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:: portada :: México :: 24-05-2013 Michoacán Una operación de Estado Andrés Avila Armella Rebelión Nuevamente los sucesos políticos y sociales en Michoacán han atraído la atención de diversos analistas políticos, tanto por parte del Estado como por parte del movimiento social en México, la movilización popular de los estudiantes normalistas, de comuneros indígenas, así como la irrupción de los llamados "grupos de autodefensa" y el problema del narcotráfico, fenómenos que confluyen en un mismo escenario político aunque de naturalezas dispares, han propiciado que el Estado mexicano esté generando un tremendo clima de confusión política que justifique acciones represivas. Cámaras empresariales, voceros de los medios de comunicación y funcionarios del Estado federal, han alertado sobre un clima de "ingobernabilidad" en Michoacán, argumentando que la capacidad del gobierno estatal ha sido rebasada, clamando a gritos la intervención de la federación, sobre todo a través del aparato represivo, para recuperar el control de la situación. A continuación expondremos algunos elementos para el análisis de la situación actual. Algunos antecedentes recientes: El anterior presidente de la República, Felipe Calderón, quien accedió a la presidencia tras un escandaloso fraude electoral en 2006, nativo del estado de Michoacán, donde realizó gran parte de su carrera política, se empeñó en experimentar diversas políticas de Estado en dicha entidad federativa; cuando apenas empezaba su gestión en el gobierno federal decidió lanzar ahí mismo el primer operativo militar masivo, el cual pretendía, supuestamente, controlar la situación de la violencia desmesurada ligada al narcotráfico; así pues, propició que tanto el ejército como la policía federal actuaran bajo sus órdenes directas en la región, con la aparente justificación de que numerosos cuerpos policiacos, tanto estatales como municipales, estaban siendo corrompidos por las mafias de narcotraficantes. Sin abundar demasiado en el tema, haremos algunas puntualizaciones: - La actividad económica, política y armada de las mafias ligadas al narcotráfico no disminuyó, pero sí logró crear una cortina de humo en donde se violentaron sistemáticamente los derechos humanos de la población a través de retenes, cateos, detenciones masivas y diversos operativos. - Lo que realmente se dificultó fue precisamente el análisis político de la situación, puesto que el clima de violencia propició que nadie se atreviera a indagar en una diversidad de problemáticas por el temor a ser víctimas de la violencia en medio de tanta confusión. Cualquier opinión podía ser considerada una intromisión en el problema del narcotráfico ante la amenaza latente de sufrir las consecuencias de atravesar el fuego cruzado. No sólo en Michoacán, sino en México, se ha fomentado el hecho de que la población se acostumbre a la aparición de cadáveres, la desaparición de personas, retenciones, torturas, ejecuciones masivas y otras tantas cosas, asumiendo de antemano que si alguien desaparece o aparece en las mencionadas condiciones, es por haber estado involucrado de una manera u otra en el contrabando. - La lucha social, que tiene al Estado y a los grupos de caciques y capitalistas asentados en la región como sus enemigos inmediatos, tuvieron que considerar además la problemática de ser reprimidos por supuestos grupos de sicarios, quienes actuando aparentemente por encima de la ley lograron inhibir algunas reacciones organizadas a problemáticas sociales. page 1 / 5

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  • :: portada :: Mxico ::

    24-05-2013 Michoacn

    Una operacin de EstadoAndrs Avila ArmellaRebelin

    Nuevamente los sucesos polticos y sociales en Michoacn han atrado la atencin de diversosanalistas polticos, tanto por parte del Estado como por parte del movimiento social en Mxico, lamovilizacin popular de los estudiantes normalistas, de comuneros indgenas, as como la irrupcinde los llamados "grupos de autodefensa" y el problema del narcotrfico, fenmenos que confluyenen un mismo escenario poltico aunque de naturalezas dispares, han propiciado que el Estadomexicano est generando un tremendo clima de confusin poltica que justifique accionesrepresivas.

    Cmaras empresariales, voceros de los medios de comunicacin y funcionarios del Estado federal,han alertado sobre un clima de "ingobernabilidad" en Michoacn, argumentando que la capacidaddel gobierno estatal ha sido rebasada, clamando a gritos la intervencin de la federacin, sobretodo a travs del aparato represivo, para recuperar el control de la situacin.

    A continuacin expondremos algunos elementos para el anlisis de la situacin actual.

    Algunos antecedentes recientes:

    El anterior presidente de la Repblica, Felipe Caldern, quien accedi a la presidencia tras unescandaloso fraude electoral en 2006, nativo del estado de Michoacn, donde realiz gran parte desu carrera poltica, se empe en experimentar diversas polticas de Estado en dicha entidadfederativa; cuando apenas empezaba su gestin en el gobierno federal decidi lanzar ah mismo elprimer operativo militar masivo, el cual pretenda, supuestamente, controlar la situacin de laviolencia desmesurada ligada al narcotrfico; as pues, propici que tanto el ejrcito como la policafederal actuaran bajo sus rdenes directas en la regin, con la aparente justificacin de quenumerosos cuerpos policiacos, tanto estatales como municipales, estaban siendo corrompidos porlas mafias de narcotraficantes.

    Sin abundar demasiado en el tema, haremos algunas puntualizaciones:

    - La actividad econmica, poltica y armada de las mafias ligadas al narcotrfico no disminuy,pero s logr crear una cortina de humo en donde se violentaron sistemticamente los derechoshumanos de la poblacin a travs de retenes, cateos, detenciones masivas y diversos operativos.

    - Lo que realmente se dificult fue precisamente el anlisis poltico de la situacin, puesto que elclima de violencia propici que nadie se atreviera a indagar en una diversidad de problemticas porel temor a ser vctimas de la violencia en medio de tanta confusin. Cualquier opinin poda serconsiderada una intromisin en el problema del narcotrfico ante la amenaza latente de sufrir lasconsecuencias de atravesar el fuego cruzado. No slo en Michoacn, sino en Mxico, se hafomentado el hecho de que la poblacin se acostumbre a la aparicin de cadveres, la desaparicinde personas, retenciones, torturas, ejecuciones masivas y otras tantas cosas, asumiendo deantemano que si alguien desaparece o aparece en las mencionadas condiciones, es por haberestado involucrado de una manera u otra en el contrabando.

    - La lucha social, que tiene al Estado y a los grupos de caciques y capitalistas asentados en laregin como sus enemigos inmediatos, tuvieron que considerar adems la problemtica de serreprimidos por supuestos grupos de sicarios, quienes actuando aparentemente por encima de la leylograron inhibir algunas reacciones organizadas a problemticas sociales.

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  • - En ese contexto aparece la resistencia de las comunidades indgenas de Chern y Ostula, quieneshan tenido que enfrentar, de manera directa, la violencia operada por estas supuestas mafias. Elcaso de Chern se volvi paradigmtico, toda vez que ubic que detrs de dicho enfrentamientocontra la mafia, que talaba sus bosques, se encontraba el cobijo del Estado mexicano, quien atravs de los "partidos polticos" haba fragmentado a la comunidad y allanado el camino para eldespojo del cual son objeto, a la vez que hacan caso omiso de las quejas de los comuneros y de sudemanda de justicia y seguridad.

    - Desde finales de 2011, los presidentes nacionales del PRI, PAN y PRD acudieron al llamado de ungrupo de empresarios, los ms poderosos de la regin, para formular la propuesta de lanzar unacandidatura nica; es decir, para imponer a un candidato de Estado, a alguien que ms all de lospartidos simplemente siguiera las rdenes directas de la burguesa, evitando la mediacin de losburcratas de los tres partidos. Dicho asunto, lo sealamos desde aquel momento, indicaba quenos encontrbamos ante una operacin de Estado.

    - Los gobiernos del PRD dejaron insatisfechos a todos. La burguesa, sobre todo tras el casoChern, pudo comprobar que la influencia de aquel partido sobre el movimiento popular se habadiezmado, su capacidad de interlocucin se haba reducido; adems su eficiencia burocrtica dejmucho que desear. La administracin pblica se enred en una crisis financiera y los escndalos decorrupcin no fueron para nada la excepcin. Por otra parte, si bien era cierto que en cierta medidael PRD gan la gubernatura apoyado en gran parte por la confianza que muchos elementos de lasclases explotadas le depositaron a los supuestos herederos del cardenismo, la desilusin fuecreciente, ni la pobreza ni la explotacin ni las injusticias cesaron en lo ms mnimo, la nicadiferencia fue el color bajo el cual se protegan los explotadores.

    - El prista Fausto Vallejo gan las elecciones compitiendo contra la hermana del presidenteCaldern, y contra un Silvano Aureoles de un PRD dividido y debilitado. Muchos de los grupos depoder que haban apoyado al PRD, quienes antes apoyaban al PRI, volvieron a apoyar a este ltimoe inclinaron la balanza.

    La gestin Vallejo-Reyna [1]

    Fausto Vallejo asume la gubernatura, cuando arrancaba la carrera presidencial, en medio de losrumores que adelantaban que l no terminara su perodo constitucional, pues su estado de saludno se lo permitira, y ante la seria posibilidad de que Jess Reyna se hiciera cargo del despachocomo gobernador interino o sustituto. La urgencia era abonar a la campaa presidencial de PeaNieto, demostrando que el PRI tendra la fuerza que el PRD no tuvo para doblegar a los nuevosbrotes del movimiento popular en Michoacn, y tambin bajo la expectativa de que tendra mejoresmtodos para mantener bajo control la violencia ligada al contrabando; es decir, que dichogobierno tendra la habilidad para evitar que los negocios ligados al contrabando afectaran tambina otros rubros de la economa capitalista. En ese sentido, la accin militar y policiaca seguirasiendo relevante.

    El actual gobierno prista de Michoacn, durante la campaa presidencial, quiso proyectar al PRIcon un golpe polticamente llamativo contra el movimiento popular, ejerciendo una represin brutalcontra moradores de las casas del estudiante de la Universidad Michoacana de San Nicols deHidalgo. El mensaje al bloque hegemnico burgus era el siguiente: "Nosotros tenemos lacapacidad de contener al movimiento popular con represin, es ms barato invertir en balas degoma, escudos y gas lacrimgeno que en ms albergues estudiantiles o en ms aulas para launiversidad pblica".

    La represin, desde el punto de vista de Estado, dej mucho que desear. Lucieron muchasineficiencias y la situacin poltica se complic tanto que Enrique Pea Nieto tuvo que cancelar envarios momentos sus actos de campaa en Michoacn, por el temor a encontrarse de frente agrandes movilizaciones populares, sobre todo estudiantiles. Sin embargo, el priismo gobernante en

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  • Michoacn logr contribuir a la campaa de Pea Nieto, en la medida en que reforzaba elcompromiso de su partido ante la burguesa de estar dispuesto a combatir sin reservas cualquierbrote de inconformidad organizada e independiente.

    En Octubre del ao pasado, un nuevo golpe represivo estremeci al pas, fuerzas federales yestatales hicieron un operativo en la Normal rural de Tiripeto y en la Escuela Normal Indgena deMichoacn, capturando a cientos de estudiantes. La fuerza del movimiento popular, organizaciones,padres de familia y comuneros, lograron expulsar a las fuerzas represivas de las escuelas normalesy levantar un movimiento que cobr gran fuerza a nivel regional, sobre todo en el sector estudiantily con miles de comuneros de la regin de la meseta purhpecha. La accin represiva alcanzincluso al magisterio democrtico quien sufri la incursin de la polica federal en sus instalaciones.

    El Estado logr ejercer la represin y golpear al movimiento, ablandando el terreno para siguientesacciones, mientras que el movimiento popular, lleno de combatividad pero carente de una direccinpoltica consolidada y revolucionaria, termin por dispersarse sobre todo ante el clamor de losoportunistas, quienes simulando vocacin combativa terminaron por decir: "no hay condicionespara luchar ms".

    La lnea del Estado mexicano ha sido la de provocar la negociacin dispersa y parcial con losactores en lucha, haciendo sobre todo un esfuerzo por desvincular la lucha estudiantil de la sindicaly a su vez con la de las comunidades indgenas y campesinas. La aprobacin de la reformaeducativa tom al movimiento popular michoacano en medio de la dispersin y la confusin.

    Las autodefensas

    El clima de violencia y miedo, referido al principio del presente ensayo, mantiene a la mayora delos michoacanos en la confusin al respecto de quin acta a nombre de qu. Hacer preguntas eindagatorias es prcticamente imposible; sin embargo existe una referencia para el movimientopopular, que es el caso de la comunidad indgena de Chern. En ste caso fue claro que fueron lospobladores organizados quienes hicieron frente a los grupos protegidos por el gobierno queasesinaban e intimidaban a miembros de la comunidad, hablamos de un caso claro de autodefensacomunitaria coordinado con la lucha popular y con plena legitimidad. Como todos sabemos, elmovimiento de Chern, no ha sido del agrado del Estado y ha pensado en diversas estrategias paracontenerlo, cooptarlo y desmovilizarlo.

    En medio de dicha situacin, aparecen un sinnmero de grupos que se denominan de"autodefensa", la claridad al respecto es sumamente nebulosa. Esto ha sido aprovechado por losfuncionarios de Estado, tanto estatal como federal, quienes advierten sobre la seria amenaza querepresenta para el "estado de derecho" la aparicin de estos grupos en general. Se introduce atravs de los medios de comunicacin la suspicacia de que los grupos de "autodefensa", elnarcotrfico y el movimiento social son una misma cosa, y que de manera general deben serdisueltos por el aparato represivo de Estado. As pues, se lanza la amenaza latente de que formarparte del movimiento popular o de la organizacin independiente puede ser considerado unaactividad delictiva y vinculado al llamado "crimen organizado". La confusin favorece a dichapoltica de Estado, pues nadie puede deslindar con precisin la naturaleza de cada fenmeno,mientras las patrullas policiacas y militares instalan retenes por los diversos caminos asolando a lapoblacin y alimentando el clima de miedo y desconfianza.

    Estado y movimiento popular

    Aqu es necesario detenernos a hacer una precisin. Las polticas e iniciativas de los gobiernosestn supeditadas a la poltica de Estado y no al revs, en ocasiones las acciones del gobiernologran fortalecer efectivamente al Estado, pero en ocasiones fracasan y se modifican en susaspectos superficiales, conservando siempre su esencia de clase.

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  • El gobierno prista, de Vallejo y Reyna, ha mostrado su vocacin burguesa; sin embargo se ha vistorebasado por el movimiento popular y por las propias contradicciones de las diversas problemticasplanteadas. El Estado, por su parte, luce preocupado y muestra su afn e inters de que existancondiciones estables para la acumulacin capitalista y para el ejercicio del poder estatal. El Estado,no obstante, est an lejos de verse rebasado y cuenta con diversos instrumentos para contener yderrotar al movimiento popular. En todo caso, el Estado est preocupado porque la torpeza eineficiencia de algunos gobernantes pueda posibilitar el desarrollo poltico de las clases explotadas,poniendo en riesgo el inters general de la clase en el poder.

    El aparato represivo, en los tres niveles de gobierno, sigue obteniendo condiciones para operar conpocas restricciones, aprovechndose de tanta confusin, por ejemplo, en varias ocasiones, losretenes de la polica federal se colocaron a las afueras de Morelia, impidiendo el paso a la capitalmichoacana a todos los jvenes que tuvieran "aspecto" de ser normalistas o luchadores sociales".Finalmente logra verse con claridad a dnde conduca tanta operacin policaco-militar enMichoacn. Esto, si bien implica un desgaste de la figura ideolgica del estado democrtico, es unsacrificio que el Estado ha estado dispuesto a hacer ante la efectividad que les implica el uso de lafuerza por encima de la poltica.

    Pero tal como advertimos hace algunas lneas, el Estado suele combinar varios mtodos. Por unlado reprime violentamente a las expresiones de la lucha popular, a quienes considera mshostiles; por otro lado tiende puentes de negociacin, hacia el movimiento sindical, indgena,estudiantil y popular, para mantener a cada lucha separada de las otras incluso bajo la advertenciade que las alianzas son causal de rompimiento de los compromisos del gobierno con cadamovimiento u organizacin. Nadie que conozca la historia de Mxico, y de Michoacnparticularmente, puede descartar que el Estado mexicano apueste a que a mediano plazo puedesumar algn movimiento a su redil y reconvertirlo en un apndice informal del Estado. Mientrashaya condiciones para la acumulacin de capital, el Estado mexicano puede aceptar formas deautonoma indgena, de autodefensa, de organizacin sindical o estudiantil, fragmentar las luchas yllegado el momento golpearlas por separado para recuperar las concesiones.

    El movimiento popular por su parte, ha tenido a su favor ms condiciones objetivas que subjetivas,an cuando no carece de las segundas, stas se encuentran considerablemente atrasadas conrespecto de las primeras. El movimiento popular en Michoacn ha respondido ante situacionesasfixiantes, ante la prdida evidente y violenta de conquistas obtenidas en luchas anteriores, perono ha logrado consolidar algn referente organizativo que aglutine al movimiento popular engeneral y lo mantenga avanzando en una agenda que tienda a elevar su posicin poltica; eltriunfalismo oportunista y el derrotismo ocasionado por tanto miedo, confluyen en un mismoescenario cumpliendo la misma funcin, inhibir el desarrollo poltico y progresivo del movimiento.

    Sin embargo, el panorama exhibe algunas posibilidades, pues el movimiento popular tiene a sufavor que las condiciones objetivas, las formas en que el capitalismo se desarrolla en Michoacn,hace confluir los intereses de comuneros, estudiantes y trabajadores, y les da la posibilidad deluchar juntos, y por tanto de probar la fuerza que se tiene con la organizacin combativa eindependiente; cada experiencia de lucha implica nuevos aprendizajes polticos, nuevas leccionesque sistematizadas correctamente pueden ser tiles en la elaboracin de la tctica revolucionaria.

    La cuestin por ahora es combatir la tctica de Estado quien se empea en hacer creer a quienesse organizan por sus demandas de carcter econmico y de alcance inmediato como lo pueden serlas prestaciones laborales, los derechos comunitarios o los espacios estudiantiles, que esreconociendo al Estado como sern escuchados y atendidos; la tarea consiste pues, en potenciar lacapacidad del movimiento popular, y eso exige ante todo conciencia de clase, el trabajo sobre lascondiciones subjetivas y sobre todo la organizacin independiente y clasista. El pueblo trabajadornecesita recobrar la confianza en s mismo, en su capacidad para resolver, para luchar y paraganar, eso le permitir levantar la mirada identificando adems de polticos corruptos, mafias ypartidos polticos, al verdadero enemigo de clase, la burguesa. Por ahora, las fuerzas en choque se

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  • encuentran en tensin, el gobierno ha sufrido reveses pero el Estado sigue siendo la fuerzadominante, el movimiento popular, si aspira a la victoria, no puede eludir la tarea de propiciar lmismo su desarrollo poltico.

    Notas:

    [1] Se pone gestin Vallejo-Reyna porque en estos momentos el otrora secretario de gobierno,Jess Reyna Garca, ha sido designado como gobernador interino toda vez que Fausto VallejoFigueroa solicit licencia para ausentarse del cargo por motivos de salud.

    Andrs Avila Armella. Miembro del Bur Poltico del Partido Comunista de Mxico www.partidocomunistademexico.org. Socilogo y Maestro en Estudios Latinoamericanos por laUniversidad Nacional Autnoma de Mxico.

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