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Número suelto € 1,50. Número atrasado € 3,00 L ’O SSERVATORE ROMANO EDICIÓN SEMANAL EN LENGUA ESPAÑOLA Unicuique suum Non praevalebunt Año LIII, número 2 (2.699) 8 de enero de 2021 Ciudad del Vaticano Educar el corazón al cuidado de las personas

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  • Número suelto € 1,50. Número atrasado € 3,00

    L’OSSERVATORE ROMANOEDICIÓN SEMANAL EN LENGUA ESPAÑOLA

    Unicuique suum Non praevalebunt

    Año LIII, número 2 (2.699) 8 de enero de 2021Ciudad del Vaticano

    Educar el corazónal cuidado delas personas

  • L’OSSERVATORE ROMANOpágina 2 viernes 8 de enero se 2021, número 2

    L’OSSERVATORE ROMANOEDICIÓN SEMANAL EN LENGUA ESPAÑOLA

    Unicuique suum Non praevalebunt

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    El deseo en el primer día del año

    Un 2021 de pazy de esperanza

    El Papa invoca el final de la violencia en Yemeny reza en particular por los niños

    Francisco durante el rezo dominical

    En el Ángelus el Papa renueva la invitación a dedicar el 2021 al cuidado de los otros y de la creación

    La audacia de un Dios que se ha hecho fragilidad

    El deseo de que el 2021 «sea unaño de fraterna solidaridad y depaz para todos; un año cargado deconfiada espera y de esperanzas»,fue formulado por el Papa en elÁngelus recitado a medio día delviernes 1 de enero en el Bibliotecaprivada del Palacio apostólico va-ticano, sin la presencia de fieles acausa del Covid-19.

    Queridos hermanos yhermanas, ¡buenos días yfeliz año!Empezamos el nuevo añoponiéndonos bajo la miradamaterna y amorosa de MaríaSantísima, que la liturgia hoycelebra como Madre de Dios.Retomamos así el camino a

    lo largo de las sendas deltiempo, encomendando nues-tras angustias y nuestros tor-mentos a Aquella que todolo puede. María nos miracon ternura materna así co-mo miraba a su Hijo Jesús.Y si nosotros miramos al pe-sebre [se gira hacia el pese-bre colocado en la sala], ve-mos que Jesús no está en lacuna, y me dicen que la Vir-gen ha dicho: “¿Me dejan te-ner en brazos un poco a estehijo mío?”. Y así hace la Vir-gen con nosotros: quiere te-nernos entre los brazos, paracuidarnos como ha cuidado yamado a su Hijo. La miradatranquilizadora y consoladora

    de la Santísima Virgen es unestímulo para que este tiem-po, que nos ha dado el Se-ñor, sea dedicado a nuestrocrecimiento humano y espiri-tual, sea tiempo de suavizarlos odios y las divisiones —hay muchas— sea tiempo desentirnos todos más herma-nos, sea tiempo de construiry no de destruir, cuidándo-nos unos a otros y de la crea-ción. Un tiempo para hacercrecer, un tiempo de paz.Es precisamente al cuidadodel prójimo y de la creaciónque está dedicado el tema dela Jornada Mundial de laPaz, que hoy celebramos: Lacultura del cuidado como ca-

    mino de paz. Los dolorososeventos que han marcado elcamino de la humanidad elaño pasado, especialmente lapandemia, nos enseñan lo ne-cesario que es interesarse porlos problemas de los otros ycompartir sus preocupacio-

    nes. Esta actitud representael camino que conduce a lapaz, porque favorece la cons-trucción de una sociedadfundada en las relaciones defraternidad. Cada uno de no-sotros, hombres y mujeres deeste tiempo, está llamado a

    traer la paz: cada uno de no-sotros, no somos indiferentesa esto. Nosotros estamos to-dos llamados a traer la paz ya traerla cada día y en cadaambiente de vida, sostenien-do la mano al hermano quenecesita una palabra de con-suelo, un gesto de ternura,una ayuda solidaria. Y estopara nosotros es una tareadada por Dios. El Señor nosha dado la tarea de ser traba-jadores de paz.Y la paz se puede construirsi empezamos a estar en pazcon nosotros mismos —enpaz dentro, en el corazón— ycon quien tenemos cerca,quitando los obstáculos quenos impiden cuidar de quie-nes se encuentran en necesi-dad y en la indigencia. Setrata de desarrollar una men-talidad y una cultura del“cuidado”, para derrotar laindiferencia, para derrotar eldescarte y la rivalidad —indi-ferencia, descarte, rivalidad—,que lamentablemente preva-lecen. Quitar estas actitudes.Y así la paz no es solo ausen-cia de guerra. La paz nuncaes aséptica, no, no existe lapaz del quirófano. La paz es-tá en la vida: no es solo au-sencia de guerra, sino que esvida rica de sentido, configu-rada y vivida en la realiza-ción personal y en el com-partir fraterno con los otros.Entonces esa paz tan ansiaday puesta siempre en peligropor la violencia, el egoísmo yla maldad, esa paz puesta enpeligro se convierte en posi-ble y realizable si yo la tomocomo tarea que me ha dadoD ios.La Virgen María, que ha da-do a luz al «Príncipe depaz» (Is 9,6), y que lo acunaasí, con tanta ternura, entresus brazos, nos obtenga delCielo el bien precioso de lapaz, que con tan solo lasfuerzas humanas no se lograperseguir en plenitud. Sola-mente las fuerzas humanasno bastan, porque la paz essobre todo don, un don deDios; debe ser implorada conincesante oración, sostenidacon un diálogo paciente yrespetuoso, construida conuna colaboración abierta a laverdad y a la justicia y siem-pre atenta a las legítimas as-piraciones de las personas yde los pueblos. Mi deseo esque reine la paz en el cora-zón de los hombres y en lasfamilias; en los lugares detrabajo y de ocio; en las co-munidades y en las naciones.En las familias, en el trabajo,en las naciones: paz, paz. Yahora pensemos que la vidahoy está organizada por lasguerras, las enemistades, tan-tas cosas que destruyen…Queremos paz. Y esta es undon.En el umbral de este comien-zo, dirijo a todos mi cordialdeseo de un feliz y sereno2021. Cada uno de nosotrostrate de hacer que sea un añode fraterna solidaridad y depaz para todos; un año car-gado de confiada espera y deesperanzas, que encomenda-

    Juan.

    Queridos hermanos y hermanas,¡buenos días!En este segundo domingo después deNavidad, la Palabra de Dios no nos pre-senta un episodio de la vida de Jesús, si-no que nos habla de Él antes de que na-ciera. Nos retrotrae para revelar algo so-bre Jesús antes de que viniera entre no-sotros. Lo hace sobre todo en el prólogodel Evangelio de Juan, que comienza:«En el principio era el Verbo» (Jn 1,1).En el principio: son las primeras pala-bras de la Biblia, las mismas con las quecomienza el relato de la creación: «En elprincipio creó Dios el cielo y la tierra»(Gn 1,1). Hoy el Evangelio dice queAquel que hemos contemplado en suNatividad, como niño, Jesús, existía an-tes: antes del comienzo de las cosas, an-tes del universo, antes de todo. Él estáantes del espacio y el tiempo. «En Él es-taba la vida"» (Jn 1,4) antes de que apa-reciera la vida.San Juan lo llama Verbo es decir, Pala-bra. ¿Qué quiere decirnos? La Palabrasirve para comunicar: no se habla solo,se habla con alguien. Siempre se hablacon alguien. Cuando vemos por la callegente que habla sola, decimos: “A estapersona le pasa algo”. No: nosotros ha-blamos siempre con alguien. Así pues,el hecho de que Jesús sea desde el prin-cipio la Palabra significa que desde elprincipio Dios se quiere comunicar connosotros, quiere hablarnos. El Hijo uni-génito del Padre (cf. v. 14) quiere decir-nos la belleza de ser hijos de Dios; es «laluz verdadera» (v. 9) y quiere alejarnosde las tinieblas del mal; es «la vida» (v.4) que conoce nuestras vidas y quieredecirnos que las ama desde siempre.

    Nos ama a todos. Este es el mensaje ma-ravilloso de hoy: Jesús es la Palabra, laPalabra eterna de Dios, que desde siem-pre piensa en nosotros y desea comuni-car con nosotros.Y para hacerlo, fue más allá de las pala-bras. En efecto, el núcleo del Evangeliode hoy nos dice que la Palabra «se hizocarne y habitó entre nosotros» (v. 14).Se hizo carne: ¿por qué San Juan usaesta expresión, “carne”? ¿No podría ha-ber dicho, de una manera más elegante,que se hizo hombre? No, usa la palabracarne porque indica nuestra condiciónhumana en toda su debilidad, en todasu fragilidad. Nos dice que Dios se hizofragilidad para tocar de cerca nuestrasfragilidades. Por lo tanto, desde el mo-mento en que el Señor se hizo carne, na-da en nuestra vida le es ajeno. No haynada que Él desdeñe; podemos com-partir todo con Él, todo. Querido her-mano, querida hermana, Dios se hizocarne para decirnos, decirte que te amaprecisamente allí, que nos ama precisa-mente allí, en nuestras fragilidades, entus fragilidades; precisamente allí don-de nosotros más nos avergonzamos,donde más te avergüenzas. Es audaz: ladecisión de Dios es audaz: se hizo carneprecisamente allí, donde nosotros tan-tas veces nos avergonzamos; entra ennuestra vergüenza para hacerse herma-no nuestro, para compartir el camino dela vida.Se hizo carne y no se volvió atrás. Noasumió nuestra humanidad como unvestido, que se pone y se quita. No,nunca se separó de nuestra carne. Y ja-más se separará de ella: ahora y porsiempre está en el cielo con su cuerpo decarne humana. Se unió para siempre anuestra humanidad; podríamos decir

    que la “desp osó”. A mí me gusta pensarque cuando el Señor le reza al Padre pornosotros, no le habla solamente: le en-seña las heridas de la carne, le enseñalas llagas que ha sufrido por nosotros. Yeste es Jesús: con su carne es el interce-sor, quiso llevar también las señales delsufrimiento. Jesús, con su carne, estáante el Padre. El Evangelio dice, enefecto, que vino a habitar entre noso-tros. No vino de visita y luego se fue, vi-no a habitar con nosotros, a estar connosotros. ¿Qué desea entonces de noso-tros? Desea una gran intimidad. Quiereque compartamos con Él alegrías y pe-nas, deseos y temores, esperanzas y tris-tezas, personas y situaciones. Hagámo-slo con confianza, abrámosle nuestrocorazón, contémosle todo. Detengá-monos en silencio ante el belén para sa-borear la ternura de Dios que se hizocercano, que se hizo carne. Y sin miedo,invitémosle a nuestra casa, a nuestra fa-milia, y también —cada uno las conocebien— invitémosle a nuestras fragilida-des. Invitémosle a que vea nuestras lla-gas. Vendrá y la vida cambiará.La Santa Madre de Dios, en quien elVerbo se hizo carne, nos ayude a acogera Jesús, que llama a la puerta del cora-zón para vivir con nosotros.

    Al finalizar la oración mariana, el Papa exhortóa los cristianos a huir «mentalidad fatalista omágica» y confió la propia amargura por algu-nos sucesos que testimonian la voluntad «vivirde forma hedonista, es decir, buscando sólo satis-facer el propio placer». Finalmente dirigió unsaludo particular «empiezan el año nuevo conmayores dificultades» —enfermos, desempleadosy quien se encuentra en situaciones de opresión oexplotación— y a las familias, especialmente «enlas que hay niños pequeños o que esperan un na-cimiento».

    Queridos hermanos y hermanas,os renuevo a todos mis buenos deseospara el año que acaba de empezar. Co-

    mo cristianos huyamos de la mentali-dad fatalista o mágica: sabemos que lascosas mejorarán en la medida en que,con la ayuda de Dios, trabajemos juntospor el bien común, poniendo en el cen-tro a los más débiles y desfavorecidos.No sabemos lo que nos traerá el 2021,pero lo que cada uno de nosotros y to-dos juntos podemos hacer es esforzar-nos un poco más en cuidarnos los unosa los otros y a la creación, nuestra casacomún. Es verdad, existe la tentaciónde ocuparse sólo de los propios intere-ses, de seguir haciendo la guerra, porejemplo, de concentrarse sólo en el per-fil económico, de vivir de forma hedo-nista, es decir, buscando sólo satisfacerel propio placer... Existe, esa tentación.He leído en los periódicos algo que meha entristecido: en un país, no recuerdocuál, para escapar del confinamiento eirse de vacaciones, esta tarde han salidomás de 40 aviones. Pero esa gente, quees buena gente, ¿no ha pensado en losque se quedaban en casa, en los proble-mas económicos de tanta gente que elconfinamiento ha dejado por los suelos,en los enfermos? Solamente en irse devacaciones y hacer lo que les apetece.Me ha entristecido tanto. Dirijo un sa-ludo especial a los que empiezan el añonuevo con mayores dificultades, a losenfermos, a los desempleados, a los queviven situaciones de opresión o explo-tación. Y con afecto deseo saludar a to-das las familias, especialmente a aque-llas en las que hay niños pequeños o queesperan un nacimiento. Un nacimientoes siempre una promesa de esperanza.Estoy cerca de estas familias: ¡que el Se-ñor os bendiga!Os deseo a todos un buen domingo,pensando siempre en Jesús que se hizocarne precisamente para habitar connosotros, en las cosas buenas y en lasmalas, siempre. Por favor, no os olvi-déis de rezar por mí.

    ¡Buen almuerzo y hasta pronto!

    La audacia de un Dios que «se hizo carne para decirnos que nos ama precisamente en nuestras fra-gilidades» fue subrayada por el Papa en el Ángelus recitado a medio día del 3 de enero en la Biblio-teca privada del Palacio apostólico vaticano, todavía sin la presencia de fieles a causa de la pande-mia. Comentando como es habitual el Evangelio del domingo, Francisco se detuvo en el prólogo de

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    mos a la protección de Ma-ría, madre de Dios y madrenuestra.

    Al finalizar el Pontífice saludó alos que participaron en la oración através de los medios de comunica-ción, dirigió palabras de felicitaciónal presidente italiano Mattarella,mencionó las iniciativas promovidaspor diferentes realidades, expresódolor por la situación de Yemen,invitó a rezar por el obispo secues-trado (y después liberado) in Nige-ria, y dio las gracias a los «Ster-nsinger», los “Cantores de la Es-t re l l a ”, niños y jóvenes que en Ale-mania y Austria se visten como losreyes magos para recoger fondos pa-ra destinar a sus coetáneos más ne-cesitados.

    ¡Queridos hermanos yhermanas!A todos vosotros, conectadosa través de los medios de co-municación, os dirijo mi de-seo de paz y de serenidad pa-ra el año nuevo.Doy las gracias al presidentede la República italiana, Ser-gio Mattarella, por la felicita-ción que me dirigió ayer porla noche en su Mensaje de fi-nal de año, y le correspondoc o rd i a l m e n t e .Estoy agradecido a cuantos,en distintos lugares del mun-do, respetando las restriccio-nes impuestas por la pande-mia, han promovido momen-tos de oración y de reflexióncon ocasión de la actual Jor-nada Mundial de la Paz.Pienso en particular en laMarcha virtual de anoche,organizada por el Episcopa-do italiano, Pax Christi, Cári-tas y Acción Católica; comotambién la de esta mañana,promovida por la Comuni-dad de San Egidio conecta-dos en directo a nivel mun-dial. Gracias a todos por es-tas y muchas otras iniciativasa favor de la reconciliación yde la concordia entre lospueblos.En tal contexto, expreso do-lor y preocupación por lanueva escalada de violenciaen Yemen que está causandonumerosas víctimas inocen-tes, y rezo para que se haganesfuerzos para encontrar so-luciones que permitan el re-greso de la paz para esas po-blaciones golpeadas. Herma-nos y hermanas, ¡pensemosen los niños de Yemen! Sineducación, sin medicinas,hambrientos. Recemos juntospor Yemen.Además os invito a uniros enoración a la archidiócesis deOwerri en Nigeria por elobispo monseñor Moses Chi-kwe y por su conductor, se-cuestrados los días pasados.Pidamos al Señor que ellos ytodos aquellos que son vícti-mas de actos similares en Ni-geria vuelvan ilesos en liber-tad y que ese querido paísencuentre de nuevo seguri-dad, concordia y paz.Dirijo un saludo especial alos Sternsinger, los “C a n t o re sde la Estrella”, niños y jóve-nes que en Alemania y Aus-tria, aun sin poder visitar alas familias en las casas, hanencontrado la forma de lle-varles la buena noticia de laNavidad y de recaudar dona-ciones para sus coetáneos ne-cesitados.Os deseo a todos un año depaz y de esperanza, con laprotección de María, la SantaMadre de Dios. Y por favor,no os olvidéis de rezar pormí. ¡Buen almuerzo y hastap ro n t o !

    Las primeras Vísperas de la solemnidad de María Santísima Madre de Dios y el «Te Deum»

    Compasión y solidaridadpara dar un “sentido” a la pandemia

    ¡Queridos hermanos y hermanas!Esta celebración vespertina tiene siem-pre un doble aspecto: con la liturgiaentramos en la fiesta solemne de MaríaSantísima Madre de Dios; y al mismotiempo concluimos el año natural conel gran himno de alabanza.Del primer aspecto se hablará en la ho-milía de mañana. Esta noche damosespacio a la acción de gracias por elaño que está llegando a su fin.“Te Deum laudamus”, “Te alabamos,Dios, te proclamamos Señor...” Po dríaparecer forzado dar gracias a Dios al fi-nal de un año como este, marcado porla pandemia. Nuestros pensamientosvan a las familias que han perdido unoo más miembros; pensamos en los quehan caído enfermos, los que han sufri-do soledad, los que han perdido su tra-bajo...A veces alguien pregunta: ¿qué sentidotiene un drama como éste? No debe-mos tener prisa por responder a este in-terrogante. Ni siquiera Dios respondea nuestros más angustiosos “p orqués”recurriendo a “razones superiores”.

    La respuesta de Dios sigue el cami-no de la encarnación, como prontocantará la antífona del Magníficat :“Por el gran amor con que nos amó,Dios envió a su Hijo en carne de peca-do”.Un Dios que sacrificase a los seres hu-manos por un gran diseño, aunquefuera el mejor posible, no es ciertamen-te el Dios que nos reveló Jesucristo.Dios es Padre, “Padre eterno”, y si suHijo se hizo hombre, es por la inmensacompasión del corazón del Padre.Dios es Padre y es pastor, y ¿qué pastordaría por perdida una sola oveja, pen-sando que mientras tanto le quedanmuchas? No, este Dios cínico y despia-dado no existe. Este no es el Dios que“alabamos” y “proclamamos Señor”.Cuando el buen samaritano se encon-tró con aquel pobre hombre mediomuerto en el borde del camino no lesoltó un discurso para explicarle el sig-nificado de lo que le había pasado, qui-zás para convencerle de que, en el fon-do, era bueno para él. El samaritano,movido por la compasión, se inclinósobre el desconocido, tratándolo comoa un hermano, y lo cuidó, haciendo to-do lo que podía (cf. Lc 10, 25-37).Aquí, sí, tal vez podamos encontrar un"sentido" a este drama que es la pande-mia, como a otros flagelos que azotan ala humanidad: el de despertar en noso-tros la compasión y suscitar actitudes y

    gestos de cercanía, de cuidado, de soli-daridad, de afecto. Es lo que también,en estos meses ha sucedido y sucede enRoma; y por esto sobre todo, esta tar-de, damos gracias a Dios. Damos gra-cias a Dios por las cosas buenas quehan sucedido en nuestra ciudad duran-te el confinamiento y, en general, du-rante el período de la pandemia, quedesgraciadamente aún no ha termina-do. Hay muchas personas que, sin pro-clamarlo, han tratado de hacer más so-portable el peso de la prueba. Con sucompromiso diario, animadas por elamor al prójimo, han hecho realidadlas palabras del himno Te Deum: “Cadadía te bendecimos, alabamos tu nom-bre para siempre”. Porque la bendi-ción y la alabanza que Dios más apre-cia es el amor fraternal.

    Los trabajadores de la salud - médicos,enfermeras, voluntarios - se hallan enprimera línea, y por eso están de unamanera particular en nuestras oracio-nes y merecen nuestra gratitud; así co-mo también tantos sacerdotes, religio-sas y religiosos, que han trabajado congenerosidad y dedicación. Pero estanoche nuestro agradecimiento se ex-tiende a todos aquellos que se esfuer-zan cada día por sacar adelante lo me-jor posible a sus familias y a aquellosque se comprometen en servir al biencomún. Pensamos en los directores yprofesores de las escuelas, que desem-peñan un papel esencial en la vida dela sociedad y que se enfrentan a una si-tuación muy compleja. Pensamos tam-bién con gratitud en los administrado-res públicos que saben cómo valorizartodos los buenos recursos presentes enla ciudad y en el territorio, que se des-vinculan de los intereses privados ytambién de los de su partido. ¿Porqué? Porque buscan verdaderamenteel bien de todos, el bien común, elbien, empezando por los más desfavo-

    re c i d o s .Todo esto no puede suceder sin la gra-cia, sin la misericordia de Dios. Noso-tros -lo sabemos bien por experiencia-en los momentos difíciles tendemos adefendernos -es natural- a protegernosa nosotros mismos y a nuestros seresqueridos, a salvaguardar nuestros inte-reses... ¿Cómo es posible entonces quetanta gente, sin otra recompensa que lade hacer el bien, encuentre la fuerzapara preocuparse por los demás? ¿Quélos impulsa a renunciar a algo de símismos, de su comodidad, de su tiem-po, de lo que tienen para dárselo aotros? En el fondo, aunque no lo pien-sen, están impulsados por la fuerza deDios, que es más poderosa que nuestroegoísmo. Por eso, esta tarde le alaba-mos, porque creemos y sabemos quetodo el bien que día a día se cumple enla tierra viene, al final, de Él, viene deDios. Y mirando al futuro que nos es-pera, imploramos de nuevo: "Que tumisericordia esté siempre con noso-tros, en ti hemos esperado". En ti estánuestra confianza y nuestra esperanza.

    La tarde del jueves 31 de diciembre fue el cardenal decano Giovanni Battista Re quien presidió enla basílica de San Pedro las primeras Vísperas de la solemnidad de María Santísima Madre deDios, la exposición del Santísimo Sacramento, el tradicional canto del himno «Te Deum» en laconclusión del año civil y la bendición eucarística. Publicamos, a continuación, la homilía prepara-da por el Pontífice y leída por el purpurado que la introdujo con las siguientes palabras: «Doy lec-tura al texto que el Santo Padre Francisco había preparado para esta circunstancia».

    Mensaje del Papa a la Comunidad de Taizé

    Caminar con esperanzacreando fraternidad

    «No estén entre los que siembran la desesperación y crean unadesconfianza constante, porque esto neutralizaría la fuerza de laesperanza que nos ofrece el Espíritu de Cristo Resucitado», loescribe el Papa Francisco en un mensaje firmado por el Car-denal Pietro Parolin, secretario de Estado Vaticano, a los par-ticipantes en el 43º Encuentro Europeo animado por la Comu-nidad de Taizé, que se desarrolló de forma virtual, del 27 dediciembre de 2020 al 1 de enero de 2021.

    Queridos jóvenes:Desde hace más de cuarenta años, la Comunidad deTaizé prepara cada año un encuentro europeo en unagran ciudad del continente, en el que han participadovarias generaciones de jóvenes. El Papa Francisco es-tá contento, de unirse a vosotros también este año,con el pensamiento y la oración. Como la situaciónsanitaria no permite esta vez ese encuentro, vosotroshabéis dado prueba de creatividad e imaginación:aunque dispersos, estáis conectados de una maneradistinta gracias a los nuevos medios de comunica-ción. Y al mismo tiempo hacéis extensivo este en-cuentro a los jóvenes de todos los continentes. Queestos días en los que rezáis juntos y os sostenéis mu-tuamente en la fe y la confianza os ayuden a «esperara tiempo y a destiempo», como subraya el tema delmensaje que os acompañará a lo largo del año 2021.El mero hecho de “encontrarse”, aunque excepcional-mente lo hagáis de forma virtual, ya os pone en elcamino de la esperanza. Como el Santo Padre reiteró

    en su encíclica Fratelli tutti, «nadie puede pelear lavida aisladamente. Se necesita una comunidad quenos sostenga, que nos ayude y en la que nos ayude-mos unos a otros a mirar hacia delante» (n. 8). Noestéis entre los que siembran la desesperación y sus-citan una desconfianza constante, porque sería neu-tralizar la fuerza de la esperanza que nos ofrece elEspíritu de Cristo resucitado. Al contrario, dejaos ha-bitar por esta esperanza; os dará el valor de seguir aCristo y de trabajar juntos con y para los más nece-sitados, especialmente los que tienen problemas paraenfrentarse a las dificultades del tiempo actual. «Laesperanza es audaz, sabe mirar más allá de la como-didad personal, de las pequeñas seguridades y com-pensaciones que estrechan el horizonte, para abrirse agrandes ideales que hacen la vida más bella y digna.¡Caminemos en esperanza!» (Fratelli tutti, n. 55). Se-guid desarrollando a lo largo de este año una culturade encuentro y fraternidad y caminad juntos haciaese horizonte de esperanza revelado por la resurrec-ción de Cristo. El Santo Padre bendice a todos y ca-da uno de vosotros, queridos jóvenes; también ben-dice a los hermanos de la Comunidad de Taizé, asícomo a vuestras familias y a todos aquellos que entodo el mundo participan con vosotros en este en-cuentro internacional.

    CARDENAL PIETRO PAROLINSE C R E TA R I O DE ESTAD O DE SU SANTIDAD

  • L’OSSERVATORE ROMANOpágina 4 viernes 8 de enero de 2021, número 2 número 2, viernes 8 de enero de 2021 página 5

    Sobre algunascompetencias en

    materia económico-financiera

    Sobre algunas competencias en materia eco-nómico-financieraUna mejor organización de la administra-ción, control y supervisión de las actividadeseconómicas y financieras de la Santa Sedepara asegurar una gestión transparente y efi-ciente y una clara separación de competen-cias y funciones, constituye un punto funda-mental en la reforma de la Curia.Sobre la base de este principio, la Secretaríade Estado, que también sostiene más de cer-ca y directamente la acción del Sumo Pon-tífice en su misión y representa un punto dereferencia esencial para las actividades de laCuria Romana, no es oportuno que desem-peñe las funciones en los asuntos económi-cos y financieros ya atribuidas por compe-tencia a otros Dicasterios.Habiendo sido informado por los responsa-bles de los entes interesados de los progre-sos realizados en el ejercicio más funcionalde sus respectivas competencias, he conside-rado necesario establecer algunas normaspara determinar mejor las diversas funcionesde la Secretaría de Estado, la Administra-ción del Patrimonio de la Sede Apostólica yla Secretaría para la Economía.En consecuencia, tras examinar detenida-mente todas las cuestiones relativas a la ma-teria, haber escuchado a los jefes de los di-casterios competentes y consultado a perso-nas expertas, establezco lo siguiente:

    Artículo 1

    Transferencia de inversiones y liquidez

    §1 A partir del 1º de enero de 2021, la titu-laridad de los fondos y cuentas bancarias,las inversiones muebles e inmuebles, inclui-das las participaciones en sociedades y fon-dos de inversión, hasta ahora a nombre dela Secretaría de Estado, se transfiere a laAdministración del Patrimonio de la SedeApostólica, que se encargará de su gestión yadministración. Estarán sujetas a un controlad hoc por la Secretaría para la Economía,que a partir de ahora también desempeñarála función de Secretaría Papal para materiaseconómicas y financieras.§2 La Secretaría de Estado transfiere lo an-tes posible, y a más tardar el 4 de febrero de2021, todos sus haberes líquidos mantenidosen cuentas corrientes a su nombre en el Ins-tituto de Obras de Religión o en cuentasbancarias extranjeras, a la Administracióndel Patrimonio de la Sede Apostólica enuna cuenta bancaria indicada por ésta.§3 En el caso de que no sea posible o con-veniente cambiar la titularidad de las cuen-tas, inversiones y participaciones, el Secreta-rio de Estado proveerá al Presidente de laAdministración del Patrimonio de la SedeApostólica de un poder general para actuaren nombre y por cuenta de la Secretaría deEstado lo antes posible, y a más tardar el 4de febrero de 2021, concediéndole poderesexclusivos de administración ordinaria y ex-traordinaria para:a) la gestión de las cuentas corrientes ban-carias;b) la gestión de títulos y valores muebles anombre de la Secretaría de Estado;c) el ejercicio de los derechos derivados delas participaciones de la Secretaría de Esta-do en sociedades y fondos de inversión;d) la gestión de los bienes inmuebles anombre directa o indirectamente de la Se-cretaría de Estado.§4 A partir del ejercicio económico 2021, lascontribuciones por cualquier motivo debidaso libremente entregadas a la Santa Sede porentes eclesiales de cualquier tipo, incluidaslas de la Gobernación del Estado de la Ciu-dad del Vaticano y del Instituto para lasObras de Religión, así como las referidas enel canon 1271 CJC, se ingresarán en unacuenta denominada "Budget General de laSanta Sede", gestionada por la Administra-ción del Patrimonio de la Sede Apostólicasegún las normas vigentes, en base al presu-puesto aprobado. Las transferencias de lassumas de la cuenta del Budget General dela Santa Sede a la APSA deben ser autori-

    zadas previamente por el Prefecto de la Se-cretaría para la Economía.§5 El pago de los gastos ordinarios y ex-traordinarios de la Secretaría de Estado co-rre a cargo de la Administración del Patri-monio de la Sede Apostólica según el pre-supuesto de dicha Secretaría, aprobado enbase a las normas vigentes y sin perjuicio delo previsto en el artículo 11 del Estatuto dela Secretaría para la Economía. En el presu-puesto de la Secretaría de Estado se estable-cerá una partida de gastos para actividadesimprevistas o emergencias, que serán objetode notificación periódica. Para las materiasreservadas, se observarán las disposicionesdel Estatuto de la Comisión de MateriasReservadas.

    Artículo 2

    Gestión de los fondos papales

    §1 La Administración del Patrimonio de laSede Apostólica establecerá una provisiónpresupuestaria llamada Fondos Papales,que, para una mayor transparencia, formaráparte del estado financiero consolidado dela Santa Sede, para el que se llevará unacontabilidad separada, con la apertura desubcuentas específicas para:a) el Fondo denominado "Óbolo de San Pe-dro", con todas sus diversas subdivisiones yarticulaciones;b) el Fondo denominado "Fondo Discrecio-nal del Santo Padre".c) cada uno de los fondos denominados"Fondos titulados", que tengan un vínculoparticular de destino por voluntad de losdonantes o por disposición normativa.§2 Todos los fondos mencionados en el §1anterior mantienen su propósito. Los activoslíquidos y las inversiones correspondientes acada una de las subcuentas indicadas en el§1 se colocan en cuentas específicas abiertaspor la Administración del Patrimonio de laSede Apostólica.§3 La Administración del Patrimonio de laSede Apostólica informa periódicamente delestado de los fondos a la Secretaría de Es-tado, que sigue colaborando en su recauda-ción.§4 Los gastos y otros actos de disposiciónde la subcuenta del Fondo Discrecional delSanto Padre sólo pueden hacerse por deci-sión personal suya.§5 Los gastos cargados a las otras subcuen-tas serán desembolsados por la Administra-ción del Patrimonio de la Sede Apostólica apetición de la Secretaría de Estado según elpresupuesto aprobado. Todos los demás ac-tos de disposición en uso de estas subcuen-tas y los no previstos en el presupuesto sonsometidos por el Presidente de la Adminis-tración del Patrimonio de la Sede Apostóli-ca a la autorización previa del Prefecto de laSecretaría para la Economía, quien ejerce uncontrol específico, verificando de antemanola correspondencia con las instrucciones re-cibidas del Santo Padre sobre el uso de susfondos, la capacidad y liquidez de los mis-mos, y la correspondencia de las disposicio-nes con el destino eventual.§6 En todo caso, las disposiciones de lospagos e inversiones no presupuestadas concargo a los fondos papales dadas por el Pre-sidente de la Administración del Patrimoniode la Sede Apostólica deben ser refrendadaspor el Prefecto de la Secretaría para la Eco-nomía, quien verifica de antemano su co-rrespondencia con las disposiciones y auto-rizaciones dadas en base a este artículo.

    Artículo 3

    Disposiciones relativas al control y lavigilancia económica y financiera

    §1 Todos los entes mencionados en el artí-culo 1 §1 del Estatuto del Consejo para laEconomía, incluidos los que hasta ahora es-taban bajo el control económico y financierode la Secretaría de Estado, están sujetos alcontrol, la vigilancia y la dirección de la Se-cretaría para la Economía, tal como se de-fine en su propio Estatuto y en las normas

    vigentes, con la única excepción de los entespara los que el Santo Padre haya previstoexpresamente otra cosa.§2 El presupuesto y los balances de los en-tes mencionados en el párrafo anterior seenvían a la Secretaría para la Economía, quelos somete al Consejo para la Economía pa-ra su aprobación.§3 En los casos previstos por los Estatutos opor la praxis vigente, las actas de los Con-sejos de Administración de los entes siguenenviándose a la Secretaría de Estado o alDicasterio del que dependen canónicamen-te.§4 El Presidente de los consejos de cuentaso de auditores, cualquiera que sea su nom-bre, o el auditor o auditor único, cuando asílo prevean los estatutos de los entes inclui-dos en una lista aprobada por el Consejopara la Economía, son nombrados por elPrefecto de la Secretaría para la Economía,quien verifica los requisitos de honorabili-dad y profesionalidad y comprueba la exis-tencia de posibles conflictos de intereses.§5 Los miembros de los órganos estatutariosde control interno mencionados en el párra-fo anterior participan sin derecho a voto enlas reuniones del órgano responsable de laadministración del ente sea cual fuere sunombre, y tienen derecho a solicitar a losdirectores información y documentos sobrela marcha de las actividades del ente o sobreasuntos concretos.§6 Los informes debidos por los órganos es-tatutarios de control interno de las Institu-ciones mencionadas en el §4, de acuerdocon la ley y el estatuto, se transmiten a laSecretaría para la Economía. En todo caso,los miembros de los órganos estatutarios decontrol interno tienen el deber de informara la Secretaría para la Economía sobre lassituaciones de grave irregularidad en la ges-tión u organización, sobre las posibles vio-laciones de la ley o del estatuto y sobre elpeligro eventual de inestabilidad económicadel ente.§7 Los superiores, directores, empleados y

    colaboradores profesionales de los órganosde supervisión y control son incompatiblescon el nombramiento en los órganos de ad-ministración de los entes incluidos en la lis-ta mencionada en el §1.§8 Las disposiciones de este artículo susti-tuyen automáticamente las cláusulas diferen-te contenidas eventualmente en los estatutosde los Entes.§9 Siguen en función las competencias delConsejo de Economía, la Oficina del Audi-tor General y la Autoridad de Supervisión eInformación Financiera, tal como se definenen sus estatutos y en los reglamentos vigen-tes.

    Artículo 4

    Función de la Oficina Administrativa de laSecretaría de Estado

    §1 La denominada Oficina Administrativade la Secretaría de Estado mantiene sola-mente los recursos humanos necesarios parael desarrollo de las actividades relativas a suadministración interna, la preparación de supresupuesto y balance final y las demás fun-ciones no administrativas que hasta ahoradesemp eña.2 El archivo de la denominada Oficina Ad-ministrativa en la parte relativa a las inver-siones a que se refiere el artículo 1 anterior ylos Fondos a que se refiere el artículo 2 an-terior, se transfiere a la Administración delPatrimonio de la Sede Apostólica.Todo lo que he deliberado con esta CartaApostólica en forma de Motu Proprio, orde-no que se observe en todas sus partes, noobstante cualquier cosa en contrario, aun-que sea digna de mención particular, y es-tablezco que se promulgue mediante publi-cación en el periódico "L'Osservatore Roma-no ”, entrando en vigor el día de su publi-cación.

    Vaticano, 26 de diciembre de 2020, octa-vo del Pontificado

    FRANCISCO

  • L’OSSERVATORE ROMANOpágina 4 viernes 8 de enero de 2021, número 2 número 2, viernes 8 de enero de 2021 página 5

    Nota sobre la moralidad del usode algunas vacunas contra la Covid-19

    Congregación para la Doctrina de la feLa cuestión sobre el uso de las vacunas, engeneral, suele estar en el centro de insis-tentes debates en la opinión pública. Enlos últimos meses, han llegado a esta Con-gregación varias peticiones de una opiniónsobre el uso de algunas vacunas contra elvirus SARS-CoV-2, causante de la Covid-19,desarrolladas recurriendo, en el proceso deinvestigación y producción, a líneas celula-res que provienen de tejidos obtenidos dedos abortos ocurridos en el siglo pasado.Al mismo tiempo, se han producido diver-sas declaraciones en los medios de comu-nicación por parte de Obispos, Asociacio-nes Católicas y Expertos, diferentes entresí y a veces contradictorias, que tambiénhan planteado dudas sobre la moralidaddel uso de estas vacunas.Sobre esta cuestión ya hay un importantepronunciamiento de la Pontificia Acade-mia para la Vida, titulado “Reflexionesmorales acerca de las vacunas preparadas apartir de células procedentes de fetos hu-manos abortados” (5 junio 2005). Además,esta Congregación se expresó al respectocon la Instrucción Dignitas Personae (8 deseptiembre de 2008) (cf. nn. 34 y 35). En2017, la Pontificia Academia para la Vidavolvió a tratar el tema con una Nota. Es-tos documentos ya ofrecen algunos crite-rios generales dirimentes.Dado que están ya disponibles, para sudistribución y administración en diversospaíses, las primeras vacunas contra la Co-vid-19, esta Congregación desea ofrecer al-gunas indicaciones que clarifiquen este te-ma. No se pretende juzgar la seguridad yeficacia de estas vacunas, aun siendo ética-mente relevante y necesario, porque suevaluación es competencia de los investi-gadores biomédicos y las agencias para losmedicamentos, sino únicamente reflexio-nar sobre el aspecto moral del uso deaquellas vacunas contra la Covid-19 que sehan desarrollado con líneas celulares pro-cedentes de tejidos obtenidos de dos fetosabortados no espontáneamente.1. Como se afirma en la Instrucción Dig-nitas Personae, en los casos en los que seutilicen células de fetos abortados paracrear líneas celulares para su uso en la in-vestigación científica, “existen diferentesgrados de responsabilidad”[1] en la coope-ración al mal. Por ejemplo, “en las empre-sas que utilizan líneas celulares de origenilícito no es idéntica la responsabilidad dequienes deciden la orientación de la pro-ducción y la de aquellos que no tienen po-der de decisión”.[2]2. En este sentido, cuando no estén dispo-nibles vacunas Covid-19 éticamente irre-prochables (por ejemplo, en países en losque no se ponen a disposición de médicosy pacientes vacunas sin problemas éticos o

    en los que su distribución es más difícildebido a las condiciones especiales de al-macenamiento y transporte, o cuando sedistribuyen varios tipos de vacunas en elmismo país pero, por parte de las autori-dades sanitarias, no se permite a los ciuda-danos elegir la vacuna que se va a inocu-lar) es moralmente aceptable utilizar lasvacunas contra la Covid-19 que han utili-

    ber moral de evitar esa cooperación mate-rial pasiva no es vinculante si existe un pe-ligro grave, como la propagación, por lodemás incontenible, de un agente patóge-no grave:[3] en este caso, la propagaciónpandémica del virus SARS-CoV-2 que causala Covid-19. Por consiguiente, debe consi-derarse que, en este caso, pueden utilizarsetodas las vacunas reconocidas como clíni-

    zones de conciencia, rechazan las vacunasproducidas a partir de líneas celulares pro-cedentes de fetos abortados, deben tomarlas medidas, con otros medios profilácticosy con un comportamiento adecuado, paraevitar que se conviertan en vehículos detransmisión del agente infeccioso. En par-ticular, deben evitar cualquier riesgo parala salud de quienes no pueden ser vacuna-dos por razones médicas o de otro tipo yque son los más vulnerables.6. Por último, existe también un imperati-vo moral para la industria farmacéutica,los gobiernos y las organizaciones interna-cionales, garantizar que las vacunas, efica-ces y seguras desde el punto de vista sani-tario, y éticamente aceptables, sean tam-bién accesibles a los países más pobres ysin un coste excesivo para ellos. La faltade acceso a las vacunas se convertiría, dealgún modo, en otra forma de discrimina-ción e injusticia que condenaría a los paí-ses pobres a seguir viviendo en la indigen-cia sanitaria, económica y social.[5]El Sumo Pontífice Francisco, en la Au-diencia concedida al suscrito Prefecto dela Congregación para la Doctrina de la Fe,en fecha 17 diciembre 2020, ha examinadola presente Nota y ha aprobado la publi-cación.Dado en Roma, en la sede de la Congre-gación para la Doctrina de la Fe, el 21 dediciembre de 2020, Memoria litúrgica deSan Pedro Canisio.

    zado líneas celulares de fetos abortados ensu proceso de investigación y producción.3. La razón fundamental para considerarmoralmente lícito el uso de estas vacunases que el tipo de cooperación al mal (coo-peración material pasiva) del aborto pro-vocado del que proceden estas mismas lí-neas celulares, por parte quienes utilizanlas vacunas resultantes, es remota. El de-

    camente seguras y eficaces con concienciacierta que el recurso a tales vacunas nosignifica una cooperación formal con elaborto del que se obtuvieron las célulascon las que las vacunas han sido produci-das. Sin embargo, se debe subrayar que eluso moralmente lícito de este tipo de va-cunas, debido a las condiciones especialesque lo posibilitan, no puede constituir ensí mismo una legitimación, ni siquiera in-directa, de la práctica del aborto, y presu-pone la oposición a esta práctica por partede quienes recurren a estas vacunas.4. De hecho, el uso lícito de esas vacunasno implica ni debe implicar en modo al-guno la aprobación moral del uso de lí-neas celulares procedentes de fetos aborta-dos.[4] Por lo tanto, se pide tanto a las em-presas farmacéuticas como a los organis-mos sanitarios gubernamentales, que pro-duzcan, aprueben, distribuyan y ofrezcanvacunas éticamente aceptables que nocreen problemas de conciencia, ni al per-sonal sanitario ni a los propios vacuna-dos.5. Al mismo tiempo, es evidente para la ra-zón práctica que la vacunación no es, porregla general, una obligación moral y que,por lo tanto, la vacunación debe ser vo-luntaria. En cualquier caso, desde un pun-to de vista ético, la moralidad de la vacu-nación depende no sólo del deber de pro-teger la propia salud, sino también del de-ber de perseguir el bien común.Bien que,a falta de otros medios para detener o in-cluso prevenir la epidemia, puede hacerrecomendable la vacunación, especialmen-te para proteger a los más débiles y másexpuestos. Sin embargo, quienes, por ra-

    No se pretende juzgar la seguridad y eficacia de estas vacunas, aun siendoéticamente relevante y necesario, porque su evaluación es competencia de los

    investigadores biomédicos y las agencias para los medicamentos, sinoúnicamente reflexionar sobre el aspecto moral del uso de aquellas vacunas

    contra la Covid-19 que se han desarrollado con líneas celulares procedentesde tejidos obtenidos de dos fetos abortados no espontáneamente.

    [1] Congregación para la Doctrina de la Fe,Instrucción Dignitas Personae (8 diciembre2008), n. 35; AAS (100), 884.[2] Ibid, 885.[3] Cfr. Pontificia Academia para la Vida,“Moral reflections on vaccines prepared from cells de-rived from aborted human foetuses”, 5 junio2005.[4] Congregación para la Doctrina de la Fe,I n s t ru c . Dignitas Personae, n. 35: “Cuando eldelito está respaldado por las leyes que re-gulan el sistema sanitario y científico, esnecesario distanciarse de los aspectos ini-cuos de esos sistemas, a fin de no dar la im-presión de una cierta tolerancia o acepta-ción tácita de acciones gravemente injustas.De lo contrario, se contribuiría a aumentarla indiferencia, o incluso la complacenciacon que estas acciones se ven en algunossectores médicos y políticos”.[5] Cfr. Francisco, Discurso a los miembros de laFundación “Banco Farmacéutico”, 19 septiembre2020.

    Notas

  • L’OSSERVATORE ROMANOpágina 6 viernes 8 de enero se 2021, número 2

    Carta del Papa a los libaneses con motivo de lacelebración de la Navidad

    Un mensaje delibertad y un

    testimonio de buenaconvivencia

    El discurso a los trabajadores del Vaticano

    No se despide a nadiea causa de la pandemia

    Queridos hermanos y hermanas:Es para mí un placer encontrarme convosotros, empleados del Vaticano ycon vuestras familias, al acercarnos alas fiestas navideñas. Doy las gracias avuestro colega, el médico que ha ha-blado en nombre de todos vosotros:sus palabras nos han hecho bien y nosdan esperanza. Estoy agradecido acada uno de vosotros por el trabajo

    que hacéis con empeño al servicio dela Curia Romana y la Ciudad del Va-ticano. La pandemia no sólo ha cau-sado una situación sanitaria crítica,sino también tantas dificultades eco-nómicas a muchas familias e institu-ciones. La Santa Sede también se havisto afectada y está haciendo todo loposible para hacer frente de la mejormanera posible a esta situación preca-ria. Se trata de satisfacer las necesida-des legítimas de vosotros empleadosy las de la Santa Sede: debemos ayu-darnos mutuamente, y proseguirnuestro trabajo común, pero siempre.Nuestros colaboradores, vosotros,que trabajáis en la Santa Sede, sois lomás importante: nadie debe quedarsefuera, nadie debeperder el trabajo;los superiores dela Gobernacióny también de laSecretaría de Es-tado, todos, bus-can la manera deno disminuirvuestros ingresosy de no dismi-nuir nada, nadaen este momentotan malo, para el fruto de vuestro tra-bajo. Se buscan muchas maneras, pe-ro los principios son los mismos: nodejar el trabajo; no se despide a nadie,nadie debe sufrir la fea repercusióneconómica de esta pandemia. Pero to-dos juntos tenemos que trabajar máspara ayudarnos a resolver este proble-ma que no es fácil, porque ya sabéis:aquí, tanto en la Gobernación comoen la Secretaría de Estado, no estáMandrake,... no hay varita mágica, ydebemos buscar formas de resolveresto y con buena voluntad, todos jun-tos, lo resolveremos. Ayudadme a ha-cerlo y yo os ayudo y todos juntos sal-dremos adelante como de la mismafamilia. Gracias.

    La Navidad es una fiesta de alegría«porque Jesús ha nacido para noso-tros» (cf. Is 9,5) y todos estamos lla-mados a ir hacia Él. Los pastores nosdan el ejemplo. También nosotros de-bemos acudir a Jesús: sacudirnos

    nuestro letargo, nuestro aburrimien-to, nuestra apatía, nuestro desinterésy nuestro miedo, sobre todo en estaépoca de emergencia sanitaria, en laque cuesta redescubrir el entusiasmode la vida y de la fe. Es cansino: es untiempo que cansa. Imitando a los pas-tores, estamos llamados a asumir tresactitudes, tres verbos: redescubrir,contemplar, anunciar. Que cada uno

    vea en su propia vida cómo puede re-descubrir, cómo puede contemplar ycómo puede proclamar.

    Es importante redescubrir el naci-miento del Hijo de Dios como el ma-yor acontecimiento de la historia. Esel evento predicho por los profetas si-glos antes de que ocurriera. Es elacontecimiento del que se habla toda-vía hoy: ¿cuál es el personaje históricodel que se habla como se habla de Je-sús? Han pasado veinte siglos y Jesúsestá más vivo que nunca —y tambiénmás perseguido, muchas veces; tam-bién más manchado por la falta detestimonio de tantos cristianos—.Han pasado veinte siglos. Y los que sealejan de Él, con su comportamiento,

    todavía dan más testimonio de Jesús:sin Él el hombre cae en el mal: en elpecado, el vicio, el egoísmo, la violen-cia, el odio. El Verbo se ha hecho car-ne y habita entre nosotros: este es elacontecimiento que debemos redes-c u b r i r.

    La segunda actitud es la de la con-templación. La primera era redescu-brir, la segunda contemplar. Los pas-tores dicen: «Vayamos, pues, a Belén,y veamos lo que ha sucedido y que elSeñor nos ha comunicado» (Lc 2,15):es decir, meditemos, contemplemos,recemos. Y aquí el ejemplo más bellonos lo da la madre de Jesús, María:guardaba en su corazón, meditaba....¿Y qué descubrimos al meditar? SanPablo nos dice: «Mas cuando se ma-nifestó la bondad de Dios nuestroSalvador y su amor al hombre, no porlas obras de justicia que hubiéramoshecho nosotros, sino, según su propiamisericordia, nos salvó por el baño

    del nuevo nacimiento y de la renova-ción del Espíritu Santo» (Tt 3, 4-5).Descubrimos que Dios manifiesta subondad en el Niño Jesús. Manifiestasu misericordia por cada uno de no-sotros, y cada uno de nosotros sabeque todos necesitamos misericordiaen nuestras vidas. Cada uno sabe ypuede dar nombre y apellido a las co-sas que están en su corazón y que ne-cesitan la misericordia de Dios. En elNiño Jesús Dios se muestra amable,lleno de bondad y mansedumbre.¿Quién no se siente conmovido por laternura frente a un niño pequeño?Verdaderamente a un Dios así pode-mos amarlo con todo nuestro cora-zón. Dios manifiesta su bondad parasalvarnos. ¿Y qué significa ser salva-do? Significa entrar en la vida mismade Dios, convertirse en hijos adopti-vos de Dios mediante el bautismo.Este es el gran significado de la Navi-dad: Dios se hace hombre para quenosotros podamos ser hijos de Dios.

    La Segunda Persona de la Trini-dad, se ha hecho hombre, para con-vertirse en el hermano mayor, el pri-mogénito de una multitud de herma-nos. Y Dios nos salva, pues, medianteel bautismo nos hace entrar a todoscomo hermanos: contemplar estemisterio, contemplar al Niño. Y poreso, la catequesis que nos da el belénes tan bella, porque nos hace ver alNiño tierno que nos anuncia la mise-ricordia de Dios. Contemplar los be-lenes. Y cuando bendije a los Bambi-nelli (figuritas del Niño Jesús) el otrodía, fue un contemplar. El Niño delnacimiento es una figura, pero es unafigura que nos hace pensar en estagran misericordia de Dios que se hizoNiño. Y frente a esta realidad, la ter-cera actitud es anunciar. Esta es la ac-titud que nos ayuda a avanzar. Lastres actitudes que nos ayudan en estemomento para avanzar. ¿Qué debe-mos hacer? Miremos una vez más alos pastores: «Y se volvieron los pas-tores dando gloria y alabanza a Diospor todo lo que habían oído y visto,conforme a lo que se les había dicho»(Lc 2,20). Volvieron a su vida cotidia-na. Nosotros también debemos vol-ver a nuestra vida cotidiana: la Navi-dad pasa. Pero debemos volver a la vi-da familiar, al trabajo, transformados,debemos volver glorificando y ala-bando a Dios por todo lo que hemos

    oído y visto. Debemos lle-var la buena noticia almundo: Jesús es nuestrosalvador. Y esto es un de-ber. ¿Por qué tengo espe-ranza? Porque el Señorme ha salvado. Recordarlo que contemplamos ysalir a anunciarlo Anun-ciarlo con la palabra, conel testimonio de nuestravida.

    Y, a pesar de todo, lasdificultades y los sufrimientos nopueden ofuscar la luz de la Navidad,que inspira una alegría interior quenadie nos puede quitar. Así que, siga-mos adelante, con estas tres actitudes:redescubrir, contemplar y anunciar.

    Queridos hermanos y hermanas,os renuevo mi gratitud y os renuevomi aprecio por vuestro trabajo. Mu-chos de vosotros son un ejemplo paralos demás: trabajan para la familia,con espíritu de servicio a la Iglesia ysiempre con la alegría de saber queDios está siempre entre nosotros y esel Dios-con-nosotros. Y no lo olvi-déis: la alegría es contagiosa. La ale-gría es contagiosa, y es buena para to-da la comunidad. Al igual que, porejemplo, la tristeza que viene del chis-morreo es fea y te deprime. La alegríaes contagiosa y hace crecer. ¡Sed ale-gres, y sed testigos de la alegría! Y detodo corazón, ¡feliz Navidad a to-dos!

    El Papa Francisco escribió el 24 de diciembre una carta al cardenal Béchara Boutros Raï,Patriarca de Antioquía de los maronitas y Presidente de la Asamblea de Patriarcas y Obis-pos Católicos del Líbano, en la que expresa a todos los libaneses «unas palabras de consue-lo y aliento con motivo de la celebración de la Navidad».

    A Su Beatitud el cardenal BécharaBoutros Raï,

    Patriarca de Antioquíade los maronitas,

    Presidente de la Asamblea dePatriarcas y Obispos Católicos del

    LíbanoA Su Beatitud y, a través de usted,

    a todos los libaneses, sindistinción de comunidad o

    afiliación religiosa, me gustaríadirigir unas palabras de consuelo y

    aliento con motivo de lacelebración

    de la Natividad de Nuestro SeñorJesucristo,

    Príncipe de la Paz.Queridos hijos

    e hijas del Líbano:Grande es mi dolor al ver el sufri-miento y la angustia que sofoca laingeniosidad y la vivacidad innatasdel País de los Cedros. Más aún, esdoloroso el verse arrebatar todaslas más sentidas esperanzas de viviren paz y de seguir siendo para lahistoria y para el mundo un mensa-je de libertad y un testimonio debuena convivencia; y yo, que de to-do corazón participo, tanto en to-das vuestras alegrías, como en to-

    das vuestras penas, siento en lo másprofundo de mi alma la gravedadde vuestras pérdidas, sobre todocuando pienso en los tantos jóve-nes a quienes se les despoja de todaesperanza de un porvenir mejor.Pero en este día de Navidad «elpueblo que caminaba en tinieblasvio una luz grande» (Is 9, 1), la luzque mitiga los temores e infunde encada uno la esperanza de la certezade que la Providencia nunca aban-donará el Líbano y sabrá cómo re-conducir hacia el bien incluso esteluto.El Líbano es mencionado muchasveces en la Sagrada Escritura, perola imagen que nos da el salmistadestaca por encima de todas: «Eljusto florecerá como la palmera,crecerá como el cedro del Líbano»

    (Salmo 91,13). La majestuosidad delcedro en la Biblia es símbolo de fir-meza, estabilidad y protección. Elcedro es símbolo del hombre justoque, arraigado en el Señor, trans-mite belleza y bienestar e inclusoen su vejez se eleva y produce fru-tos abundantes. En estos días Em-manuel, el Dios con nosotros, sehace prójimo nuestro, camina anuestro lado. Tened confianza ensu presencia, en su fidelidad. Co-mo el cedro, id a lo más profundode vuestras raíces de convivenciapara volver a ser un pueblo solida-rio; como el cedro, que resiste a to-das las tempestades, aprovechad lacontingencia del momento presen-te para redescubrir vuestra identi-dad, la de llevar al mundo entero elperfume del respeto, la conviven-cia y el pluralismo, la de un puebloque no abandona ni sus hogares nisu herencia; la identidad de unpueblo que no desbarata el sueñode los que han creído en el porvenirde un país bello y próspero. En estaperspectiva hago un llamamiento alos dirigentes políticos y religiosos,tomando prestado un pasaje deuna carta pastoral del PatriarcaElias Hoyek: «Vosotros, jefes delpaís, jueces de la tierra, diputadosdel pueblo que vivís por cuenta delpueblo, (...) estáis obligados, envuestra capacidad oficial y deacuerdo con vuestras responsabili-dades, a buscar el interés público.Vuestro tiempo no está dedicado avuestros intereses, y vuestro trabajono es para vosotros, sino para el Es-tado y la nación que representáis».Por último, mi afecto al queridopueblo libanés, al que pienso visi-

    tar lo antes posible, junto con laconstante solicitud que ha anima-do la acción de mis predecesores yde la Sede Apostólica, me empuja adirigirme una vez más a la comuni-dad internacional. Ayudemos alLíbano a mantenerse al margen delos conflictos y las tensiones regio-nales. Ayudémoslo a salir de sugrave crisis y a recuperarse. Ama-dos hijos e hijas, en la oscuridad dela noche levantad la mirada, que laestrella de Belén os sirva de guía yaliento para entrar en la lógica deDios, para no errar el camino y noperder la esperanza.

    Desde el Vaticano, 24 dediciembre de 2020

    Fr a n c i s c o

    «No se despide a nadie, nadie debe sufrir la fea repercusión económica de esta pandemia. Perotodos juntos tenemos que trabajar más para ayudarnos a resolver este problema». Lo subrayó elPapa Francisco en el discurso dirigido a los trabajadores del Vaticano y a sus familiares, recibidosen el Aula Pablo VI en la mañana del lunes 21 de diciembre, para el tradición intercambio de lafelicitación navideña.

    En el Niño Jesús Dios se muestra amable, llenode bondad y mansedumbre. ¿Quién no se sienteconmovido por la ternura frente a un niño pequeño?Verdaderamente a un Dios así podemos amarlocon todo nuestro corazón. Dios manifiesta su bondadpara salvarnos

  • L’OSSERVATORE ROMANOnúmero 2, viernes 8 de enero de 2021 página 7

    La misa de la Jornada mundial de la paz

    Será un buen añosi cuidamos de los demás

    Videomensaje a los participantesde un encuentro en el Vaticano

    La educaciónes un acto de esperanzaPublicamos el videomensaje enviado por el Papa Francisco alos participantes del encuentro sobre el tema «La educación esun acto de esperanza», que tuvo lugar el 16 y 17 de diciem-bre en el Vaticano, en la Casina Pío IV, con ocasión de la«Misión 4.7» iniciada en sinergia con el Global Compact onEducation lanzado por el Pontífice.

    Señoras y señores:La educación es siempre un acto de esperanza que,desde el presente, mira al futuro. No existe la edu-cación estática. La reunión de hoy en la CasinaPío IV es un acto de esperanza y solidaridad gene-racional, de esperanza y solidaridad intergenera-cional. Los jóvenes líderes y los educadores globa-les se están reuniendo desde todas partes del mun-do para promover un nuevo tipo de educación,que permita superar la actual globalización de laindiferencia y la cultura del descarte. Dos grandesmales de nuestra cultura, la indiferencia y el des-carte.

    Este ha sido un año extraordinario de sufri-miento por la pandemia de Covid-19; un año deaislamiento obligado y exclusión, de angustia ycrisis espirituales y de no pocas muertes, y de unacrisis educativa sin precedentes. Más de mil millo-nes de niños han enfrentado interrupciones en sueducación. Cientos de millones de niños se hanquedado atrás en las oportunidades de desarrollosocial y cognitivo. Y en muchos lugares, las crisisbiológica, psíquica y económica han empeoradomucho por las crisis políticas y sociales apareja-das.

    Ustedes se han reunido hoy en un acto de es-peranza; un acto de esperanza para que los impul-sos de odio, divisiones e ignorancia puedan y seansuperados a través de una nueva buena onda, di-gamos así, una nueva buena onda de oportunida-des educativas basadas en la justicia social y en elamor mutuo, un nuevo pacto global para la edu-cación lanzado ya en octubre con alguno de lospresentes. Ante todo, les agradezco por reunirsehoy para hacer crecer nuestras esperanzas y planescompartidos en una nueva educación que fomentela trascendencia de la persona humana, el desarro-llo humano integral y sostenible, el dialogo inter-cultural y religioso, la salvaguardia del planeta, losencuentros por la paz y la apertura a Dios.

    Las Naciones Unidas ofrecen una oportunidadúnica para que los gobiernos y la sociedad civil delmundo se unan tanto en la esperanza como en laacción por una nueva educación. Cito con gusto elmensaje de reconocimiento de san Pablo VI a lasNaciones Unidas, dice así: «Vosotros habéis cum-plido, señores, y estáis cumpliendo una gran obra:Enseñar a los hombres la paz. Las Naciones Uni-das son la gran escuela donde se recibe esta edu-cación». La Constitución de la U N E S C O, adoptadaen 1945 al final de la tragedia de la Segunda Gue-rra Mundial, reconoció que «puesto que las gue-rras nacen en la mente de los hombres, es en lamente de los hombres donde deben erigirse los ba-luartes de la paz». Hace setenta y cinco años quelos fundadores de la UNESCO pidieron «asegurar atodos el pleno e igual acceso a la educación, la po-sibilidad de investigar libremente la verdad objeti-va y el libre intercambio de ideas y conocimien-tos... a fin de que los pueblos se comprendan me-jor entre sí y adquieran un conocimiento más pre-ciso y verdadero de sus respectivas vidas» (P re á m -bulo).

    En nuestro tiempo, en el que el pacto educativomundial se ha quebrado, veo con satisfacción quelos gobiernos se han comprometido nuevamente aponer en práctica estas ideas mediante la adopciónde la Agenda 2030 y de los Objetivos de Desarro-llo Sostenible de la O N U, en sinergia con el pactoglobal sobre la educación.

    En el corazón de los Objetivos de DesarrolloSostenible está el reconocimiento de que la educa-ción de calidad para todos es una base necesariapara proteger nuestro hogar común y fomentar lafraternidad humana. Tal como el pacto global parala educación, así también fundamentalmente, elODS 4 compromete a todos los gobiernos a “garan-tizar una educación inclusiva, equitativa y de cali-dad, como asimismo promover oportunidades deaprendizaje durante toda la vida, y esto para to-dos”.

    El pacto global para la educación y la misión4.7 trabajarán juntos por la civilización del amor,la belleza y la unidad. Permítanme decirles que es-pero que ustedes sean los poetas de una nueva be-lleza humana, una nueva belleza fraterna y amiga-ble, como de la salvaguardia de la tierra que pisa-mos. No se olviden de los ancianos y de los abue-los portadores de los valores humanos más decisi-vos. Gracias por lo que hacen y, por favor, no seolviden de rezar por mí. Gracias.

    Las lecturas de la liturgia de hoyresaltan tres verbos, que se cum-plen en la Madre de Dios: bende-cir, nacer y encontrar.Bendecir. En el Libro de los Nú-meros el Señor pide que los minis-tros sagrados bendigan a su pue-blo: «Bendeciréis a los hijos deIsrael: “El Señor te bendiga”» (6,23-24). No es una exhortación pia-dosa, sino una petición concreta. Yes importante que también hoy lossacerdotes bendigan al Pueblo deDios, sin cansarse; y que ademástodos los fieles sean portadores debendición, que bendigan. El Señorsabe que necesitamos ser bendeci-

    dos: lo primero que hizo despuésde la creación fue decir bien de ca-da cosa y decir muy bien de noso-tros. Pero ahora, con el Hijo deDios, no recibimos sólo palabrasde bendición, sino la misma bendi-ción: Jesús es la bendición del Pa-dre. En Él el Padre, dice san Pablo,nos bendice «con toda clase debendiciones» (Ef 1, 3). Cada vezque abrimos el corazón a Jesús, labendición de Dios entra en nuestravida.Hoy celebramos al Hijo de Dios, elBendito por naturaleza, que vienea nosotros a través de la Madre, labendita por gracia. María nos traede ese modo la bendición de Dios.Donde está ella llega Jesús. Por esonecesitamos acogerla, como santaIsabel, que la hizo entrar en su ca-sa, inmediatamente reconoció labendición y dijo: «¡Bendita tú en-tre las mujeres, y bendito el frutode tu vientre!» (Lc 1,42). Son laspalabras que repetimos en el Ave-maría. Acogiendo a María somosbendecidos, pero también apren-demos a bendecir. La Virgen, dehecho, enseña que la bendición serecibe para darla. Ella, la bendita,fue bendición para todos los que laencontraron: para Isabel, para losesposos de Caná, para los Apósto-les en el Cenáculo… También no-sotros estamos llamados a bende-cir, a decir bien en nombre deDios. El mundo está gravementecontaminado por el decir mal y porel pensar mal de los demás, de lasociedad, de sí mismos. Pero lamaldición corrompe, hace que to-do degenere, mientras que la ben-dición regenera, da fuerza para co-menzar de nuevo cada día. Pida-mos a la Madre de Dios la gracia

    de ser para los demás portadoresgozosos de la bendición de Dios,como ella lo es para nosotros.El segundo verbo es nacer. San Pa-blo remarca que el Hijo de Dios ha«nacido de una mujer» (Gal 4, 4).En pocas palabras nos dice una co-sa maravillosa: que el Señor naciócomo nosotros. No apareció yaadulto, sino niño; no vino al mun-do él solo, sino de una mujer, des-pués de nueve meses en el seno dela Madre, a quien dejó que formarasu propia humanidad. El corazóndel Señor comenzó a latir en Ma-ría, el Dios de la vida tomó el oxí-geno de ella. Desde entonces Ma-

    ría nos une a Dios, porque en ellaDios se unió a nuestra carne parasiempre. María —le gustaba decir asan Francisco— «ha convertido enhermano nuestro al Señor de lamajestad» (San Buenaventura, Le-genda major, 9,3). Ella no es sólo elpuente entre Dios y nosotros, esmás todavía: es el camino que Diosha recorrido para llegar a nosotrosy es la senda que debemos recorrernosotros para llegar a Él. A travésde María encontramos a Dios co-mo Él quiere: en la ternura, en laintimidad, en la carne. Sí, porqueJesús no es una idea abstracta, esconcreto, encarnado, nació de mu-jer y creció pacientemente. Lasmujeres conocen esta concreciónpaciente, nosotros los hombres so-mos frecuentemente más abstrac-tos y queremos las cosas inmedia-tamente; las mujeres son concretasy saben tejer con paciencia los hi-los de la vida. Cuántas mujeres,cuántas madres de este modo ha-cen nacer y renacer la vida, dandoun porvenir al mundo.No estamos en el mundo para mo-rir, sino para generar vida. La San-ta Madre de Dios nos enseña queel primer paso para dar vida a loque nos rodea es amarlo en nuestrointerior. Ella, dice hoy el Evange-lio, “conservaba todo en su cora-zón” (cf. Lc 2, 19). Y es del corazónque nace el bien: qué importante estener limpio el corazón, custodiarla vida interior, la oración. Qué im-portante es educar el corazón alcuidado, a valorar a las personas ylas cosas. Todo comienza ahí, delhacerse cargo de los demás, delmundo, de la creación. No sirveconocer muchas personas y mu-chas cosas si no nos ocupamos de

    ellas. Este año, mientras espera-mos una recuperación y nuevostratamientos, no dejemos de ladoel cuidado. Porque, además de lavacuna para el cuerpo se necesita lavacuna para el corazón: y esta va-cuna es el cuidado. Será un buenaño si cuidamos a los otros, comohace la Virgen con nosotros.El tercer verbo es encontrar. ElEvangelio nos dice que los pasto-res «encontraron a María y a José,y al Niño» (v. 16). No encontraronsignos prodigiosos y espectacula-res, sino una familia sencilla. Allí,sin embargo, encontraron verdade-ramente a Dios, que es grandeza enlo pequeño, fortaleza en la ternura.Pero, ¿cómo hicieron los pastorespara encontrar este signo tan pocollamativo? Fueron llamados por unángel. Tampoco nosotros habría-mos encontrado a Dios si no hu-biésemos sido llamados por gracia.No podíamos imaginar un Dios se-

    mejante, que nace de una mujer yrevoluciona la historia con la ter-nura, pero por gracia lo hemos en-contrado. Y hemos descubiertoque su perdón nos hace renacer,que su consuelo enciende la espe-ranza, y su presencia da una alegríaincontenible. Lo hemos encontra-do, pero no debemos perderlo devista. El Señor, de hecho, no se en-cuentra una vez para siempre: sinoque hemos de encontrarlo cadadía. Por eso el Evangelio describe alos pastores siempre en búsqueda,en movimiento: “fueron corriendo,encontraron, contaron, se volvie-ron dando gloria y alabanza aD ios” (cf. vv. 16-17.20). No eran pa-sivos, porque para acoger la graciaes necesario mantenerse activos.Y nosotros, ¿qué debemos encon-trar al inicio de este año? Sería her-moso encontrar tiempo para al-guien. El tiempo es una riquezaque todos tenemos, pero de la quesomos celosos, porque queremosusarla sólo para nosotros. Hemosde pedir la gracia de encontrartiempo: tiempo para Dios y para elprójimo: para el que está solo, parael que sufre, para el que necesita serescuchado y cuidado. Si encontra-mos tiempo para regalar, nos sor-prenderemos y seremos felices, co-mo los pastores. Que la Virgen,que ha llevado a Dios en el tiempo,nos ayude a dar nuestro tiempo.Santa Madre de Dios, a ti te consa-gramos el nuevo año. Tú, que sa-bes custodiar en el corazón, cuída-nos. Bendice nuestro tiempo y en-séñanos a encontrar tiempo paraDios y para los demás. Nosotroscon alegría y confianza te aclama-mos: ¡Santa Madre de Dios! Y queasí sea.

    A causa de una dolorosa ciática, el Papa Francisco no pudo presidir las celebraciones en pro-grama la tarde del 31 de diciembre y la mañana sucesiva en el altar de la Cátedra en la ba-sílica Vaticana. El cardenal secretario de Estado, Pietro Parolin, fue quien celebró la misadel 1 de enero, solemnidad de María Santísima Madre de Dios y la 54ª Jornada mundialde la paz, dedicada este año al tema «La cultura del cuidado como camino de paz». Publi-camos, a continuación, la homilía preparada por el Pontífice y leída por el pu rp u ra d o .

  • L’OSSERVATORE ROMANOpágina 8 viernes 8 de enero se 2021, número 2

    El videomensaje del Pontífice

    Ejemplo y modelo para otras culturasMensaje al patriarca ecuménico

    El deber primariodel diálogo

    «La experiencia del rito congoleño de cele-bración de la misa puede servir de ejemploy modelo para otras culturas». Lo dijo elPontífice en el videomensaje con ocasión dela presentación del volumen Papa Francis-co y el «misal romano para las diócesis deZ a i re » .

    Me alegro de poderme conectarcon vosotros en este evento tan im-portante para la Iglesia en África.Gracias por darme la oportunidadde unirme a este evento de presen-

    tación del volumen sobre el ritocongoleño de la celebración de lamisa. Un año después de la cele-bración de la misa en rito congole-ño que presidí en la basílica de SanPedro, la Biblioteca Vaticana publi-

    ca un volumen sobre el evento. Elvolumen está editado por Sor RitaMboshu Kongo y tiene como sub-título “Un rito prometedor paraotras culturas”. Precisamente estesubtítulo indica la razón fundamen-tal de esta publicación: un libroque es el testimonio de una celebra-ción vivida con fe y alegría. El sig-nificado espiritual y eclesial y elpropósito pastoral de la celebracióneucarística en rito congoleño hansido la base de la redacción del vo-

    lumen. Los princi-pios de la necesi-dad de estudiocientífico, adapta-ción y participa-ción activa en la li-turgia, fuertementedeseados por elConcilio, han guia-do a los autores deeste volumen. Porser el primer y úni-co rito inculturadode la Iglesia Latinaaprobado despuésdel Concilio Vati-cano ii, la expe-riencia del ritocongoleño de cele-bración de la misapuede servir deejemplo y modelopara otras culturas.Una de las contri-buciones principa-les del ConcilioVaticano ii fue pre-cisamente propo-ner normas para laadaptación al ca-rácter y las tradi-ciones de variospueblos. Os exhor-to —como decíasan Juan Pablo ii alos obispos delCongo en visita adlimina Apostolo-rum el 23 de abrilde 1988— a que oscomprometáis de lamisma manera con

    todo el conjunto del ritual de lossacramentos y los sacramentales quetenéis en mente para completar esterito.Recordemos lo que decíamos explí-citamente en Querida Amazonia:

    «Recoger en la liturgia muchos ele-mentos propios de la experiencia delos indígenas en su íntimo contactocon la naturaleza y estimular expre-siones autóctonas en cantos, dan-zas, ritos, gestos y símbolos. Ya elConcilio Vaticano ii había pedidoeste esfuerzo de inculturación de la

    liturgia en los pueblos indígenas,pero han pasado más de cincuentaaños y hemos avanzado poco en es-ta línea» (n. 82).El rito congoleño de la celebracióneucarística resalta los diferentes len-guajes, colores, movimientos delcuerpo, que interactúan entre sí, sir-viéndose de todas las dimensionesde la personalidad de los fieles, te-niendo siempre en cuenta los valo-res específicos de cada pueblo.Esta publicación, queridos herma-nos y hermanas, nos recuerda queel verdadero protagonista del ritocongoleño es el Pueblo de Diosque canta y alaba a Dios, el Diosde Jesucristo que nos salvó a to-dos.

    El significado espiritual yeclesial y el propósito pastoralde la celebración eucarística enrito congoleño han sido la basede la redacción del volumen

    «El deber primario del diálogo» fue reafirmado por el PapaFrancisco en su mensaje anual enviado a Bartolomé con ocasiónde la festividad de san Andrés, patrón del Patriarcado ecumé-nico. El lunes, 30 de noviembre, el texto del Papa fue leído porel cardenal Kurt Koch, presidente del Pontificio Consejo para lapromoción de la unidad de los cristianos.

    A SU SANTIDAD BARTOLOMÉ, ARZOBISPO DECO N S TA N T I N O P L A , PAT R I A R C A ECUMÉNICO

    En la festividad del apóstol Andrés, querido hermanode san Pedro y patrono del Patriarcado Ecuménico,transmito con alegría mi cercanía espiritual a Su San-tidad una vez más a través de la delegación. Me unoa usted para dar gracias a Dios por los ricos frutos dela divina Providencia que se manifiestan en la vida desan Andrés.

    Asimismo, ruego que, por su poderosa intercesión,nuestro Señor, que lo llamó a estar entre sus primerosdiscípulos, bendiga abundantemente a Usted, a sushermanos en el episcopado y a los miembros del San-to Sínodo, y a todo el clero, monjes y fieles laicosreunidos para la Divina Liturgia celebrada en la Igle-sia Patriarcal de San Jorge en el Phanar. Recordar lacaridad, el celo apostólico y la perseverancia de sanAndrés es fuente de ánimo en estos tiempos difícilesy críticos. Dar gloria a Dios también fortalece nuestrafe y esperanza en Aquel que acogió en la vida eternaal santo mártir Andrés, cuya fe resistió en tiempos dep ru e b a .

    Recuerdo con gran alegría la presencia de Su San-tidad en el encuentro internacional por la paz cele-brado en Roma el 20 de octubre pasado, con la par-ticipación de representantes de varias Iglesias y otrastradiciones religiosas. Junto con los desafíos queplantea la actual pandemia, la guerra sigue afligiendoa muchas partes del mundo, mientras que nuevosconflictos armados surgen para robar la vida de innu-merables hombres y mujeres. Sin duda, todas las ini-ciativas adoptadas por las entidades nacionales e in-ternacionales destinadas a promover la paz son útilesy necesarias, pero los conflictos y la violencia nuncacesarán hasta que todas las personas alcancen unaconciencia más profunda de que tienen una respon-sabilidad mutua como hermanos y hermanas. A la luzde esto, las iglesias cristianas, junto con otras tradi-ciones religiosas, tienen el deber primordial de ofre-cer un ejemplo de diálogo, respeto mutuo y coope-ración práctica.

    Con profunda gratitud a Dios, he experimentadoesta fraternidad de primera mano en los diversos en-cuentros que hemos compartido. A este respecto, re-conozco que el deseo de una mayor cercanía y com-prensión entre los cristianos se manifestó en el Pa-triarcado Ecuménico de Constantinopla antes de quela Iglesia Católica y otras Iglesias se comprometieranen el diálogo. Puede verse claramente en la carta en-cíclica del Santo Sínodo del Patriarcado Ecuménicodirigida a las Iglesias de todo el mundo hace exac-tamente cien años. En efecto, sus palabras siguensiendo válidas hoy en día: «Cuando las diversas Igle-sias se inspiren en el amor y lo antepongan a todo lodemás en su juicio sobre los otros y en su relacióncon cada uno, podrán, en lugar de aumentar y am-pliar las disensiones existentes, disminuirlas y reducir-las tanto como sea posible; y promoviendo un cons-tante interés fraternal por la condición, la estabilidady la prosperidad de las demás Iglesias, por su afán deobservar lo que sucede en ellas y por obtener un co-nocimiento más exacto de ellas, y por su disposicióna dar, siempre que se presente la ocasión, una manode ayuda y asistencia, entonces harán y lograrán mu-chos bienes para la gloria y el provecho tanto de ellosmismos como de todo el cuerpo cristiano, y para elavance de la cuestión de la unión».

    Podemos dar gracias a Dios de que las relacionesentre la Iglesia Católica y el Patriarcado Ecuménicohan crecido mucho en el último siglo, incluso mien-tras seguimos anhelando el objetivo de la restaura-ción de la plena comunión expresada a través de laparticipación en el mismo altar eucarístico. Aunquesiguen existiendo obstáculos, confío en que caminan-do juntos en el amor mutuo y persiguiendo el diálo-go teológico, alcanzaremos esa meta. Esta esperanzase basa en nuestra fe común en Jesucristo, enviadopor Dios Padre para reunir a todas las personas enun solo cuerpo, y la piedra angular de la Iglesia unay santa, el templo santo de Dios, en el que todos so-mos piedras vivas, cada uno según su propio carismaparticular o ministerio otorgado por el Espíritu San-to.

    Con estos sentimientos, renuevo mis mejores de-seos para la fiesta de san Andrés, e intercambio conSu Santidad un abrazo de paz en el Señor.

    Roma, San Juan de Letrán, 30 de noviembre de2020

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