12PF Clase 10b: Testificar Da Resultados

“Witnessing” part 2, page 1

Curso Básico Bíblico

LAS 12 PIEDRAS FUNDAMENTALES

CLASE 10B: CONSEGUIR RESULTADOS

© La Familia Internacional

Editado por http://audioconectate.net

Junio de 2011


Clase 10B- 1 BÁSICA

Testificación, 2ª parte

CONSEGUIR RESULTADOS

PRIMER TRAMO: MÁS CONSEJOS SOBRE LA TESTIFICACIÓN

Quizá ya hayan intentado testificar, pero se desanimaron por falta de resultados o

porque se les plantearon preguntas difíciles. O puede que por una u otra razón no se

hayan animado a intentarlo siquiera. Vamos a pasar un rato explorando las diversas

formas de testificar y de superar algunas de las dificultades con las que se puedan

encontrar.

Si tu vida está llena del Señor, desbordará sobre los demás

Es natural que uno hable de sus creencias:

Juan 3:11. De cierto, de cierto te digo, que lo que sabemos hablamos, y lo que

hemos visto, testificamos; y no recibís nuestro testimonio.

Hechos 4:20. No podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído.

Si tienes el amor de Jesús no puedes ocultarlo

Mateo 5:14–16. Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un

monte no se puede esconder. Ni se enciende una luz y se pone debajo de un

almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa. Así

alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los Cielos.

Me gusta mucho señalarlo

Hace algunos años, dos barcos se cruzaron en el Mississippi. Un anciano

conversaba con un amigo en la cubierta de uno de ellos cuando de pronto dijo

muy entusiasta:

—¡Mira! ¡Ahí está el capitán!

—¿Por qué me señalas al capitán tan entusiasmado? —preguntó el amigo.

—Hace años —respondió el anciano con gratitud—, cuando iba por el río

como ahora, me caí al agua. No sabía nadar y empecé a hundirme, pero el

capitán me rescató. Desde aquel día me gusta mucho señalarlo.

Cuando estábamos perdidos en el pecado, las olas del mismo nos vencían.

Pero el Capitán de nuestra salvación, nuestro Señor Jesús, nos rescató. ¿No

deberíamos señalárselo gozosamente a los demás?


Hay que estar convencido del producto

2 Corintios 4:13. Teniendo el mismo espíritu de fe, conforme a lo que está

escrito: «Creí, por lo cual hablé», nosotros también creemos, por lo cual también hablamos,

Salmo 107:2. Díganlo los redimidos [los salvos] del Señor, los que ha redimido del poder del enemigo.

¿Te topaste alguna vez con un vendedor que trataba de venderte algo y le

preguntaste si él mismo usaba el producto, cómo le había resultado y si él estaba

convencido de él? Si te responde con entusiasmo lo bueno que es y el buen resultado

que le dio, puede que tú lo compres.

Llénate del tema con anticipación

Prepárate para responder estudiando la Palabra de antemano:

2 Timoteo 2:15. Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como

obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la Palabra de verdad.

1 Pedro 3:15. Santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, y estad siempre

preparados para dar respuesta con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros.

Si estás lleno del amor del Señor, de Su Espíritu y de Su Palabra, y estás deseoso

de divulgarlo, cuando abras la boca, Él la llenará y te saldrá espontáneamente del

corazón.

Mateo 12:34. De la abundancia del corazón habla la boca.

Es el Espíritu Santo quien conquista corazones

Cuando tratamos de expresar el increíble amor que tiene Jesús por las personas,

nuestras palabras en muchos casos se quedan cortas. Sin embargo, el Espíritu Santo

puede valerse de nuestras palabras para hablarle al corazón a la gente y hacerle

entender lo que queremos decirle. Pablo puntualizó:

1 Corintios 2:4–5. Ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras

persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de

poder,) para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios.

Si estás en el espíritu debido y tratas sinceramente de hacer lo mejor que puedas, el

Señor bendice tus esfuerzos al testificar. No tienes que tener miedo de meter la pata:

el Señor bendecirá cualquier cosa que digas con miras a divulgar la verdad de Su

Palabra. Su Palabra no volverá vacía y Sus ovejas oyen Su voz.

Isaías 55:11. Así será Mi palabra que sale de Mi boca; no volverá a mí vacía,

sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié.


Juan 10:3–4. Las ovejas oyen su voz [del pastor]; y a sus ovejas llama por

nombre, y las saca. Y cuando ha sacado fuera todas las propias, va delante de

ellas; y las ovejas le siguen, porque conocen su voz.

No hace falta que sepas todas las respuestas: Jesús es la respuesta

No es necesario que respondas a todas sus preguntas, disipes todas sus confusiones y

aclares todas sus dudas acerca de todo. Si te plantean una pregunta que no sabes

responder, simplemente diles que no estás muy seguro de eso todavía, que estás

aprendiendo. Podrías decir algo así: «La Biblia es un libro muy extenso. Lleva toda

una vida de estudio aprenderse las maravillas que contiene. Pero hay una cosa que sí

sé: que el Señor responde a la oración, que Él es mi mejor Amigo y que es real».

No tienes que sentirte mal porque no conozcas todas las respuestas. Simplemente

habla de lo que sí sabes. Cítales algunos versículos que sí sepas.

Puedes contarles tu propio testimonio; puedes hablarles de lo que el Señor ha

hecho en tu propia vida.

El ciego sanado por Jesús es un perfecto ejemplo de eso. Cuando los escribas y

fariseos le preguntaron acerca de su curación, él respondió que no sabía mucho sobre

los pormenores, pero una cosa sí sabía: que antes era ciego y ahora veía, en el

capítulo 9 de Juan.

Juan 9:25. Entonces él respondió y dijo: «Si es pecador, no lo sé; una cosa sé, que habiendo yo sido ciego, ahora veo».

Limítate a predicar a Jesús

Un joven ministro del Evangelio en una ciudad universitaria estaba

avergonzado a causa de las críticas de que era objeto por parte de sus cultos

feligreses.

Recurrió en busca de consejo a su padre, un anciano y sabio pastor,

diciéndole: «Padre, tengo dificultades con mi ministerio en la congregación que

ahora sirvo. Si cito algo de geología, está el profesor A__, que enseña dicha

ciencia, enfrente de mí. Si pongo un ejemplo de la mitología romana, está el

profesor B__ dispuesto a pillarme en falta por una pequeña imprecisión. Si hago

mención a algo de la literatura inglesa que me agrada, me apabulla la presencia

del culto profesor de esa materia. ¿Qué hago?»

El sabio anciano respondió: «No te desanimes y predica el Evangelio, que

probablemente saben muy poco de él».

Preguntas que dan pie a polémicas

Responde a las preguntas sinceras con franqueza y enseña la verdad a quienes estén

verdaderamente interesados en ella. Si quieren saberla, Dios se la revelará. Pero ten

cuidado con quienes te plantean preguntas no porque quieran saber, sino con el solo

fin de tenderte una trampa, como hacían los fariseos santurrones, que ya tenían una


postura asumida respecto al tema y no querían que el peso de la realidad se la hiciera

variar. No querían otra cosa que tenderle una trampa retórica a Jesús.

Lucas 11:53–54. Diciéndoles Él estas cosas, los escribas y los fariseos

comenzaron a estrecharle en gran manera, y a provocarle a que hablase de

muchas cosas; acechándole, y procurando cazar alguna palabra de Su boca para acusarle.

2 Timoteo 2:23. Desecha las cuestiones necias e insensatas, sabiendo que engendran contiendas.

Tito 3:9. Evita las cuestiones necias, y genealogías, y contenciones, y discusiones acerca de la ley; porque son vanas y sin provecho.

¿Qué me dices del infierno?

Francisco le testificaba a Esteban. Lo primero que quería hacer este era hablar

del infierno:

—¿Crees en el infierno? ¿Qué me dices del infierno? Y no hablaba de otra cosa

el hombre.

Francisco le dijo:

—¿Quieres hablar del infierno? ¿Quieres discutir sobre el infierno? Hagamos

una cosa: primero déjame hablar, y cuando haya terminado de hablar de Jesús,

hablaremos del infierno, ¿de acuerdo?

Francisco se puso entonces a hablar de Jesús y en menos que canta un gallo

Esteban estaba de rodillas pidiéndole a Jesús que entrara en su corazón. Cuando

se puso en pie, Francisco le dijo:

—Bueno, ¿qué querías saber del infierno?

El hombre le respondió:

—¡Bah, ya no me importa el infierno! No voy para allá.

La Palabra impresa: distribución de publicaciones

No subestimes la eficacia de la Palabra impresa. Distribuir folletos y otras

publicaciones cristianas es una forma estupenda de divulgar el mensaje. Los textos

impresos permanecen mucho después que tú te has ido. Existen incontables

testimonios de personas que conocieron al Señor expresamente por la Palabra escrita,

sin que nadie les haya testificado en persona.

Procura tener siempre a mano una selección de folletos. Le puedes dar uno a

cualquier persona, incluso aunque no tengas ocasión de hablar con ella: el boletero, la

dependienta de la tienda, el mendigo de la calle.

Salmos 119:105. Lámpara es a mis pies Tu palabra, y lumbrera a mi camino.

¡Deja que el Señor hable! Cuentas con el mejor Orador del universo para dirigirse

a ellos. El más elocuente, el más expresivo, el de mayor discernimiento, el más

hermoso. ¡Entrega la Palabra a la gente! Si tienes un buen folleto o afiche que

contenga la Palabra y la Escritura, puedes dárselo a leer. Deja que el Señor le hable

personal y directamente.


Un buen consejo que algunos de nosotros hemos aprendido en lo relativo a

conseguir que alguien lea algo más extenso es que la mejor forma de lograr que

alguien lea un libro no es regalárselo. Puede que lo ponga en una estantería y piense

en leerlo algún día. Es preferible prestárselo. Así se siente obligado a leerlo y

devolverlo.

El folleto que se «extravió»

De Philip y Meekness, Namibia

Hace unos meses, Marcus, de 18 años, encontró un trozo de papel arrugado en

la calle. Resultó ser uno de nuestros folletos, que de alguna forma había llegado

al pueblo donde él vivía, a 800 km de aquí, cerca de la frontera con Angola. El

muchacho escribió a la dirección que aparecía en el folleto y se suscribió al

curso gratuito de estudio de la Biblia por correspondencia que se anunciaba en

él.

Comenzamos a intercambiar correspondencia y en poco tiempo Marcus nos

pidió afiches y folletos de la Familia —«sobre todo los relativos al Tiempo del

Fin»— para distribuir entre sus amigos y conocidos. «Hay muchos jóvenes en

esta ciudad y quiero hacer algo por ellos», nos escribió.

Desde entonces, Marcus ha distribuido unos 1.000 afiches y más de 1.200

folletos por su cuenta. Le ha testificado a sus compañeros de estudios y a sus

profesores. A consecuencia de ello, otros 15 alumnos de su colegio también se

suscribieron a nuestro curso de la Biblia por correspondencia.

Ayer tuvimos ocasión de conocer a Marcus y a otros dos alumnos de nuestro

curso por correspondencia. A todos nos resultó una experiencia muy grata. Les

dimos otra caja grande de afiches y folletos para distribuir.

¿Cuántos personas piensan ustedes que llegarán al Cielo a causa de lo que

hacen Marcus y sus amigos? Y todo gracias a un folletito que cayó en buenas

manos.

El Pan de Vida

Sadhu Sundar Singh famoso cristiano de la India, que vivió entre 1889 y

1933 estaba distribuyendo evangelios en una provincia central del país. Se

acercó en el tren a un grupo de paganos y le ofreció a un hombre un ejemplar del

Evangelio de S. Juan. El hombre lo tomó, lo destrozó con ira y arrojó los

pedazos por la ventanilla. Aquello parecía el fin. Pero dio la casualidad —o fue

más bien la providencia divina— de que un hombre que buscaba ansiosamente

la verdad iba caminando por la vía aquel mismo día y recogió al pasar un trocito

de papel. Lo miró y tenía escrito «El Pan de vida» en su idioma.

No sabía lo que aquello significaba; pero preguntó a sus amigos y uno le dijo:

«Yo lo sé. Esas son palabras del libro cristiano. No debes leer ese libro: te va a

contaminar». El hombre se quedó un momento pensativo y luego dijo: «¡Quiero

leer el libro que contiene una frase tan hermosa!» Y adquirió un ejemplar del

Nuevo Testamento. Le mostraron el lugar donde aparecía dicha frase: las

palabras de nuestro Señor «Yo soy el Pan de vida», y al estudiar el Evangelio, la

luz irrumpió en su corazón. Llegó a conocer a Jesucristo y se hizo predicador del


Evangelio. Mediante el Espíritu de Dios, aquel pedacito de papel fue sin duda

alguna pan de vida para él y satisfizo su necesidad más profunda.

Un simple folletito en Birmania

El hijo de uno de los jefes de Burdwain se convirtió al leer un simple folleto.

No sabía leer, pero fue a Rangún, que distaba 400 kilómetros de donde él se

encontraba. Allí, la mujer de un misionero le enseñó a leer, y en cuarenta y ocho

horas se logró entender todo el folleto. Se llevó una canasta llena de folletos, y

con mucha dificultad, predicó el Evangelio en su tierra natal. Así, fue el

instrumento para la conversión de cientos de personas a Dios. Era un hombre

influyente; la gente se arremolinaba a su alrededor para escucharle. En sólo un

año, 1500 nativos se bautizaron en Arakán para ingresar en la iglesia. ¡Todo esto

gracias a un simple folletito!

¿La Biblia o la cena?

El jefe de una tribu de las Nuevas Hébridas estaba sentado leyendo

tranquilamente la Biblia cuando lo interrumpió un comerciante francés.

—Bah —dijo el francés—. ¿Por qué lees la Biblia? Seguro que has caído en

manos de los misioneros, pobre imbécil. ¡Tírala! La Biblia nunca ha servido

para nada.

A lo que el jefe de la tribu respondió con toda calma:

—¡Si no fuera por esta Biblia, ahora mismo estarías en mi olla!

El milagro de la música

Alguien escribió una vez: «La música es el lenguaje de los ángeles». El

testimonio contenido en una canción es un medio muy eficaz de transmitir el

mensaje. Tenemos muchas canciones de testificación que pueden aprender a

cantar y tocar. Darán mucha fuerza a su testificación. Lo que inspira a los demás

acerca de nuestra música es que es alegre, que les contenta el corazón. Es buena

música que los mueve a obrar bien. Es música amigable que los induce a

mostrarse amigables. Es música divina que estimula a la gente a actuar según los

preceptos divinos. Es música salvadora que despierta en ella el deseo de salvarse.

Es música para disfrutar, que también invita a la gente a disfrutar de ella. Tiene

buen fruto y motiva a la gente a hacer el bien y a obrar bien.

Salmo 40:3. Puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios.

Verán esto muchos, y temerán, y confiarán en el Señor.

Hechos 16:25. A medianoche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos a Dios; y

los presos los oían.


Manifiesta amor

Tu ejemplo personal es un aspecto importante de tu testimonio, que contribuirá en

mucho a conquistar a otros.

Filipenses 2:15–16a. Para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin

mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo; asidos de la palabra de vida.

1 Timoteo 4:12b. Sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor,

espíritu, fe y pureza.

2 Corintios 3:2. Nuestras cartas sois vosotros, escritas en nuestros corazones,

conocidas y leídas por todos los hombres.

Tito 2:7–8. Presentándote tú en todo como ejemplo de buenas obras; en la

enseñanza mostrando integridad, seriedad, palabra sana e irreprochable, de

modo que el adversario se avergüence, y no tenga nada malo que decir de vosotros.

Juan 13:35. En esto conocerán todos que sois Mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.

El testimonio más contundente que puedes dar es el amor. El único amor de Dios

que puede ver la gente es el que ve en ti. Si no manifiestas al mundo amor visible y

tangible, le va a resultar difícil creer que hay Alguien allá arriba a quien no conoce y

que lo ama de verdad.

Siempre tenemos que dejar un poco de amor en el corazón de aquellos con quienes

nos cruzamos, aunque no sea más que una palabra, una sonrisa o una mirada de

compasión. Así sabrán que Dios los amó ese día.

El principal mensaje de Jesús fue Su ejemplo de amor

Por medio de Su ejemplo de bondad, de interés por los demás, la gente se convencía

de que Él poseía algo real, auténtico. Descubría que el amor verdadero sí existe, así

como existe también Dios. Debemos esforzarnos por seguir ese ejemplo:

Juan 13:15. Ejemplo os he dado [habla Jesús], para que como Yo os he

hecho, vosotros también hagáis.

No te olvides que parte de tu ejemplo es reflejar el gozo del Señor

Retrata al Señor tal como es: un Dios alegre, que ama y se regocija en el amor y la

felicidad. Un semblante alegre contribuye a conquistar corazones.

Los Sermones convencen, pero los ejemplos arrastran

Para aprender a amar a tu Dios, la gente tiene que llegar a quererte a ti

primero . El Dr. Dwight L. Moody, evangelizador de fama internacional, decía:

«¡La única Biblia que lee la gente es la que usa zapatos!» Es decir, nosotros

mismos.


Identificarse y adaptarse

Para conquistar a alguien y llevarlo a creer en Dios, primero hay que

inspirarle fe en nosotros mismos. Como dijo Jesús:

Juan 13:20. De cierto, de cierto os digo: El que recibe al que Yo enviare, me

recibe a Mí; y el que me recibe a Mí, recibe al que me envió.

Es importante establecer puntos de contacto con la persona a quien testificas.

Para que dos personas se comuniquen, tienen que tener algo en común. Emplea

un lenguaje que la predisponga bien. Si es necesario usar lenguaje fuerte para

hacerle entender algo, no vaciles en hacerlo. Si se requiere un lenguaje más

encantador, recurre a ese. En cambio, si te vales de perogrulladas para llegar a la

juventud perdida, las rechazarán. Pide a Dios que te dé buen tino.

Santiago 1:5. Si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el

cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada.

Proverbios 11:30. El fruto del justo es árbol de vida; y el que gana almas es

sabio.

Una de las aptitudes más necesarias para testificar es la capacidad de

adaptarse, de adoptar la forma o identidad que sea para transmitir el mensaje a

alguien y hacerse de todo a todos los hombres. A esa táctica de adaptabilidad se

debió en gran parte el éxito del apóstol Pablo para convertir almas. Dijo él:

1 Corintios 9:20–22. Me he hecho a los judíos como judío, para ganar a los

judíos; a los que están sujetos a la ley como sujeto a la ley, para ganar a los que

están sujetos a la ley. Me he hecho débil a los débiles, para ganar a los débiles;

a todos me he hecho de todo, para que de todos modos salve a algunos.

La familiaridad

Mateo 13:57. No hay profeta sin honra, sino en su propia tierra y en su casa.

A veces testificar a quienes tienen relaciones más estrechas contigo puede resultar

de lo más difícil. Si por casualidad tienes dificultades para testificar a tus familiares o

amigos más íntimos, no vayas a pensar por eso que testificarle a un desconocido será

aún más difícil. Todo lo contrario.

Como dijimos en la última clase, cuando se trata de testificar a familiares y

amigos, gran parte de la testificación puede incorporarse en las conversaciones que

sostienes con ellos sobre otros temas. No hay por qué estar predicándoles

constantemente.

Tal vez descubras que el testimonio más contundente que puedes dar a quienes te

conocen bien no se basará en las palabras que les digas, sino en el ejemplo que les


des. A medida que Jesús obre en tu corazón, verás que ciertos aspectos de tu

personalidad y comportamiento cambian. Quizá ya no te pones tan ansioso ni

impaciente cuando las cosas se tornan difíciles. O eres más alegre o más considerado.

Quienes se relacionan a diario contigo advertirán esos cambios y se preguntarán qué

te ha sucedido. Esa curiosidad dará lugar a que les expliques lo que los ha movido a

cambiar.

No te des por vencido

Aunque no veas enseguida los resultados de tu testificación, de algún modo sí estás

consiguiendo resultados. El Señor nos ha prometido que Su Palabra no volverá vacía,

que cumplirá el propósito para el que fue enviada.

Es posible que no veas algunos de los resultados hasta que llegues al Cielo. Es que

no siempre se hace patente el fruto de la semilla que has sembrado en el corazón de

alguien, ni se percibe de que manera y en qué momento germina. Quizá la persona a

la que has testificado conozca al Señor más adelante a raíz de algo que le dijiste, o tu

testimonio habrá obrado en su corazón, o lo habrá predispuesto mejor para el

momento en que le testifique otro cristiano.

No siempre podemos albergar expectativas de ser los sembradores y los segadores,

porque el Señor dijo que unos siembran y otros riegan, pero es Dios quien da el

crecimiento.

1 Corintios 3:6. Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios.

Independientemente de quién sea la persona a quien estás testificando —ya alguien

que conoces, ya un perfecto desconocido—, si no tienes éxito al primer intento,

vuelve a probar. Pase lo que pase, cuando testificas personalmente o distribuyes

publicaciones cristianas, o cualquier otra cosa que hagas, no te des por vencido ante

unas cuantas derrotas.

¡La testificación nunca es en balde! Aunque no consideres que tienes mucho éxito

en lo que a ganar conversos se refiere, estás llevando a cabo la labor que el Señor te

encomendó, de modo que sí estás teniendo éxito.


(Clase 10B- 2 BÁSICA)


CONSEGUIR RESULTADOS

SEGUNDO TRAMO: CÓMO LLEVAR A ALGUIEN A CONOCER AL

SEÑOR

Preguntas típicas con respuestas de la Palabra.

No todas estas preguntas están relacionadas con la salvación. Son apenas unas

pocas de todas las que podrían plantearles cuando testifican a alguien. También se

incluyen algunos de los versículos que podrían emplear para responderlas.

Se puede decir que soy buena persona. ¿Por qué necesito a Jesús?

Juan 3:16. De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a Su Hijo unigénito,

para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.

Juan 10:10b. (Jesús dijo:) Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.

¿Por qué tiene que ser Jesús? ¿Qué hay de otros grandes hombres como por ejemplo

Confucio, etc.?

Hechos 4:12. En ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el

cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.

Juan 14:6. Jesús le dijo: «Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por Mí».

¿No puedo alcanzar el Cielo con mis buenas obras?

Efesios 2:8–9. Por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros,

pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe.

Tito 3:5. Nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho,

sino por Su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo.

Si tengo a Jesús en mi corazón, ¿entonces puedo hacer lo que me dé la gana?

Hechos 17:30. Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia,

ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan.

Santiago 2:8. Si en verdad cumplís la ley real, conforme a la Escritura: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo», bien hacéis.

1 Corintios 10:23. Todo me es lícito, pero no todo conviene; todo me es lícito, pero no todo edifica.


1 Corintios 6:20. Habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios.

Si existe Dios, ¿por qué tengo tantos conflictos y dificultades?

Salmo 34:19. Muchas son las aflicciones del justo, pero de todas ellas le librará

el Señor..

1 Corintios 10:13. No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana;

pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir,

sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar.

Romanos 8:28. Sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan

a bien, esto es, a los que conforme a Su propósito son llamados.

Hice algo terrible. ¿Podría Dios perdonarme?

Hebreos 8:12. Seré propicio a sus injusticias, y nunca más me acordaré de sus

pecados y de sus iniquidades.

Salmo 103:12. Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones.

¿Cómo puedes demostrar la existencia de Dios?

Salmo 19:1. Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la

obra de Sus manos.

Romanos 1:20. Las cosas invisibles de Él, Su eterno poder y deidad, se hacen

claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa.

¿Por qué tengo que aceptar a Jesús?

Juan 1:12. A todos los que le recibieron, a los que creen en Su nombre, les dio

potestad de ser hechos hijos de Dios;

Apocalipsis 3:20. He aquí, Yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye Mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.

Si me porto mal, ¿puedo perder la salvación?

Salmo 37:24. Cuando el hombre cayere, no quedará postrado, porque el Señor

sostiene su mano.

Juan 6:37. Todo lo que el Padre me da, vendrá a Mí; y al que a Mí viene, no le echo fuera.


¿Qué o quién es Dios?

Juan 4:24. Dios es Espíritu.

I Juan 4:8. Dios es amor.

¿Qué hay de los Diez Mandamientos?

Mateo 22:37–40. Jesús le dijo: «Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y

con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande

mandamiento. Y el segundo es semejante: “Amarás a tu prójimo como a ti

mismo”. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas».

¿Por qué habría de amar a los demás si ellos no me aman a mí?

I Juan 4:11. Amados, si Dios nos ha amado así, debemos también nosotros

amarnos unos a otros.

Romanos 5:5. La esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado.


12 Piedras Fundamentales – Suplemento de apuntes para la clase 10B

Conseguir resultados


Objetivo: ¡Llevar a alguien a conocer a Jesús!

Versículos clave

Proverbios 11:30. El fruto del justo es árbol de vida; y el que gana almas es sabio.

Mateo 4:19. Les dijo: «Venid en pos de Mí, y os haré pescadores de hombres».

Daniel 12:3. Los entendidos resplandecerán como el resplandor del

firmamento; y los que enseñan la justicia a la multitud, como las estrellas a

perpetua eternidad.

Lecturas recomendadas de la Biblia

.

PLEGARIA Y ALABANZA: PARA QUE NUESTROS SERES QUERIDOS

LLEGUEN A CONOCER AL SEÑOR

Jesús, acudo a Ti para interceder por mi (marido, esposa, hijos, familiares, amigos).

Me fascina la forma en que te estoy conociendo, Señor, y sé que ellos también te

necesitan. Quiero que se satisfagan con Tu amor, Tu alegría y felicidad. Ayúdame a

llegar a su corazón por medio de mis palabras y mi ejemplo, pero sobre todo, te pido

que estés junto a ellos en los momentos difíciles y los acerques a Ti. Ayúdalos a

acudir a Ti para que les brindes auxilio y consuelo y para que lleguen a conocerte.

MEDITACIÓN: PASOS PARA LA SALVACIÓN

Por qué los ángeles no pueden realizar la labor: Hay muchas personas que

necesitan conocer a Jesús, pero ¿por qué tenemos que decírselo nosotros? ¿Por qué

no envía el Señor unos ángeles y espíritus que se lo hagan saber? Imagínense lo que

pasaría si en vez de hablarle nosotros a la gente, el Señor enviara un montón de

ángeles y fantasmas para que se dirigieran a ella: Sería tal el susto que se pegarían las


personas que en un santiamén las calles quedarían desiertas y no habría nadie a quien

testificar.

O puede que la gente dijera: «Ustedes, los espíritus y los ángeles, no tienen los

mismos problemas que yo y no se dan cuenta de las dificultades que enfrentamos los

seres humanos. Puede que a ustedes les dé buenos resultados, pero eso no

necesariamente implica que a mí me dará un buen resultado».

¿Ven la lógica divina de valerse de otros seres humanos como testigos Suyos?

Nosotros somos el tubo de ensayo en el que se demuestra la eficacia del elemento

divino, ¿cierto? Somos la prueba. Tiene que haber un ser de carne y hueso que se

relacione con la gente, le refiera la verdad divina y le manifieste Su amor.

Participamos de las labores de otros: La salvación de una persona es el resultado

de un cúmulo de cosas y de situaciones que el Señor ha obrado en su vida. Puede que

nosotros no seamos más que una de una sucesión de personas que intentaron

conducirla al Señor. Puede que nuestra injerencia en su salvación sea mínima, apenas

una más de tantas otras que ejercieron su influencia en la preparación de esa persona,

quizás por el simple hecho de darle ejemplo de amor y consideración, de darle a

conocer la Palabra individualmente, de entregarle un folleto o un afiche o

comunicarse con ella desde un programa de televisión cristiano. Es posible que el

Señor se haya valido de todas esas cosas. Así que no podemos atribuirnos el mérito y

decir que nosotros fuimos quienes lo hicimos.

Nuestro deber es hacer lo que podamos por los necesitados de Dios. El Señor nos

recompensará por nuestra fidelidad, ya sea por haberle comunicado la Palabra a una

persona o por haber rezado con ella para que aceptara al Señor. No recibe uno más

reconocimiento por una cosa que por la otra. El mérito está en la fidelidad que

demostramos al obedecer y hacer lo que podamos a fin de servir al Señor.


PRUEBA DE LA CLASE 10B, «TESTIFICACIÓN: CONSEGUIR RESULTADOS», DE LAS 12

PIEDRAS FUNDAMENTALES

NOMBRE: FECHA:

1. ¿Qué folletos o impresos tienes en tu bolsillo o cartera ahora mismo?

2. ¿Quién fue la última persona a la que testificaste? ¿Cuándo sucedió y cuál fue

el resultado de la testificación?

3. ¿Alguna vez te hicieron una pregunta mientras testificabas que no supiste

responder? En tal caso, por favor explica cuál fue:

4. ¿Cómo reaccionan ante tu fe tus familiares, amigos y demás personas con

quienes tienes relación?

5. A continuación reproducimos cinco preguntas típicas que suele hacer la gente a

la que testificamos. Escribe una respuesta breve a cada una de ellas empleando

un versículo cuando sea posible.

6. «Esencialmente soy una buena persona. ¿Por qué necesito a Jesús?»

7. «Si tengo a Jesús en el corazón, ¿significa que tengo libertad para hacer lo que

me place?»

8. «Hice algo terrible. ¿Podría Dios perdonarme? ¿Aún puedo ir al Cielo?»

9. «¿Cómo sabemos siquiera que existe Dios?»

10. «¿Por qué Jesús? No creo que Él sea el único camino para llegar el Cielo».

11. «¿Qué hay de los Diez Mandamientos?»

12. «¿Por qué habría de interesarme la Biblia?»

¿HUBO ALGO DE LA CLASE QUE NO HAYAS ENTENDIDO O QUE TE SUSCITA

INTERROGANTES? SI ES ASÍ, EXPLÍCALO BREVEMENTE A TU GUÍA.

12PF Clase 10b: Testificar Da Resultados

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