmeunpocodeleche.Sé quemimadreme habría dicho que avisase a Rosalía, que para esotenemosservicio,peronomegustamolestarlaaestashoras.

En la cocina he visto unos conejos ya despellejados y desangradospara la comida demañana. Aún no los habían abierto y no he podidoresistir la tentación. He subido corriendo a la sala de lectura, que esdonde mi madre guarda sus cosas de coser, y he cogido la aguja másgrandeyelhilomásresistente.Luegohebuscadounaspinzasyhevueltocontodoalacocina.Conunpequeñocuchillo,muyafilado,heabiertoelconejoy,conayudadelaspinzas,heestadojugueteandoconsusvísceras.Me ha dado pena que ya lo hubiesen desangrado, aunque creo que sininstrumental parar la hemorragia habría sido un desastre. Luego heintentado coserlo como hacen los cirujanos, cogiendo la aguja con laspinzas, pero con las que yo tenía y aquella aguja de coser no era nadafácil,asíquealfinallohecosidoconmisdedos.

Ya eran las dos de la mañana cuando he dado por finalizada mipequeñapráctica.LehedejadounanotaaRosalíaparaquenoseasustealverelconejodeesaguisa,yhevueltoalahabitación.Ahorasí,queridodiario,estoymuchomásrelajadaycreoqueporfinpodrédormirbien.

20demayode1921

Hoyporlamañanaheconvencidoamipadreparadarestefindesemanaunapequeñacenaparamisamigasyhastameheencargadodesugerirleelmenú:unternascodebuentamaño.

«¿Desdecuándotegustaelternasco?»,hapreguntadosorprendido.

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«Loheprobadoenelcomedordelhospitalynosencanta.»Mentira.Nomegustanada.Peroestoydispuestaahacerelsacrificio.Unavezconvencidomipadre,lehepedidoaRosalíaquenotocaseel

animalhastamañana.Cuandoheregresadodelhospital,mástempranodelohabitual,mipadresehasorprendidodequemeacompañaranInésyAvi.

«¿Lacenanoibaasermañana?»,mehapreguntadocondiscreción.«Sí;solovienenaverunasrevistasdemedicinaquehecogidodela

biblioteca.»Mimadreymihermanaestabanfuera,ymipadreenseguidaseha

encerrado en el salón a leer, así que no nos ha costado muchoescabullirnosybajaralacocinaconelmaterialdecirugíaquehabíamostomadoprestado,sinquenadiesediesecuenta,delhospital.

ARosalíanolehahechoningunagraciaynoparabadedecirnosquesilosseñores,osea,mispadres,nosdescubrían,leibaacaerunabuena.Una vez que he conseguido tranquilizarla, Avi, Inés y yo nos hemosrepartido los roles: Avi sería la anestesista, Inés la enfermera y yo lacirujana.

Hemos atado el cordero, que debía de pesar unos quince kilos ydesgraciadamente ya había sido desangrado en el mercado, a la mesaparaque lapanzaquedasehaciaarriba.Avi lehapuestounamascarilladeanestesiaysimuladoqueibaechandolasgotasdeéterenella.Inésmeiba pasando elmaterial según se lo pedía y yo he procedido a abrir elanimal. Si un cordero no es lomismo que un ser humano, un cadávertampoco es lomismoqueun ser vivo: los tejidos sonmásblandos y lasangre más viscosa, pero era lo mejor que teníamos. Así que, una vezpreparado el campo operatorio, con un bisturí le he abierto el vientre.Aquello no olíamuy bien y aunque ya casi no tenía sangre, sí tenía unmontóndehumoresconlosquemancharnoslasmanosylosdelantales.Comosiporsusarteriasyvenasaúncirculase la sangre,hecerrado lasque había abierto y luego me he puesto a investigar sus órganos encompañía de mis amigas. La operación iba a ser la extracción de unasupuesta bala, un dedal en realidad, que nosotras mismas habíamosintroducido en su hígado. He usado unos retractores para mantenerabierta laparedabdominal,hesimuladoromperunaarteriaparapoderhacerle una hemostasia y me he dedicado a extraer la bala. Luego heretiradolosretractores,hecerradolaheridaylahecosido,ahorasí,conlaspinzasadecuadas.Creoquenomehedivertidotantoentodamivida.

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MehasustituidoInés,quehaextraídolabaladelbazo,yAvi,queseatrevióconlospulmones,paraloquehemostenidoqueayudarlaaserrarun par de costillas. Rosalía, que ha desangrado y descuartizadocentenaresdeanimales,casisedesmayaconnuestrapráctica.

Ibaaabrirlootravez,estavezparaaccederalcorazón,cuandounavoznoshainterrumpido.

«¿Ahora jugáis a esto?—hadichomipadredesde lapuerta con sulibroaúnentrelasmanos—.Yyoquemequejabacuandotumadretraíaasusamigasajugaralcinquillo…»

22demayode1921

Ayercenéternascosinprotestarporprimeravezenmivida.Yno,nomegustó.Perohabíamerecidolapena.Ylacena,conInésyAviencasa,fuemuyamena.Cuandoyaestabaapuntodeirse,Inés,quehabíabebidounpar de copas de vino, nos dijo con una sonrisa aúnmás grande de lohabitual:

«Estoyporcontarosunacosa…—Yaunque lamiramosconmuchointerés,agitólacabezay,comosidespertasedeunsueño,nosmirómuyseriaydijo—:No,nopuedo».

Avi y yo, por supuesto, le insistimos, pero no cedió. Su padre notardóenllegarabuscarlay,conella,sefueelenigma.

25demayode1921

Elasediodurótresdíasy,porfin,hoyamediodía,sehanderrumbadolosmurosdeladiscrecióndeInés.

«Esunsecretoynoselopodéiscontaranadie.»Muertasdecuriosidadlehemosaseguradoquenoloharíamos.«Sécómose llamaeldoctorFábregasy, laverdad,entiendoqueel

pobrenoseloquieracontaranadie.Y,porfavor,noosriais.»Bonifacio.ElestudianteguaposellamaBonifacio.Avihaapartadosu

mirada de mí y yo de ella porque ambas teníamos claro que, si nosmirábamos,nosecharíamosareíracarcajadas.Inés,porsupuesto,lohanotado.

«Noteníaquehabéroslocontado…»

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«Entiéndelo,porfavor—lehedichosinyapodercontenerlarisa—,esmuygracioso.Yelpobrenotienequeavergonzarse.Noesculpasuya,sinodesuspadres.»

«¿Ytúcómolosabes?»,hapreguntadoAvi.Inéssehasonrojadounpocoyluegosehaencogidodehombros.«Melocontóél.»«¿Ycuándohashabladoconél?¡Sinohablaconnadie!»«Hace unas semanasme lo encontré en la calle. Vive cerca demi

casa.Meacerquéhasta él, lo saludéynospusimosa charlar.Bueno, alprincipiosolohablabayo,porqueélestabamuynervioso,pero luegosefuetranquilizando.Entoncesaprovechéparahacerlepreguntassobresuvida. Al principio, nada íntimas. Sobre lo que más le gustaba de lamedicina, a qué querría dedicarse y cosas así. Y más tarde yacomenzamosahablardecosasmáspersonales.»

«¿Más tarde?—le he preguntado—, pero ¿cuánto tiempo estuvisteconél?»

«Esedía…unpardehoras.»«¿Esedía?¿Esquehahabidomásdías?»,hadichoAvi.«Desdeentoncesnoshemosestadoviendotodaslastardes…Menos

cuandoquedoconvosotras.Y,bueno,eljuevespasado,eldíaantesdelodelcordero…nosbesamos.»

Aviyyonoshemosquedadosinhablaporunmomento.Inéshabíaconseguidoloimposible.NosolohacerhablaralfuturodoctorFábregas,sinohacerleconfesarsunombre…ybesarlo.

«Porfavor—hainsistido—,nolocomentéisenelhospital.Losdemásestudiantessemeteríanconél.»

«Peronuestrascompañeraslodejaríanenpaz»,lehedicho.«Eso ya me da igual —ha dicho Inés con orgullo—, sé que Boni,

ahora,esmío.»¡¿Boni?!Enlugardeunnovio,parecequetieneunperrito.Aunque

tampocoesquetengamuchasmásopcionesparaunbuenhipocorístico.

27demayode1921

Elamorparecellamaralamor.YnolodigoporqueAvihayaconseguidoun novio, lo que no sería nada extraño porque es muy guapa y dulce,pretendientesnolefaltanyasuspadreslesencantaría,puesconesefinlaenviaronaquí.Peroesenoeselcaso,sinoque,porfin,herecibidocarta

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de Javier. Y hamerecido la pena esperar, pues esmás de lo que podíahaberimaginadonunca.

No es, como otras veces, unmensaje sencillo y unas pocas líneas.Estavezesvoluminosayllenavariascuartillas.Empiezacontándomequeharecibidotodasmiscartasysedisculpapornohaberpodidoresponderpor culpa de sus misiones y el secretismo con que tratan todos susdocumentos.Luego,yalprincipiomeextrañóbastante,mehabladelasmaravillas de Argentina: la belleza del país y la simpatía de sushabitantes.Larazónesqueentresmesespartiráhaciaallí,aocuparuncargo diplomático en Buenos Aires. Un puesto que será, si nopermanente,símuyduradero.Yanoseránsemanasomeses,sinoaños,los que pasará tan lejos. Temía que tantas palabras acabasen porcontener una despedida, hasta que he leído que me pedía que loacompañe, que ni siquiera viviríamos en una base aérea, sino en unacasita alquilada junto a la embajada.Y que, por fin,mepodría llevar avolarensuaviónsobreelocéano,sobreelestuariodelríodelaPlataylasinmensasllanurasdelaPampaargentina.

Meheemocionadotantoquelosojossemehanllenadodelágrimasde pura felicidad. Aunque enseguidame he dado cuenta del problema.¿Cómolescuentoamispadresquedentrodetresmesesmeiréalaotrapuntadelmundo,seguramenteparasiempre?Tengopordelantetodoelfindesemanaparahacerlo,peroséquenoseráfácilquemeautoricen,ysinpermisopaternonisiquierapodrésalirdelpaís.

28demayode1921

Antes de hablarlo con mis padres he preferido consultarlo con mihermana,queyaestápensandoensupropiaboda.

«Claudio y yo queremos casarnos el próximo verano —me hacontado—, e íbamos a decirlo este fin de semana, pero creo que con lotuyodepormedioserámejorqueloaplacemos.»

Se ha comprometido a ayudarme y me ha dicho que, si loconseguimos, le dará mucha pena que yo no esté en su boda. Le heprometido que, aunque estuviese en laArgentina, haría todo lo posibleporvenir.Afindecuentas,nuestropadretienebarcosquerecorrentodoelmundo.

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29demayode1921

Ya está hecho y, como siempre suele pasar con mis padres, haycondiciones.Empiezoaentenderporquémipadrees tanbuenhombredenegocios.

AunqueAnahaestadomuyconvincente,laprimerareaccióndemispadreshasidonegarse.ParamimadreArgentinaestámuy lejosyparami padre es un país tumultuoso, gobernado por el partido radical enminoría y agitado por las luchas obreras (ni que el nuestro fuese unremansodepaz),aunquelopeor,supongo,eralaideadedejardevermedeundíaparaotro.

Peroalfinalhanacabadoporceder…conunasolacondición:aunquehayapoquísimotiempoparaprepararla,labodaseríaenMadridantesdenuestrapartida.

Heaceptado.YahoramismoescribiréunacartaaJavierdándolelabuenanoticia.Enmenosde tresmesesestaremoscasadosyrumboa laArgentina.

30demayode1921

La carta está enviada y mi madre ya ha comenzado a hacer lospreparativosde laboda.Da igualqueyohayadichoquequieroqueseasencilla,pareceestarpreparandolacoronacióndeunnuevosoberano.

1dejuniode1921

Ibaacontarles lanuevaamisamigas,peroellassehanadelantadoconotranoticia.Inéshadecididoquealacabarestecursocontinuaráconlosestudiosparaserenfermeraprofesional.

«Don Víctor Manuel me ha dicho que no tardarán mucho enconseguir que nos den un título. ¿Os imagináis? ¡Seremos mujerestituladas,comolosuniversitarios!»

Hadicho«seremos»porqueAviyalehabíaconfirmadoqueharíaelcursoconellayasumíanqueyolasseguiría.Enesemomentolashevistotanalegresconsusplanesynuestro futuroencomúnquenohe tenidofuerzasparadecirlesqueenpocotiempoyoyanoestaréconellas.

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Ydebíahaberlohecho.Ahoramesientofatalporhabérseloocultado,asíquemañana,sinfalta,selocontaré.

2dejuniode1921

TraslasclasesdelamañanameheanimadoahablarconInésyAvi.Estábamos en el patio e iba a comenzar a contárselo cuandoAlba,

quenohabíaestadoesamañanaenclase,sehaacercadocorriendoconunperiódicoenlamano.Notraíapuestoeluniforme,sinoqueveníaconsuropadecalle,bastantesencillayhumilde.Teníalosojosenrojecidos.

«¿Hasvistoelperiódico?»,ymelohaplantadodelante.Enesapágina,enletrasgrandes,sehablabadelacaídadeAbarrán,

una colina ocupada por los españoles que había sido arrasada en unataquedelosrifeños.MesorprendióverunanoticiatanalarmantesobreMarruecos ya que, hasta ahora, todohan sido triunfos y parecía que laguerraestabaapuntodeacabar.

«Mi prometido estaba allí—ha dicho con lágrimas resbalando porsusmejillas—.Mimadre lleva toda lamañana llamando alMinisterio,paraversiledicenalgo,peronoleresponden.»

«¿Cómosellamatuprometido?»«IgnacioMerino,esalférez.»«Llamaréamipadreahoramismo»,lehedicho.Y me he ido corriendo hacia el pabellón administrativo para

telefonear a casa. De vuelta he informado a Alba de que mi padre yaestabaintentandohablarconsusamigosdelMinisterioyqueencuantosupiese algonos llamaría allímismo.Albame lo ha agradecido conuninesperadoabrazo.

«Gracias,muchasgracias,deverdad.»Se ha quedado con nosotras y sus amigas no han tardado en

unírsenos.YanohepodidocontarlesnadaaInésyAvisobreJavierylaArgentina,pueseltemaeraotro.YlasituaciónenMarruecosdebedesermuy confusa, porquemipadrenohapodido averiguarnada en todo eldía.

AlregresaracasamehaexplicadoquelaposicióndelmonteAbarránhabíasidoatacadaporlaharkadeAbdel-Krimyquepartedelastropasnativas aliadas de España, al verse superadas, habían cambiado debando.Esahabíasidounadelascausasdeladerrota.Noera,nimucho

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menos, una catástrofe como la del Barranco del Lobo, pero sí unadesagradableeinesperadasorpresa.

Mipadrenoseexplicabacómo, tras incidentescomoese,seseguíaconfiando tantoen laPolicíanativay las cabilas supuestamenteamigasdeEspaña.

«Muchassonlealesymuchosmarroquíescayeronesedía luchandojuntoanuestrastropas,peroelEjércitonopuededependertantodeunossoldadoscuyalealtadesimpredecible.»

Haciendo un esfuerzo, yo puedo entender a esos soldadosmarroquíescuyocorazónestaríadivididoentreserviraEspañaounirsealosrebeldesquebuscabanlaindependenciadesupaís,igualquesucedióen nuestras colonias americanas en el siglo pasado. Perome preocupaotrocorazón,eldeAlba,pendientedelavidadesuprometido.Esaeralaúnicahistoriaquemeinteresabaenesemomento.

Lehehechojuraramipadrequeseguiríaintentandoaveriguarquéhabíasidodeél.

3dejuniode1921

Estabadormidacuandomipadrehavenidoadespertarme.«Elprometidodetuamiga,elalférezMerino,hallegadoestanochea

la posición española deAnnual. Está herido, pero dicen que se pondrábien.»

«HayquellamaraAlba»,hedichoaúnsinespabilarme.«Ya lo he hecho, y hay algo más. Javier salió de Zeluán con su

escuadrilla para reconocer el terreno y hostigar al enemigo… y no haregresadoaeseaeródromonialdeTetuán.»

Hesentidoquesemehelabanlassienesyquemefaltabaelaire.«¿Quélehapasado?»«Nolosaben;élysucompañeroestándesaparecidos.»Esahasidounadelaspocasvecesenquemipadremehaabrazado.

Insistíaenquenosabíamosnadayquenomerecíalapenaponerseenlopeor.Quesuscompañerosloestabanbuscandoyquenodebemosperderlaesperanza.YanohesidocapazdedormirynohabríaidoalhospitaldenoserporqueInésyAvi,avisadaspormipadre,hanvenidoabuscarme.

Lasclasesapenashanlogradodistraermey,enelpatio,lastornassehaninvertido.HasidoAlbaquiensehaacercadoaconsolarmeydarmeánimo.Alregresaracasa,aúnnosesabíanadadeJaviery,hastaahora,

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siguesinsaberse.Siélmuere,nadatendrásentido.Dealguna formaséque,conél,seirápartedemí.

6dejuniode1921

Hoyeraundíaque llevabamucho tiempoesperando.SorBerzeliusmeibaadejaradministrarlaanestesiaenunaoperaciónreal,enelpabellóndecirugía,peronoteníaánimoniparaeso.

«Sinotevescapaz,loharáotra»,mehadicho.«Mejorquelohagaotra»,herespondido.HanelegidoaAlba,peroellahainsistidoenquelohicieseyo.«Fueelconsejoquemediste,Laura,¿oesqueyano lorecuerdas?

Ocuparlacabezaconnuestrastareas.»YsorBerzeliuslahaapoyado:«Tuamigallevarazón.Enlaprácticaclínicadaigualloqueoshaya

pasadoenvuestrasvidas;cuandollevéispuestoeseuniforme,tenéisqueenterrarlo todo dentro de vuestro corazón para centraros en lospacientes,quesonlomásimportante.»

Porunavezenmivida,hecedido.Mientras Inés, que sería la otra enfermera, preparaba el

instrumental, he ajustado la mascarilla de anestesia sobre la boca delpaciente,unhombrealqueleíbamosaquitarunlipomadeunacostillaparamejorarsurespiración.

Con la vozmás dulce y serena que he podido lo he tranquilizado:«Enseguida se dormirá y, cuando despierte, estará bien». Sobre lamascarillahepuestounpañoydejadocaer,conmuchocuidado,lasgotasde étermientras controlaba su respiración y ritmo cardíaco.Al ver queperdía la consciencia, he avisado a Inés para que señalase el campooperatorioy lopreparase.El cirujanoha resultado serdonFrancisco, aquienhacíamuchoquenoveía.

«Mealegraqueelpacienteestéentanbuenasmanos.Ynopongaesacara.Merefieroamímismo»,habromeado.

Mehe esforzado enmantener el control sobre la anestesia en todomomento.Unpocodemenosyelpacientesedespertaríaporeldolory,almoverse,podríamorir.Unpocodemásyeléterlomataría.Realmenteescomocaminarporlacuerdafloja,aunquehoyteníaasorBerzeliuscomoreddeseguridad.

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Mehabría encantadover cómoeldoctorLuquehacía la extraccióndellipoma,peronopodíadistraermelomásmínimodemitarea.NimehedadocuentadequedoñaCarmenhabíaentradoy sehabíapuestoanuestrolado,hastaquesehaacercadoaldoctorLuqueylehasusurradoalgoaloído.

«La entiendo, pero será mejor que espere», le ha respondido donFrancisco.

Yallísequedóella,anuestrolado,durantetodalaoperación.EldoctorLuquehaextraídoel lipomay lohadejadoenunade las

bateas.LuegoseharetiradoparadejarpasoaunestudiantedeMedicinaquehacosidolaherida.Heidoreduciendolacantidaddeétery,porfin,hemosdadolaoperaciónporterminada.MedisponíaallevaralpacientealpabellóndecirugíacuandoCarmenmehadicho:

«Queseencarguentuscompañeras,tengoalgoparati,Laura».Yafueradelquirófanomehatendidounpapel.«EsuntelegramadeFrancia.»¿DeFrancia?Sino conozco anadie enFrancia, hepensado.Lohe

mirado muy intrigada y, en cuanto he leído sus primeras líneas, micorazónsehaaliviadoylaalegríasehaenseñoreadoporcompletodemigesto.DoñaCarmentambiénhasonreído.

«Mi marido es militar; sé cómo te sentías y sé cómo te sientesahora…»,ymehadejadoasolasconmifelicidad.

Era un telegrama de Javier. A su avión se le había averiado ladirecciónpor los disparos rifeños.Había tenidoquehuir hacia el sur ehizo un aterrizaje forzoso en la zona francesa, cerca de Fez. Él y suobservador habían tardado casi dos días en llegar hasta un puestofrancés, y loprimeroquehizo fue telegrafiarmeparaquesepaqueestávivo.Perolomejorescómoacabaeltelegrama.Medicequemequiere.Eslaprimeravezqueloponeporescrito.

Enesemomentonopodía sentirmemás feliz.Peroal llegar a casamehedado cuentade quehabía pospuestouna importante obligación:contarlesmisplanesamisamigas.

7dejuniode1921

Nuncavialegríamásamargaquelademisdosamigas.Mehanfelicitadopor mi compromiso y estoy segura de que se alegran por mí, perotambiénlesentristecequemevayaairtanpronto.

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«Sintilaescuelayelhospitalnoseránlomismo»,mehadichoInés.«¿Quiénnosresolverálasdudasynosempujaráaleeresasrevistas

tancomplicadas?»,haañadidoAvi.«Vosotrasmismas»,leshedicho.Y también les he asegurado que comparto su pena, que las iba a

echar muchísimo de menos y que les escribiría a menudo. Y cuandovengaa labodademihermana,oa loquefuese,nosvolveremosaver.Hemosdecididono lamentarnosmásyaprovecharestosmesesquenosquedanparadisfrutardenuestro tiempo juntas en cadamomento librequenosdejenlosestudios.

Así que, querido diario, no esperes verme aparecermucho por tuspáginasestassemanas.Todomitiempo,apartirdeahora,lesperteneceaellas.

9dejuniode1921

InéslecontóaBonifacionuestraaventuraquirúrgicaconelcorderoyél,antenuestro interés,sehaofrecidoadejarnosabrirycoseruncadáver.¡Unverdaderocadáverhumano!

Vaya…Séqueesimpropiaestaalegría,puessetratadeunapersonacon nombres y apellidos, que tuvo familia y amigos, y que vivió comonosotrasvivimosahora.Peronosetratadeunjuego,queridodiario,sinodeaprenderunasdestrezasque,enel futuro,quizánosayudenasalvarvidas.Dealgunamanerapuedeversecomounaformadehonraraesosmuertos.Espero…

Hoyporlatarde,cuandoyatodoslosestudiantessehabíanido,noshemos colado en la sala donde están los cadáveres. Por turnos nos hadejadoabrirlos,hacersupuestashemostasiasycoserlos,mientrasnosibacorrigiendo. Se ha sorprendido al ver que nuestras mañas no teníanmuchoqueenvidiaralasdesuscompañeros.

10dejuniode1921

Hoyhemosrepetidolaprácticaencadáveresconunaexcepción:eldoctorNoguerasnospilló infraganti.Enconcreto,cuandoyoestabacerrandounaherida.

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«Solo me estaba sujetando el material un momento», ha dichoBonifacioparacubrirme.

«¿Por qué?—ha preguntado el doctor con ironía—, ¿porque ustedtenía que rascarse la nariz en medio de la sutura? En ese caso, si nosoportaelpicor,pídalealaenfermeraquelerasque,peronodejejamáselinstrumental.»

ViendolonerviosoqueseestabaponiendoBonifacio,heintervenido:«Élnotieneculpadenada.Hasidocosamía,quequería…».«Yaséloquequería,señoritaDelaGasca»,hadichoNogueras.«¿Mevaaexpulsar?»,hepreguntadoconmiedo.«Nocreoquelanormativadelhospitalseapliquealoscadáveres.Lo

tomarécomootradesustravesuras.»Iba a pasarle el instrumental a Bonifacio cuando Nogueras ha

añadido:«No,porfavor,sigaconloqueestabahaciendo».Asíqueheagarradolaspinzasconfuerzaycontinuadoconlasutura.«Bajeunpocolasmuñecas—mehacorregidoeldoctor—yrelájelas;

la fuerza en los dedos. Y mueva un poco más el brazo, así le costarámenostirar.»

He seguido sus consejos y no he tardado en acabar. He dejado elinstrumentalenmanosdeInés,quehacíademiayudante.Eldoctorsehaacercadoparaecharunvistazoalacostura.

«Lapróximavezintentenquenolesdescubra»,ysehaidosindecirmás.

HemiradoaBonifacioyamisamigas.«Entonces,¿volvemosellunes?»Mehan respondido comosimehubiesevuelto loca.Peroyaverás,

queridodiario,comoelluneslasvuelvoaarrastrarhastaallí.

1dejuliode1921

Aunque ya han transcurrido varias semanas, la mayor parte de esetiempolohemospasadoenelhospitalyestudiando,avecesenmicasayotrasenladeInés,conalgunaescapadaocasionalalasaladecadáveresapracticarsuturas.

TambiénhemosidoenunpardeocasionesalcineoapasearporelRetiro, a la sombra de los árboles y con nuestros abanicos, pues esteverano hace un calor insoportable. Mi padre me ha contado que en

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Argentina, al estar al sur, es invierno ymás que calor estarán pasandofrío.Peronohevenidoatuspáginasahablartedeestascotidianeidades,sinodeunadespedida.

CuandosalíahoydelhospitalmeheencontradocondoñaCarmen,quemeestabaesperando.Mehasorprendidoverla,creoqueporprimeravez, vestida de calle, con un vestido precioso. Realmente es unamujermuyelegante.

«Laura,yaquemetemoqueestaserálaúltimavezquenosveamos,puedestutearme,comosifuésemosamigas.»

«Claro,señora,perdón,Carmen.¿Yporquénovoyavolveraverla,perdón,averte?»

«Además de dama enfermera soy dama de la reina, y tengo tareasqueatenderconlaCasaReal.Laqueahorametocanoesespecialmentecomplicada:acompañaralareinaensusvacacionesaSanSebastián.Allípasaréelverano.AmiregresoyahabréisacabadoelcursoytúyaestaráscaminodeArgentina.»

«Veoquemisamigasnotienensecretosconusted,contigo…»Cómomeestabacostandotutearla.

«Despuésdever tureacciónanteel telegramade tuprometido, lespregunté;yyasabeslopersuasivaquepuedoser.Noteenfadesconellas.AunquetupartidasuponeunagranpérdidaparalasDamasEnfermeras,nopretendoquetequedes,puesrespetolasrazonesdelcorazón.»

«Gracias.»«Perosítepediríaquenoabandoneslaenfermeríaytulaborconla

Cruz Roja. —Me ha tendido un sobre—. Aquí tienes la dirección de laEscuela de Enfermería de Buenos Aires y una carta de recomendaciónpara la doctora Cecilia Grierson, que es su fundadora y una personaexcepcional.EslaprimeramujerargentinaquehaconseguidolicenciarseenMedicinayesperoqueseconviertaenloqueamímehabríagustadoser:tumentora.»

«Muchas gracias, y te aseguro que lo intentaré, pero no sé cuántotiempoestaráJavierenArgentinanicuálserásupróximodestino.»

«Yasabesquemimaridoesmilitarypodrásfigurartequesudestinocambiaamenudo.Peroniyomeheconvertidoensusombra,niélenlamía.»

«Laenfermeríamegusta;igualquemegustaronlapoesía,lapinturaylamúsicaensumomento.Soloacabodeempezarynosécuálserámipróximo paso. Yo no llevo media vida dedicada a las DamasEnfermeras…»

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«¿Ypiensasqueyosí?»«Nosé,porcómosemaneja,supongo…»Carmensehareído.«Hice elmismo curso que tú hace cuatro años, antes solo era una

damadelareina.»«¿Eres enfermera solo hace cuatro años?» Me quedé muy

sorprendida.Carmen no solo sabe hacer las curas, anestesiar y tratar a los

enfermosmejorqueningunaotra;esunaorganizadoradeprimeraynohaynadaqueellanopuedaconseguir.Laverdadesquedalaimpresióndequellevatodasuvidahaciéndolo,nosolounpardeaños.

«Hacecuatroañosmepuseeseuniformeporprimeravezytuvequeestudiar igual que todas vosotras... Hasta ese momento había sido laesposa de unmilitar, duquesa y dama de la reina.Mimarido y yo nosdedicamosaviajarportodaEuropaylopasamosmuybien.Hacíaloquequería y me encantaba vivir así. No sabía qué sería de mi vida al díasiguiente,adóndetendríaqueiroquéhacer,ymegustabaesasensaciónde incertidumbre…Peroahora lo sé.Yes extraño,peroestamisión, enlugardeatarme,mehahechomás libre.Loque tevoyadecirahoraesalgo en lo que he aprendido a creer firmemente: sin propósito, no haylibertad.—Mehamiradoconunagranternuraantesdecontinuar—:Paraserdeverdadlibrehasdetenerunlugaralquequererllegar;unobjetivo,a serposible, imposible…Yusa tu libertadpara irhaciaél,para lucharcontratodoloquesetepongapormedio.Tenerlaoportunidaddehacercualquier cosa y no saber qué hacer es, en realidad, estar perdido. YoencontrémilibertadenlasDamasEnfermerasyesperoquetúencuentreslatuya,sinoaquí,endondesea.Tienespasiónytalento,nolosmalgastesyendodeunlugaraotrosinpropósitoalguno.Ynolovasaencontrarenningunaotrapersona,sinoentuinterior.Sé,deverdad,libre.»

Yasímehadejado.Nosésilavolveréaver,pero,sinduda,siemprela llevaré en mi recuerdo, igual que sus palabras. Me hubiera gustadodecirlequesíseequivocabaenunacosa:hasidomimentora.

EllaylosdoctoresNoguerasyLuqueformanmiSantísimaTrinidadpersonal.

13dejuliode1921

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JavieryanoestáenMarruecos,sinoenBarcelona,preparándoseparalaqueserá sumisióndiplomáticaenArgentina.Yanosoloestámás lejosdel peligro, sino que está más cerca de mí. Llevo meses esperando elreencuentro,peroestasdosúltimassemanassemevanahacereternas.

21dejuliode1921

Hace dos días fueron los exámenes y hoy nos han reconocido comodamas enfermeras de primera. Lo hemos celebrado con una pequeñafiestaenelhospitalqueluegohacontinuadoenelChumbicapornuestracuenta. Se nos han unido varios de los estudiantes de Medicina, yBonifacioeInéshandejadocaersuvelodediscreciónysehanbesadoenpúblico. Mi amiga ha sido la envidia de casi todas y, no os creáis,Bonifacio tambiénha suscitado rencores entre sus compañeros, porqueInés no solo es guapa, sino que tiene un carácter tan divertido ybondadosoqueloshaencandiladoatodos.

Todosestabanmuyfelices,peroamílacelebraciónmeharesultadoamarga.Aunqueseguiréviendoamisamigasestassemanas,hasidomidespedida de las Damas Enfermeras. Es una pena que una alegría tangrande como el saber que mañana voy a ver a Javier se tenga queempañarconestapérdida.

22dejuliode1921

Estevuelveaserundiarioparaelodio.Aunque ayer, por la fiesta, me acosté tarde, hoy he madrugado

mucho para que Dorotea me peinase y maquillase bien, para elegir elmejor vestido demi armario, para estar perfecta. Cuando he bajado alsalónhevistoquemispadresymihermana también sehabíanvestidoparalaocasión.Ymimadreteníauncuadernollenodemuestraseideaspara nuestra boda, que se celebraría enmenos de unmes. Estábamostodosmuynerviosos y, creo, tambiénmuy felices. Se sienteun enormevértigo justo antes de dar un paso tan importante. Mi vida, la de mifamilia, cambiaría para siempre en cuanto Javier cruzase la puerta deentrada.

Cuandoelrelojhadadolasonce,lahoraalaqueloesperábamos,hecomenzado a ponerme aún más nerviosa. Pero, bueno, ya sabía que

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Javiernuncahasidomuypuntual.«Llegará enseguida», ha dicho mi hermana mientras apretaba mi

mano.Los minutos han ido pasando y los pequeños comentarios entre

nosotroshandejadopasoalsilencio,cadaunoencerradoasaberenquépensamientos. Hasta que, ya pasada casi una hora, han llamado a lapuerta. Todos nos hemos enderezado, muy atentos, mientras oíamoscomoDoroteaabríaydejabapasaraalguien.

«Leestánesperandoenelsalón»,leheescuchadodecir.Una inevitable sonrisa ha conquistado mi rostro y he tenido que

contenerlasganasdesalircorriendoaabrazarlo.PorunmomentohevistoaJavierentrarenlasala,impecableconsu

uniformedegala,peroenseguidamehedadocuentadequequienllevabaeseuniformenoeraél,sinootrojoven:unalférezdeAviación.Traíaunmensaje de parte de su superior, el capitán Javier Alonso, y me haentregadounsobre.Loheabiertomuyrápido.Eraunasolacuartillaconunaspocaslíneasescritas:

EstimadaLaura,heestadopensandoatodashorasennuestrocompromisoymetemoque,pormuchoquetequiera,paramínoeselmomento.Sientoeldañoquetepuedacausaryesperoqueprontoencuentreslafelicidadenalguienquetemerezcamásqueyo.

Nada más leerlas, los ojos se me han llenado de lágrimas y hetardado en darme cuenta de la desfachatez con que Javier firmaba sudespedida:

Tellevarésiempreenmicorazón.Tuyo,

Javier

¿Ensucorazón?¿Mío?Simeacababadeabandonardelantedemifamilia sin ni siquiera atreverse a dar la cara. ¿Cómo tenía el cuajo deescribir que me llevaba en su corazón, cuando acababa de pisotear elmío?

Mi dolor y mi pena enseguida se han teñido de odio, rabia ydesesperación.Hesubidocorriendoamicuartoymehedejadocaerenlacamaparaecharmeallorarsinfreno.Mihermananohatardadoenvenirparaintentardarmeunconsueloimposible.Mehapreguntadosiqueríaquellamaseamisamigas,perolehedichoqueno.Enesemomentono

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queríahablarconnadie,noqueríaestarconnadie,noquería,nisiquiera,vivir.

Almediodíamispadreshaninsistidoenquedebíacomeralgoyheaceptadoquemetrajesenunpocodecomidaalahabitación,aunquecasinolahetocado.Porlatardehemaldecidoelveranoporretrasartantolanoche,puesesperabaqueconellallegaseelsueñoymeayudaseaolvidar.Sino,por lomenos laoscuridadacompañaríamejormiánimoqueestapreciosatardedejulio.

No he oído cuándo llamaron a la puerta.Mi hermana ha venido abuscarme; tenía visita. La he mirado furiosa y le he recordado que lehabíapedidoquenollamaseamisamigas.

«Nosonellas»,mehadicho.Hebajadocorriendo.NoséporquéhecreídoquequizáfueraJavier,

arrepentido por lo que había hecho, que acudía a pedirme perdón yreconciliarseconmigo.Nosécomoavecespuedosertantonta…

EraAlba.Estabahablandoconmipadreytambiénparecíaarrasadaporlatristezaylaangustia.

«MipadresehabíareunidoconmiprometidoenAnnual—leestabadiciendo— y solo sé que les han atacado de nuevo, que la posiciónavanzadadeIgueribenhacaídoyquelosrifeñosyaestánenAnnual,quesonmilesyqueaquelloespeorqueAbarránySidiDris.»

«Notepreocupes,llamaréalMinisterio,averquépuedoaveriguar.»Mi padre ha salido hacia su despacho. Alba me ha visto y se ha

acercado.«Me alegro de que Javier esté de vuelta», me ha dicho con total

sinceridad.Peromirostro, fuerademicontrol, lehadebidode indicarqueno

estababien.«Oh,Diosmío,¿lehapasadoalgo?»«No, que yo sepa —le he respondido—. Pero ¡ojalá su avión se

estrelle enuna colina, y sobrevivamalheridopara serdevorado,pocoapoco,porloschacales!»

Yhesubidocorriendodevueltaamihabitación.Mihermanasehacruzado conmigo y, supongo, le habrá explicado algo de la situación aAlba.

Nosécuántotiempohetardadoenrecomponermeyvolverabajar,peroAlbayasehabíaido.Hadebidodepensarquesoyunaegoístayunainsensible, y no puedo culparla. Si lo mío es una tragedia, lo suyo esmuchopeor.Lehepreguntadoamipadreporella.

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«Se fuehace rato a su casa.Acabode llamarpara contarles loquesé.»

«¿Yquées?»«Las noticias aún son confusas y contradictorias, pero muchos

temen que esta vez sí haya sido una verdadera catástrofe. Los máspesimistasdicenquepeorqueladelBarrancodelLobo.Muchosrifeñossehanpasadoalbandorebeldeylosespañoleshansidodesbordados.Seestán retirandodeAnnual yni siquiera se sabequéha sidodelgeneralSilvestre. Y te digo lomismo que a tu amiga: esta información es altosecreto.Ni siquiera se ha comunicado a la prensa.No puedes hablarloconnadie.»

«¿YsesabealgodelpadreyelnoviodeAlba?»«Nosesabenadadecasinadiey,porloquemehandicho,sesigue

luchando.Que alguien siga vivo a estahoranoquieredecir que lo estémañanaporlamañana.Noselohecontadoasíatuamiga,perotampocohequeridodarlefalsasesperanzas.»

OjalálasesperanzasdeAlbanoresultenfalsasysufamiliaestébien.Esoaliviaríaporcompletosudolor.Elmíoyanotieneremedio.Yloquemásmedueleesqueunhéroe,unaviadorquenodudaalahoradevolarsobreunenemigoquenoparadedispararle,queescapazdepilotarunavióndañadosobredecenasdekilómetrosdedesiertoparaaterrizarloenlaarenaycaminar,denoche,porenmediode lanada,hasta las líneasamigas, que un hombre así no haya tenido el mínimo coraje parapresentarse antemí y explicarme el porqué de su rechazo. ¿Qué le hehechoyoparaquemetrateasí?¿Quéhehechoyoparaquemetengamásmiedoquealasbalasyalamuerte?

No loentiendo,miqueridodiario,deverdadqueno loentiendo.Yojaláqueesteodioyesterencorquesientosellevaranpordelantetodoeldolor,peronohacenmásqueagudizarlo.

Creoquemeesperaotranocheenvela,yestavezséquenilacienciani la literaturame serviránde refugio y consuelo.Me siento rota y a laintemperie.

23dejuliode1921

Los periódicos apenas hablan de Annual. Solo mencionan que el reyregresaráhoydesuvisitaaBurgosparapresidirelConsejodeMinistrosyqueesoquizátengaqueverconlaguerradeMarruecos.Séquesoyuna

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egoísta,peroparamíesasnoticiasnosonmásqueuneco,unrumordefondoincapazdeatenuarelestrépitodemipropiodesastre.

24dejuliode1921

LaprensaporfinsehahechoecodeloqueestápasandoenMarruecosyhaconfirmado lamuertedelgeneralSilvestreyque lasbajasespañolasestánsiendomuyelevadas.

Peroniporalgoasínipormiaflicción,mimadremeexoneradeiramisa.Ymedaqueaunqueestuviesepostradaencamase las ingeniaríapara que un sacerdote viniese a oficiar la eucaristía en mi propiahabitación.Asíqueyaestabaacabandodeprepararmeparairalaiglesiacuandohasondoelteléfono.Desdeloaltodelaescalera,heescuchadoamihermanadecir:«EsparaLaura».Mimadrelehadichoquelocogeríaella y he preferido no protestar, porque no tenía ganas de hablar connadie.PeroentonceshepensadoquepodíaserJavier,arrepentidodesucobardía o incluso de su rechazo, y he bajado corriendo. A tiempo deescucharamimadredecir:«Nopuedeponerse»,ycolgar.

«¿Quiénera?»«Nadaimportante.»«¿EraJavier?»«¡PorDios!¿Aúntienesesperanzasdequeese…?—Mimadreseha

contenidoparanodeciralgodesagradable—.No,noeraél.»«¿Misamigas?»«No, tampoco eran ellas… Y no te preocupes, no era nada

importante.Ahoravamosamisa.»AnuestroregresoInésyAvimeesperabanfueradelportal.Albales

habíahabladodenuestroencuentrodelviernesaunque tambiénveníanporotrarazón, lamismaquehabíapreocupadoamimadrealrecibir lallamadadeestamañana.

Mi padre las ha invitado a pasar y nos hemos encerrado en micuarto.Tras intentar la tarea imposiblededarmeánimosdespuésde lodeJavier,mehanpreguntado:

«¿TehallamadotambiéndoñaCarmen?».«¿DoñaCarmenAngoloti?—Lasdosmehicieronungestoafirmativo

—.¿YcómohasabidoellalodeJavier?»«NosetratadeJavier.DoñaCarmenestabaconsumajestadlareina

enBurgos,porlodeltrasladodelosrestosdelCid,eibanaregresaraSan

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SebastiáncuandoseenterarondelodeAnnual»,mehaexplicadoInés,yAvilehatomadoelrelevo:

«DicenquehaymuchosheridosqueenseguidacomenzaránallegaraMelilla,yqueloshospitalesseverándesbordados.»

«La reina le ha pedido a doña Carmen que movilice a las DamasEnfermerasparaayudarentodoloposible.YnoshallamadoparaversiqueremosirconellaaMelilla.Yoyaloheconsultadoconmispadresy,aunquealprincipionolesgustólaidea,mehanautorizado.Mihermanatambiénirá.»

«Yyoiréconellas—haañadidoAvi—.Saldremospasadomañana.»«Dijoquetambiénteibaallamarati,porsiacasoqueríasunirtea…

suCrimea.»«Sí queme llamó, perome temo quemimadre fue quien cogió el

teléfono,yyarespondiópormí:noiré.»Misamigashanprotestadoeintentadohacermecambiardeopinión.

EsaseríalamejorformadeolvidaraJavier:lejos,conellasyhaciendoloque más me gustaba. Pero tengo tan unido el recuerdo de Javier y lasinrazón de su abandono a mis estudios de enfermería que creo quetendría el efecto contrario. Y flaco favor les haría a los heridosatendiéndolosconelánimopor los suelosy la cabezasabeDiosdónde.Aunqueséquemimadrehadichoquenoporelmiedodetenerasuhijaen una zona de guerra, me da igual el motivo; por una vez estoy deacuerdoconella.

NoiréaMarruecos.

25dejuliode1921

Hoymehe levantadoharta. La ira y el odiohandado sus frutos yhanalejado, por fin, lamelancolía y la inacción.Quiero saber el porqué deeste abandono y solo hay una persona que pueda decírmelo: el propioJavier.YantesdequesevayaalaArgentina,leharésalirdesucobardeescondrijoytendráqueenfrentarse,almenos,amivoz.

A loquemeha llevadoesa intempestivadeterminaciónesalgoqueno podía imaginar en ese momento de arrebato. Y aún no sé si deboarrepentirmeono.

Me he vestido y he bajado a desayunar sin arrastrar la pesadalanguidez que me había acompañado estos días. Mis padres y mihermana, y hasta el servicio, se han alegrado de verme así. Mi padre

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enseguida se ha puesto a leer el periódico y a comentarnos las últimasnovedades sobre Marruecos, donde la retirada de Annual se haconvertido en una desbandada en la que nuestras tropas están siendomasacradas.Eseeraeltemaqueesperabaquesacasemipadre.

«¿Y ya sabes algo del prometido y del padre de Alba?», le hepreguntado.

«Anocheseguíasinsabersenada.»«Vaya,esunapena.Hoyvoyaverlaymehubieragustadoteneralgo

nuevoquecontarle.»«Despuésdeldesayunoharéotrallamada.»Eraloquebuscaba.Loheacompañadoaldespachoyhevistocomo

levantaba el teléfono para pedir que le pusiesen con una persona enconcretodelMinisteriode laGuerra,suamigoallí.Paradesgraciade lapobre Alba, no había novedades. Me he retirado a mi cuarto, aprepararme para salir, he dicho. Perome he quedado agazapada en laescalera,vigilando.

Mimadre ymi hermana no han tardado en salir para resolver losproblemas relacionados con la cancelación demi boda.Mi padre se haquedadoenel salónyaesode lasonceharecibidoasuprimeravisita:uno de sus contables,muy preocupado por las requisas que el Ejércitopodría hacer tras lo ocurrido en Marruecos. Se han encerrado en eldespacho.Yo,consigilo,hebajadoalabiblioteca,descolgadoelteléfonoypedidoquemepusieranconelamigodemipadreenelMinisteriodelaGuerra.

«Soy Laura, la hija de don Adolfo de la Gasca», le he dicho yenseguida leheplanteadoelmotivodemi llamada.QueríasaberdóndeestabaelcapitándeAviaciónJavierAlonso,queenunassemanasseiríaaArgentina,enmisióndiplomática.

He supuesto que tardaría en responder a esa pregunta y que meemplazaríaallamarlomástarde,peromelohadichoalmomento:

«LamisiónaArgentinasehacancelado.TodoslospilotoshacenfaltaenMarruecosyallísehabrádestinadoalcapitánAlonso».

He colgado. No sabía qué hacer. Ha entrado mi padre y me haencontradoasídeextraviadaypensativa.

«¿Tepasaalgo,hija?»Lehedichoqueno,queestabaapuntodesalirparavisitaraAlba.

Porsupuestoquenoibaaverla,peroacababadedecidirquéhacer.Hecorridoalaparadadeltranvíayrecorridouncaminoalquehabía

pensadoquejamásvolvería.MeheapeadoenlaglorietadeJoaquínRuiz

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y encarado la cuesta del camino de Aceiteros con tanta prisa que hetropezado conun adoquín ymehe caído.Unhombre seha acercado aayudarme.

«¿Está bien, señorita? Hay un hospital cerca, puedo acompañarlahastaélsilonecesita.»

«No,muchasgracias,séiryosola.»Y,parapasmodeesebuenhombre,conelvestidoroto,despeinaday

conarañazosenlasmanosylosbrazos,hecorridocalleabajo.AlllegaralhospitalmeheencontradoconsorAsunción.

«¿SeñoritaDelaGasca?¿Quélehapasado?Vengaaquí,porfavor…»Meha llevadoaldispensarioy,mientrashablábamos,mehahecho

laspequeñascurasquenecesitaba.LehepreguntadopordoñaCarmen.«Está camino de Melilla con otras dos damas enfermeras. Allí se

reunirán conmigo y con las voluntarias que me acompañen.Desgraciadamentenosonmuchaslasquevendrán.Sevequesusfamiliasysusnoviosnolasquierenvertanlejosyentantopeligro.»

Sehahechounpequeñosilencio.«Yoiré»,hedicho.Lamonjasehaalegradoyapretadomimanoconcariño.«Gracias.Mañana habrá una plaza esperando por ti en el tren. Sé

puntual.»Seloheprometido,aunquesabíaqueibaasermuydifícil.Y,como

temía,al regresaracasasehaorganizadounabuena,yesoquesolohealegadomotivosaltruistasydecompromisoconlasDamasEnfermeras.Amimadrelehadadoigualymelohaprohibidotajantemente.Mipadrehaintentadoconvencermeporlasbuenas:silohagopordespechooporhuirdemidolor,allínoencontraréconsueloalguno;alcontrario,aúnmetoparé con más miseria y sufrimiento. Pero esta vez me he mostradoinflexibleydecidida;lohagopordeberyconciencia,ysinomedejanirmeescaparédecasaeirépormicuenta.Mimadre,anteesaamenaza,meha encerrado con llave en mi cuarto. He aporreado la puerta hastacansarme y, cuando he dejado de hacer ruido, he oído a mis padresdiscutiendo.Noera fácilentender loquedecíanexactamente,perocreoquemipadreleechabaencaraamimadrequeellahabíacomenzadoconlodelasDamasEnfermerasyqueahoranopodíaponerlefrenocuandomás le convenía.E inclusomehaparecidoque, en algúnmomento, hadichoquesesentíaorgullosodemí.

Alcabodeunpardehorasamboshanvenidoamihabitacióny,creoquecongranpesar,hanautorizadomiviaje.Mimadre,cosamuyextraña

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enella,mehaabrazadoymehadichoqueestoyloca,perotambiénqueestáorgullosademí.LuegohaordenadoaDoroteaquemeayudeconlasmaletasyaRosalíaquepreparealgodecomidaparaelviaje.Mipadreseencargará de llevarme a la estación de ferrocarril mañana. Me haaconsejadoquenollevemuchoequipaje:

«NosésienMelillatendréismozosyquizátengasquecargartúconél».

He sentido una emoción extraña al meter mis dos uniformes dedamaenfermera,queyahabíapensadoquejamásvolveríaaponerme,enlamaleta.Estabaapuntodecerrarlacuandohaentradomihermanaconunperiódicobajoelbrazo.LehapedidoaRosalíaquenosdejaseasolas.

«Amípuedescontarmelaverdad,vasaMelillaporquequieresveraJavier…»

«No.»«Sí»,hainsistido.«¿Y qué si fuera así? Podría hablar con él y saber por quéme ha

abandonadodeestaformatancobarde.»«PorDios,Laura,aúnsueñasconrecuperaraesesinvergüenza.»«No sé lo que pasará si voy, pero lo que tengo claro es que sime

quedoaquínopasaránadayjamásresolverémisdudas.»«Noresolverásnada…»«¿Ytúquésabes?¡Déjameenpaz!»Pero mi hermana, en lugar de irse, me ha tendido el periódico

mientrasdecía:«ElaeródromodeMelillaesZeluán,queestáal surde laciudad,y

aquí dice que pronto estará sitiado por los rifeños. Ya no despegan niaterrizanavionesdeél...»

«Habráotrosaeródromos…»«En Melilla no lo creo, porque Berenguer, sabe Dios por qué, no

quieremás vuelos y aviones en esa ciudad. Toda la aviación estará enTetuán,amásdetrescientoskilómetrosdedondetúestarás…»

Le he dado la espalda, muy enfadada. No con mi hermana, sinoconmigomisma. ¿Cómo he podido ser tan… lela? ¿Cómo nome habíadadocuentadealgoasí?IbaairaMelilla…paranoveraJavier.

«Tengootracosaparati.»«Sivasaseguirburlándotedemidecisión…»«Aunquenolocreas,soloquieroayudarte.Toma.»Mehadadounpapeldoblado.

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«EsunadireccióndeMelilla.Sitienesproblemasonecesitasayuda,veahíydiquiéneres.»

«¿Porqué?¿Quéesestelugar?»«Estoyhablandomuyenserio,Laura,ymeestoyarriesgandomucho

al contártelo. Júrame que solo irás en caso de necesidad y, lo másimportante, que no les dirás nada a nuestros padres.—Iba a protestar,peromihermanainsistió—:¡Júramelo!»

«Deacuerdo,telojuro.»«Guárdalomuybien.Nipadrenimadredebenverlo.»Me ha dejado tan intrigada que ya tenía casi decidido, nada más

llegaraMelilla,pasarmeporesadirecciónaverdequésetrataba.Ymihermanahadebidodenotarmelaintención…

«Y recuerdaquemehas jurado ir por allí solo en casode extremanecesidad.»

«Claro,claro…»Sehapuestotanseriaquecreoqueserámejorhacerlecaso.Yaquímetienes,queridodiario,apuntodepartiraMelillaenbusca

dealguienqueyanoestáallí.Perosialgoheaprendidoesteañoesqueelfuturoessiemprediferenteacomoteloimaginabas;ynoporello,peor.Es un misterio que solo se puede resolver viviéndolo. Y estaincertidumbreestácomenzandoagustarme.

Así que ahora, con mucho cuidado, te guardaré entre mis dosuniformesdedamaenfermera.Cuandovuelvaaescribirentuspáginasyaestaremosenotrocontinente.

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DIARIODELAURADELAGASCAMONTENEGRO

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ParteIIMelilla,julioaoctubrede1921

28dejuliode1921

Comoteanuncié,queridodiario,estamosenotrocontinente.Esmuytardey,trasundíadeintensotrabajo,loquemásmeapetece

esecharmeadormirporqueséquemañanavaaseraúnpeorynocreoquemejore los días siguientes. Así que ome sacrifico y busco algo detiempoparaestaspáginasquetantomeayudanaaclararmimente,otedejoolvidadoporcompleto.Y,comoves,prefieroestepequeñoesfuerzo.

Hay viajes quemarcan no un valle, sino un abismo. Salí hace dosdíasdeMadridyaunqueel tiemposemeha idovolando, cuandomiroatrás,almomentoenquesubimosaltrenenlaestacióndelMediodía,meparecequeestoyviendounepisodiomuylejanodemivida.

Mi padre me acompañó en el coche hasta allí y, por su excesivaparsimonia,estuvimosapuntodellegartarde.YaestabanAlba,Avi,Inésysuhermanamayor,Margarita,sietedelasenfermerasprofesionalesyeldoctor Nogueras. Se me hizo raro vernos reunidas así a todas, sin eluniforme y cargadas de maletas. Solo las cuatro monjas que nosacompañaríanllevabanhábito,igualqueenelhospital.

InésestabaconsuspadresyconBonifacio,quelacubrióconcuantosbesos permitía el decoro; Margarita fue un poco más recatada conSantiago,suprometido,elmismoalqueyohabíadadounguantazoenelChumbica.AvitambiénsedespidiódesuspadresyAlbadesumadre,queahora se quedaría sola. Mi padre se ofreció a ayudarla en todo lo quehiciesefalta.YtambiénofreciósucolaboraciónasorAsunción.

«Me figuro que en estosmomentos no será fácil encontrar barcosquevayanaMelilla;silonecesitanpuedoconseguirlesunoenunpardedías.»

Lamonjaseloagradecióyrespondióquenoharíafalta.«Ya tenemos transporte. Doña Carmen y el nombre de la reina

mueven montañas. Pero tomo nota de su ofrecimiento, señor De laGasca;nuncasesabecuándoalgoharáfalta.»

Nos despedimos de nuestras familias desde las ventanillas de loscochesdel treny, cuando la estaciónyaquedóatrás, las cerramospara

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quenoentraseelhollíndelalocomotora.Esedíalopasamosentretrenesytransbordos,charlando,cantando,aburriéndonos,dormitandoyviendopasarelpaisaje,hastallegar,muydenoche,aMálaga.Noshospedamosen el Hospital Noble de las Hermanas de la Caridad. Me hizo graciadescubrir que su nombre no se debe a la nobleza de sus pacientes opropietarios, sino a que fue construido por las herederas de JosephNoble,unmédicoinglésquehabíavividoenlaciudad.

Ayersenosunieronotrastresdamasenfermeras.Unadeellasdebíadetenerunoscuarentaañosy,cuandonospresentaron,medijo:

«Somostocayas;tambiénllevoelnombredeLaura».Luego supe que era su alteza real la serenísima señora Luisa

Francisca María Laura de Orleans, infanta de España y princesa deOrleans y de las Dos Sicilias, aunque para nosotras solo Luisa. Eluniformeaúncontribuiríaahacernosmásiguales.

Yo tenía tantas cosasen la cabezacaminodelmuelleque laúltimaque se me ocurrió era que iba a hacer mi primera travesía en barco.Aunque el trayectono era largoni nos enfrentaríamos a la bravura delocéano, supuse que verme allí en medio, con agua y agua por todaspartes,comodiríaColeridge,seríaunaexperienciatransformadorayqueno habría palabras para hacerle justicia, una suerte de síndrome deStendhal causado por la naturaleza. Y me gustó, sí. Es precioso ytransmite una enorme serenidad, y la brisa huele a mar y refresca elsofocanteestíodelsur;yseguroquepodríaestarcontemplándolohoras,pues la forma suave con que semueven las olas y reflejan la luz sobreellasresultacautivadora…Peronimedesmayénimefaltóelaliento,nieselespectáculomásbelloquehayavistoenmivida.Quizálaculpadeestapequeñadesilusión la tengan lasaltasexpectativasque los literatoshancreado enmí.Además, ningunode ellosmehabía prevenidodel efectoqueelvaivéndelbarcoproduceenalgunosestómagos…comoelmío.

Avi y unas cuantasmás llevaron la travesía con total tranquilidad,perootras,comoInésyyo,lopasamosmal.Probéarecostarmeeintentardormir. Pensé que así seme pasaríanmás rápidas las ocho horas queduraelviaje,perosoñéqueibaenunbarcoymemareabay,aldespertar,pudeconstatarque,efectivamente,ibaenunbarcoymemareaba.

Porfortuna,amedioviajeelmareofueremitiendoypudedisfrutarde nuestra entrada al mar de Alborán y de la arribada al puerto deMelilla.

Enelbarcoconsultéunmapaparavercómoeraellugaradondemedirigía. Para que te hagas una idea, querido diario, imagínate un

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triángulo que apoya unode sus lados en el sur, que seríaÁfrica, y quetienesuvérticeapuntandoalnorte,queseríaelcabodeTresForcas.PuesMelillaestaríaenlamitaddesuladoderecho,aleste,pegadaalmar.

Así,alnortedelaciudadestáelcabo,aleste,elmar,yaloesteyelsur,colinasymontañas.LamáscélebreeselGurugú,alsur,quedominalaciudaddesdesuscimasyendondeestáeltristementecélebreBarrancodelLobo.TambiénalsurdeMelilla,pegadaalmar,hayunagranlagunacosteraquellamanlaMarChica.

Según nos acercábamos a tierra pude ver que la ciudad, ubicadaentrecalasyacantiladoscosteros,seextiendeporunasuavee irregularpendientehacialosmontesquelarodean.

El barco tenía demasiado calado para el puerto. Fondeó a ciertadistanciayunabarcanosllevóhastaunlargoespigóndecargaamedioconstruir. Los estibadores y el doctor Nogueras nos ayudaron con elequipajeyasubirporlasestrechasescalerasdelmuelle.

Mi primer recuerdo deMarruecos es, y siempre será, el calor. Uncalordensoquepareceposarsesobreloshombrosyqueenseguidacubrelapieldegotitasdesudor.Pero,acambiodeesesofocantebochorno,elmar, la arena, las rocas, las nubes, todo brilla con coloresmás vivos yhermosos.Meparecióextrañoqueenun lugarquerebosa tantabellezapuedahaberunaguerra.Loúnicoqueaalguienensusanojuiciopuedeapetecerlehaceraquíesbuscarunasombraparasentarsecercadelmarydisfrutardelpaisajeyelfrescordelabrisa.

EnelmalecónnosesperabaCarmenconotrasdosdamasenfermerasyavestidasconsusuniformes:MimíMerrydelVal,queconesenombrede gatito (es el diminutivo deMaría delCarmen) es familia de nuestroembajador en Londres, yMaría Benavente, pariente del premio nobel.PeroaligualqueconLuisa,noimporta,paranosotrassonMerryyMaría.Y,apeticióndeCarmen,todasnostrataríamosdetú.

Carmen,alverme,sesorprendió.«¿Laura?Tehacía caminodeArgentina.—Entonces, supusoalgo…

nomuyacertado—:¿HandestinadoatuprometidoaMarruecos?»«No,bueno,sí,estáenTetuán…Peroyanoestamosprometidos.»«Oh, vaya, lo siento...—Luego se dirigió a Alba—: Aún no se sabe

nadade tupadrenide tuprometido, loquenosda cierta esperanza.Ypodrás emplear todo tu tiempo libre en buscar noticias de ellos, peromientrasestésenelhospital,eseserátuúnicomundo,¿entendido?»

Albaasintió.

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Ese también fue elmomento en que Inés yMargarita, al ir juntas,fueron rebautizadas como «las Santirso». Inés, más tarde, noscomentaría que no le hace mucha gracia convertirse en «la Santirsopequeña».

Anuestro paso, losmilitares dejaban lo que estuviesen haciendo ysaludabanaCarmenllevándose lamanoa la frente.Ellacorrespondíaaesesaludoconunlevegestodecabeza,quenosotrasimitamos.

«Nollevasniundíaaquíyyaeresmuyconocida»,lecomenté.«Nomesaludanamí, sinoaluniforme.—Se rio—.Lasenfermeras

seríamosalgoequivalenteaunalférez.—Señalóunacamionetaaparcadajuntoalasvíasdeltren—.Eseseránuestrotransporte.»

Lacamioneta,conelcajóndecargadescubierto,estabarodeadadeniñosandrajososque jugabanentresusruedas.Alacercarnosatrajimossuatenciónylasrodeadasfuimosnosotras.Algunosserieron,otrosnosdedicaron piropos en su lengua, árabe o bereber supongo, y otroscuchichearon entre ellos. Alguno nos tendió lamano, esperando algúntipo de limosna. Entonces apareció el conductor, un joven marroquívestidoconropaseuropeasbastantegastadas,ojosclaros,cabellorizado,tez morena y barba corta; bastante guapo, la verdad. Con un par debromasycoscorroneslosechódeallíynosayudóasubirlasmaletas.SellamaGalebyhablacastellanocontansolounligeroacento.Nostratóde«señoritas»yfuemuyamableycuidadoso.Creoqueatodas,enseguida,nosagradó…Yaalgunaslesagradódemásynointentarondisimularloensuscomentariosunavezestuvimosasolas.

Avi,quenuncahabíamostradomuchointerésporlosestudiantesdeMedicina, se quedó embobada al verlo. Tuve que darle un codazo paraquesubiesealacamionetaydejasedemiraraGaleb,que,paracomplicarlascosas,recompensósumiradaconunasonrisapeligrosísima.

Tras esa sonrisa nuestro chófer regresó a la cabina con el doctorNogalesyCarmensubióconnosotrasalcajóndecarga.Yasí,enfermerasy equipajes, muy apretujados todos, partimos del muelle en aquelladesvencijada camioneta que dio la espalda almar y pasó traqueteandosobrelasvíasque,desdeelespigón,discurríanparalelasalmuellehaciaelsur.Losniñosnossiguieronuntrecho,gritandoyhaciendobromas.

«Hoytenemossuerteynosoplamuchoelviento;dicenqueavecesesinsoportable.Yconlevante,vuestrodesembarcohabríasidobastanteaccidentado.»

Unpardelocomotorasyunasdecenasdevagonesdemercancíasmehabían tapado la vista de la ciudad. Entonces vi, ami derecha, lo que

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seríaalnorte,cercadelespigón,unapequeñapenínsulaqueentrabaenelmary,sobreella, laciudadmedieval.Melilla laViejaoelPueblo,comonos explicó Carmen que la llaman. En su interior, sobre los tejados yterrazasdelasapretujadascasas,vimostorreonesdetipomedievaly,asualrededor, afiladasmurallasmodernas de traza italiana. Esa había sidotoda la ciudaddurante varios siglos.A suspies y alrededor, sobre todohaciaelsur,hacrecido,enorme,laactualMelillae,igualqueelespigón,esunaciudadamedioconstruir.Conbonitosedificiosdevariospisosconmolduras modernistas, que nada habrían desentonado en la Gran Víamadrileña,juntoacasitasbajasdeadobeybarracaspolvorientas,y,entreellas,solaresenlosqueyahabíaobrasoqueesperabanporestas.

Casienfrentedenosotros,unacolinadetierraestabasiendovaciadapara las obras del puerto. Y sobre ella, un fortín circular con arcos ytronerascuadradas…

Pensarás que estoy loca, querido diario, pero es idéntico al queapareceenmissueñosdesdequesoyniña.Lacaradepasmoquesemedebiódequedartuvoquesernotoria,porquevariasmepreguntaronquémepasaba.Carmen,quesiguiómimirada,explicó:

«ElcerrodeSanLorenzoconsufortín.Hayvariosdeeseestiloportodalaciudad,peronoospreocupéis,lastrincherasestánenelexterior,muylejosdeaquí,ymuybienguarnecidasporlaLegiónyotrastropas.»

Tardé un poco en reaccionar y darle las gracias. ¿Cómo pudo miimaginación construir en sueños un lugar exacto a uno real que nuncahabíavisto?Megustalalógicayentenderlascosaso,almenos,saberquetendrán una explicación que alguien encontrará algún día, pero estosobrepasabaesos límites.Es imposible.Ounagrancasualidad.DeesasqueaInésyAvi,tanamigasdecreerenlomágico,leshacenpensarqueestemundoestádeverdadhabitadopor las fantasías inventadaspor elserhumano.

«Bajoesefuerte—pregunté—,¿haycuevas?»Carmen me dijo que no, lo que me alivió bastante. La casualidad

parecíaacabarahí.Peroentoncessiguió:«LascuevasestánenMelillalaVieja;dicenquesonmuybonitas».Sentífríoenelestómagoymedijeque,encuantopudiese,iríaaver

esascuevas.Desdedondeestábamos,Carmenseñalóuncaucesecoquesehundía

alospiesdelcerroyseguía,perpendicularalacosta,haciaelinterior.Unpardepuenteslocruzabananuestraaltura.

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«Ese es el río deOro; bueno, ahora solo su cauce, pero que no osengañe.Enotoñoeinvierno,conlaslluvias,puedevenirmuycrecido.Noeslaprimeravezquearrancaalgúnpuenteeinundatodasestastierrasasualrededor.»

El cerro de San Lorenzo enseguida quedó atrás y la camioneta,hipandoydandobrincos,quebienquenotábamosennuestraspiernas,espaldas y posaderas, se internó en la ciudad por una de sus grandesavenidasamediohacer.Ademásdecasaspudeverhoteles,tiendas,caféseinclusoteatrosycines.

«Se puede decir que el río —siguió diciendo Carmen—divide laciudadendos.Alnorte,pordondenosotrasestamos,vive lagentemásadineradaydebuenaposición,y losoficialesdelEjército.Alsurestá lagentemáshumilde,latropaylamayoríadelapoblaciónnativa.Aunquenotodoesasí;porejemplo,elbarriojudíoestáalnorte,haciaelinterior,yesdeloslugaresmáspobresdelaciudad.»

Al fin, la camioneta paró ante un gran edificio de piedra blanca,ventanalesampliosyunatorrecuadradaconrelojque lodividíaendosalas.Estáapartadodelosdemás,cercadelrío.LaplacaquehayjuntoalapuertaaúnindicaquefueconstruidoparaserlaescueladelaDoctrinadelosHermanosCristianos.

«Hemos llegado», dijo Carmen. Todas nos apeamos. El doctorNogueras y Galeb nos ayudaron a bajar los equipajes, pero nosotrastuvimosquecargarconelloshastaelhospital.

Avi casi se cae al intentar bajar su maleta. Galeb fue rápido dereflejosylacogióporlacintura,evitandoquesepartieselacrismacontraelsuelo.

«Tenga cuidado, señorita», dijo conotrade aquellas arrebatadorassonrisas.

LapobreAvisequedótemblando.«Disimulaunpoco»,ledijoInésmuydivertida.«Disimular…¿elqué?»,respondióAvicolorada.Carmen nos dijo que, como ya era tarde, poco más haríamos que

acomodarnosenunsencillopabellónsituadoeneljardínquehaytraselhospital.

Un oficial del Ejército se acercó a Carmen y, en lugar del saludomilitar, la recibió conun castobesoquenos sorprendióa todas.Merrynos explicó que era don Pablo Montesinos, el duque de la Victoria ymaridodeCarmen,quehabíavenidonocomomilitar,sinoparaayudarla

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en todo lo posible. Hablaron un momento y Carmen volvió a nuestrolado.

«Necesitoqueunpardevosotrasmeayudéis;aver,LuisayLaura.»Enlugardeentraralhospital,volvimosalacamionetayregresamos

alpuerto,másalsur,hastaellugardondeestabaatracadouncarguerodebandera inglesa, este sí pegado almalecón. Carmen, antes de subir, sedisculpóconnosotras:

«Lo siento, pero voy a tener que usar vuestros apellidos más quevuestraspersonas.»

Y así nos presentó ante el armador de ese barco: la princesa deOrleans y la hija del famoso naviero don Adolfo de la Gasca, lo queagradóaaquelhombre.Conacentoinglés,medijo:

«Conozcoasupadre.Unhombrecultoeinteligente,eimplacableenlosnegocios...Unhermano».

Meparecióunpocoexageradolode«hermano»ymáselsutilguiñoque me hizo. ¿Estaba intentando coquetear conmigo? El caso es que,desdeesemomento,fuemuyamableconnosotras.

Carmenlehizounaofertaporsumercancía,uncentenardecamas.Elinglésprotestó.EramenosdeloqueleofrecíaelEjércitoyaellosselashabíanegado.

«YonotrabajoparaelEjército—dijoCarmen—,sinoparalaCoronaypara laCruzRoja Internacional. Y si estamos aquí no es solo por loscentenaresdeheridosqueyahay,sinoporlosmilesquehabrá.Yapuedever que cada día lleganmás tropas al puerto; los combates seguirán ynecesitaremosmás hospitales. Aquí, en Tetuán, en Larache; incluso enEspaña, para evacuar a los convalecientes. Usted decide si quierevendermeestascamas,porlasqueaúnpuedosubirmioferta,osiquierevendermecamasymobiliariodehospitalparatodoloqueestáporvenir.Y,enesecaso,nosoloyo,sinolaCoronaalaquerepresentoylospadresdeestasseñoritas,leestaránmuyagradecidos.»

El hombre no tardó en ceder y se comprometió a entregarnos lascamashoyenelhospital.

Albajardelbarconosesperaba, juntoa lacamioneta,unoficial:elcoronelFranciscoTriviño,jefedelaSanidadMilitardeMelilla.Saberquehabíamosconseguidolascamasnolehizoningunagraciaypretendióqueselasentregásemos.Carmen,amable,senegó.

«¿Esquenomehaoído?—dijodesabridoelcoronel—.Estoyacargode toda la sanidad de esta plaza. Así que, si le doy una orden, debeobedecerla.»

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«Nosomosmilitares—respondióCarmenaúndeformaeducada—,yusted no tiene mando sobre nosotras. Así que esas camas se irán anuestro hospital, donde le aseguro que serán de gran ayuda a susheridos.»

«¿Quierenayudar?¡Puesvuélvanseacasa!¡Aquínotienennadaquehacer!»

Y, por primera vez, vi a Carmen dejar la amabilidad para ponersemuyseriayamenazadora:

«Oconustedocontrausted,sigoórdenesdelareina.¡Ybasta!».Ya era muy tarde y no tenía ni tiempo ni ganas de discutir, nos

explicódecaminoalhospital.Comolacocinaaúnnoestácompletamenteequipada y no funciona, el marido de Carmen envió a Galeb al HotelVictoriaparaquenostrajesenalgodecenar.Lodisfrutamossobreunasmesasimprovisadasconcaballetesytablasenelmismojardín.

Antes de acostarnos, Carmen nos invitó a subir a la terraza paradisfrutardeloquellamó«unodesusplaceresfavoritos»enMelilla:verelatardecerylanochedesdeahíarriba.Elsolsefueocultandopocoapocotras las montañas, alargando las sombras más y más hasta hacerlasdesaparecerenelcrepúsculo.Elcieloenrojecióehizobrillarlatierraylapiedramientras,anuestraespalda,sobreelmar,yaoscurecía.EnMelillalaViejaunfaroseiluminóycomenzóapasearsuhazsobreelaguaylostejadoscercanos.

PabloMontesinosseñalólasmontañasqueteníamosalfrente.«ElmacizodelGurugú—dijo—.EntreélylaMarChica,haciaelsur,

pasalacarreteraquellevabaaAnnualatravésdedecenasydecenasdepequeñospuestos y fortines. Todoshan caído ante laharka deAbd el-Krimcomouncastillodenaipes,unotrasotro…SoloNador,ZeluányelmonteArruitresisten,rodeadosporelenemigo,aquímismo,alsurdeesamontaña.LasguarnicionesdeNadoryZeluánsonescasas,unoscientosdehombres,perolacolumnadeNavarro,queestáenArruit,tienemásdetresmil.TodoloquequedadelejércitodeSilvestre…»

«Y, entre ellos, el doctor Felipe Peña, un médico militar, buenamigo»,dijoNoguerassinapartarlavistadelamontaña.

«¿Yporquénovanarescatarlos?»ParaAlbaestabaclaroque,sisupadreysuprometidoseguíanconvida,estaríanallí.

«Eslomismoquesepreguntanmuchosoficiales—dijoPablo—,¿porquéBerenguernoenvíaa sus tropasa liberarlossiestán tancerca?MefiguroquetemedesguarnecerMelillaparaunaoperacióntanarriesgada.Losmorosdominanlacarreterayseríaunaluchasangrientaalolargode

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másdetreintakilómetros…BerenguernisiquierahafortificadolascimasdelGurugúportemoraextenderdemasiadoelperímetrodedefensadeMelilla y, como losmoros las tomen, la ciudad estará amerced de susdisparos.»

«¿Nos podrán disparar desde allí?», dijo Margarita un pocosorprendida.

«Confusiles,no;estádemasiadolejos.Perosíconartillería.»«¿Ytienencañones?»,dijoInés,queaveces tendíaacompletar las

fraseseideasdelaSantirsomayor.«Ahora,sí; losquecapturaronaSilvestreenAnnual.Ysi lossuben

hasta allí arriba —señaló el Gurugú—, podrán bombardear dondequieran.»

Trasesasfunestaspalabrasestuvimosunratoensilencio.Oscureció,comenzaron a aparecer las estrellas y, tras el intenso calor del día,refrescó.Unabrisasuavequebajódelascolinas.

«Esperemosquelabrisanovayaamás—dijoPablo—,porqueaquíelvientopuedellegarasermuymolesto.Elponientebajadelamontaña,essecoycálido,yahora,conlaguerra,hueleacordita.EllevantevienedelMediterráneo, huele a mar y es húmedo. Media ciudad prefiere uno ymediaciudadprefiereelotro;yoodiolosdos.»

«Incluso con viento—nos contó Carmen—, este suele ser elmejormomentodeldía.Ydentrohacetantocalorque,enverano,muchagenteduermeenlasterrazas.»

Sumarido encendióun cigarrillo.El doctorNogueras y algunasdenuestrascompañerastambiénlohicieron.Pudimosver,porlospuntitosrojos, que en otras terrazas de los alrededores también encendíancigarrillos.Eracomositodalaciudad,aesahora,sehubieseencaramadosobresuscasasparadisfrutardelapazyserenidaddelocasoafricano.

Y hoy ya vuelve a ser noche cerrada, querido diario, y acabo deescribirestas líneasenestamismaterraza,sola,a la luzdeunpequeñocandil. A su alrededor revolotean un par de polillas. De pequeña measustabanmuchoconsusinesperadosaleteos.Peromipadremedijoquetan solo son el proletariadode lasmariposas.Aunque sus ropajes seanmáshumildesnohayquetenerlesmiedo.Yalverlasasí,dejédetemerlas.Alrecordaramipadremehepuestounpocotriste.UnsolodíaenMelillayyaechodemenosamifamilia.Soyundesastre…

Seestátanagustoquemetientaecharmeaquímismoadormir.Aúnse pueden distinguir luces de cigarrillos y el viento arrastra voces deconversacionesmuylejanas.Yhastadenocheloscoloressonotros.

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29dejuliode1921

Hoysoplaelponiente,tansecoycalientequeenlugarderefrescarhacemás presente y pesado el calor. Viene cargado de polvo y de un olorextraño,comoaquemado,quesupongoqueeseldelacordita.

Nos hemos reunido en el jardín, ya con nuestros uniformes, yCarmennoshaguiadoporloqueseránuestrohospital.Enelcentrodelpisobajohayunenormevestíbulo,dondeestarán laportería, lasaladeespera y las oficinas. A cada lado, una larga nave con galería. La de laderechaseráparamedicinayladelaizquierdaparacirugía,cadaunaconsu sala de curas y ambas para la tropa.En la entreplanta, en una granhabitacióncircularquedaalatraseradeledificio,iráelquirófano,conunpardesalitasasuladoparaesterilización.Laprimeraplantaesidénticaal bajo, pero allí estarán los oficiales. En torno al jardín, además denuestrasestancias,semontaránlascocinas.

MientrasPablo se encargabade comprobar que la electricidad y elsuministrodeaguaibanbien,nosotras,conayudadeldoctorNogueras,nos hemos dedicado a limpiar el edificio y a colocar las camas que, aprimerahora,noshanentregado los ingleses.Carmen, con la ayudadeMerry y María Benavente, que son inseparables, se han pasado el díasaliendoyvolviendoconsábanas,toallas,pijamasytodotipodematerialque vamos anecesitar.Trabajamosduro y sindescanso y, con el calor,sudamos tanto que nuestros uniformes acaban empapados. Hasta hahabido una que se hamareado y ha tenido que estar tumbada un ratomientras le daban agua. Carmen nos ha recordado que beber, en esteclima,escasitanimportantecomorespirar.

Mehagustadover lobienquese llevanInésyMargarita;ojalámellevaseyoasídebienconAna.Siempreestándebuenhumorycharlando,riéndose ante cada tontería que se les ocurre o con cada pequeñaanécdota;sonlaalegríadelgrupo.AunquehoylamásdichosaparecíaserAvi.

«¿Aquévieneesacaradefelicidad?—lehepreguntado—.¿AúnestáspensandoenGaleb?»

«¡No! Pero qué pesadas estáis Inés y tú con eso… Es por estehospital…Ibaaserunaescuelayestáreciénconstruido;aquíaúnnohahabido sufrimiento ni dolor, está limpio…Y no hay cosa queme gustemásqueestesilencio.»

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Silencio de espíritus, entiéndase, porque el jaleo que montamosnosotrasylacuadrilladeobrerosrifeñosquehatraídoGalebparaayudaraPabloesmonumental.

AlahoradelacomidasehacalmadotodoyGalebhaaprovechadoesa quietud para rezar de rodillas sobre una pequeña alfombra con eldibujodeunarcodeherradura.Noshacontadoquerepresentaelmihrabde unamezquita y que debe apuntar hacia LaMeca.Galeb, aunquenoparadetrabajar,setomamuyenseriosureligiónyhacesuscincopausasparalaoración.Igualquelasmonjas,quecasialasmismashorasqueélse reúnenpara el rosario y otros rezos, también en torno al jardín.Meresulta relajanteoírlos:un rumorenque semezclanel árabey el latín,cadaunoentonandosuspropiasplegarias.

Despuésdecomer,AlbalehapreguntadoaCarmensihabíaalgunanovedadrespectoasupadreyasuprometido,peronohapodidodecirlenada,pueselcoronelTriviño,despuésdelaagarradaquehabíantenidoayer,noestabasiendomuycolaborador...

«GalebvaairhastaelhospitalDocker,alsur,yquizáallítepuedandeciralgo;muchosdesusheridosestuvieronenArruit.»

Justoenesemomento,sobreeljardín,hapasadounaviónenvuelorasante.Variasenfermerashangritadoycorridoaesconderse.Pablosehareído.

«Tranquilas, es de los nuestros. Los moros no tienen aviones nipilotos…»

«¿Adóndevasiaquínohayaeródromo?»,lehepreguntado.«Lossoldados llevandíasquitandopiedrasyalisando laexplanada

delHipódromo;supongoqueaterrizaráallí.»«¿Dóndeestáeselugar?»«Alsur…»«¿CercadelhospitalDocker?»«Sí,másomenos…»Nomehahecho faltaescucharmásy, fingiendonotenerprisa,me

hedirigidoalexterior.Allíheechadoacorrerhacialafurgoneta.«¡Alba,espera,irécontigo!»Albasehadetenidosorprendida.«¿Porqué?»«Nosé,nodeberíasirsola…»Entoncessehafijadoenelavión,queaúnvolabahaciaelsur.«¿Esporsisetratadetuantiguoprometido?»«¡No!»

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«Nomegustaquememientan,ymuchomenosquememientantanmal.Nimelomerezconisoytantontacomoparacreerte…»

«Vale,deacuerdo…EsporqueesepilotopuedeserJavier.»«Pero¿notehabíadejado?Sihastaqueríasqueseestrellase.»«Me dejó con una nota, sin esperar mi respuesta ni dar

explicaciones,yquierosaberquépasó.Porquésehaechadoatrás…»Alba se lo ha pensado un momento antes de ceder e invitarme a

acompañarla.Galeb,alverquesoloéramosdos,noshaofrecidoirconélen la cabina, apretujadas en la plaza del copiloto. Los brincos eran losmismos, pero el asiento más mullido, y así también hemos podido irhablandoconél.Peseaquelehemospedidoquenostutease, insisteentratarnosdeusted.

Hemos cruzado un puente, que nos ha dicho que se llamaba deCamellos,cercadelcerrodeSanLorenzo,ynoshemosdirigidohaciaelsurenparaleloalmar.ElbarriodelHipódromomehaparecidounazonaaúnmásnuevayencrecimientoquelasquehabíavistohastaahora.Lascalles sonrectas,encuadrícula,y lasbarracas improvisadassealternancon edificios depiedradedospisos,máshumildes que los del norte, yentre ellos hay cines, cafés y un gran mercado cubierto rodeado pordecenasdepuestosambulantes.Aesahoraestaballenodegentequeibadeunladoaotro,avecesconpequeñosrebañosdecabrasocongallinas;eraunamultitudabigarradadondesemezclabantrajeseuropeos, ropasdefaena,uniformesyvestidostradicionalesdeMarruecos.

Iba a decir que la brisa…, pero mentiría. El calor que arrastra elviento llega cargado de aromas de especias; azafrán, comino, sésamo,jengibre,cúrcuma,coriandro,anís…Y,derepente,algirarunaesquina,ese olor es devorado por el de la gasolina, el sudor y el tabaco de loscampamentos.

Muchascasasestánabandonadasyotrasamedioconstruir.«Mucha gente ha huido de la ciudad —nos ha explicado Galeb—.

Españoles que han vuelto a la Península por miedo a Abd el-Krim, ymarroquíesquehanescapadoalcampoportemoralasrepresaliasdelosespañoles… Los primeros días, tras el desastre, hubomucho pánico. AMelillallegabancolonosespañolesdetodoelRifhablandodematanzasyasesinatos,desesperadosporquelohabíanperdidotodo.Lagenteseechóal puerto para subir en el primer barco que saliese. Fue terrible…Peroentonces llegó la Legión, con sus armas y esa forma de caminar tanrápida y agresiva. Berenguer los formó en elmuelle y los hizo desfilar

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arriba y abajo por toda la ciudad; fue impresionante. Devolvió laconfianzaalagente.Ycadavezlleganmássoldadosypertrechos…»

«¿Ese es el hospital?» Señalé un austero edificio de tres plantas,rodeadodeambulanciasytiendasdecampañacónicas.

«EseeselAlfonsoXIII,elmásgrandedeMelilla,másdesetecientascamasydicenquevanaampliarloaldobleencuantoconsiganmás.Nosé cómo habrá hecho doña Carmen para conseguir las nuestras. Lascamasdehospital,hoy,valenmásqueeloro…»

Unamultitud de niños, se diría que un enjambre, corría entre lossoldadosylosvehículos,jugandoeintentandosisarlescomida,ollevarseunasmonedasporhacerlesalgúnfavor.Casitodos,deorigenmarroquí.

«¿NosetehacerarotrabajarparanosotroscuandotupueblosehalevantadoenarmascontraEspaña?»,meheatrevidoapreguntarle.

Alba me ha mirado asustada, como si le estuviese dando ideas aGaleb.

«Marruecos es unpaís de países; está el jalifa, están los franceses,estánlosespañolesyestánlascabilas.Abdel-KrimesellíderdelosBeniUrriaguel, y quiere ser libre tanto de España como del jalifa y de losfranceses…Ycadacabilasiguesupropiapolíticaysuspropiosintereses.»

«PeromuchasdelasqueeranamigasdeEspañasehanpasadoasubando.»

«Verán un mejor soberano en él que en España, o sencillamentepensarán que las cosas han cambiado y querrán estar en el bandovencedor.Aunenguerra,lamayorpartedelagentesoloquierevivirconprosperidadydefender loqueessuyo…Todos lossacrificiosquehacensonporesemotivo,oalmenosasíloveoyo.»

«¿Y qué hacías antes de la guerra? —le ha preguntado Albaintentandocambiardetema—.¿Yaeraschófer?»

«Quéva.EstudiéIngenieríaenMálaga,paratrabajarenlasminasdehierrodeUixán,queestánalsurdeaquí.Elespigóndelpuertoyeltrenseconstruyeronparasacarelmineral.»

«Poresohablastanbienlosdosidiomas.»«No,señorita,hablocuatro:árabe,castellano,francésytarifit,quees

lalenguabereberdelRif…Ymedefiendoentashelhitytamazight…»«¡Cuántos!»«Aquí es lo normal... Lo que resulta extraño es que los españoles

hablentansolounoyesperenquetodoelmundotambiénlohable.¡Ah,señoritas!AhíestálaexplanadadelHipódromo.»

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Enmedio de ella, rodeado de soldados, estaba el avión que habíavistopasarsobreelhospital.Galebhadetenidolacamionetaynoshemosapeado.Segúnmeacercabaalospilotos,soldadosyoficialesseapartabanpara dejarnos pasar y, con educación, nos saludaban igual que habíanhechoconCarmenenelmuelle.Yono leshehechomuchocaso.Teníamuchas ganas de ver quiénes eran esos aviadores. El observador, quehablabaconunoficial,tambiénmehasaludadoalpasar.Elpilotoestabadeespaldas,comprobandoalgoenlahélice.Hellegadohastasuladoymiuniforme blanco, que tanto contrastaba con los de la tropa, me haconvertidoenelcentrodetodaslasmiradas.Heposadounamanoenelhombrodelpiloto,quesehadadolavueltaymehasaludado.

«Aunqueelaterrizajehasidounpocoabrupto,estoybien.Gracias,señorita»,mehadichoconamabilidad.

No era Javier, sino el capitán Manzaneque y su observador, elcapitánCarrillo.ComoyonoestabaparadisimulosynoqueríaretrasarmásaAlba,leshepreguntadodirectamente.

«¿ConocenalcapitánJavierAlonso?»Amboshandichoquesí.«Con loatrevidoyaventureroquees, raroquenosehayaofrecido

voluntarioparaveniraMelilla»,haañadidoCarrillo.«SeráquepilotaunDeHavilland—hadichoManzaneque—.Nuestro

aparatoesunBristol.—Yhadadounapalmadasobresuavión,comosisetratase de un caballo—. Es más ágil y puede aterrizar en estascondiciones. Ahora prepararemos la pista para que puedan venir másaviones…»

«¿Yvendráél…,Javier,digo?»Se han encogido de hombros. No pueden saberlo, pero,

conociéndolo,esposiblequeenunosdíasaparezcaporaquí.Albasenoshaacercado.

«¿HansobrevoladoelmonteArruit?»,leshapreguntado.«Sí. Nuestro plan es llevarles suministros y municiones que

dejaremoscaersobresuposición.»«¿Ycómoestán?¿Haymuchosheridos?»«Desdearribanoes fácilsaberlo,perosiguenluchandoysí,parece

que haymuchos heridos. Y las guarniciones de Nador y de Zeluán noestánmuchomejor.»

EsasnoticiashanpuestomástristeaAlba.Hahechoelrestodeltrayectocallada.

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«ElfortíndeTriana—noshaseñaladoGalebmientrasconducía—escuadradoyconbaluartesenformadeflechaenlasesquinas,muchomásgrande que el de San Lorenzo. —Y, cerca de él, ya pudimos ver lasdecenasdebarracones,unosdemaderayotrosdeladrillo,queformanelhospital Docker—. Lo llaman así por los barracones de madera tipoDockerconqueseconstruyóalprincipio,aunqueahoratambiénloshaydepiedra.DespuésdelAlfonsoXIII,eselmásgrande.»

Alba ha bajado corriendo hacia el pabellón más cercano. La heseguidoyalcruzarlapuertacasihetropezadoconella.Sehabíaquedadoallíparada,igualquemehabríapasadoamí,porque,nadamásentrar,hesentidocomosialgomegolpeaselacara.

Unterribleolorasudorseco,excrementoyputrefaccióndegangrenahacíadensoelaireyse tepegabapor todoelcuerpo.Elairecálidoqueentrabaporlasventanas,enlugardearrastrarlofuera,lopaseabadeunlado a otro. Y lo peor venía cuando los ojos se acostumbraban al tristecrepúsculodeaquelbarracón.Losheridosagonizabanencamastrostanpequeños que apenas podían contener a los más corpulentos. Estabanmedio desnudos, con la ropa hecha jirones y las vendasmanchadas desangreypus.Sobreellosvolabanenjambresdemoscasymosquitoscuyozumbidosemezclabacon losquejidosy los llantos.Los sanitariosy losayudantes de los médicos se afanaban en limpiar aquello y baldear elsuelo,peroera tal laaglomeracióndepersonas, sangreyporqueríaqueparecíaunatareaimposible.Metemoquenuestrohospitalapenaspodráaliviarestasaturacióndeheridos…

Uno de ellos me ha agarrado del brazo. Estaba empapado en unsudor pegajoso y pestilente. Le faltaba casi toda lamandíbula inferior,queapenassesosteníaporuntoscovendaje.Ha intentadohablar,perosolohaemitidounsonidogutural,comoungemido.Meheasustadoyhetiradoconfuerzaparaquemesoltara.Creoquehehechomal.Elpobredebíadeestarmuchomásasustadoqueyoysoloqueríaayuda,peronohepodidopensarloenesemomento.Estabaaterradaydesbordada.HicesaliraAlbaconmigodeallí.

«Esteesunbarracóndetropa—lehedicho—,ytantotupadrecomotuprometidosonoficiales.Aquínoestarán.»

Los barracones para los oficiales son de piedra, estánmuchomáslimpios y nohay tal hacinamiento.Aun así, la visiónde todos aquelloshombresheridosnosharesultadoigualdeterrible.Amuchoslesfaltabaunbrazoounapierna,aotrosunojoolosdos,loshabíasinorejasosin

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nariz, con cicatrices tan profundas que dejaban ver los huesos y conquemadurasquehacíanquelapiel,ennegrecida,selescayeseatiras...

Alba estaba temblando, supongo que al pensar que sus seresqueridospodíanestarenunlugarasíuotroaúnpeor.Hedecididohablaryo:

«¿Saben qué ha sido del capitán Hernando Torres y del alférezIgnacioMerino,delRegimientodeInfanteríaSanFernando?»

Nadiesabíanaday,alcabodelatarde,hemospodidoestarsegurasdequenosehallanentrelosheridosdeesehospital.Perosipertenecíanalgrupodelosmuertosoaldelosvivos,nopodemossaberlo.

Unoficialdeunoscincuentaaños,quehabíasidoheridoenunbrazo,sehaechadoalloraralverme.Aquellaslágrimastaninesperadasmehansobrecogidomásquecualquieradelasheridasquehabíavisto.

«¿Leduelemucho?¿Quierequeavisealmédico?»,lehepreguntado.«No, no hace falta. El dolor puedo tolerarlo bien. Si lloro es por

vergüenza.Quenolaengañen,miniña,losqueestamosvivosesporquehemos hecho algo de lo que arrepentirnos; todos los héroes estánmuertos.»

Sin necesidad de verla, he sabido que aAlba, al oírlo, se le habríaencogidoelcorazón.

«Avecesnoséquéespeor—hadichoalsalir—,silaincertidumbreolacertezadesaberlosmuertos.»

Uncamillero,quehabíaoídoloquenoshabíadichoaqueloficial,senoshaacercado:

«Es cierto, fue un desastre. Dicen que el propio general Silvestre,desesperado, se voló allí mismo la tapa de los sesos. Y que miles denuestroshombreshuyeroncomoconejos,sinpensarensudignidadoensus compañeros. Yo lo vi. Pero también vi a los héroes. Oficiales ysoldados que plantaron cara al enemigo y cubrieron la retirada de suscompañeros.Ypresencié,delejos,lacargadelRegimientodeCaballeríaAlcántara; los seiscientos, al galope, contraunenemigomuy superior yparapetado. Cayeron casi todos, pero nos salvaron la vida a miles denosotros.»

Seiscientos, pensé, como los seiscientos jinetes por el valle de laMuerte,enelpoemadeTennysonsobrelacargadelaBrigadaLigeraenCrimea.¿AlosdeAlcántaratambiénlescompondránpoemascomoese?

«Mi padre y mi Ignacio siempre han presumido de ser valientes;ojalá seauna fanfarronadayhayansidounoscobardes»,hadichoAlbaconangustia.

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«No tiene por qué desesperar, señorita; aún quedan héroes vivos.PartedelRegimientoAlcántarasobrevivióyseretiróconlosdemáshastael monte Arruit, igual que otros soldados que en todo momento hanmostradosucoraje.Yallísiguen,luchandoconvalor.Yomismoacabodetraer a uno de esos héroes, quizá quieran verlo por si es familia de laseñorita»,hapropuestoelcamilleroseñalandoaAlba.

Nos ha llevado hasta otro barracón de oficiales. Alba se haapresurado a ver quién era el herido, pero, al llegar hasta él, se haquedado tan desconcertada como yo. Aquel hombre tenía el rostrocompletamentevendado;solounpardeaberturasparalabocaylosojos,queenesemomentoestabancerrados.Losbrazosestabanvendadosylohabíanatadoalacamaconunascorreasdecuero.

«Son para protegerlo —nos ha explicado el camillero—. Cuandodespertósepusoachillarporeldolore intentóarrancarse lasvendasysalirdeaquí.Llevavariashorassedado.Aúnnosabemossunombre.»

Albasehaacercadomás.«¿Es…?»Nohecompletadolapregunta.«Nolosé»,mehadichoconlavozquebrada.«Cuandotodoshuían,él,conuncamiónquedebióderequisar,trajo

aunbuennúmerodeheridoshastaelAtalayón.Yenlugardequedarsearesguardo, reunió a su sección y fueron hasta las afueras de Nador, acubrir la retirada de los españoles que trabajaban en las minas. Losmorosmataron a todos sus compañeros y una granada lo dejó así. Lodieronpormuertoy,sabeDioscómo,consiguióarrastrarsehastaunadenuestras posiciones avanzadas. Creo que lo van a proponer para laLaureada.»

Elherido,de repente,haabierto losojos.Erandeunazul intenso,que aún destacabamás al estar la córnea enrojecida por los derramesoculares.Y,aunqueellaestabamáscerca,nohamiradoaAlba,sinoamí.Por un momento ha permanecido en silencio, muy quieto. Todos loestábamos.Y,derepente, sumiradasehavueltoespanto,hachilladoycomenzado a agitarse y a mover los brazos y las piernas para soltarsemientras gritaba algo ininteligible.El camillerohapedido ayuda.Entrevarioslohansujetadoyunohatraídounamascarilladeéter.

«¡Llamadaldoctor!»,hagritadoelcamillero.«Estáoperando—leharespondidoelhombrequetraíalamascarilla

—.Ynosécómovaesto.»«Séadministrareléter»,leshedicho.

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Sinmáspreguntas,mehandejadolamáscaraylabotellitaconéter.Miuniformehahechoquesefiasendemíalmomento.Oquizáesquenohabíanadiemásaquienpedirayuda.Hanagarradoalheridoconfuerzahastainmovilizarlo.Susojos,loúnicovisibledeél,semovíanparatodoslos lados,mientras seguía gritando.Me he acercado a él y, con toda ladulzura que he podido, le he susurrado: «Tranquilo, tranquilo, esto tecalmará,no tengasmiedo...».Havueltoamirarmea losojosyestossehan quedado fijos enmí, aún llenos de terror. Y entonces, como si serindiese,hadejadodeagitarseysumiradasehacalmado.Lehepuestolamáscara y dejado caer las gotas hasta que su ritmo respiratoriome haindicado que ya habían hecho efecto. Cuando la he retirado, sus ojosvolvíanaestarcerrados.Loshombreslohansoltado.

Alsalir,AlbamehadichoquenieraIgnacionisupadre.LuegosehadirigidoaunoficialmédicoylehapreguntadosihabíaalgunaformadecomunicarseconquienesestabancercadosenelmonteArruit.

«El general Berenguer y el estado mayor usan un heliógrafo paraenviaryrecibirmensajesdelgeneralNavarrodesdeelAtalayón,unadenuestras posiciones avanzadas. Son señales luminosas en morse, algomuylentoypesadodeusar.»

«¿Ypodríaenviarunmensajeparasabersimipadreymiprometidoestánallí,osialguiensabequéhasidodeellos?»

«Losientomucho,señorita,peroesimposible.Igualqueusted,haymilesdepersonas aquí y enEspañapendientesde sus amigos yde susfamiliares.Siintentásemoshacerlo,sesaturaríanlascomunicaciones.»

Albahaasentidocomprensiva.Galebnosesperabaaciertadistancia,puesnolehacemuchagracia

mezclarse con los soldados.Nos ha llevado de vuelta con la camionetacargadadecajascongasas.

«Es una partida de gasas en mal estado que los militares noquieren.»

«¿Yparaquélasqueremosnosotras?»,lehepreguntado.«Loúnicoque lespasaesquetienenapresto»,hadichoquitándole

importancia.«Paralaropadaigual,yhastalahacemássuave,peroenunagasa

puedecausarinfecciones.»Albamehadadolarazón.Galebsehareído.«Si se lavanbieny se lespasa, estandoaúnhúmedas,unaplancha

muy caliente, se esterilizan y se les quita el apresto. Y ya tienen gasas

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nuevas…ygratis.DoñaCarmendiceque, conesta carestía,nohayquetirarnada.»

Y doy fe de que Carmen es una férrea vigía de nuestros gastos.Cuando hemos llegado, ya era tarde y solo ella y su marido estabandespiertos, haciendo cuentas para cuadrar nuestro presupuesto con losgastosprevistos.SehanalegradoalverlaenormecantidaddegasasquetraíamosyCarmenhapodidotacharunapequeñacasillade lacolumnadegastos.

«Aun así, no llega. Necesitamos más dinero ya… —Ha debido denotarque lamirábamosconpreocupación,porquehaañadido—:Noospreocupéis,algosemeocurrirá.»

«Creedla, algo se le ocurrirá, siempre es así», ha asegurado sumaridodemejorhumor.

«Ahoraidadormir,quemañanatendréismuchotrabajo…»PorlaformaenquelodijoCarmen,yametemoquiénestendránque

encargarsedelavarlainmensacantidaddegasasquehemostraído...

30dejuliode1921

Efectivamente, querido diario, Alba y yo nos hemos pasado toda lamañanalavandoyplanchandogasas.Yahabíanpasadotreshorasyaúnnosquedabanmásdelamitadcuandohanllegadoennuestraayudalasnuevas reclutas de Carmen: otras seis damas enfermeras de Melilla,cuatro de primera y dos de segunda, que se han incorporado hoy alhospital.

Peromidíanohacomenzadoahí.Dehecho,hacomenzadoantesdedespertar. Anoche soñé con el fortín del cerro de San Lorenzo, ahoracorregido por lo que había visto. También esperaba a Javier.Un aviónpasó sobremíy seguí su sombrahaciaMelilla laVieja.No sé cómo,yaestaba bajo tierra, en lasmismas cuevas demis anteriores sueños, y lasombra del avión ahora era la sombra de un hombre que huía por loscorredores.Fuerade las cuevas se oíangolpesmuy fuertes yun rugidoapagado que iba creciendo, como enmis otros sueños. Tras bajar unaestrechacuestaabovedadaentréenunaaltacavidaddondeeserugidosehacíamás intensoy losgolpesmás furiosos.El suelo temblabayde lasparedessedesprendíanrocas;temíqueaquellosederrumbasesobremicabeza. Y allí la sombra se hizo cuerpo.Me pareció que era Javier, deespaldas, pero cuando me acerqué y se dio la vuelta, tenía el rostro

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vendadoysusojoseranlosdelsoldadoherido.Conlamismamiradadepánico.Y,derepente,elmismochillido.

Me desperté muy agitada y empapada en sudor. Intenté volver adormirme, pero en el barracón hacía un calor insoportable. Cogí unamantaysubíalaterrazaparatumbarmesobreella.Descubríquenoeralaúnicayqueotrastresenfermerasyaestabandurmiendoallí.

Nos ha despertado la fresca que precede al alba y hemos bajado avestirnos.Inésmeharecibido,comosiempre,conunasonrisa,peroAvimehamiradoconelceñofruncidoyniharespondidoalosbuenosdías.Lehepreguntadoquépasaba.

«¿Quépretendes?—mehadichoenfadada—.Toda la tardedeayerconGaleb…»

«¿Qué?—respondímuydesconcertada—.¡No!Sifuiconélesporelavión,parasabersieraJavier…»

«¿Javier?Entonces,¿noteinteresaGaleb?»«¡Claroqueno!»«Pues entonces deja de ser tan… agradable con él. Tú lo tienes

muchomásfácilqueyo.Lesgustasmásaloschicos.»«¿Yo?No,quéva…Sitúeresmuyguapa,ymásdulceybuena;yosoy

caprichosa,impulsiva,irascible…»«Ya losé…—¿Losabe?¿Cómoque losabe?¿Deverdadsoyasí?Si

sololohedichoparaanimarla…—.Peroporsiacaso,noteacerquestantoaél.»

Vaya.SíqueGaleblehatocadoelcorazón.Durante el desayuno Carmen ha repartido las tareas y, como ya

sabes,queridodiario,amímehantocadolasvendas.Enlacomida,porfin,hepodidocharlarconmisamigas,alasqueestosdíashevistomuypoco.HabíanestadopintandoparedesconMargaritayotras cuantas, yteníanmanchas de pintura por la cara y lasmanos. Inés enseguida hasacado su tema favorito: lo nerviosa que se pone Avi cuando apareceGalebosehabladeél.

«Megusta, sí…—ha reconocidoAvipor fin—,pero séque lo tengomuydifícil.Nimehacemuchocaso,nimispadresmepermitiríanvermeconél…»

No ha querido darmás explicaciones, aunque supongo que tendrámásqueverconloquemecontómipadrequeconelorigenbereberdeGaleb.Avi es el último recursode su familia para salir de la ruina;meparecemuycruelquesufamiliaestétandispuestaasacrificarlafelicidaddesuhijapordinero.

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Carmen ha llamado nuestra atención diciendo que nos traía unregalo:maquillaje.

«Yquieroqueospongáistodasbienguapas.MañanahabráunbaileenelCasinoEspañolenbeneficiodelaCruzRoja.Seránuestromomentodeganarnoselfavordelagentemásadineradadelaciudadylasimpatíade los generales. Y si quiero que os vean relucientes y en todo vuestroesplendor,esparaquesepanaquévaisarenunciar.Quieroqueveanalassofisticadasmujeresque,enlugardedarundonativo,vanadejardeladosuscomodidadesparadarsutiempoymancharsusmanosconlasangredenuestros soldados.—Hahechounapequeñapausaparadisfrutardenuestrosilencio—.Peroserámañana;hoyaúnquedanmuchastareaspordelante.»

Por la tarde,mientras poníamos sábanas a orear en la terraza, hevisto que alrededor del hospital había niños quenosmiraban con totaldescaro, como si aquello fuese un teatro y se divirtiesen viéndonostrabajar. Les he saludado, lo que les ha hecho reír.Mehandevuelto elsaludo. He decidido que después de cenar les llevaría algunas sobras.Entonces,alolejos,alsur,hedivisadoelavióndandovueltasalrededorde su improvisada pista del Hipódromo. Aterrizaba, volvía a despegar,dabaunascuantasvueltasy,otravez,aterrizaba.

MepreparabaparallevarlassobrasdelacenaalosniñoscuandoelcapitánCarrillo, elobservadordeeseavión,havenidohastaelhospitalparapreguntarporAlba.

Lehaexplicadoqueloquehemosvistosonpruebasparaasegurarsedequelospertrechos,alimentos,hieloymedicinasqueibanadejarcaersobrelossitiadosenArruitlleganenbuenestado.Ylasprimeraspruebashansidounacatástrofe.Algolpearsecontraelsuelo,todoelmaterialsehacetrizasysevuelveinservible.Peroalañadirunpequeñoparacaídasacada saca han conseguido que esta se pose sin destrozar su contenido.Alba,quehaescuchadoconmuchaeducación,yaestabaapuntodedeciralgo como «¿Y a mí qué me importa todo eso?», cuando Carrillo haañadido:

«Yen cada saca, si austed leparecebien, incluiremosunmensajepreguntandoporsupadreysuprometido.»

Alba, inesperadamente, creo que hasta para ella, se ha lanzado alcuello de Carrillo y lo ha abrazado. Luego, un poco colorada por esearrebato,sehadisculpadoylehadadolasgracias.Claroquecuentanconsuautorización.

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Meacabodedarcuentadequenosoylaúnicaqueestáescribiendoaestashoras,aunquelasdemásnolohacenenundiario.Soncartasparasusamadosysus familiares.Ycreoque tambiénvasiendohoradequeescribaamifamiliaparaquesepanqueestoybien.Cuandoacabelacartameacostarédirectamenteenestaterraza.Lanocheesradianteyséqueantes de dormir aún me quedaré un rato paseando la mirada por elfirmamento,queaquíparecetenermuchasmásestrellasqueenMadrid.

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31dejuliode1921

Esdomingoy,comoelhospitalnotienecapilla,Galebnoshallevadoporturnoshasta la iglesiadelSagradoCorazón,queestácercadeMelilla laVieja.Elsacerdotehaesperadoaque llegásemos todasparaempezar lamisa. Después, ya que estábamos allí y como el baile no será hasta latarde, he enredado amis amigas para queme acompañen a la ciudadantigua.Margaritahaidoconnosotras.

Hoysoplaun levante tan fuertequehastase llevael sonidoconsuaire. Apenas oímos nuestros propios pasos, pero podemos sentir losruidosdelpuerto,queestáacientosdemetros,comosiseprodujesenallado. Hasta parece arrancarte las palabras de la boca y tenemos quehablar muy alto para hacernos entender. Desde el faro, construido enpiedra negra del Gurugú, hemos visto cómo se bate el mar con fuerzacontralosacantilados,rompiendosusenormesolasenmilesdegotitasyespuma.Sinotienesquenavegar,esunespectáculofabuloso.

Mientras paseábamos por las calles irregulares y serpenteantes delPueblo, llenas de cuestas y escaleras, entre muros y fortificacionesantiguas,hebuscadounpuestoparacompraruncandily,enunrecodo,acobijodelviento, leshecontadoamisamigas lossueñosquehe tenidoconelcerrodeSanLorenzoy,quizá,conlascuevasqueahorapretendíavisitar.Yloqueamímeparecíainexplicableaellaslesharesultadotansolointeresante.

«Sonsueñospremonitorios»,hadichoAvi.«SihastasalenenlaBiblia»,hadichoInés.«Un amigo de mi Santiago —ha dicho Margarita— soñó con las

preguntasdelexamenfinaldePatología.»«YmiBoni…»,seguíaInés...«¡Unmomento!Unmomento…—lasheinterrumpido—.Aver,antes

de irnosaexplicaciones sobrenaturalesmegustaría saber sihayalgunamás…natural.Yloquemealteraesquenoveoningunaposible.»

«A lo mejor, de niña viste un libro con fotos sobre Melilla», hapropuestoAvi.

«EnmicasanohayningúnlibrosobreMelilla.»«Puesquédateconlasobrenatural.¿Porquéno?»Inésparecíamuy

satisfechaconesaidea.Hastaparecíasersuprimeraopción.

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«Dejémonosdediscutiryvayamosaveresascuevas—hapropuestoMargarita—.Alomejornisiquierasonlasdetussueños.»

Unosniñosquejugabanporallí,acambiodeunasmonedasyunasgolosinas, noshan guiadohasta la entradade las cuevas.Unode ellos,quehablaba castellano,nosha contadoque se llamandelConventico yque fueronconstruidasapartirdeunacuevanaturalpararefugiarsedelasbombasduranteelgranasedio.

«Pero ocurrió hace muchos siglos», ha afirmado con naturalidad,como si en la actualidad no estuviésemos a punto de vivir un nuevoasedio.

Nadamásentrarmehadominadoundesconcertantesentimientodefamiliaridad.Nosoloeran lasdemisueño, sinoquehesentidoquesinnecesidaddeguíapodíarecorrerlassinextraviarmeporsuscorredores.

«Quizá,enunavidapasada—haespeculadoInés—,fuisteunadelaspersonasquesufrióaquelasedio.»

«Ya,yhevueltoporlobienquemelopaséentonces…»Mepareceincreíblequealguienconestudiosycultapuedacreeren

esascosas.Detodosmodos,ahíestabayo,tanescéptica,experimentandounassensacionesimposibles.

Hemoscomenzadoainternarnosenlacueva.Latenueyoscilanteluzdel candil ha hecho flotar nuestras sombras por las paredes, como sifuesen los fantasmasde las familias y losheridosque se refugiaronallídurante el gran asedio. Me los he figurado como a los del barracónDocker,encogidosdemiedoydolor,conelsuelollenodeheces,sangreymiembrosamputados.Avimehacogidodelamuñeca,muyfuerte.

«Aquílosnotas,¿verdad?Alosespíritus.»«Y de forma muy intensa —me ha respondido—. Lo que quieras

hacer,hazlorápido.»Por instintoheguiadoamisamigasporaquellasgaleríasoscurasy

plagadasdefantasmashastaunasescalerasquedesciendenalnivelmásbajodelacueva.Yloqueenmisueñoeranrugidosygolpes,aquíeraelromperdelmarcontraelacantilado,quetansolosepodíaoírcuandonosquedábamosquietasyelecodenuestraspisadasyvocesseibaapagandopocoapoco.Comoenmisueño,alfinaldelacuesta,hemosllegadoaunagransala.Ytambiénhabíaalguien,iluminandolasparedesconsupropiocandil.PeronoeraJaviernielsoldadoherido,sinounhombredeunoscincuentaytantosaños,conlabarbarevueltayelpeloaúnmásrevuelto.Ensuatuendosemezclabanprendasárabesyeuropeas,combinadasconexcentricidadymuymalgusto.Loacompañabanunpardeesospilluelos

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tan habituales por la ciudad. Nos ha mirado con unos intensos ojosverdesysenoshaacercadoapasovivo.

«Tengancuidado,este lugarnoesseguro;avecescaenrocasyhaydesplomes.Yodeustedes,señoritas,meiríadeaquícuantoantes.»

En su extrañísimo acentohabía algo singular, que costaba saber sieraárabe,bereber, francéso inglés.Sindecirmás, sehamarchadoconloscríospordondenosotrashabíamosllegado.

Esa visita, en lugar de aclarar mis dudas, las ha ampliado. Hetardado en sacudírmelas de la cabezamientrasme arreglaba para ir albaile.

A las enfermeras profesionales les hemos dejado algunos vestidospara que vayan con nosotras. Sé que apenas te he hablado de ellas,querido diario, pero no te imaginas cuánto las admiro, muchísimo. Lamayoríaprocedendehogareshumildesyhan tenidoque lucharmuchoparaconseguirquelasdejenestudiaryquesusfamiliasynoviosrespetenque ellas mismas puedan administrar, al menos, parte del dinero queganan.Además,aunquesu formacióny suexperiencia sonsuperioresalas nuestras, nos tratan con amabilidad y no tienen reparo alguno enayudarnosoexplicarnosloquenosabemos.

ElCasinoEspañolesunedificioaltoyelegante,deestilomodernista,cerca de la plaza de España, en la zona más rica de Melilla. Me hasorprendido verque lasmujeres y loshombres se visten tan a lamodacomoenlamejorfiestadeMadrid.Ysinofueseporelviento,queenlacalle volaba sombreros y agitaba faldas, el calor, los ventiladores deltecho y la gran presencia de militares en uniforme de gala, podríahaberme figurado que estaba en uno de esos bailes a los que tantomegustaba acudir antes. Pero hoy me he sentido disfrazada. Aún quedamucho por hacer en el hospital y allí me ha parecido que estábamosperdiendo el tiempo aunque, según Carmen, íbamos a conseguir undinero y unos favores que nos vendrían muy bien. Hasta ella se hatragado su orgullo y se ha mostrado encantadora y ocurrente con elcoronelTriviño.

SehaorganizadounpequeñorevuelocuandohaentradoelgeneralBerenguer,elcomandantealcargodetodaslastropasdeMelilla.Trasunpequeñoaplausoyunasfrases,elgeneralsehaperdidoentrelamultitud,rodeadodeoficialesydamas.

En esa velada han ocurrido muchas cosas y habido muchasconversacionesybailes,perosolotecontarétres:unamala,unabuenayunaatroz.

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Laprimera: entre losmilitaresasistentesestaban losdos capitanesde Aviación,Manzaneque y Carrillo. Ambos han bailado con Alba, quecon su vestido estaba realmente guapa, y le han contado que ya handejado caer el mensaje sobre el monte Arruit. Desde allí podríanresponderlesconseñalesdeluces.PorprimeravezenmuchotiempomehaparecidoqueAlbaestabafelizyrecobrabaalgodeesperanza.

MientrasellabailabaconelcapitánCarrillo,oíhablaraManzanequeconPablo, elmaridodeCarmen.Ponían tal reserva en la conversaciónquemeinvitaronaaguzareloídomientrasllenabaunatacitadeponchecercadeellos.Losé, losé,queridodiario, soyunachismosa…Elpilotodecía que había visto a las avanzadillas rifeñas ocupar posiciones en elGurugú,quesinosehacíaalgo,laciudadprontoestaríaamerceddesuartillería. Así aún sería más difícil socorrer las posiciones de Nador,ZeluányArruit.Estaeslamalanoticia.

Lasegunda, labuena,esmás festivay,paramí, lamejor:Galebhaidoalafiestaynoshasorprendidomuchoatodas,nosoloverloallísinoverlovestidoasí...Estamostanacostumbradasasusraídasysuciasropasde trabajo que no nos lo podíamos imaginar con ese elegante traje deestiloárabe.ParecíaunpríncipereciénsalidodeLasmilyunanoches,ynodeunadesusversionesinfantiles,sinodelatraduccióndeMardrus,esatanllenadeerotismoysensualidad(simispadresseenterasendequecompletémisestudiosdefrancésconsuspáginas,lesdaríaunsíncope).

Avi,alverloasí,casisecaeredonda…Loacompañabansuspadres,igual de elegantes, y que enseguida han saludado a muchos de losasistentes. Carmen nos ha contado que Galeb es hijo de uno de loscomerciantes más ricos e influyentes del Rif y que, si colabora connosotras,esporquesufamiliaesmuypiadosayconsideraqueayudaralos heridos, sea cual sea su procedencia, es obligación de todo buenmusulmán.Con su familia ha llegado otro importante lugareño, el caídAomar BenMohammed, que estaba de bastantemal humor, igual queGaleb. Como en nuestro viaje en camioneta al hospital Docker habíacogido bastante confianza con él, me he atrevido a preguntarle quépasaba.

«Que da igual lo que hagamos… Los españoles no confían ennosotros, en los moros, como nos llamáis, y nos ven como una masainforme,enemigosonativosalosqueexplotarysometer…»

«¿Porquélodices?»«ElcaídAomarhareunidoasushombresysehaofrecidoacruzar

condoscientasbarcasamotorlaMarChicapararescataralaguarnición

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de Nador… Pero le han dicho que no. Y también se ha ofrecido aguarnecer el Gurugú con mil doscientos de sus guerreros, hombresvalientesyleales,eigualmentelehandichoqueno.Ynoesqueelgeneralespañol tengaunplanmejor, es queprefierendejarmorir a sus tropasantes que fiarse denosotros…Pero aun así, nos siguenqueriendoparacargarfardosycomocarnedecañón.¿Ysabeporquéestaciudadnoestáenmanosde los rebeldes?Porqueaquelhombre…—ymeseñalóaotrorifeñobienvestidoquedepartíacon losgeneralesespañoles—evitóquesugente,losBeniSicar,sepasasenalbandodeAbdel-Krim,yporquelaPolicía indígena, nuestra Policía, lo ayudó… Así que no puede niimaginarse,señorita,loquesientocuandoveoquealenemigoselellamasencillamente“losmoros”;mepareceuninsultoaquienesqueremossersusamigos.»

Con vergüenza he recordado que el marido de Carmen se habíareferidoasíalastropasdeAbdel-Krim.

«Teaseguroquenotodoslosespañolessomosasí.»«Losé,señorita,losé…TengobuenosamigosaquíyenMálaga,ysé

quemuchos soldados españoles luchan con orgullo junto a losmíos, yquealgunosdesusoficialesconfíanenmigente…Essoloqueverestascosasmeduele.»

Alratodeestarcharlandoconmigosehatranquilizadoyhastasehaanimado un poco. Pero entonces me he fijado en que Inés y Avi meestabanmirando.«¿Quéhaces?»,parecíandecirme.Yescierto,parecíaqueerayoquienestabacoqueteandoconGaleb.

«Ven, vamos a hablar conmis amigas», le he dicho y, sinmás, loarrastréhastadondeestabanellas.

Enseguida he buscado una excusa para ausentarme, igual que hahechoInés.GalebyAvisehanquedadoasolas.LuegoleshevistobailarymehaparecidoqueGalebestabahechizadoporladulzuradeAvi.Oquizáelchampagnesemehabíasubidoyveíaloquequeríaver…

Asíquemehealejado,hedejadolacopa,comidounpardecanapésyprobadolosdátiles.MirandoelbailedesdefueraherecordadoaquelotroenMadridenelqueconocíaJavier,ymehepuestotriste…

Y aquí viene la tercera cosa que ha ocurrido esa tarde: dos de lasjóvenesmelillensesquenoshabíanayudadoconlasgasassehansentadoami lado, cansadas de tanto bailar. Una estabamuy sonriente, la otramustia.

«¿Quélepasaatuamiga?»,lehepreguntadoalasonriente.«Queestosbaileslerecuerdanasuprometido.»

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«Sécómosesiente»,lehedichosinquererentrarendetalles.Pero lamustia, que se agarraba a una copaquenodebía de ser la

primera, ni la segunda, ni siquiera la quinta o quizá la décima, se halanzadoahablar:

«Esesinvergüenzameloprometiótodo;quenuncamedejaría,quemellevaríaavolaryqueloacompañaríaallíadondeélfuese,aTetuán,aMadrid,aParís,alaArgentina…,peroencuantotuvoloquebuscaba,sefue volando… sin mí.» Y ha vaciado la copa en su gaznate con unavelocidadpropiadeunmarinero.

«¿Tu prometido era aviador?», le he preguntado ya un pocoalarmada.

«El capitán Javier Alonso, el piloto más guapo y gentil de todoMarruecos,yelmáscanalla…»Ysehabebidootracopaquehabíasobreunamesitacercana,sinpreguntarsesiquieradequiénsería.

Peroyoyanoestabaparaconsideracioneshigiénicas.Misojossehanempañado y la frente seme ha helado, y hastame ha parecido oír unsilbidoenlosoídos.Hecreídoquemeibaadesmayaroquemeibaadarunsíncope.Loquelehadicholaotra,lasonriente,aúnhaempeoradolascosas:

«Noereslaúnicaniseráslaúltima…»«Creíqueconmigoibaacambiar,melojuró.»«Noslojuróatodas.»Hasidomásde loquepodíaaguantary,sindisculparme,hesalido

dandoempujonesytropezandocontodoelmundo.Esperaba queme acogiesen la oscuridad y la soledad de la noche,

perolacalleestaballenadecochesydegentequeibadeunladoaotroentre el ulular del viento. Las terrazas, a rebosar, eran atendidas porcamareros,ylosgritos,lamúsicaylasrisaslollenabantodo.

LarabiaquesentíaporlodeJavierhateñidotododeindignación.Laciudadestásitiada,losbarraconessellenandeheridosyloscementeriosde muertos, y miles de soldados se concentran en las trincheras querodean laciudad,dispuestosadar suvidapara…¿Paraqué?¿Paraquenosotroscelebremosestas fiestas?¿Paraque llenemos los cines, cafésyteatrosdeaquellazonatanprotegidaytanciegaalarealidad?¿Cómosepuede vivir tan de espaldas? Desde allí mismo, desde el centro de laavenida,hedivisado elGurugú, adondeahoramismo, a cubiertode lanoche, los rifeñosdeAbdel-Krimestarán subiendo sus cañones…Yhedeseado que comenzasen a disparar y borrasen toda aquella alegría yaquellas risas con sus explosiones, que nos hiciesen correr llenos de

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pánico a las cuevas, a escondernos temblando y gimiendo como habíaocurridohacesigloymedio.

Perono.ElGurugúeraloúnicoqueestabaensilencio.Lamúsicaylasrisasseguíandominandoaquellapartedelaciudadmientrasenotras,alsuryenlastrincheras,yareinabalamuerte.MehesentidocomolosprotagonistasdeBoccaccioensuvilladeFiesoleocomolosnoblesdeLamáscaradelamuerteroja,celebrandouncarnavalsalvajeysensualensu torre de marfil mientras el resto del mundo se desgarra y perece,esperando anestesiados por su irresponsable frenesí un cataclismoinevitable.

Heechadoacorrerhaciaelhospital.Meheextraviado,tropezadoymanchadodebarroyherechazadoagritosyconmalaeducaciónlaayudaqueme ofrecían un par de jóvenes oficiales. Prefería vagar en solitariotodalanocheatenerquesoportarlacompañíadenadie.Sentíaesetipodedolorqueexigesoledad.

Porcasualidadhellegadohastaelrío,dondecroabanunainfinidadderanasinvisiblesparamí,y,siguiendosucauce,hedadoconelhospital.Mehequitadolaropaylimpiadoelmaquillajey,tansoloencamisón,hesubido a la terraza. La ciudad, con sus luces, se extendía alrededor. Elviento iba y venía con el eco de lamúsica y las fiestas.Ni siquiera allíhabía silencio. Pero el ruido era lo suficientemente errático y distantecomo para no molestarme. Entonces he sentido ganas de llorar y dechillar.Heluchadocontraellas.EsemalnacidodeJaviernoselomerecía,perohanacabadopordominarmey tirarmederodillasal suelo,donde,porfin,hesollozadoygritadomaldiciéndole.

Y en ese estado tanpatéticomehan encontrado Inés,Avi yGaleb,quemehabíanestadobuscandodesdequehansabidodemiinesperadayabrupta huida. He dejado que ellas me abrazasen mientras él mepreparabauntéquenoséquéllevaría,peromeharelajadobastante.

Ahora,graciasaesacalma,puedovolveramirarestedíayordenarloen mi cabeza. Ya tengo la respuesta que buscaba y ni siquiera henecesitadoaJavierparaobtenerla.Noesquehubieraotra,habíaotras,yyo tan solo era una más de ellas. Por eso no había cartas, por eso sepasaba tan poco por Madrid y por eso desapareció cuando llegó elmomento de casarnos. Mi hermana tiene razón, siempre la ha tenido:Javieresuncanalla,undonjuán,yyohevividounaabsurdamentira.

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1deagostode1921

Muchassehanlevantadoconlaresacadelchampagneydelponche,yocon la de Javier. Por más que me esfuerzo en olvidarlo, vuelve a micabeza una y otra vez yme pone triste y demal humor.Ni siquiera eltrabajohasidounbuenrefugio.

Gracias al baile ahora tenemos donativos y ayudas suficientes. Nohanparadodellegarmueblesparalassalas,laportería,losdespachos,lascocinasyelcomedor,y,desdeEspaña,porfin,lasprimerascajasconelmaterialquirúrgicoymédico,ytelamosquiteraparapuertasyventanas,algoqueenMadridnotieneimportancia,peroqueaquíresultaesencial.

Pocoapoco,yconmuchoesfuerzo,este lugaryavapareciendounhospital.

Galebhacolaboradotrayendotodoesematerialensucamioneta.Avisetemíaquetraslafiestadeayerlavolvieseatratarcomounamás,peroenlacomidaélsehaesforzadoensentarseasuladoy,ennuestroratodedescanso,lahaacompañadoadarunpaseoporlosalrededores.

«Enelríohayranas,tortugasyserpientes—noshacontadoAviasuvuelta—,perosoninofensivas.»

Inésyyolahemosmiradoconsorpresaylehemospreguntadosiesoera lomás interesante que tenía que contarnos. Se ha reído y hecho latonta,perohaacabadopordecirnosqueGalebtambiénlehabíahabladodeélmismoydesu familia,ydecómosesienteallí,peroqueesassoncosasmuypersonalesynonoslaspodíacontar.

Detodosmodos,loquenoshadichonoesloimportante,sinocómonos lohadicho: ilusionada.Mehealegradopor ella.En suspalabras ygestos, por un momento, he olvidado mis pesares y participado de sufelicidad. Ahora, cuando regrese ami camastro, la oscuridad traerá devueltaeldespechoyelsufrimiento,losébien,queridodiario,yhastaesposiblequeesosmalossentimientosmeacompañenenmissueños.

2deagostode1921

AmediodíaPabloha llegado conotro oficial delEjército y ha traído lamala noticia de que Nador, la posición más cercana a Melilla, se harendido.Lossupervivientesylosheridos,desarmadosyderrotados,hansido recibidos en la posición avanzada del Atalayón. Aunque a nuestrohospitalaúnlefaltanunpardedíasparaestarlisto,Triviño,comogesto

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de buena voluntad, le ha pedido a Carmen que media docena deenfermerasseacerquenalsurparaatendera losheridosdeNadorasullegada.EntrelaselegidasparaacompañarlahemosidolasSantirso(quépocagracialeharíaaInésleerquemerefieroasíaella)yyo.

«Pareceunamisiónsencilla,peroesmuyimportante—noshadichoCarmen—.Seránuestroprimercontactoconlosheridosylaprimeravezqueestoshombresnosverántrabajar.Yyasabéisloimportantesquesonlas primeras impresiones. Hoy nos jugamos mucho más de lo queparece.»

Yconesagranresponsabilidad,hemospartido.Ya había recorrido el sur conGaleb y Alba, pero no había ido tan

lejos. Siguiendo las vías del tren, hemos dejado atrás la ciudad paraentrarenelpueblodeBeniEnsar.LaMarChicacomienzaasusorillasyseextiendeinmensahaciaelsur.

Nuestras líneas de defensa rodean el pueblo y se acercanhasta laslomas delGurugú. Las trincheras y sus parapetos serpentean de formairregular,protegidasporsacosterreros,alambradasyabatís.Enellasseapiñan centenares de legionarios, tropas de infantería y regulares(soldadosindígenas),entreametralladorasycañones.

Las vías del tren pasan entre las trincheras y siguen paralelas a lacarreteradeNador.Elenemigolashalevantadomásalsurparaimpedirelpasodetrenes.

Una locomotora, que arrastraba varios coches, esperaba trasnosotros,listaparallevaralosheridosalaciudad.

Heestirado la cabezaparavermejor laMarChica.Enella, enunapenínsula, destaca la colina que llaman el Atalayón. Allí está el puestoavanzadohastaelquehanllegadolossupervivientesdeNador.

«Eh, señorita, agache la cabeza —me dijo un regular—, por aquípuedehaberpacos.»

Noloheentendidomuybien,pero,porsiacaso,hehecholoquemedecía. Un legionario me ha explicado que pacos es como llaman a losfrancotiradoresrifeños,porelruidoquehacensusfusilesaldisparar:el«pa»seríaeldisparoyel«co»sueco.

«Escuriosolodelospacos—mehacontadoelregular—,primerovesel disparo, luego te llega la bala y después su sonido. Cuando la oyessilbar,esquehapasadodelargo…oquetehadado.»

UncrecientemurmullohasurgidoenlastrincherasyvarioshombreshangritadoquellegabanlosdeNador.UnasbarcasloshabíanllevadodelAtalayón a la Restinga, la barra de tierra que separa laMar Chica del

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Mediterráneoy,desdeallí,veníancaminandoescoltadosporlegionarios.Ensilencio,derrotadosyexhaustos,eranunacaravanadeaspectotriste.

Nos hemos apresurado a recibirlos y a subir a los heridos al tren.Habíagolpes,lesiones,quemaduras,desgarrosporelalambredeespino,heridas de bala y demetralla, y las terribles cuchilladas de las gumias,unadagacurvaqueusanlosbereberes.

Unsoldadonoshaenseñadounagumiaqueaúnllevabaclavadaynoqueríaquitarseporsisedesangraba.Noestabaenunazonamuyirrigada,así que con ayuda de un médico se la hemos retirado y le hemospracticado una hemostasia que enseguida ha parado el sangrado. Lagumiaescurvaymuyafilada,pensadaparaclavaryluegorajarlacarne;mehaparecidounarmaterrible.

Pero nuestro principal problema no eran las heridas en sí, sino losucias que estaban. Si no se lavaban y se cambiaban los vendajesinmediatamentemuchaspodrían infectarse.Algunas ya teníanbichos ygusanos, y su olor indicaba la presencia de gangrena. Elmédico se hallevadoaunpardeheridosparahaceramputaciones,puesyanopodíansalvarse de otramanera, y al resto les hemos cambiado los vendajes ylavado lasheridas.Carmenno solo supervisabanuestra labor, sinoqueellamismasehaencargadodeatenderavariosheridos.Siempreamableyconunasonrisa,comonosotrastambiénhemosintentadohacer.

Me ha sorprendido el silencio profundo de aquellos hombres y laenormetristezadesumirada.Nisiquierasequejaban.Prefieronopensarenloquehabránvistoovivido.MispenasporJavier,alladodeaquello,meparecenahorainsignificanteseinfantiles.

Una vez acomodados todos los heridos en el tren, el resto de suscoches han sido ocupados por los supervivientes, todos llenos depequeñoscortesy rasguños,que tambiénhemos limpiado,yconsignosdedeshidratación,paraloquehemosidodándolesaguapocoapoco.

Cuando he oído unos gritos fuera,me he asomado y he visto a unhombredelgadoyenjuto,malencaradoyconunbigotitofinoqueafilabaaúnmás susyadepor síbastanteafiladas facciones. Insultabaa losdeNador con gestos grandilocuentes y teatrales; los llamaba cobardes ytraidores por haberse rendido contraviniendo las órdenes. Luego hesabido que era Millán-Astray, el fundador de la Legión y uno de suscomandantes.Seráungransoldado,peronomehagustadonada…Unodelosheridosmehadichoconmuchatristeza:

«No se esfuerce, señorita, si ya da igual. Me temo que nos van afusilaratodos…»

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Creoque lohapensadoporculpade laspalabrasdelseñorMillán-Astray.Afortunadamente,porloquemástardenoshacontadoPablo,novaaserasí.

El tren ha parado un momento cerca del hospital Docker, dondehemosbajadoa losheridos,y luegosehallevadoalrestoa losmuelles.Carmennoshafelicitadopornuestralabor.Hasidounbuencomienzo.

Cuandoyasubíamosalacamionetapararegresar,hedivisadounospuntitos en el cielo que enseguida se han convertido en una pequeñaescuadrilladecincoaviones.EranDeHavilland,hadichoGaleb,eibanaaterrizarenelHipódromo,seguramenteparacolaborarconelBristoldelcapitánManzaneque.

«¿Quierequeparemosunmomentoallí?SeguroquedoñaCarmenloentenderá.»

Debería haber dicho que no, querido diario, lo sé. Y según meacercaba a los aviadores recién llegados, mi corazón se aceleraba y nosabíacómoibaareaccionarsiJaviereraunodeesospilotos;si ledaríaun bofetón, si me echaría a llorar, si lo miraría con indiferencia ydesprecio,osifingiríaquenosabíanadaparaverquédecíaél.Ysigosinsaberquéhabríapasado,porquenoeraningunodeellos.

Pensándolo bien, tal y como Javier ha sembradoMelilla de damasdespechadas, nome extraña queno se atreva a volver.No solo tendríaquepreocuparseporlasbalasdelospacos.

AnuestroregresoAvinosesperaba.Galebsehaalegradoalverla.Hesentidounatiernaenvidia.OjaláGalebseaunbuenhombre.

3deagostode1921

El puerto no para de recibir barcos con más tropas y abastecimientosmilitares.Yentretodoesecargo, llegaronvariascajasparanosotras.Laremitente:sorBerzelius(noponíaesenombre,claro).

La farmaciadenuestrohospitaldeMadrid será la farmaciacentralde la Cruz Roja para toda España y, desde allí, se harán todos lospreparadosnecesariosparalaatencióndenuestrosheridosyenfermos.Yes loqueveníaen las cajas,muycuidadosamenteembalado: cientosdebotellas,frascosycajasdepastillascontodoloquenecesitaremosparalaprimerasemana.Yprontoenviaránmás.

Antesdelacomidayaestabatodoensulugarynoparecequefaltenadaparaabrirelhospital.Asíquelatardelahemosdedicadoarepartir

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tareasparaeldíasiguienteyhacerpruebasdecómoseríanatendidoslosheridossegúnfuesenllegando.

«Mañana se inaugura el hospital—ha dichoCarmen—y no quieroningúnerror.Serácomoelgranensayogeneraldeunaobradeteatro.»

EstábamosconellocuandohemosrecibidolanoticiadelacaídadeZeluán. Y esta vez no ha habido heridos ni soldados humillados. Laguarniciónhasidoaniquiladaylosquesehanrendido,asesinados.

Mehaparecidounainiquidad.PablonoshacontadoquelodeNadorhasidolaexcepción.

«Estaesunaguerrasalvaje.Sinprisioneros.NilosdeAbdel-Krimnilos nuestros los toman; se mata al enemigo y punto. Hay pocasexcepciones, como la de Nador, o algunos oficiales a los que capturanpara pedir un rescate. Y si están de humor, respetan a los médicos yartillerosparaquelosayuden.»

MásalládeMelillaya soloquedaelmonteArruit, consus tresmilhombres escasos de comida, agua y municiones. Y sobre ellos nos hallegadootranoticiaaúltimahoradeldía.LahatraídoelcapitánCarrillo,quehahabladodirectamenteconAlba:

«Han respondido a nuestro mensaje. —La pausa que ha hechodespués no anunciaba nada bueno—. Tu padre, el capitán Torres, estáallí.»

«¿Estábien?¿Lohanherido?¿EIgnacio?¿Lehandichoalgosobreél?»

«Nosémás…Conunespejomehicieronseñalesenmorse: “Padreaquí”.Esloúnicoquepuedodecirle.»

Albasehaesforzadoendarlasgracias.«Nosignificaquesuprometidohayamuerto.Laposicióndemonte

Arruitesgrandeyquizáestéenotrolado.Y,aunquenoestuvieseahí,haymuchosoficialesprisioneros,yotrosquehanhuidoalazonafrancesa,ymás aún están escondidos en pequeñas aldeas, en espera de unaoportunidad para regresar a nuestras líneas. Esta batalla está solocomenzando;yprontolosliberaremosatodos.»

Aunque Alba ha vuelto a agradecer sus palabras, su ánimo se haennegrecido.

«Saber que mi padre está allí me ha devuelto la esperanza, perotambién el miedo; ahora sé que si no se hace algo, si no los rescatanpronto,acabarácomolosdeZeluán…»

«OcomolosdeNador—lehedicho—.YseguroqueBerenguerestáhaciendo algo. Atacará o negociará, pero no va a permitir quemueran

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tresmilhombresqueestánasolotreintakilómetrosdeaquí.Recuperarásatupadre,estoysegura.»

«Ojalátengasrazónypuedaabrazarlopronto…—Luegosuvozsehaquebrado—.PeroaIgnacioyacasilodoypormuerto.»

«¡No!YahasoídoaCarrillo…Aúnhayesperanza.»«Puesavecesmegustaríaperderladeltodoypoderllorarlodeuna

vez… Pero la esperanza se niega a desaparecer, y es lo que más meangustia.Sinovaavivir,almenosquemediganqueestámuertoyquemetraigansucuerpoparaverlounaúltimavez…»

Quizáeldolordelaincertidumbrenoseatanintensocomoeldelapérdida,perosuagoníaestanlargaqueacabaporserpeor.

Las malas noticias de hoy no han acabado ahí. Carrillo, desde elavión,havistocomoelenemigoyaestállevandocañoneshaciaelGurugúcon la ayuda de prisioneros españoles, a los que usan comomulos decarga.Laciudadprontoestarábajoelfuegodelaartilleríarifeña.

Cuando este día tan gris iba a llegar a su término, al menos, haocurridoalgobonito.GaleblehadadounpequeñoregaloaAvi.Estabaenunacajitayyaantesdequeellalaabriese,élhadicho:

«Esunaflorquejamássemarchitará.»Eraunapiedratalladaconformaderosa.«¿Lahashechotú?»,hapreguntadoAvi.«La ha hecho Alá; con el viento, el agua y la arena como

herramientas.Asíseformanestoscristalesarracimadosunossobreotrosenformadeflor.Lallamamos“rosadeldesierto”.Suspétalossonfrágilesy afilados. Tanto pueden romperse como cortar; hay que tratarla conmuchísimo cuidado, para no dañarla ni hacerse daño con ella… Comocuandotratasconelcorazóndeotrapersona.»

Querido diario, no puedo reproducir con justicia la forma en queGalebnos lohaexplicadomientrascogía lamanodeAviparaguiarsusdedos,congrandelicadeza,sobreaquellospétalosdepiedra.Silapobreyaestabaunpocoenamorada,enesemomentohatenidoquesucumbirporcompleto.Ycualquieraloharía…

Jugando a ser un poco celestina, he buscado un momento deintimidadparahablarconGalebsobreAvi,puesnoqueríaparaellamidestino:serunapiezamásenlacoleccióndeunseductor.Yporfortuna,Galeb no parece ser así. Se ha quedado prendado de la fragilidad yespiritualidaddeAvi,comoélmismolahadefinido.

«Leheregaladolarosaporquemerecuerdaaella,asudelicadezayasumagia;yalafortalezaqueestoyseguroqueencierra.»

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Tambiénmehacontadoqueélpuedecasarseconunamujer«delaEscritura»,osea,cristiana,sinqueellatengaquerenunciarasufe,conloqueAvitieneelcaminolibresi,algúndía,quierencasarse.Loquenomehaparecidotan justoesqueeseseaunprivilegioexclusivodelhombre,puesunamujermusulmanaestáobligadaacontraermatrimonioconunhombredesupropiareligión.

4deagostode1921

Hemos abierto el hospital y nuestras cien camas ya están llenas. Lasenfermeras melillenses y las monjas se han ocupado de las alas demedicina,dondesobretodohaycasosdepaludismoydisentería.Meheacordado del doctor Luque y lo que nos contó sobre el papel de losmosquitos en las guerras. Aquí, la que transmite la enfermedad es lahembradelanofeles,ytenemosquetenermuchocuidadoconella.

Inés,MargaritayAvisehanquedadoenlaplantabaja,tratandoalossoldados convalecientesde cirugía, y amímeha tocadoen la segunda,conlosoficiales,igualqueaAlba,Luisa,MerryyMaría.

En ambas plantas de cirugía hemos dejado una decena de camasvacías.PablolashaseñaladomientrasledecíaalgoaAlba.Cuandomeheacercado para saber de qué se trataba, me ha dicho que no podíacontarmenada,queporahoraeraunsecreto…TeniendoencuentaquehenotadoaAlbamásanimada,supongoquetendráalgoqueverconelmonteArruit…

Unode losheridosquenoshan traídoeselmisteriosohombredelrostro vendado, el que ya vi en el Docker. Y aquí también lo hanamarradoalacama.Merryloestabaatendiendocuandohacomenzadoaagitarseyagritar.Yoheacudidoconeléterparacalmarloy,yaantesdeadministrárselo, al verme, se ha quedado quieto y me ha miradofijamente.Ha balbuceado algo que no hemos entendidomuy bien y hadejadoquelepusieselamascarilla.

«Serámejorquetútehagascargodeeste—mehadichoMerry—,tupresencialorelaja.Ycontodoloquehasacrificado,semerecelamejordenuestrasatenciones.»

El resto de la mañana se nos ha ido en cambiar vendajes, lavarheridas, coser cicatrices mal cosidas y comprobar la fiebre de los quetenían infecciones. A un teniente de la Legión le habían herido de undisparo y luego le habían dado seis gumiazos; de no ser porque sus

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hombres contraatacaron y lograron sacarlo del blocao que defendía,habríamuertoallí.Aunque lasheridas ledolían,oquizáporello,nohaparadodehablarmientraslehacíamoslascuras.

«Ynolesbastaconapuñalarte,lesencantarajarnosdearribaabajocon esos dichosos cuchillos curvos, pero solo mientras estamos vivos,porquesabeneldañoquehacen.»

Creoquequeríaescandalizarmeomarearme,peroyosoloasentíayatendíaasuconversaciónconamabilidadmientraslimpiabasusheridas.

«Nolesgustamatarnosabalazos.Losfusilessonimpersonales,peroelcuchilloesmásíntimo;tienesqueclavarlocerca,pegadoalenemigo,yarrastrarlopordentrodesucuerpoconfuerza;oapuñalaragolpesunayotravez.Hevistocuerposcontreintayhastacuarentagumiazos,¿sabe?Elhombreyaestabamuerto,peroelmoroseguíaahí,dándoleunayotravez hasta que se le cansaba el brazo. Lo hacen por rabia, igual quenosotros; con un disparo matas, pero no descargas la rabia. Con elcuchillo,sí.Yesta,señorita,esunaguerraderabia.»

Poraquellasheridasyporlasqueheidoviendoalolargodeldía,nohacíafaltaquemelojurase.

Por la tardehemossabidoparaquéson lascamasvacías.Comoyohabía supuesto, tienen que ver con el monte Arruit. Berenguer haintentadoliberarloconundesembarcoenelsurdelaRestinga,labarreradetierraquecierralaMarChicaylaseparadelMediterráneo.Peronohatenido suficiente apoyode laArmada y la operación, que, segúnPablo,era inteligente e imaginativa, ha fracasado. No se ha podido siquierallegar hasta los sitiados y lo único que se ha conseguido ha sido unpuñadomás demuertos y heridos. Alba ha reaccionado con la naturaltristeza,peroencuantohanempezadoa llegar losheridos,ha instaladounasonrisaensurostroysehamantenidofuerte.

LoprimeroquehanhechoeldoctorNoguerasyeldoctorHerranzhasidoeltriage,clasificaralosllegadossegúnsugravedadentresgrupos:losqueseguramenteviviránsin importarelcuidadoquereciban(osea,heridosleves),losqueseguramentenoviviránaunqueselesatiendaylosquedependendeunaatencióninmediataparasobrevivir.Alosprimerosselespasaalasaladecuras,conenfermerasprofesionalesodeprimeraymonjas.Alossegundosselesdancalmantesyconsueloespiritual.Yalosterceroslosllevamosalquirófano;pasanprimerolosmásgraves.

Noguerasnos ha cogido amí y aMerry para la primera operaciónmientras Herranz, con la ayuda de sor Asunción y Margarita, se

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encargaba de otra. Carmen, Inés, Avi, Alba y Luisa se esforzaban enmantenerconvidaalossoldadosqueiríandespués.

Habíaoídoqueenalgunoshospitaleselgradoyprocedenciadeunsoldadopesaenel triage, favoreciendoa losoficialessobre la tropayalosespañolessobrelosmarroquíes,peroNoguerasyHerranznosonasí.

«Los únicos galones que cuentan aquí son las heridas y sugravedad»,hadichoNogueras.

El nuestro era un soldado de regulares, un bereber que habíarecibidoundisparoenelpechoylabalaseguíaalojadaenelpulmón.Lasenfermerashemos limpiadoypreparado el campooperatorio alrededordel impacto. Despuésme he encargado del instrumental yMerry de laanestesia.EldoctorNogueras, conuna rapidezpropiadeun trilero,haabiertolaheridaylahafijadoconlosretractoresqueyoleibapasando.YalohabíavistooperarenMadrid,peroallíteníamosmástiempoyloscasosnoerantangraves.Aquílavelocidadcuenta,nosoloporlavidadeestehombresinoporlasdelosqueesperan.SinrayosX,hacomentadoatravésdelamascarilla,encontrarlabalaibaaserdifícil…,perohatenidosuerte;enseguidahadadoconellayhapodidosacarlasintocarapenaslascostillas.Y,entonces,hadichoalgoquemehadejadosinrespiración:

«Laura,ciérrelousted.»«¿Yo?»«Sí,usted…¿OesquehayotraLaura?»«Pero…»«Hevistocómosutura.»«Nosetratadeuncadáver…»«Afortunadamente.Eintentequenoseconviertaenuno.»Viendoqueyoseguíadudando,hainsistido:«Yaséquenoeselprotocolo,perotambiénséquesabráhacerlo,y

nopodemosperdermástiempo.»Luegohamiradohacia atrás yha llamadoa Inésparaque ellame

fuese pasando el instrumental. He ocupado el lugar del cirujano,respirado profundo e intentado no pensar en qué pasaría si hacía algomal. Tras apretar con los dedos las pinzas para sostener la aguja, herelajado lasmuñecas y comenzado a coser al herido. Cuando ya estabaacabando,eldoctorsehaacercado,harevisadolasuturayhaordenado:

«Bien,aplantayvuelvainmediatamente.»Merryyyohemosllevadoalheridoalahabitacióndeoficiales.«Carmenyamehabíahabladodelabuenamanoquetienes,peroes

quedagustovertetrabajar.»

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Me he emocionado ante el cumplido, y sé que puedo pecar depretenciosidadalanotarloaquí…

De pronto, Merry se ha dado un manotazo en el pescuezo, se hamirado lamano y ha gritado: «¡Cabrona!».Me ha sorprendido oír esapalabra en boca de una dama tan refinada. «¿Qué ha pasado?», le hepreguntado.Ymelahaenseñado,aplastadaensumano:

«Unahembradeanofeles;esperemosquenoestéinfectada…Porsiacaso,tomaréalgodequinina.Yhabráquerevisarlosmosquiteros.»

Hemos regresado al quirófano. El doctor Nogueras ya estabaoperandocon Inés yLuisa.Merryy yonoshemospuestoaprepararalsiguiente herido, que en menos de una hora ya estaba en la mesa deoperaciones.Eradenochecuandohemosacabado.Estabamuycansadaycon el mandil lleno de sangre. Me he cambiado, lo he dejado en lalavandería,yenlacocinahetomadounpocodecarnequenosésiseríacabraocordero.

LuegoheayudadoaMerryconelpapeleoparadejarlosinformesyestadillosdenuestrasoperaciones listosparaarchivar.Enesemomentodecalma,cuandotodohabíaacabado,algunashansalidoal jardínparasentarseallorar.Habíamossalvadoamuchos,perohabíanmuertovariosysabíamosqueotros,queestabanmuygraves,moriríanalolargodelanocheyaellaslestocaríaacompañarlos.ComodijodonFrancisco,estaesuna lucha en la que siempre se pierde. Y supongo que jamás teacostumbrasaello.

Mientraslasdemásseacostaban,hecogidouncandilyheidoaverqué tal estaban los heridos que habíamos operado. No tenían fiebre yrespirabanconnormalidad.Esoesbueno.Ibaairmecuandomehefijadoenqueelhombredelrostrovendadoestabadespierto.Yanogritabanisesacudía.Alacercarmemehamiradoy,porlaescasaaberturaquedejabanlasvendassobresuboca,hevistoquesonreía.Hamovidoloslabioscomosi quisiese decir algo, pero solo le ha salido un gemido. Lamonja queestabadeguardiasehapuestoenpie.

«Tranquila, me encargo yo—le he dicho yme he acercado a él—.¿Necesita algo? ¿Quiere beber omás éter para el dolor? Si lo prefiere,también tenemos morfina, que no le dejará tan dormido… —Me haindicado que no con un suavemovimiento de cabeza—. Pues entoncesintente dormir. Y ya sé que se ha pasado mucho tiempo así, pero levendrábienacostumbrarelcuerpoadescansardenoche.»

Ha asentido y cerrado los ojos, no sé si porque tenía sueño o porobedecerme.

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Ibahaciaeljardíncuandohevistounaluzmoverseenelpabellóndemedicinaparatropa.Meheasomado.Carmen,consucandil,lorecorríapara ver si nuestros enfermos estaban bien. Uno, aún despierto, hacruzado unas palabras con ella, que le ha respondido con un gesto decariño. El hospital ahora está limpio e impecable, perfumado por lasflores frescas que hemos colocado ya por la mañana y que, cada día,debemoscambiar.Nadaqueverconlosbarraconesquehabíavistoalsur.

AlveraCarmenallí, conelcandil,herecordado loquenoshabíancontadosobreFlorenceNightingale,tambiénpaseandoconsufarolentrelos heridos de Crimea. Creo que España ya tiene a su dama de lalinterna...

Verlaasímehadevueltolapaz.

5deagostode1921

«¿Quién?»Fueloprimeroqueleheoídodeciralhombredelamáscara,quees

como las demás enfermeras han comenzado a llamar al oficial con elrostrovendado.Aunquenohasidoloprimeroquehadicho.Unadelasmonjasmehavenidoabuscarporquelehabíapedidoagua.Heacudidoasu lado. Una enfermera profesional le estaba dando de beber con unapipeta.

«Yasigoyo»,lehedichoalaenfermera,yhecogidolapipeta.Elheridohabebidounpocomásy,cuandohaparado,sindejarde

mirarme,lohadicho:«¿Quién?»«MellamoLauraysoytuenfermera,delaCruzRoja.»Yheseñalado

miinsignia.Élhahechoungestonegativo.«¿Quién…soy?»«¿Nolosabes?»Lehantembladoloslabiosyhanegadoconlacabeza.Unalágrimale

haresbaladosobre lasvendas.Evitandomostrar sorpresa,he intentadodarleconsueloyesperanza.

«Loqueleocurresellamaamnesiayesnormaltrasunaheridaoungolpeenlacabeza.Perolamemoriaseguramentevolverá…»

Laverdadesquelacienciasabepocosobreesetema.Avecesregresapocoapoco;aveces,derepente,yotras,nunca.

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«¿Quiénsoy?»,hainsistido.«No lo sé, pero por sus galones y su unidad puedo intentar

averiguarlo.»Tendríaquehaberledichoquenopodríahacerlohastaterminarmi

turnoporquecadavezquepasabaasuladomemirabaysinnecesidaddedecirnadaeracomosimepreguntase:«¿Yasabequiénsoy?».Nocreoque sea porque en su naturaleza esté ser un pesado, sino porque norecordarnada,nisiquieratunombre,debederesultarangustioso.

Galeb tenía mucho que hacer así que, por la tarde, cuando heacabadomi turno, he ido andandohasta el hospitalDocker.Apenashapasadounasemanadesdemiprimeravisitayyasenotalallegadademássoldados. Muchas casas han sido ocupadas por oficiales y en losdescampados se apiñan centenares de tiendas de tela cónicas para latropa. Y los cafés y tabernas están repletos. Muchos, a mi paso, secuadrabanymesaludabandeformamilitar.

Alrededor de los campamentos he visto chamarileros, feriantes,vendedores de todo tipo y mujeres que dejan bien claro cuál es suocupación…

A la vez que la guerra con Abd el-Krim se libra otra, esta entrecapellanesyputas,quecompitenporelalmaylosdinerosdelosmilesdehombresaquícongregados.Poreldía,oantesdelcombate,elcorazóndelsoldadoestáconDios.Peroporlanoche,enestelargoperiododeespera,son muchos los que sucumben a Venus… Solo te comentaré, queridodiario,quelagonorreaylasífiliscomienzanacompetirconelpaludismoyladisenteríaporserelprincipalproblemamédicodeesteejército.Yseespecula que ciertas prostitutas, dolientes de alguna de esas venéreas,ofrecensusserviciosconelextradeunabajaporenfermedadquelibraráasusclientesdelcombate.

Cuandohevisto losavionesen laexplanadadelHipódromomeheacordadodeJavier.Mehaagradadodarmecuentadeque,desdequehaabiertoelhospital,nohepensadoenélniunasolavez.Yahoraeldoloryanohasidotanintenso.Escuriosoqueatenderanuestrosheridoshayaacabadoporcurarmeamí.Sololavergüenzaylarabiasiguenintactas.

Hebuscadoalcamilleroquetanamablementenoshabíaatendidoenlos barracones de oficiales, perono lo he encontrado.Hepreguntado aotros sanitarios y, por fin, uno me ha remitido al cirujano que habíaatendidoaaquel«héroesinrostro»,queescomoseleconoceporaquí.Ha resultado ser el doctor Fidel Pagés, queme sonaba por haber leídoalgunodesusartículossobrelaanestesiametamérica,perohoynoestaba

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allí,sinoquehabíaidoalHospitalIndígenaaoperar.Yestáalnorte,enlaotrapuntadelaciudad.

AsíquehevueltoarecorrerMelillaenelotrosentido,cruzandodenuevoelríoy llegandohastaelBarrioHebreo.Esunazonahumilde, lamás humilde que he visto en Melilla y creo que en toda mi vida. Lascallejasparalelas sonmuyestrechas, con casuchasybarracasapiñadas.Los callejones laterales, aún más angostos y llenos de escaleras,comunicanunascallesconotras.Yestasnisiquieratienennombreyseidentificanconunaletra.

Cercadestacaunbelloedificiodeunaplanta,conarcosyadornosdeestilo árabe: el Hospital Indígena. Aunque en origen era civil, ahoratambiénatiendea soldados.Dehecho, creoque todos loshospitalesdeMelillasehanconvertidoenmilitares.

CuandohepreguntadoporeldoctorPagésmehandichoquehabíaregresadoalDockeryqueallíestaríaoperandohastalastantas.Comoyaerademasiadotarde,hevueltoanuestrohospitalconlasmanosvacías.

Hetenidoquedecirlealhéroesinrostro(megustamuchomásesteapelativoqueeldelamáscara)queaúnnohabíaaveriguadonada.Meibaaircuandohapronunciado:

«Quédese.»«¿Lepasaalgo?»—lehepreguntadoymehaindicadoqueno.«Hábleme…»Me ha recordado a Leandro. A lo mucho que le gustaba que le

contasecuentos.Peroaestepacientenoibaacontarlecuentosinfantiles.Así que le he hablado de mí y de las Damas Enfermeras, de nuestrosestudiosenMadrid,delviaje,denuestrallegadaaquí...Enunmomentolehehechoreíryhaacabadotosiendo.Hadichoquenolehabíadolido,peroséqueesmentira.Luegomehapedidoquesiguiese.Yasíheestadohasta que se ha hecho bien de noche y le he dicho que a ambos nosconveníadormir.

Eseratosehaconvertidoenmásdetreshoras.Measusta,queridodiario,lacapacidadquetengodemonologarhorasyhoras.¿Acabaréporser una de esas señoras pesadas que conversan con los gatos y con elmobiliario,comolatíaSagrario?

9deagostode1921

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Hanpasadocuatrodíasdesdemiúltimaanotaciónyesquenoparamos.Hay noches en que estoy demasiado cansada como para sostener mispárpadosabiertos,cuántomásunapluma.

Creíquemontaryorganizarelhospitalhabíasidoduro.Peronoesnada comparado con mantenerlo en funcionamiento en tiempos deguerra.Nosolohayqueasistiralosdoctoresenlasoperacionesyenlascuras,odarsutratamientoalosenfermosycuidarlos,tambiéndebemosencargarnosdelavar,fregar,hacerlacoladaymantenerlasinstalacionesimpecables, no solo por la higiene, sino por lamoral de los pacientes.Cuando parece que has acabado, aún hay que redactar los partes einformesmédicos…Yeldomingo,en lugardedescansar, trabajodoble:llevar a los que puedan desplazarse a lamisa en la iglesia del SagradoCorazón,loqueentreiryvenirnosllevatodalamañana.Menosmalqueelsacerdotenosesperaylosfieles,muyrespetuosos,loentienden.

Al menos Carmen ha conseguido que unas damas de Melilla seencarguen de la cocina, porque con esa tarea ya no daríamos abasto.Aunque ella misma se encarga de supervisar que los menús sean losadecuadosparanuestrospacientes.

Almenos,todoeseesfuerzoyadafrutos.Unlegionarionoshadichoqueaquíseencontrabamejorqueencasayqueestoshabíansidolosdíasmás placenteros de su vida... y eso que acabábamos de amputarle unbrazoalaalturadelcodo.Otro,unsargentodelaLegiónmuyhablador,Sancho, mientras le quitábamos metralla de la espalda, no paraba decontar chistes y cantar canciones sin exteriorizar el dolor que debía deestarsufriendo.

«Es usted un valiente», le ha dicho Luisa. No creo que el buenhombre,tanhumildeensuformadeserydehablar,supiesequeleestabaatendiendounaprincesa.

«Qué va, señorita. Lo que soy es un irresponsable. Y es lo quetenemosquehacer:nopensar lascosas,porquesi laspiensastequedasencasa.»

«¿Ynotuvomiedoenlabatalla?»«¿En la batalla? Ninguno. Cuando empiezan los tiros, o peleas o

escapas;nohaytérminomedio.YenlaLegión,peleamos.Ysilohaces,yano sientes miedo; ese es el secreto. En el combate tienes demasiadascosas que hacer y a las que atender como para estar asustado; ni lopiensas…Elmiedodeverdad,quetodoslotenemos,señorita, losientesantes de la batalla, cuando estás quieto en la trinchera, esperando que

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llegueelmomento.AhíescuandolopasasmalyteacuerdasdelaVirgenydetodoslossantos.Esoeslopeor:laespera.»

Luegohaseguidoconsusbromasytonadillas,ynoshapedidounaguitarra para animar un poco a sus compañeros de pabellón. Luisa haprometidoqueselaconseguiría.

Mi paciente, el héroe sin rostro, sigue sin recordar y yo, con tantotrabajoyfatiga,aúnnohetenidotiempodesalirdenuevoenbuscadeldoctorPagés.Él,queyahablaperfectamenteynonecesitaestaratadoasu cama,me ha pedido que nome preocupe por su identidad. Lo queahoraloacompaña,dice,legusta.

«Noséquéhabrásidomividaantes,peroséquehesobrevividoalamuerteyqueahoratengolamejorcompañíaposible.»

Hago comoqueno oigo esos velados piropos e intento cambiar deconversación.Élmepideque le siga contando cosasdemi vida,que leencantaoírlas,tantoporloquelecuentoporcómoselocuento.Supongoquelodiceporquenoquiereestarsoloyleagradatenercompañía…Yasí,pocoapoco,creoqueleheidorelatandocasitodamivida.Élbromeayme dice que cuando él tenga una vida, también me la contará. Mesorprendeque,ensuestado,tengatanbuenhumor…

Además de darle conversación, me esfuerzo en que haga susejercicios. Ya camina, apoyado en mí, alrededor de la cama y por elpabellón. Primero iba a pasitos muy cortos, como un anciano muyestropeado,peroahorayasepuedemantenerfirmesobresuspiernas.Surespiración también ha mejorado. Y las úlceras y quemaduras no handrenado ni supurado, con lo que aún no es necesario cambiarle lasvendas. Mantenerlas ahí, presionando sobre las heridas un par desemanasmás,levendrábien.

Hoy hemos tenido dos bajas entre nosotras. La primera esMerry,quehacontraídoelpaludismoyahorareposaenunacamadelaplantade oficiales, separada de los demás por un biombo. Ellamisma se diocuentadeloquepasabaynosavisó.Esonosharecordadoatodasquenosomosinmunesalasenfermedadesyqueunhospitaleselmejorlugardelmundoparacontraerlas.

LaotraesAlba,perosolohasidounsusto.TodoslosdíaspreguntaaPablo y a Carmen si saben algo delmonte Arruit y de los planes paraliberarlo,perolarespuestaessiemprelamisma.Parecequenoleafectayque sigue con su trabajo como si nada. Pero algo ha debido de irseacumulandoensuinteriorporquehoyalmediodía,pocoantesdecomer,sobrelaunadelatarde,sehaquedadoquietaenmediodelpabellón,ha

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mirado al techo y se ha desmayado. Las otras dos enfermeras queestábamosallíhemoscorridoaauxiliarla.Enseguidaseharepuestoyhainsistidoenquenohabíasidonada.CarmenlahaenviadoconeldoctorHerranzyluegolehaordenadodescansar.

Por la tarde he librado y he vuelto al hospitalDocker, que ya estámejororganizadoylimpio,dentrodelospocosmediosquetienen.PorfinheencontradoaldoctorPagés.Esmásjovendeloqueesperaba.Nocreoque lleguea los cuarentaaños.Sucara redonday subigotito ledanunaspectosimpáticoymuyafable.

Le he dicho que era un honor conocerle, que había leído artículossuyosyquenomeperdíaniunnúmerodelarevistaqueeditaba.Sehasorprendido.

«Lasenfermerasnosuelen leer laRevistaEspañoladeCirugía.Nisiquieramuchosmédicos lo hacen—habromeado—.Me agrada oírselodecir,gracias.»

Sobre el héroe sin rostro, me ha confirmado que lo operó y seinteresóporsurecuperación.

«Lohemosmandadoconvosotrasporqueestabamuymaly,por loquemecuentan,doñaCarmenhaorganizadomuybienelhospital.—Haseñalado a su alrededor—. Aquí no tenemos tantos medios y nosapañamosconlopocoquehay.»

Comotiendoaserimpertinente,semehaescapado:«Penséque a losmilitares las de laCruzRojano les caíamosmuy

bien».«¡Qué va! En Melilla tenemos poco más de quinientas camas;

vuestras cien son más que bienvenidas… Y ni así damos abasto. EncuantoBerenguercomiencesucontraataquepararecuperarelterrenoentornoaMelilla,serápeor.»

LehecontadoelrecibimientoquenoshizoTriviñoysehaechadoareír.

«Triviñoesunhombreimpulsivoydecarácter,perosepreocupaporlosheridosyestádesbordado.Ledebisteisdecogerenunmalmomento.Pero, créeme, es vuestro aliado, igual que vosotras lo sois para elEjército.»

Comonoshabíamosdesviadodeltema,hevueltoapreguntarlepormiherido.Leheexplicadosuproblemadeamnesiaylehedadosugradoy la unidad inscrita en su chaqueta para ver si puede averiguar algo.Pagés se ha comprometido a hacer unas cuantas preguntas estamismanocheenelcomedordeoficiales.

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«Vuelvemañanaporaquí;quizáyasepaalgomás.»Cuandoheregresado,Albaaúnestabadespierta,paseandoalrededor

delhospital,muyinquieta.Leherecordadoqueteníaquedescansarylahe dejado tumbarse ami lado en la terraza. El calor sigue siendomuyintenso,quizáhoymásquenunca,yelponiente,enlugardemitigarlo,lohacemáspresente.EnMadrid,deunvientoasídecálidoyextrañodiríaqueanunciatormenta.Aquínoséquépresagia.

10deagostode1921

HoyhecogidoelturnodetardeparairporlamañanahastaelDockeryhablarconeldoctorPagés.Estabaenunodelosbarraconesdeenfermos.Nadamásentrar,unodelospacienteshallamadomiatención.

«Señorita,señorita,¿vieneallevarnos?»,mehapreguntado.«¡Eh!—lehagritadoelqueteníaallado—,¡cierralabocaza!Yoestoy

másgrave.»«Noleshagacaso,señorita—hadichootro—,yoestoypeor.»Y se han ido sumando más y más voces a las que no sabía qué

responder.EldoctorPagéshaacudidoenmirescate.«¡Por favor, caballeros, cállensedeuna vez!Noviene a trasladar a

nadie,sinoahablarconmigo.»Haseguidounmurmullodedecepciónydebromaspicantescontra

eldoctor,quemeha llevadofuera.Mientrasse liabauncigarrillo, lehepreguntado:

«¿Porquésehanpuestoasí?»«En vuestro hospital ya han dado de alta a varios y han salido

hablandomaravillas.Delasinstalaciones,delaatención,delacomiday,claro, de las enfermeras. Ahora, cuando uno cae herido o enfermo, loprimeroquedicealoscamillerosesquelollevenalaCruzRoja.Loshayqueinclusolesofrecendinero.»

«Vaya,nosésialégrameodisculparme.»«Estascosasmejoranlamoraldelosheridos;lesdandequéhablar

y,sobretodo,esperanza.»«Entonces me alegraré. ¿Y ya sabe algo sobre nuestro misterioso

paciente?»«Sí.EselalférezIsmaelVallejo;desgraciadamente,desusecciónno

quedanadieconvida.»

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«Una pena. Esperaba que alguno de sus compañeros pudiesedecirmealgosobreél.Almenostengosunombre.»

«Tienealgomás.Lospacientesconamnesia,alvisitarlugaresquelesfueronfamiliares,puedenrecuperarpartede losrecuerdosvinculadosaesos sitios. A veces se provoca una cascada de evocaciones que trae devueltatodalamemoria.»

«¿YsabedóndeestuvoenMelilla?»«Apartedepordondeandamostodos,comoelcafédelVictoriaoel

del Colón, su sección, nada más llegar, estuvo en el acuartelamientoSantiago,alnorte.LuegodestinaronatodasucompañíaalAtalayónysusección, en concreto, se desplegó donde ahora está el blocao de DarHamed,unodenuestrospuestosavanzados.Yalfinal,élysushombresavanzaronhastalasafuerasdeNador,dondefueheridocuandoprotegíaaloscolonos.Eselugaryaquedafueradenuestraslíneas.»

«Muchasgracias.Intentaréllevarloalosquepueda.»MientrashablabaconeldoctorPagésmehabíadadocuentadeque

unsargento,enjutoydecabellocano,nomequitabalavistadeencimaycuchicheaba algo con dos soldados. A una mujer, en medio de tantatropa,esnormalquelamiren,einclusoquelapiropeencondescaro,peroconlasenfermerassuelensermáseducados,quizáporquesabenqueencualquiermomentopuedenacabarennuestrasmanos.Peroesaformademirar, insistente y que a la vez intentaba pasar desapercibida, meresultabamuymolesta.En cuantohe finalizadomi conversación coneldoctorPagés,meheacercadoaesehombredepelocano.

«¿Quierealgo,sargento?»Esperabaque eso lodesarmase y se alejara conunadisculpa.Pero

no.Mehamiradodereojoy,trasunmomentodesilencio,hadicho:«¿EsustedquienandapreguntadoporIsmaelVallejo?».«¿Loconocen?¿Sonamigossuyos?»«No, pero él nos salvó la vida en Nador. Y pensamos que había

muerto.»«Haestadoapuntodemorir.Peroseestárecuperando.»«¿Conustedes?¿EnlaCruzRoja?»«Asíes.Siquiere,puedenacompañarmeparavisitarlo.»«No,gracias,perocuídelobien;esungransoldado.»«Loharé.»El sargento se ha subido a una camioneta militar con sus dos

compañeros, a quienes apenas he llegado a ver, y se ha ido dandobocinazos para despejar el camino. Yo también iba a irme cuando he

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notado un revuelo alrededor. Varios camilleros han salido corriendohaciaelsur,igualquedecenasydecenasdesoldados.EldoctorPagéshasalidodelbarracónparairtrasellos.

«¿Quépasa?»,lehepreguntado.«DicenquehanllegadovariosdelossitiadosenelmonteArruit.»«¿Loshanliberado?»«Nosénadamás…»«¿Puedoacompañarle?»«Meserádegranayuda.Seguramentehayheridos.»Al principio he corrido, igual que ellos, pero las trincheras no

estabantancerca,asíqueencuantomehafaltadoelresuellohepasadoacaminarrápido.Mepreguntabasilosasediadoshabríansidocapacesderomper las líneas enemigas y regresar hasta Melilla. O si Berenguerhabía,porfin,lanzadounaoperaciónderescateconéxito.Peroerantansolounpuñadode soldados, todoscon rasguñosyheridas, consumidosporelcansancio,elhambreylased.

Losoficialeshanhechounpasillo entre lamuchedumbreparaquePagés,otrosdossanitariosyyollegásemoshastaellos.

«¿Quéhapasado?¿LesenvíaNavarro?»,hapreguntadoeldoctor.«Navarro se ha rendido», ha dicho uno de aquellos demacrados

hombres.«¿Cuándo?»,sehasorprendidoPagés.«Ayer,a launade la tarde;entregamos lasarmasacambiodeque

nos diesen paso franco. Y cuando nos preparamos para salir… —Hesentido un escalofrío al recordar que justo a esa hora Alba se habíadesmayado— los moros no respetaron el trato y se lanzaron sobrenosotros.Mataronacasitodosatirosygumiazos.Hastaalosheridoslossacabandesuscamillaspararematarlosapatadasenelsuelo.»

«¿Soloescapasteisvosotros?»«Nocreoquehayaquedadonadiemásconvida.»Elánimodetodossehadesplomado.Laúltimaposiciónespañola,el

último reducto donde aún quedaban supervivientes, ha desaparecido ycasi todoshanmuerto.Tresmilhombresasesinadosa traiciónenunospocosminutos. Al silencio le ha seguido la furia y he comenzado a oírjuramentosterriblessobreloqueleharíanalenemigoencuantocayeseensusmanos.JustoloquenoshabíadichoPablo,queestaesunaguerrasalvaje, de odio, y que la crueldad llama a más crueldad. Nuestrossoldados ya no quieren la victoria, ahora lucharán por venganza. Y nohabrá piedad ni compasión. Tampoco harán prisioneros, ymutilarán y

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acribillaránaesoshijosdeputahastaquenoquedeniuno.Eso,queridodiario,eslomássuavequehepodidoescuchar.

A Pagés lo habían llamado esta mañana desde mi hospital paradecirleque,traslasaltasdehoy,habríaunadecenadecamaslibres.«Yestos hombres, después de lo que han pasado enArruit, semerecen elmejorlugar...»Asíquemehaenviadoconunpardeambulanciasyesosheridosanuestrohospital.

YaenelvestíbulomeheencontradoaCarmenyaldoctorNogueras.«Laura—meriñóCarmen—,llegasmuytarde…»Peroentonceshavistoentraraloscamillerosconaquellossoldados

tandemacrados.«¿Quéhapasado?»,mehapreguntado.«Arruithacaído; loshanmatadoatodos.Solosehanlibradoestos

pocos.»EldoctorNoguerashapreguntadoporsuamigo,FelipePeña,pero

nadiesabíanadadeél.Yaestábamosacomodandoa los recién llegadoscuandoAlbahaentradocorriendoypreguntandoporsupadre,elcapitánHernandoTorres.Carmen,condiscreción,selahallevadoaljardín.

PorlanocheheencontradoaAlbaenlaterraza.Ensusmejillasaúnse notaban surcos de lágrimas. Miraba hacia el Gurugú, una sombrarecortadaporlaausenciadeestrellas.

«Nadie lo ha visto morir, pero ahora sí estoy segura de que hamuerto.»

Me he quedado a su lado. Las estrellas fueron desapareciendo,cubiertas por unas nubes que apenas podíamos ver, y comenzó unallovizna suave y tibia. Más que agua parecía que sobre nosotras caíancenizas.

«¿Quieresquenosvayamos?»«No.»«Ojaláhubiesealgoqueyopudierahacer…odecir.»«Mebastaconqueestésaquí.»Hemos permanecido otro rato en silencio. Luego Alba me ha

preguntadoabocajarro:«¿Porquémeteníastantamaníaenlaescuela?».«Bueno,nolosé…Siemprepenséqueyoeralaquetecaíamalati...»«Claro que me caías mal. Desde el primer día me mirabas con

suspicacia;cuandoyohacíaalgomaltereíasycuandoyohacíaalgobienponías mala cara. Y era absurdo. Somos a quienes más les gustabaaquello…»

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«Losiento…Síqueesabsurdo.Recuerdoundía,alprincipio,enelprimercurso.EstabaconAviyconInés,ymeparecióquenosmirabasconpena.»

«Yotambiénlorecuerdo.Ysí,escierto,temiréconpena.»«Creí que era porque envidiabas lo bien que nos llevábamos las

tres.»«¡No!Medabapenaqueaellaslastratasestanbienyamítanmal.»«¿PoresarazónnosdelatasteadonFrancisco?»«Supongoquesí.Luegomearrepentímucho, sobre todoporcómo

tratóaInésyaAvi…Peromehabíashartadotantocontuschanzasytusdesplantesque…»

«Yo tampocome porté bien contigo…, déjalo. Éramos unas niñas.Yo,almenos,loera.»

«¡Sisolohapasadounañoymedio!»,hareplicadoriéndose.«Enalgún lugar tienequeestar la frontera,¿no?Esaqueseparaal

adultodelniño.»«Sí,yesperoquetúlacrucespronto»,habromeado.Luegomehacogidodelamanoyhemosestadoallíotrobuenrato.«Parece que no llueve mucho —le he dicho—, pero nos estamos

empapando.Ylatristeza,conpulmonía,noesmenostristeza.»Me ha dado la razón y hemos bajado a nuestros barracones a

secarnos y cambiarnos. Entoncesme he dado cuenta de que aún no lehabíacontadoanuestrohéroesinrostroqueyaséquiénes...PerosehahechodemasiadotardeyprefieroquedarmeconAlba.

Aúnhemosconversadounpocomásyhastaquenosehadormidono he podido cogerte para poner por escrito este largo día, que estaslíneasaúnhanhechomáslargo.

11deagostode1921

Aunque ayer me acosté tarde, me he levantado al rayar el alba paracontarleaIsmaelloquehabíadescubierto.Mientrassubíaalpabellóndeoficiales, he oído a la enfermera de guardia hablar con alguien. Era unsoldadoquepreguntabaporunheridoeneldescansillodelasescaleras.No había ninguna compañera en la sala y, en medio de la blancura,destacaba un hombre de uniforme junto a una de las camas;precisamenteladeIsmael.

«¿Quéhaceaquí?»,lehepreguntado.

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El visitante sehadado la vuelta y, parami sorpresa, era elmismoqueme preguntó por Ismael en el hospitalDocker, el sargento de pelocano.

«Hevenidoapresentarmisrespetosaestesoldado»,hadicho.Y,sinmás,sehaido.

MeheacercadoaIsmaelparasaberquéhabíapasado.«Acababadedespertarcuandolohevistollegar.Alprincipiomehe

asustado. Memiraba con odio, de una forma realmente amenazadora.Luegohetemidoquemefueseaecharlasmanosalcuellooalgoasí;peroentonces, de repente, se ha echado a reír. Le he preguntado que simeconocíadealgo.Élhaqueridosaberquérecordabayo.Hereconocidoquenada.Ibaadecirmealgomás,peroentonceshallegadousted.»

Laenfermeradeguardiahacomentadolopesadoeimpertinentequehasidoelsoldadoque lahabíaenredadoen lasescaleras.Alotro,aldepelo cano, ni lo había visto. La situaciónme ha parecidomuy extraña.Peroantesdehacermemáspreguntas,ledebíaunascuantasrespuestasamipaciente.

«Yasécómosellama:IsmaelVallejo,yesalférez.»Esperabaalgunareacciónensusojosoensuboca,perosoloseha

encogidodehombros.«Gracias.»«¿Esenombrenoledicenada?»«No. Pero me alegro de que me puedan llamar por un nombre a

partir de ahora, y no solo de usted, o el sin rostro o lamáscara.—Hanotadomiapuro—.Nosuelodormirmuchoy,porlanoche,oigohablaralasenfermeras.»

«Losiento.»«Notieneporqué.Eslarealidad.Hastahoynosolonoteníarostro,

sinoquenoeranadie.Almenosahorasoyunnombre.Yaesalgo,yselodeboausted.»

«Tambiénsédóndehaestado.Yvisitandoesoslugaresquizápuedarecobrarlamemoria.»

«¿Meacompañará?HeoídoqueestoyenMelillay,silaconocía,nola recuerdo. Almenos sé que es una de nuestras ciudades en África, ytambién sé cosas de esta guerra, pero como si las hubiese leído en losperiódicos,novivido.»

«Puescuéntemetodaslascosasquevayarecordando.Hablardeellasenvozaltapuedeayudarleadespertarrecuerdos.Ytambiénlossueños,lossueñospuedenencerrarmemorias.»

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«Hoyhesoñadoconusted»,mehadicho.Elcalorenlasmejillasindicabaquemehabíaruborizado.«Bueno,esomejornomelocuente»,hedichoconunhilodevoz.«Oh,no,tranquila.—Sehapuestoigualdenerviosoqueyo—.Soyun

caballero;nosésiloeraantes,peroahoralosoy,oesmipretensiónserlo.Sifueseunode“esossueños”,nolediríanada...»

«Entonces,¿tienede“esossueños”?»«No,bueno,nosé…,novoyahablardeesostemas.Yleaseguroque

conustednohasidoasí.»«¿Ycómohasido?»«Estábamos en el hospital ese de Madrid del que tanto me ha

hablado, donde estudió. Y usted y sus compañeras iban a hacer unasprácticas de cirugía. De hecho, la práctica era con mi cuerpo. Ustedescreían que era un cadáver e iban a abrirme sin anestesia ni nada, y yointentaba decirles que estaba vivo, pero no podía ni moverme nihablar…»

«¿Yyonomedabacuenta?»«Alfinal,sí,perosuscompañerasnolehacíancaso.»«¿Nomehacían caso?—hepreguntado con escepticismo—.Eso es

queustedaúnnomeconocebien…»Mehereídoyéltambién,loquehaacabadoenotrodesusdolorosos

ataquesdetos.«Tengaunpocodepiedaddemí,porfavor,señorita»,habromeado.«Aunqueleduela,esunbuenejerciciopulmonar,Ismael.»Sehaquedado calladounmomentoymehamiradodeuna forma

tanprofundaquecasihetenidoqueapartarlosojos.«¿Quépasa?»,lehepreguntado.«Ismael…Megustacómosuenaminombreensuboca.»Como diría mi padre, amigo de metáforas marineras, eso me ha

desarboladounpoco.Y comoaúnnohabía bajado adesayunar,mehedisculpadoymeheido.Ahoraquelopienso,noséporquéesepequeñoysencillorequiebromehaafectadotanto,porqueyameheacostumbradoalospiroposdelossoldados.Enlacallesonmásdescarados,peroaquísevuelvenmuchomásdulces.Sevequecuandoseconviertenennuestrospacientes, al sentirse débiles y estar a nuestra merced, o por simpleagradecimiento,sevuelvenmásgentiles.Margarita,queesunpocobrutaaveces,lodefinedeunaformamuygraciosa:

«Cuando están sanosquieren llevarnos al catre, pero cuando estánheridosquierenllevarnosalaltar».

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He visitado a los supervivientes del monte Arruit y me haimpresionado comprobar por sus temblores y pesadillas que, tras loshorroresquehabíanvistoyvivido, tardaríanmásenrecuperarsede lasheridasdesumentequedelasdesucuerpo.

Al menos, con ellos estaba Sancho. Traerle una guitarra ha sidobuenaidea,porquenoparanicuandoestásedadoconmorfina.Yséquealgo así podría resultarmuy pesado, pero toca bien, tiene repertorio ysabecuándodebesonarcadapieza.Algoanimadoparaelmomentodelascuras y los tratamientos, divertido y picante para las tardes, y suave ymelancólico para las horas de descanso… Alba, que además de cantartambiénsabetocarlaguitarra,avecesseleune,inclusoenlascancionespicantes(quelaponencoloradacomountomate)ynosdiviertenmuchoatodosconsusdúos.CreoquevamosaechardemenosaSanchocuandoélysuguitarrasevayan.

En la comida he aprovechado para hablar con Carmen y pedirlepermisoparallevaraIsmaelaloslugaresenquehabíaestado.

«Perosiemprefueradetuturno—mehadicho—.Poratenderaunonopodemosdescuidaralosdemás.»

«De acuerdo. Tendrías que haber visto el recibimiento que mehicieron en elDocker al ver la insignia de la CruzRoja. Todos queríanveniraestehospital.»

CarmenmehacontadoconorgulloquelasnoticiasdenuestralabortambiénhabíanllegadoalaPenínsula.

«UnamultituddejóvenessehanapuntadoalasDamasEnfermerasynoparandellegarnosdonaciones,tantodedinerocomodemateriales.¿Recuerdas estas camas que tanto trabajo nos costó conseguir? Puesahorameofreceneldobledelasquetenemosaquí.»

«Pues camas para heridos no sobran en Melilla», le he dichohaciéndomeecodeloquemehabíacontadoeldoctorPagés.

«Loséy,poreso,apartirdehoy,meveréismuchomenos.Ytambiénamimarido,aLuisayalasdeMelilla.»

«¿Porqué?»«EstoyentratosconelAyuntamientoparaampliarestehospitalcon

unnuevoedificioenlatrasera,peroesaobravaallevarmuchotiempoynecesitamos más espacio ya. Así que nos ceden otra escuela, aúnmásgrande que esta, que equiparemos con doscientas camas y variosquirófanosysalasdecuras.»

«Esunagrannoticia.Pero,porloquemehacontadoeldoctorPagés,cuandoempiecenloscombatesdeverdadharánfaltadiezmáscomoese.»

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«Losé.PeroconlosproblemasqueyahayparamantenerabastecidaalapoblaciónyalEjércitonoseríanviablestantoshospitalesdesangre.Podríamos tener diezmil camas, pero no tendríamosmedicamentos nimaterialparatrataralosheridos.»

«¿Yquépodemoshacer?»«Barcosy trenes—hadichoconorgullo—.Barcoshospital y trenes

hospital que lleven a los pacientes a casa. Aquí haremos las primerasoperacionesy,encuantopodamosdesplazarlos,nuestrosheridospasaránsuconvalecenciaenloshospitalesmáscercanosasushogares.Ytodoyaestáenmarcha,portodaEspaña.Tupadre,dehecho,noshadonadodosbarcosqueélmismoseencargarádeequipar.»

Mehaemocionadoesagenerosidadporpartedemipadre.«¿Ytodoserá…CruzRoja?»«Sí.»«Vaya.Yanadienosvolveráacuestionar.Alfinalsíquehastenidotu

Crimea…»«Escierto,tedijeeso…,miCrimea…—Carmenloharecordadocon

más pesar que alegría—. Pero ahora desearía no haberla tenido. Soloqueríaalgoque llamase laatencióndelpúblico sobrenosotras,peronoestacatástrofe.¿Sabes loquepiensoahora?Queojaláalgúndía laCruzRojanoseanecesaria,oquesololoseaparalucharcontralaenfermedad,no contra esta violencia. Pero hoy es lo que nos toca hacer… Unos seentreganadestruirelmundoyotrosarepararlo.Asíque,Laura,manosalaobra,queaúnnosquedamuchoporarreglar.»

Yesloqueheestadohaciendoelrestodeldía.

13deagostode1921

Ayer un barco trajo el correo. Inés recibió carta de Bonifacio, su Boni,como lo llama,Margaritade suSantiagoymuchasotrasde susnovios,espososyprometidos.Otras,comoAlbayyo,denuestrasfamilias.Ahoramedoycuentade lobienquehiceenescribirlesparacontarqueestababien y cuatro tonterías más. Lo habrán agradecido igual que yo heagradecidosaberdeellos.

Peronoesanosotrasaquieneselcorreohahechomásbien,sinoanuestrosheridosyenfermos.Pormuchoquenosotrasnosesforcemosencuidarlos,nopodemosaspiraratenerelmismoefectoqueunacartadecasa.Inésnoscontóqueunodesuspacientes,uncabo,noqueríaquele

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cortasenlapiernaypreferíaarriesgarseaquelagangrenalomataseantesqueaquedarinválido;perocuandorecibióunacartadesuhijoenlaquele contaba cuánto deseaba verlo, con lágrimas en los ojos accedió a laoperación.

En el ejército, las municiones, el agua y la comida sonimprescindiblesparael combatey lasupervivencia;peroel correo loesparalamoral.Essualma.

En cuanto acabé mi turno, escribí una carta de respuesta,agradeciendomuchoamipadresusdonativos,yayudéavariossoldados,queno saben escribir, con las cartas para susmadres, padres, esposas,hijos y novias. Luego Avi vino a buscarme para ir al vestíbulo. «Esimportante»,dijo.

TodasnosreunimosallíparadespedirnosdeSancho,quevolvíaconsubanderadelaLegiónaprimeralínea.

«Las echaré mucho de menos, señoritas, pero espero que no metenganquevolverarepararpronto»,nosdijo,y luegotocóunacanciónquesehabíainventadoparanosotrasyquerematóconunsonorobesoenlamejilladeAlba,sucompañeracantante.

Semehace extrañopensarque lo siguientequevaahacer alguiencon tan buenhumor y con esa simpatía es coger un fusil y dedicarse amataraotraspersonas,aunqueseannuestroenemigo.

Por la tardeme dediqué a buscar un bastón y un uniforme nuevoparaIsmael,ylecosílosgalonescorrespondientesasurango.Nosésilohabréhechomuybienporquecomono tengoni ideadecostura,usé latécnicadelassuturas…

Hoypor lamañanase lohedadoy leheexplicadonuestroplandevisitar el primero de los lugares en que él estuvo en Melilla: elacuartelamiento Santiago, que no está lejos de aquí. Hemos salidocuandoharefrescadounpoco,puesalmediodíaelcaloresmuyintensoyaélnolevendríabien.

Antesdesalirmehepreguntadoquéropadebíallevar.Estabafuerademi turno, por lo que podría haberme puesto uno demis vestidos sihubieraquerido.Peronomehaparecidomuyapropiado.Nuestrasalida,entonces,pareceríaunacita.Siibadeenfermera,dejaríaclaroqueestabadeservicio,aunqueentoncesélsesentiríamásseñaladoconesasvendasyconmigoasulado...Trasdarleunascuantasvueltasheoptadoporirdeenfermera.

Loheayudadoavestirse, lehedadoelbastónyhemossalido.Paramí,abuenpaso,habríasidounpequeñopaseodequinceminutos.Con

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él,queaúncojeaunpocoylecuestamoverseporlascuestas,hasidoeldoble.Al principio ibamuy animado, con ganas de hacer ese recorridoconmigoyversirecordabaalgo.Peroentonceshanllegadolasmiradasylosniñosqueloseñalabanalpasoyloseguíanconcuriosidad.Esnormalenestosdíasverasoldadosheridos,sinunbrazoounapierna,osinunojo. Pero un hombre con el rostro completamente vendado es algoextraordinarioyllamativo.Y,paralosniños,todaunafiesta.

Ismaelsehaidosintiendomásymásincómodo.«En el hospital soy uno más, aquí me hacen sentir como un

monstruo…Quizáhasidounamalaidea.»Creo que el «quizá» lo ha dicho por amabilidad. A fin de cuentas,

habíasidomiidea.Leheinsistidoenquenohiciesecasodelasmiradas,enquenohabía

maldadenellas,yquenoimportabaloquepensasendeélsinoquiéneraélrealmente,queamínomeimportabanaquellasvendas,nisiquieraelrostroquehabíadebajo, sino lapersonaqueseescondíaensu interior,una persona extraviada entre la niebla del olvido, y que esa nieblacomenzaríaadisiparseconnuestravisita.

SuantiguoacuartelamientoestáenelbarriodelPolígono,elprimeroqueseconstruyófueradelosmurosdeMelillalaVieja,alrededordelasparedes y los baluartes depiedranegradel fortíndeSanFrancisco. Locomponenun buennúmero de barracones para la tropa y los oficiales,rodeados por tiendas y camastros donde la tropa se acumula de formadesordenada. Al vernos, la mayoría se han apartado con respeto ybastante aprensión.Eran soldados recién llegados, pocomás que críos,quenohabríanvistojamáselcombate,yloquelehapasadoaIsmaellossobrecogía,sobretodoporqueesepodíasersufuturo.Aquí,enmediodelasuciedadyelhacinamiento,alavistadelosheridosylosmuertosquellegandelfrente,laépicayelheroísmodelosrelatosdehazañasmilitaresse disipan para estos jóvenes. La guerra, empiezan a darse cuenta, esmugre, fatiga, enfermedad, dolor ymuerte. El coraje ya no consiste engrandesproezas,sinoenpermanecerallí,alladodesuscompañeros,entandifícilescondiciones.

Hemosllegadoalpabellónquesupuestamenteélhabíaocupado.Loharecorridoenteroyhastahatocadosusparedes,porsieltactodeesamadera podía provocar alguna reacción en su memoria. Ha estadocalladotodoeltiempoy,cuandonoshemosido,lehepreguntado:

«¿Harecordadoalgo?»

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«Nada.Escomosihubieseestadoaquíporprimeravezenmivida.Regresemosalhospital.»

«¿Leparecequepasemosantesporotrolugar?»«Creíquelosotrosdosemplazamientosestabanmuylejosdeaquí.»«Yloestán,yunoenmanosdelenemigo;perohayotrosenlosque

seguroquehaestadoenalgúnmomento.»En otra caminata de unos quince minutos hemos pasado de la

tosquedaddelosbarraconesalaeleganciadelbarriomáscarodeMelilla.Aun así, los preciosos edificios modernistas alternan con casas máshumildes y, enmedio de una plaza, vimos una extravagante y enormeconstrucción de madera, como tres enormes graneros rodeados de unpequeñomuro,dondevivendecenasdepersonashumildesyrefugiados.LollamanelMundialPabellón,construidoparadurarunosmesesyqueyallevaahíaños.

Elpaseonoshallevado,porfin,alenormeHotelVictoria,queocupatoda una manzana. Como es sábado, su café estaba repleto de humo,música y conversaciones en vozmuy alta; soldados y oficiales bebían ytambiéncomíanunmenúbastantemódicoparaunestablecimiento tanelegante. Ismael, al apercibirse del gentío, no ha querido entrar. Hetenidoquearrastrarloalinteriory,nadamáscruzarlapuerta,deformagradual, como si una ola partiese de nosotros, se ha hecho el silencio.HastalosmúsicoshandejadodetocarytodossehanquedadomirandoaIsmael.

Él se ha echado a temblar, se ha agarrado de mi brazo y me harogado:

«Vámonos».Entoncessenoshaacercadouncaboylohasaludadoformalmente.«Señor,¿esustedeldeNador?¿Elquesalvóaloscolonos?Oíquelo

habíandejadosinrostro;perdonemiformadeexpresarme.»«Sí,loes.AlférezIsmaelVallejo»,herespondidoporél.Ismaelaún

estabatemblando,encogidoamilado.«Entoncesmegustaría invitarle a algo, a loquequiera.Salvóami

hermanayamissobrinos.Unosolotienedosaños.»Ismael seha limitadoa asentir; aúnestabamuyasustado.El cabo,

entonces,sehadirigidoatodoslosclientesdelhotel:«¡EselhéroedeNador!—YsehavueltohaciaIsmael—.Porfavor,no

tienequeestarasustado,aquíestáenfamilia».Un oficial que estaba junto a él ha dado una palmada. Me ha

recordadoaloqueyomismahicecuandodonFrancisconosimpartiósu

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últimaclase.Yel resultadohasidoelmismo:pocoapocotodossehanido sumando. He ayudado a Ismael a ponerse firme para recibir eseaplausoquelededicaban.Lehanhechounpasilloylohanllevadohastala barra, donde he tenido que insistir en que solo podría tomar unabebida, que aún estaba convaleciente; no ha sido fácil, porque todosqueríaninvitarloycelebrarsupresencia.Hemostardadocasiunahoraenirnos.

Ismaelhaestadocalladocasitodoelrato,murmurandoun«gracias»devezencuando.Encuantohemossalidomehadicho:

«Séqueheestadoahídentromásveces».«¡Entoncesharecordadoalgo!».«Nomucho.Soloquealgunavezestuveahí,queesunlocalqueme

resulta familiar. La barra, las mesas, el ruido, el ambiente cargado dehumo,elalcohol…Peronoséquéharíaahí,nicuántasveceshabréestadooconquién.»

«Es algo. Hay otro café que suele ser muy frecuentado por losoficialesdeMelilla.¿Quierequevayamos?»

El Hotel Colón está cerca del puerto, en un edificio modernistarodeado de solares vacíos y casas a medio construir. Su café es másrefinado y tranquilo, con conversaciones en voz baja cubiertas por lamúsica de un piano. Losmilitares que lo frecuentaban hoy eran todosoficiales y semezclaban conhombresdenegociosde la ciudad, yhastahabíaalgunasmujeres.Hemosocupado,discretos,unamesa.Estaveznoha habido silencio ni aplausos, y las miradas han sido de reojo. Uncamareronoshaservidounpardetés.

«Es extraño —ha dicho Ismael cuando nos ha dejado solos—, dealguna formaséquenopertenezcoaeste lugar,que tengomásqueverconelcafédelVictoria,perotambiénséqueestuveaquímuchasveces…yque,poralgunarazón,estabaincómodo.Igualqueahora.Enelotrolocalmeasustéytodomeabrumódeformaexcesiva.Aquínohaynadaquememolesteydebería relajarmeydisfrutardeeste té,queestámuybueno,perohayalgoquedebiódeocurriraquíyquemeinquietamucho.»

Antes de irnos les he preguntado a los camareros si les sonaba elhombre de Ismael Vallejo o si recordaban algún suceso referido a unmilitardeesenombre.Medijeronqueno.

Hemos regresado al atardecer y le he pedido que, para rematarnuestraexpedición,subiésemosalaterrazadelhospital.

«Me da que esto lo hacen todos en Melilla, y quizá le traiga másrecuerdos.»

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Alba también estaba allí pero, con discreción, se ha ido hacia otroladoynoshadejadoasolas.YallímehequedadoconIsmaelhastaquelasestrellashancomenzadoaapareceryelsofocantecalorsehaapartadohacia las montañas por la brisa que llega desde el mar. Mañana nosgolpearáellevante,peroaesahoraeramuyagradable.

«Estaraquínodevuelvenadaamimemoria—hadichomirándomealosojos—.Peroenlabrevísimahistoriademivida,quecomenzócuandolavienelhospitalDocker, jamásmehesentidomásenpazqueahora.Gracias,Laura.»

Lo he ayudado a acostarse y he tenido la tentación de besar lasvendas de su frente para desearle las buenasnoches, comohice undíacon Leandro en Madrid. Con el niño fue una triste cuesta abajo. ConIsmael siento que estoy recorriendo el mismo camino en la direccióncontraria,haciaarriba.

14deagostode1921

Con nuestra visita al acuartelamiento y a los cafés, algo ha debido deagitarseenelinteriordeIsmael,porquehatenidounsueñomuyextrañoquemehacontadoalregresodelamisa.

«Nollevaba lasvendasynisiquieraestabaherido.¿Hesoñadoconmipasado?»

«Puedeser.En lossueñossemezclanrecuerdosantiguosconotrosrecientes,yestosconmiedosydeseos,ytambiénconpurasfantasías…—Nolehehabladodemispropiossueños,en losqueaparecencosasquenuncahevistoyquehanresultadoserreales,paraquenometomeporloca—.Siga,porfavor.»

«Caminabaporunparajeárido,bajounacolinayjuntoaunblocaode adobe reforzado con sacos terreros. A su lado había un cochequemado. Y cerca, un pequeño llano del que habían retirado todas laspiedrasyarbustos.»

«¿PodríaserlaposicióndeDarHamed?¿OladeNador?»«No lo sé. Entonces apareció el hombre de pelo cano, el que me

visitóenelhospital…Aunqueledijoaustedquenomeconocía.»«Porsuactitudcreoquenosmiente.Ypiensequeen lossueñosse

amalgama de todo. Puede que de verdad sea un recuerdo o que esehombrejamáshayaestadoahíoqueeselugarnisiquieraexista…»

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«Al verme, esehombre corrióhaciamí ydijoquemehabía estadobuscando...»

«¿Porquélebuscaba?»«No lo sé. Pero yo debía de saberlo, porque le pedí que se

tranquilizase, que iríamos ahora mismo hasta allí, eso fue lo que dije,“hastaallí”…Ylollevéaunacuevacercana.»

«¿Unacueva?»«Sí,¿porqué?»«Yo también he soñado con unas cuevas, ¿cómo eran las de su

sueño?»«Oscura y estrecha, de roca caliza y seca, que se deshacía al

tocarla…»«Nosonlasmismas.»«Puesallíestabausted.»«¿Yo?»«Sí. Y parecía asustada. Me acerqué a ver qué le pasaba y cómo

podría ayudarla. Pero usted me miró y no me reconoció. Es más, seasustó,gritóeintentóescapardemí…Yentonesmedesperté.»

«Estáclaroqueyonopertenezcoa supasado.Peroese lugaryesacuevasícreoquepuedenformarpartedeél.AsíqueintentaréorganizarunavisitaaDarHamedparacomprobarsieselmismolugar.»

«HepreguntadoaotrossoldadosymehandichoqueDarHamedesunaposición avanzadade lasmáspeligrosas.A sublocao lo llaman “elMalo” por la cantidad de soldados que han caído allí… Quizá nodeberíamosirporahora.»

«Yasemeocurriráalgo.»Hemos oído un estallido lejano al que no he dado demasiada

importancia.Él sehaencogido:«Artillería».Y,unossegundosdespués,hasonadootromáscercano.

«Voyaverquéhasido»,lehedicho.«Esta sensación la recuerdo bien, es un cañón y nos están

disparando.»Hesubidoalaazoteay,conlosdemásmédicosyenfermerasqueya

estabanallí,hemosdivisado,al sur,pordondeestaríannuestras líneas,unapequeñacolumnadehumo.Pablo,quehoyestabaconnosotrosparainstalarunacocinanueva,hacomentado:

«Seveque losmorosyahanemplazadosuscañonesenelGurugú.Ahorapuedendispararnosaplacer».

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Hetemidooírmáscañonazosyverelestallidodemásbombasportodalaciudad,peronohapasadonada.Hemosvueltoanuestrastareasy,pocodespués,noshantraídoalostresheridosporaquelprimerdisparo.Había dado de lleno en una trinchera ocupada por seis hombres. Dossoldados habíanmuerto almomento, otros dos necesitaban curas, unoestabadesaparecidoyelterceronoparecíatenernadaeinsistíaenvolvercon sus compañeros cuando, de repente, le ha faltado el aire y hacomenzadoaescupirsangre.Lohemosllevadocorriendoalquirófanoy,conmiayudayladeAvi,eldoctorNogueraslohaabierto.Peroyanosepodíahacernada.Teníalospulmonesencharcadosdesangre.

«Pasaaveces—noshaexplicadoNogueras—.Laexplosióncreaunvacío junto a la víctima y esta absorbe todo el aire que hay en suspulmones,destrozándolos.Porfuerapareceintactoypuedeaguantarasíbastantesminutos,inclusounahora,peroyaestásentenciadoamuerte.»

Ese no ha sido el único horror de la bomba. Uno de los dossupervivientes tenía pequeñas heridas de metralla por todo el cuerpo,muy superficiales. Mientras le extraíamos esas esquirlas no paraba depreguntar por el desaparecido, que era su mejor amigo. Nogueras, alestudiarde cerca lametralla, sehadado cuentadequéhabíapasado ynoshallevadoaparte:

«No les dispararon con un obús de metralla, sino con unoexplosivo».

«¿Y toda lametralla que le estamos quitando a ese paciente?», hadichoAvi.

«Noesmetralla.Miradla.—Ynoshaenseñado,conlaspinzas,loquehasta ahora habíamos creído pequeñas esquirlas metálicas. Era unpedacito de hueso ensangrentado y muy astillado—. El obús alcanzódirectamente al amigo de nuestro paciente y lo desintegró enmiles depequeñosfragmentosdecarneyhueso…quesehanclavadoportodoelcuerpodeestepobrehombre.¿Quiénledicequetienelopocoquequedadesuamigoenterradoensupropiacarne?»

«¿LasSantirso?»,hapropuestoAvi.Inés y Margarita se lo han explicado: aunque ellas le sacaran la

mayoría de esos pedacitos, muchos, minúsculos, aún quedaríanenterrados bajo su piel. Pero no debe preocuparse. A lo largo de lossiguientes días su propio cuerpo expulsará los restos de su amigo enformadegranitospurulentos,comosivolvieseateneracné...Atodosnosha sorprendido cómohan conseguido Inés yMargarita decirle algo tanrepulsivo,tristeymacabroconesasensibilidad.

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Unpardehorasdespués,hemosoídootrodisparoyotraexplosión.«¿Dóndehasidoestavez?»,hapreguntadoAlba.Habíacaídolejosdelascasasydelasdefensas.Mástarde,yacerca

del anochecer, ha caído una bomba junto al río, pero no ha explotado.Galebhaidoaverlaynoshacontadoqueestabamedioenterradaenelbarro.Unosartilleroshanexcavadoasualrededorparaquitarladeallíyhandescubiertoquelaespoletaestabamalajustada.

Encuantohaanochecido,unoficialnoshavisitadoparapedirqueapagásemoslaluz,comosepretendehacerentodalaciudadparaevitardarblancosnocturnosalcañóndelGurugú.PeroCarmensehanegado.Necesitamos algunas luces para atender a los heridos. Y, por lo quehevistodesdelaterraza,nohemossidolosúnicosennegarnos:varioscafésyteatrosallíestaban,conlaslucesencendidasyrebosantesdegente.Subullicioaúnseoíamásqueloslejanoscañonazos.

16deagostode1921

Hoyhaocurridounmilagro:hanregresadolosmuertos.A media tarde, el doctor Nogueras, Inés y yo estábamos en el

vestíbulo, abriendo una de las cajas que puntualmente nos envía sorBerzelius,cuandohaentradounsanitariodelhospitalDocker.Loseguíaunhombrequellevabaunvendajeenlacabezayque,peseasusheridasysumalaspecto,caminabaporsupropiopie.

«Hainsistidoenquelotrajéramosaquí»,hadichoelsanitario.Noguerashatardadounpocoenreaccionarporquenoeracapazde

creerloqueveía.«¿Tan mal estoy que ya no me reconoces?», le ha preguntado el

herido.«¿Felipe?»Noguerasnodabacrédito.Se han abrazado y el recién llegado se ha resentido del exceso de

entusiasmodenuestrodoctor.«Dejaqueteexamine,ymeexplicasquécoñotehapasado.»Elaparecido,nuncamejordicho,eraFelipePeña,unodelosmédicos

queestabancon la columnadeNavarroenArruit yalque todos creíanmuertoenlamasacre.Pero,heridoenlacabeza,sobrevivióysearrastróhasta un aduar, que es un poblado de nómadas, donde se fuerecuperandomientras hacía de curandero para esas gentes. En cuantoestuvo restablecido, dos de los nómadas, en agradecimiento, lo

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acompañaronhastanuestraslíneasatravésdecaminospocotransitados,denocheyfueradelavistadelaharkadeAbdel-Krim.

Yunpocomástardeelmilagroseharepetido.Enpequeñosgruposdetresocuatro,algunosacompañadosporbereberesdelazona,hanidollegandounaveintenamásdesupervivientes;algunosdeArruityotrosdepuestos aún más lejanos que ya fueron destruidos antes. A todos loshemos atendido y ayudado a recuperarse, y hemos escuchado susasombrosashistorias.NingunoeselpadreoelprometidodeAlba,yellales ha preguntado a todos por ellos. Algunos los conocían y los habíanvistoaquíoalláenalgúnmomento,peroningunohapodidodarlefedesusupervivenciaodesumuerte.

Me ha parecido que Alba lo encajaba más o menos bien, pero encuantohaestadoasolasenunadelassalasdecuralahaemprendidoagolpes con elmaterial y las sillas, tirándolo todo y rompiendo algunascosas.Hastasehahechouncorteen lamano.Laheagarradocomohepodido y ambashemos caído al suelo,manchadas de su sangre.Mehagritadoquelasoltase,queladejaseenpaz.Nolohehechoy,alpoco,hanentradovariasenfermerasquehabíanoídoelescándalo.

MaríaBenavente,quesustituyeaCarmenmientrassemontaelotrohospital,lehaadministradounapequeñadosisdemorfinaparacalmarlay la ha llevado hasta su barracón. Las he acompañado y he ayudado aacostarla.

«Penséqueenmialmayasoloquedabaunacicatriz—mehadichoAlba en un susurro mientras se le iban apagando los ojos—, pero esaheridanuncasevaacerrar.»

Surespiraciónsehasuavizadoyunasonrisaartificialsehadibujadoensuboca.Dormíaenpaz.Helimpiadolasangredesumanoyvendadoelpequeñocortequesehabíahecho.Luegomeheechadoenelcamastrodealladoyheestadounratovigilándola.Yaquísigo,escribiendoalsondesusosegadarespiración.

17deagostode1921

MehaparecidoqueAlba,hoyporlamañana,estabamejor.Benaventehainsistido en que se tome todo el día para descansar, pero ella no haqueridoyhavueltoasustareas.

El cañón del Gurugú sigue disparando y ya nos estamosacostumbrandoasusonido.Casitodossusdisparossedirigencontralas

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trincherasypuestosavanzadosdelsur,enlosalrededoresdeBeniEnsarylaMarChica.Delospocosproyectilesquecaenenlaciudad,lamayoríanoexplotanporque lasespoletashansidomalmanipuladas.Hayquienespeculaqueesoscañonessonmanejadosporunprisioneroespañolqueintentahacersutrabajodelapeorformaposibleparaevitardañarnos.

Por lamañana he ayudado a Ismael con sus ejercicios, subiendo ybajandolasescalerascogidodemibrazo,aunquemeparecequeyanoesnecesarioporquecaminamuchomejorysemueveconsoltura.Denoserporquesuspulmones,sisefatiga,aúnseresienten,yporquesupielsiguequemadaynecesitaunavigilanciaconstanteporsiapareceninfecciones,podríamos darle el alta. Su cuerpo parece querer recuperarse cuantoantes;noasísumemoria.

Ha vuelto a tener un sueño parecido, con el mismo lugar árido yfortificadoque,sospecho,seráDarHamed.

El regresodePeñay losdemássupervivientesmehahechopensarqueelcercosobreMelillayanodebedesertanestrechocomoantesyquequizá nuestras líneas no soportarán la misma presión. Quizá sea elmomento de acercarse hasta el Atalayón y ver si, desde ahí, podemosalcanzarlaposicióndeDarHamed.

«¿Yporquénoesperamosaquenuestrastropaslorecapturen?—hapropuesto Ismael—. Algún día comenzaremos a retomar el territorioperdido…Paraesoestarántrayendotantossoldados.»

«EsposiblequecuandoesoocurraustedyaestéenlaPenínsula.Surecuperación será lenta y le daremos de alta en cuanto cambiemos lasvendas y veamos que las quemaduras comienzan a cicatrizar y no hayinfecciones.»

Esanoticiahaparecidodescorazonarlo.«Nolosabía…»«Puesahorayalosabe.»«Noquieroirmedeaquí.»«No puede quedarse para siempre. Y necesitamos las camas para

otrosheridos.EnloshospitalesdelaPenínsulaestarábienatendido.»«Notanbiencomoaquí—hadichomirándome—.Yallípodrécurar

micuerpo,peronomicabeza.Esaquídondepuedorecuperarlamemoriaysaberquiénsoy…Quiénera.»

«PoresolepropongoirahorahastaDarHamed.»Sehaquedadocalladounmomento,pensando,yluegohadichoque

no.Ynoséporqué,peromeheenfadadomuchoconélenesemomento.

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«De acuerdo. Como prefiera. Aunque yo tengo bien claro lo queharía.Pero,afindecuentas,setratadesumemoriaydesuidentidad,nodelasmías.»

Esareacciónyesaspalabraslehandolido,pero,furiosacomoestaba,nomehaimportado.Quéinjustapuedollegaraseraveces…

Él,sinlevantarlavoznimolestarse,harespondido:«¿Ustedes lamismaquecuandoeraniña?¿Oquehaceunaño?—

Pornuestras conversaciones, en las que yo le he contadode todo, sabedemasiadosobremí.Aunasí,heestado tentadadedecirlequesíera lamismaLaura,peroélseadelantó—:Nomedigaquesí,porquesabequenoescierto.Ustedmismamelohadicho».

«¿Yquétengoqueveryoconloquelepasaausted?»«Micasoesparecido,aunquemásextremo.Séquiénsoyahorayme

daigualquiéneraantes,porqueyanosoyesapersona…¿Quémásdaquéhacíaocómosentía?Esapersonahamuerto,yanoestá...Puedovivirsinsaberquiénera,peronosin…»

Nohequeridooírmás,mehedado la vuelta y lohedejado con lapalabraenlaboca.Susargumentospuedensonarbienyserrazonables,perounapersonaestáincompletasinosabequiénfue.Peroloquemehadolido ha sido quemenospreciasemis esfuerzos, que no pusiese de supartecuandoyohabíahechotantoporayudarlo.

Meheentregadoamitrabajoypocoapocosemehaidopasandoelenfado,loreconozco,taninjusto.Asíquealcabodeunasdosotreshorashetomadoaire,mehetranquilizadoyheidoahablarconél.Nadamásentrarhevistoqueestabahaciendosusejerciciosconotraenfermera,unade lasnuevas,unapelirrojacuyoabultadocabello rizadose leescapabadelacofia,muysimpáticayjovial,yquehallegadohaceunosdías.Noséqué le habría dicho él, que se estaba riendo.Me ha sentado como unapatada en el estómago, así que me he ido sin que siquiera llegasen averme.

Losé,queridodiario,losé.Esabsurdoynotienelógica.O,peoraún,obedece a una lógica que aquí no tiene sentido. La lógica irracional eincontrolablede los afectos. Supongoqueporhaberlo cuidadodesde elprincipio,heacabadoporveraIsmaelcomoalgomíoyhesentidoquemeloestánquitando,oqueélseaparta,oqueloestoyperdiendo.Fueraloque fuera, me ha dolido. Y no me ha gustado que me doliese. Si micorazónesunbarco,seréyoquienlodirija,noloselementos.Aquínadiees de nadie y tengomucho que hacer como para perder el tiempo contonterías.

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Acabodeiralpaneldelvestíbuloyhepedidoturnoenlaplantabaja,conlatropa,enenfermos.Ismael,porloqueveo,selasapañarábiensinmí.

18deagostode1921

Hoy ha venido Carmen al hospital. Aunque están trabajando duro, elnuevo no se abrirá hasta septiembre y le apetecía ver qué tal estánnuestros pacientes. Y además nos traía un regalo recién llegado de laPenínsula, fruto de sus gestiones. Cuando lo hemos desembalado nodábamoscrédito:unamáquinaderayosXparacirugía.

«Esteaparatonosconvierteenunodeloshospitalesdesangremásmodernosdelmundo.Nosvendrábienparabuscarbalasometralla enlosheridos»,haexplicado.

«QueDiosmeperdone—hadichoeldoctorNogueras—,peroestoydeseandoqueaalguienlemetanunbuenbalazoeneltórax.»

Puedoentenderlo.Ymehearrepentidomuchísimodemiarrebatodeayer,ydehabermeautoasignadoelpabellóndeenfermos,porquelasdecirugía se han pasado el resto de la mañana aprendiendo a usar lamáquina. En mi primer rato libre me he apresurado a hablar con sorAsunciónparaquemevolvieseaponerenel cuadrodecirugía.Y leheaseguradoquenomeimportabadoblarturnoestamismatarde.

Cuando ya estaba acabando la mañana, la enfermera pelirroja habajadoabuscarme.

«Ismael pregunta por qué no has ido, y quiere saber si irás por latarde.»

«Dile que hoy tengo turno en medicina, aquí abajo, y que luegosubiréaestudiar lamáquinanueva.Meserá imposible ir.»Creoquehasonadobastantetranquiloyrazonable.

La tarde la he pasado con lamáquina de rayosX y no he vuelto apensar en Ismaelhastaque Inésha aparecido conotro recadode él, alqueyoherespondidodeformasimilar.PeroInésnoeslapelirroja…

«¿Quétepasaconél?Nopuedestratarloasí»,mehadicho.«Noleestoyhaciendonada,essoloqueestoymuyocupada.»«Sihastaayerospasabaiseldíajuntos…»«Noexageres.»«Noexagero.»

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«Solo intentaba ayudarlo con lo de sumemoria, pero a él ya no leinteresa;asíquemehepuestoaotracosa…»

Inéshameneadolacabeza.«Porqueeresmiamiga,peromiraquepuedesllegarasertestaruda…

No insistoporquenoquieroque te enfades conmigo,peropiensa en loqueestáshaciendo.»

Noséporquéhadichoeso.Notengonadaquepensar.Ismaeleramipaciente, nomi amigo.Y ahora yano lo es.Mipaciente, digo.Lootro,nuncalohasido.

19deagostode1921

Porlaafluenciadeheridossevequeloscombatesarrecianenel frente.Noesquehayasidounaluvión,perosíhanllegadomásdeloshabituales.Desgraciadamente para el doctor Nogales y para nosotras, ninguno hanecesitadolamáquinaderayosX.Afortunadamenteparaellos,hansidooperacionessencillasyyaestánrecuperándose.

En la última operación el doctorNoguerasme ha invitado a coserunadelaspuñaladas.

«Pero—hedichocontimidez—,estaveznoesunaurgencia…»«Razóndemás;asípuedosupervisarlamejor.»«Solo soy una enfermera. No debo hacer cirugía mayor. Si una

enfermeracoseenquirófanopuedeserinhabilitada…»«Losé,peroestamosenunhospitaldesangre,enprimera líneade

guerra; aquí el protocolo tiene muchas excepciones y la urgencia nosobliga a saltarnos las normas. Y si le digo que suture, es que puedehacerlo.Además,silohagoesporquenoesunaenfermera.»

«Ya,solosoyunavoluntaria…»Sehareído.«Diosmío, Laura, tan lista para unas cosas y tan despistada para

otras. Ande, coja las pinzas, las agujas y el hilo, y póngase a cerrar laheridaantesdequesenosllenedemoscas.»

Lohehecho,peroquemeestuviesemirandotrasdecirtodoesomehapuestonerviosay,alprincipio,metemblabanlasmanos.«Tranquila»,mehaaconsejado.Yasabíaqueteníaqueestartranquilayqueéllodijesenoayudaba.Así quemeheparadounmomento,he tomadoaire, lohesoltadolentamente,heagarradoconfuerzalaspinzasylaaguja,ymehepuesto a coser la carne como ya había hecho otras veces mientras mi

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compañera,ahoramiayudante,limpiabalasangrealrededordelaherida.Cuandoheterminado,eldoctorhadichoquelohabíahechobienymehadadounpardeconsejosparahacerlomejor lapróximavez.Estaba tancontentaquenihesidoconscientedelsignificadodeloquehavenidoacontinuación.

«Yahoraquieroquemeayudeaquitarlelasvendasasupaciente.»«Claro»,herespondidoufana.Entoncesmehedadocuentadeque

esepacienteeraIsmael,ynomeapetecíanadaestarconél.Peroyaeratardeparadecirqueno.

Ismael me ha recibido con alegría, como si nunca hubiésemosdiscutido.

«Avísenossiledueleosesientemal»,lehapedidoeldoctor.Conmucho cuidado, hemos comenzado a retirar las vendas que le

cubríancasitodoelcuerpo,empezandoporlaspiernas.Allí las quemaduras eranmás escasas y el tejido había cicatrizado

bastantebien.Coneltiempoapenasselenotará.Enlosbrazosyeltóraxeradiferente.El impactode laexplosión fuemayory, aunqueeldoctorPagéshabíahechounbuen trabajo quitándole todos los fragmentos demetralla, las cicatrices de las heridas se mezclaban con las de lasquemadurasylapielestabahorriblementearrugadayenrojecida.Coneltiempo, si se cuida bien, mejorará respecto a lo que veíamos, perosiemprequedarámarcado.

Cuandoíbamosacomenzarconelrostro,Ismaelhadicho:«Sinolesimporta,preferiríaqueenestaparteellanoestuviese».Nogueras me ha mirado, Ismael, no; de hecho, ha apartado su

miradademí.«Claro»,hebalbuceado.Yhesalidodelasaladecurasaldescansillo.Allíheesperado,demuymalhumor.Yesoqueelenfadoquetenía

con Ismael se me había pasado al ver las quemaduras de su cuerpo.Aunqueseguíasintiendolástima,noentendíaporquémehabíaechado.Heestadoasuladoylohecuidadodíaynoche.Yahevistoelrestodesucuerpo.¿Secreíaquenoibaasoportarversurostro?Soyenfermeraysécómoestará.Loúnicoqueharíaescomprobarsihaypeligrodeinfeccióny ver qué podemos hacer para mejorar la cicatrización. No me iba aasustar, no me iba a alejar de él; al contrario, me podría haberaproximadomás…No suelomedir a la gente por su aspecto, ymuchomenosporunaspectoquelehasidoimpuestodeesaformatancruel.Lehehabladomuchodemí,lehecontadocasitodamivida…ymeduelequepiensequepuedollegarajuzgarlodeunaformatansuperficial.

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Estabadándolevueltasa todoesocuandosehaasomadoeldoctorNogueras.

«Laura, puede volver. Vamos a ponerle vendas empapadas envaselinaenalgunaszonasdeltóraxylosbrazos.»

Al final acabaré por verle el rostro, he pensado, pero me hasorprendido que volviera a tenerlo cubierto con vendas nuevas.Me helimitadoahacermitrabajo.Luegolohemosacompañadohastasucama,donde el doctor Nogueras le ha explicado que su recuperación esmuybuenayqueprontolepodremosenviardevueltaacasa.

«¿Acasa?—harepetidoIsmaelconextrañeza—.HastaestemomentonomehabíaplanteadoquetambiéndebodetenerunacasayunavidaenlaPenínsula.Laúnicaqueconozco,porahora,esesta.»

Mehamiradoaldecirlo y yonoheapartado lamirada,porquenohabríaestadobien,perotampocolehesonreído.

«Un oficial de su batallón —le ha informado Nogueras— estáhaciendoaveriguacionesparaverquiénessu familiaydóndeviven.Encuantolosepamos,leenviaremosaunhospitalcercadeellos.»

«¿Ycuándoserá?»«Endosotresdías.»Ismaelsehaquedadopensativo.Yaíbamosairnoscuandohadicho:«¿Puedohablarconellaunmomento?».«Claro.»Eldoctorharespondidopormí,loquemehaobligadoavolvercon

Ismael.Mehelimitadoamirarlo,ensilencio.Élmehabíallamado,¿no?Puesquehablase.

«QuieroiraDarHamed»,hadichoporfin.«¿Porquéantesmehaechadode lacura?», lehepreguntadomuy

secayenfadada.Niyoesperabaesapropuestaniélesperabamipregunta.«Losiento;peronoqueríaqueviese…loquehaydebajo.»«Séloquehaydebajoymedaigual.¿Cómopuedepensarqueyo…?»«Losé,Laura,losé.Laconozcoyséquenoleimportaría.Ynotiene

nadaquever conusted, sino conmigo.—Lohadicho con tanta tristezaqueparecíaapuntode llorar—.Noquieroquemeveaasí…Niustedninadie…Aúnno…Ynoseenfade,porfavor…Yahaoídoaldoctor.Solomequedandosotresdíasaquí,ynoquieroquelospasemosasí.»

Noséporqué,peroamítambiénmehanentradoganasdellorar.Herespiradoprofundopara contener esas lágrimas.Luego lehedicho convozsuave:

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«¿QuiereiraDarHamedporqueeltiemposeleacaba?—Asintió—.Creí que su pasado ya no le importaba, que todo lo que yo estabahaciendoporustedyanoservíaparanada...Quesehabíarendido».

«Claro queme importa, peroustedme importamás…Ynoqueríaponerlaenpeligro.»

«¿Yquéhacambiadoahora?»«Queporquererprotegerlalahealejadodemí.Yqueesesueño,con

eselugar,sigoteniéndolotodaslasnoches.Avecesestáusted,aveceshaymásgente,eldepelocano,otros…Peroellugarsiempreeselmismo…Ymiangustia,allí,cadavezespeor.Siquieroacallarmimente,deboirysaber qué pasó, qué es ese lugar paramí. Pero usted se quedará atrás,júremequenoseexpondráalpeligro.»

«Lointentaré.»Esunamentira,por supuesto.En lavidapodemosescogernuestro

viaje,peronoaquienesseránnuestroscompañeros;aesosnoslosvamosencontrando.EIsmael,sepongacomoseponga,enestemellevaráamí.

20deagostode1921

Galeb me ha explicado que no será nada fácil llegar a un sitio tanexpuestoyaisladocomoDarHamed,yqueeraposiblequenisiquieraloconsigamos. Ha hecho unas cuantas llamadas y a primera hora de latardemehaavisado.LohabíaorganizadotodoparaquenosllevenhastaelAtalayón.Apartirdeahíyaseráasuntonuestro.

Hemossalidoensucamioneta.Avi,queintentapasartodoeltiempolibredelquedisponeconél, senoshaunidoy lohaacompañadoen lacabina.Ismaelyyonoshemossubidoalcajóndecarga.

Hevueltoarecorrerelcaminoqueyahehechootrasveceshaciaelsur,perohoymehaparecidoqueMelillaesotraciudad.Losedificiossonlosmismos, pero haymuchamás gente:mercaderes,mujeres, niños y,sobre todo, soldados,miles de soldados que se agolpan en las terrazas,hacencolaenloscines,mercadosycomercios,ysereúnenalrededordesustiendasdelona,queahoraestánportodaspartes.Enlaimprovisadapista de aterrizaje del Hipódromo hay más aviones y, a su alrededor,cañones,morterosydecenasdecamionesmilitares.Enlosdescampadoslosreclutashaceninstrucciónysimulanatacarypelearalasórdenesdesusoficiales.

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DejamosMelillaatrásycruzamosBeniEnsar,peroestavezhaciaelmar, hasta llegar a la Restinga, que también está llena de tiendas decampañaysoldadosentrenando.

Enesazona, laRestingatendráunostrescientosmetrosdeanchoysepierdedevistahaciaelsur,comouninfinitopuenteentredosmares.Galeb, que es muy respetado por los lugareños, se ha reunido con unnativoquenosllevaráensubarcaporlaMarChicahastaelAtalayón.

«Iréyosolo»,hadichoIsmael.«Esmipaciente—lehereplicado—y,queyosepa,nolehedadoel

alta,asíqueseráustedquienvengaconmigo.»Hesubidoalabarcayél,resignado,mehaseguido.Lasaguasdeestalagunacosteranosonmuyprofundasyesatarde,

en que casi no hacía viento, estaban muy tranquilas. La barca se hadeslizadosobreelaguasinapenasbambolearse.Sobreelzumbidodesumotorhemoscomenzadoaoírdisparosyexplosioneslejanas.

«¿Quépasa?»,hepreguntado.«¿Estamos atacando? —ha dicho Ismael extrañado—. Cuando

veníamosnohevistodemasiadomovimientohaciaelfrente…»«Aúnnoeslagranofensivadelaquetodoshablan—hacomentado

elbarquerosindejardemiraralalaguna—,perolaLegiónylosregularesyaestánenfaena,tanteandolaslíneasenemigasyatacandolasfaldasdelGurugú.»

Los ecos de los cañonazos y los disparos reverberaban sobre lalagunayparecíanvenirdetodaspartes.

«Voyaecharlademenos,¿sabe?—hadichoIsmaelmientraspaseabalamiradasobreelagua—.Tengounpresenteyséquiénsoy,quéquierohacer y con quién quiero estar, pero resulta que sí necesito un pasadoparasentirmebien;mefiguroquetodoslonecesitamos.Ysinolotienes,teloconstruyesaunquenoseareal.»

«¿Ysehaconstruidouno?»,hepreguntadoconcuriosidad.«Lohecreadoconloquetengoamano.Mehacontadotantascosas

desuvida,desufamiliaydesusamigasqueyacasisientoesashistoriascomopropias.Comosihubieseestadoallí,cercadeusted,ensucasa,enlosbailes,enelhospital…Peroensilencio,viviendotodasesascosassinparticipar en ellas…, hasta que, ahora, por fin, he podido entrar en suvida.»

«Comosifueseunhermano…»,lehedicho.«No.Comosi fueseunniñoque lamiraba jugardesdeelotro lado

delpatiosinatreverseacruzarlo.»

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«Pero ese no es su pasado. Si estamos aquí, es para buscar elverdadero…»

«Lo sé. A veces siento un vacío extraño, como si mi vida fuese lasuperficie de este lago, limpia, en calma, plácida… y vacía. Pero en lossueños,en lassensacionesquehetenidoalvisitar loscafés,séquebajoellahayalgoqueseagitayquieresalir…»

«Puesayudémosle.»«Yaloestamoshaciendo…Aunquehayalgoquemepreocupa.¿Ysi

loquedescubronomegusta?¿Ysiesmejorloquetengoahora,aunquenoseareal?»

«Yohehechocosasquemeavergüenzanydelasquemearrepiento,peroesoserrores formanpartedemí;mehanhechosercomosoy…Si,cuandolodescubra,supasadolegusta,celébrelo;sino,cámbielo…—Heestiradoelbrazohastarozarlasuperficiedelagua,creandounapequeñaestela—.Ynopuedesermalo;ustedesunhéroe,salvóamuchagente…Alguienquedalavidaporlosdemásnopuedesermalapersona.»

«Esomegustarárecordarlo,supongo…Serunhéroe.»El barquero ha apagado elmotor cuando ya nos acercábamos a la

orilladelAtalayón.Ismaelsemehaacercadounpocomás.«¿Porquélohace?»«¿Lodeserenfermera?»«Lodeayudarme…¿Porquéhacetantopormí?»Pero entonces el barquero ha reclamado a Ismael para empujar la

barcaunpocoa tierra.Ambosmehanayudadoabajar.ElAtalayónesuna colina que surge de laMarChica, una empinada isla que se une atierra a por un estrecho pasadizo al otro lado de donde estábamosnosotros. Los soldados la han llenado de barracones, trincheras, sacosterreros,cañones,ametralladorasyalambradas.Nosémuchodeguerras,pero parecía fácil de defender y era un lugar perfecto para vigilar lacarreteradeNadorylasfaldasdelGurugú.

UncabodelaLegiónnoshasalidoalencuentro.«¿Quéhacenaquí?»,hagritadoconbastantemalhumor.«EstehombretienequeiraDarHamed»,herespondido.«¿Al Malo? ¿Están locos? Vuelvan ahora mismo por donde han

venido.»«Soyalférez,cabo—haintervenidoIsmael—,asíquenopuededarme

órdenes.»«Discúlpeme,señor,peroestaposiciónestáacargode laLegióny,

salvoquememuestreunaordenescrita,allísolovamosnosotros,noun

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heridodeotraunidad,aunqueseaalférez.Ymuchomenos,unamujer…»«Soloseráunmomento.»«Unmomento es tiempo suficiente para que ocurraunadesgracia.

Hedichoquenoycuandoyodigoqueno,esno.»Entonces he oído el sonido de una guitarra y el canto de unos

hombres.Heechadoacorrerhaciaellugardedondeveníaesamúsica.«¡Eh,señorita,¿adóndeva?!¡Deténgase!»Elcaboyaibatrasdemí,peroIsmaelloharetenido.Allegionariono

lehacostadosoltarsedeél,peroyamehabíadadotiempodellegarhastaunossacosterrerosyasomarmesobreellos.

«¡Sancho!»,hegritado.Y él, con su guitarra, se ha puesto en pie y me ha recibido con

sorpresa.«Señorita,pero¿quéhaceaquí?No,espere,nomedigaquiénes,que

yoparalosnombrestengomuchacabeza.Aver…Esasonrisa,esosojosverdes…Laura,laseñoritaDelaGasca.»

«Asíes.Ynecesitosuayuda.»«Nilaescuches,Sancho.Tienenqueirse»,hadichoelcaboalllegara

nuestrolado.SanchosesorprendióalverqueIsmaelveníaconmigo.«Vaya, pensé que nosotros les enviábamos los heridos, no que

ustedesnoslostraíanhastaaquí.»Luegomehapresentadoasuscompañeros,quedealgunaformaya

meconocíanportodoloqueSancholeshacontadosobreelhospital,queen la imaginación de aquellos hombres se parecíamás a un placenterobalneario.

«EselalférezIsmaelVallejo—lesheexplicado—,elhéroedeNador.Norecuerdanadadesuvidayquierevisitarloslugaresenlosqueestuvoporqueesoloayudaráarecordar;ysabemosquesirvióenDarHamed.»

«Y también estuve aquí —ha dicho Ismael—. Este emplazamiento,sus dependencias, me resultan muy familiares. Y sé que había muchaconfusión, con heridos que llegaban del sur y soldados quemarchabanhaciaallí…»

«DebiódeserantesdeAnnualoenesosdías.Poraquíaúnsepodíapasar,peroahoraesmuypeligroso.YDarHamedesaúnpeor.—Sanchoparecía realmente asustado—. Es el blocao que vigila varias de lasgargantas que salen del Gurugú; siempre hay moros. Si le llaman “elMalo” por algo será.Raro es el día en queno sacamos algúnmuerto o

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herido. Y lo peor es que allí hay que estar siempre alerta, no puedesdescansarorelajarteniunsegundo.Esparavolverseloco.»

«Nosepreocupe,iréyosolo.»«No,esmipacienteeiráconmigo.»«Laura,nopuede…»«Medaigualqueseaalférez—leheinterrumpidodeformaabrupta

—, mientras no tenga el alta médica, está a mi cargo y me debeobediencia.»

«Medijoque…»«Ledijeloquenecesitabaoír.Yahoracálleseyacate.»Sanchosehareído.«Vaya carácter tiene la señorita. A ver, vamos a hacer una cosa.

Puedopreguntarles a los deDarHamed cómo están las cosas y, si venquenohaymuchopeligro,yeltenientelopermite,yomismolospuedoacercar.»

NoshallevadohastalapartealtadelAtalayón,quehacehonorasunombre,puesdesdeallísedivisanclaramentetodossusalrededores.Alnorte, Melilla. Al este, la Mar Chica, y al otro lado de la Restinga, elMediterráneo.Aloeste,elGurugú.Yalsur,paralelaalaMarChica,unacarreteraquellegahastaunpueblodecasasybarraconesbajos,enmediodeloscualesdestacaunaiglesia.

«Nador—noshaexplicadoSancho—,aúnenmanosdelenemigo.Yaquelmonte,alolejos,eselArruit.»

Meheestremecidoalpensarenlamatanzaqueallíhabíaocurrido.Sobreuntrípodeteníanunaparatocompuestoporunpardeespejos

quehanorientadohaciaelGurugú.«Con este heliógrafo —nos ha mostrado su operador— podemos

comunicarnosconMelillaycontodoslospuestosavanzadosdelazona.Es elmismo que usábamos para enviarmensajes aNador, Zeluán y elmonteArruit.»

Conunaseriededestellos,cortoparaelpunto,largoparalaraya,haenviado unmensaje enmorse a lo que amíme parecía unmontón derocas.Entonces,alolejos,lehanrespondidootraseriededestellos.

«AllíestáDarHamed.Dicenquenohantenidomuchafiestayque,porahora,nohayheridos.Yaúnestánpendientesdelavituallamiento.»

Sanchohahabladoconsusuperior,eltenienteAgulló,almandodelos legionarios del Atalayón, y ha sido lo suficientemente persuasivocomoparaquenosdejeirhastaDarHamed:

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«PodéisacercarosconManolo,perotenedmuchocuidado;noquieroquelepasenadaalaseñorita».

Manolo ha resultado ser uno de esos héroes anónimos que noprotagonizanasaltosnigrandeshechosdearmas,peroquese jueganelcuellotodoslosdíasconsureatademulasyburrosparallevarmunición,comidayaguaalospuestosavanzados.

Así que nos hemos puesto en camino en compañía de Manolo,Sancho, tres legionarios y unas cuantas mulas y borricos que ibancargadoshastaarriba.Todos íbamosen silencio, los legionarios con losfusileslistos,mirandohacialascolinasquecomenzabanarodearnos.Alcabodeunratohemosdivisadoelblocaosobreunpequeñoaltozanonomuy lejos de las paredes de la montaña. Es tan solo una casamataelevada,contejadodechapayprotegidaporsacosterrerosyalambradas.Unosveintehombreslaguarnecíanestatarde.

A medio camino de la montaña, alrededor de la posición, habíavarioscadáveresresecosconropasrifeñas.

«Nilosmorosseatrevenaretirarlos,ninosotrospensamoshacerlo»,hacomentadoSancho.

LosdelblocaohanrecibidolossuministrosconalivioypreguntadoaSanchocuántofaltabaparasurelevo.

«Nosé,cosadelteniente;perolepreguntaré.»«¿Yesosdos?»,hadichounlegionariorefiriéndoseanosotros,muy

extrañado.Dehecho,todosmemirabancomosifueseununicorniooalgoasí;

unserextraño,ajenoporcompletoaesemundoyquenopintabanadaallí.

«Máslesvalequeseagachen;lospacosllevantodalamañanadandopor culo, aunque no creo que se atrevan a atacar de verdad hasta lanoche.»

Noshemosagachadotraslossacosyhemossubidoalblocao,dondelos legionariosseapiñabanalrededordeunaenormeametralladora.Ensuinterior,porculpadelachapadeltejado,queparecíaarder,elcalorsehacíainsoportable.Lacaraylosbrazosenseguidasemehanllenadodepequeñasgotitasdesudorqueseevaporabanalinstante.Nosécomoesoshombrespuedenaguantarallítodoeldía.

Sancho ha indicado que los abastecimientos ya habían sidodescargados,asíquecuantoantesnosfuésemosdeallí,mejor.HemiradoaIsmael,quehabíaestadomuyseriotodoelcaminoyqueentoncesaúnloestabamás.

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«¿Esellugardetusueño?»,hetenidoqueinsistirleparaquesedieracuentadequeleestabahablando.

«No,noeseste…Peroheestadoaquí,lorecuerdo.»«¿Yquérecuerdas?»SehapuestoenpieylehadichoaSancho:«Yapodemosirnos».«Pónganse tras las mulas», nos ha ordenado Manolo en cuanto

hemosemprendidoelregresoalAtalayón,yasílohemoshecho.Loslegionariosseturnabanparadarselavueltayvigilarlasrocasy

colinasanuestraespalda.Apenasllevábamoscincuentametrosrecorridoscuandodellomode

lamula que iba ami lado, de repente, ha salido un chorro de sangre,comosilehubiesendadounacuchilladainvisible.Elanimalhaechadoacorrerdandochillidos.Entoncesheoídoelsilbidoydespuésunestallidoysueco,el«pa»yel«co»delquetantohabíaoídohablar.Hasidocomosi las cosas fueran al revés, ymuy lentas: primero, el impacto, luego labala y por fin el disparo.Me he vuelto hacia lamontaña. Y he visto eldestello de un arma al disparar. Sancho ha ordenado: «¡Fuego decobertura!».Sushombreshanlevantadolosfusiles.Ismaelhagritadominombre.Entoncescreoquehasidocuandoheoídoelsilbido,muycercademí,rozandomicofia.Loslegionariosyadisparabancomolocoscontralasrocas,tantolosquenosacompañabancomodesdeelblocao.Hevistootrodestello,peroentonceselrostrodeIsmael,ocultoporsusvendas,haaparecido ante mí. Sus ojos me han mirado por un instante y se hancerrado.Mehaabrazadoconfuerza,descargandotodosupesosobremí,y ambos hemos caído al suelo.Me he golpeado en la espalda y, con élsobremí,nopodía respirar.Empezaba a faltarme el aire.Lehepedidoque me soltara, pero no se movía. El ruido de los disparos eraensordecedorynisiquierapodíaoírmipropiavozgritando.Entonceshesidoliberada.DoslegionarioshancogidoaIsmaelporlasaxilasylohanlevantado.Sanchomehaayudadoaponermeenpie.Nosabíasimeibanaresponderlaspiernasdespuésdeaquelgolpe.Mehadichoalgoquenohe entendidomuy bien enmedio de aquel jaleo, pero estaba claro queteníamosqueirnosdeallí.

Manolohaarreadoasusacémilas,quehansalidoaltrote,ynosotroshemos echado a correr tras ellas. Los legionarios de vez en cuando sevolvíanparadisparar.Aúnhetardadounoscienmetros,omás,endarmecuentadequeIsmaelibaechadosobreunadelasmulas.Heapretadoelpasoparaponermeasualturayhevistoquesangrabaporelpecho.Me

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hearrancadolacofiaparaponerlasobrelaherida,presionandofuerte.Lamulaibademasiadorápidaparamíyheestadoapuntodecaerme.Unodeloslegionariossehaacercado.

«Deje,señorita,yalohagoyo.»«Presionefuerte…»Algomehaentradoenelojoyhetenidoquecerrarlo.Cuandomehe

llevadolamanoaél,henotadoqueeraunlíquido.Conelotroojohevistoque tenía los dedos manchados de sangre. Sancho me ha limpiado elpárpadoconunpañuelo.

«Lahanrozadoenlafrente,perosoloesunrasguño.¿Quierequelasubamosaunamula?»

«No.»Yo misma he comprimido la herida con el pañuelo y he seguido

adelante. He llegado jadeando al Atalayón. Y he pedido que dejasen aIsmaelenelsueloparaversuherida.

«Sepusoentreustedylospacos—hadichoSancho—,esoscabronesibanaporusted,señorita.Seránmalnacidos.»

Labalalehabíaentradoporlaespalda,enlaescápuladerecha,perono había orificio de salida. He usado las vendas queme trajeron parafrenarlahemorragia.

«Hayquellevarloamihospital,rápido.»Sancho y otro legionario han cargado con Ismael y me han

acompañado en la barca. Amedio camino, en laMar Chica, Ismael hacomenzadoahincharelpecho.Apenaspodíarespirary,porlossilbidos,he sabido que era un neumotórax. Semejante al de lamujer que habíasido incapaz de salvar en la plaza de la Independencia. E, igual queentonces,noteníamaterialquirúrgicoamano.

Peroestaveznomehantembladolasmanos.Allínohabíanadaqueseparecieseaunajeringuillaconunaagujadelgrosornecesario.Perosíunmotor viejo convarios tubos inservibles.Lehepedidoun cuchillo aSancho, que me lo ha tendido sin preguntar, y les he ordenado quesujetasen bien fuerte a Ismael, que le iba a doler tanto que se podríadespertar. He cortado un pedazo de tubo y lo he limpiado lo mejorposible, luego he hecho un corte entre las costillas de Ismael y, con laayudadelcuchillo,he introducidoel tuboenelpulmón.Enseguidahansalidosangreyaire.Elpobresehaagitadoyhachilladoantesdevolverseadesmayar,peroSanchoysuamigoloteníanbiensujeto.

Entonceslabarcahagiradobruscamenteyhemosestadoapuntodevolcar. El barquero, al ver lo que yo acababa de hacer, se había

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desmayado y estaba caído sobre el gobernalle del motor. Sancho hasaltadohacialaproa,lohaapartadoysehahechoconelcontrol.Yohelimpiadoconmidelantallasangrealrededordelcortequehabíahechoyle he pedido al legionario que presionase allí. Luego he atendido albarquero, que, muy avergonzado, no ha tardado en recobrarse de sudesvanecimiento.ElcompañerodeSancholehacomentado:

«QuébiennosvendríaunadeestasenelAtalayón».Élhaasentido:«Dioshacemilagrosatravésdesusmanos,señorita».GalebyAvinosesperabancon la furgoneta.Sehanasustadoalver

que Ismael estaba herido y que yo aún tenía la frente manchada desangre.

«¿Lohashecho tú?»,mehapreguntadoAvial vermi improvisadotubotorácico.

«Sí,perohayquequitárseloencuanto lleguemos;yaséqueesunachapuzayquepuedeinfectarse.»

«¿LollevamosalDocker?»,hapreguntadoGaleb.«No,alnuestro,necesitamoslamáquinaderayosXparalocalizarla

bala.Aúnsiguedentro.»Galeb ha conducido a toda prisamientrasAvi y yo cuidábamos de

Ismael. Ha aparcado justo delante de la puerta del hospital y entradocorriendo a pedir ayuda. El doctor Nogueras y sor Asunción no hantardado en salir con una camilla en la que hemos llevado a Ismael alquirófano. Durante el traslado, le he resumido al doctor cómo era laheridayloquehabíahechoparamanteneraIsmaelconvida.

«Deacuerdo,ahoraespéremefuera.»«¿Por qué? Yo lo he atendido hasta ahora, yo he hecho ese tubo

torácico,yo…»«Usted está comprometida emocionalmente con este hombre y no

debeoperarlo.»«¿Qué?Essolomipaciente.»«Séloquedigo,Laura;espereaquífuera.Yahahechobastante.»Y ha entrado al quirófano. Me he quedado allí, sola... Y en ese

silencio he comenzado a ver las cosas con claridad. Yo le habíaconvencidoparairhastaeselugaryesedisparoeraparamí,noparaél.Ismaelhabíaconfiadociegamenteenmí,habíapuestolopocoqueteníaen mis manos y ahora, por mi culpa, podía perderlo todo. Y yo aquíseguía, con solo un rasguño, indemne, como siempre, igual que en laPuerta deAlcalá, haciendopagar a otros pormis errores.Entonces fue

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pormiimpericia,ahorapormiimprudencia.Yestaveznosetratadeunadesconocida,sinodeunhombrealqueaprecio.

Yaeradenochey laoscuridadsuelesermalacompañeradepenas.Para mi fortuna, Avi y Galeb habían ido a avisar a las demás: Inés,Margarita,inclusoAlba,hanvenidoparadarmeánimoseinsistirenquenoesculpamía,queeltubotorácicolehasalvadolavidayquenodebopreocuparmenisentirmeculpable.

«Esabalaeraparamí.Éllosabíaysepusodelante.»Enotromomentomehabríaechadoallorar,peronolohehecho,no

sésiporqueestabadeshidratadaalnohaberbebidonadaentodalatardebajoaquelinfernalcalor,oporqueestabatandesgarradapordentroqueyanimesalíanlaslágrimas.

Galeb,alverloagrietadosqueteníaloslabios,haidoaprepararmeunpocodetéquemehahechotomarensorbospequeños.Noséquélesecha a esos tés que prepara, porqueme hemareado un poco yme haaligeradolacabeza.Poreso,enelmomento,nomehaafectadotantoloqueeldoctorysorAsunciónmehandicho.

Noguerasnoshainformadodequelaoperaciónhaidobien,quehasacadolabalayque,porahora,nohayinfección.PeroIsmaelhaperdidomucha sangre y está muy débil. No puede garantizar que vaya arecuperarse.«Tododependerádeloquepaselospróximosdías.»

«Peroustednolosabrá—mehadichosorAsunción—.Mañanaharálasmaletasydejaráelhospital.MeencargarédebuscarunbarcoquelallevedevueltaaEspaña.»

Mis amigas han protestado, pero sor Asunción no ha cedido. Miconducta,al exponeraunpacienteyamímismaaesepeligro,ha sidoirresponsableytemeraria.Yalguienasínotienelugarenelhospital.

Les he pedido a mis amigas que se callasen. Sor Asunción tienerazón.Aquíyanopintonada.

21deagostode1921

Anochemeacostétardísimo.Eldíahabíasidotanlargocomodesastrosoy luegomeentreguéa escribir y escribir enbuscadeundesahogoque,creí, había llegado en la formade un cansancio demoledor. Pero el díacontinuó conunos sueños terribles en los que veía caer a Ismaeluna yotravez,ysusangrebañabamismanosytodomicuerpo.Enelúltimodeellos, elmás extraño, ya vestida de calle, con lasmaletas hechas, iba a

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despedirmedeélymepedíaquelequitaselasvendasdelacara.Porfiniba a ver, por quemado o retorcido que estuviese, su verdadero rostro.Pero allí no había quemaduras ni cicatrices. Era Javier. ¿Cómo nomehabíasreconocidohastaahora?,dijo.

Me he despertado sobresaltada. Las demás aún dormían. Me heincorporado cansadísima, pues no creo que haya dormidomás de doshoras,yhesubidoaveraIsmael.Allíestaba,ensucama,respirandocondificultad.He acercado el candil a las vendas que cubrían su cara. Loslabios,elpelo,eseazulinconfundiblequeahorarecordabadesusojos,laformadesucabeza.NoseparecíaennadaaJavier.Aquelhabíasidounsueñoabsurdo.

Hepreguntadoalamonjadeguardiacómohabíapasadolanocheelpaciente.Mehadichoquebien,quelehabíaestadodandounasgotasdesuero cada hora, siguiendo las instrucciones del doctor Nogueras.Mástardelepondríanunasondaestomacalparahidratarloyalimentarlo.

He subido a la terraza. Comenzaba a amanecer sobre el mar deAlborán.EseeraelúltimoamanecerqueveríaenÁfrica,hepensado.YaquellahabíasidolaúltimavezqueveríaaIsmael.Hevueltoamicuartoyme he puesto a hacer lasmaletasmientras las demás se preparabanpara llevar a los pacientes amisa. Estaba acabando cuandoha entradoMerryconsuuniformedeenfermerabajoelbrazo.

«Me alegra que te hayas recuperado —le he dicho—. ¿Vuelvesconmigo?»

«¿Volver?¿Adónde?»«A casa…» Había supuesto que, tras pasar el paludismo, Merry

regresaríaaEspaña,almenosporunatemporada.«¡No!Aquíhagomásfalta,yyaestoybien.»«Elpaludismopuedetenerrecaídas.»«Losé…Ysivienen,estarébienatendida.»Entonceshareparadoen

queyollevabamisropasdecalleyteníalasmaletaslistasparairme.«¿Ytú?¿Porquétevas?»«Nomevoy,meechan.»«Esoestáporver…»NolohadichoMerry,sinounavozquenoshasorprendidoaambas.

AlvolvernoshemosvistoaCarmen,queacababadeentrar.«SorAsunciónmelohacontadotodo.»«Losiento…»Esloúnicoqueheatinadoadecir.«Entiendoa sorAsunción, su enfadoyque tequiera echar.Tehas

puestoenpeligroyunhombreestágravementeheridoportuculpa.»

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«Losé,ysipudierahaceralgopara…»«No —me ha interrumpido—, no, Laura… Ni excusas, ni planes

disparatados. Cuando intentas hacer cosas desesperadas y extremas,como ayer, es cuando sueles meterte en problemas. El día en queaprendasaobrar,deverdad,conlacabeza,serásunagranenfermera,yunagranmujer.Penséqueesedíayahabíallegadocuandoviqueteuníasanosotras,peroveoqueaúntequedacaminoporrecorrer.»

«PuedoincorporarmealhospitaldeMadrid,simedejan.»«SorAsunciónnoquierevertenisiquieraallí.»Heagachadolacabeza,muyavergonzada.«En una semana abriremos el nuevo hospital de sangre, aquí, en

Melilla, y tendremos el triple de camas. Y luego están los tres barcosmédicos,lostrenes,ytodosloshospitalesquesenosestánuniendoenlaPenínsula. Voy a necesitar a muchísimas de vosotras, y no puedoprescindir de ninguna. Ymenos de una de lasmejores, aunque sea unpocoatolondrada…»

«Pero¿puedes…?»«Sifuesesunaprofesional,nopodríahacernada,yseguramenteno

volverías a trabajar en toda tu vida en esto. Pero eres una damaenfermera,unavoluntaria;noteatanadamásquetupromesa.Ytedebesamí, a la reina y a la CruzRoja, no a sor Asunción. Ella tienemandosobresusmonjasysobrelasprofesionales,peronotepuedeexpulsar.Esasunto de mi competencia. Y yo prefiero que te quedes…, con unacondición.»

«Loquesea.»«Queloquesientesporesehombre...»«Soloesunamigo.»«Medaigualloquesea;estáclaroqueporélsientesunafectomayor

queporelresto,ylorespetarésiempreycuandonointerfieraentulaborconlosdemáspacientes.»

«Tejuroquenolohará.»«Niquieroquetevuelvasaponerenpeligro.»«Noloharé,notepreocupes.»«Yanosllegaconlosmosquitos—dijomirandoaMerry—comopara

exponernos a las balas. Ahora hablaré con sor Asunción paraexplicárselo.»

Asíquehedesecholasmaletasymeheunidoamisamigas,quesehanalegradoal saberquemequedaba.En lamisa sorAsunciónmehafulminadoconlamirada.Esperoqueselepase.Porlopronto,hoy,enla

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planilla de turnos,me ha puesto en el pabellón de enfermedades de latropa,quesabequeesloquemenosmegusta…yloquemásmealejadeIsmael.

Con la llegada demás ymás soldados, las enfermedades sonmásfrecuentesy,mientrasnoseabraelotrohospital,aquícomenzamosanodarabasto.Triviñonoshasugeridoaumentarelnúmerodecamas,peroCarmennoquierehacerlosinaumentartambiénlosmedios,elespacioyelpersonal.Laquininaapenasnosllegaparaloscasosqueyatenemosdepaludismo.Y con ladisenteríaes fundamental lahigieneyelmantenerhidratadosa lospacientes, loquehaceque tengamosqueemplearnosafondo.Esuntrabajoduro,rutinarioynadaagradable.Surecompensaesque solemos salvar más vidas que en el pabellón de cirugía. Y laproporcióndelosqueaquísecuranrespectoaotroshospitalesdeMelillaesmásalta,precisamenteporqueadmitimossoloelnúmerodepacientesque podemos atender. Traer más, sin mejorar las condiciones, seríacondenaratodosamuerte.

Estabaasegurándomedequelosenfermosdedisenteríatomasensuslíquidos, bien ellos mismos o a través de suero intravenoso, cuandoCarmenhaentrado.

«Encuantoacabéisquieroveros»,noshadicho.Noshareunidoenelvestíbulo.«Yahayeldobledesoldadosquecuandollegamos,ypor loquemi

maridohaoídoenelcafédelHotelColón,Berengueraúnquieremuchosmásparalanzarsugranofensiva.Hevisitadoloscampamentosdondeseestánconcentrando,ylascondicioneshigiénicas,porllamarlasdealgunaforma, dejanmucho que desear. Y la mejor forma de luchar contra elpaludismo y la disentería es prevenir su aparición y su contagio. Unaepidemia, ahora, desintegraría este ejército sin necesidad de que losmoros disparen un solo tiro. —Como queriendo añadir una ironía, elcañón delGurugú ha sonado a lo lejos y, poco después, hemos oído ladetonación bastante cerca. Carmen no les ha hecho mucho caso y hacontinuado—:Vamos a dar cursillos a los oficiales de intendencia paraexplicarcómoorganizarloscampamentosysurutinadetalformaqueseevitenesasyotrasenfermedades.»

Carmenseguíahablandocuandohaentradounsoldadoquenoeraunodenuestroshabitualescamilleros.Llevabalagorrabiencaladaysucabelloapenasasomabadeella,perosucarameharesultadoconocida.Mientrassubía laescalera, loheobservadopordetrásyhevistoquesupelo era blanco. Era el sargento de cabello cano y se dirigía a las

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habitaciones de cirugía, donde está Ismael. He querido seguirlo, peroCarmenhareclamadomiatención.

«Laura,¿quéestásmirando?»Conloqueacababadepasar,noestabayocomoparapedirfavoreso

ausentarmederepente,ymuchomenosporalgorelacionadoconIsmael,asíquehecontestado:«Nada,disculpa»,yheseguidoatendiendo.O,almenos,intentándolo,porquenoeracapazdequitarmeaesehombredelacabeza.Estaba claroque venía a ver a Ismael yhe temidoquequisierahacerledaño.

«Acompañadme al jardín —nos ha pedido Carmen—, allí tengopreparadas las planillas para los cursillos que debe dar cada una. Y, losiento,perotendráqueserfueradevuestrosturnoshabituales.»

Yalláhemosidotodas,aljardín,aúnmáslejosdeIsmael,queahoraestaríasolo,gravementeheridoyamerceddeesehombrequesabeDiosqué querrá. No sé cómo he podido disimularmi angustia, pero allí heestadocasiunahoraconCarmenylasdemásenfermeras,preparandoloscursillossobrehigiene.

Alacabar,contodoeldisimuloquehepodido,hevueltoalvestíbulo,subidolasescalerasatodaprisayentradoenelpabellóndecirugíaparaoficiales.AntelacamadeIsmaelestabapuestoelbiomboyunafigurasemovía tras él. Para no llamar la atención de las enfermeras ni de losdemáspacientes,meheacercadointentandoaparentartranquilidadymeheasomado.

Una monja cambiaba las sábanas. Ver esa cama vacía me haatravesadoelcorazón.

«¿Elpacientequeestabaaquí?»,lehepreguntado.«Selohanllevadoaquirófano.»Lehedadolasgracias.Yloquemehabíaaliviado,almomento,me

haasustado.Siloestabanoperandodenuevo,noseríapornadabueno.Habríaempeoradoo,peoraún,aquelhombredepelocanolehabíahechoalgo.

Hetenidoqueesperarmediahorahastaquehanregresado.Ismaelseguíainconscienteylohandejadoenlacama.Noguerasmehacontadoque la enfermera había visto sangre en las sábanas. La herida de laespalda sehabíaabiertoyhan tenidoquevolvera coserla.Y lopeoresquehayindiciosdeinfección.

«Lahemoslavadobienytratadoconaceitefénico;ahoraesperemosquenovayaamásyserecupere.»

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HepuestolamanoenlafrentedeIsmael.Aunatravésdelasvendasquecubrensurostro,henotadolafiebre.Comomiturnohabíaacabado,meheofrecidoaquedarmeconélyusaralgodehieloparabajársela,ytambién amoverlo para evitar las gangrenas de compresión. El doctorNoguerashaaceptadoy,antesdeirse,mehainformadodequeesatardehabíanllamadodelcuartelgeneral.HanlocalizadoalafamiliadeIsmael.Es de Tablao, un pequeño pueblo cerca de Mieres, en la Cuenca deAsturias.Supadrehabíamuertoenlasminasyasumadreselallevólagripe española. Su hermanomayor, Anselmo, había heredado la casa yahoraviveallí.Éles toda la familiaquetieneIsmael. Ibanaenviarloalhospital que la Cruz Roja tiene en Oviedo, a reponerse de lasquemaduras,peroseráimposiblehastaqueserecuperedeldisparo.

«Velebienporél;ahorasabemosquehayalguienque loesperaencasa —me ha pedido Nogueras. Luego, en voz muy baja—: Y ese tubotorácicoqueimprovisóenlabarca,impresionante.PeroquesorTituladanoseenteredequelohedicho.»

Esas palabras me habrían encantado en cualquier otro momento.Pero lodeIsmaelnodeberíahaberocurrido.YonotendríaquehaberloarrastradohastaDarHamedniéltendríaquehaberseinterpuestoentreesabalayyo.Ahora,pormiculpa,estebuenhombrepodríamorirjustocuandoacabamosdeencontraralopocoquequedadesufamilia.

Aúnestoyasulado,vigilandosufiebre,quenoquiereirse.Yestaveznisiquieratuspáginassonbuenacompañía,miqueridodiario.

22deagostode1921

El doctor Nogueras me ha dicho que si quiero volver a cirugía y alquirófano debo descansar, así que hoy seré breve, y no es que hayanpasadopocascosas.

Ismael sigue con fiebre, muy grave. Poco más puedo decir de susituaciónapartedeloquesiento...

Antes de salir a dar el cursillo de higiene he buscado a Galeb. Élconoce muy bien esta ciudad y a su gente, y sabe moverse entre losmilitares.Asíquelehepedidounfavor:aversipuedesaberquiénesesemisteriososargentodecabellocanoqueparecetaninteresadoenIsmael.

Enelcursilloheintentadoserpersuasiva,entretenidayamable,peroque durante las preguntas un sargento de intendencia me tratase de«guapa» y no de «señorita» me ha puesto de mal humor. El haber

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dormidopocodurantedíascreoquehacontribuido.Asíque,muysecaymal encarada, le he recordado que, aunque yo no eramilitar, al servircomo enfermera se consideraba que mi grado era de alférez y, por lotanto, su superior; otra tontería como esa y lo mandaría arrestar porinsubordinaciónyfaltaderespetoaunoficial.Elsargentosehaquedadopálido,sinsaberquédecir.Losdemássehanreídoy,apartirdeahí,milaborhasidomuchomássencilla.

DeregresoalhospitalteníaquepasarporelpuentedeCamellos.Lacalleestaballenadecoches,soldadosycivilesqueibandeunladoaotrocomo si esta fuera una ciudad cualquiera. De repente el suelo se halevantado a poco menos de cien metros de donde yo estaba en unacolumna de fuego, humo y tierra. El ruido de la explosión ha tapadocualquier otro sonido. Ha sido como si unas manos invisibles megolpeasen el pecho y me empujasen contra el suelo, y una ola de airecaliente me envolviera. Pedazos de tierra y barro han caído a mialrededor.Mehe levantado y corridohacia el lugar del impacto.Habíaunascuantaspersonastiradas,perosolo teníancontusionesyarañazos.No había muertos ni heridos. Se han levantado con mi ayuda, se hansacudido la ropa y han continuado su camino como si nada hubierapasado.Allí ha quedado el cráter de la bomba, sin quenadie le hicieramucho caso. Solo unos niños que lo han aprovechado para jugar a lasbatallas,usándolocomosifueseunatrinchera.

Cuando he llegado al hospital había una gran agitación entre lasenfermerasyhastaCarmenestabaallí.Alguienhabíarobadomorfina.Lohabíahechoconpericiaylohabíadejadotododetalformaquepareciesequenofaltabanada…,peronohabíancontadoconCandi.

SorAsunciónhabía puesto a cargode la farmacia del hospital a lapelirroja que había atendido a Ismael, que hoy he sabido que se llamaCándida, de ahí lo deCandi. Y esmuy buena con lasmatemáticas y laorganización. Tiene todo perfectamente contado y anotado. Sidesaparecieseunasoladosisdequinina,oinclusounasimplevenda,ellalosabría.Yfaltamorfina.

AunquehasidoCandiquienhadado laalarma,sorAsunción lahaculpadode losucedido,noporquepiensequeella lahabíarobado,sinoporque es su responsabilidad asegurarse de que no falte nada y evitarrobos.

Carmen ha tranquilizado a la pobre Candi, que estabapreocupadísima.Lehadichoquehabíahechomuybiensutrabajoyque

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era imposible vigilar la farmacia a todas horasmientras atienden a lospacientes.Apartirdeahoraestaránmásvigilantes.

Ya ibaaacostarmecuandohan traídoaun soldadoencamilla.Noestaba herido ni enfermo. Había ido a nadar con sus amigos y habíanrodeadoMelilla laViejapara llegarhasta la calaTrapana,unapequeñaplayaqueestábajoelfaro.Devueltalehabíadadouncalambrey,aunquesus amigos habían conseguido sacarlo, había tragado mucha agua yapenas podía respirar. Hemos intentado reanimarlo, pero ha sidoimposible.Noséporqué,peroqueenunlugardondelagentesemuereporpuñaladas,disparosyexplosiones,queunmuchachotanjoven,queapenas había comenzado a vivir, muera ahogado me ha parecido unaburla,unaespeciedesarcasmodeDiosodelanaturaleza.

Y ya así de triste, he subido a ver a Ismael. Sigue con fiebre y sindespertar, alimentado por una sonda que aún dificulta más surespiración.Noguerasyanoconfíaenqueserecupere.

Mepasaríalanocheasulado,peronecesitodormir.

23deagostode1921

Estaba tan cansada que, aun con la cabeza llena de preocupaciones,dormídeltirónunasnuevehoras.Mehelevantadoconfuerzas,peroconlamismaamarguradeayer.Ylaconversaciónqueteníanmisamigaseneldesayunonohaayudadomucho.

«¿Recordáis cuando os dije que este lugar estaba limpio?», hapreguntadoAvi.

InésyMargaritahanasentido.Yonohehechomuchocaso.«¿Porquélodices?»,sehainteresadoInés.«¿Has visto un fantasma?» Margarita ha completado la

preocupacióndeInés.«No, bueno, sí, perono se trata deun fantasma,ni siquieradeun

espíritu. Y es en todas las habitaciones, incluso en las escaleras y laterraza… El hospital ya no está limpio; aquí se muere y se muere condolor.Losmurossehanidocargandoconesasalmas.Yahoralassientoacasitodashoras.»

«Puesnohaselegidobientuprofesión—lehedichounpocohuraña—.Todosloshospitales,mástardeomástemprano,acabanasí…»

«Nocreas—harespondidoAvi,quenoparecehabersetomadoamalmi abrupto comentario—, he aprendido a sobrellevarlo. Yme hace ser

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másamable con los que aún están aquí; paraque, si se van, dejenunahuellamenosprofundayoscura.Einclusoheaprendidoasentircuándosevanairy,aesos,intentoconfortarlosmejor.»

Sus palabrasme han provocado un escalofrío y la hemirado. Ellaenseguidahasabidoporqué.Mehacogidolamanoymehadicho:

«Notienesporquéestarasustada;hevistoaIsmaelestamañanayaúnnosevaair».

Hequeridocreerla,ymiimpulsohasidosubircorriendoal ladodeél,peroenesemomentohaaparecidoGaleb,queyahabíaoídopartedelaconversación.

«¿Dequéhabláis?»,hapreguntadoextrañado.Avi se ha puesto colorada, pero Inés, sin darle demasiada

importancia,lehacontestado:«Avipuedesentiralosfantasmasy,claro,estelugarestálleno».«Ya séque esuna tontería—dijoAvimuyavergonzada—.Yque la

religiónprohíbecreerenestascosas.»Galeb,muytranquilo,lahacogidoporlacinturadeformacariñosa.«Mi religión no cree que las almas de las personas muertas se

queden por aquí, sino que vuelven con Alá. Pero igual que nosotrosfuimos creados de barro,Alá creo a losYinn con fuego. Y quizá lo quesientaseslapresenciadeesosseres.Peronotienesqueasustarte,frenteaalguien con un corazón tan bueno como el tuyo, los Yinn no tienenpoder.»

Avi,trasmirarunmomentoalrededorparacomprobarquenohabíamonjas,lehadadounbesorápido.HeaprovechadoparalevantarmeeiraveraIsmael.

«Espera,Laura—mehadetenidoGaleb—,heaveriguadocosassobreesehombre,eldepelocano.»

«¿Quésabes?»«Tengounamigo,sobrinodeuncaídbereber,quepuedeconseguirte

cosas que, digamos, son complicadasde conseguir.Cuando le preguntéporesesargentoseenfadómucho.“¿Esqueyanotebastaconmigo?”,medijo.ElhombredepelocanosellamaEfraímysededicaaalgoparecidoaloquehacemiamigo,peroentrelosespañoles.»

«¿Elmercadonegro?»«Algo así. Y Efraím, para obtener su mercancía, roba, chantajea,

amenazayhastadicenquehamatadoaalguno.Esmuypeligrosoynoesbuenomezclarse con él ni deberle dinero.Hace unosmeses intentaron

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denunciarlo,peronosellegóanadaporquemuchagenteledebefavores,inclusooficialesdelaltomando.»

«¿YcreesqueIsmaelledebíadinerooqueibaadenunciarlo?»«Nolosé,perotengootrasospecha:¿ysiesélquiennosharobado

lamorfina?Estuvoaquíjustoantesdequedesaparecieseysepagamuybienporellaentrelossoldados.Situheridoledebíadinero,quizáseestécobrandoasísudeuda.»

PorfinhesubidoaveraIsmael.Lafiebrelehabíabajadoyrespirabamejor.Hasidocomosiesamejoríalahubieseexperimentadoyomisma.AlfinalvoyaacabarporcreerenlascosasdeAvi.

Cuando yame iba a acostar,Galeb ha venido a buscarme ymehallevadohastaunrincónbajolasescaleras,fueradelavistadetodos.

«Mira.»Mehaenseñadounapistola.«¿Paraquélaquieres?»,lehedichoasustada.«Tú quieres hablar con ese hombre, Efraím, para saber de qué

conoceaIsmaelyquelodejeenpaz,¿no?Yyonoquieroquenossiganrobando.Lafarmaciasequedasinvigilanciaentrelasoncedelanocheylas cinco de la mañana, cuando las enfermeras de guardia están máspendientes de los pabellones, así que si ese hombre vuelve a por másmorfina,seráaesahora.»

«¿Y pretendes que vigilemos la farmacia durante seis horas por lanoche?»

«Puedotraerunjergónyharemosturnos.»No sé cómome he dejado enredar, pero estamisma noche hemos

puestoeljergóntrasunasplantasdeljardín,desdedondesepuedeverlapuerta de la farmacia. Ismael está durmiendo ahoramismo ami lado,mientrasyoentretengomistreshorasdevigiliacontuspáginas.

24deagostode1921

Anochenoapareciónadieporlafarmacia,asíqueregresamosanuestroscuartosconlasmanosvacíasyunbuendolordeespalda.

Aldespertardosbuenasnoticiasmehanalegradoeldía:lafiebredeIsmaelhadesaparecidoporcompletoyenlaplanillaminombreapareceencirugíajuntoaldoctorNogueras.

Esaeslamejormaneraquetengodeapartartodasmisinquietudespor unas horas. Mi mente y mis manos, toda mi atención y creo quepodríadecirquetodomicuerpoestáncentradosenprepararelquirófano

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yelcampooperatorio,endarlasedaciónoservirelmaterialalcirujano.Y hoy Noguerasme ha dejado poner los retractores y sacar un par defragmentos de una extracción de metralla bastante complicada. Y hevisto, por primera vez, cómo funciona lamáquina de rayos X. Es algomilagroso.Enunaespeciedeplacafotográficaseñalacadaesquirlayasísabemos con seguridad cuántas hay y dónde está cada una, con lo quehemos podido completar la operaciónmuy rápido. Sin esamáquina, elpacientehabríamuerto.

EscribojuntoaIsmael,queyarespiramejor.Mañanalequitaremosla sonda y probaremos a retirarle los sedantes y a despertarlo. Ahora,dentrodeunrato,bajaréaljardíny,conGaleb,montaréguardiaantelafarmacia.Meponeunpoconerviosaverloallí,con lapistola, tantenso.Esperemos que no ocurra ninguna desgracia. Ya ves, querido diario, lagrancapacidadquetengoparametermeenlíos.NomeextrañaquesorAsuncióntengatanmalconceptodemí.

25deagostode1921

Otraguardiaenvano.Oelrobofuealgoocasional,oCandiseequivocóensus,dice,impecablescuentas,onuestroladrónesbastantemásirregulardeloqueesperábamos.

Cuando he subido a ver cómo seguía Ismael me lo he encontradodespierto. Me he acercado corriendo y, como no sabía muy bien quédecir,tansolohepronunciadosunombre.

«¿Ismael?—ha repetido confuso—. ¿Quién es Ismael? ¿Y quién esusted?»

Me he asustado tanto que él enseguida ha abandonado aquellaestúpida broma y me ha sonreído como si aquello le pareciese muydivertido.

«¡Haestadomuygrave!,¡notieneningunagracia!»«¿Cuántotiempoheestadoasí?»«Seismeses.»«¡Qué!»,haexclamadoasustadísimo.Entonceshesidoyolaquesehaechadoareír.«Muygraciosa,sí,muygraciosa…»«Fueroncincodías.»«Aunasí…,cincodíasesmuchotiempo.¿Cómonomehemuertode

hambreodeshidratado?»

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«Usábamosunasondaparadarlelíquidos,medicinasynutrientes.»«¿Unasonda?¿Comoladelosbarcos?»«Esuntuboque lemetimospor laboca,directoalestómago.—Ha

puestocaradeasco—.Nosequeje;haceunosañosalospacientescomoustedselosalimentaba…porelotrolado,conunenema.»

Sucaradeascohasidoaúnmayor,loquemehadivertidomucho.«Mejorcambiemosdetema»,hapropuesto.«Deacuerdo.¿Porquélohizo?Lodeponersedelantedemí…»Selohapensadounmomentoantesdedecir:«Paraseguirenelhospital.Esedoctoribaaecharme».«Respóndameenserio,porfavor.»«Pero con una condición, que dejemos de tratarnos de usted; creo

quecontodoloquehapasadomerezcoesaconfianza.»«Deacuerdo.¿Porquétepusisteentreesabalayyo?»«Nosabíaqueveníaunabala.»«Silosupieses,¿nolohabríashecho?»«Claro que sí. Por protegerte. Aunque no lo recuerde,me jugué la

vidaenNadorporungrupodepersonasaquienesnoconocíadenada.¿Cómonoibaahacerloporti?Fuealgoinstintivo.»

Sus ojos, enmarcados por las vendas, eran todo lo que tenía surostro,perolehabastadoloquehadichoparaprovocarmeunescalofrío.Entonceshesidoyoquienhabromeado.

«Puesseacabóesodequetematenpor losdemás,¿meentiendes?Noquieroquemevuelvasadarunsustocomoeste.»

«Meparecebien.»«Mientrasestabasasí,dormidoyconlasonda,descubrimosqueeres

deAsturias,deunpueblominerollamadoTablao,juntoaMieres,yquetienesunhermanomayor,Anselmo.¿Tesuenaalgo?»

«No.»«¿Y qué pasó en Dar Hamed? Me dijiste que no era el lugar del

sueño,peroquehabíasrecordadoalgo.»«Supe que había estado allí justo cuando ocurrió lo de Annual.

Estaba solo y no había moros, pero me vi preparando mi arma, muyasustado...»

«¿Porqué?»«Me sentía amenazado. Había un gran peligro y estaba

disponiéndolotodoparaenfrentarmeaél.»«¿Quépeligroeraese?»«Nolosé,peroteníaqueiraNadorparahacerlo.»

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«¿Algo que ver con los colonos que salvaste? Allí fue donde teenfrentastealastropasdeAbdel-Krim.»

«Puede ser, pero creo que era algomás personal… Y para saberlotendríamosqueirhastaallí.»

«IraNador,enestemomento,esimposible.»«Losé,yniyopuedo,niquieroquetúcorrasmásriesgos.»«Noloharé.Yahoratienesquedescansarunpocomás.»«¿Despuésdecincodíasdurmiendo?»«Sí,ycomer,estavezsintubo…»Yomismameheencargadodedarlelacomida.Aúnestámuydébil.

Tardará semanas en estar recuperado por completo, si no surgencomplicaciones.

Pronto serán lasonceybajaréamiguardia conGaleb.Otranochequedormirémalymaltratarélaespalda.

Comoibaahacer lasegundaguardia,mehabíaechadoadormirallado deGaleb. No sé cuánto tiempo llevaría así, pero ya estaba oscurocuandoélmehallamado.

«Laura,Laura…»EstabatancansadaquehetardadoensaberquiéneraLaura,quién

eraelquemehabíadespertadoyquéhacíamosallí.«Alguienacabadeentrarenlafarmacia»,hasusurradoGaleb.«¿Quién?»«Nosé,nolohevisto.»«¿Cómoquenolohasvisto?¿Noestabasvigilando?»«Sí,bueno,ya…Mequedéunpoco…traspuesto,ymehadespertado

elruidodelapuerta,alcerrarse.»«¿Tehasdormido?»«Traspuesto.Ysolounmomento.Perofíjate.Seveelresplandorde

uncandilbajolapuerta.Quienseasigueahídentro.Quédateaquí.Voyaporél.»

«Tenmuchocuidado…Ynoteduermasporelcamino.»No sé si le haría gracia, porque, sin mirarme, ha cogido nuestro

candilysehadirigidoconmuchosigiloalafarmacia.Trasdejarloenelsuelo,conunamanohaabiertolapuertamientrasconlaotrasosteníalapistola.

«¡Quieto!»,hagritado.

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Alguien le ha respondido conun grito, y él enseguidaha bajado elarmaasombrado.Nuestro ladróndemorfinaha resultado serquiennoesperábamos:

«¿Alba?»«Por favor —nos ha pedido—, no digáis nada. Si se enteran, me

echarányestaes laúnica formaquetengodedormir,eselúnicoalivioquetengo.»

«Perosedaráncuentayacabaránpordescubrirte.YasabescómoesCandi.»

«Esta vez no he cogido una dosis, sino un poquito, casi nada, devarias,hastaformarconellasunaentera»,noshaexplicado.

Bueno,almenosAlbaeslista.«Lamorfinaesmuypeligrosa—lehedicho—,ymássi lausaspara

aliviarunapena.»«Losé,perosi laprobaras,veríasquesualivioes…mágico.Noera

capazdedormir,noeracapazderespirar,noeracapaznidecaminarsinsentirdolor.Nopodíadejardepensarenmipadreyenmiprometidoatodas horas… Y ahora, si lo hago, es de otra forma, como si hubieseocurridohacemuchosaños,conmelancolía.Ypuedoapreciar labellezade todo lo que me dieron sin romperme por dentro. La morfina serápeligrosa, perome estádandomuchomásde loque, por ahora,mehaquitado.»

«¿Y qué pasará cuando empiece a quitarte más de lo que te estádando?Porquesabesqueesemomentollegará.Yestealivionoesreal.»

«Pues entonces me importa un bledo la realidad. Prefiero estesueño…—Noshamostrado ladosis robada—.Y lanecesitopara seguirsoñando.»

«Deacuerdo,nodiremosnadayteayudaremosaconseguirmás»,herespondidotraspensarlounpoco.

Ambosmehanmiradomuysorprendidos.AlbaconagradecimientoyGalebcomosimehubiesevueltoloca.

«Peroconunacondición:seréyoquienpreparelasdosis.»«¿Ycómopuedosabersiusasunexcipienteenlugardelamorfina?»«Lo usaré, pero no al principio.Mi idea es ir reduciendo tu dosis

pocoapoco.Yyaséquetevaaafectar,porqueelcuerpotevaapedirlocontrario:queaumentecadadía.¿Onoloestabasnotandoya?»

«Cadaveznecesitomásparaelmismoefecto,escierto.Ysireduceslacantidad,yanomeservirádemucho…Volveréaestarcomoantes.»

«No.Aratosestarásmejor,yaratosestaráspeor.»

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«No, lo siento, Laura, pero no es lo que quiero ahora. Necesitoolvidar, anestesiar mi alma y mi cabeza. Lo que propones nome va aservirdenada.»

«Pues es todo lo que vas a tener. La otra opción es que hable conCarmenyteenviemosdevueltaacasa,dondetumadreseharácargodelarecuperación.Sinmorfinaysinnadiequesepaayudartetanbiencomonosotros.»

Albahahundidosucaraentrelasmanosyhacomenzadoasollozarmientrasdecíaquenoibaasoportarlo,quenoqueríavolverasufrircomohabía sufrido hasta ahora. Me ha partido el corazón y me ha costadomucho negarme a lo que me pedía. Al final, tras mucho discutir, haaccedido.Lehepreparadolaprimeradosis,yomismaselaheinyectadoylaheacompañadoalacama.

Luego, conGaleb, he buscadoun lugar donde esconder lamorfinarobada, para que ni Alba ni nadie la encuentren. Hemos dado con unladrillounpoco flojodelmuro.Lohemosquitadoy en laparedhemoshechounhuecosuficientementegrandecomoparaguardaresamorfinayla pistola deGaleb. De hecho, querido diario, creo que a ti también teguardaré ahí durante un tiempo. Sé que Alba, en algún momento,flaquearáeintentarábuscarlamorfinaentremiscosas…ynomeapetecequedécontigoyteleaentero.Haydemasiadossecretosentuinterior.

26deagostode1921

Hoycreoquehesolucionadounproblema,perosisorAsunciónseenteradeloquehehecho,elproblemalovoyateneryo.

Era temprano y aún acabábamos de desayunar. Estaba en elvestíbulo, viendo la planilla de turnos, cuando por el rabillo del ojo hevistoentraraalguien.Unafiguraconocida.Elhombrequeahoraséquese llama Efraím. Comenzaba a subir las escaleras hacia la planta deoficialescuandolehedadoalcance.

«¿Adóndeva?»Hatardadounpocoenreconocerme.«Ah,laenfermera.Puesvoyaveranuestrocomúnamigo,elalférez

Vallejo.Oíque lohabíanheridoenDarHamedy,enmianteriorvisita,meparecióqueestabamuygrave.»

«Así es. Y no hemos podido hacer nada para salvarlo. Hamuertohacedosdías.»

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Elhombredepelocanosehasorprendido.Luegomehamiradoconcaraderabiayconbastantesuspicaciahadicho:

«Entonces iré a visitarlo a la Purísima Concepción. —Ese es elcementerio deMelilla donde se entierra a los caídos en combate—.MefiguroqueestaráenelPatiodeÁnimas,comotantosotroscamaradas.»

Si iba hasta allí, no encontraría ninguna tumba con el nombre deIsmaelydescubriríalafarsa.

«Suhermanoha reclamado el cuerpo.Al parecer van a hacerle unhomenaje en su pueblo, en Asturias; hasta creo que le van a dar laLaureadaatítulopóstumo.»

«Merecida, sinduda—hadichoEfraímcavilando—.Unadesgracia.Noseimaginaustedcuánto.—Sehapersignadoyluegohasonreídoconuna extraña amargura—. No nos queda más que resignarnos ante lavoluntaddeDios.»

Se ha dado media vuelta y se ha marchado por las escaleras. Encuanto he empezado a subir,me he topado de bruces con Inés, que lohabíaoídotodo.

«Pero¿esquetehasvueltoloca?¿Porquéhasdichoeso?»«Solohagomitrabajo:cuidardenuestrospacientes.Esehombreque

acabadeirseesunpeligroparaIsmael,créeme.Asíyanonosmolestarámás.Y,porfavor,noselocuentesanadie.»

«Tranquila,noquieroquevuelvanaecharte.»Asumoelriesgoymeparecejusto.Ismaelseinterpusoentreaquella

balayyo.Yyoahorameheinterpuestoentreestehombreyél.Dealgunamanerasientoqueasíheequilibradounpocomáslabalanza.

29deagostode1921

Estos días están siendomuy ajetreados y robo unos minutos al sueñoparaconsignarlosbrevemente.Entremisidasyvenidasalquirófanoyalpabellón de cirugía,mis visitas a Ismael ymis atenciones aAlba, estascon la colaboración de Galeb y Avi, sor Asunción ha acabado porsospecharymehapreguntadosileestabaocultandoalgo.Porsupuestolehedichoqueno,peronolahevistomuyconvencida.

Yhoy, cuando ibaapreparar ladosisdeAlba,meheencontradoaCarmenesperándome.NosésihasidocasualidadosihasidocosadesorAsunción, perome ha pedido que la acompañe al nuevo hospital paraayudarlaa formara lasnuevasdamasenfermeras, recién llegadasde la

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Península, sobre el terreno. Dentro de tres días lo inaugurarán y noquierequefallenada.

Así que, si hasta hoy la jornadahabía sido complicada, a partir deahoranoquieronipensarencómoserá.

31deagostode1921

Preparar el nuevo hospital y a sus enfermeras ha resultado diferente acomoesperaba.Cuandolleguéallí,unedificiodedosplantasmásamplioqueelnuestro,Carmenserefirióamícomosubjefadeenfermerasypusoamicargoaunbuengrupodenovatas.Asíque,másquededicarmeyomisma a hacer camas, limpiar suelos y preparar las medicinas y elmaterial quirúrgico, me ha tocado instruir, organizar, dar órdenes ycomprobarque lastareasestánbienhechas.Megustamásoperar,peroserjefatampocoestánadamal.

Enelnuevohaymásespacioycamasdedicadasamedicina,pueselcompromiso de Carmen con el Ayuntamiento de Melilla implica quetambiénnoshagamoscargodelosenfermosdelabeneficencia.

Cuandoacabomilargoturnoallí,queduracasidocehorasdetrabajoininterrumpido,regresoanuestrohospitalyaúndedicounaspocasmásaestarconIsmael,quesiguerecuperándosebien,yconAlba,queyaacusaelmalestarporlareducciónenlasdosis.

Aveces se echaa llorar, otrasme lo agradecede formacariñosa, yotras me insulta y hasta se pone violenta. Lo más complicado es quenadie más se dé cuenta de su estado, especialmente sor Asunción. Alfinal,hemosreclutadoaInés,aMargaritayhastaaCandi,quetieneuncorazóndeoroy sehamostradomuycomprensiva conAlba.Yha sidounasuerte,porquealcontrolarlafarmacianosfacilitamuchoconseguirmorfinasinquenadiemássedécuenta.

Entre Candi y yo hemos diseñado un plan para ir reduciendo lasdosisyque,enunmesmásomenos,estélibredelamorfina.NovaasersencilloyaAlbaaúnlequedamuchoporsufrir.

Avecespiensoquesisupadreosunovio,cualquieradeellos,diesenseñalesdevida,Albasecuraríadetodossusmalesderepente.Nosésisería cierto y dudo que lo podamos llegar a comprobar. Aquí, a veces,ocurrenmilagros,perocasinuncasonlosquedesearíamos.

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1deseptiembrede1921

Hoypor lamañana se ha abierto el nuevohospital y han comenzado allegar los primeros pacientes, tanto soldados como civiles que yasaturabanlosdemáshospitalesmelillenses.Unavezhecomprobadoquetodofuncionabaperfectamente,mehedespedidodemisaprendizasyheregresadoanuestrohospital.

MehellevadounasorpresaenormealverqueCarmenmantienemipuestodesubjefa.Ahoraestaréacargodelasenfermerasdelaplantadeoficiales para cirugía y del quirófano. Así que, además de todas mistareas, también tendré que supervisar el trabajo de las que estén amicargoy,aúltimahora,colaborarenlaelaboracióndelaplanilladeturnosparaeldíasiguiente.

Sor Asunción se me ha acercado. Creí que iba a hacer algúncomentariosarcástico,peronohasidoasí.Mehadichoquesealegrabayque ahora vería cómo es el peso de la responsabilidad. Quizá así yosentaríalacabeza…

6deseptiembrede1921

Ya llevocincodíasdesubjefay, si realizobienmi trabajo,noesméritomío,sinodetodaslasenfermerasymonjasquetengoamicargo.Sabenloquehayquehacerylohacensinesperaraqueselopida.Soloacudenamí para darme el papeleo bien cubierto o cuando hay alguna duda oproblemaque,afortunadamente,hastaahorahansidofácilesderesolver.Lomáscomplicadofuelidiarconuntenientequeessonámbulo.Unadelasmonjasvinoadespertarmeundíasobre lascuatrode lamadrugadapara decírmelo. Entre ambas conseguimos evitar que se cayese por lasescalerasydevolverloasucama.Aldíasiguienterehíce laplanillaparatener por la noche una enfermera de refuerzo que se encargue de«pasear»albuenhombreconcuidadodequenosehagadaño.

Hoy,comoencargadadelpabellón,herecibido lavisitadelgeneralJuan Picasso. Aunque tendrá ya unos sesenta y tantos años, semuevecomo si tuviese veinte. Su mirada es clara e inteligente, igual que suconversación.Ensupecholuce,entreotrascondecoraciones,laLaureadade San Fernando. Pablo Montesinos, el marido de Carmen, loacompañabaymelohapresentado.

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«¿Picasso? Igual que el pintor», he dicho con mi inevitableimpertinencia.

Porsuerte,élselohatomadobien.«AmisobrinolevabienenParís,escierto.»«ElgeneralganólaLaureadaaquímismo—mehadichoPablo—,en

laguerradeMargallo,haceyacasitreintaaños.Asíqueconocebienestatierrayesteconflicto.»

Unconflictoque,porloqueveo,pareceinterminable.Al general le han encargado investigar las causas de la derrota de

Annualydelacalamitosaretiradaposterior.Paraelloestáinterrogandoatodos los supervivientes. Le he llevado hasta los oficiales que habíantenidoalgunaparticipaciónenAnnualyhevistocomotomabanotasdetodo lo que le decían. Ismael, aunque no ha podido contarle nada, harecibidosusfelicitaciones.

«Porloqueestoyviendo—lehaconfiadoelgeneral—,hubomuchanegligenciaycobardíaenesajornada,perotambiénvalentía.Esunhonorestrecharlelamanoaunodeesoshéroes.»

Ismaelsehaemocionado.«Si recuerda algo pregunte por mí en el Cuartel General. Estaré

encantadodecontinuarestaconversaciónconusted.»Después el general Picasso ha estado hablando un buen rato con

Pabloeneldescansilloyyonohepodidoevitaroírles.Bueno,laverdadesquesíhabríapodidoevitarlofácilmente,peroyasabeslocuriosaquesoy.

«HoymeacabadellegaruntelegramadelministrodelaGuerra—hadichoPicasso—,bastanteimpertinente,porcierto.Mepidenquenometalasnaricesenlasaccionesdelaltomando.Elmismísimoreyyamelohaordenadodosveces…»

«¿Yquévasahacer?»«No me han dado esto por ser un pusilánime. —Imagino que se

referíaalaLaureada—.Medeboalaverdad,noalospolíticos.»«Tencuidado;tepuedesmeterenlíos…»«Miintenciónesmeteraotrosenunbuenlío:alosresponsablesde

estacatástrofe.Yatengodemasiadosañosparaserprudente.»Ojalá el general descubra todo lo que hay que descubrir sobre los

culpables de esa terrible mortandad. Por sus palabras parece quenuestros soldados,más que víctimas deAbd el-Krim, lo han sido de laincompetenciadesusmandosydeladejadezdenuestrospolíticos.

El efecto de la visita del general ha sidomuy bueno para todos y,sobretodo,paraIsmael,queestáradiante.

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«Sillegoasaberquetegustantantolosgenerales,mehabríapuestounmostachoyununiformecondosestrellasparacuidarte.»

«No es por el general —me ha dicho—, es por lo que voydescubriendosobremí.Megustaseresapersona.»

Debería haber compartido su alegría, pero al acostarme me hesentido triste.Me gusta ver cómo se recupera, pero sé que se acerca elmomentodesualtay suregresoacasa,dondeserácelebradocomounhéroe.Yeso,queestanjustoybueno,nossepararáparasiempre.

7deseptiembrede1921

Enlareuniónparahacerlasplanillas,Merry,queeslajefadelpabellóndetropa,mehapedidoquelesugirieseunasustituta.LehedichoqueAviocualquieradelasSantirsoloharíanmuybien.

«¿Porquémelopreguntas?»«Porque me vais a tener de paciente. —Luego me ha cogido una

manoylahallevadoasufrente.Estabaardiendo—.Havuelto,yconestelapsoentrerecurrenciasseguramenteesFalciparum...»

La hemos llevado al pabellón de enfermos, la hemos rodeado debiombosyprogramamoslosturnosparatenerlasiemprevigiladaaunqueesonosquitehorasdesueñoatodas.LaFalciparumeslavariedadmásgraveypeligrosadelpaludismo.

Nosoymuyreligiosa,peromevansobrandomotivospararezar.

10deseptiembrede1921

HeoídoquesolodosotresdecadadiezproyectilesquedisparaelcañóndelGurugúexplotan.Ylamayorpartecaencercadelastrincheras.Noshemosacostumbradoaellosylosvivimoscomounaamenazadistanteeimprobable.Devezencuantooímossobrealgúnmuertooalgúnherido,pero suena tan ajeno que parece que jamás nos podría pasar. Ya no lotememos.Escomoelretumbardeunatormentalejana.Eldolordeunoentrecienmil.Quéequivocadasestábamos.

Nomeextenderé, queridodiario, porque el dolor aún es cercanoyquiero estar con ella. Hemos oído la explosión cuando estábamosrecogiendotrasunaoperación.Habíasonadomáspróximadelohabitual.Alguien lo ha comentado, «Este ha caído cerca», sin darle más

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importancia. Al salir de quirófano hemos visto a las demás enfermerasbajarcorriendoparasalir.

«¿Quéhapasado?»,hepreguntado.«Lehandadoauna»,noséquiénmeharespondido.He echado a correr con todas, mirando alrededor, deseando

reconocerentrelasquemerodeabanamisamigas.HevistoaAvi.Galeb,queveníadeljardín,lahaabrazadoconalivio.Doshombrestraíanaunadenosotras enuna camilla, con la cruz roja claramente visible sobre eluniforme.Albahallegadohastamí.Noeraella.¿Inés?Tampocoeraella,peroenseguidahereconocidoensurostrodequiénsetrataba.Sueternasonrisasehacontraídoenungritodesgarrador.Haintentadoabrazarasu hermana, pero la han apartado para llevar aMargarita a quirófano.Inéshacaídoderodillas.Albayyolahemosabrazadoeintentadodeciralgo,yanorecuerdoqué,paraconsolarla.

Meheofrecidoparaparticiparenlaoperación,peroeldoctormeharecordado que nada de familiares ni amigos en el quirófano. Hemosesperado fuera, con Inés. Carmen ha llegado en esemomento desde elotrohospitaly,saltándoselasformas,lahaabrazado.

Nogueras ha salido enseguida y no ha necesitado decirnos queMargaritahabíamuerto.Carmenha llamadoal capellánmilitar y lohadispuesto todoparael velatoriodeestanoche.Hastahaconseguidounataúdcerrado,pues,segúnhadicho,elcuerpohabíaquedadodestrozado.

«PormuchoqueInésinsistaenverla,noladejéis.EstanochevendráuncirujanoquetrabajaenelhospitaldeSantiago.Élsabereconstruiruncuerpoy,sobretodo,elrostrodeuncadáver.Entoncessípodráverla.»

Inés, paramí, siempre ha sido una sonrisa. Enojosa al principio yadorabledespués.Inclusocuandonosonreía,selepodíaadivinarbajosugesto.Erapurabondade inocencia.Las irradiaba.Eradifícilno serunpocomásfelizasulado.Hoyesohamuerto.Susonrisahadesaparecidoporcompletoyyasoloquedaunamuecadesufrimientoquesiempre laacompañará. Y pormucho que lo hemos intentado, no podemos hacernadaparasanarla.Esaesnuestraprofesión:curar.Perohayheridasquesonmortales.

Enelvelatorionosturnaremosparaacompañarla.Querríamosestartoda la noche, pero somos enfermeras y mañana hay que seguirtrabajando;necesitamosdescansar.Esta guerrani siquieranospermitecompartireldolordenuestraamiga.

Debería estar agradecida porque Ismael sigue mejorando. PeroMerryestácadavezpeor,Albasiguepadeciendosunecesidaddemorfina,

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MargaritahamuertoeInéssehaquebradoporcompleto.Aesteladodelmar,cuandoDiostedaunacosa,tequitadiez.

11deseptiembrede1921

LafortalezadeCarmenesasombrosa.FuelaúnicaquesequedóconInésen el velatorio toda la noche y, sin pegar ojo, esta mañana ya estabaorganizándolotodoparaelfuneral.Menosunaspocasmonjasquesehanquedadode guardia, hemos ido todas al SagradoCorazón, donde sehaoficiado una misa por el alma deMargarita. Al ser domingo la iglesiaestaba repleta, pero nos han dejado los primeros bancos a las DamasEnfermeras.

Elataúdestabajuntoalaltar,abierto,yhemospodidoverelcuerpo,con su impecable uniforme de enfermera, tan blanco que ya parecía elsudario.EnelrostrodeMargaritahabíapaz,comosidurmiese,ysolosite acercabasmucho te dabas cuenta de que parte del rostro había sidoreconstruidoconalgúntipodeceraoarcilla.AviyyohemosacompañadoaInéshastaelaltarparaquepudieseverasuhermanaporúltimavez.Hepensadoqueseibaadesmoronar,quesuspiernasnopodríansostenerlay que volvería a romperse y lloraría y gritaría. Pero ha aguantado ensilencio.Solonosapretabalasmanos.

Nuestraintención,yladeella,eraenterrarlaenelcementeriodelaPurísimaConcepción,queesdondereposancasitodosloscaídosenestatierra.Perocuandoyanosdisponíamosair,hallegadounamonjaconuntelegramaurgente.

Anoche,sorAsunciónhabíainformadoalospadresdeInéssobrelamuerte de su hijamayor y ellos, ahora, daban dos órdenes: querían elcuerpoyaInésdevuelta.Inéssehapuestofuriosayhaprotestado;esaeralavoluntaddesuhermana,quesipasabaalgolaenterrasenallí.Yellatampocoquiereirse.Noasí,noahora.Nodeseatraicionaraquelloenloque suhermana y ella creían, a lo quehandedicado tanto.Todo, en elcasodeMargarita.

PorlatardeInéshaconseguidoquelepusieranunaconferenciaconla Península y ha hablado con sus padres. Ha sido imposibleconvencerlos. Y como aún no tiene veinticinco años, debe hacer lo quesuspadresordenen,asíquemañanaseirá.

Hemospasadocasitodalanocheenlaterraza,conella.Aunqueyano hace el mismo calor que cuando llegamos, sigue siendo un lugar

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apacible y agradable. Allí hemos estado hasta que ella misma nos hapedidoquenosfuésemosadormir;noqueríaquelospacientessufriesennuestrafatigaporsuculpa.

Hemos bajado y Galeb le ha dado uno de susmilagrosos tés, queenseguidahaconseguidohacerladormir.

12deseptiembrede1921

ElbarcoalquehasubidoInéshabíaatracadodirectamenteenelmuelle.Deélhanbajadodecenasde soldados con suspetates y, tras ellos,handescargadograncantidaddemunicionesyuncañónenorme.Elpuerto,ahora,estárepleto,tantoentierracomoenelmar.Inmensosbuquesdeguerra, de carga, de pasaje, chalupas, barcas, falúas y lanchas de todotipo.Yenlosmaleconesyelespigón,estibadores,marineros,soldadosy,cómono,niñosquecorrendeunladoaotroajenos(ohabituados)alasmil tragedias que los rodean. Una grúa ha bajado de otro carguero unvehículo extrañísimo, completamente cubiertoporplanchasdemetal, yconuncañónyvariasametralladorasquesobresalendeél.Eltrenvuelvea funcionar y, junto a decenas de camiones, lleva a los soldados y susarmas y pertrechos hacia el sur, por donde dicen que va a ser la granofensiva.

Enmediodeesacaóticaactividad,cuandoelbarcohaquedadovacío,dos camilleros han subido el ataúd que llevaba aMargarita y luego haembarcado Inés, sola.Tras las lágrimas y los abrazosnoshadichoqueellapodría irse,peroquesucorazónsequedaráaquíparasiempre,connosotras.

En la camioneta, de regreso, creo que todas hemos llorado. Alapearnos,GalebhacogidoaAvidelamanoyselahallevadoaunrincón.Varios niños han querido seguirlos para ver qué pasaba, pero él los haechado sin contemplaciones.Ni siquieranosotrashemos sabidoquéhapasado.Alpocohanregresado.Avinoshaenseñadoelanillodepedida.Galeb sabía que no era el mejormomento, pero tampoco quería dejarpasar un segundo más cuando la muerte te puede llegar del cielo encualquierinstante.Aunquenosecasenaún,queríaqueaojosdeAláydelos hombres se supiera de su compromiso. Nos hemos alegrado y leshemos felicitado, pero no ha habido fiestas ni brindis, ni ellos los hanquerido.Todosestábamosdemasiadotristes.Hemosquedadoenvernosmástardeenlaterraza.AntesheidoavisitaraIsmael.

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Nadamás entrar en el pabellón he visto al hombre de pelo cano.Estaba juntoa Ismael.Mehequedado tanaturdidaqueno sabía cómoreaccionar. Él ha sonreído al verme, como si se encontrase con unaantiguaconocida.

«Señorita. O, mejor, doña Laura, me han dicho que se llama así,Laura de la Gasca. —Que supiese mi nombre me asustó aún más—.Hablanmaravillasdeestehospitalydesusenfermeras,peroquepuedantraerdevueltaalosmuertosesmásdeloquemeesperaba.»

Ismaelnosemovíanidecíanada.«¿Quélehahecho?»,lehepreguntadomientrasmeacercabaaellos.«¿Asuamigo?Nada.Estádurmiendo.»«¿Yquéhaceustedaquí?»«Preocuparmeporél.»«Nolecreo.»«Debería ser yo quien se enfadase e hiciese las preguntas, ¿no le

parece?¿Porquémemintió?¿Porquémedijoquehabíamuerto?»Me he acercadomucho a Efraím para demostrarle que no le tenía

miedo.«Séquiénesyaquésededica,ymedaigualsiIsmaelledebedinero

otienealgúntipodedeudaconusted.»«Nomedebenada.Nuestrosasuntossondeotraíndole.»«¿Dequéíndole?»«Eso,yperdonequeleseatanfranco,noleincumbe.»«Esmipacienteytodoloqueleafectameatañe.»«Estuvieron enDarHamed para ver si él recuperaba sumemoria,

¿noesasí?»«¿UstedtambiénestuvoenDarHamed?»«He estado en muchos lugares, pero no estamos hablando de mí,

sinodeél.¿Harecordadoalgo?»«No—hementido—,noharecordadonada.Perosiustedloconoce,y

creoqueesasí,quizápuedacontarmealgoquenosayudearescatarsupasado.Unpasadoqueveoqueleinteresamucho.»

Efraím, incómodo, se ha apartado de mí, se ha calado la gorra y,antesdeirse,hadicho:

«Sirecuerdaalgo,dígalequemáslevalequevengaavermeantesdehacernada.Élsabrácómoencontrarme.»

Me he tenido que sentar un momento. Estaba temblando y hetardado un rato en recuperarme. Cuando Ismael ha despertado, le hecontadoloquehabíapasado.

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«Creoquetienemiedodequerecuerdesalgo.»«Ojalásupieseelqué…»«Sea loque sea, y aunque lo recuerdes,nunca se lodigasni hagas

nadaconello.Esehombreesmuypeligroso.Melohandichoyselenotaconsolomirarlo.Quizáserámejorolvidarsedelpasadoymirarsolohaciadelante.»

«Quierosaberquiéneraporqueyanotemoloquepuedaencontrar.Cuandopenséquete ibanaherir,saltéanteesabalapor instinto.IgualquesalvéatodaesagenteenNador.Ahoraséquenosoyuncobarde,queno soy un canalla. Y no sé qué relación tendré con Efraím, pero estoysegurodequenoseráalgomalo.»

«¿Y si ibas a testificar contra él o algo así? ¿Y si es por esoque tetienevigilado,paramatartesirecuerdas?»

«Entonceslollevaréantelajusticia.»«No, por favor, no… —He apretado su mano—. Júrame que no

volverásaponerteenpeligro.»«Soy un soldado, Laura. No hace falta que lo recuerde porque

sencillamente lo sé. Y un soldado lucha por sus compañeros y por sucausa.Nomepidasquevayacontraminaturaleza.»

«Solotepidoquetengascuidado.Yaheperdidodemasiadoenestaguerra.»

Mientras esa noche preparaba la dosis de morfina para Alba hesentidolatentacióndeprepararotraparamí.Ojalápudiesecontemplartodoestoanestesiada,sinsentirestemiedoyestaangustia.

Nos hemos reunido en la terraza. Alba se ha tumbadomientras lamorfina comenzaba a sedarla y se ha entregado a su placenteroentumecimiento.AviyGaleb,cogidosdelamano,mirabanlasestrellas.Elfarorondabalaciudadconsuluzy,alolejos,alrededordelGurugú,hedivisadopequeñosfuegos,diminutos.Hesentidounainmensasensaciónde sosiego y serenidad, yme ha parecido que si daba un paso hacia elvacío, podría flotar y volar. Así de estúpido puede llegar a ser nuestrocerebro.

15deseptiembrede1921

Duranteunpardedías algunasdenosotras tuvimosquedoblar turnospor la ausencia de Merry, Margarita e Inés. Al tercer día Carmen sereincorporó a nuestro hospital y trajo a dos nuevas damas enfermeras

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queacababandellegardelaPenínsula.Ponersusnombresenlaplanilla,dondeenotromomentohabríanidolosdemisamigas,aúnincrementóelvacíoquesentíamosporellas.

Ismaelyaseincorporaenlacama,perotrastantotiempotendidoyconlaenormecicatrizquetieneenelpechoporculpademiimprovisadotubotorácico,aúnlecuestacaminarysefatigaenseguida.Laclave,leherecordado, es alimentarse bien y hacer sus ejercicios, y no quejarse yharaganear.Meencantareñirle.Conélsemepasael tiempovolandoy,duranteesosmomentos,hastameolvidodetodoloquehapasado.

Y supongo que con el tiempo será así, que Margarita e Inés seconvertirán en una memoria triste, como la de mi padrino, el tíoCristóbal,quemuriócuandoyoeraunaniñaydelqueyaapenasrecuerdonada.PeroeldolorporlaausenciadeMargaritaeInésaúnesintensoypresenteatodashoras,ymeparecejustosufrirporellas.Eslahuellaquehandejadoenmí,yestaamarguraeslaúnicaformaqueconoceelalmaderendirleshomenaje.

Galeb,ademásdeté,hoyhatraídounapipaqueporaquíesbastantecomún,lashisha.Esdemetal,muydecorada,yserellenaconaguayuntabaco muy espeso llamado melaza. Se fuma a través de un tubo. Heprobado y he acabado tosiendo.Nomeha gustadonada y no creo querepita. A Alba y a Avi parece que les ha hecho más gracia, aunquetambiénhanempezadoatragantándoseconelhumo.

AviyGaleb,trasunoscuantostésypipas,noshancontadoquehoyhan ido por casa de los padres de él, y que estos han bendecido larelación. Avi va a escribir mañana a los suyos para pedir suconsentimiento.Ojaláseanigualdecomprensivos.

Vuelvo a la cama, una nochemás, cansada y un tanto abotargada.TengoquepreguntarleaGalebquéllevaesedichosoté.¿Oestavezhabrásidolapipa?

16deseptiembrede1921

Hoyhe operado conCarmen y conotrodenuestrosmédicos, el doctorHerranz.Aprimerahoradelamañananoshantraídoaunsoldadoalquehabíanapuñalado.Peronosetratabadeunagumianihabíasidoenlastrincheras.Lehabíandadoseisbayonetazosymolidolacaraaculatazosanoche,enelbarriodelCarmen,unazonamuyhumildealnortedelrío,atansolounosminutosdelasgrandesavenidasmodernistasdelaciudad.

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No llevaba identificaciones, ni dinero, ni medallas, y le habíancortadodosdedospararobarlelosanillos.Estáclaroquenolesbastabacon el robo y el asesinato, sino que también quisieron quitarle suidentidad, para que nadie supiese quién era ni a dónde pertenecía.Cuandohallegado,apenasrespirabaynohemospodidohacernadaporsalvarle lavida.Porsu juventudestabaclaroqueseríaunsoldadoraso,con lo que no creo que nadie investigue sumuerte. Acabará en la fosacomúnyparasufamiliaseráundesaparecidoencombate.Sisehubiesetratadodeunoficial,sehabríaarmadounabuena.Peroenestelugarnotodaslasvidasvalenigualylashayquesonmuybaratas.

Yesanohasidolaúnicatragediadelamañana.Un oficial de la Legión ha venidomuy temprano. Enseguida lo he

reconocido:eltenienteAgulló,elqueestabaalmandodeloslegionariosdel Atalayón. Me ha saludado con respeto, quitándose la gorra, y hapreguntadopordoñaCarmenAngoloti.

«Soyyo»,hadichoellaadelantándose.Eltenientelehadadouncanastilloquetraíallenodedinero,anillos

ymedallas.«¿Quées?»,hapreguntadoCarmen.«DeloslegionariosquehanmuertoanocheenDarHamed.»«¿Quéhapasado?»,hequeridosaber.«Hacedosdíasnosrelevarondelblocaoypusieronennuestrolugar

a veinte hombres del Batallón Disciplinario, con el teniente Ferrer almando.Ayerporlatardelosatacaronlosmoros,centenaresdeellos,concañones y morteros. Envié a quince de mis hombres a reforzar laposición.No les engañé. Iban a lamuerte.Uno de ellos cogió su paga,todossusahorrosyhastasusmedallasyanillos,ymelosdioparaqueselostrajeseaustedes,porlobienquetratananuestrosheridos,paraquesiganhaciéndolo.»

Enesemomentonosabíadequiénsepodríatratar,perohedeseadoquenofueraSancho.

«Otrosimitaronsugestoytambiénmedieronsusdinerosycosasdevalor. Cuando conseguí refuerzos y llegamos al blocao esta mañana,estabantodosmuertos.Asualrededorhabíacientosdemoroscaídos…yni uno solo había conseguido entrar en la posición. Ahora, al Malo lollamamos “elBlocaode lamuerte”,porque fueron losmuertosquienes,sabeDioscómo,lodefendieron.»

Coneldineroylasjoyasnoshaentregadounaguitarraquellevabaalaespalda.

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«Unodeellos,quesesumóvoluntario,meladio.Dijoqueaquíhayunaenfermeraqueharábuenusodeella.»

Mehacostadocontenerlaslágrimas.LehemosentregadolaguitarraaAlba, quenohapodido contenerse yha salido al jardín a llorar.A lapobre se le suman las desgracias, pero esta misma tarde se hasobrepuestoyhatocadoparalospacientesalgunasdelascancionesquehabíaaprendidoconSancho.

17deseptiembrede1921

Hoynoshadespertadounretumbarcomonohabíamosoídohastaahora.Intenso y continuo, como si toda la ciudad fuese sacudida por unterremotoquenocesaba.Hemossubidocasi todasa la terraza,algunasaúnencamisón,yhemosvistocomoalsur,haciaNadoryporlasfaldasdelGurugú,selevantabancolumnasdehumoymuchosavionesvolabanentreellas.Sobrelaciudadflotabaungrangloboaerostático,amarradoalsueloporunlargocable.

Muchosdenuestrospacientes tambiénquerían saberquépasabayha sido uno de ellos, un oficial que tiene disentería, quien nos lo haexplicado:

«Sonnuestros cañones,decenasde ellos, y losmás graves, losqueretumbanmás, laartilleríanaval, ladelAlfonsoXIIIy loscruceros,quepueden disparar a kilómetros de distancia. Ha comenzado nuestrocontraataque.VamosaporNador,Zeluán,elGurugúyArruit…AecharaesosmorosdeMelillaparasiempre.»

Lode«esosmoros»hasta amímeha resultado incómodo,habidacuentadequeenlaplantadeabajoteníamosaunoscuantosheridosdelosregulares,morosqueluchabanymoríanadiariojuntoalosespañoles.

Carmenha llegadomuy tempranoyha traídoel refuerzodevariasdamasenfermerasdeMelillaquehanacabadoelcursodesegundahacepoco. Las puso en el ala demedicinapara liberar a las que tienenmásexperienciayreforzarasícirugía.

«Hoy vamos a tener mucho trabajo, me temo—ha dicho—, y nosvendránbien.»

Merry,queyanoteníafiebre,tambiénsenoshaunido.«¿Nodeberíasdescansarunosdíasmás?—lehedicho—.Aúnnote

hasquitadolaenfermedaddeencima.»

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«Nuncame laquitaréde encima,Laura, se irá y volverá cuando leplazca.Ynovoyapermitirlequedictemivida.»

Hemospreparado losquirófanosydadoelaltaacuantospacienteshemospodido. Ismael sehaofrecidoa trasladarse a otropabellónparadejarnos su cama, pero no puede caminar bien y sus heridas necesitansupervisión,porloquesehaquedadoaquí.

Aúnnohabíandadolasdocecuandonoshantraídoa losprimerosheridos.CarmenyMerrysehanencargadodeltriageyaquirófanonoshanenviadoa lasqueteníamosmáspráctica.AviconHerranzyyoconNogueras.

AúnrecuerdocuántolecostabanlasprácticasaAvienlaescuela,ylasdudasquedonFranciscoteníasobreella.Sinembargo,ahoraesdelasmejores.Esmuybuenasedandoyconocemuybienelmaterialdecirugía.Los doctores no tienen ni que pedirle bisturíes, pinzas, sierras oretractores, pues ella estámuy pendiente de la operación y, justo en elmomento en que se necesita algo, lo tiende. Herranz ya se haacostumbrado tanto a su ayuda que creo que se lleva una decepcióntremendacuandoAvinoestádeturnoyletocaconotra.

Nogueras, como ya es habitual entre nosotros, ha delegado en míalgunas de las tareas para ganar tiempo y pasar antes a otros heridos.Hemos tenido de todo: balas, metralla, gumiazos, quemaduras,amputaciones…Anosotrosnosllegabanlospeores.Carmenseencargabade sedar a los que ya no tenían esperanza y se aseguraba de que sumuertenofuesesolitaria,yalosqueteníanheridasmenoreslosenviabaalasaladecuras,dondeotrosdosmédicosyvariasenfermerashacíanloque podían para curarlos o mantenerlos con vida hasta que llegase suturno.Nohemosparadoniparacomerysolodevezencuandonostraíanalgodeaguaodecaldoparahidratarnosynodesfallecer.

Las monjas y las damas enfermeras de segunda también hantrabajadomuydurolimpiandolossuelos,constantementemanchadosdesangre y donde sería muy fácil resbalar, y enterrando los miembrosamputadosenunafosaconcaleneljardín.

Al final del día nos dolían los brazos y la espalda y teníamos losmandilescompletamenteempapadosdesangre.Hasidoeldíadetrabajomás intenso de todami vida y, por lo que ha dichoNogueras,mañanaseráparecido.Nosécómo,porqueyanonosquedanmáscamas.Quizáhaya que trasladar a algunos pacientes a otros hospitales para poderseguirusandoelquirófano.

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EstábamoscenandocuandohallegadolanoticiadequelosnuestroshanreconquistadoNador.HesubidoadecírseloaIsmael.

«Ahí fuedonde tehirieron, donde comenzó todo…Y ahorapor finpodremosir.»

«Siacabandetomarlo,Nadorsiguesiendoprimeralínea,yestaráatirodelospacosydelaartilleríadelGurugú.Ynovoyadejarquevuelvasaarriesgartuvida.»

«Mi vida está en peligro cada día, como la de todos. Por losmosquitos,porlasinfecciones,porlasbombasdelGurugú…»

«Y allí estará en muchísimo más peligro. Esta vez no me vas aconvencer,Laura.Iremos,peronoahora.»

«¿Cuándo?»«Cuando retomen el Gurugú yNador sea un lugar completamente

seguro. Así también podré recuperarme del todo. Porque no sé qué espeor, si la bala que recibí o la cicatriz queme dejó tu amigo, el doctorNogueras,consubisturí.»

«EldoctorNoguerastesalvólavida.»«No,túsalvastemivida.»«Ynovoyadejarqueahoralaestropeesholgazaneandoenlugarde

hacertusejercicios.»Loheayudadoacaminarporelpabellónyporlasescalerasmientras

continuamoshablando.«¿Cuánto crees que tardarán en tomar el Gurugú?», le he

preguntado.«No lo sé, perome figuro que les llevará tiempo.Unamontaña es

fácildedefenderyhayquetomarlaluchandoporcadaroca.Supongoquetambién intentaránrodearlaporel sur,paraaislarlayobligaraAbdel-Krimaretirarsedeella.Tardaránsemanas…»

«¿Ysiantestedandealta?»«CogeréunapensiónenMelilla,omequedaréenuncampamento.

Viviréa la intemperieobajounpuentesihacefalta,peronomeirésinresolverestemisterioquesoyyo.»

18deseptiembrede1921

LabatallasigueymientraslossoldadosluchanenlasfaldasdelGurugúnosotraslohacemosenelquirófano.Hoyelsuelohavueltoaempaparsedesangre,igualquenuestrosmandilesyuniformes.Doshanmuertoen

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lamesadeoperaciones.Sesienteunafrustraciónhorriblecuandotehaspasadodoshorasluchandoparasalvaraunhombreyves, literalmente,cómose ledetieneelcorazón.Almenos,cincohansalidoconvidayyadescansanenelpabellón,recuperándosepocoapoco.

A última hora hemos dado el alta a tres y enviado a otros seis alnuevohospitalparahacersitioalosquellegaránmañana.

23deseptiembrede1921

Pormuyhabitualesqueseanlastragediasenlaguerra,unanuncaacabaporacostumbrarse.Entiendesesaexpresiónde laBibliaquedefineestavida como un valle de lágrimas. Así debió de ser el pasado, cuando laguerraeraalgotanhabitualeinevitablecomolalluviaoelviento.Peroaveces,enmediodetantohorror,ocurreunmilagro.

El doctor Antonio Vázquez Bernabéu, uno de los supuestamentecaídosenAnnual,haregresadovivo.LoatendieronenelhospitalAlfonsoXIIIy,después,lointerrogóelgeneralJuanPicasso.AnocheloinvitaronacenarenelHotelColónconotrosmédicosmilitares.EldoctorNoguerasasistióaesacenayse llevóaAlbaconél.«Quizáesehombresepaalgosobretupadreotuprometido.»

Avi y yo esperamos despiertas a que regresase y se reuniese connosotrasenlaterraza.

«EldoctorBernabéuestabaenBuyMeyancuandocomenzótodo—noshacontadoAlba—.Arrollaronsuposiciónyél,conlossupervivientes,retrocedióhastaAnnual,asíqueloviviótodo.Tantolavalentíadeunospocoscomolacobardíademiles,ylarapiñaybrutalidaddelaharka,quehasta se peleaban entre ellos por los despojos y por la oportunidad detorturaralosheridos.Eldoctorusósupistolaparadefenderatirosalosqueestabanasucargo,ysino lomataronfueporqueelpropioAbdel-Krimordenóquelocapturasen.Bernabéuhabíaatendidoenelpartoalasesposasdealgunosjefesrifeñosy,poreso,Abdel-Krimhabíaoídohablardeél.Leofreciósersumédicoparticularacambiodeunagrancantidadde dinero, pero el doctor se negó. Lo enviaron aAxdir, la capital de lacabiladeAbdel-Krim,conotrosprisioneros.»

«Entonces, ¿hay prisioneros? ¿No los mataron a todos?», hapreguntadoAvi.

«A la tropa, sí, pero capturaron a algunos artilleros para que lesenseñasen a manejar los cañones, y a varios oficiales para pedir un

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rescateporellos.»«¿EIgnacio?Esalférez,¿no?»,lehepreguntado.«BernabéuatendiósusheridastraslacaídadeArrayán.Ymecontó

queIgnacioestabaenAnnualcuandoseprodujoelataque,peronosabequéfuedeél…—Lecostóunpocoseguir—.EnAxdirnoestaba.»

Aviyyolehemosdichoquelosentíamos.«Eldoctorinsistióenqueesonoquieredecirquehayamuerto,que

haymáscamposdeprisioneros.Él,enAxdir,sededicóaatendertantoanuestrosheridoscomoalosrifeños.Ynofueuntrabajofácil.Noporfaltademedios,sinoporsuspeleasconlosnativosporlosmétodosprimitivosy poco higiénicos que usaban. Cambiaban sus apósitos y vendajes porremedioslocalesabasedepanmascado,pañosviejosyhierbas.Y,claro,las heridas se infectaban y mataban a hombres que, de otra forma,habrían sobrevivido.Cuando ya llevaba allí casi unmes llevaron amásprisioneros:elgeneralNavarroyotrosoficialesdelosqueestabanenelmonteArruit.»Albahanotadoennuestrascarasqueíbamosapreguntarporsupadreysehaadelantado:

«Ymipadretampocoestabaentreellos».«¿Cómohizoeldoctorparahuir?»,haqueridosaberAvi.«Cuando vio que ya no podía hacer más por nuestros heridos,

aprovechóquepodíairyvenirconciertalibertad,yescapóporlanoche.Pero no fue fácil, porque le dispararon y tuvo que saltar al mar parasalvarse. Luego regresó a la orilla y vino por la costa hasta llegar aMelilla.»

Aquellohabía sidounmilagro, sí, pero completamente estéril paraAlba.

«Sigoluchandocontraelefectodelamorfina,pero,creedme,nohaypeoradicciónquelaesperanza.Sehablamuybiendeella:fe,esperanzaycaridad,lastresvirtudesteologales…Perolaesperanzaesunagangrena.Infecta las heridas para que no dejen de sangrar nunca. Ojalá llegasealguienymedijeraquehanmuerto;asípodríaenterrarlosdeunavezycomenzaravivirsinellos.»

Le había preparado su dosis de morfina y se la he ofrecido. Porprimeravezellalahaapartado.

«Seacabó,estadrogapuedodejarla;ojaláconlaesperanzafuesetanfácil.»

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25deseptiembrede1921

Abandonar la morfina así, de golpe, no es tan fácil. Hemos cubierto aAlbadiciendoquehacogidounasfiebresyconesaexcusanisiquierahatenidoqueiramisa.Conloquesudaylosescalofríosquetienehasidofácilquenoscrean.Ledueletodoelcuerpoynopuedeparardetemblar,perodicequelopeoreslaansiedad.

«Nopuedodejardepensarenotracosaqueenlamorfina.Encuántome aliviaría, en cómo la necesito, en lo feliz que era con ella… Y notenerla,rechazarla,mecausamásangustiaquelaausenciademipadreode Ignacio. Yano sientonadapor ellos,medan igual; solo quiero otradosis…Porfavor,dádmela…»

Nonosharesultadofácil,perohemossidofirmesynose lahemosdado.Galeb,Avi,Candiyyoharemosturnosestanocheparanodejarlasola.TambiénselohecontadoaIsmael,paraqueentiendaqueestosdíasmedeboaAlbayqueseráotraquienloacompañeensusejercicios.

26deseptiembrede1921

Albahaempeorado.Tieneaúnmásescalofríos,taquicardia,hipertensión,le gotea la nariz, vomita todo lo que come y le duele el vientre de talmaneraque,dice,parecequevaapartirseporlamitad.Ysuansiedadestodavíapeor.Algunasenfermerascreenque tienedisentería.Mejorquepienseneso.

27deseptiembrede1921

EldoctorNoguerashabajadoaveraAlba.Ledijequenohacíafalta,quesoloeranunasfiebresyqueyameocupabayo.

«No soy tonto, Laura.Y conozco amédicos quehanpasadopor lomismoqueellaestápasando.Cuandofaltólamorfina,supusequeeraporalgoasí...—Antesdequeyoselopidiese,yamerespondió—:Tranquila,nodirénada.¿Cuándotomósuúltimadosis?»

«Hacecasitresdías.»

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«Mañanacomenzaráamejoraryenunosdíasmás,elmiércolesoeljueves,estaráperfectamente.Perosiemprelequedaráciertaansiedadylatentación.Esunaluchaquearrastrarátodasuvida…Esbuenoquetodassusamigasysufamilialosepanparaestaralertayacompañarlacuandolonecesite.»

Luego ha hablado con Alba. Le ha contado cómo algunos de susamigosmédicoshabíanrecorridoelmismocaminoqueellahacíaahora.

28deseptiembrede1921

Como predijo Nogueras, Alba se encuentramejor. Aun así, se quedarátodoeldíaennuestrobarracónyharemosturnosparacuidarla.Duranteelmío,eldoctorhabajadoysehaacercadoanosotras.

«Tesustituiréunrato,porquehayalgoquedeberíashacertú.—Mehatendidounpequeñopaquetequeveníacerradoconpapeldeestrazayunacuerda—.LohaenviadodesdeAsturiasAnselmoVallejo.»

Ismael lo ha recibido con ilusión yme ha pedido que les diese lasgraciasalosoficialesquehabíanconseguidoponerloencontactoconsuhermano.Ha abierto el paquete con reverencia, como si contuviese ungrimoriollenodemagia,conelhechizoqueledevolveríapartedesuvida.

Había una carta en la que su hermano le contaba cosas de suspadres, la casa, las tierras, sus infancias…, como que en la escuelaunitaria de Tablao, los hermanos Vallejo habían compartido pupitre ytirones de orejas de don Abundio, un profesor cascarrabias que no lespermitíahablarenbablenisiquieraentreellos.

«Entonces…,¿sabesbable?»«Nolosé…,quizásitúmehablasesenbableyopodríaresponderte,

peroasí,sinmás…Nosé….»«Yonoconozcolalenguadetutierra,peronotepreocupes,buscaré

aalgúnsoldadoasturianoquetelohable.Vamosaverlasfotografías.»Conlacartaveníanvarias.Unadeélysuhermano,deniños,consus

padres, delante de una casa que parecía trepar por una empinadísimaladera llena de árboles. Otra de los hermanos, jóvenes, en un estudiofotográfico, posando con el traje de los domingos. Otra de Ismael, yavestido de soldado, con sus compañeros de instrucción, abrazados,sonrientes.Ylamásreciente,élconsuuniformedealférez.Hapaseadosudedoporelrostrodelafoto.

«Asíqueestesoyyo.»

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«Yeresmuyguapo»,lehedicho.«Loera»,hadichoconpena.«¿Y te recuerdas así? ¿A tus padres, tu hermano, la casa? ¿Tus

compañeros?»«Aúnno…»,hasuspirado.«Losiento.»«No,por favor;no tepongas tristeporalgoqueamínomeaflige.

Solo son fotografías, no es como estar allí. Cuando vuelva, ahora lo sé,recordarémividaenestoslugares.ComocuandoestuveenloscafésoenDarHamed.Ydaigualqueporahoranolorecuerdeaquídentro.—Sehaseñaladolacabeza—.Estesoyyo.Ylosientoaquí.»Haacercadolamanoasupecho,alaalturadelcorazón.

Entonceshatomadolafotodesuspadresyladesuscompañerosdeinstrucciónylashacontempladoconmelancolía.

«Losque están en esas fotoshanmuerto.Es unmundoque yanoexisteydelquesoloquedoyo.Si recupero lamemoria,podránvivirenmisrecuerdos.»

Me ha pedido papel y pluma. Quería responder a su hermano.Entonces,alintentarescribir,susmanossehanvueltotorpesylasletraslesalíanmalyconfusas.Sehaasustado.

«¿Quémepasa?Séhablar,séleer,¿porquénopuedoescribir?»Lehequitadolaplumayelpapelylehecogidolasmanos.«Tranquilo,noesraroque laconmoción,ademásdea lamemoria,

hayaafectadoatucapacidaddeescribir.Esnormal.Eirásrecobrándolapocoapoco.Porahora,díctameloquequieras.Lodeescribircartasparavosotroslohehechomilveces.»

Ha apretado mis manos con las suyas y se ha quedado quieto,mirándomeunrato.

«Sinomesueltas,nopodréescribir.»«Claro,perdona…»Ha comenzado a dictarme una carta de agradecimiento a su

hermano.¡Seiscuartillas,queridodiario,seiscuartillas!Yesoqueapenastienerecuerdos.Nosécomoaúntengoganasdeescribirentuspáginas.

3deoctubrede1921

Laciudadyatieneaquienencomendarse:laVirgendelaSoledad.

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Ayerunobúsdemetrallaatravesóel tejadodeunacasade la callePolaviejaycayóentredosniñosquedormíanjuntoaunaimagendeesaVirgen.Aunqueelproyectilexplotóylasparedessellenarondemetralla,losniñosylaVirgenresultaronilesos.Sehaproclamadoelmilagro,hansacado a la Soledad en procesión y todos se encomiendan a ella. Porsupuesto,yonocreoenesemilagroyestoyseguradequehayalgunaotraexplicación.Noporquetengaunamentecientífica,sinoporquemeniegoapensarqueDiosjuegueasalvaraunosydejarmoriraotros,sobretodoaotroscomoMargarita,quetantasvidashabíasalvadoentrelasparedesdeestehospital.

Si para mí este día tiene un milagro, ha sido ver a Albacompletamenterepuestaydevueltaaltrabajo.

5deoctubrede1921

Porlosheridosquesiguenllegando,loscombatesalrededordelGurugúyal sur de Nador deben de ser terribles. Cada vez somos más eficacesdiscriminandoentrequienessepuedensalvaryquienesno,ysonpocoslos que se nos quedan en la mesa de operaciones, aunque a muchostenemos quemutilarlos o dejarlos inválidos para el resto de sus vidas.Aunasí,lomásterribleeseltriage,sobretodocuandounheridotemiraconesperanza,pensandoqueeressuángelsalvadoryquesepondrábien,pero sabes que va a morir y que lo único que puedes hacer es darlemorfinayllamaralcapellán.Algunossedancuentayseponenagritaryllorar como locos. A veces, cuando ya estoy en quirófano, operando,puedooírsusgritosfuera.EldoctorNoguerasmepidequepienseenlosmuchos que, de no estar nosotros, habríanmuerto; que asíme sentirémejor...Asiento,noporquepuedahacerlecaso,sinoporqueséque,hastaparaélmismo,esunamentiraquemerecelapenacreer.

Hoy,conelcorreo,hallegadolarespuestadelospadresdeAvialapedidadeGaleb.Lehandichoqueno.Senieganaquesuhijasecaseconunmoro,pormuyeducadoodebuenafamiliaquesea.Ella,alprincipio,sehaenfadadomucho,peroluegosehacalmadoylehapedidoaCarmenqueleconsigaunaconferenciaconMadrid.

«¿Vasahablarcontuspadres?»,lehepreguntado.Peronohaqueridodecirnada.Tienesuplan,mehadicho,yyamelo

contarásilesalebien.

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6deoctubrede1921

Hoy Carmen ha dejado Melilla. No es que haya decidido regresar aEspañaolehayapasadoalgo.SehaidoaTetuán.

«Secombateenmáslugares,nosoloaquí,yvamosaabrirhospitalesenTetuányLarache.Mimaridoyyovamosaorganizarunpocolascosasyregresaremosencuantopodamos.»

La he acompañado hasta el puerto, que sigue tan atestado ytumultuoso comoantesde iniciarse laofensiva.Estavez tambiénhabíaunbarcohospital, conuna enorme cruz roja, adonde las enfermeras ysanitariosestabansubiendoalosconvalecientes.Herecordadoeldíaquellegamos, hace ya dosmeses ymedio, cuando solo éramos un puñado.AhorasepuedenvercrucesrojasportodaMelillay,mefiguro,portodaEspaña.

Elbarcoqueseha llevadoaCarmenhapasado juntoaunenormecarguero,elChurruca.Esunbuquecisternaconvariastoneladasdeaguaquenosvendríanmuybien,peroporsucaladonopuedeentraralpuertoy aquí no tienenmangueras suficientemente largas comopara vaciarlo.Lleva así dos semanas y sin solución a la vista.Estoy segurade que, sifuese responsabilidad de Carmen, mañana tendríamos esa agua enMelilla.

De regreso, quirófano; después, los ejercicios de Ismael, que ya semueve y caminamuchomejor, y finalmente la reunión con las demásjefasysubjefas,alrededordeunagranjarradetéydátiles,paraarchivarel papeleo, analizar incidencias, comprobar el material, seguir laevolución de los pacientes, ver qué necesidades apremian, hacer laplanilla de mañana y, de paso, cotorrear un poco. Le estoy cogiendomuchogustoaesemomentoquesuelecerrareldía.

10deoctubrede1921

EstamañanaGaleb,conunosprismáticos,havisto labanderaespañolaondearenlacimadelpicoBasbel,elmásaltodelGurugú.Lanoticianohatardadoenconfirmarse: lamontañahasidoreconquistadayMelilla,porfin,sevelibredesuscañones.

HecorridoacontárseloaIsmael,que,conlaalegría,mehaabrazadocomosilellevaselanoticiadequelaguerrahabíaacabado.

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«Entonces…,¿iremosaNador?»,lehepreguntado.«Encuantotúpuedas.»PodríaexplicarlelasituaciónasorAsunciónypedirsupermiso,pero

me temo queme lo negaría y queme tendría vigilada durantemuchosdías.AsíqueIsmaelhahabladoconeldoctorNoguerasylehadichoquerecuerda cosas que podrían interesar al general Picasso para suinvestigación. Ha pedido su permiso para desplazarse hasta el CuartelGeneral,queesdondeelpropiogeneraldijoquepodríaencontrarlo.Eldoctor, al ver que Ismael está casi recuperado, ha accedido con lacondicióndequevayaacompañadoporunaenfermera.Ycomoyosoylaencargada del servicio, he asumido personalmente esa labor. EstoyseguradequeAvi loharámuybiencomosubjefaprovisionaldecirugíaparaoficiales.

Ibaaacostarmecuandounamonjanoshallamadoatodas:«¡Subida la terraza, rápido!».Desdeallíhemosvisto todoelGurugúen llamas,marcando su inmensa silueta con el rojo del fuego. Las estrellas seocultaban tras el humo que, según ascendía, se confundía con laoscuridaddelanoche.Aunqueestehasidoeldíadenuestraliberación,parecíaelfindelmundo.

11deoctubrede1921

Hoy, bien temprano, hemos salido con Galeb hacia el sur. Esta vez,Ismaelyyoconélenlacabina.Alpocodearrancar,Ismaelsehapuestomuynerviosoyhaqueridoqueparásemos.LehapedidoaGalebque ledejasealvolante.Haarrancadoyhaconducidounbuentrechoconunaenormesatisfacción.

«Sabía conducir, ¡sé conducir!—ha gritadomuy ilusionado—, y hepasado por aquí más veces, de camino a Nador; ahora lo recuerdo. Yllevabaunvehículoaúnmásgrande.Uncamión.»

Eldíacomenzababien.Peroenseguidasehapuestomal.Apenashabíamoscruzadoel ríocuandoGalebhamovido lacabeza

parafijarseenelretrovisor.«Frena»,lehapedidoaIsmael.Un coche que teníamos detrás y que no se esperaba ese repentino

frenazo casi choca con nosotros. Por los espejos hemos visto quién loconducía: Efraím, que, sin su gorra, lucía claramente su pelo cano. Loacompañabanunpardesoldados.

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«Ese cabrónnos está siguiendo—ha dichoGaleb—. Le voy a decircuatrocosas.»

«¡No! —Le he detenido—. Es muy peligroso, tú mismo me lo hasdicho;noteenfrentesaél,porfavor.»

«Puestendremosquedespistarlo;nomeapetecetenerlodetrástodoeldía»,harespondidoIsmael.

He pensado que iba a acelerar para intentar escapar de nuestroperseguidor,peroconducíatranquilo,comosinopasasenada.

«¿Yasípretendesdespistarlo?»,hacomentadoGaleb.«Queaúnnosepaquelohemosvisto,nohastaquenosconvenga.El

barrio del Real está trazado como una cuadrícula, con manzanaspequeñas,ysiempreestállenodegente…Allíserámásfácildespistarlo.»

Galebyyolohemosmiradoasombrados.«¿Hasrecordadotodoeso?»Ismaelhaasentidojubiloso.Aunque muchas tropas se han desplazado al sur para seguir

presionandohaciaZeluányelmonteArruit,lazonadeloscampamentosy los barrios del sur siguen atestados. Ismael ha dirigido la camionetaentre esamultitud hasta un cruce por el que estaba pasando una largacaravanadecamionesconrefuerzos.Todoseranmuyjóvenesy,aunquealgunos bromeaban, parecían muy asustados. Ismael estaba máspendiente de los huecos que, a veces, quedaban entre camiones y, derepente,hahechosonarelclaxon,haaceleradohaciendoungranruidocon el motor, y se ha colado por uno de esos huecos ganándose losinsultos del camionero y de unas cuantas personas quehan tenido queapartarse para dejarle pasar. El coche que nos seguía, con Efraím, haquedadoatrás.

CreíaqueIsmaelaprovecharíaparairhaciaNadoratodavelocidad,pero se ha metido por callejones laterales hasta llegar al mercado delReal, cuatro largas naves de mampostería y hierro, rodeadas devendedoresambulantesconsuspuestosysuscarritos.Haaparcadoentredos de las naves, lejos de la entrada. Luego nos ha pedido que nosapeásemos.

«Efraím nos buscará hacia Nador y por su carretera, así que ledaremoselrestode lamañanaparaquesecansey lodépor imposible.Nosotrosiremosporlatarde.»

Así que he pasado el resto de lamañana con ellos, en elmercado,visitando los puestos y jugando a regatear con los vendedores. Ismael

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tambiénhadedicadounbuenratoaestudiarelmotorde lacamioneta,queparecíaconocercomosiélmismolohubiesefabricado.

«Estáclaroquesédecamionesydemecánica.»Hemoscompradoalubias,arrozyalgodeunacarnemuyespeciada

quenoshandichoqueeracordero.Despuésdecomerhemostomadountémuycargadoyunospastelillosdemiel,yhemosvueltoalacamioneta.

Una de las calles que pasan al lado delmercado lleva directa a lacarreteradeNador.PorellasalimosdeMelillayentramosenBeniEnsar.Estavez,enlugardeirhaciaeloeste,alaRestinga,continuamoshaciaelsur, pegados a la orilla interior de laMar Chica. El sol bajo del otoñoresplandecía sobre ella y te dejabamedio ciega si te quedabasmirandosusaguasmuchorato.Anuestraderecha,enlascimasdelGurugú,entreel humo, los esqueletos de árboles ennegrecidos por el incendio de lanoche;enalgunospicosaúnhabíallamas.Lascolinasylosescarpesbajosque nos rodean no han sido afectados por el fuego y, entre cráteres ytrincheras abandonadas, todavía se agarran higueras y encinasretorcidas,rodeadasdematorralespardosyoscurosque,nosécómo,hansobrevivido a las explosiones y los disparos. Un cañón destrozado, losrestosdeuncamión,lasalambradas, lossacosterrerosdesmoronadosyrotos, y hasta los casquillos de los obuses forman parte de este paisajecastigado.

El levante nos golpeaba con tal fuerza que apagaba los sonidos denuestro propio camión. Incluso ahora, en otoño, se siguen notando elcalor y la aridez de esta tierra tan hosca y bella. Y, sobre nosotros,impasiblealadestrucción,elcielo,coneseazultanintensoquemesigueasombrandocomoelprimerdía.Esloquemásmerecuerdaqueestoyenotrocontinente.

PasamosanteelAtalayón,continuamoshaciael suryenmenosdeveinte minutos ya estamos en Nador. Si Melilla parece una ciudad enconstrucción,estapareceunareciénnacida.Unamultituddecasasbajasde piedra blanca, con tejados planos, terrazas y grandes puertas yventanas, entre las que destacan tres altos edificios: la iglesia y lasfactoríasdeelectricidadydeharina.

«Y esas son las Tetas de Nador», ha dicho Galeb señalando dospequeñascolinascercanas.

Enesemomentoparecíandosniñospequeñosquedicensuprimerapalabra malsonante. De verdad, querido diario, ¿por qué hasta loshombresmáslistospuedenllegarasertantontos?

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Galebnoshadejadoparavisitaraunosamigosde suspadres,quehabíanregresadoaNadorparaparticiparensureconstrucción.Ismaelyyohemosdadounpaseoporlaciudad.

«¿Recuerdasalgo?»«Muchascosas—meharespondidoexultante—.Noacontecimientos

concretos, ni nombres, ni personas, pero sí sensaciones. Y lugares. Heestadoaquí,muchasveces…,yhastapuedosentircómovoycambiandopordentrosegúnrecorroestascalles.»

«Puesnoparemos.Déjatellevar.Vamosadondequieras.»Caminamos entre las casas, entre pelotones de soldados que iban

hacia el frente, que rugía lejano al sur, y entre camiones con heridos ymuertosqueregresabandeallí.Nuestrospasosnoshanllevadohacialasafueras, por la carretera que continúa hacia Zeluán. Ismael estaba tanabsortoenloqueibasintiendoqueapenasreparabaenloquelorodeaba.

«¡Cuidado!»He tenido que agarrarlo para que un camiónno se lollevasepordelante.

Élni seha inmutadoy, encuanto lohe soltado,ha seguidoconsuandar errático. Parecía un sonámbulo que, en lugar de caminar ensueños, lohacíapor supasado.Desde el camiónha saltadoun soldadoquesehadirigidoamí.Creíaqueibaagritarnos,enfadadoporhaberleshecho frenar de aquella manera tan brusca, pero me ha hablado conamabilidad:

«Señorita,por favor,necesitamossuayuda.—Elcajóndecarga iballenodecamillasconheridos—.Eselsargento,noparadesangrar».

Mehanayudadoasubir.Aquelsargentoteníaunabuenaheridaenelcostado derecho, un gumiazo que no le había perforado el hígado demilagro. El sanitario que lo había atendido, para los medios que mefiguroque tendría, habíahechounbuen trabajo con lahemostasia y lasutura; lo suficientehastaque llegasealhospital.Peroconel traqueteodelcamión,oquizáconelfrenazo,laheridasehabíaabiertoydesgarradomástejido.Llevabanunpequeñobotiquíndelquehepodidocogeragujaehiloparacerrarlaherida,yvendasparacontenerlahemorragia.

«Está muy débil. Que el conductor vaya con cuidado y que loatiendanelprimeroencuantolleguealhospital.»

No sé si sobrevivirá a tanta pérdida de sangre, pero no he podidohacermás.

Elcamiónsehaidoymehequedadosola.HemiradoamialrededorynohevistoaIsmael.Lasorpresahasidosustituidaporlapreocupacióny esta por el miedo según buscaba y no lo encontraba. He gritado su

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nombre,peroconaquel infernalvientodaba igual.Nomeoiríay simeoíanosabríadedóndeveníamivoz.

Yaestabaapuntoderendirmecuandohevisto,cercadelacarretera,unatrincheraprotegidaporsacosterrerosconunpequeñoblocaodetrás.Estaba rodeada de cráteres y los sacos destejidos por los balazos ydespanzurradosporlasexplosiones.HetenidolaintuicióndequeeseeraellugardondehabíanheridoaIsmael.Hecorridohaciaallí,llamándolo,ymeloheencontradoenlatrinchera,encogidoytemblando.

Cuando lohe tocado, seha asustado ymeha apartado.Parecíanoreconocerme.

«Ismael,soyyo,Laura.»Su respiración era tan agitada que he temido que se fuese a

desmayar.Mehe arrodillado junto a él, le he cogido lasmanos y le hepedido que respiremás lento, acompasando su aliento con elmío, así,pocoapoco,hastaquesehaidocalmando.Estabatannerviosoyalteradoquehastasuspupilassehabíandilatado.

«Temolestalaluz,¿verdad?Venconmigo,allíestarásmejor.»De la mano lo he llevado hasta el blocao. Le costaba caminar y

llevaba los ojos entrecerrados. Dentro el aire eramuy cálido y espeso,perolapenumbralohacalmado.Sehasentadocontraunadelasparedesyyofrenteaél.

«¿Yateencuentrasmejor?—Haasentido—.¿Puedeshablar?»Hatomadoaireantesdecontarmequélehabíapasado.«Estaba arrebatado, ya lo has visto en el paseo; no solo es que

recordara, he sentido como cada cosa que veía, cada paso que daba,evocabaun recuerdo. Yano es que los viese enmi cabeza, era como sivolviera a vivirlos, como si me estuviese completando en ellos… Yentonceshellegadoaquí.»

«Allugardondetehirieron…»«He sido un estúpido y me he precipitado a la trinchera; allí me

había convertido en un héroe y quería recuperarlo, sin pensar en quetambién reviviríamimuerte.Porqueahora séque sentí eso cuandomehirieron, quemoría. Noté la explosión queme lanzó por los aires y elfuego queme rodeó y comenzó a consumirme la carne. Y, otra vez, elmismodolorinsoportable.Lapielsemecaíaatirasyyomeretorcíaenlaagonía; apenas podía respirar yme arrastraba por el suelo, intentandohuir.Laspiedrasylosguijarrossemeclavabanyarrancabanpedazosdemicuerpo.Deberíahabermedejadocaerymorir.Peroteníatantomiedoalvacíodelamuertequeseguíaquí,vivo,agonizando,arrastrándomepor

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lanoche,entre lashierbasy lasrocas,suplicandoquealguienmeviese,aterrorizado y con una agonía que duró horas.Me fui sintiendomás ymásdébil, ygritéde rabiaydepánico. Ibaamorirallí, enmediode lanada, solo y asustado, y las bestias darían cuenta de mis restos.Sencillamentedesapareceríaenmediodeesainfinitaagonía.»

«Peronofueasí.»«No, de repente todo desapareció. Me rodeó la oscuridad más

profundaquehesentidojamás.Podíamoverlamanodelantedemisojosynoverla.Yyanosentíamicuerpo.Nohabíanada.Eracomoflotarenmediodeesanada.Penséqueeralamuerte.Ysentípaz.Cerrélosojosydecidí irme. Era feliz, absurdamente feliz…Hasta queme despertaron.Sentí un pinchazo y estaba en una camilla, en un hospital, rodeado dehombres que me sujetaban y gritaban a mi alrededor. La luz era tanintensa que me quemaba los ojos y el aire abrasaba mis pulmones.Preferíalamuerteaesatortura.Grité, intentéhuir,peromeataron,megolpearon,me pusieron unamáscara… Y fue en esemomento cuando,poco a poco, comenzó a desvanecerse mi memoria. El dolor me habíavueltoloco,mehabíaconvertidoenalgoinferioraunabestiay,poreso,mi cabeza lo borró todo…Mimente solo quiso protegerme, darmeunanueva vida, lejos de esa agonía…Nueva…Y he sido tan estúpido comoparanodarmecuentaytraerlotododevuelta.»

Estaballorandoyporsucuelloresbalabanlasgotasdesudorquesehabrían formado bajo las vendas. Sus manos ardían, como si tuviesefiebre.

«Lo siento —le he dicho también con lágrimas—. Siento habertecausadotodoesedolor.»

«No,túnotienesculpadenada.»«Claroquesí.Yoteheempujadoaveniraquí.»«No,ynodebesestartriste.Porfavor,nollores,túno…»«Hasvueltoasufrirtodoesopormiculpa…»«No es cierto y aunque lo fuera, me daría igual. Por ti volvería a

atravesar lamuerteyesamismaagoníamilvecesmás…Solocontaldevertefelizyqueparesdellorar.»

«No digas tonterías… —He forzado una sonrisa que, entre mislágrimas,nosésitendríamuchovalor—.Cómotegustaexagerar.»

«Noexagero,Laura…Yséquenoerestonta,ysinosabesquésientopor ti es porque tú misma no has querido verlo. Igual que mi cabezaborrómipasado,latuyatehavueltociegaparaprotegerte…»

«¿Paraprotegermedequé?»

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«Tienesuncorazónenorme;eres lapersonamásbuenaygenerosaqueconozco…Y sé cuánto tedoleríano corresponder loque sientoporti.»

A lo lejos sonaban disparos y explosiones. El viento golpeaba eltejadodechapaconfuerzayhacíarepiquetearlaarenasobreél.Peroenese momento he sentido un silencio absoluto. Solo lo podía oír a él yhastamipropiavozsonabadistante.

«Tequiero,Laura,ytepidoqueloolvidesyquenotemashacermedaño.Séquealguiencomotúnopuedecorresponderaalguiencomoyo.»

«Aunhéroe…»«Aunmonstruo…»«Noeresunmonstruo.»Hesoltadosusmanosymehesentadoahorcajadassobresuregazo,

caraacaraconél.«¿Quéhaces?»,mehadicho.Heacariciadolasvendasquelocubrían.Estabanempapadasporel

sudorylaslágrimas.Heencontradoelcabofinaldelavendayhetiradodeél.

«No…»,mehadicho.«Chsss…»Yahabíaempezadoaretirarlasvendasquecubríansucaracuando

hainsistido:«No,porfavor,para».«Cállate.»Hapuestosusmanosdelanteyselasheapartado.Luegohagiradola

cabezaaunlado.Lahecogidoentremismanosylehehechomirarmedefrente.Mientrascontinuabaliberandosurostro,notabasualientosobreelmíoynohedejadodemirarleniunmomentomientraslasvendasmeiban dejando entrever sus heridas y cicatrices. Las he retirado porcompletoyhancaídoalsuelo.Élestabatemblando.

«Mírame—lehepedido—,yotemiro…—Aúntemblaba—.Tranquilo—lehesusurrado.Hecontempladosurostromuydecercahastaadivinarsusrasgosbajolasheridasylasdeformidades.Heacariciadosupiel,durayáspera,muyretorcidaytirante.Heacercadomislabiosaloquehabíasido su mejilla y la he besado. Luego he vuelto a besarle cerca de labarbilla, sobre sus cicatrices.Mehe apartadounpoco yhedejado caermislabiossobrelossuyos,suaves,húmedosycálidos.Conmilenguahebuscadosulengua.

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Entoncesfuecuandomehaabrazadoconfuerzae,igualqueyo,sehaentregado.

Mehaquitadolaropayyolasuya.Aunenesecrepúsculo,sucuerporetorcido y quemado contrastaba con la blancura de mi piel. Hemoshecho el amor y aunque, por cómo se movía, creo que él tieneexperiencia,nopuederecordaraotrasantesqueamí…Asíquehasidocomo si ambos fuésemos vírgenes, como si esa fuera la primera vez ennuestrasvidas…Nuestroprimeramorconsumado.

Ynotevoyacontarmás,queridodiario,soloquenotienenadaquever con lo que dicen los libros. Esmás rudo ymás dulce, a veces hacedaño,mucho,yaveceses tanplacenteroqueesapalabranobastaparadefinirlo.Y,antetodo,esintenso.

Recuerdoque,deniña,semecarióunamuelayeldentistatuvoquequitármela. Sin querer tocó el nervio y sentí el dolor más agudo ydestructivoquehesentidojamás;parecíaquenosolomedolíaeldientesino todo el cuerpo, y que esedolor irradiabahasta explotar y dejarmecasi sin sentido.Pues el orgasmoes lomismoperoal revés.Y en élnoexistennilamuerte,nilapena,nilainfelicidad.Todo,porunmomento,estuyo,puroyabsoluto.

Hemospermanecidounratoallítendidos,desnudos,abrazados.Unpocodebrisaquesecolabaentrelossacosylasmaderashacomenzadoaevaporar las gotitas de sudor que había sobremi cuerpo. Y la realidadprosaicahaentradodegolpe:heestornudado.

«Serámejorquenosvistamos»,mehadichoIsmael.Lohemoshecho en silencio, sin decir nada. Supongoquenuestros

cuerpos ya lo habían dicho todo. Él ha buscado por el suelo y se haqueridoponerlasvendascomosifuesenunaprendamás.

«Yanolasnecesitas,ynoestaránmuylimpias»,lehedicho.«Contigono,perosiguensiendomiescudofrentealosdemás.»Yha

acabado de ponérselas. He pensado que tampoco tiene ya heridasabiertasyqueselascambiaríanadamásvolveralhospital.

NoshemosreunidoconGalebyhemoshechoeltrayectodevueltaensilencio.NosécomoGalebnosehadadocuentadequeyanoéramoslosquehabíanidoconél.Almenos,yonoloera.Nolosoy.

HeacompañadoaIsmaelhastasucama.«Enunpardedíastedaremosdealta»,lehedicho.«Nomeirédetuladohastaquetúmeeches.»Hemiradoalrededorcondiscrecióny,fingiendoqueleajustabalas

vendas,lohebesadoenloslabios.

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Hebajadolasescalerashacialareunión,averquétallohabíahechoAvihoy,aunquelacabezaaúnlateníaenelblocaodeNador.Yentonceshaocurridoalgoporcompletoinesperadoy,dealgunamanera,terrible:

«¡Laura!»Meestaballamandounhombrequememirabaalpiedelaescalera,

apocosmetrosdemí.Deunpardesaltosharecorridoelespacioquenosseparaba,meha tomado por la cintura con unamano y con la otra harodeadomicuello.Mehainclinadoymehaplantadounapasionadobesoenloslabiosparasorpresadetodaslasqueestábamosallí,incluidayo.

Loheapartadodemiladoconfuerzayentonceshevistoquiénera.«¡¿Javier?!»Me ha dedicado esa sonrisa que tantas vecesme había fundido el

corazón.Elmuycabrón,yperdonaqueescribaasí,queridodiario,siguesiendotanirresistiblementeguapocomosiempre.Hedadounpasoatrásycontodalafuerzaquehereunidolehedadotalsopapoquemuchoshandebido de pensar que el cañón del Gurugú volvía a estar activo. Lasenfermeras que nos rodeaban se han quedado atónitas. Una de las deMelilla, la que había estado antes con Javier, al ver la escenadirectamentesehadesmayadoyhatenidoqueseratendida.

«Melomerezco»,hadichoJavierporelbofetón.«Lo que te mereces —le he dicho furiosa— es que te saque los

intestinosconunbisturíParkerdeldoce.»«Laura…»«¡Niseteocurradecirminombre,porquenoquierosabernadade

ti! Ya me he enterado de tus andanzas en Melilla. Por esa razón noqueríasqueviniese,¿no?»

«Asíes»,mehadichoconundesconcertantedescaro.«¿Ytieneslosarrestosdereconocerlo?»«Escúchame,porfavor;túnotienesnadaquevercontodasellas.»«Ya.Porquedebodeser laúnicaquenohadejadoquetemetieses

bajosusfaldas…»Heoídogritosdeescándalo…yunahasalidoatodaprisaaljardín.«Notienenadaqueverconeso.¿Quieressaberporquétedejé?»«Quisesaberlo,peroahorameimportauncomino.»«Me gustan las mujeres, y mucho, y durante toda mi vida lo he

tenidomuyfácil.Saltabadeunaaotra,yluegolasolvidaba.»«Loquesediceuncrápula.»«Exactamente,uncrápula,unsinvergüenza.»«Uncanalla.»

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«Undisoluto.»«Uncabrón.»Esapalabralehasorprendidoysehaquedadoboquiabierto.«¿Dóndehasaprendidoahablarasí?»«Yanosoylamisma.»«Medaigual,porquemegustacómoeresycomoquierasser.»«Claro,yporesomeabandonaste…Yconunanotaentregadaporun

subalterno.»«Teabandonéporquemeasusté.Porprimeravezenmividanoera

capazdeolvidar.Quisealejarmedetiporqueestabaaterrorizado.Jamásmehabía sentidoasí.Quería sacartedemi cabezaynopodía, y cuantomás me esforzaba, cuanto más intentaba alejarme de ti, más presenteestabas en mis sueños, en mis pensamientos, en todo… Hasta llamé“Laura” a un general durante una discusión. Por eso he venido abuscarte…»

«Despuésdecuatromeses…»«YoestabaenTetuán.Yhastahacemuypoconosupequetrabajabas

aquí.»«Pues ya es demasiado tarde. Va a ser mejor que aprendas a

olvidarme,porqueyoyalohehechocontigo.»«Nopuedo, Laura, y nopuedoporquepor primera vez enmi vida

amodeverdadaalguien.Huiporquefuiunidiota,uncobarde,uncanallaysí,inclusouncabrónytodaslascosashorriblesquequierasllamarme.Perotequiero.No,teamo.Teamoconlocura.Ynomeimportadecirloaquí, envozmuyalta,ante todoelmundo,porqueahoraséquequieropasarelrestodemividacontigo.Yharéloqueseaparaconseguirlo.»

CreoqueotraenfermeradeMelilla,alfondo,hamurmurado«puta»ysehaidocorriendo.PeroyoestabacentradaenJavierysupropuesta.

«¿Harásloquesea?»«Sí.»«Puesveteydéjameenpaz»,lehepedido.«No.»«Yanotequiero.»«¿Yporquéestástemblando?»Eracierto.Mismanos, sinqueyopudieseevitarlo, seagitaban.He

cerradolospuñosparacontrolarlas.«Cuandotequiseamilado,tefuiste.Yahoraquemeherehechoyya

notenecesito,¿vuelves?»

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«Estábamos descompasados… Pero, por favor, dame otraoportunidad.Tejuroquenotefallaréy,si lohago,yomismocogeréunbisturíymesacarélastripas.»

Hetomadoaireylehehabladoenuntonomáscalmado:«Javier, ya no soy la que conociste. Ya no me impresionan estas

fanfarronadasydeclaracionesrománticas…Nisiquieramegustan.Ahoradejémonosdeniñeríasyvete,porfavor;estoymuyocupada».

Micambiodevozydeactitudhadebidodesorprenderlo,porquesehapuestomuyserio.Casiparecíaasustado.

«Deacuerdo,noquieromolestarte…Yyaveocuántohascambiado.Soloquieroquemedejesmostrarte cuántohe cambiadoyo, yqueveasquelohehechoporti.»

Sehadadomediavueltayhacomenzadoabajarlaescalera.Mehequedadounratoallí,quieta,viéndolomarchar.Igualquelasnumerosasmonjas y enfermeras que había en el vestíbulo… Las he mirado y hedicho,seca:

«Seacabóelespectáculo».Todashanregresadoasustareas,menosmisamigas,quesemehan

acercado.«AsíqueeseesJavier»,hadichoAlba.«Hashechomuybienenmandarloafreírpuñetas»,haopinadoAvi.Séque locorrectosería«hacerpuñetas»o«freírespárragos»,pero

ese híbridome resultaba gracioso por lo absurdo de la imagen. Les heagradecido el apoyo y le he dicho a Avi que la vería en la reunión.Hesubidocorriendoalpabellóndecirugía,aversiIsmaelhabíaoídoalgodeaquellos gritos. Estaba dormido, por completo ajeno a lo que habíapasado.Herespiradoconalivio.

Hebajadopreguntándomequéhacer.Sidecírseloono.Y según lopensaba,otropensamiento,másbienotrosentimiento,hacomenzadoaalojarseenmicorazón.EsemalnacidodeJaviersigueaquídentro.Loquesentí por él aún está vivo. Aunquemi voluntad se resiste, cuantomáslucho contra ello, más fuerte se hace. Y no quiero hacerle algo así aIsmael.Niélselomerecenimelomerezcoyo.Y,porsupuesto,tampocoselomereceesedesfachatadodeJavier.

Asíque,mientrasnuestroejércitosigueensuluchaparaexpulsaraAbd el-Krim de Zeluán y del monte Arruit, yo comenzaré la mía paraexpulsaraJavierdemicorazón.

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12deoctubrede1921

Mehedespertadoconlamismainquietudquemehabíaquitadoelsueñohasta altas horas de la noche. Y si no estoymás cansada es porque larabiaporsentirmeasímeagitaymemueve.Ladescargaría rompiendocosas,saliendoa lacalleagritaropegándoleaalguien.Parafortunadetodos,elhospitalmedatareasdesobraparaemplearesosbríosdeformamásproductiva.

En el desayuno, varias de las damas enfermeras deMelilla se hansentadotodololejosquehanpodidodemíymehanmiradoconunodiopocodisimulado.Nopuedoculparlas.

Heretrasadoconhonorablesexcusas(lamisaporelDíadelaRaza,mitrabajo,lospacientes,laresponsabilidaddesersubjefa…)elmomentodesubiraveraIsmael,porquetemíaquenotasealgoenmiactitud.Unerrorqueaúnestoypagando.

Ismael,encuantomehavisto,nosehaandadoporlasramasniconjuegos.

«¿Porquénomelocontaste?»Aprimerahoradelamañana,nadamásdespertarse,Ismaelhaoído

hablaradosenfermerassobreelbesoque ledieronaLauraayerpor lanoche. Ha creído que se referían a él. En cuanto ha visto a Avi, la hallamadopara preguntarle. Peromi amiga, queno sabía nadade lo quehabíapasadoentreIsmaelyyo,lehacontadoquemiantiguoprometido,Javier,sehabíapresentadoenelhospitalporsorpresaymehabíadadounbesorotundo,loquehadebidodesentarlecomounapuñaladaenelcorazón.

«También te hablaría del bofetón que le di después y de que lomandéalaporra.»

«Sí,ydecómotetemblabanlasmanos.Yqueapenashablasteenlareunióndeenfermerasyquenohasparadodedarvueltasenlacamaporlanoche.»

He cerrado el biombo a nuestro alrededor mientras él continuabahablando.

«Ynoeslopeor.Mehascontadotuvidaentera.Prácticamentehasllenado mi pasado con tu pasado, pero de Javier nunca me has dichonada,niunasolapalabra;yesporqueaúnformapartedetupresente.»

«Me abandonó. ¿Cómo puedes creer que voy a volver con él soloporquesepresenteaquí?¿Deverdadcreesquesoytantontayfrívola?»

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«No,claroqueno.Peroestuprimeramor,unamornoconsumado,deesosquenuncaseolvidan.Además,porcómolohadescritotuamiga,eseladonisdelEjércitodelAire…Nopuedocompetircontraalgoasí.»

«Lotendréquedecidiryo»,hedichomolesta.«Tucorazónyalohadecidido…Avihavistocómolomirabasycómo

tequedastedespués;todaslasenfermerasyadanporhechoqueacabaréisjuntos.»

«Ayerhabíatomadoladecisióndeestarcontigo,peroviendocómotecomportashoy,comienzoadudarlo.Sihayalgoquemegustadeti,esqueeresunluchador…»

«Y lo soy, pero esta batalla la tengo perdida. Laura, reconócelo:frenteaJaviernotengooportunidad.»

«¿Es que no te das cuenta de que la única batalla que tienes quepelearescontratimismo?¿Ycómopuedespensarquesoytan…?Nohehechonada,absolutamentenada,paraqueterindasytehagaslavíctimade mi… —Tardé un momento en dar con la palabra—. De misuperficialidad. Si de verdad me conocieses, sabrías que tu aspecto,porqueséqueenelfondohablasdeeso,notienenadaquever.Yquelopienses,meofende.»

«Nihedichotalcosanitúhasrespondidoamipregunta:¿porquénuncamehablastedeJavier?»

«Porqueigualquetúqueríasrecordar,yoqueríaolvidar.»«Puesningunodelosdoslohaconseguidodeltodo…Ycreoqueva

siendohoradeaceptarquejamáslolograremos.»«MeequivoquéalnohablartedeJavier,deacuerdo.Esunapartede

mipasadoquemedamucharabiayvergüenza.Igualquetúnoqueríasquitarte esas vendas, yonoqueríahablarde él.Y lo siento…Nopor turidículo enfado, sino porque ahoramedoy cuenta de que aúnno lo heolvidado y que tengo que aprender amanejarlo. Igual que si tú nuncallegas a recordarlo todo, eso no te impedirá vivir lo que tienes pordelante.No podemos hacer nada con nuestro pasado, pero sí podemosdecidirquéhacerconnuestrofuturo.Ycreíqueayertehabíadejadobienclaroloqueyoquería…Tehedadomuchomásdeloquelehedadoaél.»

«¿Compasión…?»Meheenojadomuchísimo.«Sino tedoyunabofetadaahoramismo, esporquepuedohacerte

dañoyaúnsoytuenfermera…,queesloúnicoqueseréparatiapartirdeahora.»Y,sinmás,meheido.

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Antesdequepudieradarlemásvueltas,hallegadounaambulanciacon heridos y el doctor Nogueras me ha reclamado en el quirófano.Cuandohemos salidoeran casi las seisde la tardey tan solohabíamoscomidounosdátilesentreunaoperaciónyotra.EntodoesetiempomehabíaserenadoyyahabíadecididohablardenuevoconIsmael.Hablar,nogritar.Yesperabaqueaéllepasaralomismo.ElregresodeJaviernoshabíaafectadodemasiadoynoshabíamosdejadollevarpornuestrairaynuestrosmiedos.

Me he lavado,me he cambiado el delantal e iba a subir cuando lamonjaderecepciónmehadichoqueteníaunavisita;alguienquellevabaunbuenratoenlasalitadeespera,unpequeñocuartojuntoalvestíbuloconunascuantassillasy telasy tapicesmarroquíespor lasparedes.Hetomadoaireymehedirigidohaciaallí;nosabíaaquévendríaJavierestavezniquéefectocausaríaenmíverlodenuevo.Peroestabadispuestaaserfirmeyvaliente,adejarlelascosasbienclarasyapartarlodemividaparasiempre.

Yyaentrabaconunimplacablereprocheapuntodesalirdemibocacuando me he quedado muda. No era Javier quien estaba allí, sinoEfraím.Sehalevantadoymehadicho:

«Ayer fueron muy hábiles al esquivarme por Melilla. Pero fueabsurdopordosrazones.Laprimera:nopuedenevitarmeestandoatadosaunlugartanfácildevisitarcomoeste.Ylasegunda:mepreocupoporlomismoqueusted,quenuestro comúnamigo recupere sumemoria.Poreso, ayer, yo también estuve en Nador, y hoy le he traído algo queencontréallíyquecreoquepuedeayudarloarecordar.»

«¿Ydequésetrata?»«Yaselohedadoy,aunquesumemoriaaúnnohavueltodeltodo,sí

quelehaimpresionadobastante.Hastaselenotababajoesasvendas.»«¿Quélehahecho?»«Nada, señorita, y quiero que sepa que, en el fondo, tenemos

intereses comunes, así que será mejor que colaboremos. No quieroperdermeelmomentoenqueélrecuerdeciertascosas.»

«¿Quécosas?»«Siyalosupiera,¿quéinteréstendríaparamí?»Sehaidoymehequedadoenlasalitaunmomento,recuperándome,

antesdecorrerescalerasarriba.Heapartadoelbiomboyhedescubiertoquesucamaestabavacía.

«¿Dóndeestá?»,hepreguntadoalamonjadeguardia.«Nolosé—mehadichosorprendida—,penséqueseguíaahí.»

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Hesalidocorriendoyhecomprobadoquenoestabaenlassalasdecuras, ni en el quirófano, ni en ningún otro pabellón. En el vestíbulotampoco lohabíanvistosalir.En la farmacia lehepreguntadoaCandi,queseestabarecolocandolacofiasobresurebeldeeinconteniblemelenarizada.

«Lohevistobajarhaciaeljardín,penséqueibaabuscarte.»Noestabaallí,nienlascocinas,niennuestrosbarraconesyporahí

esmuyfácilsalirdelhospitalsinservisto.Cuandoregresabaalvestíbulo,heoídounenormeestruendosobreelhospital.Atravésdelapuertaylasventanascaíanunaespeciedecopos,comosiestuviesenevando,perodecolores. Al salir he visto que un avión, que había pasado rasante, sealejaba.Enelsuelo,amialrededor,cientosdepétalosdeflores.

¿HabíasidocosadeJavier?Dequiénsino…Esainiciativa,quehaceunos meses me habría parecido la más romántica del mundo, me hairritadomás que si hubiese arrojado aceite hirviendo sobre el hospital.Pero ¿quién se cree ese imbécil que soy yo? ¿Una niña a la que seconquistaconestasidioteces?Esasflores,tandifícilesdeconseguir,noshabríanvenidomuybienparalashabitaciones.Yesevuelorasantesoloha conseguidoasustaraalgunospacientesqueestánmuydelicados.Tejuro,queridodiario,quesilotengodelanteenesemomentolearrancoelduodenoconmispropiasmanos.

Notodascompartíanmiopinión.Aalgunasleshaparecidopreciosoy hasta alguna se ha referido a Javier como «tu novio», lo queme hadisgustado aún más. Las he hecho callar y les he explicado que aquelaviador loco no es mi prometido ni yo pretendo que lo sea. Luego heinformadodeladesaparicióndenuestropaciente,loquehacausadounagranpreocupaciónenelhospital.

Avi ha pedido ayuda a Galeb, a ver si alguno de sus numerososamigospodía averiguar algo.Unhombre con el rostro vendadoo, si sequitalasvendas,conélcompletamentequemado,esfácildereconocer.

Y en eso estábamos cuando ha aparecido Javier por la puerta. Surecuerdo,comohaspodidover,queridodiario,meinflamaymeenfadamucho. Pero tenerlo allí delante, con esa mirada de amor yarrepentimiento, me desbarata por completo. Y estaba tan asustada ynerviosa en ese momento que hasta he sentido la tentación de correrhaciaélyrefugiarmeentresusbrazos,porquesabíaqueallíencontraríaseguridadyconsuelo.

Peronolohehecho.Intentandoparecerfuriosa,lehedicho:

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«Unpacientehadesaparecido;ahoramolestas.Bueno,perdón,noescierto.Nomolestasahora,molestassiempre».

«Quizáyopuedahaceralgoparaayudarosabuscarlo.»«¿Contuavión?¿Haciendotonteríascomoladeantes?»«Penséquete…»«¡Nopensastenada!—lehecortadoconungrito—.Estamosenun

hospital, no en un cabaret. Aquí necesitamos silencio, tranquilidad yreposo…¡Ynoaticontuaviónhaciendocabriolas!»

«Puessinecesitáissilencio,quizádeberíashablarmásbajo.»MenosmalqueconcomentarioscomoeseJaviermerecuerdaque,

peseasuactitudbeatíficaysucaradeángel,siguesiendounmostrenco.«SoyoficialyantesdequemedestinasenaTetuánestuveenMelilla

muchos meses —ha insistido—. Conozco la ciudad y a mucha gente;puedoayudaros.»

Antesdequepudieserechazarsuayuda,Galebhadicho:«Tienerazón,Laura.Suayudanosvendríamuybienparaencontrar

aIsmael.»YtantoAlbacomoAvilehandadolarazón.Nohedichonada,que

hasidomiformadeaceptararegañadientes.Antesdeirse,Javiersehadirigidoamí.«Sé que me odias y lo entiendo; me lo merezco. Pero estoy

arrepentidoyhecambiado.Túmehascambiado.»«¿Acuántasmásleshascontadoesecuento?»«Piensa loquequieras.Esnormal.Perocuandoveasquepasan los

días y sigoaquí,quepasan losmeses y sigoaquí,quepasan losañosysigoaquí…,verásquenotemiento.Yqueharéloquesea,cualquiercosaquemepidas…,salvoalejarmedeti.»

Mientrassalía,misamigaslohanmiradoconembeleso.«Pero¿queréisponerotracara?»,leshepedido.«A mí me parece sincero —ha dicho Avi—. Quizá deberías

perdonarlo.»«Almenoshavuelto;yonohetenidoesasuerte—haañadidoAlba

contristeza—.OjaláIgnacioyyotuviésemosunasegundaoportunidad.»MehubieragustadodecirleaAlbaqueJaviernoesIgnacio,quesu

prometidosiemprelaquisoyquesinoestáasuladonoesporqueélnoquiera, sino porque la guerra se lo ha llevado por delante. Pero solo leharíamásdaño.NosabennadadeIsmael,nosabennadadelaconfusiónenqueahoraestoysumida.Poreso lodeJavier lespareceesasegundaoportunidadtanbonitadelaquehablaAlba.Unguapoysentimentaldon

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Juanarrepentido.Elsueñodemuchasmujeres.Noelmío.Almenos,yano…

13deoctubrede1921

AlaangustiadelafaltadenoticiassobreIsmaelsehaunidootra.Cuandomedirigíaalquirófanohenotadoquevariascompañerasmemirabandeformaextraña.Candisemehaacercado.

«Han oído lo de que tu novio, con el que estás enfadada, esaviador…»

«¡Queyanoesminovio!»«Da igual. Algo sentirás por él si en algún momento lo fue. Esta

mañana losrebeldeshanderribadounaviónal surdelGurugú,ydicenquetantoelpilotocomoelobservadorhanmuerto.»

Noséquédeberíahabersentido,peromehemareadoymicorazónsehaagitadotantoquemecostabahablar.

«Aúnnosesabequiénesson,perorezaréporqueJaviernoseaunodeellos.»

MehubieragustadodecirleaCandiqueesoeracomorezarparaquefueseotro,loquenoseríajusto.Siqueríarezar,quepidieseaDiosporelalma de los muertos, fuesen quienes fuesen. Pero me he limitado aasentir y, fingiendoque teníaquehacer,he idohasta la saladeespera,dondeparamifortunanohabíanadie,ymehequedadoallíunratopararecuperarme.Losdoshombresquehabíaamadoyquequizáaúnamabapodíanestarmuertosovivos,yyonoteníaformadesaberlo.Solopodíaesperar.

HepodidoentreverelpurgatorioenelquecontinuamenteviveAlba.Sufortalezaalsoportaresaangustiadurantetantotiempo,mientrashacesutrabajo,esinmensa.Aúnrecuerdo,queridodiario,cuandotehablabadelopocoquemegustabaellaydelamaníaqueletenía.Enunosmeseshe pasado de esa absurda antipatía a quererla y admirarla más que aningunaotramujer.

HedadograciasaDios cuandohan llegado losheridos.Al cabodeunashorasvolvíaaestarmanchadadesangreysudorosa,peroduranteeltiempoqueduraron lasoperacioneshesido libre.Yaunqueperdimosauno,doshombresquehabíanllegadomediomuertos,ahoraviven.

MiprimerarespuestahallegadoenlapersonadelpropioJavier.Alverlohesentidoquemicorazónvolabaymehacostadomostrarmefría.

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Conocía a los fallecidos y estaba triste por su pérdida. Y también porvenir con lasmanos vacías. Igual queGaleb.Nadie, entre sus amigos yconocidos,havistoaalguientanfácildereconocercomoIsmael.

«Y no solo lo hemos buscado nosotros —dijo Galeb—. Efraímtambiénhaestadopreguntandoporél.»

Siesehombrelobusca,esqueélalmenosnolehahechonada.Ismaelestaráporahí,escondidooquizáperdidoporculpadesabe

Dios qué recuerdos de su pasado. A veces la memoria se vuelve unespectro,comoesosquetanamenudoveAvi.

14deoctubrede1921

Nuestras tropashan reconquistadoZeluán. Peronohaymotivopara laalegría. Los soldados que han estado allí hablan del horror de ver loscadáveres de sus compañeros asesinados. En la alcazaba, en elcementerio,entornoalaeropuerto,juntoalríocuandoestabanbebiendooenloscaminoscuandotratabandehuir.Abandonados,talcualcayeron,alaintemperie,pastodeloscuervosyloschacales.EnlaCasadelaInaencontraron más de un centenar, no solo muertos, sino torturados ymutilados con sadismo. Se ven lágrimas y se oyen gritos de odio y devenganza.Nosolocontraelenemigo,sinocontralospolíticosque,consudejadez,noenviaronlosmediosnecesariosparasocorreraesagente.Ylopeor es que todos saben que es solo un aviso de lo que encontrarán alllegaralmonteArruit.

Enmediodeesehorror,hallegadoelcorreo.Noticiasdelhogarconesasanécdotasytrivialidadesquetantonosalegrabanyaligerabanotrosdías. Pero hoy ensombrecen aún más el pesar por los muertos y elespantoantelacarnicería.Noshacensentirmáslejosdecasaquenunca.Anuncian algo que, en el fondo, ya suponíamos: que al regreso noveremosigualnuestrascasas;quequienesnosfuimosnosomoslosqueregresarán. Aquella Laura, con todas sus ingenuas ideas y deseosinfantiles, ya no existe, y no sabría decir en qué momento exacto hamuerto.Sehaidodisipandopocoapocohastadesaparecerporcompleto.

Avi, al menos, ha recibido una buena noticia: sus padres, ahora,aceptansucompromisoconGaleb.

«¿Cómolohashecho?»,lehepreguntado.Solohadichoqueyamelodirácuandollegueelmomentoyqueno

insistamás.Yotambiénhetenidocarta,deAna,quemecuentacómovan

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lascosasporMadridymehabladelospreparativosparasubodaydelopreocupadosqueestánmispadrespormídespuésde loquehapasadoconMargarita.

Alverlaletrademihermanaherecordadoelpapelquemedioantesdepartir.«Sitienesproblemasonecesitasayudaveahíydiquiéneres»,medijo.Sabíaqueeraunasolucióndesesperadaeincierta,undisparoenlaoscuridad,sinapuntar,peronopodíahacerotracosa…Yasí,depaso,saciaría mi curiosidad respecto a ese pequeño misterio. He corrido abuscar la nota en mi equipaje y he tardado un rato en dar con ella,enterrada bajo una buena cantidad de otras cosas que pensé que iba anecesitaryquenuncahellegadoausar.

EnelpapelveníaescritaunadireccióndeMelilla laVieja,unacasacerca del faro, construida con lamisma piedra negra del Gurugú peromuchomásgastadayantigua.Enlapuertajugueteabanunosniñosquese han apartado en cuanto me he acercado. Se han quedado a unosmetros, mirándome con una descarada curiosidad. Hacía calor y mehabía quitado la cofia, como suelo hacer algunas veces que salgo delhospital.Cuandohellamadoalapuerta,losniñossehanalejadohastaunmuro cercano. Y tras él se han escondido con miedo..., lo que me haasustadounpoco.

Me ha recibido un hombre de mediana edad. Por su atuendoenseguida lo he recordado: era el extravagante personaje que nosencontramos en las cuevas del Conventico. Pero ahora llevaba unturbantetorpementeenlazadoquerecogíasupelorizoyenmarañado.Sehasorprendidodemivisitayenseguidahaintentadodespacharme.

«Aquínotenemosningúnenfermo,señorita.Buenastardes.»Ibaacerrarcuandolehedicho:«SoyLauradelaGasca;meenvíamihermana».Haabiertolapuertadeparenpar,susojossehanempañadoy,de

repente, me ha abrazado. Me he quedado tan desconcertada que nisiquierahereaccionadocuandohacogidomicaraentresusmanosymehabesadolafrente.

«Dios mío, Laura, ¿eres tú? Te has convertido en una mujerpreciosa.»

«¿Leconozco?»,hepreguntadoaúnaturdida.«¿No te acuerdas de mí? Claro que no, eras muy pequeña. Anda,

pasa. Y ponte la cofia; en esta casa no puedes llevar el cabellodescubierto.»

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He pensado que sería musulmán y que, por respeto, es lo que yodebíahacer.

«Esporelmono.»«¿Elmono?»Nohatenidonecesidadderesponderme,puesenseguidahevistoque

se refería a un pequeño monito de pelaje pardo que, desde la partesuperiordeunarmario,memirabaconsuspicacia.

«Se loganéaunmarinero francésa losnaipesycreoqueperdióapropósito,porqueesunmonorevoltosoydestrozón.»

Alavistadeldesordenquehabíaenlacasaydequenoparecíahaberniunsoloobjetointacto,mehaquedadoclaroquelafamadelmononoeraexagerada.

«Leencantatirarlealagentedelpeloy,sisoncalvos,delasorejas.Cuando lo llevo por la calle tengo que tenerlo siempre bien amarradoparaquenomemetaenlíos.»

Meheajustadobienlacofiasindejardemiraralmono.«¿Dequémeconoce?»«Soytupadrino.»No sabía si aquel hombre me estaba tomando el pelo o se había

vueltoloco.«Mipadrinoestámuerto»,lehedicho.«Vaya,cuandomihermanomedijoque,paraél,yohabíamuerto,no

sabíaqueeraenunsentidotanliteral.»«¿Ustedes…eltíoCristóbal?»«Cristóbal de la Gasca, historiador, arabista y buscador de

fósiles.Veoquehasheredadomisojosverdes.»Mehetenidoquesentar.Aquellomeestabadesbordando.«Noteasustes.Cuandoestuvisteaquí,contuspadresytuhermana,

erasmuypequeña.Esnormalquenoteacuerdesdenada.»«¿Estuveaquí,enMelilla?»«Haceunosquinceaños.Creoqueteníascuatroocinco…»«PoresosueñoconelcerrodeSanLorenzoylascuevas…»«¿LasdelConventico?Oh,sí,teencantabacorrerporellas.Erastoda

unaaventurera…Yveoquesiguessiéndolo.»Mitíohapreparadotéyunplatocondátilesypastelillosdemiel.Él

hacogidouno,elmonosehaacercadoparacogerotro,ycuandoyohealargado la mano para tomar el mío, el macaco me ha enseñado losdientes con furor. «Como cojas ese pastelillo —parecía decirme—, tearrancaré la cofia y no dejaré un solo pelo en tu cabeza.» Así que he

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optadoporundátilyhedejadoquemitíoyelmonodiesencuentadelosdulces.

El téestabamuybueno,peroapenashepodidoprobarloporqueelmono,enundespistedemitío,mehaechadodentrodelatazaunpedazode madera que había arrancado de una cómoda. Está claro que no lecaigomuybienaeseanimal.

«Asíqueeresenfermera.»«Damaenfermeradeprimeraysubjefadecirugía.»«¡Vaya con mi pequeña! —ha exclamado impresionado—. Y, por

casualidad, en vuestro hospital, o en otro que tú sepas, ¿no habréisatendidoaalguienconlesionesporgas?»

«¿Gas?»«Sí,iperita,fósforo,cloro…»«¿Abdel-Krimestáusandogas?»«No,ynotendríamediosparahacerloaunquequisiera.Perocuando

lo usa un bando, siempre se producen accidentes que afectan a lospropiossoldados.»

«Nohe vistonadade eso—he respondidomuy extrañada—. ¿YnoestáprohibidoporlaConvencióndeLaHaya?»

«Sí, y ya ves cómo se ha respetado. En la Gran Guerra lo usarontodos.Ymetemoqueaúnsesigueusando…»

«¿Paraquéquieresaberlo?»«Essimplecuriosidad.—Enseguidahacambiadodetema—:Asíque

has venido con doña Carmen Angoloti, gran mujer para un hombrebastanteinsignificante.»

Esecomentariomehaofendidoyhereaccionadoairada.«Sumaridoesunabuenapersonaynosestáayudandomucho.»«¿Pablito Montesinos está con vosotros?», ha preguntado con

desdén.«Yconmigosiempresehaportadomuybien.»«Porquenosabequetupadreesmasón.Odiaalosmasonesyalos

judíos.Yesungermanófiloempedernido.»«¡¿Mi padre es masón?!» Dios mío. No es que, como Ismael, no

recordasemipasado,esquesiquieraconozcoamifamilia.«Losdosloéramos.Yquienlofuesiguesiéndolotodasuvida.¿Oya

novaalasreunionesdelalogia?»«Cada dos semanas queda con unos amigos. Pero yo creía que se

reuníanparafumarycharlarmientrasjugabanaarreglarelmundo…»

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«Básicamentees loquehacenlosmasones;aunqueconunpoquitomásdeceremonia.»

«¿Yporesoelinglésdelpuerto,alquelecompramoslascamas,medijoqueconocíaamipadreyqueera…suhermano?»

«Otromasón,sinduda.»«¿Yporquémipadresepreocupamásporsushermanosmasones

que por su hermano de verdad? ¿Por qué me dijo que usted habíamuerto?»

El tío Cristóbal ha apartado almono, que se había puesto a bailarsobrelamesamientrasmeenseñabasuspartes.

«Tu padre y yo comenzamos nuestro camino juntos. Nos hicimosmasonesporquecreíamosquehabíaquecambiarelmundoparahacerlomejor.Aéllollevóaserunhombrejustoyrecto,ycomohermanomayortambiéntuvoquehacersecargodelosnegociosdelafamilia.Yo,quetuvemás libertad,me formé en historia y lenguas vivas ymuertas, y acabéaquí, estudiando la cultura árabe y con un buen puesto en nuestraembajada. En esa época vinisteis de visita y todo fuemuy bien…hastaquemedescubrieron.»

«¿Quéesloqueocultaba?»«Que,enrealidad,trabajabaparalosbritánicos.Eraunespía.»Estávistoqueconmitíolassorpresasnuncaseacaban.«¿Porquéparalosbritánicos?»«Esaeramiformadeintentarhacerunmundomejor.»«¿Yesafuelacausadelenfadodemipadre?»«Adolfo tuvo que pedir muchos favores para evitar que me

encarcelasenomepusiesen anteunpelotónde fusilamiento.Y el dañoque le hice a nuestro apellido fue enorme. Tu padre estuvo a punto deperder la naviera y todo lo que habíamos heredado. Me acusó deirresponsable y de haber puesto en peligro el futuro de su familia; devosotras.Yyoloacusédepusilánimeydeponerlasfinanzaspordelantede las ideas. Fue una discusión horrible y nos dijimos cosasimperdonables. Y lo peor fue que yo le aseguré que pensaba seguirhaciendolomismo,queesteeramicompromisoconelmundo.Entoncesfuecuandodecidióromperconmigo,creoquetantoporsuenfadocomoporprotegeros.»

«¿Ysigueespiandoparalosbritánicos?»«No.»He sentido cierto alivio, porque esa podría ser la semilla de una

reconciliación…

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«Ahoralohagoparalosfranceses.»«Tío…—hedichocondecepción.Ymedaqueestanuevaocupación

esaúnmásarriesgada,puesFranciatieneinteresesenMarruecosqueaveceschocanconlosespañoles—.Siledescubren…»

«He aprendido que lamejor formade que no te descubran es quesepanquiéneres.Antesmecomportabacomosisetratasedeunjuegodebaraja,conlascartastapadas.Peroahoraescomounajedrez.Laspiezasestamosa lavistaynosconocemosunasaotras.Loquecuentason losmovimientos.Además, soyasesor culturaldel consulado francés; eseesmicargooficial,ynohayningúndelitoenello.»

«Deahítodasesaspreguntassobreelgas,¿no?»«SospechoqueEspañaquiereusarlocontralosrebeldes,yquevana

construirunafactoríaaquímismo,enMelilla.»«¿Yustedquiereimpedirlo?»,hepreguntadounpocoasustada.«¡No! Solo soy un espía. Quiero saberlo. Ese es todo mi trabajo,

saber cosas. Y no creo que los franceses pongan muchas objeciones,siemprequeseaconsuconsentimientoysuaprobación.Amis jefes lespreocupa más que nuestro Gobierno no se acerque demasiado aAlemania,queesquienahoralepuedeproporcionarlaiperita.»

«¿Poresoestabaenlascuevas?¿Porqueallílaesconden?»«Qué va. Sería absurdo guardar algo así en un lugar donde puede

entrar cualquiera. Solo estaba buscando fósiles.Marruecos es un lugarmaravillosoparaeso,sobretodoalsur.PeroporahoranosepuedesalirdeMelilla.»

Lehevistovenirlasganasdehablardefósiles,yelmonotambiénhadebidodenotarlo,porquesehatapadolasorejas.Asíqueesavezhesidoyoquienhacambiadodetema.

«¿Ycómoesquemihermanasabedeusted?»«EramayorquetúcuandoestuvisteisenMelilla.Y,aespaldasdetu

padre, hemos mantenido correspondencia. Y ya veo que te dio midirección.»

«Medijoquepodríaayudarmeencasodenecesidad.»«Yloharésipuedo.Eresmiahijada.Yunmasónsiemprecumpleun

compromisoquehaasumidoanteDios.»Sin entrar en detalles personales, le he contado la desaparición de

Ismael.«Séqueesmuydifícil.Otroslohanbuscadoynohandadoconél.»«Esosotrosnosonespías»,hadichoconorgullo.«¿Ycómovaahacer?»

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«Tengo mi red, que es como llamamos a nuestros confidentes einformadores,portodalaciudad.»

«Misamigostambiéntienensupropiared,comoustedlallama,ynoleshaservidodemucho.»

«Pero es que, además, tengo otra red aún más secreta, extensa,tupida y numerosa que nos vendrá muy bien: los niños. Son menosfiablesparaciertastareas,perosonmuchísimomásbaratosynumerososque cualquier otro confidente, y semetenpor todos lados sin llamar laatención o llevándose tan solo un coscorrón por la travesura. Unapandillaselopideaotra,yestaaotra,yesaaunamás…YenunashorashanregistradotodaMelilla.»

«Mehaparecidoquelosniñosleteníanmiedo.Cuandohellamadoalapuertahansalidocorriendo.»

«Noespormí,sinoporelmono…Letienenpánico.—Nomeextrañanada—. Los pondré a buscar a tu amigo y, en cuanto sepa algo, teavisaré.»

Lo he abrazado y le he dicho cuánto me alegraba de haberlorecuperado. He dudado si advertirle de que, a sus espaldas, el monoestabadefecandoenunadesustazasdeté.Tambiénleheprometidoqueno le contaría nada ami padre, aunque paramis adentrosme planteehaceralgoparaquesereconcilien.

He regresadomuy tarde al hospital y casi no llego a la reunióndeplanificación.MehandichoqueJavierhabíaidoporallíyquemehabíaesperadounbuenratoantesdeirse.

Hoy,queridodiario,mesientomásrelajadaytranquilaqueayer.Séquequizáseaunaquimera,peromitíoCristóbalysupequeñoejércitodepilluelosmehandadoesperanza.

16deoctubrede1921

Javier seha vuelto apresentarpor lamañanamuy temprano, antesdequesaliésemospara lamisaconnuestrospacientes.HecorridohaciaélesperandoquehubieradescubiertoalgosobreIsmael,peronoeraasí.

«Anteayer no estabas y temí que te hubiese pasado algo.» Estabarealmentepreocupado.

Lohetranquilizadoy,sindarmecuenta,porprimeravezdesdequehabíaregresadohemostenidounaconversaciónenlaquenolehegritadoni tratadode forma fría.Cualquieraquenoshubieravistopensaríaque

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era el amigo de un paciente que venía a interesarse por él y yo unaenfermeraqueloatendíaconamabilidad.

Elrestodelajornadahatranscurridocomomuchasotras.Unpardeoperacionesaheridosreciénllegados,otraaunoquehabíaempeorado,ycincoaltasquenosdejarántrescamaslibresparamañana.

Losdías sehan idohaciendomáscortosyal salirdelquirófanoyaeradenoche.Meheacercadohastalascocinas,hecogidoalgofríoparacomeryhesubidoalaterrazaenbuscadeunpocodesoledad.

Pero allí estaban ya Avi y Alba. Habían notado mi inquietud a lolargodetodoeldíaypensabanqueestabaasíporJavier.Lógico,yaquenosabennadadelomíoconIsmael.Nomehaparecidojusto.

«Tengoquecontarosalgoy,porfavor,nomeinterrumpáishastaqueacabe.»

Leshecontadotodo.Y,cuandodigotodo,queridodiario,merefieroatodo.Desdeloquefuisintiendopocoapoco,casisinapercibirme,hastaloquepasóenelblocaodeNador.Incluidala«resurrección»demitío,elespíafrancés.Sehanquedadocalladasunbuenrato.

«¿Nodecísnada?¿Tanmalosparece?»«Eresmiamiga—hadichoAviporfin—yteapoyaré.»Osea,quesíquelehaparecidounpocomalloquehehecho.«Amí,haceunosmesesmehabríaparecidomuymal—haañadido

Alba—,yhabríapensadoqueeresunafrescaoalgopeor.»«Peroahorasoytuamiga.»«Nolodigoporeso—mehacorregido—.Antesdequelodestinasen

aquí,Ignaciomepropusopasarunosdíasconél,enunhotelenlasierra,yqueallí…lohiciésemos.Ledijequenoyhastameenfadéconél.Ahoramearrepiento.—Suvozacusabasupena—.Mearrepientomuchísimo.Sino regresa,nuestro amorhabrá sido eldedosniños, yno consumar loquesentíamos,nohacerlomásreal,esalgoquesiempremepesaráenelalma.—Entoncesmehamirado fijamente—.Meparecebien loquehashecho.Hastaloenvidio.»

Además de sus palabras, me ha confortado que se quedasen a milado, en silencio, hasta que ha empezado a refrescar. Las noches ya nosontancalurosascomoparadormirahíarriba.

17deoctubrede1921

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Aún no eran las doce y estaba en mitad de mi turno cuando me hanavisadodequeunesperpénticohombreconunmonopreguntabapormí.Me he dado prisa con el vendaje que tenía entre manos y he bajadocorriendo.

EltíoCristóbalesperabaenmediodelvestíbulo,conelmonoensuhombro,amarradoasumanoporunafinacorreadecuero.Mitíomirabael edificio con curiosidad y el mono a las enfermeras aún con mayorinterés. Y entonces ha aparecido Candi, con sus rizos pelirrojossobresaliéndole de la cofia. Nada más verla, el mono ha abiertomuchísimolosojosysehapuestomuynervioso.Heapuradoelpasoparadecirle a Candi que se fuese a toda prisa, pero ella, al ver almono, enlugardehuir,selehaacercado.

«Huy,quémonomásbonito,¿tienenombre?»Loque tiene son losmodales de un godo y, en cuanto ha tenido a

Candi a tiro, ha saltado sobre su cabeza y comenzado a tirarle del pelomientrashacía un ruido amedio camino entre el gemido y la risa, queenseguidasehamezcladoconlosgritosdelapobreCandi.

Entremitío,unamonjayyohemosconseguidoquitarlealmonodeencima. La monja se la ha llevado a la sala de curas para tratarle losarañazosqueteníaportodalacara.Elmonoharegresadoalhombrodemitíoconunabuenamatadepelorojizoentrelaspatascomotrofeo.

PorordendesorAsunción,mitíoyyohemossalidoa lacalleparahablar…ynocausarmásproblemas.

«¿Lo han encontrado?», le he preguntado en cuanto estuvimos asolas.

«Sí,ynosguiaránhastaélahoramismo.»Yhaseñaladoaunpardeharapientosniñosquesemanteníanaunabuenadistanciadelmono...,quenopienso contar qué estabahaciendo en esemomento con el peloquelehabíaarrancadoaCandi.

«Nopuedoirahora,estoyenmediodemiturno.»«Ahora saben dónde está, pero quizá dentro de una hora se haya

ido.»«Deacuerdo,veréquépuedohacer.»He conseguidoqueAvime sustituyese enquirófano.Esperoque el

doctorNoguerasnoseenfademuchocuandoveaquenoestoy.Los dos niños nos han llevado hasta el fortín de San Francisco,

dondeotrosdosnosesperaban.Estoshantomadoelrelevoynosguiaronaúnmásalnorte, alBarrioHebreo.Allí, entre suestrecho trazado,nos

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hanindicadounadesvencijadacasaquehacíaesquinaentrelacalleDylasescalerasdeuncallejón.

Leshepedidoquemedejasenentrarsola.Con las contraventanas cerradas, el interior estaba oscuro. He

notadoelaire,cálidoyhúmedo,cargadodeolorasudoryorines.Mehacostadoacostumbrarlavistayelolfato.

«Ismael»,hellamado.Unasombra,enunaesquina,sehamovido.Meheacercado.«¿Ismael?¿Erestú?»Ha prendido un candil y he podido verlo, en la penumbra, medio

desnudoysinvendasenlacara.Lahabitaciónestabaaúnmásdesnudaqueélyporelsuelotansolohabíaunascuantascantimplorasyrestosdecomida.

«¿Laura?¿Cómomehasencontrado?»«Porquetehebuscado.Estabamuyasustada...»El que parecía asustado y completamente desbordado por lo que

fueraquelehubieseocurridoeraél.«Losiento»,hadicho.«¿Quéhapasado?¿Porquéhuiste?¿TuvoalgoqueverconEfraím?»«Sí…Conloquemedio.»«¿Quéera?»Mehatendidounpapelqueteníaasulado.«Unmapa.»Eraunmapatopográfico,medioquemadoyalquelefaltabacasila

mitad.Sobreélhabíaindicacionesdibujadascontinta.«Yohice lasmarcas de esemapa, lo sé, y sé que llevan a un lugar

importante,al lugardemisueño.»Sehapuestoenpieymeha llevadohastaunrincóndondehabíavariosbotesdepintura.

Entonces he podido ver que susmanos estabanmanchadas de esapintura.Haalzadoelcandilparailuminarlapared.

En ella había copiado el mapa, signo por signo, y lo habíacompletadohastaocupartodalapared.

«Desdequemefuidelhospital,hesoñadoconestemapatodas lasnoches; incluso despierto puedo verlo. Así he podido completar lo quefaltaba.Yséqueesimportante,noséporqué,peroesmuyimportante.Yla clave está aquí. —Ha señalado en la pared un emplazamiento quequedaríaen lapartequemadadelpapel,aparentementeenmediode lanada—.Peroesimposibleirhastaahí.Estádetrásdelaslíneasenemigas,amediocaminoentreMelillayAnnual.»

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«¿Yhuistedelhospitalporunmapa?»«No.»Entoncesmehallevadoalaesquinadondehabíaestadoencogidoy

mehamostradoungalóndecabo.«¿Dequiénes?»«Nolosé…Peroséqueyolomaté.»He agradecido estar en esa penumbra y que el candil no me

iluminase, porque esa confesión me ha estremecido y no creo que aIsmaellehubiesevenidobiennotareserecelo.

«Nadamástocarlo,seformóenmicabezaunaimagen,unrecuerdomuy vivo. Me vi golpeando a un hombre por la espalda y, al caer, lorematabadeundisparo.—Mehamiradoconlágrimasenlosojos—.Soyunasesino.Poresohui…»

«No…Noloeres.Nopuedeser.Estamosenunaguerra,secombateysemata…»

«Eraunodelosnuestros…»«Quizá era uno de los hombres de Efraím, quizá solo te estabas

defendiendo…¿Norecuerdasnadamás?»«No, solo que ocurrió en elmismo lugardemi sueño.—Havuelto

juntoalmapapintadoen laparedyhaseñaladounamarca—.Aquí.Eneste lugar se esconde la última pieza de mi pasado… y ahora temodescubrirla.Perotampocosoycapazdevivirconestaincertidumbre.»

Hehechopasaramitíoparasabersihabríaalgunaformadellegarhastaallí.

«PareceunadelasmuchasposicionesquehabíacaminodeAnnual.PeroahoraestámuylejosyenterritoriodeAbdel-Krim.Imposible.»

«En algúnmomento se recuperará, igual queNador o Zeluán», hedicho.

«No por ahora. Berenguer se detendrá en cuanto reconquiste elmonteArruit.Apartirdeahítodoserámuchomáslento.ParaderrotaraAbd el-Krim necesita más medios y la colaboración de Francia. Y esotardaráenocurrir.»

Hevueltoamirarelmapafrustradayllenaderabia.«¿Quéesestesigno?»,hepreguntadoseñalandounapequeñaaspa

doblequehabíaalladodelamarca.«La pista de aterrizaje que vi en mis sueños —me ha contestado

Ismael—.Debedeseralgunabaseaéreaamedioconstruir.»Inevitablementehetenidounaidea.Unaideadisparatada,absurday

tanlocaquesepodríacalificardesuicida.Peroenaquellaoscuridad,en

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aquelambientecargadoyobsesivo,viendoloarrasadoqueestabaIsmael,nohepodidoevitardecirenvozalta:

«Quizáhayaunaformadellegar…».

18deoctubrede1921

Aunqueporsuestadofísicoyapodríamosdarleelalta,Ismaelhapasadola noche en el hospital, sedado con una dosis baja de morfina que lotranquilizóbastanteylepermitiódormirsinsusobsesivossueños.

LasvisitasdeJaviersehanconvertidoenrutina,loquemehavenidomuybienparamipropósito.

«Hoyquieroquemeacompañesaunlugar»,lehedicho.Como él aún no sabía de qué iba aquel disparate ha aceptado

encantadodeestarconmigounratomás.Yoheintentadonodarlemuchaconversación,peroélnohaparadodehablar.Sehabíareleídotodasmiscartasmilveces,hadicho.Esasmismasalasquenorespondióporestarmuyocupadoconotrasmujeres.

«Ahora sonmimayor tesoro; el recuerdo de esemomento en queerasmíayqueyo,enmiceguera,nosupevalorar.»

Luego ha insistido en pedirme perdón y en buscar una segundaoportunidad.Asíquemehehartadoymehedetenidoenseco.

«Heconocidoaotrohombre.»Sehaquedadotanquietoycalladoquecreíaquelehabíadadouna

catatonia.«¿Es…elhombrealqueestabasbuscando,elherido?»«Solodebeimportartequenoerestú.»«Osea,queesél.»Heechadoaandaryélhatardadounpocoenseguirme.«¿Yloquierescomomequisisteamí?Porqueestoysegurodequeél

nopuedequerertecomoyotequieroahora.»«Loquierodeotraformaporque,ahora,soymuydiferentealaque

conociste.Yrespectoalosegundo,recibióunabalaqueibaparamí.Mesalvólavida.»

«Ojaláyotuvieseesaoportunidad…»«Tieneslaoportunidaddehacerotracosa.Hemosllegado.»Hemos entrado en la casita del Barrio Hebreo, he abierto las

contraventanasparaventilarlaylaluznaturalhailuminadoelmapadelapared.LeheseñaladoladobleaspamarcadaporIsmael.

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«¿Sabesquéhayaquí?»«No… —Javier examinaba atentamente el mapa—. Pero he

sobrevoladoesaregiónunpardeveces.»«Dicequeesunapistadeaterrizaje.»«Podríaser.Enestazonahabíamuchospuestosypequeñosblocaos.

Yenalgunosprepararonpistasporsiteníamosquehaceralgúnaterrizajeforzosooparallevarlessuministrosencasodenecesidad.»

«¿YhaymuchastropasdeAbdel-Krimporahí?»«Está lejosde sus víasde suministro y esuna zonamuyárida.No

creo.»«O sea, que sería posible ir hasta allí, aterrizar, echar un vistazo y

volversinencontrarnosconenemigos.»«He hecho cosas más difíciles. ¿A quién quieres que lleve a ese

lugar?»«AIsmaelyamí.»Me ha mirado como si me hubiese vuelto loca, lo que no puedo

reprocharle.«Es importante, Javier, y has dicho que harías cualquier cosa por

mí.»Havueltoaexaminarelmapa,comosopesandosiloquehastaahora

habíasidounejercicioteóricoensucabezapodríahacerserealidad…«Esposible,peroantesquiero sobrevolar la zona.Dameunparde

días.»«Entonces…,¿loharás?»«Lointentaré.»He tenido que contenerme para no darle un abrazo. Mientras

repasabaelmapateníaungestograveyserioquenuncahabíavistoenélyque,nohepodidoevitarsentirloasí, lohacíamásinteresante.Parecíapreocupado.Estabaclaroqueaquellonoibaaserfácil.

19deoctubrede1921

EneldesayunoAviestabamuynerviosaymemirabadeformaextraña.Meharespondidoconun«nada»muypococonvincentecuandomeheinteresadoensaberquélepasaba.Ibaainsistirlecuandoalguienmehatocadoenelhombro.

«Laura—hadichounavozfamiliar—,felizonomástica.»

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Mehedadolavueltayhevistoaunamonja.Nimeacordabadequehoy era mi santo ni me parecía normal que una de las monjas me lofelicitase.

«Gracias,hermana»,hecorrespondidounpococonfusa…Yentoncesmehedadocuentadequiénera.

Por un segundo he creído quemis sentidosme engañaban.Me helevantadodegolpe,haciendoquemisillacayera,yheabrazadoaInés,alaquetambiénheestadoapuntodetiraralsuelo.

«Pero¿quéhacesvestidaasí?»«Creoquetenemosmuchascosasquecontarnos»,mehadicho.AlentierrodeMargarita,enMadrid,asistieronmifamilia,ladeAvi,

ladeAlba,ycasitodoelpersonaldelhospitaldeSanJoséySantaAdela,incluidos don Francisco y sor Berzelius.Había sidomuy emotivo y, encuanto terminó, Inés ya intentó convencer a sus padres para que lepermitiesen regresar. Solo logró que accediesen a que colaborara en elhospitaldeMadrid,atendiendoalosheridosqueenviamosdesdeaquí.

LuegoInéstuvounamisiónmuyespecial:convenceralospadresdeAvidequeGaleberaunbuenmuchachoyquesuhijasería felizconél.Porsupuesto,lohabíalogrado.Perosuspropiospadres,pormuchoqueella insistía, no cedían y no querían dejarla regresar con nosotras. Ymientras no cumpliese los veinticinco años estaría obligada aobedecerlos.Entoncessediocuentadequeesaleyteníaunaexcepción:sise hacía novicia de San Vicente de Paúl, se debería a la regla de esacongregaciónynoasuspadres.SorBerzelius,alverquelohacíaporsuvocacióndeserviralosenfermos,fuesucómpliceyenpocotiempoInésyasehabíaordenadoyestabalistaparaveniraMelillaconotrasmonjas.Suspadressellevaronundisgustotremendo,peroellaesperaqueconeltiempolaentenderányhastasesentiránorgullosos.

«¿YBonifacio?»,lehepreguntado.«Sabequeesunafarsay,dehecho,encuantoacabesupreparación

enMedicina Militar, él mismo se alistará y vendrá a Melilla para queestemosmáscerca.—Sehareídoconganas—.¿Teimaginas?Losamoríosentreunlicenciadoyunanovicia.»Esaidealehacíaunagraciatremenda.

Yyaqueestábamosporhablardecosasescandalosas,lehecontadotodoloquehabíapasadoconIsmaelyconJavier.Ellasehaesforzadoendisimular que ya lo sabía, me figuro que a través de Avi. He fingidocreerla.

Tantoquelahabíaechadodemenosyesamismatarde,trassolounajornada de trabajo a su lado, al verla pasar por el hospital ya me ha

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parecido como si nunca se hubiera ido; tan solo seme hace raro verlavestidademonja.

EnlacenaInéslehapreguntadoaAvisihabíasentidoalespíritudeMargarita,queafindecuentashabíamuertoallí.

«Esquemegustaríasaberdóndeestámihermana.»Avi ha reconocido que su «don» no llegaba tan lejos como para

conocersiemprelaidentidaddelosespíritus.«Yrecuerdaquenoestánenteros,soncomosombras,partesdeun

alma. La que sufre y no es capaz de desprenderse de su dolor. SiMargarita estaba en paz y era feliz, que lo era, habrá partido y ya noquedaránadadeellaporaquí.»

EsohaparecidoreconfortaraInés.Ya era de noche cuando Javier ha venido por el hospital. Había

sobrevoladolazonaindicadaenelmapa.«Yhevistoesapequeñapistajuntoaunblocaoyunacolinarocosa,

como en el sueñode tu amigo.Nohay rebeldes y su campamentomáscercano está a varios kilómetros. Puedo tomar una ruta indirecta, paraevitar al enemigo y sus disparos, y aunque los de ese campamento nosveanaterrizar,tardaríanhorasenllegar.Tenemostiempodesobraparabajareirnosantesdequesiquieraseacerquen.»

AIsmaelyalehabíacontadomiplanenelBarrioHebreoyséqueleparecíaun completodesatinoy algomuypeligroso.LehabíadichoquehoyvendríaJavierparadecirnossieraposible.Poreso,aunqueyanolasnecesita,llevabatodoeldíaconlasvendassobreelrostro,comosifuesensumáscara.

Tras un silencio en el que los dos se hanmedido con lasmiradas,Javier le ha explicadoquemiplan es posible ymenos arriesgadode loquepodríaparecerinicialmente.

«El principal peligro no son losmoros—le ha advertido Ismael—,sinotussuperiores.Temeterásenunbuenlíosilohaces.»

«Lo sé; pero necesitan pilotos que conozcan bien el territorio. Asíquenopasarémuchotiempoenelcalabozo.Atinoteharánnada.Eresun oficial a punto de ser condecorado con la Laureada. No querránescándalos.»

«¿Yelaviónpodráconlostres?»,hepreguntado.Javier e Ismaelmehanmirado almismo tiempo y, casi al alimón,

handicho:«Túnovienes.»

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Luego se han mirado entre ellos, un poco extrañados de esacoincidencia.

«¿Porqué?Losavionesque ibanaArruit llevabansuministrosquepesaríanmásqueyo…»

«Esanoeslacuestión»,hazanjadoJavier.«Esmuypeligroso—haañadidoIsmael—,ytúyatehasarriesgado

bastante.»«¿NoqueríasllevarmeentuavióncuandoestábamosenMadrid?—

meheencaradoconJavier—.Puesahoratieneslaoportunidad.»«Allí no habíamiles de soldados bajo nosotros deseando abatir el

aparato.»«Dijistequepodíasevitarlaslíneasenemigas.»«Pero estaremos en territorio hostil—ha dicho Ismael— y, si pasa

algo,rodeados;seríamuydifícilvolver.»«Razón de más para que llevéis a una enfermera. —Antes de que

siguiesen protestando he alzado la voz mirando a Ismael—. He estadodesde el principio, te he guiado en tus peores momentos, no te heabandonadonuncayesta ideahasidomía.—LuegohemiradoaJavier—.Ytúaúnmedebesmuchocomoparadecirqueno.»

Sehanquedadocalladosunmomento.«¿Teníaestecarácterantes?»,lehapreguntadoIsmaelaJavier.«No.Perosiemprehasidoasídevaliente.»«Noesvalentía,estemeridad»,hainsistidoIsmael.«Pues entonces seré temeraria. ¿Ocreesque lasdemásenfermeras

nomuestranlamismatemeridad?PodríanestarenlaPenínsulayhacerdonativosparalosheridosyenfermos,peroestánaquí,lejosdesuscasasydesusfamilias,durmiendopoco,comiendomal,trabajandohastacaerrendidas...Unadenosotrashacogidoelpaludismo,que laacompañaráparasiempre,yotra,unaamigamía,hamuertoenunbombardeo.Todasestamosarriesgandonuestrasvidasporvosotros,ylohacemosporqueesnuestra decisión, así que si yo decido ir, iré, porque ya que me estoyjugandolavidatengoderechoadecidirdónde,cómoyporquién.»

Lohedichosinpararmemuchoapensar,hablandomuyrápidoparaqueellosnomeinterrumpiesen.Sinesperaraqueserecuperasen, lehepreguntadoaJavier:

«¿Cuándoiremos?».Conmásresignaciónqueconvicciónmeharespondido:«Aún no lo sé. Intentaré que me asignen a alguna misión de

reconocimientocercadelazonaparapoderdesviarme.Osavisaré».

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AntesdequeJaviersefuese,Ismaellohasaludadollevandosumanoabiertaalafrente,deformamilitar.

«Sesaludaalgrado,yeresmisuperior»,ylehadadolasgracias.Ha sonado sincero. Creía que, por mi culpa, o más bien por mi

presenciaenmediodeellos,seibanaodiar,peronomedalaimpresióndequeseaasí.Tampocoesquesehayanagradado,nimuchomenos,perohenotadoqueentreamboshayrespeto.

20deoctubrede1921

PorlamañanasehaidoIsmael.Yalehemosdadoelalta.Entreloscivilesque salvó en Nador han hecho una colecta para pagarle una buenahabitación en el Hotel Victoria. Teníamos demasiada gente alrededorpara despedirnos de forma afectuosa, así que solo le he dado unascuantas indicacionespara seguir cuidándose, comosi fueseunpacientemás.Ensecreto,hemosquedadoensuhotelestatarde.

MehaparecidoextrañoveraotroheridoenesacamaqueIsmaelhaocupado tanto tiempo. Es un joven oficial de Caballería al que hemosdebidodesacarmásdecincuentafragmentosdemetralladelaespalda.EnesaoperacióncolaboraronNoguerasyHerranz, yhastanosdejaronparticiparaAviyamí;dividimoslaespaldaencuatroyacadaunoletocóuna parte. A los doctores la lumbar, donde hay más tejidos y es máspeligroso,yanosotraslazonadelasescápulas,dondelametrallaeramássuperficial. El paciente tuvo mucha suerte; ninguna esquirla se habíaalojadoenlacolumnanienelcuello,nihabíaperforadolospulmonesolasvísceras.Paranosotrosresultóunatareatansencillaque,mientraslahacíamos,noparamosdehablar, como si estuviésemos alrededorde lamesadeuncafé.

Por la tarde, de camino al Hotel Victoria, me he puesto un poconerviosa.IbaaestarasolasconIsmaelenlahabitaciónymefigurabaquéquerría. Si en el blocao, sobre la tierra y rodeada de sacos y suciedad,habíasidomaravilloso,enunahabitacióndehotel,perfumadayconuncolchón mullido, sería aún mejor. Además, supongo que para Ismaeltambién seríauna formade corroborar quemi corazón le pertenecedeverdad.Ysitengodudas,noesporloquediganuestrareligiónoporloque se supone que una dama debe hacer, a fin de cuentas ya no voy allegar virgen al matrimonio, sino por Javier. Su reaparición me haafectadomásdeloquemegustareconocer.Yaunqueaúnnoséhastaqué

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punto confiar en sus promesas, su actitud está siendo muy noble ygenerosa.

Heentradoenelcafétemblando,yhesentidociertoalivioalverqueIsmaelyJavierestabansentadosaunamesaconversando.Meheunidoaellos.Javierlohabíaarregladotodoparaquedentrodetresdíaspodamosvolar.

«Nosestamos trasladandoaZeluán,asíquenohabrámuchagenteen lapistadelHipódromo.Dejarémiaparatoenunrincónyunpardeamigosnoscubrirán.Nosveremosallía lasdiezde lamañana.—Luegomehaentregadounpaquete—.Túnopuedesirvestidaasí,deenfermera;ponteesto.»

«¿Quées?»«Unodemistrajesdepiloto.»Heestadoconellosunpocomásyluegohepuestounaexcusapara

regresaralhospital.Mehasorprendidoque laaceptaseny sequedasenallíhablandosobrelaguerra,avionesyarmascomosifuesendosamigos.

Al salir casi he tropezado con dos niños que pedían limosna eintentabansisaralgoalostranseúntes.Cuandomehanreconocido,hanechadoacorrer.HabíavistoniñosacientosportodaslascallesyrinconesdeMelilla.Pero esta vezmehepreguntado si aquellosdos estarían allíporalgorelacionadoconmitío.

21deoctubrede1921

Carmen ha regresado y todas nos hemos sentido un poco menoshuérfanas.NoshacontadocómoestáorganizandolosnuevoshospitalesdeTetuányLarache,yelcrecimientodelaCruzRojaportodaEspaña.

«Y lomejores lobienquehablande lasDamasEnfermeras.Hastalos socialistas, en el Congreso, han elogiado nuestra labor.HoymismoIndalecioPrieto,quenoparadecriticaratodoelmundo,hapublicadounartículoenelquenosponeporlasnubes.Quiénloibaadecir…»

Luego nos ha reunido a unas pocas, entre las que estábamos Avi,Alba,Inés,Merry,Isabel,LuisadeOrleans,MaríaBenaventeyyo.

«Con vosotras, y con otras que hoy por desgracia no están aquí,comencé en Madrid. Y levantamos este, nuestro primer hospital desangre, de la nada. Éramos solo un sueño, un deseo de ser útiles ydemostrar que nuestro lugar no está en casa, sino que podemos hacercosasdeverdadimportantes,grandes.

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»Esedeseoeshoyunarealidad.Yloesgraciasalalaborylaayudademuchísimas personas, pero no puedo evitar sentir por este pequeñogrupouncariñoespecial.Convosotrasempezótodo.»

Ha abierto un par de botellas de champagne, que no sé de dóndehabríasacado,ybrindamoscontazasdeté.

Después de esa emotiva celebración, el trabajo ha sido mássatisfactorioquenunca.YlodigoporlaspalabrasdeCarmen,noporelchampagne.

PorlatardemedisponíaasalirparavisitaraIsmaelcuandomehetopadode frenteconmi tío.Estavez traíaalmonobienagarradoenelregazoylehabíapuestouncapuchóncomoeldeloshalcones.Aunasí,elmiconoparabadeolfatearelaireydevolverlacabezahaciacadaruidoqueoía.Antesdequepudierasaludarlo,mitíomehacogidodelbrazoymehaarrastradoa la salade espera.En cuantohemos entrado,mehadichomuyserio:

«Teestánsiguiendo».«¿Quién?»,hepreguntadoasustada.«Ya lo sabes y deberías haberme hablado de él: un sargento de

cabelloblanco,Efraím.Losdeaquítambiénlollaman“elAlimoche”,poresepelocanoyporque,comoesoscarroñeros,sealimentadelamuerte.»

«¿Cómohasabidodeél?»«Eresmisobrinaymepreocupoporti.Todoalrededordetuamigo

me pareció muy extraño: su extravío, su aspecto, el mapa que habíapintadoenlapared…Asíque,porsiacasoestabasmetidaenunlío,hicequetesiguieran.»

«¿Hahechoquesusniñosmeespíen?»«No solo los niños. Ymi gente ha descubierto que el Alimoche os

vigilaatiyatuamigoIsmael.»«¿QuésabedeEfraím,elAlimocheocomosellame?»«Quenohayquemezclarseconél.Manejatabaco,alcohol,morfina,

prostitutas,comidaycualquiercosaquepuedatenervalorenelmercadonegro. Y es intocable. Hace meses un fiscal militar intentó llevarlo ajuicio,peronadieseatrevióatestificaryalpropiofiscalloenviaronaotrolado.»

«Ya lo sabía. ¿Y le han contado qué relación tiene Ismael con esehombre?»

«No, pero que el Alimoche esté tan interesado en su memoria espreocupante.Ayer,dehecho,intentóhablarconél…Perotuotroamigo,el aviador, un par de colegasmíos y yomismonos turnamos para que

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Ismael nunca estuviese solo. Y por la noche lo sacamos del hotelescondidoenunbaúl.Ahoraestáenunlugarseguro.»

«Perodentrodedosdías…»«Lo sé,habéisquedadoenelHipódromopara esa locuradevuelo.

Javier e Ismaelme lo han contado todo y tambiénme han pedido queintentedisuadirte.¿Creesqueseríacapazdeconseguirlo?»

«No.»«Entonces no me queda más remedio que ayudarte. Un par de

hombresvendránconunaambulanciaaentregarosheridosyallevarsealosmuertos.TúesperaeneljardínconlasropasquetedejóJavier.Ellosse encargarán de llevarte hasta el avión sin que nadie te vea salir delhospital.»

Elplanmehaparecidodeliranteyloco.Casitantocomoelmonodemi tío Cristóbal, que se le ha escapado aprovechando que estaba tanconcentradoennuestracharlayandabaenredandoporlasalita,libredelcapuchón.

«¿No cree que está exagerando un poco? En cuanto subamos alavión,adiósproblema.Nonosvaaseguirporelaire.»

«Perosabráquéhacéisypuedeesperarosavuestroregreso.Créeme,enestosasuntostodaprevenciónespoca.Nolehablesdeestoanadie.»

Mi tío ha recuperado al mono, que había orinado en una silla yjugabaadeshilachar las telasquedecoran lahabitación.Lehavueltoacubrirlacabezay,trasdisculparseporeldestrozo,sehaido.

Yomehequedadoigualdedestejidaqueesetapiz...NovolveréaveraJaviereIsmaelhastaelmomentodesubiralaviónycomenzarnuestraaventura.Mañanavaaserundíaeterno.

22deoctubrede1921

Y sí que se me ha hecho eterno. Ni el quirófano conseguía apartarnuestrosplanesdemicabezanialigerarlasensacióndetenerelestómagollenodecemento.

Despuésdemisa,conlaayudadeInésyAvi,meheprobadoeltrajedepiloto.Mequedaenormeyestoyfrancamenteridícula.

«Al menos, ya no soy la única que se disfraza», ha dicho Inésriéndose.

Por la tarde lohemosajustadoentre las tresparaquenoparecieseun globodesinflado.Y aunque el resultado sigue siendo lamentable, ya

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meparecemejor.Desdeentoncesyahanpasadoseishorasydeberíaestardurmiendo,

peroelcorazónmelatedeprisaynotounasensacióndefríoportodoelcuerpo. Y aunque sé por qué se produce exactamente, no puedocontrolarla. Ahora entiendo lo que contaba Sancho sobre la lucha y laespera.Elmiedohadevencerseantesdelabatalla,noduranteella;ynosésipodrédominarloparadormirestanoche.

23deoctubrede1921

Yahaacabadotodo,queridodiario,aunquenodelaformaqueningunode nosotros hubiera deseado. Si hay algo que define el futuro es quesiempreesdiferentea loqueesperamos.Y lomismopodríadecirsedelpasado.

Hasidoundíalargo,enorme,ypormomentoshetemidoquefueseaserelúltimodenuestrasvidas.Comienzoporelprincipio.

Tras despertarme de una noche llena de sueños angustiosos y dehaberdormidopocashoras,hedesayunado,heasignadomiturnoaAlba,quesehacomprometidoacubrirme,yalahoraconvenidaesperabaeneljardín,vestidaconeltrajedepiloto.

Semehanacercadodoscamilleros.Unograndoteyelotrobajitoyconelpelomásrubioquehayavistonunca.

«¿SeñoritaDelaGasca?—Asentí—.NosenvíadonCristóbal.»Hanposadolacamillaenelsueloymehanpedidoquemetumbase

enella.Luegomehancubiertoconunasábanacomosifueseunodeloscadáveresqueenviamosaldepósito.

«¿Noesexagerarunpoco?»,hepreguntado.Pero ellos solo seguían órdenes demi teatral tío. Así que, para no

causarproblemas,mehedejadollevaresperandoquenadieenelhospitalnotasenada.EspecialmentesorAsunción…

Enlaambulanciahecompartidotrayectocontrescadáveres,estosdeverdad, y tras dejarlos en el depósito hemos continuado hasta elHipódromo.Enunrincóndelapistayasoloquedabaunavión.AsuladomeesperabanJaviereIsmael,esteaúnconsumáscaradevendas.Leshahechograciaverlapintaquellevaba.

Ismael y yo hemos ocupado la cabina del observador, donde hetenido que sentarme sobre él; íbamos muy apretujados e incómodos.

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Javierhapuestoenmarcha lahéliceyha subidoa sucarlinga.Por fin,queridodiario,ibaavolar.

El ruidodelmotorhaocultadocualquierotro.Lavelocidadnoshaempujado hacia atrás en el asiento y el De Havilland ha comenzado atemblar y brincar sobre los baches de la pista. Íbamos cada vez másrápidoydabalaimpresióndequenosestrellaríamoscontralosedificiosdelfondo,peroentonceselaparatosehadespegadodelsuelo.Hesentidocomosimiestómagoflotasedentrodemicuerpoyporunmomentomeha faltado el aire, supongo que por la emoción. El avión ha dejado detemblarysehaelevadosuavemente.

Estabavolando.Enseguida hemos cogido altura y he mirado hacia abajo. Las

personassehacíancadavezmáspequeñashastadesaparecer,ylascasasycallesparecíandejuguete,comounplanopintadoenlaarena.Elmar,anuestraizquierda,centelleabareflejandoelsol,yhastaelGurugúparecíaachicarse a nuestros pies. Atravesábamos las nubes como si fuesen unhumohúmedoy lechoso.Bajonosotrossehanconvertidoenunocéanoblancoydetenidoeneltiempo.Entreellas,aveces,podíaverlalíneaqueseparaelmardelatierra.

«Volaremossobreelmar—hagritadoJavierparahacerseoírsobreelmotor—. Así evitaremos al enemigo. Luego giraremos hacia el oeste,parairdirectosanuestrodestino.»

Aunque Ismael y yo íbamos muy incómodos, la visión del mundodesdeallíarribaylasensacióndeflotarsobreelvientoyentrelasnubeshanhechodelviajealgomágico.

Alcabodeunamediahora,hemoscomenzadoadescender.Javierhaseñaladoaunlado, trasunascolinas.Habíauncampamentorifeñoconmediocentenardesoldadosyunospocoscaballos.

«No os preocupéis —ha vuelto a decir Javier—, aunque nos vean,estánmuylejosdenuestrodestino.»

En unos minutos hemos recorrido esa distancia que a ellos lesllevaría horas. Javier parecía que iba a aterrizar cuando de repente havueltoaelevarelaparato.

«¿Quépasa?»,hegritado.«Lapistaesmáspequeñadeloqueparecía,ycontantopesonosési

podremosaterrizar.»Le he pedido que lo intentase. Esa iba a ser nuestra única

oportunidadyJavierteníafamadeserunodelospilotosmáshábilesdetodoMarruecos.ElDeHavillandhatrazadounamplioarcoalrededorde

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lapistayhaemprendidodenuevoeldescenso.Lasensaciónhavueltoaserestremecedora.Miestómagoflotaba,elcorazónsemeacelerabaylosoídosme dolían, supongo que por el cambio de presión en el aire. Heacusado en todo el cuerpo el impactode las ruedas contra el suelo y lafrenadanoshaempujadocontralapartedelanteradenuestracarlinga.

Mehadadolaimpresióndequelapistaseibaaacabarantesdequehubiésemos frenado y, al contrario que en el despegue, esta vez lasensaciónsehacorrespondidoconlarealidad.Elaviónsehasalidodelapistayha traqueteado sobreel suelo irregularde tal formaqueparecíaque se iba a hacer pedazos con nosotros dentro. Ha girado y se halevantadosobreunladohastatocarconsusalaselsuelo,perofinalmentehacaídosobrelasdosruedasysehadetenidolevantandounmontóndearenillaypiedrasquehangolpeadoelfuselajeportodoslados.Elmotorhaempezadoaecharhumo.

«¿Quépasa?»,hepreguntadoasustada.«Nolosé—harespondidoJavier—,perobajad,¡deprisa!»Ismaelmehaayudadoasaliry luegohabajadoél.Javierhausado

una de sus cantimploras para apagar el pequeño fuego que se habíaproducido.Luegoharespiradoconalivio.

«Almenoselaviónnohaardido.»«¿Ypodrádespegar?»,hepreguntado.«Vamosacomprobarlo.Estasacudidanolehavenidonadabien.Y

me parece que las alas también están tocadas. —Javier ha movido loscontrolesyhacomprobadoqueunodelosaleronesnorespondíabien—.Creo que podré arreglarlo. —Luego ha intentado poner en marcha elmotor.Estesehaagitado,hadejadosalirunhumonegromuydensoyseha parado. Javier ha lanzado un par de maldiciones—. Haced lo quetengáisquehacer;verécómopuedoarreglarlo.»

«¿Ysinopuedes?»«Seráunlargopaseohastalazonafrancesa.»MeheacercadoaIsmael,queapenashabíacaminadounosmetrosy

sehabíaquedadoquieto.«¿Esteesellugardetussueños?»«Sí.Yestuveaquí.Ahoralosé.—Hablabadespacio,comosilascosas

fuesenapareciendounaaunaensucabeza—.Ibanaconstruirunpuesto,con lapistadeaterrizajeyelblocao,pero luegodecidieronqueno,queestabamuylejosdelaslíneasdecomunicaciónentreAnnualyMelilla.Yloabandonaron.»

«¿Yosfuisteis?»

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«No.Yonoservíaquí.Vineprecisamentecuandoloabandonaron.»«¿Porqué?»«Nolosé.Creoquebuscabaalgo…oseguíaaalguien…»«¿AEfraím?»«Puedeser.»Ha comenzado a caminar alrededor, conmigo siguiéndolo. Hemos

revisadoelblocao,losrestosdeuncochecalcinado,lasalambradasylossacosterreros,losalrededoresdelapista…Luegonoshemosalejadounpoco más y hemos subido la colina. Desde allí arriba divisábamos uncamino que serpenteaba entre pequeños collados y roquedales hacia elnorte.

Cada paso, cada lugar, le evocaba una sensación. Pero estas eranindefinidas y no le contaban una historia. Solo confirmaban que habíaestadoallí.Y,poralgunarazón,esoleinquietaba.Surespiraciónsevolvíalentaypesada,ysudabamucho.

«¿Quétepasa?»«Nolosé.Escomosi…Aquíocurrióalgoterrible;noesquelosepa.

Losiento.Yescomosifueseavolverapasarencualquiermomento.Escomo si estuviese volteando piedras sabiendo que, tras una, apareceráunavíbora.»

«Podemosparar.»«No. Es lo que tengo que hacer. Sé que aquí, en algún lugar, se

escondeelrestodemipasado.Losé.»Lehe tocado la frente.Aunbajo las vendas, ardía.Y en ese estado

febrilyvacilantehaseguidoinspeccionando.Hastaquehavistoalgo:unroquedal cubierto de arbustos, cerca de la colina. Ha echado a correrhaciaallí.Heidotrasél,peroeramásrápidoysehaalejadoenseguida.Alllegarsehaquedadoquieto.Porunmomentonohahechonada.Luegohasoltadoungritoestremecedory,degolpe,hacaídoalsuelo.

Javier lohaoídoy sehaunidoamípara ir corriendohastadondeyacíaIsmael.Estabainconsciente.Enlacaídasehabíadadoungolpeenlacabezaysangrabaunpoco.

«¿Qué le ha pasado? ¿Es un disparo?», ha preguntado Javiermirandoalrededor.

«Solosehadesmayado.Yomeocupodeél.Encárgatedelavión.»HevueltoconJavieralaviónparacogerelbotiquínquellevaba.Tras

limpiarlaheridadeIsmael,selahevendado.Vendassobremásvendas.Le he mojado los labios con agua y he intentado reanimarlo. Surespiraciónera regular y los latidosnormales,peronovolvía en sí.Era

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como si estuviese atrapado en un sueño del que no podía o no queríadespertar.LehepedidoaJavierquemeayudaseallevarlohastaelblocaoparaponerloalasombra.

«Lodejaréasíunrato,ymástardeintentarédespertarle.Comonoloconsiga,nosvaacostarmuchosubirloalavión.»

«Puedesdejarlodescansartodoloquequiera,porque lareparaciónmevaallevarmástiempodelquepensaba.»

Hemosregresadoalavión.Javier,trasunbrevesilencio,hatomadoaireparadecirme:

«Ismael no es mal hombre, y te quiere. Me gustaría decir que tequieremenos que yo, y que es un idiota o algo así, pero no es cierto.Querríaodiarlo,yquerríaalejarlodeticomofuese,peronopuedo.Tehasalvadolavida.Ysiempreselodeberé».

El motor tenía algunas partes quemadas y en el suelo había unascuantaspiezasylostraposconqueJavierlashabíaestadolimpiando.

«¿Sabesrepararlo?»,hepreguntadounpocopreocupada.«Másomenos.»«¿Ysabescómosellegadesdeaquíalazonafrancesa?»«Másomenos.»Heintentadonoperderlosnervios.«Aver,¿enquépuedoayudarte?»«Ojalálosupiera…»Estábamos en silenciomirando el destazadomotor, cuandohemos

oído unos pasos. Nos hemos dado la vuelta con miedo por si era unrebelde, pero ha resultado ser Ismael. Venía con paso firme, sereno yseguro.Aldescubriraqueldesastrehadicho:

«Quizá pueda ayudar. Trabajaba con camiones y no será tandiferente».

«¿Estásmejor?»,lehepreguntado.«Almenosnoestoypeor.»«¿Quétehapasado?Tedesmayaste.»«Nolosé;quizáhayasidoelcalor,olatensión…»«¿Yhasrecordadoalgo?»Muyserio,casiáspero,meharespondido:«Notodo,perosíparte».«¿Y qué es lo que hacíais aquí? ¿Por qué es tan importante este

lugar?»«No lo sé… Y quizá nunca llegue a saberlo. Pero he tomado una

decisión.Mi caminohacia elpasadoha llegadohasta aquí. Se acabó.A

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partirdeahorasolomiraréhaciaadelante.Aloquequieroser…»No lo ha dicho comoquien celebra un triunfo, sino con amargura.

Mehaparecidounacapitulación.SehadirigidoaJavier:«¿Quémotores?».«UnLibertyL-12decuatrocientoscaballos;americano.»Ismaelhaacariciadoelmotorconsifueraunservivo.«¿Cuatrocientoscaballos?MadredeDios,seloponesauncamióny

tambiénlohacesvolar.Esprecioso.»IsmaelsehapuestoconelmotormientrasJaviertratabadearreglar

el alerón dañado. Yo les he ayudado en lo que he podido, como siestuvieseasistiendoen laoperacióndeaquelavión.EnunmomentoenqueJavier sehaausentadoparaenderezarunapiezagolpeándolaentredosrocas,Ismaelmehadichoporlobajo,mirándolo:

«Pensé que sería un mequetrefe relamido y un cretino, pero esvaliente y, mal que me pese, te quiere de verdad y está realmentearrepentido.Sinoshatraídohastaaquíesporeso:haríacualquiercosaporti».

Solo le ha faltado decirme que le encantaría odiarlo, pero que nopodía. Me ha asombrado esa sintonía, que parecía el germen de unaimprobableamistad.

Perometemoqueeraunoasis.O,mejordicho,unespejismo.Enesasituación tan desesperada necesitábamos estar unidos. Una buenarelación entre los tres, con lo queha pasado y lo que aún sentimos, esimposible.Nopuedeexistiramistaddondealguiensufre.Aunquequieropensarque, conel tiempo, eldoliente sanaría susheridas, apagaría sussentimientosnocorrespondidosyencontraríaaalguienaquienvolveraamar de verdad. Un amor no correspondido es incompleto y no tienerazóndeser;sebasaensueñoseilusiones,noenalgoreal.Oseolvidaosemagnificahastaconvertirseenundelirio,enalgoenfermoquepuedellegar a corromper el alma y destruir el yo, como les pasó al jovenWerther o a Emma Bovary. Y ni Javier ni Ismael tienen el caráctersensibleyfrágildeesospersonajes.Niyocreoquelotenga.Dehecho,loquetengoesunocéanollenodetempestadesenmicabeza.Ycomonomeaclarepronto,lostresnaufragaremos.

Javierharegresadoconlapiezayabienenderezada.«¿Cuántofaltaparatenerelaviónlisto?»,leshepreguntado.«Elaleróncasiestá»,hadichoJavier.«Almotoraúnlequedandosotreshorasdetrabajo»,hacalculado

Ismael.

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Javierhapalidecidoalescucharlo.«¿Aquévieneesacara?»,lehapreguntadoIsmael.«Silosrifeñosalosquesobrevolamoshandecididoveniraverqué

pasa,llegaránantesdequeelaviónestélisto.—Hasacadosupistola—.Ysolotenemosestoparadefendernos.»

«¿Ylaametralladoradelavión?»,hapreguntadoIsmael.«Ibajuntoavuestracarlinga.Laquitéparaaligerarpeso.»«¿Ypordóndevendríanlosrifeños?»,hequeridosaber.«Desdeelnoreste,porelcaminoquehaytraslacolina.»«Iréamirar»,leshedicho.He cogido unos prismáticos que llevaba Javier en la carlinga y he

vueltoasubirhastalacimaparavigilaraquelampliohorizonte.«¿Vesalgo?»,mehangritado.«¡Nada!»Desde allí arriba oía los golpes que daban al avión y algún

comentario que hacían entre ellos mientras seguía vigilando. Unapequeñanubede polvo, al otro ladodel horizonte,muy lejos de dondeestábamos,hallamadomiatención.¿Podríasersoloelviento?Peronosedispersaba ni cambiaba de dirección. Se mantenía constante y parecíavenirhacianosotros.

«¡Mirad!»,leshegritado.IsmaelyJavierhansubidocorriendoyhancomprobadoqueloque

yotemíaeracierto.Ungrupoderifeñosibahacianosotros.«¿Osdarátiempoaacabarconelaviónantesdequelleguen?»«Lodudo—hadichoJavier—.Lomejorseráquenosmarchemosy

quizáseconformenconcapturarelavión.»«¿Nodeberíasincendiarlo?»,hapreguntadoIsmael.«Entoncesseguroquenosseguirían…—Javierhatenidounaidea—.

Escondeos. Lejos de aquí, porque lo registrarán todo. Yome entregaréconelaviónylesdiréqueveníasolo.»

«¡No!—hegritado—.Tematarán.»«No creo. Estarán impacientes por enseñarle su captura a Abd el-

Krim:unaviónysupiloto.Yencuantomellevendeaquí,podréisirhacialazonafrancesa.»

«Es una travesía larga y peligrosa, y apenas nos queda agua ycomida»,haprotestadoIsmael.

«Pero es vuestra única oportunidad. Con solo una pistola nopodemoshacernada.»

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Ismaelselohapensadounmomentoantesdedecir,muyserio,comosiestuvierahaciendounaconfesiónterrible:

«Notenemossolounapistola.Venid».Lohemosacompañadohastaelroquedal.Trasapartarunosarbustos

ymoverunaspiedras, hadejado libre la entrada aunapequeña cueva.Eraestrechayhemostenidoqueentrardeunoenuno,conlalinternadeJavier. Las paredes, de roca caliza, se quebraban al tacto. El pasillo seabríaaunacámarabastanteespaciosa.Ellugarestaballenodecajas.

«¿Quéhayenellas?»,hepreguntado,aunqueloimaginaba.Ismaelhaabiertounamientrasdecía:«Lo que estaba investigando… Por eso a Efraím le preocupa tanto

querecuerde».Lacajaestaballenadefusilesymunición.«Yhaymás—hadichoysehaidohastaotracaja,llenadegranadasy

explosivos—.Estanoes.—Habuscadoenunpardeellasmáshastadarcon lo que quería: una enorme ametralladora y decenas de cintas conmuniciónasulado.

«UnaHotchkiss. Francesa, enfriada por aire, seiscientas balas porminuto.—Parecíaquenoslaqueríavender—.Sinolosfrenamosconella,nolosfrenaremosconnada.»

Pesabamuchísimo. Ismaelha cargado con ella, yo con el trípode yJavierconunagrancantidaddecintasdemunición.Hemoshechovariosviajesmás para traermásmunición, una docena de fusiles y granadas.Luego hemos vuelto a tapar la entrada a la cueva, que, así, eraprácticamenteinvisible.

Hemoscolocadolaametralladoraenlacimadelacolinaparapoderdispararlaacubiertodesdenuestracaradelapendiente.

«Loidealseríacolocarlaenlabaseyexcavarunatrincheraolevantarunparapetoparamanejarla—comentóIsmael—.Asísucampodetiro,arasdesuelo,seríaletal.Desdeaquíarribalasbalascaeránenánguloynoharán tantodaño.Aunquenuestroobjetivoesasustarlos,nomatarlosatodos.»

Asíquehemossituadolosfusilesaloslados,portodalacimadelacolina,asomandoentrelasrocas,paradarlaimpresióndequeallíhabíatodounpelotónapostado.

Ismaelmehaentregadounodelosfusiles,quepesabamuchísimo,ymehaexplicadocómodispararlo.

«Es importanteque losostengasmuy firme,con laculatacontraelhombro,yyateavisoqueelretrocesovaasermuygrandeytevaadoler,

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comositedieranungolpe,peronoteasustes.Niteasomesaldisparar,¿entendido?Niapuntes.Loimportanteeshacerruido,irdeunoaotroydispararlossincesarparaquecreanquehaymuchossoldados.»

Luego tambiénmehaenseñadoa lanzar las granadas,por si acasolosrifeñosllegabanaacercarsemucho.

Ismael y Javier han vuelto al avión para continuar reparándolomientras yo me quedaba en la colina, vigilando, rodeada de todasaquellas armas.Media horamás tarde, a través de los prismáticos, hedivisado bajo la creciente nube de polvo a un buen grupo de rifeños,algunosacaballo.Aúnestabanmuylejosparasabercuántoseranoparaqueellospudiesenverquehabíaalguienaquíarriba.Hedeseadoqueseconfundieranoerrasen su caminoy sedirigieranaotraparte,perono.Supongoquedebíandeconocerlaexistenciadeestepuestoconsupistayhabránsupuestoqueelaviónhaaterrizadoenella.

Al cabodeun rato, con losprismáticos yadistinguía claramentealgrupo.Seríanunostreinta.Tresdeellosacaballo,quehanazuzadoasusmonturasparaacercarseaexplorar.Meheagachado,hedescendidountramoyllamadoaIsmael.Estabantancentradosenelaviónquenomeoían.Hetenidoqueelevarlavoz.

«¡Yavienen!»Ismaelhadejadosusherramientasyhacorridohaciamí.Ambosnos

hemos tumbado tras la ametralladora. Él ha observado por losprismáticos a los tres jinetes al trote. Los demás venían a una buenadistanciadeellos,caminandosinmuchaprecaución.

«Aún faltanunosminutosparaqueesténa tiro—mehaavisado—.Agáchatebien.»

«¿Porquénomedijistequehabíasrecordadolodelasarmas?»Sehaquedadocallado.«Efraímtraficaconarmas—lehedicho—,ahoralorecuerdasyaquí

tieneslaspruebas.Poresotevigilatanto.Peroahoravamospordelanteypuedesdenunciarlo.»

«Noharemosnada.»«¿Porqué?»«Porque ahora también recuerdo lo que es capaz de hacer y no

quieroarriesgarmemás.»«Ya te enfrentaste a él en el pasado, ¿no? Cuando mataste a ese

hombreaquí.»«Sí.»«Puesahorapuedesacabarcontodosellos.»

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«Antesestabasolo,peroahora,no.Yaunquenotemapormivida,temoporlatuya.Teharándaño.Ysihacefalta,osmataránaJavieryatiparahacermecallar.Asíque,paraEfraím,nuncahabrérecordadonada…YparaJavieryparatidebeserlomismo.»

Ibaaresponderle,peroélhamiradohacialosrifeñosymehadicho:«Cogeunfusil;yavienen».Me he alejado un poco de él y levantado uno de aquellos pesados

máuser.Yaestabalistoparadisparar.Heapoyadolaculataenmihombroyme he asomado un poco sobre la cresta de la colina. Los jinetes aúnestabanlejos,aunosquinientosmetros,yseacercabanauntroteligero.Apuntarlesaesadistanciaeracomoapuntaraunalagartijaqueestuviesecorreteando por el suelo. Ismael ha levantado la mano indicando queesperase. Los ha dejado recorrer otros cienmetros más y entonces habajado lamano.He apuntado, enfilando a uno de los caballos entre lamirayelalza,comomehabíaenseñado,yhedisparado.Elruidohasidointenso, rápido y seco.Una explosión que enmenos de un segundo yahabía desaparecido para convertirse en un eco que se repetía entre lasrocas. He sentido la culata contra el hombro como si me diesen unmartillazo y, aunque creía que tenía el fusil firme y bien agarrado, elcañónsehaelevadobastante.Nomehecaídodemilagroyeldisparonisiquierasehaacercadoaljinete.Perosehandetenido.

Ismaelhacomenzadoadispararlaametralladoraconunruidoaúnmásfuerteycontinuo,realmenteensordecedor.Aunosveintemetrosdelos caballos el suelo se levantaba en pequeños surtidores de tierra quehan ayudado a Ismael a guiar el tiro hacia los caballos. Dos hanreaccionadoyhuidoalgalope,peroelotrohasidoalcanzadoyhacaídoalsuelo.Losiguientehasidohorrible,comosilaráfagadelaametralladorafuese una cuchilla que los atravesara y abriera en canal. Las tripas delcaballo se han desparramado fuera del cuerpo y el jinete ha quedadodestrozado. La sangre enseguida se ha extendido a su alrededorformandouncharco.

Ismael me ha gritado que disparase un par de fusiles más. Lo hehechomientrasélagotabasuprimeracintadebalasparahacerhuiralosjinetes.Luegohacargadootramientrasyohacíalomismoconlosfusiles.

«Con un poco de suerte —me ha dicho—, pensarán que es unaposiciónbiendefendidayseirán.»

Yo esperaba lomismo y he deseado que fuera así, porque amí, almenos, ni seme ocurriría enfrentarme a una ametralladora ahora quehabíavistoloquepodíahacer.

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Pero no ha sido así. Los dos jinetes supervivientes se han reunidocon el grupo, que estaría a unos setecientos metros, han dejado loscaballos y con los demás se han dispersado para acercarse, cuerpo atierra, buscando piedras e irregularidades del terreno tras las quecubrirse. Eso les hacía ir muy lentos, aunque era mucho más difícildispararles.

En ese momento de quietud y silencio, tras los disparos, me hansorprendidodoscosas.Una:larazónqueteníaSancho.Mientrasestabadisparandonohesentidomiedo,dehechocreoquenohesentidonadaenmi interior. Solo dolor, sudor, fatiga y una intensa energía quemellevaba amoverme con rapidez y frenesí de un lado a otro, cargando ydisparando. La otra: lo sencillo, frío y aleatorio que esmatar con estasarmas.

Hemiradohaciaatrás.Javieraúnseafanabaconelmotordelavión.LuegomehefiguradounaconversaciónbastanteestúpidaconDios,enlaque yo le pedía que nos ayudase y élme decía que los de enfrente, losrifeñosquenosatacaban,leestabanpidiendoexactamentelomismo.

«Peronosotrossomosmenos»,ledecíayo.«Tenéisunaametralladora»,respondía.«Solo queremos irnos de aquí —insistía yo—, y ellos quieren

matarnos.Noeslomismo.»«Pues,porahora,elúnicoquehamuertoesunodeellos»,replicaba

Dios.Heapartadoesastonteríasdemicabezaparaasomarmeconmucho

cuidado. Los rifeños ya habían recorrido una tercera parte del camino.Unosehalevantadounpoco,haalzadosufusilynoshadisparado.Trasagacharmeinstintivamente,heoídoelsilbidodelabalamuyporencimade nosotros. A lo lejos sonaban otros disparos. Algunos impactabancontra la colina, levantando pequeños surtidores de tierra, y otrospasabande largo.Noparabande disparar aunque allí, a cubierto de laloma,eraimposiblequenosalcanzasen.

«Es fuego de supresión —me ha explicado Ismael—. Un grupodispara a discreción para que nos pongamos a cubierto y facilitar elavancedelosotros.Asíque…adisparar.Perotúniteasomes.Tiraalaireaunquesea,quesolooiganelruidoyelsilbardelasbalas.»

Lo he hecho sin apenas levantar la cabeza tras las rocas,mientrasIsmael, con cuidado, se ponía tras la ametralladora y comenzaba adisparar. Entre un par de piedras me he asomado un poco y he vistocomo, efectivamente, un grupo de cinco corría hacia la colina bajo la

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cobertura del fuego de sus compañeros. He apuntado y disparado sinmuchoéxito.Pero la ráfagade laametralladorahaestalladoderepenteen el suelo, cerca de ellos, y ha parecido perseguirlos. Dos han caído,convirtiendo lossurtidoresdetierraensurtidoresdesangre,y losotrostres han conseguido esconderse tras un peñasco que Ismael hamachacado con sus disparos. Mientras él cambiaba la cinta yo heaprovechado para disparar varios fusiles casi seguidos. El ruido los hamantenidoencogidos.

Unavezrecargadalaametralladora,Ismaellahadirigidocontralosquehacíanelfuegodesupresión,queenseguidasehanechadocuerpoatierra. Yo seguía disparandomientras el hombro seme resentía por eldolor. Al pasar cerca de la ametralladora uno de los casquillos me hagolpeado un brazo. Estaba ardiendo y me ha hecho una pequeñaquemaduraenlaropa.

HeseguidodisparandolosfusileshastaqueheoídogritaraIsmael,que se encogíadedolor echándoseunamanoalbrazo.He corridoa sulado.Sangraba.

«Noesnada»,mehadicho.«Esolodiréyo»,hereplicado.Yafortunadamenteeraasí.Solounrasguñobastanteprofundo.He

rasgadounpedazodetelaparaapretarsupropiacamisacontralaheridayélhavueltoalaametralladora.Lapausahahechoquelosrifeñossenosacercasenmás.

«Lanzaunas granadas—mehaordenado—y, porDios, tenmuchocuidado.Sialgunaseteresbala,seacabó.»

Hecogidounagranadaylahelanzadotodololejosquehepodido.Parecía que el brazo seme fuese a romper.Había usado elmismoquehabíasoportadoelretrocesodelosfusiles.Alpocoheoídolaexplosiónalpiedelacolina.Helanzadounpardeellasmásyvueltoconlosfusiles,disparando unos y otros, y luego lanzando más granadas. Ismael,mientras,seguíapaseando lasráfagasdeametralladoraentre losquesenosacercaban,cuyosdisparoserancadavezmásescasos.

Hede reconocer la valentíade aquellos rifeños, porque contraunaametralladora, granadas y fusiles ellos seguían avanzando. Tres máshabíancaído.Dos,muertos,yacíanenelsuelo.Altercero,heridoenunapierna, lohabíanrecogidosuscompañerosy,trasunasrocas,mefiguroqueestaríanintentandopararlahemorragia.

Entonces,anuestraespalda,hasonadoundisparo.Loprimeroquehepensadoesquenoshabíanrodeadoyque todosehabíaacabado.El

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miedo,queenningúnmomentohabíasentido,seaferrabaentoncesamiinterior yme tenía paralizada.Nime atrevía amirar. Y entonces lo heoído:elruidodelmotordelavión.Hemirado.EldisparohabíasidodelapistoladeJavierparaavisarnosdequeestabalisto.

«Vetúprimero—mehaordenadoIsmael—,yoiréenseguida.»He corrido hacia el avión mientras Ismael seguía disparando la

ametralladora. Javier me ha ayudado a subir y luego ha ocupado sucarlinga.Entonces hemos oído una explosión sobre la colina.Del lugardonde había estado Ismael salía una columna de tierra y humo que sedesperdigabapor todos ladosy laametralladora,hechapedazos,volabaporelaireparavolveracaeratierra.

Hetemidoqueunagranadadelosrifeñoslohubiesealcanzado,peroentonces lo he visto correr hacia el avión. Había puesto unas cuantasgranadas en la ametralladora para destruirla y que los rifeños nopudiesenusarlacontranosotros.

Javier ha pilotado el avión para llevarlo, traqueteando sobre elirregular suelo, hasta la pista. Ya estábamos en ella cuando nos haalcanzadoIsmael.Lehetendidounamanoparaquesubiesey,mientraslohacía,hevistoquetresdelosrifeñoshabíancoronadolacolinaynosapuntaban con sus fusiles. Han disparado. Las balas han pasado anuestroalrededoryunahaimpactadoenunala.

El avión ya comenzaba a correr sobre la pista cuando Ismael haentrado en nuestra carlinga.Me ha apartado para sentarse, y yo lo hehechosobresusrodillas.

«Asíteprotegeréconmicuerpo.»Aun sobre el ensordecedor ruido delmotor podía oír los disparos,

que nos han seguido aun cuando el avión ha despegado. En unossegundosyaestábamostanaltosytanlejosquenohabíanadaquetemer.

«¿Estáis bien? —ha gritado Javier. Le hemos dicho que sí—.Esperemosqueelavióntambiénloesté.»

Estavezhavoladomásbajoporquenoconfiabaenelmotor,ynosehaadentradotantoenelmar.AlolejoshemosdivisadoelmonteArruit.Cerca de él, a pocos kilómetros al norte, había humo y sentíamos lasexplosionesaesadistancia.Nuestroejércitoestabapreparandoelasaltopararecuperarlo.

EnlugardedetenernosenZeluán,demasiadocongestionadoporlastropas que se preparan para el avance, sobrevolamos la Mar Chica ycomenzamos a descender al ver Melilla. Ya está atardeciendo y lassombrasseestiransobreunmarquereflejauncielocadavezmásoscuro.

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Elmotorhaaguantadoperfectamenteyelaterrizajehasidomuchomás tranquilo. Nada más detener el avión, unos soldados se nos hanacercado. Tras confirmar que el piloto era el capitán Javier AlonsoCordero, se lo han llevado detenido. Me ha mirado antes de que losubiesen a un camión y ha sonreído. Ese era el sacrificio que buscabahacerpormí.Estavezsílehedevueltounasonrisa.

AIsmaelyamínoshandejadoir.Alotroladodelapistaseguíalaambulanciaquenoshabíatraídoesamismamañana,aparcadajuntoaunbarracónenruinas.Alllegarhemosvistoquelacabinaestabavacía.Heabierto la portezuela trasera por si los camilleros se habían echado adormir una siesta allí atrás. Estaban tumbados y les iba a decir queespabilasencuandohevistolasangreasualrededor.Hegiradolacabezadelrubio.Estabaheladoypálido.Lehabíanrajadoelcuelloysehabríadesangrado en minutos. El otro estaba igual. Le he gritado a Ismael,asustada:

«¡Vámonosdeaquí!».Pero ya era tarde. Del barracón habían salido Efraím y otros tres

hombresquenosapuntabanconsuspistolas.«Albarracón,rápido»,haordenadoEfraím.Noshanagarradoparallevarnosdentroaempujones.«Aelladejadlaenpaz»,haexigidoIsmaelantesdegolpearaunode

loshombresquemellevaba.Efraímhaacercadosupistolaamicabeza.«Puesentoncescompórtateynomecausesmásproblemas.»En el barracón me han encerrado en un cuarto con uno de esos

hombresyaIsmaelenotro,supongoquebienalejadodelmío,porquenoles oía hablar en ningúnmomento. Le he dicho a mi captor que seríamejorquemedejaseir,queenseguidameecharíanenfalta,quemipadreeraalguienmuyimportante,queladuquesadelaVictoriaeramijefa,quenopararíandebuscarme,queseibanameterenunbuenlíoyunbuennúmero de cosas más…, pero no ha servido de nada. El hombre nisiquieramehamirado.Hastahepensadoquequizáerasordoyasíselohehechosabermientrasletirabaunpedazodemaderaquehabíaporelsuelo.

«No —me ha contestado con cara de resignación—, no soy sordo.Peroustedesunapesada.Efraímmehapedidoque latengaaquíhastaqueterminedehablarconsuamigo,yesloquevoyahacer;asíque,porfavor,señorita,tranquilíceseunpocoynocompliquelascosas.»

Yasíhehecho,muyquieta,enunrincón,ensilencio.

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Alcabodeunamediahorayahabíaoscurecido.Comoelbarracónnotenía electricidad mi vigilante ha encendido un candil. No he tardadomuchoennotarlaclaridaddeotrobajolapuertaantesdequeseabriera.HaentradoEfraím.

«¿Qué lehahechoa Ismael?», lehepreguntadomásenfadadaqueasustada.

«Puedeirse,señorita»,mehadichosecamente.«Nomeharespondido.¿Quélehahecho?»«Laesperafuera.Yyomedespidoahoraporqueesperoquenonos

volvamosavernuncamás.Nuestrosnegociosencomúnfinalizanahoramismo.»

Hesalidocorriendo.Lalunailuminabatenuementelosedificiosquenos rodeaban. Y allí estaba Ismael, fumando un cigarrillo. He corridohastaélyloheabrazado.Hepasadomimejillaporlasvendasdesucaraysentidocomosusbrazosmeapretabanconfuerza.

«¿Quéhapasado?»«Hemosllegadoaunacuerdo.Nosdejaráenpaz,peronopodemos

contarnadadeloquehapasado.»«Noesjusto.Acabademataradoshombres.»«Losé,perosinonosmataráalosdos.Hemostenidomuchasuerte.

Vámonos.»De camino alHotel Victoria he buscado sumano y la he apretado

fuerte.Asíhemoscaminado,sindecirnosnada,hastallegar.«¿Quieressubir?»,mehapreguntadoentonces.Heasentido.Ya en suhabitación, él seha sentado en la cama.Susojos estaban

cargadosdepena.Cansadosyderrotados.Hecomenzadoadesabrocharmeeluniformedepiloto.Noapartaba

sumiradademí.Peronomesentíaincómodasegúnmedesnudabaparaél.

«No,para.»«¿Porqué?¿Noquieresquelohagamos?»«Claroquesí,pero…Noesjusto.Nopuedohacerteesto.»«¿Elqué?»«Quieroqueveasquiénsoy.»Segúnyomecubría,élsequitabalasvendasdelacara.«Yaséquiéneres.»«No.Nolosabes.Bajoestamáscara,soyunmonstruo.»

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Y me ha mostrado su cara quemada y retorcida, perfectamentevisible bajo aquella intensa luz eléctrica.Nunca había visto sus heridascontalclaridad.Jamáscurarándeltodo.Siempreseráasí.

«No eres un monstruo. Estás herido, y a mí me da igual. Ya losabes.»

«Nomerefieroaestasheridas,sinoaloquehaybajoellas.»Ha cogido la fotografía de Asturias. La suya con su hermano

Anselmo.«Estenosoyyo»,hadicho.Enesemomentonoheentendidoquéqueríadecir.Hesupuestoque

hablabadeformafigurada…«Yo no soy Ismael Vallejo y no recuerdo nada de estas fotografías

porque jamás estuve en esos lugares, ni este esmi hermano. Ahora lorecuerdotodo.Estosmesesheestadoviviendounamentira,unavidaquenomepertenecía.»

He tenidoque sentarme ymeha costadohablar. Por unmomentoinclusolohemiradoconmiedo.

«¿Yquiéneresrealmente?»«MinombreesDavidRial,ysolosoyuncabo.»«¿Ycómo…?»«Te juro que hasta hoy creía que era Ismael. Y lo que he ido

descubriendo sobre él, sobre el hombre que creía que había sido, megustaba.Megustabamucho.Unhombrenobleyhonesto,quecongustosacrificaríasuvidaporlosdemás…—Entonceshanotadomimiedo—.Nomemiresasí,por favor,Laura.Sialgo tengoclaroesque jamásteharédaño.Yquesihacefaltadarémividaporti…Comoyaheestadoapuntodehacerunavez.Elquerecibióunabalaportifuiyo,David.AunqueséqueIsmaellohabríahechoigual.»

«¿Ycómollegasteapensarqueerasél?»«Porque antesdeperder lamemoriamehicepasarpor él, por eso

llevabasuropa.Fueentoncescuandomehirieron.Perdí lamemoriadequiénera,ytodospensasteisqueeraél;hastayocreíserlo.»

«¿Yquéfuedeesehombre?»Sehaquedadocallado.Heinsistido:«Dímelo,porfavor,¿quéfuedelverdaderoIsmael?Deesehombreal

quetantodicesadmirarahora».Noséporquéhepreguntadoalgocuyarespuestatantotemía…Conlágrimasenlosojos,mehaconfesado:

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«Yo lomaté. Es lo que vi cuando Efraímme llevómis verdaderosgalonesalhospital.MevimatandoaIsmael,peroenesemomentoaúnnolosabía».

Mehelevantadoparairme.«No,porfavor,espera.Dejaquetelocuentetodo.»¿Aesehombremehabíaentregado?Mesentíaaúnmástraicionada

quecuandodescubríelpasadodeJavierenMelilla.Peromelohapedidocontalsinceridad,tanroto,quemehevueltoasentar.

«Deacuerdo,perosérápido.»«Me cuesta decir “yo” para hablar de un hombre cuyas acciones,

ahora,meparecentandespreciables.Peroeseerayo.DavidRial,cabodeIntendencia,conducíayarreglabacamionesy,pordinero,colaborabaconEfraím en sus negocios. Lo conocí en el café del Colón, donde nosreuníamos con nuestros clientes, un lugar donde nunca me encontrécómodo,así lopercibícuandome llevasteallí.Supongoqueporesomeangustié tanto. En ese café comenzómi camino al lado de Efraím;miperdición. Entre sus mesas conocí a muchos oficiales, algunos cuyosnombres ni siquiera me atrevería a pronunciar, que estaban detrás detodoysebeneficiabandenuestrasactividades.Sinuestroejércitoestabatanmalabastecidoy equipadoerapor la cantidaddedineroy recursosque esa gente y nosotros robábamos, y que a nadie parecía importarle.Nuestra tareaerahacerel trabajosucioy tansolonosquedábamosconlasmigajas.Hastaquedescubrimosquehabíaunclientequenospagaríamucho mejor por algo que teníamos de sobra: armas. Así que Efraímcomenzó a vendérselas a los de Abd el-Krim. Preparamos un grancargamentoyyomeibaaencargardellevarlohastanuestrocompradorenunlugarseñaladoentierradenadie.PeroentoncesaparecióIsmael,elverdadero alférez IsmaelVallejo, haciendopreguntas sobre unas armasque teníanquehaber llegadoa su sección.Yeraunhombre inteligentequeenseguidasospechódenosotros.

»Aunasí,salíconelcamiónylasarmas,peroamediocaminomedicuentadequemeseguían.Aprovechandolanoche,medesviéyacabéenelpuestoabandonadoenelqueestuvimoshoy.Escondí lasarmasen lacuevaquevisteydibujélasituacióndellugarenunmapa.Alamañanasiguiente iba a irme cuando apareció Ismael en un coche. Intentédisimular,puesafindecuentaselcamiónestabavacío,peronoerasoloque me hubiese seguido. Tenía pruebas contra nosotros que llevabaacumulandosemanas.Mepidióquelellevasehastalasarmas.

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»Yameveíaperdidocuandollegóotrohombreacaballo;noscontóloquehabíapasadoenAnnual.ElfrentesehabíadesplomadoytodoelEjércitohuíaendesbandada,replegándosehacialasposicionesalrededordeMelilla.Aprovechandolaconmociónquecausólanoticia,mehiceconunarmaymatéaIsmael.

»Esoesloquerecordéalvermisverdaderosgalones;cómoacababacon Ismael golpeándolo por la espalda y rematándolo en suelo. Micabeza,aúnreaciaaaceptarlaverdad,mehizoconfundirlostérminosycreer que yo era el alférez que habíamatado almalvado cabo. Pero larealidadesotra.Lacontraria.YomatéaIsmael.Elcriminal,elasesino,porelmomentosehabíasalidoconlasuya.

»Elcaballoseencabritóporeldisparoytiróasu jinete.Ledisparécuando estaba en el suelo. Estudié los papeles y la documentación deIsmaely luegolaqueméconsuvehículo.Espantéalcaballo,enterré loscadáveres cerca del blocao, me vestí como el alférez Ismael e hice unhatilloconmisropasyelmapa.MiplaneraaprovecharlaconfusiónquehabíacausadoladerrotadeAnnualpara,asívestido,introducirmeenelcuartel de su sección y destruir las pruebas. Luego me pondría misverdaderasropasyvolveríaconEfraímparacontarleloquehabíapasado.No sabía lo grave que había sido el desastre militar y esperaba poderregresararecuperarelalijoencuantotodosetranquilizaseunpoco.

»Por lo que había visto en sus papeles, la unidad de Ismael habíaestado en el acuartelamiento Santiago y luego había sido trasladada alAtalayón, donde estarían sus cuarteles y todo el papeleo. Así que medirigíhaciaallí.Decaminomecrucéconsoldadosquehuían,asustadosydesesperados, sinningúnorden.Solodejé subira losheridos,que llevéconmigohasta elAtalayón, desde donde una ambulancia los trasladó aMelilla.»

«Fueunabuenaacción.».«Que fuea la cuentadelhombreque todoscreyeronver: el alférez

IsmaelVallejo.Comenzabalaleyendadesulaborheroicaysalvadora.Yoaproveché el caos que se enseñoreaba de todo para colarme en loscuartelesdelaunidaddeIsmaelyregistrarsuscosas.Descubríqueélydosdesushombreshacíasemanasquenosvigilabanyseguían,yhabíanreunido bastantes pruebas contra nosotros. Lo quemé todo. Luegopreguntéporesosdossoldadosquehabíancolaboradoconél;nopodíadejarcabossueltos.»

«¿Ibasamatarlos?»,lehepreguntadoasustada.

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«Sí—ha reconocidobajando los ojos—.Medijeronque estaban enDarHamed.Fuihastaallíconesaintención.Contodaaquellaconfusiónylos moros apareciendo por todas partes, sería fácil hacer pasar esasmuertes por un ataque rifeño o por un desgraciado incidente de fuegoamigo. Pero cuando llegué allí ya no estaban. Habían partido haciaNador,acubrirlaevacuacióndelostrabajadoresdelasminas.

»Y los seguíhasta allí, a laposición avanzadaque visitamos en lasafueras de la ciudad. Los vi cubriendo la retirada de los civiles. Meacerquéconsigiloparamatarlos,peroentoncescomenzóelataquedelaharka.Me vi enmedio de la refriega y comencé a luchar pormi vida.Ellosnirepararonenquiéneranienlasropasquellevaba.Yallíestaba,combatiendo codo con codo con las personas a las que hacía unossegundosibaamatar.

»El enemigome ahorró el trabajo. Cayeron y yo fui herido por lagranada.Misverdaderasropassequemaronconlaexplosiónyelmapasechamuscóensuinterior.LuegoEfraímlasencontróallíymelasllevóalhospital.

»El resto de la historia ya te la figuras. Desperté en el Docker sinsaberquiénera.Meconfundieronconelhombrequehabíaasesinadoyyomismomecreíqueeraél.Unhombremejorqueyo.Unhombreque,ahora,querríaser.»

«¿Cuándolorecordaste?»«Enelpuestoabandonado,cuandomedesmayé.Estuveapuntode

dejarquemematasen losmoros cuandoviqueyaestabais enel avión,perotemíque,siyonoregresaba,Efraímoshiciesedaño.»

«¿Ycuálhasidovuestrotratoexactamente?»«Le he indicado dónde están las armas. Mañana por la noche se

reuniráconunespíadelosrebeldesylesdirádóndeestánescondidasencuanto ledenelpagoconvenido.Acambio,yo…Yoyanopuedoseguiraquí.NicomoIsmael,porquelafarsaacabaríapordescubrirse,nicomoDavid,porqueesunasesinoquedeberíaserjuzgadoyfusilado.Sesuponequeteibaaconvencerdequedeberíamoshuir,dequevolvíamosaestarenpeligro.SéquequeríasiraArgentina,acontinuarcontusestudiosdeEnfermería, y allí nos habríamos ido. Tengo dinero de sobra para losviajesyparacomenzarunanuevavidacontigo,lejosdetodo...Sinpensarmásenelpasado.

»Peronosoycapazdementirte.ElDaviddeantes lohabríahecho,pero haber sido Ismael estosmesesme ha cambiado; ya no quiero seraquel,sinoeste.Hematadoaesehombre,peroélhatomadoposesiónde

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mialma.Yatehedemostradoqueprefieromoriraquetehagandaño,yahoratedemuestroqueprefieroperderteanosersincerocontigo.»

Noshemosquedadounmomentoensilencio.Apenaspodíaasimilarlaverdaderahistoria.

«Solotepidounacosa:nocuentesnadaanadie.Nopormivida,queya me da igual, sino por la tuya. Si lo haces, Efraím te matará. Oamenazaráaquienesquieres.AJavier,atusamigas,atufamilia…Haráloqueseaparacallarte.»

«¿Yquétienespensadohacertú?»«Meiré,lejos,acomenzarmividadeotraforma.»«¿Ynisiquieravasasuplicarmequeteperdoneoqueteacompañe?»«Alguiencomoyonosemereceaalguiencomotúasulado.Yaves

quenoexageraba:soyunmonstruo.Porfueraypordentro.Lasheridasdemirostronotienencuraylasdemialmanotienenredención.VuelveconJavier.Élteamaytemerecemásqueyo.»

Cuando había entrado en esa habitación creía haber elegido. Micorazónymicabezasehabíanunidoyhabíantomadoladecisióndeamara un hombre que, ahora, ya no existía; que nunca había existido. Esaparte demimundo se había roto, igual que el cuerpo y el alma de esapersonaretorcidaydeformequeteníaantemí.

Nohedichonadanoporquenoquisiera,sinoporquenoencontrabalaspalabras.Mehelevantadoymeheido.

Decaminoalhospitalmehesentadocercadelrío.Confiabaenquelaslágrimasmeinundarían,peronohasidoasí.Tampocopodíadormir.Poreso,miqueridodiario,meherefugiadoenti,esperandoencontrarenel recuento de este día una primera pieza con la que comenzar areconstruirme.

24deoctubrede1921

Por segunda noche consecutiva apenas he dormido. Mi cuerpo estáfatigado ymimente confusa y errática. Y en ese estadoCarmenmehaconvocado junto a sus enfermeras de más confianza: Inés, Avi, Alba,Merry,María,Luisayotramediadocenamás.

«Hoynotrabajaremosconvivos—noshadicho—,sinoconmuertos.Me acaban de informar de que nuestras tropas han avanzado estamañana sobre el monte Arruit sin encontrar oposición; el enemigo lohabía abandonado. Necesitan nuestra colaboración para recoger los

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cadáveresdelosqueasesinaronallí.—HamiradoaAlba—.Siparativaaserdemasiadodifícil,novengas.»

«Quieroir»,hadichoellasintitubear.«Yestoesextensivoatodas.Soisvoluntariasyloquevamosaverallí

seráespantoso.Tenemosquemantenernos firmesynoquieroquevayaningunaquenoestéseguradeaguantarlo.»

Todas hemos aceptado. Se nos han unido varias monjas y variasprofesionales, también voluntarias para estamisión.Hemos partido endos camiones, uno de ellos conducido por Galeb, y de camino se hansumadootrosenunalargaprocesión.UnavezrebasadoNador,aamboslados de la carretera ya hemos ido descubriendo las huellas de loscombates: vehículos y cañones calcinados, posiciones destrozadas,cráteres, arboledas arrasadas por las bombas y el fuego, trincherasreventadasyalambradasretorcidas,yloscuerposdelenemigo,quenadiesedignaaidentificaryquetansoloseapilanyqueman.

Al dejar atrás Zeluán nos hemos encontrado con centenares decivilesquequeríancontinuarhastaArruit,amenosdediezkilómetrosdeallí.Eranfamiliaresdelosdesaparecidosyfallecidos,algunosllegadosdelaPenínsula,queveníanenbuscaderespuestasodeloscuerposdesusmuertos; igual que Alba. Pero los soldados no les dejaban pasar paraevitar el previsible caos que se produciría. Nos han abierto paso entreellosyhemosdejadoatrásaesamultituddolienteyencrespada.

Ya antes de entrar a las posiciones defensivas del monte Arruithemos divisado a lo lejos los primeros cadáveres. Estaban en torno alcaucedelríoCaballo.Decenasydecenasdemuertoscercadelaorilla,adondehabíanidoabuscaraguaparasuscompañeros,puesenelinteriorde las fortificaciones no hay pozos. A esta distancia parecíanmanchassobrelatierra,osombrasdepersonasqueyanoestabanallí.

Al cruzar el gran arco que daba entrada a la posición ya hemosnotado el intenso olor a putrefacción.Apenas se podía respirar y todasnoshemospuestounpañueloblancosobrelabocaylanariz.

Avihapercibidoensuespíritualgoparecidoauncontinuogritodeangustiaque,enformadeundescomunalespectro,flotabasobretodoelmonteArruit.

«Jamás he sentido algo así —nos ha dicho—, tanto dolor y tantomiedo.»

Pero no se ha echado atrás ni ha temblado. Al contrario, nos haexplicado,sulabor,nuestralabor,eraacallaresasvoces.

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Dentro, en un inmenso patio rodeado de muros y pequeñasdependencias,noshemosenfrentadoaloscadáveres,centenaresdeellos,al menos un millar, dispersos por todos lados. Los musulmanes noenterraronanuestrosmuertosporquelesrepugnatocarelcadáverdeuninfiel.Yallísequedaron,enelmismolugarenquehabíacaídocadauno.Ya no había cuervos ni buitres, ni siquiera gusanos omoscas sobre loscadáveres, pues en estos meses se han comido todo lo que había quecomer.

Los cuerpos, o más bien lo que queda de ellos, están secos yretorcidosbajoelsol,entregadosalaputrefacción,deshaciéndosepocoapoco, como aplastados contra el suelo,medio envueltos en los haraposque quedan de sus ropas, casi todos descalzos. En muchos se puedennotar aún los agujeros de bala y las puñaladas a través de la ropa, elensañamientodelamatanzaylasmutilaciones.

No fueunaejecución formal.Nohaygruposdevíctimas contraunparedón. Fue una masacre enloquecida y aleatoria. Se los mataba allídondeestuvieran.Atiros,agumiazos,agolpes;aalgunossenotabaqueloshabíanquemadovivos.

Unparde fotógrafos, consumáquinasobreun trípode, retratabanaquelmardemuertos.

Enlasdependenciashabíaaúnmáscadáveres.Noquedabaunsololugarlibredemuerte.Enlaenfermería,sobrelascamas,uncentenardecuerposquehabíansidorematadosallímismo.Nosehabíaperdonadoanadie, salvo a un pequeño grupo de oficiales del alto mando que sehabíanllevadoparacanjearlospordineroosabeDiosqué.

Hemoscomenzadonuestralabordeenvolverloscuerposensudariosparallevarlosalosataúdesyloscamiones.Habíaquehacerloconmuchocuidado,puesa lamínimasedeshacíanyserompían.Enalgunoscasosya no había ni cuerpos, solo quedaban restos dispersos de huesos ycalaverasqueconformabanuninmensoosario.

Carmenhadescubiertoelcadáverdeunniño.Sehaagachadosobreélyconsupropiodelantallohaenvuelto.Loshombresquelarodeabanhanestadoapuntodeecharseallorar.

«Nosonmomentosparalágrimas,sinoderecogeralosmuertos»,hadicho.Yhaseguidoconsulabor.

Unossoldadosdelcuartelgeneralnoshanacompañadoparaintentaridentificar los cadáveres a través de las ropas o algún documento queestaspudiesencontener.Loanotabantodoyconseguíanponernombreaalgunos. Otros, me temo, permanecerán desconocidos para siempre:

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cuerpossinnombrequesecorresponderánencasaanombressincuerpoalquevelar.

Después de lo que pasó ayer, esta ciudad demuertos, estemundodesoladoysecosecorrespondebienconelestadodemicorazón.Aunqueelverdaderopurgatorionomeperteneceamí,sinoaAlba.

Mientrascolaborabaconnosotrasestabapendientedelosuniformesyde la laborde lossoldadosque intentaban identificara loscaídos.Henotado cómo luchaba contra su ansiedad,pero esta lepodía y cada vezestabamásnerviosa.Mirabaconatencióncadacadáverenbuscade losgalonesdesupadreydesuprometido.

Yallevábamostreshorasdetrabajo,empapadasdesudor,fatigadasysedientas,cuandoCarmennoshavenidoabuscar.

«Hanencontradomáscuerposaunkilómetrodeaquí.Debieronderodearloscuandohuíanylosmataronatodos.»

Los camiones nos han llevado hasta allí. Unos quinientos cuerposestaban desperdigados por un claro. Junto a ellos había restos decaballos, enormes si se los compara con los cadávereshumanos, con elcuerodelapielresecosobrelosesqueletos,yahuecosysinvísceras.

No habían pasado diezminutos cuando hemos oído un grito. Albahabía caído de rodillas ante uno de aquellos muertos. Hemos corridohaciaella.

«Es su uniforme —ha dicho entre lágrimas—, y aunque parezcaabsurdo,puedoreconocerlo…Esmipadre.»

Elcadáverestabatandeterioradoyfrágilquenihapodidoabrazarlo.Solorozarconsumanoeldestrozadouniformeylapielsecayoscuraquese había pegado a los huesos de la cabeza. La hemos apartado de allí.Carmen se ha encargado personalmente de recoger el cuerpo en unsudarioydenotificarsuidentidad.

Alba nos ha dicho que ya no sabía cómo sentirse. Esperaba que lacerteza de esamuerte la aliviase de su continua incertidumbre, pero eldolor, en ese momento, era demasiado grande como para sentir nadabueno.

«Noloconocisteis.Erapuradignidadynobleza,cariñosoyamable,llenodevida…Yverloasí,consumidoymutilado,conapenascarnesobreloshuesos…esuninsultomacabro.Nadiedeberíaveralossuyosdeestaforma.»

Lahemosacompañadounosminutoshastaqueellamismahadichoque había que volver al trabajo. Nos hemos pasado el resto del día

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recogiendo tanto cadáveres completos como huesos que era imposiblesaberaquécuerpopertenecían.

Luego, en una inmensa fosa común cercana al monte, hemosenterradoamásdequinientos.Una laborque,me temo, seprolongarádurantedías.

Yasehabíapuestoelsolcuandohemosvueltoalhospital.Nadamásaparcar, fuera, hemos notado el revuelo. El doctor Nogueras nos hareclamadonadamásentrar.

«HahabidountiroteoenelcerrodeSanLorenzoynoshantraídoalosheridos.—Ymehamiradoamí—.Conocesauno;losiento…»

Hecorridoescalerasarriba.Habíacuatrocamillas.Unaestabavacía;su ocupante ya estaba en quirófano, pendiente de la operación. Herevisado las otras: un rifeño empapado de sangre, que ya apenasrespiraba;asulado,unhombrecuyorostromeharesultadofamiliar,yainconsciente,yenlatercera,unpocoapartado,estabaDavid.Nollevabalasvendassobreelrostroyesteaúnsecontraíamásporeldolor.Teníaelabdomenensangrentado.

Me he agachado junto a él. Estaba en el lado del triage dondeponemosalosqueyanotienenesperanza.

«No—hedichocasiparamí—,tienenquehaberseequivocado…»Helevantadoelvendajeparaver laheridadelvientre.Yaseestaba

formando gangrena y, por lo pálido que estaba David, había perdidodemasiada sangre. Era cierto. No había nada que hacer…, pero yo aúnqueríacreerenmilagros.

«Notepreocupes,haréquetellevenaquirófano.EldoctorNoguerasesmuybueno,élsabráquéhacer.»

«No, Laura, por favor —me ha dicho con esfuerzo—, ya me hassalvadolavidademasiadasveces.Estaveznopuedes.»

«Pero¿quéhashecho?»,lehepreguntadoconlágrimasenlosojos.«QuiseserelhéroequeIsmaelhabríasido,yasíescomosepagaa

los héroes: con sangre. —Me ha sonreído con esfuerzo—. Es lo que élhabríahecho:acudiralareunióndeEfraímconlosrebeldeseimpedirlaventadelasarmas…Ycreoquemehellevadoatrespordelanteantesdequemehirieran.—Luegohaapretadolosdientes—.Aunqueeseasesinosemehaescapado.»

«Yoharéquelodetenganyquepague…»«No, por favor, no. Ya que he fallado en esto, al menos déjame

triunfarenalgo…»«¿Enqué?»

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«En que tú sigas viva, en que seas feliz… Túme lo enseñaste: nopodemos hacer nada para cambiar nuestro pasado, pero sí podemoselegirquéhacerconnuestrofuturo.Yelmíoesparati,paraquevivasyseasquienquierasser.»

«Nohasfallado—lehedichomientrasleacariciabaelrostro—.Hassidovalienteynoble,ymehasdadolavida.Nuncaloolvidaréynuncateolvidaréati.Noalmonstruo,sinoalhéroequehassido.»

«Entonces,tienesrazón…Hetriunfado.»«Sí.»Hacomenzadoacerrarlosojos.Leheagarradolacabezaconfuerza.«¡No!Nocierreslosojosaún,mírame…,yotemiro.»Conungranesfuerzo,hadevueltomimiradaporúltimavez.«Tequiero»,lehedicho.Lohebesadoenloslabiosyhesentidocomopocoapocoelcalorlo

iba abandonando. Cuando he apartado mi rostro del suyo, ya habíamuerto.Susojos,aúnabiertos,yanomirabannada.Seloshecerrado.Mehelimpiadolaslágrimasymehepuestoenpie.

Entonceshereconocidoalotrohombrequeestabaenelsuelo.UnodelosmatonesdeEfraím.Heentradoaquirófano.Enlamesaestabaelqueme había retenido en el barracón. Le he pedido al doctor quemepermitieseincorporarmealaoperación.

Meheesforzadocomonuncaensalvar lavidadeeseasesino.Yasíhasido.Lohanllevadoalpabellóndecirugíayhebajadoacenaralgoconmisamigas.AunqueAlbaeralaquemáshabíaperdidohoy,tambiénhansidomuycompasivasconmigoporlamuertedeDavid.Mehedespedidodeellasconunabrazoqueleshasorprendidounpoco.

«¿Porquéestástancariñosa?»,mehapreguntadoInés.Las he mirado. A Inés, a Avi, a Alba… Me ha parecido que

resplandecían.«Porquesoymuyafortunadaporteneros.»Hesalidodelhospitalparairhasta laprisiónmilitar.Aunqueaesa

hora no se puede visitar a los presos, a una enfermera, con una buenaexcusa,noleresultadifícil.HepedidoquemedejasenasolasconJavier.Le he contado la noble muerte de David, aunque para él ha seguidosiendoIsmael.

«Losientomucho—mehadicho—,peronoestássola.»«Losé.Nuncaloheestado.»«Estaveznotedejaré,estaréa tu lado, te lo juro.Séquenotienes

porquécreerme,perodéjamedemostrártelo.»

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«Estaveztecreo,Javier.»De verdad parecía muy enamorado. He leído en sus ojos que me

queríaymefiguroqueéltambiénhavistoenlosmíoscuántoloquiero.Poresomehasidotandifícildecir:

«Pero esta es la última vez que nos veremos. He venido adespedirme.»

«¿Porqué?»«Teníaqueelegiryloelegíaél;losiento.Ydaigualqueestémuerto,

enestemomentotengoqueserfielamiduelo,asurecuerdo.Micaminopasó por ti, igual que pasó por él, y ahora sigue más allá. Y deborecorrerlosola.»

Meheacercadoa las rejasya travésdeellas lehedadounúltimobeso.Hepensadoqueesoquizámedesarmaría.Peronohasidoasí.Élsehaechadoallorar.Yono.Mideterminación,ladecisiónquehetomado,haconvertidolapasiónquesentíaporJavierensimplemelancolía.

De regreso al hospital he abusado de mi cargo de subjefa parareemplazaralaenfermeraqueestabadeguardiaencirugía.Yaquíestoy,aúnjuntoalcuerpodeesteesbirro,confiándotetodosestospensamientosyhechos,queridodiario,pendientedequedespierte.

Eranlascuatrodelamadrugadacuandohavueltoensí.Sesuponequehabríadedormirtodalanoche,peroherebajadoladosisdeéterparaqueeldolorlodespertase.

«Porfavor,ayuda»,sehaquejado.Al verme a su lado se ha asustado. Me había reconocido. Le he

enseñadounajeringuillaqueteníaenlamano.«Esmorfina; con ella el dolor desaparecerá y podrás dormir. Pero

antestienesquedecirmedóndeseescondetujefe.»Me ha insultado y ha jurado que jamás me lo diría. Solo he

necesitadoesperarunpocoparaqueeldolorsiguierasucursoyqueél,entrelágrimas,merespondiese:

«Enlasoficinasabandonadasde lacompañíaminera,enelpuerto.Allíesdondenosreunimosyescondemostodo.Esosalmacenesyanolosusanadie…».

Entonces le he puesto la inyección. Mientras la morfina lo ibasedandomeheacercadoasuoídoparasusurrarle:

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«Si tienes tanto dolor es porque en la operaciónmedejé una gasainfectadaentuinterior.Lagangrenayateestácomiendopordentro,deahílafiebre.Mañanaporlamañanateencontraránmuerto».

Haintentadodeciralgomás,peroyaeratarde.Encuantoacabedeescribirbajaréal jardín, iréhastael escondrijo

donde aún está la pistola deGaleb, te cambiaré por ella e iré a ajustarcuentas con el asesinodeDavid.Luego le contaré todo al general JuanPicasso. Él sabrá cómo hacer justicia. Así que ahí te quedarás, mi tanqueridodiario,enesperademiregreso,siesqueesteseproduce.Estasquizáseanlasúltimaspalabrasqueconozcasdemí.Simepasaalgo,quemeentierrenaquí,enMelilla,enelPatiodeÁnimas,juntoaDavidylosdemáscaídosenestatierraquetantoamoyquetantomehadado.

Ahoraharéloquetengoquehacer.

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EPÍLOGODELCORONELPIZARRO

Inglaterra,1940

Esa es la última página del diario. Laura nunca llegó a hablar con elgeneralPicassoni volvió al hospital.EnMadridme facilitaron tan solouna fotografía para buscar a esa joven desaparecida: la que se habíahecho el 22 de mayo de 1920 en Alfonso, con su uniforme de damaenfermerareciénestrenado.Subellezaylainteligenciadesumiradamecautivarondesdeesemomento.Mejuréquelaencontraría.

Cuando llegué a Melilla, el 28 de octubre, ya llevaba tres díasausente. Desde que la enfermera de guardia la había visto en lamadrugadadeldía25,nadiemáshabíasabidodeella. Interroguéasusamigas,adoñaCarmenAngolotiyaldoctorNogueras,yfuidescubriendoalgunosdelosdetallesdeestahistoria.LaclavemeladioelprometidodeAvelinaBastida,Galeb,queme llevóhastael escondrijodel jardínparadecirme que su pistola había desaparecido y que en su lugar estaba eldiariodeLauradelaGasca.

LeíeldiariomientrasteníalafotografíadeLauraamilado,ymelapudeimaginarencadaunodeesosdías.Esoaumentómifascinaciónporella,ytambiénmeabrióelcaminoparaesclarecersumuerte.Notardéendar con el sargento Efraím y todos los suyos. Encontramos la pistoladesaparecida en las oficinas abandonadas del puerto, junto a unimportantealijodematerialrobadoydecontrabando.Aunque,comoeradeesperar,éllonegótodo.PerounodesushombresconfesóynosllevóhastaunlugarentrelacarreteradeNadorylaMarChica.

De allí sacamos el cuerpo de Laura. La humedad cercana habíaaceleradoladescomposición,peroeldoctorNogueras,enlaautopsia, laidentificó. Semostrómuy afectado por lamuerte de aquella joven quetantasveceshabíacolaboradoconél.Todosenelhospitalloestaban.YomismomesentíestremecidocuandoenterramosaLauraenelPatiodeÁnimasdelcementeriodelaPurísimaConcepción,que,esedía,sellenó

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conelpersonaldelhospital,sufamilia,quehabíavenidodesdeEspaña,ydecenasdeheridosyenfermosquehabíanpasadoporsusmanos.

Fue tal la impresión que había causado en mí su historia que,saltándome las normas, me quedé el diario y la fotografía que, desdeentonces, no solo habré mirado mil veces, sino que siempre llevoconmigo,comosifueseunaespeciedetalismán.

AunqueEfraímmeamenazóyapelóasusamigosentrelaoficialidad,lascosashabíancambiado.ElinformequepreparabaJuanPicassoestabaponiendonerviososamuchospolíticosyoficialesdelaltomando,ynadiequeríacomplicarsemáslavidaprotegiendoaesecanalla.Yestaveznosetrataba de que hubiese degollado a un soldado raso o a un suboficial;habíaasesinadoalahijadeunodeloshombresmásricoseinfluyentesdeEspaña. A mediados de noviembre, tras un juicio sumarísimo, lofusilaronjuntoaseisdesushombres.Nadieasistióasuentierro.

YomeincorporéaminuevotrabajoconelgeneralJuanPicasso.Elexpediente sobre el Desastre de Annual resultó demoledor y señaló agente muy importante dentro del alto mando del Ejército. Muchosmilitares reaccionaron culpando a los políticos de todo y negando suspropias responsabilidades. Eso llevó al pronunciamiento de Primo deRivera y a su posterior dictadura, y esa sombra siguió proyectándosehasta nuestra reciente Guerra Civil. Como ya he contado, el padre deLaurameayudóaevitarlasrepresaliasyacabétrabajandoenLondres.

Afinalesdeestemesdeseptiembre,porlanoche,salídelaembajadaconmimaletín yme dirigí a casa. Pasaba cerca de la catedral de SanPablo cuando oí la sirena que anunciaba un bombardeo. Antes de quepudiese llegaraunrefugio,unabombaestallócercayme lanzópor losaires.Caíentreloscascotesdeunedificio,conelcuerpollenodemetrallayunoscuantoshuesosrotos.Intentémoverme,peroeldolormeenviódevueltaalsueloymeinmovilizó.

Memantuvedespiertohastaqueoí las sirenasde las ambulancias.Intenté pedir ayuda, perome faltaba el aire.Nadie venía a pormí.Medesesperé… Y entonces, mientras la consciencia comenzaba aabandonarme, lavi:unamujervestidadeblancoconunagranlinterna,buscandoheridos entre las ruinas. Seme acercó, pasó sumanopormicara y con una sonrisa me dijo que me tranquilizase, que enseguida

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estaría a salvo. Y así me sentí. Cerré los ojos y me abandoné a laoscuridadconfiandoenque,graciasaella,podríaregresar.

Y así fue. Al despertar pregunté por la enfermera que me habíasalvado.Elsanitarioquemeatendíaserio.

—¿Enfermera?No era una enfermera, sino una doctora. Y lo salvópor partida doble, porque lo encontró y lo operó. Enseguida vendrá averlo—mecontestóeninglés.

Esatardeesadoctorapasóavisitarme.Alverlapenséquemehabíavuelto loco, porque en aquel rostro, el de unamujer de unos cuarentaaños, serena ymuy guapa,me pareció ver el de aquella fotografía quetantasytantasveceshabíamirado.

—What’syourname?—lepregunté.—Por cómomemira—me respondió enperfecto castellano—, creo

queyalosabe.—¿Laura?—dijesincreerloqueestabadiciendo.—Aquí soy la doctoraDe laGasca, jefa deCirugíaTorácica y de la

unidaddesocorro.Antemicaradeasombro,dijo:—No se crea que me ha encontrado, coronel Pizarro; yo le he

encontradoausted…Ytambiénheencontradoalgoensumaletín.Memostrósudiario,dentrodelcualtambiéntengosufotografía.—¿Cómoesposible?—lepreguntéaúnasombrado.Hojeólaspáginasdesudiarioysedetuvoenlaúltima.—Yavequealfinalusélapistolaparahacerjusticiaconelsargento

Efraím… Solo que usted fue la bala.—Seme acercómás—. Por eso hedecidido venir a verle cuandome habría sidomuy fácil evitarlo. Le heutilizadoyleheengañado.Yahoraquehapasadotantotiempo,ledebolaverdad.

Comenzóarevisarmisheridasmientrasseguíaexplicándose:—Mi primera intención fue lo que usted leyó en el diario: ir

directamenteaporEfraímodenunciarlo.Atiempomedicuentadequeantesdequepudiesehacernada,memataríaoamenazaríaamisamigasparacallarme.Pero¿quiénpuedecallaraunamuerta?¿Aquiénpodríaamenazarparaenmudecerunaspalabrasescritas?

»Igualquemiadversarioteníaasugente,yoteníaalamía:mitío,misamigas,losdoctores…Solonosfaltabaalguienconpoderparaaplicarun castigo, y ahí entró usted, el fiscal militar. Mi tío Cristóbal se lasingenió para que uno de sus niños dejase la pistola en la guarida deEfraím. El hombre que lo delató en los interrogatorios y señaló dónde

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estaba mi supuesto cadáver era realmente un infiltrado de mi tío. ElcuerpoeraeldeunajovenquehabíamuertoesamañanayqueeldoctorNogueras se encargó de identificar erróneamente. Luego lo envió a suverdaderolugar.Enterramosunataúdvacío.Fueemocionanteverquemimuerte congregaba a tanta gente.Hasta estuve tentada de acercarme aesamultitudydarleslasgraciasatodos…Mifamiliaytodoslosquemequerían,porsupuesto,conocíanlafarsa.Noibaahacerlespasarporesesufrimiento.

Enesemomentolainterrumpí:—¿Yelhombrealquematóconlagasainfectada?Sonrió,loquemedescolocóunpoco.—Quizáfueunpocoexcesivo,sí.—¿Excesivo? Fue un asesinato y usted, por lo que he leído, es una

mujer de conciencia. ¿No se arrepiente? ¿No le persigue ese crimen ensussueños?

—¿Quierequeleseasincera?—Porfavor.—Estaba poseída por la ira y no solo buscaba justicia. Buscaba

venganza.Así reaccionaelcorazónhumano,hastaelmásnobley justo,cuandoselegolpeaconcrueldad.Y,¿sabe?,aúntengopesadillasconlamuertedeLeandro,conladeaquellamujerenlaPuertadeAlcalá,conladeMargarita,conladeDavid…YtodavíasueñoconlosmuertosdeArruityconmuchodelsufrimientoquehevistoalolargodeestosveinteaños.Pero con ese hombre, no. Con el fusilamiento de Efraím y los suyos,tampoco.Noshablandelremordimientoydelaculpa,perocreoquesoloexiste el miedo a ser descubierto. Quizá si el crimen hubiera sidorealmentemonstruososentiríaremordimientos,nolosé…Peroesenolofue.Esoshombrespagaronporuncrimenquenohabíancometido,igualque se libraron de muchos otros de los que sí eran culpables. Es unaforma retorcida de justicia, y completamente ilegal, pero fue la únicasoluciónquesemeocurrió:crearunamentiraparahacervalerlaverdad.Yunavez superéelmiedoaque todosedescubriese, los fuiolvidando.Metemoquelaspesadillassonparalasvíctimas,noparalosverdugos.

Tardéunpocoenrecobrarmedeesaconfesión.—¿Yquéhizodespués?—Deboreconocerque la ideademoriryamanecerenotro lugar, a

otravida, sinningúnpasado, soloconel futuropordelante,meresultómuyatractiva.Ylohice.ViajéalaArgentina,dondeestudiéMedicinaconCecilia Grierson gracias a las cartas de recomendación de Carmen

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Angoloti y de los doctoresNogueras yLuque.Allíme titulé enCirugía.ParacompletarmiformaciónvinealReinoUnido,yaquímehequedado.Han tenidosuficientes reinascomoparaqueno les importeobedeceraunamujer. Y ya ve que ni siquierame hemolestado en cambiarme elnombre.Cuandosesuponequenoestás,nadietebusca.

»MecarteoconregularidadconmisamigasyheregresadoaEspañaenvariasocasionesynuncahetenidoproblemasenlafrontera.EstuveenlabodadeGalebyAvi,quesiguenenMelilla.Élesingenierodeminasyellatrabajayacomoenfermeraprofesional.TambiénestuveenladeInésyBonifacio,quesiguentrabajandoparalaCruzRoja.Albajamássupodesu novio.Unomás de los centenares de desaparecidos del Desastre deAnnual. La espera la hizo creer que jamás volvería a amar y se ordenónovicia…Pero entonces conoció a un paciente del que se enamoró.Unhombrehumildeque,graciasaella,consiguióuntrabajocomoconductordeambulanciasenMadrid,dondeahoratienenunavidasencillayfeliz.DurantelaGuerraCivilvolvióavivirotroasedio,estavezeldeMadrid,yotravezlogrósobrevivir.Siguesiendolamujermásfuerteyvalientequehe conocido. Quizá con la excepción de doña Carmen; hablé con ellacuandomataronasumarido.

—¿Ysufamilia?—Mi hermana se casó y ahora vive en Galicia, cerca del mar. Mi

padresehajubiladoydisfrutahaciendomásomenoslomismoquehabíahecho mientras trabajaba, con mi madre a su lado, como siempre. Ycuandosupo lomuchoquemehabíaayudadosuhermanoCristóbal, sereconciliaron.

—¿Yquéhasidodeél,desuparticulartío?—Es un espía; si supiese exactamente lo que hace ahora, es que

estaríahaciendomalsutrabajo.Sonreí.TambiénlepreguntéporJavier.—Acabó por olvidarme, como se olvidan tantas otras promesas

eternasde juventud.Mehandichoquesecasóconlahijadeunoficial.Pocomássédeél.

—¿Y usted? Por lo que me cuenta, para usted no hubo un finalromántico…¿Ohaconocidoaalguien?¿Está…?—Alpreguntarlo,noséporqué,mepusenervioso.

—¿Estáintentandocoquetearconmigo?—seburlódemí.—No, claro que no… Es solo curiosidad. Saber si ha curado su

corazón…

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—Estoycasadaytengodoshijos,siserefiereaeso.Élesoperadorderadaren la costa, y losniñoshansidoevacuadosal campoporelBlitz.Peromicorazónyahabíasanadomuchoantes.

Sepusoenpieydejóeldiarioylafotografíaamilado.—Mehagustadovolveravereldiario,peroessuyo.Afindecuentas,

esajoven,Laura,murióenMelillaen1921,igualquetantosotros.Sediolavueltaparairse.—Almenos,¿fueunahistoriaromántica,laquetuvoconsumarido?Ellameneólacabezacomosiyonohubieseentendidoalgo.—¿Por qué lasmujeres necesitan una historia romántica?—dijo—.

Mimaridoymishijosformanpartedemivida,losquieroysoyfelizasulado,peronosonmihistoria.Sibuscamiromance,comoustedlollama,omi gran historia de amor, no ha sido con un hombre, sino con esteuniforme,conlacienciayconlamedicina.—Señalóeldiario—.Deesovamivida.

Sefuecaminandodelaformamáseleganteybonitaconlaquejamáshevistomoverseaunamujer.Elpacientequeteníaenlacamadealladomeviomirarlaasíyserio,loquemeazoróunpoco.

—Noseavergüence;aquítodosestamosunpocoenamoradosdeella.—Esunagranmujer—murmurésegúnsealejaba.—Sí—dijomi compañero de habitación, que lamiraba sin ningún

disimulo—. Pero llegamos tarde. Porque no crea que su marido es undoctoroungeneral importante,quéva.Medaqueesunodenosotros,unodesuspacientes.

—¿Loconoce?—lepregunté.—No,peroloviundía.Yteníaelrostrocompletamentequemadoy

llenodecicatrices.Tardéunpocoenreaccionar,yderepentemeechéareír.Mivecino

decamamemirócomosimehubiesevueltoloco.¿Unhombreconel rostroquemadoy llenode cicatrices?¿Erauna

casualidad?¿OesqueLauramehabíavueltoamentirunavezmás?Abríeldiarioymirésuúltimapágina.¿Eraaquellalaúnicainvenciónoestashabían comenzado más atrás, en la noche en que David le habíaconfesadotodalaverdad?¿Ellasefueosequedóy,trasunalarganochede conversaciones, acabó por redimirlo con su amor y perdonarlo?¿Urdieron toda esa farsa para hacer pagar a Efraím y poder renacerambos,libresdeculpa,enotrolugar?TodolodeltiroteoenelfuertedeSanLorenzo,lamuertedeDavidyeltruculentoasesinatodelesbirrode

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Efraímconunagasa,¿erapura invención?¿Poresodijoquehabíasidounpoco…excesivo?

Intentéhablarconellaotravez,peronovolvióy,cuandolabusqué,siempreestabaenotrolado.Eldíademialta,cuandoyameiba,lavialolejos.Suesposoysushijoshabíanvenidoavisitarlaysalíanal jardínapasear. El sol se estaba poniendo y se recortaban contra él. Estuvetentado de ir tras ellos, pero solome senté en un escalón, encendí uncigarrilloylosvialejarse,sumaridoaunladoysusniñosalotro.Estabaclaroqueesamujereraelcentrodesusvidas.

Laurasediolavueltaunmomentoymediolaimpresióndequemehabía visto. Le hice un saludo y creo que me sonrió. Una sonrisaresplandeciente y pícara. Se la correspondí y los vi irse. Me dio igualquién fueraaquelhombresiellaera felizasu lado.DeldiariosaquésufotografíayvolvíaveralajovenLaura,laenfermera,ladoctora,lamujerque había salvado mi vida y la de tantos otros, nuestra dama de lalámpara.

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NOTADELAUTORYAGRADECIMIENTOS

1921,diariodeunaenfermeraesunaficciónnarradaanteelgrantelóndefondodelahistoriarecientedenuestropaís.

La creación de las Damas Enfermeras de la Cruz Roja y suparticipaciónenlaguerradeMarruecosestátanbiendocumentadaquese podría rescatar el nombre de cada una de lasmujeres que fueron aMelillaparaayudaralossoldadosheridos.Entreesosnombresnoestánlosdenuestrasprotagonistas,quesonpurascreacionesliterarias,aligualquesus familias,novios,amistadesyprincipalesantagonistas,yque lasmonjas, las enfermeras profesionales y muchos de los soldados ypersonajessecundarios.

Noeselcasodealgunasenfermeras:CarmenMerrydelVal,MaríaBenavente, Luisa de Orleans y, muy especialmente, doña CarmenAngolotiyMesaaparecenenlanovelaconfragmentosdesusverdaderasbiografías, como el paludismo de Merry del Val o la intensa labor deCarmenAngolotiafavordelaCruzRoja,aunquetambiénhaymuchodeinvención. Igual pasa con casi todos los doctores, cuyos nombres sonrealesperolamayorpartedesusaccionessonficticiasparaadaptarsealatramayasusrelacionescon lospersonajesprincipales.Enmemoriadeesos profesionales que tanto hicieron por los demás, he procurado sermuy respetuoso y realizar sobre ellos una recreación positiva. Inclusocuandomuestranalgúnrasgoocomportamientonegativo,he intentadoque esté justificado por las circunstancias y la época, de modo que lavaloracióndel personajenodistorsione la entrega y la generosidadquepresidieronsusvidasreales.Así,porejemplo,eldoctorLuquehacegalade un machismo endémico en esa época en España y, durante unaspáginas,seconvierteenantagonistadeLaura,peroacabasiendounodesusreferentesprofesionalesyafectivos.

De forma más anecdótica, aparecen muchos otros personajeshistóricos, que vandesde la reinao el presidentedelGobiernohasta elhumildemuleroManolo,quienrealmenteseencargabadeabasteceruno

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de losblocaosmáspeligrososdeMelilla.Dosde estos referentes realestienenparamíunaespecialimportancia:elhospitaldeSanJoséySantaAdelaylapropiaciudaddeMelilla.Doslugaresquesoncoprotagonistasde esta historia y que, aunque siguen existiendo hoy en día, son muydiferentesacomoeranen1920y1921.

Paraconocerelhospital,contéconlaayudadesuconserje,FranciscoJavier Navarrete, que me guio por sus pasillos y túneles, y con la deldoctorVicenteCorbatón,quienhatrabajadomuchísimosañosenélyhaescritounatesisdoctoralsobresuhistoria.Congranamabilidadmedejóconsultarla,me enseñó las instalacionesmientrasme contaba infinidaddedetallesyseofrecióaleermitextoparacorregirmisequivocacionesyerrores, lo que ha mejorado sin duda el resultado final. Un trabajoenormeydesinteresadoporelqueleestoydeverasagradecido.

Paravisitar la ciudaddeMelillade 1921he recurridoa fotografías,mapas,planos,memorias,relatos,artículosperiodísticoseinclusoblogs.Es encomiable la generosidad con la que mucha gente comparte susrecuerdosyconocimientosporInternet.GraciasatodosellospudehacerunrecorridoimaginarioporlaMelilladeesosaños.Todosellostambiénsondeudoresdemiagradecimiento.

EsteproyectonaciócuandolaguionistaGemaR.NeiramecontóquePlanetaqueríapublicarunanovelaambientadaenlamismaépocaquesuinminente serie Tiempos de guerra y me ofreció la oportunidad deescribirla.Variascosasmeanimaronaaceptareldesafío:noteníaqueserfiel a la serienia suspersonajes, sinocrearunahistoriaprotagonizadapor las Damas Enfermeras durante el Desastre de Annual, y tendríaabsoluta libertad; por otra parte, ya había trabajado con Planeta en elpasadoy la experienciahabía sidomuybuena;además,meapasiona lahistoria yhacíamuypocohabíaestado leyendoprecisamente sobreesaépoca. Por último, esamisma tarde,mientras fregaba los platos, semeocurrió la trama principal... Era una buena señal. Acepté y no mearrepiento. Así que muchas gracias, Gema, por acordarte de mí y porechar un vistazo ami primera sinopsis y darme un par de estupendasideas.

YmuchasgraciastambiénaCarlosLópez,coordinadordeguiondelaserie,quemepasólosprimerosguionesparaquecomprobasequemistramasnoeranparecidasalassuyasymefacilitólaingentecantidaddedocumentaciónqueélhabíaestadomanejandoyquemeresultódegranayuda. Y porque conversar con él siempre es una delicia, sea sobre eltemaquesea.

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EnPlanetahetratadoconRaquelGisbertyLolaGulias,quehasidomieditora.ARaquelyalaconocíayfuemaravillosovolveratrabajarconella.Unodeesosreencuentrosquetienesganasdequeocurran.YteneraLola supervisando el manuscrito y dándome consejos ha sido unprivilegio.Nosoloporsugrantrayectoriayexperiencia,oporlaprecisiónde sus comentarios y lobienvenidosque eran siempre susmensajesdeánimo, o porque seamedio gallega, sino porque se nota que tanto ellacomo Raquel aman los libros y todo el proceso de contar historias.Adoransutrabajoydisfrutanconél.Yesosecontagia.

Las correcciones han corrido a cargo de Esther Aizpuru. Sé queescribomuyrápido,dejándomellevarporlospersonajes,lahistoriaylosconceptos… Y eso se paga conmuchos errores y torpezas de estilo. Alrevisareltextocorrijomuchos,peroavecesvuelvoadejarmeenredarporlatramaymedespisto.Bueno,laverdadesquesoymuydespistado.Entodo. Pero gracias al enorme trabajo deEsther el lector creerá que soymejor escritor de lo que soy. Así que muchas gracias a ella por tangenerosaeimportantecontribución.

Tambiénmeapeteceacordarmedelosdiseñadoresdelacubierta,delfotógrafo, de quienes realizan la maquetación, de los responsables depublicidad…Lalabordetodoselloscontribuyeaquealguiensedecidaaescogerestelibroyempezaraleerlo.

Escribir,dicen,esunaprofesiónsolitaria.Yaveisqueenestecasonoes así, pues son muchas las personas que arropan esta historia. Y nisiquiera en las numerosas horas dedicadas a la escritura y revisión delmanuscritoenmicasaheestadosolo.Mimujerymihijosonelasideroalmundo real. No me permiten convertirme en un huraño. Y, lo másimportante, cuando construyo sentimientos ajenos, como los de estospersonajes,partodeunamateriaprimapersonal, igualquetantosotrosautores.Buenapartedeellaprovienedeexperienciasvividasconellos.

Además,mimujeressiempremiprimeralectora.Ynosololeyóestanovelaensuversióndefinitiva,sinoensu formamás torpeyprimitiva.Deellamellegansiemprelasprimerasvaloracionesyesmiguíaprincipalenelprocesodecreación.

Cualquieraquehaya estado enfermoohaya sufridoun accidente yhaya tenido que pasar por un hospital conocerá la sensación dedesamparo con que llegamos los pacientes. Y sabrá que las primeraspalabrasde laenfermeraoelenfermero,deldoctorode ladoctoraquenos atienden ya marcan una diferencia. Son nuestro salvavidas (en elsentidomásliteral)enmediodelnaufragioquesuponelaenfermedad.Es

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algoquehetenidomuyencuentaenestanovela,queenmuchosdesuspárrafospretendeserunhomenajeatodasesaspersonasquededicansusvidasasalvarlasnuestras.

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1921,diariodeunaenfermeraEligioR.Montero

Nosepermitelareproduccióntotaloparcialdeestelibro,nisuincorporaciónaunsistemainformático,nisutransmisiónencualquierformaoporcualquiermedio,seaesteelectrónico,mecánico,porfotocopia,porgrabaciónuotrosmétodos,sinelpermisoprevioyporescritodeleditor.Lainfraccióndelosderechosmencionadospuedeserconstitutivadedelitocontralapropiedadintelectual(art.270ysiguientesdelCódigoPenal)

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©deldiseñodelaportada,PlanetaArteyDiseño©delailustracióndelaportada,CollaborationJS-Arcangely©PhilipLangey©JakkritOrrasri–Shutterstock

©EligioR.Montero,2017

©EditorialPlaneta,S.A.,2017Av.Diagonal,662-664,08034Barcelonawww.editorial.planeta.eswww.planetadelibros.com

Primeraediciónenlibroelectrónico(epub):octubrede2017

Conversiónalibroelectrónico:J.A.DiseñoEditorial,S.L.