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Dinámica del sistema feudal, marginalidad y transición al sistema capitalistas - Carlos Astarita Los historiadores establecieron que los marginados de la edad media y moderna comprenden una gama muy variada de personajes. Vagabundos, indigentes, bandidos, herejes, judíos, mercaderes, leprosos, prostitutas, son incluidos en este concepto polivalente de marginados. Este muestrario inspiró una serie de descripciones muy entretenidas que enriquecieron nuestras lecturas. Este conjunto de elementos heteróclitos (extraños) y apertura clasificatoria, los historiadores han reconocido que una noción clave de la marginalidad se encuentra en el proceso de desplazamiento social. Éste punto de partida remite a las condiciones de producción y reproducción de la marginalidad, es decir, al problema del funcionamiento del sistema feudal como generador de marginamiento. Estas consideraciones no están destinadas a descartar una noción que obtuvo su carta de ciudadanía historiográfica, sino a precisarla. En el marginado por excelencia era ese sector que oscilaba entre el trabajo asalariado por temporadas como versión anticipatorio del proletariado moderno y la economía de recolección prefeudal. Era un desclasado, fuera de las relaciones básicas de extracción de renta. Sin embargo, no era un excluido, al estilo de la franja social que naufragó en la criminalidad profesional. Y tampoco era asimilable a un leproso condenado a la segregación extrema. Una existencia de marginalidad presupone una situación ambivalente, de bisagra social, entrando y saliendo de la producción, encuadrada a medias en las redes de la comunidad y contribuyendo tanto la reproducción temporal de las relaciones dominantes, como a su no reproducción. Una guía para evaluar su situación es considerar que no se encontraba integrado formalmente en ninguna de las organizaciones de tipo horizontal que enmarcaban a los sectores sociales en el medioevo. Por último es necesario diferenciar al marginal del pobre, a aunque la pobreza sea un supuesto de sus condiciones. Pobre puede ser un Hidalgo un campesino indigente; cada uno le a su manera y en diferentes escalas, aunque uno y otro es posible que se encuentren integrados en las estructuras de sociabilidad básica. En la evolución general del feudalismo, el marginal asalariado adquiere un rol relevante. Observar su naturaleza desde esta perspectiva, permite comprender cómo una periferia social se transforma en el centro de un proceso transicional, con lo cual retomamos aquí una vía clásica del análisis iniciada por Marx y recorrida posteriormente por Geremek.

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Dinámica del sistema feudal, marginalidad y transición al sistema capitalistas - Carlos Astarita

Los historiadores establecieron que los marginados de la edad media y moderna comprenden una gama muy variada de personajes. Vagabundos, indigentes, bandidos, herejes, judíos, mercaderes, leprosos, prostitutas, son incluidos en este concepto polivalente de marginados. Este muestrario inspiró una serie de descripciones muy entretenidas que enriquecieron nuestras lecturas.Este conjunto de elementos heteróclitos (extraños) y apertura clasificatoria, los historiadores han reconocido que una noción clave de la marginalidad se encuentra en el proceso de desplazamiento social. Éste punto de partida remite a las condiciones de producción y reproducción de la marginalidad, es decir, al problema del funcionamiento del sistema feudal como generador de marginamiento.Estas consideraciones no están destinadas a descartar una noción que obtuvo su carta de ciudadanía historiográfica, sino a precisarla.En el marginado por excelencia era ese sector que oscilaba entre el trabajo asalariado por temporadas como versión anticipatorio del proletariado moderno y la economía de recolección prefeudal. Era un desclasado, fuera de las relaciones básicas de extracción de renta. Sin embargo, no era un excluido, al estilo de la franja social que naufragó en la criminalidad profesional. Y tampoco era asimilable a un leproso condenado a la segregación extrema. Una existencia de marginalidad presupone una situación ambivalente, de bisagra social, entrando y saliendo de la producción, encuadrada a medias en las redes de la comunidad y contribuyendo tanto la reproducción temporal de las relaciones dominantes, como a su no reproducción. Una guía para evaluar su situación es considerar que no se encontraba integrado formalmente en ninguna de las organizaciones de tipo horizontal que enmarcaban a los sectores sociales en el medioevo.Por último es necesario diferenciar al marginal del pobre, a aunque la pobreza sea un supuesto de sus condiciones. Pobre puede ser un Hidalgo un campesino indigente; cada uno le a su manera y en diferentes escalas, aunque uno y otro es posible que se encuentren integrados en las estructuras de sociabilidad básica.En la evolución general del feudalismo, el marginal asalariado adquiere un rol relevante. Observar su naturaleza desde esta perspectiva, permite comprender cómo una periferia social se transforma en el centro de un proceso transicional, con lo cual retomamos aquí una vía clásica del análisis iniciada por Marx y recorrida posteriormente por Geremek.

Dinámica del sistema feudal y emergencia del marginal-asalariado

Guy Bois es el responsable de la versión más sofisticada del modelo demografista, considera que la transición al capitalismo era preparada así desde el interior del sistema feudal mediante el crecimiento de los jornaleros asalariados.El movimiento del sistema feudal fue planteado en referencia al vínculo entre demografía, ocupación espacial y el conjunto de variables económicamente significativas (volumen y tasa de renta, productividad, precios) derivando de ello el estudio de la estructura clasista, en especial del proceso de polarización en las comunidades de aldea, con su estrato social enriquecido y pauperización generalizada.La cuestión es que confrontemos la teoría con nuestros registros fácticos, esta exigencia va a tropezar con objeciones de orden empírico. Sin embargo, la presencia de vagabundos como problema social, el creciente número de campesinos que buscaban en el salario estrategias de subsistencia y el establecimiento del patrón occidental de matrimonio (tardía edad de

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casamiento y elevado nivel de celibato), son hechos del período que replantear críticamente las mismas bases del modelo malthusiano.La observación de la Extremadura Histórica castellana durante los siglos XIV y XV permite constatar en un caso concreto que las circunstancias histórico reales se oponen a la armónica regulación homeostática preconizada por el demográfico.Éstas acciones eran una respuesta a la política de señores y caballeros urbanos, que en los siglos XIV y XV intensificaron la apropiación de tierras, obstaculizando las roturas y de campesinas y la utilización de los comunales. El avance de estos intereses concertados de señores y caballeros comprometía la sobrevivencia de las comunidades tanto en una fase de caída demográfica como de recuperación poblacional, constatación que está lejos del pretendido reordenamiento automatizado entre población y recursos que ofrece el modelo demografista. Esta política de absorción creciente de espacios, que se incluye en una regularidad del funcionamiento feudal, fue económicamente incentivada en la baja edad media por los estímulos que ofrecía el mercado para una producción especializada en excelentes comercializables, especialmente por la demanda de lanas.Contra esta tesis se sublevaron las evidencias empíricas, mostrando que la población en ascenso no ha sido aquí la causa de la marginación social, sino la apropiación señorializada del espacio para responder a estímulos de mercado.Pedro de Barrientos llega a conclusiones parecidas a las que obtenemos de la observación macroscópica: las operaciones efectuadas en Zapardiel no estuvieron motivadas por los típicos factores indicados por los historiadores para el siglo XV (aumento demográfico y agotamiento de la gran tíos tradicionales) sino por el cambio del régimen de propiedad. Otros autores indican que es inapropiado la teoría demografista para el caso castellano.Esta intervención activa de los intereses de clase se tradujo en el plano social en un aumento de la cuota de explotación campesina reduciendo sus posibilidades reproductivas.Los señores tenían un único objetivo, obtener la mayor cantidad de rentas, y distintas estrategias para lograrlo: constitución de reservas, arrendamientos, extracción compulsiva tributaria, etcétera. Estas diversas estrategias jugaban su papel en el área que consideramos, y se visualizan en las diferencias que separaban a los señores o caballeros propietarios de ganados y los reyes o señores particulares de los consejos que trataban de preservar los comunales para que no se deteriore en sus rentas.Pasa aquí a primer plano la contradictoria evolución entre la apropiación privada del espacio y la forma de reproducción campesina. Con el feudalismo se concreta la privatización de gran parte del espacio, con lo cual la tierra, que en principio era un bien ilimitado, se transforma en un bien escaso. La lucha de los campesinos de la Extremadura histórica contra la limitación de recursos se constata también en otras regiones durante los siglos XIV y XV. Los intereses del señor por mantener reservas productivas eran un serio impedimento para que se concretara una mecánica ocupación de tierras despobladas, como afirma el laboratorio historiográfico.En estas condiciones, la reproducción socioeconómica del campesino se encontraba comprometida. Este último concepto implica dos niveles interconectados:

a. la reproducción cotidiana de la unidad doméstica, es decir, la producción de sus condiciones habituales de existencia

b. la reproducción generacional, o sea, el traspase de una generación de productores a otra en escala y modificada (mantenimiento de la reproducción simple) o el desdoblamiento de nuevas unidades productivas (que es la reproducción ampliada) tomando esta última forma las características de crecimiento extensivo o espacial.

Los campesinos, que por fraccionamiento de sus tierras no reunían la cuantía mínima requerida para tributar, comenzaban entonces a recorrer el camino hacia el desplazamiento y

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la marginalidad social, y el salario por trabajos ocasionales se ofrecía entonces como un recurso extremo de sobrevivencia.Este resultado del funcionamiento feudal no emerge entonces de las relaciones entre población-espacio y recursos, sino de la contradicción entre los mecanismos reproductivos de la unidad doméstica campesina y las relaciones de propiedad señorial sobre la tierra.La respuesta de los campesinos se concentra en principio en el combate reivindicativo por los comunales, y el proceso adquiere la dialéctica de una lucha social cambiante. Otras estrategias compensatorias, defectos menores sobre la evolución de las relaciones de propiedad, se encuentra nivel de la racionalidad campesina mediante los controles de natalidad.Estas evidencias no niegan que en otros lugares donde no había una fuerza económica impulsando la privatización del espacio y la constitución de reservas, no actuarán de manera más acorde con la teoría malthusiano de mecanismos de regulación poblacional.

Más allá de la teoría demografista

Una minoría de historiadores se pronunció contra la tesis demográfica de dominante.Más allá de las vacilaciones este tipo de análisis orienta la mirada hacia diversas modalidades de desplazamiento, analíticamente discernibles.

a. La relación explotativa, representada por la renta como causa de despoblamiento y marginación social es un hecho admitido.

b. El nivel jurídico-coercitivo.c. El contexto coyuntural.d. El desenvolvimiento del ciclo familiar (por ejemplo las viudas, que constituían una

fracción estable y alta de las comunidades).e. Los condicionantes morfológicamente conformados. La carencia de tierras y animales

para el arado eran los indicadores significativos de su situación.

El campesino, al que los fueros de la plena edad media obligaban a prestar servicios sin arado ni animales, era un marginado potencial contenido en los marcos del señorío. En las relaciones donde no había servicio personal, aparece otra situación: el campesino pobre no es requerido para el trabajo de brazos y no puede tampoco tributar. Éste hecho lleva a que dejen estar contenido por la relación explicativa del sistema, pasando ser un marginal guión asalariado. En alguna medida, este último en la continuación del campesino carenciado de las áreas de prestaciones personales de servicios en otro contexto; su trabajo por salario se corresponde con las sernas de brazos de los primeros.Ello era concurrente con el incremento de la circulación mercantil y los recursos monetarios para qué su subsistencia fuera ocasionalmente atendida por el salario. En las regiones donde la renta se basaba en pagos monetarios o en especial, se constata la permanencia de campesinos sin bueyes para la labranza que debían alquilarlos.La falta de animales de labranza fue siempre un indicador de la parte del campesinado estaba expuesta a caer en situación de marginalidad social. De una u otra manera, en el feudalismo se generaba un estrato social con pocos medios de producción (en especial carenciado de tierra), entraban en relación de trabajo personal con los señoríos, ya fuera en la forma de prestación personal directa o como asalariados.Laura da Graca estableció que mientras que en las beheterias la exención tributaria por pobreza no era la regla, el consejos de real tengo un campesino situado por debajo del mínimo fiscal imponible estaba en condiciones de transformarse en asalariado por desplazamiento del sistema de renta.

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De esto se deduce que el feudalismo produce asalariados con una regularidad de su funcionamiento solamente en determinadas condiciones socioeconómicas.Por el contrario, las modalidades de herencia patrimonial campesina, a pesar de estar ligadas a la reproducción social de las familias, tienen una incidencia relativa en los resultados del proceso evaluado en términos generales. En estas condiciones, si bien se evitaba la urbanización de las unidades productivas (implicaba la inmovilización de la propiedad), la exclusión de una parte de los jóvenes de la herencia era ineludible, aunque pudieran conservar ciertos derechos menores. En otros señoríos, la división de las herencias llevaba a la micro-propiedad, aunque el reordenamiento por canje o compra-renta entre los herederos no era por principio descartable para reconducir un tamaño apropiado a la unidad productiva.Desde el momento en que el régimen de transmisión con preservación del individuo inclinaría la balanza hacia una marginación centrífuga (o expulsora de la comunidad), mientras que el caso puesto estaría más de acuerdo con una forma centrípeta por la cual el marginal era retenido dentro de sistemas locales de contención social.

Las variantes de la marginalidad

En el proceso de desplazamiento, el marginal guión asalariado se presenta en dos versiones que se distinguen por la posesión o no de vivienda con su fracción de tierra. Por una parte el feudalismo segregaba una sufrida masa errante, desligada de todo lazo comunal, cuya existencia es cada vez más notoria en las reuniones de cortes que cubren el periodo bajo medieval y continuaron en la época moderna española. Con sus desplazamiento y la pérdida total de medios de subsistencia, lograban una miserable libertad de sobrevivencia combinaban el trabajo asalariado ocasional con el delito, determinando una ambigua posición entre la absorción laboral y su exclusión absoluta.En vista de estos hechos, no es arriesgado decir que la absorción laboral de los de ambulantes inclinados al delito y a la mendicidad, eran igual medida un resultado de su indiferencia hacia el trabajo. Una evidencia de esto son las reiteradas quejas por los salarios, altos conviviendo con anuncios sobre la persistencia de vagabundos irreductibles.Es por ello que este sector, tenía consecuencia de tipo social antes que económico, a no ser que las tomemos por su costado puramente negativo, y es por esto que los indigentes absolutos tienen ahora para nosotros una importancia más bien secundaria.La disciplina laboral se erige como una de las cuestiones centrales de la evolución económica en el feudalismo tardío, y este problema no se resuelve en el seno del carenciado absoluto.Como muestran los testimonios, el trabajo temporal por salario se nutría de aquellos que habían sido excluidos del sistema tributario por desautorización, conservaban su lugar en el interior de la aldea. Con esta estabilidad residencial, se resolvió un principio de control ejercido por las autoridades concejiles, y con ello se concretaba un requisito de la inclusión productiva del marginado. A ello se agregaban estrategias complementarias orientadas el mismo sentido. La subcontratación de trabajadores por parte del yuguero nos revela dos esferas de cuestiones vinculadas.

1. Por un lado, que entre éstos carencia a los había una graduación de estratificación que impiden considerarlo como un todo unitario.

2. Pero por otra parte, que en base a este componente heterogéneo, el emperador tenía más facilidades para asegurar la vigilancia del trabajo, concentrando la responsabilidad del cumplimiento contractual en un individuo encargado de la companna.

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El reclutamiento de trabajadores, sujeto normativas legales bajo el control del segmento superior al llano, se dirigía a cumplir un rol paralelo en lograr esa vigilancia de trabajo. Esta conformación localizada de un mercado laboral precapitalista incidía positivamente en la estabilidad residencial del marginado, agregándose a ello las medidas del estado feudal que restringían el desplazamiento físico de vagabundos. También este tipo de campesinos era retenido por disponer de una pequeña unidad doméstica con cuarta y la consiguiente estabilidad de una vida familiar propia.La posibilidad de uso de comunales como reconocimiento de derechos otorgados por la residencia en la aldea, donde el asalariado encontraba lugares para realizar pequeñas sembradura de subsistencia o utilizar los pactos comunes como derecho adquirido por vivir en la aldea, aportaba una cuota adicional de estabilidad del hábitat (y entre otras cosas esto nos dice que el índice salarial es una variable inadecuada para establecer sus niveles de vida). Todo menesteroso que tenía una permanencia en la comunidad están en condición de recibir alguna ayuda solidaria por parte de los vecinos. Este conjunto de medidas legales y prácticas consuetudinarias, permitía la inclusión del marginal asalariado en las labores estacionales, aunque ello no impidió que la rapiña más o menos cotidiana en las heredades de los vecinos entrara también en el repertorio de recursos que estos empobrecidos miembros de la comunidad utilizaban para subsistir.En muchos aspectos el marginal asalariado se separaba del campesino tributario y podía alcanzar esta separación el nivel de conflicto endémico. El marginado comerciaba su fuerza de trabajo en el mercado local, como el campesino vendía los pequeños los que obtenía de su producción. Su existencia pasaba ser de manera creciente una función de las condiciones reproductivas de otras clases sociales. Provisto de un salario, este actor social debía vincularse de manera creciente con el mercado para obtener sus bienes de consumo.

De la periferia a la centralidad transicional

Si observamos ahora a este sector social no sólo como apoyo adicional al sistema feudal, sino también como la precondición de la industria rural a domicilio, una serie de problemas para los que la interpretación usual no puede hallar solución sobre este sistema productivo, queda resuelta.Algunos autores sostienen que el factor clave para explicar la nueva pañería rural fue la modificación de los lazos de dependencia del campesino para que con el señor, impulsando al primero a vincularse con el mercado para pagar rentas dinerarias y arriendos.Otra teoría, de alguna manera clásica y mayoritariamente sentadas sostiene que el verlagssystem se originó en regiones periféricas y pobres, la escasa fertilidad y feudalización débil.Por lo tanto estamos en condiciones de proponer que le capitalismo adolescente, captando al nuevo proletariado del estrato social con pocas tierras de las comunidades, podía desenvolverse sin afectar el nivel de tributación propio del sistema feudal. De alguna manera, el inicio de la transición al capitalismo, entendida como la formación de relaciones asalariadas destinadas a la producción de vales de cambio en la industria rural a domicilio, se decidía a nivel de las aldeas.Los datos que existen permiten postular como hipótesis que los nuevos empresario surgían del sector superior de las comunidades tributarias, con individuos dedicados a actividades secundarias y terciarias. En la medida que existe el reclutamiento de mano de obra se daba entre el campesinado carenciado de tierras, el segmento superior de los tributarios reproducía los mecanismo de dominación usual sobre los campesinos más pobres. Es por esto que en la explicación transicional tienen tanta importancia los procesos que afectaban la reproducción normal de la economía campesina como la polarización social de las comunidades y la circulación monetaria-mercantil, y hasta cierto punto, la industria rural a

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domicilio no era otra cosa que una expresión adicional de la división del trabajo en le interior de las aldeas.Esto es lo que permite la coexistencia de relaciones sociales diferenciadas (de verlagssystem y señoriales) en el mismo espacio. El asalariado del nuevo sistema productivo, que era captado entre el sector de excluidos de la cuantía fiscal mínima exigible, transmitía su fisonomía al trabajo textil no cualificado realizado por campesino pobres sin la pericia adquirida en el aprendizaje tradicional, y se implantaba en lugares diversos incluyendo aldeas pequeñas de donde surgían paños baratos de lana basta. Con estas características, el productor directo del Verlagssystem estaba en condiciones de desarrollarse sin afectar la renta señorial.El nuevo régimen de producción, que nacía de las entrañas del sistema feudal como producto residual de su propia dinámica, se mostraba en una primera fase de desarrollo sustancialmente compatible con el régimen señorial, y en su seno encontraba un refugio de libertad para eludir el constreñimiento corporativo del ámbito urbano. No es inusual entonces que en las aldeas convivieran relaciones tributarias.Por ello esta forma, al igual que el trabajo asalariado en su modalidad preburguesa, no tiene relación con coyunturas económicas alcistas, sino con el agravamiento de la situación social del campesino conducente a la marginalidad.Por la vía del impuesto a la circulación, le señor recuperaba a este sector marginado como fuente de ingresos, y ello explica también la aceptación del poder feudal para que esta industria rural evolucione en un contexto que le es extraño. El proletariado-campesino del capitalismo adolescente era una fuente indirecta de renta para la clase feudal, que alentaba la instalación de estos centro de producción no tradicionales como lo hacían los Reyes Católicos en el año 1497, cuando preguntaban a los oficiales del a ciudad de Vitoria sobre lel surgimiento de asalariados en el interior del sistema feudal con residencia estable en las aldeas, se adecuaba también a los requerimientos económicos. El primer estadio del capitalismo productivo se asentaba sobre el trabajador que poseía una unidad doméstica, mantenido así una continuidad sustancial con el asalariado feudal. La naturaleza del desheredado absoluto, propia del proletario total, era incompatible con este carácter doméstico del trabajo, y es por ello que la instalación de una unidad productiva al servicio del capital requería de un trabajador con un mínimo de medios, hecho que no niega su pobreza. Esta mano de obra formada por el desplazamiento de una parte de los campesino tributarios hacia un estado semi-proletario, y la acumulación de capital dinerario en un segmento comunal con posibilidades de subsumir el trabajo, son dos caras bipolarmente ligadas del mismo fenómeno que se dio en el interior de las aldeas, configurando el condicionamiento esencial para la producción de valores de cambio.Mientras que en el trabajo temporal rural adquirían un entrenamiento preliminar de la rutinización ocupacional, se desamparo gremial o comunitario y el sometimiento a una relación explotativa personalizada donde el empleador gozaba de derechos de justicia, abría el camino de la sobre-explotación por imposición de ritmos de trabajo intensos y reducción salarial.En estas condiciones el conflicto de intereses entre el empleador y el asalariado, al adquirir una connotación individualizada, se desdibujaba como enfrentamientos de clase.Por este flanco del a unidad parcelaria, el salario también había penetrado en la racionalidad de una economía orientada al consumo. Asimismo, los jóvenes segregados de la unidad doméstica familiar, pero no desplazados a la condición de vagabundos, podían encontrar en estos primeros talleres alternativas de sobrevivencia.

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Conclusiones

En este estudio hemos visto que le marginal asalariado, originado en el movimiento del feudalismo y con funciones complementarias en su sistema productivo, constituyó un requisito del primer régimen capitalista castellano. De este estudio surgen consecuencias, observemos estas divergencias.Con independencia de las fases de crecimiento o disminución poblacional, el marginal asalariado en Castelli fue un resultado de la apropiación señorializada del espacio, apropiación que adquirió en la Baja Edad media una expresión exacerbada por la demanda de excedentes para el mercado.Aquí no se renuncia a observar la relación demográfica y espacio, sólo que este nexo es contextualizado en el marco de las relaciones de propiedad y de producción del sistema consideradas como prioridad causal del movimiento de variables derivadas.El proceso de desclasamiento, que generaban fuerzas laborales excluidas del pago tributario, explica la compatibilidad funcional que se daba entre la industria rural a domicilio y el sistema feudal de rentas: el empresario capitalista estaba en condiciones de contratar trabajadores que no afectaban las rentas señoriales e incluso suponen su incremento a través de los impuestos a la circulación mercantil.Pasamos así de la teoría de las regularidades demografistas y los equilibrios ecológicos-sistémicos a la interpretación transicional delineada por Marx: el proceso por el cual se origina mano de obra a disposición del capital.Esto induce a matizar la lectura que suele realizar del notable capítulo 24 de El Capital, donde Marx presenta un panorama de proletarización absoluta en base a los documentos legislativos ingleses medievales y modernos. Nuestras conclusiones se separan de este famoso párrafo, pero más aun se distancian de lecturas apresuradas.En segundo lugar, según se deprende de nuestro estudio, el nacimiento de las relaciones asalariadas no necesariamente debe ser un resultado de la descomposición de la propiedad feudal. En nuestro estudio hemos comprobado que el control feudal destinado a asegurar la percepción de renta, no sólo es compatible con los mecanismos que separaban al campesino de su régimen habitual de existencia, sino que es también su condición necesaria.Es por esto que le período de la llamada acumulación primitiva puede ser considerado como una etapa histórica en que le movimiento estructural del feudalismo generaba, como un producto residual, el proceso de proletarización.El nuevo empresario capitalista no desplaza al señor de sus posesiones dominante en una primera etapa de su desarrollo. En cierta forma el asalariado del señorío y el de la industria rural a domicilio se presentan como un simple cambio formal de la relación productiva, aunque en verdad, ello implica una mutación cualitativa del régimen económico: el paso del a producción de valores de uso a la producción de valores de cambio. Esta coexistencia de intereses no fue de toda maneras inmutable y solo persistió en una fase inicial del desarrollo capitalista. En la medida en que le crecimiento del nuevo sistema requería de un contexto burgués, el enfrentamiento de clase entre el mercader empresario y las viejas fuerzas sociales será inevitable.