11 Últimas Preguntas de Cátedra
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12. Puntos centrales del documento Porta Fidei (8 líneas).
a) Fe. Puerta que nos introduce a creer y a vivir con Dios.
b) Transmisión. Preocupa más sus consecuencias sociales, culturales y políticas, que su
transmisión. La cultura ha perdido sus referencias cristianas.
c) Sal y luz. No podemos dejar que la sal se vuelva sosa y la luz quede oculta. Urge
redescubrir el gusto por la Palabra.
d) Contexto. Aniversarios: 50 del Vaticano II; 20 del CEC 11X2012
e) Convocación. A un Año de la fe: 11X2012 - 24XI2013. Y a un Sínodo sobre la nueva
evangelización (X 2012).
f) Experiencia. Pablo VI lo hizo lo mismo al final del Vaticano II, y promulgó el Credo del
Pueblo de Dios.
g) Ocasión. Para retomar los textos conciliares. Son brújula para orientarnos en el camino del
siglo que comienza (Juan Pablo II).
h) Conversión. La Iglesia abrazando a los pecadores, es santa y necesita purificación. «El
Año de la fe es invitación a la conversión».
i) Urge. «La caridad de Cristo». Nos envía a todos. Por ello:
o Necesitamos un compromiso de una nueva evangelización,
o Necesitamos redescubrir la alegría de creer,
o Necesitamos encontrar el entusiasmo de comunicarla.
El camino a recorrer
j) Invitación. A rememorar la fe, reflexionar en ella y confesarla en iglesias, casas y familias.
Redescubrir sus contenidos, confesarla, celebrarla en la liturgia, y testimoniarla.
k) Exigencia Conocer bien y comprender su contenido. El CEC es un buen instrumento.
l) Historia y ejemplos. Año para recordar nuestra historia, donde se entrecruzan santidad y
pecado. Aprender a imitar los ejemplos de santidad. El centro de la santidad es Cristo.
m) Fe y caridad. El testimonio de fe se hace con la caridad.
13. ¿Qué es la Doctrina Social de la Iglesia? ¿Cuáles son sus principios más importantes?
Indica algunas encíclicas sociales.
o La doctrina social de la Iglesia católica es un conjunto de normas y principios
referentes a la realidad social, política y económica de la humanidad basado en el
Evangelio y en el Magisterio de la Iglesia católica. El Compendio de la Doctrina
Social de la Iglesia y el Catecismo católico la definen como un cuerpo doctrinal
renovado, que se va articulando a medida que la Iglesia en la plenitud de la Palabra
revelada por Jesucristo y mediante la asistencia del Espíritu Santo, lee los hechos
según se desenvuelven en el curso de la historia.
o Principios de la Doctrina Social de la Iglesia
Dignidad de la persona humana: Según la Doctrina Social de la Iglesia, la
persona humana, por estar hecha a imagen y semejanza de Dios, posee una
dignidad que la hace superior a los demás seres creados.
Primacía del bien común: Un sentido de pensar en el bien de todos los
individuos, sin quitar ni el sentido de sociedad, ni de unicidad.
Destino universal de los bienes, solidaridad, y respeto a la propiedad
privada: El respeto a la propiedad privada nace principalmente de dos
Mandamientos del Decálogo: "No robar" y "No codiciar los bienes
ajenos". Condena las formas de: comunismo, socialismo, socialismo
democrático, y libre mercado en forma desmedida.
Principio de subsidiariedad: Se refiere a la protección a las sociedades
intermedias, especialmente a la familia. Con este criterio se pretende
reducir la acción del Estado a lo que la sociedad civil no puede alcanzar por
sí misma.
Participación social: Consiste principalmente en un compromiso del
cristiano, en promover una sociedad más conforme con los designios de
Cristo.
Cultura de la vida y de la calidad de vida: Condena a toda forma de
atentado contra la vida humana: aborto -incluso en caso terapéutico-,
eutanasia, genocidio, homicidio, suicidio, etc. Y promueve que la persona
tenga todas las condiciones necesarias para vivir: educación, trabajo,
alimentación, salud, etc.
La existencia de la ley moral: Para la Iglesia, la ley moral se deriva de tres
fuentes: la revelación, el magisterio social, y la conciencia. Las personas,
por su misma dignidad, deben conservarla, cumpliendo con sus deberes,
amando a Dios sobre todas las cosas, y al prójimo como a sí mismo.
o Encíclicas sociales:
Encíclica Traducción Papa Año
Rerum novarum (RN) De las Cosas Nuevas León XIII 1891
Quadragesimo Anno (QA) En el Cuadragésimo año Pío XI 1931
Mater et Magistra (MM) Madre y Maestra Juan XXIII 1961
Pacem in Terris (PT) La Paz en la Tierra Juan XXIII 1963
Populorum Progressio (PP) El Desarrollo de los Pueblos Pablo VI 1967
Octogesima adveniens (OA) Al Acercarse el Octogésimo [Aniversario] Pablo VI 1971
Laborem Exercens (LE) Trabajo Laboral Juan Pablo II 1981
Sollicitudo Rei Socialis (SRS) Preocupación por la Cuestión Social Juan Pablo II 1987
Centesimus Annus (CA) Centésimo Año Juan Pablo II 1991
Caritas in veritate La caridad en la verdad Benedicto XVI 2009
Laudato si Alabado seas Francisco2015
14. ¿Cuál es la enseñanza sobre el desarrollo de los pueblos de la encíclica Caritas in
Veritate?
En toda esta encíclica hemos visto la relación entre el desarrollo de cada persona y el desarrollo de
los pueblos. Aunque tenemos plena libertad y plena responsabilidad, nadie puede desarrollarse a sí
mismo sin relación con los demás.
De forma análoga los pueblos no pueden desarrollarse a sí mismos simplemente con unas nuevas
tecnologías (N° 68). Tanto la persona como las comunidades de personas deben reflexionar sobre el
uso de la libertad no arbitraria y descubrir la ley moral natural escrita en nuestros corazones.
Hoy en día cuando escuchamos hablar del desarrollo, mucha gente piensa automáticamente en el
desarrollo tecnológico y sobre todo las nuevas tecnologías biológicas.
No cabe duda que la técnica es un fenómeno profundamente humano y además refleja nuestra
vocación de participar activamente en la creación. Es una manifestación del mandato que
escuchamos en Génesis (2,15) de cultivar y custodiar la tierra. Entendida correctamente la técnica
nos orienta y refuerza esta alianza entre el ser humano y el medio ambiente (N° 69).
De esta forma refleja el amor creador de Dios. Donde vemos el error de confundir la técnica misma
con el desarrollo es cuando se habla de la tecnificación del desarrollo y de la paz (N° 71).
Muchos piensan que el desarrollo es un problema de “ingeniería financiera”. Ésta es una parte de un
programa de desarrollo integral, pero es sólo una parte.
15. ¿Cuál es la idea predominante del progreso en el mundo actual?
Pablo VI ya puso en guardia sobre la ideología tecnocrática [26], hoy particularmente arraigada,
consciente del gran riesgo de confiar todo el proceso del desarrollo sólo a la técnica, porque de este
modo quedaría sin orientación. En sí misma considerada, la técnica es ambivalente. Si de un lado
hay actualmente quien es propenso a confiar completamente a ella el proceso de desarrollo, de otro,
se advierte el surgir de ideologías que niegan in toto la utilidad misma del desarrollo,
considerándolo radicalmente antihumano y que sólo comporta degradación. Así, se acaba a veces
por condenar, no sólo el modo erróneo e injusto en que los hombres orientan el progreso, sino
también los descubrimientos científicos mismos que, por el contrario, son una oportunidad de
crecimiento para todos si se usan bien. La idea de un mundo sin desarrollo expresa desconfianza en
el hombre y en Dios. Por tanto, es un grave error despreciar las capacidades humanas de controlar
las desviaciones del desarrollo o ignorar incluso que el hombre tiende constitutivamente a «ser
más». Considerar ideológicamente como absoluto el progreso técnico y soñar con la utopía de una
humanidad que retorna a su estado de naturaleza originario, son dos modos opuestos para eximir al
progreso de su valoración moral y, por tanto, de nuestra responsabilidad.
16. ¿Qué es la palabra de Dios según la primera parte de la Exh. Ap. Verbum Domini?
Por tanto, la Palabra de Dios se transmite en la Tradición viva de la Iglesia. La Sagrada Escritura, el
Antiguo y el Nuevo Testamento, es la Palabra de Dios atestiguada y divinamente inspirada. Todo
esto nos ayuda a entender por qué en la Iglesia se venera tanto la Sagrada Escritura, aunque la fe
cristiana no es una «religión del Libro»: el cristianismo es la «religión de la Palabra de Dios», no de
«una palabra escrita y muda, sino del Verbo encarnado y vivo».[19] Por consiguiente, la Escritura
ha de ser proclamada, escuchada, leída, acogida y vivida como Palabra de Dios, en el seno de la
Tradición apostólica, de la que no se puede separar.[20]
Es necesario, por tanto, educar a los fieles para que capten mejor sus diversos significados y
comprendan su sentido unitario. Es preciso también que, desde el punto de vista teológico, se
profundice en la articulación de los diferentes significados de esta expresión, para que resplandezca
mejor la unidad del plan divino y el puesto central que ocupa en él la persona de Cristo.[21]
17. Rol de la palabra en la vida de las personas. ¿Cómo manifiesta la iglesia la
importancia que para ella tiene la palabra?
Quien conoce la Palabra divina conoce también plenamente el sentido de cada criatura. En
efecto, si todas las cosas «se mantienen» en aquel que es «anterior a todo» (Col 1,17), quien
construye la propia vida sobre su Palabra edifica verdaderamente de manera sólida y duradera.
La Palabra de Dios nos impulsa a cambiar nuestro concepto de realismo: realista es quien
reconoce en el Verbo de Dios el fundamento de todo.[31] De esto tenemos especial necesidad
en nuestros días, en los que muchas cosas en las que se confía para construir la vida, en las que
se siente la tentación de poner la propia esperanza, se demuestran efímeras. Antes o después, el
tener, el placer y el poder se manifiestan incapaces de colmar las aspiraciones más profundas
del corazón humano. En efecto, necesita construir su propia vida sobre cimientos sólidos, que
permanezcan incluso cuando las certezas humanas se debilitan. En realidad, puesto que «tu
palabra, Señor, es eterna, más estable que el cielo» y la fidelidad del Señor dura «de generación
en generación» (Sal 119,89-90), quien construye sobre esta palabra edifica la casa de la propia
vida sobre roca (cf. Mt 7,24).
18. ¿Cuál es el compromiso que tiene cada creyente con la palabra de Dios?
Servir a Jesús en sus «humildes hermanos» Así pues, la misma Palabra de Dios reclama la
necesidad de nuestro compromiso en el mundo y de nuestra responsabilidad ante Cristo, Señor de la
Historia. Al anunciar el Evangelio, démonos ánimo mutuamente para hacer el bien y
comprometernos por la justicia, la reconciliación y la paz.
Palabra de Dios y compromiso por la justicia en la sociedad: La misma Palabra de Dios denuncia
sin ambigüedades las injusticias y promueve la solidaridad y la igualdad.[328] Por eso, a la luz de
las palabras del Señor, reconocemos los «signos de los tiempos» que hay en la historia y no
rehuimos el compromiso en favor de los que sufren y son víctimas del egoísmo.
Anuncio de la Palabra de Dios, reconciliación y paz entre los pueblos: Nunca olvidemos que
«donde las palabras humanas son impotentes, porque prevalece el trágico estrépito de la violencia y
de las armas, la fuerza profética de la Palabra de Dios actúa y nos repite que la paz es posible y que
debemos ser instrumentos de reconciliación y de paz».[336]
La Palabra de Dios y la caridad efectiva:
Anuncio de la Palabra de Dios y los jóvenes
Anuncio de la Palabra de Dios y los emigrantes
Anuncio de la Palabra de Dios y los que sufren
Anuncio de la Palabra de Dios y los pobres
Palabra de Dios y salvaguardia de la Creación
19. ¿Qué es la Eucaristía, según la Sagrada Escritura, el Magisterio de la Iglesia y en
especial la Exhortación Apostólica Sacramentun caritatis?
o Según las Sagradas Escrituras: La Eucaristía es sacrificio y es expiación de pecado. Este es
el sentido literal de las palabras de Jesús en la Última Cena. La Eucaristía es comunión en
el Cuerpo y la Sangre de Jesús que nos da la vida eterna. Como dice San Pablo de la
Eucaristía: “¿no es acaso comunión con la sangre de Cristo... no es comunión con el cuerpo
de Cristo?”.
La Eucaristía es comer y beber en el Reino de Dios hasta que venga el Señor. La Eucaristía
recuerda un evento salvífico del pasado, lo revive en el presente, e inspira esperanza en un
acontecimiento futuro, la última venida del Señor.
o Según el Magisterio de la Iglesia: Ceremonia religiosa de la iglesia católica en la que se
celebra el sacramento de la eucaristía y se hace el memorial de la muerte y la resurrección
de Jesús; consta de una primera parte en la que se leen las lecturas bíblicas del día y el
sacerdote hace la homilía y una segunda parte en la que tiene lugar la consagración del pan
y del vino y se reparte la comunión.
o Según la Exhortación Apostólica Sacramentun caritatis: "Eucaristía, sacramento esponsal
(Los esponsales son la promesa de matrimonio mutuamente aceptada; quienes contraen
esponsales son esposos. ) por excelencia, "corrobora de forma inagotable la unidad y el
amor indisolubles de todo matrimonio cristiano".
20. ¿Por qué la Eucaristía es un misterio que hay que vivir?
Son varios los caminos por los que podemos acercarnos al Señor Jesús y así vivir una existencia
realmente cristiana, es decir, según la medida de Cristo mismo, de tal manera que sea Él mismo
quien viva en nosotros (ver Gál 2,20). Una vez ascendido a los cielos el Señor nos dejó su Espíritu.
Por su promesa es segura su presencia hasta el fin del mundo (ver Mt 28, 20). Jesucristo se hace
realmente presente en su Iglesia no sólo a través de la Sagrada Escritura, sino también, y de manera
más excelsa, en la Eucaristía.
¿Qué quiere decir Jesús con "venid a mí"? Él mismo nos revela el misterio más adelante: "Yo soy el
pan de vida. El que venga a mí, no tendrá hambre, el que crea en mí no tendrá nunca sed." (Jn 6,
35). Jesús nos invita a alimentarnos de Él. Es en la Eucaristía donde nos alimentamos del Pan de
Vida que es el Señor Jesús mismo
21. ¿Por qué la Eucaristía es un misterio para celebrar?
La celebración de la Misa, como acción de Cristo y del pueblo de Dios ordenado jerárquicamente,
es el centro de toda la vida cristiana para la Iglesia, tanto universal, como local, y para cada uno de
los fieles. Pues en ella se tiene la cumbre, tanto de la acción por la cual Dios, en Cristo, santifica al
mundo, como la del culto que los hombres tributan al Padre, adorándolo por medio de Cristo, Hijo
de Dios, en el Espíritu Santo. Además, en ella se renuevan en el transcurso del año los misterios de
la redención, para que en cierto modo se nos hagan presentes. Las demás acciones sagradas y todas
las obras de la vida cristiana están vinculadas con ella, de ella fluyen y a ella se ordenan.
22. Relación de fe y razón en el Magisterio de Benedicto XVI.
A lo largo de su magisterio, Benedicto XVI ha mostrado cómo la fe cristiana ayuda a forjar una
sociedad más justa. Con una gran claridad ha afirmado que la fe potencia la razón. La eleva a
alturas insospechadas. Gracias a la luz de la fe, que purifica la razón, los cristianos conocemos la
verdad, rechazamos todo relativismo, y estamos llamados a ser apóstoles de la verdad. Y, todo ello
contribuye al bien de la sociedad.