0102. La Participación Ciudadana en Las Políticas Públicas Bajo El Enfoque de Gobernanza...

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1 La participación ciudadana en las políticas públicas bajo el enfoque de gobernanza democrática: análisis de experiencias en Colombia y Chile Nombre de los autores: M. Olaya Grau, Gabriela Rubilar y Marcia Santacruz Institución de procedencia: Universidad Católica–Universidad Complutense de Madrid Dirección electrónica: [email protected] ; [email protected]; m[email protected] Nota biográfica de las autoras: Gabriela Rubilar, es académica de la Escuela de Trabajo Social de la Universidad Católica de Chile, Magíster en Gestión y Políticas Públicas de la Universidad de Chile; Doctora en Ciencias Humanas y Sociales de la Universidad Pontificia Comillas de Madrid. Marcia Santacruz, es sicóloga de la Universidad de Manizales Colombia, Magíster en Gobierno y Administración Pública de la Universidad Complutense y Doctoranda del programa en Ciencias Políticas de la misma institución. Olaya Grau, es Trabajadora Social de la Univrsidad Católica de Chile, Magíster en: Investigación Participativa y Desarrollo Local; y en Gobierno y Administración Pública de la U. Complutense. Actualmente Doctoranda del programa en Ciencias Políticas de la misma institución. Este trabajo ha sido realizado en el marco del proyecto FONDECYT N°1110428. Resumen El desarrollo de una sociedad precisa de unas instituciones políticas aceptadas por sus ciudadanos, para lo que deben establecerse los cauces necesarios para que participen en las distintas fases de las políticas públicas. En esta línea, se empiezan a establecer con mayor énfasis iniciativas que promuevan y fortalezcan la relación de cooperación entre la Administración y la sociedad civil. La incidencia de esta corriente se puede observar en las dos experiencias escogidas para esta ponencia: el caso de la comisión pedagógica

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    La participacin ciudadana en las polticas pblicas bajo el enfoque de gobernanza

    democrtica: anlisis de experiencias en Colombia y Chile

    Nombre de los autores: M. Olaya Grau, Gabriela Rubilar y Marcia Santacruz

    Institucin de procedencia: Universidad CatlicaUniversidad Complutense de Madrid

    Direccin electrnica: [email protected]; [email protected]; [email protected]

    Nota biogrfica de las autoras: Gabriela Rubilar, es acadmica de la Escuela de Trabajo

    Social de la Universidad Catlica de Chile, Magster en Gestin y Polticas Pblicas de

    la Universidad de Chile; Doctora en Ciencias Humanas y Sociales de la Universidad

    Pontificia Comillas de Madrid. Marcia Santacruz, es sicloga de la Universidad de

    Manizales Colombia, Magster en Gobierno y Administracin Pblica de la Universidad

    Complutense y Doctoranda del programa en Ciencias Polticas de la misma institucin.

    Olaya Grau, es Trabajadora Social de la Univrsidad Catlica de Chile, Magster en:

    Investigacin Participativa y Desarrollo Local; y en Gobierno y Administracin Pblica

    de la U. Complutense. Actualmente Doctoranda del programa en Ciencias Polticas de

    la misma institucin. Este trabajo ha sido realizado en el marco del proyecto

    FONDECYT N1110428.

    Resumen

    El desarrollo de una sociedad precisa de unas instituciones polticas aceptadas por sus

    ciudadanos, para lo que deben establecerse los cauces necesarios para que participen en

    las distintas fases de las polticas pblicas. En esta lnea, se empiezan a establecer con

    mayor nfasis iniciativas que promuevan y fortalezcan la relacin de cooperacin entre

    la Administracin y la sociedad civil. La incidencia de esta corriente se puede observar

    en las dos experiencias escogidas para esta ponencia: el caso de la comisin pedaggica

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    de la poltica de etnoeducacin en Colombia y el movimiento de estudiantes chilenos

    por la calidad de la educacin. Para analizar dichas experiencias se considerar el

    enfoque de policy networks en el marco de la gobernanza democrtica.

    Palabras claves: participacin ciudadana, gobernanza, educacin, ciudadana activa,

    policy networks.

    1. El contexto en el cual se sita esta discusin: Voz de los ciudadanos y

    participacin en el proceso de poltica pblica

    En los ltimos meses hemos sido testigos del despliegue de movimientos y

    manifestaciones ciudadanas que dan cuenta de la necesidad de lograr una mejor

    articulacin entre los intereses y expectativas de distintos actores y el modo como estas

    inquietudes se plasman en polticas pblicas y acciones de inters pblico. En Europa,

    el Norte de frica, los Pases rabes y en Latinoamrica distintos actores y

    representantes de la ciudadana, articulados por medios de las redes sociales -twitter,

    faccebook y msm- han promovido acciones de inters pblico que demandan y abogan

    por un cambio en la forma de entender las interacciones entre Estado y ciudadana.

    Si seguimos los clsicos planteamientos de Hirschman (1970) podemos observar que

    existen en las polticas pblicas tres mecanismos que permiten ajustar la oferta de

    programas y polticas sociales: (1) los mecanismos de control jerrquico, que incluye

    procesos de desconcentracin de funciones, delegacin y descentralizacin; (2) los

    mecanismos de salida o exit , que introducen competencia en la provisin de servicios

    y permiten que los usuarios elijan entre distintos proveedores, siempre que haya

    disponibilidad de los mismo; y (3) los mecanismos de voice, voz o participacin,

    donde los usuarios pueden incidir en las caractersticas de la oferta. Estos incluyen

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    desde la simple informacin hasta mecanismos de tipo ms deliberativos.

    En esta ponencia vamos a prestar especial atencin a los mecanismos de participacin y

    a las interrelaciones que se generan entre los distintos actores que potencian, promueven

    y desarrollan con el propsito de ajustar la oferta o los programas disponibles a sus

    intereses. Por lo mismo, el debate en torno a intereses privados e inters pblico se

    encuentra a la base de esta cuestin y nos permite hacer una aproximacin a algunos de

    los fundamentos que en torno a la participacin ciudadana en las polticas pblicas.

    Vamos a entender con esta aproximacin que la voz, o la participacin es una accin

    pblica en muchas de sus definiciones, pero no en todas. Muchas veces la salida se

    refuerza al incluir la voz. Planteando la idea de la decepcin de los usuarios o

    ciudadanos puede ser percibida como una escalera que hace ascender al foro pblico.

    Esto el autor lo va a llamar desplazamiento hacia los asuntos pblico (Hirschman,

    1992/1986: 74 y 75). Es precisamente este movimiento en especial hacia arriba, tambin

    connotado por algunos autores como ir tirando, de arraigarse o que Lindblon (1979)

    defini como muddling thougt, el que nos interesa revisar en esta presentacin que

    analiza algunas de las expresiones de participacin ciudadana en polticas pblicas en el

    caso de Colombia y Chile.

    En este contexto la participacin es concebida como un proceso en el cual determinados

    actores se movilizan, se activan, irrumpen en un escenario pblico e intentan influir

    sobre las reglas y procesos, en particular sobre las polticas pblicas y el modo de

    organizacin social al que ellas apunta. Proceso que analizado desde la perspectiva de

    Oszlak, 2009 y Subirats, (1994: 114-118) da cuenta de un compromiso cvico que

    alude a acciones individuales y colectivas dirigidas a identificar y encarar cuestiones de

    inters pblico.

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    La revisin de los sucesos acontecidos en los ltimos meses da cuenta de tres

    emociones/movimientos que dan impulso a un inters ciudadano que interpela a una

    sociedad para que reaccione: una mayor conciencia de las relaciones entre lo privado y

    lo pblico (Klein, 2007); un implicacin en asuntos pblicos como reaccin a la

    pregunta Qu le pasa a la sociedad esta sociedad que ni siente ni padece? (Garzn,

    2011) y la indignacin que genera el no saberse parte de los mecanismos de

    participacin no presencial, que desde la perspectiva de (Hessel, 2010) fortalece el

    poder ciudadano y su capacidad de implicacin. Implicacin que, desde la perspectiva

    de Arendt (1993), slo tiene sentido y posibilidad de ser en el espacio en que se

    construye lo pblico.

    En este caso, la esfera pblica alude al espacio donde los ciudadanos interactan a

    travs del dilogo y de la capacidad de cada uno de influir en las posiciones del otro,

    donde descubren sus identidades y deciden mediante la deliberacin colectiva los temas

    de inters comn. Si bien la participacin puede tener lugar en mbitos y modalidades

    muy diferentes (locus), en este trabajo nos interesa situar el debate en las interacciones

    entre estado y sociedad civil que se generan a propsito de esa interaccin, la que ser

    abordada desde dos referentes tericos conceptuales que le dan sustento: el enfoque de

    gobernanza democrtica y el anlisis de redes de poltica.

    2. El enfoque de gobernanza como producto del debate sobre el papel del Estado

    en un contexto de sociedad moderna

    El contexto altamente complejo, diferenciado y plural de la sociedad moderna supone la

    interrelacin de distintos actores y sistemas con marcada autonoma para definir

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    intereses y procedimientos de operacin propios. En este escenario se desarrollan

    modelos de coordinacin social, combinando la autonoma de los actores y sistemas con

    la coherencia en torno de objetivos.

    Dicho proceso de complejizacin, incita a los gobiernos a responder a las diferentes y

    nuevas demandas de los ciudadanos, diversificando las entidades pblicas y

    considerando a diferentes actores de la sociedad civil para poder hacer frente a tal

    complejidad social. De ah que surge la pregunta por la capacidad del Estado, mediante

    las polticas pblicas, de absorber y articular demandas diversas, conflictivas entre s y

    con expectativas de cumplimiento que no admiten demasiada flexibilidad temporal.

    En otras palabras estamos frente a una crisis de la capacidad directiva de los gobiernos.

    Ya no se trata de un desajuste entre los ingresos y el gasto pblico, ni tampoco de la

    discusin sobre cul debe ser el alcance de las funciones del Estado; sino de que el

    gobierno no es capaz de gobernar por s solo.

    En este sentido, Aguilar (2006:136) seala que la gobernacin en solitario del gobierno

    ha perdido sentido y eficacia. Asistimos al trnsito de un centro protagnico a un

    sistema de gobernacin con las tres esferas que componen una nacin: Estado, mercado

    y sociedad civil. El inters de esta aproximacin desde el enfoque de la Gobernanza

    radica en la capacidad de este enfoque de reconocer los cambios y transformaciones

    experimentados por las administraciones pblicas en Latinoamrica y su capacidad de

    contextualizar su papel en un nuevo escenario (Aguilar, 2007).

    Ser de estas crisis planificadoras que emerge la necesidad de una alternativa que,

    respetando la autonoma sistmica, sea capaz de orientar su funcionamiento a la

    realizacin paralela de expectativas (Mascareo, 2010). De ah surge la necesidad de

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    aunar capacidades, recursos, conocimientos y habilidades de otros sectores para juntos

    poder hacer una gobernacin que cumpla eficiente y eficazmente las funciones y

    necesidades que los gobiernos estn llamados a cumplir. En este sentido, el concepto de

    la nueva gobernanza sealado por Aguilar (2006: 99) consiste en el proceso social de

    decidir los objetivos de la convivencia y las formas de coordinarse para realizarlos se

    lleva a cabo en modo de interdependencia-asociacin-coproduccin/corresponsabilidad

    entre el gobierno y las organizaciones privadas y sociales. Otra manera de entender

    este concepto desarrollado por Aguilar (2006), es comprendindolo como un concepto

    descentralizado de la direccin social.

    En suma, el ejercicio de la gobernanza democrtica se configura como un campo de

    accin esencial en esta nueva forma de gobernar, asignndoles protagonismo a los

    distintos actores por medio de mecanismos de participacin. As, la participacin

    ciudadana se podra enmarcar en esta nueva forma de gobernar, que pone el acento en la

    centralidad del ciudadano recuperado y revalorizado.

    Uno de los principales exponentes de este enfoque es Kooiman (2003) quien indica que

    por gobernanza democrtica desde la perspectiva gubernamental, se entiende como una

    forma de conseguir la gobernabilidad democrtica basada en el reconocimiento de la

    pluralidad de actores, en la asuncin de la interdependencia, en la configuracin de unos

    patrones de conducta que faciliten la participacin e interaccin de los actores sociales

    en los procesos de gobierno democrtico. La sociedad de la globalizacin es una

    sociedad que opera en redes, y las redes se comunican constantemente y trabajan

    horizontalmente, de ah que los modelos tradicionales de gobierno jerrquico, opaco y

    cerrado normalmente, ya no sirvan. Lo anterior significa pensar la administracin

    pblica con pblico con ciudadanos electores y deliberantes de las acciones que se

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    desarrollan en este mbito.

    De este modo, la nocin de gobernanza da cuenta de un enfoque ms heurstico, societal

    y relacional. No es una manera ms atractiva o novedosa de nombrar una vieja idea,

    sino una propuesta que analiza el modo como la sociedad contempornea se coordina

    para definir sus valores y objetivos de convivencia y hacerlos reales. Por lo tanto,

    analizar los procesos de polticas pblicas desde el enfoque de gobernanza, implica

    considerar necesariamente su carcter es multifactico y variable, exige a las polticas

    pblicas que se promueven desde dicho enfoque mayor flexibilidad y capacidad de

    adaptacin, y supone con una continua negociacin y capacidad de dilogo entre los

    actores.

    Arenilla (2011) seala que bajo el enfoque de gobernanza la formulacin de las polticas

    pblicas es el resultado de un proceso de intercambio continuo y regular de

    informacin entre las instituciones polticas y los actores de la sociedad. Por lo tanto, los

    dos componentes esenciales de la gobernanza son una nueva configuracin institucional

    formada por una multiplicidad de actores y las interrelaciones que se producen y una

    nueva actitud de desarrollo y mantenimiento de la credibilidad y legitimidad del

    gobierno en la sociedad. De esta manera, la realidad social sera contemplada como un

    complejo de subsistemas sociales que se interrelacionan (Baena, 2000: 118-9) que se

    concretan en redes de gobernanza.

    Siguiendo con el principio de coordinacin social propio de este enfoque, Lechner

    (1997) identifica el modelo de coordinacin por redes basado en los principios de

    autonoma y coherencia, combinando comunicacin vertical y horizontal, que supone a

    su vez dependencia recproca y se orienta a la articulacin de intereses en un tema

    comn mediante una cooperacin competitiva. Este surge cuando algn agente -pblico

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    o privado- procura regular la dinmica autnoma de actores y sistemas orientando

    concreta, social y temporalmente sus rendimientos. Adems, asume la alta complejidad

    de las relaciones de actores y sistemas, su autonoma sustantiva y procedimental y la

    asimetra de intereses entre ellos.

    Entre los modelos de coordinacin social que cumplen las condiciones antes descritas,

    est el modelo de policy networks o red de polticas pblicas.

    3. Aproximaciones al enfoque de policy networks

    Arenilla (2011:74), a partir de las definiciones de Rhodes (1997: 37), Benson (Smith

    1993: 58), Brzel (1997: 2) y Klinj (2005: 234), entiende por red de gobernanza o red

    de polticas pblicas el conjunto de actores que se relacionan entre s de manera ms o

    menos estable en el tiempo con la finalidad de influir, mediante el intercambio de

    recursos, en la definicin o solucin de una poltica pblica.

    Klijn (1998:5) desarrolla el concepto de redes de polticas pblicas como patrones ms

    o menos estables de relaciones sociales entre actores interdependientes, que toman

    forma alrededor de los problemas y/o de los programas de polticas. Las redes de

    polticas pblicas, forman el contexto en el que tiene lugar el proceso poltico. De esta

    forma, las redes de polticas pblicas representan un intento dentro de la ciencia poltica

    para analizar la relacin entre el contexto y el proceso de hechura de polticas.

    Mascareo (2010: 116) por su parte, seala que el concepto de policy networks "supone

    en principio la definicin de reglas para la realizacin de compromisos entre agentes

    pblicos y privados, que permitan una distribucin de costos y beneficios frente a una

    decisin comn o una solucin de problemas; reglas que en cada caso exigen de los

    participantes limitar de manera voluntaria su libertad de accin; esto puede conducir a

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    un modelo de identidades organizativas, competencias y esferas de inters mutuamente

    aceptadas (Mayntz, 1992, p. 27 y ss. En Mascareo 2010).

    Las principales caractersticas y puntos de encuentro que se derivan de estas

    definiciones son: la interdependencia de los actores, ya que ningn actor puede por s

    slo alcanzar sus objetivos ni puede influir de manera decisiva sobre las polticas

    pblicas; los patrones de relaciones que se establecen que son de interdependencia y se

    mantienen en el tiempo; la diversidad e importancia del nmero de actores que

    representan a grupos e intereses heterogneos de la sociedad; la existencia de un

    objetivo comn a pesar de la diversidad de metas particulares (Arenilla, 2011).

    Desde esta perspectiva, el anlisis de una poltica puede ser entendido como el

    acoplamiento de la verticalidad de la democracia representativa y la horizontalidad de

    las mltiples formas de gobernanza de actores privados que se sitan fuera del dominio

    de relaciones de la democracia representativa.

    Aun cuando se trate de acoplamientos sueltos, las redes de poltica suponen elementos

    que incentivan su mantencin. Uno de ellos es la dependencia mutua de recursos:

    fondos, legitimacin, capacidades de ejecucin, informacin y elementos poltico-

    institucionales (Park, Rethemeyer y Hatmaker, 2009 en Mascareo 2010); otros

    elementos altamente relevantes son los recursos socioestructurales, esto es, aquellos

    patrones de comunicacin e intercambio de recursos entre tres o ms actores

    (Hatmaker y Rethemayer, 2008, p. 430 en Mascareo 2010) cuya estabilidad depende

    de los rendimientos para quienes las sostienen. Por su parte, el capital social de los

    participantes tambin contribuira a un mejor desempeo de la red y con ello a su

    continuidad (Sandstrm y Carlsson, 2008). Sin embargo, un aspecto central de su

    operacin parece ser su funcionamiento sobre la base de la produccin de bienes

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    colaterales, es decir, bienes que el Estado quiere, pero no puede producir por carencia

    de recursos y experticia, y que los privados no producen por falta de garantas ante el

    surgimiento de incentivos para agentes oportunistas (free-riders) o de un marco de

    condiciones apropiado (Willke, 1996). Los bienes colaterales corresponden a una

    reformulacin estructural de los bienes colectivos cuya no competitividad desincentiva

    su produccin.

    En trminos de estas redes, los bienes colaterales suponen dependencia mutua (pblico-

    privada) de recursos, un marco para su operacin, patrones de comunicacin e

    intercambio relativamente estabilizados, orientacin a un policy issue, y un alto nivel de

    uso de conocimiento y capacidades ejecutivas (Mascareo, 2010: 116).

    Arenilla por su parte, distingue tres perspectivas para estudiar las redes de polticas

    pblicas: (1) la que considera a las redes como una forma novedosa de intermediacin

    de intereses, y la aplica a todos los tipos de relaciones entre actores pblicos y privados;

    (2) la que de una manera ms ambiciosa concibe a las redes como una nueva forma de

    gestin de gobierno denominada gobernanza, que afecta a una forma especfica de

    interaccin pblica-privada en las polticas pblicas, basada en la coordinacin no

    jerrquica (Brzel, 1997: 5 en Arenilla 2011); y (3) la que la considera una metfora,

    una mera herramienta de anlisis de la realidad (Dowding, 1995 en Arenilla 2011).

    Arenilla opta por la segunda perspectiva para desarrollar y estudiar la red de gobernanza

    o polticas pblicas.

    Tanto Arenilla (2010) como Mascareo (2011) coinciden que la principal crtica o

    limitacin de este concepto de redes de polticas estriba en la inequidad de los actores

    participantes en las mismas. Esta inequidad es de dos tipos, por un lado no todos los

    actores sociales tienen el mismo peso ni influencia en la formulacin y ejecucin de las

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    polticas pblicas; por otro, sigue existiendo un claro desequilibrio a favor de los actores

    pblicos que participan en las redes. Su predominio se basa en el acceso a la

    informacin y a los recursos y, de manera determinante, a su legitimidad democrtica.

    En el marco de esta ponencia, el concepto de entramado (network) dice relacin con

    aquella comunidad que afecta y resulta afectada por una poltica concreta, y por lo

    mismo interpela a los intereses, lo que nos lleva nuevamente a la tensin entre

    interese pblicos y privados que presentamos al inicio del este artculo. Tomando en

    cuenta lo anterior, los policy network estn conformados por aquel entramado de actores

    institucionales, polticos y sociales que hacen frente a una tarea o programa de actuacin

    especfico.

    En esta presentacin se pone especial nfasis en que cada poltica pblica genera su

    propio entramado de organizaciones e intereses conectados entre s por dependencias

    financieras o administrativas sus intereses en el network variarn segn su funcin o

    servicio que realicen, el territorio y la relacin cliente-grupo o el asesoramiento que

    generen (Subirats, 1994: 120).

    4. Dos experiencias de anlisis: un caso en Chile y Colombia

    Los movimientos de estudiantes chilenos por la calidad de la educacin (2006-

    2011)1

    El punto de partida para la configuracin de este caso son las movilizaciones

    estudiantiles que se han desarrollado en Chile desde fines del mes de abril a junio del

    ao 2006 y entre mayo y junio de este ao. En ambos perodo estudiantes secundarios,

    provenientes de establecimientos pblicos y concertados de la capital han protagonizado

    1 Esta seccin ha sido elaborada considerando los aportes de Arnguiz (2010) y Rupin (2006).

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    un proceso creciente y masivo de tomas de centros educativos, sus demandan ponen en

    cuestionamiento la forma cmo se han concebido e implementado las polticas pblicas

    en este mbito, con especial nfasis en los temas de financiamiento, calidad y equidad

    de la educacin.

    El descontento y las manifestaciones de los alumnos, exigiendo mejoras en la calidad de

    la educacin, han sido connotadas tanto por la opinin ciudadana, como por las

    autoridades polticas y gubernamentales como un problema de inters pblico,

    convocando la atencin de los ms diversos actores de la ciudadana en general2.

    El siguiente mapa identifica a los principales actores que han participado en este

    proceso, con especial nfasis en las fases o etapas de movilizacin de los estudiantes

    (2006 y 2011).

    2 Tradicionalmente la educacin chilena fue concebida como un mecanismo de movilidad social

    ascendente, garantista de igualdades de oportunidades. Con las reformas econmicas y sociales instauradas durante la dictadura militar, la educacin enfrent importantes cambios pasando de un sistema universal de provisin centralizada a uno mixto pblico (sujeto a financiamiento pblico mediante la asignacin de un subsidio per cpita). Con el retorno a la democracia, una de las principales tareas programticas que han tenido que enfrentar los distintos Gobiernos se relaciona con el mejoramiento de la situacin de la educacin en el pas, abordando tanto el problema de la baja calidad como la inequidad de la distribucin social de sus resultados

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    En la posicin de cada uno de los actores identificados en el mapa anterior hay

    percepciones y expectativas distintas, sin necesariamente aspirar a construir una visin

    compartida. Lo que nos permite afirmar que, a pesar los esfuerzo realizados por las

    instancias de participacin como el Consejo por la Calidad de la Educacin3, los

    intereses individuales de los distintos grupos de poder no han logrado articularse en

    procesos efectivos de intercambio y negociacin, que permita avanzar en la

    configuracin de intereses comunes que actan como directrices para el desarrollo de la

    educacin en Chile.

    Siguiendo los planteamientos de Gouch (1982) nos preguntamos cul ha sido la

    naturaleza o posicin asumida por el Estado? Cules han sido los mecanismos

    implementados para conciliar estos intereses en conflicto y la capacidad de representar

    los intereses comunes? Reconociendo que en este caso, y dado que nos encontramos en

    3 El Consejo por la Calidad de la Educacin, oper durante el ao 2006 y form parte del proceso de

    salida de la Revolucin de los pingino. En su momento fue considerado una herramienta participativa innovadora, especialmente por su capacidad de incorporar perspectivas y visiones de actores diversos.

    CCoommuunniiddaadd oo eennttrraammaaddoo ddee llaa PPoollttiiccaa PPbblliiccaa

    Ministerios

    Educacin, Interior y

    Seguridad Pblica

    Expertos / Organismos

    internacionales

    Presidencia

    Organizaciones sociales

    movimientos ciudadanos

    Sector implicado

    en la poltica

    Agrupaciones de

    profesores, padres y

    apoderados

    Establecimientos

    Educacionales

    Municipales

    Sector

    interesado o

    atento al

    desarrollo de

    la poltica

    Otros grupos de

    presin

    Medios de

    comunicacin y redes

    sociales

    Otros movimientos

    sociales

    Estudiantes

    secundarios

    (organizaciones)

    Estudiantes

    universitarios

    (organizaciones)

    Establecimientos

    Educacionales

    Subvencionados y

    Privados

    Pross (1986) Groups Politics an Public Policy en Subirast, 1994: 120

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    una sociedad que funciona bajo los parmetros capitalistas, la clase econmica

    dominantes es tambin la clase poltica dominante, con representacin mayoritaria en el

    parlamento, dada la particular configuracin del sistema democrtico chileno.

    En palabra de este autor, para asegurar un cierto nivel de reproduccin y acumulacin

    del capital, el Estado chileno, en su concepcin moderna, ha desarrollado una cierta

    capacidad de autonoma de la clase econmicamente dominante, con el fin de permitir

    el desarrollo de sus intereses de una forma conciliadora y mediadora (Gough,

    1982:107). Se constata entonces que lo que ha operado en Chile en estos ltimos aos es

    un marco de libertad que permite el despliegue de todo el potencial privado en los

    mbitos de su inters, mientras que la accin del estado es de tipo residual,

    concentrndose en aquellos temas crticos que a nivel educativo podran constituir un

    potencial de conflicto social. Es posible revertir esta situacin? Parece ser la pregunta

    que los estudiantes levantan con sus movilizaciones y sus pancartas

    Korpi (1980) entrega algunas pistas al respecto al sealar que la capacidad de

    movilizacin o presin de los actores en funcin del poder que estos tienen, puede

    impactar en los resultados distributivos de una sociedad. Revisando sus argumentos es

    posible afirmar que stos coinciden con lo sealado por Gough (1982), en la medida que

    se concibe que el Estado no es un ente neutral, y que en su interior operan agencias y

    actores con capacidad de imponer sus perfiles distributivos propios, y por lo mismo el

    anlisis del estado de bienestar puede ser mirado en este caso como un asunto de

    intereses, que se ha polarizado. En este marco las movilizaciones estudiantiles, pero

    esencialmente los resultados o logros alcanzados en las ltimas semanas, que incluyen

    algunas acciones de reforma y mayor transparencia en el financiamiento, daran cuenta

    de la capacidad de instalar en la agenda pblica las demandas de un conjunto de la

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    poblacin, que hasta ahora haban sido escasamente escuchadas, articulando un

    proyecto cuya permanencia en el tiempo hoy constituye una interrogante.

    Sin alcanzar a observar an el desenlace del proceso, sera posible afirmar que las

    acciones del Estado y el modo como ste resuelven los intereses corporativos, estatales

    o pblicos, han mostrado mayor sensibilidad a las cuestiones de inequidad, en este caso

    esgrimidas bajo el eslogan de la desigualdad, que a otras bases del conflicto como

    podra haber sido la edad de los movilizados (Wilesky, 1975).

    La relevancia otorgada a esta experiencia se relaciona con la complejidad progresiva

    que ha adquirido el problema la educacin y las diferencias de calidad que se observan

    cuando entre distintos agentes responsables de su provisin. La fundamentando la

    eleccin de este fenmeno, se encuentran aquellas afirmaciones que indican que el

    movimiento de los estudiantes secundarios puede ser descrito como todo un hito en la

    historia democrtica del pas. Organizado, masivo, inicialmente pacfico y alegre. Un

    gran llamado de atencin sobre la necesidad de establecer dispositivos permanentes de

    participacin social4.

    La participacin social es la temtica que se espera relevar en este caso, especialmente

    porque, entre los elementos utilizados para dar salida a la movilizacin del ao 2006 se

    puso en marcha un mecanismo de participacin mixto, que por la conformacin de sus

    participantes consideraba a actores asociativos con ciudadanos habitualmente no

    considerados en los proceso de toma de decisiones de poltica (Font y Blanco, 2006).

    Una recomendacin que surge de de la observacin de lo acontecido en estos ltimos 5

    aos es la necesidad de avanzar hacia mejores diseos participativos que conduzcan a 4 Mayores antecedentes sobre este tema ver columna de Mario Waissbluth http://www.dii.uchile.cl/wp-

    content/uploads/2011/06/24-EL-MOSTRADOR-Ponguinos-2.0-columna-Mario-Waissbluth.pdf (24.06.2011)

  • 16

    mejores polticas pblicas, abarcando todo su ciclo de desarrollo, y que se contemplen

    la participacin ciudadana desde el inicio del proceso de poltica y no slo como un

    mecanismo de salida ante una crisis.

    La desigualdad percibida y el malestar generado en tono a la falta de oportunidades han

    sido los articuladores de las movilizaciones y por lo mismo las demandas de los actores

    abogan por la incorporacin de elementos alternativos, a los que actualmente operan

    bajo principios y dimensiones de un modelo de bienestar esencialmente liberal.

    La consideracin de estas problemticas tiene como principal referente las reflexiones

    en torno al rol de la ciudadana y la sociedad civil en este cambio de concepcin, y en

    los mecanismos o dispositivos que la sociedad establece para definir sus prioridades y

    formas de coordinacin para llevarlas a cabo.

    Lo observado en el caso chileno permite constatar que la participacin ciudadana en la

    construccin de las soluciones de sus propias problemticas, contribuye no slo al

    desarrollo social sino que a un mejor desempeo de un sistema poltico que necesita, de

    manera urgente, dar los pasos necesarios hacia una mejor democracia.

    La Comisin Pedaggica en el marco de la Poltica de Etnoeducacin en Colombia

    En el ao de 1991 se aprob en Colombia, una nueva Constitucin, que ampla los

    derechos tnicos y territoriales, afirma la identidad y promueve acciones para mejorar

    las condiciones de vida de los afrodescendientes. En el cambio constitucional tambin

    influy la adopcin que el pas vena realizando desde tiempo atrs de diversos tratados

    y declaraciones internacionales en los cuales se estipulaban medidas para proteger a las

    minoras tnicas y raciales sobre la base de los principios de la igualdad la equidad y la

    no discriminacin.

  • 17

    Posterior a la promulgacin de la Constitucin poltica de 1991, en Colombia tuvo lugar

    un desarrollo legislativo importante en materia de disposiciones orientadas a disminuir

    la situacin de desigualdad y de vulnerabilidad de la poblacin afrodescendiente y de

    sus asentamientos, es el caso de la ley 70 de 1993 o ley de negritudes se les

    reconocieron a estas comunidades5 sus derechos territoriales econmicos, sociales y

    culturales. As mismo se establecieron mecanismos generales para proteger su identidad

    cultural y para fomentar su desarrollo econmico y social.

    En ese mismo contexto de avance normativo en la esfera de la educacin se aprueba

    entre otros, el Decreto 0804 de 1995 por el cual se reglament la atencin educativa

    para grupos tnicos, que es destacada como uno de los principios bajo los cuales se

    deben orientar, desarrollar y evaluar sus procesos etnoeducativos, ejerciendo su

    autonoma (Artculo 2). Por ello se establece que los concursos para el nombramiento

    de docentes en las comunidades afrodescendientes y para el desarrollo de la

    infraestructura fsica de las entidades educativas deben responder a criterios

    concertados (Artculos 13 y 19).

    Por otra parte, mediante el Decreto 2249 de 1995 se conform la Comisin Pedaggica

    de Comunidades Negras a nivel nacional y departamental; y se estableci que debe

    contarse con la asesora de esta comisin para formular y ejecutar las polticas de

    etnoeducacin, construir currculos acordes con las expectativas de las comunidades

    afrodescendientes y disear la ctedra de estudios afrocolombianos y dems polticas y

    proyectos educativos que contribuyan a fortalecer la identidad de los afrocolombianos.

    5 La jurisprudencia constitucional ha precisado que por comunidades afrocolombianas se entiende el

    conjunto de familias de ascendencia afrocolombiana que poseen una cultura propia, comparten una historia y tienen sus propias tradiciones y costumbres dentro de la relacin campo poblado, que revelan y conservan conciencia de identidad que las distingue de otros grupos tnicos.

  • 18

    Asimismo, mediante el Decreto 140 de 2006, que regul el ingreso de etnoeducadores

    afrocolombianos a la carrera docente, se modific el artculo 18 del Decreto 3323 de

    2005 en el sentido de garantizar el desarrollo del concurso con la participacin de la

    Comisin Pedaggica Nacional para las Comunidades Negras (Movimiento Cimarrn,

    2007)

    La Comisin Pedaggica aborda peridicamente diversos aspectos entre los cuales se

    encuentra la elaboracin de Informes sobre la problemtica educativa de Comunidades

    y gestin de soluciones ante las instituciones, la evaluacin de las polticas, programas y

    proyectos del Ministerio de Educacin Nacional y las entidades territoriales y la

    evaluacin de las polticas, programas y proyectos del Ministerio de la Cultura.

    Tambin es la encargada de la gestin e implementacin del Plan Nacional de

    Desarrollo Etnoeducativo de las Comunidades, de la gestin de recursos y asignaciones

    presupuestales, de la evaluacin y gestin para el fortalecimiento del fondo de crdito

    educativo para estudiantes, as como la presentacin de propuestas y proyectos para la

    implementacin de la etnoeducacin y el mejoramiento del servicio afrocolombiano.

    La Comisin Pedaggica Nacional, est compuesta por un conjunto de actores

    institucionales: el Ministro de Educacin, o el Viceministro, quien ser el encargado de

    presidirla, el Director de Asuntos para las Comunidades Negras del Ministerio del

    Interior o su delegado, un representante de la instancia del Ministerio de Educacin

    encargada de la etnoeducacin, un representante del Consejo Nacional de Educacin

    Superior (C.E.S.U.), el Director de Colcultura o su delegado, o las dependencias que

    hagan sus veces. Al mismo tiempo, participan tres representantes por la Regin

    Atlntica, dos delegados por cada uno de los departamentos y un representante (de las

    comunidades afrodescendientes) por el distrito de Santaf de Bogot.

  • 19

    En trminos generales podemos decir que en Colombia el desarrollo legislativo y

    administrativo que han tenido los postulados constitucionales de proteccin y

    promocin de la diversidad tnica y multicultural, han transformado, por lo menos sobre

    el papel, la situacin de algunas comunidades Afrocolombianas. Estas polticas, han

    materializado los principios constitucionales del multiculturalismo y de la diversidad

    tnica, generando un marco institucional para que la gente negra pudiera titular de

    forma colectiva las tierras que han ocupado ancestralmente y puedan acceder por medio

    de programas de cuotas a cupos en instituciones educativas y as cuenten con una

    circunscripcin electoral especial, y participen en Comisiones de diferentes niveles de

    gobierno en materia de salud, ambiente, educacin entre otras garantas.

    Sin embargo aunque se pueden resaltar estos logros, cumplidos 16 aos de aprobada la

    ley 70 o ley de negritudes, y en consecuencia tiempo de existencia de la Comisin

    Pedaggica Nacional y departamental, se hace necesario identificar cules son las

    Ministerio de

    Educacin Nacional

    0 viceministerio

    Expertos / Organismos internacionales ,

    Presidencia

    Organizaciones sociales de

    comunidades

    afrocolombianas

    Sector implicado

    en la poltica

    Direccin de

    asuntos tnicos

    Delegados

    regionales

    Sector

    interesado o

    atento al

    desarrollo de

    la poltica

    Otros grupos de

    presin

    Medios de

    comunicacin y

    redes sociales

    Otros movimientos

    sociales

    Comisin

    Pedaggica

    Nacional

    Comisiones

    Pedaggicas

    departamentales

    Cooperacin al

    desarrollo

    Alcaldas

    Municipales

    Alta Consejera

    para Asuntos

    tnicos

    Consejos

    Comunitarios de

    Comunidades

    Negras

    Pross (1986) Groups Politics an Public Policy en Subirast, 1994: 120

  • 20

    limitaciones en la implementacin de las polticas pblicas orientadas a atender las

    demandas y garantizar los derechos de la gente negra o afrocolombiana.

    Por tanto consideramos pertinente a la luz de futuras investigaciones indagar hasta

    qu punto las definiciones legales o normativas se ajustan o no con las realidades que

    se viven en los territorios afrodescendientes en Colombia?; Existe una influencia

    efectiva de la participacin ciudadana de las comunidades afrocolombianos, en el

    proceso de toma de decisiones en las polticas pblicas en Colombia?; En qu medida

    el diseo institucional del nivel nacional, regional y municipal, favorece la participacin

    de las comunidades negras o afrodescendientes en todo el ciclo de las polticas

    pblicas?; Cmo es la interaccin entre los rganos convencionales (gobierno central

    regional y local) y los rganos consultivos (Comisin pedaggica) instaurados en el

    marco de la ley 70?; En otras palabras existe una relacin efectiva entre la red de

    actores que participan en la poltica educativa para poblacin afro?

    5. Anlisis Comparado entre las experiencias de Colombia y Chile

    Tomando en consideracin los dos casos antes explicados, en este apartado se analiza de

    manera comparativa aquellos elementos que definen la participacin ciudadana en el

    marco de los conceptos de gobernanza y red de polticas pblicas, dando cuenta de las

    diferencias y semejanzas entre ambas experiencias.

    Es importante mencionar que las dos experiencias analizadas transcurren en tiempos

    diferentes. En este sentido y en trminos de movimientos ciudadanos, podramos decir

    que el caso colombiano viene desarrollndose hace ms de 20 aos, mientras que el

    caso chileno comienza a ser un tema presente en la agenda desde hace menos de una

    dcada, intensificndose en los ltimos 5 aos.

  • 21

    Como punto de partida en el anlisis, cabe mencionar que en ambas experiencias los

    resultados y logros alcanzados son producto de la capacidad de la ciudadana para

    levantar demandas e instalarlas en la agenda pblica de ambos gobiernos y de la

    capacidad que tengas estos ltimos de acoges estas demandas.

    En el caso de Colombia, a partir de la Constitucin de 1991, se comienzan a plasmar las

    diferentes demandas y peticiones en cuanto al reconocimiento de la diversidad cultural,

    tnica y racial de los diferentes grupos de la poblacin colombiana. Especficamente, la

    promulgacin de la ley de negritudes en 1993 donde se reconocen algunos derechos de

    la poblacin afrodescendiente, incluyendo la poltica de etnoeducacin y la creacin de

    espacios vinculantes como la comisin pedaggica (CPN)que se constituye en nuestro

    caso de estudio.

    Todas estas reformas y marcos jurdicos instalados, responden en parte, a un largo

    proceso organizativo de base de la comunidad afrodescendiente, que logra adquirir el

    carcter de movimiento social entre los aos ochenta y comienzo de los noventa a partir

    de la Asamblea Nacional Constituyente y cuya accin colectiva se enmarc en la

    reivindicacin y defensa de sus derechos econmicos, sociales polticos y culturales,

    reflejados entre otras, en sus formas milenarias propias de aprender y ensear como

    aspectos de las luchas contra el colonialismo cultural y el etnocentrismo educativo en

    este pas.

    En el caso de Chile, la situacin es diferente, pues a pesar de las demandas ciudadanas

    que se plasmaron en el movimientos de estudiantes secundarios del ao 2006 y la

    generacin de algunos mecanismos para el abordaje del problema: como un consejo

    asesor presidencial y la promulgacin de una Nueva Ley General de Educacin, gran

    parte de las demandas y consensos generados en torno al tema, permanecen inalterables

    cinco aos despus. De hecho, el movimiento social que se ha generado este ao,

  • 22

    demuestra el malestar general de los ciudadanos por la falta de consideracin en sus

    propuestas y cambios necesarios que se debieran producir en materia educativa y el gran

    Acuerdo nacional propuesto por el Gobierno del Presidente Piera es visto aun como

    insuficiente por los principales actores que han impulsado este proceso, por lo que

    auguran nuevas movilizaciones.

    A pesar de las diferencias en cuanto a logros y resultados en los dos casos, ambas

    demandas son producto del movimiento ciudadano, que ha articulado actores de

    distintas posiciones y ha sido capaz de irrumpir en la agenda pblica. Sin embargo,

    hasta ahora solo en el caso colombiano se puede observar el carcter vinculante de las

    propuestas y demandas ciudadanas en los marcos normativos y en polticas pblicas

    concretas referidas al grupo afrocolombiano, como lo es la poltica Etnoeducativa y la

    conformacin de la comisin pedaggica.

    En el caso chileno, a pesar del gran impacto y conmocin causado por el movimiento

    estudiantil secundario en el ao 2006 y la hasta ahora multitudinaria e innovadora

    adhesin que ha generado el movimiento estudiantil iniciado hace algunos meses, no se

    han logrado an concretar reformas vinculantes a dichas propuestas. Queda la

    interrogante de si este ao se lograrn cambios decididos que articulen los diferentes

    intereses en procesos efectivos de intercambio y negociacin. Ya circula en los medios

    algunos anticipios de una gran reforma a la educacin.

    Tal como lo seala la literatura revisada (Font y Blanco, 2006), lo interesante es que en

    estos casos se conformen comisiones mixtas donde participen diferentes actores. En este

    sentido, en algn momento del proceso de cada una de estas experiencias se han

    conformado comisiones mixtas donde participan diferentes actores de la sociedad

    (representantes del gobierno nacional, departamental, municipal, representantes

    consultivos afrodescendientes). La gran diferencia que se observa, es que en el caso de

  • 23

    Colombia la comisin pedaggica es de carcter permanente en el tiempo, cumple

    funciones relevantes y determinadas durante todo el proceso de la poltica etnoeducativa

    y existe un proceso de toma de decisiones que rene a los diferentes miembros de la

    comisin. A diferencia del caso colombiano, en Chile solo existi este consejo en un

    momento determinado y coyuntural, como salida al conflicto del ao 2006, donde

    adems los resultados no lograron impactar decididamente la poltica.

    A pesar de las debilidades y deficiencias en cada una de las comisiones, se valora

    positivamente la creacin de estas instancias de apertura a los diferentes actores de la

    sociedad, lo que pone en evidencia la necesidad de avanzar hacia mejores diseos

    participativos que conduzcan a mejores polticas pblicas elaboradas y desarrolladas en

    conjunto con los ciudadanos abarcando todo el proceso y ciclo de la poltica.

    El concepto de red de poltica pblica antes definido, destaca el importante papel que

    juegan los diferentes intereses que persiguen los actores que conforman el entramado

    sobre una poltica o issue especfico, lo que la mayora de las veces denota la tensin

    existente entre los intereses pblicos, privados y generales.

    Sin embargo, se debe tener precaucin en que el inters general que se conforme a partir

    de la voz de los diferentes actores en cada uno de los casos, sea producto de la suma de

    intereses sociales de los ms poderosos, sin considerar la voz de los ciudadanos

    protagonistas de las polticas (Arenilla, 2011). Tal vez una de caractersticas ms

    sustantiva de los dos movimientos analizados, es que han sido capaces de encausar las

    voces de aquellos actores menos visibles y cuyos intereses se encuentran menos

    representados como los grupos afrodescendientes en el caso de Colombia y los jvenes

    ms pobres que slo tienen como alternativa asistir a los colegios municipales de peor

    calidad en Chile. El movimiento estudiantil chileno, cuestiona las posibilidades que hoy

    ofrece un sistema que pone el acento en los intereses privados por sobre el inters

  • 24

    pblico y general, adems instala un debate sobre la pertinencia de sostener en el tiempo

    un sistema educativo que establece importantes diferencias entre ricos y pobres, sin

    procesos de regulacin y con serias dudas acerca del enriquecimiento de algunos

    sectores en desmedro de otros.

    Adems se observa, que a pesar de los esfuerzos realizados por las instancias de

    participacin como el Consejo por la Calidad de la Educacin, los intereses individuales

    de los distintos grupos de poder no han logrado articularse en procesos efectivos de

    intercambio y negociacin, que permita avanzar en la configuracin de intereses

    comunes que actan como directrices para el desarrollo de la educacin en Chile.

    En el caso de Colombia, la poltica Etnoeducativa tambin se ha visto afectada por la

    lucha de intereses privados de distintos actores, sin embargo llama la atencin las

    profundas discrepancias al interior del movimiento afrocolombiano; la falta de

    cohesin, consenso, fortalecimiento social, econmico y poltico de este colectivo ha

    provocado una endo-deslegitimacin de quienes representan los espacios creados en el

    marco de la ley 70, como es el caso de la comisin pedaggica nacional, lo que afecta el

    proceso de consulta previa, el seguimiento a la rendicin de cuentas y la toma de

    decisiones frente a la implementacin de la poltica misma.

    Con relacin a la conformacin de la red, se observan diferencias en cuanto a la relacin

    y temporalidad en cada una de ellas. As, en el caso colombiano, la comisin

    pedaggica est formalmente establecida, con un marco normativo que la avala, con

    funciones determinadas entre los miembros y permanente en el tiempo. Mientras que en

    el caso chileno, la red se configura a partir del movimiento estudiantil que se articula en

    torno a los estudiantes (secundarios y universitarios), quienes son los protagonistas de

    dicho entramado, y desde all van sumando a otros actores interesados en este proceso

    de poltica: profesores, padres y apoderados, organizaciones de la sociedad civil,

  • 25

    partidos polticos.

    Como no conocemos an el desenlace de este movimiento, no podemos constatar las

    interrelaciones y dinmicas que se establecen entre ellos, pero lo que s podemos decir,

    es que no se puede definir esta red como una red de polticas pblicas como tal, pues

    hasta el momento, no es ni ha sido estable en el tiempo, ni incorpora un proceso

    deliberativo ni abierto al dilogo entre los distintos actores en pro de la poltica

    educativa.

    A diferencia de ello, la comisin pedaggica de la poltica colombiana etnoeducativa, a

    pesar de sus deficiencias, considera la participacin deliberativa de los actores durante

    todo el proceso de la poltica.

    En este sentido, la diferencia que existe entre ambos movimientos es que en el caso

    colombiano, a pesar de las deficiencias y debilidades, se cuenta con una

    institucionalizacin pertinente y ad hoc para el desarrollo de la poltica, mientras que en

    el caso chileno se ha enunciado la creacin de una institucin de regulacin como la

    Superintendencia de Educacin y la agencia de calidad que an no comienzan a

    operar. Lo interesante tambin del caso colombiano, es que la comisin considera una

    diversidad importante de actores intervinientes que a su vez cumplen con el principio de

    interdependencia para concretar los objetivos comunes previamente establecidos a pesar

    de la diversidad de intereses siempre presentes.

    Ahora bien, tal como advierte Arenilla (2011) y Mascareo (2010) se debe poner

    especial atencin a la inequidad en la participacin de los actores, pues en la prctica es

    habitual observar el poder de unos actores sobre otros. En este sentido, puede que el

    inters general sea el resultado de intereses particulares de los ms influyentes en la

    poltica.

    Por otra parte, un punto fundamental en el proceso de poltica pblica es realizar

  • 26

    seguimiento y evaluaciones durante las distintas fases de desarrollo con el fin de

    reconocer aciertos, debilidades y oportunidades que se pueden ir generando en el

    transcurso de la poltica. En ninguno de los dos casos estudiados existen instancias que

    permitan hacer un seguimiento de las acciones emprendidas. En el caso de Chile uno de

    los detonantes del actual movimiento, fue precisamente la constatacin que no se haban

    concretado los pasos propuestos en el proceso anterior. De hecho, si se hubiese

    realizado un seguimiento apropiado desde que comenz en el movimiento estudiantil

    del 2006, probablemente hoy sera distinta la discusin, especialmente cuando se

    constata que el movimiento actual adquiere fuerza entre otros elementos por la falta se

    seguimiento de las tareas y compromisos adquiridos.

    En el caso de la poltica etnoeducativa de Colombia, se constata tampoco se ha

    realizado un proceso de seguimiento ni evaluaciones respectivas que den cuenta del

    desarrollo de la poltica ni de la comisin pedaggica. Este punto se constituye en una

    debilidad importante de dicha poltica, debido a los aos que llevan en curso ambas

    instancias.

    Con todo lo sealado anteriormente, es evidente que estamos frente a un escenario

    donde la gobernanza como nueva forma de gobernar toma posicin, pues ante el

    descontento y malestar ciudadano y las diferentes problemticas sociales relevantes que

    afectan a la poblacin en su conjunto, los gobiernos no pueden atender ni resolver por s

    solos tales demandas e inquietudes Cmo se incorpora crecientemente a la ciudadana?

    es la pregunta que queda para el debate.

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