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    El recobro de la casa de Dios y de la ciudadde Dios

    CONTENIDO1. Cinco verbos usados en el libro de Esdras2. La unidad, el sacerdocio, el reinado y el altar3. Poner el nico fundamento, el cual es Cristo4. Hageo: Considerad vuestros caminos5. Cristo lo es todo para el edificio de Dios6. La primera y la segunda venida de Cristo7. El enriquecimiento, el fortalecimiento, la purificacin y la proteccin del recobro8. La ciudad es el agrandamiento de la casa de Dios

    PREFACIOEste libro se compone de mensajes dados por el hermano Witness Lee en Los ngeles,California, en el verano de 1969.

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    CAPTULO UNO

    CINCO VERBOS USADOS

    EN EL LIBRO DE ESDRASLectura bblica: Esd. 1

    QU TIPIFICA EL CAUTIVERIO

    Para entender en qu consiste el recobro de la casa de Dios y de la ciudad de Dios, tenemos queconsiderar primero la historia del pueblo de Israel. Es conocido por todos que el AntiguoTestamento es un libro de tipos; y el tipo ms importante y todo-inclusivo es la propia historia del

    pueblo de Israel. En el cristianismo hay muchos cristianos y maestros que aplican a su propiaexperiencia cristiana lo sucedido en las primeras etapas de la historia del pueblo de Israel. Meparece que todos estamos familiarizados con esto. Ciertamente sabemos cmo aplicar la Pascua anuestra experiencia de la redencin, y sabemos cmo aplicar el paso del pueblo de Israel por elmar Rojo a nuestra propia experiencia del bautismo. Tambin sabemos cmo aplicar a nuestraexperiencia personal el hecho de que los israelitas disfrutaron diariamente del man y bebierondel agua que brot de la roca que fue hendida en el desierto, pues sabemos que esto significa serabastecidos de Cristo como nuestro diario suministro y como el agua viva que bebemos. Inclusosabemos cmo aplicar a nuestra experiencia la edificacin del templo realizada por el reySalomn.

    Pero son muy pocos los cristianos que saben cmo aplicar a su propia experiencia la ltima etapade la historia del pueblo de Israel. Qu representa para nosotros el cautiverio del pueblo deIsrael? Cmo podemos aplicar a nuestra experiencia actual la cautividad sufrida por dicho pueblo? Y qu significa, en trminos de nuestra experiencia actual, el retorno del cautiverioexperimentado por los israelitas al ser recobrados? Cmo podemos aplicar a nosotros talexperiencia de recobro? Muchos creyentes saben cmo aplicar a su experiencia cristiana laprimera etapa de la historia de Israel, pero ellos simplemente pasan por alto aplicar la etapa finalde dicha historia.

    Al considerar la condicin espiritual en la que hoy se encuentran los cristianos, en qu etapaestamos? Indudablemente nos encontramos en la etapa del cautiverio. Cautiverio significa que el

    pueblo de Dios ha sido esparcido; significa que la unidad se ha perdido. El pueblo de Dios hasido llevado lejos del terreno de la unidad y ha sido introducido en el terreno equivocado. Alinicio, ellos estaban congregados y centralizados en Jerusaln, pero despus fueron dispersados yllevados a muchos otros lugares. En esto consiste el cautiverio. Ahora, apliquemos esto a lasituacin actual. Los cristianos de hoy, estn reunidos o se han dispersado? En cierto sentido, loscristianos de hoy estn ms divididos y esparcidos que el propio pueblo de Israel cuando ste sehallaba en el cautiverio. Hoy los cristianos estn muy divididos y disgregados. Esto quiere decirque el cristianismo est en cautiverio. As pues, es necesario que retornemos; es menester queseamos recobrados. No solamente necesitamos ser avivados, sino tambin ser recobrados.

    QU SIGNIFICA SER RECOBRADOS

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    Qu queremos decir cuando hablamos de la necesidad de ser recobrados? Acaso queremosdecir que nuestra salud necesita ser recobrada, o que necesitamos recobrar nuestros empleos? No,ser recobrados es ser llevados de retorno a Jerusaln; significa regresar de Babilonia a Jerusaln.ste es el significado correcto de ser recobrados. Por el lado negativo, ser recobrado significa sersacado de Babilonia; y por el lado positivo, significa ser llevado a Jerusaln. Ha sido ustedsacado de Babilonia? Ha sido llevado a Jerusaln? Tal vez algunos pregunten: Qu es

    Babilonia hoy y qu es Jerusaln hoy? Cmo podemos aplicar a nuestra experiencia Babilonia yJerusaln?. Sabemos que Jerusaln era el centro que reuna al pueblo de Israel en Canan.Jerusaln era el terreno de la unidad.

    Las Escrituras nos dicen que una parte del pueblo de Israel fue llevada en cautiverio a Siria y otra parte fue llevada a Egipto; pero la gran mayora de ellos fue llevada cautiva a Babilonia. Aspues, era principalmente Babilonia el territorio en el cual ellos se hallaban cautivos. Por tanto,segn la tipologa, Jerusaln representa el terreno de la unidad, es decir, el territorio designado para congregar al pueblo del Seor, mientras que Babilonia representa divisin, dispersin ycautiverio. Ser recobrados de Babilonia equivale a ser recobrados de toda divisin, y ser llevadosde regreso a Jerusaln significa retornar al terreno original, el terreno de la unidad.

    EL LUGAR ELEGIDO POR DIOS

    Cuando el pueblo de Dios fue llevado a la buena tierra, segn se nos relata en los captulos 12,14, 15 y 16 de Deuteronomio, el Seor les dijo reiteradamente que una vez que entraran en latierra de Canan, ellos no tendran ningn derecho a escoger el lugar donde deban reunirse aadorar. Dios les dijo una y otra vez que l mismo elegira el lugar, el nico lugar, en el cual lpondra Su nombre y edificara Su morada. A la postre, el lugar elegido fue Jerusaln. Por tanto,Jerusaln lleg a ser el lugar donde el pueblo de Dios se reuna a adorar a Dios, y este centro deadoracin nico mantuvo unido al pueblo de Dios. Si no hubiesen tenido tal centro de adoracin,

    despus de entrar en la buena tierra el pueblo se habra dividido.Por ejemplo, la tribu de Dan viva en el norte, bastante alejada de Jerusaln. Supongamos queellos hubieran argumentado que vivan muy lejos y que les era muy difcil transportarse hastaJerusaln. Despus de todo, Dios no est limitado por la geografa. Si Dios estaba en Jerusaln,por qu no habra de estar en Dan tambin? Si la tribu de Dan hubiese comenzado a hablar deesta manera, ello inmediatamente habra causado divisin en el pueblo de Dios. Entonces, otra delas doce tribus habra dicho que si Dan poda establecer un segundo centro de adoracin, ellostambin podan establecer un tercer centro de adoracin. Otros haran lo mismo y estableceranun cuarto, un quinto y un sexto centro de adoracin, hasta que se suscitara una sucesininterminable de divisiones!

    Dios es sabio. l saba que este problema ocurrira, y por ello, les repiti una y otra vez Sumandamiento respecto al nico centro de adoracin. l les dio a entender que el pueblo de Israelno tena derecho alguno a elegir su propio centro de adoracin, sino que este derecho leperteneca exclusivamente a Dios. Dios era el nico que poda hacer tal eleccin. Israel no podaelegir por s mismo, sino que deba aceptar la eleccin de Dios, la eleccin divina. As pues,nosotros debemos acatar aquello que Dios ya ha elegido. El lugar elegido por Dios lleg a ser elcentro de reuniones de Su pueblo, y ste constituye el nico terreno, el terreno de la unidad.

    UNA UNIN DE DIVISIONES

    Despus de cierto tiempo, el pueblo de Israel fue llevado en cautiverio y esparcido por lo menos atres lugares diferentes. Una vez cumplidos los setenta aos de cautiverio, algunos miembros del

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    pueblo de Israel que estaban en Babilonia fueron avivados y tomaron la resolucin de levantarseen unidad. Pero bastaba con eso? No! Si bien ellos experimentaron un avivamiento, todava nohaban logrado la verdadera unidad, pues la unidad en Babilonia es todava una unin dedivisiones. Aun cuando estaban unidos en Babilonia, dicha unidad no hizo ms que formar otradivisin. Si bien ellos se levantaron en unidad y haba amor entre ellos, el hecho es que seamaban mutuamente dentro de una divisin. Puede ser que ste haya sido un verdadero

    avivamiento, pero jams podramos decir que haya sido un verdadero recobro.

    Por qu el pueblo de Israel tena que retornar a Jerusaln? Acaso no podan ellos adorar a Diosen Babilonia? S, ciertamente ellos podan adorar a Dios en Babilonia, y podan adorar a Dios enSiria y en Egipto. Ellos podan adorar a Dios en todos esos lugares, pero la casa de Dios noestaba en ninguno de esos sitios. Si queran adorar a Dios en Su casa, ellos deban retornar aJerusaln. Dios no es un Dios estrecho; l puede ser adorado en todo lugar. Pero adorar a Dios deesta manera jams lo satisfar a l, ni tampoco traer satisfaccin a quienes as le adoren, pues aladorarlo todava se sentiran en cautiverio. Esto se debe a que ellos no estaran adorando a Diosen Su casa.

    Cmo podemos aplicar esto a nuestra experiencia actual? A menos que retornemos al terrenonico de la unidad, jams nos sentiremos plenamente satisfechos, independientemente de cunespirituales seamos. Es verdad que Dios no es estrecho. Dondequiera que estemos, l est connosotros. Pero esa clase de adoracin jams lograr satisfacer a Dios ni tampoco podrsatisfacernos a nosotros mismos, debido a que tal clase de adoracin no logra cumplir el deseo deDios. Lo que Dios desea es obtener una casa, una morada, en esta tierra.

    DESPERTAR, LEVANTARSE Y SUBIR

    En el captulo uno de Esdras encontramos cinco verbos cruciales. Primero, vemos que Dios

    despert el espritu de ellos (Esd. 1:1, 5). Nuestro espritu necesita ser despertado. Lo quenecesitamos no es entusiasmarnos, ni analizar ni tampoco tomar alguna determinacin, sino serdespertados en nuestro espritu. ste es el primero de los cinco verbos. Luego, tenemos quelevantarnos (v. 5). Una vez que nuestro espritu haya sido despertado, tenemos que levantarnos.ste es el segundo verbo. Despus que nos hayamos levantado, tenemos que subir (vs. 3, 5).Todo aquel que est siendo recobrado es alguien que est subiendo, no bajando. Mientras somosrecobrados, tenemos el sentir profundo de que estamos subiendo! Regresar a la casa de Diosequivale a subir.

    LLEVAR Y EDIFICAR

    Luego encontramos el cuarto verbo. No debemos subir con las manos vacas; antes bien,debemos llevar algo de oro y de plata (v. 11), lo cual representa al Cristo que hemosexperimentado. Todos los utensilios del templo representan nuestras experiencias de los distintosaspectos de Cristo. El pueblo de Dios fue dispersado, y todas las experiencias espirituales fueronllevadas en cautiverio. Esto era una vergenza para ellos y para Dios. Nabucodonosor puso todosestos vasos, o utensilios, en el templo de sus dolos. Cun vergonzoso fue esto para Dios! Aunhoy, algunos queridos cristianos tienen verdaderas experiencias de Cristo, pero ellos seencuentran en Babilonia. Ellos tienen experiencias de Cristo, pero se hallan cautivos, en el lugarde los dolos. Sus experiencias son correctas, pero estn en el lugar equivocado. Dichos vasos sonautnticos, pero en vez de estar en el templo de Dios, estn en un templo de dolos. Por tanto,necesitamos traerlos de regreso a Jerusaln.

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    El libro de Esdras, a pesar de ser breve, nos da detalles en cuanto a la cantidad exacta de losvasos; era un total de 5,400 utensilios. Al ser recobrados debemos traer con nosotros experienciasdel Cristo que hemos disfrutado. Tenemos vasos de oro y de plata. Segn la tipologa, la platarepresenta la redencin de Cristo, y el oro, la naturaleza divina de Dios. Mientras vamossubiendo, debemos llevar con nosotros nuestras experiencias de Cristo y de Su redencin, y deDios y de Su naturaleza divina. Al subir debemos llevar con nosotros algo de Cristo y de Dios.

    No debemos subir con las manos vacas. Por lo menos debiramos traer un vaso de oro y uno deplata.

    Debe llamarnos la atencin que en este pasaje bblico slo se mencionan dos clases de utensilios:tazones y tazas (1:9-10). Los tazones son platos grandes, y las tazas son usadas para comer ybeber directamente de ellas. As pues, ambas clases de vasijas tienen como fin servir alimentos.

    Qu experiencias ha tenido usted de la persona de Cristo? Tales experiencias debieran ser lastazas y tazones que le sirvan a usted para suministrar alimentos a los dems. Al subir paraparticipar de la vida de iglesia, subimos llevando algo en nuestras manos? Tenemos que subir ala vida de iglesia llevando con nosotros tazas y tazones con los cuales servir alimentos que nutran

    a los dems y sean un suministro para ellos. Estoy convencido de que muchos de los amadossantos que estn hoy en el recobro del Seor, pueden dar testimonio de cmo subieron a la vidade iglesia llevando consigo tazas y tazones a fin de abastecer a otros. Y ellos pueden dartestimonio, a su vez, de que cuando vinieron a la vida de iglesia, tambin fueron nutridos. Aspues, ellos poseen algo que ha de nutrir a los dems, y otros tambin traen consigo nutrimento; demodo que simplemente se alimentan los unos a los otros. En esto consiste la vida de iglesia.Ustedes traen algunos tazones, y yo traigo otros. Ustedes traen algunas tazas, y yo traigo otras.Ustedes me dan de comer, y yo los alimento a ustedes. Debemos suministrarnos alimento losunos a los otros.

    Finalmente, tenemos que ser juntamente edificados (vs. 2, 3, 5). As que, tenemos que despertar,

    levantarnos, subir, llevar y edificar. Nuestro espritu necesita despertar, debemos levantarnos,subir a Jerusaln y llevar con nosotros las experiencias de Cristo con las que podamos contribuira la edificacin de la iglesia.

    EN ESPRITU

    Incluso el Antiguo Testamento dice que nuestro espritu humano necesita ser despertado. Laiglesia no es una sociedad humana, sino una economa divina. No se trata, pues, de unmovimiento humano, sino de un mover divino. Por tanto, Dios requiere de nuestro espritu. Diosdespierta nuestro espritu. No medite ni analice tanto, no se deje llevar por sus emociones ni

    tampoco se empecine tanto en lo que haya determinado hacer; ms bien, es necesario que nuestroespritu sea despertado. El entendimiento intelectual es una cosa, pero ser despertados en nuestroespritu es otra. Me temo que algunos de nosotros tengamos un entendimiento intelectual muyclaro con respecto al recobro del Seor, pero que en nuestro espritu seamos muy pobres. QueDios tenga misericordia de nosotros y pueda hablarnos en nuestro espritu. Dios tiene que tocarnuestro espritu; l tiene que librarnos de nuestra mente y hacer que nos volvamos al espritu.Entonces no le daremos tanta importancia a los dictados de nuestra mente, nuestras emociones onuestra voluntad; sino que, por haber sido despertados en nuestro espritu, avanzaremos con elSeor en Su recobro.

    UN NUEVO COMIENZO

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    El primer captulo de Esdras comienza con la frase: En el primer ao de Ciro rey de Persia.Por qu no fue el segundo o el tercer ao? Por qu fue precisamente el primer ao? Porque elrecobro es verdaderamente un nuevo comienzo. Si hoy nuestro espritu es despertado para participar del recobro del Seor, entonces ste ser el primer ao para nosotros. ste ser unnuevo comienzo para nosotros. El primer ao de Ciro rey de Persia marc el inicio de un nuevoreinado. Espero que entre quienes leen estos mensajes haya muchos que digan: Aleluya! ste

    es el primer ao de mi vida de iglesia! Ahora s que tengo que subir a Jerusaln!.

    Quiz algunos se pregunten: Si subimos a Jerusaln, qu pasar con los que no suban connosotros?. No piensen tanto en esto, simplemente suban! Por qu tienen que pensar tanto en loque otros vayan a hacer? Si Dios ha despertado su espritu, usted tiene que subir,independientemente de lo que los dems hagan. La historia dice que solamente un nmero muy pequeo de aquellos que se hallaban en cautiverio retorn a Jerusaln; la mayora prefiripermanecer en cautividad.

    Sabemos que adems del templo en Jerusaln, jams el pueblo judo edific otro templo en todala tierra; en lugar de ello, ellos edificaron muchas sinagogas. Ellos no se atreven a edificar otro

    templo porque conocen bien el mandamiento dado por Dios en los captulos 12, 14, 15 y 16 deDeuteronomio. Si solamente tomamos la resolucin de levantarnos pero no subimos a participarde la vida de iglesia apropiada, es posible que sirvamos a Dios, mas slo le podremos servir enuna sinagoga. No basta con tomar una resolucin y levantarse dispuestos a actuar para servir aDios en Su templo, pues adems de esto debemos subir. Jams debiramos servir a Dios en unnivel inferior al fijado por l; tenemos que subir. Algunos dicen que pueden predicar el evangelioall donde se encuentran. S, ciertamente ellos pueden predicar el evangelio en el nivel tan bajo ydeficiente en el que se encuentran y hasta seguramente dirn que cuentan con la presencia deDios. En cierto sentido, concuerdo en que ellos cuentan con la presencia de Dios, pero cuentancon la presencia de Dios en un nivel muy bajo. Todos debemos subir! Subir a Jerusaln! Subiral terreno de la unidad! Subir al nico terreno que le corresponde a la iglesia!

    Estoy lleno de gozo porque en estos aos que pasaron hemos visto que muchos santos amadosfueron despertados, se levantaron y subieron, llevando su contribucin para edificar. Ahora, enmuchos lugares ellos estn edificando! Aleluya! Despertad! Levantaos! Subid! Llevad! Yahora, edificad! Edificamos con lo que hemos trado. En sntesis, en esto consiste la obra derecobro que Dios realiza en nuestros das.

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    CAPTULO DOS

    LA UNIDAD, EL SACERDOCIO,

    EL REINADO Y EL ALTARLectura bblica: Esd. 3:1-2

    LA UNIDAD

    El primer captulo de Esdras dice que Dios despert el espritu de algunos de los que se hallabancautivos en Babilonia. Despus que su espritu fue despertado, ellos se levantaron para volver aJerusaln llevando consigo los utensilios de oro y de plata. Su intencin al retornar era edificar la

    casa de Dios. Luego, en Esdras 3:1 dice que se junt el pueblo como un solo hombre enJerusaln. Haba llegado el sptimo mes, y aunque el pueblo de Israel estaba en las ciudades,todava no se haba producido la unidad entre ellos. Pero entonces: Se junt el pueblo como unsolo hombre en Jerusaln. sta fue la verdadera unidad, la armona genuina, la cual no seprodujo en las ciudades sino en Jerusaln. Jerusaln era el nico terreno, el nico centro, en elcual era posible obtener la unidad y la armona.

    Cmo aplicamos todo esto a nuestra experiencia actual? Si somos el remanente que ha salido delcautiverio para retornar a Jerusaln, necesitamos la verdadera unidad y armona. Todos nosotrostenemos que ser uno. Tenemos que juntarnos como un solo hombre. Todos tenemos queconformar un solo hombre, no en este lugar ni en aquel otro, sino en Jerusaln. No realizamos

    esto de acuerdo con mis opiniones ni conforme a la manera suya de proceder, tampoco nos rige loque yo piense ni lo que usted ensee; sino que nos reunimos regidos por Jerusaln como el centrounificador. Somos capaces de abandonar nuestras opiniones por causa de Jerusaln? Estamosdispuestos a desechar nuestros conceptos por causa de Jerusaln? Todos hemos retornado, perono debemos continuar bajo la influencia de Babilonia. Tenemos que dejar atrs todo lobabilnico. No regresen a Jerusaln trayendo con ustedes las enseanzas de Babilonia. Subamostodos a Jerusaln. All nada ser determinado por m o por usted, sino que todo ser enconformidad con Jerusaln, pues Jerusaln es el nico centro y el nico terreno en el cual esposible la unidad.

    En los ltimos aos he observado y considerado nuestra situacin. He visto que algunos santos

    comenzaron a reunirse en diferentes lugares, pero con el tiempo tales asambleas fracasaron acausa de la diversidad de conceptos y opiniones de quienes se reunan. El problema radica en quealgunos han retornado, pero no trajeron consigo los utensilios; ms bien, llevaron consigo lascosas babilnicas, es decir, trajeron consigo muchos conceptos babilnicos. Si bien ellos hanretornado, lo han hecho sin ser uno, carentes de unidad. Ellos jams se han reunido como un solohombre.

    Tengo que alabar al Seor por las iglesias locales. En las iglesias locales, por la misericordia delSeor, somos un solo hombre. No tenemos diversidad de opiniones, hemos abandonado todoconcepto babilnico y nos hemos reunido como un solo hombre. Desde que el Seor nos llev aorar-leer, verdaderamente hemos sido conducidos a la unidad. Alabado sea el Seor!Necesitamos la unidad. Si no obtenemos la unidad ni somos uno, la edificacin de la casa delSeor ser imposible.

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    Si hemos de hacer realidad la vida de iglesia, tenemos que olvidarnos de toda enseanza uopinin divergente que hayamos recibido en el pasado. Tenemos que desechar todas esas cosas.Las diferentes opiniones, los diversos conceptos y el conocimiento bblico divergente ha causadomuchos problemas. Esto es terrible!

    Por eso, despus de la degradacin de la iglesia, el ltimo libro de la Biblia se escribi de manera

    diferente a los anteriores. Tanto en los Evangelios como en las Epstolas, el orden en que semencionan a las personas de la Deidad es el siguiente: Padre, Hijo y Espritu Santo. Pero en elltimo libro, el orden en que se menciona a las tres personas de la Deidad ha cambiado y es:Padre, Espritu e Hijo. Ahora el Espritu ha cobrado mayor importancia y no ocupa el tercerlugar, sino el segundo; adems, el Espritu, que es uno solo, ha llegado a ser los siete Espritus, esdecir, el Espritu siete veces intensificado.

    El Seor Jess dijo muchas cosas en los cuatro Evangelios y los apstoles escribieron muchoslibros, pero ninguno de ellos enfatiz, tal como el libro de Apocalipsis, el hecho de que debemosprestar odo a lo que el Espritu dice a las iglesias. Este ltimo libro, al final de cada una de lassiete epstolas a las iglesias, nos insta: El que tiene odo, oiga lo que el Espritu dice. En la

    cristiandad se realizan muchos estudios bblicos y clases bblicas y existen muchos institutosbblicos, pero en casi todos ellos lo que se imparte es mera letra, carente de vida.

    En lugar de dar clases acerca de la Biblia, necesitamos aprender a llorar por la situacin depobreza y muerte espiritual que impera. Tenemos que atender al Espritu, no solamente leer loque est escrito. Tenemos que prestar atencin a lo que el Espritu viviente nos dice en elpresente, las palabras para el momento actual. El que tiene odo, oiga lo que el Espritu dice a lasiglesias. No basta con leer lo que est escrito. Estamos en una nueva era, la era del Espritu.

    Por qu estn divididos los cristianos? Simplemente debido a la diversidad de enseanzas ydoctrinas. Cuanto ms diversidad de enseanzas haya, ms divisiones habr. Todas las diversas

    enseanzas y opiniones le han hecho mucho dao al recobro de la iglesia. Me temo que algunosentre nosotros todava estn bajo la influencia de las doctrinas babilnicas. Que el Seor tengamisericordia de nosotros para que podamos desechar todas esas enseanzas, independientementede que sean correctas o erradas. Retornemos a Jerusaln y al Espritu. Nuestra mentalidad hahecho mucho dao al recobro del Seor. Simplemente debemos volvernos al Espritu.

    En los ltimos quince a veinte aos, el Seor nos ha mostrado claramente que Cristo es elEspritu vivificante (1 Co. 15:45). En 2 Corintios 3:17 tambin dice: El Seor es el Espritu.Basndonos en estos pasajes de las Escrituras, hemos dicho a las personas que tenemos quedarnos cuenta de que Cristo no solamente es el Redentor, sino tambin el Espritu vivificante. Sinembargo, algunos nos han condenado por esto, diciendo que es una hereja afirmar que Cristo es

    el Espritu. Ellos dicen que esto es un error y que es contrario a la enseanza de la Trinidad. Perola Biblia dice claramente: El Seor es el Espritu! A nosotros no nos importan las enseanzasde los hombres, que estn carentes de vida, lo nico que nos interesa es disfrutar al Cristo vivoque es el Espritu!

    Supongamos que el libro de Apocalipsis no dijera nada con respecto a los siete Espritus de Diosy, sin embargo, alguien nos dijera que hoy el Espritu de Dios es los siete Espritus. Le creerausted? Todos los cristianos calificaran a tal persona de hereje. El Espritu de Dios es nico, es unsolo Espritu. Cmo podra alguien afirmar que l es los siete Espritus! Pero alabado sea elSeor! Tenemos este ltimo libro, Apocalipsis, el cual afirma que el Espritu de Dios nosolamente es un solo Espritu, sino tambin siete Espritus. Ser esto hereja? Si esto es hereja,

    es una hereja divina! Es una hereja divina que procede de la boca del propio Seor Jesucristo!Oh, ciertamente las enseanzas carentes de vida perjudican grandemente tanto la vida cristiana

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    como la vida de iglesia! El Espritu de Dios es uno. Cmo podra alguien decir que es sieteEspritus? Porque el propio Seor Jess dijo que el Espritu es los siete Espritus. Entonces, qudiremos? Tenemos que decir: Amn! Alabado sea el Seor! Aleluya!.

    Me temo que ustedes todava abriguen algunos peros. Tal vez ustedes digan: Esto est muy bien, pero.... Ese pequeo pero procede de Satans. Tenemos que aprender a rechazar los

    peros. No debe haber peros entre nosotros, sino solamente unidad; no debe haber ningnpero, sino slo Amn!. Debemos abandonar todos nuestros peros. No debemos defendernuestras propias opiniones a fin de que todos podamos reunirnos como un solo hombre. Jamsdigan: pero; ms bien, simplemente sean uno con los santos. Reunmonos todos como un solohombre en Jerusaln. Lo nico que debe interesarnos es el recobro del Seor. Tenemos quepreocuparnos nicamente por la edificacin del templo del Seor. Regresemos todos a Jerusalnpara reunirnos como un solo hombre!

    EL SACERDOCIO Y EL REINADO

    Encontramos algo ms en Esdras 3:2, a saber, se mencionan los nombres de dos personas: Jesa[o Josu] y Zorobabel. Al leer los libros de Hageo y Zacaras, nos damos cuenta de que Josu erael sumo sacerdote en ese tiempo. Adems, segn consta en el libro de Hageo, Zorobabel eragobernador de Jud, y al estudiar su genealoga vemos que l era descendiente de David. As que,l perteneca al linaje de los reyes. Por consiguiente, encontramos estas dos personas: Josu,quien representa el sacerdocio, y Zorobabel, quien representa el reinado. En los libros de Esdras,Nehemas, Hageo y Zacaras, encontramos siempre una representacin de estos dos ministerios.Esto se debe a que dichos libros estn relacionados con el recobro de la edificacin de la casa deDios y de la ciudad de Dios.

    La edificacin de la casa de Dios siempre requiere el sacerdocio y el reinado. Con relacin a la

    edificacin del tabernculo, Moiss representaba el reinado y la autoridad, y Aarn, elsacerdocio. Con respecto a la edificacin del templo, Salomn representaba el reinado, y el sumosacerdote representaba el sacerdocio. Asimismo, con respecto al recobro de la edificacin, elsacerdocio y el reinado siguen siendo necesarios. En la obra de edificacin original primero semenciona el reinado y despus el sacerdocio. Pero con respecto al recobro, se menciona primeroel sacerdocio y despus el reinado. El reinado es la autoridad divina, y el sacerdocio consiste entener contacto con Dios, ser llenos de l y ser plenamente ocupados y posedos por l.

    A fin de que la edificacin de las iglesias locales sea recobrada, no slo es necesario dejar lasdenominaciones y venir al terreno de la localidad, sino que tambin es menester que el sacerdocioy el reinado sean recobrados. Alabado sea el Seor que muchos han retornado! Pero, en los

    ltimos aos, he notado que en muchos lugares, aun cuando las personas han vuelto al terreno dela unidad, todava estaban ausentes tanto el sacerdocio como el reinado. Estas personas carecentanto de Josu como de Zorobabel. Tales grupos han dejado las denominaciones y han vuelto alterreno apropiado con la intencin de recobrar la vida de iglesia, pero han fracasado en su intentodebido a que entre ellos el sacerdocio y el reinado estaban ausentes. Ellos pensaban que alretornar al terreno apropiado podran valerse de ciertos mtodos para poner en prctica la vida deiglesia, pero sus mtodos no surtieron efecto. La vida de iglesia no es cuestin de aplicar ciertosmtodos, sino que requiere el sacerdocio y el reinado.

    Estamos nosotros participando en el sacerdocio y nos hallamos sometidos al reinado? Elsacerdocio es necesario para que podamos tener un verdadero contacto con Dios, y as todonuestro ser sea saturado de l. No es cuestin de conducir nuestras reuniones de cierta manera;eso jams funcionar. Al contrario, se requiere que el sacerdocio sea una realidad entre nosotros.Estamos nosotros participando en el sacerdocio? Conocemos el sacerdocio por experiencia

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    propia? Y, si es as, estamos ayudando a los dems a participar en el sacerdocio? No se trata dehacer esto o aquello, sino de llevar a cabo el sacerdocio. Da tras da, todos debemos tenercontacto con el Seor, ser llenos y saturados de l y permitir que l ocupe todo nuestro ser. Esas como debemos ejercer nuestro sacerdocio. Es necesario ayudar a todos los queridos santosque estn en el recobro del Seor a conocer en qu consiste el sacerdocio apropiado. Necesitamostener contacto con el Seor. Dar gritos de jbilo en las reuniones es bueno, pero qu de nuestra

    comunin con el Seor en nuestra vida privada? Cunto contacto tienen ustedes con el Seor ycunto han sido saturados de l en su vida diaria? En esto consiste el sacerdocio. En el recobrodel Seor, el sacerdocio es indispensable; necesitamos que algunos sean Josu.

    Tambin necesitamos el reinado, la autoridad divina. La gente siempre nos pregunta quin es elque gobierna en la iglesia. Yo siempre les digo que esto es difcil de contestar. Si ustedes dicenque alguien rige, yo dira que no es as; pero si me dijeran que nadie tiene a su cargo el gobierno,dira que tampoco es as. Quin rige en las reuniones de la iglesia en Los ngeles? Si ustedesme dicen que nadie tiene a su cargo el gobierno, yo no estara de acuerdo. Pero si me dijeran quehay alguien que rige, tampoco estara de acuerdo. Todo es cuestin de aprender a someterse a laautoridad divina. Hay cierta clase de reinado divino entre nosotros, y todos nos encontramos bajo

    este reinado. No necesitamos elegir a ningn lder; ms bien, lo que necesitamos es estar bajo laautoridad divina.

    En algunos lugares los santos me han dicho que es realmente difcil decidir quines han de ser loslderes. En ocasiones he dicho lo siguiente: todo aquel que quiera ser un lder no es apto paraserlo. Es una vergenza que alguien ambicione ser un lder entre los santos del recobro del Seor.Un lder simplemente es un lder. Si usted es un lder, todos lo sabrn. Usted es simplemente loque es. Si conocemos la autoridad divina y entendemos lo que es el reinado entre nosotros, todossabremos cul es el lugar que nos corresponde; sabremos quines somos, qu somos y dndeestamos. Sabremos esto porque estamos bajo el reinado y la autoridad, que no es otra cosa que elseoro del Seor Jess, nuestra Cabeza.

    EL ALTAR

    En el recobro del Seor se requiere el sacerdocio y el reinado; slo entonces ser posible la obrade recobro. El captulo tres de Esdras relata que lo primero que se recobr, o restaur, fue el altar.Para que la casa sea recobrada, es indispensable restaurar el altar primero. Sin el altar, la casajams ser recobrada. El altar es el lugar donde todo es entregado al Seor. En esto consiste elrecobro de la verdadera consagracin.

    Segn Esdras 3, el pueblo de Israel no ofreci nada sobre el altar excepto el holocausto. Sobre

    dicho altar no se ofreca la ofrenda por el pecado, ni la ofrenda por las transgresiones, ni laofrenda de paz ni alguna otra ofrenda. All slo se ofreca el holocausto, el cual tena como fin lasatisfaccin de Dios. La ofrenda por el pecado se presentaba por el pecado, la ofrenda por lastransgresiones se presentaba por las transgresiones, la ofrenda de paz se presentaba para quenuestra paz fuera restaurada, la ofrenda de flor de harina se presentaba para nuestra satisfaccin,pero el holocausto tena como fin la satisfaccin de Dios. As pues, recobramos la casa de Dios para que Dios sea satisfecho. La casa no es edificada para que nosotros seamos perdonados,tengamos paz con Dios y hallemos disfrute, sino nica y exclusivamente para que Dios seasatisfecho. Por tanto, no debemos ofrecer nada en el altar excepto el holocausto. En otraspalabras, debemos poner sobre el altar todo lo que tenemos, todo lo que somos y todo lo quepodemos hacer, con miras a la satisfaccin de Dios. Esto marca el inicio de la vida de iglesia.Antes de que se ponga en prctica la vida de iglesia, primero es imprescindible que lo pongamostodo sobre el altar. Los jvenes deben ofrecer sus ttulos universitarios y las becas que hayan

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    obtenido, y todos debemos ofrecer todo cuanto tenemos y todo lo que somos sobre el altar, parala satisfaccin de Dios. De otro modo, ser imposible que la casa de Dios sea recobrada.

    En algunos lugares he observado que a ciertos hermanos les gusta asumir la responsabilidad en lavida de iglesia, pero ellos mismos an siguen en el mundo. Todava no han puesto sobre el altartodo lo que tienen ni todo lo que son. Nuestra consagracin debe ser una en la cual lo ofrezcamos

    todo sobre el altar para la edificacin de las iglesias locales.

    Muchas iglesias tienen la carga genuina de que en su localidad aquellas personas que buscan alSeor sean aadidas a la iglesia. Pero, a la postre, slo se aaden unas cuantas personas. Les digocon franqueza que si ustedes ofrecen sobre el altar todo todo lo que tienen, todo lo que son ytodo lo que pueden hacer, el Seor atraer a aquellos que genuinamente le buscan. El problemaes que despus de haber regresado de Babilonia a Jerusaln, seguimos conservando muchas cosas para nuestro propio beneficio. No lo hemos ofrecido todo sobre el altar para el beneficio y lasatisfaccin del Seor. sta es la razn por la que necesitamos consagrarnos.

    En Esdras 3 vemos que ellos ofrecieron holocaustos cada da, por la maana y por la tarde. Se

    ofrecan holocaustos continuamente. Todo el tiempo haba algo consumindose sobreel altar.Slo este tipo de consagracin puede lograr la edificacin de las iglesias.

    Si realmente hemos tomado en serio los asuntos del Seor, debemos ofrecerlo todo sobre el altar.De otra manera, sera mejor regresar a Babilonia. No debemos regresar a Jerusaln y seguirllevando la misma vida que llevbamos en Babilonia. La vida que llevamos en Jerusaln debe serconsagrada absolutamente para los intereses del Seor. La vida que llevamos en el recobro delSeor debe estar dedicada absolutamente a recobrar la edificacin de las iglesias.

    Algunas iglesias han crecido muy poco. Si realmente toman en serio los asuntos del Seor, ellasdebieran orar fervientemente: Seor, concdenos crecer, de otro modo, moriremos! Debemos

    ser fros o calientes. Si somos fros, debemos estar congelados; y si somos calientes, debemos sertan ardientes que la gente diga que estamos locos. No importa que la gente diga que somos unosexagerados. Cada uno de nosotros debiera estar fuera de s y manifestar extremo ardor por laiglesia local. Si somos tal clase de persona ardiente y fervorosa, veremos cmo crece la iglesia.No nos debe importar lo que la gente diga de nosotros; debemos estar completamente entregadosal recobro del Seor.

    Lo primero que debe ser recobrado en la vida de iglesia es el altar. Todos debemos recobrar elaltar orando as: Seor, este da ponemos sobre el altar todo lo que tenemos, todo lo que somos ytodo lo que podemos hacer. Hacemos esto por Tu casa, por Tu iglesia. Esto es lo quenecesitamos. Necesitamos la unidad, el sacerdocio, el reinado y el altar. De este modo echaremos

    los cimientos del templo para que pueda ser recobrada la edificacin de las iglesias.

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    CAPTULO TRES

    PONER EL NICO FUNDAMENTO,

    EL CUAL ES CRISTOHasta aqu hemos abarcado cuatro temas principales: la unidad, el sacerdocio, el reinado y elaltar. El quinto tema que hemos de tratar es el establecimiento del nico fundamento. Los cuatroasuntos anteriores la unidad, el sacerdocio, el reinado y el altar tienen como finalidad hacerposible que el fundamento sea puesto. As pues, debemos aplicar todos estos asuntos a nuestraexperiencia concreta.

    En realidad no necesitamos mucha enseanza, pero s necesitamos la aplicacin prctica.Despus de muchos aos de observacin he notado que en algunos lugares, aun cuandoaparentemente las personas haban regresado a Jerusaln, no se puso el fundamento. Pasaban los

    aos y simplemente no se echaban los cimientos. Si bien haba un grupo de personas que habaretornado con la intencin de establecerse en el terreno apropiado para la vida de iglesia, an as,ellos no haban puesto el fundamento requerido.

    Despus de haber regresado a Jerusaln y haberse establecido en el terreno apropiado, lo que senecesita con urgencia es poner el fundamento. Nuestra meta no es slo estar en el terrenoapropiado, sino establecer el cimiento nico. Si bien es necesario venir al terreno nico, al terrenode la unidad, nuestra meta no es dicho terreno sino el fundamento. Creo que todos sabemos quines el fundamento. El fundamento es Cristo. Porque nadie puede poner otro fundamento que elque est puesto, el cual es Jesucristo (1 Co. 3:11). ste es el fundamento nico que se estableceen el terreno nico.

    Hay quienes dicen que enfatizamos mucho el terreno y que no tomamos en cuenta el fundamento.No estamos de acuerdo. Nosotros tomamos el terreno a fin de establecer el fundamento. Estamosfirmes sobre el terreno con la finalidad de tomar a Cristo como nuestro nico fundamento. Perohe notado que algunos de los que retornaron de la cautividad han establecido otro fundamento, unfundamento distinto de Cristo. En algunos lugares hay grupos que reclaman haber tomado elterreno, pero que no han puesto a Cristo como su fundamento. En vez de Cristo como su nicofundamento, ellos toman como cimiento el hablar en lenguas, por ejemplo, o alguna otra cosa queno es Cristo. Independientemente de cun bueno sea su cimiento, si ste no es Cristo mismo,entonces no es el fundamento apropiado. Finalmente, este fundamento se convierte en un factorde divisin. Algunos quizs dirn que han retornado para establecerse sobre el terreno nico; no

    obstante, establecen un fundamento que causa divisin. Se dan cuenta de cun sutil es esto? Asque, debemos ser extremadamente cuidadosos al respecto.

    Me gusta el libro de Esdras porque en l no hallamos muchas enseanzas. Al inicio, el pueblo notena a los profetas. Todo lo que tenan era la unidad, el sacerdocio, el reinado y el altar.

    Hoy en da, en algunos lugares no tienen la unidad, ni el sacerdocio, ni el reinado ni tampocotienen el altar. Slo tienen muchos profetas. Al observarlos a ellos, parecera que el Cuerpo sloest conformado por bocas, pues hasta los dedos de los pies se convierten en bocas. En taleslugares se habla mucho y se discuten muchos asuntos doctrinales, pero se carece de la unidad, delsacerdocio y del reinado divino. A tales personas simplemente no les interesa conducir a los

    dems a la presencia de Dios para ayudarles a tener contacto con el Seor y ser plenamente posedos por l. Lo nico que les interesa son las enseanzas bblicas. Ellos tienen muchos

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    profetas, pero ningn sacerdote. No les interesa el altar de Dios ni tampoco le dan importancia ala autoridad divina, o sea al reinado. Entre ellos simplemente se habla mucho y se expresandiversidad de opiniones.

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    INGENUAMENTE UNIDOS

    Alabado sea el Seor porque en los orgenes del recobro no haba profetas! La gentesimplemente se junt como un solo hombre. Quizs algunos digan que ellos eran ignorantes eingenuos, pues entonces seamos todos ingenuos! Reunmonos como un solo hombre con

    absoluta ingenuidad! No es necesario ser tan sagaces ni tan sabios. Lo nico que tenemos quehacer es simplemente unirnos al pueblo del Seor para conformar un solo hombre. Debemosaprender a ser tan ingenuos, carentes de opiniones. Podrn ustedes aprender a abrir su bocanicamente para alabar y jams para emitir opiniones? A esto nos referimos cuando hablamos deser ingenuos.

    Muchos no saben cmo conducir a las personas a la presencia del Seor, ni cmo sujetarse a laautoridad de Cristo ni tampoco cmo ser uno con los dems. Ellos simplemente no han aprendidoa renunciar a sus propias opiniones y ser uno con los dems en absoluta ingenuidad. No sabenponerlo todo en el altar. Entre ellos est ausente la consagracin. Si la situacin es sta, ella esverdaderamente una situacin espantosa. Yo preferira estar rodeado de gente ingenua, donde

    todos estn llenos de Cristo, se sujetan a la autoridad de Cristo y lo ponen todo en el altar. Si losdems nos califican de ingenuos, nosotros slo podemos decir: Alabado sea el Seor! Somosingenuos de manera espiritual!.

    En los comienzos del libro de Esdras, no haba maestros ni profetas. En el cristianismo de hoysiempre se piensa que para edificar una iglesia es necesaria la presencia de un gran maestro. Pero pueden tener la certeza de que un gran maestro traer grandes problemas, mientras que unpequeo maestro slo causar pequeos problemas; y la ausencia de un maestro significa que steno producir problemas. Si hay dos grandes maestros, pueden tener la certeza de que habr dosgrandes divisiones. No es necesario debatir al respecto, pues la historia nos ha demostrado queesto siempre es as.

    Todos los problemas y divisiones se han originado en los maestros. Siempre que hay un maestro,es seguro que se producirn problemas y habr divisin. Meras enseanzas jams edifican; msbien, solamente dividen y destruyen.

    Me encanta el libro de Esdras; desde su inicio no vemos maestros ni profetas, sino que slovemos la unidad de todo el pueblo. Toda la gente se junt en Jerusaln como un solo hombre(Esd. 3:1). Si no aprendemos a ser ingenuos, jams podremos ser uno con otros. Las personassagaces jams podrn ser uno con los dems. Las personas muy sagaces siempre me inspirantemor. No sean tan sagaces ni tan listos, pues slo as podrn ser uno con los dems.

    En ocasiones, alguien dir que cierta persona es un buen hermano, pero yo siempre quiero saberde qu manera es bueno! Si l es ingenuamente bueno, eso es maravilloso! Pero si es sagazmentebueno, prefiero alejarme de l. En el pasado, yo sufr mucho a manos de las personas astutas ysagaces. En la iglesia, el Seor no tiene necesidad de personas astutas. La primera persona sagazque se reuni con el Seor Jess fue Judas, quien lo traicion. Judas era verdaderamente muysagaz. Al leer el Nuevo Testamento podemos ver que tanto los discpulos del Seor como los primeros creyentes fueron edificados conjuntamente debido a que se unieron con absolutaingenuidad.

    Cmo podemos ser uno? Tenemos que abandonar nuestras opiniones y volvernos personasingenuas. Al inicio del Nuevo Testamento, todos los creyentes estaban unidos. Entre ellos semanifestaba el sacerdocio y el reinado, y pusieron todo cuanto tenan en el altar para que fueracompletamente quemado y consumido. Acaso no les parece que ellos eran extremadamente

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    ingenuos? Si yo hubiese estado presente, quizs les hubiera preguntado: Qu estn haciendo?Necesitamos todas esas cosas para la obra del Seor. Pero ellos eran realmente ingenuos.

    Lo que quiero decir es esto: si observamos cul era la situacin en tiempos de Esdras, veremosque lo que ellos hacan pareca ser una tontera. Cuando sus adversarios vieron a estas personasque actuaban con tal ingenuidad al ponerlo todo en el altar para que fuese consumido por el

    fuego, ellos se alegraron. Pero despus, al ver que ellos ponan el fundamento, ya no se alegraron.Al comienzo, ellos parecan unos insensatos, pues carecan de enseanzas y no reunan a lacongregacin para darle instrucciones; ms bien, simplemente se juntaron como un solo hombre,dando lugar a que se estableciese el altar y a que se manifestara el sacerdocio y el reinado divino.Hermanos y hermanas, todos nosotros necesitamos ser as de ingenuos. No aprendan a sersagaces ni sean instruidos para llegar a ser astutos; ms bien, aprendan a ser sencillos e ingenuos,de manera que lo pongan todo en el altar.

    CMO PONER EL FUNDAMENTO

    La unidad, el sacerdocio, el reinado y el altar constituyen la preparacin para poner elfundamento. Segn la tipologa, este fundamento no es otro que Cristo mismo. Ellos pusieron aCristo como el fundamento. nicamente les interesaba Cristo, y nosotros debemos ser iguales aellos. Lo que verdaderamente nos importa no es profetizar, ni sanar a los enfermos, ni hablar enlenguas, ni tampoco nos importan prcticas tales como la de lavarse los pies unos a otros ocubrirse la cabeza; lo nico importante para nosotros es Cristo y nada ms. No tenemos otrofundamento que no sea Cristo mismo. Si bien es cierto que estamos firmes sobre el terreno de laiglesia, nuestra meta final no es sta. El terreno existe con la finalidad de que el fundamentonico sea establecido, y este fundamento es Cristo y solamente Cristo.

    Orar-leer no es nuestro fundamento, sino que es un medio para que el fundamento sea

    establecido. Orar-leer es un medio para llevar a cabo la edificacin. Damos gracias al Seor deque en los ltimos aos hemos visto la obra de edificacin avanzar mediante la prctica de orar-leer. El orar-leer realmente edifica la iglesia, pero no es el fundamento. Nuestro fundamento esnicamente Cristo.

    Cmo ponemos el fundamento? El fundamento es puesto por medio de alabanzas y gritos de jbilo. Y cuando los canteros echaron los cimientos del templo de Jehov, pusieron a lossacerdotes vestidos de sus ropas y con trompetas, y a los levitas hijos de Asaf con cmbalos, paraque alabasen a Jehov, segn las instrucciones de David rey de Israel. Y cantaban, alabando ydando gracias a Jehov, y diciendo: Porque El es bueno, porque para siempre es Su benignidadsobre Israel. Y todo el pueblo aclamaba con gran jbilo, alabando a Jehov porque se echaban los

    cimientos de la casa de Jehov. Y muchos de los sacerdotes, de los levitas y de los jefes de casas paternas, ancianos que haban visto la casa primera, viendo echar los cimientos de esta casa,lloraban en alta voz, mientras muchos otros daban grandes gritos de alegra. Y no poda distinguirel pueblo el clamor de los gritos de alegra, de la voz del lloro; porque clamaba el pueblo congran jbilo, y se oa el ruido hasta lejos (Esd. 3:10-13).

    Si vamos a otra ciudad, no es necesario ensear o predicar tanto. Simplemente tenemos que ir alla alabar y a dar gritos de jbilo con respecto a Cristo. Si vamos a dicha ciudad a exaltar a Cristo,tengo la conviccin de que un firme fundamento ser establecido.

    Por qu tenemos que hacer las cosas conforme a la manera vieja? Venimos a las reuniones asentarnos y esperar que alguien pida un himno, despus de lo cual todos cantamos. Por quhacemos las cosas de una manera vieja? Cul es la base bblica para proceder as? Por qu seda un mensaje en todas nuestras reuniones? Por qu no celebramos una reunin dedicada a dar

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    aclamaciones? En dicha reunin ustedes dan gritos y yo tambin: Hermanos, Cristo es mi vida!Cristo es vencedor!. Y luego otros responden: S, Cristo es victorioso!. Pero no debemosconvertir esto en otro mtodo. Simplemente tenemos que ser personas nuevas y llenas de vida.Estoy firmemente convencido de que el Seor derribar la manera vieja de proceder. No creo quela manera antigua de predicar vaya a ser prevaleciente. Es menester que surja algo nuevo.

    Segn Esdras, cmo pusieron el fundamento? Dando gritos de jbilo y alabando. Cuando lacristiandad va a erigir uno de sus edificios o templos, ellos suelen organizar una celebracincuando se echan los cimientos. Acostumbran cantar un himno, el pastor lee un pasaje de laPalabra y se predica un mensaje. sta es la manera vieja de celebrar una reunin, algo carente dela vida divina. Ciertamente Cristo no es el fundamento en tales casos. Si realmente Cristo fuese elfundamento, todos gritaran: Aleluya!.

    Consideren el relato hallado en el libro de Esdras. Algunos daban gritos de jbilo mientras queotros lloraban. No haba orden. Si usted visita un cementerio, no tendr necesidad de decirle anadie que guarde el orden, pues todos estn en el debido orden al estar muertos y sepultados. Perosi estamos llenos de vida, ser difcil mantener un estricto orden. Todos sabemos que, segn la

    historia, el pueblo hebreo era un pueblo muy religioso; pero en este relato en particular nohallamos mucha religiosidad. Ellos simplemente se juntaron como un solo hombre. Podramosconsiderar esto como religioso? Ellos pusieron todo sobre el altar para que fuera incinerado; ycuando pusieron el fundamento, daban gritos de jbilo y lloraban tanto que no se poda distinguira los que lloraban de los que daban gritos de jbilo. Es esto, acaso, religioso?

    Cuando retornamos al terreno apropiado, tenemos que orar para que el fundamento sea puesto.No es necesario convocar una reunin y decir: Hermanos, por favor abran sus Biblias y leamos 1Corintios 3:11. Todos debemos saber que el fundamento nico es Cristo. stas son enseanzascarentes de vida! Usted est en lo correcto, pero carece de la vida divina. En el recobro del Seorno necesitamos esta clase de enseanzas muertas. Al retornar al terreno de la iglesia, debemos

    hacerlo con gritos de jbilo, con alabanzas, llenos de Cristo y despojados de toda enseanzamuerta. Esto ser maravilloso!

    No hace mucho, mientras me encontraba de viaje, tuve que detenerme por tres horas en ciertolugar donde haba una iglesia local. Esto me permiti reunirme con dos hermanos de dichalocalidad y tener comunin con ellos mientras esperaba en el aeropuerto. Ellos me contaron queun hermano de su localidad haba visitado Los ngeles por tres semanas, y que a su retorno loprimero que haba hecho en la reunin haba sido gritar: Aleluya!. Todos los asistentes a estareunin saban que este hermano acababa de regresar de Los ngeles. Ellos no haban visto a estehermano por algn tiempo, pero ahora escucharon su: Aleluya!. La vida divina bulla en estapersona. Esto fue muy bueno. Pero si en lugar de ello esta persona hubiese regresado a ensearles

    a gritar: Aleluya! de la manera en que lo hacen en Los ngeles, habra cometido un error, pueslo nico que estara pidindoles sera que gritaran de una manera carente de vida. No es cuestinde imitar, sino de ser llenos de Cristo. Cuando ponemos a Cristo como el fundamento, estamostan felices que gritamos: Aleluya!. Nuestro nico fundamento es Cristo y nada ms. Ya no nosimporta esto o aquello; lo nico que nos importa es Cristo. ste es el nico fundamento de la casade Dios. Hemos visto esto y, de hecho, estamos establecidos sobre tal fundamento. Alabado seael Seor!

    LA VENIDA DE LOS PROFETAS

    Fue en ese tiempo que los profetas vinieron. Y los profetas, Hageo y Zacaras hijo de Iddo, profetizaron a los judos que estaban en Jud y en Jerusaln, en el nombre del Dios de Israelquien estaba sobre ellos. Entonces se levantaron Zorobabel hijo de Salatiel y Jesa hijo de

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    Josadac, y comenzaron a reedificar la casa de Dios que estaba en Jerusaln; y con ellos losprofetas de Dios que les ayudaban ... Y los ancianos de los judos edificaban y prosperaban porlas profecas del profeta Hageo y de Zacaras hijo de Iddo. Edificaron, pues, y terminaron, pororden del Dios de Israel, y por mandato de Ciro, de Daro, y de Artajerjes rey de Persia. Esta casafue terminada el tercer da del mes de Adar, que era el sexto ao del reinado del rey Daro (Esd.5:1-2; 6:14-15).

    Los profetas intervinieron debido a que el pueblo era dbil y no se encontraba en una condicinnormal. Siempre que el Seor hace surgir profetas, ello es prueba que no hay una situacinnormal. Si la situacin fuese normal, no habra necesidad de profetas, pues bastara solamentecon el sacerdocio y el reinado. Pero en el libro de Esdras vemos que la situacin se haba vueltoanormal, por lo cual hubo necesidad de los profetas. Cuando se haba logrado impedir que secumpliese con el propsito de edificar la casa de Dios, Dios hizo surgir a Hageo y a Zacaras.Incluso Zacaras era un sacerdote que ejerci la funcin de profeta, esto es, un sacerdote-profeta.Esta clase de profeta ciertamente guarda relacin con el sacerdocio.

    Cuando la reedificacin de la casa de Dios es obstruida, necesitamos ser fortalecidos por los

    profetas. En todos los libros que tratan sobre el recobro que Dios efecta, encontrarn que no haymuchas enseanzas, ni tampoco diversidad de opiniones e ideas. Por eso me gustan tanto estoslibros. Estos libros nos muestran que cuando el pueblo retorn, no trajeron consigo enseanzas niopiniones. Por el contrario, fueron muy sencillos. Pero debido a que eran dbiles y estabanrelacionados con el mundo, ellos necesitaron de la ayuda de los profetas, quienes los fortalecierona fin de que se separaran completamente del mundo.

    Hoy en da todos tenemos que darnos cuenta de que al recobrar la vida de iglesia, no es necesariatanta enseanza. Lo que se necesita es que se manifieste el sacerdocio, el reinado, el altar y elfundamento verdadero, que es Cristo mismo. La vida de iglesia se edifica nicamente sobreCristo y nada ms. No debemos pensar que cuando los profetas vinieron, dieron muchas

    enseanzas. No, ellos fortalecieron las manos del pueblo a fin de que la obra de recobro fuesellevada a cabo de manera apropiada. Todos nosotros tenemos que aprender a ser muy sencillos ysimplemente abandonar todos nuestros conceptos y opiniones. Tenemos que dejar atrs lasenseanzas y simplemente reunirnos sometidos a la autoridad divina a fin de poner comofundamento al Cristo nico.

    Tenemos que ser cautelosos y fuertes a fin de no ser engaados con proposiciones sutiles yastutas hechas por otros que presuntamente vienen a ayudarnos. La ayuda no procede de talfuente. Tenemos que estar claros al punto de que, independientemente de lo que la gente diga denosotros, sepamos lo que hacemos. Nosotros sabemos que nos hemos consagrado de maneraabsoluta al recobro. No servimos para ninguna otra cosa ms.

    En los ltimos aos se me ha criticado mucho. Muchas veces, al visitar Taiwn, algunos amigosme han reprendido: Hermano Lee, sabemos que lo nico que a usted le importa son las iglesiaslocales. Usted est edificando la secta de las iglesias locales. Esto es lo que ellos decan, y yo jams discut con ellos; apenas asenta con mi cabeza y les deca: Hermano, usted estabsolutamente correcto. No tengo otra misin en la vida aparte de las iglesias locales. No sirvopara nada ms que para Cristo y la iglesia, pertenezco completamente a Cristo y la iglesia, y sloa eso estoy entregado. Por ello, no debieran esperar que yo pueda serles de alguna ayuda outilidad. Si tratara de ayudarles slo les causara muchos problemas. Ahorren su tiempo y el motambin. Yo fui muy franco con ellos y les habl con la verdad.

    Algunos de los misioneros que estaban en China decan: Ese es un magnfico trabajo, pero...Hay un gran pero. Para ellos, ese pero era como una mosca muerta en el perfume. Cul era

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    la mosca muerta? El terreno de la iglesia. Algunos llegaron a decirme que si tan slo evitasehablar sobre el terreno de la iglesia, me convertira en un orador maravilloso y muy popular.Pero yo quiero ser fiel y hablar sobre el terreno de la iglesia!

    Algunos me decan: Hermano Lee, por qu debe usted ofender a los dems? Simplementepredqueles a Cristo; basta con eso. Por qu tiene que hablar sobre el terreno de la iglesia?. Yo

    les responda: Yo s que esto les ha ofendido, porque ustedes vinieron aqu a edificar la iglesiapresbiteriana, mientras que a m slo me interesa la iglesia local. La meta de ustedes es edificaruna iglesia misionera, y nuestra meta es edificar la iglesia local. Cmo podra yo agradarles?.

    Si no tomamos el camino que el Seor nos ha trazado para edificar la iglesia local, quharemos? No habr manera de avanzar. En 1933, cuando el Seor me gui a tomar este camino,se me critic muchsimo. Incluso mis amigos ms queridos se volvieron hostiles. Realmente mesenta abrumado. Entonces acud al Seor y llegu a estar muy claro al respecto. Me dije a mmismo: Si he de ser un ser humano, tengo que ser un cristiano, de lo contrario sera mejor morir.Y si he de ser un cristiano, tengo que tomar el camino acorde con el terreno de la localidad. Si nosigo la senda de la iglesia local, entonces no s por dnde andar, no s cmo proseguir; sera

    mejor para m renunciar a ser cristiano. Es as de simple.

    Sus propias experiencias le demostrarn que hasta que usted vea la iglesia local, jams podrestar satisfecho. En lo ms recndito de su ser usted se percata de que le faltar algo hasta quevenga a la iglesia local. Entonces, al venir, usted siente que est en casa. Por qu? Porque ustedest en casa! Si usted no est en casa, usted simplemente sentir que algo le falta. Hermanos, noexiste otro camino. Si no tomamos el camino de la iglesia local, es innecesario que procuremosconvocar asamblea alguna en cualquier otro lugar. Ello no tendr sentido. Si usted no opta por laiglesia local, para qu establecer otra asamblea? Ya existen muchos otros grupos cristianos, porqu no mejor se une a uno de ellos? Quiz usted diga que le es muy difcil laborar junto a ellos yque es mejor comenzar una nueva asamblea. De ser as, usted es verdaderamente sectario! Si

    usted no tiene la intencin de unirse a la iglesia local, le aconsejo que ser mejor que vuelva areunirse con algn grupo cristiano. No hay necesidad de que procure establecer otra asamblea;ello no tiene sentido.

    Acuda al Seor para presentarle estos asuntos, y entonces dir: Seor, de ahora en adelante, nosirvo para otra cosa que no sea la iglesia local. Esto es lo nico que me interesa. El Seorhonrar esta clase de oracin. Fjese en la situacin en la que se encontraba el recobro en tiemposantiguos. Aquellas personas que retornaron parecan tan tontas e ingenuas. A ellas no lesinteresaba otra cosa ni les importaba nada ms que recobrar la edificacin de la casa de Dios.Esto es exactamente lo que nosotros tenemos que hacer. No debemos dedicarnos a ninguna otracosa, excepto a recobrar la edificacin de las iglesias locales.

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    CAPTULO CUATRO

    HAGEO: CONSIDERAD VUESTROS

    CAMINOSLectura bblica: Hag. 1:12:9

    EL SACERDOCIO Y EL REINADO

    En primera instancia, Hageo no se dirige al pueblo, sino al gobernador y al sumo sacerdote: Enel ao segundo del rey Daro, en el mes sexto, en el primer da del mes, vino palabra de Jehovpor medio del profeta Hageo a Zorobabel hijo de Salatiel, gobernador de Jud, y a Josu hijo de

    Josadac, sumo sacerdote (Hag. 1:1). Slo despus de haber hablado al gobernador y al sumosacerdote, Hageo se dirige al pueblo en general (Hag. 1:13; 2:2).

    Por qu hacemos notar el hecho de que Hageo primero se dirige al gobernador y al sumosacerdote? Porque debemos percatarnos de que la edificacin de la casa de Dios requiere elreinado y el sacerdocio. El sacerdocio es el ministerio que lleva a las personas a la presencia deDios y les ayuda a tener contacto con Dios, a ser llenas y saturadas de Dios al punto de que todosu ser sea ocupado por l. En la edificacin de la casa de Dios, tal clase de ministerio es muynecesario. Realmente necesitamos ser saturados de Dios, tener comunin con Dios y ser uno conl a fin de poder edificar las iglesias locales. No necesitamos la clase de conocimiento queprocede de meras enseanzas; lo que verdaderamente necesitamos es ser llenos de Dios, ser uno

    con Dios, tener comunin con l y cultivar una relacin fresca y vital con Dios. Dicho ministeriono es un ministerio de meras enseanzas, sino el ministerio sacerdotal, el cual hace de nosotrosverdaderos sacerdotes. Todos tenemos que aprender a tener comunin con el Seor y a sersaturados de l. Esto es lo primero que se requiere para edificar las iglesias locales.

    Adems, se requiere el reinado. Al hablar del reinado, simplemente nos referimos a la autoridadde Cristo como Cabeza, a la autoridad divina. En las iglesias locales el gobierno no se ejerce talcomo se ejerce en el mundo. En el mundo hay diversas clases de gobierno. Hay quienes sonregidos por una democracia, mientras que otros son regidos por un dictador. Pero el gobierno quese ejerce en las iglesias locales no es una democracia, ni tampoco es una dictadura. En las iglesiaslocales el gobierno debe ejercerlo la autoridad divina, que es la autoridad de Cristo como Cabeza;

    ste es el reinado juntamente con la autoridad divina.Lo normal en una iglesia local es que en ella exista el sacerdocio y el reinado adecuados. Estosignifica que todos sabemos cmo tener contacto con Dios, cmo disfrutar de una comuninntima y vital con el Seor, cmo ser saturados del Seor y cmo dejar que sea l quien ocupetodo nuestro ser. Adems, ello implica que todos sabemos sujetarnos al liderazgo de Cristo, esdecir, que sabemos reconocer la autoridad divina que se manifiesta entre el pueblo del Seorcongregado en las iglesias locales. Si entre nosotros se realizan estas dos funciones, habr unasituacin maravillosa!

    Probablemente todos nosotros hayamos ledo el ltimo artculo escrito por el Dr. A. W. Tozer

    antes de su muerte. En ese mensaje, l seal que en la cristiandad de hoy las personas hanrenunciado completamente a sujetarse a la autoridad de Cristo como Cabeza. l dijo que en todaslas reuniones, convenciones y conferencias organizadas en el cristianismo, no se reconoce la

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    autoridad de Cristo. A ello se debe que haya tanta confusin y divisin en medio de una grandiversidad de opiniones. Debido a que la autoridad de Cristo no ha sido reconocida por los Suyos,hoy se carece de autoridad divina entre los cristianos; impera la confusin y las divisiones. Todossimplemente hacen lo que bien les parece. El reinado divino est ausente.

    En las iglesias locales, todos estamos sujetos al reinado de Cristo y a Su autoridad como Cabeza.

    Si he de decir algo en alguna reunin, tengo que decirlo sujeto al reinado y a la autoridad de miSeor. Si no soy capaz de hablar en sujecin a Su gobierno y autoridad, entonces no debo decirnada. Todo cuanto yo diga y haga, debe ser en sujecin a la autoridad de Cristo como Cabeza.Nada me gobierna excepto Su autoridad. As, yo reconozco el reinado de Cristo en las iglesiaslocales.

    Ya en el verano de 1966 tratamos en detalle el tema del sacerdocio y el reinado, e incluso dichosmensajes se publicaron en ingls (vase: The Stream [El Manantial], del ejemplar No. 4 del tomocinco al ejemplar No. 4 del tomo seis). Para la edificacin de la casa de Dios, se requiere tanto elsacerdocio como el reinado.

    Sin embargo, me parece que tengo que volver a hablar sobre estos mismos temas, simplementedebido a que tales ideas no forman parte de nuestra mentalidad humana y natural. Debemos verque para la edificacin del tabernculo, Moiss represent la autoridad divina, y Aarn, el sumosacerdote, represent el sacerdocio. Fue bajo estos dos ministerios que el tabernculo fue erigido.Asimismo, para la edificacin del templo, el rey David primero tuvo que librar muchas batallas afin de traer la paz. Posteriormente, su hijo Salomn represent la autoridad divina, y el sumosacerdote de aquel tiempo represent el sacerdocio. Fue bajo estos dos ministerios que el templofue edificado. Ahora, al recobrar la edificacin del templo, vemos a Zorobabel, el gobernador,como representante del reinado, y a Josu, el sumo sacerdote, como representante del sacerdocio.Es nicamente bajo estos dos ministerios que es posible recobrar la edificacin del templo.

    Hoy en da, a fin de que se lleve a cabo la obra de recobro en las iglesias locales, todava existe lanecesidad de estos dos ministerios. Por ello, estoy lleno de agradecimiento al Seor por haberpermitido que aqu, en las iglesias, se pueda manifestar tanto el sacerdocio como el reinado. Loshermanos y hermanas saben cmo tener contacto con el Seor y cmo mantenerse en comuninviviente con l da a da. Por eso practicamos la vigilia matutina, en la que oramos-leemos la palabra de Dios, con el nico fin de tener contacto con el Seor y mantener una comuninviviente con l hasta que seamos llenos de l, estemos completamente saturados de l y seamosplenamente posedos por el Seor, a fin de ser uno con l en el espritu. Es de esta manera quehemos aprendido a reconocer la autoridad de Dios, el seoro de Cristo. Ningn hombre rigesobre nosotros; no se ejerce ninguna clase de control humano, pero la autoridad divina semanifiesta entre nosotros. Los hermanos y hermanas proceden y actan en sujecin a la autoridad

    de Cristo como Cabeza. Si ustedes me preguntaran quin cuida de las iglesias, no sabra cmoresponderles. Lo que quiero decir con esto es que entre nosotros no se da lugar a ningunamaniobra realizada por hombre alguno, sino que tenemos un gobierno, un gobierno divino, ungobierno en sujecin a la autoridad de Cristo. En esto consiste el reinado.

    Cuando alguien pregunta cmo celebramos nuestras reuniones, cmo damos inicio a las mismasy quin lleva la delantera en ellas, me es muy difcil responderle. Para la edificacin de la casadel Seor, contamos con el ministerio sacerdotal y con el ministerio del reinado.

    FORTALECIDOS POR LOS PROFETAS

    Pero a veces estos dos ministerios no son lo suficientemente prevalecientes ni fuertes. En talescasos, existe la necesidad de que dichos ministerios sean apoyados y fortalecidos por los profetas.

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    No se requiere de meras enseanzas, sino del ministerio de un verdadero profeta. Hageo vino afortalecer a Zorobabel, el gobernador, y a Josu, el sumo sacerdote. l no vino a reemplazar elsacerdocio ni el reinado, sino a fortalecer estos dos ministerios. El profeta nicamente fortalece;no reemplaza ninguno de estos ministerios.

    Para la edificacin de las iglesias, se requiere el ministerio sacerdotal y el ministerio del reinado.

    Pero, a veces, se hace necesaria la labor fortalecedora de los profetas. El profeta no debereemplazar ninguno de aquellos dos ministerios, sino solamente fortalecerlos. Escuchen lo queHageo dijo: Pues ahora, Zorobabel, esfurzate, dice Jehov; esfurzate tambin, Josu hijo deJosadac, sumo sacerdote; y esforzaos, pueblo todo de la tierra, dice Jehov, y trabajad; porque Yoestoy con vosotros, dice Jehov de los ejrcitos (Hag. 2:4). Hageo no procur edificar la casa enlugar de ellos. l no trat de desempear la funcin que les corresponda a ellos. l simplementevino a fortalecerlos y apoyarlos.

    Por qu hacemos notar estas cosas? Simplemente debido a la influencia que sobre nosotrosejerce nuestro pasado en el cristianismo. Muchas veces, en las iglesias, las personas elocuentesasumen la funcin que le corresponde al cuerpo de sacerdotes y reyes, de modo que procuran

    edificar la iglesia por s mismos. ste es un gran error. Independientemente de cun prevalecientesea el ministerio profetizador, ste no debe reemplazar el ministerio de los dems ni usurpar susfunciones. Lo que corresponde a los profetas es fortalecer a sus hermanos y ayudarles a ejercer sufuncin.

    Efesios 4:12 dice claramente que las personas dotadas, tales como los apstoles y profetas, noedifican la iglesia directamente: A fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio,para la edificacin del Cuerpo de Cristo. Ellos realizan la labor de perfeccionar a los santos, yluego los santos son quienes edifican directamente el Cuerpo de Cristo. Las personas dotadas nodebieran reemplazar a los santos; nicamente deben perfeccionarlos a fin de que ellos mismospuedan edificar el Cuerpo.

    Hermanos y hermanas, todos tenemos que ser partcipes del ministerio del sacerdocio y delreinado a fin de dedicarnos a edificar la casa de Dios directamente. Los profetas jams edificarondirectamente el templo en la obra de recobro. Fue el pueblo, bajo los dos ministerios elsacerdocio y el reinado, el que edific el templo. La iglesia jams ser edificada por medio dealgn predicador o maestro. Las iglesias tienen que ser edificadas por los santos. Oh,Zorobabel, esfurzate! Oh, Josu, esfurzate! Fue el pueblo el que directamente edific la casa,y no los profetas. Hoy en da, todos los hermanos y hermanas en las iglesias son los edificadores.Lo que se requiere no son meras enseanzas ni doctrinas, sino que seamos fortalecidos en la obrade edificacin que se lleva a cabo bajo los ministerios del sacerdocio y del reinado.

    Todos nosotros estamos llenos de conceptos errados al respecto. Si por la misericordia del Seorpuedo ayudarles a que abandonen tales conceptos, entonces habr cumplido mi misin. Cul esel concepto errado que debemos abandonar? Todos nosotros seguimos pensando que son losgrandes oradores y los grandes maestros quienes edifican la iglesia. Pero esto es completamenteerrneo! A menos que la iglesia sea edificada por los santos, ella jams ser edificada! Si hemosde preguntar a las personas que conforman el cristianismo de hoy: Quin edifica la iglesia?,ellas de inmediato responderan: Nuestro pastor, con la ayuda de su asistente y del director demsica. Me temo que este mismo concepto sea el que todava subsiste en muchos de nosotros demanera subconsciente. Por qu su iglesia no es tan prevaleciente? Me temo que ustedes diran:Nuestra iglesia es dbil porque nuestros ancianos no son lo suficientemente buenos y nos hacenfalta oradores elocuentes. Pero la iglesia no puede ser edificada directamente por las personas

    dotadas. La iglesia ha de ser edificada por todos los santos en la localidad, incluyndolo a usted.No digan que su iglesia es dbil porque los ancianos son dbiles. Tienen que decir que ella es

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    dbil porque ustedes son dbiles! Si usted no fuera dbil y los dems santos no fuesen dbiles,entonces su iglesia sera muy fuerte. Son los santos quienes directamente edifican la iglesia.

    UN VALIOSO SECRETO

    A travs de todas mis experiencias en las iglesias locales durante todos estos aos, he aprendidoun secreto. Durante los primeros aos, cuando algunos santos acudan a m para quejarse de algoen las iglesias locales, yo siempre les escuchaba; despus, hablaba con los ancianos y les decaalgo al respecto. Los ancianos, entonces, se molestaban conmigo y se quejaban de que yo prestaraodos a las habladuras de los santos. Si los hermanos se quejaban conmigo acerca de lashermanas, yo les deca algo a las hermanas; luego, ellas se molestaban de que yo hiciera caso alos hermanos. Si eran las hermanas las que se quejaban de los hermanos, entonces yo les decaalgo a los hermanos; luego, ellos se molestaban de que yo hiciera caso a las hermanas.Finalmente, aprend la leccin y descubr un valioso secreto. Este secreto en realidad resolvimuchos problemas. Cuando alguien vena a m quejndose de lo hecho por los ancianos, yo lescontestaba: Probablemente usted est en lo correcto. Por qu no va usted y se los dice a los

    ancianos personalmente?. Ellos de inmediato respondan que no se atrevan a hacerlo. Entoncesyo les deca: Si usted me habla de tales cosas, tambin debiera estar dispuesto a decrselo a ellospersonalmente. Esto resolvi muchos problemas.

    Un da, un hermano me dijo que el bao de los varones necesitaba limpieza, ante lo cual yo lepregunt: Por qu no lo limpia usted?. Otro hermano se quej conmigo de que ninguno de losmiembros de la iglesia saliera a las calles a repartir folletos; as que, yo le anim a que saliera yrepartiera folletos. A la postre, los hermanos comenzaron a aprender que si se quejaban conmigode cualquier cosa, yo les dira que ellos mismos lo hicieran. ste es un secreto muy valioso queresuelve muchos problemas. Esto tambin hace que muchos dejen de criticar a diestra y siniestra. No se quejen de los ancianos, ni se quejen de esto y aquello. Ustedes deben asumir la

    responsabilidad en cuanto a la edificacin. La iglesia nicamente puede ser edificada por ustedesdirectamente. Ustedes son los edificadores.

    Tampoco piensen que si ste o aquel hermano viniera, l les ayudara. Si l es un profetaapropiado, l se preocupar de que ustedes asuman dichas responsabilidades. Cuanto ms le visiteun verdadero profeta, ms responsable usted se sentir. Los profetas no vienen a eximirlo oliberarlo de su responsabilidad, sino a recordrsela. Esfurcense y laboren. No regresen al sistemade clrigos y laicos.

    Al finalizar la guerra en 1945, todos los hermanos de las provincias del interior de Chinaretornaron a Nanking, la capital, y me pidieron que los visitara. Ellos estaban tan felices de

    recibirme, pero yo les dije: Hermanos, no se alegren tanto. Yo no he venido a eximirlos deresponsabilidad alguna; al contrario, vengo a aumentar vuestra carga. Vengo abrumado por el peso de nuestro encargo, pero espero poder ponerlo sobre vuestros hombros. As, cuanto mstiempo me quede entre ustedes, ms espero poder aligerar mi carga y espero que ms aumente lavuestra. Despus de cierto tiempo habr descargado mi responsabilidad, y ustedes la habrnasumido plenamente. Esto ocurri en 1946. Al siguiente ao me sent libre y pude partir de all,pues toda la responsabilidad y el encargo recibidos descansaba ahora sobre los hombros de loshermanos de dicha localidad. La prxima vez que ellos me escribieron pidindome que fuera aayudarles, les respond dicindoles que ellos no requeran de mi ayuda, ya que ellos lo podanhacer.

    Todos tenemos que darnos cuenta de que la edificacin de las iglesias locales no est en manosde los profetas. Lo que hicieron los profetas fue fortalecer el sacerdocio, el reinado y al pueblo engeneral. Oh Zorobabel! Oh Josu! Esforzaos pueblo todo de la tierra y trabajad! Esto fue lo

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    que todos los profetas hicieron. Ustedes jams debieran dar la responsabilidad de edificar laiglesia local a otros, sino que deben asumirla ustedes mismos.

    CONSIDERAD VUESTROS CAMINOS

    La segunda cosa que el profeta Hageo les dijo fue que ellos deban meditar bien sobre suscaminos: Sembris mucho, y recogis poco; comis, y no os saciis; bebis, y no quedissatisfechos; os vests, y no os calentis; y el que trabaja a jornal recibe su jornal en saco roto. Asa dicho Jehov de los ejrcitos: Considerad vuestros caminos. Subid al monte, y traed madera, yreedificad la casa; y me agradar en ella, y ser glorificado, ha dicho Jehov. Buscabais mucho,pero he aqu, hay poco; y cuando lo metisteis en la casa, Yo lo disip en un soplo. Por qu? diceJehov de los ejrcitos. Por cuanto Mi casa est desierta, y cada uno de vosotros corre a su propiacasa (Hag. 1:6-9). Despus, el Seor dijo: Y llam la sequa sobre esta tierra (v. 11). El Seorllam la sequa sobre todas las cosas. As pues, con respecto a todo cuanto ellos realizaban,perciban una gran aridez.

    Observen el cristianismo de hoy. Ellos laboran mucho: siembran, se esfuerzan por comer y beber, por abrigar a la gente, por obtener alguna ganancia, pero, a la postre, no obtienen nada. En lamayora de las obras cristianas de hoy prevalece una sensacin de sequa y aridez espiritual.Todas sus predicaciones y enseanzas han perdido su frescura. Por qu? En sus reuniones deoracin, en su lectura de la Biblia y en muchas otras reuniones, se percibe una gran aridez. Porqu? Simplemente porque ellos han sido negligentes con respecto a la casa de Dios.

    En 1954, despus de haber estado en la isla de Taiwn por unos cuatro o cinco aos, unmisionero estadounidense vino a verme. Nosotros, en aquel entonces, estbamos predicando elevangelio, y l haba visitado todos nuestros locales de reunin. En aquel tiempo, apenastenamos unos cinco o seis salones de reunin en la iglesia en Taipei. Este misionero se mostr

    muy sorprendido de que todos estos salones rebosaban de gente, as que me pregunt: Por favordgame, cul es su secreto? Cmo hace para que tanta gente asista a sus reuniones?. Despusde lo cual procedi a explicarme que solamente unas semanas atrs haban celebrado unacampaa de evangelizacin con un predicador famoso. Ellos haban puesto un aviso en losperidicos, en el que con letras muy grandes anunciaban al predicador de fama mundial que habavenido a dar los mensajes. A pesar de ello, slo lograron reunir un nmero reducido de personas.l me cont, adems, que haba preguntado a los que asistan a nuestras reuniones quin dara elmensaje esa noche, pero que ellos no haban sabido responderle. Este misionero realmente seencontraba perplejo. l me pregunt: Cmo es posible convocar tales multitudes cuando nisiquiera se sabe quin va dar el mensaje? Por favor, dgame su secreto. Yo le dije: Hermano,realmente me es muy difcil explicarle este secreto. Si usted verdaderamente quiere aprender el

    secreto, tiene que reunirse con nosotros por lo menos unos dos aos. Slo entonces podr conocernuestro secreto. Por qu es que ellos siembran tanto y, sin embargo, cosechan tan poco? Elloscelebran un estudio bblico tras otro y organizan un avivamiento tras otro; sin embargo, siguentan secos e insatisfechos. Por qu? Por cuanto Mi casa est desierta, y cada uno de vosotroscorre a su propia casa.

    En el verano de 1968, ms de ciento cuarenta hermanos y hermanas de los Estados Unidosvisitaron las iglesias en Taiwn. Una noche, la iglesia en Taipei celebr un bautismo paraaproximadamente cuatrocientas personas. Durante esa reunin nos visit un misioneroestadounidense, quien nos cont cunto haban laborado en Taipei incluso hasta el punto dedesgastar las suelas de sus zapatos sin obtener el fruto deseado. l mostr cierto resentimientohacia la iglesia en Taipei debido a que sta tena tanto fruto. l lleg a decir que probablementemuchos de los que se bautizaban esa noche eran fruto de la labor de los misioneros en Taipei.Pero yo pude decirles a los hermanos que si l poda reconocer a uno solo de los que estaban

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    siendo bautizados, le dara la razn. En realidad, haba amargura en l debido a que habanlaborado mucho y, sin embargo, no haban logrado nada. Por qu? Simplemente porque elloslaboraban en pro de su propia obra y no para la casa del Seor. El secreto es la iglesia local! Elsecreto es la edificacin de las iglesias locales. En esto consiste edificar la casa del Seor.

    Esto no solamente se aplica a los asuntos espirituales, sino tambin a los asuntos materiales.

    Tengo plena certeza de que si tomamos los asuntos del recobro del Seor en serio, l nos bendecir mucho, incluso materialmente. Si nos hemos establecido en el terreno apropiado ysomos ntegros con el Seor respecto a la obra de recobro que l realiza, el roco descender delos cielos cuando padezcamos alguna necesidad. Todo cuanto hagamos, lejos de ser rido,contar con el abundante suministro de agua refrescante. No solamente percibiremos el roco,sino tambin las corrientes de aguas como un ro. Disfrutaremos de bendiciones tanto espiritualescomo materiales.

    En todos los lugares que visito siempre me hacen estas mismas preguntas. Primero: Cmocelebran sus reuniones?. Siempre les digo que vengan y vean. Segundo: Dnde est su sede,su centro de operaciones?. Siempre les respondo que no tenemos un centro de operaciones, a

    menos que sean los lugares celestiales. Despus de lo cual ellos siempre me preguntan: Cmorecaudan fondos? Puesto que la obra es muy grande, seguramente requieren de mucho dinero.Cmo lo obtienen?. Yo les respondo: S, es cierto que gastamos mucho dinero, pero no hemosadoptado mtodo alguno para reunirlo. En realidad no tenemos mtodo alguno y tampocohablamos de dinero. A m no me gusta hablar de dinero, me encanta hablar de Cristo! Pero,alabamos al Seor pues nunca nos ha hecho falta el dinero! Por qu? Ma es la plata, y Mo esel oro, dice Jehov de los ejrcitos (Hag. 2:8). Si nuestro nico encargo es la edificacin de lacasa del Seor, entonces todo es nuestro.

    Cuando dimos inicio a la tarea de publicar el himnario, no tenamos siquiera un dlar en nuestros bolsillos. Finalmente, invertimos ms de treinta y un mil dlares para que se realizara la

    impresin. Al comenzar dicha labor, no sabamos que nos iba a costar tanto; pero alabado sea elSeor!, jams nos falt nada. Ahora contamos con un himnario excelente para las iglesias locales.

    Si hemos de laborar para el Seor, el lugar ms bendecido en donde laborar son las iglesiaslocales. All, basta con sembrar un poco para obtener buena cosecha. All, basta con comer ybeber un poco para sentirse plenamente satisfechos. All, basta con dos panes y cinco peces paraalimentar a ms de cinco mil, y sobra abundantemente. Hermanos, es as como opera el Seor. Siestamos dedicados a la edificacin de Su casa, entonces todo cuanto l es y tiene estar a nuestradisposicin. Verdaderamente, nada es para nosotros; todo es para el cumplimiento del propsitodivino, el cual consiste en edificar la casa del Seor, la iglesia local. Alabado sea el Seor!

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    CAPTULO CINCO

    CRISTO LO ES TODO

    PARA EL EDIFICIO DE DIOSLectura bblica: Zac. 18

    En este captulo abordaremos otro libro maravilloso que forma parte de los libros del recobro,esto es, Zacaras. No se imaginan cunto aprecio este libro. Hace algunos aos ste era un librocerrado para m, pero despus, debido al recobro de las iglesias locales, lleg a ser un libroabierto; es decir, ha llegado a ser un libro difano y transparente en su totalidad, desde la primerapgina hasta la ltima. Por supuesto, ahora no tenemos tiempo para estudiarlo minuciosamente,pero debo decirles que ningn otro libro del Antiguo Testamento nos dice tanto acerca de Cristo.

    Ni siquiera Isaas puede comparrsele. Aunque Isaas tiene sesenta y seis captulos mientras queZacaras slo tiene catorce, Zacaras nos muestra ms aspectos de Cristo que Isaas.

    Los catorce captulos de Zacaras se dividen en dos secciones: los primeros ocho captulosconforman la primera seccin, y los ltimos seis captulos constituyen la segunda seccin. En la primera seccin encontramos ocho visiones, por medio de las cuales le fueron revelados alprofeta Zacaras diversos aspectos de Cristo en relacin con el recobro del edificio de Dios; en lasegunda y ltima seccin de este libro, Zacaras profetiza sobre Cristo en el futuro, es decir,despus que el templo ha sido restaurado.

    EL DESEADO DE TODAS LAS NACIONESAntes de abordar el libro de Zacaras, es menester que veamos algo ms con respecto a Hageo.En el libro de Hageo no se habla mucho acerca de Cristo. El profeta Hageo intervino en unmomento en que la oposicin haba conseguido debilitar al gobernador, al sumo sacerdote y alpueblo en general. Todos estos haban abandonado la edificacin del templo para dedicarse a sus propias casas y a sus propios intereses. Hageo intervino a fin de reprenderlos y fortalecerlos.Luego, el Espritu de Dios nuevamente despert el espritu del gobernador, el espritu del sumosacerdote y el espritu del remanente del pueblo (Hag. 1:14). Este versculo menciona tres vecesque Jehov despert el espritu humano. Adems, el Seor les record que desde el da en que lossac de Egipto, Su Espritu jams los haba dejado. Era el espritu humano de ellos el que

    necesitaba ser despertado.Aqu vemos que el recobro que Dios efecta con respecto a Su edificio est estrechamentevinculado a nuestro espritu humano y al Espritu divino del Seor. Nuestro espritu humano tieneque ser despertado por Su Espritu divino. Esto no es algo que dependa de nuestra mente o denuestras emociones, sino que depende por completo de Su Espritu en nuestro espritu.

    El libro de Hageo tambin indica que cuando Dios logre recobrar de manera prevaleciente laedificacin de la casa del Seor, entonces Cristo vendr. En el libro de Hageo se profetiza acercade Cristo como: el Deseado de todas las naciones. All dice: Y har temblar a todas lasnaciones, y vendr el Deseado de todas las naciones; y llenar de gloria esta casa, ha dicho

    Jehov de los ejrcitos (Hag. 2:7). Cristo, el Deseado de todas las naciones, vendr. Ha notadousted que todas las naciones tienen cierta clase de deseo o anhelo? En lo profundo de todos losseres humanos existe el deseo de obtener paz, reposo y satisfaccin. Pero, tienen ellos alguna

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    medida de paz, reposo y satisfaccin? Todos sabemos cun convulsionada se encuentraactualmente la situacin mundial, en la que abundan las tensiones, los disturbios y las guerras.Simplemente, los hombres no hallan paz, ni reposo ni satisfaccin. Pero nosotros sabemos quines la paz, el reposo, la seguridad y la satisfaccin. Es Cristo, el Deseado de las naciones! Si bien,en cierto sentido, el mundo es contrario a Cristo, an as, Cristo es el Deseado de todas esasnaciones. Pero cmo es que Cristo podr venir como el Deseado de las naciones? nicamente

    si la edificacin de la casa de Dios es recobrada! El que las iglesias locales sean recobradasguarda estrecha relacin con la venida de Cristo como el Deseado de todas las naciones.

    Consideremos otra vez la situacin. Debido a la degradacin del pueblo de Dios, ste fue llevadocautivo de la tierra de Canan a Siria y a Egipto, y la mayora fue llevado en cautiverio aBabilonia. Supongamos que ninguno de ellos hubiera retornado de alguno de estos tres lugares decautiverio a Jerusaln y a la tierra prometida. Cmo entonces podra haber ocurrido la primeravenida de Cristo? Fue profetizado con toda claridad que Cristo, el Mesas, nacera en Beln y queprocedera del pueblo de Dios. Sin embargo, todo el pueblo de Dios haba sido llevado lejos, y sininguno de ellos hubiera regresado, cmo podra entonces nacer Cristo del pueblo de Israel enBeln? No habra la menor posibilidad de que esto ocurriera. As pues, debe ser patente para

    nosotros cun importante es regresar de la cautividad, no solamente para llevar a cabo laedificacin del templo, sino ms an, para hacer posible la venida del Deseado de todas lasnaciones.

    Hoy en da, muchos cristianos queridos aman al Seor y estn dedicados a laborar para l; perotodava discuten con nosotros diciendo: Por qu deberamos todos retornar a las iglesiaslocales? Acaso no se dan cuenta ustedes de que lo que nosotros hacemos es algo bueno y que lohacemos para el Seor?. Sin embargo, debemos analizar la situacin. Quizs ellos hagan muchascosas para el Seor en Babilonia, pero les ser imposible hacer que el Seor regrese. Esimposible que el Seor, el Deseado de todas las naciones, retorne al lugar de cautiverio. A fin deque l regrese, un remanente de Su pueblo debe volver al terreno original. Estoy convencido de

    que las iglesias locales sern las que hagan posible el retorno del Seor! No importa cunto seesfuercen en trabajar para Dios quienes hayan permanecido en Babilonia, ellos jams podrnhacer que Cristo retorne. En el libro de Hageo vemos claramente que la obra de recobro respectoa la edificacin de la casa de Dios est ntimamente vinculada a la venida de Cristo como elDeseado de las naciones. Sabemos que l no vino a quienes estaban en Babilonia, sino a los quehaban retornado a la tierra de Israel.

    EL SACERDOTE-PROFETA

    Hageo no dice nada ms acerca de Cristo. Pero en la Biblia siempre est presente el principio que

    rige todo testimonio. Para llevar a cabo la obra de recobro, el Seor no solamente envi unprofeta, sino que l envi dos profetas al pueblo de Israel. El nmero dos significa testimonio. ElSeor no solamente envi a Hageo, sino tambin a Zacaras. En el caso de Hageo resulta muydifcil averiguar de qu familia proceda, pero en el caso de Zacaras vemos claramente que lproceda de una familia de sacerdotes; as que, Zacaras fue un sacerdote-profeta. Su profeca sebas en su sacerdocio. l habl mucho sobre Cristo debido a que su ministerio tena como base elsacerdocio. Hoy en da, en el recobro del Seor, ciertamente los profetas como Hageo son muynecesarios a fin de que nos fortalezcan, nos adviertan y despierten nuestro espritu; pero los profetas como Zacaras son an ms necesarios. Hageo tie