07. Artículo - El Péndulo - Delgado

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A partir de los aos cincuenta del siglo XX, al ciciencia ficcin nde Europa y Amrica Latina se vio influida por el auge del gnero en Estados Unidos, en plena carrera armamentista e el contexto de la Guerra Fra

LA RESISTENCIA INEVITABLE: CIENCIA FICCIN ARGENTINA EN LA REVISTA EL PNDULO (1981-1987)Leandro Delgado*Resumen. En los aos ochenta, la revista El Pndulo se convirti en un captulo importante de la tradicin de ciencia ficcin argentina. En el contexto de la dictadura, los responsables de la publicacin llevaron adelante estrategias narrativas que lograron evadir la censura y cumplir con los requerimientos exigidos por el gnero. En este artculo, se analizan las representaciones sociales de la represin y la violencia poltica en las ficciones y artculos periodsticos de sus quince nmeros. Asimismo, se analiza la edicin periodstica y la traduccin de cuentos y artculos los cuales, al tiempo de presentarse como estrategias novedosas para eludir la censura, presentaron los nuevos nombres y caminos que, en esa dcada, reformulaban la ciencia ficcin argentina y del resto del mundo.

Palabras clave: ciencia ficcin, representaciones sociales, dictadura argentina, periodismo cultural, periodismo de revistaTHE UNAVOIDABLE RESISTANCE: ARGENTINIAN SCIENCE FICTION IN THE MAGAZINE EL PNDULO (1981-1987)

Abstract. El Pndulo was an important science fiction magazine and part of the tradition of literary Argentinian science fiction. It was born under the Argentinian dictatorship of the eighties. Thus, editors, journalists and writers presented successful narrative strategies to avoid censorship and they published stories that fulfilled the genre standards. This article analyzes social representations of repression and political violence through fictional stories and journalistic articles published along its fifteen volumes. It also analyzes the journalistic edition and the translation of stories originally written by English speaking authors as novel strategies to avoid censorship as well as the presentation of new names and trends within the genre that was being reshaped in Argentina and in the rest of the Western world.Keywords: Argentinian science fiction, social representations, Argentinian dictatorship, cultural journalism, magazine journalismINTRODUCCINEntre los mltiples anlisis de la ciencia ficcin como gnero narrativo voy a concentrarme en aquellas definiciones que me permiten reflexionar sobre las estrategias empleadas por la revista para hacer efectivas las representaciones de la dictadura en un contexto represivo. En primer lugar, presento las reflexiones sobre la ciencia ficcin como un gnero surgido en la cultura de masas. En segundo lugar, presento a la ciencia ficcin como un gnero que toma al presente como punto de partida para establecer proyecciones del mundo hacia un futuro probable.

La mayora de los estudios vinculan el nacimiento del gnero con Hugo Gernsback quien, en 1926, contribuy significativamente a la popularizacin de la ciencia ficcin con la publicacin de la revista Amazing Stories (Capanna; Lem, Lundwall; Vaisman). El gnero quedaba as vinculado a la industria editorial y a la divulgacin del conocimiento cientfico. A esta altura, la ciencia ficcin europea ms importante era publicada en novelas con un pblico bastante ms sofisticado que el de las publicaciones pulp norteamericanas del momento las cuales, a su vez, se nutran de la produccin europea consagrada, bsicamente las anticipaciones cientficas de Julio Verne y las obras de H.G. Wells. Durante la Segunda Guerra Mundial, la produccin europea se resinti dramticamente mientras la ciencia ficcin norteamericana avanzaba fuera de fronteras gracias a una agresiva estrategia de ventas durante la posguerra.

Parte del prejuicio generalizado de considerar a la ciencia ficcin como un gnero menor proviene de la actividad de la industria editorial de revistas donde la calidad literaria no era su principal objetivo. Pero la masificacin no tena, como puede suponerse, el solo objetivo de la venta y el consumo del entretenimiento. El trabajo de Gernsback tambin consista en transmitir el entusiasmo por el conocimiento cientfico, entusiasmo que provena menos de los cientficos y ms de los electrotcnicos y hombres de radio que constituan la mayora del pblico poco cultivado de estas publicaciones (Capanna). Fue en Amazing Stories donde apareci la difundida definicin de ciencia ficcin, entendida entonces como scientifiction:

Por cientificcin [. . .] entiendo historias del tipo de las que escriba Julio Verne, Herbert George Wells, Edgar Allan Poe, es decir, historias en que el inters de la fabulacin est entremezclado con hechos cientficos y con visiones profticas del porvenir (Gernsback en Vaisman, 9).

Esta definicin presentaba los elementos del gnero que se mantienen hasta hoy y adverta, con clara conciencia, una existencia previa del gnero. La definicin refera a una necesidad de emular las obras de determinados autores cannicos (que no siempre escribieron ciencia ficcin) de manera de generar un repertorio posible de temas.La visin proftica que Gernsback estableci como parte del gnero presentaba un segundo elemento en su constitucin, que es la literatura utpica. Esta tradicin literaria sita sus mundos en islas perdidas, mares remotos o planetas distantes. Del griego outopos (en ningn lugar), estos mundos no existen en nuestro mundo conocido, pero pueden existir en un lugar recndito (como en la utopa de Toms Moro) o quizs en el futuro. En este sentido, el legado ms importante de la tradicin utpica de fines del siglo XVIII fue el descubrimiento del futuro, el cual fue anexado como un territorio posible para las fantasas racionales determinando un momento crucial en el desarrollo del gnero utpico (Pringle 15).

La conciencia del futuro en el cmulo de publicaciones de divulgacin cientfica revivi el carcter utpico de las narraciones de ciencia ficcin a principios del siglo XX. El cambio de siglo llev la tradicin utpica a su mayor optimismo de la mano de una industrializacin creciente y una prosperidad evidente de las naciones europeas. Dos autores representativos de este perodo son el francs Julio Verne y el ingls H.G. Wells quienes, a pesar de su xito, no siempre proyectaron mundos donde la ciencia se presentaba como la salvacin de la humanidad, sino todo lo contrario.

La variacin distpica del gnero responde a un tercer elemento que contribuy al origen de la ciencia ficcin, especficamente los relatos de horror de clara derivacin gtico-romntica publicados en innumerables revistas de horror y fantasa surgidas a principios del siglo XIX. Estas publicaciones, as como la novela gtica de la que se inspiraban, solan describir mundos distantes, castillos solitarios y en ruinas, paisajes aterradores y pueblos fantasmales poblados de figuras misteriosas, generalmente ubicados en un pasado distante, de inspiracin medieval (Pringle 17). Sin embargo, la ciencia ficcin distpica no tuvo su origen solamente en la novela de horror. La tradicin distpica se aliment luego de fuentes mucho ms directas y desgraciadas, como las dos guerras mundiales y las hecatombes nucleares de Hiroshima y Nagasaki que transformaron completamente el repertorio temtico del gnero contribuyendo a su maduracin y al advenimiento de la poca dorada de la ciencia ficcin norteamericana de la dcada de los cincuenta.Brian Aldiss establece el origen de la ciencia ficcin moderna en la publicacin de Frankenstein or the Modern Prometheus en 1818, varios aos despus del apogeo de la novela gtica como tal, a fines del siglo XVIII. Sam Lundwall, por su parte, ubica a Frankenstein simplemente como un exponente ms de un gnero posterior a la novela gtica, la literatura Mrchen (24), cultivada por un grupo de escritores romnticos alemanes quienes conformaron un nuevo tipo de cuento de relato fantstico que recreaba mitos modernos ubicados en ambientes gticos, ms preocupados por los horrores sicolgicos que por fantasmas. Eventualmente, explica Lundwall, el gnero cruz a Inglaterra, o por lo menos lleg hasta Suiza donde Mary Shelley, pasando all una temporada, escribi su famosa novela como parte de una apuesta entre amigos (24). Como se puede ver, la constitucin del gnero tiene orgenes mucho ms remotos que las publicaciones del pulp norteamericano de 1930. Ocurre que las revistas publicaron una gran produccin de ciencia ficcin durante esa poca que incluy la reedicin de los autores cannicos anteriores. H.G. Wells, Verne o el norteamericano Edgar Allan Poe, como precursores del gnero, tuvieron una influencia principal en la conformacin y en el origen de la ciencia ficcin en Amrica Latina, en particular Argentina, mucho antes de la llegada de las revistas norteamericanas al Cono Sur en la dcada del cincuenta. La sencilla y aparentemente ingenua definicin de Gernsback, no slo determinaba un repertorio de temas posibles a partir de los propuestos por los autores cannicos, sino tambin la estructura que deba adoptar el relato para ser exitoso. De hecho, la produccin contempornea todava sigue haciendo nfasis en estos elementos, segn expresa Vaisman:el relato de CF se caracterizar entonces por exponer un tipo de historias que, tomando como punto de partida un(os) hecho(s) cientfico(s), se desarrollarn como develacin narrativo-descriptiva sistemtica de las consecuencias lgicas que dichos hechos podrn tener para el futuro de la humanidad (10).

La definicin implica la existencia de hechos cientficos que deben ser integrados a una estructura narrativa como punto de partida, por lo cual los hechos determinados y la secuencia especfica adquieren un mismo nivel de importancia. En esta estructura, la visin proftica involucra las condiciones o la transformacin futura del mundo real del lector. As, la ciencia ficcin tiene como caracterstica la presentacin de hechos como ya ocurridos en un mundo que, relativamente al del lector, an no es, pero que el relato se empear en convencerlo de que puede llegar a ser (11). En este sentido, el gnero debe crear el efecto de hacer creer que el mundo presentado o representado puede llegar a suceder.

Sin embargo, la relacin de la ciencia ficcin con el futuro presenta un problema en la preocupacin por el presente y las tcnicas narrativas ms adecuadas para determinar una anticipacin o prospeccin. Cmo reflejar mejor el futuro cundo an no ha existido? La forma convencional de contar una historia en funcin de causas y consecuencias se ha establecido histricamente para relatar hechos pasados por lo cual las tcnicas narrativas conocidas fallan para contar lo que an no puede conocerse, tal como explica J.G. Ballard en el primer nmero de El Pndulo.

La ciencia ficcin, ante todo una forma prospectiva de ficcin, preocupada por el presente inmediato en funcin del futuro ms que del pasado, exige tcnicas narrativas que reflejan su temtica. Hasta el presente casi todos sus escritos, incluyndome a m, fracasan porque no se dan cuenta de que la principal tcnica narrativa de la ficcin retrospectiva, la narrativa de secuencias y consecuencias, que se basa en un conjunto de hechos y relaciones ya establecidos, es totalmente inadecuada para crear las imgenes de un futuro que todava no nos ha hecho concesiones. (EP1, 77)

Independientemente de las tcnicas narrativas empleadas, lo importante de la definicin de Ballard es que toda prospeccin o anticipacin est dada por una preocupacin por el presente inmediato. Este punto de partida es importante para poder comprender mejor las tensiones existentes en los cuentos de El Pndulo entre el presente como punto de partida y el desplazamiento hacia mundos futuros. Esta tensin entre el presente y el futuro se presenta no slo como requisito del gnero sino como posible estrategia poltica que permiti a escritores y editores representar la represin vivida durante la dictadura a travs de ambientes y mundos futuros, o fuera del tiempo, de manera de eludir posibles controles de esa misma represin.ANTECEDENTES DE EL PNDULOA partir de los aos cincuenta, la ciencia ficcin argentina se vio influida por el auge del gnero en Estados Unidos, cuya industria editorial haba creado, veinticinco aos antes, el nombre de ciencia ficcin. En ese momento Argentina recibi un alud de literatura pulp norteamericana y dio comienzo el perodo de las revistas argentinas, publicadas con regularidad hasta fines del siglo XX. Es importante sealar que el gnero en Argentina sufri un impacto similar al de la ciencia ficcin mundial: los autores locales en Europa y Amrica Latina vieron, no sin horror, el avance de las obras norteamericanas que, en su mayora, llegaban con el slo propsito del entretenimiento y sin pretensiones de gran literatura.

La revista Ms all (1953-1957) estableci las primeras caractersticas de un pblico de ciencia ficcin, en aquel momento integrado por un conglomerado de estudiantes, radioaficionados, electrotcnicos e ingenieros (Capanna 179). Definida a s misma como revista de ficcin cientfica, la publicacin traduca cuentos y novelas de la revista norteamericana Galaxy. Pero Ms all fue ms lejos que la simple traduccin e incorpor produccin local entre cuentos y material de divulgacin cientfica. Durante cuatro aos, la revista fue la referencia ms importante del gnero en el momento y lleg a editar decenas de miles de ejemplares. Ms all hizo conocer a los mejores autores angloparlantes de entonces, John Wyndham, Isaac Asimov, Alfred Bester, Ray Bradbury o Theodore Sturgeon, y public artculos cientficos de autores extranjeros y argentinos. Entre los autores argentinos figuraban Ignacio Covarrubias, Adolfo Prez Zelaschi y Hctor G. Oesterheld, ste ltimo tambin director de la revista durante algn tiempo y de importancia fundamental en el desarrollo posterior y madurez de la ciencia ficcin en Argentina.Durante la publicacin de Ms all surgieron dos editoriales en Buenos Aires, Minotauro y Jacobo Muchnik, ambas de gran incidencia en la introduccin de autores norteamericanos e ingleses. Sus colecciones lograron captar un pblico ms culto que el de la revista. Minotauro publicaba novelas completas (a veces prologadas por Jorge Luis Borges) de autores como Bradbury, Sturgeon, Pohl, Clarke, Bester, Wyndham, H.P. Lovecraft y Olaf Stapledon. Mientras Minotauro se defina como una editorial de ciencia ficcin, Jacobo Muchnik lo haca como fantaciencia con una seleccin de autores que por lo general eran de segunda lnea (Capanna, 180). En 1957, una nueva revista llamada Hora cero, present la historieta El eternauta, la primera expresin adulta de la cf nacional (Souto, 11).El xito de El eternauta provino, por un lado, de las ilustraciones de Solano Lpez (sustituido por Enrique Breccia en una segunda versin) y por otro de la capacidad del escritor Hctor G. Oesterheld por adaptar una invasin extraterrestre a un contexto bonaerense donde la realidad cotidiana era completamente reconocible. Su protagonista Juan Salvo, resisti a la invasin hasta que fue arrojado de la dimensin de la realidad. Se vio entonces obligado a buscar eternamente a su esposa y a su hija, desaparecidas en la nueva dimensin. La historieta signific una trgica anticipacin de la dictadura argentina y del destino mismo de su autor, desaparecido en 1976 junto con sus cuatro hijas durante la segunda etapa de la historieta. Oesterheld militaba en la organizacin Montoneros y su posicin poltica fue reflejndose en los guiones cada vez ms radicalmente.En 1964 comenz a publicarse Minotauro, una revista que fue la edicin en espaol de The Magazine of Fantasy & Science Fiction surgida en la dcada del cincuenta en Estados Unidos. Esta revista, dirigida por Francisco Porra, ofreca informacin sobre los autores, las editoriales se realizaban en base a citas de crticos internacionales y se inclua el nombre de los traductores en cada trabajo. En los cuatro aos de existencia, se public a toda una nueva generacin de autores extranjeros: Ballard, Roger Zelazny, Cordwainer Smith, Richard McKenna.A partir de 1966, comenz lo que Capanna denomina la edad de oro de la ciencia ficcin argentina (182), tanto por el auge de la reflexin en torno al gnero como por la produccin especfica. En junio de ese ao se public Memorias del futuro, un volumen de cuentos de Alberto Vanasco y Eduardo Goligorsky, el punto de partida de la produccin nacional (Souto 13). En octubre se edit Ecuacin fantstica, otro volumen de cuentos escrito por un grupo de psicoanalistas. El psicoanlisis dio luego otro importante trabajo sobre el gnero en 1969, Ciencia ficcin, realidad y psicoanlisis de Eduardo Goligorsky y Marie Langer. En ese mismo ao, el filsofo Pablo Capanna public El sentido de la ciencia ficcin. A partir de entonces, Capanna se convirti desde la crtica en una de las figuras ms importantes del gnero. La efervescencia del momento fue explicada por el mismo Capanna: Quizs haya que buscar las causas en el boom de la literatura latinoamericana, que hizo salir a muchos editores en busca de autores locales, as fuesen tan dudosos como los de cf (182).La censura aplicada por la dictadura iniciada en 1976 provoc la desaparicin de gran parte de las editoriales argentinas. Al mismo tiempo, los libros de ciencia ficcin en espaol invadieron las libreras. Esta situacin estaba provocada por la misma situacin de censura que condujo a los editores a sustituir sus colecciones por el best-seller, segn explica Capanna:

Ya sea por censura, por autocensura, o simplemente por pereza intelectual, los empresarios eligieron el camino ms cmodo. Descubrieron el best-seller y nos llenaron de novelones estandarizados sobre catstrofes, visitantes del espacio, posesiones satnicas, espionaje y depravaciones del jet set. Paradjicamente, el hecho de que existiera un prejuicio en contra de la cf por el cual se la consideraba mera evasin, contribuy a preservar su difusin; de tal modo, muchos lectores potenciales que iban hartndose de los best-sellers y buscaban algo con que hacer trabajar sus neuronas, descubrieron la cf. Lo que es lamentable para el pas, es que tuvieron que descubrirla a travs de las ediciones espaolas. (Capanna en Souto, 16)En la cita es llamativo el hecho de que sea lamentable que los lectores argentinos hayan tenido que acceder a las traducciones de los autores angloparlantes a travs de las ediciones espaolas que invadieron el mercado. Esta relacin conflictiva con las traducciones espaolas fue facilitada por la adversa poltica cambiara en Argentina y por el crecimiento progresivo del gnero en Espaa que provoc, entre otras cosas, el traslado de la editorial Minotauro a Barcelona. A su vez, la editorial espaola Dronte se instal en Argentina y en Espaa la revista Nueva Dimensin, que exista desde 1968, se convirti en la principal difusora del gnero en idioma espaol alcanzando a publicar 148 nmeros en quince aos. La situacin de la ciencia ficcin en Argentina retom su vitalidad con la publicacin de El Pndulo.

EL PNDULOEl primer nmero de El Pndulo fue el resultado de la unin de dos ideas editoriales entre Andrs Cascioli, editor de la exitosa revista Humor, una de las ms importantes publicaciones de oposicin a la dictadura argentina, y Marcial Souto, editor y traductor de gran influencia en la difusin de la ciencia ficcin en espaol. Ese primer nmero haba sido pensado en 1975, pero no lleg a entrar en imprenta ante la recesin econmica que el pas atraves durante el llamado rodrigazo. El Pndulo apareci entonces como una experiencia piloto, como un suplemento de la revista Humor llamado Suplemento de Humor y Ciencia Ficcin editado por Ediciones de la Urraca. De perfil todava indefinido, la publicacin inclua cuentos, chistes e historietas. A partir del tercer nmero, la revista pas a llamarse El Pndulo, todava presentada por Humor. Esta primera poca no pas del sptimo nmero (EP1, 15).

En 1981, El Pndulo comenz su segunda poca con un perfil mucho ms definido de revista literaria que se mantuvo casi inalterado hasta el final, en formato libro y con abundantes ilustraciones que marcaron un rasgo sobresaliente, aunque sin la incorporacin de historietas. Durante diez nmeros, la revista model el gusto del pblico que recin acceda a la ciencia ficcin y a la fantasa no tradicional (Capanna, 187). El Pndulo public autores angloparlantes de gran calidad y poca presencia en las traducciones al espaol y a toda una nueva generacin de autores locales, adems de iniciar una dinmica comunicacin con los lectores que deriv, en 1982, en la fundacin del Crculo Argentino de Ciencia Ficcin y Fantasa. Bsicamente, la revista estaba integrada por un promedio de seis cuentos por volumen, un nmero algo menor de artculos, ya de divulgacin cientfica, ya de los autores presentados en los cuentos y ocasionalmente la crtica detallada a un cuento en particular.

Las primeras doce o trece pginas abran con Crnicas terrestres, una variada seccin que sufri pocas alteraciones a lo largo de las sucesivas ediciones, pero que ofreci elementos donde observar la evolucin de la ciencia ficcin en el perodo. Crnicas terrestres estaba, a su vez, dividida en otras secciones menores. La primera era Polvo de estrellas, firmada por Elvio E. Gandolfo, escritor de cuentos fantsticos y ciencia ficcin. Esta seccin reuna opiniones de escritores de ciencia ficcin o vinculados al gnero fantstico, tanto extranjeros como locales, y seleccionaba datos curiosos y raros vinculados al gnero o a la ciencia. La segunda seccin de Crnicas terrestres se llamaba Libros enterrados y estaba dedicada a comentar libros que, por alguna u otra razn, haban desaparecido de las libreras, no haban tenido segundas ediciones y su lectura mereca la pena por su calidad aconsejando, algunas veces, la bsqueda en las libreras de viejo. La tercera parte, Libros, vinculada a la anterior, comentaba dos o tres libros de autores extranjeros recin traducidos al espaol por editoriales espaolas o argentinas, crticas que muchas veces se concentraban en el aspecto mismo de la traduccin. La cuarta parte, Cine, estaba firmada por el crtico Anbal Vinelli, quien realizaba una mezcla de crtica y nota informativa con abundantes datos de produccin de las pelculas de ciencia ficcin o fantasa que llegaban a Buenos Aires.

La segunda poca, que alcanz los diez nmeros, culmin no por falta de lectores sino por una errnea apreciacin de sus reales posibilidades comerciales por parte de los editores, quienes lanzaron tirajes imposibles de absorber por el mercado local (Capanna, 187). Es entonces cuando, en 1985, apareci un providencial artculo del escritor y crtico sueco de ciencia ficcin Sam Lundwall en la revista britnica Foundation. Titulado Adventures in the jungle pulp, el artculo arremeta, bsicamente, contra los estragos sufridos por la ciencia ficcin desde la dcada del veinte, cuando la industria editorial norteamericana masific el gnero ya existente con los correspondientes perjuicios de banalizacin y trivilalizacin. El artculo era tambin una crtica al desconocimiento de los editores y los crticos norteamericanos ante la produccin europea y latinoamericana. Al mismo tiempo, Lundwall criticaba las revistas de ciencia ficcin extranjera por presentarse como revistas de ciencia ficcin local que se limitaban a la traduccin de autores norteamericanos consagrados (EP13, 76).

Este artculo haba aparecido en una primera versin en 1978 como parte de su libro Science Fiction: An Illustrated History, donde sealaba que las tres mejores revistas del gnero eran la norteamericana The Magazine of Science Fiction & Fiction, la hngara Galaktika y la espaola Nueva Dimensin. En la segunda versin del artculo, aparecida en Foundation, la revista Nueva Dimensin fue sustituida por El Pndulo, sin duda la mejor revista de ciencia ficcin en contenido, presentacin y diseo jams publicada (en EP13, 73). A partir de este lapidario juicio, autores como Lundwall reconocieron a El Pndulo como una revista que no se limitaba a la sola traduccin de autores norteamericanos y britnicos sino que incorporaba con xito cuentos de autores locales de calidad comparable aportando decisivamente nuevos nombres a la ciencia ficcin del mundo. El reconocimiento del escritor sueco estimul nuevamente a los responsables de Ediciones de la Urraca y en 1986 comenz la tercera poca de El Pndulo. Aunque logr superar el despliegue grfico de la segunda poca, desapareci un ao despus, en su quinto nmero.Si bien la experiencia de El Pndulo fue interrumpida y espordica, la publicacin contribuy, con sus quince nmeros, a la madurez del gnero en Argentina convirtindose en una revista culta que no dejaba de ser popular (Capanna, 187) modelando el gusto de un pblico que acceda por primera vez a la ciencia ficcin y a la fantasa no tradicional (187). Este trabajo analiza los quince nmeros publicados en la segunda y tercera poca, cuando la publicacin se define claramente como una revista literaria de ciencia ficcin que relev periodsticamente la produccin de ciencia ficcin mundial y argentina tanto de literatura como de cine. REPRESENTACIONES DEL CONFLICTO SOCIALComo parte del desarrollo de la ciencia ficcin en Argentina, El Pndulo represent una etapa fundamental en su evolucin y transformacin (Delgado). La revista se public en el contexto de la dictadura y de los primeros aos de gobierno democrtico, por lo cual es posible ver en los cuentos publicados, tanto los escritos por autores argentinos como las traducciones de cuentos de autores estadounidenses e ingleses, una referencia permanente a situaciones de violencia y represin poltica. Torturas, secuestros, confinamientos, desapariciones, violencia policial y militar, exilio, ejecuciones y muertos son elementos que aparecen en buena parte de la seleccin de textos en la revista argentina de manera ms o menos manifiesta. Tales representaciones estuvieron presentes no slo en la ciencia ficcin sino que estuvieron presentes en toda la literatura argentina del perodo: Los traumas de exilio, represin y crisis dejaron sus marcas en la literatura de la poca, as como marcaron el tejido social de Argentina como un totalidad (Sarlo 1992, 238, mi traduccin).

Las representaciones del conflicto social deben ser consideradas, particularmente, en el perodo de publicacin de la revista durante la dictadura, a la luz de estrategias determinadas para eludir ciertos mecanismos de censura. Sarlo analiza estas estrategias en novelas argentinas de la poca, estrategias que, bsicamente, rechazaban la mmesis como nica forma de representacin y proponan una fragmentacin discursiva de la subjetividad y la realidad social (241). Por otra parte, el tratamiento de la historia argentina se realiz de manera oblicua (241) de tal modo de proyectar hacia el pasado histrico una situacin del presente: El movimiento de la narrativa es de un permanente y oscilante pndulo que impulsa la historia de la Argentina del siglo XIX a la actualidad (247).La cita es doblemente oportuna, primero por la imagen del pndulo para referirse a la proyeccin del presente en otro tiempo. Segundo, porque el recurso del realismo que la novela histrica empleaba como mecanismo de verosimilitud en su proyeccin hacia el pasado es anlogo al que la ciencia ficcin emplea hacia el futuro. En este sentido, la localizacin de los acontecimientos fuera del presente parece una estrategia frecuente en los cuentos sin tiempo de la ciencia ficcin argentina. El gnero ofreci al escritor de ciencia ficcin la posibilidad de ubicarse en situaciones sin ninguna referencia temporal, en un presente perpetuo, en un futuro distante o en el remoto lugar que supone todo mundo paralelo, utpico o distpico.Represin: verdugos elctricosLa violencia se presenta de manera cifrada en Primeras armas (1981) de la argentina Anglica Gorodischer en el nmero inaugural. El cuento es un relato fantstico con reminiscencias de pica medieval y dinastas olvidadas en un pasado distante o en un futuro demasiado lejano, en cualquier caso en un momento fuera del presente. El ttulo parece una referencia a una manifestacin de resistencia poltica inicial aunque tambin el resultado de una intencin de continuar la tradicin del gnero frente a una situacin adversa cuando la ciencia ficcin intentaba volver a abrirse camino hacia el reconocimiento y la legitimacin en el panorama literario, en el sentido de volver a hacer las primeras armas.En el cuento, el nico de autora argentina en este nmero, hay un mercader que compra, vende y alquila hombres, mujeres, enanos, gigantes, hermafroditas y mutilados. El mismo mercader est mutilado, le faltan las piernas y se desplaza gracias a un dispositivo adosado a la cintura, como una silla de ruedas adaptada tecnolgicamente al cuerpo. En esta descripcin el comerciante invlido hace visible la violencia fsica, la expresin corprea de la tortura, que habitualmente inclua instrumentos elctricos sobre las partes sensibles del cuerpo. El inicio del cuento es la parte ms representativa de la represin y de un Estado represivo:

Todos los emperadores Jnningses fueron turbulentos de nimo y retorcidos de espritu, y turbulentos y retorcidos fueron los tiempos que pasaron sentados en el trono de oro. La poca de Horhrides III fue quiz ms tranquila, pero tambin ms extravagante. No hubo guerra ni hambre ni peste, pero florecieron el vicio, el contrabando, el arte de la fealdad, el asesinato, la codicia, la hipocresa. En fin, que no hubo ni alegra ni inocencia, y que quiz hubieran sido preferibles las pestes (EP1, 69)

Es interesante tambin sealar que el cuento publicado en 1981 haba sido publicado originalmente en 1975, lo cual permite reflexionar sobre las condiciones sociales que pudieron eventualmente influir en el desarrollo y caractersticas del cuento y que se hicieron mucho ms visibles y dolorosas seis aos ms tarde cuando fue publicado en la revista. En segundo lugar, permite ver el uso estratgico de publicar un cuento ya publicado sacrificando el criterio de novedad o primicia para afirmar un indudable carcter crtico, dadas las circunstancias represivas. Este uso estratgico se puede observar de manera manifiesta en las traducciones numerosas, como se analiza ms adelante.

Las referencias explcitas a la represin en los primeros nmeros no provienen de la produccin argentina sino de los cuentos norteamericanos. De esta forma, las representaciones de la represin quedan camufladas bajo la remota firma de un escritor con nombre en ingls. El derecho a la muerte (1976) de la norteamericana Doris Piserchia, narra la desesperada situacin de unos cadveres que no pueden llegar a morir completamente debido a mecanismos robticos que los mantienen vivos. El responsable de esto es un mdico hbil no slo en el mantenimiento de los cadveres sino en la tortura psicolgica y la humillacin a esas criaturas decadentes.

El acpite de este cuento (un fragmento del cuento extrado por el editor) es una alusin bastante precisa de la situacin argentina, en particular a los desaparecidos: Cuando los cadveres se nieguen a morir, nada costar ms que saber a quin hay que enterrar (EP1, 53). Esto parece un original mecanismo de apropiacin o resignificacin de un texto a travs de su recontextualizacin: en el cuento se insina la posibilidad de que sean los familiares quienes desea mantenerlos vivos, mientras en la realidad argentina eran los familiares del desaparecido, por el contrario, quienes reclamaban el derecho de declarar, aclarar y aceptar el hecho y la circunstancia de la muerte del detenido desaparecido. Sobre este cuento, la redaccin explica en En este nmero (4) que se trata de una stira sobre los poderes futuros de la ciruga, algo que, obviamente, desva toda interpretacin vinculada con la represin militar hacia el atribulado mundo de la ciencia mdica norteamericana.De manera progresiva, las representaciones de la represin se vuelven explcitas tambin en los cuentos argentinos. Una historia muy fcil de olvidar (1982) de Rogelio Ramos Signes es una descripcin realista de un ambiente de clase media invadido sbitamente por el terror, que no entra por la puerta de calle sino por la televisin: Estbamos en casa de Margarita viendo televisin cuando cortaron la pelcula para dar la noticia (EP7, 71). A partir de entonces, un confuso y generalizado terror invade el barrio. Nadie sabe bien qu pasa, los vecinos gritan, hay balazos aislados a lo lejos y los protagonistas se esconden en la parte de arriba de un armario. El narrador, de 12 aos, no puede evitar tener fantasas con Margarita en la intimidad del escondite.Hasta ese momento todo hace pensar que se trata de un operativo militar, un allanamiento. Sin embargo, el gran peligro resulta ser un cclope fugitivo de tres metros de altura que finalmente es capturado y televisado. Entonces se comprende que el cclope no era tal sino un pobre tuerto de unos dos metros reduciendo las dimensiones fantsticas del personaje creado por la campaa de denuncia a las medidas de un hombre que est huyendo sin saber por qu. Las demostraciones de crueldad llegan al punto del olvido, explica el narrador, pues no hay arma ms certera que el olvido ni drama ms cruel que ese instante de mentira que hace acreedor al hombre de una fama equvoca (75), lo que parece toda una reivindicacin de la memoria colectiva. El acpite del editor parece ubicar el drama argentino en el interior de una novela gtica vinculando el horror literario con el terrorismo de Estado: Nada peor que caer en manos de monstruos (11).

Exilio: recuerdos del futuroLa experiencia del exilio est presente de manera manifiesta en producciones argentinas y estadounidenses. En ambas hay menciones comunes a ciudades que se vacan progresivamente de habitantes. En Escrito en la bruma (1987) de la argentina Cristina Siscar, el exilio es descrito desde el lugar del exilio y donde la nacin se imagina visualmente desde la tierra extranjera ante la imposibilidad trgica del regreso. En este caso, la fantasa propuesta por el cuento puede ser quiz una forma individual de imaginar la nacin.

La protagonista, postrada en la cama de un hospital francs, comienza a construir con gran detalle una fantasa personal. La fantasa de la artista consiste en imitar los trminos completamente realistas de la vida cotidiana. Incapacitada de volver a su Yapey natal, la mujer elabora de manera perfectamente organizada un plan de regreso. Antes que nada le pedir a un arquitecto que disee la casa de sus recuerdos y luego pedir a un constructor que construya esa casa en su lugar de origen. Una actriz similar a ella interpretar el espectculo de su propia vida. Ella misma dirigir un espectculo que reproduce cada escena familiar, ntima y cotidiana de una vida que ha perdido para siempre. Cuando se ponga a leer un libro, piensa, su hermano le preguntar qu est leyendo: ser un poema de Vallejo que recita en ese mismo momento en el hospital de Boulogne Sur Mer y transportndose, en ese acto preformativo, al pas que la ha exiliado.

Otras veces el exilio geogrfico no resulta posible y el protagonista no tiene ms alternativa que huir hacia el interior de s mismo, hasta desaparecer. El brevsimo cuento El intento de Golett (1986) de Eduardo Abel Gimnez describe un particular proceso de exilio que termina con el desvanecimiento en el aire del protagonista. En el inicio, el narrador sita la ciudad en un lugar que no puede ser otro que el de Buenos Aires. Los cinturones de pobreza y la presencia de un avin militar sobrevolando son elementos evocadores.

Al Norte y al Sur la ciudad no terminaba nunca, y al Este no iba nadie porque estaba el ro. Al oeste, despus de los fuegos artificiales, empezaban los barrios pobres y los das tristes, dos inventos que en esa poca tenan mucho xito pero que Golett prefera evitar. Entre esas cuatro paredes que le pona la ciudad, Gollet mir primero hacia arriba y luego hacia abajo. Arriba pasaba un avin que vena de la base. Abajo estaba el jardn de su casa de Paloma.

Tard un minuto en decidirse. Para salir de la ciudad haba un solo camino, y se puso a cavar (EP12, 55)

El protagonista decide cavar un pozo como va de escape. Pero el pozo no lo conduce a ninguna tierra prometida, a ningn mundo paralelo o alternativo, pues la noticia corre de vecino en vecino y el pozo se llena de gente, con los mismos deseos de huir que Gollet llamando la atencin de la polica, que lo lleva preso. El absurdo proceso de cavar la tierra sugiere la idea de mantener, en la huida, un vnculo imposible con la geografa que se abandona. Finalmente, el protagonista llega a la conclusin de que la nica salida es, precisamente, hacia adentro de s mismo.

Esta inversin de la oposicin adentro/afuera se puede ver, en primera instancia, como la transformacin de la crisis colectiva en una bsqueda individual de respuestas a la crisis. En segunda instancia, se observan las consecuencias fantsticas caractersticas el gnero a partir de un acontecimiento real: la huida hacia el interior provoca una disminucin progresiva del individuo hasta convertirlo en un enano. Esto provoca el desconcierto policial y luego la huida de la crcel, cuando el recluso pasa fcilmente entre los barrotes. Para disimular su condicin, se pone a caminar en cuatro patas transformndose progresivamente en diferentes animales de acuerdo con una curiosa inversin de la escala zoolgica: perro doberman, perro cocker, perro pequins, gato, ratn, araa y mosca antes de desaparecer para siempre ante la mirada de un nio atnito.

Esta transformacin gradual y fantstica a partir de la huida interna cuestiona tambin la oposicin adentro/afuera propias de un pensamiento organicista que supone los lmites individuales dentro de las fronteras corporales. Tambin establecer una relacin conflictiva entre el individuo y la ciudad, una relacin de exclusin mutua y permanente donde las nicas alternativas son la fuga geogrfica o la aniquilacin: no hay exilio posible dentro de las fronteras nacionales. La rigidez de la oposicin adentro/afuera no permite construir una idea de nacin separada de su vnculo con la tierra de acuerdo con la idea tradicional de nacin vinculada con un territorio fsico visible (Renn, 52). Tampoco permite construir una idea de nacin, al menos, como una comunidad imaginada en el sentido de Benedict Anderson, es decir, como imagen mental de una comunin de individuos. La solucin, en su extremo individualismo, lo aleja de toda forma social e incluso de su misma condicin humana, como animal primero y desapareciendo despus.

Desaparecidos: hombres y mujeres invisiblesUn artculo de Elvio E. Gandolfo sobre el escritor Ambrose Bierce se titulaba: Acerca del peligro de escribir sobre desapariciones (EP4, 6). El artculo refera a un texto, entre periodstico y narrativo, donde Bierce describa tres casos de desapariciones de ser humanos titulados Desapariciones misteriosas. Bierce, aclaraba Gandolfo, explicaba la desaparicin con una teora personal que recurra a la cuarta dimensin. Aos despus, Bierce march a Mxico para unirse a la Revolucin Mexicana y desapareci sin dejar rastro. Gandolfo estableca la conexin entre la actividad intelectual del personaje, su compromiso revolucionario, el reporte de desapariciones humanas y, por ltimo, su propia desaparicin, seguramente como un caso similar al de decenas de miles de argentinos. En el caso de la nota, la desaparicin pareca sugerir, adems, una conexin sobrenatural o mgica, es decir, la escritura sobre desapariciones podra provocar la propia desaparicin del escritor. La apariencia de acontecimientos fantsticos o inexplicables estaba sealada por las teoras personales de Bierce sobre la cuarta dimensin y la maniobra narrativa era hbil para aludir a las desapariciones argentinas y eludir la censura al vincular el acontecimiento con fenmenos paranormales.

Existen algunas otras referencias a las desapariciones. El cuento El husped (1983-1986) de Norberto Luis Romero narraba la historia de un desaparecido (o que poda llegar a serlo) en circunstancias casi sobrenaturales. El cuento comienza con la entrada del protagonista en su propia casa, donde vive solo. Pero comprobaba que, en su ausencia, alguien ha estado all, presencia delatada por un cigarro en un cenicero. La resonancia de gnero policial as como el extrao espritu que habita la casa evocan los rastros de Poe. El protagonista comienza a investigar pacientemente hasta confirmar la sospecha, cuando encuentra un libro suyo fuera del estante, de que alguien ms vive en su casa. Poco a poco comienza a habituarse a esta presencia e intenta una comunicacin por escrito (a travs de una esquela), que fracasa. Posteriormente detecta algunas anotaciones al margen y pginas dobladas en algunos libros, aquellos que coinciden con sus gustos personales. Muchas veces, explica el narrador, continuaba la lectura all donde saba que el husped haba dejado de leer. Otras veces abandonaba la lectura en un punto del texto sabiendo que el otro iba a continuar a partir de all. El protagonista sufre de pesadillas recurrentes que parecen, en sus imgenes, una referencia directa a los desaparecidos.Y esa noche dorm sobresaltado hasta que despert en medio de una pesadilla: haba avanzado hacia el espejo como todas las maanas, para mirarme en l, cuando descubr que me faltaba el rostro: que mi cara era un hueco, un vaco o una transparencia. Al intentar encontrarlo con las manos me daba cuenta de que mi rostro era el de mltiples hombres que, como yo, se miran en el espejo cada da (EP11, 47)La figura sin rostro es una imagen tradicional para representar al desaparecido. Esta fue una forma habitual de representacin grfica, principalmente en las paredes de las calles o sobre pancartas. A escala humana, con los pies dibujados coincidiendo con el zcalo de la vereda, aquellas siluetas interpelaban al transente desde el mismo vaco que proyectaban. Esta forma de representacin adverta o denunciaba el aspecto ms dramtico de la desaparicin que era la inexistencia del individuo desde todo punto de vista, incluido el legal. Bsicamente, el desaparecido no estaba registrado como detenido ni como preso ni como muerto. La figura sin rostro del cuento, por otra parte, vinculaba al desaparecido con todos los dems desaparecidos incluso con aquellos que an no haban desaparecido y que podan desaparecer, quiz como el protagonista. De all el horror cuando ve la silueta del rostro ocupada, de pronto, por hombres comunes y corrientes como l.

Al final del cuento, el protagonista se acostumbra a la presencia del husped y a veces hasta le parece sentir una respiracin detrs suyo. Sin embargo, se contiene de darse vuelta para no enfrentarse a la figura y al rostro que tantas veces he imaginado (49) y ante el temor de ser abandonado para siempre. La imagen que el protagonista teme encontrar es la imagen suya como desaparecido y esa visin de s mismo implica necesariamente la desaparicin propia. La mirada se convierte entonces en un arma de destruccin, como si la Gorgona se mirara al espejo. Precisamente, el cuento abre con el epgrafe: La mirada de la Gorgona produce la muerte (45). La mirada de s mismo, entonces, objetiviza al individuo como vctima potencial.La representacin de desapariciones fue manifiesta como mundos paralelos, en este caso en la eleccin de cuentos estadounidenses. Un tema recurrente del gnero, los mundos paralelos adquirieron a veces la forma de una posicin crtica que adverta la existencia de estos mundos para referir a la ignorancia o el inters generalizado en el mundo de la vida cotidiana. En Las cataratas, escrito por Harry Harrison en 1968, un periodista llega a una extraa vivienda construida aos antes a la vera de unas gigantescas cascadas. All vive su propietario, quien ya no se sorprende de lo que cae ocasionalmente por el torrente de agua. El hombre apenas conserva un perro mal embalsamado que encontr en la playa tiempo atrs. De pronto, para su sorpresa, el periodista ve caer por el torrente un barco repleto de gente de color diferente, pero la sorpresa parece responder, meramente, a su curiosidad profesional en busca de historias para contar.

S, su perro, no se lo niego. Pero haba gente en ese barco, y juro no, no estoy loco juro que tenan la piel de un color diferente del nuestro.La piel es la piel, un color.

De acuerdo. As somos nosotros. Pero pueden existir pieles de otros colores aunque nosotros lo ignoremos.

Azcar?

S, por favor, dos terrones. (EP2, 58).

Luego el periodista ve caer una casa de madera, troncos, cuerpos y objetos irreconocibles. Finalmente, el agua se va tiendo de rojo hasta tomar el color de la sangre. Es evidente que algo est mal en el mundo ro arriba. El dueo de casa, hasta ese momento inmutable, confiesa haberse sorprendido, aos atrs, al encontrar algo que luego conserv dentro de una Biblia y que ahora muestra al periodista. Es una pequea nota, al parecer escrita por un nio, que consta de una sola palabra que ninguno de los personajes logra comprender: auxilio. De esta forma, lo poco que quedaba de asombro de ambos personajes se convierte en indiferencia.Escrito en 1968, el cuento pudo sugerir otras interpretaciones, todas ellas posibles: un alegato contra las polticas intervencionistas de Estados Unidos en el Tercer Mundo y, principalmente, el racismo que supone ignorar una cultura y un grupo tnico con el que se convive y que da muestras de su existencia sin que la poblacin dominante la tenga en cuenta, es decir, la denuncia a una poltica racista invisibilizadora.

En el contexto argentino de los ochenta, la mencin de este mundo paralelo pudo ser leda, por ejemplo, como la convivencia con un mundo de horror vivido por miles de personas que eran asesinadas e invisibilizadas. De esta forma, la denuncia de la convivencia en Argentina con el mundo de las desapariciones quedaba diferida a las palabras de un escritor norteamericano que habitaba un lugar remoto, es decir como una delegacin simblica (al contrario de una apropiacin) de esa denuncia, de tal forma que nadie poda ser responsable.Guerra: el imperio contraatacaLa referencia al film Star Wars (La guerra de las galaxias) volvi a aparecer en la opinin pblica norteamericana, esta vez durante la guerra de las Malvinas para explicar e interpretar el conflicto del Atlntico Sur. En un extenso artculo titulado Armagedones y Guerras Galcticas en el nmero 10, publicado despus de iniciada la guerra entre Argentina e Inglaterra en 1982, Pablo Capanna comenta el ttulo de una nota aparecida en una revista norteamericana a propsito del conflicto, El imperio contraataca, aludiendo a la segunda parte de la saga de George Lucas. El comentario del crtico era sutil al advertir que, en la pelcula, la razn estaba del lado de los rebeldes (57).

El artculo de Capanna era una historia pormenorizada de las guerras en la ciencia ficcin. Quiz sea este el nico artculo de toda la publicacin escrito para ser ledo como un comentario explcito de la realidad inmediata como resultado no slo del impacto que la guerra tuvo en todos los rdenes de la vida social y de su presencia en la opinin pblica sino tambin de la relacin de la guerra con el gnero: la guerra constituye un tema crucial de la ciencia ficcin, ya como forma de anticipacin de conflictos, ya como lugar donde se exponen diferentes posiciones respecto al uso de la tecnologa. Como ejemplo de estas disputas al interior del gnero, otro artculo de Capanna en el nmero 12 presenta el debate entre los escritores Isaac Asimov y Poul Anderson frente a la carrera armamentista al final del al Guerra Fra.

La representacin de la guerra en las ficciones de El Pndulo parece referirse ms a la descripcin de situaciones apocalpticas o postapocalpticas, de alguna manera mostrando una influencia mayor de las corrientes pacifistas del gnero frente a las corrientes que celebran el despliegue tecnolgico al servicio del exterminio del enemigo. La guerra de las Malvinas tuvo implicancias que fueron ms all de la mera representacin de una guerra o de la conformacin de un repertorio posible de temas o imgenes.

Como la primera poca de la revista concluy pocos meses despus del conflicto, no resulta posible establecer rasgos especficos del cuento de ciencia ficcin en la revista en relacin a la guerra. Sin embargo, Cesarn las lluvias (1982) de Carlos Gardini ilustraba con bastante claridad lo que la guerra pudo significar en la Argentina dictatorial. Y aunque no existen menciones a una guerra en particular, la atmsfera opresiva de un conflicto blico es fundamental en el cuento, donde se mezclan representaciones de otras formas de violencia presentes en la vida cotidiana. Las lluvias que anuncia el ttulo no eran de agua sino de muertos.Los muertos caan y caan.

Las lluvias haban empezado desde mucho tiempo atrs, ya nadie recordaba cundo. Algunos das, como es natural, arreciaban ms que otros, y los muertos, aunque distanciados por espacio regulares, caan casi incesantemente. De cualquier modo, nunca haba consecuencias graves. Los muertos jams mataban a nadie. [. . .] Todos caan desnudos, pero no todos eran iguales. Algunos eran viejos y plcidos, otros eran jvenes y violentos; los haba enteros, y mutilados, y escaldados, y descuartizados, y congelados. (EP10, 21).

La lluvia de los cuerpos evoca inevitablemente un bombardeo. La evocacin era advertida por el narrador, quien aclara que la lluvia no tena consecuencias graves, quiz como estrategia para eludir una descripcin demasiado realista que pudiera referir explcitamente alguna situacin de la vida cotidiana. Sin embargo, en un momento llovi un muerto, un adolescente rubio de piel blanca, lo que parece una referencia al enemigo ingls. La lluvia de cuerpos, en el sentido estricto de la representacin de la guerra, pudo interpretarse como una referencia directa a los cados en combate adjudicando metafricamente un muerto por cada bomba lanzada sobre el campo de batalla. La sustitucin de un artefacto tecnolgico por un cuerpo muerto representaba la muerte de toda forma humana y es particular el nfasis sobre esto: eran cuerpos de viejos y jvenes, enteros y mutilados, inconfundiblemente humanos.

La derrota argentina en el conflicto seal la deslegitimacin completa del gobierno tanto internacional como internamente y constituy el inicio de una nueva etapa de la historia poltica, caracterizada, entre otras cosas, por la actividad creciente de los grupos de derechos humanos denunciando la desaparicin de miles de personas por el gobierno militar. Seguramente, los muertos cados del cuento de Gardini representaban tambin a las vctimas de la represin durante el perodo. Los muertos caan desde tiempo atrs, desde tanto tiempo que ya nadie recuerda desde cuando vinculando as las muertes de la guerra con las muertes de la represin. Es inevitable no relacionar la lluvia de muertos con las prcticas especficas aplicadas a la desaparicin, en particular el lanzamiento de personas, vivas o muertas, desde helicpteros militares sobre las aguas del Ro de la Plata. Edicin y traduccin: contra la dictadura y ms allSobre el enorme volumen de cuentos y artculos publicados durante las dos pocas analizadas, es posible afirmar que la direccin editorial tuvo como objetivo principal la difusin de nuevos autores extranjeros y nacionales de ciencia ficcin como una necesidad de renovar la tradicin de un gnero que, nutrida de la influencia anglosajona, se perciba propiamente argentina, aunque agotada y anclada en la dcada del sesenta. En este sentido, tambin se puede decir que no fue un objetivo principal de la revista presentarse como baluarte de resistencia cultural. No obstante, los ejemplos sealados en este estudio permiten asegurar que existieron estas manifestaciones crticas.

El nfasis en el desarrollo del propio gnero y un eventual abandono del comentario explcito de la realidad inmediata se daba al mismo tiempo en que la agenda de cada nmero se estructuraba de acuerdo con criterios de novedad periodstica y de una percepcin atenta de la vida cotidiana, que seguramente era comentada de manera mucho ms crtica en la revista Humor, de la cual El Pndulo era un subproducto. En este sentido, la urgencia poltica del momento tena por entonces una vlvula de escape que permita a El Pndulo posicionarse polticamente sin dar mayores explicaciones y llevar ciertas exigencias genricas a un resultado satisfactorio para su pblico especfico, que no pareca proclive a las representaciones explcitas de la dictadura.An en su imprecisin, es significativa la carta del lector Juan C. Ceriani en el nmero 5, que expresa, sobre el final, al comparar El Pndulo con la espaola Nueva Dimensin, lo siguiente:

Amigos, hace doce aos que estoy suscripto a Nueva Dimensin, que pese a los vaivenes de la poltica espaola ya que es bastante politizada, saban? se mantiene en primer nivel. Tengo tambin todos los nmeros de Ms all. Pues bien, su revista est en camino de superar a ambas. No nos defrauden, por favor (EP5, 128).

Esta declaracin presenta a la politizacin dentro el gnero de acuerdo con una cierta ambigedad, por lo menos con una cierta irona de parte del lector donde no se entiende del todo si la politizacin en El Pndulo sera o no deseable. En cualquier caso, en esta carta, la politizacin de la ciencia ficcin en El Pndulo se presenta como un elemento conflictivo. Es relevante entonces retomar la definicin de Ballard de la ciencia ficcin citada en el inicio de este artculo, donde se menciona la preocupacin por un tiempo presente que se toma como punto de partida en tanto exija un desplazamiento hacia la imaginacin de mundos futuros. De esta forma, el presente slo es relevante apenas como una referencia para concebir mundos alternativos. En esta tensin se puede comprender la presencia de cuentos, artculos y ttulos que aluden tangencial u ocasionalmente al tiempo presente, no como una forma de eludir la censura poltica sino como una exigencia propia del gnero. A partir de esta afirmacin se pueden hacer dos observaciones.

En primer lugar, la exigencia de una referencia del tiempo presente solamente como punto de partida permite comprender mejor por qu las referencias a la represin poltica argentina que se analizaron tuvieron un carcter elusivo tanto en la segunda como en la tercera poca, es decir, tanto antes como despus del fin de la dictadura, sin que existan grandes diferencias entre ambos perodos. En segundo lugar, se puede especular que las tcnicas narrativas planteadas en la definicin de Ballard fueron asumidas por El Pndulo no tanto en las formas tradicionales de la escritura sino en las formas de la edicin periodstica y literaria: la seleccin estratgica de los cuentos de autores angloparlantes en primer lugar, as como en la titulacin y bajadas de los cuentos. En ambos casos, las estrategias resultaron efectivas para eludir la censura. Existen varios ejemplos de bajadas de los cuentos que seguramente fueron interpretados por la comunidad de lectores argentinos con los parmetros de la realidad opresiva de los primeros ochenta, sin perder la referencia extraada de mundos futuros o alternativos exigida por el gnero: Mira alrededor. Quizs t tambin sepas algo (EP5, 97)La universidad de la crcel (EP12, 59)

Ha visto algn ser humano ltimamente? (EP3, 105)Cuando los cadveres se nieguen a morir, nada costar ms que saber a quin hay que enterrar (EP1, 53)Por ltimo, la tarea de la traduccin fue una de las preocupaciones centrales que la revista llev adelante con dedicacin y entusiasmo de algn insertndose en una tradicin argentina de traducciones de ciencia ficcin, como fue visto al inicio del artculo. La traduccin ofreci a los editores un camino efectivo en su bsqueda de mundos alternativos, en el sentido de que la propia traduccin de un texto a otra lengua presenta en s misma la posibilidad de acceder a un mundo lejano y de otra forma inalcanzable (Ricoeur).De esta manera se estableca un tensin particular y atractiva en la seleccin de textos y artculos traducidos donde, por un lado, se ofrecan referencias del tiempo presente exigidas por las urgencias de una situacin poltica opresiva mientras, por otro, esas mismas traducciones ofrecan la posibilidad de acceder a mundos muy lejanos en tiempo y espacio. De esta forma, el propio nombre de la revista adquiere otros sentidos adems del horror evocado por el cuento de Poe. Se puede decir que estos tiempos y espacios presentados simultneamente en una seleccin de cuentos nacionales y traducciones de cuentos extranjeros establecieron los puntos extremos entre los que El Pndulo pudo oscilar. Esta oscilacin ofreci tanto la posibilidad de escapar a la vigilancia de la censura como llevar adelante los presupuestos renovadores propuestos por Ballard en el primer nmero. La oscilacin sugerida por El Pndulo tambin se puede interpretar como el vaivn de la ciencia ficcin entre el mbito de la cultura de masas donde se consolida como gnero narrativo y el cultivo de una ciencia ficcin de calidad literaria como parte de la tradicin de la ciencia ficcin argentina y que la revista vino a continuar con una nueva camada de escritores, crticos y periodistas. Seguramente a esta doble condicin se refera Capanna, citada al comienzo del artculo, al decir que El Pndulo era una revista culta que no dejaba de ser popular.CONCLUSIONES

Las representaciones de la dictadura presentes en los cuentos y artculos a la luz de esta tensin entre la urgencia de representar el tiempo presente y la exigencia propia del cultivo del gnero es slo un criterio para el anlisis de esta importante publicacin argentina. Quedan por analizar aspectos igualmente interesantes y manifiestos, de los que se pueden mencionar algunos.

En primer lugar, se pueden analizar las complejas y dismiles representaciones de la ciencia, tanto de una ciencia orientada hacia la represin y el control de los seres humanos de acuerdo con una tendencia distpica y apocalptica de la ciencia ficcin as como las representaciones de una ciencia reprimida. En este ltimo caso, se puede conjeturar acerca las relaciones con un contexto poltico y social de progresivo desmantelamiento del sistema de investigacin cientfica argentina que comienza en la dcada del cincuenta y se acenta en la dictadura. De esta forma, es posible encontrar en los cuentos argentinos del El Pndulo numerosas representaciones de una ciencia vetusta, abandonada y decadente de la que slo se conservan precarios e inservibles instrumentos tecnolgicos (Delgado).

En segundo lugar, es posible analizar, principalmente en los artculos, la conflictiva relacin de los escritores y los crticos respecto a la industria editorial y en particular el apogeo de los best-sellers. La profesionalizacin de los escritores de ciencia ficcin norteamericanos e ingleses es una fuente de reflexin y crtica donde los periodistas argentinos estn evaluando permanentemente sus ventajas e inconvenientes respecto al cultivo de un gnero de calidad literaria. Por ltimo, y a travs de las representaciones estetizadas del horror de la dictadura y de una ciencia represora, es posible ver a la ciencia ficcin como una de las tantas manifestaciones del melodrama como matriz cultural que logra trascender y atravesar diversos gneros narrativos. Esta posibilidad de interpretacin, que dejo planteada como un estudio a futuro, coincide con las definiciones y orgenes de la ciencia ficcin en la novela gtica y de horror de folletn sealados por Aldiss al inicio de este artculo y en un contexto poltico y social donde el horror se vea no slo como amenaza sino tambin como experiencia de la vida cotidiana. Sera interesante presentar a la ciencia ficcin del perodo como una manifestacin cultural que logr vincular efectivamente a la dictadura con el melodrama.

BIBLIOGRAFA

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El Pndulo, segunda poca, n.1, mayo de 1981 (EP1)

El Pndulo, segunda poca, n.2, julio de 1981 (EP2)

El Pndulo, segunda poca, n.3, setiembre de 1981 (EP3)

El Pndulo, segunda poca, n.4, octubre de 1981 (EP4)

El Pndulo, segunda poca, n. 5, noviembre de 1981 (EP5)

El Pndulo, segunda poca, n.6, enero de 1982 (EP6)

El Pndulo, segunda poca, n.7, marzo de 1982 (EP7)

El Pndulo, segunda poca, n.8, abril de 1982 (EP8)

El Pndulo, segunda poca, n.9, junio de 1982 (EP9)

El Pndulo, segunda poca, n.10, noviembre de 1982 (EP10)

El Pndulo, tercera poca, n.11, setiembre de 1986 (EP11)

El Pndulo, tercera poca, n.12, octubre de 1986 (EP12)

El Pndulo, tercera poca, n.13, noviembre de 1986 (EP13)

El Pndulo, tercera poca, n.14, febrero de 1987 (EP14)

El Pndulo, tercera poca, n.15, mayo de 1987 (EP15)Recibido el 2 de agosto de 2012

Aceptado el 6 de setiembre de 2012* MA en Mass Communication por la Universidad de Leicester (UK) y PhD en Literatura Hispanoamericana por la Universidad de Rutgers (New Jersey). Investiga las relaciones entre literatura, anarquismo y modernismo en el Ro de la Plata a fines de siglo XIX y comienzos del XX, y la cultura juvenil de los ochenta del siglo XX en el Ro de la Plata. Actualmente es Candidato a Investigador del Sistema Nacional de Investigadores (SNI). Es escritor de ficcin y ciencia ficcin, editor literario y editor de las revistas arbitradas de la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Catlica del Uruguay.

La revista Amazing Stories fue la primera publicacin dedicada exclusivamente a la ciencia ficcin. Fundada en 1926 tuvo una existencia de casi ochenta aos y en ella publicaron sus primeros trabajos los escritores estadounidenses ms importantes de la ciencia ficcin como Isaac Asimov, Ursula K. Le Guin y Thomas M. Disch, entre muchos otros.

Gernsback era un inmigrante de Luxemburgo llegado a Nueva York, obsesionado con los avances cientficos de principios de siglo, en particular la radio y los usos de la electricidad. Haba llegado a Estados Unidos vinculado con el comercio de artculos elctricos y construy un imperio editorial en pocos aos. Para ms detalles sobre su vida y las revistas publicadas por l, ver Capanna.

Verne fue el ms importante difusor de conocimiento cientfico y se le atribuye errneamente un entusiasmo desmedido por el avance de la ciencia, cuando en realidad gran parte de su obra, sobre todo la del final de su vida, se dedica a describir con desilusin y pesar los usos y los riesgos de la ciencia en manos de gente inescrupulosa. Pero es el ingls H.G.Wells que escribi una ciencia ficcin donde, en un futuro o una sociedad alejada del mundo conocido, la ciencia no ha logrado ms que la dominacin, la degradacin o simplemente el exterminio del gnero humano.

Existe una larga tradicin de revistas de este tipo en Gran Bretaa, con gran abundancia de ilustraciones, a partir de 1820, tales como The Ghost, Tales of Terror, Terrific Register y The Magazine of Curiosity and Wonder, precursoras de Amazing Stories.

Uno de los trabajos ms importantes del gnero Mrchen fue Melmoth the Wanderer (1820) de Charles Maturin, inspirado en la leyenda de El Judo Errante. Melmoth vende su alma al diablo a cambio de la vida eterna y pasa su vida buscando escapar del Infierno.

A principios del siglo XIX, la literatura Mrchen comparta con la novela gtica el mismo inters por la magia negra, los magos, las ciencias ocultas y la fascinacin por la Edad Media. Es tambin la literatura Mrchen que revive el mito del vampiro: varias novelas de vampiros se publicaron desde principios del siglo XIX antes de la versin inglesa de Drcula (1897) de Bram Stoker, el mismo ao que La Guerra de los Mundos de H.G.Wells.

Las primeras ediciones de Amazing Stories publicaban, en la dcada del treinta, obras de Verne y Wells que tenan hasta cincuenta aos de antigedad en algunos de los casos. Estas novelas ya haban llegado a todos los rincones de Europa y Sudamrica desde mucho tiempo antes (Lundwall History, 41).

Los antecedentes de la ciencia ficcin argentina previos a la dcada del cincuenta pueden verse de manera panormica en Delgado.

El entonces ministro de Economa Celedonio Rodrguez estableci un paquete de medidas que inclua, entre otras, una devaluacin del 160% y un lmite del 50% a los aumentos de salario.

Tambin conocida como Proceso de Reorganizacin Nacional o simplemente Proceso, la dictadura cvico militar argentina comenz en 1976 y termin en 1983 y fue dirigida por una Junta Militar que sustituy a la derrocada presidenta Mara Estela Martnez de Pern. Est considerada la ms sangrienta de las varias dictaduras que tuvo el pas a lo largo de su historia y fue conocida por graves e incontables violaciones a los derechos humanos, entre ellas la desaparicin de miles de personas.

A lo largo de toda su trayectoria, es clara la necesidad de los escritores y editores de El Pndulo por renovar un gnero que se perciba anclado en la poca dorada de los cincuenta y sesenta.

Los lugares de nacimiento y exilio de la protagonista coinciden con los de Jos de San Martn, quien muere exiliado en Francia. De esta forma se establece la analoga del cuerpo enfermo con una nacin agredida.

Para una historia de la ciencia ficcin argentina y de una tradicin propia se puede consultar Capanna, Delgado y Moreno, entre otros.

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