110902 Lisboa

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Cinco rincones de la capital de Portugal que no hay que perderse [P1] El monumento a los Descubridores. :: JAVIER PRIETO Una escapada a Lisboa GPS GUÍA PARA SALIR Viernes, 02.09.11 Almodóvar se reencuentra con Banderas CINE Llega a las pantallas ‘La piel que habito’, el último largometraje del director manchego [P8] Medina Sonora cumple diez años MÚSICA El festival de Medina del Campo celebra su décimo aniversario con Los Salvajes como artistas invitados [P10]

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Cincorinconesde lacapitaldePortugal quenohayque perderse [P1] Almodóvarse reencuentra conBanderas ElfestivaldeMedina delCampocelebra sudécimoaniversario conLosSalvajescomo artistasinvitados [P10] Llegaalaspantallas ‘Lapielquehabito’, elúltimolargometraje deldirectormanchego MÚSICA CINE ElmonumentoalosDescubridores. :: JAVIERPRIETO Viernes, 02.09.11 [P8]

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Cinco rincones dela capital de Portugalque no hay queperderse [P1]

El monumento a los Descubridores. :: JAVIER PRIETO

Una escapadaa Lisboa

GPSGUÍA PARA SALIR

Viernes,02.09.11

Almodóvar sereencuentracon Banderas

CINE

Llega a las pantallas‘La piel que habito’,el último largometrajedel director manchego[P8]

Medina Sonoracumple diezaños

MÚSICA

El festival de Medinadel Campo celebrasu décimo aniversariocon Los Salvajes comoartistas invitados [P10]

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Dicen que el fado es la mú-sica de la melancolía por ex-celencia. También, que lapropia palabra deriva del la-tín fatum, que significa des-tino. En cualquier caso, es labanda sonora que acompa-ña, se quiera o no, una esca-pada a Lisboa, una ciudadtan cargada de melancolíasque hasta sus fachadas evi-dencian el rastro de tantollanto. Así lucen las escurri-duras que apartan el polvode los revocos mientras se

abren paso desde los balco-nes hacia la acera. Como eldesastre de un lloro incon-tenido en la cara de una ac-triz cargada de maquillaje.

Y ese es solo uno de susencantos. Porque esta ciu-dad se revela como una es-pecie de caja china. Comoun contenedor de sorpresasque no se acaban nunca.Siempre, al llegar al final,hay otra oportunidad máspara dejarse enganchar. Igualque el amor de los marine-

ros tristes que se cantan enlos fados.

Y es que hay tantas Lisboasque para quien llega por pri-mera vez lo más difícil es de-cidir por dónde empezar, en-tonar la primera de las estro-fas de una canción que se es-cribirá con los pies y un parde días –al menos– por delan-te. Porque está la Lisboa ca-nalla, la de los garitos del Bai-rro Alto, la de la música tris-te, la de los cafés literarios,la de los comercios de anta-ño, la de los artistas insom-nes. Pero también está la delos descubridores, la de Be-lém, los Jerónimos y paste-les de receta secreta. O la Lis-boa clasicista, que es la quese abre entre las plazas delComercio y la de Rossio, elbarrio de la Baixa Pombalina,cuadriculada como las hojasde un cuaderno en el que sepuede escribir cualquier his-toria. O la Lisboa medieval,con su castillo de San Jorgeen lo más alto, su catedral detrazas románicas y un barrio,Alfama, que lleva en su nom-bre el rastro laberíntico de lasaljamas morunas. Y está laLisboa de los miradores; la delas calles empinadas; la deltranvía 28 y la de la Expo del98; la de las Docas, antiguosmuelles del Tajo; la de los jar-dines; los museos…

1. La Baixa PombalinaEn noviembre de 1755 un de-vastador terremoto agitó lacorteza terrestre de tal ma-nera que no tardó en provo-car una ola gigante tan gran-

de que cuando acabó todo,media Lisboa –la parte bajade la ciudad– había sido en-gullida por las aguas. La otramedia fue devorada por losincendios. A partir de ese mo-

Un fado encinco notasRincones imprescindiblesen una visita a Lisboa

Café Nicola, uno de los más antiguos de Lisboa.

Claustro del monasterio de los Jerónimos, obra arquitectónica levantada en 1544, una joya del estilo manuelino. :: REPORTAJE GRÁFICO DE JAVIER PRIETO

JAVIERPRIETO

RUTAS CON ENCANTOLISBOA(PORTUGAL)

PLANES Viernes 2.09.11EL NORTE DE CASTILLAGPS2

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mento dio comienzo una re-construcción que acabó to-mándose como uno de losmejores ejemplos de planifi-cación urbanística de Euro-pa. El resultado fue el surgi-miento de una ciudad nue-va, adobada con un estiloneoclásico que remarca elcarácter pomposo de los edi-ficios oficiales y un aire or-denado que contrasta con elespíritu laberíntico de losbarrios más populares deLisboa.

Es la ciudad cuadriculadaque se abre entre las plazasde Rossio –o de Dom PedroIV– y la del Comercio, conapéndices como la plaza delos Restauradores o la praçado Municipio. Espacios todosellos a los que dan vida doscalles principales, la rua Au-gusta y la rua do Ouro, queejercen como avenidas por laque desfilan cuantos turistasdesembarcan en esta ciudadde fachadas desteñidas.

Este centro neurálgico dela ciudad más turística estárepleto de atractivos que con-viene no dejar pasar por alto.La visita necesaria a las men-cionadas plazas obliga a per-derse por la cuadrícula de ca-lles, dejándose llevar al tiem-po por la sorpresa de descu-brir insospechados comerciosanclados en un túnel del

tiempo que parece tan irrealcomo irresistiblemente be-llo: sombrererías, ultramari-nos, papelerías, tiendas decafé, librerías de siempre… Ocafeterías con una solera queabarca tres siglos, como el Ni-cola, en una esquina de Ros-sio, inaugurado a finales delsiglo XVIII.

Otros atractivos ineludi-bles de esta zona de la ciudadson la estación de trenes deRossio, el Teatro NacionalDoña María II, la iglesia deSão Domingos o el elevadorGloria, que lleva 126 años enactivo salvando el tremendodesnivel que existe entre laplaza de los Restauradores yel Bairro Alto.

2. El Elevador de SantaJustaOtra forma de salvar el des-nivel entre la Baixa y el Bai-rro Alto es utilizando este es-pectacular ascensor sosteni-do por una estructura de hie-rro colado, construido a prin-cipios del siglo XX por unalumno de Eiffel. Sus 32 me-tros de altura se rematan conlas hermosas panorámicasque desde su terraza se ofre-cen de la ciudad, especial-mente bellas al atardecercuando el sol enciende enbrasas los tejados de Alfama,el castillo de San Jorge, la ca-tedral y las riberas del Tajo.

3. AlfamaEste barrio es el núcleo másantiguo de la ciudad de Lis-boa. Y aunque en un pasadomuy remoto también lo fuede los habitantes más pu-dientes, acabó convertido enel de las clases populares ymarineros.

Su trazado laberíntico esherencia de los árabes queapiñaron la población al abri-go del castillo en la colinamás alta y más fácil de defen-der. El paseo por sus callesdeja observar de cerca la vidamás cotidiana e íntima de loslisboetas, que se desenvuel-ve entre pequeños comer-cios, añejas tabernas, calle-jones empinados y ropas ten-didas al sol.

El barrio es paso obligadopara los turistas que accedenhasta el castillo viajando enel tranvía 28, una experien-cia que acerca también a esaLisboa de añoranzas y melan-

colías a la par que a alguno delos privilegiados miradoresque se abren entre los teja-dos del barrio, como el deSanta Luzia. Además del cas-tillo son obligadas las visitas

a la catedral, a la iglesia de SãoVicente de Fora, Santa En-gracia o la feria da Ladra, elrastro lisboeta donde es po-sible encontrarse con los ob-jetos más increíbles.

4. Bairro Alto yel ChiadoA medida que Alfama se vol-vía una zona más popular ydecadente muchos de sus an-tiguos pobladores se trasla-daban al otro lado de la Baixaconvirtiendo las laderas delBairro Alto en un barrio declases acomodadas. Eso fuehasta que, de nuevo, estazona de Lisboa comenzó supropia degradación de lamano de la prostitución y delos lugares de juego. Pero

esto también forma parte delpasado.

Mientras, el Bairro Alto harecobrado unas formas devida tradicionales en las queabundan los pequeños co-mercios y tascas más autén-ticas. Como un apéndice, en-tre la rua do Alecrim y laBaixa, el Chiado es, por suparte, un área donde acaba-ron por asentarse los alma-cenes y comercios más exclu-sivos de la ciudad. Tambiénfue el rincón preferido por laintelectualidad y por los ar-tistas de la primera mitad delsiglo XX que frecuentabansus cafés. Como el impres-cindible A Brasileira, uno delos favoritos de Pessoa, in-mortalizado ante una mesade su terraza.

5. BelémUno de los rincones impres-cindibles de cualquier visitaa Lisboa está a ocho kilóme-tros del centro. Belém es hoyun barrio elegante de la ciu-dad donde se encuentra laresidencia oficial del primerministro, pero en el pasadoera el punto de la desembo-cadura del Tajo hacia el quese dirigían para partir los na-vegantes portugueses queparticipaban en la empresadel descubrimiento. Vascode Gama arrancó aquí en1497 la expedición que com-pletó la ruta marítima hastala India.

Un puñado de museos, be-llos jardines y monumentostan sobresalientes como elPadrão dos Descobrimentos,la torre de Belém o el monas-terio de los Jerónimos, estosdos últimos declarados Patri-monio de la Humanidad, jus-tifican sobradamente el des-plazamiento hasta este lugarde la ribera del Tajo.� [email protected] de Belém, a la entrada del estuario.

Uno de los tranvías que realizan el circuito turístico.

Hay tantas Lisboasque lo más difíciles decidir por dóndeempezar

Bóvedas de la iglesia Santa María de Belém.

La plaza del Comercio, con la estatua del rey José I.

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