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Cuadernos de la Fundación General CSIC / Nº 4 / Marzo 2011 / Publicación trimestral / Precio: 9 euros |||||||||||||||||||||||||||| 52 Prevención y riesgos 38 Transportes 26 Agua 12 Energía 66 Agroalimentación

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Cuadernos de la Fundación General CSIC / Nº 4 / Marzo 2011 / Publicación trimestral / Precio: 9 euros

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52Prevención y riesgos

38Transportes

26Agua

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66Agroalimentación

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Cuadernos de la Fundación General CSIC | Nº 4 | LYCHNOS | 1

LYCHNOSCuadernos de la Fundación General CSIC

Nº 4 MARZO 2011

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Dirección Reyes Sequera

EdiciónSira Laguna

MaquetaciónDiScript Preimpresión, S. L.

Ilustración Lola Gómez

Edita

Presidente Rafael Rodrigo Montero

Director General Javier Rey Campos

Dirección postal c/ Príncipe de Vergara, nº 9 - 2ª derecha; Madrid 28001

www.fgcsic.es

© Fundación General CSIC, 2010. Todos los derechos reservados. La utilización por parte de terceros de las obras contenidas en esta revista,sin el consentimiento previo y por escrito de su titular, podrá constituir una infracción civil o la comisión de un delito contra la propiedad intelectual.

Imprime: Cyan S.A.Dep.Legal S.527-2010ISSN: 2171-6463

En esta edición se utiliza papel reciclado sometido a un proceso blanqueado ECF, cuya fibra procede de bosques gestionados de forma sostenible certificada.

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Cuadernos de la Fundación General CSIC | Nº 4 | LYCHNOS | 3

01 Ecología humana y desarrollo .......................................................... 4La ecología humana. Joan Martínez-Alier ....................................... 6

02 Energía ............................................................................................. 1202.1 Ecología humana y energía. Rafael Moliner ........................... 1402.2 Entrevista a Domingo Jiménez Beltrán ............................... 22

03 Agua ................................................................................................. 2603.1 Oferta y demanda de agua: implicaciones para los

sistemas fluviales mediterráneos. Sergi Sabater, Alícia Navarro-Ortega y Damià Barceló ................................... 28

03.2 La Iniciativa de Programación Conjunta “Los retos del agua en un mundo cambiante”. E. Playán, J. M. Sánchez-Puelles, J. L. García López, A. Agüero, L. Armesto y R. Rodríguez Bernabé ............................................................. 34

04 Transportes ...................................................................................... 3804.1 Transporte y movilidad, claves para la sostenibilidad.

Luis M. Jiménez Herrero ......................................................... 4004.2 Entrevista a Antonio Monfort ................................................ 46

05 Prevención y riesgos ....................................................................... 5205.1 Un mundo de riesgo. Jorge Olcina ....................................... 5405.2 “Saber para prever. Y prever para proteger”. Pilar Gallego ... 61

06 Agroalimentación ............................................................................ 6606.1 La alimentación en un planeta globalizado. Daniel Ramón ... 6806.2 Entrevista a Pere Puigdomènech ......................................... 76

07 Tribuna ............................................................................................. 80Interacción entre la humanidad creadora y el entorno ecológico.Federico Mayor Zaragoza ............................................................... 82

08 Noticias ............................................................................................ 84

ÍNDICE

LYCHNOS Nº 4 MARZO 2011

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01Ecología humana

y desarrollo

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01 ECOLOGÍA HUMANA Y DESARROLLO |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||

La ecología humana

Joan Martínez-Alier

Universidad Autónoma de Barcelona

Según Martínez-Alier, la ecología de los humanos no puede explicarse como la de las plantas y la de los otros animales, y hay que recurrir a las ciencias naturales y a las ciencias sociales a la vez. Pues la mezcla adecuada de ambas materias conduce a una educación ambiental planteada como un asunto de enseñanza transdisciplinaria.

Es fácil recordar cuál es diariamente nuestro con-sumo de energía para

alimentación porque muchas personas conocen a alguien que necesita adelgazar. Ese consumo es de 2.000 o 2.500 kilocalorias, aproximadamen-te. Sabiendo que 2.400 kilo-calorias igualan a 10 MJ (me-gajulio), vemos entonces que la energía endosomática (por usar la terminología de Alfred Lotka) usada en un año equiva-le a unos 3,6 GJ (gigajulio). En cambio, exosomáticamente los humanos no tenemos instruc-ciones biológicas determina-das que nos impidan aumen-

tar el uso de energía hasta 30 GJ, 100 GJ o 500 GJ por año. Eso depende de nuestro nivel de ingreso económico y tam-bién de nuestras preferencias. Hemos desarrollado unos ins-trumentos exosomáticos (los automóviles y los aviones, las calefacciones y aparatos de re-frigeración, el propio ordenador donde estoy escribiendo estas líneas) que nos permiten au-mentar el uso de energía.

En la civilización moderna ac-tual esa energía proviene en gran parte no de la fotosíntesis presente (que continua siendo la fuente de la alimentación en-

dosomática), sino de los depó-sitos de combustibles fósiles constituidos hace millones de años. Cuando quemamos esa energía, ya no podemos usarla otra vez. Hemos de ir a buscar-la allá donde esté: en la Amazo-nía o en el delta del Níger como hacen Chevron, Shell, Repsol y otras compañías privadas o estatales. La ecología huma-na está pues inmersa en con-flictos por extracción de recur-sos naturales y por evacuación de residuos, como el dióxido de carbono que se produce en excesivas cantidades, más allá de la capacidad de absorción de los océanos y de la atmósfe-

ra, que están modificando lige-ramente su composición.

Veamos en la Tabla 1 una re-presentación estilizada del me-tabolismo social a lo largo de la historia de la humanidad, con dos primeras etapas de uso de la fotosíntesis corriente (caza-dores-recolectores y agricul-tores) y una tercera etapa, la actual para una gran parte del mundo, de uso del “bosque subterráneo”, como lo llamó el historiador Rolf Peter Sieferle, es decir, el carbón, el petróleo y el gas. El paso de sociedades de cazadores-recolectores a sociedades agrarias viene mar-

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los mismos jóvenes, pero otro día y a otra hora, piensan que si no hay para todo el mundo, al menos tiene que haber para ellos, que los coches y las mo-tos cuanto más grandes me-jor, que no hay que pensar en las generaciones futuras por-que quizás el mundo se aca-be antes, que los animales, las plantas y los microorganismos están en la Tierra para servir a los humanos.

Los temas ambientales tienen una enorme virtud didáctica: permiten romper la tradicional división entre ciencias socia-les y ciencias naturales. En la educación ambiental, esta vi-sión transversal no debería ser motivo de una o dos sesiones extraordinarias durante el cur-

cado en la Tabla 1 por el uso de animales domésticos para la-branza y transporte, lo que ex-plica el aumento de energía y materiales dentro de econo-mías basadas en la energía so-lar actual (y no en la pasada, al-macenada en los combustibles fósiles). Pero no todas las so-ciedades agrarias han usado grandes animales domésticos.

Los datos de densidades de población son aproximativos. Hay países ricos y poco den-sos (en América y Australia), y países agrícolas y hasta hace poco pobres que tienen den-sidad parecida a la de Europa occidental o Japón (la India). Pero una economía agrícola tradicional, por muy intensiva que sea, no puede realmen-

te mantener a más de cinco o seis personas por hectárea. La actual urbanización mundial es un fenómeno de la industriali-zación apoyada en combus-tibles fósiles. Eso es algo que separa la ecología humana de la de otros animales.

Educación ambiental: en-tre los valores y las cienciasLa ecología de los humanos no puede explicarse única-mente como la de las plantas y la de los otros animales. Hay que recurrir a las ciencias na-turales y a las ciencias socia-les a la vez.

Hay especialistas que expli-can cómo debería impartir-se la educación ambiental en las escuelas secundarias. No

concuerdo con ellos porque frecuentemente insisten de-masiado en los valores, es de-cir, en cómo hacer ver y creer a los chicos y chicas que to-dos los seres vivos tienen de-recho a ser respetados, que hemos de pensar en las gene-raciones futuras, que es nece-saria una ética ambiental ba-sada en la conciencia de que el planeta Tierra tiene dimen-siones limitadas, que la po-blación humana ya ha crecido mucho, que con arrogancia hemos hecho desaparecer especies que existían antes que nosotros. Todos estos ar-gumentos son buenos para difundir valores sociales ver-des o ecologistas que resul-tan atractivos para muchos jó-venes. Otros o, según como,

Unidad Cazadores-recolectores Agricultores Industriales

Uso total de energía per capita GJ per capita por año 10-20 40-70 150-400

Uso de materiales per capita Toneladas per capita por año 0,5-1 3-6 15-25

Densidad de población Personas por km2 Menos de 1 Menos de 50 300 o incluso más

Población agraria Porcentaje --- Más del 80% Menos del 10%

Uso total de energía por área GJ por hectárea por año Menos de 0,01 Menos de 30 Hasta 600

Uso de materiales por área Toneladas por hectárea por año Menos de 0,01 Menos de 2 Hasta 50

Biomasa (porcentaje del uso

de energía) Porcentaje (sin contar calor solar) 100% Al menos 95% Entre 10 y 30%

/// Tabla 1. Perfiles metabólicos de distintas sociedades humanas ////////////////////////////////////////

Fuente: H. Haberl et al, “A socio-metabolic transition towards sustainability?” Sustainable Development (2011).

El estudio de la ecología humana no tiene porqué ser deprimente. Muchas tendencias son negativas, pero no todas

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so, sino que debería ser el pan nuestro de cada día, de forma tal que se impartieran conjun-tamente las clases de socia-les y naturales. Por ejemplo, la fotosíntesis se explica a los alumnos entre los diez y los doce años de edad. Durante la primavera es bonito ver sus resultados, cómo crecen las plantas capturando el dióxi-do de carbono presente en la atmósfera y liberando oxíge-

no. Sería importante que en la misma clase en la que se ex-pone la fotosíntesis se explica-ra también el tema del descu-brimiento de la agricultura en diversas zonas del mundo ha-ce unos ocho o diez mil años, precisamente para aprovechar la fotosíntesis para la nutrición humana, y que a la vez se en-señaran las religiones solares de algunos pueblos. En la cla-se del día siguiente, explicaría-

mos también que actualmente estamos vertiendo tanto dióxi-do de carbono a la atmósfe-ra que provocamos el aumen-to del efecto invernadero, y de ahí pasaríamos a relatar la po-lítica internacional del petróleo y el pico de Hubbert.

El día que toca desarrollar las unidades de energía, convie-ne hablar de las centrales nu-cleares, que son polémicas, de los aerogeneradores que se están instalando en mu-chos sitios, de la potencia que tienen, de cuántos joules, cuántas calorías, cuántos ki-lovatios por hora darán. Y si el tema es el ácido sulfúrico, que la clase de química se convier-ta en una clase de sociales, que trate de la producción (in-voluntaria) de dióxido de azu-fre en las centrales termoeléc-tricas y en las fundiciones de metal, que se explique la lluvia

ácida y cuáles han sido sus re-percusiones judiciales.

Estas barreras deberían de-rrumbarse también en las cla-ses de historia, puesto que no es una disciplina sólo de letras y de ciencias sociales: el uni-verso, la evolución biológica y la geología también son histo-ria y, además, la historia de los humanos no se puede com-prender sin hablar de evolu-ción biológica, de energía, de enfermedades, de bacterias o de virus.

La mezcla adecuada de los aspectos sociales con los na-turales para estudiar la eco-logía humana conduce a una educación ambiental que no se basa exclusivamente en valores sociales sino que es-tá planteada como un asun-to de enseñanza transdisci-plinaria.

Joan Martínez-Alier

Desde 1976, es catedrático en el Departamento de Economía e Historia Econó-mica en la Universitat Autònoma de Barcelona. Durante el último cuarto de siglo ha sido reconocido como uno de los estudiosos más importantes y portavoz del nuevo campo de la “economía ecológica”. En 1987 se unió con sus colegas de todo el mundo y se convirtió en miembro fundador de la Sociedad Internacional de Economía Ecológica, de la cual fue presidente en 2006 y 2007. Cuenta con una amplia experiencia internacional en diversas instituciones: fue becario de in-vestigación y profesor en St. Antony’s College de la Universidad de Oxford, in-vestigador visitante en la Universidad Libre de Berlín, Stanford, la Universidad de California y la FLACSO en Quito.

Además de su investigación profesional en Europa, se ha preocupado por ex-plorar las implicaciones de la economía ecológica en América Latina y en la India. Su investigación actual se centra en la economía ecológica y lenguajes de va-loración, la ecología política, la justicia ambiental y el ecologismo de los pobres.

Durante la primavera crecen las plantas capturando el dióxido de carbono presente en la atmósfera y liberando oxígeno.

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Lo que los economistas no cuentanEl estudio de la ecología hu-mana no tiene porqué ser de-primente. Muchas tenden-cias son negativas pero no todas. El primer dato positi-vo, en una perspectiva de 30 años, es el fin del crecimiento demográfico. Si en el siglo XX la población humana aumen-tó cuatro veces, en el siglo XXI seguramente alcanzará un pi-co de unos 8.500 millones en el 2045, y luego decrecerá al-go, lo cual planteará algunos problemas locales pero se-rá excelente contra el cam-bio climático y para la conser-vación de la biodiversidad. Ya sabemos desde las discusio-nes entre Paul Ehrlich y Ba-rry Commoner hace 40 años que el impacto ambiental de-pende no sólo de la densidad de población sino del ingreso per cápita y de la tecnología. Los pobres del mundo deben mejorar su ingreso, y muchos (en la India, en China, en Indo-nesia) lo están consiguiendo, pero las tecnologías que usan son por ahora nocivas al me-dio ambiente. La industrializa-ción de China e India usa mu-cho carbón. Que la población se acerque a su pico y luego descienda es, pues, una bue-na cosa.

Y segundo dato positivo, se dibuja una alianza entre los crecientes movimientos por la Justicia Ambiental en el

to verde”), sin embargo, este movimiento social del Decre-cimiento refleja la inapetencia europea por un crecimiento que sabemos que desembo-ca en crisis económicas, que recurre a endeudamientos im-posibles, que es insolidario, destructivo y no consigue au-mentar la felicidad o la joie de vivre a partir de niveles de in-greso como los que ya tene-mos en promedio. ¿Para qué crecer y crecer, como ya de-cía el presidente de la Comi-sión Europea, Sicco Mansholt, en 1972, habiendo leído el In-forme al Club de Roma de los Meadows de ese año?

A pesar de la resistencia men-tal e institucional de los eco-nomistas que se defienden del ecologismo como gatos panza arriba, se abre camino la crítica iniciada en los años 1960 e inicios de los años 1970, con el Informe al Club de Roma de 1972, los grandes libros de Nicholas Georgescu-Roegen y de H.T. Odum de 1971, y otros aportes de esa época de escritores europeos como, Jacques Ellul, Corne-lius Castoriadis, Ivan Illich, An-dré Gorz y Fritz Schumacher. Hay continuidad evidente des-de las críticas en 1968-69 de los proto-economistas ecoló-gicos Kenneth Boulding, Ro-bert Ayres y Herman Daly, a las actuales posiciones favorables a un suave decrecimiento eco-nómico de los países ricos.

Así pues, dentro del pesimis-mo que algunas tendencias actuales justifican, a lo que se añade la incapacidad de lo-grar acuerdos internacionales eficaces sobre cambio climá-tico y sobre conservación de la biodiversidad, creo que tan-to la demografía como el pen-samiento y activismo ecologis-ta (y el creciente descrédito de la ciencia económica) nos per-miten ver positivamente el ho-rizonte en la perspectiva de al-gunas décadas.

Como ha explicado reciente-mente James Gustave Speth (“Towards a new economy and a new politics”, Solutions, 2010), las razones para exigir un cambio fundamental en las tendencias actuales del uso de energía y materiales, y de destrucción de biodiversidad, son que si seguimos como vamos se asegura ya el cam-bio climático (pues añadimos 2 ppm de CO2 a la atmósfera por año), y la desaparición de muchísimas especies.

Al ritmo actual, como la ener-gía de los combustibles fósiles se disipa al usarla y no se pue-de reciclar, y como los mate-riales se reciclan solamente en parte, hace falta ir a buscarlos a las fronteras de la extracción, destruyendo biodiversidad y vidas humanas. Allí, a veces, hay grupos tribales o campe-sinos que protestan, son los protagonistas de los movi-

Sur y el pequeño Movimiento por el Decrecimiento de algu-nos países ricos, como Fran-cia, Italia, también en Catalu-ña, donde en marzo del 2010 organizamos el segundo con-greso internacional sobre el Decrecimiento económico so-cialmente sostenible (www.degrowth.eu). Aunque el mo-vimiento europeo por el De-crecimiento difícilmente va a ganar unas elecciones par-lamentarias o va a conseguir convertirse en política oficial europea (donde el “desarrollo sostenible” es ahora sustitui-do en pleno desconcierto de la burocracia por el “crecimien-

Las especies desaparecen a un ritmo que es tal vez mil veces más rápido de lo normal, sin dar tiempo a catalogarlas, sin saber lo que se pierde

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mientos de justicia ambiental que también existen aunque con menos fuerza en los paí-ses metropolitanos.

Dice Speth en este artícu-lo (como también ha mostra-do el Millenium Ecosystem Assessment) que la mitad de los humedales del mundo y un tercio de los manglares han desaparecido. La disponibili-dad de muchas especies de peces disminuye. Una quinta parte de los corales se ha per-dido. Aumentan las masas fo-restales en países europeos y Norteamérica (al haberse sus-tituido la leña por combusti-bles fósiles) pero continua la destrucción del bosque tro-pical húmedo a media hectá-rea por segundo. Las especies desaparecen a un ritmo que es tal vez mil veces más rápi-do que lo normal, sin dar tiem-po a catalogarlas, sin saber lo que se pierde. Hay POPs (con-taminantes orgánicos persis-tentes) dispersos por todo el mundo, hasta en los hielos po-lares, y cargamos en nuestra sangre químicos tóxicos aun-que no hayamos trabajado en ninguna industria. La HANPP (la apropiación humana de la producción primaria neta de biomasa) alcanza tal vez el 40% y sigue creciendo por las plantaciones de árboles para papel, por los agrocombusti-bles, por la producción de ali-mento para el ganado, arrin-conando a otras especies.

Y casi no quedan ríos sin re-presar en el mundo.

La paradoja del optimistaLos economistas no entien-den que todo esto representa costos que deberían ser res-tados del PIB (si supiéramos medirlos en dinero) y tienen fe en que el crecimiento econó-mico arreglará los daños. La fe metafísica en el crecimien-to justifica a sus ojos la infra-valoración del futuro porque piensan que, gracias a las in-versiones actuales y al cam-bio tecnológico, nuestros des-cendientes serán más ricos y la satisfacción adicional que obtengan al aumentar el con-sumo será menor a la nuestra. La hipótesis de un crecimien-to continuo justifica el uso ac-tual de más recursos agota-bles y la producción de más contaminación, ya que se su-pone que nuestros descen-dientes serán más ricos y po-drán hacer frente fácilmente a esos inconvenientes. Lo cier-to es que el crecimiento, si se produce con tecnologías simi-lares a las actuales, lo que va a hacer es empobrecer a las futuras generaciones porque tendrán un medio ambiente degradado y una menor cali-dad de vida.

La fe en el crecimiento econó-mico lleva a infravalorar el futu-ro y lleva, por tanto, a una mo-ralidad, por decir así, del carpe diem, gocemos ahora aunque

dejemos en herencia un mun-do con menos biodiversidad, con residuos nucleares, con cambio climático; no importa, nuestros descendientes serán por hipótesis más ricos que nosotros y sabrán hacer frente a esos daños y los compensa-rán de alguna manera.

Los economistas infravaloran el futuro porque suponen que nuestros descendientes van a ser más ricos, y por tanto les vamos a dejar un mundo em-pobrecido y contaminado. La “paradoja del optimista”. De hecho, contra ese optimismo metafísico (que lleva a infra-valorar el futuro), lo que sim-plemente hace falta para que nuestros descendientes es-tén peor que nosotros y para que otras especies desapa-rezcan es continuar como va-mos. Ahora bien, no solo con-tinuamos al mismo ritmo sino que queremos y hasta conse-guimos aumentarlo. La econo-mía mundial, con China e In-dia a la cabeza, pero también Alemania y otros países en el pelotón delantero, ha crecido un 4% en 2010 (sin restar los daños ambientales). Lo que es crecimiento del PIB se notará también en el aumento de indi-cadores como la “huella eco-lógica” (un índice que suma el uso del suelo y las emisiones de dióxido de carbono), tras una breve interrupción de su marcha creciente con la crisis del 2008-09.

Lo cierto es que el crecimiento, si se produce con tecnologías similares a las actuales, lo que va a hacer es empobrecer a las futuras generaciones

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02Energía

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02.1 ENERGÍA ||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||

Ecología humana y energía

Rafael Moliner

Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)

Uno de los principales retos a los que se enfrenta la humanidad en un futuro inmediato es el agotamiento de los combustibles fósiles. El modelo energético, muy dependiente históricamente del petróleo y el carbón, ha empezado a buscar en los últimos años alternativas sostenibles, que según el autor han de aumentar la eficiencia en el uso de la energía, asegurar el abastecimiento y desacoplar el consumo energético de las emisiones de CO2.

La energía y el desarrollo humanoEl consumo de energía es ne-cesario para cualquier activi-dad humana. El desarrollo de la humanidad ha estado to-talmente condicionado por la disponibilidad de energía, de modo que la explosión demo-gráfica del último siglo solo ha sido posible gracias a que el desarrollo tecnológico ha per-mitido el fácil acceso a gran-des cantidades de energía en forma de combustibles fósi-les y fisionables. Los países en los que mayor es la expec-tativa de vida son aquellos en

los que mayor es el producto interior bruto (PIB), que a su vez son los que tienen un ma-yor consumo energético por habitante. Por tanto, cual-quier programa de desarrollo social que se implemente pa-ra hacer avanzar a los países menos desarrollados pasará inexcusablemente por incre-mentar su consumo energéti-co. No obstante, esta espiral de crecimiento demográfico-aumento del consumo ener-gético no es sostenible con el actual sistema por dos moti-vos: 1) los recursos fósiles y/o fisionables en los que se ba-

sa nuestro actual consumo son limitados y 2) incluso an-tes de su agotamiento, habrá de restringirse su uso para mitigar el impacto medioam-biental derivado de su utiliza-ción, que podría llegar a da-ñar gravemente a la especie. La búsqueda de nuevos re-cursos energéticos y la ade-cuada gestión de los mismos constituyen por tanto uno de los ejes esenciales de la eco-logía de la especie huma-na. La ciencia y la tecnología desempeñarán un papel fun-damental en este proceso. España ha generado en los

La búsqueda de nuevos recursos energéticos y la adecuada gestión de los mismos son los ejes esenciales de la ecología de la especie humana

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últimos años un buen núme-ro de grupos de investigación, muchos de ellos en el CSIC, punteros a nivel internacional en estos campos, lo que ofre-ce una gran oportunidad para contribuir al progreso huma-no al tiempo que se desarrolla una economía sostenible en nuestro país.

Principales retos en el uso de la energíaLos principales retos a los que la humanidad deberá respon-der a lo largo del presente si-glo para asegurar su desarro-llo sostenible son: reducir la intensidad energética del PIB, asegurar el abastecimien-to energético y desacoplar el

consumo energético de las emisiones de CO2.

Reducir la intensidad ener-gética del PIB: aumentar la eficiencia energética.Si las economías emergentes incrementaran su PIB hasta igualar el de las actuales eco-nomías desarrolladas con la misma intensidad energética, la necesidad de energía cre-cería de un modo insosteni-ble. Se hace por tanto necesa-rio aumentar la eficiencia en el uso de la energía. El plantea-miento de un modelo energé-tico ecoeficiente, se ha de rea-lizar desde cuatro enfoques fundamentales: a) productos: mejorar la eficiencia del pro-

ducto en todo su ciclo de vi-da, desde las materias primas hasta los residuos generados; b) procesos: optimizar los pro-cesos de fabricación mediante la aplicación de nuevas tecno-logías y la mejora en la gestión de los recursos; c) procedi-mientos: implementar proce-dimientos que sirvan para dis-tintos sectores de manera que el conocimiento de las mejo-res técnicas disponibles llegue a todos los agentes interesa-dos; y d) promoción y difusión de medidas para obtener el máximo efecto multiplicador posible.

Asegurar el abastecimiento energético: diversificar recur-

sos y proveedores y poten-ciar los recursos autóctonos.Las previsiones sobre fuentes de energía apuntan a que, du-rante la primera mitad de es-te siglo, la cesta energética a nivel mundial seguirá estan-do constituida principalmen-te por energías de origen fósil. Durante un periodo cuya du-ración es difícil de precisar, pe-ro que se medirá en décadas, las energías renovables irán aumentando su cuota de par-ticipación, lo que ayudará en gran medida a resolver el re-to del abastecimiento. No obs-tante, este proceso de tránsito desde las energías fósiles a las renovables es muy complejo y deberá hacerse de modo que

/// Evolución del uso de diferentes recursos para la producción de electricidad //////////////////////////////////////////////////////////////////

40

30

20

2007 2015 2020 2025 2030 2035

10

0

Nuclear

Renovables

Gas natural

Carbón

Líquidos

Años

Trill

ones

kW

h

Fuente: World Energy Outlook (WEO) 2010. IEA.

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02.1 ENERGÍA ||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||

la economía mundial y los sis-temas sociales que sustenta no se vean afectados por in-crementos inaceptables en los costos energéticos. Por otra parte, deberá hacerse tenien-do en cuenta las peculiarida-des de las energías renovables en cuanto a fluctuación y falta de predicción en el suministro.

Desacoplar el consumo energético de las emisiones de CO2.Para tener éxito en este tercer reto habrá que introducir nue-vas tecnologías dirigidas a re-ducir las emisiones de CO2 en el uso de los combustibles fó-

geográficas, y que producen altas emisiones de CO2, con el consiguiente aumento del efecto invernadero y forza-miento del cambio climático.

La pregunta que surge es si pueden aprovecharse sus ventajas y superarse sus in-convenientes. La respuesta es: sí, mediante la captura y el secuestro del CO2 emitido (CCS). A través de esta tec-nología, el CO2 es separado y capturado de los gases de chimenea y tras su compre-sión, trasladado a sumide-ros geológicos donde se mi-neraliza.

Rafael Moliner

Profesor de investigación del CSIC, en la actualidad desempeña el cargo coordi-nador del Área de Química y Tecnologías Químicas del CSIC, que agrupa un to-tal de doce Institutos con más de 360 investigadores.

Es el director del Grupo de Investigación “Conversión de Combustibles” del Ins-tituto de Carboquímica de Zaragoza. Sus líneas de investigación están relacio-nadas con el uso limpio y eficiente de los combustibles fósiles y el desarrollo de nuevos materiales con aplicaciones energéticas y medioambientales. Ha dirigi-do numerosos proyectos de investigación y ha publicado más de 140 artículos en revistas de alto impacto del SCI (Science Citation Index). Es coautor de cua-tro patentes y ha dirigido 10 Tesis Doctorales.

Ha formado parte de diversos comités de gestión, valoración y análisis de pros-pectiva de la I+D en el sector de la Energía. Entre ellos cabe destacar el que ela-boró la Estrategia Aragonesa para el Cambio Climático, para el Gobierno Arago-nés, y el Libro Blanco del Instituto de Investigación en Cambio Climático, para el Ministerio de Ciencia e Invocación y el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Ru-ral y Marino. vocal de la Comisión Ejecutiva del Centro Nacional del Hidrógeno, con sede en Puertollano y del Consejo Rector del I2C2, con sede en Zaragoza

/// Previsión de la evolución del uso de los diferentes recursos energéticos ///////////////////////////////////////////////////////////////

Fuente: World Energy Outlook (WEO) 2010. IEA.

250Historia

Años

200

150

100

1990 2000 2007 2015 2025 2035

50

0

Proyecciones

Gas Natural

Renovables

Carbón

Líquidos

Nuclear

siles y a aumentar la eficiencia de los recursos renovables y de su almacenamiento, al ob-jeto de reducir costos y asegu-rar la estabilidad en el suminis-tro. Para una mejor percepción de hacia dónde deben dirigirse los esfuerzos es necesario sa-ber qué sectores son los prin-cipales emisores de CO2.

Soluciones para la produc-ción de electricidadLos combustibles fósiles.Las previsiones sobre pro-ducción de electricidad indi-can que, a nivel mundial, es-ta va seguir produciéndose de forma mayoritaria a partir de

combustibles fósiles, y en par-ticular, de carbón. La causa de ello hay que buscarla en el uso intensivo que de este recur-so van a hacer China e India, y también EEUU.

El uso de los combustibles fósiles se debe a que presen-tan grandes ventajas: bajos costos, instalaciones indus-triales adaptadas a su uso y a precios conocidos y facili-dad de almacenamiento. No obstante, presenta también serios inconvenientes como son el que los recursos son limitados y están concentra-dos en determinadas áreas

Quad

rillo

nes

Btu

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Cuadernos de la Fundación General CSIC | Nº 4 | LYCHNOS | 17

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La CCS es una tecnología que está ya desarrollada a nivel co-mercial y existen diversas ins-talaciones en todo el mundo, si bien están ligadas a la ex-tracción de gas natural y a la producción de hidrógeno por reformado de hidrocarburos. Su aplicación a plantas de producción de energía eléctri-ca se encuentra todavía a ni-vel precomercial, ya que se re-quieren mejoras que permitan reducir los costos y aumen-tar la eficiencia, en particular de la captura. Los gases ob-tenidos en la combustión de combustibles fósiles con ai-re contienen entre 4% y 16%

de CO2. En consecuencia, es preciso separar el CO2 del res-to de los gases que lo acom-pañan, principalmente nitró-geno, antes de proceder a su secuestro geológico. En la ac-tualidad, existen diversos pro-cesos de captura cada uno con sus ventajas e inconve-nientes, por lo que no puede identificarse cuál de ellos va a imponerse en un futuro. Estos procesos se clasifican en tres grupos en función de la etapa en la que se realiza la captura: antes, durante o tras la com-bustión. Nuestro país es pio-nero en esta tecnología, de he-cho ha sido seleccionado por

la UE para ubicar en Compos-tilla (León) una de las veinte instalaciones que se quieren implantar en Europa con esta tecnología hasta el 2020.

La práctica totalidad de estos desarrollos se están llevando a cabo por el CSIC, que dispone de un significativo número de grupos de investigación muy activos en tecnologías rela-cionadas con el uso limpio de los combustibles fósiles. Así, se están desarrollando pro-cesos de precombustión, de-nominados chemical looping, en los que el oxígeno para la combustión se aporta median-

te óxidos metálicos, que se re-ducen a su fase metal, y son regenerados mediante aire en un reactor separado. De este modo el CO2 no se mezcla con el nitrógeno del aire y se facili-ta su separación y captura. En post-combustión, uno de los procesos más avanzados que se están ensayando se basa en tecnología desarrollada en el CSIC y consiste en ciclos de carbonatación y descarbona-tación en los que se utiliza un absorbente, óxido de calcio, regenerable y de bajo costo. Un aspecto de enorme interés es el desarrollo de membranas capaces de separar el oxíge-no del aire como alternativa a los actuales procesos criogé-nicos. El disponer de esta téc-nica permitirá abaratar costos en tecnologías de captura, co-mo el oxi-fuel y los ciclos de carbonatación. Finalmente, se está también trabajando en el estudio y cuantificación de las formaciones salinas profundas existentes en nuestro país, susceptibles de ser utilizadas como sumideros de CO2 .

Las energías renovables.Las energías renovables (EERR) pueden cubrir el 50% de la demanda energética mundial a mediados del pre-sente siglo y dicho objetivo empieza a ser asumido por instituciones y Gobiernos. No obstante, el desarrollo es to-davía muy desigual y se en-cuentra concentrado en algu-

África

India

Oriente Medio

América Latina

AlemaniaOCDE

FranciaRusia

Portugal

España

ItaliaUK

Grecia

Dinamarca

Japón

Finlandia

Holanda

EE.UU.

China

Brasil

/// Relación entre consumo energético y PIB /////////////////////////////////////////////////////////////////

10

Consumo energía toneladas equivalentes de petróleo (tep)/per cápita

PIB (miles de dólares del año 2000)/per cápita

8

6

4

2

10 20 30 400

Población (50M)

Fuente: Agencia Internacional de la Energía (IEA); elaboración y análisis Fundación Repsol.

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02.1 ENERGÍA ||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||

nos países y basado en unas pocas tecnologías. Si bien hay ejemplos de cómo la ins-tauración de incentivos y po-líticas de tarifas eléctricas pri-madas han dinamizado el sector de la energía eólica en algunos países como Alema-nia y España, la realidad es que la penetración masiva de las energías renovables preci-sa de una serie de hitos tec-nológicos que permitan ace-lerar todo el proceso.

La energía eólica centra sus desafíos en la mejora de la predicción de viento, el de-sarrollo de grandes aeroge-neradores, la implantación en terrenos complejos y ambien-tes extremos y en el desarro-llo de la eólica distribuida con pequeños aerogeneradores. En biomasa, se ha de impul-sar el crecimiento de los cul-tivos energéticos, las tecnolo-gías avanzadas de utilización térmica y termoquímica, y la

producción de bioetanol y bio-diesel, a partir de variedades vegetales no convencionales y de bajo coste.

La energía solar presenta un gran número de opciones tec-nológicas con desarrollos a potenciar. En fotovoltaica es prioritario el aumento de la efi-ciencia, así como la reducción de material mediante el em-pleo de láminas delgadas o el uso de concentración solar. En solar termoeléctrica resulta esencial la implantación de las primeras plantas comerciales y el avance hacia generación directa de vapor y sistemas de almacenamiento térmico a gran escala.

El CSIC mantiene grupos ac-tivos en diversas líneas de in-vestigación. En el campo de la eólica, está introduciendo tec-nologías basadas en supercon-ductores, lo que permitirá de-sarrollar generadores de bajo

peso, muy aptos para su insta-lación en aerogeneradores. En el campo de la fotovoltaica, se pretende transferir el conoci-miento necesario para aumen-tar la velocidad de aprendizaje de esta industria, consiguien-do la reducción de costes nece-saria para permitir una penetra-ción masiva de esta tecnología.

En el campo termosolar o de concentración, se está tra-bajando en nuevos materia-les que permitan aumentar la temperatura de los fluidos de transferencia de calor hasta los 600ºC, lo que aumentaría significativamente la eficiencia de la plantas.

El almacenamiento de energía.Se ha hablado mucho sobre los costos asociados a la pro-ducción de electricidad me-diante EERR. No obstante, el problema principal, para su pe-netración masiva a largo plazo, más allá de su costo, es el de-rivado de las dificultades tec-no-económicas de su almace-namiento, lo que repercute en falta de predecibilidad y escasa garantía en el suministro. En la actualidad, puede decirse que el almacenamiento centraliza-do de electricidad no está téc-nicamente resuelto para los va-lores típicos de un campo de EERR (50 MW). Los costos del almacenamiento son muy al-tos, pudiendo incluso superar, para algunas tecnologías, al de producción. Por ello, cada vez

Proceso Localidad Potencia

Oxy-combustión Compostilla (León) 30 MVA-300 MVA

Pre-combustión Puertollano (Ciudad Real) 14MVA

Post-combustión La Pereda (Asturias) 1MVA-30 MVA

Portadores de oxígeno Goteborg /Zaragoza 0,1 MVA

/// Tabla 1. Plantas piloto y de demostración de los procesos de CCS en España ///////////////////////////////////////////////////////////

Las energías renovables (EERR) pueden cubrir el 50% de la demanda energética mundial a mediados del presente siglo y dicho objetivo empieza a ser asumido por instituciones y Gobiernos

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se contemplan con mayor inte-rés las tecnologías de almace-namiento descentralizado que permitirán almacenar electrici-dad a pequeña escala, en pun-tos distribuidos por territorio al que se suministra y compar-tiendo costos. En este senti-do, se prevé que la implanta-ción de una red de vehículos eléctricos enchufables a la red que actúen como puntos de micro almacenamiento contri-buirá de forma decisiva al pro-blema del almacenamiento glo-bal, facilitando así el despliegue de las EERR. Desde este pun-to de vista, los avances que se están consiguiendo en las tec-nologías de almacenamiento, para su implantación en vehí-culos eléctricos, servirán tam-bién para la utilización en las redes eléctricas, si bien estas tecnologías no son totalmente intercambiables dada la enor-me diferencia, de varios órde-nes de magnitud, en la capa-cidad de almacenamiento que deben poseer.

La implementación del con-cepto de almacenamiento dis-tribuido requerirá el desarro-llo de las denominadas Redes Inteligentes, de mucha mayor complejidad que las actuales y que requieren una I+D especí-fica para su implantación.

Soluciones tecnológicas en el transporteLa mayor transformación que se prevé para el futuro en el

sector transporte es la intro-ducción del vehículo eléc-trico (VE). Este proceso se-rá gradual y empezará a ser significativo a partir del año 2030, con la pretensión de que la mitad del parque sea eléctrico en el 2050. Con un parque automovilístico eléc-trico de un millón de vehícu-los, el incremento de consu-mo eléctrico, alimentado por sistemas distribuidos en baja tensión, se estima que sea del orden de los 4.000 GWh año, y el sistema podrá tener aco-plados a la red de forma ac-tiva 22.000 MW de potencia gestionable en las baterías, potencia cuatro veces supe-rior a la disponible en el ac-tual sistema eléctrico en las

La implantación de los VE de-penderá en gran medida de la mejora de los sistemas de al-macenamiento de energía. Las nuevas baterías de ión- litio admiten autonomías en el entorno de los 80-100 km y ya se anuncian mejoras que po-drán duplicar este valor. No obstante, el salto significati-vo se espera que se produz-ca con la introducción de las baterías de Li-aire, que permi-tirán densidades energéticas próximas a las de la gasolina, si bien la comercialización de este tipo de baterías requiere todavía de mejoras tecnológi-cas muy importantes. En este contexto, se prevé que la con-figuración de VE más difundi-da sea la denominada ER-VE, vehículo eléctrico con auto-nomía ampliada, en el que la autonomía la proporciona un combustible que alimenta un generador, el cual a su vez re-carga la batería durante la marcha. En este escenario, merece una atención especial el desarrollo del hidrógeno co-mo nuevo vector energético para sustituir a los derivados del petróleo, y el remplazo de los actuales generadores me-cánicos por los basados en principios electroquímicos, las denominadas pilas de com-bustible. En este campo exis-ten todavía importantes retos tecnológicos por resolver.

El CSIC mantiene actualmente grupos activos en líneas de in-

instalaciones de bombeo re-versible. La disminución de importación de petróleo por millón de vehículos eléctri-cos se estima en 14.500 GWh año, lo que supone un gran ahorro energético compara-do con los 4.000 GWh de in-cremento del consumo eléc-trico. Este nuevo escenario permitirá el desarrollo de tec-nologías de generación distri-buida integradas en microrre-des locales, de forma que la contribución de las energías renovables captada en insta-laciones locales constituirá un factor esencial en la implan-tación de un nuevo escena-rio energético de descentra-lización activa sin emisiones y con una óptima eficiencia.

Residencial 10% Industria

22%

Transporte 23%

Otros 4%

Generación de electricidad

39%

Agricultura 2%

/// Emisiones de CO2 por sectores /////////////////////////////////////

Fuente: World Energy Outlook (WEO) 2010. IEA.

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02.1 ENERGÍA ||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||

vestigación que pretenden dar respuesta a los retos científi-cos y tecnológicos menciona-dos. En la mayor parte de los casos, la investigación se está desarrollando dentro de pro-yectos europeos.

Con respecto a la producción de hidrógeno mediante elec-trolisis, se están desarrollan-do nuevos electrocataliza-dores para electrolizadores alcalinos, que tiene como ob-jetivos la reducción de cos-tos, mediante la sustitución del platino por otros metales como el níquel, y el incremen-to de la eficiencia, mediante la utilización de nanopartículas metálicas, tanto en el ánodo como en el cátodo. En la pro-ducción a partir de gas natu-ral se están implementando

nuevos catalizadores para el reformado con vapor y auto-térmico. Asimismo, se están poniendo en marcha nuevos procesos en los que se mini-miza la emisión de CO2 me-diante la descomposición ter-mo-catalítica del gas natural, DTC. En el campo de las ba-terías de ión-litio, se están en-sayando nuevos materiales grafíticos para el ánodo que permitan una mayor capaci-dad de almacenar litio de for-ma reversible. En el lado del cátodo se están desarrollan-do nuevos óxidos metálicos mixtos, que mejoran el com-portamiento de los actual-mente utilizados. La investi-gación se extiende también al uso de líquidos iónicos como electrolitos, en sustitución de los medios orgánicos actua-les, lo que aumentará signifi-cativamente su seguridad.

En el campo de las baterías de Li-aire, se están estudian-do nuevas aleaciones de litio para el ánodo y nuevos cáto-dos para la reducción del oxí-geno. Igualmente, se están di-señando dispositivos para la captura de oxígeno seco del aire. Estas nuevas aproxima-ciones se combinan con la uti-lización de líquidos iónicos co-mo electrolito.

Los supercondensadores son también objeto de investiga-ción. Estos dispositivos elec-troquímicos permiten po-

tencias de carga y descarga mucho más elevadas que las de las baterías, aunque acu-mulan menos energía, por lo que su utilización conjun-ta aportará grandes ventajas. Se están buscando materiales carbonosos, de bajo costo y al-ta eficiencia, que en combina-ción con el uso de líquidos ióni-cos mejoren las prestaciones.

Por otro lado, en el área de las pilas de combustible, la inves-tigación se orienta hacia cata-lizadores que reduzcan o evi-ten el uso de platino, así como hacia nuevos materiales para las membranas de intercam-bio protónico que permitan elevar la temperatura de ope-ración y aumenten su durabi-lidad. La eficiencia global de funcionamiento de todos es-tos dispositivos depende de la gestión integrada de los mis-mos, para lo que se estudian sistemas electrónicos de ges-tión del automóvil. En esta lí-nea, se investigan materiales de bajo peso, altas prestacio-nes y fácil reciclado que au-mentaran significativamente la eficiencia global de todo el ciclo de vida del automóvil. Fi-nalmente, el desarrollo de ele-mentos de estabilización y al-macenamiento de energía, basados en superconducto-res, permitirá un salto cualita-tivo en el desarrollo de redes inteligentes que permitirán gestionar la oferta y la deman-da de forma eficiente.

La implantación de los vehículos eléctricos dependerá en gran medida de la mejora de los sistemas de almacenamiento de energía

/// Esquema de la captura y secuestro del CO2 (CCS) ///////////////

Captura de CO2

& planta de separación

Fuente de CO2

(ejem. planta de potencia)

Unidad de compresión de CO2

Transporte de CO2

Inyección de CO2

Almacenaje de CO2

Fuente: World Energy Outlook (WEO) 2010. IEA.

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En la

Obra Social

”la Caixa” colaboramos

con organizaciones sin ánimo de

lucro que, como nosotros, trabajan para con-

seguir una sociedad con más oportunidades para todos. Es por eso que

favorecemos proyectos que inciden directamente en aquellas problemáticas que son

emergentes en nuestra sociedad, y damos apoyo a iniciativas innovadoras que no están cubier-

tas a través de otras subvenciones. Consideramos que en una sociedad igualitaria todas las personas

tienen que tener derecho a la cobertura de las necesidades básicas, como son la vivienda, la salud, la alimen-

tación... En la Obra Social “la Caixa” colaboramos con organizaciones sin ánimo de lucro que, como nosotros,

trabajan para conseguir una sociedad con más oportunidades para todos. Es por eso que favorecemos proyectos que

inciden directamente en aquellas problemáticas que son emergentes en nuestra sociedad, y damos apoyo a iniciativas

innovadoras que no están cubiertas a través de otras subvenciones. Consideramos que en una sociedad igualitaria

todas las personas tienen que tener derecho a la cobertura de las necesidades básicas, como son la vivienda, la salud, la

alimentación... En la Obra Social ”la Caixa” colaboramos con organizaciones sin ánimo de lucro que, como nosotros,

trabajan para conseguir una sociedad con más oportunidades para todos. Es por eso que favorecemos proyectos que

inciden directamente en aquellas problemáticas que son emergentes en nuestra sociedad, y damos apoyo a

iniciativas innovadoras que no están cubiertas a través de otras subvenciones. Consideramos que en una

sociedad igualitaria todas las personas tienen que tener derecho a la cobertura de las necesidades bási-

cas, como son la vivienda, la salud, la alimentación... En la Obra Social “la Caixa” colaboramos

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Más información, en www.laCaixa.es/ObraSocial

Convocatorias 2011

Un año más, en la Obra Social ”la Caixa”, abrimos las convocatorias

para acceder al programa de ayudas a iniciativas sociales.

Por ello, si conoces alguna organización local sin ánimo de lucro que

quiera hacer realidad un proyecto para dar respuesta a las necesidades

emergentes de la sociedad, por favor, hazle llegar la información sobre

las nuevas convocatorias. Entre todos, podremos crear oportunidades

que mejoren la calidad de vida de los que más lo necesitan.

Impulsamosproyectos que creanoportunidades

PROGRAMA DE AYUDAS A PROYECTOS QUE DIBUJAN SONRISAS

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22 | LYCHNOS | Nº 4 | Cuadernos de la Fundación General CSIC

02.2 ENERGÍA ||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||

¿Qué debemos entender por sostenibilidad energé-tica?El uso eficaz (para lo necesa-rio) y eficiente (en la cantidad mínima para cada uso nece-sario) de los recursos energé-ticos disponibles, en lo posi-ble de fuentes renovables de energía (EFR) y todo ello con la menor degradación ambiental. En términos sencillos, se trata de separar el deseable incre-mento de calidad de vida para una mayoría creciente de los ciudadanos del uso de recur-sos energéticos que conlleva degradaciones ambientales, con la necesaria disminución de las emisiones de gases de efecto invernadero (EGEI), ahora prioritaria por el cambio climático (CC).

Todos sabemos que el cambio climático no ha hecho más que cargarnos de razón para hacer, y ahora de forma más urgente y

ambiciosa, lo que en cualquier caso teníamos que hacer, que es establecer sistemas energé-ticos más sostenibles.

¿Podemos hablar de un plan energético español? No, absolutamente no, si lo entendemos como una plani-ficación a medio y largo plazo.

Las sinergias del sistema ener-gético exigen plantear esce-narios tendenciales y desea-bles a corto, año 2020, medio, 2030 (como proyecta la Agen-cia Internacional de Energía) e incluso largo plazo, 2050, como contemplan los paí-ses más avanzados. Estos se plantean (el último Dinamarca, sumándose a Suecia, Portugal y Alemania) sistemas energé-ticos sostenibles, con emisio-nes de gases de efecto inver-nadero (EGEI) prácticamente nulas, lo que responde al ob-jetivo de su reducción en más

Domingo Jiménez BeltránAsesor del Observatorio de la Sostenibilidad en España (OSE)

| ENTREVISTA |

“España podría liderar la tercera revolución industrial”

Para Domingo Jiménez Beltrán no hay duda: el futuro energético está en las fuentes renovables de energía. A sus detractores por los costes les plantea el siguiente escenario: “Si la energía renovable te parece cara, prueba el coste de la no renovable”

de un 80% en el 2050, para satisfacer el acuerdo de no su-perar en dos grados centígra-dos el incremento de tempera-tura media global del planeta.

¿Sobre qué bases debería elaborarse la planificación estratégica de la energía en España?En primer lugar, hay que reco-nocer que en nuestro país no se ha hecho una planificación estratégica de la energía.

España no hizo ni la primera revolución industrial, apoya-da en el carbón, ni la segunda, basada en el petróleo. Pero nuestro país, como aboga Je-remy Rifkins, podría liderar, la tercera revolución industrial, o eso pensábamos hasta hace dos años, cuando éramos el ejemplo, por razones coyun-turales, de lo que había que hacer en energías de fuen-tes renovables, como recono-

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Cuadernos de la Fundación General CSIC | Nº 4 | LYCHNOS | 23

|||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||| ENERGÍA 02.2

ció el propio Obama al llegar al poder.

Estamos ante una opción es-tratégica con efectos a corto y largo plazo cuyas claves hay que identificar para anticipar y apostar por los escenarios con futuro en materia de energía.

Y la pregunta es: ¿por qué es-cenario apostamos, cuya tran-sición empezamos a construir desde ahora? Si no responde-mos a esta pregunta, otros nos darán la respuesta y perdere-mos también nuestro lugar en esta tercera revolución industrial.

La cuestión radica en diseñar la hoja de ruta hacia el 2050, en la que el año 2030, el más estudiado, es clave y va a ser-vir probablemente de referen-cia para el debate post Kio-to, con independencia de que también se fijen objetivos pa-ra 2020 en EGEI. Y 2030 es clave porque en ese año de-berán producirse las reduc-ciones drásticas de gases de efecto invernadero, de cara al escenario “descarbonizado” de 2050.

Dada la situación existente con los combustibles fósi-

les, ¿cuáles serán las fuen-tes de energía del futuro?Si el compromiso es lograr un sistema energético sostenible antes de 2050, hay que reco-nocer que, de las tres fuentes de aprovisionamiento masi-vo de energía en estas cuatro décadas: el carbón, la energía nuclear y las EFR, solo estas últimas reúnen los requisitos para ser denominadas “sos-tenibles”. En su “haber” inclu-yen la mitigación drástica del cambio climático, así como la reducción de las llamadas emisiones de gases de efecto invernadero.

Domingo Jiménez Beltrán

Ingeniero Industrial, ha desarrollado su trabajo profesional en el campo de la pro-tección del medio ambiente, la gestión de recursos naturales y el desarrollo sos-tenible, tanto en empresas privadas como en la Administración pública.

Dirigió la Agencia Europea de Medio Ambiente desde 1994 hasta 2002. Muy uni-do desde siempre al proceso de unificación europea, fue el representante es-pañol de Medio Ambiente durante 1986 y 1987, y en su andadura por la Admi-nistración central ocupó el cargo de director general de Política Ambiental en el Ministerio de Obras Públicas, Transportes y Medio Ambiente (MOPTMA) entre 1991 y 1994.

En Abril de 2004 se incorpora como asesor en temas de desarrollo sostenible y medio ambiente en la Oficina Económica del Presidente del Gobierno. Actual-mente es Asesor del Observatorio de la Sostenibilidad en España, organismo autónomo cuya misión es analizar los procesos de desarrollo sostenible y esti-mular el cambio social hacia la sostenibilidad. Recibió el Premio Extraordinario de Medio Ambiente 2007 del Ministerio de Medio Ambiente en reconocimien-to a su labor.

Estamos ante una opción estratégica con efectos a corto y largo plazo, cuyas claves hay que identificar para anticipar y apostar por los escenarios con futuro en materia de energía

Domingo Jiménez Beltrán.

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24 | LYCHNOS | Nº 4 | Cuadernos de la Fundación General CSIC

02.2 ENERGÍA ||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||

¿Cuál es el mayor potencial energético en España?El mayor potencial sigue sien-do la racionalización de la de-manda energética, el ahorro y la eficiencia energética, dada la ineficiencia actual del mo-delo económico español, en particular en los llamados sec-tores difusos, como es el resi-dencial. En este sector no solo se podrían conseguir reduccio-nes del consumo energético superiores al 80%, sino inclu-so lograr que los nuevos edi-ficios que se construyen sean productores netos de energía, como ya sucede en Austria, Alemania y Dinamarca. La or-ganización de nuestras ciuda-des es el sumidero actualmen-te de más del 80% de nuestra energía (un tercio en el sector residencial) y en su reducción está el mayor potencial energé-tico, como muestra la experien-cia en curso en Rivas-Vaciama-drid, con planes para emisiones cero, o cercanas, en 2030.

En qué sentido debemos en-tender que las EFR son la pie-za clave para lograr un siste-ma energético sostenible?Dado que no tenemos otra op-ción ante la crisis ambiental, energética y económica, nos vemos obligados a recurrir a ellas, puesto que por el mo-mento son la única fuente de energía sostenible y por tanto compatible con un modelo de desarrollo de futuro y con una globalización sostenible.

recursos suficientes en I+D+i y siguen aumentando los cos-tes de las no renovables. Da-do que el mercado es crecien-te para las EFR, por el gran margen que hay para la inno-vación, sólo hay que creérselo y plantear escenarios de futu-ro que ofrezcan predictibilidad a las empresas y en general a los productores de EFR, que podemos ser la mayoría (“el sol sale para todos”), para po-der entrar en inversiones a me-dio y largo plazo aunque con efectos inmediatos.

Los retrasos que pueda ha-ber en el establecimiento de acuerdos globales legalmente vinculantes solo servirán para incrementar las ventajas de los países y empresas pioneros en estos sectores, como ya ha sido el caso de algunos países de la Unión Europea (Alema-nia, España, Dinamarca), que obtuvieron ventajas competi-tivas con respecto a Estados Unidos por haberse obligado con Kioto.

¿Qué coste tienen las ener-gías renovables?Mientras el coste de las EFR disminuye a pasos agiganta-dos el de las no renovables, sean de origen fósil o nuclear, no hace más que aumentar. La eólica ya ha alcanzado prácti-camente la paridad de red en diez años de desarrollo, y la energía solar fotovoltaica (FV), la más cara, ha disminuido sus

costes a la mitad en menos de cinco años, y se espera que, al menos en España, alcance la paridad de red en otros cinco.

Con respecto a este tema yo traigo a colación la siguiente frase: “Si la energía renovable te parece cara, prueba el cos-te de la no renovable”. Y, si no sabes la respuesta, pregún-taselo a Nicholas Stern, eco-nomista y académico conoci-do por avalar con un informe que “no luchar contra el cam-bio climático será muchísimo más costoso que combatirlo”, o consulta los informes del Pa-nel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC).

¿Son el gran lastre económico para el sistema? Según Car-men Becerril, directora de Ac-ciona Energía, “la penetración de las energías renovables –al contrario que las basadas en combustibles fósiles– es-tán reduciendo los costes del sistema, al actuar como factor depresor de los precios mayo-ritarios de la electricidad, me-diante el desplazamiento de las tecnologías, más caras, que emplean combustibles fó-siles”. Aunque las primas del Régimen Especial crecieron de 3.500 M€ en 2008, has-ta 6.200 M€ en 2009, el cos-te total del sistema eléctrico paso de 32.000 M€ en 2008 a 27.000 M€ en 2009, con un precio medio del mercado eléctrico de 3,7 c€/kWh, frente

Puesto que por el momento son la única fuente de energía sostenible y por tanto compatible con un modelo de desarrollo de futuro y con una globalización sostenible

Por otro lado, las EFR pueden aportar la mayor parte de la energía necesaria para el mun-do en el futuro, dentro de un esquema de contracción de la demanda energética en los países desarrollados y de con-vergencia con las necesidades en los países emergentes y en vías de desarrollo. Tecnológi-camente, las EFR son viables y lo serán cada vez más des-de un punto de vista económi-co, si se mantienen y destinan

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a los 6,4 c€/kWh en 2008. ¿In-teresante no? Lo que muestra, según Carmen Becerril, que “los costes del sistema eléc-trico español se ven más con-dicionados por otros factores que no son los incentivos a las renovables”.

A la vista de lo expuesto, ¿no es disonante el debate de es-tos últimos meses en el que las EFR parecen ser víctimas de su propio éxito, acusán-dolas de un desarrollo de-masiado rápido y despro-porcionado, y sobre todo de lastrar el sector energético y los costes de la electricidad?Desde luego es disonante con el camino que le queda a las EFR en España, como obliga-ción y necesidad, y sobre to-do como oportunidad, si te-nemos en cuenta el potencial español en EFR y que, como negocio, ha pasado de unos 20.000 M$ en 2004 a unos 200.000 M$ en 2008, que, se-gún los datos del New Energy Finance 2008, se triplicará en la próxima década.

Alemania, con mucho menos sol que España, con la mitad de eficiencia de sus paneles de energía solar fotovoltaica (FV) que los colocados en Es-paña, tiene la mayor potencia FV instalada, con 15.740 MW previstos para finales de 2010 (frente a los 4.600 MW en Es-paña, incluyendo la solar de concentración) y está en un

proceso de crecimiento apa-bullante, con 51.750MW pre-vistos para 2020 (frente a los 13.450 en España, incluyendo la solar de concentración).

El Consejo Asesor de Me-dio Ambiente alemán ultima un informe en el que se plan-tea como viable conseguir en 2050 que toda la producción de energía eléctrica, unos 600 TWh, sea renovable con un coste medio de 10 c€/kWh. La

mayores recursos en I+D, y sobre todo en innovación, y que contempla las necesida-des empresariales y de la so-ciedad, estarían la construc-ción, la agricultura e industria agroalimentaria, el transpor-te y el sector energético en general.

Por otra parte, hay que incidir sobre la necesidad de fomen-tar la I+D+i en fuentes reno-vables de energía con fondos públicos y potenciar la inver-sión privada, como ya hace, por ejemplo, Dinamarca en el campo de la energía eóli-ca. Según el informe recien-te de la Oficina de Patentes ha habido un incremento es-pectacular, en 2009 del 51% con respecto a 2008, de pe-ticiones de patentes referen-tes a energía eólica, y más de las tres cuartas partes provie-nen de Dinamarca, Alemania y EEUU, no estando España en-tre los países que capitalizan la I+D+i, ni siquiera en un sector en el que ahora es líder. Pre-ocupante, ¿no?

Por último, podríamos citar, aunque de pasada, como sec-tores emergentes de gran inte-rés desde la perspectiva ener-gética, la química verde y la biotecnología, que están sus-tituyendo progresivamente las materias primas y combusti-bles fósiles no renovables por materias primas orgánicas re-novables.

OBSERVATORIO DE LA SOSTENIBILIDAD EN ESPAÑA (OSE)

El Observatorio de la Sostenibilidad en España (OSE) es un organismo independiente, constituido el 28 de febrero de 2005, fruto de un convenio de colaboración entre el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, la Fundación Biodiversidad y la Fundación General de la Universidad de Alcalá.

Su misión es estimular el cambio social hacia la sosteni-bilidad mediante la aportación de la mejor información disponible, y ponerla a disposición de la sociedad, de los procesos de toma de decisiones y de participación pública.

Las funciones del OSE se concretan en:

• Seguimiento integrado de la sostenibilidad del desarrollo.

• Apoyo a procesos de toma de decisiones y partici-pación pública.

• Desarrollo de capacidades de conocimiento.

• Información sobre los procesos de sostenibilidad.

• Documentación y divulgación de resultados de la investigación científica.

Fuente: OSE.

producción de renovables fue en 2009 de 150 TWh en Ale-mania mientras que España fue de unos 75 TWh

¿Qué áreas relacionadas con los temas energéticos podrían ser objeto de plan-teamientos que integraran los intereses de la industria y la investigación?Entre los sectores clásicos relacionados con la eficien-cia energética que requieren

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03Agua

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03.1 AGUA ||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||

Oferta y demanda de agua: implicaciones para los sistemas fluviales mediterráneos

Sergi Sabater (1 y 2)Alícia Navarro-Ortega (3)Damià Barceló (1 y 3)

(1) Instituto de Ecología Acuática. Universidad de Girona(2) Instituto Catalán de Investigaciones del Agua (ICRA)(3) Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (IDAEA-CSIC)

La disponibilidad de agua se ha convertido en una cuestión importante para todos los Gobiernos en las regiones mediterráneas. Sin embargo, las consecuencias del cambio global no solo afectarán a la disponibilidad de agua, sino también a su calidad y a los servicios ecosistémicos. Prever los diferentes escenarios desencadenados por el cambio climático y tener modelos de gestión adecuados es el objetivo del proyecto SCARCE.

La escasez de agua es resultado de una sequía estructural y persisten-

te. ¿En qué punto la persis-tencia de una sequía devie-ne escasez? La escasez es una situación estructural que

se produce cuando la de-manda supera los recursos hídricos que pueden ser ex-plotables en condiciones sos-tenibles. La definición de esca-sez de un determinado lugar, área, región o cuenca debie-

ra descansar sobre una base de registros fiables y prolonga-dos. Que la sequía sea repe-tida o frecuente (en relación a las condiciones locales) puede ser indicativo de efectos es-tructurales, pero sin registros a

largo plazo es imposible definir la escasez como una situación estructural. Estos registros se pueden obtener a partir de la dendrocronología, es decir de la información contenida en la secuencia de anillos de los ár-

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boles de una zona, así como de acontecimientos cotidianos recogidos en datos documen-tales (ya sea administrativos o de instituciones locales, civiles o eclesiásticas).

Los sistemas mediterráneos son claramente sensibles al deterioro de sus condiciones hidrológicas. En ellos la esca-sez de agua ya presente de manera natural puede ser in-ducida por la sobreexplota-ción de los recursos, que a su vez tiene una evidente im-

plicación en los recursos dis-ponibles para el hombre. De hecho, esta situación es a menudo lo único que motiva nuestra preocupación, ya que el impacto es directo en sec-tores económicos que utili-zan y dependen del agua, co-mo la agricultura, el turismo, la industria, la energía y el trans-porte. Sin embargo, la esca-sez como situación estructural trasciende a la simple disponi-bilidad del recurso para uso humano, ya que concierne a la totalidad de los ecosistemas,

ra la fauna. Los ecosistemas terrestres sufren una marca-da disminución de la produc-tividad, un mayor peligro de incendios forestales y un con-siderable riesgo de empobre-cimiento del suelo. Una de las consecuencias más evidentes del desequilibrio entre ofer-ta y demanda hídrica se refle-ja en la construcción de pre-sas destinadas a la regulación y suministro del agua fluyen-te. La mayoría de las regiones que sufren escasez son las que tienen un mayor número de grandes presas. La presen-cia de estas estructuras tiene efectos directos sobre exten-sos segmentos fluviales, que se convierten artificialmente en regulados y permanecen des-conectados unos de otros. La sequía y la escasez conducen a la intermitencia en el caudal circulante de los ecosistemas fluviales. La interrupción tem-poral del flujo de agua es co-mún y sucede de manera na-tural en los cursos de agua mediterráneos, especialmen-te durante el verano. Sin em-bargo, las situaciones de es-casez provocan el aumento de la frecuencia y duración de los episodios de sequía y, por tanto, incrementan los efectos naturales de la intermitencia. En muchos casos, la intensi-ficación de los efectos nega-tivos sobre la biodiversidad, la calidad del agua y el funciona-miento de los ecosistemas flu-viales superan la capacidad

de los que el hombre es tan solo una parte.

La desequilibrada relación que existe en los sistemas semiári-dos entre disponibilidad y de-manda de agua comporta una extraordinaria presión sobre los recursos, tanto superficia-les como freáticos, y de paso sobre todos los elementos que dependen de ellos. La esca-sez hídrica en los ecosistemas terrestres se traduce en un mayor estrés hídrico para las plantas, aunque también pa-

Escasez y regulación son elementos que se cruzan en los ríos mediterráneos.

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03.1 AGUA ||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||

La mayoría de las regiones que sufren escasez son las que tienen un mayor número de grandes presas

Sergi Sabater

Doctor en Biología por la Universidad de Barcelona en 1987. Actualmente es catedrático de Ecología de la Universidad de Girona, codirector del Máster de Ciencias y Tecnología del Agua (Universidad de Girona) y del Máster de Ecología Fundamental y Aplicada (Universidad de Barcelona-Universidad de Girona). Es subdirector del Instituto Catalán de Investigación del Agua (ICRA) desde 2008. Sus líneas de investigación son los efectos del cambio global sobre los sistemas fluviales, así como la ecología de los biofilms fluviales, su respuesta ecotoxico-lógica y el metabolismo y funcionamiento de los ecosistemas fluviales. Ha publi-cado más de 120 artículos sobre ecología en revistas científicas internacionales.

Alícia Navarro-Ortega

Doctora en Química Analítica por la Universidad de Barcelona en 2009. Coordi-nadora del proyecto CONSOLIDER-INGENIO-2010 “Evaluación y predicción de los efectos del cambio global en la cantidad y la calidad del agua en ríos ibéricos (SCARCE)”. Ha publicado varios artículos en revistas científicas internacionales sobre el análisis de contaminantes orgánicos en muestras medioambientales y ha participado en el proyecto integrado de la UE AquaTerra.

Damià Barceló

Doctor en Química Analítica por la Universidad de Barcelona en 1984. Desde 1999 es profesor de investigación del IDAEA-CSIC. Hasta mayo de 2008 fue di-rector del Departamento de Química Ambiental de dicho instituto, fecha en la que dejó el cargo para desempeñar el de director del Instituto Catalán de Investiga-ción del Agua (ICRA). Desde el año 2009 es profesor visitante en la Universidad Rey Saud, en Riad, Arabia Saudita. Sus líneas de investigación se centran en el análisis de contaminantes orgánicos en muestras medioambientales utilizando técnicas de espectrometría de masas. Ha publicado más de 620 artículos cientí-ficos así como 120 capítulos de libros. En el año 2007 recibió el Premio Rey Jai-me I de protección de la naturaleza.

de resistencia de los propios ecosistemas. La escasez tie-ne implicaciones directas en la calidad del agua. La calidad química del agua desciende por la mayor concentración de nutrientes y contaminan-tes. La descarga de fuentes puntuales de contaminación a los cursos fluviales sin la ade-cuada dilución deviene en una mayor concentración de sus-tancias disueltas y, en algu-nas situaciones, en un des-censo de las concentraciones de oxígeno diluido. La eutro-fia del sistema se acelera y los crecimientos en masa de al-gas y macrófitos se hacen ha-bituales. La situación favorece la llegada de especies invaso-ras (peces, insectos, caraco-les, etcétera provenientes de otros ambientes) que despla-zan a las autóctonas. Los sis-temas son más homogéneos en su estructura física y en la distribución de las comunida-des que los habitan. Es habi-tual una menor eficiencia de procesos biológicos, tales co-mo la absorción de nutrientes, la producción primaria, la des-composición de la materia or-gánica, etcétera. Dado que los ecosistemas prestan servicios a la sociedad, reconocidos en el Millennium Ecosystem As-sessment (MA), los efectos de la escasez hídrica sobre su funcionamiento inciden en si-tuaciones como la mejora de la calidad del agua o la protec-ción frente las inundaciones.

En definitiva, la escasez no es una simple cuestión de recur-sos disponibles para las ne-cesidades humanas. Los sis-temas naturales requieren “su parte” de los mismos para ga-rantizar su viabilidad y funcio-namiento. Olvidar sus nece-sidades pone en peligro su existencia pero también la ca-lidad de los servicios que gra-tuitamente nos dispensan.

La escasez de agua como consecuencia del cam-bio climático y del cambio global En relación con otras regiones del mundo, la cuenca medite-rránea es una de las más vul-nerables a los cambios climá-ticos. El clima mediterráneo es de por sí altamente variable y está además sujeto a proce-sos complejos de escala pla-

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netaria y también a procesos locales, inducidos por la com-pleja fisiografía de la región y por la influencia del mar Me-diterráneo. En consecuencia, la cuenca del Mediterráneo es uno de los lugares más “ca-lientes” en cuanto a posibles cambios climáticos y uno de aquellos en los que la situa-ción puede derivar en una me-nor disponibilidad de recursos hídricos. La mayor parte de los modelos de cambio climá-tico concluyen que las regio-nes mediterráneas se encuen-tran entre las más afectadas por la sequía de verano y que experimentarán una mayor frecuencia de inundaciones y

temperaturas más altas. Estas alteraciones probablemen-te no se verán limitadas a las cuencas que desaguan en el mar Mediterráneo, sino que afectarán a todas las regiones de clima mediterráneo disemi-nadas por el mundo. Las posi-bles consecuencias del cam-bio climático sobre el régimen hidrológico fluvial ya se han documentado. En el noroeste de Estados Unidos se ha ob-servado que la disminución histórica del caudal en cursos fluviales está relacionada con el aumento de la temperatu-ra del final de invierno y con la disminución del espesor aso-ciado de la capa de nieve.

En este contexto, además del efecto del calentamiento glo-bal, hay que añadir la sobre-explotación de los recursos hí-dricos como pauta general en las regiones áridas y semi-ári-das mediterráneas. Mientras que el porcentaje de consu-mo del agua respecto al total de recursos disponibles es tan solo del 7,4% en las cuencas del norte de la Península Ibé-rica (de clima atlántico), esta relación oscila entre el 55% y el 224% en las cuencas hidro-gráficas del Mediterráneo. Es-ta última cifra corresponde a la cuenca del Segura en la que, a pesar de recibir caudales de otras cuencas peninsulares, los cursos fluviales permane-cen secos durante varios me-ses del año. Algunos modelos climáticos e hidrológicos de-terminan que el porcentaje de zonas con grave estrés hídrico en Europa se podrá incremen-tar del 19% actual al 34-36% en el año 2070. Por supuesto, esta presión tiene que ver en gran medida con los usos a los que se destina el agua. En el conjunto de Europa, alrededor del 45% de este elemento se utiliza para la industria, el 41% para la agricultura y el 14% pa-ra necesidades domésticas. En el área mediterránea el por-centaje destinado a la agricul-tura es sensiblemente mayor.

¿Qué parte de los efectos que se observan sobre los recur-sos corresponde al cambio La dependencia de los embalses es notoria en países semiáridos. El embalse de Aracena, en la cuenca del Guadalquivir.

La escasez tiene implicaciones directas en la calidad del agua. La calidad química del agua desciende por la mayor concentración de nutrientes y contaminantes

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03.1 AGUA ||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||

climático y qué parte está di-rectamente relacionada con las actividades humanas? La aplicación de modelos hidro-lógicos indica una respon-sabilidad compartida. Análi-sis recientes apuntan a que el cambio climático está directa-mente relacionado con la dis-minución del caudal de agua en las cuencas fluviales medi-terráneas. Pero la acción hu-mana directa tiene importan-tes implicaciones. Se estima que el número de días en los que el río Tordera (nordeste de España) se seca en extensos tramos (76 al año) es mucho mayor que el que le corres-pondería por la relación preci-pitación-escorrentía (dos por año). Más del 30% de la es-correntía de este río se deri-va a usos humanos (riego, in-dustria y demanda urbana). La causa de la disminución del caudal se encuentra en el aumento de industrias y nú-cleos urbanos que se han ubi-cado en su cuenca, por lo que se ha intensificado la deman-da de agua.

Previsión de los efectos de la escasez mediante la in-vestigación pluridisciplinar: el proyecto Consolider- Ingenio SCARCE¿Hasta qué grado la doble pre-sión, cambio climático y activi-dades humanas, afectará a los recursos hídricos disponibles, su calidad y la conservación y funcionamiento de los ecosis-

temas o será la causa de las al-teraciones físicas en los cauces de los ríos y llanuras aluviales y sus acuíferos? Responder es-ta pregunta de manera eficaz requiere de un esfuerzo coor-dinado de investigación que considere múltiples perspecti-vas más allá de las puramente hidrológicas.

En este contexto, el proyecto SCARCE (evaluación y predic-ción de los efectos del cam-bio global en la cantidad y la calidad del agua en ríos ibéri-cos), adscrito a las convoca-torias Consolider-Ingenio del Ministerio de Ciencia e Inno-vación, tiene como finalidad describir y predecir la relevan-cia de los impactos del cambio global sobre la disponibilidad del agua, su calidad y los ser-vicios de los ecosistemas en las cuencas mediterráneas de la Península Ibérica, así como sus implicaciones para la so-ciedad y la economía. El pun-to de partida de SCARCE es la necesidad de comprender en qué medida la disponibilidad de agua incide en los dos prin-cipales afectados: la sociedad humana y los ecosistemas. El proyecto se lleva a cabo en las cuencas de los ríos Llobregat, Ebro, Júcar y Guadalquivir, es-cogidas en un transecto nor-te-sur de la España peninsular y que contemplan problemá-ticas muy distintas, así como un espectro amplio de esca-las espaciales y ecológicas y

de escenarios socio-econó-micos.

SCARCE tiene dos objeti-vos complementarios. El pri-mero de ellos incide en cues-tiones de investigación básica que permitan definir las pautas a largo plazo y los mecanismos que operan en la hidrología, la calidad del agua, la dinámica del hábitat fluvial y la estructura y funcionamiento de los ecosis-temas fluviales de las cuencas del Mediterráneo. El segun-do objetivo, o su corolario, re-laciona los efectos del cambio climático y de la acción huma-na (tomados ambos elementos como componentes del cam-bio global) sobre los servicios que proporcionan los ecosis-temas. SCARCE proyecta sus resultados sobre las políticas de gestión del agua que exige la Directiva Marco Europea del Agua (DMA). A este respecto, cabe mencionar que el proyec-to cuenta con el apoyo exter-no de las entidades que ges-tionan recursos hídricos, como las confederaciones hidrográ-ficas, las agencias del agua o las comunidades de regantes. Así pues, SCARCE vincula en un marco conjunto la investiga-ción básica y las prácticas de gestión.

SCARCE reúne un equipo de científicos procedentes de di-versas áreas de conocimien-to relacionadas con el agua. En este contexto, además del Ins-

El proyecto se lleva a cabo en las cuencas de los ríos Llobregat, Ebro, Júcar y Guadalquivir, escogidas en un transecto norte-sur de la España peninsular y que contemplan problemáticas muy distintas

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problemática de la escasez del agua requiere de un diagnós-tico preciso; se trata de com-prender cuáles serán los recur-sos disponibles, y cuál será el funcionamiento de los ecosis-temas y de los servicios que proporcionan, en el único es-cenario posible: el que permita compatibilizar las necesidades hídricas con la conservación de las cuencas mediterráneas. Para ello SCARCE utiliza una aproximación transversal que, partiendo de la recolección de datos existentes, completa con observaciones directas en las cuatro cuencas seleccionadas.

SCARCE está estructura-do en una serie de acciones

o Work Packages horizonta-les y temáticos (Fig.1), a tra-vés de los cuales se coordinan los distintos objetivos del pro-yecto. Así, se determinarán: a) los riesgos existentes pa-ra los servicios ecosistémicos proporcionados por los siste-mas fluviales, b) una predic-ción de futuras amenazas, y c) las propuestas de mitiga-ción de riesgos a la luz de los análisis económicos y socia-les. Los distintos paquetes de trabajo se centran en la reco-lección de datos (1), los pa-trones de hidrología (2), el transporte de sedimento y la morfología del canal fluvial (3), la calidad química (4), los pro-cesos ecosistémicos (5), la modelización de la cantidad y calidad de los recursos (6), los escenarios socioeconómicos más probables (7), la evalua-ción de los servicios ecosisté-micos (8) y la gestión fluvial (9).

SCARCE debe contribuir de manera significativa a incre-mentar nuestro conocimiento del binomio hombre-ecosiste-ma en el uso de los recursos y debe determinar adecuada-mente los riesgos asociados a mantener el equilibrio entre ambos. Además SCARCE tie-ne entre sus principales objeti-vos la formación de expertos, con lo que se espera que la transferencia de conocimien-to a los distintos sectores re-lacionados con el agua pueda ser realmente efectiva.

SCARCE vincula en un marco conjunto la investigación básica y las prácticas de gestión

tituto de Diagnóstico Ambien-tal y Estudios del Agua (IDAEA) del CSIC, participan el Institu-to Catalán para la Investigación del Agua (ICRA), las Universi-dades de Girona, de Barcelo-na, de Valencia, del País Vasco, Rovira i Virgili, de Lleida, Politéc-nica de Valencia, Politécnica de Madrid, Politécnica de Catalu-ña y el Instituto de Ciencias Ma-rinas de Andalucía (ICMAN) del CSIC. Los grupos de investiga-ción adscritos a estas institucio-nes cubren aspectos diversos relacionados con la hidrolo-gía, química de contaminantes emergentes, geomorfología y hábitat fluvial, ecología, modeli-zación, economía y transferen-cia a la sociedad. La compleja

6-MODELACIÓN

OBTENCIÓN DE DATOS

TRANSFERENCIA A GESTORES

CAMPO Y LABORATORIO

INTEGRACIÓN

1-DATOS

2-HIDROLOGÍA

3-MORFOLOGÍA

4-CALIDAD

7-ECONOMÍA

8-SERVICIOS

9-GESTIÓN

5-PROCESOS

/// Figura 1. Estructura del proyecto SCARCE ///////////////////////

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03.2 AGUA ||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||

La Iniciativa de Programación Conjunta “Los retos del agua en un mundo cambiante”

Enrique Playán (1) José María Sánchez-Puelles (2) José Luis García López (2)Almudena Agüero (3)Lourdes Armesto (3)Rosa Rodríguez Bernabé (3)

(1) Estación Experimental de Aula Dei (CSIC). Colaborador del Ministerio de Ciencia e Innovación(2) Centro de Investigaciones Biológicas (CSIC). Colaborador del Ministerio de Ciencia e Innovación(3) Ministerio de Ciencia e Innovación

La Programación Conjunta del agua ha identificado dos problemas de primera magnitud que requieren de un esfuerzo investigador especial: la cantidad y la calidad del agua y los eventos extremos provocados por este elemento. Alrededor de estos dos problemas se articulan retos de tipo económico, ecológico, social y tecnológico a los que hay que dar respuesta.

La Programación Con-junta (conocida como JPI por sus siglas en in-

glés: Joint Programming Ini-tiative) es un nuevo proceso que combina un marco es-tratégico, una aproximación

bottom-up y un compromi-so de alto nivel de los Esta-dos miembros de la Unión Eu-ropea, así como de los países asociados. En julio de 2008 se publicó una Comunicación de la Comisión Europea que

instaba a los Estados miem-bros a intensificar su coope-ración en el ámbito de la I+D con el fin de afrontar en me-jores condiciones los grandes retos sociales a escala euro-pea o mundial para los que la

investigación pública desem-peña un papel clave. Se debe considerar que la Comisión Europea solo financia en tor-no al 10-30% de la investiga-ción pública que se realiza en Europa; el resto de la misma

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se desarrolla con financiación nacional que los países ges-tionan según sus propias prio-ridades.

Las perspectivas de aumen-tar la dimensión del Progra-ma Marco son limitadas en es-te momento. Es por ello por lo que la coordinación de los Programas Nacionales y Re-gionales de investigación, de-sarrollo e innovación supone una vía paralela y suplemen-

taria para acelerar la integra-ción de la investigación euro-pea y para el fortalecimiento de la ERA (European Research Area, Espacio Europeo de In-vestigación). Sin embargo, la Comisión Europea no puede li-derar este proceso ni darle for-ma, ya que los países son so-beranos a la hora de planificar y gestionar sus programas de investigación. Lo que sí puede hacer, y de eso trata la JPI, es brindar herramientas de coor-

dinación que eviten duplicida-des de inversiones en I+D+i en países de la ERA.

Como consecuencia, el pro-ceso está regido por el prin-cipio de geometría variable en todas las dimensiones po-sibles: los países deciden su participación en una JPI, en qué actividades participan y qué recursos para investiga-ción serán movilizados en el entorno europeo. Las JPI sur-

Las JPI, aun siendo un bloque fundamental en la ERA, tienen que encontrar su posición en el complicado mapa de la investigación europea. Es previsible que las JPI dediquen más esfuerzo a la investigación que al desarrollo, y que solo puntualmente se acerquen a las actividades de innovación

/// El consorcio de la JPI Los retos del agua en un mundo cambiante ////////////////////////////////////

gen por iniciativa de los Es-tados miembros y los países asociados, y están ligadas a un reto social de prime-ra magnitud para los ciuda-danos europeos. Así se han identificado hasta la fecha diez JPI, de las que cuatro ya han sido formalmente apro-badas y otras seis, entre las que se encuentra Los retos del agua en un mundo cam-biante, progresan en su de-sarrollo.

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03.2 AGUA ||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||

España es actualmente ob-servadora en Clik’EU (La co-nexión de los conocimientos climáticos para Europa) y en La Europa urbana, y miembro en las otras ocho iniciativas. Coordina la JPI sobre el agua y es co-coordinadora de la JPI sobre mares y océanos.

Integración de la JPI del agua en la investigación europeaLas JPI, aun constituyendo un bloque fundamental en la ERA, tienen que encontrar su posi-ción en el complicado mapa de la investigación europea. Es previsible que las JPI dedi-quen más esfuerzo a la investi-gación que al desarrollo y que solo puntualmente se acer-quen a las actividades de in-novación. Por ejemplo, en el caso del agua este esquema decreciente desde la investi-gación a la innovación resulta complementario con la acción de la Plataforma Tecnológica de Suministro y Saneamiento de Agua (WssTP), que aborda su estrategia de forma inversa. Esta última representa tam-bién el resultado del reto lan-zado por la Comisión Europea a la industria europea del agua para organizarse y rodearse de grupos de influencia (stake-holders) e investigadores pri-vados y públicos. La Plata-forma Tecnológica Española del Agua, diversas empresas e instituciones de I+D+i espa-ñolas participan activamente

en la WssTP. Tanto la JPI del agua como la WssTP están lla-madas a tener un papel impor-tante en la Comunidad de In-novación “Europa Eficiente en el Agua” (“Water Efficient Euro-pe” Innovation Partnership), que forma parte de la nueva estrategia de innovación de la Comisión Europea. Asimismo, la recién aprobada iniciativa Una Europa que utilice eficaz-mente los recursos considera entre sus componentes fun-damentales: “Una política del agua que convierta en priori-tarias las medidas de ahorro de agua y de mejora de su efi-

ciencia, a fin de garantizar que se disponga de esta en canti-dad suficiente y con la calidad adecuada, que se use de for-ma sostenible y con una apor-tación mínima de recursos y que, en último término, se de-vuelva al medio ambiente con una calidad aceptable”.

El consorcio de la JPI del aguaPoco después del lanzamiento del concepto de Programación Conjunta, el Ministerio de Cien-cia e Innovación (MICINN) iden-tificó los problemas del agua como un reto social de primera magnitud para España y para Europa, e impulsó el liderazgo de nuestro país como coordi-nador de esta iniciativa.

Las JPI tienen en su gober-nanza a los dueños o gestores de los programas de investiga-ción. Son estos los que juntan fuerzas para realinear y coor-dinar sus trabajos. En el ca-so de la JPI del agua, en la ac-tualidad son 13 los países que se han comprometido a ha-cerlo, mientras que otros sie-te siguen la iniciativa como ob-servadores. Holanda tiene un papel destacado al ser co-coordinador de la propuesta. Un análisis de la financiación anual de la investigación sobre agua en Europa ha puesto de manifiesto que los países ac-tualmente involucrados en la JPI (miembros y observado-res) financian 236 M€ anuales

en investigación sobre agua. Esta cifra representa el 91% de la inversión en esta mate-ria que se lleva a cabo en los Países miembros y asociados al Programa Marco. En el caso de España, la inversión anual es de unos 16 M€.

Una visión de la investiga-ción europea sobre aguaLa JPI del agua ha identifica-do dos problemas de prime-ra magnitud que requieren de un esfuerzo investigador espe-cial: la cantidad y la calidad del agua y los eventos extremos provocados por el agua. Alre-dedor de estos dos problemas se articulan retos de tipo eco-nómico, ecológico, social y tec-nológico. La JPI se ha marca-do cuatro objetivos principales.

El primero es prevenir los efec-tos negativos de la bioecono-mía sobre el ciclo del agua. Al convertirse la biomasa en una materia prima clave, el ciclo del agua se tendrá que acomodar un nuevo tipo de uso. Esta no-vedad será difícil de encajar en sociedades como la española, en la que muchas cuencas hi-drográficas comienzan a tener comprometida la casi totalidad de sus recursos.

En segundo lugar, buscar un equilibrio hídrico sosteni-ble. Ante las presiones ejerci-das sobre los ecosistemas por las detracciones de agua o el cambio global, es preciso de-

El Ministerio de Ciencia e Innovación identificó los problemas del agua como un reto social de primera magnitud para España y para Europa, e impulsó el liderazgo de nuestro país como coordinador de esta iniciativa

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sarrollar herramientas, indica-dores y modelos para moni-torizar/prevenir las amenazas, evaluar los riesgos y dar alar-mas a tiempo. Además, es preciso aumentar la resistencia al estrés de los ecosistemas e identificar soluciones sistémi-cas para su restauración.

La meta de conseguir sistemas hídricos más saludables pa-ra una sociedad más saluda-ble ocupa el tercer lugar. Se tra-ta de controlar el impacto de los nuevos contaminantes sobre el agua, así como de evaluar siste-mas científico-tecnológicos pa-ra su eliminación directamente a través del agua o del suelo.

Y, por último, cerrar la brecha en el balance hídrico. Se inte-grarán métodos y medidas pa-ra alcanzar un uso sostenible del agua, incluyendo los as-pectos científicos, tecnológi-cos, políticos y económicos. Se evaluarán nuevos materia-les y conceptos, como la ges-tión de la recarga del acuífero o el tratamiento suelo-acuífero.

Posibles consecuencias del desarrollo de esta JPI en el sistema español de I+D+iLas principales consecuencias para los investigadores estarán ligadas al alineamiento de algu-nos de los objetivos de la inves-tigación nacional y regional con los objetivos específicos mar-cados por la agenda estratégi-

ca de la JPI. Este alineamien-to condicionará y promoverá la internacionalización de algu-nos grupos mediante la parti-cipación en convocatorias de proyectos de dimensión euro-pea dentro del marco de la JPI.

En el ámbito de la JPI se han co-menzado a discutir las priorida-des de investigación de los dis-tintos países, que han de confluir en prioridades de dimensiones europeas. Esta discusión lleva-rá a publicar la primera Agenda Estratégica de Investigación Eu-ropea sobre Agua a finales de 2012. La Agenda será un hito en la estructuración de la investiga-ción, ya que permitirá generar valor añadido por la armoniza-ción en las prioridades, evitando duplicidades y optimizando las inversiones.

Por otro lado, la Agenda se implementará mediante con-vocatorias conjuntas de pro-yectos de investigación, que tendrán una evaluación y gestión conjunta, aunque su financiación probablemente se realice desde cada país. Los proyectos serán pareci-dos a los del Programa Mar-co en cuanto a estructura-ción internacional, aunque contarán con otras caracte-rísticas que los harán simila-res en su ejecución a los pro-yectos del Plan Nacional de I+D+i. Además, está previsto favorecer la movilidad de in-vestigadores, facilitar el acce-

so a instalaciones singulares de investigación y crear redes de instalaciones experimenta-les, es decir contribuir a la con-secución de la ERA.

Debe destacarse, asimismo, la importancia del papel que po-drá desempeñar España y su contribución a la definición de esta Agencia Estratégica de In-vestigación sobre Agua en Eu-ropa, así como el reto de imple-mentar futuros programas de investigación en coordinación con las iniciativas de esta JPI.

Los próximos pasosEn la actualidad, la JPI del agua da pasos para la imple-mentación de su estructura de gobierno, que está compues-ta por los siguientes órganos:

Consejo de Gobierno. Presi-dido por España, reúne a los representantes de los dueños

de programa de los países so-cios y dicta la línea estratégica de la JPI.

Consejo Ejecutivo. Presidi-do por España, aglutina a los gestores de la JPI en los paí-ses socios e implementa la lí-nea dictada por el Consejo de Gobierno.

Comité científico. Forma-do por un grupo de investiga-dores europeos e internacio-nales de primer nivel, sirve de órgano asesor al Consejo de Gobierno, organiza los aspec-tos científicos de las convoca-torias y el seguimiento de los proyectos.

Comité de grupos de inte-rés. Integrado por un grupo de personas del sector públi-co y privado del agua en Eu-ropa y en el mundo, asesora al Consejo de Gobierno en asun-tos como la actualización con-tinua de la agenda estratégica de investigación.

Secretariado. En la actuali-dad, ocupado por el Ministe-rio de Ciencia e Innovación en Madrid y Bruselas.

Una vez que el Consejo de Competitividad de la Unión Europea apruebe esta inicia-tiva, se pondrán en marcha los mecanismos para generar las primeras convocatorias de proyectos, que podrían tener lugar durante 2013.

En la JPI se han comenzado a discutir las prioridades de investigación de los distintos países, que han de confluir con las europeas

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04Transportes

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04.1 TRANSPORTES |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||

Transporte y movilidad, claves para la sostenibilidadEl transporte tiene un peso muy considerable en el marco del desarrollo sostenible por las presiones ambientales, los efectos sociales y económicos asociados y las interrelaciones con otros sectores. El crecimiento continuo que lleva experimentando este sector a lo largo de los últimos años y su previsible aumento hacen que el reto de conseguir un transporte sostenible sea una prioridad estratégica a escala local, nacional, europea y mundial.

El transporte y la movilidad en el marco del desarrollo sostenibleLas sociedades modernas de-mandan una alta y variada mo-vilidad, lo que requiere un sis-tema de transporte complejo y adaptado a las necesidades sociales, que garantice los des-plazamientos de personas y mercancías de una forma eco-nómicamente eficiente y se-gura, pero todo ello sometido a una nueva racionalidad am-

biental y a la nueva lógica del paradigma de la sostenibilidad.

Desde esta perspectiva, un sistema eficiente y flexible de transporte que proporcione patrones de movilidad inteli-gentes y sostenibles es esen-cial para nuestra economía y nuestra calidad de vida. El sistema actual de transpor-te plantea desafíos crecien-tes y significativos para el me-dio ambiente, la salud humana

y la sostenibilidad, en tanto que los actuales esquemas de movilidad se han centrado en mucha mayor medida en el vehículo privado que ha condi-cionado tanto las formas de vi-da de los ciudadanos y de las ciudades, como la sostenibili-dad urbana y territorial.

El transporte tiene un peso muy considerable en el marco del desarrollo sostenible por las presiones ambientales, los

efectos sociales y económicos asociados y las interrelaciones con otros sectores. El creci-miento continuo que lleva ex-perimentando este sector a lo largo de los últimos años y su previsible aumento, aun consi-derando el cambio de tenden-cia por la situación actual de crisis generalizada, hacen que el reto del transporte sosteni-ble sea una prioridad estraté-gica a escala local, nacional, europea y mundial.

Luis M. Jiménez Herrero

Universidad Complutense de Madrid (UCM) y Observatorio de la Sostenibilidad en España (OSE)

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Movilidad urbana e interac-ciones territorialesSiendo múltiples los beneficios asociados a la movilidad, es cierto que la disponibilidad de medios de transporte asequi-bles y seguros debe obtenerse con un menor coste económi-co, social y ambiental. Un ob-jetivo claro es optimizar de for-ma inteligente y eficiente el uso de materiales, energía e infor-mación y minimizar los impac-tos ambientales del transporte urbano e interurbano para cu-brir las necesidades de movi-lidad de mercancías y perso-nas, tanto en el ámbito local como a nivel global. Mientras que en el ámbito urbano es un prerrequisito mejorar la movi-lidad de viajeros con modos sostenibles, seguros y de cali-dad para reducir la congestión en áreas urbanas y metropoli-tanas, en el ámbito interurba-no, es condición básica una correcta planificación de las redes de infraestructuras y del territorio, que integren trans-versalmente la dimensión am-biental, incluyendo los costes externos y sociales y sin olvi-dar la lacra de los accidentes.

Reducir los problemas de congestión y de estrés urbano redunda en menores costes para las empresas y los ciuda-danos, con ahorro de tiempo y mejora de la accesibilidad, mientras que disminuir la de-pendencia de los combusti-bles fósiles y bajar los niveles

de contaminación y emisio-nes de gases efecto inverna-dero (GEI) van en favor de la salud humana, de los ecosis-temas y del sistema climático. Todos ellos son claros bene-ficios de los nuevos sistemas de transporte más sosteni-bles, que apuestan por una movilidad racional.

La movilidad urbana está ad-quiriendo un protagonis-mo creciente. El mundo cada vez se hace más urbano y se desplaza más profusamente, tanto interior como exterior-mente (1.800 millones de tur-istas previstos para 2020). Actualmente más del 50%

de las personas viven en ciu-dades. En la UE el 80% de la población vive en zonas urba-nas, mientras que en España lo hace el 70%. La transición urbana hacia la sostenibilidad requiere una nueva cultura de las ciudades y del territorio y un nuevo enfoque ecosistémi-co, entendiendo los espacios en su totalidad, complejidad y dinámica interior-exterior.

En todo caso, las ciudades ne-cesitan modelos de movilidad inteligentes con sistemas de transporte sostenibles en favor de la economía eficiente, de la salud ambiental y del bienestar de sus habitantes. En las ciu-dades, aunque solo suponen el 1% del territorio, se concen-tran los problemas (consumen más del 75% de la energía y producen el 80% de las emi-siones de gases de efecto in-vernadero), pero también son grandes subsistemas econó-micos donde se concentra la producción y el consumo (el 85 % del PIB de la UE se gene-ra en sus ciudades), y donde se concentran las soluciones con nuevas capacidades de gobernanza. Si nuestras ciuda-des no son sostenibles tampo-co conseguiremos que lo sea el propio planeta, como ecosiste-ma global.

La sostenibilidad urbana re-quiere una movilidad racional y un transporte sostenible in-cidiendo en la dimensión am-

Luis M. Jiménez Herrero

Doctor y licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), ingeniero técnico aeronáutico de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), diplomado en Ingeniería del Petróleo (UCM y UPM) y diplomado en Evaluación de Proyectos (DSE de Berlín, Alemania).

Cuenta con una dilatada experiencia profesional en los campos de consulto-ría e ingeniería de proyectos, gestión ambiental y desarrollo sostenible. En ma-teria de medio ambiente y desarrollo sostenible ha desempeñado diversas fun-ciones en la Administración y en el sector privado. Ha sido asesor ejecutivo de Medio Ambiente del Ministerio de Obras Públicas, Transportes y Medio Ambien-te (MOPTMA). Ha ocupado el cargo de director de la Unidad de Medio Ambien-te de Argentaria. Ha colaborado con Price Waterhouse Coopers como director de la División de Consultoría Medioambiental y de Sostenibilidad y ha ejercido, asimismo, funciones de consultoría profesional como director de la firma Aseso-res de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible, realizando varios proyectos so-bre estrategias de desarrollo sostenible regional y local (Agendas 21 Locales), y turismo sostenible.

Actualmente es director ejecutivo del Observatorio de la Sostenibilidad en Es-paña, organismo autónomo cuya misión es analizar los procesos de desarro-llo sostenible y estimular el cambio social hacia la sostenibilidad, y profesor de Economía del Medio Ambiente y Desarrollo y de Desarrollo Sostenible y Econo-mía Ecológica en la Facultad de Ciencias Económicas y en el Instituto Universi-tario de Ciencias Ambientales (IUCA) de la Universidad Complutense de Madrid.

El transporte por carretera representa el 79,5% del consumo de energía

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04.1 TRANSPORTES |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||

Combustión en la producción y transformación de energía

23,9%

Combustión no industrial 7,7%

Combustión industrial 15,2%

Procesos industriales sin combustión 5,7%

Extracción y distribución de combustibles fósiles

0,3%

Uso de disolventes y otros productos

2,4%

Transporte por carretera 23,4%

Otros modos de transporte 6,2%

Tratamiento y eliminación de residuos

4,7%

Agricultura 10,4%

/// Emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) por sectores. Año 2009 /////////////////////////////

Fuente: Observatorio de la Sostenibilidad en España (OSE), a partir de datos de Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino (MARM), 2010.

biental (emisiones de GEI, contaminación atmosférica, ruido, impactos sobre ecosis-temas exteriores), en la dimen-sión económica (eficiencia y competitividad, afectadas por la congestión) y en la dimen-sión social (atendiendo a con-diciones de salud, cohesión e integración, evolución demo-gráfica, accesibilidad y habita-bilidad).

Es necesario contar con estra-tegias, planes de acción y nor-mativas, exigentes y coheren-

tes con la responsabilidad de la movilidad y el transporte en escenarios de futuro sosteni-bles, como ya se viene plan-teando en la UE y en España a través de diferentes actuacio-nes. En el caso de España, las acciones para una movilidad sostenible se enmarcan en la Estrategia de Movilidad Urba-na bajo la triple dimensión bá-sica de la sostenibilidad (am-biental, económica y social) y la Estrategia Española de Sostenibilidad Urbana y Lo-cal (EESUL), que contempla

la movilidad urbana como un objetivo estratégico. La Estra-tegia de Movilidad Urbana de-finida con criterios de sosteni-bilidad ambiental, económica y social ha definido objetivos en cinco áreas: 1) territorio, planificación del transporte y sus infraestructuras, 2) lucha contra el cambio climático y reducción de la dependencia energética, 3) mejora de ca-lidad del aire y reducción del ruido, 4) mejora de la seguri-dad y salud y 5) gestión de la demanda. La movilidad tam-

bién es un objetivo prioritario de la Estrategia Española de Sostenibilidad Urbana y Local (EESUL), que adicionalmente incorpora objetivos generales de urbanismo, gestión urbana, edificación y relaciones mundo rural-urbano.

La construcción de un mode-lo de movilidad sostenible exi-ge procesos planificadores y participativos que pivoten so-bre un sector de transporte moderno y flexible, pero tam-bién es necesario adoptar un enfoque integrador con otros sectores, como el energéti-co, y considerar las diferentes pautas urbanas e interurba-nas, las dinámicas sociode-mográficas y los procesos ur-banísticos y territoriales que tienen efectos sobre la movi-lidad, planteando así solucio-nes integrales y coherentes, aun asumiendo la compleji-dad que todo ello supone. La integración de la movilidad y el transporte en la planifica-ción territorial y urbanística con mayores dosis de coor-dinación y cooperación admi-nistrativa es fundamental para minimizar los costes exter-nos y los impactos de las in-fraestructuras lineales sobre los ecosistemas, la biodiversi-dad, el paisaje y la fragmenta-ción del territorio.

El complejo entramado del fe-nómeno denominado las “Tres Tes”, “transporte-turismo-te-

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rritorio”, supone un reto pa-ra un desarrollo equilibrado y sostenible, que tiene una es-pecial incidencia en Espa-ña. Los efectos combinados de los tres factores alientan nuevos riesgos de insoste-nibilidad del modelo econó-mico y territorial. Cabe men-cionar que, durante la etapa expansiva anterior a la situa-ción recesiva actual, a medi-da que se intensificaba la acti-vidad económica se producía un incremento de la deman-da de transporte, en particu-lar por carretera y vía aérea. Y, aunque la eficiencia de los vehículos aumentaba y me-joraban los combustibles, no se han conseguido reduccio-nes considerables en la cali-dad del aire, en tanto que las mejoras obtenidas han que-dado más que anuladas por el aumento del transporte de pasajeros y mercancías. Ade-más, en la etapa de alto cre-cimiento, desde mediados de los noventa del siglo pasado hasta la llegada de la crisis en 2007, el transporte ha tenido un impacto ligado a la desen-frenada ocupación del suelo y a las modalidades de urba-nización dispersa, que alien-tan mayores costes de movili-dad, mientras que la intensiva construcción de infraestructu-ras ha venido provocando un impacto directo consistente en fragmentación del territo-rio y alteraciones de hábitats y paisajes, así como en la es-

tructura y función de los eco-sistemas.

Ecoeficiencia y tecnología para un transporte más in-teligente y sostenible La relación entre transporte y medio ambiente desde la pers-pectiva de la eficiencia se ha convertido en uno de los cen-tros neurálgicos de la sosteni-bilidad, dado que una condi-ción operativa de los procesos sostenibles es lograr la diso-ciación absoluta, y no solo re-lativa, entre los procesos so-cioeconómicos y las presiones ambientales y las dinámicas in-sostenibles. Se trata de produ-cir, consumir y mover perso-nas y mercancías mejor, con menos recursos y menor im-pacto ambiental. La disocia-ción de las fuerzas económi-cas respecto a las presiones ambientales no solo exige la “desmaterialización”, sino también la “desenergización” y “descarbonización” de los sis-temas de producción, consu-mo y transporte. Es por ello por lo que la disminución progresi-va de la intensidad energética y de carbono en los sistemas de producción de consumo y transporte se reconoce, gene-ralmente, como un factor clave en la transición económica por vías sostenibles.

Aumentar los factores de pro-ductividad con mayor raciona-lidad económica y ecológica es importante pero no es defi-

nitivo. Es imprescindible evitar el efecto “volumen” y el efec-to “rebote”, que pueden anu-lar parcialmente las ganancias netas de eficiencia y produc-tividad en el uso del medio ambiente. Por ejemplo, la re-ducción de las ganancias ne-tas de una mayor eficiencia de los vehículos, por el aumento del parque automovilístico, y el mayor uso, por la concien-cia de consumir menos. Las nuevas tecnologías de la infor-mación y comunicación (TIC) pueden contribuir decisiva-mente, por ejemplo, reducien-do la necesidad de transporte (modificando la utilización del suelo o fomentando el teletra-bajo y las videoconferencias), al tiempo que con sus efec-tos catalizadores pueden me-jorar la planificación y los sis-temas operativos para utilizar mejor las infraestructuras y los vehículos.

Los llamados Sistemas de Transporte Inteligentes (STI) se están convirtiendo en un eje de referencia para favo-recer una movilidad urbana más sostenible y racional. Es-te planteamiento se promue-ve decididamente desde la UE y abarca multitud de cuestio-nes, como venta y pago elec-trónico de billetes, la gestión del tráfico, la información so-bre los viajes, la regulación del acceso y la gestión de la de-manda o las tarjetas inteligen-tes en el transporte urbano, en

Siendo múltiples los beneficios asociados a la movilidad, es cierto que la disponibilidad de medios de transporte asequibles y seguros deben obtenerse con un menor coste económico, social y ambiental

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04.1 TRANSPORTES |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||

aeropuertos, estaciones de fe-rrocarril o autobuses. Con las nuevas tecnologías los ciuda-danos obtendrán nuevos ser-vicios y permitirán la gestión mejorada en tiempo real del tráfico y del uso de la capaci-dad, así como la trazabilidad y el seguimiento de los flujos de transporte con fines ambienta-les y de seguridad.

La sostenibilidad del trans-porte en España. Indicado-res básicosEl sector transporte tiene un papel protagonista en la sos-tenibilidad del modelo de de-sarrollo español para satisfa-

ca como para la mitigación del cambio climático. El sector del transporte es el que más con-tribuye al consumo de energía final (40% del consumo total), lo que supone una importan-te aportación al calentamiento global. Las emisiones de GEI del transporte por carretera as-cendieron en 2009 a un 22,8% del total del inventario, y des-de 1990 hasta ahora han cre-cido un 71%. Su reducción en los últimos años se debe sobre todo a la crisis económica, al aumento de los precios de los combustibles y a la reducción de desplazamientos laborales y de mercancías.

El elevado peso del sector transporte en el consumo energético total nacional se encuentra ligado al aumento de movilidad, así como a los niveles de motorización. Es-tos factores explican en gran medida la evolución de la in-tensidad energética de es-te sector, expresada como el consumo energético del sec-tor transporte respecto al Pro-ducto Interior Bruto, siendo un indicador básico de eco-eficiencia y desacoplamiento. En el periodo 1990-2009, el valor de la intensidad energé-tica del transporte ha mante-nido una tendencia al alza en

/// Evolución de la intensidad energética del transporte en España y en la UE (ktep/miles de euros constantes de 2000) //////////////////

Fuente: Observatorio de la Sostenibilidad en España (OSE), a partir del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), 2010.

0,0650

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1990 1991 1992 1993 1994 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2004 2005 2006 2007 2008 200920031995

0,0300

0,0250

0,0200

UE-15

Grecia

UE-27

Italia

Francia

Portugal

Alemania

España

cer plenamente las exigencias ambientales, económicas y sociales que supone una mo-derna movilidad espacial.

La estructura de abasteci-miento energético del sector transporte está basada ma-yoritariamente en la importa-ción de combustibles fósiles, lo que, además de las emisiones generadas, implica una eleva-da dependencia energética. El peso del sector transporte en el consumo de energía, así co-mo en las emisiones de gases de efecto invernadero, es uno de los mayores desafíos, tanto para la sostenibilidad energéti-

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los siete primeros años, con un crecimiento energético, en general, de tasas superiores al PIB. Desde el año 2004, se ha observado que la intensi-dad energética del transpor-te en España ha iniciado una tendencia descendente, aun-que aún estamos por enci-ma de la media europea en un 40-50%.

El transporte por carretera, predominante en cuanto al consumo energético, repre-senta el 79,5% del consumo de energía. En segundo lugar, se sitúa el transporte marítimo (14%). Los modos de trans-porte con un menor porcenta-je de representación son el aé-reo (4%) y el ferrocarril (2,8%), según datos de 2008. En la Unión Europea, la participa-ción del transporte por carre-tera en el total del consumo de energía del sector supe-ró el 80% en Alemania, Fran-cia e Italia.

Un sistema eficiente y flexible de transporte es esencial pa-ra nuestra economía y nuestra calidad de vida. Según estu-dios realizados por INFRAS-IWW, se estima que los costes externos del transporte pue-den alcanzar en torno al 7% del PIB en España, valor lige-ramente por debajo de la me-dia europea (8-9% del PIB co-munitario, según estimaciones de la Agencia Europea de Me-dio Ambiente, AEMA). En el

ámbito interurbano, una co-rrecta planificación de las re-des de infraestructuras, que incorpore criterios ambienta-les, es una primera condición necesaria para minimizar los impactos negativos de las ac-tividades de transporte.

La contaminación atmosféri-ca, que en gran parte se de-be al tráfico rodado en las ciu-dades, influye negativamente en el ambiente y en la calidad de vida de los ciudadanos y es una amenaza aguda, acumu-lativa y crónica para la salud humana y el medio ambien-te. En el seno de la Unión, se calcula que la exposición a las partículas se traduce en una disminución aproximada entre nueve meses y dos años de la esperanza de vida de los ciu-dadanos comunitarios.

En España, según el Programa Aire Puro para Europa (CAFE) de la Unión Europea, la conta-minación atmosférica gene-ra unos costes anuales que representan entre un 1,7% y un 4,7% del PIB español, lo que supone entre 413 y 1.125 euros por habitante y año. Al igual que en el resto de Euro-pa, los mayores costes están relacionados con la mortalidad crónica asociada a la contami-nación por partículas.

En cuanto al número de ac-cidentes y víctimas mortales en carretera y zonas urbanas,

es un problema de primer or-den, que constituye la princi-pal causa de muerte en per-sonas de menos de 30 años. La tendencia descendente de años anteriores se mantiene. En 2009, el número de vícti-mas mortales en accidentes de carretera experimentó un descenso del 13% respecto al año anterior, al igual que la re-ducción en el número de ac-cidentes también fue significa-tiva (12,3%). No obstante, la tasa de accidentes mortales en España es superior a la me-dia europea.

El modelo de transporte espa-ñol sigue mostrando síntomas de insostenibilidad tanto para mercancías como para viaje-ros, con una gran dependen-cia del vehículo privado y una fuerte ineficiencia energética. En 2009, la carretera continuó siendo el modo de transpor-te para viajeros más utilizado (90%), frente a otros modos más sostenibles como el fe-rrocarril (5%).

Para atajar el problema de in-sostenibilidad del sector del transporte en España es nece-sario abordar políticas de mo-vilidad integradas con las po-líticas ambientales, urbanas y de ordenación del territorio, sin olvidar la participación ciu-dadana, la información trans-parente y la educación social en favor de la sostenibilidad in-tegral.

El complejo entramado del fenómeno denominado las “Tres Tes”, “transporte-turismo-territorio”, supone un reto para un desarrollo equilibrado y sostenible

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04.2 TRANSPORTES |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||

La crisis económica ha mo-tivado una importante re-ducción de la inversión de las Administraciones en obra pública y particular-mente en la relativa al trans-porte. ¿Cómo va a afectar esa reducción a la econo-mía española?Así es. Por ejemplo, la inver-sión del Ministerio de Fomento se ha reducido de 19.000 M€ en el año 2009 a cerca de 14.000 M€ en el presupues-to de 2011. Con ello ha aflora-do con toda su crudeza la “bur-buja de la obra civil”. El sector de la construcción de obra ci-vil se había dimensionado pa-ra aquellos volúmenes de in-versión y ahora lo que ocurre es que no hay trabajo. Las cons-tructoras sabían que esto iba a pasar y por eso llevan años in-

ternacionalizándose, especial-mente las grandes. España, a pesar de la crisis y de sus pro-pios desajustes, constituye una economía desarrollada y dispo-ne de un sistema de transpor-te igualmente maduro, conse-cuencia del esfuerzo inversor realizado desde la década de los 80. Podemos decir con or-gullo que somos la envidia de toda Europa por nuestro AVE, nuestras autopistas, nuestros aeropuertos, etc. Pero mante-ner ese nivel de inversión no só-lo es insostenible sino perjudi-cial para la economía. Mientras España ha estado invirtiendo en estos últimos años un 1,6-1,7% del PIB, países como Ale-mania o Reino Unido, que son un referente para nosotros, se sitúan en el 0,5-0,7%. Un ex-ceso de infraestructura no ge-

Antonio MonfortIngeniero de Caminos, Canales y Puertos

| ENTREVISTA |

“El derecho a la movilidad no puede confundirse con el derecho a la movilidad en vehículo privado”

Antonio Monfort dibuja en esta entrevista la situación del sector del transporte en España, al que califica de maduro, como consecuencia del esfuerzo inversor realizado desde la década de los 80

nera ya más potencial de desa-rrollo y por el contrario requiere unos gastos de conservación y explotación crecientes. Piénse-se que en este momento Espa-ña presenta las mayores ratios de dotación de autovías y de al-ta velocidad tanto por habitan-te como por km2 de toda Euro-pa, y según el Plan Estratégico de Infraestructuras y Transpor-te (PEIT) tenemos previsto do-tarnos de una red de más de 10.000 km de alta velocidad frente a los 2.000 km de Fran-cia y los 1.300 de Alemania. La racionalidad, que los expertos veníamos demandando sin nin-gún éxito, nos está viniendo im-puesta por la crisis económica.

Sin embargo se ha puesto el acento en la necesidad de que las CPP (colaboracio-

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nes público privadas) pa-líen esta situación y permi-tan mantener el volumen de inversión de estos últimos años. ¿Es eso posible?Las CPP no deben utilizarse para acometer actuaciones que no sean necesarias. No deben ser un mero instrumen-to financiero para aportar más capacidad inversora sino una posible solución para llevar a cabo actuaciones necesa-rias que cumplan determina-dos requisitos. Conviene dis-tinguir en primer lugar aquellas fórmulas que son financiación presupuestaria diferida (peajes sombra, pago por disponibili-

dad, etc.), de aquellas en las que, en efecto, hay financia-ción extrapresupuestaria. En este último caso el requisito es que sean suficientemente atractivas para la iniciativa pri-vada, aun cuando precisen de alguna colaboración econó-mica del sector público. Tiene que haber, por lo tanto, un flujo de ingresos aportado por los usuarios (peajes o cualquier otro tipo de ingreso). Cuando ese flujo es insuficiente, el sec-tor público aporta una ayuda a fondo perdido para hacer ren-table la operación. Pero, claro, este equilibrio tiene que ser ra-zonable.

La experiencia acumulada en este terreno no es la más ha-lagüeña. Si nos remontamos a los años setenta, recordare-mos que se concedieron va-rias autopistas de peaje (Na-varra, Galicia y Asturias) que no fueron viables. Los conce-sionarios, que eran construc-tores, realizaron las obras con beneficios y luego quebraron. Hubo que constituir la ENA (Empresa Nacional de Auto-pistas), rescatar las conce-siones, sanearlas y volverlas a privatizar a finales del siglo pa-sado. En esos mismos años se concursaron una serie de nuevas concesiones: radiales de Madrid, Cartagena-Alme-ría, Madrid-Toledo… y todos sabemos lo que está pasan-do ahora. ¿Tendremos que reinventar la ENA para volver a rescatar concesiones?

En resumen, las CPP requie-ren una planificación previa para establecer las necesida-des de actuación y un análi-sis caso a caso para verificar su viabilidad económico-fi-nanciera.

Se habla mucho de la inver-sión en creación de nuevas infraestructuras, ¿pero qué va a ocurrir con la conserva-ción de las existentes?Esta es una cuestión relevan-te, puesto que seguridad y conservación están en rela-ción directa. Hasta ahora he-mos hecho política de nue-

Antonio Monfort.

Seguridad y conservación están en relación directa. Hasta ahora hemos hecho política de nuevos ricos. Mucha inversión y poca conservación

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04.2 TRANSPORTES |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||

vos ricos. Mucha inversión y poca conservación. Una eco-nomía madura debe conser-var cuidadosamente su patri-monio como vemos hacer a la vieja Europa. No hay más que mirar el pavimento de las ca-lles de Madrid para saber que al haber destinado los recur-sos de toda una generación a una obra tan inútil como es la operación de la M-30 (¿no es curioso que se empeñen en llamar “calle” a una autovía ur-bana?) la conservación se ha quedado sin presupuesto. La ciudad está llena de baches y agujeros, formando verdade-ras y peligrosas trampas, es-pecialmente para motos y bi-cicletas.

Entre el año 2004 y 2009 la Di-rección de Carreteras del Mi-nisterio de Fomento duplicó su presupuesto de conservación pasando de 625 a 1.250 M€ y alcanzando el 2% del valor pa-trimonial de la red, que es la recomendación genérica de referencia. Con motivo de la cri-sis, esa cifra se ha reducido a 1.000 M€ en 2011. Pero lo peor es que debido a los costes cre-cientes del programa de mo-dernización de las autovías de primera generación (de 200 a 300.000 € anuales), que es un programa de creación de nue-va infraestructura, la asignación real a las tareas propias de con-servación volverá a situarse en los umbrales del 2004, lo que es claramente insuficiente.

sistente, aunque coyuntu-ral, anticiclón del mes de fe-brero pasado ha evidenciado en Madrid y Barcelona el gra-ve problema de la contamina-ción, debida principalmente al transporte. Los expertos con-vienen que el sistema actual es insostenible. Se ha hecho mu-cho, sin duda, pero es insufi-ciente y no olvidemos que par-te de la mejoría que podemos observar actualmente se debe a la menor actividad económi-ca y, en consecuencia, debe considerarse pasajera.

Un problema de esta enverga-dura no tiene una única solu-ción. Hay que combinar medi-das de diferente tipo y, eso sí, aplicarlas con rigor.

Lo primero es disminuir la mo-vilidad, mejorando la accesibi-lidad, mediante una adecuada planificación de servicios y equi-pamientos sociales y comercia-

les, así como mediante nuevas formas de trabajo (teletrabajo, etc.) y la potenciación de la vi-vienda en alquiler, para facilitar la mayor proximidad de la residen-cia y el centro de trabajo.

Las mejoras tecnológicas son una fuente de mejora conti-nua, aunque limitada. El desa-rrollo de los vehículos eléctri-cos en sus múltiples variantes y el de los ITS (Intelligent Trans-port Systems) permitirán una mayor eficiencia en consumo energético y en contaminación atmosférica y afectarán positi-vamente a la seguridad (con-ducción automática, gestión del tráfico, etc.).

El tercer campo es el del re-parto modal. Hay modos más eficientes que otros. Esto es una obviedad y en conse-cuencia hay que favorecer los que sean más eficientes. Pe-ro es una verdad relativa. Un modo es más eficiente que otro en función de su grado de ocupación: si en un tren va una sola persona, es obvio que el transporte no será efi-ciente. Por lo tanto, favorecer activamente los transportes más eficientes (transporte co-lectivo, bicicletas y peatonal), restringir el uso del vehículo privado en las áreas conges-tionadas y mejorar su grado de ocupación (en áreas urba-nas es de 1,1-1,2 ocupantes por vehículo) deben ser objeti-vos prioritarios.

Antonio Monfort

Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos (1973). En 1975 se incorpora a INECO, Ingeniería y Economía del Transporte, S.A., para desarrollar su especialidad en planificación de transporte. Desde 1980 hasta 1996 su carrera pasa por diferen-tes cargos dentro de INECO y la Administración del Estado. Entre 1985 y 1988 es asesor ejecutivo del ministro de Transportes, Turismo y Comunicaciones. Tras regresar a INECO como director de Consultoría, entre 1988 y 1991, se incorpo-ra como director general de Planificación en el Ministerio de Obras Públicas y Transportes desde 1991 hasta 1996. En este año vuelve a INECO como direc-tor de Estrategia, Internacional y Desarrollo, cargo que desempeña hasta 2004, en el que es nombrado secretario general de Infraestructuras del Ministerio de Fomento. En 2005 regresa a INECO como director general. Desde 2010 es di-rector del Aula Carlos Roa de INECO, espacio de opinión y debate sobre el sec-tor del transporte.

Nuestro sistema de trans-porte tiene dos grandes in-convenientes. En primer lugar que es un gran devo-rador de energía. En Espa-ña el sector del transporte es responsable de más del 40% del consumo de ener-gía primaria, situándose por encima del consumo indus-trial y del doméstico. El se-gundo gran inconveniente es la contaminación, así co-mo el gasto social que oca-siona. ¿Cómo se pueden solventar estos problemas?El transporte es un elemen-to esencial de desarrollo y de la política del bienestar pero genera graves inconvenien-tes. No sólo es un gran con-sumidor de energía, sino que consume en gran medida de-rivados del petróleo, lo que se corresponde con la gran im-portancia del transporte por carretera frente a los otros modos de transporte. El per-

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Parece que el transporte se mueve en una contradicción permanente entre una so-ciedad que solicita mayor movilidad y una opinión pú-blica que soporta cada vez menos el deterioro del me-dio ambiente. ¿Sería posi-ble encontrar formas de co-laboración institucional para lograr un transporte soste-nible que dé respuesta a las cada vez mayores exigen-cias de movilidad que de-manda la sociedad?El ciudadano tiene exigencias contradictorias y tiene razón. Quiere accesibilidad (aunque a menudo lo confunda con movilidad) y quiere calidad ambiental, que por cierto ca-da vez es más importante pa-ra la localización de activida-des. La solución corresponde a los técnicos, para conseguir mayores eficiencias, y a los políticos, para conciliar esos intereses contrapuestos que además se perciben de ma-nera heterogénea por la po-blación. Los políticos tienen la obligación de ser didácti-cos y huir del maniqueísmo con el que, a menudo, sim-plifican todos estos plantea-mientos. Creo que hoy la po-lítica de transportes debe supeditarse a la política de sostenibilidad que es una po-lítica de rango superior. Esto debiera tener respuesta orga-nizativa en las Administracio-nes en un futuro próximo e in-mediato.

El norteamericano Jeremy Rifkin describe muy bien en El sueño europeo que la política hoy es un “proceso”, en el que deben integrarse todos los in-tereses de la sociedad, inclui-dos naturalmente los de la sociedad civil, y en cuyo prin-cipio no se sabe necesaria-mente el resultado final. Esto requiere ideas claras y capaci-dad de liderazgo. San Sebas-tián puede ser un ejemplo de cómo hacer las cosas: su al-calde, Odón Elorza, lleva mu-

mejorar la movilidad soste-nible en las grandes urbes?Así es. Podemos asegurar que es en las áreas metropolitanas donde se producen los mayo-res problemas. Es ahí donde las autoridades públicas tie-nen la obligación de interve-nir y limitar la libertad de mo-vimientos cuando sea preciso. El derecho a la movilidad no puede confundirse con el de-recho a la movilidad en vehí-culo privado. No hay más re-ceta que restringir su acceso, dando en paralelo servicio de transporte público y poten-ciando el movimiento de bici-cletas y peatones, como una alternativa real. Hay diversas formas de hacerlo: restriccio-nes de paso, de aparcamiento en destino, establecimiento de peajes urbanos, sistema “rodi-cio” (circulan un día matrículas pares y otro impares), etc. Lo importante es la voluntad de hacerlo y para ello los políticos deben perder el miedo a tomar medidas “impopulares”. El ciu-dadano entiende perfecta-mente las cosas cuando se le explican (y podemos recordar que el alcalde de Londres sa-lió elegido llevando en su pro-grama el establecimiento de un peaje urbano para acceder a la city). No podemos seguir mejorando el transporte pú-blico y, simultáneamente, au-mentando la atracción de ve-hículos privados mediante la construcción de nuevos apar-camientos subterráneos (la re-

chos años practicando esta forma de hacer política y, por cierto, debe de ser uno de los alcaldes más veteranos, si no el que más. Quizá no sea por casualidad.

Dado que es en las ciuda-des en donde se manifies-ta con toda la contundencia la insostenibilidad e insalu-bridad del sistema de trans-porte basado en la utiliza-ción intensiva del vehículo privado, ¿cómo se puede

INGENIERÍA Y ECONOMÍA DEL TRANSPORTE, S.A.

INECO, Ingeniería y Economía del Transporte, S.A., es una empresa española, creada en 1968, como conse-cuencia de la necesidad de contar con apoyo tecnológ-ico independiente en el desarrollo de los programas de inversión en el campo del transporte. Dependiente del Ministerio de Fomento, en su accionariado están repre-sentados los principales gestores de infraestructuras de transporte en España: Aena, Adif y Renfe.

Está especializada en la realización de todo tipo de estu-dios y proyectos vinculados con el sector del transporte y las telecomunicaciones.

En sus más de 40 años de historia, INECO ha ido adaptando su equipos y medios a los requerimientos y exigencias del mercado hasta configurar una oferta glo-bal de servicios que abarca todos los modos de trans-porte y cubre desde los estudios de viabilidad de una determinada actuación hasta la gestión integrada del proyecto, esto es, desde la infraestructura hasta un serv-icio o negocio asociado al transporte.

Fuente:INECO

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ciente operación de Serrano en Madrid es un paradigma de lo que no debe hacerse, al ofrecer más plazas de aparca-miento y disponer, por ejem-plo, de un carril-bici escapara-te, pero intransitable).

¿Cree que el desarrollo del ferrocarril de mercancías y de viajeros es la pana-cea a los problemas medio-ambientales derivados del transporte? Desgraciadamente, no. Ello no quiere decir que no valga la pena hacer todo el esfuer-zo posible en trasladar tráficos al ferrocarril, especialmente en determinados corredores y productos, pero esa polí-tica tiene límites. El Ministe-rio de Fomento parece haber comprendido la importancia del transporte de mercancías y ha lanzado un plan estraté-gico en el que además, acer-tadamente, se pone el acento en la gestión y no en las inver-siones. La participación actual del ferrocarril en el transporte terrestre de mercancías es in-ferior al 4%. Si imaginamos un incremento del tráfico ferrovia-rio del 50%, que en mi opinión es un objetivo voluntarista, la carretera apenas habría ba-jado un 2%, lo que no modi-fica sustancialmente la situa-ción. Hay tráficos cautivos de la carretera, como los de dis-tribución y de corta distancia y, además, debemos recordar que estamos en un mercado li-

rán en los próximos años pa-ra alcanzar los objetivos pre-vistos en dicha Estrategia. La Estrategia se enmarca dentro de documentos políticos de más alto rango, como son el Plan Integral de Automoción y la Estrategia Española de Efi-ciencia Energética (E4).

Existen otras iniciativas apo-yadas por los poderes públi-cos, como la iniciativa Green Cars, o el desarrollo de vehí-culos más inteligentes, como por ejemplo, en el proyecto MARTA (Movilidad y Automo-ción con Redes de Transporte Avanzadas).

Fomentar los trayectos ur-banos a pie o en bicicleta, el uso del transporte público y la conducción sostenible. ¿Cómo concienciar a los ciudadanos de que el obje-tivo es que seamos más efi-cientes, tanto desde el pun-to de vista medioambiental como económico?He dicho anteriormente que los políticos tienen la obliga-ción de ser didácticos y con-fiar en la enorme capacidad de los ciudadanos para entender los problemas. Para ello de-ben ser más transparentes, apoyarse en el discurso de los técnicos, que hoy en día tie-nen más credibilidad, y lanzar campañas de sensibilización serias y alejadas del oportunis-mo político. Por supuesto que la educación básica es funda-

mental y todo lo que se haga en este terreno será bienve-nido. Dicho todo esto, la con-cienciación no basta: en el re-ciente episodio del anticiclón persistente en Madrid ha sido un poco patético ver la cam-paña municipal para disua-dir del uso del vehículo priva-do; desgraciadamente no tuvo ningún efecto.

¿Cuál es la estrategia espa-ñola en un futuro sobre el transporte sostenible?La estrategia española es-tá definida en el PEIT, el Plan Estratégico de Infraestructu-ras y Transporte, que aprobó el Gobierno en el año 2005. El Plan es un magnífico docu-mento en el que las dos pala-bras más repetidas son soste-nibilidad e intermodalidad y en el que los planes de movilidad sostenible se convierten en el instrumento principal para al-canzar un transporte sosteni-ble en las grandes ciudades y áreas metropolitanas. Se fijan igualmente los mecanismos necesarios para la concerta-ción, habida cuenta del com-plejo reparto de competencias entre las distintas administra-ciones. La letra del Plan es muy buena. Sin embargo, el debate político, y sobre todo el debate territorial, se centra en la inversión y en su reparto, cuando lo que necesitamos principalmente son políticas de gestión. Mientras tanto, los problemas subsisten.

Creo que hoy la política de transportes debe supeditarse a la política de sostenibilidad que es una política de rango superior

beralizado y que el sector de la carretera es eficaz y agresivo.

¿Qué políticas se están lle-vando en España para apo-yar al sector industrial en el desarrollo de nuevas tecno-logías relacionadas con el vehículo? El Gobierno español ha pre-sentado en abril de 2010 la Estrategia Integral para el Im-pulso del Vehículo Eléctrico en España. La Estrategia, con-sensuada con todos los ac-tores relevantes en el sector, tiene como horizonte 2014 y está acompañada por un Plan de Acción con un conjunto de medidas que se implementa-

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05Prevención y riesgos

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Un mundo de riesgoEl mundo globalizado es un mundo de riesgo. En las últimas tres décadas asistimos, en el conjunto del planeta, a un incremento de los episodios extremos de la naturaleza que ocasionan víctimas humanas y pérdidas económicas. Inundaciones, huracanes y terremotos son los peligros naturales que más daños ocasionan.

Los conceptosEn el año 2010, los desas-tres naturales han ocasiona-do 296.800 víctimas, afec-tando, de un modo u otro, a 208 millones de personas en diferentes regiones del mun-do. Son datos del reciente in-forme elaborado por el Centro de Investigación sobre la Epi-demiología de las Catástro-fes (CRED) y la Organización de Naciones Unidas (ONU) en el marco de la Estrategia In-ternacional de Prevención de Catástrofes.

Cuando se presentan estas cifras de muertes causadas por peligros de la naturaleza nos quedamos, muchas ve-ces, indiferentes ante la frial-dad de los datos, sin caer en la cuenta de que un episodio extremo (terremoto, ciclón tro-pical, inundación) puede oca-sionar en pocas horas la des-aparición de un grupo humano cuyo número que equivaldría a la población residente en una ciudad media española (Vi-go, Gijón, Hospitalet de Llo-bregat).

En las últimas tres décadas asistimos, en el conjunto del planeta, a un aumento de los eventos extremos de la natu-raleza que ocasionan pérdi-das económicas cuantiosas y elevadas víctimas humanas. Inundaciones, huracanes y te-rremotos son los peligros de la naturaleza que más daños ocasionan. Y las previsiones de futuro, en el contexto del ca-lentamiento térmico del plane-ta, indican la posibilidad cierta de un incremento en la frecuen-cia de desarrollo de fenómenos

Jorge Olcina

Universidad de Alicante

En 2010, los desastres naturales han ocasionado 296.800 víctimas, afectando, de un modo u otro, a 208 millones de personas en diferentes regiones del mundo

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atmosféricos extremos. No hay espacio geográfico en la su-perficie terrestre que esté libre del posible efecto de un epi-sodio catastrófico. Las socie-dades contemporáneas son, como nos señala Ulrich Beck, sociedades de riesgo y ello es porque habitan territorios de

forma las pautas de compor-tamiento a un ritmo acelerado y sus efectos suponen, tam-bién, cambios profundos en el territorio. El medio natural ha cobrado una nueva dimen-sión como espacio de riesgo, en virtud de la puesta en mar-cha de actividades que no han

Fuente: EM-DAT International Disaster Database.

/// Víctimas por desastres naturales en 2009 //////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////

1-10

11-100

101-1.000

>1.000

Sin datos sobre víctimas

riesgo y llevan a cabo compor-tamientos y actitudes “arries-gadas” en sus relaciones con el medio.

El mundo globalizado ha cono-cido, en poco tiempo, cambios socioeconómicos muy inten-sos. La sociedad actual trans-

tenido en cuenta los rasgos propios de un funcionamien-to a veces extremo. Así se ges-ta un mundo de riesgo, don-de una población creciente –en algunas regiones a un rit-mo acelerado– desarrolla sus actividades en territorios poco favorables para la implantación

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de asentamientos o infraes-tructuras, generando escena-rios de vulnerabilidad elevada. Anthony Giddens encuentra el origen del concepto riesgo en la edad Moderna, en el em-pleo que de esta palabra rea-lizaron los exploradores occi-dentales en sus viajes por el mundo. La expresión habría llegado al inglés a través del es-pañol o del portugués, donde se usaba para referirse a nave-gar en aguas desconocidas. De manera que, como señala el sociólogo inglés, el concep-to estuvo, en sus orígenes, vin-culado al espacio geográfico. La preocupación por encon-trar las causas que originaban catástrofes naturales, o lo que podríamos denominar el estu-dio científico del riesgo natural comenzó en la Geografía en la segunda mitad del siglo XX y es en esta disciplina donde más se ha desarrollado. Porque el riesgo aúna los tres compo-nentes esenciales del funciona-miento de las sociedades so-bre la Tierra: el ser humano, la naturaleza y el espacio geográ-fico donde se producen las re-laciones entre ambos.

De este modo podemos enten-der el riesgo natural como plas-mación en el territorio de actua-ciones humanas imprudentes, esto es, que no han tenido en cuenta el funcionamiento diná-mico de la naturaleza que, en ocasiones, resulta extremo, in-controlable por el ser humano.

Y ante esta realidad de la diná-mica natural solo caben com-portamientos prudentes, racio-nales y sensatos.

El estudio de los riesgos na-turales se ha convertido en un tema de moda, en un te-ma estrella, de amplia reper-cusión social y enorme apro-vechamiento para la difusión de noticias en los medios de comunicación. De ahí la di-versidad de enfoques que han enriquecido el análisis del riesgo. Un aspecto ha cala-do, afortunadamente, en los estudios de riesgo natural: se reconoce el papel fundamen-tal del ser humano como “ha-cedor” de riesgos debido a la puesta en marcha de actua-ciones poco acordes con los rasgos del medio físico donde tienen lugar. Como se ha se-ñalado, la balanza del riesgo se ha inclinado, durante las últimas décadas, del lado de la vulnerabilidad y exposición

antrópica a los peligros na-turales. Esta es la causa ac-tual del incremento del riesgo ante los peligros naturales en muchas regiones de la super-ficie terrestre. No se trata de un problema de aumento de la peligrosidad, como efecto de castigos de divinidades o de la propia naturaleza, sino de un efecto de la impruden-cia del ser humano a la hora de llevar a cabo acciones so-bre el territorio. Nos hemos convertido en una “sociedad de riesgo” que fabrica “terri-torios de riesgo”.

La realidad: sociedades y territorios de riesgo en el mundoLa publicación, en 1986, del trabajo Risk Society. Towards a New Modernity del sociólo-go alemán Ulrich Beck marca-ría el inicio de la aparición de una serie de ensayos del mis-mo autor y de otros sociólo-gos, sobre la “sociedad del riesgo”. Esta teoría se basa en el hecho de que el riesgo es consustancial a las socie-dades industriales o post-in-dustriales contemporáneas. De manera que hay una rela-ción estrecha entre desarro-llo y riesgo. E incluso más, el mundo actual, globalizado, es por definición un mundo de riesgo. La sociedad del riesgo es un estadio de la sociedad moderna en el que la produc-ción de riesgos políticos, eco-lógicos e individuales está, ca-

Se reconoce el papel fundamental del ser humano como “hacedor” de riesgos debido a la puesta en marcha de actuaciones poco acordes con los rasgos del medio físico donde tienen lugar

Jorge Olcina

Catedrático de Análisis Geográfico Regional en la Universidad de Alicante, don-de imparte clases de Ordenación del Territorio, Climatología y Riesgos Natura-les. Sus investigaciones se han centrado en diversas áreas geográficas (teoría de la geografía, climatología, riesgos naturales, recursos de agua, geografía apli-cada y ordenación del territorio). Es autor o coautor de numerosas publicaciones (artículos, capítulos de libro y monografías). Asimismo, ha participado en diver-sos proyectos de investigación sobre temática territorial, climática e hidrológica. Fue uno de los diez ponentes españoles en el Año Internacional del Planeta Tie-rra (2008), declarado por la UNESCO. Profesor invitado en universidades de Es-paña, Europa e Iberoamérica. Forma parte de los consejos editoriales de diver-sas revistas científicas del ámbito geográfico y ambiental.

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da vez más, fuera del control de las instituciones encarga-das de garantizar la seguridad de la sociedad.

Ningún territorio, ninguna so-ciedad escapa al riesgo. Indica Beck que al riesgo no escapa ni el mundo de la carencia ni el de la abundancia: “La mise-ria es jerárquica, el smog, de-mocrático”. La sociedad del riesgo surge allí donde los sis-temas de normas y las institu-ciones sociales fracasan a la hora de conseguir la seguridad prometida. Al respecto, señala Beck que la falta de previsión

por parte de las autoridades a la hora de establecer meca-nismos de seguridad ante los riesgos (naturales y tecnoló-gicos) puede encontrar una coartada en el carácter su-puestamente imprevisible de los fenómenos: “En última ins-tancia es siempre posible acu-dir a la imprevisibilidad de los fenómenos para explicar una catástrofe”. Hay una caracte-rística importante en las so-ciedades de riesgo: “Cuantos menos riesgos se reconozcan públicamente, más riesgos se producen”. La sociedad del riesgo debe ser una sociedad

bien informada. La ocultación de información sobre el ries-go genera más riesgo, es de-cir, más vulnerabilidad en los grupos sociales sometidos a un peligro potencial. Y esto, en gran medida, es lo que expli-ca hoy en día la magnitud de algunos desastres naturales. Si no se informa a la población del riesgo al que está someti-do por ocupar un determina-do territorio, los efectos de un episodio extremo siempre se-rán mayores.

Si existe una sociedad del ries-go es porque en la Tierra hay

áreas con peligros naturales y seres humanos que viven cer-ca o directamente en ellas, transformando así el medio en territorio de riesgo. En efecto, el análisis territorial de la peli-grosidad natural y sus efectos en las sociedades humanas muestra que, en la superficie terrestre, es posible delimi-tar unidades espaciales que comparten una afección si-milar de algún episodio natu-ral de rango extraordinario. De este modo el riesgo latente en un territorio se convierte en un elemento de significación geo-gráfica importante en el análi-sis de dicho medio. Como se ha señalado, el riesgo llega a adquirir significación cultural y determina –condiciona– ac-tuaciones de los seres huma-nos sobre el territorio orienta-das a reducir o minimizar sus efectos.

Hay ejemplos mundiales de espacios geográficos de ries-go –a diversa escala– donde el elemento clave de su inter-pretación territorial es, justa-mente, la frecuente aparición de peligros naturales que quie-bran el desarrollo normal de una sociedad. En ellos la ocu-rrencia de un peligro natural deriva generalmente en catás-trofe o desastre. Es el caso de Asia Meridional (China, India, Bangladesh, Pakistán y Viet-nam), Filipinas, la región del Caribe, Centroamérica, el Sa-hel africano, Mozambique, las Fuente: Instituto Geográfico Nacional (IGN) y elaboración propia.

/// Síntesis de los peligros naturales por causa climática en España /////////////////////////////////////

Temporales de viento y galernas

Temporales del sudoeste

Advecciones saharianas

Tormentas estivales

Tormentas estivales

Aire polar continental

Riesgos climáticosAire polar continental

Temporales de Canarias

Calima

SequíaLluvias torrenciales e inundacionesTemporales de nieveTemporales de viento y galernasPedriscoMasas de aire fríoMasas de aire cálido

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llanuras aluviales de los gran-des ríos chinos (particularmen-te el Yangtse), sur de Brasil y América andina. En otras oca-siones, el riesgo es un aspec-to geográfico destacado pero el nivel de progreso económi-co de los territorios contribu-ye a restituir la situación pre-via al desarrollo de un episodio natural de rango extraordi-nario (Europa mediterránea y central, territorios del golfo de México y llanuras centrales de los Estados Unidos, California, Japón, Australia y Nueva Ze-landa). Pese a la diferente ca-pacidad de respuesta ante un episodio natural de rango ex-traordinario, unos y otros for-man los territorios o regiones de riesgo sobre la superficie terrestre.

España, en el contexto de la región mediterránea, es tam-bién un territorio de riesgo. Aquí convergen la realidad de una peligrosidad natural diversa (sismicidad, inunda-ciones, sequías, extremos de temperaturas, vientos inten-sos, etc.) y la de un grado de ocupación del territorio eleva-do en algunas regiones. To-do ello nos sitúa en una posi-ción destacada en el conjunto de Europa, por lo que respec-ta al grado de riesgo existen-te. Sigue produciéndose un número elevado de víctimas a causa de los peligros de la naturaleza en nuestro país; entre 1995 y 2009, se han re-

gistrado 932 víctimas morta-les por desastres naturales. Inundaciones y temporales marítimos son los peligros na-turales que más victimas oca-sionan.

Desde mediados del siglo XX se ha asistido a otro fenóme-no interesante en relación con la localización de las áreas de riesgo en España: la “lito-ralización” de los mismos. La pérdida de importancia so-cio-económica de la activi-dad agrícola, la más expuesta a los peligros de causa climá-tica, ha desplazado el esce-nario de la vulnerabilidad del campo a la ciudad y, dentro de los escenarios urbanos, el de-sarrollo de actividades relacio-nadas con el ocio y el turismo en áreas litorales ha situado en estos espacios un foco princi-pal de riesgo. La franja costera española presenta una desta-cada incidencia de episodios naturales de rango extraordi-nario que hacen especialmen-te vulnerables algunas áreas en las que actividades econó-micas y asentamientos están influidos por el desarrollo de tales sucesos.

¿Qué podemos hacer? Ac-tuaciones para reducir el riesgo En la reducción de los riesgos naturales se ha producido un cambio de criterio importan-te. Frente a la utilización casi exclusiva de medidas estruc-

turales como defensa ante la peligrosidad (encauzamien-tos, presas, diques, etc.), se apuesta ahora, en mayor me-dida, por las actuaciones de ordenación territorial, por la gestión de las emergencias y por la educación para el ries-go. Se manifiesta así la nece-sidad de armonizar naturale-za y actividades en el territorio, de conseguir un desarrollo acorde con el medio. La ges-tión del riesgo desde la orde-nación del territorio se pre-senta como la medida más racional, sensata y económi-ca para la reducción de la vul-nerabilidad y la exposición. Es-ta cuestión ha sido tenida en cuenta en los países europeos del Mediterráneo que han ido aprobando leyes y normas de nueva generación dentro de la legislación ambiental y territo-rial, donde el análisis del ries-go pasa a ser un elemento importante en la toma de de-cisiones sobre la planificación de los nuevos usos del sue-lo. Se ha abierto, por tanto, un nuevo marco para la incor-poración de estudios de ries-go natural, con finalidad apli-cada, en los nuevos procesos territoriales. En este contexto, hay una serie de aspectos que van a cobrar protagonismo: la necesaria inclusión de análisis de riesgo en todos los proce-sos de asignación de usos al territorio y el destacado papel que debe asumir la escala lo-cal en la gestión de los riesgos

El análisis territorial de la peligrosidad natural y sus efectos en las sociedades humanas muestra que, en la superficie terrestre, es posible delimitar unidades espaciales que comparten una afección similar de algún episodio natural de rango extraordinario

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naturales. La III Conferencia de Alerta Temprana de las Na-ciones Unidas, celebrada en Bonn (marzo, 2006), ha reco-nocido el importante papel de la escala local en la gestión del riesgo y de las emergencias. Algunos países de la Euro-pa mediterránea han comen-zado a desarrollar códigos le-gales donde el tratamiento de los riesgos se incorpora plena-mente en las políticas del te-rritorio. Es el caso de España, donde la asignación de nue-vos usos en el territorio, pre-cisa desde 2008 de la realiza-ción de estudios y cartografía de riesgos naturales (R.D. Le-

gislativo 2/2008). Junto a ello, la educación para el riesgo es la apuesta de futuro de aque-llas sociedades desarrolladas o económicamente menos avanzadas, para la reducción de la vulnerabilidad y la expo-sición a los peligros naturales.

¿Y el futuro?La nueva realidad del cam-bio climático por efecto in-vernadero exige tener prepa-rados mecanismos eficaces de reducción del riesgo –es-pecialmente de los de causa atmosférica– en las diferen-tes regiones del mundo, que primen las medidas de orde-

nación territorial, así como la educación y comunicación pa-ra el riesgo. La subida del ni-vel del mar, el incremento de los peligros climáticos, la re-ducción de las precipitaciones prevista para amplias zonas del planeta, y entre ellas las regiones mediterráneas, ha-ce necesaria una política co-mún de adaptación a la nue-va realidad.

El último informe sobre el cam-bio climático del Intergover-nmental Panel on Climate Change (IPCC, 2007) ha con-firmado la relación entre in-cremento térmico planetario

y aumento de episodios at-mosféricos extremos en mu-chas regiones de la superficie terrestre. De manera que los análisis de riesgo deben co-menzar a incluir las modeliza-ciones climáticas como parte básica de la valoración del mis-mo. Esto es sobre todo impor-tante en la planificación territo-rial. Algunos países europeos han dado protagonismo a es-ta a la hora de mitigar los efec-tos del cambio climático. Es el caso de Holanda o del consor-cio de países del Báltico, don-de los planes de adaptación al cambio climático han prioriza-do las propuestas de ordena-ción de usos del suelo a la hora de evitar las consecuencias de la subida del nivel del mar y del posible aumento de inundacio-nes (elevación de construccio-nes, abandono de primeras lí-neas de costa y ribera).

En España este proceso ape-nas se ha desarrollado. Pero debemos ser conscientes de que la integración del cambio climático en las políticas de or-denación del territorio va a ser una de las iniciativas de mayor y mejor efecto en la gestión del riesgo durante las próximas décadas. La nueva realidad prevista en los escenarios cli-máticos para este siglo no au-gura una mejora de las actua-les condiciones ambientales y, por ende, del nivel de ries-go en el mundo; tampoco en España.

Fuente: IV Informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, 2007).

/// Efectos del cambio climático por efecto invernadero en las temperaturas y las precipitaciones de la cuenca mediterránea //////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////

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1520

1050–5–10–15–20–30–50

40°E

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Cuadernos de la Fundación General CSIC | Nº 4 | LYCHNOS | 61

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“Saber para prever. Y pre-ver para proteger”. Con estas dos frases resumía el trabajo de Protección Civil el vicepre-sidente primero del Gobierno y ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, en la entre-ga de medallas al Mérito de Protección Civil.

Protección Civil implica servi-cio público. Su objetivo es pre-venir las situaciones de grave riesgo colectivo o catástro-fes y proteger a las personas y los bienes cuando dichas si-

tuaciones se producen. Asi-mismo, participar en la reha-bilitación y reconstrucción de las zonas afectadas. También crear una cultura preventiva de riesgos, tanto en lo que se refiere a su análisis como a la organización de los sistemas de información y alerta, es ta-rea importante a la que dedi-camos grandes esfuerzos. Tampoco hay que olvidar la formación de los agentes de protección civil, la información a la población, la coordinación de las diversas Administracio-

nes y la cooperación en el ám-bito internacional.

Con todos estos elementos, nuestro objetivo es conseguir un Sistema Nacional de Pro-tección Civil más eficaz y so-lidario, en el que todos tra-bajemos con generosidad, profesionalidad y gran dosis de compromiso.

La Escuela Nacional de Pro-tección CivilCon el fin de mantener el nivel de competencia, profesionali-

dad y especialización que exi-ge el papel de los integrantes del Sistema Nacional de Pro-tección Civil, a lo largo de los últimos años, se han ido incre-mentado las actividades de formación en la Escuela Na-cional de Protección Civil, que cuenta con una superficie total de 200.000 m2, donde se ofre-ce formación teórica y prácti-ca para la gestión de riesgos y emergencias.

La Escuela dispone de un completo equipamiento en in-

“Saber para prever. Y prever para proteger”Pilar Gallego, directora general de Protección Civil y Emergencias, analiza en este artículo cómo la prevención, la formación, la aplicación de las nuevas tecnologías, la colaboración ciudadana y la cooperación son factores determinantes para conseguir una protección civil del siglo XXI al servicio de las personas.

Pilar Gallego

Directora General de Protección Civil y Emergencias. Ministerio del Interior

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05.2 PREVENCIÓN Y RIESGOS |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||

fraestructuras, que permite el desarrollo de las actividades formativas, junto con el entre-namiento práctico en escena-rios lo más realista posible y el adiestramiento en técnicas y métodos de trabajo para la intervención en emergencias.

El campo de prácticas, cuyas instalaciones ocupan una ex-tensión de 50.000 m2, agrupa cuatro áreas. El Área de Fue-gos consta de tres plataformas destinadas al entrenamiento en el manejo de extintores, bocas de incendios equipadas (B I E) y a la extinción de fuegos en el exterior y en edificios, respecti-vamente. El Área de Agua está constituida por una balsa con una capacidad de almacenaje de unos 9.400 m3 y una profun-didad que, en algunas zonas, alcanza los 7 m. Este espacio está destinado al entrenamien-to en el uso de embarcaciones, el rescate subacuático y el en-trenamiento en escenarios de zonas inundadas.

En una superficie total de unos 7.500 m2, con más de 150 puntos de ocultación, ga-lerías subterráneas de 240 m de longitud, accesos vertica-les y vehículos insertados en escombros, se ubica el Área de Estructuras Colapsadas. Además cuenta con cons-trucciones que simulan edi-ficios derrumbados, con es-tructuras en cinco niveles y una superficie de 100 m2 por

planta. Su finalidad es ser-vir para el entrenamiento en el rescate y salvamento de personas sepultadas; asimis-mo, se emplea para el adies-tramiento y homologación de perros de rescate.

Por último, el Área de Desliza-mientos del Terreno está cons-tituida por una superficie total de unos 4.500 m2 y simula tie-rras (subterráneas y de superfi-cie) que han sufrido los efectos de movimientos y en las que se requiere actuar para llevar a cabo el rescate de las víctimas.

La Escuela funciona como un gran centro de referencia en materia de protección civil y coopera con los sistemas pú-blicos de formación de otros países, especialmente de la Unión Europea, Iberoaméri-ca y África. Ofrece titulaciones homologables a los niveles actuales del sistema educati-vo español e incorpora inno-vaciones procedentes de las buenas prácticas de otros sis-

temas. En este sentido, se im-pulsan acciones ligadas a la I+D+i y se promueven líneas de trabajo relacionadas con nuevas técnicas y especialida-des complejas como el resca-te en estructuras colapsadas o emergencias NRBQ (Plan de Defensa Nuclear, Radiológico, Bacteriológico y Químico), con el fin de constituir un foro de encuentro entre expertos en Protección Civil y técnicos res-ponsables de esta materia en las Comunidades Autónomas y Ayuntamientos.

Asimismo, la Escuela facilita el desarrollo del trabajo en el área preventiva, mediante de la celebración de jornadas y seminarios que tienen como objetivo sensibilizar a distin-tos colectivos. Un ejemplo de ello es la Semana de la Protec-ción Civil que, anualmente, se dirige a escolares. Bajo el títu-lo “La prevención empieza en la escuela”, los niños y niñas aprenden primeros auxilios, la importancia del uso del cintu-rón de seguridad, pautas a se-guir ante un incendio, etc.

Nuevas herramientas tecno-lógicas La Dirección General de Protec-ción Civil y Emergencias del Mi-nisterio del Interior cuenta con una Sala Nacional de Emergen-cias, que presta servicio 24 ho-ras al día, todos los días del año, para el seguimiento de aque-llas situaciones que comportan

Pilar Gallego

Licenciada en Derecho por la Universidad de León y pertenece al Cuerpo Su-perior Técnico de la Administración de la Seguridad Social. Antes de ocupar la Dirección General de Protección Civil y Emergencias del Ministerio del Interior, desempeñó el cargo de subdelegada del Gobierno en Madrid. En 2007, fue ele-gida concejala y designada portavoz del Área de Hacienda en el Ayuntamien-to de Madrid.

Con anterioridad, trabajó en la Vicesecretaría General Técnica del Ministerio de Trabajo y en el área de Recursos Humanos del Instituto Nacional de la Seguri-dad Social.

En un mundo globalizado, las catástrofes y sus consecuencias también se globalizan y nos afectan a todos

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riesgos para los ciudadanos y sus bienes.

Esta sala mantiene contacto permanente, a nivel territorial, con las Delegaciones y Subdele-gaciones del Gobierno y, a nivel central, con todos los órganos implicados de la Administración General del Estado. Cuenta con las más modernas herramientas tecnológicas para la prevención y la alerta temprana.

La alerta de los incendios en esencia consiste en la detec-

ción y el seguimiento a través de satélite de posibles focos de fue-go, así como en la observación y registro de datos obtenidos por medio de plataformas espacia-les geoestacionarias (Meteo-sat) y de órbita polar (Modis). Es-te sistema ha permitido detectar en la campaña de 2010 algo más de 1.000 incendios, de los que han sido verificados 880. De estos, se ha intervenido con me-dios estatales en 405 incendios.

En la simulación de la evolu-ción de los incendios que se

producen, se tienen en cuen-ta las previsiones meteoro-lógicas. El simulador facilita, sobre un sistema de informa-ción geográfica, la informa-ción de los elementos vulne-rables a los que puede afectar el incendio, ya sean bienes o infraestructuras (tales como hospitales, colegios, etc.), así como la previsible evolución del mismo. Este instrumen-to es de gran utilidad porque permite anticipar los posibles riesgos y adoptar las medi-das y medios con mayor an-telación.

La localización y análisis del escenario de los principales incendios detectados se reali-za mediante la cartografía que incorpora el Visor Nacional de Emergencias.

La puesta en servicio de un nue-vo Sistema de Información para la Gestión de Emergencias, de-nominado “SIGE 2” y la informa-ción permanente a los ciudada-nos y medios de comunicación sobre la situación de los incen-dios forestales, las actuaciones llevadas a cabo, los medios uti-lizados, las zonas de riesgo, re-comendaciones preventivas, etc., tienen lugar a través de la página web de la Dirección Ge-neral de Protección Civil y Emer-gencias y del portal interinstitu-cional Inforiesgos.

La visualización cartográfica, a través de un visor de car-

Escuela de Protección Civil. / Foto: Gabinete de prensa de Protección Civil

Protección Civil implica servicio público y su objetivo es prevenir las situaciones de grave riesgo colectivo

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05.2 PREVENCIÓN Y RIESGOS |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||

tografía, permite aumentar el volumen de información geo-gráfica con los beneficios que esto supone para la gestión de emergencias, como ha que-dado demostrado durante la campaña de incendios fores-tales del año pasado.

La simulación de escenarios sísmicos mediante el Simula-dor de Escenarios Sísmicos (SES) hace que se puedan po-

ner en marcha con rapidez las medidas de emergencia previs-tas tras un terremoto, así como facilitar la planificación a las Co-munidades Autónomas y Entes Locales y potenciar el desarro-llo de medidas preventivas.

Por último, la recopilación de datos sobre inundaciones, a través de la aplicación infor-mática del Catálogo Nacional de Inundaciones Históricas,

es una herramienta que per-mite sistematizar y homoge-neizar estos datos a nivel na-cional, y facilita su inmediata actualización.

La colaboración ciudadana como medida de prevenciónSin duda, los ciudadanos son actores principales de la pro-tección civil y sin su colabo-ración no tendría éxito nues-tra tarea.

Sala de coordinación operativa (SACOP). / Foto: Gabinete de prensa de Protección Civil.

Como medida preventiva, uno de los retos que me he plan-teado en mi gestión es facili-tar información a los ciudada-nos a través de los medios de comunicación sobre cualquier situación de emergencia que pueda afectarles. No cabe du-da que la difusión de mensa-jes sobre las pautas de com-portamiento a seguir en caso de verse sorprendidos por una emergencia, así como

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la difusión de las previsiones meteorológicas de forma sen-cilla y comprensible, contribu-ye a prevenir situaciones no deseadas. Esta información se encuentra en la web www.proteccioncivil.es, así como en www.inforiesgos.es, portal de Internet en el que partici-pan todos los organismos de la Administración General del Estado que tienen competen-cias en el ámbito de los ries-gos naturales y tecnológicos.

Ante una emergencia, seguir determinadas pautas de com-portamiento nos ayudará a protegernos a nosotros mis-mos y también a los demás, con especial atención a los co-lectivos más vulnerables: per-sonas mayores, enfermos, ni-ños, etc. En este sentido, la respuesta tanto de los me-dios de comunicación, con su magnífica tarea de apoyo y se-guimiento de todas nuestras informaciones, como de los propios ciudadanos, elemen-to esencial en la prevención y autoprotección, está siendo muy positiva.

La colaboración interna-cional en un mundo globa-lizadoEn un mundo globalizado, las catástrofes y sus consecuen-cias también se globalizan y nos afectan a todos. Y es por esto por lo que la prevención, la planificación y, en caso de desastre, la intervención de-

jora de actividades de res-puesta de la propia Unión y de los Estados miembros en caso de catástrofe, que se enmarcan en el Mecanismo Europeo de Protección Civil, y las actividades de preven-ción, alerta temprana, pre-paración y mejora de la for-mación de los agentes de la protección de los Esta-dos miembros. Con la apro-bación del Instrumento Fi-nanciero 2007-2013, con

ben ser abordadas también desde una perspectiva supra-nacional. La actividad que en este ámbito desarrolla Espa-ña es cada vez más intensa en consonancia con la atención que, en particular, la Unión Eu-ropea presta a estos temas.

Nuestra actuación tiene dos grandes ámbitos. El prime-ro se circunscribe a la Unión Europea, cuyas principales lí-neas de actuación son la me-

una dotación presupuesta-ria en torno a 190 millones de euros, la Unión Europea ha dado un importante paso pa-ra la creación de una política común en esta materia.

Por otro lado, Iberoamérica es otro de los pilares funda-mentales de la política exte-rior española en materia de prevención. España preside la Asociación Iberoamericana de Organismos Gubernamen-tales de Defensa y Protección Civil. En este marco, se plan-tean como objetivos implan-tar una formación on-line, así como la creación de un Más-ter en Prevención y Gestión de Riesgos con la participación de universidades iberoameri-canas.

Además, en colaboración con la Agencia Española de Co-operación Internacional pa-ra el Desarrollo (AECID), lleva-mos a cabo diversos cursos para el personal adscrito a Organismos Gubernamenta-les de Iberoamérica, tanto en nuestra Escuela Nacional de Protección Civil como en sus centros de formación en Ibe-roamérica.

Se trata de hacer frente a nue-vos retos con el fin de conse-guir una protección civil del siglo XXI al servicio del ciuda-dano, de la que la prevención constituye un pilar muy impor-tante.

INFORMACIÓN SOBRE RIESGOS PARA LOS CIUDADANOS

Inforiesgos es un instrumento de información que la Administración General del Estado pone al servicio de los ciudadanos en Internet, al objeto de dar a conocer en cada momento, la situación existente en España, en rel-ación con riesgos colectivos potencialmente graves, así como las medidas a adoptar para, en lo posible, preve-nirlos.

De esta forma el ciudadano podrá acceder a información actualizada sobre cualquiera de los riesgos que afectan a nuestro país, conocer los principales fenómenos des-encadenantes de los mismos, cómo prevenirlos y actuar en caso de que sucedan.

Además ofrece información sobre la agenda de activi-dades formativas, programas de educación para la pre-vención, proyectos de investigación y publicaciones.

Los seis principales riesgos naturales que afectan a España son los incendios forestales, sequías, tormentas y rayos, inundaciones, terremotos y vientos.

Fuente: Inforiesgos.

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06Agroalimentación

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06.1 AGROALIMENTACIÓN |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||

La alimentación en un planeta globalizado

En el año 2050 poblarán el planeta al menos 9.000 millones de personas y se perderá superficie cultivable. Para el autor, en este escenario futuro la única alternativa es generar formas más eficaces de producir alimentos, aplicando todas las tecnologías disponibles y, en particular, la transgenia, que puede ser una poderosa herramienta para equilibrar los desajuste alimentarios que padece el planeta.

Un breve repaso a la histo-ria de la alimentación de los homínidosHace cuatro millones de años, nuestros antepasados comían plantas herbáceas y gramí-neas. Cuando aparecieron los primeros homínidos capaces de andar alzados sobre sus piernas se produjo un cambio trascendente en su alimenta-ción. Algo tan banal como el hecho de poder andar y co-rrer les permitía localizar nue-

vos alimentos desde su posi-ción erguida y tomarlos con sus manos mientras andaban de vuelta a su guarida. De es-ta forma, los homínidos vege-tarianos se tornaron omnívo-ros y como consecuencia de ello evolucionaron hacia una constitución craneal más só-lida y una dentición modifica-da. Al producirse las glaciacio-nes hace dos millones y medio de años, el registro fósil nos muestra cómo ese cambio

craneal fue a más, dando pa-so a un aumento del tamaño del cerebro que conllevó una reducción del tamaño del es-tómago. Este trascendental cambio morfológico hizo ne-cesario aumentar la propor-ción de nutrientes de alta ca-lidad, fácil asimilación y gran poder calorífico en la dieta. Por eso empezamos a consumir grasa y proteína animal. Pe-ro además, ese aumento ce-rebral permitió ganar inteligen-

cia, y por lo tanto destrezas. Surgió el Homo habilis que aprendió a construir herra-mientas de piedra con las que despellejar y cortar los anima-les muertos y después armas con las que cazarlos. Medio millón de años más tarde apa-reció el hombre de Neander-tal que aprendió a conservar por congelación la carne en el permafrost de la tundra eu-ropea. Y además descubrió el fuego y aprendió a cocinar los

Daniel Ramón

Biópolis, S.L.

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Cuadernos de la Fundación General CSIC | Nº 4 | LYCHNOS | 69

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alimentos. Y el último avan-ce llegó hace sólo doce mil años, cuando nuestros ante-pasados, en un proceso inno-vador contra natura, empeza-ron a cultivar plantas y a criar animales de granja en cauti-vidad. Comenzó la agricultu-ra y la ganadería y con ellas la mayor agresión de la espe-cie humana al planeta. A partir de ese momento destinamos cientos de millones de hectá-reas a estos menesteres, va-riando totalmente su biodiver-sidad y apostando por criar y

cultivar de forma masiva no más de unas cuantas dece-nas de especies de animales y plantas, las que nos resultaron apetitosas. Y además suce-dieron dos hechos olvidados con frecuencia: aparecieron nuevos alimentos como la le-che y empobrecimos nuestra dieta al depender de muy po-cas variedades de materia pri-ma (García Olmedo, 2009).

Cuando se analiza la histo-ria de la alimentación humana desde esta perspectiva histó-

rica las cosas se ven de otra manera. Comparado con los cambios relatados en el párra-fo anterior, el descubrimiento hace cuatro o cinco mil años por parte de las civilizaciones del Oriente Próximo del pan, la cerveza, el vino, la cuajada o el uso de las especias en los ali-mentos parecen juegos de ni-ños. Hasta ensombrece el pri-mer ejemplo de globalización alimentaria que, a diferencia de lo que muchos creen, no fue obra de una famosa com-pañía productora de un refres-

co de cola o de una cadena de venta de hamburguesas, sino de unos colonizadores déspo-tas llegados de España que, iluminados por su fe, obliga-ron a los indios precolombinos a cambiar su dieta, condenán-dolos a una basada en el maíz, lo que les produjo serios pro-blemas nutricionales. A par-tir del siglo XVIII se dan algu-nos hechos puntuales, como los primeros trabajos de con-servación de distintos alimen-tos envasados en recipientes cerrados, el empleo del frío in-

No existen diferencias significativas entre la composición nutricional de los alimentos convencionales y los orgánicos.

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06.1 AGROALIMENTACIÓN |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||

dustrial para la conservación del pescado en los barcos o las primeras patentes en des-hidratación de leche. En reali-dad, cambios de poco calibre en nuestra dieta en compa-ración con los anteriormen-te relatados. Pero la suma de todos ellos dio lugar en el si-glo XX al nacimiento oficial de la tecnología de los alimentos como disciplina científica.

El comienzo del siglo XXI no ha hecho sino incrementar la re-levancia de esta tecnología. La aplicación de nuevos desa-rrollos a la conservación de ali-mentos, como las altas presio-nes o los pulsos eléctricos, la aparición en los supermerca-dos de nuevos alimentos fun-cionales o transgénicos, o las noticias en torno a crisis ali-mentarias hacen que esta dis-ciplina científica esté de plena actualidad. Esa es la realidad para una parte de los 6.500 millones de habitantes del pla-neta, los que tenemos la for-tuna de vivir en países desa-rrollados. Para los de la otra parte, la realidad es bien dis-tinta. Según datos de FAO, actualmente hay 1.020 millo-nes de personas malnutridas o que pasan hambruna en el planeta. Uno de cada seis ha-bitantes del planeta no tiene acceso al derecho legítimo de una alimentación digna. Esta es la realidad vergonzosa de la alimentación actual, y esta de-be ser la primera reflexión de

cualquier artículo sobre es-ta temática. En el año 2050 la Tierra estará poblada por 9.000 millones de personas y en los próximos 30 años el cambio climático, la erosión y la sequía harán que perdamos el 10% de la superficie mundial destinada actualmente al cul-tivo. Es más, buena parte de ese incremento demográfico se producirá en las zonas don-de ya hay hambruna y apenas superficie de cultivo por lo ex-tremo de las condiciones am-bientales y meteorológicas. Estos son los datos que ex-plican que, aunque encubier-ta por la crisis económica ac-tual, la gran crisis que afecta a la especie humana es alimen-taria, aunque de esta apenas hablen los periódicos.

La alimentación de los paí-ses desarrolladosLos ciudadanos del plane-ta que tienen la barriga llena

acceden a una oferta alimen-taria excelente, tanto en cali-dad, como en seguridad ali-mentaria. En la España de los sesenta, los setenta y bue-na parte de los ochenta, las infecciones por Salmonella eran frecuentes en los vera-nos. Hoy son noticia de pri-mera página en los periódi-cos y telediarios. En nuestro país, en materia de seguridad alimentaria, hubo un antes y un después del síndrome del aceite de colza que se vio fa-vorecido por la entrada en la Unión Europea (UE). Nues-tros mecanismos de evalua-ción de riesgos cambiaron ra-dicalmente y los controles se mejoraron. Por otro lado, el aumento del poder de la gran distribución ha hecho variar el sistema. Ahora el esfuer-zo en la seguridad alimenta-ria lo pone el proveedor. Es-te mecanismo “aguas arriba” es bueno, porque prima la se-

guridad desde el inicio de la cadena de producción. Lo es, siempre y cuando no se dé una situación de crisis econó-mica como la actual, donde la reducción de costes deman-dada por el distribuidor pue-de animar a algunos provee-dores a ahorrar reduciendo medidas de control. Una si-tuación similar se da en el res-to de países de la UE, si bien en este caso el antes y el des-pués lo marcó la crisis de las vacas locas, un claro ejemplo de pésima gestión política de una crisis alimentaria.

Dicho esto hay que añadir que, probablemente, esta es la época histórica de la alimenta-ción europea donde más des-propósitos realizan los consu-midores en su dieta. Un buen ejemplo de ello es el proble-ma de la obesidad, que afec-ta a más millones de personas en el planeta que el hambre. A ello habría que sumar los pro-blemas de anorexia, bulimia, ortorexia o vigorexia. Parece que cuanto más y mejores ali-mentos tenemos para comer, peor comemos. El ciudadano europeo vive inmerso en una hipocondría alimentaria. Es-ta atmósfera ha favorecido el desarrollo de nuevos alimen-tos que sean sanos y seguros y explica el éxito de los llama-dos alimentos funcionales y también de los alimentos pro-venientes de la agricultura or-gánica.

Daniel Ramón

Doctor en Ciencias Biológicas por la Universidad de Valencia. Es catedrático de Tecnología de los Alimentos en la Universitat de València y Profesor de Investiga-ción del CSIC en excedencia. Actualmente es consejero delegado de la compa-ñía biotecnológica Biópolis S.L, spin-off del CSIC. Sus líneas de investigación ac-tuales se centran en la biotecnología de alimentos, la biotecnología microbiana y la producción y validación de ingredientes y alimentos funcionales.

Entre otros galardones ha obtenido el Premio Nacional de Investigación 2007 Juan de la Cierva en Transferencia de Tecnología, el VII Premio de la Sociedad Es-pañola de Microbiología, el II Premio Europeo de Divulgación Científica con el li-bro titulado Los genes que comemos, que ha sido traducido a varios idiomas, y el X Premio Trayectoria Científica del Instituto Danone.

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Alimentos sanos y seguros: funcionales y orgánicosUn alimento funcional es aquel que, independientemente de su valor nutritivo, es rico en al-gún componente que apor-ta propiedades positivas e im-portantes para la salud, de forma que su efecto beneficio-so se manifiesta con las canti-dades que de dicho alimento se consumen habitualmen-te en la dieta. Los lectores sa-brán a qué nos referimos si les

mencionamos que hablamos de probióticos, prebióticos, los ácidos grasos ω3 o los fitoes-teroles. En realidad, este tipo de productos solo son nece-sarios en dos fases muy con-cretas de la vida: cuando na-cemos y al envejecer. Quizás a estas dos situaciones ha-bría que añadir una tercera re-ferente al período de embara-zo en la mujer. En todas estas circunstancias el consumo en la dieta de alimentos funciona-

les específicos puede ser muy útil. Pero aún hay más si con-sideramos el avance espec-tacular de la genómica en la alimentación humana y la ca-pacidad de conocer cada día más las bases genéticas de la predisposición a desarrollar ciertas enfermedades. Por lo tanto, la alimentación funcio-nal bien entendida puede ser muy positiva al desarrollar una oferta basada en la preven-ción con importantes conse-

cuencias sociales. Por el con-trario, mal entendida puede ser muy negativa, sobre todo si los consumidores o las em-presas productoras distorsio-nan la realidad y piensan que los alimentos pueden ayudar a superar enfermedades.

España ha sido uno de los paí-ses de la UE donde mayores cifras de ventas han alcanzado los alimentos funcionales. Mu-chos de ellos han pasado eva-

Los homínidos vegetarianos se tornaron omnívoros y como consecuencia de ello evolucionaron hacia una constitución craneal más sólida y una dentición modificada

En el año 2010 se plantaron más de 148 millones de hectáreas de cultivos transgénicos en todo el mundo.

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06.1 AGROALIMENTACIÓN |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||

luaciones científicas razona-bles pero, hasta finales del año 2006 en que se aprobó el Re-glamento Europeo 1924/2006 de declaraciones nutriciona-les y propiedades saludables de los alimentos, la venta de alimentos funcionales en la UE ha implicado en más oca-siones de las deseadas mu-cho marketing y poca ciencia. Con este reglamento la situa-ción ha cambiado radicalmen-te y el futuro que aguarda a los alimentos funcionales en la UE puede ser importante.

En cuanto a los alimentos or-gánicos o ecológicos, estos se definen como los produci-dos siguiendo los dictámenes del Reglamento de la agricul-tura orgánica de la UE. Ligada a su producción hay una forma específica de ver la vida que se basa en proteger la naturaleza frente a cualquier agresión. Sin duda, este tipo de agricultura constituye un interesante ne-gocio de presente y de futuro, sobre todo en determinados países europeos y, fundamen-talmente, para determinados países pobres que son pro-ductores de este tipo de agri-cultura al no tener otra opción. En cualquier caso, los oposito-res a los alimentos orgánicos afirman, y no les falta razón, que el Reglamento de la agri-cultura orgánica es laxo y está repleto de excepciones. Aun así, el hecho de producir de forma sostenible, con el míni-

mo impacto ambiental, es muy loable y debería ser defendido por todos, si bien entendien-do que no es patrimonio ex-clusivo de lo orgánico, como luego veremos en el apartado de transgénicos. Cuando más “chirría” la realidad de la agri-cultura orgánica es cuando sus partidarios defienden que los productos de este tipo de agricultura son más sanos pa-ra los consumidores y tienen mayor contenido nutricional. La Food Standards Agency del Reino Unido ha publicado un informe al respecto compa-rando la composición en nu-trientes entre productos de la agricultura y la ganadería or-gánica y la convencional. Su conclusión es que no existen diferencias significativas entre la composición nutricional de los alimentos convencionales y los orgánicos.

Transgénicos: ¿las semillas del diablo o la esperanza de la alimentación?Muchos entienden por ali-mentos y cultivos transgéni-cos aquellos en cuyo diseño se ha utilizado genética. Es un error, ya que prácticamen-te todo lo que nos comemos (incluyendo la mayoría de va-riedades y razas animales) ha sido manipulado por la mano del hombre utilizando empíri-camente técnicas genéticas. De entre todas ellas las más utilizadas han sido la hibrida-ción, conocida como cruce

sexual, y la aparición de mu-tantes espontáneos o varia-bilidad natural. Lo realmente nuevo es que de manejar ge-nomas completos al azar me-diante el cruce y la mutación hemos pasado en unas déca-das a la sofisticación del tra-bajo diseccionado con genes aislados. El manejo aislado de genes se conoce como inge-niería genética y los alimentos así producidos son los alimen-tos transgénicos.

Para muchos ciudadanos, sobre todo europeos, los ali-mentos y cultivos transgéni-cos sólo son desarrollos ca-paces de resistir el ataque de insectos o el tratamiento con herbicidas. Para los que tra-bajamos en tecnología de ali-mentos son mucho más. Por ejemplo, se han desarrollado arroces transgénicos capa-ces de producir el precursor de la vitamina A en su semilla. También contamos con una tecnología capaz de generar tomates transgénicos que va-cunan contra enfermedades infecciosas, patatas transgé-nicas con una composición de almidón distinta o vacas mo-dificadas genéticamente que en su leche producen proteí-nas de elevado interés sani-tario. Nunca habíamos tenido una herramienta tan poderosa para poder equilibrar los des-ajustes alimentarios que pa-dece el planeta. Pero, con-trariamente a lo que pudiera

Uno de cada seis habitantes del planeta no tiene acceso al derecho legítimo de una alimentación digna. Esta es la realidad vergonzosa de la alimentación actual

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parecer, son muchas las vo-ces que se alzan en su con-tra. Sobre todo en países ricos y, particularmente, en la UE. En estas zonas son muchos los que opinan que constitu-yen un veneno para la salud y el medio ambiente. Con res-pecto a lo primero, no opina así la OMS ni la inmensa ma-yoría de organizaciones médi-cas y científicas. De hecho, los transgénicos son un paradig-ma de evaluación de la segu-ridad alimentaria, ya que para obtener el permiso de comer-

cialización deben someterse a multitud de ensayos que ana-lizan su composición nutricio-nal y su posible alergenicidad y toxicidad. Una situación simi-lar se da con la evaluación de su posible impacto ambiental que también es de obligado cumplimiento antes de conce-der el permiso de comerciali-zación.

La autoridades europeas, ante la presión de determinados gru-pos ecologistas decidieron girar la cara a los transgénicos mini-

mizando los gastos de esta tec-nología en I+D durante el V, VI y VII Programa Marco e imple-mentando una legislación exa-gerada en torno a su desarro-llo y comercialización. Aquellos políticos pensaron que la trans-genia en agroalimentación se-ría un sarampión pasajero y se equivocaron. En el año 2010 se plantaron más de 148 mi-llones de hectáreas de cultivos transgénicos en todo el mun-do, especialmente en Estados Unidos, Brasil, Argentina, In-dia, Canadá y China. Además,

Esta es la época histórica de la alimentación europea donde más despropósitos realizan los consumidores en su dieta

Prácticamente todo lo que comemos ha sido manipulado por el hombre utilizando empíricamente técnicas genéticas.

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06.1 AGROALIMENTACIÓN |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||

más de quince millones de agri-cultores cultivaron durante ese año plantas transgénicas y el 90% de ellos lo hicieron en paí-ses pobres. A la vista de todas estas cifras parece claro que el avance de este tipo de desarro-llos es imparable, sobre todo en países en vías de desarrollo.

El futuro de la alimentaciónSorprende que en el año 2011 la inmensa mayoría de los ciu-dadanos europeos vean con

recelo los avances científi-cos, particularmente los que se producen en el campo de las ciencias de la vida. Parecen olvidar todo lo que la investi-gación científica les ha dado: desde la penicilina a los méto-dos de esterilización de los ali-mentos, pasando por los an-ticuerpos monoclonales y las vacunas. Es más, algunos co-lectivos citan hasta la saciedad los pocos ejemplos de efectos negativos de los desarrollos

científicos. Los transgénicos son la punta de lanza. Las apli-caciones de la ingeniería ge-nética en la agroalimentación se perciben como algo estú-pido y peligroso. Se engañan los que piensan así, porque el desarrollo de la aplicación de estas nuevas tecnologías y su globalización nos permitirá lle-gar a finales del siglo xxi ofer-tando a todos los consumido-res del planeta alimentos más sanos y seguros.

El ciudadano europeo vive inmerso en una hipocondría alimentaria

Con la agricultura y la ganadería comenzó la mayor agresión de la especie humana al planeta.

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Con la colaboración de:

Fundación BBVA

Plaza de San Nicolás, 448005 Bilbao España

Paseo de Recoletos, 1028001 Madrid España

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ABIERTA LA CONVOCATORIA 2011Los Premios Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento reconocen la investigación básica y la creación de excelencia, plasmada en avances teóricos, modelos y perspectivas fundamentales para entender el mundo natural, social y artificial o tecnológico, así como innovaciones y desarrollos tecnológicos, y la creación de obras, estilos artísticos e interpretativos en la música clásica de nuestro tiempo. Se reconocen también contribuciones significativas a la comprensión y/o actuaciones sobresalientes respecto a dos retos centrales de la sociedad global del siglo XXI: el cambio climático y la cooperación al desarrollo.

Categorías

— Ciencias Básicas (Física, Química, Matemáticas)

— Biomedicina

— Ecología y Biología de la Conservación

— Tecnologías de la Información y la Comunicación

— Economía, Finanzas y Gestión de Empresas

— Música Contemporánea

— Cambio Climático

— Cooperación al Desarrollo

DotaciónLa dotación de los Premios Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento es,

NominaciónPodrán nominar instituciones y organismos relacionados con el área de conocimiento objeto de cada categoría premiada.

PlazoEl plazo de presentación de nominaciones finaliza el 30 de junio de 2011.

Más información: www.fbbva.es/awards · [email protected]

en cada una de sus categorías, de 400.000 €, un diploma y un símbolo artístico.

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06.2 AGROALIMENTACIÓN |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||

La aplicación de nuevas tecnologías es fundamental para cualquier ámbito de la investigación. ¿En qué me-dida con la aplicación de las nuevas tecnologías mole-culares se puede obtener un mayor rendimiento y un au-mento de la calidad en la in-vestigación agraria?Las técnicas moleculares es-tán permitiendo, en primer lugar, comprender la gené-tica o la fisiología de las plan-tas, por ejemplo cómo crecen y forman sus frutos, cómo se adaptan a los cambios del en-torno o cómo se defienden de las enfermedades y los ani-males. En segundo lugar, nos

permiten desarrollar aproxima-ciones que aceleran el proce-so de conseguir plantas más adaptadas a nuestras nece-sidades. Entre los caracteres que interesan más a los agri-cultores están el rendimien-to, la resistencia a enfermeda-des o la calidad del producto. En la actualidad, no se puede entender una investigación en las ciencias en las que se ba-sa nuestra agricultura y nues-tra ganadería sin utilizar las he-rramientas que nos ofrece la genética molecular.

En épocas venideras se es-pecula con la idea de que la esperanza media de vida

podría estar por encima de 100 años. Seremos una po-blación con más personas mayores, sanas e informa-das en la que lógicamente habrá muchos cambios, en-tre ellos los hábitos y consu-mos alimentarios. ¿Será ne-cesario dirigir la producción de alimentos hacia las nue-vas necesidades de pobla-ciones específicas?Probablemente la demanda de alimentos tendrá en el futuro características específicas. La agricultura debe tender a pro-ducir alimentos suficientes pa-ra todos, algo que todavía no hemos conseguido, que sean seguros y que contribuyan a

Pere PuigdomènechProfesor de investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)

| ENTREVISTA |

“La agricultura debe tender a producir alimentos suficientes para todos, algo que todavía no hemos conseguido”

Pere Puigdomènech expone en esta entrevista que para conseguir la mejora de plantas y animales necesitamos acudir a la diversidad existente en las especies, o bien crear una nueva variabilidad

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que tengamos una vida sa-na. Sabemos, cada vez más, que la alimentación es un fac-tor esencial para nuestra sa-lud y que cada persona reac-ciona de forma distinta ante lo que come. En consecuencia, cada vez más, estamos ade-cuando nuestra alimentación a nuestras necesidades per-

sonales. En el futuro conoce-remos mucho mejor el tipo de alimentación que se adapta a nuestra genética, y con la uti-lización de este conocimiento conseguiremos una vida más saludable. De hecho, de forma progresiva, en muchos países del mundo se considera ya que la investigación en la produc-

ción de alimentos debe incluir-se en el ámbito de la investiga-ción biomédica. De nada sirve la mejor medicina si nuestra ali-mentación no es apropiada.

Según la FAO, la pérdida de biodiversidad tendrá un gran impacto en la capaci-dad de la humanidad para alimentarse en el futuro, y los más pobres del mundo estarán entre los más afec-tados. A esta situación se suma el cambio climático y la creciente inseguridad ali-mentaria, grandes desafíos para los sistemas agrícolas del mundo. ¿Cómo pode-mos afrontar estos retos?Los retos que tenemos en los próximos años no serán fáci-

les de resolver. La población de nuestro planeta ha llegado a los 7.000 millones y se es-pera que llegue a un máximo de 9.000 millones hacia 2050. Habrá que tratar de alimentar a todos, algo que todavía no hemos conseguido en la ac-tualidad. Al mismo tiempo que con el crecimiento económico nos hemos vuelto más exigen-tes con lo que comemos (por ejemplo, en los países del este de Asia el consumo de carne está creciendo de forma im-portante), sabemos, por otra parte, que la agricultura tie-ne un gran impacto sobre el medio ambiente. En particu-lar, no queremos aumentar la superficie cultivada y quere-mos disminuir los aportes de

Pere Puigdomènech.

Pere Puigdomènech

Licenciado en Ciencias Físicas por la Universidad de Barcelona y doctor en Cien-cias Biológicas por la Universidad Autónoma de Barcelona. Su formación pos-doctoral la adquiere en el CNRS (Francia), la Portsmouth Polytechnic (Gran Bre-taña) y el Instituto de Genética Molecular Max-Planck de Berlín (Alemania).

Actualmente ejerce de profesor de investigación del CSIC y de director del Centro de Investigación en Agrigenómica (CRAG) del CSIC-IRTA-UAB. Es miembro de la Academia Europea y de la European Molecular Biology Organization (EMBO). Ha pertenecido al grupo consultivo EU-US sobre Biotecnología (2000), al grupo de expertos sobre Biología y Sociedad de la European Science Foundation (2000) y fue presidente de la Sociedad Catalana de Biología (2002). Forma parte del Ins-titut d’Estudis Catalans, de la Real Academia de Ciencias y Artes de Barcelona y del Grupo Europeo de Ética de las Ciencias y las Nuevas Tecnologías de la Comi-sión Europea. Preside el Comité de Ética del CSIC. Su investigación se centra en la Biología Molecular de plantas, el estudio de los mecanismos moleculares im-plicados en su desarrollo y en genómica de plantas.

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06.2 AGROALIMENTACIÓN |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||

productos a la agricultura y la contaminación que provocan ciertas prácticas. Si añadi-mos el cambio climático, que puede tener un efecto consi-derable sobre la producción agrícola, concluiremos que no debemos quedarnos con los brazos cruzados. Hay que continuar el esfuerzo de inves-tigación para conseguir las va-riedades de plantas y las razas de animales más adaptadas a nuestras necesidades y para que sean utilizadas por la agri-cultura de la forma más racio-nal posible. Para conseguir la mejora de estas plantas y ani-males necesitamos acudir a la diversidad existente en las es-pecies, o bien crear una nue-va variabilidad. En cualquier caso, la conservación de la biodiversidad de las espe-cies cultivadas es una necesi-dad absoluta, si bien tenemos que estar convencidos de que conservamos aquello que vale la pena, ya que los bancos de semillas pueden ser muy cos-tosos. En esta dirección las técnicas moleculares nos per-miten identificar y clasificar las variedades de forma que se-pamos cuales son las más di-versas y las más valiosas.

La nutrigenómica, los ali-mentos individualizados a la carta, modificados al gus-to, salud e incluso a la reli-gión de cada consumidor, son una realidad incipien-te. ¿Es posible que a cor-

individuales. La nutrigenó-mica es el estudio de las ba-ses genéticas de nuestras re-acciones ante los alimentos y va a ser una ayuda formidable en el futuro para prevenir en-fermedades y llevar una vida sana. Sin embargo es cierto que todavía no tenemos mu-chos resultados que sean utili-zables de forma generalizada. La genómica humana nos es-tá dando esta información y la genómica de plantas y anima-les nos está dando las herra-mientas para que la agricul-tura pueda responder a esta demanda. La modificación ge-nética de las plantas es una de las herramientas de que dis-ponemos para acelerar es-te proceso aunque, debido al coste de las regulaciones exis-tentes para este tipo de plan-tas, no es probable que a cor-to plazo aparezcan variedades para grupos concretos.

El panel científico de la Au-toridad Europea de Segu-ridad Alimentaria (AESA) no ha probado que existan riesgos con los organismos modificados genéticamente (OMG) ¿Cuáles son para us-ted los beneficios y los peli-gros de estos? El trabajo de las instancias de control como la Autoridad Eu-ropea de Seguridad Alimenta-ria (AESA) (EFSA en inglés) o la Comisión Nacional de Biose-guridad en España está dirigi-do a que se analicen los posi-

bles riesgos de estas plantas y a que se evite cualquier posible efecto que pudieran tener so-bre la salud humana y animal o sobre el medio ambiente. Si hay beneficios, estos deben ser apreciados por los agricultores, que son los primeros en deci-dir sobre ellas. La realidad es que cada vez hay más agricul-tores, grandes y pequeños, de países desarrollados y en de-sarrollo que las utilizan. Los be-neficios consisten en mayores rendimientos, menores pérdi-das o un cultivo más fácil. Todo ello acaba teniendo efectos so-bre la producción de alimentos.

¿En qué fase nos encontra-mos en la actualidad desde un punto de vista científico en el campo de la modifica-ción genética de plantas de cultivo? ¿Se puede modifi-car genéticamente cualquier planta? En este momento podemos decir que, con algunas excep-ciones, se puede a priori modi-ficar cualquier especie vegetal con cualquier gen que haya-mos podido aislar en el labo-ratorio. Se investigan mejoras en las técnicas de modifica-ción que la hagan más eficaz y más dirigida. El mayor límite que tienen hoy día estas plan-tas es el alto coste del proce-so regulatorio, sobre todo en Europa.

Su laboratorio ha secuen-ciado el genoma del melón.

Las técnicas moleculares nos permiten identificar y clasificar las variedades, de forma que sepamos cuáles son las más diversas y las más valiosas

to plazo aparezcan plantas modificadas genéticamente con vacunas u otros medi-camentos insertados, como en el caso del arroz dorado al que se ha modificado para que lleve vitamina A?Ya hemos dicho que nos dirigi-mos a una alimentación adap-tada a nuestras necesidades

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¿Qué nos aporta el conoci-miento de genomas enteros de las especies sobre las que basamos nuestra ali-mentación?El conocimiento del genoma de una especie es en sí mismo un conjunto de datos de gran utilidad para conocer la espe-cie de que se trata. Es tam-bién una herramienta muy po-derosa para la mejora, ya que permite identificar los genes o conjuntos de genes que son responsables de alguna ca-racterística que es importan-te para su cultivo. Un genoma es al mismo tiempo una meta y un punto de partida, ya que lo que interesa en realidad es en-tender la variabilidad de la es-pecie y cómo explica las ca-racterísticas de los individuos. Para nosotros, al mismo tiem-po, nos ha permitido familiari-zarnos con herramientas ge-nómicas y bioinformáticas que van a ser esenciales tanto en la investigación básica como en sus aplicaciones a partir de es-te mismo momento.

En el año 2050 se prevé que la población mundial se ele-ve a 9.000 millones de per-sonas. ¿La biotecnología podrá evitar los problemas de hambre y nutrición?Los retos que tenemos delan-te de nosotros son muy impor-tantes. Ya estamos viendo que una mala cosecha en algún país importante tiene efec-tos inmediatos en los precios

de productos básicos. Y en cuanto sube el precio afecta en primer lugar a aquellos que tienen un menor nivel adquisi-tivo. Hay que actuar de forma decidida en cualquiera de las direcciones donde podamos encontrar soluciones. Debe-mos tener en cuenta al mismo tiempo las necesidades de la

alimentación y que lo que de-cidamos ahora no impida que accedan a los productos de la agricultura las generaciones venideras. En este contexto, si la Biotecnología aporta so-luciones debe utilizarse en el marco de unas regulaciones adecuadas para que su uso sea en beneficio de todos.

Hay consideraciones éticas presentes en muchos de los ámbitos de aplicación de la biotecnología y la biomedi-cina. Usted es miembro del Comité español de Biosegu-ridad. ¿Cómo trabaja el Co-mité para valorar las impli-caciones de la investigación y las innovaciones en estos ámbitos? ¿Y cuáles son los mecanismos correctores que se aplican?La Comisión Nacional de Bio-seguridad ha venido trabajando en el marco de las regulaciones europeas que prevén contro-les en la experimentación y uso de los organismos modifica-dos genéticamente. Coexisten en ella miembros de la Adminis-tración central, de las Adminis-traciones autonómicas y cien-tíficos. La Comisión ha venido aprobando y siguiendo los ex-perimentos de campo que se han realizado en nuestro país, ha estado colaborando con las autoridades europeas en la aprobación de estas varieda-des y ha hecho un importante trabajo de seguimiento de los cultivos autorizados. La reali-dad es que en nuestro país se han importado millones de to-neladas de grano y derivados de especies como la soja y el maíz. Se han cultivado también unas 75.000 hectáreas de maíz con un gen de resistencia al ta-ladro sin que se hayan presen-tado conflictos de importancia ni efectos negativos. Creo que esto habla del trabajo que se ha hecho hasta ahora.

GRUPO EUROPEO DE ÉTICA DE LA CIENCIA Y DE LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS

El Grupo Europeo de Ética de la Ciencia y de las Nuevas Tecnologías (EGE, en sus siglas en inglés) es un organ-ismo independiente, pluralista y multidisciplinario instau-rado por la Comisión Europea, en diciembre de 1977, con el fin de asesorar en torno a los aspectos éticos de las ciencias y las nuevas tecnologías de cara a la pre-paración y puesta en práctica de normativas o políticas comunitarias.

El Grupo Europeo de Ética en Ciencia y Nuevas Tec-nologías está formado por 15 miembros, entre los que se encuentra Pere Puigdomenèch Rosell, provenientes de distintos países, y pertenecientes a diversas áreas que van desde la biología y la genética, al derecho, la filosofía y la teología.

Desde su creación, el EGE aconsejó al Ejecutivo comu-nitario sobre diversas cuestiones como los bancos de tejidos humanos, la investigación con embriones humanos, el dopaje en el deporte, las células madre, los bancos de sangre procedente de cordones umbilicales o las implicaciones éticas de los avances más recientes de las tecnologías de la agricultura.

Fuente: Comisión Europea.

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07Tribuna

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07 TRIBUNA ||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||

Interacción entre la humanidad creadora y el entorno ecológicoFederico Mayor Zaragoza Presidente de honor de la Fundación General CSIC

De todos los seres vivos que pue-blan la Tierra, solo los humanos es-tán dotados de la capacidad distin-

tiva de pensar, de imaginar, de inventar, de crear. Pueden actuar en virtud de su pro-pia reflexión, si bien incardinados en frági-les y temporales estructuras, puesto que están facultados para ocupar el espacio in-finito del espíritu. Se formulan todo tipo de cuestiones, incluidas las esenciales, sobre el misterio de su existencia. Únicos acto-res conscientes del papel antropocéntri-co que, a pesar de su nimiedad física, les corresponde en un mundo, en un univer-so que pueden contribuir a construir y cui-dar, a destruir y desproteger. Al igual que la expresión genética depende del con-texto epigenético, así la manifestación in-telectual se halla condicionada por las ca-racterísticas del entorno ecológico y por el acceso y disfrute de bienes inmateriales y físicos. En efecto, si los Derechos Huma-nos son indisociables, hay un derecho su-premo, el derecho a la vida, ya que es re-quisito imprescindible para el ejercicio de cualquier otro derecho.

El derecho a la vida, a la calidad de vida, precisa de:

Alimentación: producción adecuada de nutrientes, a través de la agricultura, la acuicultura y la biotecnología.

Agua: el acopio, la canalización, la distribu-ción y gestión adecuada del agua consti-tuye, junto a su producción por desaliniza-ción con fuentes energéticas renovables, uno de los grandes desafíos del siglo XXI.

Salud: la vacunación masiva ha aumenta-do de forma significativa la longevidad en todo el mundo, al mismo tiempo que el in-cremento demográfico ha disminuido de-bido, sobre todo, a la emancipación que una formación generalizada conlleva.

Vivienda; medio ambiente / habitabi-lidad del planeta: el rápido deterioro de la tierra, mar y aire, acelerado en las últi-mas décadas por un extraordinario con-sumo de carburantes fósiles y una defo-restación concomitante, se ha convertido en un reto a la responsabilidad de la so-ciedad en su conjunto, ya que es funda-mental que el legado a las generaciones venideras no vaya empañado por la deli-mitación de recursos naturales e inadmi-sibles carencias ecológicas. Las ener-gías renovables constituyen, de forma apremiante, cuestiones en las que de-be volcarse la comunidad científica, con el impulso de unas directrices mundiales guiadas por el buen sentido y la anticipa-ción, y nunca más por el mercado y los in-tereses a corto plazo.

Además de los requisitos materiales, los principales que se refieren a la dimensión

Federico Mayor Zaragoza.

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espiritual exclusiva de los seres humanos son:

Educación: para la formación de perso-nas “libres y responsables”, como esta-blece el artículo 1º de la Constitución de la UNESCO. Seres que actúan siempre en virtud de sus propias reflexiones y no al dictado de nadie, capaces de realizar la gran transición de súbditos a ciudada-nos, que conservan intacta su identidad cultural, no espectadores uniformizados y resignados, capaces de una conviven-cia armoniosa con todos los seres huma-nos “iguales en dignidad”, favoreciendo procesos de integración.

Comunicación: el acceso a un información veraz y la garantía de la “libre circulación de las ideas por la palabra y por la imagen”. El ejercicio de la libertad de expresión es abso-lutamente imprescindible para ciudadanos protagonistas y participativos.

Vivir orientados por los principios de-mocráticos, recordando en todo momen-to que, según establece el preámbulo de la Carta de las Naciones Unidas, correspon-de a “los pueblos” evitar el horror de la gue-rra a las generaciones venideras, es decir, construir la paz, facilitar la gran transición desde una cultura de imposición, fuerza, violencia y guerra a una cultura de encuen-tro, diálogo, conciliación y paz.

Fue precisamente al término de la Segunda Gran Guerra cuando, junto a instituciones internacionales que garantizaran la seguri-dad, la alimentación, la salud, la educación, la ciencia y la cultura, el trabajo, … bajo la orientación de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, se estableció que la paz dependía esencialmente de una pa-labra clave: compartir, partir con los demás,

repartir los bienes de toda índole, incluidos el conocimiento y la experiencia.

A finales de los años ochenta del pasado si-glo tiene lugar un momento de grandes ex-pectativas para los cambios radicales que el mundo requería: fin de la carrera armamen-tista, con el desmoronamiento de la Unión Soviética sin una gota de sangre por la ma-gia política del presidente Mikjail Gorvachev; inicio de acontecimientos sorpresa en Áfri-ca del Sur, que condujeron, por la sabia e in-esperada “conspiración” del presidiario Nel-son Mandela y el presidente Frederick De Klerk, a la rápida eliminación del abomina-ble racismo que representaba el “apartheid” sudafricano; el Proceso de Chapultepec pa-ra la paz en El Salvador y, con la interme-diación de la Comunidad de San Egidio, se alcanza la paz también en Mozambique; co-mienzan las conversaciones entre guerrille-ros y representantes del Gobierno en Gua-temala, etc. Todo parecía indicar que el final de la “Guerra Fría” permitiría canalizar gran-des “dividendos de la paz” para facilitar el de-sarrollo social y económico en todo el mun-do y reducir sustancialmente las inmensas inversiones en gastos militares y armamento.

Pero entonces se produce la irrupción de “globalizadores”, que sustituyeron la co-operación internacional por la explotación, y las ayudas por préstamos concedidos en condiciones draconianas; debilitaron a las Naciones Unidas y a las instituciones in-ternacionales, situando a la Organización Mundial del Comercio directamente fue-ra del ámbito del sistema de las Naciones Unidas, y favoreciendo que grupos pluto-cráticos (G7, G8, G20) llevaran las riendas de la gobernación a escala mundial.

El fracaso, tan patente como doloroso, se materializó en el año 2008, con una situa-

ción gravísima de crisis múltiples (social, fi-nanciera, ecológica, democrática, política, ética), acompañada de la “explosión” de una gran burbuja inmobiliaria, que había si-do precedida por otra en telecomunicacio-nes, una deslocalización productiva hacia el Este y, concretamente hacia China, conver-tida en la “fábrica del mundo”, sin reparar en las condiciones laborales y en la violación en gran escala de los derechos humanos. Re-sumen trágico de la situación actual es el gasto diario de 4.000 millones de dólares en armamento al tiempo que mueren de ham-bre y desamparo más de 70.000 personas.

La lucha contra la pobreza y en favor de la igualdad de los derechos inalienables de todos los seres humanos sin excepción constituye actualmente el gran reto que de-be afrontarse en estos albores de siglo y de milenio.

Algunas soluciones que deberían llevarse a la práctica a la mayor brevedad, antes de que puedan alcanzarse puntos de no retorno serían las siguientes: 1) unas Na-ciones Unidas dotadas de los medios per-sonales, estructurales y económicos para poder garantizar, a través de los Consejos adecuados, seguridad en todo el planeta, seguridad socio-económica, seguridad ali-mentaria, seguridad medioambiental, se-guridad frente a las catástrofes naturales y provocadas; 2) educación superior, I+D+i y desarrollo basado en el conocimiento, en la prevención y en la anticipación; 3) in-teracción constante con el medio ambien-te: impacto cotidiano de la conducta hu-mana y en la conducta humana…

Estamos ante el “nuevo comienzo” al que nos exhorta la Carta de la Tierra, en su epí-logo. ¡Por fin, las mujeres y hombres de to-da la Tierra artífices de su destino común!

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08Noticias

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08 NOTICIAS |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||

El martes, 18 de enero, en sede central del Conse-jo Superior de Investigacio-nes Científicas, Rafael Rodri-go, presidente de la FGCSIC, y Emilio Botín, presidente de Banco Santander, hicieron en-trega de las ayudas conce-didas en el marco de la Con-vocatoria 2010 de Proyectos Cero en Especies amenaza-das, en la jornada celebrada en el salón de actos del CSIC.

El acto se abrió con la inter-vención del Director Gene-ral de la FGCSIC, Javier Rey, quien presentó a los asistentes los fines de la institución que dirige, así como las líneas es-tratégicas de la misma, entre las que se encuentra la de Es-pecies amenazadas. Asimis-mo, destacó las actuaciones que está desarrollando la Fun-dación en este ámbito.

A continuación, Enrique Macpherson, coordinador de la Comisión de evaluación de la Convocatoria, pronunció la conferencia “Entre el deseo de salvar al mundo y el de-seo de saborear el mundo”. La última parte de la jorna-da estuvo dedicada a la pre-sentación de cada uno de los Proyectos Cero concedidos, cuyos investigadores princi-pales recibieron las creden-ciales correspondientes de manos de Emilio Botín y Ra-fael Rodrigo.

Entrega de los primeros Proyectos Cero FGCSIC en Especies amenazadas

Evaluación de los planes estratégicos del INTADurante la última semana del mes de enero se llevó a ca-bo la evaluación presencial de los Planes Estratégicos 2011-2015 elaborados por las dife-rentes unidades funcionales del Instituto Nacional de Técni-ca Aeroespacial (INTA). La Fun-dación General CSIC ha sido la

encargada del diseño, coor-dinación y supervisión de to-do el proceso, tanto de elabo-ración como de evaluación de los Planes Estratégicos. Para realizar este trabajo, se consti-tuyeron doce paneles, que eva-luaron tanto las unidades cien-tífico-técnicas del INTA como

sus unidades transversales de gestión y servicios generales. Dichos paneles estaban cons-tituidos por expertos provenien-tes de organismos nacionales (CDTI, Airbus España, universi-dades, etc.) e internacionales (la NASA o el Centro Aeroespacial Alemán, entre otros).

La FGCSIC, agente local de la Red PIDI

La Fundación General CSIC se ha integrado en la Red de Puntos de Información so-bre I+D+i (Red PIDI), en cali-dad de agente local, a través del convenio que ha firmado con el Centro para el Desa-rrollo Tecnológico Industrial (CDTI). La Red PIDI tiene co-mo función informar y aseso-rar a las empresas y empren-

dedores en lo que respecta a las líneas de financiación pú-blicas de la I+D+i. Su finali-dad de esta Red es contribuir a que se produzca un incre-mento en la actividad científi-ca y en el nivel tecnológico de las empresas españolas.

Más información en http://www.fgcsic.es/que_hacemos/servicios_apoyo_I_D/Red_PI_D_i

Incorporación de la FGCSIC a ERAWATCHLa Fundac ión Genera l CSIC forma parte de la red ERAWATCH como miem-bro asociado, desde finales de 2010. ERAWATCH cons-tituye un pilar clave para el proceso de construcción del Área Europea de Investiga-ción (ERA), ya que propor-

ciona una visión homogé-nea de distintas dimensiones de la política de científica de los países involucrados. Asi-mismo, sirve de apoyo a la Comisión Europea en el se-guimiento del desarrollo de políticas y tendencias rela-cionadas con el ERA.

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Cuadernos de la Fundación General CSIC | Nº 4 | LYCHNOS | 87

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LYCHNOS en edición digital

La Fundación General CSIC lanza la edición digital de Lych-nos. Este nuevo formato, que traslada al medio digital la ima-gen de la publicación impresa,

mediante una estructura cla-ra combinada con un elevado número de enlaces e hipervín-culos, permite moverse de una sección de la revista a otra con facilidad, interrelacionar la in-formación y obtener una visión global de cada número y, en general, de todo lo publicado.

Más información en http://www.fgcsic.es/lychnos

Informe FGCSIC de la I+D+i sobre envejecimiento

La Fundación Gene-ral CSIC ha elabora-do un informe que muestra una visión global de la temáti-ca del envejecimien-to en el ámbito de la I+D+i. En el documento se examinan las distintas políticas de fomento de la I+D+i en envejecimiento y se comparan con las necesi-dades reales que demanda la población mayor. Asimismo, se recoge la respuesta del entorno científico, destacando las prin-cipales áreas de investigación sobre envejecimiento. Dicha información se complementa con el estudio del entorno em-presarial mediante un análisis de las patentes y de algunos casos de empresas de base

tecnológica que han transferido con éxito sus proyectos de in-vestigación. Para fi-nalizar, se extraen al-gunas conclusiones

que permiten definir las tenden-cias y los retos de futuro que debe afrontar la sociedad pa-ra dar respuestas adecuadas a esta nueva situación. El Informe FGCSIC de la I+D+i sobre En-vejecimiento incluye, en forma de anexo, el análisis de las insti-tuciones y organismos españo-les que desempeñan un papel importante en la investigación sobre esta temática.

Más información en http://www.fgcsic.es/envejecimiento/ es_ES/actividades/informe_ envejecimiento_FGCSIC

Cinco herramientas para preservar la biodiversidad

Los cinco proyectos concedi-dos por la FGCSIC en la prime-ra Convocatoria de Proyectos Cero sobre Especies amenaza-das son los siguientes:

“Un paso adelante. Aves es-teparias, prácticas agrícolas y viabilidad económica: hacia la conservación de especies amenazadas en paisajes hu-manizados”, dirigido por Lluís Brotons, del Centre Tecnològic Forestal de Catalunya (CTFC).

“¿Tienen todas las especies amenazadas el mismo valor? Origen y conservación de fó-siles vivientes de plantas con flores endémicas en España”, cuyo investigador principal es Pablo Vargas, del Real Jardín Botánico de Madrid (CSIC).

“Plan de acción para las pro-puestas de viabilidad de la lapa en peligro de extinción, Pate-lla ferruginea”, liderado por An-nie Marchordom, del Museo de Ciencias Naturales (CSIC).

“La secuenciación del genoma del lince ibérico”, dirigido por Jo-sé Antonio Godoy, de la Estación Biológica de Doñana (CSIC).

“Mitigación de enfermedades en poblaciones de anfibios en decli-ve”, que lidera Jaime Bosch Pé-rez, del Museo Nacional de Cien-cias Naturales (CSIC).

Más información en http://www.fgcsic.es/especies_ amenazadas/es_ES/proyectos/ proyectos_cero

Convocatoria de Proyectos Cero sobre Envejecimiento

La Fundación General CSIC lanzó el 15 de enero la pri-mera Convocatoria de Pro-yectos Cero sobre Envejeci-miento con el propósito de promover y financiar el desa-rrollo de investigaciones de alto impacto, que aborden esta temática desde pers-pectivas psicosociales o rela-cionadas con el ámbito tec-

nológico. Del 15 de abril al 31 de mayo se abrirá el plazo pa-ra que las expresiones de in-terés que sean seleccionadas en la primera fase del proce-so de evaluación presenten sus propuestas definitivas.

Más información en http://www.fgcsic.es/envejecimiento/es_ES/proyectos/convocatoria

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Cuadernos de la Fundación General CSIC / Nº 4 / Marzo 2011 / Publicación trimestral / Precio: 9 euros

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52Prevención y riesgos

38Transportes

26Agua

12Energía

66Agroalimentación