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Ilustración> Engelbert Chavarría> La Razón 11 -S 10 a ñ os Infogra fía: »El ataque a las Torres Gemelas minuto a minuto. págs. 6 y 7 Reportajes: »La nueva esperanza: reconstruc- ción de la Zona Cero. págs. 2 y 3 »¿Cómo cambió la seguridad en el mundo? EU invirtió 1.3 bdd en una década en defensa. pág. 4 »La red yihadista siembra el terror en el planeta. pág. 5 Entrevista: »Relata un bombero mexicano: “vi miradas de terror en NY”. pág. 8 »Concluyen diez años de búsqueda: Obama aniquila al líder de Al Qaeda. págs. 10 y 11 Análisis: Gerardo De la Concha »Dostoyevski y el 11 de septiembre pág. 9 Bertrand de la Grange »La derrota de Bin Laden pág. 12

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A 10 años del atentado contra las Torres Gemelas en Nueva York

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11- S10 añosInfografía:»El ataque a las Torres Gemelas minuto a minuto. págs. 6 y 7

Reportajes:»La nueva esperanza: reconstruc-ción de la Zona Cero. págs. 2 y 3»¿Cómo cambió la seguridad en el mundo? EU invirtió 1.3 bdd en una década en defensa. pág. 4»La red yihadista siembra el terror en el planeta. pág. 5

Entrevista:»Relata un bombero mexicano: “vi miradas de terror en NY”. pág. 8»Concluyen diez años de búsqueda: Obama aniquila al líder de Al Qaeda. págs. 10 y 11

Análisis:Gerardo De la Concha»Dostoyevski y el 11 de septiembrepág. 9Bertrand de la Grange»La derrota de Bin Laden pág. 12

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razon.com.mx11 S/10 añosLa Razón|Sábado 10. Domingo 11.09.201104

Después del ataque fallido contra un avión en un vuelo de Amsterdam a Detroit, EU invirtió 984 mdd en la compra de escáneres para sus aeropuertos. La Comunidad Europea respaldó su implementación, Reino Unido, Holanda, Italia y Francia fueron de los primeros países en instalaros en sus términales aéreas.

Las maletas siguen su curso hasta la bodega del avión

Seguridad en aeropuertos: escáner corporal

AbordajeLos emisores-receptores giran y generan una imagen en tres dimensiones del cuerpo

1. Barrido 2. Imagen

La Policía controla y analiza las láminas en otra habitación

3. Control

Registro y abordaje

Escáner

Controlde seguridad

B. Combina las capturas planas y las convierte en tridimensionales

Escánercorporal

Escáner corporalEl pasajero se coloca en dos posiciones para que el escáner haga un examen del cuerpo

Emisor-receptor

Ondas de radiofrecuencia

Vista cenital

Puerta

Pasajero

A. Cronometra el rebote de las ondas para determinar la distancia entre el sensor y el cuerpo

La imagen de la cara se difumina para mantener la privacidad

Las figuras muestran objetos adosados al cuerpo que sean de cualquier material

El sistema no almacena imágenes, por lo que no hay posibilidad de que salgan de la habitación

La señal es 10,000 veces menor que la de un teléfono móvil

Por Ángel Salinas >[email protected]

Un susurro cambió su gestión. “América está siendo atacada”, le dijo al oído Andrew Card, jefe de gabinete de la Casa

Blanca, al entonces presidente George W. Bush durante su estadía en una escuela de Saratoga tras el segundo impacto del vuelo 175 de United Airlines a la torre sur aquel 11 de septiembre de 2001... “¿Quién demonios le ha hecho esto a Estados Unidos?”, pensó mientras era escoltado por su comitiva.

“El tercer avión fue una declaración de guerra —confesó en una entrevista con-cedida a días de que se cumpliera una dé-cada de los atentados—. La magnitud de los ataques había crecido dramáticamen-te y llegué a la conclusión de que estába-mos en guerra. No lo olvidaré nunca”.

Para salvaguardar a Bush, fue traslada-do a un búnker militar en Nebraska.

—¿Quién ha sido? —cuestionó.—Al Qaeda. Parece ser obra de ellos

—respondió George Tenet, jefe de la CIA.“En ese momento decidí regresar a

Washington. ‘Tengo que volver a casa’, dije. ‘No quiero darle al enemigo la vic-toria piscológica de ver al presidente

de Estados Unidos hablando desde un búnker’. Ese día cambió mi mandato”, aceptó George W. Bush.

Cambió la visión sobre el presupuesto destinado a la defensa. En una década el gobierno estadounidense incrementó su partida en ese rubro: gastó 1.3 billones de dólares para perseguir a Osama bin La-den y librar dos guerras: Afganistán, en octubre de 2001 e Irak, en marzo de 2003.

“Se reestructuró Esta-dos Unidos. La diferencia entre el antes y el después fue que la ciudadanía per-dió parte de su libertad y privacidad y supues-tamente disfrutamos de ellas. A una década del suceso, no estamos más seguros. Lo peor es que costó mucho a cambio de nada”, dijo a La Razón, Chris Hellman, especia-lista del Centro para el Control de Armas y la No Proliferación.

cambio en seguridad. A nivel local, el atentado representó para la eco-nomía de Nueva York un costo de 26.7 millones de dólares en los quince meses posteriores a los atentados; a nivel fede-ral, el gobierno se vio obligado a revisar los servicios de seguridad y realizar la mayor reestructuración burocrática desde la Segunda Guerra Mundial, tras la creación, en 1947, de la secretaría de De-fensa, la Fuerza Aérea, la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y el Consejo de Se-

guridad Nacional.Diez días después del suceso Bush

emitió un anuncio ante el Congreso: creó la Oficina de Seguridad Nacional y al frente de ella nombró a Tom Rigde. Su misión se centró en supervisar y co-ordinar la estrategia antiterrorista. La modificación hizo insuficiente el presu-puesto de 316 mil millones de dólares

para gastos de defensa. Por lo que se destinó una parti-da adicional para contratis-tas de seguridad, que según informes de la compañía de análisis informático Capital IQ representó 217 mil millo-nes de dólares.

“La bandera de la seguri-dad orilló al gobierno esta-dounidense a abrir las com-puertas del gasto militar. A partir del 11-S los presupues-tos del Ejecutivo se dispara-ron y el Congreso agregó más escudado en el Acta Patriota promulgada por Bush en oc-tubre (26 de 2001)”, destacó William Hartung, de la New

America Foundation.En 2003 se vio el incremento. El De-

partamento de Seguridad Nacional su-plió a la Oficina de Seguridad Nacional, que hasta ese momento había mostrado incompetencia para agrupar y coordinar a las entidades a su cargo. Por lo que se tuvo que contratar a personal, que sumó alrededor de 230 mil empleados para controlar la Administración de la Seguri-dad en el Transporte, la protección de las aduanas y fronteras, el Servicio de inmi-

785mmdd calcula

el Servicio de Investi-gación del Congreso que gastó EU en Irak hasta marzo del 2011

Los atentados obligaron a los gobiernos de George W. Bush y Barack Obama a incrementar el presupuesto en seguridad; se invir-tió 39 mil 342 mdd en escáneres

Guerra contra Osama costó 4 mil mdd a EU

EN UNA DÉCADA GASTÓ 1.3 BDD EN DEfENSA gración y Ciudadanía, la Patrulla Fronte-riza, el Servicio Secreto, la Agencia Fede-ral de Administración de Emergencias y el Servicio de Guardacostas.

guerra antiterrorista. La guerra contra el terrorismo intensificó la supervisión de transacciones en institu-ciones de crédito, llamadas telefónicas, contactos por Internet. Estados Unidos se blindó. Aeropuertos y espacios pú-blicos fueron los sitios en que se pudo apreciar la preocupación gubernamen-tal. Las empresas privadas le significaron un desembolso de 39 mil 342 millones de dólares en las terminales aéreas, de acuerdo a lo señalado por Robert Poole, asesor gubernamental, al U.S. News and World Report.

“El tiempo invertido en colas de con-troles de seguridad ha costado a los es-tadounidenses 7 mil 800 millones de dólares”, afirmó Poole.

A ello hay que agregar la necesidad del gobierno de Barack Obama surgida tras un atentado frustrado en la Navidad de 2009 en Detroit: invirtió 984 millones de dólares para la adquisición de escáneres de cuerpo completo que generó polémica en los pasajeros por considerar que violaba su privacidad.

El experto en temas sobre Al Qaeda, Peter Bergen, afirmó que la sola opera-ción de búsqueda de Osama bin Laden generó gastos por 491 mil millones de dólares, cuando la operación del líder terrorista abatido en Pakistán, contra las Torres Gemelas le costó 396 mil dólares.

Hay necesidad de reducir gastos en seguridad, de ahí que en la propuesta de presupuestos del presidente Obama para 2012 ese apartado concreto suma 621 mil millones de dólares frente a 574 mil mi-llones de dólares en 2010. Esto significa que la seguridad consume casi uno de cada cinco dólares que gasta el Gobierno Federal, incluyendo la Seguridad Social. En tanto el tema Guantánamo sigue sien-do el pendiente. El presidente Barack Obama no ha podido cumplir su prome-sa de cerrar el campo de prisioneros para sospechosos de terrorismo que se instaló en una base de la Marina estadounidense en Cuba tras el 11 de septiembre.

396mil dólares

invirtió Al Qaeda para llevar a cabo

el ataque contra las Torres Gemelas y el

Pentágono el 11-S

350 mmdd aceptó

reducir el Congreso el gasto militar en los

próximos 10 años

george W. bushExpresidente de EU11-septiembre-2001

“¿Quién demonios le

ha hecho esto a Estados Unidos? El tercer avión fue una declaración de guerra. La magnitud de los ataques creció dramáticamente... estábamos en guerra. Ese día cambió mi mandato”

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Entrega EspecialTwitter@Diario_La_Razon

Sábado 10 Domingo 11.09.2011|La Razón 05

Naciones no hallan cómo abatir ataques

personas temen nuevos atentados

Escudados en la ideologías religiosas Al Qaeda perpetra sus atentados en contra de sus enemigos.Mayores atentados terroristas en el mundo

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Nueva York, EU2001

Qahtaniya, Iraq2007

Abadán, Irán1978

Beslán, Rusia2004

Vuelo 182, Air India1985

Beirut, Líbano1983

Moscú, Rusia1999

Vuelo 103, Pan American1988

Bombay, India1993

Zenza-Dondo, Angola2001

Por Lizeth Gómez De Anda >[email protected]

L as imágenes de dos aviones in-crustándose en las Torres Ge-melas quedaron grabadas en la memoria del mundo. Ya transcu-

rrieron 10 años desde que los ataques te-rroristas en el corazón de Estados Unidos sacudieron al mundo y marcaron la entra-da al siglo XXI. Sin embargo la sociedad aún tiene miedo. La muerte de Osama bin Laden no descarta nuevos atentados.

El temor es el principal factor que, desde los atentados del 11 de septiembre, se incrustó en el núcleo de la sociedad. Pri-mero, y con más fuerza, se arraigó en los ciudadanos de Estados Unidos, luego se expandió por Europa con los ataques que Al Qaeda realizó en España y Reino Unido.

Tras los atentados el gobierno estado-unidense inició un ataque masivo contra las fuerzas talibanes y yihadistas en Afga-nistán. Consiguió capturar y matar a miles de militantes, pero también cobró la vida de civiles sin relación alguna con el con-flicto, obligando al resto de sus líderes a sumirse inicialmente en la clandestinidad.

Las detenciones de varios de sus cabe-cillas, que incluye al hombre que presunta-mente planeó y organizó los ataques del 11-S no provocaron la desaparición de la cé-lula terrorista y sus aliados. Por el contra-rio, pasaron de ser una organización para convertirse en una red internacional co-ordinada con militantes en todo el mundo.

Así se desató una nueva era de atenta-dos. En 2003, ataques en Arabia Saudita dejaron 35 muertos en edificios habitados.

inglaterra y Es-paña también fueron presas de la red yiha-dista; en Irak el grupo rebelde fue enfrenta-do por el ejército de EU

Sin embargo, los ataques más graves después de 2001 ocurrieron en Europa. El 11 de marzo de 2004 diez explosiones casi simultáneas en cuatro trenes del metro de España provocaron la muerte de 191 personas y mil 858 lesionados.

Pocas semanas después la policía lo-calizó y rodeó a varios miembros del co-mando terrorista en Leganés. Al verse acorralados, sus miembros se suicidaron haciendo estallar el piso en el que se ha-bían atrincherado siendo esto el primer atentado suicida de Europa cuando los Geos iniciaban el asalto. En esta acción murió un agente del grupo policial y los miembros de la célula islamista.

Pasó más de un año y el 7 de julio de 2005, a las 08:50 de la mañana en Lon-dres, repentinamente el sistema de transporte británico se detuvo, tres bombas con un intervalo de 50 segundos entre cada una explotaron en los vagones del metro. Una cuarta bomba explotó en un autobús a las 09:47 en la Plaza Tavis-tock. En total murieron 50 personas.

Paralelamente a esto, facciones de Al Qaeda en Irak luchaban contra la ocupa-ción estadounidense, el grupo Tawhid-wal Jihad dirigido por el jordano Abu Musab Al Zarqawi, quien fue abatido por las tropas estadounidenses en junio de 2006, realizaban acciones diarias contra

la tropas de ocupación estadounidenses, británicas e iraquíes afines al nuevo go-bierno, además de civiles.

Finalmente, el 1 de mayo de 2011, el pre-sidente de Estados Unidos Barack Obama anunció que Bin Laden murió en un opera-tivo militar estadounidense en Pakistán y fue sucedido por Ayman al Zawahiri.

Ante el miedo creciente y la imposibi-lidad de frenar los ataques terroristas en el planeta, se plantea la pregunta sobre si se está ganando la guerra al terrorismo.

Han pasado diez años desde los ata-ques del 11-S y no se ha podido llegar a un consenso sobre el concepto del terroris-mo ni cómo combatirlo.

En marzo de 2004, la red terrorista perpetró ataques contra trenes en Madrid. En julio de 2005 el terror se apoderó de usuarios del metro de Londres.

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La Razón|Sábado 10.Domingo 11.09.201108

11 S/10 años

“En los ojos de la gente vi reflejado el terror”

I am here, help me, me gritaban: rafael hernández

Por Ángel Salinas >[email protected]

R afael Hernández aún tiene pesadillas: despierta agitado por los gritos que emergían de entre los hierros y trozos

de concreto de las Torres Gemelas: help me. Help. I am here... Cierra los ojos tra-tando de ocultar las lágrimas, pero no puede evitar que rueden por su rostro. “Cuerpos que volaban y luego de estre-llarse quedaban completamente desfi-gurados; otros, mutilados y desangrán-dose; ver a gente sepultada sin poder hacer nada. Fueron minutos de terror”, relata a La Razón con voz débil este bombero mexicano a diez años del 11 de septiembre de 2001.

En segundos cambió su destino y sus planes. “Estaba a punto de ir a la playa cuando un avión se estrelló en una de las torres —presenció el impacto del vuelo 11 de American Airlines sobre la efigie a las 8:46—. Me asombró lo que vi, pero no entendí lo que pasaba hasta que es-cuché el ulular de las sirenas y a la gente correr. Por instinto me acerqué al lugar, mostré mi placa de bombero y de inme-diato me incorporaron a una cuadrilla de rescate”, narra a unas horas de vol-ver por enésima ocasión a la Zona Cero, donde la muerte reinó por días, donde inició su desasosiego.

“Como pudimos ingresamos al edifi-cio. Si en el exterior se veía a gente huir sin rumbo, en el interior la imagen era aterradora: el fuego consumía algunas zonas; había personas inertes, unas con la mirada extraviada tratando de buscar una salida; madres con niños en brazos muertos; gente aplastada... Ayudé a sacar a algunas personas, pero mi es-fuerzo era insuficiente. Mientras esta-ba dentro un segundo golpe sacudió el edificio —tiempo después sabría que aquel golpe seco lo produjo el vuelo 175 de United Airlines al estrellarse contra la torre sur—. Sólo recuerdo que bajé. Apenas estaba saliendo cuando crujió la tierra y perdí el equilibrio. El edificio en que había estado segundos atrás desapareció en una tolvanera de con-creto. Cerré los ojos, pensé que todo había acabado”.

Un zumbido en los oídos lo alejó de la realidad por segundos. Help... I am here le imploraban en medio de aquella nata de polvo espesa que le impedía respirar. Ese fue el aliciente para levantarse y bus-car entre los escombros vida. Lo hizo por más de veinte días.

Estados Unidos vivió el terror, el miedo se apoderó de la gente, ¿cómo hacer frente a ese ambiente? Sólo pensé en las personas que estaban adentro. Lo que me invadió fue un esca-lofrío al ver lo ojos de los cadáveres. Vi reflejado el terror en ellos. El miedo se pierde después de ver tantas tragedias, como la del terremoto de México en 1985 o la del Huracán Gilberto. No puedes de-tenerte a pensar, a sentir, a hablar. Un mi-nuto perdido puede ser el fin de una vida y eso no te lo puedes permitir. Desde ese día Nueva York dejó de ser esa ciudad por la que transitabas y veías como parte de su atractivo sus rascacielos.

Cada año hay una breve ceremo-nia, ¿qué espera de distinto en ésta? Lo que espero no se puede dar. No pue-des volver a atrás y ver esos edificios, a esa gente que transitaba con prisa sobre las aceras con celular en mano, abriéndose espacio para llegar a su des-tino. No es el Nueva York que conocí dos años antes de la tragedia. Se habla de un nuevo ciclo, de nuevas construcciones, de la muerte de un hombre, pero un edi-ficio nuevo, una ceremonia, unas pala-bras del Presidente, no te sirven cuando estás aquí, sufriendo las secuelas de la tragedia. Cada año te buscan, te pregun-tan, quieren saber qué pasó. Nos graban los noticieros y luego nos olvidan. Que-remos que nos escuchen, que sepan que aún hay gente sin apoyo, por ello acce-demos. Discovery Channel fue uno de los primeros interesados en escuchar-nos y exponer nuestra situación.

¿Qué representó la muerte de Bin Laden? Nunca lo entendí. Matas a un hombre que ocasionó miles de muertes y crees que todo acabó. El terror en los ojos de esa gente no lo olvido. Algunas noches despierto sobresaltado. Están en mi mente, como en mi salud están las huellas de haber estado ahí. Tengo asma, reflujo gástrico, alergia, daño en el esófago... Cada antidepresivo, píldo-ra o pastilla que tomo me remite a ese día. Creen que con la muerte de Osama bin Laden fue suficiente, pero no es así, hay mucha gente que aún lucha por salir adelante y recibir alguna compensa-ción. La barbarie no se combate con ese mismo sentir.

Rafael Hernández aún tiene pesadi-llas. Observa la Zona Cero y la memoria le remite a los gritos que surgían de entre esa mole de concreto en que quedaron reducidas las Torres Gemelas: Help.

Rafael HernándezBombero retirado

“Se habla de un nuevo ciclo,

de la muerte de Bin Laden, pero un edificio nuevo y las palabras del Pre-sidente, no sirven cuando hay secue-las de la tragedia”

había personas inertes y con la mirada extraviada; madres con niños muertos en brazos; gente aplastada, afirma; la muerte de Osama bin Laden no alivia el dolor

EntrevistaRafael HernándezBombero retiradoParticipó en el rescate de víctimas de las Torres Gemelas

“Los cuerpos volaban y luego de estrellarse quedaban completamente desfigurados; otros estaban mutilados y desangrándose. Fueron minutos de terror”

50a 100 mil perso-nas participaron en labores de rescate en la Zona cero, según cifras del Informe sobre la Salud del 9/11

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Sábado 10.Domingo 11.09.2011|La Razón

Entrega Especial

La visión de La Literatura, en torno a la com-plejidad y el mecanismo del mal, no sólo advierte acerca de la revolución destructora sino se extiende a ese te-rrorismo orientado siempre a exterminar la inocencia

Dostoyevski y el 11 de septiembre

LOS ENDEMONIADOS AYUDA A DESENTRAÑAR EL MAL

Por Gerardo De la Concha >

La verdadera literatura sobre el 11 de septiembre no es ninguna de las novelas contemporá-neas escritas en torno a este

tema: la obra de un clásico como Fiodor Dostoyevski sirve mejor para desentra-ñar este suceso. Y esto es porque el mal constituye la esencia de los atentados a las Torres Gemelas en Nueva York; de manera específica el mal denominado nihilismo y al cual el gran escritor ruso dedicara su libro Los endemoniados.

La literatura tiene capacidad para penetrar en el mal y hacer entender su espíritu y, por tanto, sus actos. Además hay también capacidad profética en sus textos. Los endemoniados es una novela adelantada a las consecuencias de la ac-ción nihilista y auguró por eso el adveni-miento del comunismo en Rusia.

Pero su visión en torno a la compleji-dad y el mecanismo del mal, no sólo ad-vierte acerca de la revolución destructora sino se extiende a ese terrorismo orien-tado siempre a exterminar la inocencia. Cuando a Ravachol —un terrorista anar-quista decimonónico—, se le cuestionó el porqué había lanzado una bomba en un café donde estaba gente inocente, excla-mó: “¡En este mundo de miseria no hay inocentes, si están en un café!”

Le debemos a André Glucksman un ensayo: Dostoyevski en Manhattan, con este tema y publicado de manera temprana sólo un año después del más grande acto terrorista de la historia. Es un texto denso, poco comprendido en su momento aunque importante si se quie-re ir más allá de los lugares comunes, de los absurdos de la teoría de la conspira-ción y de los análisis panfletarios.

Por supuesto, es un ensayo provo-cativo. En este acto terrorista y en sus perpetradores ve la manifestación de un nihilismo contemporáneo con sus raíces hundidas en el despuntar nihilista de la Rusia de Dostoyevski.

¿Cuál es el vínculo de aquellos terro-ristas empeñados en destruir la Rusia zarista y éstos de ahora, quienes se rei-vindican islámicos, llenos de odio contra Occidente y, en especial, contra Estados Unidos? ¿Son comparables? Para Glucks-man no sólo hay un vínculo patente o es válida una comparación entre ambos, en realidad son lo mismo.

La personalidad de estos terroristas islámicos es compatible con las descrip-ciones del carácter, el furor y la demencia de los personajes dostoyevskianos, tam-bién los une el mismo sustento básico: la decisión de que está permitido matar inocentes en el nombre de su causa; esto conforma la ausencia de valores y repre-senta, en su desmesura, la negación ab-soluta de los límites establecidos por la moral.

Una paradoja del nihilista es que su negación de valores y límites puede hacerse mientras sostiene dogmas; su irracionalidad de fondo, al margen de su

Libros sobre el 11-S

La CIA y el 11 de septiembreAutor: Andreas Von BulowPaís: AlemaniaAño: 2006

Diario de una guerra: el mundo después del 11 de septiembreAutor: Marc AugéPaís: FranciaAño: 2002

11/09/2001Autor: Noam ChomskyPaís: EUAño: 2001

¿Por qué sucedió? El terrorismo y la nueva guerra Comp.: James F. Hoge Jr., y Gideon RosePaís: EUAño: 2002Autor: Marc AugéPaís: FranciaAño: 2002

Cuando el destino nos alcance...Te-rrorismo, demo-cracia y seguridadCoord: María Cris-tina RosasPaís: MéxicoAño: 2002

Seguridad y democracia hoy. El reto de las democraciasAutor: Ana María SalazarPaís: MéxicoAño: 2002

After the fallAutor: Mary Mars-hall ClarkPaís: EUAño: 2011

9/11 The World Speaks Autor: Lee IelpiPaís: EUAño: 2011

The eleven day: The full story of 9/11 and Osama bin Laden Autor: Anthony SummersPaís: EUAño:

The submissionAutor: Amy WaldmanPaís: EUAño: 2010

The Legacy Let-ters: Messages of Life and Hope from 9/11 Family MembersAutor: Tuesday’s ChildrenPaís: EUAño: 2011

ideología, es una falsa conciencia ya se trate de la Revolución, de la Raza o del Islam.

En Los endemoniados, los personajes alienados en su nihilismo se unen en torno al crimen, en la forma del asesina-to o el incendio; cada uno de ellos desa-rrolla una tipología maligna: Chigalev, mantiene su teoría de la esclavitud libe-radora, anticipando a los totalitarismos paganos o teocráticos; Kirilov, el suicida quien se mata para ser dios, acepta que su muerte sea utilizada por los cons-piradores; Verhovensky, representa al fanático sin escrúpulos, capaz de matar a sangre fría; Stravoguin, muestra un ca-rácter melancólico que oculta una per-versión secreta.

Esta pandilla de locos es un símbolo del nihilismo, manifestado luego en bol-cheviques, nazis o terroristas islámicos. La aportación de Glucksman consiste en reflexionar acerca de estos últimos desde la perspectiva nihilista, a pesar de que ellos perversamente actúan como supuestos hombres religiosos.

Mohamed Atta, el jefe del comando terrorista del 11 de septiembre, debe ser interpretado como un endemoniado dostoyevskiano. De buena familia, cul-to, realizó su obra decidido a exterminar estadounidenses en un sacrificio que lo incluía a él y a sus secuaces, otra pandi-lla de locos nihilistas invocadores de Alá

para realizar su crimen, el cual es el ver-dadero dios de sus vidas absurdas. Sin el crimen no eran nada, no son nadie; sólo el holocausto en el que mataron y murie-ron los redimiría, pero esa redención es también nada.

Para entender el 11 de septiembre, la personalidad de Mohamed Atta es tan relevante como la de Osama bin Laden, el autor intelectual; ambos ricos y con alta cultura, decididos a que murieran inocentes; y, por ello, auténticos posesos. Sólo una energía demoníaca se canaliza así al exterminio de seres humanos sin ninguna culpa.

Glucksman dice que el perímetro de las Torres Gemelas se convirtió en un campo de exterminio para matar gente inocente de todo tipo, incluyendo emi-grantes. Y esta voluntad de muerte y de odio fue tan poderosa que asumió la autodestrucción de sus ejecutores. La literatura plantea que el mal —represen-tado por un acto de esta naturaleza tan inexplicable—, puede ser, sin embargo, entendido.

A intentar esa comprensión —como un conjuro, como una explicación espi-ritual— dedicó Dostoyevski Los endemo-niados, una de sus grandes obras, sin la cual no podríamos abordar con profundi-dad la clarificación del 11 de septiembre, el acto nihilista por excelencia de nuestro tiempo.

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La derrota de Bin Laden

ZonaFranca Bertrand de la Grange

EU no sE podía permitir que Bin Laden llegara vivo al décimo aniversario del ataque a las Torres Gemelas, por ello Obama autorizó una operación clandestina para acabar con el líder de Al Qaeda

A diferencia de lo que pasó el 11 de septiembre de 2001, hoy las fuerzas de seguridad occidentales están prepara-das ante cualquier tipo de atentado. La cooperación desarrollada últimamente entre los servicios de inteligencia con-trasta con la despreocupación que per-mitió entonces a 19 islamistas fanáticos apoderarse de cuatro aviones —sin más armas que unas simples cuchillas— y es-trellarlos contra el Pentágono y las Torres Gemelas. Diez años después, muchos se siguen preguntando cómo fue posible un ataque de ese tipo contra los edificios más emblemáticos de la mayor potencia militar y financiera del planeta.

Esas dudas, sensatas, han dado pie a una ola de teorías conspirativas absur-das, que exculpan a Al Qaeda y acusan a los servicios secretos estadounidenses —y, de paso, a los israelíes— de haber or-ganizado los atentados para justificar de antemano la ocupación militar de Afga-nistán e Irak. Muchos libros han sido pu-blicados sobre el asunto, pero Internet ha sido el vehículo privilegiado para ex-pandir esas teorías. Lo más significativo, sin embargo, es el origen de esa campa-ña que asegura, entre otras cosas, que el Pentágono fue alcanzado por un misil lanzado por EU, no por un avión pilotado por un terrorista. Los autores, la mayoría europeos y algunos latinoamericanos, vienen de la vieja izquierda comunista y de la extrema derecha antiyanki, precisa-mente esos sectores que celebraron los ataques —hasta la argentina Hebe de Bo-

Aunque fuera sólo por una cuestión de orgullo nacional, Estados Unidos no iba a permitir que Osama bin Laden llegara vivo al décimo aniversario del acto terro-rista más destructivo de la historia (casi

3,000 muertos en Nueva York y Washington). Por eso no sorprendió la decisión del presidente Barack Obama —a pesar de su premio Nobel de la Paz, actuó como hubiera actuado su antecesor, George Bush— de autorizar una misión clandestina de sus tropas es-peciales para asesinar, en mayo pasado, al líder de Al Qaeda en su guarida pakistaní. La liquidación del jefe islamista no ha acabado con la multinacional terroris-ta, pero sí ha mermado su capacidad de llevar la yihad (guerra santa) al otro lado del Atlántico.

nafini, fundadora de las Madres de Plaza de Mayo, expresó su “alegría”—.

Los partidarios de la conspiración no han logrado desautorizar los múltiples trabajos de investigación que han proba-do la responsabilidad de Bin Laden y de Al Qaeda en el 11-S. Hoy sabemos mucho sobre la gestación de los atentados y un poco menos, es cierto, sobre los impor-tantes fallos de los servicios de inteligen-cia, que no lograron juntar e interpretar la información disponible antes de los ataques. Esto se debe, en parte, al triunfa-lismo que se vivía en esa época, marcada por la caída del muro de Berlín, en 1989, y el fin de la Guerra Fría. La democracia capitalista había derrotado al comunis-mo totalitario de la URSS. Se había esfu-mado el riesgo de un holocausto nuclear. La paz mundial parecía posible, a pesar de la pervivencia de algunos conflictos regionales. Se hablaba de un “nuevo or-den mundial”, basado en el consenso de-mocrático y la liberalización de los inter-cambios comerciales a escala planetaria.

En ese clima eufórico, había sin em-bargo algunas señales preocupantes que procedían del mundo musulmán, donde

un antiguo aliado de Washington se ha-bía convertido en un enemigo acérrimo de Occidente. Se llamaba Osama bin La-den y había recibido una ayuda conside-rable de Estados Unidos para luchar, en los años 80, contra el invasor soviético en Afganistán. A partir de 1993, Bin La-den y su organización, Al Qaeda, come-ten varios atentados de consideración contra intereses estadounidenses, em-pezando con un primer ataque a una de las Torres Gemelas con un camión carga-do de explosivos. Hasta llegar al 11-S, que le da el estatus de héroe ante las masas musulmanes empobrecidas y maltra-tadas por unos gobiernos tiránicos que gozan del apoyo de Washington.

Diez años después, esas mismas ma-sas han entendido que la yihad de Bin La-den no llevaba a ninguna parte y ha con-tribuido, incluso, a exacerbar los odios entre suníes y chiíes, las dos principales ramas del Islam (Al Qaeda ha matado a muchísimos más musulmanes que cris-tianos y judíos). Los pueblos árabes han descubierto que los principales respon-sables de sus desgracias están dentro de sus fronteras, no fuera, y que se les pue-de pedir cuentas. Desde diciembre pa-sado, han tomado la calle para expresar una rabia acumulada durante décadas y exigir cambios y libertad. En unos pocos meses, han derribado a tres dictadores (Túnez, Egipto y Libia) y han puesto en aprietos a uno más (Siria). En diez años de atentados indiscriminados, Bin La-den no había conseguido tumbar a un solo tirano. Antes de caer bajo las balas estadounidenses, el jefe de Al Qaeda era ya un cadáver político.

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Las masas de musul-manes empobrecidas y maltratadas han enten-dido que la yihad de Bin Laden no llevaba a ninguna parte y ha contribuido, incluso, a exacerbar los odios entre suníes y chiíes

Diez años después, muchos se siguen

preguntando cómo fue posible un ata-

que de ese tipo contra los edificios más emblemáticos de la mayor poten-cia militar y finan-

ciera del planeta

Barack OBama y miembros de su gabinete observan el video de la muerte de Osama bin Laden.

SáBAdO 10. dOMINGO 11.09.2011

11- S10 años

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