018 DOCTRINA Teoriay Formas de Ejecucion

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DOCTRINA, TEORIA Y FORMAS DE EJECUCION He tenido una preocupación desde hace mucho tiempo, referente a la instauración, dentro de nuestro Movimiento, de una Escuela destinada a ir desarrollando nuestra doctrina. Las doctrinas son, generalmente, exposiciones sintéticas de grandes líneas de orientación, y representan, en sí y en su propia síntesis, solamente el enunciado de innumerables problemas; pero la solución de esos problemas, realizada por el examen analítico de los mismos, no puede formar cuerpo en esa doctrina sin que constituya toda una teoría de la doctrina misma, así como también de ese análisis surgen las formas de ejecución de esa doctrina y de esa teoría. Una doctrina sin teoría resulta incompleta; pero una doctrina y una teoría sin las formas de realizarlas, resultan inútiles; de manera que uno no ha cumplido el ciclo real e integral mientras no haya conformado e inculcado una doctrina, enseñado una teoría y establecido las formas de cumplir una y otra. Todas las doctrinas han sufrido terribles deformaciones en el mundo, y las deformaciones doctrinarias tienden a la diversificación de los grupos que las apoyan y terminan por disociar a las comunidades que las practican. No hay doctrina en el mundo que haya escapado a este tipo de deformación, por falta de unidad de doctrina. Por eso es función de la Escuela la unificación de la doctrina, vale decir, dar unidad de doctrina a los hombres; en otras palabras, enseñar a percibir los fenómenos de una manera que es similar para todos, apreciarlos también de un mismo modo, resolverlos de igual manera y proceder en la ejecución con una técnica también similar. Eso es conseguir la unidad de doctrina, para que un militante, aun en diferente lugar con el mismo problema, intuitivamente este inclinados a realizarlo de la misma manera, a través de la operación de cualquier inteligencia, que va desde la percepción al análisis, del análisis a la síntesis, de la síntesis a una resolución y de la resolución a la ejecución. CONDUCCION ESTRATEGICA Y CONDUCCION TACTICA

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DOCTRINA, TEORIA Y FORMAS DE EJECUCION

DOCTRINA, TEORIA Y FORMAS DE EJECUCION

He tenido una preocupacin desde hace mucho tiempo, referente a la instauracin, dentro de nuestro Movimiento, de una Escuela destinada a ir desarrollando nuestra doctrina. Las doctrinas son, generalmente, exposiciones sintticas de grandes lneas de orientacin, y representan, en s y en su propia sntesis, solamente el enunciado de innumerables problemas; pero la solucin de esos problemas, realizada por el examen analtico de los mismos, no puede formar cuerpo en esa doctrina sin que constituya toda una teora de la doctrina misma, as como tambin de ese anlisis surgen las formas de ejecucin de esa doctrina y de esa teora. Una doctrina sin teora resulta incompleta; pero una doctrina y una teora sin las formas de realizarlas, resultan intiles; de manera que uno no ha cumplido el ciclo real e integral mientras no haya conformado e inculcado una doctrina, enseado una teora y establecido las formas de cumplir una y otra.

Todas las doctrinas han sufrido terribles deformaciones en el mundo, y las deformaciones doctrinarias tienden a la diversificacin de los grupos que las apoyan y terminan por disociar a las comunidades que las practican. No hay doctrina en el mundo que haya escapado a este tipo de deformacin, por falta de unidad de doctrina. Por eso es funcin de la Escuela la unificacin de la doctrina, vale decir, dar unidad de doctrina a los hombres; en otras palabras, ensear a percibir los fenmenos de una manera que es similar para todos, apreciarlos tambin de un mismo modo, resolverlos de igual manera y proceder en la ejecucin con una tcnica tambin similar. Eso es conseguir la unidad de doctrina, para que un militante, aun en diferente lugar con el mismo problema, intuitivamente este inclinados a realizarlo de la misma manera, a travs de la operacin de cualquier inteligencia, que va desde la percepcin al anlisis, del anlisis a la sntesis, de la sntesis a una resolucin y de la resolucin a la ejecucin.

CONDUCCION ESTRATEGICA Y CONDUCCION TACTICA

Comencemos por establecer que la conduccin poltica tiene dos aspectos bien diferenciados ya sea que se trate de lo estratgico o de lo tctico. Lo primero comprende el conjunto. Lo tctico es la ejecucin por las partes. Lo estratgico es la guerra, lo tctico es la batalla o las batallas. De esa manera es preciso comprender que aunque ambas cosas corresponden a lo mismo, pertenecen a actividades distintas. As la tctica depende de la estrategia, y se realiza en absoluta dependencia de las finalidades fijadas por sta.

Lo estratgico puede dirigirse y manejarse a distancia. Lo tctico debe ser conducido desde el propio teatro de operaciones. Ambas cosas resultan de las diferentes condiciones de tiempo y espacio en que se realizan las acciones, porque una cosa es concebir y ordenar, y otra muy distinta realizar.

Es dentro de este concepto general, que hay que concebir la conduccin del Movimiento, las misiones de la conduccin estratgica en la direccin del conjunto del Movimiento deben estar bien determinadas:

1. Mantener la unidad del Movimiento, imponiendo por todos los medios la Unin, Solidaridad y Organizacin.2. Mantener la orientacin ideolgica y la unidad doctrinaria.3. Mantener y desarrollar las relaciones internacionales del Movimiento.4. Aprobar y revisar las resoluciones tcticas que, por su importancia, puedan tener aspectos que interesan a la conduccin estratgica.

Accin estratgica y accin tctica

En toda conduccin es necesario distinguir dos clases de acciones. Una, de acciones que obedecen a la conduccin de conjunto, lo que llamaramos en poltica la conduccin estratgica, o sea la conduccin total. Y otra, que llamaramos la conduccin de las partes, es decir, la conduccin tctica. En este sentido, aplicada la conduccin a la poltica, la estrategia busca dominar a los adversarios de conjunto, y la conduccin tctica prepara el xito de la conduccin estratgica, dominando local y parcialmente en la lucha de las partes; si la conduccin tctica da xito, prepara el xito de la conduccin estratgica. Esto es indispensable para establecer un mtodo.

Definicin de estrategia y tctica en poltica

Qu hace la estrategia en la poltica? Prepara las mejores condiciones generales para obtener el xito tctico en las acciones parciales. Eso tomaremos en adelante, para entendernos, como definicin de lo que es la estrategia poltica. Estrategia poltica es la serie de medidas y acciones que la conduccin general establece dentro del marco total, para preparar las mejores condiciones de la lucha tctica en los lugares donde ella se realiza. Y la lucha tctica, o sea la tctica poltica, es la accin puesta en movimiento en los sectores de accin poltica para vencer en la lucha dirigida contra los adversarios. Es decir, en otras palabras, que quien hace la conduccin general, el conductor, tiene por misin actuar en el campo poltico en forma tal que posibilite las mejores condiciones de lucha, en cada lugar que ella se realice.

Equilibrio entre la accin particular y la de conjunto

Otra cosa que hay que vigilar permanentemente, en la conduccin, es que las partes se encuadren siempre en la situacin de conjunto y en la accin de conjunto. Una de las cosas ms comunes en la conduccin poltica es que el que conduce en el lugar cree que el mundo gira alrededor del pueblo que dirige, y entonces no hay problema que l no subordine a la accin poltica que desarrolla all en el pueblito. Cuando viene alguna cosa, la resuelve por su cuenta. No es se el procedimiento. El que hace una conduccin de su pueblito, departamento, provincia o territorio, ha de pensar siempre que va a resolver alguna cuestin de lucha poltica, y ha de pensar, tambin, si eso que l hace favorece a la accin de conjunto o no la favorece, en cuyo caso, si no est seguro, lo mejor es consultar a la accin de conjunto.

2. La conduccin tctica no debe resolverse unilateralmente

Vale decir, que nunca, en la conduccin tctica de una accin poltica, ha de pensarse y resolverse unilateralmente, porque as es como se rompe la unidad de accin y se acta en fuerzas disolventes en vez de fuerzas concurrentes, que es la base del xito en la poltica.

De la misma manera, en una situacin estratgica falsa, el xito en el pueblito no salva nada. Qu va a hacer con que venza en el pueblito si perdemos en la Repblica? Es una situacin bien clara: en una situacin poltica estratgica el xito tctico no conduce a nada.

Por esa razn, en esto hay que llevar a los hombres y a la mentalidad de los hombres que conducen, que nada ha de hacerse fuera de la situacin de conjunto, porque lo que decide es esa situacin de conjunto.

CONDUCCION POLITICA Y CONDUCCION MILITAR

En otras palabras, la conduccin no es el mando por eso los generales no sirven para esto, porque los generales estn acostumbrados a mandar. Son unos hombres que a los quince aos son puestos al frente de una unidad y empiezan a educarse en la disciplina. Cuando tienen dieciocho aos recin, empiezan a mandar; y entonces para ellos todo es mando. Luego, cuando llegan a general, les ponen tres o cuatro mil hombres a sus rdenes, les dan su grado, el cdigo de justicia militar y el mando. Nadie dice que no. Cmo va a decir que no!

En la poltica el asunto es otra cosa. Primero, nadie le da los tres mil hombres; se los tiene que ganar el conductor. El grado no lo tiene, ni tampoco el cdigo, y si manda una cosa sin sentido no le obedece nadie. Esa es una conduccin muy distinta. Aqu hay que arreglrselas para que la gente haga caso y, sobre todo, tener cuidado de no ordenar nunca nada que no se pueda hacer, porque si eso se hace una vez, abre la puerta para que por ah pasen todos los dems que no quieren hacer lo que deben o lo que conviene hacer.

La conduccin poltica es difcil, porque es cuestin de tacto, ductilidad y aplicacin consciente de las medidas de la conduccin.

Si un general da una orden mal dada, lo ms que le puede pasar es arrepentirse y dar una contraorden. En poltica, una vez que se toma una medida mala, ya no tiene arreglo. Dirn que es un torpe, un sinvergenza, y eso nadie se lo sacar ms de encima, porque no tiene el cdigo ni un montn de cosas con que cuentan los militares.

De manera que esta conduccin ha de meditarse muy profundamente, porque la disciplina con que se acta en poltica es muy distinta de la militar.

Es una disciplina consciente, como lo es tambin la militar, pero sin rigidez; porque el militar est all en un servicio: si es soldado, obligatorio, y si es jefe u oficial, en su profesin, de la cual l ha hecho fe para cumplirla y ha jurado realizarla con honor, disciplina y dignidad. De manera que cuando recibe una orden, buena o mala, est obligado a cumplirla, porque est en su servicio, en su obligacin; pero al poltico si le dan una orden que no le gusta, manda al diablo al conductor y no la cumple. Es decir, que hay un grado y una forma totalmente distintos de disciplina. Es una disciplina de corazn, basada en la comprensin y en la persuasin, no en las rdenes ni en las obligaciones.

FUERZAS FAVORABLES Y DESFAVORABLES

Las fuerzas las debemos considerar divididas en dos aspectos: las fuerzas que son favorables a la accin y las que son desfavorables a la accin.

La accin poltica es una lucha de voluntades. Cules obedecen a nuestra voluntad y cules a la voluntad contraria a la nuestra? Quines son proximos y quines son de la "contra", diramos nosotros. Es decir, estudiar minuciosamente esas fuerzas

LA ECONOMA DE FUERZAS

Vamos a hablar a lo que se refiere a uno de los grandes principios de la conduccin, quiz el ms fundamental de todos: el de la economa de fuerzas. En la conduccin poltica que indudablemente involucra siempre fuerzas polticas- la economa de fuerzas es un sistema que permite obtener un poder concentrado en un lugar y en un momento.

La lucha poltica presupone una accin permanente en numerosos lugares y de regular intensidad, vale decir, una lucha distribuida en el espacio en que se acta y en el tiempo. Tiempo y espacio; dos factores de toda accin de lucha.

El principio de la economa de fuerzas establece, como condicin fundamental para vencer en la lucha poltica, que es necesario ser ms fuerte en la accin en un momento y en un lugar, que es donde se produce la decisin. Observen ustedes que esto es toda una tcnica que no obedece solamente a lucha. Es un principio casi universal y permanente en la vida.

Vale decir, que en toda accin, sea sta de concepcin en una conduccin o sea del empleo mecnico de las masas populares, hay que ser siempre fuerte en un momento y en un lugar que es donde se va a producir la decisin. Ese es un gran principio, que no solamente sirve a la conduccin, sino a todas las cosas en la vida. Dedicar los medios principales, atendiendo a las secundarias tambin con medidas y medios secundarios. Principio que es de economa de fuerzas, aplicable a todos los actos de la vida!

UN SOLO OBJETIVO

Hay algunos que quieren dos, tres, cinco, diez, veinte cosas; y terminan por no alcanzar ninguna. Como pasa con los que corren detrs de cuatro liebres. No agarran ninguna. El que corre detrs de una: se s suele alcanzarla.

Es intil: en la conduccin sucede lo mismo que con el que va detrs de veinte objetivos, y que no llega a ninguno. Todo el que va detrs de un objetivo lo alcanza siempre. Aunque vaya despacio; mientras los que van detrs de los veinte siguen corriendo, ste toma por otro lado y llega. Llega. En esto hay que tener un objetivo, no veinte para no lograrlo.

Hay que tener la habilidad de lograr que ese objetivo que uno alcance sea el principal, el que lo lleve al xito en todos los dems objetivos. Porque en la vida, como en la conduccin poltica, siempre hay un objetivo que es el principal, y veinte objetivos que son los secundarios.

Pero eso no es lo importante: a lo mejor lo chico es lo ms importante. Pero ste es un objetivo secundario. Y cuando lo alcanza, el que ha corrido tras l, dice: "Pero, era esto?" Y recin se da cuenta. Recin, como decimos nosotros, cuando desata el paquete se da cuenta de lo que hay dentro.

En cambio, muchas veces, el que ha sabido elegir profundamente y ve el objetivo all, lejano, quiz sin apariencias, cuando llegue y lo alcanza, dice: "Haba sido mucho mejor de lo que yo imagin". Ese es el que acierta, el que va al objetivo principal, porque es el objetivo principal el que le da posesin de todos los resultados.

ABANDONAR LOS OBJETIVOS SECUNDARIOS

La conduccin poltica le presenta a uno un tipo diremos, de armado, con un sinnmero de objetivos; uno es el fundamental, que, alcanzado, hace caer a todos los dems; los otros son secundarios. Por eso siempre decimos, en la conduccin: al objetivo principal, con todo; a los secundarios, con nada, abandonndolos, que cuando cae aqul, caen todos los dems.

La habilidad del conductor est en saber elegir se, porque la naturaleza pone muy bonitos a los otros, quiz muy modesto al que vale, como pasa en todas las cosas de la vida: no es lo ms pomposo, lustroso y brillante, aquello que uno debe perseguir; por eso, el hombre lleva la propia penitencia en el pecado. Cuando uno se va de boca, hay que ver las "ensartadas" que tiene; en cambio, cuando busca lo slido, aunque no sea aparente, quiz llegue al objetivo que culmina su vida.

CONCENTRACION DE ESFUERZOS

Si en la concepcin son las ideas, en la ejecucin son las medidas, son las acciones, es decir, que a ese objetivo que uno ha determinado congruentemente en la concepcin, hay que ponerle todas las fuerzas que marchen hacia l, porque si uno pone la mitad de la fuerza para un lado y la otra mitad para otro, el esfuerzo se divide. Si el esfuerzo es divergente en vez de convergente, ninguna de las fuerzas encaminadas al objetivo va a llegar.

Es decir, que se trata de una concentracin de esfuerzos, no de una diseminacin de esfuerzos. Esa es la accin de la conduccin y la unidad de accin presupone eso. Lo cual significa que no debe haber fuerzas en divergencia sino en convergencia y que la congruencia en la idea debe ser seguida por la congruencia en la accin.

LUGARES Y MOMENTOS PRINCIPALES Y SECUNDARIOS

Deca que la lucha poltica se desarrolla en un inmenso campo que comprende el espacio y el tiempo. En el espacio hay lugares donde predomina la importancia de una decisin favorable, y en el tiempo existen momentos en que es necesario ganar una cosa. Hay, en lo referente al espacio, lugares principales y lugares secundarios de la lucha; y en el tiempo hay momentos secundarios y momentos principales o fundamentales de la lucha. El principio de la economa de fuerzas consiste en ser ms fuerte, vale decir, en dominar la situacin poltica en un lugar y en un momento: en el lugar donde sea ms decisiva y ms principal.

VENCER EN EL LUGAR Y EN EL MOMENTO OPORTUNOS

Hay algunos que se gastan en un momento que no tiene ninguna importancia para ellos; otros, que se dedican a un lugar que es secundario y que olvidan otro que es principal. En consecuencia, como arremeten en ese lugar y fracasan en el otro, pierden. Ese es el principio de la economa de fuerzas; vale decir, es un sistema o un mtodo de accin que permite vencer en el lugar decisivo y en el momento decisivo y oportuno. De este principio, como en todas las cosas, porque en la conduccin poltica prima el principio de la economa de fuerzas, pero en todas sus formas y en todos los casos.

Se dice: hay que ganar la calle. Pero si nosotros empleramos a nuestros partidarios en ganar la calle, tendramos que tener a todos los militantes durante toda la vida en la calle, porque en cualquier momento pueden aparecer nuestros adversarios copndonos la calle. No se puede proceder as. La calle hay que tomarla de otra manera. Hay que coparla donde interesa y cuando interesa. Si vencemos all en ese momento, nos hemos ahorrado todo un inmenso desgaste de fuerzas, de actividad, de tiempo.

PEGAR CUANDO DUELE Y DONDE DUELE

Seguros de la victoria, en lo nico en que no hay que equivocarse es en el golpe. Hay que darlo en el momento oportuno y en el lugar oportuno, para que rinda sus efectos.

Yo siempre digo, para encauzar a mis colaboradores dentro del principio de la economa de fuerzas: no hay que pegar todos los das. Hay que pegar cuando duele y donde duele. Es lgico. Es el principio de la economa de fuerzas en la lucha. Para qu estar pegando todos los das? Al final el adversario no siente los golpes. Hay que esperar el momento, hay que elegir el lugar y hay que dar el golpe entonces. Pegar cuando duele y donde duele. Es una cuestin de tiempo y de lugar.

[] Hay que hacer un plan que asegure dnde duele y cundo duele, para proceder entonces y no en cualquier otro momento.

Si resolvemos emprender una accin ofensiva contra nuestros adversarios polticos y para ello nos dividimos, dispersndonos vamos a ser dbiles en todas partes. Debemos analizar el panorama y decir: para qu vamos a pegar en Tucumn, si all, una vez, divididos los militantes, ganamos la mayora y la minora? Para qu vamos a realizar ofensivas en La Rioja o en Catamarca? Pero hay otros puntos que son neurlgicos.

TEORIA DE LOS CENTROS DE GRAVEDAD

El empleo de la fuerza poltica no es un empleo mecnico, sino un empleo inteligente; no es una asignacin arbitraria y discrecional, sino una dosificacin perfecta de las fuerzas. No hay que poner ni un gramo de fuerza ms donde no es necesaria, para poder concentrar todo el peso de la accin en un momento y en un lugar. A ese lugar y a ese momento los llamaremos, en este mtodo a aplicar, el centro de gravedad.

Toda accin tiene un centro de gravedad. El centro de gravedad de la accin poltica es el lugar o el objetivo principal en el momento decisivo. All hay que concentrar las fuerzas. En la distribucin de las fuerzas, de los medios, de las medidas y de las acciones hay que hacer que toda la fuerza poltica se concentre en ese lugar y en ese momento, constituyendo all el centro de gravedad de nuestra accin. Esto conforma una teora del empleo de las fuerzas.

Es decir, que cuando se realiza la aplicacin del principio de la economa de las fuerzas en la accin poltica, es necesario establecer, como teora del centro de gravedad, que para poder destinar a los lugares decisivos y en los momentos decisivos toda la fuerza de nuestra accin poltica es preciso no perder ningn hombre en lugares donde no es decisivo.

Nunca se es suficientemente fuerte all donde uno busca la decisin, y es preferible ser batido polticamente en los lugares secundarios, con tal que sepamos vencer en los lugares decisivos.

LA PERSEVERANCIA EN LA ACCION

Vale decir, no es estar siempre accionando, como algunos pueden creer. No; la continuidad de accin es accionar siempre hacia el objetivo, como las agujas de una brjula, que pasan frente a una masa magntica, se desvan, pero tan pronto no sientan la influencia de la masa, vuelven a marcar otra vez el Norte. Es decir, ante cualquier influencia que lo saque a uno de la idea primitiva, una vez que desaparece se vuelve a la idea primitiva, para asegurar as la continuidad en la accin, inicial. Esa perseverancia en la accin es uno de los grandes principios de la conduccin, para evitar que uno sea desviado del objetivo y abandone el objetivo fundamental, que es el trazado, para desgastarse en un objetivo secundario, perdiendo la vista del conjunto y perdiendo tambin la marcha original del propio plan.

Esta continuidad en el esfuerzo, vale decir, la perseverancia en la accin racional, es decir, el cumplimiento de un plan que establece el camino entre la situacin y el objetivo que hay que lograr, permite esa marcha entre la situacin actual, que es el punto de partida, y el objetivo, que es el punto de llegada.

En la marcha ms o menos accidentada segn sean los hechos que se produzcan durante ella, la continuidad asegura que uno, partiendo del punto base o inicial del plan, pueda alcanzar el objetivo, en ms o menos tiempo, en peores o mejores condiciones, con ms o menos lucha en el camino; pero llega, tarde o temprano, al objetivo que persigue. Eso es la continuidad en el esfuerzo, eso es lo que hay que trazarse como una cosa inviolable de la conduccin. Sin eso, no se va lejos nunca en la conduccin.La formacin de los cuadros para la conduccin poltica

Lo que necesita nuestra juventud es organizarse.

En otras palabras, las masas no valen ni por el nmero ni por la capacidad de sus componentes, valen por la clase de dirigentes que tienen a su frente.

De ah la importancia de los dirigentes de conduccin y de los dirigentes de encuadramiento. Los de conduccin se encargan de la conduccin estratgica, y los de encuadramiento de la ejecucin de la lucha tctica. Pero todo esto necesita una unidad de concepcin y una unidad de accin. La unidad de concepcin pertenece al comando estratgico y la unidad de accin pertenece a los comandos de la lucha tctica. As debe ser, desde un punto de vista ideal, la organizacin de las fuerzas. Indudablemente que de la clase de conductor que se tenga depende en gran medida el xito a que debe aspirarse.

Conducir es un arte, como la pintura o como la escultura, que tiene su tcnica y que tiene su teora. Con la teora y la tcnica se puede hacer un buen cuadro como se puede hacer una buena escultura. Indudablemente que si se quiere hacer una "cena de Leonardo" o una "Piet" de Miguel ngel sera necesario Leonardo o Miguel ngel, porque la teora y la tcnica es la parte inerte del arte, la parte vital es el artista. De manera que siendo la conduccin un arte es necesario preparar a un artista, dndole una tcnica y dndole una teora. La conduccin poltica obedece a las mismas leyes que las dems artes, como consecuencia de que es tambin un arte. El conductor -esto lo digo yo con gran conocimiento de causa, porque yo polticamente soy un aficionado- mi profesin es la de conductor que eso es lo que he hecho y estudiado y trabajado toda mi vida. Naturalmente que dominando el arte de la conduccin es ms fcil conducir que ignorndolo.

Conducir no es mandar, conducir es persuadir

Ahora, el resto depende del "leo sagrado de Samuel que hayamos recibido como artistas al nacer. Conducir, no es como muchos creen, mandar. Conducir es distinto a mandar. Mandar es obligar; conducir es persuadir, y al hombre siempre es mejor persuadirlo que obligarlo.

En la conduccin poltica sta es una regla que no se puede romper en ningn caso. Ahora, en la conduccin poltica hay una serie de principios que conforman, diremos as, la teora de la conduccin, de la economa de fuerzas, la sorpresa, la continuidad del esfuerzo, en fin, un sinnmero de principios que se realizan todos sobre un ncleo central, que es el principio de la economa de fuerza que dice que no se debe ser fuerte en todas partes para vencer polticamente; es suficiente ser ms fuerte en el momento y en el lugar donde se produce la decisin. Todos los dems principios obedecen a este, diremos, principio nuclear; sirven a ese principio todos los dems. Porque en esto parece que -como la organizacin de todas las cosas- es nuclear. Es nuclear la organizacin de microcosmos y es tambin la del macrocosmos.

El estudio y la prctica

Bueno, en esto hay una similitud, la tcnica de la conduccin, bueno, la tcnica tiene unas variantes tremendas que se adquieren mediante el estudio, pero tambin mediante la prctica. Un ejemplo suele aclararlo todo, como deca Napolen. Por ejemplo, yo en la conduccin, la tcnica que he empleado siempre ha sido simple. Jams en la conduccin poltica hay que obligar a nadie. Hay que persuadir a todo el que se pueda para que hagan las cosas sin forzar los acontecimientos; es decir, cuando yo quera que se hiciera una cosa, ya me ocupaba de que un tercero lo tomara y me viniera a consultar a m: "Se puede hacer esto?". Muy bien: la idea era inicialmente ma, pero claro, en esto satisfaca muchos deseos, muchas ambiciones. Siempre he pensado en este tipo de tcnica de la conduccin. Entonces hay que copiar en esto a la naturaleza, que es en la naturaleza donde est inspirada esta tcnica. Lo dems, bueno, los dems procedimientos son similares a esto. En poltica no hay nada directo, no hay nada violento, no hay nada que llegue a forzar la voluntad de los hombres, sino a promover esa voluntad, concebirla y lanzarla. El conductor poltico es un hombre que hace por reflejo lo que el pueblo quiere. El recibe la inspiracin del pueblo, l la ejecuta y entonces pueden tener la absoluta seguridad que lo va a realizar mejor porque los pueblos difcilmente se equivocan.

Para conducir un pueblo la primera condicin es que uno haya salido del pueblo. Que sienta y piense como el pueblo. Quien se dedica a la conduccin debe ser profundamente humanista. El conductor siempre trabaja para los dems. Jams para l. Hay que vivir junto a la masa, sentir sus emociones y entonces recin se podr unir lo tcnico a lo real; lo ideal a lo emprico.

Bien, la conduccin poltica tiene un sinnmero de caractersticas que llevan a comprenderla. La poltica no se aprende, la poltica se comprende, y solamente comprendindola es como es posible realizarla racionalmente. Deca el mariscal de Sajonia que l tena una mula que le haba acompaado en ms de diez campaas, pero deca que la mula no saba nada de estrategia. Lo peor es que l pensaba que muchos de los generales, que tambin lo haban acompaado, saban lo mismo; hay hombres que toda su vida han hecho poltica, pero nunca la han comprendido. El xito ser siempre para ste que la haya comprendido, no para el otro que pretendi aprenderla. Porque la poltica es una sucesin de hechos concretos, en cada uno de los cuales las circunstancias varan diametralmente, hay cosas que son semejantes y que pueden dar inspiracin, pero igual no hay nada.

En poltica nada hay igual

De manera que la experiencia est en comprender la poltica para ser ms sabio en todas las ocasiones y no pretender aprenderla porque sabemos que la sucesin de hechos concretos y diferentes no dan enseanza para ninguna ejecucin poltica. Es decir, la juventud debe saber que para poder conducir han de prepararse en esto. La conduccin por "amateur" no puede ser proficua en xito. Es necesario dominar este arte. El que quiera ser dirigente y no domine el arte de la conduccin, y bueno, no va a llegar nunca lejos. Por eso es difcil encontrar hombres que sean capaces en la conduccin, porque esto no se aprende de otra manera que sometindose a una disciplina cientfica, que d los grandes conocimientos necesarios para abarcar el panorama, con una sensibilidad que es indispensable y una imaginacin sin la cual no vale nada ver las cosas. Entonces con sensibilidad o imaginacin, ver, base para apreciar; apreciar, base para resolver; y resolver, base para actuar.

El deber de vencer es indispensable en la conduccin. Aquel conductor que no sienta el deber de vencer, difcilmente va a vencer en cualquier accin. El que quiere conducir con xito tiene que exponerse. El que quiera xitos mediocres, que no se exponga nunca, y si no quiere cometer ningn error lo mejor es que nunca haga nada.

Conduccin estratgica y conduccin tctica

Cul es la misin de la conduccin estratgica y cul el de la conduccin tctica y cmo se articulan, general?

Bueno, eso es muy claro. Lo estratgico toma el conjunto de las operaciones. Yo en este momento soy el conductor estratgico; tengo cuatro misiones: mantener la unidad del Movimiento; mantener la unidad de doctrina; encargarme de las relaciones internacionales y revisar las grandes decisiones tcticas, que puedan tener influencia en la situacin del conjunto. El comando estratgico maneja el conjunto, sin detallar. La conduccin tctica maneja la lucha en el teatro de operaciones.

Por eso yo puedo ser el conductor estratgico a quince mil kilmetros; no podra ser el conductor tctico. El conductor tctico es el Consejo Superior que est all, dirigiendo el conjunto de las operaciones de la lucha en el propio terreno de operaciones y l debe estar conectado con todas las fuerzas que accionan en cualquiera de los lugares y en cualquiera de las formas que esta accin tctica se realiza. Tctica es la lucha directa. Estrategia es la conduccin de conjunto.

La lucha electoral es tctica o estratgica?

Bueno, la lucha electoral es tctica. Ahora la orientacin de eso lo da la estrategia. No se puede decir cuando termina la estrategia y cuando termina la tctica, estn ensambladas una contra otra y muchas veces, si no hay tiempo, y es necesario, la conduccin tctica toma una medida estratgica y la consulta despus con el Comando. Acta a travs de las directivas que l recibe del Comando Estratgico. Pero l acta, l es el ejecutor de las decisiones estratgicas, el ejecutor en el teatro de operaciones donde no est el conductor estratgico.

Al mismo tiempo hay varios encuadramientos tcticos, digamos...

Ah, s! Hay varios. Puede haber un comando general para manejar todo cuanto es posible, pero si no es posible eso, hay varios comandos tcticos que actan por cuerdas separada". Por qu? Por ejemplo, en la situacin nuestra, en la lucha tctica que hemos sostenido: lo que pasa aqui debe ser manejado por un conductor de aqui, porque no se puede manejar a 400 o 500 kilmetros. La lucha tctica hay que manejarla encima. En Tucumn, bueno, ellos tienen una misin, estn realizando su misin tctica. Tctica es la lucha directa, estrategia es la conduccin del conjunto.