05 capitalismo

14
NÓMADAS 52 NO. 28. ABRIL 2008. UNIVERSIDAD CENTRAL – COLOMBIA Capitalismo cognitivo, trabajo informacional y un poco de música* Mariano Zukerfeld** Este artículo está organizado en torno a tres secciones. En la primera, se presenta un resumen de nuestro marco teórico para pensar el capitalismo cognitivo, centrado en el concepto de bienes informacionales. En la segunda, utilizando los datos de un estudio de campo, se aplican las categorías esbozadas para caracterizar algunos aspectos del trabajo de los músicos en la actualidad. Finalmente, se extienden las ideas surgidas de la sección anterior y se propone la noción de trabajo informacional para pensar la forma de trabajo que distingue a la presente etapa. Palabras clave: capitalismo cognitivo, bienes informacionales, trabajo informacional, conocimiento, tecnologías digitales, música. Este artigo é organizado em três seçãos. A primeira mostra uma apresentação breve de nosso marco teórico no Capitalismo Cognitivo, baseada no conceito de Bens Informacionais. A segunda, usando os dados de um trabalho do campo, examina as categorias propostas a fim de caracterizar alguns aspectos do trabalho dos músicos no presente. Por fim, desenvolve-se estas idéias em uma definição do Trabalho Informacional para pensar o tipo do trabalho que distingue a etapa atual. Palavras-chaves: capitalismo cognitivo, bens informacionais, trabalho informacional, conhecimento, tecnologias digitais, música. This paper is structured as follows. The first section shows a brief presentation of our theoretical framework on Cognitive Capitalism, based on the concept of Informational Goods. The second, using fieldwork results, examines the proposed categories in order to characterize some aspects of musicians’ labor at present. Finally, these ideas are broadened into a definition of Informational Labor, given to think the type of labor that distinguishes the present stage. Key words: cognitive capitalism, informational goods, informational labor, knowledge, digital technologies, music. * Este artículo combina producciones enmarcadas en el grupo de trabajo Ubacyt S105, avances de una tesis doctoral financiada por la beca del Conicet y algunos años de actividad como músico, carentes –por cierto– de todo apoyo económico. ** Magíster en Sociología y Ciencia Política, Flacso. Actual doctorando en Ciencias Sociales, Flacso. Docente de la cátedra Informática y Relaciones Sociales de la carrera de Sociología de la Universidad de Buenos Aires. Responsable del fraca- so de varias bandas de jazz, blues y folclore argentino. E-mail: marianozukerfeld @gmail.com ORIGINAL RECIBIDO: 22-I-2008 – ACEPTADO: 10-II-2008 [email protected] PÁGS.: 52-65 Dibujo EMBERA: Astrid Ulloa

Transcript of 05 capitalismo

Page 1: 05 capitalismo

NÓMADAS52 NO. 28. ABRIL 2008. UNIVERSIDAD CENTRAL – COLOMBIA

Capitalismo cognitivo,trabajo informacional y

un poco de música*

Mariano Zukerfeld**

Este artículo está organizado en torno a tres secciones. En la primera, se presenta un resumen de nuestro marco teórico parapensar el capitalismo cognitivo, centrado en el concepto de bienes informacionales. En la segunda, utilizando los datos de un estudiode campo, se aplican las categorías esbozadas para caracterizar algunos aspectos del trabajo de los músicos en la actualidad.Finalmente, se extienden las ideas surgidas de la sección anterior y se propone la noción de trabajo informacional para pensar laforma de trabajo que distingue a la presente etapa.

Palabras clave: capitalismo cognitivo, bienes informacionales, trabajo informacional, conocimiento, tecnologías digitales, música.

Este artigo é organizado em três seçãos. A primeira mostra uma apresentação breve de nosso marco teórico no CapitalismoCognitivo, baseada no conceito de Bens Informacionais. A segunda, usando os dados de um trabalho do campo, examina ascategorias propostas a fim de caracterizar alguns aspectos do trabalho dos músicos no presente. Por fim, desenvolve-se estas idéias emuma definição do Trabalho Informacional para pensar o tipo do trabalho que distingue a etapa atual.

Palavras-chaves: capitalismo cognitivo, bens informacionais, trabalho informacional, conhecimento, tecnologias digitais, música.

This paper is structured as follows. The first section shows a brief presentation of our theoretical framework on CognitiveCapitalism, based on the concept of Informational Goods. The second, using fieldwork results, examines the proposed categories inorder to characterize some aspects of musicians’ labor at present. Finally, these ideas are broadened into a definition of InformationalLabor, given to think the type of labor that distinguishes the present stage.

Key words: cognitive capitalism, informational goods, informational labor, knowledge, digital technologies, music.

* Este artículo combina producciones enmarcadas en el grupo de trabajo Ubacyt

S105, avances de una tesis doctoral financiada por la beca del Conicet y algunos

años de actividad como músico, carentes –por cierto– de todo apoyo económico.

** Magíster en Sociología y Ciencia Política, Flacso. Actual doctorando en Ciencias

Sociales, Flacso. Docente de la cátedra Informática y Relaciones Sociales de la

carrera de Sociología de la Universidad de Buenos Aires. Responsable del fraca-

so de varias bandas de jazz, blues y folclore argentino. E-mail: marianozukerfeld

@gmail.com

ORIGINAL RECIBIDO: 22-I-2008 – ACEPTADO: 10-II-2008

[email protected] • PÁGS.: 52-65

Dib

ujo

EMBERA

: A

stri

d U

lloa

Page 2: 05 capitalismo

53NÓMADASZUKERFELD, M.: CAPITALISMO COGNITIVO, TRABAJO INFORMACIONAL Y UN POCO DE MÚSICA

Introducción

El objetivo principal de este tex-to es proponer la hipótesis de que lacategoría de trabajo informacional pue-de ser útil para pensar las actividadeslaborales típicas de la presente etapadel capitalismo. Sin embargo, esa hi-pótesis sólo puede formularse luegode dos pasos previos, que se convier-ten en objetivos secundarios. El pri-mero consiste en esbozar el marcomás amplio que venimos elaborandohace algunos años para pensar el ca-pitalismo cognitivo. Como se verá,la categoría de trabajo informacional nopuede presentarse escindida de las he-rramientas teóricas que laencuadran. La primera sec-ción de este texto, en con-secuencia, exhibe un marcoteórico que integra unatipología del conocimien-to, el concepto de bienesinformacionales y una de lasposibles formas de entenderel mentado capitalismocognitivo. Aunque se tratade un esquema que hemospublicado varias veces, segu-ramente resulte desconoci-do –y, al principio, difícil–para los lectores de la revis-ta NÓMADAS. Pedimos paciencia:condensa cientos de páginas de avan-ces de una tesis doctoral. Esperamos,a cambio, ofrecer ideas que puedanconducir a aplicaciones distintas delas que se abordan en estas páginas.En este sentido, cabe aclarar que eltexto pretende acompañar los repa-ros a los conceptos existentes conpropuestas alternativas. Preferimossiempre los riesgos de exponer esaspropuestas –la interpretación erradao la refutación justa– a la comodi-dad estanca de la crítica pura: apos-tamos, así, a que desde Latinoaméricahagamos algo más que adicionarles

parches, “peros” y datos a las teoríasque importamos. Por otra parte, elsegundo paso previo a la formulaciónde la categoría de trabajo informacionales más modesto y, a diferencia del es-quema respecto del capitalismocognitivo, es un puro insumo. Se tra-ta de recoger algunas ideas surgidas deuna investigación cualitativa respec-to de las particularidades que presen-ta la actividad laboral de los músicosen la presente etapa del capitalismo1.A esta tarea está dedicada la segundasección. Es importante remarcar quela utilización que se hace aquí de di-cho trabajo de campo no tiene inten-ciones de reflejar la totalidad de los

resultados obtenidos, ni de generali-zar las reflexiones hechas para ningu-na población, por más pequeña queella sea. El trabajo de campo se usaaquí ante todo para poner en movi-miento las categorías teóricas, paradialectizar los conceptos. Nos permi-te ver cómo algunos no encajan conlos datos y nos invita a construirotros. Nos lleva, ni más ni menos,que a ensayar hipótesis, a pensar ten-dencias que vayan por debajo y másallá de los límites del trabajo de cam-po. En el caso de este artículo, estashipótesis no tienen por fin narrar laspenas y las glorias de los trabajadores

musicales, sino rastrear aquellos as-pectos de su actividad que los her-manan con otras labores surgidas oen transformación en la actual etapadel capitalismo. Lejos de describir lasparticularidades de los músicos, bus-camos resaltar lo que hay en sus acti-vidades presentes de inespecífico,aquello que les ha traído el capitalis-mo cognitivo y que nos permiteapuntar algunos indicios respecto delo que llamaremos trabajo infor-macional. A formalizar esta categoríahipotética consagramos la tercera sec-ción del texto. En ella la definimos ypresentamos cuatro de sus caracterís-ticas. Así, complementamos las ideas

vinculadas al material so-bre los músicos con el ejem-plo de un tipo de trabajoque está en sus antípodas–y hacia el cual se dirigenuestro próximo trabajode campo–: el que realizanlos teleoperadores de loscall centers2. La idea obviaes que los aspectos comu-nes de actividades tanopuestas posiblemente nosestén hablando de rasgosprofundos del trabajo enel capitalismo cognitivo.

Repensando elconcepto decapitalismo cognitivo:una propuesta

Desde mediados de la década delsetenta el sistema capitalista mundialexhibe de manera nítida un conjun-to de profundas transformaciones.Junto con ellas, van ganado visibili-dad aparatos conceptuales destinadosa interpretarlas. De manera tímida,primero, y abrumadora, después, co-mienzan a surgir nombres para la nue-va etapa3. Nombres sumamente

Departamento de Bolívar (Puerto Hormiga). La más antigua representaciónde un rostro. Cerámica, fragmento, 3100 a. C. - 2500 a. C. (r.).

Archivo fotográfico del ICC.

Page 3: 05 capitalismo

NÓMADAS54 NO. 28. ABRIL 2008. UNIVERSIDAD CENTRAL – COLOMBIA

dispares en relación con la sistemati-cidad de las formulaciones que lossustentan, con las vocaciones políti-cas que los insuflan y, especialmen-te, con los aspectos del nuevoperíodo que enfatizan. Pero a partirde mediados de los años noventa seestabiliza como hegemónica la pers-pectiva asociada con una noción: lade sociedad del conocimiento. Y lo haceal menos en cuatro campos semán-ticos decisivos: la economía, losmedios de comunicación, losorganismos internacionales y laspolíticas públicas. No tenemosespacio aquí para caracterizartal noción y repasar las cuan-tiosas críticas que merece4. Bas-ta mencionar que algunas deellas se desprenden del violen-to carácter ideológico –en elsentido más tosco del térmi-no– que la anima: en cualquie-ra de sus versiones oculta laespecificidad capitalista de laetapa actual, naturalizando unacircunstancia histórica y silen-ciando los conflictos que laconstituyen. Por eso, una de lasbases más poderosas del con-cepto de capitalismo cognitivo5

(Boutang, 1999; Rullani,2000; Blondeau, 1999; Corsani,2003) radica en su capacidad de ejer-cer una fuerte crítica a la pretendidaneutralidad de categorías como socie-dad del conocimiento. Sin embargo, pesea la fertilidad que posee, varias de lasformulaciones conocidas de la nociónde capitalismo cognitivo presentan suspropias limitaciones. La primera deellas, sorprendentemente, la herma-na con la de sociedad del conocimiento:al definir el momento presente enrelación con la centralidad económi-ca asumida por el conocimiento, am-bos términos permanecen ciegos alhecho de que todas las formas de or-ganización productiva a lo largo de

la historia de la humanidad podríancaracterizarse de ese modo. Que enlos últimos años se haya comenzadoa prestar atención al papel que ocu-pa el conocimiento en los procesosproductivos, no quiere decir que laeficacia empírica de éste se haya pues-to en marcha al compás de ese inte-rés. En la agricultura neolítica, elartesanado medieval o la fábricafondista, el conocimiento tenía efec-

tivamente una función tan importantecomo la que se le concede en la ac-tualidad6. Para decirlo de manera sim-plificada, uno de los errores dealgunos de los autores que impulsanla noción de capitalismo cognitivo (con-tinuadora de una tendencia prove-niente de Marx y los economistasneoclásicos) es soslayar la importan-cia de los infinitos conocimientos quesubyacen a los procesos productivosmanuales, reiterativos y/o físicos. Lasmanos hábiles del albañil, la cocine-ra o el músico, no tienen otro timónque el enorme conjunto de sabereshechos carne con los años de labor.De hecho, detrás de la apariencia

cosificada de las herramientas, seanéstas palas, ollas o pianos, no sólo seesconde el trabajo que las produjo –yque los marxistas saben reconocer–,también lo hacen, a través de él,astronómicas e ignoradas cantidadesde conocimientos colectivos. Estonos lleva a la segunda limitación dela noción de capitalismo cognitivo,que es la causa de la primera: noconceptualiza con claridad el cono-

cimiento interviniente en losprocesos productivos ni siste-matiza los diversos tipos quepresenta7. Se habla de conoci-miento como un ente único yhomogéneo, sin distinguir sus va-riedades y, por ende, sin ver que lonovedoso de la presente etapa es elpapel que asume un tipo de cono-cimiento muy particular. Para in-tentar superar esas limitaciones,nos abocamos a continuacióna presentar una reconstrucciónsistemática del concepto encuestión8. En ella conviven tresoperaciones vinculadas a lo an-terior: distinguir esa forma par-ticular de conocimiento queentendemos característica delperíodo actual, sistematizar lasformas restantes, cuya relevan-

cia para el sistema no es menor por serañeja y analizar la relación entre unay otras. Pero, empecemos por elprincipio.

Proponemos definir el conoci-miento en su calidad de insumo pro-ductivo –en el sentido más amplioposible de este último término–como un tipo de ente que tiene lacaracterística distintiva de que su usono lo consume, no lo desgasta. Porcaso, mientras cualquier rueda enparticular tiene una vida útil inexo-rablemente ligada a la magnitud deluso que se le dé, la idea de rueda (unaforma de conocimiento) puede usar-

Escultura funeraria. San Agustín.Excavaciones de Luis Duque Gómez, 1945.

Page 4: 05 capitalismo

55NÓMADASZUKERFELD, M.: CAPITALISMO COGNITIVO, TRABAJO INFORMACIONAL Y UN POCO DE MÚSICA

se infinitamente sin que su utilidadmerme. Llamamos a este rasgo dis-tintivo perennidad del conocimien-to9. El desgaste, así, opera sobre lossoportes del conocimiento –sobre elobjeto que llamamos rueda, sobreel libro en el que el diseño de la rue-da ha sido codificado, sobre la men-te de los individuos que atesoran talidea, etc.– y no sobre el conocimien-to mismo. Esta idea de soporte, im-plícita en la noción de perennidad delconocimiento, nos lleva a realizar tresconsideraciones. En primer lugar, sal-ta a la vista que el conocimiento sólopuede existir apoyado en algún tipode soporte. No existe la idea de ruedasin asiento en la conciencia subjeti-va, el artefacto giratorio o la repre-sentación codificada. De modo queel soporte, en tanto forma corrom-pible de un contenido perenne, esun mal necesario. En segundo lugar,resulta evidente que el soporte de cual-quier conocimiento determina varias delas propiedades que tal conocimiento asu-me. En este sentido, y siguiendo conel mismo ejemplo, que la idea de rue-da exista subjetivamente como re-presentación mental individual,como objetivación en un artefactodeterminado o como codificación enun texto, confiere a ese conocimien-to posibilidades muy disímiles de,por ejemplo, difundirse, ser consi-derado eficaz o caer en el olvido. Fi-nalmente, y como consecuencia delo anterior, parece conducente utili-zar los soportes10 como línea divisoriapara conformar una tipología de losconocimientos. En cierta medida,pueden verse los distintos tiposcomo diferentes niveles de agregacióndel conocimiento, que interactúan en-tre sí de manera no necesariamentejerárquica o evolutiva. Intuimos queexisten cuatro de esos niveles, queexponemos simplificadamente acontinuación11.

1. Conocimiento biológico (CSB12):El nivel más elemental en elque existe el conocimiento esel de los flujos de datos codi-ficados que circulan como in-formación genética, nerviosao endocrinológica en todoslos seres vivos. Distinguimosentre los flujos naturales u or-gánicos (como la informacióngenética que porta una semi-lla proveniente de un fruto na-tural) y los sociales o posorgánicos(como la información genéticade una semilla surgida de lamanipulación biotecnológica).

2. Conocimiento subjetivo (CSS):es aquél en el que el soportees la individualidad humana,conciente e inconciente. Cabedistinguir entre conocimien-tos subjetivos procedimentales(aquéllos que se desenvuelvenen un hacer corporal o intelec-tual) y declarativos (aquéllosque pueden expresarse verbal-mente)13. De este modo, lahabilidad mental de un car-pintero para concebir unamesa o su destreza manualpara realizarla son ejemplosdel primer tipo, mientras queel recuerdo de las medidas deuna mesa dada o de las virtu-des y defectos de cierto tipode madera lo son del segun-do. Una categoría resultantede diversas dimensiones de losCSS es la de técnica, que defi-nimos como una forma deconocimiento subjetivo proce-dimental adquirido de manera ins-trumental y ejercido de maneraimplícita.

3. Conocimiento intersubjetivo(CSI): refiere a los conocimien-tos que se apoyan sólo en las

relaciones sociales humanas; quedescansan únicamente en la tra-ma de significaciones esencial-mente colectivas. Incluye elconocimiento codificante, (res-pecto de la fundación y uso decódigos lingüísticos), el cono-cimiento axiológico (las nor-mas/valores que pautan todaorganización social) y, especial-mente, el reconocimiento (elconocimiento-de-otros queconforma las redes sociales14).

4. Conocimiento objetivo (CSO): esel conocimiento social que sehalla solidificado por fuera dela subjetividad individual ycoagulado más allá la inter-subjetividad colectiva. Apelan-do a la paciencia del lector, enél nos dentendremos. Se divi-de en dos tipos. En primerlugar, el CSO objetivado, quese manifiesta cuando el cono-cimiento que está en juego secristaliza en la forma del obje-to soporte. Esa cristalizaciónpuede a su vez ser no-instru-mental (como el objeto lú-dico construido por un niñoo la escultura modelada porun artista) o instrumental(como un papel, una herra-mienta o una computadora).En este último caso estamosfrente a una tecnología, defi-nida como conocimiento instru-mental materializado en un objetodeterminado. De la enorme va-riedad de tecnologías produ-cidas por la humanidad, nosinteresa destacar las tecnolo-gías digitales, que son aquellasque procesan, transmiten, al-macenan o generan informa-ción digital. Para entender esteúltimo término, pasemos alsegundo tipo de conocimien-

Page 5: 05 capitalismo

NÓMADAS56 NO. 28. ABRIL 2008. UNIVERSIDAD CENTRAL – COLOMBIA

to objetivo, el codificado. Enéste, el conocimiento invo-lucrado se refugia en el conte-nido simbólico del objetosoporte y la mayor parte de élpuede pensarse como informa-ción: textos, imágenes, audio.En particular, distinguimos lainformación digital (ID) comoun conocimiento instrumental co-dificado binariamente medianteseñales eléctricas de encendido-apa-gado. Llegados a este punto de-bemos señalar que así comoel conocimiento tenía comocaracterística definitoria su pe-rennidad, el rasgo distintivode la ID es que puede clonarse(es decir, reproducirse de ma-nera idéntica) con un costo cer-cano a cero (Varian, 1995;Cafassi, 1998; Boutang, 1999;Rullani, 1999). Es decir, la par-ticularidad de la codificacióndigital como soporte es quepermite que el conocimien-to que ha sido traducido a élse multiplique con costosmarginales casi nulos. Llama-mos a esta característica, cuyaimportancia creemos difícilsobreestimar, replicabilidad dela ID.

Hasta aquí, entonces, un vuelorasante y atemporal por nuestratipología del conocimiento. Volvamoscon ella a la historia. Los distintos es-tadios en el desarrollo de las fuerzasproductivas se corresponden con laprimacía de determinados tipos deconocimiento y con determinadasconfiguraciones de cada uno de ellos.Marx y Levis Strauss, verbigracia, po-drían discutir respecto de si el partode la raza humana, 100.000 años atrás,se asocia con la conquista del cono-cimiento objetivo (tecnología) o delconocimiento intersubjetivo (axioló-

gico). Mucho más adelante, hace tansólo 6.000 años, una nueva cumbrefue alcanzada con la escritura: laobjetivación codificada del lenguajeverbal, el nacimiento de la informa-ción. Pero la historia de la relaciónentre los seres humanos y el conoci-miento no es sólo la de la conquistade nuevos soportes, sino, ante todo,la de las batallas por la traducciónentre los soportes existentes. En efec-to, las traducciones –pasajes de un co-nocimiento desde un soporte haciaotro– son operaciones que hacen tam-balear las relaciones de poder pre-existentes (tanto en el sentido depotestas, como en el de potentia. Cfr.Holloway, 2002), conflagraciones si-lenciosas tras las cuales las nuevas geo-grafías del saber decretan victorias yderrotas. En este sentido, un ejemplomentado –sobre el que volveremosmás adelante– es el del taylorismo/fordismo. Los conocimientos subjeti-vos de los obreros más hábiles (técni-cas) fueron, en varias situaciones,codificados en manuales de procedi-mientos (información). En otras,objetivados en los movimientos de lamaquinaria (tecnología). En los doscasos, los trabajadores perdieron elcontrol de sus saberes. En ambos, latraducción fue un medio decisivo queel capital utilizó para domesticarlos.

Ahora bien, como es sabido, enlos últimos años se vienen dando unaserie de transformaciones alrededordel surgimiento y la difusión de lainformación digital. Una de ellas con-siste en que distintos procesos pro-ductivos comienzan a tenerla comoun insumo decisivo. Esos procesostendrán como resultado lo que lla-mamos bienes informacionales (BI).Esto es, bienes obtenidos en procesos cuyafunción de producción está signada porun importante peso relativo de los gastos(en capital o trabajo) en la generación de

o el acceso a la ID. En todos los casosse trata de bienes en cuya producciónlos costos de las materias y de la ener-gía son despreciables frente a los delos conocimientos involucrados. En-tendemos que hay tres tipos de BI.a) Los BI1, que son los bienes in-formacionales en sentido más estric-to. Tienen la característica de que estánhechos puramente de información digital.Se trata de software, música, imágenes,textos, etc. b) Los BI2 presentancomo rasgo distintivo que procesan,transmiten o almacenan ID. Se recor-tan como BI2: los chips (y lascomputadoras, que dependen deellos), las fuentes de almacenamien-to –como, por ejemplo, discos com-pactos–, y las de transmisión –comolos semiconductores de silicio– deID. c) Los BI3, que sólo tienen elrasgo general de que la ID es suinsumo decisivo, carecen de las carac-terísticas de los BI1 y BI2. Es el casode todos los productos que resultande la aplicación de biotecnologías:industria farmacéutica, aplicacionesvegetales o animales de la genética,etc. Es importante notar que si bienla información digital es el tipo deconocimiento-input que caracteriza alos tres tipos de BI, cada uno de ellosporta un tipo de conocimiento-output propio. Así, en los BI1 es tam-bién la ID. En los BI2 se trata de lastecnologías digitales (conocimientoobjetivo) y en los BI3 de la informa-ción posorgánica (conocimientobiológico).

Entre otros factores, la perennidaddel conocimiento, la replicabilidad dela información digital, la tendenciadescripta por la Ley de Moore15 y lareticularidad de Internet16 llevan a quelos BI ocupen un lugar cada vez másimportante en la producción, la dis-tribución, el intercambio y el consu-mo de las sociedades de la actualidad.

Page 6: 05 capitalismo

57NÓMADASZUKERFELD, M.: CAPITALISMO COGNITIVO, TRABAJO INFORMACIONAL Y UN POCO DE MÚSICA

Por fin, llamamos capitalismo cognitivo(CC) a la etapa del modo de produccióncapitalista signada por la contradicciónentre relaciones sociales de producción orien-tadas a realizar los tres tipos de bienesinformacionales como mercancías, y el gra-do de desarrollo de las fuerzas productivasasociado a la ontología replicable de la in-formación digital, que amenaza el estatusmercantil de esos bienes. Por eso, las ba-tallas jurídicas y políticas alrededor delos nuevos cercamientos –ma-terializados en la extensión delas diversas formas de propie-dad intelectual sobre los trestipos de conocimientos queconstituyen los BI–, el creci-miento exponencial de esfe-ras públicas no estatales y sucaptura por parte del capitalson algunas de las caracterís-ticas bien conocidas de estaetapa. Otra, no menos im-portante, es el tipo de traba-jo que la distingue. A elladedicamos lo que queda delartículo. Pero ahora, hable-mos de música.

Dialogando con elcampo: un poco demúsica

Hace algunos meses desarrolla-mos una investigación empírica orien-tada a las categorías sugeridas másarriba en el campo del arte sonoro.Intentamos dar cuenta con ellas delas mentadas esferas de intercambiono capitalista, los problemas de laescasez intrínseca de atención huma-na, las batallas entre usuarios y com-pañías discográficas en torno a losMP3, los precios diferenciales, etc.(Zukerfeld, 2007b). Abordamos, así,algunos a los fenómenos típicos delcapitalismo cognitivo en relación conla distribución y el consumo de música

grabada, un BI1, buscando pistas parapensar lo que ocurre con otros bie-nes informacionales. Es una historiainteresante, aunque conocida y am-pliamente elaborada desde distintasperspectivas (Oberholzer-Gee yStrumpf, 2007; Liebowitz, 2003 y2007; Perrone, 2007). Mucha menosatención se ha prestado a los cambiosen la producción de música. En parti-cular, las mutaciones en el proceso de

trabajo del músico han tenido poco es-tudio. Así, nuestro esfuerzo másreciente consistió en preguntar, ob-servar y, ciertamente, participar de lasenormes transformaciones que losmúsicos en tanto trabajadores estánviviendo en la actual etapa del capi-tal. Nuestro interés en este punto noestaba tanto en completar el panora-ma respecto del campo de la música,como en buscar indicios que quizásnos permitieran pensar el trabajo enotros ámbitos del capitalismo cog-nitivo. Por eso, a la hora de interpre-tar el material empírico, la categoríade trabajo inmaterial, (Lazzaratto,1996; Lazzarato y Negri, 2001, etc.)

y otras de Hardt, Negri y Virno, pa-recían ser una referencia estimulantepor donde comenzar. Ellas dan cuen-ta de numerosos aspectos del traba-jo en la presente etapa e inclusoutilizan metáforas extraídas directa-mente de la música (Virno, 2003 y2004). Sin embargo, nos encontra-mos con varias dificultades. Algunastienen que ver con la operacionali-zación de los conceptos. Cada noción

es utilizada de manera tandiversa entre estos distintosautores17, y aún entre dife-rentes textos de un únicoautor18, que la definiciónoperativa se vuelve escurri-diza. En el mismo sentido,el pasaje del discurso filosó-fico a la contrastación socio-lógica presenta sus propiasasperezas: teorizar sobre al-gún ejemplo elocuente esmás elegante que lidiar conla hostil multiplicidad em-pírica. Sin duda, la primeratarea es sumamente valiosa–e ignorada por la sociolo-gía sumisa–, pero no debealejarnos de la segunda. Másallá de todo esto, el proble-ma principal al aplicar la no-

ción de trabajo inmaterial a nuestroestudio de campo con músicos –qui-zá por nuestras falencias al hacerlo–,consistió en la imposibilidad de de-tectar en modo alguno las novedadesdel capitalismo cognitivo. Para decir-lo simplificadamente, los músicos yaeran productores inmateriales, ya la-boraban en el sector de servicios ynunca lo hicieron de acuerdo con lospatrones fordistas. Sus tareas profe-sionales, de ocio y de estudio, siem-pre presentaron fronteras difusas: lainseparabilidad de vida y trabajo lesresulta a los músicos lo más naturaldel mundo. Así, podría parecer queeste campo venía anunciando, ille

Figura del Templete en el Parque Arqueológico de San Agustín, Huila.

Page 7: 05 capitalismo

NÓMADAS58 NO. 28. ABRIL 2008. UNIVERSIDAD CENTRAL – COLOMBIA

tempore, rasgos del posfordismo y, porende, no habría tenido mayores mo-dificaciones con su advenimiento. Laprimera afirmación es cierta, la segun-da no. Todos los músicos entrevista-dos notan profundos cambios en suactividad, todas las observaciones par-ticipantes lo confirman. Entonces, sindesdeñar los valiosos aportes de losautores mencionados, tratamos decomplementarlos con dos ideas quesurgen de nuestra experiencia decampo.

1. La estratificaciónde los músicos:propiedad demedios deproduccióny acceso aconocimientos19

Durante casi todo elsiglo XX la divisoria deaguas que el capital ope-raba sobre los músicos es-taba en la posibilidad degrabar. En efecto, el cos-to prohibitivo de lasconsolas, grabadoras decinta abierta, material vir-gen y demás elementos,hacía que sólo con elapoyo de una empresadiscográfica una banda pudiera acce-der a un estudio, a los medios de pro-ducción para inmortalizar su música ytransformarla en mercancía. La pro-piedad de las tecnologías (conoci-mientos objetivos) constituía unabarrera infranqueable. De esta mane-ra, uno de los cambios más bruscosque los músicos perciben y narran enrelación con la difusión de BI1 y BI2radica justamente en el proceso de gra-bación. Todos los entrevistados pue-den efectuar registros en su casa conun alto nivel de calidad, en generalutilizando un computador personal

(BI2) y algún programa descargadogratuitamente (BI1). Los conocimien-tos objetivos ahora son accesibles. Laexplicación de este fenómeno es sen-cilla. Surge de la combinación de tresfactores que ya hemos analizado másarriba: a) el costo decreciente de losBI2, por la mentada Ley de Moore,b) la replicabilidad de los programasinformáticos de grabación y mezcla(como SoundForge o Vegas) en tan-to BI1 y c) la reticularidad de Internetque permite el florecimiento de esfe-ras no capitalistas (legales e ilegales)

donde estos programas se obtienen.De este modo, los músicos saben queno necesitan, genéricamente la firmacapitalista para acceder a los mediosde producción. Pueden grabar sus dis-cos, e incluso imprimirlos en casa.Sin embargo, esto no quiere decirque compositores e intérpretes seannecesariamente más autónomos frenteal capital. Solamente sugerimos quela frontera trazada por este último yano está alrededor de los medios deproducción, sino respecto otro recur-so. Uno típicamente escaso en uncontexto de sobreabundancia de in-

formación digital: la atención huma-na (Goldhaber, 1997). Esto es, antela pregunta respecto de qué espera-rían los músicos de una empresa quelos contratara, las respuestas son: “unmanager”, “propaganda”, “que nos es-cuche el periodista X”, “que pasennuestro disco en la radio Y”, etc.Cuando las producciones disco-gráficas estaban poco extendidas, lainaccesibilidad a la grabación opera-ba como un regulador de la oferta demúsica y de la atención humana dis-ponible. Grabar era casi imposible,

pero una vez que el regis-tro se lograba, cierto cú-mulo de atención estabaasegurado. En la presenteetapa, grabar es muchomás fácil, pero conseguiratención, bajo cualquie-ra de sus formas, es mu-cho más difícil. Así, lamasa enorme de capitalque marcaba la diferen-cia entre el grupo aficio-nado y la gran banda através del acceso a la gra-bación, se ha ido volcan-do a capturar flujos deatención humana. Lascompañías multinacio-nales destinan ahora elgrueso de la inversión en

un grupo a publicidad, marketing, es-pacios en radio y televisión para lascanciones, etc. El punto clave es quetodas esas inversiones apuntan a ase-gurar un cúmulo de atención para losmúsicos mediante el acceso a redessociales, a un reconocimiento (conoci-miento intersubjetivo). Los gastos de ca-pital de las compañías crean ycapturan redes sociales e insertan asus trabajadores musicales en ellas.Por su parte, los músicos que no cuen-tan con el impulso del capital paraacceder a esas redes, buscan el reco-nocimiento a través de espacios de la

Monumento lítico (detalle). San Agustín, Alto Magdalena, 3000 Km2.

Page 8: 05 capitalismo

59NÓMADASZUKERFELD, M.: CAPITALISMO COGNITIVO, TRABAJO INFORMACIONAL Y UN POCO DE MÚSICA

Red como YouTube o MySpace, queles permiten difundir sus produccio-nes y construir nexos con pares y oyen-tes. Hasta aquí, entonces, hemoshablado de dos dimensiones impor-tantes para entender el estatus de lostrabajadores musicales: el acceso aCSO (en la forma BI1 y BI2 comomedios de grabación) y al reconoci-miento (redes sociales que estabilicenun cierto cúmulo de atención). Hay,sin embargo, un tercer elemento quelos entrevistados mencionan, aunquesin concederle la importancia queintuitivamente se podría suponerque tiene. Se trata de la habilidadtécnica del músico individual, de susconocimientos subjetivos: su capaci-dad como ejecutante, su talentocomo compositor, su nivel de lectu-ra musical, su dominio de diversosgéneros, etc. Evidentemente, el estatusde los trabajadores musicales tieneuna relación con su nivel técnico.Pero lo que surge de las entrevistas –y coincide con numerosas observacio-nes– es que a partir de cierto umbralmínimo de profesionalismo, lo deter-minante no es la técnica, sino los“contactos”. Una y otra vez se oyenfrases del tipo ¨yo toco mejor queA, pero él trabaja en la banda de Bporque conocía a C¨. En términosde nuestra tipología del conocimien-to, esto expresa la supremacía del CSIde reconocimiento, las redes a las quese pertence –ya no de oyentes, sinode pares– frente a los CSS.

Recapitulando, cabe insistir enque la propiedad de medios de pro-ducción no aparece como una líneajerarquizante –entre quienes ya sonmúsicos20–. De hecho, entendemosque el análisis de la estratificación delos trabajadores musicales puede ha-cerse a partir del nivel de acceso queellos tienen a tres tipos de conoci-mientos, a saber: conocimientos sub-

jetivos (sus habilidades técnicas eje-cutorias o compositivas), conocimien-tos objetivos (especialmente a BI1 yBI2) y, decisivamente, conocimientosintersubjetivos (en particular el reco-nocimiento, en dos tipos de redessociales: las de músicos y las de oyen-tes). Mientras el primer tipo de co-nocimiento juega en el capitalismocognitivo un papel similar al de eta-pas anteriores, hemos intentado mos-trar que el segundo y el terceropresentan cambios que son propiosdel momento presente.

2. La ambivalencia de los BI

Durante mucho tiempo, la tareadel músico de estudio mantenía cier-tos privilegios que el obrero manualhabía perdido con la llegada de la ma-quinaria. Para grabar música hacíanfalta músicos, aun cuando para fabri-car mesas ya no hacían falta carpinte-ros. Así, el carácter artesanal de latarea del sesionista (músico contrata-do regularmente para grabaciones deestudio) resistió indemne los emba-tes del fordismo. Sin embargo, unavisita a un estudio de grabación dehoy en día nos hace ver que esto haempezado a cambiar en el capitalismocognitivo. El observador participan-te se encuentra con dos mecanismos,de importancia creciente, a través delos cuales la combinación de BI1 yBI2 compite con los ejecutantes hu-manos. Uno lo constituyen lossintetizadores (digitales) y otro lossamplers. Los primeros crean sonidosartificiales mediante algoritmos queemiten ondas de determinadas fre-cuencias y amplitudes. En muchoscasos, intentan imitar los timbres delos instrumentos acústicos. Un ejem-plo son los órganos electrónicos, ysu búsqueda de la sonoridad del pia-no. Los samplers, por su parte, son unaamenaza mucho más importante. No

consisten en la generación artificialde sonidos, sino en la captura de pe-queñas unidades de sonido ejecuta-dos acústicamente y su posteriorcombinación digital. Por ejemplo,para el sampleo de un piano se grabaa un ejecutante tocando todas las no-tas de su instrumento, con diversasintensidades, duraciones, ataques,etc. Luego, el sampler permitirá com-binar esos sonidos en la forma quequien lo utilice guste. Si efectuára-mos una comparación con el mun-do de las artes visuales, podríamosdecir que los sintetizadores efectúandibujos, que los samplers toman fo-tos y que quienes los utilizan elabo-ran películas. Más allá de la diversidadde formatos que presentan, digamosque ambos (sintetizadores y samplers)suelen presentarse como un conjun-to de programas informáticos (y susrespectivos bancos de sonidos comoarchivos complementarios) vincula-dos a determinado hardware de uncomputador personal común. Aun-que el reemplazo masivo de ejecu-tantes por estos mecanismos se dahasta ahora sólo en algunos génerosmusicales y en ciertos instrumentos,la tendencia ascendente es clara.

A la hora de interpretar el efectode tal tendencia sobre el trabajo delmúsico con las herramientas de nues-tro marco teórico, el primer impul-so es a homologarla con la reflexiónrespecto de la traducción típica delfordismo-taylorismo que presentamosmás arriba. En ella, el pasaje de losCSS técnicos de los obreros al CSOtecnológico representaba la pérdidadel control de los saberes por partede los trabajadores y su privatizaciónbajo el capital. En efecto, tambiénlos CSS técnicos del músico tomanforma objetiva bajo la iniciativa deempresas que buscan prescindir de loscostos de la mano de obra. Sin em-

Page 9: 05 capitalismo

NÓMADAS60 NO. 28. ABRIL 2008. UNIVERSIDAD CENTRAL – COLOMBIA

bargo, hay una diferencia crucial.Mientras la máquina industrial quereemplazaba al carpintero tenía unaontología que favorecía la aplicaciónefectiva de la propiedad privada so-bre ella, los bienes informacionalesprimarios, signados por la replicabi-lidad, se muestran escurridizos ante losintentos de restringir su circulación.

Comienza a emerger, así, laambivalencia de los sustitutos infor-macionales de los músicos. Por unlado, a través de ciertos BI el empre-sario musical logra reemplazarmano de obra por capital enuna actividad que, durante elcapitalismo industrial, habíapodido esquivar en buena me-dida ese desplazamiento. Pero,por otro lado, esa operaciónimplica serias dificultades paratal empresario a la hora de cer-car su propiedad privada. Enefecto, más y más samplers seponen a disposición del públi-co en la Red de manera gra-tuita. Archivos de audio,pistas y otras herramientas quesuplen la ejecución ad hoc delmúsico circulan de manera cre-ciente en Internet. De este modo, elprecio de la apropiación objetivadadel conocimiento subjetivo musical,de la prescindencia del trabajo vivo,se paga aumentando las posibilidadesproductivas de otros capitalistas mu-sicales. Pero también, y esto es lo quenos importa aquí, las de músicos in-dependientes. En efecto, el músicoperjudicado por los BI a través de lapérdida de alguna de sus fuentes la-borales, puede ser a la vez beneficia-rio directo de ellos. Antes dijimosque todos los entrevistados puedengrabar en su hogar. Agreguemos aho-ra que, en esas grabaciones, utilizanlos BI que tradujeron a bits el almasonora de otros músicos expulsados

de los estudios. Sampleos y sinte-tizaciones de las tímbricas de quie-nes fueran sus compañeros (genéricos)de trabajo ahora están a su disposi-ción. Pero los músicos desplazados delos estudios no sólo utilizan a los BIque los apartaron para grabar músi-ca. Todos los entrevistados usansamplers, sintetizadores y otros tiposde programas obtenidos ilegalmentepara las clases particulares que cons-tituyen una fuente importante, sinola principal, de sus ingresos en la ac-tualidad. De cualquier forma, estas

posibilidades productivas del músi-co sesionista no necesariamente com-pensan la merma en sus ingresos quele significa la disminución de su tra-bajo en el estudio. Por eso no apun-tamos, en modo alguno, a señalarque la situación de los músicos estémejorando en el capitalismo cogni-tivo, sino a remarcar la particularrelación entre el trabajador reempla-zado por los BI y éstos, que resumi-mos con la expresión de ambivalenciade los BI: a) el capital extrae el CSStécnico del músico, b) pero sólopuede hacerlo objetivándolo en unconjunto de BI cuyo cercamientomercantil es improbable y c) por endeel músico expoliado (entre otros su-

jetos sociales) puede y debe utilizar alas herramientas con las que compite.

De este modo, hemos expuestoapenas dos ideas respecto de la situa-ción de los músicos en el capitalis-mo cognitivo21. Hay bastante más quedecir sobre ellos, pero hacerlo nosimpediría entroncar esas ideas en unareflexión más general sobre las activi-dades productivas de la presente eta-pa. Eso es lo que intentamos en lasección siguiente con el concepto detrabajo informacional.

El trabajoinformacional

Pensar una categoría gene-ral para el trabajo en el capita-lismo cognitivo nos obliga apartir de una aclaración. La pri-mera mención acerca de lafuerza de trabajo en este perío-do debe ser siempre respectode la profunda escisión que lasigna. La forma que asume laacumulación de capital en estaetapa revierte el proceso dehomogeneización fordista y ge-

nera una dicotomización entre dos ti-pos de subjetividad productiva (Iñigo,2003): la de los incluidos y la de losexcluidos. Estos últimos, a los queno se les brinda siquiera el nivel edu-cativo y sanitario mínimo como parapoder ser explotados en los procesosproductivos, son absolutamente pres-cindibles para el funcionamiento delcapitalismo global. Así, el hambre ylas guerras ejercen su efecto derrame–aunque no sea exactamente el quenos anunciaron hace algunos años–sobre la mitad de la humanidad quele sobra al capital. Estas considera-ciones obligan a dudar de los concep-tos filosóficos que pretenden aplicarsepor igual a toda la fuerza de trabajo.

Petroglifo del río Caquetá. Dibujo de Fernando Urbina.Representación del hombre sentado (detalle).

Page 10: 05 capitalismo

61NÓMADASZUKERFELD, M.: CAPITALISMO COGNITIVO, TRABAJO INFORMACIONAL Y UN POCO DE MÚSICA

El “éxodo” de los europeos de clasemedia que desertan de sus empleosaburridos no es muy parecido al delos mexicanos que cruzan la fronteracon EE.UU. La “manipulación deafectos” que realiza un gerente de mer-cadeo no es precisamente la mismaque la que se le impone a una niñaprostituida en Tailandia. “Poner a tra-bajar las facultades lingüísticas” de losejecutivos en una reunión de brains-torming no resulta del todo homolo-gable a los gritos de los inmigrantesafricanos que ruegan por sus vidas.Por respeto a esos miles de millonesde excluidos debe quedar claro quecuando hablemos de trabajo informa-cional nos referiremos sólo a una ten-dencia creciente en el universo de losincluidos.

Ahora bien; ¿por qué hipotetizarel concepto de trabajo informacional?¿Para qué seguir añadiendo términos?Empíricamente, para abarcar las ideasque presentamos más arriba y otrasde las que no dan cuenta las nocio-nes existentes. Teóricamente, paraindagar respecto de cómo lidian lasrelaciones sociales de producción ca-pitalistas con procesos productivosen los que el output es un productoreplicable y los medios de producciónson BI1 y BI2. Así, si se acepta quela tensión fundante del capitalismocognitivo es la que se da entre la on-tología replicable de la informacióndigital y la voluntad capitalista demercantilizar los bienes informa-cionales, parece lógico ver cómo seexpresa ella en el ámbito del trabajo.

De forma provisional, definimosel trabajo informacional (TI) comoaquél en el que:

a. Los medios de producción sonBI1 (software, datos) y BI2(computadores personales y

otros artefactos basados en latransmisión y procesamientode información digital).

b. El producto del trabajo es un BI1(comunicaciones digitaliza-das, software, documentos,música, imágenes, etc.).

Dos comentarios. En primer lu-gar, ni en la caracterización del capi-talismo cognitivo ni en la del trabajoinformacional, la definición en rela-ción con los bienes informacionalessupone nada parecido a un “deter-minismo tecnológico”. De lo que ha-blamos, en ambos casos, es de laobjetivación de particularidades deldesarrollo de las fuerzas productivasen bienes. Obviamente, no entende-mos las fuerzas productivas como ca-pacidades económicas. Por el contrario,nuestro esquema supone diluir la fronte-ra entre cultura y economía en la tipologíadel conocimiento. De hecho, como se-ñalamos más arriba, una idea centralde la propuesta que intentamosvertebrar es reconocer no sólo el tra-bajo humano que se aloja en los bie-nes, sino las múltiples formas deconocimiento que lo hacen a travésde este trabajo y más allá él. Desfe-tichizar no sólo al objeto, sino tam-bién al sujeto del trabajo parareconocer flujos de conocimientosbiológicos, subjetivos, intersubje-tivos y objetivos. Así, aunque el con-cepto de trabajo informacional estédefinido en relación a los BI, busca-rá analizar las relaciones entre estosy las múltiples formas de conoci-miento que se ponen en juego en losprocesos productivos de la actuali-dad. En segundo lugar, hay que de-cir que TI es una categoría de tipoideal weberiana, en el sentido de quesu utilidad radica en ver cuánto seaproximan a ella los casos concretos.Diferentes actividades son trabajos

informacionales en mayor o menormedida. Los músicos, de quienes ob-tuvimos las ideas con las que vamos aesbozar la categoría que proponemos,sólo son trabajadores informacionalesen ciertos casos. Algunos de ellos nolo son en absoluto, otros lo son enalgunas de sus labores. Sin embargo,lo que nos interesa aquí es que cadavez más tenderán a serlo. En cambio,en otras actividades ya es fácil obser-var trabajadores informacionales enun ciento por ciento. Una de ellas esla de los operadores de los call centers.Estos trabajadores realizan una activi-dad dramáticamente opuesta a la delos músicos: sus tiempos de trabajoestán rígidamente estipulados, su la-bor social es poco reconocida, su ta-rea nunca es elegida por vocación, etc.Por eso, enseguida los utilizaremos deejemplo. Si la categoría de TI permi-te dar cuenta a la vez de dos realida-des fenoménicas tan disímiles, quizásesté aludiendo a alguna unidad sub-yacente. A continuación, entonces,presentamos a modo de hipótesis cua-tro características básicas que tendríael trabajo informacional. Las dos pri-meras surgen del trabajo de campocon los músicos y fueron desarrolla-das en la sección anterior. En cam-bio, no hemos podido explayarnosaquí sobre la tercera y la cuarta. Encualquier caso, las enunciamos ape-nas como premisas para futuras in-dagaciones.

1. Medios de producción: accesoa conocimientos contraPropiedad de bienes

El lugar que un grupo de trabaja-dores informacionales ocupa en laestratificación social depende cada vezmenos de la propiedad de activos físi-cos. Lo que importa es su nivel deacceso a tres tipos de conocimiento:a) conocimientos objetivos: informa-

Page 11: 05 capitalismo

NÓMADAS62 NO. 28. ABRIL 2008. UNIVERSIDAD CENTRAL – COLOMBIA

ción digital (datos, software) y tecno-logías digitales, objetivadas en los BI1y BI2 respectivamente; b) conoci-mientos subjetivos: principalmentetécnicas y saberes procedimentalesrespecto de como producir; y c) co-nocimientos intersubjetivos: especial-mente el llamado reconocimiento,acceso a redes de consumidores y de-mandantes del trabajo en cuestión.Es notable que si los trabajadores dela call centers quisieran organizar la pro-ducción de manera independientedel capital, los medios de producciónno serían en modo alguno unobstáculo: el acceso a los BI1 yBI 2 no representaría mayoresproblemas. La barrera infran-queable está en el CSI reconoci-miento: en el ingreso a una redde empresas capitalistas que de-mande sus servicios. A su vez, esclaro que lo que distingue a lostrabajadores de los call centers dequienes ocupan posiciones peo-res y mejores en la escala ocupa-cional, es la particularidad de losCSS que poseen: estudiantesuniversitarios, que saben mane-jar algunos programas informá-ticos y suelen hablar inglés.

2. Ambivalencia del producto yde los medios de producción

Los BI que utilizan el capital encontra del trabajador informacionalson usados por éste para fines diver-sos de los de la empresa, fuera del tiem-po que pasa bajo el mando de ésta.Eso significa, en la mayoría de los ca-sos (software, imágenes, música, textos),que el trabajador que produce BI1 nose ve alienado del producto de su traba-jo: siempre se queda una copia22 . Enotros casos, (como los de los emplea-dos de los call centers) lo que ocurre esque los trabajadores utilizan las mis-mas herramientas que los subyugan en

su jornada laboral por fuera de ella y,de hecho, como instrumento funda-mental en la organización de las luchascontra las empresas. Evidentemente, setrata de un vínculo impensable entreun trabajador fordista y un torno.Una apostilla. Sería interesante ver tra-bajos de campo que indaguen en eltipo de subjetividad que este tipo devínculo humano-BI produce23. Qui-zás hallarían que no se trata sólo deuna ambivalencia instrumental, sinoque ésta reposa en la otredad ontológicade la ID, no reductible al mundo de

los sujetos ni al de los objetos. Estono haría sino reflejar la idea de Sloter-dijk (2000), según lo cual, la informa-ción representa un tercer tipo de enteque nos obliga a dejar de lado la on-tología que nos gobierna desde Platón.

3. Bienes contra servicios

Contrariamente a lo que suelesuponerse, el producto del trabajoinformacional es siempre un bien yno un servicio. No es una “actividadsin obra”, ni es “inmaterial”, si porello se entiende que no se objetiva.Por el contrario, el trabajo infor-macional en todos los casos se mate-

rializa como ID. Eso nos lleva a dosopciones. La primera es la de lostrabajos que nacieron con la digi-talización (software) o producían bie-nes culturales sin ella (música,imágenes, textos). En estos casos, losbienes sencillamente se transformanen bits. La segunda opción es más in-teresante. Es la de actividades que an-tes, efectivamente, se diluían en eltiempo, pero que hoy cristalizan enbits cada palabra, cada inflexión. Cla-ro ejemplo es el de los operadorestelefónicos de treinta años atrás y de

los trabajadores de los call centersde hoy. Aunque suele decirse quecada vez más los bienes se trans-forman en servicios, en este caso,la situación es exactamente laopuesta. Lo que antes eran servi-cios, comunicación que sólo seimprimía en las subjetividadesintervinientes, ahora se vuelve co-nocimiento objetivado comoBI1. Esa transformación no es undetalle: los dispositivos de con-trol que hoy concitan el interésde varios autores sólo puedenejercerse en virtud de ella.

4. Multiespecialización flexible

Nada de nuevo hay en esta idea.La enunciación más clara es de Coriat(1992). Sin embargo, aparece tan con-firmada empíricamente que no pode-mos dejar de mencionarla como unode los rasgos del trabajo informa-cional. Alude, por un lado, a que eltrabajador debe tener los CSS que lepermitan realizar varias tareas diferen-tes. En algunos casos esas tareas debenhacerse, además, simultáneamente.Por ejemplo, los trabajadores de loscall centers tienen al mismo tiempoque atender al cliente, leer varios men-sajes en la pantalla, reportar al super-visor, etc. En otras ocasiones, ladiversidad de tareas es realizada por

Petroglifo del río Caquetá. Dibujo de Fernando Urbina.Representación del hombre sentado (detalle).

Page 12: 05 capitalismo

63NÓMADASZUKERFELD, M.: CAPITALISMO COGNITIVO, TRABAJO INFORMACIONAL Y UN POCO DE MÚSICA

un mismo individuo, pero en una su-cesión temporal. Es la situación delmúsico-PC (Zukerfeld, 2007b) quereúne en su persona las funciones decompositor-arreglador-ejecutante devarios instrumentos-ingeniero de gra-bación-productor, etc.

En ambas modalidades, el con-traste se da con la especialización úni-ca del trabajador fordista. Pero lamultiespecialización flexible tambiénrefiere a la maleabilidad de los CSSdel trabajador. La obsolescencia delos BI2 (proveniente de la mentadaLey de Moore) y los veloces cambiosen la organización de la producciónobligan a incorporar permanentemen-te nuevas técnicas, a que la habilidadprincipal de estos trabajadores sea lade aprender a recomenzar y a olvidar unavez tras otra.

Conclusiones

a. Intentamos presentar de ma-nera condensada un conjun-to de ideas que venimostrabajando hace algunos años,orientadas a sistematizar la no-ción de capitalismo cognitivo.En este sentido, delineamosnuestra tipología del conoci-miento con base en sus sopor-tes e introdujimos el conceptocentral de bienes informacio-nales. Estas ideas sugierentanto conflictos como com-plementariedades con otrosenfoques sobre la presente eta-pa –que no hemos podido de-sarrollar aquí–.

b. Mostrar la aplicación del es-quema propuesto en un traba-jo de campo realizado conmúsicos de la ciudad de Bue-nos Aires. Particularmente, tra-

tamos de abordar algunos cam-bios en la situación laboral deéstos. Encaramos esta tarea, enparte, por tratarse de un temaalgo descuidado cuando se re-lacionan tecnologías digitales ymúsica, pero, sobre todo, parabuscar pistas que nos permitie-ran reflexionar sobre otras for-mas de trabajo dentro delcapitalismo cognitivo.

c. Hipotetizar el concepto de tra-bajo informacional y cuatro desus características. Si bien va-rios autores han propuestonociones para pensar los pro-cesos laborales de la presenteetapa, nuestro estudio decampo arrojó resultados queno pueden ser asimilados porellas. En este sentido, fi-nalizamos este artículo pro-poniendo la idea de trabajoinformacional como reunióndel marco teórico presenta-do, el trabajo de campo rea-lizado y algunas hipótesis parafuturas investigaciones.

Hemos, entonces, esbozado varias

ideas polémicas. Ellas ansían herma-narse en el debate con otras ideas, conotros argumentos. Pero sobre todo,con otras voluntades deseantes que

se sientan tanto desgarradas ante lasinjusticias del capital como necesita-das de la más auténtica pluralidad deopiniones para enfrentarlas. Conta-

mos para ello con las/os lectoras/esde la revista NÓMADAS.

Citas

1 El trabajo de campo consistió en trein-ta entrevistas semiestructuradas a mú-sicos (sobre la definición operacional

de músico, cfr. Zukerfeld, 2007) dedistintos géneros de música popular(principalmente jazz, pero tambiéntango y folclore argentino) residentesen la ciudad de Buenos Aires, siguien-do criterios de muestreo intencional ysaturación teórica, realizadas duranteel año 2007. Tanto o más importan-tes fueron las notas surgidas de la ob-servación participante en ensayos –enla E.M.P.A–, conciertos –del MarianoGianni Trío, Jazztá, y otras bandas–,estudios de grabación –especialmenteen los estudios 440 producciones yCharles Cross-, jam sessions –particu-larmente las de Libario– y un sinnú-mero de diálogos informales conmúsicos.

2 Nuevamente aclaramos que no inten-tamos caracterizar la totalidad, la es-pecificidad del trabajo en los callcenters, sólo tomamos algunos elemen-tos para pensar tendencias del traba-jo informacional.

3 Sociedad postindustrial (Bell), post-capi-talismo (Drucker), knowledge basedeconomy (OCDE), era de la informacióno informacional (Castells), turboca-pitalismo (Luttwalk), sociedades de con-trol (Deleuze), sociedades de riesgo(Beck), posfordismo (escuela de la regu-lación y otros), alta modernidad(Giddens) son sólo algunos ejemplosde enfoques sumamente divergentes,aunque no en todos los casos mutua-mente excluyentes.

4 Esta tarea, sin embargo, es una impor-tante batalla política que quienes du-damos del concepto debemos librar,al menos en dos frentes. Evidentemen-te, uno es el de los medios de comuni-cación y la opinión pública. Otro, másopaco y que quizás nos esté preocu-pando menos de lo que debería, es elde la conformación de indicadoresestadísticos. Mientras las agencias gu-bernamentales e internacionales efec-túen relevamientos que naturalicen lasdimensiones de la sociedad del cono-cimiento, quienes estructuramos no-ciones alternativas hallaremos serios lí-mites a nuestros esfuerzos.

5 Por cuestiones de espacio utilizamos lanoción de capitalismo cognitivo para re-ferirnos también a la idea de capitalis-mo informacional –que, cabe recordar,fue originalmente propuesta porCastells (1997, Tomo I)–, soslayandodiferencias.

Page 13: 05 capitalismo

NÓMADAS64 NO. 28. ABRIL 2008. UNIVERSIDAD CENTRAL – COLOMBIA

6 Algo similar ocurre con los intentosde Deleuze, Negri, Hardt, Lazzarato yotros autores de asociar la manipula-ción de afectos a la etapa actual. Paraque esa idea tuviera sustento habríaque demostrar –y no sólo declamar–que en etapas anteriores del capitalis-mo (y aún en otros modos de produc-ción) los afectos ocupaban una fun-ción cualitativamente menos importanteen el funcionamiento del sistema. Nospermitimos dudar de los argumen-tosos en favor de esa idea, aunque node la necesidad de encarar investiga-ciones en este sentido que trasciendanla especulación filosófica.

7 No lo hace más allá de la necesaria peroinsuficiente y remanida división entreinformación y conocimiento. Por otraparte, hay que reconocer los trabajosde los economistas evolucionistas y neo-shumpeterianos (Nelson, Winter, Co-wan, Foray, David, Lundvalll, Johnson,etc.) alrededor de la distinción entre co-nocimientos tácitos y explícitos, que máspróximos a la idea de sociedad del co-nocimiento, han aportado elementosque debemos recuperar críticamentedesde la perspectiva del capitalismocognitivo. Para una discusión de estostérminos, cfr. Zukerfeld, (2007a).

8 Esta presentación es un resumen. Unanálisis más extenso de la tipología delconocimiento puede verse en Zukerfeld(2007b).

9 Una antigua referencia para esta idea,aunque lateral, puede encontrarse enuna carta de Thomas Jefferson de1813. Dice, en un bello pasaje y refi-riéndose al conocimiento: “Its pecu-liar character, too, is that no onepossesses the less, because every otherpossesses the whole of it. He whoreceives an idea from me, receivesinstruction himself without lesseningmine; as he who lights his taper at minereceives light without darkening me”(Koch y Peden, 1972: 629). Otra refe-rencia, mucho más antigua e indirec-ta, está en la ontología dualista dePlatón.

10 Esta propuesta de tipologizar el cono-cimiento desde sus soportes estáinfluenciada indirectamente por lasideas de Chartrand (2005).

11 Cada uno de ellos está basado en unadisciplina o conjunto de disciplinas de-terminados: la primera toma elemen-

tos de la biología molecular, la segun-da se apoya en la psicología cognitiva ylas neurociencias, la tercera hace lopropio con la sociología y otras for-mas de teoría social y la cuarta estáamparada en desarrollos económicos.En pro de la brevedad hemos quizádebilitado la argumentación elimina-do casi todas las referencias queexplican el origen de los conceptosutilizados.

12 La S intermedia en las cuatro siglasindica “soporte”.

13 Esto se basa en el concepto de memoriaimplícita y explícita de las neuro-ciencias. Cfr. Schacter (1987).

14 El CSI reconocimiento es equivalenteal capital social de Bourdieu (1985).Para una discusión respecto de porqué utilizar el primer término y no elsegundo, cfr. Zukerfeld (2007 c).

15 La producción y reproducción de IDrequiere de artefactos que cuentanentre sus componentes a uno o máschips. Desde mediados de la décadadel setenta se observa que aproxima-damente cada 18 meses la capacidadde estos procesadores se duplica, man-teniéndose su precio de venta constan-te. Por ende, para un chip de una velo-cidad determinada, su precio tiendeconstantemente a la baja. Este com-portamiento de las fuerzas producti-vas en el área de la microelectrónicasuele denominarse Ley de Moore, y cons-tituye una de las causas de la difusióndel computador personal y, con ella,del crecimiento del stock de ID.

16 Si bien los soportes magnéticos (comodiskettes o discos rígidos) u ópticos(como los discos compactos) ya permi-tían un cierto grado de circulación dela ID, es con la aparición de Internet yla ampliación permanente del anchode banda, que la cantidad de ID circu-lante aumenta exponencialmente. Estecrecimiento vertiginoso no se debe sóloa la replicabilidad de la ID sumada aun medio de intercambio, sino tambiéna dos rasgos particulares de Internet:por un lado, su reticularidad, dado quela forma red en sí misma potencia lacantidad de ID disponible. Por otro,su ascentrismo, dado que la ausencia deun centro dificulta la limitación de laID circulante.

17 Por ejemplo, Hardt y Lazzaratto nodefinen del mismo modo el trabajo in-

material, aunque el segundo remita alprimero.

18 Cfr. Negri (1999) y Hardt y Negri(2004) respecto del trabajo inmate-rial, para seguir con el ejemplo de lanota anterior.

19 Sobre el concepto de acceso, su diferen-cia con el de propiedad y su relación conlos tres tipos de conocimientos que seanalizan a continuación, cfr. Zukerfeld(2007 c).

20 La propiedad de medios de produc-ción sí tiene importancia para dividir aquienes logran ser músicos de quienesno. Evidentemente, un músico tiene queacceder a los instrumentos que utilizapara serlo. Pero es notable que entreprofesionales no haya divisiones deacuerdo con la calidad de los instru-mentos poseídos, con el capital con quese cuenta. Incluso suele ser una prácti-ca común el préstamo de costosos ins-trumentos entre distintos músicos.

21 Cabe insistir en que este no es un tra-bajo descriptivo. No nos preocupaaquí conocer qué porcentaje de lostrabajadores musicales de una ciudad,un país o del mundo, laboran bajoestas modalidades. Del mismo modoque no nos hubiera interesado en laInglaterra del siglo XIX contar cuan-tos trabajadores comenzaban a suje-tarse a la maquinaria. Lo que impor-ta, en los dos casos, son las tendenciasde cada etapa del capitalismo. Nues-tro trabajo con músicos (y su generali-zación a la idea de trabajo infor-macional) busca auscultar tendencias,no medir superficies.

22 Aunque esto vaya en contra de la ideacentral del hermoso primer manuscri-to de 1844 de Marx.

23 Quiero reconocer en esta idea a Emi-lio Cafassi, quien en una de sus clasesde grado solía decir respecto de lascomputadoras algo así como: “El mis-mo aparato que de día hace sufrir auna oficinista cuando trabaja, a lanoche la hace delirar de amor cuan-do chatea”.

Bibliografía

BLONDEAU, Olivier, 1999, “Génesis y sub-versión del capitalismo informacional”,

Page 14: 05 capitalismo

65NÓMADASZUKERFELD, M.: CAPITALISMO COGNITIVO, TRABAJO INFORMACIONAL Y UN POCO DE MÚSICA

en: Emanuel Rodríguez, y Raúl Sán-chez, (comps.) Capitalismo cognitivo, pro-piedad intelectual y creación colectiva,Madrid, Traficantes de Sueños.

BOURDIEU, Pierre, 1985, “The Formsof Capital” en: J. G. Richardson(comp.), Handbook of Theory andResearch for the Sociology of Education,Nueva York, Greenwood.

BOUTANG, Yann, 1999, “Riqueza, pro-piedad, libertad y renta en el capitalis-mo cognitivo” en: Emanuel Rodríguezy Raúl Sánchez, (comps.), Capitalismocognitivo, propiedad intelectual y creacióncolectiva, Madrid, Traficantes deSueños.

CAFASSI, Emilio, 1998, “Bits, moléculasy mercancías”, en: Finquelievich ySchiavo (comps.). La ciudad y sus TICs:tecnologías de información y Comunica-ción, Buenos Aires, Universidad Na-cional de Quilmes.

CASTELLS, Manuel, 1997, La era de lainformación, Tomos I, México, Siglo XXI.

CHARTRAND, Harry Hillman, 2005,“The Competitiveness of Nations in aGlobal Knowledge- Based-Economy”,PhD thesis, disponible en: <www.culturaleconomics. atfreeweb.com /Disertation/ 0.0%20 ToC.htm>.

CORIAT, Benjamín, 1992, El taller y el ro-bot, México, Siglo XXI.

CORSANI, Antonella, 2003, “La hipóte-sis del capitalismo cognitivo”, en:Giusseppe Cocco; Alexander PatezGalvao; Gerardo Silva, CapitalismoCognitivo, Río de Janeiro, DP&A.

GOLDHABER, Michael, 1997, “The atten-tion economy and the Net”, conferen-cia en la Universidad de Harvard el23 de enero de 1997, disponible en:

<www.firstmonday.org/issues/issue2_4/goldhaber>.

HARDT, Michael y Antonio Negri, 2004,Imperio, Buenos Aires, Paidós.

HOLLOWAY, John, 2002, Cambiar elmundo sin tomar el poder, Buenos aires,Herramienta.

IÑIGO, Juan, 2003, El capital: razón histó-rica, sujeto revolucionario y conciencia,Buenos Aires, Ediciones Cooperativas.

KOCH, Adrienne y William Peden, 1972,The life and selected writings on ThomasJefferson, Nueva York, Modern Library.

LAZZARATO, Mauricio, 1996, “Inmate-rial Labor” en: Virno y Hardt (comps.)Radical Thought in Italy, Minneapolis,University of Minnesota Press.

, y Antonio Negri, 2001, Traba-jo inmaterial Formas de vida y produc-ción de subjetividad, Río de Janeiro,DP&A.

LIEBOWITZ, Stan, 2007, “How Reliableis the Oberholzer-Gee and StrumpfPaper on File-Sharing?”, en: SSRN Sep-tiembre 2007, disponible en: <http://ssrn.com/abstract=1014399>.

, 2003, Will MP3 anihilate re-cord industry?, Dallas, Texas University.

MARX, Karl, 1972, Elementos fundamenta-les para la crítica de la economía políti-ca, México, Siglo XXI.

NEGRI, Antonio, 1999, General Intellect,poder constituyente, comunismo, Madrid,Akal.

OBERHOLZER-GEE, Felix y KolemanStrumpf, 2007, “The Effect of FileSharing on Record Sales: An Empi-rical Analysis”, en: Journal of PoliticalEconomy, Chicago.

PERRONE, Ignacio, 2007, “La tensión en-tre bienes informacionales y capitalis-mo”, en: Perrone y Zukerfeld, Disonanciasdel Capital, Buenos Aires, Cooperativas.

RULLANI, Enzo, 2000, “El capitalismocognitivo ¿un déjà- vu?”, en: EmanuelRodríguez, y Raúl Sánchez (comps.),Capitalismo cognitivo, propiedad intelec-tual y creación colectiva, Madrid, Trafi-cantes de Sueños.

SLOTERDIJK, Peter, 2000, Conferencia del19 de mayo de 2000 en el CES de laUniversidad de Harvard, disponibleen: <www. otrocampo.com.ar>.

SCHACTER, Daniel, 1987, “Implicitmemory: History and current status”,en: Journal of Experimental Psychology:Learning, memory and cognition, No. 13.

VARIAN, Hal, 1995, Differential Pricingand efficiency, disponible en: <www.sims. berkeley.edu>.

VIRNO, Paolo, 2003, Virtuosismo y revolu-ción, La acción política en la era del desen-canto, Madrid, Traficantes de Sueños.

, 2004, Cuando el verbo se hacecarne, Buenos Aires, Cactus.

ZUKERFELD, Mariano, 2007a, “Expli-citando el Conocimiento Tácito”, po-nencia en el “I Congreso argentino deestudios sociales de la ciencia y la tec-nología”, Quilmes, julio 2007.

, 2007b, “La teoría de los BienesInformacionales: Música y Músicos enel Capitalismo Informacional”, en:Perrone y Zukerfeld, Disonancias delCapital, Buenos Aires, Cooperativas.

, 2007c, “Acceso, Conocimien-to y estratificación en el CapitalismoInformacional”, ponencia en el ALAS2007, Guadalajara, GT1, agosto.