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    ResumenEn estos ltimos aos se ha generado en Espaa una cre-

    ciente preocupacin social por los efectos de los campos elec-tromagnticos (CEM) sobre la salud humana. Algunos co-lectivos sociales han expresado su rechazo a la instalacinde antenas de estaciones base y a las lneas de alta tensin.

    En este trabajo se analiza la situacin actual de la protec-cin sanitaria en Espaa frente a los CEM. La valoracin serealiza en funcin de los antecedentes y justificacin de la Re-comendacin de Consejo de Ministros de Sanidad de la UninEuropea que limita la exposicin del pblico a CEM de 0 Hza 300 GHz, al Real Decreto 1006/2001 sobre proteccin sa-nitaria frente a emisiones radioelctricas y los estudios epi-demiolgicos ms relevantes.

    Se subraya la necesidad de utilizar un enfoque conjunto deevaluacin del riesgo y de la aplicacin del principio de pre-caucin. Se proponen las medidas de proteccin sanitaria quedeben aplicarse en nuestro pas para ser coherentes con laRecomendacin Europea sobre exposicin a CEM de 0 Hza 300 GHz y con la propia legislacin espaola sobre CEMde radiofrecuencias.Palabras clave: Campos electromagnticos. Efectos. Salud.Evaluacin de riesgo. Propuestas de proteccin para la salud.

    AbstractIn recent years there has been an increasing social concern

    in Spain about electromagnetic fields (EMF) and their effectson human health. Some groups have expressed their oppo-sition to antennas of base stations and high voltage power trans-mission lines.

    The present article discusses the current status of health pro-tection against EMF in Spain. The assessment is based on thebackground and justification of the European Union Council Re-commendation of 12 July 1999 on the limitation of exposureof the general population to electromagnetic fields (0 Hz to 300GHz), the Spanish Royal Decree 1006/2001 on health protectionagainst radioelectric emissions and the most relevant epide-miological studies.

    The need for implementation of a comprehensive approachbased on risk assessment and the precaution principle is emp-hasized.

    In order to be coherent with the Council Recommendationand Spanish EMF legislation some strategies for health pro-tection are proposed.Key words: Electromagnetic fields. Effects. Health. Risk as-sessment. Health protection measures.

    La proteccin sanitaria frente a los campos electromagnticosFrancisco Vargas-Marcos

    Mdico de Sanidad Nacional. Madrid. Espaa.

    Correspondencia: Francisco Vargas-Marcos. Los Ybenes, 58, 7.o A. 28047 Madrid. Espaa.Correo electrnico: [email protected]

    (Health protection against electromagnetic fields)

    Introduccin

    En estos ltimos aos se ha generado en Espa-a una creciente preocupacin social por los efec-tos de los campos electromagnticos (CEM) sobrela salud humana. Por ello, el informe SESPAS

    2002 (Sunyer, Kogevinas y Ant) incluy un captulo es-pecfico que analiz la evidencia epidemiolgica rela-cionada con la exposicin a CEM.

    El objetivo de este trabajo es valorar la situacinactual de la proteccin sanitaria frente a CEM en Es-paa, resumir y actualizar la evidencia cientfica sobreCEM de frecuencia extremadamente baja y radiofre-cuencias utilizadas en la telefona mvil y proponer re-comendaciones para la aplicacin efectiva de la Re-comendacin de Consejo de Ministros de Sanidad de

    la Unin Europea, que limita la exposicin del pblicoa CEM de 0 Hz a 300 GHz1 (RCMSUE), y del Real De-creto 1006/2001.

    Proteccin sanitaria frente a CEM en Espaa

    El uso masivo de telfonos mviles (celulares) y eldespliegue de antenas de telefona ha provocado unacierta alarma por las consecuencias sanitarias a largoplazo de la exposicin a CEM. Algo similar ha sucedi-do con los riesgos asociados a la exposicin a CEMde baja frecuencia.

    Desde el ao 1994 el Parlamento Europeo recla-maba a la Comisin Europea la adopcin de medidaslegislativas para limitar la exposicin de los trabajado-

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    PARTE II. TEMAS ACTUALES DE SALUD PBLICACaptulo 2. El medioambiente y su impacto en la salud

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    res y la poblacin general a la radiacin electromag-ntica no ionizante. La publicacin de la RCMSUE dabauna respuesta poltica y tcnica a las continuas de-mandas de la opinin pblica europea para armonizarla proteccin de la salud frente a los CEM. Su funda-mento cientfico se basaba en la evaluacin del ries-go, en la evidencia disponible en ese momento, en losinformes del Comit Cientfico Director de la Unin Eu-ropea y en las recomendaciones de la Comisin Inter-nacional de Proteccin contra las radiaciones no ioni-zantes (ICNIRP, en sus siglas en ingls). Lo cierto esque la RCMSUE tuvo un efecto positivo y la mayorade los pases la han utilizado para elaborar su legisla-cin nacional, segn el informe de implementacin ela-borado por la Comisin Europea2.

    En Espaa, el Ministerio de Sanidad y Consumo(MSC) no legisl hasta que se vio obligado por el Mi-nisterio de Ciencia y Tecnologa (MCyT) que, en fun-cin de sus competencias no transferidas en materiade telecomunicaciones, asumi la iniciativa de introducir,parcialmente, la Recomendacin Europea en nuestralegislacin. Lgicamente, el MCyT no poda legislar enmateria sanitaria, segn estableci el Consejo de Es-tado, as que tuvo que redactar el Real Decreto1066/20013 consensuado con el MSC.

    La creciente preocupacin social y las demandasde los sectores implicados justificaban la necesidad deelaborar una norma estatal que permitiera proteger lasalud de los ciudadanos, dar cobertura jurdica a lasautoridades autonmicas y locales y establecer un marcoregulador de la telefona mvil.

    Conviene sealar que el Real Decreto 1066/2001slo afecta a las ondas electromagnticas (radiofre-cuencias) utilizadas en las telecomunicaciones; por tanto,no se han regulado las dems frecuencias del espec-tro electromagntico, tal y como se establece en la RCM-SUE. Esta responsabilidad del MSC est todava pen-diente de aplicar en nuestro pas.

    El inters por los efectos de los CEM se ha centradoen los emitidos por radiofrecuencias y, en menor me-dida, en los procedentes de lneas de alta tensin. Sinembargo, no se pone en tela de juicio la exposicin aotras fuentes de emisin de CEM, como pueden ser losaparatos electrodomsticos, los radares o las antenasemisoras de radio y televisin. Algunas de estas ante-nas, ilegales, han salido a la luz a partir de la entradaen vigor del Real Decreto 1066/2001, y evidencian laparadjica situacin de los ayuntamientos que se opo-nen a la instalacin de estaciones base de telefona y,al mismo tiempo, tienen en su municipio antenas de radioo TV que emiten por encima de los lmites permitidoso incumplen la legislacin vigente en materia de tele-comunicaciones.

    Desde el punto de vista de la salud pblica, intere-sa conocer la dosis total que se recibe de forma vo-luntaria e involuntaria. Para ello, podemos utilizar la eva-

    luacin del riesgo (risk assessment)4 como una buenaherramienta de salud pblica. Esta metodologa se uti-liza ampliamente en los pases ms desarrollados peroen nuestro pas, lamentablemente, es poco aplicada enlos mbitos docentes de la salud pblica, la toxicolo-ga o en ciencias de la salud. La epidemiologa aplicada5puede desempear un papel esencial en la evaluacindel riesgo y en el proceso de toma de decisiones quetienen un elevado impacto social, como es el caso dela exposicin a CEM. Con este enfoque podemos va-lorar los riesgos de los CEM y analizar las medidas mseficaces para garantizar la proteccin sanitaria de la po-blacin. Esto es lo que la Unin Europea hizo antes depublicar la ya citada Recomendacin. En nuestro pasno se han realizado estudios de evaluacin del riesgode los CEM, entre otras razones por la carencia crni-ca de medios de las autoridades responsables de lasalud pblica y por ser un tema conflictivo de escasointers en las agendas polticas.

    Resumen descriptivo de la evidencia cientfica

    Son numerosos los estudios epidemiolgicos quese han realizado en otros pases (no as en Espaa),desde que en 1979 Wertheimer y Leeper asociaron laexposicin de CEM de baja frecuencia con el cncerinfantil. Hasta el momento, no se ha demostrado nin-gn mecanismo causal que pueda explicar las asocia-ciones observadas en algn estudio.

    Son seguros los CEM?6. sta es la pregunta quelos cientficos deben responder a los periodistas o a losciudadanos. Segn Dendy, lo mejor que podemos al-canzar en un experimento o en un anlisis epidemio-lgico es que, dentro de unos lmites establecidos deprobabilidad estadstica, el riesgo de un medicamen-to, una nueva forma de radiacin o cualquier otro agen-te no es ms grande que una cantidad especificada,por ejemplo, uno en un milln. En el caso de los CEM,disponemos de miles de trabajos publicados, y muypocos han encontrado evidencias que permitan fun-damentar decisiones de salud pblica. La mayora noson consistentes, no son reproducibles y no cumplenlos criterios de Hill.

    No podemos caer en la ilusoria persecucin de laseguridad absoluta o del riesgo cero. Dendy6 pone comoejemplo la utilizacin del gas en millones de hogares.Siempre habr alguien que deje la llave abierta y en-cienda una cerilla. Es seguro el gas? Por supuesto queno, pero el valor que aporta a nuestra calidad de vidaes tal que la poblacin est preparada para aceptar yvivir con ese riesgo. Conviene tener en cuenta este smila la hora de valorar el significado de los estudios rea-lizados en esta materia, con todas las cautelas que seannecesarias.

    althbles

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  • Los estudios ms exhaustivos de revisin de la evi-dencia7-10 han proporcionado suficientes argumentospara la adopcin de medidas equilibradas de reduccindel riesgo en exposiciones a CEM procedentes de l-neas de alta tensin y de telefona mvil.

    El Comit Cientfico sobre Toxicologa, Ecotoxico-loga y Medio Ambiente se ha pronunciado11 sobre losefectos de los CEM en la salud y sobre la vigencia delas directrices del ICNIRP. Este Comit considera queno hay motivos para revisar los lmites de exposicinde la Recomendacin Europea. Desde entonces se hanpublicado algunos estudios que se comentan a conti-nuacin.

    CEM de frecuencia extremadamente baja, incluidos los defrecuencia industrial (50-60 Hz)

    El Comit Cientfico ya citado concluy que los an-lisis combinados de los estudios epidemiolgicos sobrela asociacin entre los CEM de frecuencia extrema-damente baja (FEB) y la leucemia infantil ha reforza-do la evidencia de una asociacin. Sin embargo, la aso-ciacin no cumple unos criterios adecuados para serconsiderada causal. Por tanto, la evidencia general deque los CEM de FEB son un factor de riesgo en leu-cemia infantil debe considerarse como limitada. Estetrmino se usa de acuerdo con la definicin dada porla Agencia Internacional de Investigacin sobre el Cn-cer (IARC). Sobre esta base, la IARC clasific estosCEM en el grupo 2b, es decir, en la categora de po-siblemente carcingenos para el ser humano. En estegrupo se incluyen ms de 200 sustancias, entre lasque figuran el caf, la gasolina y el estireno. Si exis-te un efecto de la exposicin a CEM sobre la saludparece estar limitado a exposiciones superiores a 0,4T. En los pases europeos la proporcin de nios ex-puestos a tales niveles es inferior al 1%. En nuestropas un estudio12 ha detectado un pequeo nmerode centros escolares con medias de exposicin queexceden niveles de 0,2 T.

    Desde la publicacin, en el ao 2000, de los trabajosde Ahlbom13 y Greenland14, no se han realizado estu-dios que aporten hallazgos relevantes y novedosos. Unarevisin exhaustiva de 219 trabajos, realizada por el Co-mit Permanente de Epidemiologa de la ICNIRP15 haconcluido que no puede establecerse una relacin cau-sal entre los CEM de FEB y las enfermedades crni-cas. Recientemente, se han publicado dos estudios decohortes16,17 con el objetivo de valorar la relacin entrela exposicin y las arritmias, el infarto y las enferme-dades coronarias. Sus resultados no han detectado unaumento de la mortalidad por estas enfermedades. Enrelacin con el cncer cerebral, la mayora de los es-tudios no han encontrado ninguna asociacin o sta hasido muy dbil18. Por ltimo, merece la pena mencio-

    nar una revisin exhaustiva19, en cuyas conclusionesse establece que la evidencia sobre leucemia infantil ydel adulto debera clasificarse como de 2b a 1 (clasifi-cacin de la IARC).

    Radiofrecuencias

    Una caracterstica esencial de estas ondas es queno son ionizantes, es decir, no tienen la energa nece-saria para desplazar electrones de los tomos ni pararomper molculas. Su energa y su frecuencia son in-feriores a la necesaria para destruir los enlaces qumicosde las biomolculas de ADN.

    El continuo crecimiento de usuarios de la telefonamvil y la necesidad de prestar un servicio universal yde calidad han obligado a incrementar el despliegue deestaciones base (el conjunto de antenas, cableado yequipos accesorios se denomina estacin base). Amayor nmero de antenas menor es la potencia de emi-sin requerida de cada una de ellas. Al mismo tiempo,la potencia emitida por los mviles tambin es inferiorpuesto que automticamente se ajustan al mnimo ne-cesario; por tanto, cuanto ms cerca se encuentre deuna antena, la potencia de emisin del telfono dismi-nuye. A mayor distancia de la estacin y con obstcu-los que impidan la transmisin, mayor potencia de emi-sin del mvil. La potencia de una estacin base esinferior a la de un horno microondas domstico.

    Cuando se habla por telfono, la distancia entre elmvil y la cabeza del usuario es muy pequea. Por ello,las potencias transmitidas por estos aparatos, que sonabsorbidas por nuestros tejidos, son superiores a lasque la poblacin general absorbe de las seales emi-tidas por las antenas de estaciones base.

    No hay fundamento para exigir el alejamiento o laretirada de las antenas, ya que se consigue un efectocontrario al que se persigue. Si se alejan, las antenasdeberan aumentar notablemente su potencia de emi-sin para dar una cobertura de calidad.

    Aunque la introduccin de la telefona mvil es re-lativamente reciente, se han realizado algunos estudiossobre los efectos de su exposicin. En cambio, no sehan publicado estudios epidemiolgicos sobre losefectos de la exposicin a CEM emitidos por estacio-nes base, dadas las dificultades metodolgicas que esnecesario superar.

    Un estudio retrospectivo de cohortes20 que evalula incidencia de cncer en usuarios de telfonos m-viles no encontr ningn exceso de riesgo en cnce-res de cerebro, del sistema nervioso, de las glndulassalivales o de leucemia. El riesgo de estos cnceresno variaba en relacin con la duracin del uso de lostelfonos mviles, el tiempo desde la suscripcin delservicio o el tipo de telfono (analgico o digital). Otrosestudios21-23 no encontraron ningn riesgo mayor de pa-

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  • decer cncer de cerebro, incluidos los neurinomas deacstico24, por usar telfonos mviles. En el primer es-tudio de Muscat se detect un ligero incremento de neu-roepitelioma. Es evidente que debern realizarse nue-vos estudios para evaluar perodos de exposicin ylatencia ms largos. Se ha afirmado que es demasia-do pronto para emitir una conclusin definitiva25 sobresi los telfonos mviles suponen un riesgo para la salud.Ningn estudio realizado hasta el momento ha encon-trado una asociacin con los tumores cerebrales o cual-quier otra patologa. Los nicos efectos claramente ob-servados son los asociados a los accidentes detrfico26. Los nuevos estudios que estn en marcha,como el proyecto Interphone, pueden ofrecer nuevasevidencias.

    Un reciente estudio de casos y controles27 ha en-contrado un riesgo aumentado de tumores cerebrales(neurinoma del nervio acstico) entre los usuarios detelfonos analgicos. No se encontr el mismo efectopara los telfonos digitales pero s para telfonos ina-lmbricos. Este trabajo ha sido criticado28 por sus ca-rencias metodolgicas, sus resultados se consideranno informativos y en ningn caso puede inferirse unaasociacin causal entre la exposicin a telfonos ana-lgicos y los tumores cerebrales.

    Los resultados de estos estudios permiten afirmarque, con las debidas precauciones y a la luz de los co-nocimientos actuales, no hay ninguna asociacin cau-sal entre cncer de cerebro, meningioma, neurinomadel nervio acstico, melanoma ocular o cncer de lasglndulas salivares.

    El principio de precaucin y los CEM

    El principio de precaucin29 se aplica cuando unaevaluacin cientfica indica que hay motivos razonablesde preocupacin por los potenciales efectos peligrosossobre la salud o el medio ambiente, a pesar de los ni-veles de proteccin adoptados. Su aplicacin es muyapropiada desde el punto de vista de la salud pblica,ya que entra en el mbito de actuacin de la preven-cin primaria30. La verdad es que este principio podradenominarse como principio de previsin, ya que tieneuna connotacin innovadora y anticipatoria.

    Una ciudadana mejor educada e informada queparticipe en el proceso de toma de decisiones au-mentara la confianza y la legitimidad de las medidasque se adopten por parte de las autoridades compe-tentes.

    El rechazo actual a las antenas de telefona podahaber sido reducido si las autoridades sanitarias se hu-bieran implicado en la informacin a la poblacin sobrelos CEM. En este tema, como en otras reas de la saludpblica, sera necesaria una estrategia sanitaria, esta-

    tal, claramente definida, que permitiera aplicar eficaz-mente el principio de precaucin, tal y como se acep-ta en la Unin Europea. Ello evitara un uso inapropiadode su utilizacin.

    Conclusiones

    Con la informacin disponible podemos concluirque la recomendacin ms adecuada es la evitacinprudente de exposiciones innecesarias. El uso de la elec-tricidad, los aparatos electrodomsticos y la telefonamvil debe hacerse con racionalidad y prudencia.

    sta es la lnea que ha adoptado el Comit de Ex-pertos Independientes en su informe tcnico, ya cita-do, sobre campos electromagnticos y salud pblica.Las conclusiones y recomendaciones elaboradas poreste comit son consistentes con las evidencias cien-tficas actuales.

    Las lagunas en el conocimiento sugieren la ne-cesidad de seguir investigando pero teniendo en cuen-ta los siguientes criterios: eficiencia de los recursos deinvestigacin, evidencia cientfica contrastada, per-cepcin del riesgo, utilidad de la energa elctrica y dela telefona en nuestra vida cotidiana.

    Los lmites establecidos en la RCMSUE son su-ficientes, actualmente, para garantizar la proteccin sa-nitaria de la poblacin31.

    Recomendaciones

    En funcin de los conocimientos actuales y desde unaperspectiva de salud pblica basada en el principio deprecaucin o de previsin, las autoridades sanitarias de-beran articular las siguientes recomendaciones:

    1. Elaboracin de una normativa bsica que reco-ja los principios de la RCMSUE, en relacin con todoel espectro electromagntico, incluidos los aspectos relacionados con productos sanitarios, como prtesis metlicas, desfibriladores cardacos e implantes co-cleares.

    2. Las autoridades sanitarias deberan fomentar lainvestigacin experimental, clnica y epidemiolgicasobre los efectos de la exposicin a los CEM proce-dentes de cualquier fuente emisora. El Fondo de In-vestigacin Sanitaria y otros programas de investiga-cin deben establecer lneas prioritarias de financiacinde estos estudios.

    3. En relacin con los CEM de FEB, deben fo-mentarse estudios epidemiolgicos en poblaciones expuestas por encima de 0,4 T. No se recomienda re-alizar estudios sobre la poblacin general por-

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  • que no aportaran nueva informacin relevante, comose ha demostrado en ensayos epidemiolgicos previos.

    4. La evaluacin, la gestin y la comunicacin delriesgo derivado de la exposicin a los CEM requiere unadotacin adecuada de medios tcnicos y profesiona-les de las unidades de sanidad ambiental y epidemio-loga de la Administracin sanitaria del Estado y de lasCCAA. Todo ello con el fin de garantizar el cumplimientodel RD 1600/2001.

    5. Es necesario realizar campaas informativas parapromover un uso racional del telfono mvil, con obje-to de reducir las exposiciones innecesarias y excesi-vas. Debe hacerse especial nfasis en la realizacin decampaas contra el uso del telfono mientras se con-duce. Los fabricantes deben etiquetar y clasificar susproductos en funcin de sus potencias de emisin ytasas de absorcin especfica en un formato que seacomprensible por el usuario.

    6. Debe regularse la instalacin de nuevas lneasde alta tensin con el fin de evitar percepciones del ries-go no justificadas y exposiciones innecesarias. El so-terramiento de las lneas debe hacerse con criterios deeficiencia y seguridad.

    7. Aplicacin de las medidas ms eficaces desdeel punto de vista tecnolgico para la utilizacin com-partida donde sea viable, y la minimizacin de las emi-siones y el impacto visual.

    8. El MSC debera crear una Comisin Nacional querealice un seguimiento de las evidencias cientficas re-lacionadas con los CEM y proponga las estrategias di-rigidas a garantizar la proteccin de la salud.

    9. Elaboracin de un informe que valore el grado deaplicacin en Espaa de la RCMSUE y del RD 1600/2001,tal como se ha previsto en su articulado.

    Estas propuestas estn pendientes de aplicacin,sorprende el escaso inters de la administracin sani-taria en el desarrollo de una poltica preventiva que hasido propuesta por un Comit de Expertos coordinadopor el MSC. La Recomendacin Europea, el Real De-creto 1066/2001 y las demandas de la sociedad re-quieren una intervencin activa y eficaz que debe abor-darse sin ms retraso.

    Esperemos que en el prximo informe SESPAS po-damos decir que todas o la mayora de estas medidasse estn aplicando en nuestro pas.

    Agradecimientos

    El autor desea expresar su agradecimiento a Alejandrobeda Maeso, por sus valiosos y constructivos comentariosa una versin previa de este manuscrito.

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