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5boletín
6ª época • julio-septiembre 2004 • número 5
Archivo General de la Nación
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Boletín del AGN6ª época • julio-septiembre 2004 • número 5
Consejo editorial
Director GeneralJorge Ruiz DueñasDirectora del Archivo Histórico CentralDulce María Liahut BaldomarDirectora del Sistema Nacional de ArchivosAraceli Alday GarcíaDirectora de Investigación y Normatividad ArchivísticaYolia Tortolero CervantesDirector de Publicaciones y DifusiónCarlos Román GarcíaJefe del Departamento de PublicacionesCarlos Miranda
Asistencia editorialRoberto Beristain, Elizabeth Zamudio, Alberto Álvarez, Beatriz SantoyoFormaciónMarycarmen Mercado Chávez
ISSN-0185-1926D.R. Secretaría de GobernaciónAbraham González 48,Col. Juárez, Delegación Cuauhtémoc06699, México, D.F.
D.R. Archivo General de la Nación-MéxicoEduardo Molina y Albañiles,Col. Penitenciaría Ampliación,15350, México, D.F.
Boletín del Archivo General de la Nación, publicación trimestral,julio-septiembre de 2004.Edición y difusión: 5133-9900, ext. 19325, 19330. Fax: 5789-5296.Correo electrónico: [email protected]; [email protected] de la publicación: Palacio de Lecumberri, Av. Eduardo Molina y Albañiles s/n, colonia Penitenciaría Ampliación, Delegación Venustiano Carranza, C.P. 15350, México, D.F.
Reserva al título en derecho de autor, certificado de licitud de título y certificado de licitud de contenido, en trámite.Derechos reservados conforme a la Ley.Impreso en México.
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Í n d i c e
Editorial 7
Galerías
Cartografía de los pueblos de indios en las intendencias de Sonora-Sinaloa y Durango a finales del siglo XVIII
Dorothy Tanck de Estrada 9
Una mirada al archivo documental de Tomás Garrido CanabalHéctor Javier Pérez Monter 23
La producción de grana cochinilla en Oaxaca a principios del siglo XIX
Luis Alberto Arrioja 35
Los extranjeros en la ciudad de Oaxaca, 1943Carlos Sánchez Silva 67
Panóptico
Avatares del Archivo de la Inquisición de MéxicoJosé Ortiz Monasterio 93
El sermón de un erasmista olvidadoMartín Austin Nesvig 111
Portales
El Archivo Nacional de FilipinasTeresita Ignacio Rodríguez 145
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Recomendaciones para establecer un modelo de automatización en archivosPablo Eduardo Camacho García 157
Caleidoscopio
Joyas del mes 179Exposiciones 180Página web 181
Publicaciones
Álbum fotográfico de indios apaches del Archivo General de la Nación 183Archivo Histórico de la Parroquia de San Pablo Apetatitlán 185Alberto Álvarez Ferrusquía
ECOS
Carta de José Revueltas al ingresar a Lecumberri 189
Ilustraciones: fondos del AGN
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Disponer de buenos instrumentos de consulta para estimular la investigación es
un requisito sine qua non en los repositorios documentales. Pero, sin duda, el
minucioso examen de los investigadores, a veces azaroso cuando carecen del hilo
de Ariadna de guías, inventarios y catálogos, contribuye en el otro sentido a pro-
curar que dichos instrumentos sean cada vez más completos y mejor preparados.
Los cuatro artículos que presenta el Boletín en sus Galerías, dan cuenta del pro-
ceso mutuo y complementario que resulta del diálogo entre archivistas e investiga-
dores. Dorothy Tank, quien prepara un Atlas de los pueblos indios en 1800, entrega
un avance relativo a las intendencias de Sonora-Sinaloa y Durango en el siglo XVIII.
Héctor Pérez Monter mira a vuelo de pájaro un acervo de gran valor para la historia
de Tabasco y del sureste mexicano: el archivo de Tomás Garrido Canabal. Luis Alberto
Arrioja revisa, basado en diversas fuentes documentales, la mayoría de las cuales
obra en el AGN, la producción de la grana cochinilla en la Oaxaca decimonónica.
Carlos Sánchez hurga en el pasado de la migración de extranjeros a la verde
Antequera y sugiere también nuevas formas de trabajar en y desde los archivos.
Panóptico contiene dos artículos sobre la Inquisición; José Ortiz Monasterio
aventura una singular hipótesis sobre la impronta de Vicente Riva Palacio en la his-
toria de los papeles del Tribunal del Santo Oficio. Martin Nesvig rescata un curioso
sermón de fray Alonso Cabello, franciscano procesado por la Inquisición por sus
ideas “heréticas”.
Teresita Ignacio Rodríguez, quien cumplió con una estancia profesional en
nuestra institución, ofrece una vista panorámica sobre el Archivo Nacional de
Filipinas, su sede laboral.
Cierra el número una carta de José Revueltas, ilustre huésped del antiguo
Palacio de Lecumberri antes de que se convirtiera en la sede del Archivo General de
la Nación.7
Editorial
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G a l e r í a s
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9
del noroeste de la Nueva España; el
proyecto que estoy realizando para
elaborar el Atlas ilustrado de los pue-
blos de indios de la Nueva España en
1800; las fuentes primarias y secunda-
rias consultadas en relación con las
intendencias de Sonora-Sinaloa, y
finalmente, algunas sugerencias sobre
la catalogación de escritos coloniales
que tal vez serán de interés a los archi-
vistas del norte.
LA REGIÓN DEL NOROESTE DE LA NUEVA ESPAÑA
Este territorio de la Nueva España tenía
características que lo distinguían del
altiplano céntrico y del sur del virreina-
to. Por una parte, abarcaba extensiones
muy grandes de tierra, mucha de la
cual era más apropiada para la gana-
dería y la minería que para la agricul-
Agradezco mucho la invitación del
Archivo General de la Nación (AGN)
para participar en esta Reunión, y
aprovecho la oportunidad para recono-
cer las atenciones y servicio profesio-
nal que he recibido durante las estan-
cias que he realizado en los archivos
del norte del país. En varias ocasiones
he podido consultar personalmente
centros de investigación como el
Archivo Histórico del Estado de Du-
rango y el Archivo Histórico del Estado
de Sonora; otras veces se me ha pro-
porcionado información y copias de
documentos por correo, como en el
caso del Archivo Municipal de la ciu-
dad de Chihuahua.
Quiero compartir algunos datos y
observaciones sobre cuatro temas rela-
cionados con la frontera norte durante
la época virreinal: las características
CARTOGRAFÍA DE LOS PUEBLOS DE INDIOS EN LAS INTENDENCIAS DE
SONORA-SINALOA Y DURANGO A FINALES DEL SIGLO XVIII
Dorothy Tanck de Estrada*
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establecieron haciendas y ranchos para
la ganadería y la agricultura, con el fin
de proveer de grano y mulas a las
minas. Los jesuitas fundaron misiones
en Sinaloa y Durango entre los indios
tepehuanes, yaquis y pimas.2
La población también era distinta
de la de las intendencias de México,
Puebla, Veracruz, Oaxaca y Yucatán,
donde los indígenas sedentarios cons-
tituían la gran mayoría de la población.
En las intendencias de Sonora-Sinaloa
y Durango vivían grupos de indios,
mulatos, mestizos y españoles; para el
siglo XVIII, los indios representaban casi
un tercio de la población total. En otras
regiones como las intendencias de
Michoacán y Guadalajara, la población
indígena era también una tercera parte
del número total de habitantes.
Debido a las bonanzas mineras, la
región atrajo a trabajadores que forma-
ron una población flotante con menos
estratificación social y racial, en com-
paración con el altiplano central. Era
tura. Por otra parte, las fronteras esta-
ban expuestas a las incursiones de los
indios apaches y comanches que daban
al territorio un aspecto militar.
Esta región árida y montañosa tenía
en el siglo XVI una población indígena
nómada mayoritaria, sin grandes asen-
tamientos urbanos como los de los
mexicas, zapotecos y mayas. Estudios
recientes, recopilados en un excelente
libro, Nómadas y sedentarios en el norte
de México, homenaje a Beatriz Braniff,
indican que antes de la llegada de los
españoles pudieron existir centros
urbanos o semi-urbanos en la región.1
El patrón de colonización fue
determinado por el descubrimiento de
yacimientos de oro y plata en
Zacatecas, Sinaloa y Durango. Los
españoles establecieron reales de
minas y los indios, muchos de ellos de
Tlaxcala, se asentaron en los pueblos
de indios. Inmigrantes de otras partes
del virreinato de todos los grupos
raciales se dedicaron a la minería y
1 El libro contiene 39 artículos de especialistas sobre el tema del noroeste, Nómadas y sedentariosen el norte de México, homenaje a Beatriz Braniff, Marie-Areti Hers (ed.) et al., México, UNAM, 2000.2 Peter Gerhard, La frontera norte de la Nueva España, México, UNAM, 1996, pp. 19-21, 204, 305.
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quiera de las demás, como se aprecia
en el mapa 1.
El proyecto de hacer un Atlas consiste
en localizar en mapas los pueblos de
indios registrados en la Nueva España
al final del siglo XVIII. Para encontrar y
ubicar los poblados de dicho siglo con
exactitud cartográfica, se han utilizado
programas digitalizados del INEGI que
contienen 200 mil localidades que ac-
tualmente existen en la República. La
investigación ha recibido apoyo del
CONACYT y de la National Geographic
Society de Washington. El proyecto se
ha realizado en El Colegio de México y
en el Laboratorio de Análisis Socio-
Espacial (LANSE) de El Colegio Mexi-
quense. Su objetivo es preparar y publi-
car el Atlas ilustrado de los pueblos de
indios de la Nueva España en 1800.
La investigación se inició hace
cuatro años, con la búsqueda de las
fuentes primarias que proporcionarían
una sociedad más abierta, con movili-
dad social y económica, que dependía
de las altas y bajas de la minería.3 David
Brading ha opinado que “Los mineros
norteños constituyeron una especie de
aristocracia laboral entre los trabajado-
res mexicanos. Se distinguió por su
libertad, su movilidad y su despilfarro”.4
EL ATLAS DE LOS PUEBLOS DE INDIOS DE LA
NUEVA ESPAÑA
En 1786, las regiones del noroeste fue-
ron designadas como las intendencias
de Arizpe (generalmente conocida
como Sonora-Sinaloa) y Durango, que
incluía al actual estado de Chihuahua.
Estas dos intendencias, junto con otras
diez y tres gobiernos militares, forma-
ron el virreinato de la Nueva España
bajo el nuevo régimen administrativo
de las Ordenanzas de Intendentes. Las
intendencias norteñas eran mucho más
extensas geográficamente que cual-
3 Alejandra Moreno, “El siglo de la conquista”, en Historia general de México, vol. 2, México, ElColegio de México, 1977, pp. 71-77.4 D.A. Brading, Mineros y comerciantes, en el México borbónico (1763-1810), México, Fondo deCultura Económica, 1973, pp. 301-302.
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indios. Los asentamientos de españoles
tenían ayuntamientos y los de indíge-
nas tenían cabildos, llamados repúbli-
cas, cuyos miembros eran electos
anualmente por los habitantes. Había
alrededor de veinte ciudades y cin-
cuenta villas de españoles. Nuestra
investigación ha encontrado, hasta
ahora, 4,468 pueblos de indios que se
pueden ver en el mapa 2.
los nombres de todos los pueblos de
indios en cada una de las doce inten-
dencias (regiones grandes) de la Nueva
España, y se incluyó la de Chiapas, que
durante la época colonial era parte de
Guatemala. En el virreinato de la Nue-
va España existían tres tipos de asen-
tamientos humanos con gobiernos
municipales reconocidos por las auto-
ridades virreinales: las ciudades y las
villas de españoles y los pueblos de
Mapa 1. Intendencias de la Nueva España.
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Primero: el documento debía refe-
rirse a pueblos de indios formalmente
constituidos, no a rancherías, barrios,
congregaciones, haciendas, sitios, etc.
Segundo: los documentos también
tenían que proporcionar información
correspondiente a los últimos años del
siglo XVIII o los primeros años del siglo
XIX para dar uniformidad temporal a los
mapas. A veces, los pueblos desapare-
cieron o se autorizó la fundación de
LAS FUENTES DOCUMENTALES Y SECUNDARIAS
El primer paso en el proyecto fue bus-
car documentos del siglo XVIII que con-
tenían los nombres y la ubicación de
los pueblos de indios registrados por el
gobierno de la Nueva España al final
del siglo. Las fuentes primarias que
podían servir para este proyecto de
cartografía por computadora tenían
que llenar cuatro requisitos:
Mapa 2. Pueblos de indios en 1800.
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guardan los documentos del gobierno
virreinal. Debido a la centralización
administrativa y financiera efectuada
por el gobierno en la Nueva España al
final del siglo XVIII, se estableció una
nueva oficina, la Contaduría de Pro-
pios, Arbitrios y Bienes de Comunidad,
cuyo objetivo era reunir en la ciudad
de México las cuentas financieras de
todos los gobiernos municipales (de
españoles y de indios) del territorio.5
Además, el ejército virreinal levantó
padrones para organizar el servicio
militar y el virrey mandó preparar des-
cripciones geográficas de las inten-
dencias. Generalmente, entonces, las
fuentes documentales utilizadas para
ir conformando la base de datos para
el proyecto fueron de índole financie-
ra, militar y geográfica. En estos expe-
dientes se encontraban los nombres de
los casi 4,500 pueblos de indios en la
Nueva España, desde Chihuahua y
Sonora en el norte, hasta Yucatán y
Chiapas en el sur.
nuevos; por esta razón era importante
congelar el universo de pueblos alrede-
dor de una fecha: 1800.
Tercero: la fuente debía contener
una lista completa de los nombres de los
pueblos de indios en una región deter-
minada al final del siglo XVIII. En total
había 236 subdelegaciones, jurisdiccio-
nes pequeñas dentro de las intenden-
cias. Era necesario que el documento no
sólo diera el número de pueblos en una
región, sino el nombre de cada uno de
ellos, y de ser posible el nombre del
santo patrón de cada pueblo.
Cuarto: la documentación debía
indicar la ubicación aproximada de
cada pueblo, sea por registrar la dis-
tancia entre el pueblo y la ciudad capi-
tal de la intendencia, o bien, por tener
la lista de nombres cierto orden geo-
gráfico en la presentación de los luga-
res, o por incluir el número de tributa-
rios en cada pueblo.
La fuente principal para la búsque-
da fue el acervo del AGN, donde se
5 Se revisa el establecimiento de la Contaduría General de Propios, Arbitrios y Bienes deComunidad en 1766 y la supervisión de las finanzas de los pueblos de indios, las ciudades y villasde españoles en Dorothy Tanck de Estrada, Pueblos de indios y educación en el México colonial,1750-1821, México, El Colegio de México, 2000, pp. 17-31.
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Sonora y Durango se utilizaron princi-
palmente dos fuentes primarias y tres
secundarias. En el ramo de Historia del
AGN se encontró una relación geográfi-
ca de Sonora-Sinaloa en la cual se pre-
sentaba una lista, en orden geográfico
por subdelegaciones, de las ciudades,
villas, pueblos de indios, reales de
minas y presidios. Para la intendencia
de Durango, la base fue una relación
geográfica de 1789 que incluía los
nombres de los pueblos en cada subde-
legación y su ubicación en leguas de
distancia hasta el pueblo cabecera.
Sin embargo, no fue fácil hallar los
nombres de los pueblos, ya que para la
época colonial el AGN tiene 115 diferen-
tes ramos, o sea, secciones de archivos
que corresponden a una función del
gobierno virreinal. Estos 115 ramos
contienen 41,248 volúmenes de docu-
mentos (que según los cálculos del
Archivo ocuparían 4.6 kilómetros linea-
les de espacio si se colocaran los volú-
menes parados verticalmente). De
hecho, se encontró la información
necesaria para preparar listas de los
pueblos de indios en diez de los 115
ramos del AGN. Estos ramos fueron:
Ayuntamientos, Civil, Historia, Hospital
de Jesús, Indios, Intendencias, Padro-
nes, Parcialidades, Propios, Arbitrios y
Bienes de Comunidad, y Tierras. Tam-
bién se hallaron datos en los archivos
estatales de Durango, Chihuahua, Tlax-
cala, Jalisco y Oaxaca.
El 70 por ciento de los pueblos se
encontraron en documentos financie-
ros y el 30 por ciento en relaciones
geográficas y padrones.
Para encontrar los nombres de los
pueblos de indios en las intendencias de
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reconocido por las autoridades virrei-
nales. Durante el siglo XVIII, un pueblo
de indios se puede definir como un
lugar donde vivían ochenta tributarios
(equivalente a 360 personas), con una
iglesia consagrada, autoridades indíge-
nas electas anualmente y una dotación
de tierra inalienable.
El consejo gobernante del pueblo,
llamado la “república”, desempeñaba
cinco actividades principales:
1. Recolectar el tributo para el rey y
la contribución de un real y medio para
la tesorería municipal, llamada la caja
de comunidad.
Dos fuentes secundarias, original-
mente escritas en el siglo XVIII, ayuda-
ron mucho para localizar los pueblos:
Villaseñor y Sánchez, Joseph Anto-
nio, Teatro americano, descripción
general de los reynos y provincias de la
Nueva España y sus jurisdicciones, edi-
ción facsimilar de 1746 y 1748, 2 vols.,
México, Editora Nacional, 1952.
Tamarón y Romeral, Pedro, Demos-
tración del vastísimo obispado de la
Nueva Vizcaya, 1765, Durango, Sinaloa,
Sonora, Arizona, Nuevo México, Chi-
huahua y porciones de Texas, Coahuila
y Zacatecas, introducción bibliográfica
y acotaciones de Vito Alessio Robles,
México, Antigua Librería Robledo de J.
Porrúa e Hijos, 1937.
La tercera fuente importante para
la cartografía del noroeste es Gerhard,
Peter, La frontera norte de la Nueva
España, México, Universidad Nacional
Autónoma de México, 1996.
El “pueblo de indios”, tanto en la
parte céntrica y sur del virreinato como
en las tierras norteñas, era un término
legal que se refería a un asentamiento
humano con gobernantes indígenas
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yaquis. El mapa 3 muestra los pueblos.
En la intendencia vivían 52,700 in-
dios entre una población total de
121,400 personas. Era la intendencia
más grande de la Nueva España, cubría
19,143 leguas cuadradas. La densidad
de la población era la menor en todo el
virreinato: seis personas por legua cua-
drada. La densidad más alta fue la de
Guanajuato con 568 personas por le-
gua cuadrada.7 La subdelegación sono-
rense con el mayor número de habitan-
tes indígenas fue la de Ostimuri con 20
mil indios y 32 pueblos, seguida por
Sinaloa con 15 mil indígenas en 19
pueblos y la subdelegación de Sonora
con 9,300 indios y 43 pueblos.
La intendencia de Durango abarca-
ba 23 subdelegaciones y 167 pueblos
de indios. En cuatro subdelegaciones no
existía un solo pueblo de indios: Cerro
2. Supervisar los fondos y los bienes
de la comunidad para financiar las
celebraciones religiosas, la escuela de
primeras letras y obras públicas. En el
campo de la educación, llama la aten-
ción que los indios de la ciudad de
México publicaron con fondos comu-
nales un libro de texto para los estu-
diantes indígenas, que era la biografía
de una mujer otomí de Zacatecas en el
norte del virreinato.6
3. Administrar justicia para críme-
nes menores.
4. Repartir las tierras comunales
entre los tributarios.
5. Autorizar los testamentos verba-
les o escritos de los indios.
La intendencia de Sonora-Sinaloa
fue dividida en siete subdelegaciones.
En total, había 138 pueblos de indios
cuyos habitantes eran mayos, pimas y
6 La vida de Salvadora de los Santos fue publicada dos veces por las parcialidades de indios de laciudad de México, en 1784 y en 1791, cada vez con un tiraje de mil ejemplares. En el prólogo, losgobernadores indios de Tenochtitlan y de Tlatelolco escribieron: “[Este libro] tiene el objeto reco-mendable de proveer las Escuelas y Migas donde nuestros hijos son educados, de una especie deCartilla, en que enseñándose a leer, aprendan al mismo tiempo a imitar las virtudes cristianas conel dulce, poderoso y natural atractivo de verlas practicadas por una persona de su misma calidad”.7 Gerhard, op. cit., p. 310. Alejandro de Humboldt, Ensayo político sobre el reino de la Nueva España,estudio preliminar, revisión del texto, cotejos, notas y anexos de Juan A. Ortega y Medina, México,Editorial Porrúa, 1991, p. 105.
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total de la intendencia fue de 159,700.
Tanto en los pueblos de Durango como
en Sonora, el gobernador de algunos
pueblos llevaba el título de “general” o
“capitán” porque dirigía a los indios fle-
cheros que defendían la región de las
incursiones de los apaches.8 Ver mapa 4.
En una relación geográfica, el
intendente de Durango se refirió a va-
18
Gordo, Mapimí, San Bartolomé y Santa
Bárbara. La población indígena de la
intendencia era de 51,500 personas, con
el mayor número en la subdelegación de
Cusihuiriachic, con 16 mil tarahumaras
en 40 pueblos; seguían Batopilas, con
10 mil indios en 33 pueblos, y Ciénaga
de los Olivos, con 10 mil habitantes
indígenas en 29 pueblos. La población
8 Gerhard, ibid., pp. 213-214, 307. Humboldt, ibid., p. 105.
Mapa 3. Intendencia de Sonora-Sinaloa en 1800.7 subdelegaciones • 138 pueblos de indios • 52,700 indios.
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rios aspectos de los pueblos de indios
de su jurisdicción, tales como “el go-
bierno político, económico y adminis-
tración de justicia en los pueblos de
indios”, “los generales de indios”, “los
bienes de comunidad”, “la demarcación
de las tierras”, “la escuela de primeras
letras en las cabeceras de subdelega-
ciones de pueblos de meros indios”, “la
construcción de cárcel en las mismas”,
“la siembra de comunidad, su conser-
Mapa 4. Intendencia de Durango en 1800.23 subdelegaciones • 167 pueblos de indios • 51,500 indios.
vación, cosecha, custodia y distribu-
ción” y “el regreso a los indios ausentes
a los pueblos”.
Es interesante destacar que en
lugares ubicados en la frontera norte,
los pueblos de indios conservaban las
prácticas políticas de los poblados in-
dios en el centro y sur. Un mapa de
Tonati, Nayarit, de mediados del siglo
XVIII, mostraba la “casa de comunidad
de los indios”, una indicación de que
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blece un vínculo de amistad entre los
archivistas y los usuarios que enrique-
ce la convivencia y hace aún más pro-
ductiva la búsqueda de documentos
relevantes para la investigación.
En muchas ocasiones he recibido
sugerencias muy útiles de los archivis-
tas y a veces ellos, por iniciativa propia,
han encontrado documentos que resul-
taron muy importantes para mi inves-
tigación. En vista de este ambiente de
confianza y amistad, quisiera mencio-
nar algunas sugerencias que creo
resultarían de beneficio mutuo.
Es importante que al escribir el
resumen de un documento o de un ex-
pediente se anoten los nombres geo-
gráficos exactamente como aparecen,
sin modernizar la ortografía y sin uni-
formar las variaciones en la manera de
escribir el nombre de una misma loca-
lidad. También es útil incluir el nombre
del patrón del pueblo, ciudad o villa, y
no sólo su “apellido”.
20
los coras del pueblo se congregaban
ahí para realizar las reuniones de la
república y la administración de justi-
cia.9 Igualmente, en el pueblo de indios
de Arizpe, Sonora, en 1780, tres años
antes de recibir la designación de “vi-
lla” de españoles, el mapa señalaba la
“casa de comunidad” cerca de la pa-
rroquia.10
ALGUNAS SUGERENCIAS PARA LA CATALOGACIÓN
DE DOCUMENTOS
Los historiadores no pueden realizar
sus investigaciones sin la ayuda de los
archivistas. Es frecuente que los direc-
tores de los archivos, una vez entera-
dos del tema de la investigación y de la
búsqueda del historiador, y debido a su
conocimiento y experiencia, proporcio-
nen ayuda valiosa y consejo parra la
localización de los documentos.
Además del apoyo profesional que
ofrece el archivista, a menudo se esta-
9 Max Moorhead, The Presidio, Bastion of the Spanish Borderlands, Norman, Oklahoma, Universityof Oklahoma Press, 1975.10 Mapa núm. 122, en Luis Navarro García, Don José de Gálvez y la comandancia general de las pro-vincias internas del norte de Nueva España, Sevilla, 1964.
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Siempre ayuda que el nombre del
autor o autores de un documento
vayan acompañados con sus títulos
completos. Si hay abreviaciones en los
títulos, deben reproducirse como están
y no intentar interpretar lo que pudie-
ra significar una abreviación.
Cuando aparece el nombre de una
oficina o entidad gubernamental o
eclesiástica, se debe anotar en forma
completa y no de la manera en que se
le conoce comúnmente. Por ejemplo, la
“Contaduría General de Propios, Ar-
bitrios y Bienes de Comunidad” apare-
ce en el catálogo del AGN como “Propios
y Arbitrios”. Este título da la impresión
de que el ramo solamente contiene
datos financieros sobre las ciudades y
villas de españoles, cuando en realidad
hay más volúmenes sobre las finanzas
de los pueblos de indios y sus “bienes
de comunidad”, que de los centros
urbanos de los españoles.
Algo similar ocurrió en un archivo
en Michoacán donde se ha nombrado
el ramo con los documentos coloniales
sobre los “bienes de comunidad” de los
pueblos de indios con el título “Comu-
nidades Indígenas”, el cual no se co-
rresponde con el lenguaje del Virrei-
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dios”, “naturales” e “hijos del pueblo”, no
se usa el término “indígena”. El archivis-
ta debe catalogar según los términos y
las palabras de los documentos y no sus-
tituirlos con palabras contemporáneas.
Otro ejemplo de esta tendencia es
la de poner el término “fundo legal” en
las descripciones de documentos ante-
riores a 1790, para referirse a la dota-
ción de tierra comunal de cada pueblo.
Antes de esa fecha, los expedientes
hablan de las “tierras para vivir y sem-
brar”, “tierra por razón de pueblo” o las
“seiscientas varas que como a pueblos
les pertenece”. Aunque el archivista
sabe que el documento se refiriere al
“fundo legal” de un pueblo, no debe
incluir este término en el catálogo, sino
utilizar las palabras del mismo escrito.
Finalmente, es una gran ayuda si se
anota la existencia de mapas, planos,
dibujos, pinturas, códices, folletos, re-
cibos o papeles impresos que se en-
cuentran dentro de un expediente.
nato y que no representa el contenido
del acervo.
El término “comunidades indígenas”
no se utilizó en la legislación mexicana
hasta el siglo XX, alrededor de 1930.11
Nunca se usó durante la época colonial.
Se referían en los documentos a los
“pueblos de indios” y no a las “comuni-
dades indígenas”. Creo que es impor-
tante no confundir una entidad corpo-
rativa con su personalidad jurídica,
como era el “pueblo de indios” en el
virreinato, con agrupaciones indígenas
del siglo XX. Por ende, los historiadores y
los archivistas deben llamar a las loca-
lidades indígenas de la época virreinal
“pueblos de indios” y no “comunidades
indígenas”, en sus artículos y libros
sobre la historia de los siglos XVI al XVIII.
El sustantivo “indígena” o “indíge-
nas” tampoco se usó antes de la In-
dependencia. Cuando se refieren a los
indios durante la época colonial, los do-
cumentos contienen las palabras “in-
11 Véase nota 15 en Tanck de Estrada, op. cit* Investigadora de El Colegio de México. Ponencia presentada en la mesa “Archivos e historia” dela Reunión de Archivos del Norte, celebrada en Mazatlán, Sinaloa, los días 31 de marzo, 1 y 2 deabril de 2004.
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Tales acciones se empalmaron con
la integración del grupo Camisas Ro-
jas, formalmente llamado Bloque de
Jóvenes Revolucionarios. Este grupo de
choque era semejante, en métodos, a
sus contemporáneos fascistas de Euro-
pa y Estados Unidos de América, que
allanaban domicilios, destruían imáge-
nes religiosas, humillaban a los bebe-
dores y, por supuesto, apaleaban a los
políticos antigarridistas. El mayor dis-
turbio propiciado por este grupo ocu-
rrió en la parroquia de San Juan Bau-
tista, Coyoacán, el 30 de septiembre
de 1934, cuando los garridistas balea-
ron a los feligreses que salían después
del servicio religioso. Murieron cinco
personas y resultaron heridas más de
treinta; sin embargo, la multitud enar-
decida logró capturar y linchar a uno
de los agresores y acorralaron a los
demás en lo que hoy son las oficinas
delegacionales. Al final fueron deteni-
En la galería 7 del Archivo General
de la Nación se ubica uno de los
fondos contemporáneos que ayudan a
comprender la etapa de reconstrucción
revolucionaria, el fondo Tomás Garrido
Canabal. El revolucionario nació en Ca-
tazajá, Chiapas, en 1890; estudió en
Campeche, Camp., y su mayor desem-
peño político ocurrió en Tabasco, don-
de gobernó en tres ocasiones (1923-24,
1924-27, 1930-34).
Igual que muchos revolucionarios
de su tiempo, Garrido Canabal siguió el
impulso del ideal socialista y, como
otros tantos, estaba convencido de que
la Iglesia católica había sido el peor
mal de nuestra historia. Durante su
gestión, Tomás Garrido puso el acento
en la producción agrícola, en la ense-
ñanza racionalista y en su campaña
contra el clero, expulsando a varias
monjas y prelados del estado de
Tabasco.
UNA MIRADA AL ARCHIVO DOCUMENTAL DE TOMÁS GARRIDO CANABAL
Héctor Javier Pérez Monter*
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24
nes que sólo pueden revelar los pape-
les, o formalizar las intenciones.
En la sección llamada Actividad pú-
blica se deriva la serie Agricultura y
Fomento, que comprende el desempe-
ño de Tomás Garrido Canabal en ese
puesto. En la caja uno, de un total de
quince, se archivan asuntos con la letra
A, entre ellos el expediente General
Manuel Ávila Camacho; subsecretario
de Guerra y Marina. Son tres documen-
tos, entre los cuales cabe destacar una
carta manuscrita por el futuro presi-
dente de la República:
“Muy estimado amigo, tengo el gusto
de presentarle a usted al general An-
tonio Guerrero, comandante militar en
el estado de Chihuahua, miembro dis-
tinguido de nuestro ejército, viejo revo-
lucionario y gran amigo mío a quien
ruego a usted atender en un asunto que
tratará a usted relacionado con la
Secretaría a su digno cargo. Aprovecho
saludarlo muy afectuosamente con mis
agradecimientos por la atención que
preste al señor general Guerrero y
quedo como siempre, amigo suyo que
lo estima: Manuel Ávila Camacho.”
dos 65 camisas rojas, quedando for-
malmente presos cuarenta de ellos.
Como síntoma de insensibilidad o
impunidad de la época, este hecho
sangriento, a todas luces perpetrado
por su gente, no detuvo en absoluto la
trayectoria política de Garrido Cana-
bal, que en los mismos días de la
matanza fue invitado a ocupar la car-
tera de la Secretaría de Agricultura y
Fomento, en el gabinete del recién
electo general Lázaro Cárdenas, el cual
confeccionó el Jefe Máximo de la
Revolución, el sonorense Plutarco Elías
Calles.
Más adelante, tras el enfrenta-
miento de Cárdenas con Calles, el mi-
choacano invitó a Garrido Canabal a
seguir en su puesto, pero por lealtad al
Jefe Máximo, éste renunció y acompa-
ñó en su exilio al segundo.
Este esbozo biográfico, sin ser
exhaustivo, nos permitirá comprender
algunos documentos del fondo que
lleva su nombre. La mayor esperanza es
que esta breve descripción sirva para
que aquellos que conocen los hechos
con mayor profundidad, puedan expli-
carnos y explicarse algunas motivacio-
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25
Joaquín Amaro es otro expediente
de esta caja, donde encontramos un
documento interesante por los perso-
najes a los que implica. El general Ama-
ro ya había sido secretario de Guerra y
Marina en el gabinete de Plutarco Elías
Calles, y se le consideraba el moderni-
zador del ejército mexicano. Para 1934,
fecha de este comunicado, Amaro se
desempeñaba como director de
Educación Militar, en el Colegio Militar
de Popotla. Amaro le escribe a Garrido:
En su respuesta al subsecretario de
Guerra y Marina, del 10 de enero 1935,
Garrido Canabal sólo da cuenta de
haber atendido su petición:
“Muy estimado y fino amigo, de acuer-
do con los deseos que me expresa
usted a su apreciable carta fechada el
5 de diciembre, tuve el gusto de aten-
der a su recomendado, el general An-
tonio Guerrero. Aprovecho esta oportu-
nidad para enviarle mi saludo muy
afectuoso.”
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diputado local en Durango en 1929,
cuando se unió a la rebelión de José
Gonzalo Escobar, una asonada que
tuvo al 40% del ejército de su lado y
que permitió que Salas ocupara la
gubernatura de Durango interinamen-
te. Ambos personajes, Escobar y Salas,
huyeron del país cuando fracasó la
rebelión; pero este comunicado revela
que Salas Barraza no tardó mucho en
volver, a diferencia de Escobar, que
seguía en el exilio.
“El señor Salas Barraza trabaja como
agente general de esa secretaría en
Durango, Durango. Tengo conocimiento
de que su labor es de efectivo beneficio
“Estimado y fino amigo, ruego a usted
sirva disculparme que lo distraiga de
sus múltiples atenciones para reco-
mendarle al señor Jesús Salas Barraza,
portador de la presente, quien me pidió
este acercamiento con usted para salu-
darlo y recibir sus órdenes.”
Cabe interrumpir el texto para re-
cordar que Jesús Salas Barraza es
auténticamente un ave negra de la
Revolución. En 1923 participó en el
exitoso asesinato de Francisco Villa,
por lo que fue procesado y condenado
a setenta años de prisión, aunque un
año después recibió el indulto, de
manera inexplicable. Si este antece-
dente no bastara, Salas Barraza era
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cuando tiene que revertir la cesantía
impuesta por Garrido a este personaje.
Presumiblemente por ello, Garrido
Canabal deja en su secretaria particu-
lar la respuesta, el 9 enero de 1935:
“Estimado señor, enterada de su atenta
carta del 5 de diciembre del año pasa-
do, me permito manifestar a usted que
por acuerdo del señor secretario de
Agricultura y Fomento, el señor Salas
Barraza ya fue reconsiderado en su
puesto. Reiterándole mi atenta consi-
deración: secretaria particular: Eloísa
Azcóaga del Valle.”
Este asunto espinoso no obsta para
que continúen transcurriendo entre
estos caballeros de la Revolución, con
toda normalidad, las recomendaciones
habituales y de rigor, empezando por el
chiapaneco:
“24 de enero 1935. Joaquín Amaro,
Director de Educación Militar. Estima-
do amigo, por medio de la presente
tengo el gusto de presentar a usted a la
señora María Prieto de González, quien
desea internar a su hijo en ese colegio,
para el pueblo y de acuerdo con las
autoridades legítimas, pues como revo-
lucionario y leal servidor, siempre ha
normado su conducta con toda honra-
dez en las diferentes comisiones que el
gobierno le ha conferido.”
Si el indulto no dejaba dudas de las
valiosas comisiones que Salas Barraza
había desempeñado para la Revo-
lución, cabe acotar que estas últimas
palabras pueden implicar al gobierno
triunfante en el asesinato de Villa. El
“modernizador del ejército mexicano”
continúa:
“Sé perfectamente que el señor Salas
Barraza es conocido de usted, por
tanto esta carta lleva el solo objeto de
acercarse a usted para tratarle el asun-
to que le interesa. Con mis mejores
deseos para usted, le envío atentos
saludos, me repito su afectísimo amigo,
atento y seguro servidor, Joaquín
Amaro. 5 de Diciembre de 1934.”
Entrevistar a tal pillo debió ser una
tarea totalmente desagradable, más
aún, como veremos a continuación,
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al atender a mi recomendado, el joven
Raúl González Prieto. Saludo afec-
tuosamente, quedo de usted su afectí-
simo amigo y servidor: TGC.”
LOS ANÓNIMOS
Las amenazas siempre marcaron fuer-
tes derroteros en la vida de Tomás
Garrido Canabal. En 1926, una secuela
de atentados lo orilló a dejar su cargo
como senador por Tabasco, para refu-
giarse en Estados Unidos. En el expe-
diente rotulado “anónimos” de la
misma caja 1, hay una carta manuscri-
ta en italiano, proveniente de Cin-
cinnati, Ohio, y fechada (fatídicamen-
te) el 12 de diciembre de 1934. Una
carta va engrapada, o diríamos “alfile-
reada” (porque entonces se usaban
alfileres), con la traducción:
“A su excelencia Tomás G. Caníbal,
Secretario Agricultura, México D.F.
Pongo en conocimiento de su excelen-
cia que 20 millones de católicos esta-
mos resentidos por las persecuciones a
la iglesia de México. Los sufrimientos y
humillaciones de que han sido objeto
porque desea estudiar aviación. Le
suplico de la manera más atenta, que
de serle posible acepte al joven en el
colegio a su cargo. Me complace en-
viarle mis cordiales saludos. TGC”
Y por supuesto, viene la cordial res-
puesta de rigor:
“Estimado amigo, de acuerdo con los
deseos expresados en su muy grata
fechada el 24 de enero último, se die-
ron exámenes al joven Raúl González
Prieto, hijo de la señora María Prieto de
González, saliendo aprobado en todos
ellos, por cuyo motivo ya se giran las
órdenes respectivas para que cause
alta en el Colegio Militar como cadete.
Tornándole sus afectuosos saludos,
quedo de usted, como su afectísimo
amigo y servidor muy atento, Joaquín
Amaro.”
Y para que no haya duda de la
amabilidad mutua, el cierre del asunto:
“Me refiero a su atenta carta del 16 de
los corrientes para darle las más expre-
sivas gracias por la atención que tuvo
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“Los izquierdistas dominadores de la po-
lítica mexicana aspiran a tumbar la
iglesia católica para julio primero, ex-
pulsando a todos los sacerdotes católi-
cos del país. Cuando el gobierno y la
iglesia católica descansaron en 1928
(alude al fin de la Guerra Cristera) la
iglesia convino a que se registraran los
sacerdotes y en cambio el gobierno
convino en aceptar unas listas propor-
cionadas por los arzobispos; de esa
manera la iglesia fue conservada. (...) El
gobernador Tomás Garrido Canabal,
líder radical en Tabasco fue el primero
que se opuso (...) Tabasco fue uno de los
los arzobispos Ruiz Flores y Díaz han
sido reveladas a los católicos de Estados
Unidos. Si su excelencia continúa las
persecuciones los 200 millones de cató-
licos residentes en América contribuire-
mos con dólares, 200 millones, para la
construcción de aeroplanos e iremos a
buscarlo de noche! (signos de admira-
ción originales) Las leyes pueden cam-
biarse por medio de un hombre, mas no
la religión! Este es un aviso que tengo el
deber de comunicarle de manera que
pueda cambiar de opinión. Si su exce-
lencia, en el plazo de dos meses no es
bastante inteligente para reponer en
sus puestos a los arzobispos, tendrá la
sorpresa de ver en México 5 mil aero-
planos. Su seguro servidor: AGV.”
No es difícil pensar que el autor de
esta carta pudo estar entre la mafia
italoestadounidense; católico, intimi-
dante y con la prepotencia que dan los
excesos de dólares. Para comprensión
de esta carta, se anexa el recorte de un
diario estadounidense cuyo nombre no
se alcanza a distinguir, aunque en su
cuerpo se lee:
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Tabasco lo odia, lo repudia como mal
gobernante, como hombre ruin y des-
carado asesino. Salga usted de aquí
porque el pueblo metropolitano no
quiere tener un huésped de esa calaña.
Sepa usted que ha sido condenado a
muerte por determinada agrupación y
si a tiempo no se pone a salvo, se aten-
drá a las consecuencias. ARPM.”
Otro anónimo también involucra su
vida, pero éste para advertirlo. Esta
carta tal vez sería una prueba, en caso
de que alguno de los siguientes men-
cionados haya sido víctima de algún
acto de los Camisas Rojas, o de una
misteriosa desaparición o muerte.
“México a 30 de abril de 1935. Sr. Li-
cenciado Tomás Garrido Canabal. Se-
primeros estados que expulsó a los
sacerdotes. Canabal creó una ley
demandando a los sacerdotes y a las
monjas que [se] casaran (...) Otros esta-
dos han seguido el camino de Tabasco,
siendo hasta ahora 12 los estados que
prohíben a los sacerdotes oficiar (...) Los
izquierdistas aspiran a eliminar a todas
las religiones, declarándose incrédulos
a todas ellas. 13 nov, 1934 Universal
Services, Inc.”
Otras amenazas anónimas son al
parecer mucho más cercanas y direc-
tas:
“VIEJO troglodita. Usted es universal-
mente odiado por sus hechos, por sus
crímenes tan abominables y tan gran-
des que ha cometido. El pueblo de
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González 100; Pepe Giorgiana 100;
Salvador Fernández 300; Hijos de
Federico Calcane 500, doctor Marín
Erasmo 100; licenciado Margali 100; y
otros más que usted ha sacado de esa
ciudad, reaccionarios y cabrone. (sic)
Un buen amigo. PD Ya anoche estuvie-
ron rondando por su casa, tenga
mucho cuidado.”
Otra carta, no menos retadora, sólo
pretende hacerle leer al hombre del
sureste algo contra sus convicciones, y
firma con su nombre.
cretario de Agricultura, México. Ano-
che se efectuó una junta en la casa del
doctor Everardo y se trató de buscar a
una persona que lo asesine, habiendo
tornado más interés Nelson, el herma-
no del doctor, pues dice que usted los
ha fregado mucho en el asunto de la
casa que está frente al telegrama allá
en Villahermosa. Las personas que se
cuotizaron (sic) son las siguientes:
Doctor Everardo: 600 pesos; Nelson
Everardo: 600 pesos; Andrés Salas:
100; Duque de Estrada: 500, doctor
Moldón 200; Fernando de la Torre 400;
Flavio Castillo 100; licenciado Agustín
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sus preocupaciones, quizá le hizo olvi-
darse del asunto. Confío en que por
tratarse de un periódico hecho por y
para mujeres, contaremos con su valio-
sa ayuda en el asunto relacionado a mi
plática con usted y me permito recor-
dárselo para que cuando usted lo juz-
gue prudente lo trate con el licenciado
Garrido. Dentro de breves días pasaré a
recoger la colaboración de sus compa-
ñeras y sería un honor para nosotras
contar con algo escrito por usted. Sin
más a qué referirme y deseándole todo
bien, me repito de usted, afirmativa,
atenta y servidora Julia Guzmán Es-
parza. 25 dic 1934.”
La editora tiene los mismos apelli-
dos del que fuera diputado constitu-
yente, Salvador Guzmán Esparza,
médico de las filas maderistas y
carrancistas, además de editor del
periódico satírico El Zancudo y embaja-
dor de México en muchos países. Eloísa
no se inmuta por la omisión de su
nombre, tal vez por la discreta tarea
que debía desempeñar, y responde el 2
enero 1935.
“Señor licenciado: rehusará hacer una
vez en su vida a decir la siguiente her-
mosa jaculatoria: Sagrado dorazón (sic)
de Jesús en vos confío. José Suárez.
Pichucalco, Chiapas.”
Como respuesta, es notoria la ano-
tación vehemente (siempre con lápiz)
de Garrido Canabal y en letras enormes:
Archivo, que casi significa: a la basura.
Más adelante, otras investigaciones
podrán dar cuenta de la importancia
que tuvo en esta historia su secretaria
particular, Eloísa Azcúaga del Valle,
una educadora rural, adelantada a su
tiempo, como lo demuestra su propia
correspondencia. El caso comienza por
la petición de una revista, seguramen-
te también única en su tiempo.
“Nosotras, la revista de la mujer que
lucha. Señorita secretaria del ministro
de Agricultura, licenciado Garrido, pre-
sente. Distinguida señorita: me permi-
to molestar su atención para recordar-
le la colaboración que para la revista
que dirijo amablemente me ofreció. No
he querido molestarla antes por los
días pasados de fiestas, que añadidos a
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En otra de sus cartas, Eloísa Azcúaga
deja ver que la feminidad no es distante
de las ideologías de vanguardia.
“2 enero 1935. Sra. Ana María Her-
nández de Ambríz. Presente. Mi queri-
da amiguita. Le suplico atentamente
tenga a bien informarme qué pasó con
el ciclo de conferencias que me prome-
tió me daría. El objeto es el de saber
cómo se ordena y cómo se embellece el
hogar del obrero y del campesino.
Como sabe, me interesa todo lo que
trate de estos asuntos, por eso le ruego
se comunique conmigo lo más pronto
que pueda. La abraza con mucho cari-
ño: Eloísa Azcúaga del Valle.”
“Con la presente, tengo el gusto de
enviarle tres trabajos que le prometí
para la revista que usted dirige lo que
le servirán de algo, pues el tópico que
tocan es estrechamente ligado con el
fin que ustedes persiguen a través de
las líneas de su revista. Las señoritas
que los suscriben son empleadas de las
diferentes dependencias de esta secre-
taría, todas ellas iniciadas y guiadas
por mí en las teorías socialistas de van-
guardia y por esto tengan tal vez algo
que usted desee corregir, puede hacer-
lo con libertad, pues como le repito es
la primera vez que van a colaborar con
nosotras en asuntos de esta naturaleza.
Atte. Eloísa Azcúaga del Valle.”
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le que estabas bien y que no tuviera
preocupación alguna por ti. Te abrazo
afectuosamente y si se te ofrece o
deseas algo que tenga relación conmi-
go o con esta secretaría particular, ya
sabes que estoy siempre a tus órdenes
y a las de tu mamá a quien quiero
mucho. Eloísa Azcúaga del Valle.”
Podemos pensar que Carlos Ma-
drazo se hallaba incomunicado, escon-
dido o detenido, muy probablemente
por los sucesos de Coyoacán, apenas a
tres meses de haber sucedido, pues
muchos católicos seguirían persiguien-
do a sus contrarios.
Esta es una pequeña mirada, com-
plementada con algunos datos, para
darnos cuenta de lo mucho que puede
decirnos casi cualquier documento del
Archivo General de la Nación. No hay
temas áridos para quien gusta del tema
que investiga.
Para terminar el recorrido de esta
caja, encontramos en la misma corres-
pondencia de Eloísa a un notable per-
sonaje que más adelante presidiría el
Comité Ejecutivo Nacional del Partido
Revolucionario Institucional, cargo al
cual renunció luego de fracasar en su
intento de modernizarlo, y después
moriría en un accidente de aviación.
Carlos Alberto Madrazo Becerra fue en
su juventud (1933-35) integrante de
los Camisas Rojas. Eloísa le escribe con
mucho afecto a este joven de entonces
casi veinte años:
“México D.F. a 2 de enero de 1935.
Señor Carlos Madrazo, presente. Te
envío estas letras para saludarte afec-
tuosamente. No me he olvidado de ti
en todos estos días y el sábado estuve
en esa [ciudad] para hablar contigo,
pero me informaron que estaban todos
incomunicados. Sin embargo, el día 31
envié un mensaje a tu mamá diciéndo-
* Comunicólogo, guionista e investigador periodístico. Profesor de la UNAM.Cabe anotar que Carlos Ruiz Abreu y Jorge Abdo Francis preparan un catálogo sobre el Fondo
documental Tomás Garrido Canabal, del cual existen tres tomos publicados: El hombre del sures-te, AGN-Universidad Juárez Autónoma de Tabasco, México (col. Manuel Mestre Ghigliazza).
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35
INTRODUCCIÓN
Para explicar el movimiento de la pro-
ducción de grana cochinilla en Oaxaca
entre 1810 y 1830 se debe destacar
que, en la economía regional, parece
evidente que la penosa marcha hacia la
conformación del Estado nacional dejó
sentir sus efectos sobre este sector.
Esta experiencia influyó en que una
amplia bibliografía dejase de lado tres
Qué distinta procreación vemos en esta semilla,
estimase a maravilla en cualesquiera nación.
Sin másculo [sic], ¡oh admiración!, guarda su
especie preciosa, repartiendo como rosa
al orbe muchos carmines. No pasando de
los fines Antequera viva la goza.
Juan Manuel Mariscal, Manifiesto de los arbitrios.
LA PRODUCCIÓN DE GRANA COCHINILLA EN OAXACA
A PRINCIPIOS DEL SIGLO XIX1
Luis Alberto Arrioja Díaz Viruell*
problemas de indudable importancia. El
primero tiene que ver con las cargas
fiscales que gravaron la producción y
circulación de cochinilla. El segundo se
concentra en la escasez de fuentes de
financiamiento para este sector. El ter-
cero se relaciona con el surgimiento de
nuevas zonas productoras del tinte.
Aquí se elabora un balance sobre
los cultivos de grana en el ámbito
regional. Es un enfoque muy general,
1 Este trabajo es resultado del seminario “Historia económica de México en el siglo XIX”, dirigidopor el Dr. Carlos Sempat Assadourian en El Colegio de México, entre septiembre de 2002 y enerode 2003.
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para ello. La preferencia por estudiar la
producción y circulación del tinte obe-
dece a dos cuestiones: durante tres-
cientos años la grana fue un “motor”
que activó la economía mexicana y la
vinculó con los mercados del Viejo
Mundo; este sector involucró diversos
aspectos de la vida económica, tal es el
caso de los repartimientos de mercan-
cías, la demanda internacional y el
comportamiento económico de los
indios productores.
Pese al arraigo y la importancia que
reviste el estudio de la cochinilla, la
historiografía se ha concentrado en
analizar la difusión del tinte con base
en el trabajo indígena, su demanda en
la industria textil europea y el papel
que cumplieron los comerciantes y
burócratas en su comercialización. Este
en tanto no se profundice en la expe-
riencia de los principales actores de
este proceso: los pueblos de indios.
También se recapitula sobre la produc-
ción del insecto en el periodo colonial
y en el republicano. En cuanto a las fe-
chas que comprende este artículo, han
sido fijadas a partir de las posibilidades
que ofrecen las fuentes de archivo; así
también, se ha procurado abarcar un
periodo pocas veces atendido por la
historiografía nacional y regional.
Uno de los temas que aparece con
mayor frecuencia en los estudios dedi-
cados a los tintes es la producción de
grana cochinilla,2 lo que ha significado
analizar su importancia en la economía
colonial3, su articulación con el comer-
cio internacional4 y sus vínculos con el
sector indígena.5 Hay buenas razones
2 Se hallan balances sobre la producción y el comercio de tintes naturales en Hispanoamérica en:Sánchez Silva, 1992; Sánchez Díaz, 2000.3 Lee, 1948; Arcila Farías, 1950; Heers, 1960, 1961; Berthe, 1960; Dahlgren, 1963; Brana, 1966;Cabello Carro, 1982; Salazar, 1982; Trabulse, 1990; Saravia, 1992, 1994; Hamnett, 1994;Tarantola, 1999; Rabell, 2001.4 Chrystelow, 1947; Armitage, 1953; Hamnett, 1971; Fairlie, 1965; Herrera, 1977; Bernal y García,1976; García Baquero, 1976; Nadal Farreras, 1978; Ortiz de la Tabla, 1978; Roquero y Córdoba,1987; Sánchez Silva, 2002.5 Hamnett, 1976; Pietschmann, 1977; Pastor, 1987; Carmagnani, 1988; Chance, 1989; SánchezSilva, 1993, 1995; Contreras, 1996; Baskes, 1996, 2000; Menegus, 2000; Machuca, 2000;Dehouve, 1988, 2001.
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37
las peculiaridades del tinte en la ante-
sala del siglo XVI, sobresale la obra de
fray Bernardino de Sahagún, quien
señaló en su Historia general de las
cosas de Nueva España que “la grana o
nocheztli es un gusano que se cría en
ciertos géneros [de nopales] y tiene la
sangre muy colorada. Esta grana es
conocida en estas tierras y fuera de
ellas, y hay grandes tratos de ella; llega
hasta Turquía y China, casi por todo el
mundo es preciada y tenida en mucho.
A la grana que ya está purificada le lla-
man grana recia o fina, véndenla los
indios en los tiánquez hecha en panes,
para que la compren los pintores y tin-
toreros”.7 Para el caso de Oaxaca,
Francisco Hernández apuntó en su
Historia de las plantas de Nueva España
que “en esas tierras crece en abundan-
cia, [los insectos] son blancos por fuera
y color escarlata por dentro que nacen
aplicando a las [nopaleras] semillas del
año anterior [...] y sirven igualmente
para teñir las lanas de color escarlata,
trabajo, en cambio, pretende revisar los
factores que orientaron los ciclos pro-
ductivos de la grana entre colonia y
república.
En primer lugar se exponen los ras-
gos distintivos de la tintórea durante el
periodo colonial. En segundo, se anali-
za la producción de cochinilla entre
1810 y 1830.
LA GRANA COCHINILLA, SIGLOS XVI Y XVII
Como lo han demostrado las Relaciones
geográficas del siglo XVI, las propiedades
de la grana cochinilla (Coccus cacti)
fueron conocidas desde “tiempos inme-
moriales” por los pueblos de indios.
De acuerdo con esta fuente, duran-
te el periodo prehispánico la cochinilla
se domesticó y cultivó en diferentes
regiones de los actuales estados de
Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Puebla y
Tlaxcala.6 Según parece, el insecto se
utilizó con fines religiosos, tributarios y
estéticos. Entre los textos que registran
6 Papeles de la Nueva España, 1905, vols. III y IV.7 El franciscano emplea el término “panes” para aludir a un grupo de insectos que eran compac-tados en barras (tlaxcalnocheztli) para luego negociarlos en los mercados indígenas. Sahagún,1992, libro XI, p. 698.
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38
taciones mexicanas hacia Europa.
Conviene preguntar cuáles fueron los
factores que alentaron la producción
de grana en el territorio oaxaqueño.
Pese a que la cochinilla fue un pa-
rásito que aprendieron a cultivar los
grupos prehispánicos, la información
disponible sugiere que su impulso sólo
ocurrió con la consolidación del siste-
ma colonial español. En este proceso
contribuyeron el desarrollo de la indus-
tria textil europea, la búsqueda de tin-
tes alrededor del mundo y, sobre todo,
que los indígenas oaxaqueños domina-
ron una serie de técnicas para obtener
el carmín que producía el insecto.
Sobre esto, en 1599, Gonzalo Gómez
de Cervantes ratificaba en La vida eco-
nómica y social de Nueva España que:
“esta grana se criaba y cogía en el
tiempo de la infidelidad de los indios
en poca cantidad porque no tenían
salida de ella, y sólo les servía para dar
tinte a algunas mantas de poca consi-
y son indistintamente usados por tin-
toreros”.8
Como se observa, desde una época
muy temprana se registraron los atri-
butos de la cochinilla y se reconocieron
las principales zonas productoras. Por
lo tanto, no sorprende que durante los
primeros años de la Colonia se hayan
implementado algunas medidas para
fomentar su explotación, empezando
por Sebastián Ramírez de Fuenleal,
presidente de la Segunda Audiencia
(1531-1535), quien estableció en
Tlaxcala, Puebla y Oaxaca una serie de
“jueces” que obligaron a los indios a
cultivar el hemíptero.9
No obstante los esfuerzos por
beneficiar la grana, ésta se concentró
en la provincia de Oaxaca y desplazó a
otras zonas productoras. Así, desde
1554 y hasta la aparición de las tintu-
ras químicas en 1850, la cochinilla
oaxaqueña ocupó el segundo lugar,
después del oro y la plata, en las expor-
8 Hernández, 1946, t. III, pp. 943-944.9 Sobre las implicaciones que suscitaron estas medidas, véase: “Contienda legal y de hecho entreespañoles ganaderos e indios agricultores en el pueblo de Etla (1537)”, en Zavala, 1999, pp. 121-143; “Tributos de los indios de la Nueva España”, en Boletín del Archivo General de la Nación, vol.VII, pp. 200-226; Lee, 1948, pp. 455.
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ampliación de la demanda europea; en
el plano particular, sugieren que este
auge sólo ocurrió entre 1570 y 1585, y
fue consecuencia de las políticas que
implementaron los virreyes Martín
Enríquez y Pedro Moya de Contreras,
quienes forzaron a los indios a “criar y
vender con diligencia” este insecto en
la provincia de Oaxaca.11
deración de cuya causa los indios no se
aplicaban a criar más [...] y aún des-
pués de descubierta, ganada y conquis-
tada esta tierra, muchos años tuvo
poca salida y demandas, hasta que de
pocos años a esta parte, ha tenido
valor respecto de que de Castilla la
piden mercaderes, por haber aprobado
también allá; y con esta demanda que
de allá ha venido [...] ha ido en creci-
miento este insecto”.10
La grana oaxaqueña adquirió dos
singularidades con el sistema colonial.
Primero, que pese a ser uno de los pocos
rubros que estaba en manos indígenas,
su destino principal fue el Viejo Mundo;
en segundo lugar, que conforme esta
condición, sus ciclos productivos de-
pendieron de la demanda externa.
Por el momento, las cifras de pro-
ducción del siglo XVI son imprecisas
pero algunos estudios revelan dos tipos
de información: en el plano general,
muestran un incremento en los volú-
menes de la tintórea, atribuido a la
10 Gómez de Cervantes, 1944, p. 164. 11 Se estima que entre 1570 y 1585 las exportaciones de cochinilla a España alcanzaron las 12,000arrobas anuales. Lee, 1948, pp. 458-462; Heers, 1961, p. 15.
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repartimiento forzoso de mercancías,
el cual explotaba al máximo la econo-
mía indígena en beneficio del sector
español; también integraba en la base
de su estructura las propiedades y la
fuerza de trabajo nativas; enseguida, el
poder político de las autoridades de
gobierno, en especial los alcaldes
mayores; posteriormente, los recursos
de los acaudalados comerciantes de la
ciudad de Oaxaca. La literatura espe-
cializada muestra que los repartimien-
tos se realizaban cuando algunos
comerciantes costeaban una fianza a
la Real Caja de México para que un
funcionario de su confianza ejerciera
su mando en alguna alcaldía mayor; a
cambio, éste se comprometía a centra-
lizar la grana producida en la jurisdic-
ción y a entregarla a los comerciantes
que lo respaldaban. Para esto, el alcal-
de repartía dinero entre los pueblos de
modo que los indios le pagaran con la
cochinilla que cultivaban. Una vez que
reunía la grana de toda la jurisdicción,
la remitía a la ciudad de Oaxaca, de
donde los comerciantes la enviaban al
La producción de grana evolucionó
positivamente hasta finales del siglo
XVI, fecha en que una crisis demográfi-
ca azotó a la Nueva España. Autores
como María de los Ángeles Romero
Frizzi y Rodolfo Pastor han sugerido
que, entre 1590 y 1650, las comunida-
des de la Mixteca redujeron la crianza
de cochinilla y alentaron la de ganado
menor, una actividad que requería poca
mano de obra y que aprovechaba las
tierras que quedaban inactivas a causa
de la despoblación. En lo que toca a la
Sierra Norte de Oaxaca, John K. Chance
ha documentado que el descenso
demográfico hizo que los pueblos se
replegaran sobre sí mismos, abando-
nando la grana que cultivaban para el
mercado mundial. En los Valles
Centrales, la situación no era más
próspera, ya que la baja poblacional
perjudicó los cultivos.12
¿Qué medidas adoptó la Corona
para contrarrestar el descenso produc-
tivo? Diversos testimonios indican que
se recurrió a un sistema de producción
y comercialización conocido como
12 Pastor, 1987, pp. 146-148; Romero Frizzi, 1991, pp. 40-41; Chance, 1998, p. 166.
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cajas de 300 a 500 pesos, siendo así
que no les basta para llegar al corregi-
miento al que van, entran necesitados a
tratar y contratar y a vivir y enriquecer-
se del sudor de los indios y de las vio-
lencias que les hacen a los españoles”.14
Aunque los repartimientos se esta-
blecieron con el propósito de reactivar
la economía colonial, los testimonios
referidos indican que fueron un meca-
nismo que extrajo la fuerza y el traba-
jo indígena en favor del sector español.
De acuerdo con las fuentes revisa-
das, entre 1660 y 1700 la producción
de grana se incrementó como resulta-
do de los repartimientos y, sobre todo,
de una recuperación demográfica en
Nueva España. Además se amplió la
“frontera de la cochinilla”, es decir, el
parásito comenzó a cultivarse en dife-
rentes ecosistemas. Al respecto, el
padre Burgoa argumentó que alrededor
puerto de Veracruz para luego expor-
tarla a Sevilla. Pese a la relación desi-
gual que implicó este sistema los indí-
genas lo aceptaron, ya que era una vía
para obtener recursos y enfrentar las
contrariedades.13
Reconociendo que existe algo de
verdad en estos planteamientos, los
registros indican que los repartimien-
tos de grana eran más complejos, ya
que los indios estaban obligados a pro-
ducir grandes cantidades de cochinilla
mediante mecanismos de coacción y
con un margen de ganancia muy limi-
tado; por su parte, los alcaldes mayores
y los comerciantes obtenían pingües
ingresos con este sistema. Sobre esto,
Juan de Palafox y Mendoza, obispo de
Puebla, reportó en 1641 que en la pro-
vincia de Oaxaca:
“se sabe que cada uno de los alcaldes
mayores tiene de renta en las reales
13 “Informe del intendente de Oaxaca al virrey Conde de Revillagigedo sobre los antiguos reparti-mientos en Villa Alta (31 de agosto de 1790)”, AGNM, Subdelegados, vol. 35, fs. 203-205. Paraconocer los diferentes enfoques que existen sobre los repartimientos, véanse: Hamnett, 1976;Pietschmann, 1977; Pastor, 1985; Dehouve, 1988; Sánchez Silva, 1993; Baskes, 1996; Díaz-Polanco, 1996; Menegus, 2000.14 “Expediente sobre la reforma de los alcaldes mayores e inquietudes de Tehuantepec (1642-1678)”, en Hamnett, 1976, p. 33.
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relación que establecieron los pueblos
con los funcionarios coloniales para el
cultivo del colorante. Como fuere, esta
singular relación entre indios y autori-
dades permitió que las comunidades
rehabilitaran los cultivos de grana y
que participaran activamente en la
economía colonial.16
LA GRANA COCHINILLA, SIGLO XVIII
Durante la primera mitad del siglo XVIII,
importantes sectores y áreas geográfi-
cas mostraron indicios de una recupe-
ración económica. En Oaxaca, el creci-
miento productivo de la grana, el
incremento demográfico y la consoli-
dación de los repartimientos se cuen-
tan entre los elementos más represen-
tativos de este siglo.
Entre 1700 y 1750, Oaxaca se dis-
tinguió por ser una provincia que
exportó grandes cantidades de tinte
animal. En palabras de fray Ángel de
de 1670 los nopales de grana se exten-
dieron sobre las alcaldías de Teutila,
Teotitlán, Teococuilco, Justlahuaca,
Xicayán, Zimatlán, Huamelula, Tehuan-
tepec, Villa Alta y Nexapa. En esta últi-
ma, el religioso observó que era
“la nación más descansada y rica de
esta provincia, porque [...] hace algu-
nos años que ha vuelto a sembrar
grana o cochinilla y se da ahora con
tanta abundancia que entra en millares
la plata acuñada a estos pueblos y se
visten todos en trajes de españoles, con
tanta gala que algunos rozan sedas y
se sirven de plata, y son tan trascendi-
dos que con sus cosechas usan de
algunas habilidades que trascienden a
las de otras provincias”.15
Recapitulando, la producción de
grana cochinilla experimentó una
recuperación entre 1660 y 1700, la
cual es posible explicar a través de la
15 Burgoa, 1934, t. II, p. 289.16 Los cultivos de la grana se distinguieron por estar en manos de pequeños productores; losmedios de producción con se criaba la cochinilla pertenecían a los indios; en el proceso de crian-za y cosecha participaban todos los miembros de la unidad familiar; entre los elementos queabsorbió este proceso de trabajo sobresalen: costales de ixtle, colas de ciervo, zurrones de piel,cestos de palma y leña. Sánchez Silva, 1995, p. 92.
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se beneficiaron mucho sus cultivos.
Para 1750, estas alcaldías figuraban
como los espacios más importantes en
la “industria de la grana”.18
La bibliografía especializada revela
que a partir de 1750 Oaxaca comenzó
a sentir los efectos de la política ilus-
trada, especialmente a la luz de los
repartimientos. Entre 1750 y 1790 se
promovieron diversas disposiciones
para prohibirlos. Pese a su poca fortu-
na, las fuentes sugieren una inestabili-
dad en la producción del colorante.
Alexander von Humboldt anotó que a
cuarenta años de haber visitado la
Mixteca, unos funcionarios del virrey
se dedicaron a cortar nopaleras de
cochinilla para que los alcaldes dejaran
de repartir sus efectos; al parecer, los
alcaldes mayores hicieron caso omiso
de estas acciones y prefirieron rehabi-
litar los cultivos afectados.19
Sorprende que sólo con la Orde-
nanza de intendentes de 1786 se logró
Maldonado, obispo de Antequera, esta
situación llegó al punto de preocupar a
las autoridades locales ya que “la
cochinilla conduce al abandono del
maíz y de otros granos necesarios para
la subsistencia del indio [...] con lo cual
existirá una gran carestía de alimentos
entre todos los vecinos de esta provin-
cia”.17 Otras fuentes sugieren que esta
condición sólo fue perturbada por
desastres naturales como los de 1738 y
1740. Aunque sus efectos se dejaron
sentir en las nopaleras de grana, esto
apenas significó un paréntesis, pues la
producción del colorante logró sobre-
ponerse rápidamente. Las alcaldías de
Villa Alta y Nexapa fueron las jurisdic-
ciones menos dañadas. Desde 1700 se
caracterizaron por incrementar sus
cultivos, pues contaban con una pobla-
ción numerosa dedicada a las labores
de la tintórea. Además, Nexapa y Villa
Alta eran paso obligado en el comercio
con Guatemala y Veracruz, con lo cual
17 Según parece, entre 1700 y 1750 se produjeron cerca de 400,000 libras de grana, mientras queen el periodo 1650-1699 apenas se obtuvieron 150,000 libras. Hamnett, 1976, p. 37.18 Hamnett, 1976, p. 55.19 Estas medidas buscaban desaparecer los monopolios comerciales que manipulaban los alcaldesmayores, así como erradicar los excesos que se cometían contra las poblaciones nativas.Humboldt, 1991, Libro IV, cap. X, p. 304.
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hacían los alcaldes mayores”. Antonio
de Antequera opinaba que faltar los
repartimientos desapareció el control
sobre los indios y éstos optaron por
abandonar sus nopaleras o dedicarse a
otras actividades donde no intervenían
los funcionarios coloniales.21 Acep-
tando el alcance de estos argumentos,
la producción de cochinilla ya se veía
afectada desde las postrimerías del
siglo XVIII y continuó descendiendo en
los primeros años del XIX, y no sólo a
causa de la supresión de los reparti-
mientos, sino por las crisis agrícolas
que azotaron aquella intendencia entre
1805 y 1809.22 Las crisis fueron tan
severas que se precipitaron sobre la
población, al grado de provocar un
descenso demográfico de 14% en el
periodo referido. Numerosos cultivos
decretar su “desaparición” de los repar-
timientos. Dicha Ordenanza prohibió
que los alcaldes participaran en activi-
dades comerciales y estableció proce-
dimientos de denuncia, enjuiciamiento
y castigo contra las autoridades que
incurrieran en esa práctica. Esta dispo-
sición redujo los abusos contra los
indios, pero provocó una caída en las
cifras de producción y un incremento
en los precios corrientes de la grana.20
Se cuenta con poca información al res-
pecto, pero entre 1787 y 1810 los
observadores locales alegaron un des-
censo en la productividad de los indios.
En su Estadística de Oaxaca, José María
Murguía y Galardi consideró que la
decadencia de la grana venía desde
que se estableció la intendencia y se
suprimieron los repartimientos “que
20 De acuerdo con las estadísticas de la Secretaría de Industria y Fomento, entre 1780 y 1785 seprodujeron cerca de 4,948,787 libras de grana, mientras que en el lapso de 1786 a 1790 se obtu-vieron 2,308,735 libras, 53% menos respecto al quinquenio anterior. Noticia de las cantidades degrana registradas en la ciudad de Oaxaca, 1857, t. II, p. 152.21 Murguia y Galardi, 1826, t. IV, p. 33v; “Informe de Antonio de Antequera sobre el estado de lagrana en Oaxaca (mayo de 1810)”, AGNM, Industria y comercio, vol. 20, exp. 4, f. 135.22 Según las cifras presentadas, la producción de grana se comportó de la siguiente manera:
Fuente: Noticia de las cantidades de grana registradas en la ciudad de Oaxaca, 1857, t. II, p. 152.
1790-1794: 2,432,705 libras de grana 1800-1804: 2,119,812 libras1795-1799: 2,220,000 libras de grana 1805-1809: 1,485,900 libras
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profunda crisis debido al famoso pro-
yecto económico que eliminó a los
alcaldes mayores, por los criminalísi-
mos [sic] abusos e injusticias de sus
repartimientos, con lo cual sólo faltó el
numerario en los pueblos indios de este
obispado y la causa principal inmedia-
ta fue la decadencia de la grana y de
toda Oaxaca”.24 El obispo coincidía con
el intendente en reinstaurar los repar-
timientos, pero su enfoque fue muy
peculiar: consideraba que lo mejor para
de grana se perdieron en los partidos
de Tehuantepec, Xicayan, Xalapa del
Marqués y Teococuilco.
Ante el descenso de la tintórea, las
autoridades elaboraron un balance
sobre el estado en que se hallaba la
economía oaxaqueña. Don Diego Es-
pejo Núñez, contador de la Real
Tesorería, advirtió en 1809 que la pro-
ducción y el comercio del insecto se
encontraban muy “mermados y casi
parados”, por lo que era necesario po-
ner un remedio para “evitar que el pre-
ciado fruto se extinga para siempre”. En
consecuencia, el intendente José María
Lasso sugirió al virrey reinstalar los
repartimientos, toda vez que los consi-
deraba la única vía que “cortaría de
raíz el mal que han traído las Orde-
nanzas de 1786 al negocio de la
grana”.23 El obispo Bergoza y Jordan se
sumó a la iniciativa discutiendo que no
parecía creíble que “después de 1786 la
provincia de Oaxaca entrara en una
23 Los años de 1805, 1806 y 1809 fueron los más críticos para la producción de grana, ya que ensu conjunto sólo produjeron 500,000 libras de cochinilla. Noticia de las cantidades de grana regis-tradas en la ciudad de Oaxaca, 1857, t. II, p. 152; García, 1872, p. 262.24 “Carta de don Antonio Bergoza y Jordán, obispo de Antequera, al virrey de la Nueva España (18de agosto de 1810)”, AGNM, Industria y comercio, vol. 20, exp. 6, f. 187v.
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indios que han abandonado sus tierras
trabajen en la crecida y segura utilidad
de este insecto”. Joseph Victoriano de
Baños, cura de Tlalixtac, quien apoyaba
los repartos, elaboró en enero de 1810
un Dictamen teológico-político a favor
de los repartimientos, documento re-
mitido a la Audiencia de México que
tuvo poca aceptación y, peor aún, sus-
citó controversias entre las autoridades
políticas y el clero novohispano.26 A los
pocos meses se inició una impresio-
nante revuelta en el Bajío que alcanzó
a Oaxaca, y las aspiraciones de Bergoza
y Lasso se toparon con el movimiento
insurgente y con los daños que padeció
la “industria de la grana”, ya sea por la
falta de repartimientos o bien por la
escasez de campesinos para la crianza.
Estos comentarios intentan probar
que la producción de grana en Oaxaca
fue la actividad económica más impor-
tante durante el periodo colonial, y que
fue una labor cuyos ciclos productivos
dependieron de la demanda europea,
incentivar la producción y, por ende el
comercio de grana, era compeler a los
indios para que trabajaran sus nopale-
ras, y no recurrir a las operaciones fi-
lantrópicas que promovía “el nuevo
proyectista de la intendencia”.
Según los informes de la Real
Tesorería, en la primera década del
siglo XIX los comerciantes y el alto clero
perdieron grandes sumas de dinero
debido a la falta de garantías para
repartirlo entre los indios, por lo que el
comercio de la grana se redujo a
pequeñas transacciones en los merca-
dos. Esto contrastaba con los 200,000
o 400,000 pesos que hubiesen podido
obtener los funcionarios repartiendo
dinero en los prósperos partidos de
Nexapa, Xicayán, Villa Alta y Zima-
tlán.25 Siguiendo estos planteamientos,
el obispo y el intendente continuaron
llamando a restaurar los repartimien-
tos, al punto que obligaron a ciertos
españoles a convertir sus sementeras
en “campos de nopales para que los
25 Informe de la tesorería de Oaxaca sobre la producción y el comercio de cochinilla (3 de sep-tiembre de 1810)”, AGNM, Industria y comercio, vol. 20, exp. 8, f. 224.26 “Dictamen teológico y político a favor de los repartimientos de grana (10 de febrero de 1810)”,AGNM, Industria y comercio, vol. 20, exp. 7.
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indios que tratan con grana [...] porque
es muy común que estos se aprovechan
para tentar el lucro sin que esto traiga
un cargo para la hacienda”.27
El comentario del intendente pare-
ce exagerado pero no distó de ser cier-
to en la práctica, toda vez que en 1810
la Real Tesorería de Oaxaca contaba
con una oficina principal, ocho recep-
torías, 34 aduanas y 125 resguardos
que vigilaban el comercio que se reali-
zaba en la intendencia. A fines de ese
año se instauró en Antequera una ofi-
cina para el registro de la grana cochi-
nilla. La “oficina de granas” tuvo el en-
cargo de registrar la producción regio-
nal del insecto, regular su comercio y
velar para que los indios productores
no adulteraran el tinte.28 Esta oficina
tenía su antecedente inmediato en una
agencia que estableció la Diputación
de Comercio en 1773 para corregir la
malversación del parásito, puesto que
los indios acostumbraban vender la
de las bondades del tiempo y, especial-
mente, de los repartimientos que apli-
caron los alcaldes mayores.
LA PRODUCCIÓN DE GRANA
ENTRE 1810 Y 1830
El 7 de enero de 1810, el intendente de
Oaxaca, José María Lasso, remitió una
carta al gobierno superior de la Nueva
España informando acerca del estado
en que se encontraba la “industria de
la grana”. Al respecto, apuntaba que
“la baja de 14,850 libras que resulta en
el presente año, respecto del año ante-
rior, cuyos montos rindieron 358,200
libras, procede principalmente de que
los indios del partido de Chontales,
Nexapa y Xicayan no hicieron intro-
ducción ninguna [sic] en esta tesorería
[...] ya que prefieren comerciar sin
pasar por esta oficina, por lo que es
obligación que en esta provincia crez-
can en igual número las aduanas y los
27 “Informe de don José María Lasso, intendente de Oaxaca, sobre el estado que prevalece enaquella provincia (7 de enero de 1810)”, AGNM, Historia, vol. 74, f. 532.28 “Informe sobre la rehabilitación de una oficina para la administración y registro de la grana enla ciudad de Oaxaca (18 de julio de 1844)”, AGNM, Industria y fomento, caja 1, exp. 3.
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zaban los “receptores de grana” en las
zonas productoras. El segundo, tam-
bién llamado “registro local”, funcionó
cuando los indios o comerciantes acu-
dían a la oficina de granas a notificar
el monto de sus cosechas. Estos regis-
tros aportaron información muy suge-
rente sobre la grana producida en
Oaxaca. Lo anterior se prueba con
algunas cartas que llegaron a la Te-
sorería entre 1811 y 1812. Por ejemplo,
el receptor de Quiechapa, Juan José
Larrumbe, señalaba que “en los pueblos
de Nejapa y Totolapa ya no se puede
cultivar más nopaleras porque es tanto
lo que se carga y llena de grana silves-
tre que se hace imposible separarla de
la fina”; por su parte, el receptor de
Villa Alta, José Antonio de Ortega,
notificaba que en algunos pueblos de
su partido “se cosecha poca grana fina
y mucha de la que llaman granilla, a
causa de la debilidad que ha tenido la
tierra que no le da al nopal el jugo sus-
tancial para que la penca engruese y se
grana “mezclada, falseada y maleficia-
da [...] al menudeo en tianguis como en
los tendejones al por mayor, sin que
llegue a esta ciudad para su registro”.29
Las fuentes de la época señalan que la
agencia desapareció en 1795 por razo-
nes que se desconocen. Entre 1796 y
1810, el control de la cochinilla recayó
en manos de los “veedores” de la Real
Tesorería. Sobre esto, Juan Bautista
Carriedo apunta en su Estudio histórico
y estadístico que en los últimos años
del gobierno virreinal se “dilapidaron
los tesoros de la grana porque desapa-
reció el puesto de supervisión”; sin
embargo, en 1811, con las medidas
tomadas por el contador de la inten-
dencia, “la grana volvió a ser el mejor
ramo de subsistencia por el numerario
que atraía sobre la Hacienda Pública”.30
Un análisis atento de esta oficina
permite distinguir dos mecanismos
para registrar la producción de cochi-
nilla. El primero, conocido como “regis-
tro foráneo”, era un conteo que reali-
29 “Ordenanza, método, o regla que se ha de observar a efecto de cerrar la puerta a la penetraciónde fraudes de grana cochinilla (1773)”, en Dahlgren, 1963, apéndice III.30 Carriedo, 1849, t. II, p. 187.
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movimiento real de la producción de
cochinilla desde el tiempo colonial
hasta el liberal”.32 Conviene preguntar-
se qué comportamiento tuvo la pro-
ducción de grana durante el periodo
1810-1830.
Las noticias anuales muestran im-
plicaciones sobre la producción del
críe la grana con suficiente brillo”. El
receptor de Miahuatlán reveló que en
aquella provincia se recogían tres tipos
de cochinilla. Primeramente, la que se
encontraba cubierta con “polvillos
blancos” y secretaba un color escarlata
y crecía con delicadeza en nopales de
Castilla, recibió el nombre de grana
cochinilla fina; en segundo lugar, la
que nacía desmedrada, con colores
opacos y sin brillo, se llamó granilla; en
tercer lugar, la que se propagaba en los
nopales hasta aniquilarlos y estaba
cubierta de “tunicas” negras se conoció
como grana silvestre.31
Considerando los mecanismos y las
tramitaciones para el control de la tin-
tórea, la Real Tesorería sistematizó las
cifras registradas en la oficina de gra-
nas. Lo anterior produjo la elaboración
de noticias anuales que consignaron
“las cosechas obtenidas de este precia-
do fruto en esta real y noble provincia”.
Al respecto, Carriedo sugiere que “las
noticias de la Tesorería muestran el
31 “Correspondencia de la Real Tesorería procedente de Quiechapa, Villa Alta y Miahuatlán (1811)”,AGNM, Alcabalas, caja 1183. 32 Carriedo, 1849, t. II, pp. 188-189.
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ducción, sobre todo entre 1810 y 1813.
De acuerdo con los comerciantes espa-
ñoles, la rebaja se debió a la supresión
de los repartimientos, lo que restringió
los canales para habilitar los cultivos
de grana, y se limitó la producción de
los indios. Esto garantizó “la expatria-
ción voluntaria de los indios coseche-
ros a la ciudad para dedicarse a oficios
como traficantes, gañanes de campo y
peones de albañiles, faltando sus útiles
brazos en las serranías para el plantío,
cultivo y asemilladura de las nopale-
insecto, al parecer derivadas de los
cambios que ocurrieron entre el perio-
do novohispano y el republicano.
(Véase gráfica 1)
Para analizar la evolución de la
producción, los veinte años de estudio
se dividen en cuatro quinquenios:
1810-1814, 1815-1819, 1821-1825 y
1826-1830.
El primer quinquenio comprende de
1810 a 1814 y se distingue por presen-
tar un descenso en los registros de pro-
Gráfica 1** Por ahora no se cuenta con información para el año 1820.Fuente: Noticia de las cantidades de grana registradas en las oficinas de la ciudad de Oaxaca, 1857, t. II,p. 152.
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de granas registró 2,540 libras de co-
chinilla pertenecientes a las cosechas
de 1813, lo que desvirtuó las cifras del
año encabezado. No obstante, la ine-
xactitud no descalifica el movimiento
de la producción; mejor aún, creo que
los acontecimientos arriba esbozados
motivaron el descenso en los volúme-
nes de grana.
El segundo quinquenio va de 1815 a
1819 y muestra el encadenamiento de
dos pequeñas contracciones en la curva
de producción. En este lapso, el volu-
men total de la cochinilla alcanzó su lí-
mite más bajo, a pesar de que el precio
era el más alto que se había manejado
en el mercado (cuatro pesos por libra).
Ni siquiera después, cuando la grana
enfrentó peores problemas, las cifras de
producción serían tan limitadas.
Diversos testimonios verifican que
este descenso suscitó innumerables
ras”.33 También se plantearon los daños
que causó el movimiento insurgente en
las zonas productoras del tinte. Sobre
esto, Murguía y Galardi apuntó que
cuando las tropas de José María Mo-
relos avanzaron y ocuparon parte de la
Mixteca y los pueblos de Miahuatlán
(1812-1814), saquearon hasta la últi-
ma nopalera de grana. El comercio de
la intendencia se trastornó al punto de
que “el tinte después de haber consti-
tuido el verdadero comercio para ultra-
mar y de ser la verdadera sustancia del
Estado, disminuyó considerablemente,
y sólo puedo asegurar que el comercio
oaxaqueño no tuvo fondos para recu-
perarse de este ocaso”.34
Las versiones citadas contienen
mucho de verdad, pero también es
cierto que este quinquenio comprende
otro fenómeno que incidió en los regis-
tros de producción. En 1814, la oficina
33 “Comentarios de comerciantes, funcionarios y párrocos que se incluyen en los argumentos delobispo Bergoza y Jordán (agosto de 1810)”, AGNM, Industria y comercio, vol. 20, exp. 6.34 Murguía y Galardi, 1826, vol. II, pp. 15-15v. En 1811, el obispo Bergoza elaboró una Pastoraldonde advertía a sus diocesanos lo que reseña Murguía. Comentaba que “El rebelde Morelos, y sussecuaces ensoberbecidos con sus miserables recientes ventajas pondrán la vista en el objeto máscapaz de saciar sus codiciosas ideas, que será el saqueo de esta ciudad, y de los principales y másricos pueblos. Sí amados diocesanos, vuestros caudales, alhajas, granas, cosechas y cuanto hay envuestras casas vendrán buscando esos rebeldes bandidos”. “Pastoral del obispo de Oaxaca a susdiocesanos (26 de agosto de 1811)”, en Pensamiento político y social oaxaqueño, 2000, p. 3.
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52
1814 y 1821 diversos comerciantes de
Oaxaca emigraron a España con todos
sus recursos, lo que produjo una crisis
crediticia que afectó tanto al comercio
como a las actividades que dependían
del capital comercial; fue el caso de la
cochinilla, que redujo sus volúmenes
de 358,657 libras en 1816 a 250,412
en 1818. Al respecto, el intendente
Melchor Álvarez informó al gobierno
que tras la ocupación insurgente en
Oaxaca la “industria de la grana” se
encontraba en un estado lamentable,
ya fuera por la falta de comercio o por
la huída de los peninsulares.36
Las implicaciones de este éxodo se
aprecian en un pleito que entabló
Rafael Azurmendi, subdelegado en
Nexapa, contra la Real Tesorería de
Oaxaca en 1816. La documentación
registra que el oficial fue acusado por
firmar un contrato con el comerciante
inglés Patrick Meek para cultivar 2,000
libras de cochinilla. A cambio,
Azurmendi recibiría un peso por cada
problemas, al punto que los funciona-
rios y las poblaciones indígenas entra-
ron en largas disputas para encontrar a
los culpables del declive. Las autorida-
des enfatizaron los trastornos que cau-
saba la ausencia de los repartimientos.
Ya en diciembre de 1815, el subdelega-
do de Nexapa reiteraba que “la baja en
la grana de este año, respecto del ante-
rior, se debe a la falta de repartimien-
tos y a la decadencia del comercio [...]
y también porque sólo nueve pueblos
de este partido cosechan la grana, por-
que ahora se han abandonado la mayor
parte de ellos [...] y la única forma de
restaurar sus cultivos es tratar de urgir
a los indios para que los trabajen”. En
su lógica, esta situación confluía en la
rebaja de las cosechas, en la contrac-
ción del comercio y “en la despoblación
que ocurre en estas tierras”.35 Otro
argumento de las autoridades se fincó
en la fuga del capital español “que
fomentó tantísimo este ramo de gra-
nas”. Las fuentes mencionan que entre
35 “Informe de Rafael Azurmendi, subdelegado de Nexapa (agosto de 1816)”, AGNM, Subdelegados,vol. 57, exp. 14.36 Hamnett, 1976, p. 201.
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53
1818 ocurriera una caída en los regis-
tros de cochinilla.38
En cuanto a los volúmenes de 1819,
se distinguen por un incremento de
49%, respecto del año anterior. Este
ascenso ha sido explicado a partir de
una real cédula que extendió el dere-
cho de cultivar la grana en la capitanía
de Guatemala y en la provincia de
Yucatán, disposición que desencadenó
dos procesos dentro de la intendencia.
Primero despertó la inconformidad de
algunos pueblos productores: en mayo
de 1819, las autoridades mixes de
Santa María Acatlán y Santiago Tutla
comparecieron ante el subdelegado de
Villa Alta argumentando el deterioro
económico que les traería la real cédu-
la y amenazaron con impedir la entra-
da de “paños rojos”, procedentes de
Guatemala, en aquella jurisdicción.39
Luego ocurrió un incremento en los
volúmenes de cochinilla derivado de lo
libra de grana fina y cuatro reales por
la de granilla. Desde el punto de vista
de la Tesorería, el subdelegado incurrió
en la pena de “retroceder al recurso de
los antiguos alcaldes mayores”, por lo
que debía ser sancionado y relegado de
su cargo.37 Ante la imputación, Azur-
mendi elaboró una defensa donde
manifestaba que su propósito había
sido fomentar la agricultura, ya que
muchos “indios de este partido se han
huido o tirado al vicio del aguardiente
y la ociosidad [...] por no tener con que
trabajar”. Pese a los intereses que ocul-
ta este testimonio, lo cierto es que
entre 1816 y 1818 los cosecheros de
Nexapa resintieron la ausencia de un
comerciante español que les otorgara
créditos para cultivar el insecto. Este
caso podría considerarse aislado pero
otras fuentes apuntan procesos seme-
jantes en los pueblos de la Mixteca y la
Sierra Norte; de ahí que entre 1815 y
37 “Informe de Rafael Azurmendi, subdelegado de Nexapa (agosto de 1816)”, AGNM, Subdelegados,vol. 57, exp. 14.38 A partir de 1810 fue recurrente que los antiguos repartimientos se encubrieran en distintas ope-raciones comerciales. Sánchez Silva, 1995, pp. 120-128.39 “Informe sobre los pueblos de Santa María Acatlán y Santiago Tutla (mayo de 1819)”, AGNM,Tierras, vol. 1423, exp. 34, fs. 6-10.
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54
vertiente poco explorada para explicar
este quinquenio es la visión de la
cochinilla que adquirió la clase política
oaxaqueña, la cual reflexionó sobre los
obstáculos que enfrentaba la produc-
ción. Por ejemplo, sobre la rebaja de
1821, Murguía y Galardi indicó que
además de la falta de repartimientos,
los indios se ausentaron de este nego-
cio “por el excesivo e insufrible recargo
de derechos que le han hecho a este
precioso fruto, contra el que parece
que se ha conjurado el propio gobier-
no; lo cierto es que su estado actual es
decadente, y que no puede menos que
excitar nuestro dolor cotejando sus
épocas antiguas”.41 Este argumento
revela que ante las adversidades que
desencadenó la guerra, las autoridades
impusieron una serie de gravámenes a
la producción y el comercio de grana.
Por ejemplo, se cobraron dos reales
para el registro de cada arroba de
cochinilla, tres por ciento de alcabala
sobre noventa pesos arroba a su salida
que Alexander Chayanov denomina la
“lógica campesina”: los indios produc-
tores aumentaron la explotación de
grana a fin de reducir los riesgos de la
competencia mercantil y asegurar con
esto un ingreso que les permitiera sub-
sistir. Este fenómeno fue registrado
acuciosamente por el contador de la
Real Tesorería de Oaxaca, quien argu-
mentó en agosto de 1819 que “en esta
fecha en que escribo ha dado esperan-
zas la grana, reanimándose de un modo
tal, que las salidas y compras que
hacen los indios manifiestan que toma
un nuevo incremento; ignoro la causa y
sólo entreveo que se está registrando
mucha en esta oficina”.40
El tercer quinquenio, que abarca de
1821 a 1825, ofrece una evolución
productiva clara: una caída sistemática
en 1821, como consecuencia de la gue-
rra de independencia y del surgimiento
de otras zonas productoras del tinte
(Guatemala y Yucatán), y una cierta
estabilidad entre 1822 y 1825. Una
40 Chayanov, 1985, pp. 93-95; “Informe del contador real de la intendencia de Oaxaca acerca delnegocio de la grana (agosto de 1819)”, AGNM, Alcabalas, caja 1189.41 Murguía y Galardi, 1826, t. V, p. 24v.
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55
cedió, por privilegio, a esta industria el
derecho por diez años”.43 Todo indica
que antes de 1823 la producción de
grana experimentó una retracción
notable de la que los menos responsa-
bles eran los indios. Habría que explicar
el problema a la luz de los que preten-
dían dirigir la joven república.44
de Oaxaca, un peso siete reales por
derechos de arbitrio, un peso cuatro
reales por el flete de tierra y cinco
pesos por su embarque a la península.
Lo anterior sólo agravó la situación
económica de esta “industria” y, en
palabras de Murguía y Galardi, excitó a
muchos indios a trozar sus nopaleras.42
Las cifras de que disponemos
muestran que hacia 1822 los volúme-
nes del tinte experimentaron una recu-
peración notable. La historia de cómo
ocurrió esto no es muy clara, pero se
puede inferir una explicación: la supre-
sión de las cuotas que gravaban el
insecto, con lo cual diversos comer-
ciantes invirtieron en el negocio de la
grana. En 1823, don Carlos María de
Bustamante refería este hecho en su
Diario histórico como “la única buena
providencia dictada en esos años, con
lo cual Oaxaca pudo cultivar y exportar
sus frutos preciosos, y principalmente
las granas, por Veracruz para la Europa,
y por Huatulco para el Asia. Se le con-
42 Murguía y Galardi, 1821, p. 25.43 “Apuntes del Diario Histórico (miércoles 15 de enero de 1823)”, en Vázquez y Hernández Silva,2001, CD-1.44 Sánchez Silva, 2000, p. 13
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56
obstáculos que enfrentaba la produc-
ción del hemíptero. Mientras en los
quinquenios 1810-1814 y 1815-1819
se discutió sobre la falta de reparti-
mientos y las consecuencias del movi-
miento insurgente, conforme pasó el
tiempo se percibió que había que expli-
car el descenso de la producción en un
contexto más amplio y complejo: la
baja en los precios de la grana y el sur-
gimiento de nuevas zonas productoras.
El cuarto quinquenio, que va de
1826 a 1830, deja ver un movimiento
verdaderamente complejo. En contras-
te con los previos, este lapso está sig-
nado por una fluctuación irregular en
los volúmenes de producción, como lo
muestra el gráfico 1. La perspectiva de
los políticos oaxaqueños era que el
descenso de 1826 se debió a dos fenó-
menos: las contrariedades que enfren-
taba el mercado mundial de tintes y la
caída demográfica de la población
indígena. Entre 1825 y 1826, una epi-
demia de viruela y fiebre pútrida irrum-
Después de 1823, los volúmenes de
cochinilla experimentaron un lento
descenso: pasaron de 432,062 libras en
1823 a 394,037 libras en 1825. Esta
rebaja estuvo dada –según los apuntes
del gobernador oaxaqueño, José
Ignacio de Morales– por la convulsión
política en el estado y las “fortuitas
adversidades del tiempo”, y por la caída
en el precio de la grana, por lo que
cada día se invertía menos en este
rubro y, como sucedía en épocas ante-
riores, el parásito no podía ser el “mo-
tor de arrastre” de otras ramas de la
industria y el comercio. El gobernante
instó a la población a incrementar sus
cosechas o, en su defecto, a que no las
“dejaran desamparadas y en el vil
abandono”.45 El cónsul británico en
Veracruz, Charles Mckenzie, argumentó
que la rebaja de la tintórea se debía a
la “desgracia de sus valores en los mer-
cados europeos”.46 Lo interesante de
estos argumentos es que revelan una
explicación más elaborada sobre los
45 Memoria de gobierno, 1826, p. 8.46 “Informes de Charles McKenzie, cónsul británico en Veracruz, a George Canning (24 de junio de1824)”, en British Consular Reports on Trade and Politics of Latin America, 1940, pp. 316-318.
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57
este proceso ocurrió al tiempo en que
los precios de la cochinilla experimen-
taban un ascenso, con lo cual “refluye-
ron las granas a la Tesorería, antes de
que se apagara el espíritu del cálculo, y
desaparecieran las empresas vivifica-
doras de este milagro”.48 Este testimo-
nio corrobora el papel de las poblacio-
nes indígenas en la producción del
parásito, ya sea al planificar su produc-
ción en función de los precios o al acu-
mular sus cosechas en espera de que
las condiciones del mercado fueran
favorables.
Luego del supuesto incremento, se
inició una disminución en los registros
de grana que siguió hasta 1830. Las
consecuencias de esta rebaja fueron
atribuidas –en palabras del gobernador
José López de Ortigoza– a tres factores.
Primero, a la escasa producción de
cochinilla, sobre la que el mandatario
se preguntaba si la política más ade-
cuada era exhortar a los pueblos para
que incrementaran sus cultivos, o bien
pió en los partidos de Tehuantepec,
Nexapa, Jamiltepec y Teotitlán del
Camino, causando el deceso de 15,000
individuos. Este fenómeno repercutió
directamente sobre los cultivos del
insecto; de ahí que, en diciembre de
1826, el gobernador José Ignacio
Morales subrayara en su memoria de
gobierno que el estado se encontraba
en la más “funesta decadencia [por-
que] la grana que siempre ha sido el
resorte de su actividad, a pesar de ha-
llarse libre de toda clase de derechos
mantiene muy bajo sus cultivos y sus
precios [...] y los hombres para su des-
gracia enfrentan los males de la escasa
sanidad”.47
Ahora bien, entre 1826 y 1827, los
registros del insecto aumentaron de
357,617 libras a 610,187 libras. No
obstante, diversos argumentos coinci-
den en que estas cifras no revelan un
incremento real en la producción, sino
un aumento en las reservas acumula-
das de grana. Hay que recordar que
47 Memoria de gobierno, 1826, pp. 6, 13.48 “Apuntes del Diario Histórico (martes 29 de agosto de 1827)”, en Vázquez y Hernández Silva,2001, CD-1.
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58
cada día aumentará más su decaden-
cia, y será preferible en los mercados
de Europa la de Centro-América que
podrá venderse a menos precio”.50
Este testimonio inaugura el sinuoso
debate sobre el giro que tomaron los
cultivos y los circuitos comerciales de
la tintórea en la primera mitad del siglo
XIX. Lejos estaban ya los años en que
Oaxaca se había distinguido como el
único y exclusivo productor de grana
cochinilla.51
La información analizada sólo per-
mite formular apreciaciones tentativas
respecto del movimiento de la produc-
ción de grana entre 1810 y 1830. Como
se observa, se asiste a un primer quin-
quenio (1810-1814) de descenso, rela-
cionado con la supresión de los repar-
timientos y la irrupción del movimien-
to insurgente. Luego sobreviene una
sensible recuperación que se detiene
en 1816, al parecer, por una crisis cre-
diticia y la apertura de nuevas zonas de
crear otra opción “que no fuera tan
dañosa porque parece que el aumento
de las cosechas en fechas venideras
sólo servirá para reducir el precio si no
se facilita más su extracción”.49 En
segundo lugar, el mandatario subrayó
la competencia que despertaba “la
grana guatemalteca” en los mercados
europeos y americanos; y en tercer
lugar, reveló el hecho de que los costos
de producción eran más elevados en
Oaxaca que en otras zonas producto-
ras. Al respecto, sugirió que:
“en la república de Centro-América
sigue progresando ese ramo de los tin-
tes, y a pesar de la intranquilidad de
aquel país, sus cosechas son muy con-
siderables, y los menores costos que
allí tienen proporcionan utilidades
vendiéndose al precio de nueve reales
la libra; al que no ofrece aquí cuenta su
cultivo, y por consiguiente ínterin exis-
ta un derecho que le da más valor en el
acto mismo de extraerla, es seguro que
49 Memoria de gobierno, 1831 p. 13.50 Memoria de gobierno, 1831 p. 14.51 Sánchez Silva, 2000, p. 16.
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59
regionales; también contra los plante-
amientos simplistas que formulan el
inevitable “autarquismo” de los pue-
blos indios entre colonia y república.
En el caso analizado se distingue que
los pueblos no sólo produjeron el rubro
más significativo de la economía oaxa-
queña, sino que participaron en los cir-
cuitos mercantiles de aquella provincia
e integraron esa participación en un
ciclo más amplio de actividades econó-
micas.
Con esta perspectiva conviene pre-
guntar ¿cuáles elementos determina-
ron la intervención de los pueblos in-
dios en la producción de cochinilla?
¿Qué implicaciones tuvo este hecho?
Debe quedar claro que la relación entre
indios y grana se fincó sobre tres ejes:
en primer lugar, la crianza de la cochi-
nilla fue una actividad que dominaron
los pueblos indios desde tiempos inme-
moriales; fue una tarea que entrañó tal
cuidado que sólo la minuciosidad y el
conocimiento indígenas alentaron sus
ventajas económicas. La relación de los
indios con el insecto está en la larga
historia de la selección y el aprovecha-
miento de las tinturas naturales.
producción; dicho proceso se extiende
hasta 1819. En 1821 empieza un quin-
quenio de cierta estabilidad, aunque
afectado por el movimiento de los pre-
cios internacionales y por la falta de
inversión en este sector. A partir de
1825 ocurren dos fluctuaciones rela-
cionadas con el descenso demográfico,
el desarrollo de nuevas zonas produc-
toras, el vaivén de los precios y el
incremento en los costos de produc-
ción. El año de 1830 es el punto final
de este trabajo. Es evidente que más
allá de las oscilaciones en los registros
de producción, el aspecto de las noti-
cias anuales refleja una situación poco
alentadora en la “industria de la grana”.
COMENTARIOS FINALES
La revisión histórica de la grana cochi-
nilla permite enunciar, grosso modo,
una faceta pocas veces conocida de las
actividades económicas realizadas
durante las primeras décadas del siglo
XIX. Este artículo constituye una adver-
tencia contra los argumentos llanos
que afirman la limitada intervención de
los grupos nativos en las economías
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60
inclusive en los momentos más críticos,
el comercio del tinte fue el rubro más
rentable de la hacienda oaxaqueña.
Quizá sea oportuno decir que las fluc-
tuaciones de la producción entre 1810 y
1830 eran un asunto ajeno a los indios.
Las causas se deben buscar en las crisis
agrícolas y demográficas que azotaron
la provincia (1809, 1825 y 1826), en la
desaparición de los repartimientos, en
las consecuencias del movimiento de
independencia, en la apertura de nue-
vas zonas productoras de grana y en la
caída sistemática de los precios.
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-“Contienda legal y de hecho entre es-
pañoles ganaderos e indios agricultores
En segundo lugar, vale decir que
estamos frente a una provincia donde
96% de la población era indígena; es
obvio que la producción del insecto
estuvo dominada por los grupos nati-
vos. En el periodo de estudio, las “no-
paleras de grana” y las técnicas para
cultivar la cochinilla descansaron en
manos indígenas. Lo anterior revela
que la producción del tinte sólo puede
comprenderse al relacionar las carac-
terísticas demográficas y los recursos
(económicos, demográficos y natura-
les) que existían en Oaxaca.
En tercer lugar, se enfatiza la im-
portancia de los repartimientos en la
producción del tinte. Este sistema
financiaba y comercializaba la grana, y
vinculaba la fuerza de trabajo indígena
con la economía colonial. Durante
mucho tiempo, los repartimientos le
otorgaron al indio el control del proce-
so productivo de la cochinilla, única
forma para satisfacer el abasto. Cuando
faltaron los repartos ocurrió un trastor-
no en los cultivos del insecto y, por
ende, en la economía regional, pero los
indios continuaron produciendo la
cochinilla y lo hicieron tan bien que,
01 boletin5/ 1-91.qxd 7/14/04 8:52 AM Page 60
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* Investigador del Centro de Estudios Históricos de El Colegio de México.
01 boletin5/ 1-91.qxd 7/14/04 8:52 AM Page 66
67
de la naciente república supusieron
que nuestro país se vería avasallado y
“blanqueado” por una ola de emigran-
tes, fundamentalmente europeos, ca-
tólicos y emprendedores, que vendrían
a inyectarle nuevos bríos a la “prover-
bial riqueza mexicana”; la realidad, sin
embargo, fue muy distinta.2 Según cál-
culos recientes, se estima que entre
1820 y 1930 más de 50 millones de
I. INTRODUCCIÓN
A diferencia de otros países del conti-
nente americano, como Estados Unidos
de América, Argentina o Brasil, históri-
camente México ha recibido oleadas
migratorias de extranjeros bastante
modestas. En este sentido, una vez
rotas las “ataduras españolas” a princi-
pios del siglo XIX, las elites mexicanas
LOS EXTRANJEROS EN LA CIUDAD DE OAXACA, 19431
Carlos Sánchez Silva*
[Extranjeros] ha llegado la hora de invitarlos a que
compartan las delicias con que la naturaleza
ha dotado a esta tierra.
Gaceta Imperial de México,
6 de octubre de 1821.
1 Un reconocimiento especial para el contador público Pablo Arnaud Carreño, ya que, durante sugestión como presidente municipal de la ciudad de Oaxaca, brindó todo su apoyo para convertirla “bodega documental”, mal llamada hasta esos momentos “Archivo Histórico Municipal de laCiudad de Oaxaca” (AHMCO), en un verdadero archivo histórico. Fue en dicha administración cuan-do el archivista Juan Manuel Herrera Huerta, director del AHMCO, nos dio todas las facilidades paradigitalizar el Registro de extranjeros residentes en la ciudad de Oaxaca en 1943.2 Véanse Berninger, 1974, pp. 21, 27 y 30-31; Cosío Villegas, 1966, p. 72; Labastida, 1985, vol. I,p. XVII; Sánchez Silva [en prensa (a)].
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68
regenteo de las casas de juegos de azar
y prostitución durante el Porfiriato; el
caso más reciente es el de los sirio-
libaneses, agricultores que inmigraron
en condiciones difíciles de persecución
político-religiosa por parte del imperio
turco-otomano y que, sin dominar el
idioma español, se abrieron camino
desde el comercio ambulante hasta
controlar diversos sectores del mundo
de los negocios en varias ciudades de
nuestro país. Dentro de este panorama
nacional, la población extranjera ha
jugado un papel en tierras oaxaqueñas.
Gracias al Registro de extranjeros resi-
dentes en la ciudad de Oaxaca en 1943,
podemos realizar un primer acerca-
miento al tema en dos vertientes: dar
una primera valoración de la población
extranjera en el estado de Oaxaca en el
siglo XIX y la primera mitad del XX, y
conocer más de cerca las particularida-
des de los extranjeros que habitaban la
ciudad de Oaxaca a mediados del siglo
XX, en plena segunda guerra mundial.
europeos emigraron a diferentes luga-
res de la Tierra. Pero la gran salida de
población se orientó en su mayoría
hacia regiones más afines con los
patrones de clima, flora y fauna euro-
pea: Norteamérica, la Sudamérica me-
ridional, Australia y Nueva Zelanda.3
Pese a que muy pocos de estos
inmigrantes extranjeros se establecie-
ron a lo largo y ancho del territorio
nacional, su presencia ha sido relevan-
te desde el punto de vista cualitativo.
No se puede negar la aportación secu-
lar que los españoles han realizado al
mundo de los negocios y en el terreno
de la academia, con los refugiados
republicanos en los años 30 y 40 del
siglo pasado. Los franceses contribuye-
ron en el comercio al menudeo, el arte
culinario y la moda; los ingleses y nor-
teamericanos, en los negocios mineros,
industriales, agrícolas y financieros; los
orientales, sobre todo chinos, partici-
paron en la construcción de la infraes-
tructura ferroviaria y portuaria, y en el
3 Crosby, 1988, pp. 16, 18.
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69
componía exclusivamente el sector ex-
tranjero en la entidad. Sin embargo,
desde mediados de los años 20 del siglo
XIX aparecen, por ejemplo, en la ciudad
de Oaxaca, el italiano Roberto Maqueo,
el minero inglés Arístides Monray y el
agricultor alemán Leopoldo Wilhelm. En
los años 30 se suma la presencia gala:
los agricultores Bernardo Berjes (ciudad
de Oaxaca), Alejandro D’Gives (Ju-
LA POBLACIÓN EXTRANJERA EN OAXACA,
SIGLOS XIX Y XX
Como en el contexto nacional, la pre-
sencia extranjera en tierras oaxaqueñas
ha sido más cualitativa que cuantitati-
va. Como era de esperarse, una vez con-
sumada la guerra de independencia, la
presencia de los originarios de España
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70
italianos (5.15%), ocho alemanes
(4.12%), seis austriacos (3.09%), cinco
ingleses (2.57%), cuatro norteamerica-
nos (2.06%), dos prusianos (1.03%),
dos armenios (1.03%), dos bolivianos
(1.03%), un colombiano (0.51%) y un
bohemio (0.51%). Tres años después,
en 1877 para ser más exactos, se pue-
den resaltar algunas permanencias y
ciertos cambios en la composición de
la población extranjera en la entidad:
la permanencia y el predominio espa-
ñol, que del total de 204 extranjeros
representan en este año 63.23% (129);
los franceses mantienen el segundo
lugar con 11.27% (23) y los ingleses,
que escalan a la tercera posición, des-
plazando a los austriacos y alemanes,
con 6.37% (13). Los registros de los
años de 1882 y 1883 dan los siguientes
resultados sobre el número total de
extranjeros radicados en el estado: 269
para el primer año y 273 para el segun-
chitán), Francisco Rolh y Martín Retif
(Teotitlán del Camino) y el comerciante
Esteban Chapital (ciudad de Oaxaca).4
Pese a que los extranjeros de las más
diversas nacionalidades siguieron lle-
gando a lo largo del siglo XIX, el primer
recuento detallado de extranjeros radi-
cados en Oaxaca que hemos localizado
corresponde al año de 1874, el cual fue
levantado durante la administración del
gobernador Miguel Castro. Poste-
riormente, tenemos sendos registros
para los años de 1877, 1882 y 1883.
Todos ellos proporcionan información
valiosa que nos permite hacer un pri-
mer balance de la población extranjera
en esta entidad sureña, antes de que se
llevara a cabo el primer censo nacional
de 1895.
Según el registro de 1874 vivían en
el estado de Oaxaca 194 extranjeros,
de los cuales 128 eran españoles
(65.97%), 25 franceses (12.88%), 10
4 Véase Chassen, 1986, p. 215, Memoria, 1883, s.p. ; Memoria, 1884, “Documento núm. 69”, s.p.,Archivo General del Estado de Oaxaca [en adelante AGEO], Gobernación, Gobierno de los Distritos,Teotitlán del Camino, Industria y Comercio, 19 de junio de 1832, 1f., y Biblioteca Pública delEstado de Oaxaca-Sala de Asuntos y Autores Oaxaqueños, Fondo Manuel Martínez Gracida, vol.36. “Documentos para la historia de Oaxaca, 1825.”
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71
otras épocas pasadas, ahora ya no son
únicamente los colonos de origen his-
pano los que llegan a tierras oaxaque-
ñas, “...y hoy se extiende no solo á los
colonos de raza latina la colectividad
de ellos, sino que es notabilísimo el au-
mento de la vecindad de los extranje-
ros de raza sajona.” En segundo lugar,
que si las leyes eran “más liberales”, “...
no estará muy lejano el día en que por
la confianza del extranjero en nuestro
suelo, pueda suprimirse el título de ex-
tranjeros en el Estado, figurando todos
los de su clase, por espontaneidad, en
la sección de nacionalización.”5
¿Qué pasó con la población extran-
jera en Oaxaca entre 1874 y 1910, una
vez que se habían realizado los tres pri-
meros Censos Generales de Población
(1895, 1900 y 1910)? El primer dato
significativo es que, de acuerdo con el
boom modernizador-globalizador del
porfirismo, la presencia y la aparición
de extranjeros de otras nacionalidades
se elevó de manera significativa en
estos 36 años: de 194 extranjeros que
do. Quizás el aumento no sea sustan-
cial en relación con los 194 extranjeros
consignados en 1874. Sin embargo, a
diferencia de los registros anteriores y
posteriores, los que se llevaron a cabo
el bienio de 1882-1883 incorporan una
infinidad superior de variables que per-
miten tener una visión completa, dis-
trito por distrito, de los extranjeros
residentes en Oaxaca. A la información
tradicional de distrito político de resi-
dencia, nombre, origen (nacionalidad),
residencia y estado civil, se le adicio-
nan las siguientes: edad, profesión, re-
ligión, fecha de su ingreso a la Repú-
blica, lugar específico de residencia,
nombre de los consortes, sucesión
(hijos varones y sus edades/hijas hem-
bras y sus edades), lugar de nacimien-
to de los hijos, bienes que poseen y
valor de sus bienes. Esta información
fue recabada por la administración del
gobernador del estado, general Ma-
riano Jiménez, y le permitía concluir,
orgullosamente, dos cosas fundamen-
tales: la primera, que a diferencia de
5 Memoria, 1883, 1883, p. 23.
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72
miento demográfico durante el Por-
firiato. Empecemos por el grupo más
numeroso, el de los españoles: si bien
entre 1895 y 1900 los españoles radi-
cados en Oaxaca disminuyeron su pre-
sencia, pasando de 344 en el primer
año a 259 en el segundo,7 en el lapso
1900-1910 pasan a 530, es decir, tie-
nen un significativo crecimiento de
104.63%. En resumen, no es que los
españoles no aumentaran su presencia
en estos años, lo que sucedió es que los
extranjeros de otras nacionalidades
crecieron de manera anormal, modifi-
cando la composición y el total de los
extranjeros radicados en tierras oaxa-
queñas. Así, tenemos que en el primer
decenio del siglo XX la población china
radicada en Oaxaca fue la que más cre-
ció en términos relativos, con un
aumento de 223.45%. Cabe hacer la
precisión de que, en su mayoría, se tra-
taba de mano de obra masculina
(100% en 1900 y 98.85% en 1910) que
se destinó a la construcción de las
había en toda la entidad en el primer
año, se pasó a 2,026 en la víspera de la
revolución mexicana, es decir, un au-
mento de más de 944%. Aparejada a
este espectacular crecimiento, la com-
posición interna de los extranjeros
también varió sustancialmente: los
españoles siguieron conservando la
mayoría absoluta y relativa, pero se
aprecia una disminución porcentual en
su presencia a lo largo de estos años:
de representar más de 65% de los
extranjeros radicados en Oaxaca en
1874, pasaron a 29.80% en 1900 y a
26.15% en 1910. Los otros cuatro gru-
pos de extranjeros que más crecieron
fueron, por orden de importancia, los
norteamericanos, los chinos, los ingle-
ses y los cubanos. En su conjunto, estas
cinco nacionalidades representaban
75.86% de los extranjeros radicados en
el estado de Oaxaca en 1910.6
Ahora bien, resulta necesario apun-
tar algunas ideas sobre estos cinco
grupos de extranjeros en su comporta-
6 División territorial. Estado de Oaxaca, 1918, pp. 9-10.7 Lida, 1993, p. 440.
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73
y 21.04% mujeres; para 1910, 69.94%
eran hombres y 32.06% mujeres. Esta
distribución, relativamente proporcio-
nal, nos da ciertos elementos para afir-
mar que los norteamericanos venían al
estado de Oaxaca para establecerse
con sus familias y para convertirse en
dueños de propiedades agrarias y, fun-
damentalmente, mineras.10
El caso de los cubanos se relaciona
de manera directa con la difusión que
el tabaco tuvo en ciertas zonas del
estado, en especial en las propiedades
agrarias de Tuxtepec, Valle Nacional,
Ojitlán y Playa Vicente, entre otras.11
Esta promoción del cultivo del tabaco
en México se inscribe en el hecho de
que los cubanos emigraron de su país
debido a los problemas internos que la
guerra de independencia provocó en la
bella isla a fines del siglo XIX y princi-
pios del XX.12 La población cubana tuvo
un crecimiento de 107.01% si se com-
obras ferroviarias y portuarias en el
istmo de Tehuantepec. Aunque, a decir
de José Vasconcelos, quien visitó en
1909 esta región con el objeto de for-
mar un club político maderista, había
varios orientales –chinos y japoneses–
que se ocupaban de los más diversos
negocios, entre ellos regentear los jue-
gos de azar y los prostíbulos.8 Diferente
es el caso de los norteamericanos y de
los ingleses, que crecen en este decenio
221.93% y 193.93%, respectivamente.
En su mayoría, fueron ellos los que se
ocuparon de las principales actividades
de inversión económica en la entidad:
agricultura, minería y finanzas.9
Un dato digno de ser tomado en
cuenta es que los norteamericanos
eran un grupo de extranjeros que man-
tenía un alto nivel de correlación entre
el porcentaje de hombres y mujeres.
Del total de estadounidenses en
Oaxaca en 1900, 78.06% eran hombres
8 Véase Vasconcelos, 1983, pp. 318-321.9 Chassen, 1986, capítulos 3-5; Chassen, 1990; Chassen y Martínez, 1990; Sánchez Silva, 1990.10 Southworth, 1908, 1910, 2000.11 Cossío Silva, 1965, p. 83.12 Le Riverand, 1972, pp. 187-204.
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74
personas: 49% debido a la mortalidad,
38% por los que dejaron de nacer y
13% como consecuencia de la emigra-
ron a Estados Unidos.13
En relación con la población ex-
tranjera, también se percibe en el dece-
nio revolucionario un crecimiento ne-
gativo en lo general, aunque en algunos
casos es necesario apuntar que hubo un
reacomodo dentro del país de algunos
de ellos. Tal es el caso de los españoles,
quienes presentan cifras negativas en
su conjunto, mientras la mayoría de las
entidades tuvieron pérdidas; otras, en
cambio, ganaron población entre 1910
y 1921, como el Distrito Federal y los
estados de Hidalgo, Jalisco, Puebla y
Tamaulipas.14 Estos datos sugieren un
futuro tema de investigación: medir y
analizar las causas de los reacomodos
de la población de origen español como
consecuencia de la fase armada. ¿Era
más segura la capital del país? Resulta
necesario tomar en cuenta otras varia-
bles sobre los patrones migratorios para
para el año de 1910 con el de 1900.
Además, los cubanos eran los que tení-
an, de los cinco grupos de extranjeros
considerados, una mayor homogenei-
dad entre hombres y mujeres en este
periodo, lo que nos lleva a concluir que
no sólo emigraron para desarrollar el
cultivo del tabaco, sino que un buen
número de ellos también lo hizo por
razones de tipo político.
En esta tesitura, vale la pena pre-
guntarse cuál fue el efecto de la revo-
lución mexicana en el patrón demográ-
fico nacional en general y, de manera
particular, respecto de la población ex-
tranjera en el país, para nuestros fines
inmediatos, en el estado de Oaxaca. A
pesar de las diferentes posiciones sobre
las causas de la pérdida de población
que se percibe al comparar los censos
de 1910 y 1921, todo indica que nues-
tro país perdió más del millón y pico de
personas que las estadísticas oficiales
reconocen. Según cálculos recientes, la
pérdida demográfica fue de 2,874,653
13 Ordorica y Lezama, 1993, p. 52.14 Lida, 1993, p. 440.
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75
habían reducido a 139 en 1940; en
estas mismas fechas, de los 499 norte-
americanos quedaban 27; de 262 chi-
nos, 38; de 128 ingleses, seis, y de 118
cubanos, 21. Con todo, estos cinco gru-
pos de extranjeros representaban más
de 59% de los extranjeros radicados en
tierras oaxaqueñas en 1940.
decidir dónde establecerse.15 ¿Qué pasó
con los extranjeros entre 1910 y 1940
en Oaxaca? Las cifras globales acusan
una severa disminución de su presen-
cia: mientras en el primer año había
2,026 extranjeros, para el segundo sólo
sumaban 390. De los 530 españoles que
había al comenzar la revolución, se
15 Sobre la presencia española durante la revolución mexicana, véase Illades, 1991.
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76
LOS EXTRANJEROS EN LA CIUDAD DE OAXACA
EN 1943
Desde la época colonial, la ciudad de
Oaxaca ha sido asiento de los poderes
político-administrativos y el centro
económico-comercial y cultural del es-
tado. Por ser la capital, la mayoría de
los extranjeros sentaban su residencia
en ella.18 Por ejemplo, en 1874, de los
194 extranjeros que vivían en el esta-
do, 75 lo hacían en la ciudad. En los
años 40 del siglo XX, del total de 390
extranjeros, 164 de ellos vivían en la
“verde Antequera”.19 Gracias al Registro
de extranjeros residentes en la ciudad
de Oaxaca en 1943, que elaboró el
municipio de la capital oaxaqueña, es
posible mostrar una especie de “pelícu-
la” para conocer las características de
los extranjeros radicados en la ciudad
en ese año. Como resultado de las
variables que se utilizan en el registro,
En estos años posrevolucionarios se
perciben cambios dignos de señalar. El
más significativo es el de los sirio-liba-
neses, quienes según el patrón masivo
de emigración de esta región del mun-
do en el periodo 1890-1930, también
hicieron acto de presencia en Oaxaca.16
Mientras en el censo de 1910 no apare-
ce ningún inmigrante de esta naciona-
lidad, sabemos por el registro de ex-
tranjeros radicados en la ciudad de
Oaxaca en 1943 que entre 1880 y 1910
ya había en la capital de la “verde An-
tequera” cinco sirio-libaneses. Quizás
hayan quedado incluidos como “árabes”
o “turcos”, categorías que sí conside-
raban los censos de 1900 y 1910. Como
quiera que sea, para 1940 ya se les in-
dividualizaba como tales, con el si-
guiente resultado: 42 libaneses y 23
sirios, que sumados ascendían a un to-
tal de 65 y representaban 16.66% de los
extranjeros en el estado de Oaxaca.17
16 Martínez Montiel y Reynoso Medina, 1993, p. 299.17 Registro de extranjeros, 1943; División territorial de 1910, 1918, pp. 9-10; 6º Censo de Población,1943, pp. 47.18 Véanse Brading, 1973, p. 138; Sánchez Silva, 1998, pp. 142-143.19 Memoria, 1874, Anexo # 5, 6º Censo de Población, 1943, pp. 46-48; Registro de extranje-ros,1943.
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77
ra sostenida hasta encumbrarse en
1910 como el segundo grupo más nu-
meroso en la entidad y en la ciudad de
Oaxaca. Sin embargo, con ellos suce-
dieron cambios importantes una vez
concluida la revolución mexicana: poco
a poco fueron desplazados de su histó-
rico segundo lugar y en 1943 este
puesto fue ocupado por los sirio-liba-
neses.20
En 1943, los españoles (51.82%),
los sirio-libaneses (14.63%) y los nor-
teamericanos (10.36%) representaban
76.20% de los 164 extranjeros que vi-
vían en la ciudad capital. Por la ocupa-
ción a la que se dedicaban estos tres
grupos, los 85 españoles se repartían
de la siguiente manera: 36 eran co-
merciantes, 13 se dedicaban a las la-
bores del hogar, siete eran empleados
particulares, cinco empleados comer-
ciales, cuatro industriales, cuatro agri-
cultores, tres estudiantes, dos agentes
viajeros, un orfebre, un agente de se-
guros de vida, un propietario de hotel,
podemos saber datos relevantes: nom-
bre, edad, estado civil, fecha de ingre-
so, nacionalidad y lugar de nacimiento,
raza, ocupación, calidad migratoria y
preferencia religiosa, datos que nos
permiten realizar un análisis en varias
dimensiones.
Si tomamos como referencia los
años de 1874, 1877 y 1943, caemos en
la cuenta de que los españoles en estos
tres años representaron la abrumadora
mayoría de los extranjeros residentes
en la ciudad. Sin embargo, el número y
posición de los originarios de otros paí-
ses es variable: en los dos años del
siglo XIX, el segundo lugar lo detenta-
ban los franceses; en la cuarta década
del XX los sirio-libaneses eran el segun-
do grupo de extranjeros más numeroso.
En 1943, los franceses habían descen-
dido al quinto lugar; un caso digno de
mencionar es el de los norteamerica-
nos, quienes no aparecen ni en 1874 ni
en 1877 pero, como sabemos, a partir
de 1895 empezaron a crecer de mane-
20 Según el 6º Censo de Población los cinco grupos de extranjeros más numerosos eran: españoles,sirio-libaneses, chinos, norteamericanos y alemanes. Véase Anexo # 5, 6º Censo de Población,1943, pp. 46-48.
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78
del hogar y uno manifestó ejercer la
profesión de chofer. El último grupo
más numeroso, el de los norteamerica-
nos, también desempeñó una gran
variedad de actividades: de los 17 que
lo componían, seis eran mineros, cua-
tro investigadores lingüistas, tres se
ocupaban en labores propias del hogar,
dos comerciantes, uno era ingeniero de
minas y uno más pintor. La variable
“fecha de ingreso” nos permite hacer
un balance más allá de una simple “fo-
tografía” de los extranjeros radicados
en la ciudad en 1943, por lo que más
bien podemos hablar de una especie de
“película”, es decir, hacemos un análi-
sis diacrónico del tema en cuestión.
Veamos el caso de los españoles: de los
85 que vivían en la capital oaxaqueña
en 1943, por su fecha de ingreso al
país por décadas tenemos el siguiente
resultado: tres ingresaron entre 1880 y
1890, cinco entre 1890 y 1900, 21
entre 1901 y 1910, 18 entre 1911 y
1920, 18 entre 1921 y 1930, 15 entre
1931 y 1940 y cinco entre 1941 y
1950. Estas cifras sugieren que la ola
migratoria hacia la ciudad de Oaxaca a
un minero, un médico, un empleado fa-
miliar, un cantinero, un agente comer-
cial, un rentista, un chofer y sólo uno
de ellos no proporcionó su oficio o pro-
fesión. A diferencia de esta gama de
actividades desempeñadas por los
extranjeros de origen español, la po-
blación sirio-libanesa fue más especia-
lizada: de los 24 que aparecen en el
registro de 1943, 19 eran comercian-
tes, cuatro se ocupaban de las labores
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79
bién empleado particular y originario
de Castellón de la Plana, Valencia, cuyo
ingreso data del 29 de mayo de 1942;
Manuel Rasines Crespo, de cuarenta
años de edad, de oficio cantinero y ori-
ginario de Santander, con ingreso al
país el 26 de julio de 1940; Pilar Álva-
rez Díaz de Neila, de 42 años de edad y
dedicada a las labores del hogar, origi-
naria de Reynosa, Santander, con fecha
de ingreso del 20 de julio de 1940; Ma-
nuel Neila Álvarez, de 21 años de edad,
empleado comercial, originario de
Santander, con fecha de ingreso al país
el 26 de julio de 1940, y Manuel Neila
Martín, de 46 años, agente viajero ori-
ginario de Bejar, Salamanca, quien
ingresó a México el 26 de mayo de
1941. En una perspectiva más amplia,
futuras investigaciones deberían fijar
su atención en los otros 14 españoles
que arribaron a Oaxaca entre 1931 y
1943, quizás muchos de ellos no lo
hicieron explícitamente como “asilados
políticos”, pero su salida de España se
fines del siglo XIX y hasta la mitad del
XX se concentró en los primeros treinta
años de este último siglo, proceso que,
por otra parte, coincide con los patro-
nes migratorios españoles hacia
México entre 1877 y 1930, con la co-
rrespondiente inflexión en el decenio
1910-1920 debido a los estragos de la
revolución mexicana.21
Por otra parte, tal vez la guerra civil
española y sus efectos no cambiaron
sustancialmente el patrón migratorio
español en tierras oaxaqueñas, como
sucedió en el contexto nacional según
la interpretación de Clara Lida.22 Sin
embargo, existen casos de algunos de
ellos que al poner su calidad migrato-
ria en el Registro de 1943 manifesta-
ban explícitamente ser “asilados políti-
cos”, en este caso se encuentran: Fe-
derico Abad Leturio, de 44 años de
edad, empleado particular y originario
de Somorestro, Vizcaya, quien ingresó
el 27 de julio de 1939; Enrique Mar-
tínez Asensi, de 21 años de edad, tam-
21 Herrero, 1985, p.14; Illades, 1991, p. 43; Lida, 1993, p. 440.22 Lida, 1993, pp. 432-435.
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siguiente afirmación de David Brading:
“Todos los relatos de la época de los
borbones dan la impresión de que el
gachupín de la época era un campesi-
no del norte que se había convertido
en comerciante.”23
Investigaciones recientes han de-
mostrado que la presencia de españo-
les del norte, por ejemplo, los vascos, se
remonta a épocas más tempranas que
el siglo XVIII para asentar reales en
Oaxaca.24 En este sentido, convendría
emprender una investigación de “largo
plazo” para fijar los ciclos y patrones
migratorios tanto de la región españo-
la de procedencia como del lugar de
México donde se establecieron.
De los 24 sirio-libaneses que vivían
en la capital oaxaqueña, su ingreso por
décadas es el siguiente: uno en la déca-
da 1880-1890, cuatro entre 1901 y
1910, cinco entre 1911 y 1920, 13 entre
1921 y 1930 y uno entre 1931 y 1940.
La mayor concentración entre 1911 y
debe, probablemente, a la guerra civil.
Por la región española de procedencia,
la población ibérica en la ciudad de
Oaxaca en 1943 tenía las siguientes
características: la geografía peninsular
estaba representada con hispanos de
47 lugares diferentes, donde lo mismo
había asturianos, santanderinos, anda-
luces, leoneses, salmantinos, catalanes,
valencianos, vascos, alaveses, de Bur-
gos y de Oviedo. Los seis lugares que
más número de emigrantes españoles
aportaban a la ciudad a mediados del
siglo XX eran Santander (30), Oviedo
(16), Asturias (9), Andalucía (6), Álava
(5) y Vizcaya (4), cifras que ponen en el
tapete de la discusión la siguiente in-
terrogante para una futura investiga-
ción: ¿cuándo empezaron las provin-
cias del norte de España a dominar el
grueso de los movimientos de pobla-
ción hacia la América española en ge-
neral y a México en lo particular? Se ha
vuelto proverbial, en este respecto, la
23 Brading, 1973.24 Chance, 1989, pp. 185-187; Romero Frizzi, 1990, pp.445-477 y 609-611; Sánchez Silva, 2002,pp.15-26.
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81
En relación con su lugar de naci-
miento, la distribución es la siguiente:
13 nacieron en Trípoli, cuatro en Diman
y cada uno en una de las siguientes
ciudades: Best Espat, Abedegi, Beirut,
Monte Líbano, Benuete, Aleppo y Ana-
1930 quizás esté asociada con el cierre
de fronteras norteamericanas en esos
años a los inmigrantes en general, razón
que provocó que muchos de ellos hicie-
ran escala en México.25 En algunos ca-
sos, se quedaron a vivir definitivamente.
25 Martínez Montiel y Reynoso Medina, 1993, p.301.
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82
Harp Attia en el de los 40. Sin embar-
go sabemos, por otros datos que acom-
pañan estas filiaciones, que se trata en
ambos casos de los mismos personajes:
el primero ingresó al país el domingo 8
de julio de 1923 por el puerto de Ve-
racruz en calidad de inmigrante a los
14 años, y el segundo aparece registra-
do con los mismos datos que hemos
consignado para el primero, nada más
que contaba con 17 años cuando llegó
a suelo mexicano el domingo 26 de
septiembre de 1926; en segundo lugar,
que a estos dos adelantados los siguió
un movimiento migratorio que involu-
cró a más integrantes de la familia:
Josefina y Mazna Hareb Bakhos, Assad
y Antonio Harp Abud, cuarteto que
ingresó por Veracruz el martes 30 de
julio de 1929.27 Lo cierto es que desco-
nocemos por qué las dos mujeres ya no
aparecen en el registro de los años 40:
quizás se casaron y adoptaron los ape-
llidos de sus esposos y la nacionalidad
mexicana, o cambiaron de residencia
tolia (Turquía). De los originarios de
Trípoli, destaca el caso de la familia
Tanus, que para 1943 ascendía a diez
integrantes: el origen de la migración
se sitúa en mayo de 1902, cuando arri-
bó el comerciante Salomón Tanus Ye-
braham; los demás miembros lo hicie-
ron entre 1923 y 1931.26
El otro caso es el de la familia Harp
Abud, originaria de Diman y cuya
migración familiar se ubica entre 1923
y 1929. Es preciso anotar algunos da-
tos que proporcionan otras fuentes
sobre ella: el primero, que existen dife-
rencias sustanciales en cuanto a los
nombres con el que fueron registrados
algunos de sus miembros: en el registro
levantado en 1933 y que se encuentra
depositado en el Archivo General de la
Nación, aparece bajo el nombre de
Alfredo Hareb Bkhos Assad, pero según
el registro de 1943 su nombre era
Alfredo Harp Abud. En el mismo caso se
encuentra en el registro de los años 30
Toufic Harb Dib Assad, por el de Tufic
26 Registro de extranjeros, 1943.27 Registro de extranjeros,1943; González Cicero y Nacif Mina, 2001.
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83
país, pero como sabemos, este persona-
je, que en 1943 contaba con 25 años de
edad, pertenecía a la familia de los
mineros Carlos Hamilton y Harloe Hu-
bert Hamilton Briggs, cuyo arribo a la
capital se ubica durante el Porfiriato;
sus descendientes viven hoy en la enti-
dad.29 Un tema que se vislumbra con la
familia Hamilton es el cambio de acti-
vidad profesional debido, en parte, a las
preferencias personales, pero también a
la coyuntura que les tocó vivir: esta
familia vino a ocuparse en el boom
minero porfirista, sin embargo, cuando
éste se esfumó y la revolución trajo
consigo otras perspectivas, el comercio
se convirtió en la opción familiar. Los
cuatro investigadores norteamericanos
que se dedicaban a la lingüística arriba-
ron a mediados de los años 30 del siglo
XX: Walter Miller Brinker lo hizo el 29 de
agosto de 1936, en calidad de inmi-
grante; los otros tres arribaron el 22 de
octubre de 1937, dos de ellos como
turistas y sólo Vera Stilwell de Miller,
dentro del país, regresaron a Líbano o
fallecieron. Esta familia cuenta con
descendencia cuyas raíces se ubican en
tierras oaxaqueñas, como la del finan-
ciero Alfredo Harp Helú, o “nitos” oa-
xaqueños, tal es el caso de la familia
Harp Iturribarría, cuyos orígenes cuen-
tan son una mezcla bastante singular:
libanesa-vasca.28
De los seis norteamericanos regis-
trados en 1943, cuatro arribaron a tie-
rras oaxaqueñas durante el Porfiriato,
entre 1892 y 1905; uno de ellos lo hizo
en plena fase armada de la revolución,
en 1914, y uno arribó en 1943, quizás
para emplearse en el boom minero que
se desarrolló por estos años en la mina
de la Natividad en la Sierra Juárez. El
norteamericano Claudio Bernard Finney
Litlefield, cuyo ingreso sucedió en 1896,
aparece en el registro como ingeniero
de minas. De los dos dedicados al
comercio, David Carlos Thompson, in-
gresó en 1899; el otro, George Tereso
Hamilton, declaró haber nacido en el
28 Jacobs Barquet, 2000, p. 190; Sánchez Silva, 2002, pp. 16-26.29 Chassen, 1986, p.215.
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84
cendencia de esta familia en tierras
oaxaqueñas.
EPÍLOGO: “POCOS PERO ESCOGIDOS...”
Hemos insistido en este texto en que, a
lo largo de su historia, la migración
extranjera a México ha sido más bien
cualitativa que cuantitativa. Oaxaca
también se ubica en esta tesitura, sin
embargo, no está por demás señalar
que estos movimientos de población
hacia México en general y a Oaxaca en
particular, han dejado huella en varios
niveles. Pese a que en este caso nos
centramos en la ciudad de Oaxaca en
1943, gracias al breve recorrido histó-
rico que hemos hecho, podemos suge-
rir temas que investigaciones futuras
deberán desentrañar sobre la población
extranjera radicada en esta entidad
sureña.
Metodológicamente, se impone
fijar periodos específicos de cuotas de
migración por países y región de ori-
esposa del primero, también como
inmigrante. Como quiera que sea, nin-
guno de ellos sentó reales definitivos en
tierras oaxaqueñas. Lo mismo sucedió
con el pintor Donald Bush Cordry y su
esposa Dorothy Mann de Cordry (dedi-
cada a las labores del hogar), quienes
ingresaron en calidad de inmigrantes el
3 de abril de 1939. De las otras dos per-
sonas dedicadas a las labores del hogar,
una de ellas, Ethel Rusell Doctor Mac
Laren, quien ingresó el 3 de enero de
1927 en calidad de inmigrante, no apa-
rece asociada por apellidos con ningu-
no de los extranjeros del registro, por lo
que se nos hace imposible ubicarla de
manera plena; el caso de Alicia Innes
Vda. de Moreno es del todo diferente:
en el registro aparece como norteame-
ricana nacida en Ejutla de Crespo, pre-
cisamente uno de los lugares donde sus
antepasados de origen inglés, los hom-
bres de negocios Juan T. y Claudio A.
Innes, se asentaron desde mediados del
siglo XIX.30 También existe ahora des-
30 Memoria, 1884, “Documento núm. 69”, s.p.; Chassen, 1986, p.214; Sánchez Silva, 1998, pp. 164y 150.
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85
Mérida y México.31 Para poner las
cosas en perspectiva, cuando le co-
menté a un colega de mi hallazgo so-
bre la importancia relativa de la pobla-
ción siria-libanesa según el registro de
1943, me dijo: “pues no parece, ya que
ni los tacos árabes saben hacer en la
capital oaxaqueña”; la única taquería
árabe “digna” que existe en la ciudad,
la regentea un poblano que vino a pro-
bar fortuna en la “verde Antequera”.
Esta situación adquiere su valor real si
consideramos que, para 1948, Oaxaca
se ubicaba como una entidad interme-
dia en cuanto a población siria-libane-
sa dentro del contexto nacional, con un
total de 245 personas de este origen.32
Otro tema que se impone desarro-
llar es el de las actividades socio-pro-
fesionales a las que se dedicaron los
extranjeros que arribaron a Oaxaca.
Aquí habría que analizar en dos nive-
les: sincrónica y diacrónicamente. Los
estudios sobre la inmigración sirio-
gen. Así, por ejemplo, aunque en la
etapa virreinal llegó a tierras oaxaque-
ñas alguno que otro “despistado ex-
tranjero”, la cultura española fue do-
minante y determinante para fijar sus
influencias en la vida social, cultural,
política y económica, y comenzar un
largo y sinuoso proceso de simbiosis de
culturas. Con el despertar a la vida
republicana en el siglo XIX, entran en
escena nativos de otros países que dan
un sello diferente a estas influencias:
tal es el caso, por ejemplo, de los nor-
teamericanos que introdujeron durante
el Porfiriato, entre otras cosas, la prác-
tica deportiva del beisbol y del tenis.
En este mismo sentido, un caso que
llama la atención a mediados del siglo
XX es el de los sirio-libaneses, que lle-
garon a ocupar el segundo lugar en el
total de extranjeros radicados en la
ciudad de Oaxaca, pero su huella ha
sido bastante parca, a diferencia de lo
que sucedió en ciudades como Puebla,
31 Véase al respecto, “Mapa VIII.1. Distribución de la población libanesa en 1948”, en MartínezMontiel y Reynoso Medina, 1993, p. 306.32 Martínez Montiel y Reynoso Medina, 1993, p. 306.
01 boletin5/ 1-91.qxd 7/14/04 8:53 AM Page 85
33 Martínez Montiel y Reynoso Medina, 1993, p. 300.
libanesa han comprobado que en su
inmensa mayoría se trataba de campe-
sinos, pero que al llegar a sus lugares
de destino se convirtieron, primero, en
vendedores ambulantes que andaban
de pueblo en pueblo y de puerta en
puerta ofreciendo “en pagos” las más
variadas mercancías, y posteriormente,
una vez juntado un capital, pasaban a
ser “comerciantes establecidos”.33 El
caso de Oaxaca a mediados del siglo XX
parece confirmar esta constante: de los
24 registrados, 19 declararon ejercer la
ocupación de comerciantes y uno la de
86
01 boletin5/ 1-91.qxd 7/14/04 8:53 AM Page 86
34 Hemos apuntado que la población china y, en menor medida, japonesa, llegó al istmo oaxaque-ño durante el Porfiriato para ocuparse fundamentalmente como mano de obra en los trabajosferroviarios y portuarios y, también, para regentear las casas de citas y juegos de azar. Sin embar-go, según los cambios en los patrones migratorios socioprofesionales que se dan con la poblaciónnipona por el “Convenio para el libre ejercicio de la profesión de médico, farmacéutico, dentista,partero y veterinario” entre ambos países y que estuvo vigente entre los años 1917 y 1927, tene-mos que según el registro de extranjeros radicados en la ciudad de Oaxaca en 1943, de los dosjaponeses que aparecen, uno señaló no dedicarse a ninguna actividad por su edad y el segundo,Enrique Sakujiro Oda Okubo, de 42 años de edad y quien ingresó al país en calidad de inmigranteel 18 de octubre de 1926, manifestó ejercer la profesión de dentista. Véanse Registro de extran-jeros...1943; Martínez Montiel y Reynoso Medina, 1993, p. 414.35 Memoria, 1883, “Noticia que manifiesta el número de extranjeros...”, s.p.36 Archivo Histórico de la Secretaría de Relaciones Exteriores [AHSRE], expedientes 44-13-13 del 6de noviembre de 1872 y 42-7-72 del 18 de marzo de 1885; Sánchez Silva [en prensa (b)].
chofer. Las cuatro personas restantes
se ocupaban en labores domésticas.
Si tomamos el caso de los españo-
les en dos momentos, 1883 y 1943,
podremos sacar algunas conclusiones
tentativas importantes que bien podrí-
an ser aplicadas a los de otras naciona-
lidades:34 parecería que el estereotipo
del “gachupín” es el del abarrotero
dedicado al comercio, sin embargo, al
revisar el registro de extranjeros de
1883 se cae en la cuenta de que pese
al predominio de los comerciantes
entre la población de origen hispano, a
la par encontramos las siguientes acti-
vidades: agricultor, profesor público,
empleado, estudiante y propietario.35
Además, debe quedar claro que las
fronteras entre actividades no siempre
están claras: el personaje que en este
registro aparece como propietario es el
santanderino don José Zorrilla Trápaga;
sin embargo, resulta difícil encasillarlo
ya que ejerció, cronológicamente, las
siguientes actividades desde que arribó
a tierras oaxaqueñas, en 1846, hasta su
muerte en 1897: comerciante, hacen-
dado, industrial, banquero, funcionario
público (primer cónsul de España en
Oaxaca, en 1885). El señor Zorrilla Trá-
paga era, en el estricto sentido de la
palabra, un verdadero “hombre de
negocios”.36 Por lo que toca a la estruc-
tura socio-profesional de los españoles
radicados en la ciudad de Oaxaca en
1943, la gama de actividades es mucho
87
01 boletin5/ 1-91.qxd 7/14/04 8:53 AM Page 87
88
que se trata de registros fotográficos,
de qué extranjeros estamos hablando.
En otras palabras, los extranjeros dejan
de ser un nombre, una fecha de naci-
miento o de ingreso, una estatura, una
firma, una raza, una religión, una
nacionalidad, una ocupación, un año y
un puerto de ingreso, para convertirse,
gracias a la imagen visual, en seres
humanos de carne y hueso.
FUENTES UTILIZADAS
I. Acervos
-Archivo General del Estado de Oaxaca,
ciudad de Oaxaca
-Archivo General de la Nación, México
-Archivo Histórico de la Secretaría de
Relaciones Exteriores, ciudad de México
-Archivo Histórico Municipal de la
Ciudad de Oaxaca, ciudad de Oaxaca
-Biblioteca Daniel Cosío Villegas, El
Colegio de México, ciudad de México
-Biblioteca Nacional de España, ciudad
de Madrid, España
-Biblioteca Pública del Estado de Oa-
xaca/Sala de Asuntos y Autores Oaxa-
queños/Fondo Manuel Martínez Gracida
mayor. En este sentido, investigaciones
futuras que hagan un análisis específi-
co podrán cruzar la información entre
actividad y fecha de ingreso, con el
objeto de corroborar lo que a primera
vista se deja entrever: que en la prime-
ra mitad del siglo XX los inmigrantes
hispanos que llegaron a la ciudad de
Oaxaca ya no eran sólo comerciantes y
agricultores, sino que se repartían en
una gama diversa de ocupaciones. La
mayoría de los 85 españoles radicados
en la capital en 1943 había ingresado
entre 1900 y 1930, antes de que la
guerra civil española surtiera sus efec-
tos en el patrón migratorio en nuestro
país. En esta perspectiva, quizás
Oaxaca sea un caso atípico de la
migración española en el siglo pasado,
pero esto sólo lo podremos saber pro-
fundizando en el tema.
Finalmente, si el análisis y las suge-
rencias que hemos descrito en las pági-
nas anteriores no fueran suficientes
para ponderar la relevancia del tema,
este Registro de extranjeros tiene una
virtud intrínseca más contundente: nos
permite conocer visualmente, gracias a
01 boletin5/ 1-91.qxd 7/14/04 8:53 AM Page 88
89
-Cosío Villegas, Daniel, “La riqueza le-
gendaria de México” en Cosío Villegas,
Ensayos y notas I, México, Hermes, 1966.
-Cossío Silva, Luis, “I. La agricultura”,
en Daniel Cosío Villegas (coord.), His-
toria moderna de México. Vida econó-
mica, El Porfiriato, México, Hermes,
1965.
-Crosby, Alfred W., Imperialismo ecoló-
gico. La expansión biológica de Europa,
900-1900, Barcelona, Crítica, 1988.
-División territorial de los Estados
Unidos Mexicanos. Correspondiente al
Censo de 1910. Estado de Oaxaca,
México, Secretaría de Hacienda, 1918.
-González Cicero, Stella, y Jorge Nacif
Mina, Libaneses en México. Cd-Rom,
AGN-Fidecomiso Preservación de la Me-
moria de México-Instituto Cultural
Mexicano Libanés, México, 2001.
-Humboldt, Alejandro de, Ensayo polí-
tico sobre el reino de la Nueva España,
IV vols., México, Miguel Ángel Porrúa-
Instituto Cultural Helénico, 1985.
-Illades, Carlos, Presencia española en
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——-, y Héctor Martínez, “El desarrollo
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xico, INAH-Gobierno del Estado de
Oaxaca, 1990.
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90
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Constitucional del Estado de Oaxaca,
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cutivo del Estado presenta a la Hono-
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* Investigador del IIHUABJO.
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P a n ó p t i c o
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93
Palacio tuvo el enorme mérito de in-
corporar la dominación española como
una parte consustancial de nuestra
historia; pero en un principio, los ex-
cesos documentables de la Inquisición
sirvieron a los liberales para atacar a
sus adversarios clericales.
A mediados de marzo de 1861,
cuando Riva Palacio era diputado fede-
ral, recibió la orden del presidente Juá-
rez de recoger del ex Arzobispado el ar-
chivo del Tribunal de la Inquisición: “Se
ha servido acordar el excelentísimo
señor presidente interino se encargue a
usted que recoja del Arzobispado el
archivo de la Inquisición, remitiéndolo a
esta Secretaría”.1 Hasta donde sabemos
Riva llevó el archivo a su casa, en la calle
de San José del Real 16,2 y se dispuso a
Vicente Riva Palacio (1832-1896)
fue político, militar y destacadísi-
mo escritor; ministro de Fomento du-
rante el primer periodo presidencial de
Porfirio Díaz, alcanzó el grado de gene-
ral de brigada durante la Guerra de la
Intervención Francesa y dirigió, al tiem-
po que escribió el tomo dedicado al
virreinato, México a través de los siglos.
Le tocó en suerte, además, ser el primer
historiador que consultó el Archivo de
la Inquisición de México y lo aprovechó
para mostrar los horrorosos proce-
dimientos del terrible tribunal en una
serie de novelas históricas: Monja y
casada, virgen y mártir, Martín Gara-
tuza y Memorias de un impostor. Don
Guillén de Lampart, rey de México,
entre otras. A la postre, la obra de Riva
AVATARES DEL ARCHIVO DE LA INQUISICIÓN DE MÉXICO
José Ortiz Monasterio
1Universidad de Texas en Austin, Archivo Vicente Riva Palacio (en adelante Utx-A, AVRP), carta delMinisterio de Justicia e Instrucción Pública, México, marzo 16 de 1861, fólder 183, doc. 32. 2 Se menciona el domicilio de Riva Palacio, en relación a cierto asunto derivado de la tragedia delos mártires de Tacubaya, en El Monitor Republicano, marzo 19 de 1861.
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Por cierto, la publicación de las
causas célebres auspiciada por el Con-
greso fue abortada. Por una razón u
otra, el material no lograba salir de la
imprenta con todo y que conocemos el
prospecto, ese anuncio que se hacía
justo antes de que apareciera una
publicación (en lugar de nuestras abu-
rridas presentaciones de libros), según
lo publicaba El Monitor Republicano:
“Autorizados por el Supremo Gobierno
para publicar algunas de las célebres
causas que forman el archivo de la
extinguida Inquisición, y que por el in-
terés histórico que pueden ofrecer en
sus peripecias, son dignas de darse a la
prensa, los editores de esta publica-
ción, tienen el honor de anunciarla hoy.
”La intervención prolija y universal
que ejercía en la sociedad, en la familia,
y hasta en el individuo, la poderosa cor-
poración que llevaba el nombre de
Santo Tribunal de la Fe, su influencia
decisiva en las costumbres de su época,
y lo disímbolo de los principios que le
servían de base, respecto de los que se
profesan hoy generalmente, dan a
seleccionar algunos procesos o causas
célebres pues su publicación había sido
ordenada por el Congreso. Bien pudiera
ser que la decisión del Congreso de
comisionar a Riva, junto con Pantaleón
Tovar, para publicar las causas célebres,
haya sido una respuesta a la solicitud
expresa de los interesados.
Sucedió lo que dice Marc Bloch: las
revoluciones abren los archivos y sacan
a la luz secretos hasta entonces impe-
netrables. No cuesta trabajo imaginar a
Riva embebido en el examen de los
legajos, algunos indescifrables por su
escritura antigua, otros con letra más o
menos legible, que revelaban de golpe
los usos y abusos del nefasto tribunal.
Vicente Riva Palacio tenía con la histo-
ria, por así decirlo, un vínculo de sangre
(su abuelo fue Vicente Guerrero); pero
su interés por el archivo del Ayunta-
miento (cuando fue secretario de la
corporación) y luego por el de la Inqui-
sición muestran que estaba muy dis-
puesto a emprender trabajos historio-
gráficos, siempre y cuando la política,
madre de todos los prestigios, se lo per-
mitiera.
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En el Congreso se urgía la publica-
ción de la obra, pero no salía a la luz,
hasta que un diputado al parecer dio
en el clavo al decir que “el clero tiene
emisarios por todas partes”:
“En el Segundo Congreso Consti-
tucional se erigió [Juan A. Mateos] en
un defensor invencible de la separación
de la Iglesia y el Estado y así lo mani-
festó repetidas veces en la tribuna,
como cuando también apoyó una pro-
posición del diputado Vicente Riva
Palacio para que se publicaran las cau-
sas del tribunal de la Inquisición, docu-
mentos que pedía la Suprema Corte
para relegarlos al olvido; Mateos sos-
tuvo que no se remitieran a la Corte y
que se publicaran: ‘Señores: el clero
tiene emisarios en todas partes, en
todos los poderes de la Federación,
pero sus ideas negras resaltan sobre el
rojo de la situación. El día de la verdad
ha llegado; el sol ilumina esos antros
donde se han perpetrado tantos críme-
nes que la historia guarda en sus pági-
nuestra publicación un interés, que es
todavía mayor si se considera que esos
procesos han pasado en los impenetra-
bles secretos de un Tribunal, todo mis-
terio por su misma naturaleza.”
Más adelante añade con esa frui-
ción que conocemos bien quienes
disfrutamos el contacto con papeles
viejos:
“Hay cierta solemnidad en levantar
de esta manera el velo a documentos
reservados hace tantos años, y extraí-
dos, por decirlo así, del dominio públi-
co. Hay cierta curiosidad ávida e insa-
ciable de conocer los mil pormenores
contenidos en aquellos procesos, que a
nadie ocurrió llegar a descubrir alguna
vez”.
Por último, citaremos un trozo que
nos demuestra que el historiador no
debe mentir jamás, a menos que sea
preciso:
“La lectura de las piezas muy curio-
sas del archivo de la Inquisición no
tiene un interés de partido político”.3
3 El Monitor Republicano, México, mayo 31 de 1861. Este prospecto es sin duda obra exclusiva deRiva, pues la versión manuscrita la hemos encontrado en su archivo personal y es de su puño yletra. Véase Utx-A, AVRP, manuscrito de su puño y letra sin lugar ni fecha, fólder 183, doc. 107.
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xico, en la planta baja de edificio que
tenía ventanas hacia la calle cerrada de
Santa Teresa. Parte de este archivo
pasó después de la Reforma a poder del
general don Vicente Riva Palacio. Mu-
chas causas que se perdieron entonces
las recogió don José María Vigil para el
Archivo General [de la Nación], donde
ahora se conservan. Otras tienen algu-
nos particulares, y no pocas han sido
vendidas al extranjero por especulado-
res de nuestros monumentos históri-
cos. En la Biblioteca Nacional hay tam-
bién algunos procesos”.5
Don Ignacio Rubio Mañé, nativo de
Campeche que llegó a ser director del
Archivo General de la Nación, escribió
un artículo en donde señala:
“En el período de 1875 a 1883, nada de
notable se hizo en el Archivo, a no ser
el ingreso de una nueva sección: el
archivo del Tribunal de la Inquisición,
que se había solicitado repetidas veces.
nas, acusados en esos archivos que hoy
abre la revolución’”.4
Poco después sobrevino la guerra
con Francia y de ello resultó que la pri-
mera versión, basada en los documen-
tos originales, sobre el Tribunal de la Fe
se dio a conocer en las novelas históri-
cas que publicaría Riva Palacio a partir
de 1868.
Se ha acusado a Vicente Riva
Palacio del exceso de conservar en su
poder un archivo incautado por la
nación y aun de regalarle, como cosa
propia, algún proceso a un amigo. Todo
esto es cierto, como veremos a conti-
nuación.
No es muy completa ni exacta la
historia del archivo de la Inquisición y
se ha prestado a muchas confusiones.
Don Luis González Obregón dice en su
México viejo:
“Este archivo se conservó en el
departamento del Arzobispado de Mé-
4 José Barragán (estudio y selección), Juan A. Mateos. Periodista liberal, Departamento del DistritoFederal, México, 1983 (Colección Distrito Federal, 3), p. 26.5 Luis González Obregón, México viejo. Época colonial. Noticias históricas, tradiciones, leyendas ycostumbres, Editorial Patria, México, 1945, p. 665, nota 2.
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97
un lote que se llama Riva Palacio, por-
que este historiador los había tomado
prestados para sus estudios, y años
más tarde los recuperó el Museo
Nacional y fueron devueltos al Archivo
[General de la Nación]”.6
Rubio Mañé no indica el origen de la
información que copiamos, pero saca-
mos en claro que el archivo de la In-
quisición paró en el General de la
En 1861 se hallaba dicho importante
fondo en el Palacio Arzobispal, y en
1863, al abandonar la capital las fuer-
zas republicanas, se ocultó en una
bodega de la plaza del Volador, donde
fue descubierto y sacado por el general
don Vicente Riva Palacio, en 1867”.
Y más adelante añade:
“Inquisición. 1,553 tomos... Los volú-
menes del 1,477 al 1,544 constituyen
6 J. Ignacio Rubio Mañé, “El Archivo General de la Nación, México D.F., República Mexicana”, enRevista de Historia de América, núm. 9, agosto de 1940, Instituto Panamericano de Geografía eHistoria, México, p. 110 y 132.
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en esta fecha y rescatado definitiva-
mente para servicio de los historiado-
res y de la Historia, por el general y
licenciado don Vicente Riva Palacio, al
retorno triunfal de las fuerzas y el
gobierno republicanos a esta capital.
”Es verdad que a cambio de ése y
otros muy estimables servicios, permi-
tióse a don Vicente que guardara en su
poder, para su examen, estudio y acu-
ciosa consulta, obra de una veintena de
volúmenes, de los más valiosos y todos
pertenecientes a los primeros años de
existencia del nefasto Tribunal de la
Inquisición; todos los cuales corrieron
azarosas vicisitudes antes de haber
sido, finalmente, reincorporados al
acervo del cual no debieron ser separa-
dos jamás. En efecto, a la muerte del
afamado literato, que tan buen fruto
supo sacar de la franquicia que le per-
mitió poseer casi como cosa suya tan
invaluable tesoro documental, sus
familiares tomaron, efectivamente, por
cosa propia, lo que sólo era prestada,
vendiéndola, finalmente, al gobierno
que era, con el mejor derecho, su efec-
tivo propietario. Pero ocurrió que, en
Nación después de 1875 y que se había
solicitado repetidas veces. También
puede ser posible que durante la gue-
rra de Intervención se hubiera escondi-
do, para que no cayera en manos de la
reacción. Hay otro dato importante: el
archivo de la Inquisición que hasta hoy
se conserva consta de dos secciones,
una general y otra que se conoce como
lote Riva Palacio, que según el autor
citado suma 67 volúmenes (del 1,477
al 1,544).
Otra versión, que como la anterior
data de los años 40 del siglo XX, difiere
en algunos puntos, pues señala que el
archivo que comentamos se hallaba:
“en el Palacio Arzobispal de México,
hasta el año 1863, fecha en la que,
mediante la activa, inteligente y atina-
da intervención de don José María
Lafragua (la que le ha valido, por cier-
to, los más denigrantes epítetos de un
intemperante escritor confesional), fue
trasladado a unas bodegas del edificio
existente en la plaza del Volador, en las
que permaneciera oculto hasta el año
de 1867, y en donde fuera descubierto
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más o menos dignas de crédito; esto lo
confirma otra versión posterior de don
Alfonso Toro:
“El Archivo de la Inquisición de México
se conservó intacto durante mucho
tiempo después de la Independencia;
pero al triunfo de la República sobre el
Imperio, se dice que el general Riva
Palacio pidió al gobierno que le permi-
tiera hacer una selección de lo que con-
siderara más interesante, y con ella
pagara una cantidad que se le adeuda-
ba por sueldos devengados durante las
guerras de Intervención y el Imperio,8 lo
que le fue concedido. La colección así
formada, que se conoce con el nombre
de colección Riva Palacio, comprende
casi todo lo más importante del Ramo
de Inquisición... Es de sentirse que fal-
ten algunos procesos que el general
vez de ir a reunirse con el resto de los
asenderados volúmenes, aquéllos fue-
ron a parar, mediante la transacción
realizada por los familiares de don
Vicente Riva Palacio con el gobierno, al
entonces Museo Nacional de Arqueo-
logía, Historia y Etnografía; al que fue-
ron más tarde canjeados por el Archivo
General –que debía ser su legítimo
poseedor– entregándose en cambio
algunos códices indígenas: restos exí-
guos de la otrora copiosísima y archi-
valiosa Colección Boturini.”7
Las divergencias en las versiones de
escritores profesionales que en princi-
pio pudieron tener acceso a los archi-
vos institucionales del Archivo General
de la Nación, nos indican que a falta de
los documentos respectivos mucho de
lo que dicen eran informaciones orales
7 Mario Mariscal, Reseña histórica del Archivo General de la Nación (1550-1946), Secretaría deGobernación, México, 1946, p. 102-104.8 Manuel Toussaint desmiente el asunto de que Riva recibió como pago el archivo: “Por algúntiempo se creyó que los volúmenes de ese archivo [de la Inquisición] que Riva Palacio conservó ensu poder, le habían sido cedidos por el gobierno en pago de alcances. En realidad le fueron presta-dos y después de su muerte el Archivo General de la Nación los recuperó”. Véase V.R.P., Cuentosdel general (prólogo de Manuel Toussaint), Editorial Cultura, México, 1929 (Clásicos Mexicanos),p. XIII-XIV.
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100
ña, conviene recordar que lo que nos
dicen los documentos fidedignos de la
época es que Riva recogió el archivo
inquisitorial en 1861 por orden de
Juárez para publicar algunos procesos
célebres; esto último debió ser la justi-
ficación inicial para que los mantuvie-
ra en su poder, pero muy pronto se le
exigió que los entregara (como lo esta-
blecía la orden original del presidente
Juárez), según se lo notificaba el
Ministerio de Justicia e Instrucción Pú-
blica, toda vez que el Congreso de-
terminó que pertenecían a éste y no a
la Suprema Corte, y se les requería –a
regaló a algunos amigos; de ellos unos
fueron a dar al extranjero y otros pare-
ce que son los que se encuentran en la
Biblioteca del Museo Nacional de Ar-
queología. También faltan algunos que
hace tiempo fueron sustraídos del
Archivo General. Después de poseer el
general Riva Palacio la colección de su
nombre por algunos años, la vendió
nuevamente al gobierno nacional, que
la destinó al Archivo General de la
Nación, donde se encuentra”.9
Sería muy prolijo señalar todas las
contradicciones de los testimonios
arriba citados y, para deshacer la mara-
9 Alfonso Toro, La familia Carvajal, Editorial Patria, México, 1977, p. 11.
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dadano José Fernando Ramírez, inspec-
tor general de la Biblioteca Nacional, el
archivo de la ex Inquisición que reco-
gieron ustedes por orden de esta secre-
taría dictada el año pasado y verifican-
do dicha entrega con arreglo al inven-
tario, conforme al cual lo recibieron
ustedes entonces”.11
Pero este requerimiento llegaba
muy tarde, pues Riva Palacio ya había
recibido de Juárez el encargo de formar
una guerrilla12 y, con el grado de coro-
nel, había partido rumbo a Puebla y se
había incorporado al Estado Mayor del
general González Ortega, según le
escribe a su padre en marzo de 1862.13
Probablemente Pantaleón Tovar tam-
bién ya se había incorporado al ejérci-
él y a Pantaleón Tovar– “trasladen in-
mediatamente a este Ministerio el
archivo de que se trata”.10
No sabemos decir cómo se las arre-
glaron Tovar y Riva pero por lo pronto
no entregaron el archivo, con todo y que
contravenían una orden presidencial. Al
parecer, ambos diputados sembraron la
duda en el Congreso de a qué Ministerio
debía pertenecer ese fondo documental,
y cuando se decidió que fuera a Justicia
e Instrucción de algún modo dieron lar-
gas al asunto por más de medio año,
hasta que recibieron una nueva orden
del presidente y más específica:
“Dispone el presidente de la República
que se sirvan ustedes entregar al ciu-
10 Utx-A, AVRP, carta del Ministerio de Justicia e Instrucción Pública a V.R.P. y Pantaleón Tovar,México, agosto 6 de 1861, fólder 183, doc. 67.11 Utx-A, AVRP, carta del Ministerio de Justicia, Fomento e Instrucción Pública a V.R.P. y PantaleónTovar, México, abril 14 de 1862, fólder 183, doc. 87.12 “El ciudadano presidente constitucional ha tenido a bien autorizar a usted para que levante unaguerrilla en los términos y punto que estime conveniente, para hacer la guerra al enemigo extran-jero.” Este documento se halla en la Colección Antigua de la Biblioteca del Museo Nacional deAntropología e Historia, en un volumen que probablemente era el álbum familiar y que en el lomolleva la leyenda “Caos”, carta de la Secretaría del presidente Benito Juárez a V.R.P., México, abril15 de 1862, foja 6 verso, doc. 15.13 Utx-A, AVRP, carta de V.R.P. a Mariano Riva Palacio, Zaragoza, marzo 15 de 1862, fólder 183,doc. 83.
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posición de usted en aquel estableci-
miento público, a fin de [que] pueda
usted consultarlos y publicarlos cuando
guste, reitero a usted su cumplimiento,
en virtud de nueva disposición del
supremo magistrado la orden precitada
de 16 del corriente”.15
Por cinco años estuvo Riva pelean-
do en las montañas, un plazo largo,
una experiencia amarga y apoteósica a
la vez que indudablemente afectó su
escritura; pero se ignora el paradero
del archivo de la Inquisición durante la
guerra de Intervención; tal vez, como
se dice, permaneció oculto en una
bodega de la plaza del Volador, pero de
seguro bien oculto pues, como hemos
señalado, todo indica que la Iglesia
intervino para hacer abortar la edición
de los procesos célebres que seleccio-
naron Riva Palacio y Tovar. Tal vez si se
hubiera entregado en 1861 el archivo
inquisitorial a la Biblioteca Nacional o
to republicano; sabemos de cierto que
en agosto del mismo año se hallaba en
Acatzingo. 14
Y como si no hubiera guerra, como
si Riva Palacio no estuviera comprome-
tido en la campaña, la maquinaria
burocrática le seguía enviando oficios,
como este del Ministerio de Justicia:
“El presidente de la República tuvo a
bien disponer como medida de orden,
la que fue comunicada a usted para
que se sirviera entregar desde luego el
archivo de la ex-Inquisición con el
objeto de que fuera trasladado a la
Biblioteca Nacional donde deben estar
depositados, evidentemente, los docu-
mentos importantes que forman dicho
archivo público. Como por otra parte
esa traslación no es un obstáculo para
que se cumpla con el acuerdo de la
Cámara que encomendó a usted su
publicación, puesto que los documen-
tos todos que contiene quedarán a dis-
14 Utx-A, AVRP, carta de Pantaleón Tovar a su “querido amigo”, Acatzingo, agosto 7 de 1862, fólder183, doc. 102.15 Utx-AVRP, carta del Ministerio de Justicia, Fomento e Instrucción Pública a V.R.P., México, abril21 de 1862, fólder 183, doc. 89.
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al Archivo General de la Nación, las
autoridades conservadoras o imperiales
le hubieran echado el guante y hoy
sólo podría consultarse en el Archivo
Secreto del Vaticano, esto suponiendo
que no lo hubieran destruido.
Triunfante la República, Riva escri-
be a todo vapor sus novelas históricas,
en las cuales la Inquisición tiene un
papel muy importante, lo cual hace
obvio que conservaba el archivo aún en
su poder y de nuevo se le requirió, a
principios de 1869, que lo entregara al
gobierno:
“El ciudadano director del Archivo
General de la Nación, en virtud de
orden superior y con arreglo al artículo
2º de la ley de 19 de noviembre de
1845, ocurrió al gobierno del Distrito
pidiendo la entrega del de el [sic]
extinguido Tribunal de la Inquisición
que debe estar en esas oficinas confor-
me a esa misma ley y se halla en poder
de usted por otra disposición posterior.
Mas estando declarado ese archivo de
la pertenencia de esta Secretaría ocu-
rre a ellas solicitando la indicada
entrega y en el ocurso que le dirigió en
13 del actual se halla el párrafo si-
guiente:
”Posteriormente el ya citado gene-
ral Riva Palacio ha manifestado verbal-
mente al oficial de esta oficina, que no
siéndole posible hacer las publicacio-
nes de que se trata, tanto por sus
muchas ocupaciones, como por el esta-
do de desorden en que se encuentra el
archivo en cuestión, está en la mejor
disposición de hacer la entrega, tenien-
do a la vez en consideración el detri-
mento que aquellos papeles sufren
cada día por no hallarse en un lugar a
propósito ni colocado de manera con-
veniente, por lo que sólo espera la or-
den de usted para proceder a la entre-
ga del tan repetido archivo de la
Inquisición.
”En consecuencia el ciudadano pre-
sidente de la República se ha servido
acordar, que supuesta la disposición en
que está usted de devolverlo, lo entre-
gue al expresado director del Archivo
General para que se deposite en él, inter
esta Secretaría determina el lugar en
que debe quedar definitivamente con-
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forme a lo dispuesto por el Congreso de
la Unión en 31 de julio de 1861.”16
Pero Riva no entregó el archivo, a
pesar de los nuevos requerimientos que
le hizo, en febrero y en mayo de 1869,
M. Armendáriz, director del Archivo
General de la Nación.17 Eso de la publi-
cación de las causas célebres era buen
motivo para dilatar las cosas, como
también el recurso de no estar entera-
mente claro a qué institución debían
entregarse, como lo muestra una nueva
comunicación del Ministerio de Jus-
ticia:
“En 17 de febrero del presente año se
dijo a usted por esta Secretaría, que
supuesta su resolución de devolver el
archivo del extinguido Tribunal de la
Inquisición que se halla en poder de
usted, lo entregara en el Archivo Ge-
neral, para que esta misma Secretaría
determinara el lugar en que definitiva-
mente debía quedar; y hoy, por acuer-
do del ciudadano presidente de la
República, tengo el honor de decirle
que dicho ciudadano presidente ha
creído más conveniente que se conser-
ve en la Biblioteca Nacional el expresa-
do archivo, para lo cual espero se sirva
usted entregarlo al ciudadano licencia-
do José María Lafragua, director de
dicha biblioteca”.18
Esta es la última carta en que se le
requiere oficialmente la entrega del
archivo. Antes de examinar si al fin lo
entregó o no, debemos expresar nues-
tra admiración de que, al menos por
ocho años, Riva hubiera podido burlar
lo que eran no órdenes administrativas
de funcionarios inferiores, sino acuer-
dos presidenciales. ¿Era Riva tan pode-
16 Utx-A, AVRP, carta del Ministerio de Justicia e Instrucción Pública (Ignacio Mariscal) a V.R.P.,México, febrero 17 de 1869, fólder 183, doc. 474.17 Utx-A, AVRP, carta del Archivo General de la Nación (M. Armendáriz) a V.R.P., México, febrero 20de 1869, fólder 183, doc. 477; y AVRP, carta del Archivo General de la Nación (M. Armendáriz) aV.R.P., México, mayo 20 de 1869, fólder 183, doc. 530.18 Utx-A, AVRP, carta del Ministerio de Justicia e Instrucción Pública (Ignacio Mariscal) a V.R.P.,México, junio 3 de 1869, fólder 183, doc. 538.
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roso? Pensamos que no. Ni como
ministro que era, en 1869, de la Supre-
ma Corte de Justicia, ni como periodis-
ta de oposición en La Orquesta, menos
aún como novelista, podía permitirse
tales desplantes y arriesgarse a ser lla-
mado ladrón o cuando menos funcio-
nario indisciplinado. Por su parte,
Juárez no podía dejar de pedirle una y
otra vez la entrega del archivo, pues de
otro modo se hubiera acusado al presi-
dente de disponer de bienes públicos
como cosa propia. Por ello nos inclina-
mos a creer que por encima de los re-
querimientos administrativos que he-
mos citado había un pacto, aunque no
me atrevo a llamarlo masónico, de que
Riva se aferrara al archivo, al menos en
tanto se tuviera la certeza de que no
iría a parar a manos de la reacción.
La ausencia de los documentos res-
pectivos nos impide determinar con
exactitud cuándo entregó el archivo
Riva, pero es seguro que hubo, cuando
menos, dos entregas diferentes. Posi-
blemente fue en 1869 (en que cesan
las requisitorias) cuando Riva entregó
la mayor parte del archivo; o tal vez
fue en el periodo 1875-1883 (según
apunta el antes citado Rubio Mañé)
que se hizo la entrega de lo principal.
Pero no cabe duda de que Riva conser-
vó hasta su muerte en su poder esa
parte que llaman el “lote Riva Palacio”,
que corresponde precisamente a los
procesos más sonados, como el de los
Carvajales y el de Guillén de Lampart,
los cuales sirvieron como material para
sus novelas históricas.
Otros documentos nos indican que
Riva puso “su” colección a disposición
de los estudiosos, como fue el caso del
norteamericano Henry C. Lea, quien
desde 1879 sostuvo correspondencia
con Riva, recibió de él información e
incluso la invitación de venir a México
“to examine your collection of re-
cords”.19
19 Utx-A, AVRP, carta de Henry C. Lea a V.R.P., Filadelfia, noviembre 1 de 1890, fólder 191, doc. 147.Véanse otras cartas del mismo Lea en fólder 186, doc. 72 y fólder 191, doc. 134. Lea fue autor deuna History of the Inquisition muy celebrada por críticos de la talla de Van Wyck Brooks, “Autoresy descubridores”, en El escritor en los Estados Unidos, Editorial Limusa-Wiley, México, 1966, p. 60.
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En cuanto a la acusación de que
Riva regaló algún proceso, no de los
más importantes, también parece ser
cierta, pues durante la dirección de
Leonor Ortiz Monasterio en el AGN una
persona donó a la institución un proce-
so inquisitorial que, según dijo, su
abuelo había recibido como obsequio.
Como ya adelantamos, a la muerte
de Riva el lote de legajos que lleva su
nombre pasó a poder del gobierno,
según parece al Museo Nacional (hoy
Instituto Nacional de Antropología e
Historia), de lo cual queda como prueba
en el archivo histórico de la Biblioteca
Hernández Dávalos (también llamada
Biblioteca Nacional de Antropología e
Historia) cierto número de documentos
que sin duda formaron parte original
del archivo personal de Riva, como son
varias cartas dirigidas a él, pero desta-
ca un álbum de fotografías, grabados y
documentos que estamos convencidos
formó Josefina Bros, su esposa; se trata
del clásico álbum familiar.20 Por otra
parte, es un hecho que el Museo
Nacional y el AGN intercambiaron colec-
ciones, pasando al primero las de tema
prehispánico y recibiendo el segundo
fondos coloniales, entre los cuales esta-
ba incluido el mencionado “lote Riva
Palacio”, que hasta la fecha está así
clasificado. No sabemos decir si, como
afirma Alfonso Toro –quien de erudito
no tiene fama–, estos documentos que
poseía Riva Palacio fueron vendidos al
gobierno por sus descendientes; lo que
más extraña es que el álbum familiar
esté ahí; ¿quién se desprendería de algo
tan íntimo y tan honroso? Hagamos un
balance general: ¿qué tanto se perdió
del archivo inquisitorial mexicano?
En conjunto, los archivos inquisito-
riales de los antiguos dominios de Es-
paña corrieron con mala fortuna, según
refiere Toro:
20 El primer documento que aparece en el álbum, un grueso y muy grande volumen, es la notifi-cación del nuevo domicilio de la pareja recién casada. Otras piezas que ahí se coleccionan son evi-dencias de honores que recibió Riva, muchos diplomas, por ejemplo, además de cartas importantesy caricaturas. En el lomo el volumen lleva el título de “Caos” y forma parte, como ya hemos dicho,de la llamada Colección Antigua de la Biblioteca del Museo Nacional de Antropología e Historia.
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intacto, después de la supresión del tri-
bunal en 1820, en el convento de San
Agustín de aquella ciudad, donde esta-
ba el Archivo Nacional, y algunos pa-
peles en la Biblioteca Nacional; pero
todo se dispersó y se perdió, cuando las
fuerzas chilenas invadieron la capital
del Perú, y saquearon ambos estableci-
mientos. El archivo de la Inquisición de
las islas Filipinas, sometidas a la juris-
“Hemos dicho que el archivo de la
Inquisición que se guarda en México,
es quizá el más importante del mundo,
porque los archivos de la Inquisición de
España, fueron saqueados durante la
invasión francesa, a principios del pa-
sado siglo, por lo que faltan muchos
documentos. El archivo de la Inqui-
sición de Lima, que era tan importante
como el de México, se conservó casi
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dicción del Santo Oficio residente en
México, como lo estaba también toda
Centroamérica, también ha sido des-
truido en gran parte, primero cuando
los ingleses el 5 de octubre de 1762,
capturaron Manila, pues no habiendo
habido tiempo para ocultar los expe-
dientes inquisitoriales, un inglés católi-
co y don César Fallet, quemáronlos,
para que no quedaran en manos de los
invasores, y el resto de época posterior
ha sufrido mucho debido al clima y los
insectos, a pesar de que se usaba un
delgado papel, de color moreno claro,
semejante al de la India, para actuar en
Filipinas”.21
Y la autora de la que probablemen-
te es la mejor obra sobre la Inquisición
mexicana, Solange Alberro, confirma y
amplía lo antes dicho:
“En effet, on le sait, seul le tribunal
de Mexico, avec ceux de Tolede, Cuen-
ca, Valence et peut-etre des Canaries, a
conservé la presque totalité des ar-
chives inquisitoriales...”22
Agradecemos al paciente lector
haber llegado a este punto, para decir-
le que la acusación de que Riva se
apoderó y conservó hasta su muerte el
archivo inquisitorial es cierta, y ade-
más lo honra, pues hoy día disponemos
de la “casi totalidad” de ese archivo
que, sumada a los procesos que guar-
dan algunas universidades norteame-
ricanas (¿serían los volúmenes que
regaló?), lo convierten en “el más im-
portante del mundo” en su tipo.
Sucede aquí algo normal, una acusa-
ción canallesca resulta ser, en los he-
chos, una prenda de orgullo para el
acusado, pues si Riva no se hubiera
apoderado del referido archivo difícil-
mente se hubiera salvado, sobre todo
si consideramos que el partido reac-
cionario tuvo en su poder a la capital
entre 1863 y 1867.
21 Toro, La familia Carvajal, loc. cit., pp. 10-11.22 Solange Alberro, Inquisition et societé au Mexique 1571-1700, Centre d’Etudes Mexicaines etCentramericaines, México, 1988, p. 22. “En efecto, como se sabe, sólo del Tribunal de México,junto con los de Toledo, Cuenca, Valencia y tal vez el de Canarias, se ha conservado la casi tota-lidad de los archivos inquisitoriales…
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Nos ha interesado seguir de cerca
la historia del archivo de la Inquisición
porque a él se debe, en opinión nues-
tra, que Riva se convirtiera no en un
historiador más (un típico autor de un
texto escolar), sino uno de los grandes
historiadores del XIX. Se dice con razón
que la historia es deporte de viejos,
pero se debería aclarar que se trata de
viejos que durante décadas han medi-
tado sobre la profesión, que han conta-
minado sus manos con los hongos de
los documentos, que han llenado sus
casas con todo tipo de libros, de los
más variados temas, que son los habi-
tuales de los libreros de viejo y conocen
por su nombre a los empleados de los
archivos y las bibliotecas. No puede
haber historiador sin el trato continua-
do con los documentos y, como hemos
visto, para nuestra historia colonial, en
este punto Riva estaba sobrado. Sin
embargo, el solo trato continuado con
los documentos no produce al historia-
dor propiamente dicho, sino al erudito;
el historiador cabal debe tener además
un trato continuado con los clásicos, es
decir, el conocimiento de la tradición
propia y también la universal. Los
documentos son la munición empírica;
el conocimiento de los clásicos, por su
parte, es el arsenal epistemológico.
* Investigador del Instituto Mora.
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donde se cuestiona si el fraile fue “más
agresivo que Erasmo [y] más auténtica-
mente erasmiano que los franciscanos
de la primera mitad del siglo”.2
Cabello fue procesado dos veces por
herejía —la primera en 1573 y la segun-
da en 1578— y en sus procesos hay
resabios de la novela picaresca. Nació
en 1555 en Sevilla y vino a México en
1558, cuando tenía tres años, con su
padre, Marcelino Cabello, abogado, y su
madre, doña Hiéronima de Alemán.
Durante su juventud, fray Alonso vivió
en Puebla y Oaxaca, donde su padre fue
alcalde mayor. Regresó a la ciudad de
México a los diez años, cerca de 1565.
Profesó en la orden de San Francisco en
1569 cuando tenía más o menos trece
años, y después vivió en conventos
El tema del erasmismo en México
está bien definido en la historiogra-
fía sobre el siglo XVI. Se ha escrito o se
sabe mucho sobre Juan de Zumárraga y
otras figuras notables, pero es poco
conocida la historia (triste y fascinante)
del fraile franciscano Alonso Cabello,
casi olvidado por todos. Las razones,
supongo, son múltiples: su detención y
encarcelamiento, la confiscación de sus
escritos y la complejidad de su prosa, la
mayor parte escrita en latín. En 1958
José Miranda ofreció un resumen breve
de los procesos de Cabello ante el Santo
Oficio en Nueva España, incluyendo en
su publicación una transcripción de su
confesión y sentencia.1 Marcel Ba-
taillón incluyó dos páginas sobre
Cabello en su famoso Erasmo y España,
EL SERMÓN DE UN ERASMISTA OLVIDADO*
Martin Austin Nesvig
1 José Miranda, El erasmista mexicano: Fray Alonso Cabello, México, 1958.2 Marcel Bataillon, Erasmo y España: estudios sobre la historia espiritual del siglo XVI, trad. AlonsoAlatorre, México, 1950, 831 pp.
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diencias judiciales en presencia del
entonces inquisidor y futuro arzobispo
de México, el licenciado Alfonso Fer-
nández de Bonilla, entre el 4 de mayo y
el 17 de junio. La acusación se centró
en un coloquio que escribió Cabello
titulado Fict[a]e religionis sphira (“en
la esfera de la religión falsa”), en donde
incluyó los temas más representativos
de Erasmo, como la famosa fórmula
“monachatus non est pietas” (la condi-
ción de fraile no se traduce en piedad).
Tras las audiencias frente al inquisidor,
donde fray Alonso confesó varias here-
jías erasmistas, fue condenado como
hereje reconciliado y sentenciado por
Bonilla con varios castigos. Su orden
sacra de subdiácano fue suspendida
perpetuamente y se le privó de las
“demás [órdenes sacras] que no tenga.”
Se le prohibió toda lectura que no
fuera la Biblia y un breviario, salvo
licencia expresa del Santo Oficio de
México. Sería recluido tres años en una
cárcel del convento de San Francisco
franciscanos en Michoacán, Cholula y
Toluca, antes de regresar a México para
estudiar teología.3
En 1573, varios frailes franciscanos
empezaron a denunciar a Cabello ante
el Santo Oficio por ideas supuestamen-
te heréticas, por leer obras prohibidas
de Erasmo y por escribir unos diálogos
sospechosos. Fue encarcelado el 2 de
mayo de 1573 y enfrentó largas au-
3 El proceso de 1573 se encuentra en AGN, Inq., vol. 116, exp. 1; el de 1578, en AGN, Inq., vol. 88,exp. 1.
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de 1559, después de que el Santo
Oficio se instaló en México en 1571.
Durante esta purga, los conventos
franciscanos guardaban libros prohibi-
dos de Erasmo, Zumárraga y varias
Biblias, Horas y consuelos espirituales.
Debido a la fuerza con que el fraile
dominico y calificador del Santo Oficio,
Bartolomé de Ledesma, llevó a cabo de
la purga, los franciscanos se quejaron
del menosprecio de sus fueros y privi-
legios.
El proceso y castigo de Cabello
parece de haber encendido una contro-
versia en la orden franciscana. Apenas
en octubre de 1574, el calificador de la
Inquisición, el franciscano Antonio de
Quixada denunció ante el Santo Oficio
que Cabello todavía tenía acceso a las
obras prohibidas de Erasmo, pese a la
sentencia del inquisidor Bonilla de
1573 que se lo prohibió. Quixada pre-
sentó varios manuscritos de puño y
letra de Cabello. Al mismo tiempo, el
fraile dominico Miguel de Zárate, resi-
dente en Puebla, comunicó que a pesar
de México o de Puebla. El inquisidor
ordenó que un día de la Semana Santa
de cada año se “le de su conuento un
juizio en carne”. Se le prohibió salir de
la provincia del Santo Evangelio en
Nueva España y fue declarado “inhá-
bil”, es decir que no podría tener nin-
gún oficio público ni en su orden de
San Francisco ad perpetuum.4 Al final
pasó su sentencia de arresto domicilia-
rio en el convento de Cholula.
El castigo de Cabello acaeció en un
tiempo en que los franciscanos estaban
divididos por diversas causas y pleitos.
Era la época en que varios frailes pug-
naban para que no saliera a la luz la
obra maestra de Sahagún, La historia
general de las cosas de Nueva España.
Si bien no sabemos casi nada en torno
de la figura de Cabello, es seguro que
estaba involucrado en esos procesos
controversiales entre los grupos de
franciscanos. También, su primer pro-
ceso ocurrió durante la primera gran
purga en el valle de México en cumpli-
miento del Índice de Libros Prohibidos
4 AGN, Inq., vol. 116, exp. 1, f. 177.5 AGN, Inq., vol. 88, exp. 1.
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partía fray Antonio de Rueda, quien
dijo que Cabello debía hacer trabajos
como limpieza y cocinar. Además,
Rueda señaló con especial indignación
que Cabello empezó el sermón “sin sig-
narse, ni santiguarse”, un signo “obvio”
de erasmismo o luteranismo.6
Seguera acudió al Santo Oficio con
los resultados de su investigación en el
verano de 1578. A Cabello se le ordenó
arresto domiciliario en Tlatelolco, a
donde lo llevó el alcaide inquisitorial,
pero en la madrugada del 13 de octu-
bre, a pocos días de su reclusión, cuan-
do esperaba su segundo proceso, se
escapó del convento descolgándose de
una cuerda desde la ventana de su
celda. Desapareció hasta que mayo de
1579, irónicamente, un pariente suyo
lo vio en Campeche, con ropa laica,
tratando de abordar un barco hacia
Veracruz. Fue remitido a México, a
donde llegó el 31 de agosto de 1579.
Pero para entonces los inquisidores
estaban cansados de los problemas con
de varias amenazas Cabello hacía cir-
cular libros prohibidos de Erasmo,
como las Letras, mientras pagaba su
sentencia en Cholula.5 A algunos frai-
les se les agotó la paciencia en la pri-
mavera de 1578. El guardián de
Cholula era fray Juan Bastida y le “dió
permiso a fray Alonso de exercer [allá]
el cargo de maestro de gramática”. El
último insulto a los frailes fue que
Bastida dejó que Cabello predicara el
sermón de la Navidad en 1577. En res-
puesta, los frailes que no compartían
las inclinaciones erasmistas de Cabello
empezaron un proceso de investigación
en su contra. Encabezó la investigación
el comisario general de los francisca-
nos de Nueva España, fray Rodrigo de
Seguera. Recibió los testimonios de
varios frailes de Cholula, la mayoría de
los cuales estuvo presente en el sermón
navideño. Entre muchos, Seguera esta-
ba enfurecido con Bastida por haber
permitido predicar a Cabello, dada su
sentencia anterior –opinión que com-
5 AGN, Inq., vol. 88, exp. 1.6 AGN, Inq., vol. 88, exp. 1.
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món suyo para allanar el camino a la
comprensión de este fraile olvidado.
Los libros encontrados en su celda
nos muestran que hasta los conventos
más destacados de la orden de San
Francisco, el Índice y sus reglas fueron
bastante despreciados. Por ejemplo,
cuando fue encarcelado por segunda
ocasión en 1578, los oficiales de la In-
quisición encontraron en su celda
varios libros prohibidos, inclusive las
Elegancias de Lorenzo Valla, obras de
fray Luis de Granada, una Biblia sin
portada (las que no tenían portada, lu-
gar de impresión o el nombre del im-
presor fueron estrictamente prohibidas
por el Índice por miedo a que fueran
Biblias protestantes) y varios libros
prohibidos de Erasmo. Amén de los
libros prohibidos, Cabello tenía varias
obras básicas de teología y derecho
canónico de las bibliotecas de los con-
ventos, entre ellas las de Vitoria, De
Soto, Covarrubias y el cofundador de la
Universidad de México, fray Alonso de
la Veracruz. Además encontraron el
el fraile y lo mandaron a España para
que lo procesara el Consejo General de
la Santa Inquisición.7
Los procesos contra Cabello y sus
manuscritos, contenidos ahora en los
expedientes del ramo de Inquisición en
el Archivo General de la Nación, son
muy detallados y guardan mucha
información sobre la mentalidad de un
erasmista español-mexicano. (Aunque
nació en España, pasó menos de tres
años de su infancia allá y toda su edu-
cación corrió a cargo de los francisca-
nos en México.) Hay cosas que se
deben mencionar aquí. Primero, que los
procesos contienen la información de
la lectura de Cabello, de modo que
debemos entender mucho sobre los
efectos del Índice en México (o su
ausencia). Segundo: Cabello era un
escritor prolijo y sus manuscritos fue-
ron recogidos por el Santo Oficio.
Gracias a eso, tenemos un tesoro de
escritos erasmistias autóctonos de
México que aún hoy son completa-
mente desconocidos. He aquí un ser-
7 AGN, Inq., vol. 88, exp. 1.
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Quixada, el agustino Martín de Perea y
el jesuita Pedro Sánchez.8
Entre los calificadores, el francisca-
no Quixada dio las calificaciones más
duras. Por ejemplo, sobre la proposición
siete, en la que Cabello había escrito
que “los frailes no son ningún especie
de hombre y son ajenos frente a Dios”,
los calificadores coincidían en que era
“temeraria, escandalosa y ofensiva a
las orejas pias,” pero sólo Quixada la
calificó como herejía.9 La proposición
número once decía que “del tiempo
que pasamos como frailes, una parte se
dedica a la ilicitud de la vida y la otra
parte a la soberbia del imperio”. De
nuevo, sólo Quixada la calificó como
herejía total.10
El sermón que se presenta no era
tan erasmista como su manuscrito
anterior. Su sermón sobre la Natividad
mezcla una variedad de tonos teológi-
cos y espirituales. Contiene un marca-
do cristo-centrismo que sugiere que su
manuscrito del sermón navideño, que
se reproduce aquí.
“In nativitati domini ad Kalendam,”
el sermón mencionado, era uno de
varios manuscritos de Cabello. Otro
manuscrito (encontrado en su primer
proceso) que contenía muchas herejías
erasmistas era uno que se llamaba
“Fict[a]e religionis sphira” (“En la esfe-
ra de la religión falsa”), una denuncia
de diversas “corrupciones” de la orden
franciscana. Escrito a manera de diálo-
go, “Fict[a]e religionis sphira” seguía
los ataques de Erasmo contra el mo-
nasticismo, por ejemplo: que los fran-
ciscanos deberían poder casarse, que
cada convento sólo necesitaba un
sacerdote, que la condición de fraile no
confería valor, que la condición de frai-
le era ociosa y pecaminosa. Dieciocho
proposiciones del manuscrito fueron
enviadas a los calificadores, el chantre,
doctor don Rodrigo Barbosa, el domini-
co Domingo de Salazar, el mencionado
8 AGN, Inq., vol. 116, exp. 1.9 AGN, Inq., vol. 116, exp. 1, f. 52: “monachis nullum hominum genus… magis a deo alienum”.10 AGN, Inq., vol. 11, exp. 1, f. 53: “nostra etate monachum esse, partim pertinet ad vitae illecebram,partim ad insolens imperium”.
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Romanos. Tuvo sutileza al atacar a una
religión de apariencia y devoción
externa y alabó una religiosidad cristo-
céntrica e interior. Por ejemplo, hacia el
final del sermón dice que “es tan su-
perficial el amor q[ue] tenemos a la
uirtud, y a n[uest]ra regla, q[ue] peque-
ñas apparençias de alguna neçesidad, o
opinión nos haze a cada passo destruy-
lla”. Es decir: si no encamina a la salva-
ción, mejor que la regla de San Fran-
cisco destruya –un ataque contra la re-
gla misma.
erasmismo “renunciado” todavía era
fuerte, pues Cabello menciona poco a
los santos como objetos de reverencia
y enfatiza más el misterio del naci-
miento de Cristo y el cumplimiento de
las profecías de la Sagrada Escritura. La
mención de santos no obedece a la
idea de reverencia de imágenes, sino a
los textos de probanza en teología –es
el caso de San Agustín o de la inspira-
ción de su orden franciscana, en el
caso de San Buenaventura. Pero la au-
toridad más prominente es sin duda la
de la Biblia, un puntal del erasmismo.
De todos modos, muestra indica-
ciones de que su “reforma” de la here-
jía, después de su sentencia en 1573,
era incompleta. En este sermón hay un
pensador más sutil y sofisticado que el
que escribió el bastante precoz ataque
contra la condición de fraile. Cabello
discutía un tema típico del luteranismo
con ciertas raíces de erasmismo: la jus-
tificación y salvación tras el nacimien-
to de Cristo y la “Nueva ley” del Evan-
gelio. En este sermón, en lugar de dis-
cutir Romanos, predicó sobre Gálatas,
que es una carta muy parecida a la de
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ejemplo de una pastoral emotiva y una
mirada al asunto de la influencia del
humanismo a fines del siglo XVI.
TRANSCRIPCIÓN
(Respecto de la ortografía original en
este documento: el lector va a encon-
trar el uso de la ç en lugar de z, doble l
en lugar de una l, x en lugar de j, u en
lugar de v, etc. Muchas veces falta la
“h” sin sonido, en particular en la pala-
bra “haber” (“aber”, “aver”, etc.). En el
caso de los acentos, he puesto acentos
cuando no existían en el documento
original para clarificar el sentido de
varias palabras.)
In natiuitate d[omi]ni Kalendam sermo.11
At ubi uenit plenitudo temporis, misit
deus filium suum factum ex muliere,
factum sub lege, ut eos, qui sub lege
erant, redimeret. Galat[as] 3.12
El resultado de los procesos contra
Cabello fue la desaparición de sus
manuscritos de la conciencia histórica.
Era el caso de Sahagún y sus obras
sobre la cultura, lengua e historia de
los mexicas, pero no vieron la luz en los
dos siglos siguientes. Más aún: el ser-
món que aquí publicamos es el primer
manuscrito de Cabello que ve la luz en
forma impresa.
Él constituye un ejemplo de la for-
ma en que entraron las obras de
Erasmo a la Nueva España, pero no en-
caja convenientemente con el modelo
que han hecho historiadores como
Bataillón —es decir, que el erasmismo y
las obras de Erasmo fueron recogidos
por completo de la órbita hispánica
hasta 1560. Sean cuales fueran las
razones, es claro que, dadas la sofisti-
cación, sutileza y la erudición de sus
obras, Cabello ha sido olvidado injusta-
mente. En este sermón tenemos un
11 En español: “Sermón sobre el día del nacimiento de Dios.”12 La cita es de Gálatas 4:4-5. Hay dos posibilidades: Cabello pudo escribir mal el número, come-ter un error o la edición de la Biblia en latín que usó fue mal editada. La cita quiere decir enespañol: “Mas cuando vino la plenitud del tiempo, envió Dios desde el cielo de cabe sí a su propioHijo, hecho hijo de Mujer, sometido a la sanción de la ley”.
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lugar se nos pusiesse la ley, que suele
ser puesta a los maestros, y philósop-
hos de el mundo, de bien y enteramen-
te declarar lo que enseñan, no auía
q[ue] hablar, ni pensar, y excusado
sería ponernos arrogantemente a ex-
pender palabras sin prouecho, ni utili-
dad.14 Qué cosa es hazerse dios15 hom-
bre? Qué cosa es representársenos esta
beatíssima noche en un pesebre de
bestias, acompañado de ellas, derra-
mando lágrimas, despidiendo sos-
lloços,16 y dando gemidos? Qué cosa es
auerse un dios tan poderoso, un dios
tan puro, un dios tan sancto, un diós
tan libre, un dios tan en sí, y por su
misma naturaleza, y uirtud tan bie-
Muy R[everen]do p[adre] n[uestro] y
religioso auditorio.
13Quién quiere hablar de la material,
que este sagrado tiempo nos offreçe,
quiere hablar de la más alta obra, y
más llena de mysterios, marauillas,
poder diuino, sabiduría, y misericordias
de todas las q[ue] son acontesçidas.
Quién quiere fixar los ojos de su consi-
deraçión en la deuota, y sentida solem-
nidad de estos días, quién poner los
ojos en aquello, que ni por agudaza de
ángeles, ni de hombres puede ser per-
fectamente ententido, ni por lenguas
de ángeles, ni de hombres puede ser
explicado. De manera que si en este
13 Al margen: “pars in quem ductio qua[e]dam, in qua era peratur emplitudo, ex qui noti, expresoriliber mod[us] pedetentim procedendi”. En español: “Parte en la cual discuto lo que es conocido delmodo libre de proceder poco a poco”. Aquí existe el problema de que la frase contiene corrupcionesgramáticas de un latín muy “tardío”, posclásico y posmedieval.14 Cabello enumeraba según el uso propio en la oración del púlpito. Hay dos sistemas de númerosen los márgenes del manuscrito de su sermón: uno señala partes importantes (a su parecer) en elhabla; el otro apunta citas de la Biblia. He omitido estos números porque me parece que no sirvemucho para entender el texto ni son cosas paleográficas importantes, sino marcas de la estruc-tura de párrafos, puntos y citas. En los casos de la enumeración de citas, como en los capítulos dela Biblia o de los textos de obras patrísticas, conservo los números.15 Es notable que Cabello usó letras minúsculas en las “d” de Dios, aunque usaba mayúsculas enlas “d” de nombres propios, como en el caso de Dionisio y David. No es una particularidad pale-ográfica, pero sí algo deliberado. El uso de minúsculas en el nombre de Dios sugiere una filosofíaerasmista y también origenista o, quizás, animista.16 “Sollozos.” La doble “l” en lugar de una es común en este sermón.
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grado, y throno de su deidad, a unión
de su persona, al gozo de su bien auen-
turança, a la communión de su grande-
za, a la familiaridad de su secreto, y al
honor de su monarchía? Qué cosa es
auerse la misma equidad, y justiçia
oluidado de una tan horrible, y grauís-
sima offensa como el çiego, e ingrato
de el hombrezillo le tenía echa? Auer
dado tal buelta a todas las leyes de el
justo rigor, dexado a parte el respuecto
de su eternal, y grauíssima mag[es]-
t[ad], y auer sido para consigo, si se
puede así dezir, cruel, inçiuil, descome-
dido, por se para con un utilíssimo ga-
zanillo, o por mejor dezir, juniento tor-
pe manso, amigable, cortesana, y
comedido?
Una cosa estuuo siempre en la eternal
sçiençia de dios, y está, y estará, que es
el supererçéssiuo conosçiemieto, q[ue]
tiene de su superçélssimo ualor, y
admirable mag[es]t[ad], y grandeza, y
nauenturado, q[ue] de ningún genero
de cosa fuera de sí tiene neçessidad
alguna, participado uoluntariamente
todos sus bienes a una tan baxa, y uil
criatura tan débil, tan impure, tan ini-
qua, y mala, tan captiua de la maldad,
tan despojada de toda uerdadera her-
mosura, tan neçessitada y falta de todo
bien, y auella17 reçebido, y admitido al
17 En el español del siglo XVI, el objeto directo seguía al verbo haber o fue añadido de la formaconjugativa de “haber”, como en este caso. La conjugación de “haber” de ese siglo es diferente dela moderna, por ejemplo, “haue” en lugar de “ha”.
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criado de nada, si no un clamor de jus-
ticia? Sí miraua así, uia un poder tan
ineffable mospreçiado, offendido, iniu-
riado. Que dezía aquí la iustiçia? Heu,
ego consolabor de hostib[us] meis et
uindicabor de inimicis meis.20 Si
miraua al hombre [,] uía21 una nonadi-
lla llena de soberuia, menospreciadora
de la magestad diuina, rodeada de
impuridad. Uestra una offensa no llora-
da, sino doblada con otra. Una ánima
descuydada de su remedio, y embuelta
y muy metida de todas aquellas cosas
q[ue] son odiosas, y aborreçibles a sus
diuinos ojos. Qué dezía aquí la iustiçia?22 Omnes, qui te relinquunt confun-
dentur, recendentes a te interra scri-
bentur e[t] c[etera].23 Qué sería aquí lo
que passaría en aq[ue]l secreto consis-
por el contrario de n[uest]ro inmenso
demérito, baxeza. Éstos son dos quiçia-
les de el secreto de toda la sabiduría
sempiterna de n[uest]ro soberano cria-
do conosçimiento proprio, y conosçi-
miento de las cosas ad extra, y fuera de
ésto no ay q[ue] saber, ni conosçer, ni
ay cosa q[ue] cayga debaxo de algún
obiecto de sabiduría, porq[ue] en este
nombre de las cosas q[ue] son ad
extra^,18 se ençierra así lo criado, como
lo q[ue] se puede criar en este propósi-
to. Y como dios sea […]19 puro, y
seruentíssimo siempre tiene enclauda-
do su diuino ententimiento en estas
ambas cosas. A qualquiera parte pues
q[ue] boluiesse n[uest]ro dios sus ojos,
q[ue] hallaua en quanto a lo q[ue]
nosotros tocaua, criaturas q[ue] el auía
18 Al margen: “ad intra. Porq[ue] las cosas no criadas, y q[ue] se pueden criar conosçelas diós enla idea q[ue] tiene de ellas, la q[ua]l es una cosa con la misma essencia diuina”. “Ad extra, ad intra”quiere decir en español: “a lo exterior; a lo interior”.19 Aparece la palabra “cto” pero no sé si es una abreviatura muy rara o un error de transcripción.Podría significar “sancto”.20 Al margen: Isa[ias] 1 [verso 24], que quiere decir “¡Ay, me vengaré de mis adversarios, y tomarévenganza de mis enemigos!”21 “Había.”22 Al margen: Hier[ónimo], 17. Probablemente refiere a los “Comentarios bíblicos” de SanJerónimo. Véase: Raymond E. Brown et al., The Jerome Biblical Commentary, 2 vols., prefacio porSu Eminencia Augustín Cardenal Bea, S.J., Englewood Cliffs, NJ, Prentice Hall, 1968.23 En español: “Todos los que te han dejado y se han retirado de ti ya están enterrados juntos”.
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Quién ay que aquí sepa hablar? Qué
lengua no enmudeçe? Que corazón
no se pasma? O altitudo diuitiarum
sapienti[ae], et scienti[ae] dei e[t]
c[etera].26
De manera q[ue] según ésto emos en
este caso de dezir nosotros agora
aquello de el cómico: Si non [tachado:
qui] ut uolum[us], inquiunt, at ut qui-
mus e[t] c[etera].27 Y no querer ser
curiosos, porq[ue] qui scrutator est
maiestatis, opprimetur a gloria.28 Con-
tentarnos con lo que se nos diere fun-
dados en firmíssima fee, porq[ue] ella
es la q[ue] alcança de quanta a n[ue-
st]ro entendimiento, y subiecta, y
acoçea toda razón humana.29Espantémonos pues, y admirémonos,
porq[ue] oy, en tal día como éste las
vozes de la sagrada escriptura, las a-
monestaçiones de la fee, las çeremo-
terio de el diuino iuizio? Quién abo-
gaue en tanto estrecho por la misera-
ble criatura? Qué otras palabras diría
aquel uerbo ineffable sino aquellas
q[ue] dize por su propheta a este
mismo propósito? Super quo propitius
tibi esse potero? E[t] c[etera].24 Pues
uiene dios y no sólo quita los ojos de
n[uest]ro demerito, mas haze quanta,
q[ue] todo lo q[ue] él ualía, era de el
hombre, y mirase así^25 como si todo lo
q[ue] auía en sí le combidara a nos per-
donar, y usando de su diuina liberali-
dad, benignidad, y nobleza, y no se
contenta hasta hazer al hombre diós, y
dalle todo quanto pudo, y le fue possi-
ble de toda potençia mirando la
anchura de la capaçidad humana, […]
no se pudo a más estender, ni pudo
más reçebir. Qué quiere pues dezir
ésto? Quién ay que ésto de la causa?
24 Al margen: Hier[ónimo] 5. Quiere decir: “Sobre si podré ser propicio a ti”. Véase nota 12, supra.25 Al margen: y esto en aquella singular natura, en quien encarno.26 Al margen: Rom[anos] 8. Un error de Cabello al citar. Este pasaje es de Romanos 11:33. Enespañol: “¡Oh profundidad de la riqueza y de la sabiduría y ciencia de Dios!”27 Al margen: Eccl[esiastes]. “Si no queremos, buscan, ni podamos.”28 En español: “El inspector que es el mejor será aplastado por la gloria”.29 Al margen: “2. pars. venitur ad rem per descriptionem natiuitatis dominici”, en español:“Segunda parte donde llegamos a esta cosa por la descripción del nacimiento del Señor Cristo”.
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entre aquellas bestias, por aquella
campaña un no se que de celestial
melodia, y regozijo, un nos acostum-
brado jubilo: y otras cosas, q[ue] los
piadosos coraçones en ésto comtem-
plan, y otros sentimientos q[ue] sien-
ten. Póngamos agora30 un religioso
coraçón delante de este espectáculo,
creyendo fielmente ser aquel niño
q[ue] allí ia el mismo dios encarnado, y
ser aquella uirgen su madre, aquel
ançiano, y honrrado uarón su nutriçio,
aquellos ángeles sus ministros, aque-
llas bestias sus testigos, aquellos pas-
tores, sus adoradores, y sacrificadores,
y finalmente aquel pobre portal ser la
casa de su real magestad, y gloria. Qué
pensará aquí, q[ué] dirá aquí, q[ué]
comtemplará aquí, q[ué] orden tendrá
en proçeder, q[ué] documentos temará,
q[ué] sentirá? Verdaderamente éste es
aquel lugar, y tiempo, en q[ue] amo-
nesta el apóstol a los fieles ánimos con
aquellas profundas palabras diziendo:31
Flecto genus mea ad patrem domini
nias puríssimas de la sancta yglesia
hazen a los ojos de la razón alumbra-
dos de sobrenatural conosçimiento una
estraña representaçión, nunca en los
passados siglos, y hedades uista, ni
oída, ni pensada uer ni oyr. En el medio
silençio de una tranquilla noche, en
una pobre choca, o en un despreçiado
por tal una uirgen tierna, llena aún en
su exterior aparençia de una çelestial
innoçençia, honestidad, y hermosura
arrodillada delante de un rezién nasçi-
do infante, q[ue] della acaba de nasçer,
sin se uer en ella rastro de parida. Y el
enbuelto en pañales pobres recostado
sobre el heno de un pesebre terifando
de frío, y llorando. Dos bestias con
milagroso conosçimiento delante de el
pesebre ahinojadas, y llenas de un
nueuo temor, y reuerençia. Un uenera-
ble uarón apuesto de toda grauedad y
sanctidad de la misma manera reue-
rençiando al niño. Cantares angélicos
consurso de pastores, y finalmente en
todas las cosas por aquellos rincones
30 “Ahora.” 31 Al margen: “Ephes[ios] 3” [versos 14, 16, 17-18].
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opinión, y affecçión aquí muy uezina-
mente especula la condiçión de la diu-
nia naturaleza, y la marauilla de sus
atributos e interior concepto, y pensa-
miento. Ninguna cosa paresçe auer
querido n[uest]ro buen dios dexar de sí
occulta a los mortales, todo se quiso
dar, todo se quiso manifestar, todo se
quiso sacar de el summo secreto de su
morada, y dar a uer tractar, palpar, co-
municar, conuersar en este mundo.
Mas donde uoz sin sentido? Qué digo?
Q[ué] fin pienso hallar en el habysmo
de infinidad? Por donde yré çiego sin
guía? Aora bien anima deuita aprende
conmigo la liçión de este misterio,
uamos por las letras de el a.b.c. de este
libro. Alarguemos la uista a lo q[ue]
ouo,34 y acaeçió en la substançia de él,
y en lo que le preçedió, y en lo q[ue] se
siguió. No nos contentamos con qual-
nostri Iesu christi e[t] c[etera] ut det
uobis habitare per fidem christum in
cordib[us] uestris, ut in charitate radi-
cati, et32 fundati possitis comprehen-
dere cum omnib[us] sanctis, qu[ae] sit
latitudo, [et] longitudo, sublimitas, et
profundum.33
Verdaderamente aquí, aquí se uerifican
estas mysteriosas palabras, aquí se
halla la anchura de la diuina charidad,
aquí la longura de su misericordia, aquí
la sublimidad de su juizio, aquí la pro-
fundidad de su humildad, y largueza, y
çiuilidad para con los peccadores. Aquí
se ue la summa de los diuinos myste-
rios, aquí todo el poder de la diuina
manifestaçión, aquí se conosçe su
grandeza, aquí su bondad, aquí su
misericordia, aquí su amor, aquí su des-
seo de n[uest]ro bien, aquí finalmente
el ojo puro, y limpio libre de toda falsa
32 Debe ser “ut.” “Et” quiere decir “y”, mientras que “ut” significa “para que”. Es posible que sea unerror de transcripción porque con “et” el verbo que sigue, “possitis”, que significa “puedan/podéis”(o, en este caso, “séais capaces”), no podría ser subjuntivo sino indicativo. Con “ut”, el verbo “pos-sum” (“puedo”) requiere el subjuntivo como en el caso de “para que”.33 “Doblo mis rodillas ante el padre [Dios nuestro Cristo Jesús] para que os conceda que habiteCristo por la fe en vuestros corazones, enraizados y cimentados en la caridad, a fin de que seáiscapaces de comprender, con todos los santos, qué cosa sea la anchura y longitud y alteza y pro-fundidad.”34 “Hubo.”
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benefiçio. Quién enbió? Dios.36 A quién
embió? A su hijo? Cómo le enbió? Echo
hombre, y nasçido de muger? En qué
estado? En guarda, y subiecçión de la
ley. A q[ué] le embió? A redimir y saluar
a los perdidos, q[ue] por sola su ley no
podían ser saluos. Resuéluase pues la
amplitud de este argumento en tres
puntos porq[ue] no proçedamos desor-
denamente. Quién embió, y a quien. Co-
mo. Para q[ué]. De estas premissas saca-
remos todo bien, porq[ue] lo q[ue] de
aquí se infiere q[ue] es sino q[ue] ame-
mos, a quien tanto bien nos hizo? Qué
es sino q[ue] con puríssima, y ardentís-
sima charidad nos uñamos en unión de
espiritu, con el q[ue] se nos comunicó
en aquella singular naturaleza en unión
de espiritu, y persona? Q[ué] es sino
q[ue] agrademos con sanctas costum-
bras, y uida al q[ue] tanto estudio en
nos agradar con la suya? [tachado: La]
Q[ué] es sino q[ue] aborrescamos
immensamente el pecado q[ue] n[ues-
quier maestro, arriménomos a aq[ue]l
grande apóstol Pablo secretario, criado
de camara de este señor, notario de
estas causas, maestro de estas doctri-
nas. Este por un llano, y graçioso esti-
lo, guardando admirable orden nos
propone en la lecçión de el thema todo
lo q[ue] a los mortales sera líçito con-
siderar, todo aquello a q[ue] pueden
estender su lança, y alçar de buelo su
coraçón. At ubi plenitudo temporis e[t]
c[etera].35
Veys aquí padres myos el orden, y pro-
cesso de este mysterio, y de n[uest]ro
sermón. No ay más aquí q[ue] uer, q[ue]
cada palabra de éstas por sí. Dios,
embió, a su hijo, nasçido de muger,
subiecto a la ley, para q[ue] redimiesse a
los q[ue] eran subiectos a la ley. Todo
orden de doctrina proçede por sus çir-
cunstancias y las çircunstancias de este
negocio son las q[ue] aquí el apóstol
relata. Porq[ue] de la consideraçión de
cada una se uerá la grandeza de el
35 “Y donde hay plenitud de tiempo.”36 En este caso, Cabello usó todavía una “d” minúscula aunque es la primera y única palabra de lafrase.
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aq[ue]l infinito amor, que desde ab eter-
no37 estuuo en el diuino pecho ençerra-
do. Y para que le ueamos, y conoscamos,
y en él no dubdemos38 le a dato oy tan
ancha salida, se a manifestado con tan-
to impetu, q[ue] con tanto no pudiera, si
él q[ue] lo manifestó no fuera ese
mismo dios, porq[ue] este efecto es de
tal causa, y aquella causa es de tal efec-
to. Ni para este efecto bastara otra
causa, ni de tal causa se podía esperar
menor efecto.
Pues en quanto a lo primero, cosa ar-
dua es inuestigar la naturaleza, y con-
diçión de el bienechor. Cosa es a q[ue]
ninguna criatura se atreuiera, si el mis-
mo de su uoluntad a ello no nos com-
bidara.39 Transite ad me omnes qui
concupiscitis me, et a generationib[us]
meis adimplemini.40 Y aquel uarón
lleno de el mismo dios así con mucha
uerdad habló:41 Nosse te, consumata
est iustitia, et scire iustitiam et uirtu-
t]ro amador, y redemptor infinitamente
aborreçió, y por cuyo odio en tantos
fraudes, y trabaxos se puso? Éste es el
recambio y truegue q[ue] quiere dios de
nuestra ánima en recompensa de un tan
illustre, y absoluto benefiçio. Porq[ue]
aunque a toda deuda para un dios
somos obligados, no nos quiso él decla-
rar por deudores hasta q[ue] para más
nos captiuar con tan estupenda, y
exçeçiua obra nos manifestasse abierta-
mente la causa porque le deuíamos, y la
grande obligaçión que teníamos a le
pagar. Veys aquí las amorosas señales
q[ue] dió dios de a q[ue] su antiguo
amor. No fue ésto, cobrarnos algún
nueuo amor, que antes no nos tuuiesse,
porq[ue] nunca ouo de n[uest]ra parte
nueua causa de nueuo amor. Ésa q[ue]
auía siempre la ouo, desde ab eterno fue
con diós, porq[ue] no fue de otra sino su
pura bondad, y misericordia: y así esta
obra de oy una declaraçión fue de
37 “De lo eterno.”38 “Dudemos.”39 Al margen: “Ecc[lesiasticus] 24” [verso 18].40 “Venid a mí los que me deséais, y hartáos de mis frutos.”41 Al margen: Sap[ientia] 15 [verso 3]. También al margen: “Item Threnor[us] 3. Bon[us] est
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llorando nos amaestra desde la cátedra
de su cuna. Llamar S[an] Bernardo a
dios común en uozes por quien dezir
mas, q[ue] con las misma palabras
q[ue] hablamos de nostros, y de
n[uestr]as cosas hablamos de él, mas
muy elongado está él en la realidad de
la uerdad de su común, y uulgar signi-
ficado. Dezimos q[ue] somos nosotros,
y dezimos q[ue] es dios: q[ue] amamos
nosotros, q[ue] ama dios. Q[ué] enten-
demos nosotros, qué entiende dios.
Qué uiuimos nosotros, qué uiue dios.
Más ueamos es un mismo este signifi-
cado? En ninguna manera. Dios ama
como charidad. Conosçe como uerdad.
Iuzga como equidad. Se ensoñerea47
como maiestad. Rige como prinçipio.
tem tuam radix est immortalitatis.42 Y
aunq[ue] esta sçiençia y conosçimiento
sea tan neçessario, es dificultosa por lo
qual con uiuo sentimiento dize S[an]
Bernardo.43 Quis est iste tam commu-
nis et uocib[us], tam longe in reb[us]?
Quomodo quam nostris loquimur uer-
bis, in sua recondite[us] maiestate nos-
tros penitus et apectus effugit, et
affect[us].44
45Si para poder descbrir algo de esta
profundidad, no nos auiera el oy dado
tan alta liçión, quién se pusiera a ha-
blar en ésto? Platón se puso a ésto,
Aristoteles se puso, Sócrates se puso, a
otros tales se pusieron, mas ayre fue
todo su trabaxo. Pa[ra] q[ue] no oye-
ren46 los gemidos de este niño, q[ue]
domin[us] sperantib[us] meum, anim[ae] qu[ae]renti illum”. En español: “El Señor complace misesperanzas y a las almas que lo buscan”. Contiene corrupciones gramáticas.42 “Pues conocerte es cumplida justicia, y reconocer tu justicia y poder es raíz de inmortalidad.”43 Al margen: “Bernard[us] de Esoc. 5.” Posiblemente se refiere a un comentario sobre DunsEscocio, el maestro franciscano de la escolástica.44 “Quién es el mismo tan común y vacío, tan largo en las cosas? En que modo hablamos tanto denuestras palabras, en su recóndita majestad se da la fuga a lo interior, y aspectos y affectos nue-stros?”45 Al margen: “3. pars, in qua ad cognoscendam beneficii magnitudi rem, aliquatenibus, et ut licetcommendatur benefactoros ex callentia.” Aproximadamente: “Tercera parte en que vengamos elconocimiento del gran benéfico”. Tiene corrupciones de gramática.46 Sic; debe ser “oyeran”.47 Parece ser una forma corupta del subjuntivo de “ensoñar”.
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importante. Qué como entre dios, y sus
criaturas aya50 çierta manera de simili-
tude, y en todas ellas aya uestigio de la
diuina naturaleza, ninguna cosa ay en
ellas, y ninguna cosa se dize de ellas
q[ue] por çierto modo soberano, y per-
fectíssimo no esté, y se halle en su
criador, como en prinçipio de todo el
ser, condiçiones, y perfecçión de ellas.51
Es pues tal la naturaleza de n[uest]ro
entendimiento, como capaz, q[ue] es
de la diuina luz, q[ue] de la sçiençia de
las cosas criadas no con mucha dificul-
tad sube al conosçimiento de la eterna
concurriendo çiertas çircunstançias
q[ue] no ay para q[ue] tractar en este
lugar. Y por consiguiente estas mismas
uozes, con q[ue] las cosas criadas deui-
samente se significan por esta uía las
darán motiuo, y ayudarán a un secreto
conosçimiento de el criador, q[ue] por
ningunas palabras puede ser significa-
do, dexando él atrás toda la imper-
Defiende como salud. Obra como uir-
tud. Reuela como luz. Assiste como
piedad. Entiende como sabiduría. Uiue
como uida. Es como el mismo ser, y raíz
de todo ser.48 E[t] c[etera]. De manera
q[ue] según Dionisio,49 y los demás
theólogos para explicar las proprieda-
des diuinas improprios son n[uestr]os
concretos, y más proprios n[uestr]os
abstractos, aunq[ue] unos, y otros que-
dan muy çagueros. Llamar a dios uiuo,
bueno, iusto, sancto, poderoso, mise-
riocordioso impropriedad es. Llamalle
uida, bondad, iustiçia, sanctidad,
potençia, misericordia, uerdad es. Mas
así ay diferençia entre el modo de estar
estos atributos en dios, y estar en la
criatura: como entre la naturaleza de
ellos en abstracto en dios, y la de las
mismas uirtudes de la misma manera
considerades en la adeguada, y uulgar
significaçión de estos uocablos. Más es
de notar, y aduertir una cosa muy
48 Véase Sabiduría 15:3, supra.49 Nótese la “D” mayúscula.50 Es decir, “haya”.51 Al margen: “D[ivinus] Bona[uentura] in Itiner[arium] [mentis] in deum”. En español: “SanBuenaventura en su obra El camino de la mente a Dios”.
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immutable una natura actual constan-
te, a quien ni los siglos quitan, ni po-
nen, y a quien ninguna cosa ouo coe-
ternal. Qué es dios? Ex quo o[mn]ia, in
quo omnia, per quem omnia.54 Ex quo
fecçión y crassitud que estas palabras
en sí importan.
Pregunta pues Bernardo: quién es dios?
Y responde el mismo ninguna cosa
mejor se me offresçe, q[ue] aquello
q[ue] él mismo quiso q[ue] a esta pre-
gunta se respondiesse: Qui est. 52 Y ésto
con mucha razón, porque ninguna cosa
ay más competente a la eternidad,
q[ue] es ese mismo dios. Todos sus atri-
butos en ésto se resueluen, y con ésto
se comprehenden: qui est. Qué más es
dios? Aquel sin él qual ninguna cosa es.
Así ninguna cosa puede ser sin él, como
él no puede ser sin sí mismo. Qué es
dios? Principium, qui et loquor uobis.53
Prinçipio, raíz, fuente, comienço de
todo ser substançial o acçidental. Qué
es dios? Es dios una eternidad, un ser
52 Al margen: “Exod[us] 2.” Es otra cita errónea. Debe ser Éxodo 3:14: “Dixit Deus ad Moysen: EGOSVM QVI SVM. Ait: Sic dices filiis Israeli QVI EST, misit me ad vos”: “Respondió Dios a Moisés: –Yosoy el que soy. Y añadió: –Así dirás a los israelitas ‘Yo soy me ha enviado a vosotros’”. En hebreodijo: “Yhqh asher Yhwh” (“Él saca a la existencia lo que existe”. “Yhwh” es la palabra para “Dios”,o “Señor,” y está vinculada con el verbo “hayah”, que significa “ser”.53 Al margen: “Ioan[nem] 8” [verso 25], en español: “Pues, ni más ni menos, eso mismo que osvengo diciendo”. Se traduce así en la Biblia moderna en español, pero no se acerca al sentido delverso de la Biblia latina. Esta cita de Cabello queda mejor así: “En principio, yo soy quien hablo avosotros”.54 Al margen: “Rom[anos] 11”. No es una cita, sino una paráfrasis del verso que dice: “Quoniam exipso, et per ipsum, et in ipso sunt omnia: ipsi Gloria in saecula. Amen” (“Porque de él, y por él, ypara él son todas las cosas: a él la Gloria por los siglos. Amen”).
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estaua en sí mismo. Qué más es dios?
Cosa q[ue] otra mejor, ni ygual se puede
imaginar. Qué es dios? Mera, y espiri-
tual simpliçidad, en quien no ay dar
diuisión de partes, ni [tachado: termi-
no] ^58de attributo, ni diuersidad de
qualidad, ni composiçión, ni otra algu-
na cosa q[ue] estando en él no sea
mera, pura, indiuidua, simpliçíssima-
mente aquella misma essençia q[ue] es
dios. Puro es, simple es, perfecto es,
constante es, consigo está siempre, de
sí no se aparta ni oluida, ninguna cosa
peregrina contrahe en sí ni de los luga-
res, ni de los tiempos, ni de las cosas
q[ue] el mismo inefablemente crió.
Ninguna cosa de su substançia distri-
buye en ellas. Ninguna cosa en sí diui-
de, ninguna cosa contrahe, o coge a
unidad, porq[ue] es uno, mas no unido.
No consta de partes como cuerpo, no se
distrahe en affectos como ánima. No
está subiecto a accidentes como las
cosas criadas. Válgame el mismo diós
omnia por criaçión. In quo omnia como
en uirtud, y prinçipio uiuificatiuo, y
conseruatiua. Per que[m] omnia como
en solo autor, y en causualidad, a q[ue]
todas las cosas se dirigen. Pues si todas
las cosas están en él, donde está él?
Ninguna cosa menos se puede dezir. En
q[ué] lugar cobra? Preguntas pías en
qué lugar no está? Ni aún ésto te diré,
porq[ue] q[ué] lugar ay sin dios?
Incomprehensible es dios. Mas con todo
ésto harto a alcançado de él él q[ue]
sabe, que en ninguna parte está él q[ue]
no se ençierra en algún lugar, y en toda
parte está el q[ue] de ningún lugar es
excluydo. Mas en su çierto ^,55 e incom-
prehensible modo. Así como todas las
cosas están en él, así él está en todas.
Dize un euangelista: In mundo erat.56
Donde estaua pues antes q[ue] ouies-
se57 mundo? A donde estaua entonçes,
está agora, y a donde está agora, estaua
entonçes. No auía entonçes alguna
cosa fuera de él, y por consiguiente se
55 Al margen: “sublime”.56 Al margen: “Ioan[nem] 1” [verso 10]: “en el mundo estaba”.57 “Hubiese.”58 Al margen: “circunscripción”.
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esta sola me baste. Ni otra ay, ni otra
quiero, porq[ue] aunq[ue] otra ouiera,
ninguna mejor lo prouara q[ue] ésta.
Qué cosa es pues este número sin
número. Si son tres, como dirémos
q[ue] no ay número? Si es uno, dónde
está el número? Como aquella una
substançia sean tres personas, quién
negará el número, porq[ue] realmente
trés son? Mas quién empezó las conta-
rá pues aquellas tres personas son una
substançia? Escudrinar ésto, temeridad
es: creelles, piedad: gustallo, y conosçe-
llo, uida, y uida eternal. O espíritu bea-
tíssimo, o supremo emperador, y juez de
el uniuerso, da lumbre a n[uest]ro spiri-
tu, da claridad a n[uest]ro entendi-
miento, ençiende, y abrasa n[uest]ra
uoluntud para que toda esta deuiaçión,
y uanidad de palabras se uenga a colle-
gir,61 y ençerrar en el secreto, y espiri-
tual [tachado: secreto] gusto, y
conosçimiento de tu grandeza? Quién
unidad, y trinidad perfecta, es por uen-
tura de temer q[ue] diziendo muchas
cosas, usando de muchas palabras le
uengamos a sobrepujar, y al dezir más
de lo q[ue] es? Absit.59 Por mucho q[ue]
aprouechemos, a quen60 de quedamos.
Por mucho q[ue] uolemos, siempre nos
queda por andar el mismo campo. Qué
engrandesçemos tanto esta unidad, no
es el mismo trinidad? Es por çierto.
Luego destruymos lo q[ue] emos dicho
de el uno? Absit. Antes confirmamos
esta admirable unidad, co[n] q[ue] tres
padre, hijo, y espiritu sancto confessa-
mos ser uno, un diós, una natura, una
essençia, un poder, un saber, una uolun-
tad, un entendimiento, un querer, e[t]
c[etera]. Para prouar q[ue] dios es uno,
razones ouiera podido traer tomadas de
un medio de la natural philosophía.
Más en llegando a este passo de el
trino, uenga aquella fortíssima razón de
la cathólica fee, esta sola lo prueua, y
59 Refiere otra vez a Romanos, capítulo 11, véase 11:1: “Dico ergo: Numquid Deus repulit populumsuum? Absit”. El verso dice en la Biblia moderna en español: “Digo, pues: ¿por ventura repudió Diosa su pueblo? ¡Eso, no!”60 “Quién.” Posible error de escritura de Cabello, no de gramática.61 “Colegir.”
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gura incogitable, inuestigable inatingi-
ble. O odio de el peccado, o aborreçedor
de la maldad, y de el malo. O equitad
incommutable, o iustiçia ualerosa eres
seña todo bien, eres todo poder, eres
todo ualer, [et] tamen.62
63Misit filium suum factum ex muliere,
factum sub lege.64 Por una estraña con-
sequençia de el marauilloso poder de
n[uest]ro gran dios, donda uamos a
parar? Castigó al hombre? Condenó al
hombre? Aborreçió al hombre? Anni-
chiló al hombre? Arrojó lexos de sí al
hombre? No, no, no. Misit filium e[t]
c[etera]. Embió a su hijo mismo, para
q[ue] redimiesse al hombre. Quién es
este hombre? Q[ué] mereçió este hom-
bre? Éste es aq[ue]l, q[ue] criado, a
imagen, y semejança de dios, adornado
de soberanos dones, y riquezas, puesto
en el paraíso de deleytes, çertificado de
la bienauenturança eternal, amado de
dios, acompañado de sus ángeles,
diré q[ue] eres mi dios? Q[ué] nombre
te pondré? Como te consideraré? Eres
uoluntad omnipotente, eres uirtud
beneuolentíssima. Eres lumbre eternal.
Eres razón incommutable. Eres summa
bienauenturança. Q[ué] crias las men-
tes para q[ue] te partiçipen. Q[ué] las
uiuificas para q[ue] te sienten? Q[ué]
las affiçiones para q[ue] te appetesca?
Las dilatas para q[ue] te reçiban. Las
iustificas, para q[ue] te merezcan. Las
inflamas, para q[ue] lo zelen. Las fecun-
das, para q[ue] fructifiquen. Las endere-
ças, para que bien hagan. Las informas
para la beneuolençia, las moderas para
la sabiduría. Las roboras para la uirtud.
La uisitas para la consolaçión. Las
alumbras para el conosçimiento. Las
perpetuas para la immortalidad. Las
hinches para feliçidad. Las rodeas para
seguridad. O gloria de los humildes,
pena de los peruersos. O grandeza, o
anchura, o latitud, o magestad, o lon-
62 Este párrafo tiene un sabor muy de San Buenaventura en “Las cinco festividades del niño Jesús”,en Fr. León Amoros et al., Obras de San Buenaventura, t. II, Madrid, BAC, 1962, pp. 359-389.63 Al margen: “4. pars., in qua desceditur ad istud, quod est deum misisse filium suum factu[m] exmuliere” (“cuarta parte en que se discute por qué Dios habría enviado a su hijo hecho de mujer”).64 Véase supra, nota 2.
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diasse a este hombre, y quitasse de él
todo el mal, q[ue] por su propria uolun-
tad iniquamente auía contraydo. Esta
embiada q[ue] hizo dios de su hijo, es la
q[ue] oy se nos representa porq[ue] éste
es el tierno niño q[ue] oy reclinado en
los braços de la dulce madre mamá, y
puesto sobre el duro pesebre llora. Éste
es niño q[ue] nasçe dios, y hombre en
una persona, no en una natura, y de
todo en todo aunq[ue] le ueys tan
pobre, aunq[ue] le ueys tan humillado,
aunq[ue] le ueys tal, y con tales çir-
cunstançias, q[ue] son para causar
espasmo, e67 éxtasi, sabed q[ue] uiene
muy ordenido, muy compuesto, muy
apropósito de aquello para q[ue] el
p[adr]e eterno la embía^.68 Más q[ue]
fuerça mouía a dios a nos dar a su
mismo hijo en tal forma? No le era pos-
horrado y reuerençiado de toda criatu-
ra, dio a su dios de mano, le escapió en
la cara, menospreçio sus dadiuas, le
çerró las orejas, le dexó con la palabra
en la boca, y le echó por alto, e intentó
alçérsele con el imperio? Éste es. Éste
mismo es i65 no otro. Es éste él q[ue]
idolatró, él q[ue] se derramó por toda
cosa, en q[ue] sabía q[ue] a su criador
offendía, y quiso todo lo q[ue] él no
quería, y aborreçió todo lo q[ue] amaua,
y transpassó todo lo q[ue] mandaua?
Éste mismo. Dad acá q[ue] es lo q[ue]
dios a66 echó, como le a castigado?
Donde le a puesto? Hasta adonde con
infinito furor, y braueza le a abatido?
Misit filium suum e[t] c[etera].
Embiadole a oy a su hijo, echo a oy
nasçer de muger a su hijo, subjectado a
oy a la ley a su hijo, para q[ue] reme-
65 “Y.”66 A veces, la “h” silente no aparece en el español del siglo XVI.67 “Y.”68 Al margen: “[…: se lee literalmente “men”, pero no es una palabra. Quizá falta “ho”, con cualformaría “homen,” que es una corrupción de la forma acusativa de “homo”, “hominem” —“hom-bre”] eius admirabilis, consiliarius deus fortis, pater fiaturi seculi, princeps pacis: multiplicabitureius imperium, et pacis no erit finis: super solium Dauid, et super regnum eius sedebit, ut con-firmet illud, et corroboret in iudicio et iustitia a modo et usque in sempiternum”. En español: “Dios,el admirable y fuerte consejero al hombre, padre del cielo futuro, príncipe de la paz: multiplicarásu reinado, y su paz nunca tendrá fin: David se sienta sobre el trono, y sobre su reinado se sen-tará Dios para que eso confirme y fortalecerá en su juicio y su justicia por la eternidad”.
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este propósito lib[er] 13.69 de trinit[ate]
cap[ut] 10. dize así:70 Verum etiam
ostendam[us], non alium modum possi-
bilem Deo71 defuisse, cuius potestati
omnia [et] qualiter subiacent, sed
sanand[ae] miseri[ae] n[ost]r[ae] co-
nuenientiorem alium modum non fuis-
se.72 Para promouer al hombre al bien, y
primeramente en quanto a la fee, así
conuino: porq[ue] más se çertifica por
auer oydo hablar al mismo dios.73
Onde74 August[ín] [liber] 11. [caput 2]
de ciuit[ate] dei75 dize:76 Ut homo,
fidenti[us] ambularet ad ueritatem ipsa
ueritas Dei fili[us], homine assumpto,
sible ya q[ue] nos quería hazer bien,
hazello en otra manera? Si era por çier-
to, bien pudiera por otras mil uías rede-
mirnos. Más en fin es dios, y son todas
sus obras como de dios, y en ninguna
cosa se quiere mostrar corto, ya q[ue]
en los que más importaua, q[ue] era la
uoluntad, y determinaçión de nos remi-
ttir la culpa se quiso mostrar largo.
Quiso q[ue] esta obra, q[ue] era la
mayor de quantos el auía echo, y en que
más se ue quien él es, fuesse lo más
propria, y perfectamente q[ue] ser pu-
diesse y lo más accomodada al fin,
q[ue] fuesse possible. S[an] Augustín a
69 En las obras teológicas del siglo XVI era normal poner un punto después de los números de capí-tulos, secciones y páginas. Aquí no significaban un punto final de la oración.70 Al margen: “Aug[ustín]”.71 Cabello usó una “D” mayúscula para indicar que estaba citando la letra como en el texto orig-inal de Agustín, lo que muestra no usaba la “d” minúscula de manera accidental.72 “Demostremos además que faltó otro modo posible a Dios, a cuya potestad está sometido todoigualmente; no había otro modo más conveniente de curar nuestra miseria”. Traducción de HilarioAbad de Aparico, Summa Theologica [sic], vol. IV, Madrid, Nicolás Moya, 1883. Desde aquí hastados páginas adelante, casi todo es una cita de la Summa Theologiae de Santo Tomás de Aquino,tercera parte, pregunta 1, artículo 2. Las citas de teólogos como Agustín, aparecen exactamenteasí en la Summa Theologiae.73 Una paráfrasis de 3.1.2 de la Summa: “Et hoc quidem considerari potest quantum ad promo-tionem hominis in bonum: primo quidem, quantum ad fidem, quae magis certificatur ex hoc quodipsi Deo loquenti credit”.74 Es otra forma de “unde” (“donde”). Por eso conservo la forma en adelante.75 “Sobre la ciudad de Dios”.76 “Idem.”
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aduent[um] domini, nisi ut ostenderet
de[us] dilectionem suam in nobis?83 Y
más abaxo84: Si amare pigebat, saltem
redamare non pideat.85 En quanto a la
recta operaçión, u86 guarda de la diuina
ley, para lo q[ua]l se nos dio por effi-
caçíssimo exemplo.87 Onde el mismo
August[ín] en un sermón88 de la naui-
dad dize: Homo sequendus non erat,
qui uideri poterat, deus sequend[us]
erat, qui uideri non poterat. Ut ergo
exhiberetur homini et qui uideretur ad
homine, et quem homo sequeretur,
de[us] fact[us] est homo.89 Para la ple-
naria participaçión de la diuinidad,
consituit, atq[ue] fundauit fidem.77 En
quanto a la esperança, q[ue] con ésto
más se endereça.78 Onde el mismo
August[ín] 13. de trinit[ate].79 Nihil tam
necessarium fuit ad erigendam spem
nostram, quam ut demonstraretur
nobis, quantum diligeret nos deus: quid
uero hui[us] rei isto indicio manifes-
ti[us], quamq[ue] dei fili[us] nature[ae]
nostr[ae] dignat[us] est inire consor-
tium.80 Quanto a la charidad, q[ue]
grandemente con este soplo se ençien-
de.81 Onde el mismo August[ín] dize en
el libro de cathechizan[dis] rudib[us]
[capítulo 4]82: Qu[ae] maior est causa
77 “Para que el hombre caminase fielmente en la verdad misma, y el mismo hijo de Dios, hechohombre, constituyó y fundó la fe”.78 Paráfrasis de la Summa, 3.1.2: “quantum ad spem, quae per hoc maxime erigitur”.79 Al margen: “Idem”. “De trinitate” significa “sobre la Trinidad”.80 “Nada fue tan necesario para levantar nuestra esperanza, como él demostrarnos cuánto nosamaba Dios, ¿y qué prueba mas manifiesta de esto que ésa, que el Hijo de Dios se dignó formarconsorcio con nuestra naturaleza?” Traducción por Hilario Abad de Aparico.81 Una paráfrasis de la Summa, 3.1.2: “quantum ad charitatem, quae maxime per hoc excitatur”.82 “Sobre la catequización de los maleducados.” Al margen: “Idem”.83 “¿Qué es la razón mayor del venir de Dios sino para enseñar Dios su amor a nosotros?”84 Una paráfrasis de la Summa, 3.1.2: “Et postea subdit”.85 “Si es renuente de amar ya no pida ser querido.” 86 “O.”87 Una paráfrasis de la Summa, 3.1.2: “quantum ad rectam operationem, in qua nobis exemplumse praebuit”.88 Es De Nativitate Domini, sermonis XXII.89 “El hombre no debía ser seguido, porque podía ser visto; Dios debía ser seguido, porque es loque no podía ser visto. Y por consiguiente si fuera mostrado al hombre y vería al hombre, y alseguirlo, Dios se hizo hombre”.
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ya en esta obra? S[ancto] Leon[nis] en
el sermon en esta fiesta:94 Agnosce
homo dignitatem tuam, et diuin[ae]
consorae fact[us] nature[ae] noli in
uetere[m] utilitatem degeneri conuer-
satione redire.95 La graçia de dios sin
n[uestr]os méritos más a la clara se
conosçe para nos quitar toda presump-
çión.96 Item n[uest]ra soberuia, q[ue]
impide n[uest]ra buenauenturança es
grandemente por esta uía redarguyda, y
accusada. Pues para librar al hombre
por uía iurídica de la seruidumbre de el
peccado97, medio fue el diuino consejo
apparasçer [sic] dios echo hombre, y en
aquella misma natura, q[ue] cayó, y
auía de ser libertada. Porque el puro
hombre no era bastante a ésto, pues
q[ue] es la uerdadera bien auenturança
de el hombre, y fin de la uida humana90,
lo q[ua]l derechamente nos fue dado
por la encarnaçión, y aun ésta paresçe
auer sido la prinçipal causa de ella, a lo
menos fue fin de todo este echo: Onde
es aquella sentençia celebre de el
mismo sancto91 en un sermón de esta
fiesta92: fact[us] est [tachado: homo
deus,] deus homo, ut homo fieret
de[us].93 Qué dirémos de los presentís-
simos antidotos, q[ue] aquí nos con-
fiçionó dios para nos sanar de el pecca-
do, y apartar de todo mal. Quién hará
quanta ya de el demonio, y sus persua-
siones, uiendo a dios palpablemente
ante sus ojos? Quién ensuzia la digni-
dad de la humana natura tan conosçida
90 Paráfrasis de Cabello de la Summa, 3.1.2: “ad plenam participationem divintatis, quae vera esthominis beatitudo et finis humanae vitae”.91 V.g., Agustín.92 De Nativitate Domini, sermonis IX.93 “Dios se hizo hombre para que el hombre se hiciera Dios.”94 Al margen: “Leo papa” (De nativitate).95 “No conozcas, hombre, tu dignidad, y hecho de la natura divina no salgas ni dejes tu condiciónantigua de tu conversión incompleta.”96 Paráfrasis de la Summa, 3.1.2: “ad praesumptionem hominis tollendam, gratia Dei in nobis nullismeritis praecedentibus in homine Christo commendatur”.97 Paráfrasis de la Summa, 3.1.2, que a la vez es una cita de San Agustín en la Summa, De trini-tate, libro 13, capítulo 17: “superbia hominis, quae maxime impedimento est ne inhaereatur Deo,per tantam Dei humilitatem redargui potest atque sanari…ad liberandum hominem a servitutepeccati”.
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to a la ley, cosa es q[ue] nos da no
menos motiuo de admiraçión, q[ue] el
uelle101 echo hombre. En dos puntos se
resuelue el mysterio de la encarnaçión
de dios, en auerse echo hombre por
nosotros, y auer subiectádose a la ley
por nosotros. En dubda102 éstos de qual
más me espante, o en qual más alabe la
prouidençia de la diuina sabiduría. Éste
subiectarse dios a la ley perfecçión fue
de su sacratíssima encarnaçión, y con
ésto concluyó dios todas las partes de
esta obra. Más dos fueron las leyes a
q[ue] dios se subiectó por nosotros. Una
es aquella q[ue] la diuina sentençia
despues de el peccado de Adam nos
impuso Genes[is] 3. Maledicta fuera in
opere tuo, in laborib[us] comedes ex ea
e[t] c[etera].103 Quereys lo uer? Aduer-
dios por sí no lo deuía98: conuino según
ésto, q[ue] dios se hiziesse hombre
muchas otras utilidades ay q[ue] sobre-
pusan nuestro entendimiento, q[ue] se
siguen de esta encarnaçión. Toda ésta
es doctrina de S[ancto] Thom[as] 3.
p[ars], q[uaestio] 1., ar[ticulum] 2.: Ésto
es pues factum ex muliere, hecho hom-
bre. Ésta era el punto en q[ue] se nos
abría un anchíssimo campo de questio-
nes, y consideraçiones en los tocante a
la encarnaçión, mas no ay tiempo, ni
aun por uentura uendrían muy bien con
la disposiçión presente de n[uest]ro
espíritu99: uengamos a aquella doctri-
nal palabra, factum sub lege. La glossa
interlineal subscribe: Non ut ipse expia-
retur per legem, sub ut subiectos legi
expieret.100 Uenir el hijo de dios subiec-
98 Paráfrasis de la Summa, 3.1.2: “Homo autem purus satisfacere non poterat pro toto humanogenere, Deus autem satisfacere non debebat”.99 No es clara la razón de este lanzazo. Cabello podía haber insinuado que era más docto que sushermanos de teología y pensaba que no podrían entender una glosa sobre Aquino y su Summa.También es posible que quisiera decir que a él no le gustaba tanto la teología de Aquino. Encualquier caso, este punto queda un poco nebuloso.100 “No para que el mismo fuera expiado por la ley sino para que expiara a los que fueron sujetosa la ley.”101 Lo ve. 102 Duda.103 Al margen: Genes[is] 3 [verso 17]. En español: “Y al hombre dijo: ‘Por cuanto escuchaste la vozde tu mujer y comiste del árbol que te vedé comieras, maldita sea la tierra por tu causa; con fati-gas te alimentarás de ella todos los días de tu vida’”.
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gençia de aquella donzella, de cuya
hermosura es sol, luna, y estrellas se
marauillan, no fue esta negligençia de
aquella, a quien por el exçéssiuo amor
q[ue] a su hijo tenía fue uerdaderamen-
te dicho:104 [et] tuam ipsi[us] animam
pertransibit gladi[us].105 Más fue uerifi-
caçión de esta palabra: factum sub
lege. Y de aquella, q[ue] mucho antes
estaua dicha: Ipse infirmitates nostras
accepit, et [ae]grotationes nostras por-
tauit.106 Quiso subiectarse él a esta ley
de pena en quanto hazía al para el
negoçio en q[ue] entendía. De donde
sacamos un graue documento de pa-
çiençia en los trabaxos, y penalidades
q[ue] por nuestra culpa padesçemos,
cosa q[ue] importa mucho al exerçiçio
de toda uirtud, y a la purificaçión de
el107 ánima, q[ue] a de uer dios. Algo
deue de yr en ésto, pues uamos q[ue]
Iesu christo uoluntariamente los tomó,
tid al tiempo, lugar, y compañía en
q[ue] nasçe. Mirad el regalo, y abrigo
q[ue] tiene. Contempladle si uos no
estays insensible, y soys más duro q[ue]
diariamente, contempladle encogido de
frío, y no sin grande clamor sentir en su
delicada carne las qualidades rigurosas
q[ue] le combatían. Contempladle entre
bestias. Contempladle desampadado de
todo fauor saluó él q[ue] aquella electa
uirgen con todo estudio, y diligençia le
daua. Sino q[ue] me paresçe q[ue] de
propósito se quiso dios trabaxar, afligir,
para más nos captiuar. Porq[ue] si aquí
no imaginará más secreta prouidençia,
y juizio diuino, marauillaramente ya yo
de uer un tal hijo dexado de los braços
de una tal madre pues ningún dolor le
impidía, y reclinado en una tan astroja
cama, en un pesebre uil, en un suelo
duro, y entre tan terrible frío, y allí a las
bocas de dos bestias. No fue esta negli-
104 Al margen: Luc[am] 2 [verso 35]. 105 “Y a ti misma te traspasará el alma una espada.”106 Al margen: Isa[ias] 53 [verso 4]. Otras ediciones latinas dicen: “Vere languores nostros ipse tulit,et dolores nostors ipse portavit”, y la Biblia española moderna: “Mas nuestros sufrimientos él losha llevado, nuestros dolores él los cargó sobre sí”, pero una traducción más exacta de la cita queusó Cabello sería: “Él mismo ha llevado nuestras enfermedades y cargó nuestros padecimientos”.107 Error gramático de Cabello.
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subjectasses a ley por él. Sino q[ue]
guardasses ley por él? Q[ué] obe-
desçiesses a su ley? Q[ué] baxasses el
cuello al yugo de su ley?111 O cosa
espantosa cosa mostruosa q[ue] crea-
mos ésto, y uamos ésto, y tractamos
ésto, y yo él primero, y q[ue] lo tenga-
mos por cosa de cumplimiento, por no
dezir de burla! Sino se commueue nues-
tro coraçón a estas cosas, aunque sean
dichas por mi indigna, y suzia boca,
q[ué] grado tiene nuestra fee? Quanto
creemos? No deue ser ni aun como un
grano de mostaza: porq[ue] por impos-
sible cosa tengo, q[ue] en el uerdadero
fiel, q[ue] tiene uiuamente arraygada
en su coraçón la fee, no hagan estas
cosas grandíssimo sentimiento. Dios112
y sufrió: lo q[ua]l no hiziera sino fuera
cosa q[ue] mucho nos importaua.^108
Matth[eum] 3. Sine modo: sic eni[m]
decet nos implere omnem iustitiam.109
Otra ley fue le la de Moysen y a ésta
también se quiso subiectar como más a
la clara ueremos de aquí a 8 días.110 O
christiano, o frayle redemido por la san-
gre de este niño, q[ue] aquí vez profes-
sa de su imitaçión, uida y uirtud, si por
uentura no eres él q[ue] deues, si eres
malo, si eres preuaricador de tu uoto,
con q[ue] rostro, con q[ue] uergüença
oyes estas palabras? Como no te con-
fundes? Como no tiemblas? En q[ué]
estima tienes auerse el hijo de diós sub-
jectado a la ley por ti? Qué piensas
q[ue] pretendió en ésto, sino q[ue] tu te
108 Al margen: “principal que paresçe que pretendir diós en uenirnos él por su persona a redemir,fue desseo que tuuo de que se guardasse su ley: a la que él quiso encommendar todo lo possiblea los hombres”.109 San Mateo (3:15) dice: “Respondiendo Jesús, le dijo: Déjame hacer ahora, pues así nos cumplerealizar plenamente toda justicia”. Este pasaje se refiere al bautismo de Jesús por San JuanBautista. Es importante en el contexto de Nueva España porque los franciscanos fueron los defen-sores más visibles y forzosos del bautizo extendido de los indios, en contraposición a los domini-cos, quienes pensaron que una catequesis rigurosa debió preceder al bautismo.110 Refiere a la circuncisión, especialmente considerando la cita del capítulo 2 de San Lucas dondese encuentra, después del cuento de la Navidad, la descripción de la ley de circuncisión de losjudíos [verso 21]. Véase San Lucas 2:21: “Y cuando se cumplieron los ocho días para circuncidar-lo, le pusieron por nombre Jesús”.111 Cfr. Buenaventura.112 Cabello usó una “D” mayúscula aquí porque es la primera palabra de una oración nueva.
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te.115 Mayor lo sienta cada uno de lo
que yo digo, q[ue] por n[uest]ros pecca-
dos harto ay q[ue] sentir. A una cosa
estoy muy persuadido, y ésta creo sin
poner en ella dubda,116 q[ue] así como
no ay en este mundo uisible estado más
uezino, y llegado a la imagen, e imi-
taçión de Christo q[ue] el nuestro, así
no ay en el mundo coraçón q[ue] per-
fectamente lo lleue adelante, si sola
una junta de alfiler está captiuo de
alguna affiçión de el mundo. Expe-
riençia, y doctrina tengo en ésto. Libres
quiere esta bendíssima regla los cora-
çones, desnudos los hombres a seme-
jança de este niño. Aq[ue]l renouador
de Iesu christo, aq[ue]l segundo Iesu
christo, aquel patriarcha euangélico
n[uest]ro seráphico p[adr]e S[an] Fran-
çisco no hizo, ni formó religion, q[ue] se
compadesçiesse ni en muy pequeña
parte con el mundo. Mas ésto era q[ue]
le auía dios dado a sentir el espíritu de
dador de la ley echo hombre, y subiec-
to a la ley! O quanto deue de deleytar a
dios n[uest]ra obediençia, y guarda de
su ley. Cómo deue él andar anhelado, y
deseoso de q[ue] guardemos su ley!
Cómo ninguna cosa no hizo, ninguna
piedra no mouió, ninguna cosa no
intontó q[ue] fuesse parte para nos
atraer a esta subiecçión. No quiero
tractar de el castigo, q[ue] me está apa-
resado. No, no de la pena, no de el
infierno,113 q[ue] no es ésto con lo q[ue]
quiso dios enamorarnos, y atraernos así.
Deste niño tracto subiecto a la ley, esta
imagen propongo, q[ue] el noble
coraçón no se captiua sino con amor, y
benefiçios. Ésto, ésto, ésto basta para
no confundir, y auergorçar. Dios echo
hombre, y subjecto a la ley. O quién
tuuiera espíritu, y palabras para saber
encaresçer ésto. Perdónenme padres
myos, q[ue] e114 tomado entre manos
cosa con q[ue] no puedo salir adelan-
113 Al margen: Ioa[nnem] 1 [cf. ¿versos 16- 17?]. No es clara la relación entre la frase supra deCabello y los versos del capítulo 1 de San Juan.114 He.115 Irónicamente, Cabello, después de un sermón bastante largo, advirtió a sus hermanos qué ibaa conseguir con el discurso.116 Duda (véase supra).
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sagrada religion la pobreça, a pocas
palabras, a pocas imaginacíones, con
unas palabrillas de no se q[ue] falsas
liçençias, a olor de no se que appa-
rençias hincho la bolsa. Aunq[ue] en
estas cosas la neçessidad, y causa fues-
se uerdadera, no siendo extrema, ni
dicho es de muy poca raíz q[ue] a echa-
do el amor de la religión, regla, y esta-
do apostólico: dios lo remedie.
Resta dezir açerca de aquella palabra,
ut eos, qui sub lege errant, radimeret,
las grandes utilidades, q[ue] dios en-
carnando nos causa, los muchos, y
esta deprecaçión de paz, y uerdad, q[ue]
dixo el propheta. Sentía q[ue] deue la
criatura hazer en recompensa de auer-
se dios subjectado por ella a la ley.
Nosotros no tanto. Porq[ue] es tan su-
perficial el amor q[ue] tenemos a la uir-
tud, y a n[uest]ra regla, q[ue] pequeñas
apparençias de alguna neçesidad, o
opinión nos haze a cada passo destruy-
lla.117 No quiero yo quebrantar mi regla,
mas en asa mando por acullá el domiçi-
lio, luego quiero andar a caballo, luego
quiero quebrantar el ayuno.118 Y aún es
peor, q[ue] siendo el principal funda-
mento, decoro, y ornato de n[uest]ra
117 Destruirla.118 Esta parte es un misterio del cuento de Cabello. En su primer proceso fue condenado por lasmismas razones –por decir que no son necesarios la regla de San Francisco ni el ayuno. Pero eneste sermón se encuentra, después de su encarcelamiento casero de tres años y su condenacióncomo hereje, la misma proposición. Lo que es un gran misterio es que el calificador, Bartolomé deLedesma, leyera este sermón como su encargo de calificación ante el segundo arresto de Cabello.En su calificación, Ledesma dijo que no había ninguna cosa herética ni de valor para ser aproba-do ante el Santo Oficio. Esta calificación conduce a preguntarse si el padre Ledesma leyó en ver-dad el sermón. Considero improbable que no lo leyera porque era un dominico muy ortodoxo ytambién un teólogo y calificador perspicaz. Pero la pregunta que sigue es que si no lo leyó, ¿porqué no condenó el sermón? Es obvio que estas proposiciones son, a la vista del Santo Oficio, “mal-sonantes” o heréticas. También es posible que Ledesma cediera ante la jurisdicción de los francis-canos y el provincial de la orden en México, pero esta explicación no es suficiente. Después detodo, fue Ledesma el calificador que condenó las obras de otro franciscano, fray Maturino Gilberti,caso en el que las proposiciones fueron menos heréticas que las de Cabello. En el proceso contraGilberti, Ledesma, como calificador, condenó la proposición de que los indios no debían adorarimágenes. Ledesma, de acuerdo con el inquisidor, concluyó que esta proposición era erasmista.Pero en el caso de Cabello, estaba proponiendo romper el ayuno, que es parte de la regla de losfranciscanos y un mandamiento ante la eucaristía para todos los laicos de aquel período. La faltade condena del calificador Ledesma queda como un misterio.
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saphiro significa la misericordia q[ue]
era principal en esta obra. Al tiempo de
la encarnaçión appareçió sobre ella
una manera de sol, porq[ue] ouo cum-
plimiento la plenitud de los tiempos, y
la uoluntad diuina llegó al actual pun-
to de encarnar, este sol fue christo. El
q[ua]l dize que no era perfecto solo
porq[ue] no appareçió en la fuerça, y
resplander manifiesto de su diuinidad:
y porq[ue] aunq[ue] alumbraua al
mundo como sol de justiçia, de pocos
fue conosçido.
[et] dixit ad uirum, qui indut[us] era
lineis.121 Significasse la obra de christo
por palabras q[ue] de notan el modo
q[ue] el eterno consejo dio en la redem-
pión, q[ue] auía de ser echa por christo
en su humanidad, aunque por uirtud de
la diuinidad. Y así la humanidad es sig-
nificada por el uarón uestido de lino.
Ingredere in medio rotarum, qu[ae]
sunt subt[us] cherubin, et impli manum
tuam prunis ignis, qu[ae] sunt inter
estremendos benefiçios, q[ue] nos hizo.
Lo q[ua]l sea de traer a la memoria por
estas doctrinas de S[an] Pablo:
Ad Colossens[es] 1. [et] uos cum essetis
aliquando alienati, [et] inimici sensu in
operibus malis, nunc autem reconci-
liauit in corpore carnis su[ae] per mor-
tem, exhibere uos sanctos, [et] immacu-
latos, et irreprehensibiles coram ipso.119
figura Ezechielis
Et uidi, [et] ecce in firmamento e[t]
c[etera].120
Vi sobre el firmamento, q[ue] estaua
sobre la cabeça de el cherubin una pie-
dra amanera de saphiro, y appareçió
sobre ella una manera, o semejança de
sol [tachado: y dixó al un] cherubin es
sabuduría. Firmamento significa la de-
terminaçión y uoluntad de redemir la
criatura. Estaua sobre la sabiduría de
dios. Porq[ue] en alguna manera fue
contra el orden q[ue] la ordinaria sabi-
duría de dios daua açerca de como dios
se auía de auer sobre el hombre. El
119 Versos 21-22: “Y a vosotros, que erais un tiempo completamente extraños y enemigos en vue-stro pensamiento por las malas obras, ahora, con todo.”120 “Y vine, y miré sobre el cielo.”121 “Y dixo al hombre que él estaba poniendo los linos.”
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143
nubes impleuit atrium interi[um].126
Admiraçión q[ue] causó a los judíos,
q[ue] eran el atrio interior de la casa de
diós. [Et] eleuata est gloria domini de
super cherubim ad limen dom[us].127
Limen dom[us] a lo exterior, donde
pudiesse ser claramente uista.[et]
repleta est dom[us] nube, [et] atrium
repletum est splendore glori[ae] domi-
ni. Velamen positum est super cordo
eor[um]. 2. Corint[hios] 3.128
cherubim, [et] efunde super ciui-
tatem.122
Qui benedixit nos omni benedictione
spirituali in coelestib[us]123 in christo.
Ephes[os].124
Speciosus forma pra[e] filiis hominum,
diusa est gratia e[t] c[etera]. Ps[almi]
24.125
[Et] ingress[us] est in conspectu meo:
cherubim autem stabant a dextris
dom[us], cum ingrederetur uir[em] [et]
122 “¡Entra enmedio de las cuadrigas!, que están debajo del querubín, ¡y llénate las manos con ciru-elas del fuego!, que están entre el querubín, ¡y sal sobre la ciudad!”123 O “caelestibus”.124 Capítulo 1, verso 3: “Bendito sea el Dios y Padre del Señor nuestro Jesucristo, quien nos bendi-jo con toda bendición espiritual en los cielos en Cristo”.125 Parece ser un error al citar.126 “Y ha entrado en mi vista: pero los querubines estaban a la derecha del hogar cuando entrabael hombre y llenó la sala con nubes.”127 Paráfrasis. Véase 2 Corintios 3:8-11: “¿cómo no será con más razón glorioso el ministerio delEspíritu? Porque si para el ministerio de la condenación hubo Gloria, mucho más rebosa de Gloriael ministerio de la justicia. Porque lo glorificado no fue glorificado en este respecto a causa de lasobrepujante tuvo su momento de Gloria, está mucho más cercado lo permanente de Gloria“.* Gracias a Eréndira Gallo y a los editores por revisar la redacción en español. También agradezcoa Carlos M.N. Eire por su ayuda en las traducciones del latín al español. Las demás traduccionesson del autor.
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P o r t a l e s
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El 8 de junio de 1889, el archivista
del gobierno español Benito Perdiguero
propuso la creación de un Archivo Ge-
neral de Filipinas, pero éste no fue
establecido. Luego, en mayo de 1892,
la Intendencia General de Hacienda
sometió un nuevo proyecto para cons-
truir un edificio para un archivo en
Manila. El plan fue aprobado y autori-
zado por el gobernador general, pero
no se concretó por falta de presupues-
to y por la derrota de los españoles
ante los estadounidenses.
El gobierno colonial español cedió
todo el acervo documental a Estados
Unidos, según el Tratado de París de
1898, y se creó una Oficina de Archi-
vos. Desde aquel tiempo, el Archivo se
tuvo una serie de transmutaciones.
El 21 de octubre de 1901, la Phi-
lippine Commission del gobierno esta-
dounidense pasó el Acta Núm. 273,
creando el Buró de Archivos bajo el
BREVE HISTORIA
La Records Management and Archives
Office (RMAO) funge como el archivo
nacional o general de Filipinas.
El documento más antiguo existente
en la RMAO es una real cédula fechada en
1789, la cual mandaba que “los origina-
les de las dos reales cédulas anteriores se
depositaran en el archivo de la Real Au-
diencia en Manila”; es la primera men-
ción de un archivo. Más tarde, otras cé-
dulas reales adjudicaron archivistas a
diferentes ramos del gobierno.
En un documento fechado el 15 de
julio de 1880 se solicitó personal para
arreglar los archivos del gobierno
desde abril de 1564. Durante ese tiem-
po, el archivo de Filipinas estuvo ads-
crito y fue dirigido por el Archivo de
Indias en Sevilla, España. El presupues-
to estaba incluido en el del archivo de
Cuba.
EL ARCHIVO NACIONAL DE FILIPINAS
Teresita Ignacio Rodríguez*
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146
Library and Museum bajo el Depart-
ment of Interior y, mediante el Acta
Núm. 3477, en 1928 fue nombrado
Biblioteca Nacional, una de cuyas divi-
siones era la División de Archivos. La
Commonwealth Act No. 54 de 1936
creó el Board of Documents, compuesto
por cinco miembros, para destruir doc-
umentos no permanentes del gobierno.
En 1947, la República de Filipinas
convirtió la Biblioteca Nacional en
Buró de Bibliotecas Públicas, bajo el De-
partamento de Educación, y ahí quedó
la División de Archivos. Cuando el
Board of Documents fue suprimido,
según la Orden Ejecutiva Núm. 94 del
Presidente de Filipinas, sus funciones
fueron trasladadas al Buró de Biblio-
tecas Públicas.
El Acta de la República Núm. 997
de 1954, enmendada por otra Acta, la
Núm. 1241, organizó un comité que
decidió crear una agencia que centra-
lizara y coordinara el manejo de docu-
mentos oficiales. En consecuencia, la
Orden Ejecutiva Núm. 286 del 14 de
marzo de 1958 transformó la División
de Archivos en Bureau of Records Ma-
nagement, una de las oficinas bajo el
Departamento de Instrucciones Pú-
blicas. Año tras año, sus funciones cre-
cieron. El Acta Núm. 644 del 3 de marzo
de 1903, incluyó como una de sus res-
ponsabilidades la colección de derechos
que vienen de las copias de documen-
tos. El 8 de abril de 1903, el Acta Núm.
722 puso el Buró de Patentes, Propie-
dad Literaria y Marca de Fábrica bajo la
supervisión del jefe del Buró de Ar-
chivos. La Ley Núm. 1145, del 27 de
junio de 1905, dispuso guardar todos
los protocolos y registros de las provin-
cias, y el registro general de ganados.
La Ley Núm. 1459, del 1 de marzo de
1906, mandó guardar los registros y
documentos sobre beneficencia social
y licencias, tanto locales como extran-
jeras. Pero el 1 de noviembre de 1915,
con la reorganización del gobierno
(Reorganization Act No. 1407) se redu-
jo el Buró de Archivos a una división
subordinada al Executive Bureau. El 14
de febrero del siguiente año, el Acta
Núm. 2572, aprobada por la Tercera
Legislatura, lo trasladó al Philippine
Library and Museum.
La Philippine Autonomy Act, del 29
de agosto de 1916, puso el Philippine
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nadas por la comisión, y el Departamento
mantiene la supervisión. La Orden
Ejecutiva Núm. 80 el 5 de marzo de 1999,
subordinó a todas las agencias de cultu-
ra del gobierno a la NCCA.
MISIÓN
La RMAO planea, desarrolla y coordina
los programas, reglamentos y regula-
ciones en el uso, mantenimiento, pre-
servación y disposición de archivos
corrientes, no corrientes y permanen-
tes del gobierno.
OBJETIVOS
• Promulgar planes, reglamentos y
regulaciones sobre la creación, mante-
nimiento, destrucción, seguridad y pre-
servación de los documentos corrien-
tes, no corrientes y archivos históricos
de las oficinas del gobierno.
• Recomendar y promover mejora-
mientos y competencias en la organi-
zación de documentos.
• Administrar el acervo documental del
gobierno y hacer provisiones especiales
para la preservación, estudio y servicio
nuevamente creado Department of
General Services, un ramo del gobier-
no bajo la Oficina del Presidente.
El 24 de septiembre de 1972, un
decreto presidencial reorganizó el
Ramo Ejecutivo del gobierno. El De-
partment of General Services fue re-
nombrado General Services Adminis-
tration, y el Bureau de Records Mana-
gement a su vez fue renombrado como
Records Management and Archives
Office (RMAO).
En 1980, el Congreso de Filipinas
aprobó la Ley Núm. 40, la cual subrogó
a la RMAO a la Oficina del Presidente de
Filipinas; su administración quedó bajo
el Ministerio de Servicios Generales.
Luego, la Ley Núm. 131 del Congreso
de Filipinas puso a la RMAO en la Oficina
del Primer Ministro.
Por Orden Ejecutiva Núm. 285 del 25
de julio de 1987, la RMAO fue trasladada
al Departamento de Educación, Cultura y
Deportes. El Acta de la República Núm.
7356 de 1992, creó la National Commi-
ssion for Culture and the Arts (NCCA),
mandando que todas las agencias de cul-
tura adjuntas al Departamento de Edu-
cación, Cultura y Deportes fueran coordi-
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8 Secciones:
Reference Service (Servicio de Re-
ferencia)
Spanish Documents (Documentos
Españoles)
General Documents (Documentos
Generales)
Technical Services (Servicios Téc-
nicos)
Library (Biblioteca)
Classification (Clasificación)
Cataloging (Catalogación)
Information Technology (Tecnolo-
gía Informática)
• Training and Information (Entrena-
miento e Información)
• Administrative (Administrativa)
DIVISIONES Y SUS FUNCIONES
Documentos Corrientes
• Proveer consultas técnicas a todas
las agencias del gobierno sobre la
organización de documentos desde su
creación hasta su disposición.
de los archivos que tienen valor perma-
nente y los de interés histórico.
• Establecer y dirigir “records centers”
para almacenar, servir, proteger y eva-
luar documentos que se tienen que
guardar en un periodo no permanente.
• Dar entrenamientos sobre la organi-
zación de documentos y archivos al
personal del gobierno y archivistas.
ORGANIZACIÓN
Oficina del Director
Secretaria
Sub-Director
Centro de Servicio: (Isla de Luzón)
Sucursales (2): (Isla de Visayas), (Isla de
Mindanao)
Divisiones(5):
• Current Records (Documentos Corrientes)
• Records Center (Centro de Documen-
tos o Documentos No Corrientes)
• Archives (Documentos históricos o
permanentes)
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• Inspeccionar, examinar y evaluar los
documentos gubernamentales y deter-
minar si se deben retener o destruir.
• Dirigir y determinar el método de la
disposición o destrucción de docu-
mentos.
• Conducir una evaluación o asesora-
miento de los documentos en las ofici-
nas del gobierno.
150
Centro de Documentos
• Evaluar y recibir documentos no
corrientes del gobierno, especialmente
los de las agencias abolidas, absorbidas
por otras o reorganizadas.
• Proveer servicio de referencia a las
agencias, y al publico, bajo ciertas res-
tricciones.
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habilidad del personal gubernamental
sobre la organización de documentos.
• Administrar programas para el desa-
rrollo de la carrera del personal.
• Proveer consultas técnicas y apoyo
para la conducta de entrenamientos
sobre la organización de documentos
en los diferentes ramos del gobierno.
• Coordinar y mantener enlaces con
organizaciones locales y foráneas que
tienen actividades de entrenamiento y
desarrollo.
Administrativa
• Apoyar la oficina en cuanto al presu-
puesto, contaduría, abastecimiento, caja,
seguridad, limpieza y otros servicios.
DIVISIÓN DE ARCHIVOS
1. Sección de Servicio de Referencia
• Recibe correspondencias sobre el
acervo documental, y peticiones para
copias certificadas o no o para certifi-
caciones de la existencia o inexistencia
de documentos.
• Reparte la correspondencia o petición
a la sección particular para su acción.
• Proveer el mantenimiento, preserva-
ción y seguridad continuos de los
documentos en su poder.
• Informar de pérdidas de documentos
a las autoridades e iniciar acciones
para su recuperación.
Archivos
• Servir como el depósito nacional de
archivos y ser responsable de la custo-
dia, preservación y provisión de facili-
dades para la investigación de la
herencia cultural e histórica del país.
• Contestar peticiones, preguntas,
citatorios y otra clase de correspon-
dencia sobre su acervo documental.
• Expedir copias certificadas o no cer-
tificadas, o certificaciones de la exis-
tencia o inexistencia de documentos.
• Proveer copias de documentos a
agencias del gobierno o privadas para
su exposición o estudio.
Entrenamiento
• Iniciar, desarrollar, conducir y evaluar
programas de entrenamiento por todo
el país para mejorar la competencia y
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manentes de los diferentes ramos del
gobierno (hasta 1994)
• Guarda los documentos no españoles
-Siglo XX.
-60 millones.
• Busca documentos pedidos por el
público
-Nacimientos, matrimonios y
defunciones.
-Casi todos son protocolos o docu-
mentos notariales.
-Documentos del servicio civil del
personal del gobierno.
• Hace instrumentos de consulta
-Bases de datos electrónicos.
-Índices.
-Listas.
-Inventario.
4. Biblioteca
• Provee de documentos o sus copias a
los usuarios
• Mantiene una sala de referencia
• Mantiene y atiende los diferentes
instrumentos de consulta
• Guarda las copias de los documentos
(fotocopias, CDs)
• Guarda los microfilmes y mantiene su
almacén
• Da al público copias de documentos,
certificados o no, o certificaciones de la
existencia o no de documentos, y res-
puestas a las correspondencias.
• Elabora bases de datos electrónicos
como instrumentos de consulta.
2. Sección de Documentos Españoles
• Guarda los documentos pertenecien-
tes a la colonia española
-Desde el siglo XVI hasta el XIX
(1552-1899).
-13 millones de documentos.
-250 títulos de clasificación.
-250,000 legajos.
-Se le considera el más rico en Asia.
• Busca documentos pedidos por el
público
-Datos sobre la historia de un pue-
blo, ciudad o provincia.
-Información genealógica.
-Terreno.
• Hace instrumentos de consulta
-Bases de datos electrónicos.
-Índices.
-Listas.
3. Sección de Documentos Generales
• Recibe documentos históricos o per-
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• Guarda materias secundarias de refe-
rencia
• Vigila a los investigadores
5. Sección de Servicios Técnicos
• Fumiga documentos y depósitos
• Preserva documentos
-Restauración
-Laminación
-Encuadernación
-Microfilmación
6. Sección de Clasificación
• Todavía hay documentos no clasifica-
dos que pertenecen a la época española
-Clasificar
-Organizar
-Hacer base de datos electrónicos
(inventario, lista)
-Cambiar la envoltura
-Rotular
-Archivar
7. Sección de Catalogación
• Cataloga documentos españoles
según el ISAD(G)
• Coordina con la Sección de Tec-
nología Informática el uso de compu-
tadoras y almacenamiento de datos
8. Sección de Tecnología Informática
• Ha reproducido documentos en 714
CDs, por contratación.
• Coordina con las diferentes secciones
el uso de computadoras y almacena-
miento de datos.
PROYECTO DE MODERNIZACIÓN DE ARCHIVOS
(Proyecto Bilateral de España y Filipinas)
• Renovación de la oficina y facilidades
en general
-Fachada
-Sala de exhibición con muebles
-Sala de conferencia audiovisual
-Sala de referencia
• Instalación
• Archiveros para fichas de catá-
logos
• Mesas y sillas para usuarios y
personal
• Material de referencia como li-
bros, CDs, etc.
-Cafetería para el personal y los
visitantes fuera del edificio propio
• Instalación
• Muebles
-Sanitarios
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• Microfilmación
-Instalación
-Almacén con 24 horas de aire
acondicionado
-Películas (con una copia para Es-
paña) de más de 10,000 legajos, 8,000
mapas y planos, incluyendo el proceso
de clasificación y paginación de los ori-
ginales o preparación antes de micro-
filmar.
-Cámaras
• Catalogación
-20,000 documentos microfilma-
dos hechos en España.
-Programa electrónico conforme
con el ISAD(G)
-Expertos españoles en cataloga-
ción y programas electrónicos
• Laboratorio
-Instalación
-Máquinas
• Laminación
• “Leafcasting”
• Otros equipos especiales, como
lavadoras, costura de papeles, etc.
• Mesas especiales y otros muebles
• Abastecimientos para restaura-
ción y encuadernación, como papeles
especiales, pergamino, tinturas, etc.
-Entrenamiento del personal por
expertos españoles
• Conservación del papel
• Catalogación de documentos
• Tecnología informática
-Cursos de la lengua española
-Becas en España
• Depósitos
-Archivero móvil
-Archiveros de metal
-Mejoramiento de instalaciones
eléctricas, luz, luz de emergencia
-Movimiento del aire por ventila-
dores
• Computadoras y programas
*Jefa de la División de Archivos de RAMO.
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En el aspecto legal encontramos un
mejor panorama en materia archivísti-
ca, no sólo para esta institución sino
para los archivos de México, ya que a
partir de la aprobación del Plan Na-
cional de Desarrollo publicado en el
Diario Oficial de la Federación el 30 de
mayo de 2001 (pág. 111), el gobierno
mexicano considera como una de sus
prioridades los archivos. En uno de los
objetivos que habla de gobernabilidad
y democracia se precisa como objetivo
El Archivo General de la Nación (AGN)
se encuentra ante una nueva realidad,
este órgano desconcentrado de la
Secretaría de Gobernación, que funge
como ente rector de la archivística
nacional y es la entidad central y de
consulta del Ejecutivo Federal en el
manejo de los archivos administrativos
e históricos, hoy adquiere nuevas res-
ponsabilidades en un marco legal en
plena transformación y ante una socie-
dad que ha cambiado.
RECOMENDACIONES PARA ESTABLECER UN MODELO
DE AUTOMATIZACIÓN EN ARCHIVOS1
Pablo Eduardo Camacho García*
1 Sistema de automatización. Una definición básica nos dice que un sistema es el conjunto de ele-mentos relacionados entre sí en función de un objetivo común, el cual actúa en un determinadoentorno y con capacidad de autocontrol. Conviene definir un sistema de información automatiza-do como el hacer que la información generada durante los procesos se recolecte o almacene enuna unidad de memoria, y que con esa información esencial se construya una representación delpropio sistema a fin de que los elementos de decisión puedan mandar y coordinar el comporta-miento del sistema.Se habla entonces de construir una representación del sistema y de utilizar la infor-mación generada en los procesos para la toma de decisiones.Por otra parte, la información es recolectada en unidades de memoria como computa-doras, servidores y tecnología de información en general.Esta tecnología de información cuenta con los elementos y datos necesarios para eje-cutar determinados procesos del sistema. Arbones Malisani, Eduardo A., Ingeniería de sistemas,España, Marcombo, 1991(col. Productica), 158 pp
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158
Se contribuirá a la modernización de
los sistemas con los que operan los
archivos que resguardan y catalogan la
información originada en instancias
gubernamentales.”
Y como parte de este marco legal
que ha cambiado, el AGN tiene enco-
mendadas el día de hoy nuevas tareas
como las conferidas en el Acuerdo por
el que se disponen diversas medidas
para la procuración de justicia por deli-
tos cometidos contra personas vincula-
das con movimientos sociales y políti-
cos del pasado, publicado en el Diario
Oficial de la Federación el 27 de
noviembre de 2001, cuyo Capítulo III
trata de la apertura de archivos institu-
cionales en los Artículos 5º, 6º, 7º, 8º y
párrafos transitorios del acuerdo en
donde, entre otra cosas, se dice:
“...la Secretaría de Gobernación
transferirá al Archivo General de la
Nación la totalidad de los archivos,
expedientes, documentos, e informa-
ción en general que fueron generados
por las extintas Dirección Federal de
Seguridad y Dirección General de
Investigaciones Políticas y Sociales;
que actualmente se encuentran bajo
rector 3: “Contribuir a que las relacio-
nes políticas ocurran en el marco de
una nueva gobernabilidad democráti-
ca”, y determina como estrategia:
“i] Ampliar el acceso de los ciuda-
danos a la información de fuentes ofi-
ciales impulsando diversas vías de difu-
sión y proponiendo normas que hagan
obligatorio el respeto a este derecho.
”Las dependencias y entidades de la
administración pública federal desple-
garán esfuerzos para difundir informa-
ción de interés público con la que
cuenten. En cuanto a solicitudes de
información, se garantizará la absoluta
transparencia y oportunidad en el
manejo y acceso de los ciudadanos a
documentos emitidos por fuentes ofi-
ciales del Poder Ejecutivo Federal que
sean de interés público, sin más res-
tricciones que las que establezca el
marco jurídico con el objeto de prote-
ger el interés nacional y la vida privada
de las personas. Se promoverá el esta-
blecimiento de nuevas normas que
regulen esa apertura a los ciudadanos
interesados en la gestión pública, de
manera que éstos puedan conocer y
vigilar las acciones de las autoridades.
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- El desarrollo y el acceso masivo a
herramientas informáticas personales;
la integración de aplicaciones diferen-
tes, así como la posibilidad de compar-
tir trabajos en grupo que permiten la
automatización de flujos de trabajo y
el acceso y la gestión simultánea de la
información por parte de diferentes
usuarios.
- El incremento exponencial de la
capacidad de los equipos y las herra-
mientas de almacenamiento y recupe-
ración de datos, el desarrollo del diseño
de arquitecturas de sistemas informáti-
custodia y conservación del Centro de
Investigación y Seguridad Nacional a
fin de que puedan ser consultados...”
Y expresa que:
“...las Secretarías de Estado de la
Administración Pública Federal trans-
ferirán al Archivo General de la Nación
la información que posean en sus
archivos históricos y que a juicio de
cada dependencia o de la propia
Secretaría de Gobernación sirva para la
investigación de hechos del pasado
relacionados con violaciones a los
derechos humanos o probablemente
constitutivos de delitos contra perso-
nas vinculadas con movimientos socia-
les y políticos;...”
Es así que este marco legal se pre-
senta en el contexto de lo que se cono-
ce como sociedad de la información,2
que se caracteriza por los siguientes
elementos:
- La información y comunicación
como ejes fundamentales de la activi-
dad humana.
2 Sociedad de la información. Para ampliar la información a este respecto se recomienda consul-tar: Lluis-Esteve Casellas, “Archivística y nuevas tecnologías: consideraciones sobre terminología,conceptos y profesión”, en Lligal. Revista Catalana d’Arxivística, 2000.
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ción, la digitalización y la microfilma-
ción como un fin, sino como herra-
mientas para optimizar el trabajo
archivístico, enfatizando que el buen
trabajo técnico-archivístico garantiza
el acceso a la información.
Es claro también que la informática
y los equipos de cómputo no resuelven
por sí mismos los problemas; es nece-
sario tener antes todas las funciones,
procesos y procedimientos correctos,
una estructura orgánica perfectamente
definida, los recursos materiales, los
recursos humanos, la legislación y nor-
matividad correspondientes, es decir,
se debe tener un verdadero sistema con
los elementos mencionados.
Es en este contexto que los diferen-
tes archivos del país comienzan a acce-
der a nuevas tecnologías de informa-
ción y surgen las primeras preguntas:
¿Qué programa o base de datos
debo utilizar para automatizar mi
archivo? ¿Cuál es el mejor o cómo uti-
lizarlo para mi gestión de documentos?
A estas preguntas deben añadirse
cuestiones que nos acerquen a las so-
luciones correctas.
¿Está congruentemente definida la
cos que posibilitan el acceso y la ges-
tión de datos de forma rápida y segura.
- La implantación de medios y he-
rramientas que permiten la comunica-
ción entre sistemas distintos y el inter-
cambio electrónico de datos en dife-
rentes formatos.
La interrelación de los factores an-
teriormente mencionados tiene como
una consecuencia principal un aumen-
to considerable de la producción, distri-
bución y uso de los documentos y datos
que por su condición “electrónica” se
caracterizan por la evolución constan-
te, su volatilidad, desmaterialización y
su carácter multiforme.
Y es dentro de este marco legal y
social que el AGN de México promueve
el uso correcto de la tecnología de
información, de modo que se le consi-
dera una herramienta que ayuda a
garantizar el acceso a la información,
así como un factor constante para la
modernización tecnológica y los servi-
cios de la administración pública direc-
tamente relacionados.
Esta es la razón por la que los
archivos no pueden permitirse ser se-
ducidos por la idea de la automatiza-
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co institucional para determinar las
fuentes documentales y las fuentes
históricas, además de un proceso de
clasificación, ordenación y depuración.
Es importante delimitar la diferen-
cia que existe entre sistematizar y
automatizar.
Se puede decir que un archivo o
una biblioteca se encuentran sistema-
tizados cuando existen una serie de
reglas, procedimientos y acciones per-
fectamente definidos para desarrollar
una actividad y cumplir un objetivo.
Obviamente, estos procedimientos par-
ten de una metodología en materia
archivística, de biblioteconomía y del
manejo de información.
Ahora bien, una vez que se tiene
algo perfectamente sistematizado, se
puede hablar del siguiente paso: auto-
matizar. Para hablar de automatiza-
ción, es necesario distinguir las tres
partes fundamentales que componen
un sistema administrativo:
I. Sistema de operaciones
II. Sistema de información
III. Sistema de gestión (o de deci-
sión)
estructura organizativa del archivo?
¿Están establecidas de forma correcta
todas las funciones con sus respectivos
manuales de organización y procedi-
mientos? ¿Se conocen las cualidades y
la capacidad de los recursos operativos
de que se dispone? ¿Se tienen total-
mente determinados los recursos tec-
nológicos con los que se cuenta o con
los que se va a contar en un futuro y
las limitantes para acceder a otro tipo
de tecnología? ¿Se conoce la normati-
vidad y legislación del propio ámbito y
la forma en que se aplica?
Si podemos contestarlas afirmati-
vamente, entonces tenemos un sistema
perfectamente definido que está fun-
cionando como tal y que entonces se
puede automatizar; y aquí viene la
siguiente pregunta:
¿Qué es automatizar y para qué sirve?
Cuando nos encontramos en un
archivo que cumple con los principios
básicos en materia archivística, tene-
mos un acervo sistemáticamente orga-
nizado y controlado, en el que es su-
mamente fácil archivar y recuperar la
información contenida. Es decir, se ha
llevado a cabo un seguimiento históri-
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I
SISTEMA DEOPERACIONES
Este sistema caracteriza laactividad de la empresa
FabricaciónTransformación
Distribución
II
SISTEMA DEINFORMACIón
Sistema constituido pordiversos elementos de
recolección y tratamientode la información
III
SISTEMA DE GESTIón(REGULACIÓN)
Este sistema representa alconjunto de desiciones
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mación de que sea provisto.
Por ejemplo, si se envían nuevos
expedientes a un archivo y por algún
error en ese grupo de expedientes se
incluye uno que estaba en calidad de
préstamo, al capturarlos la computa-
dora nos indica inmediatamente que
ese expediente no es de nuevo ingreso,
sino que estaba prestado y el paso que
corresponde es la devolución.
Además, la computadora tiene en
su unidad de memoria no sólo esa ins-
trucción, sino una serie de instruccio-
nes para controlar las operaciones que
se ejecuten en ese archivo.
Por ejemplo:
- Permitir sólo a usuarios autoriza-
dos el acceso al servicio de préstamo a
domicilio.
- Elaborar los vales de préstamo
automáticamente (tomando de la me-
moria de la computadora los datos de
los registros de expedientes y del usua-
rio que solicita la información).
- Generar cada día un listado de los
usuarios que rebasan el periodo de
préstamo de un expediente.
- Emitir informes diarios, semana-
les y mensuales de ingreso de expe-
Como se puede ver en un sistema
administrativo general, durante la fase
de operaciones (I) se genera una gran
cantidad de datos, que son recogidos
por el sistema de información (II) para
ser utilizados después por el sistema de
toma de decisión (III), porque es preci-
samente con esos datos con los que se
retroalimenta al sistema para que vuel-
va a ejecutar los procedimientos esta-
blecidos o los modifique, de acuerdo
con la información que obtuvo previa-
mente.
Cuando se ejecutan procedimientos
tradicionales, el intercambio de la
información generada en el sistema
ocurre a través de medios mecánicos y
humanos, con la posibilidad de que
exista pérdida de datos.
En cambio, cuando se automatiza,
la mayor parte de la información que
se genera durante los procesos va a
parar a una unidad de memoria (en la
computadora), por lo que no hay pérdi-
da de datos y la información se trans-
mite en forma inmediata al sistema de
toma de decisión (en la misma unidad
de memoria), el cual ya está programa-
do para actuar de acuerdo con la infor-
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programas de software diseñados
especialmente para manejar grandes
volúmenes de información. Un caso
típico es el de los bancos, que necesi-
tan controlar los registros de sus clien-
tes y saber las operaciones que realiza
cada uno. Otro ejemplo es el manejo
del censo de población, donde existe
un registro por cada habitante de la
República mexicana, es decir, se mane-
ja una base de datos con más de 100
millones de registros.
Se entiende por registro cada uno
de los renglones en donde está conte-
nida la información en una tabla de
una base de datos. Para ilustrar esto
comparemos las fichas contenidas en
un archivero.
164
dientes, consultas en sala y de servicio
a domicilio.
- Detectar posibles errores en las
listas de inventarios o en la documen-
tación.
Es importante hacer notar que a
esta computadora (que contiene las
instrucciones necesarias para que el
sistema ejecute operaciones, guarde
información y tome decisiones, con
base en las instrucciones programadas)
pueden estar conectadas varias com-
putadoras, impresoras, servicio de fax e
inclusive constituirse en una red de
cómputo.
Otro hecho que debe quedar muy
claro es el que se refiere al concepto de
base de datos. Las bases de datos son
NOMBRE ANACONDA BITE
DIRECCIÓN LA TIERRA 32
CIUDAD MÉXICO ESTADO D.F.
C.P. 11420 TELÉFONO 55-55-66-88
CAMPO
REGISTRO
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quiere encontrar el número de teléfono
de un cliente, simplemente ha de loca-
lizar el nombre y leer en la fila hasta
encontrar el número de teléfono co-
rrespondiente.
¿CÓMO SE PUEDE DEFINIR UNA BASE DE DATOS?
Una base de datos se puede definir
como una tabla o conjunto de tablas
constituidas por filas y columnas que
contienen información y que están so-
portadas en un medio magnético (co-
mo pueden ser disquetes, discos duros,
cintas magnéticas, etcétera) y un pro-
grama de software encargado de admi-
nistrar la información ahí contenida, es
decir, de realizar tres operaciones fun-
damentales:
165
Cada ficha del archivador es un regis-
tro concreto y está contenido en un
renglón. Por otra parte, cada categoría
de información es un campo. Los cam-
pos pueden contener cualquier tipo de
información que pueda ser clasificada.
En el archivador de fichas, cada re-
gistro contiene seis campos (columnas)
que son: nombre, dirección, ciudad, es-
tado, código postal y número de teléfono.
Como cada ficha del archivador
contiene el mismo tipo de información,
el archivador de fichas es un archivo de
base de datos.
En teoría, cualquier base de datos
está dispuesta de tal forma que la in-
formación sea fácil de encontrar. En la
figura anterior, los nombres están dis-
puestos por orden alfabético, si usted
NOMBRE DIRECCIÓN CIUDAD ESTADO C. P. TELÉFONO NÚM.CLIENTE
Anaconda Bite
Jesús Bueno
Modesto Pérez
Narciso Bello
Carlos Del Corral
La Tierra 32Col. La Selva La Bondad 33Col. Cielo Carencia S/NCol. TerregalCalle Ego 72Col. Helénica Rodeo 44Col. Granjas
México
México
México
México
México
DistritoFederalDistritoFederalDistrito FederalDistrito FederalDistritoFederal
011420 5555-6688 01
003323 5525-2525 02
000001 S/N 03
012345 5582-2022 04
008866 5788-5555 05
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los trabajos necesarios al establecer un
sistema de automatización.
Se conoce un número importante
de proyectos relacionados con tecnolo-
gía de información que fracasan o que
no logran cumplirse en la totalidad, es-
pecialmente los que se relacionan con
automatización. En principio, esto se
debe a que no se entiende el concepto
con claridad y a la falta de un método
de trabajo que indique las diferentes
etapas que deben seguirse para esta-
blecer un sistema de este tipo.
Por esta razón se describen las
siguientes recomendaciones para im-
plantar un sistema que involucra tec-
nología de información:
Decidir una estrategia para el estable-
cimiento del sistema3
Se tendrá que documentar de ma-
nera detallada una estrategia para el
establecimiento del sistema, incluso
1. Capturar todos los datos que nos
sean necesarios.
2. Permitir su consulta en forma
clara, rápida y precisa.
3. Generar todo tipo de documen-
tos a partir de los datos ahí contenidos.
Todos los puntos mencionados ante-
riormente para definir el concepto de
automatización y de bases de datos
son fáciles de enumerar, pero trabajar
con cada uno de ellos es un proceso
que requiere tiempo e involucra a to-
dos los integrantes del sistema, esto es,
a todas las personas del propio archivo.
Es aquí cuando resulta de vital
importancia tener conocimiento de las
experiencias de otros archivos y apo-
yarse en una metodología para implan-
tar un sistema que involucra tecnolo-
gía de información. Resulta obvio que
cada archivo tiene particularidades,
pero el objetivo de este documento es
servir como guía general para encausar
3 Establecer o implantar un sistema de automatización en archivos. Respecto a este tema, entrela literatura relacionada destaca un estudio RAMP que puede considerarse de lectura obligada paraquienes piensen involucrarse en un proyecto de automatización y uso de nueva tecnología: Greem,Adam, La elaboración de políticas y planes de automatización de archivos: un estudio RAMP condirectrices, París, UNESCO, 1991. 93 pp.
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En este caso, los recursos que se
destinarían para el sistema de cómpu-
to pueden redituar más si se usan para
capacitar a las unidades administrati-
vas involucradas para que integren
correctamente los expedientes que
envían al archivo en cuestión, conside-
rando el ciclo vital de la documenta-
ción; es decir, desde que se inicia un
expediente en el área de corresponden-
cia y trámite hasta que se le da una
disposición final.
Obtener el compromiso de la dirección y
las instancias superiores
Este compromiso es fundamental para
lograr el éxito del proyecto y la colabo-
ración y participación activa de las di-
ferentes áreas de la organización. Ob-
tener el apoyo de las instancias su-
periores es un factor muy importante
para desarrollar el trabajo y conseguir
los recursos financieros necesarios.
Un proyecto de automatización
tiene muy pocas posibilidades de lle-
varse a cabo si no cuenta con el apoyo
de las autoridades correspondientes,
que deben tener conocimiento no sólo
considerando proyecciones de ahorro y
costos, el tiempo que se invertirá y la
evaluación de los procedimientos ope-
racionales actuales, es decir, el modo
de trabajar de cada una de las áreas
involucradas.
Es necesario tener presente que un
proceso de automatización implica
forzosamente revisar los procedimien-
tos de trabajo y la disposición para
mejorarlos; asimismo, definir desde el
inicio las funciones que cada uno de
los involucrados tiene en el sistema de
trabajo actual y las que tendrá en el
sistema futuro, analizando la forma en
que se van a transformar los procesos
actuales.
Resulta inútil pretender automati-
zar un sistema en donde las funciones
y los procedimientos no pueden ser
cuestionados ni proponer cambios.
No tiene sentido pensar en hacer
un sistema de cómputo sofisticado pa-
ra capturar inventarios de expedientes,
si todavía existen documentos en el pi-
so del archivo y se sigue recibiendo
documentación desordenada y sin cla-
sificar por parte de las instituciones
que la generan.
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Las soluciones a este último pro-
blema van más allá del trabajo técni-
co-archivístico:
1. Crear un equipo responsable del pro-
yecto en el archivo
Se tendrá que formar un equipo de
trabajo en el que se considere a todos
los miembros de la organización, defi-
niendo responsables de cada parte del
proyecto y a un responsable de la tota-
lidad. Esta persona debe tener el cono-
cimiento y la capacidad de dirigir los
trabajos para cumplir con los objetivos
planteados, la jerarquía administrativa
y la autoridad requerida, además de la
capacidad para establecer mecanismos
y vínculos con las áreas e instituciones
públicas y privadas necesarias.
Los responsables del proyecto y de
cada una de las partes deben tener
comunicación permanente y conoci-
miento del trabajo que realiza cada
uno; de no ser así, se corre el riesgo de
no trabajar por los mismos objetivos.
También los niveles operativos
involucrados deben conocer los traba-
jos que se realizan durante el proyecto
de automatización, para evitar especu-
del proyecto en lo general, sino tam-
bién de las diferentes etapas de que
consta y las implicaciones laborales,
económicas y políticas de cada una de
ellas.
Toda la organización debe tener
claro cuáles son los resultados que se
obtienen en cada etapa y al final del
proyecto.
Se debe considerar que cuando se
trata del uso de nueva tecnología apli-
cada en cualquier ámbito, puede haber
intereses particulares ajenos al buen
trabajo; en este caso, el archivístico,
ya que por lo general los equipos son
costosos y en ocasiones los proveedo-
res tienen como objetivo principal
vender sus equipos y lograr comisiones
y contratos cuantiosos. Un ejemplo
puede ser el caso de programas de
cómputo que se le imponen institucio-
nalmente a un área administrativa y
ésta se ve obligada a comprar un de-
terminado número de licencias, es
decir que finalmente se adquiere un
producto que no satisface las necesi-
dades y del que jamás se hizo un aná-
lisis para saber si en realidad es el ade-
cuado.
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laciones y comunicación informal en la
institución que afecte el buen desarro-
llo del proyecto.
2. Fomentar programas de capacitación
Es el entrenamiento interno que se
da a las personas de cada área involu-
crada, para que estén enteradas de las
nuevas responsabilidades que tendrán
al empezar a manejar una nueva tec-
nología. Este requisito se debe cumplir
en el menor tiempo posible para que el
proyecto pueda arrancar con rapidez.
La capacitación es una inversión y
parte fundamental de un proyecto de
automatización.
Las personas que reciben instruc-
ción deben concebirla como un com-
promiso para impartir esos mismos
conocimientos a los demás involucra-
dos, y como un valor agregado a su cu-
rriculum profesional, y no enfocarla
como condición vinculada para una
mejor remuneración económica de
manera inmediata.
Cuando en un proyecto de automa-
tización se logran los resultados espe-
rados, también se obtienen recursos
económicos adicionales.
170
3. Revisar los sistemas de tecnología
internos y procesos actuales del ar-
chivo
Se hará la evaluación del hardware
y del software que se tiene en la insti-
tución para poder hacer un análisis
detallado. Es fundamental considerar
la capacidad económica con la que se
cuenta para adquirir equipo nuevo. En
estos trabajos de automatización exis-
te una tendencia a pensar que el equi-
po de cómputo y los programas de
software deben marcar el modo de tra-
bajo y servir como guía del proyecto, lo
cual es un grave error, pues la tecnolo-
gía debe ser sólo una herramienta de
apoyo que optimice los procesos que se
desarrollan para el cumplimiento de los
objetivos de cada área.
Si en el pasado un archivo ha ad-
quirido equipo de cómputo, es impor-
tante reflexionar acerca de cómo este
equipo ayudó a cambiar los procesos y
si verdaderamente hubo una mejora en
el servicio y en el cumplimiento de las
funciones asignadas a esa área, es de-
cir, si esa inversión reflejó realmente
algún resultado positivo en el trabajo
archivístico o el equipo sólo se utilizó
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171
172
parte de hardware, es decir, si las ope-
raciones de la institución son peque-
ñas, no será necesario comprar dema-
siado equipo para implantar un sistema
de automatización.
En la actualidad existe una gran
cantidad de proveedores de software
para archivos que ofrecen todo tipo de
soluciones que a veces comprometen
más de lo que realmente pueden dar y
que generalmente siguen el siguiente
procedimiento:
- Captura manual de texto.
- Captura mediante OCR (reconoci-
miento óptico de caracteres), revisión
manual y asignación de marcas que
identifican palabras clave.
- Asignación de marcas al texto
soportado en un medio magnético.
- Tratamiento de datos.
- Digitalización de imágenes.
- Elaboración de tablas (índices).
- Implementación de ligas con hi-
pertexto y multimedia.
- Digitalización de texto en imá-
genes.
El procedimiento descrito es sólo una
parte técnica que se realiza con el soft-
cómo máquinas de escribir y parte de
la arquitectura del paisaje.
Aunque puede resultar incómodo,
conviene tener claros todos los errores
cometidos en un proyecto de automati-
zación, con la finalidad de no repetirlos.
También se debe tomar en cuenta
que un proceso de automatización de
archivos no siempre tiene que comen-
zar por la captura de inventarios de
expedientes o por la digitalización
desenfrenada de documentos y el equi-
po relacionado con esas funciones; un
proceso de automatización puede
empezar desde las unidades de corres-
pondencia y trámite, conservando la
visión de que cada expediente que
ingresa a un archivo debe estar perfec-
tamente integrado y reflejar la calidad
de la gestión documental que realizan
las instituciones, así como de los crite-
rios establecidos para lograr una co-
rrecta disposición final de las unidades
documentales.
4. Desarrollar una estrategia tecnoló-
g i c a
En este punto se tendrá que anali-
zar tanto la parte operacional como la
173
próximos diez años, lo que puede resul-
tar inverosímil si la compañía que ofre-
ce el servicio tiene tres años de exis-
t e n c i a .
Con respecto al hardware, se reco-
mienda comprar sólo el equipo necesa-
rio asegurando en todo momento que
el proveedor brinde el soporte técnico y
entregue el equipo instalado y funcio-
nando con todos los componentes,
especialmente cuando se trata de
escaners, cámaras digitales y equipo de
microfilmación, así como garantizar
que el personal reciba la capacitación
necesaria y pueda operar las máquinas
inmediatamente.
Es necesario obligar al proveedor a
establecer un mecanismo para la ob-
tención de refacciones, ya que los
equipos suelen ser importados y si ocu-
rre alguna falla pueden pasar varias
semanas antes de que se obtengan la
piezas necesarias para la reparación.
Se debe tener el historial de los
proyectos en que ha participado el pro-
veedor, así como solicitar referencias a
los responsables de cada uno de ellos.
Por último, es fundamental hacer
una proyección de la forma en que se
ware que distribuyen algunas compa-
ñías y de ninguna manera, y bajo nin-
guna circunstancia, sustituye el traba-
jo de descripción archivística.
Una verdadera estrategia tecnológica
implica analizar los productos de softwa-
re que se venden en el mercado y los
diferentes proveedores (pueden ofrecer
un mismo producto a distintos precios).
Se debe conocer el trabajo que en
materia de archivos desarrollan las ins-
tituciones públicas, ya que en el caso
de la universidades se pueden lograr
convenios para desarrollar programas
de cómputo a la medida de las necesi-
dades y a un bajo costo, además de
obtener el software diseñado para
archivos que de manera gratuita distri-
buyen algunas instituciones interna-
cionales y con el que resulta conve-
niente realizar pruebas, aun cuando se
decida no utilizarlos.
Es fundamental estipular el costo
de las licencias de software por equipo,
cómo y cuándo se actualizarán los pro-
gramas de cómputo para evitar que se
vuelvan obsoletos. En ocasiones, el pro-
veedor ofrece la actualización de forma
gratuita o a un bajo costo durante los
obtendrán los recursos económicos en
el futuro, ya que adquirir nueva tecno-
logía obliga a disponer de dinero para su
operación cotidiana y modernización.
5. Seleccionar a los participantes
Si se trabaja arduamente en la
estrategia tecnológica mencionada en
el inciso anterior, resulta fácil elegir a
las personas, instituciones y empresas
que participarán en el proyecto. Los
proveedores deben ser seleccionados
conforme a la normatividad y con los
conocimientos y la experiencia sufi-
ciente para poder cumplir con los com-
promisos establecidos.
6. Establecer los contratos y convenios
con las empresas o instituciones invo-
lucradas
Es muy importante definir por escri-
to el alcance y responsabilidad de cada
institución, empresas y proveedores, en
especial los de equipo de cómputo y
software, ya que los términos de uso de
licencias y costos de actualizacion de
programas deben ser muy claros y per-
mitir tener siempre versiones actualiza-
das de los programas de software.
174
Es fundamental contemplar también
los siguientes aspectos:
1. Servicio
¿Quiénes son los usuarios involu-
crados en el servicio que se piensa pro-
porcionar?
2. Acceso
¿Qué restricciones se tendrán con
respecto al manejo de la información?
En este punto es importante consi-
derar la legislación vigente en relación
con nuestra materia de trabajo e inclu-
so los puntos que carecen de leyes
actualizadas, situación que es muy
común cuando se trata de nuevas tec-
nologías de información.
El derecho de autor sobre la repro-
ducción de documentos que son patri-
monio nacional ha generado una serie
de controversias, por lo que es necesa-
rio contemplar este aspecto y recibir
asesoría de especialistas en la materia.
3. Seguridad
¿Qué restricciones se aplicarán en
cuanto al acceso y seguridad de la
información?
175
tener la capacidad de restablecerse en
otra ubicación si ocurre un siniestro y
las instalaciones o el equipo son des-
truidos.
Si se ha trabajado hasta este punto
y no es posible cubrir todos los aspec-
tos mencionados, es aceptable descar-
tar el proyecto de automatización y
determinar que no es factible su reali-
zación.
Se debe replantear el proyecto y
trabajar en los puntos tratados en los
incisos anteriores, teniendo como obje-
tivo fundamental el trabajo archivísti-
co que sí se puede realizar sin necesi-
dad de automatizar, como puede ser:
Definir los fondos, secciones y se-
ries documentales de la totalidad de
los acervos resguardados en el archi-
vo, así como la clasificación y ordena-
ción de todas las unidades documen-
tales conforme a los principios archi-
v í s t i c o s .
Disponer la documentación de la
mejor forma posible para ayudar a su
conservación, aplicando las técnicas
que sean factibles de acuerdo con la
situación geográfica, climática y eco-
nómica.
Se trata de determinar qué usuarios
son los que administrarán la informa-
ción y cómo lo harán. Los administra-
dores de la información pueden tener
ciertos atributos de acuerdo con el
cargo que desempeñan y los conoci-
mientos especializados.
Por ejemplo, sólo un grupo de per-
sonas debe tener acceso a una base de
datos para dar de alta y modificar
registros mediante un riguroso control,
mientras que los usuarios comunes
pueden consultar la información, pero
no modificarla.
4. Respaldo
¿Cómo se respaldará la información
de las bases de datos para evitar pérdi-
das de información y cómo se actuará
en caso de siniestro?
Todo sistema de cómputo debe
tener un procedimiento de respaldo
diario de la información soportada en
un medio electrónico.
No sólo se debe considerar el res-
paldo de información, sino el tiempo en
que se puede restablecer el sistema
mediante las copias de seguridad. Un
buen sistema de automatización debe
176
Capacitar no sólo al personal que
interviene en el trabajo de nuestros
archivos, sino a la gente de las diferen-
tes unidades administrativas que gene-
ran documentación que tiene como
destino nuestros acervos.
5. Conducir una prueba piloto
Una vez que todo ha sido aprobado,
el proyecto puede comenzar con la
prueba piloto. La prueba piloto consis-
te en comenzar a funcionar con el
nuevo sistema y, en forma paralela,
continuar trabajando con el sistema
a n t e r i o r.
Por ejemplo: un proceso como
registrar en el libro de gobierno los
datos requeridos usando papel y pluma
se continuará haciendo de esa forma
hasta que se tenga la seguridad de que
en el nuevo sistema, que puede ser una
base de datos, no se presentará ningu-
na falla.
Esta prueba debe cubrir volúmenes
de datos altos, bajos y condiciones
excepcionales, como puede ser que un
gran número de investigadores con-
sulten en red el mismo registro de una
base de datos e imágenes relaciona-
das que consuman una gran cantidad
de memoria en el sistema computa-
c i o n a l .
6. Revisar la prueba piloto
Una vez que la prueba piloto ha
comenzado, es importante darle segui-
miento y organizar juntas periódicas
con los involucrados para monitorear
los avances alcanzados y detectar los
ajustes y adecuaciones necesarias en el
sistema.
La prueba piloto es una simulación
con datos reales que permite corregir
los errores que se presentan, teniendo
en todo momento el respaldo del tra-
bajo realizado en el sistema anterior.
7. Operación
Toda vez concluida de forma exitosa
la prueba piloto, se puede hacer el arran-
que en vivo, es decir, comenzar la opera-
ción y dejar de usar el sistema anterior.
Hasta este punto, con el nuevo sis-
tema debe superarse lo realizado con el
sistema que se sustituye.
Por ejemplo: un investigador que al
consultar catálogos impresos tarda
varias semanas en ubicar la fuentes
177
primarias que necesita, en un sistema
correctamente automatizado necesita
sólo algunas horas para encontrar la
información que le es útil, haciendo
búsquedas de referencias cruzadas en
las bases de datos.
8. Seguimiento
Es necesario establecer las respon-
sabilidades de la administración del
sistema y tener definido cada proceso y
su correspondencia con los requeri-
mientos de los usuarios, además de
establecer métricas, esto es, indicado-
res que reflejen cómo está funcionan-
do el sistema de acuerdo con las fun-
ciones de la institución y los requeri-
mientos de los usuarios.
9. Evaluación
Evaluar los resultados obtenidos
contra los requerimientos de los usua-
r i o s .
Analizar el proceso para determinar
oportunidades de mejora.
Asignar nuevas prioridades y esta-
blecer objetivos.
CONCLUSIONES
Al analizar diferentes experiencias y
proyectos como los expuestos y algu-
nos de los programas de software más
comunes para la captura y digitaliza-
ción de archivos que se encuentran en
el mercado, advertimos que, en gene-
ral, todos ellos pueden ser útiles e
implantarse con éxito. En el entendi-
miento de que lo más importante es el
trabajo archivístico correcto, sustenta-
do principalmente en un método de
trabajo para la descripción archivística.
Se puede establecer un sistema de
automatización, ya sea mediante pro-
gramas de software comerciales, me-
diante los programas diseñados a la
medida por un equipo de programado-
res o utilizando aplicaciones de cóm-
puto gratuitas proporcionadas por
organismos que brindan apoyo a los
archivos del mundo, como es el caso de
la UNESCO, entre otros.
En ocasiones, estos programas gra-
tuitos no permiten acceder al código
fuente4 para adecuarlos de forma par-
4 Código fuente. También denominado fuente o texto fuente, es el texto que contiene las instruc-
178
ticular a las necesidades del usuario, y
en el caso del software comercial se
obliga a la compra de nuevos progra-
mas y licencias, lo que implica un gasto
económico mayor.
Seguir una metodología para el
establecimiento de un sistema auto-
matizado puede ser la diferencia entre
el éxito o el fracaso.
Es imperativo trabajar con las nor-
mas de descripción archivística como
la ISAD (G),5 ya que sabemos, entre otras
cosas, que éste es el camino correcto
para trabajar en un futuro cercano con
la descripción codificada de archivos
denominada EAD (Encode Archival Des-
cription).6
ciones del programa, escritas en lenguaje de programación. Se trata de un archivo de texto legi-ble que se puede copiar, modificar e imprimir sin dificultad.5 ISAD (G). Norma Internacional General de Descripción Archivística adoptada por la Comisión AdHoc de Normas de Descripción, Estocolmo, Suecia, 21-23 de enero de 1993, Ottawa, Ontario,International Council on Archives, 1994.6 EAD (Encode Archival Description). La Descripción Archivística Codificada (EAD) es una norma deestructura de datos para conservar la jerarquía y determinar el contenido de las directrices des-criptivas para los fondos archivísticos mundiales. EAD permite que estas directrices se distribuyanpor Internet y también asegura que sean permanentes, ya que aporta un entorno de almacena-miento de datos estable y sin marca registrada desde el que se pueden transferir datos a otros pro-gramas siempre que sea necesario. En términos técnicos, EAD supone una Definición del Tipo deDocumento (DDT) para codificar instrumentos de descripción que ha sido elaborada siguiendo lasreglas sintácticas del Standar Generalized Markup Language (SMGL) y del Extensible MarkupLanguage (XML). Encoded Archival Description Working Group of the Society American Achivist.Descripción Archivística Codificada, España, Fundación Histórica Tavera, 2000, 313 pp.* Jefe del Departamento de Tecnología de Información de la Dirección de Archivos del GobiernoFederal del Archivo General de la Nación, en el Primer Simposium Nacional de Nuevas TecnologíasAplicadas a los Archivos, celebrado en el Museo Metropolitano de Monterrey en Monterrey, NuevoLeón, los días 7 y 8 de febrero de 2002.
179
C a l e i d o s c o p i o
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JOYAS DEL MES
Julio
Carlos Chávez
Agosto
Felipe Teixidor
Septiembre
Leyes de Reforma
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EXPOSICIONES
Lugar
Sala de Banderas
Sala Siqueiros
Cúpula
DelegaciónVenustiano Carranza
Fecha
Julio-agosto, 2004
Septiembre-octubre, 2004
Julio, 2004
Agosto, 2004
Septiembre-octubre, 2004
Julio, 2004
Octubre, 2004
Julio, 2004
Agosto, 2004
Septiembre, 2004
�Evento
ExposiciónIntendenciasExposiciónLa ruta de la fotografía
ExposiciónEl grano de la vidaExposiciónIgnacio AvilésExposiciónLa ruta de la fotografía
ExposiciónMéxico y su ReligiosidadExposiciónCasa de Moneda de México
ExposiciónPresos políticos de LecumberriExposiciónOficios (colonia 20 de nov i e m b r e )ExposiciónDocumentos de independencia
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Página web del Archivo General de la Naciónwww.agn.gob.mx
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P u b l i c a c i o n e s
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185
to de los apaches constituyó la última
etapa de la centenaria guerra chichi-
meca que permitió el paulatino pero
inexorable avance al norte de la domi-
nación española, por medio de un
modelo de colonización militar: el pre-
s i d i o .
Imposible de ganar debido a la de-
bilidad del ejército mexicano tras la
Independencia, agudizada por el forza-
do desplazamiento apache hacia el sur
que siguió a la acelerada colonización
del suroeste norteamericano tras la
guerra de 1847, la guerra apache asoló
el norte de México a lo largo de la
segunda mitad del siglo XIX y fue hasta
finales del mismo cuando la colabora-
ción entre el ejército estadounidense y
un fortalecido ejército porfirista logró
el sometimiento definitivo de sus ene-
migos indios.
Jefes legendarios como Cochise,
Jerónimo y Victorio (derrotado por Joa-
Entre las diversas colecciones foto-
gráficas resguardadas en el Centro
de Información gráfica del Archivo
General de la Nación, destaca el Álbum
fotográfico de los indios apaches.
Formado por 112 fotografías tomadas
entre el ocaso del siglo XIX los albores
del XX, el Álbum es publicado íntegro
por primera ocasión, precedido de un
estudio introductorio sobre la apache-
ría en México del doctor José Rivera
Castro, profesor e investigador del Área
de Historia de la Universidad Autó-
noma Metropolitana-Iztapalapa.
Apache significa “enemigo” en len-
gua zuni y difícilmente pudo hallarse
una denominación más acertada para
referirse a los indómitos pueblos indios
de la región fronteriza mexicoamerica-
na, enemigos implacables de anglos e
hispanos por igual.
Ajenos a la fase inicial de la con-
quista mesoamericana, el sometimien-
ÁLBUM FOTOGRÁFICO DE LOS INDIOS APACHES DEL ARCHIVO GENERAL
DE LA NACIÓN,DE JOSÉ RIVERA CASTRO
Alberto Alvarez Ferrusquía
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186
nados en reservaciones, su importancia
es relevante pues los retratos muestran
tanto a los diversos grupos apaches
(chincahuas, mezcaleros, jicarillas,
yumas, mohaves) como a los distintos
miembros de cada uno de ellos (jefes,
guerreros, mujeres, niños), quienes
lucen atuendos típicos y cotidianos que
reflejan un modo de vida virtualmente
extinguido que merece ser recordado.
quín Terrazas y fotografiado en el Ál -
bum) desfilan a lo largo de un texto
que glosa siglos de violencia fronteriza
cuya expresión más conocida, el desca-
bello, fue inventada por los colonos
como medio de demostrar la muerte de
los indios por los que se pagaba recom-
pensa.
Pese a que el Álbum fotográfico p r e-
senta a pueblos ya sometidos y confi-
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187
Departamento de Archivos Eclesiás-
ticos del Archivo General de la Nación
a mediados de los años 80, cuyo fruto
fue un inventario general, la autora
emprendió la tarea de ordenar la docu-
mentación conformando un archivo
histórico que quedó integrado por 3-1
legajos y 71 libros. Abarca del siglo XVII
al XX y su documento más antiguo data
de 1636.
El archivo se encuentra dividido en
dos secciones: la sacramental y la dis-
ciplinar. La primera contiene los libros
y legajos destinados a los sacramentos
de los fieles; la segunda sección se
organizó según las disposiciones de la
diócesis y los documentos conservados.
La serie que integra cada sección se
formó de acuerdo al corpus documen-
tal, y las subseries, antes inexistentes,
se establecieron de acuerdo a la proce-
dencia de los documentos.
La publicación consta de tres apar-
tados: el primero resume los antece-
Pr o d u c t o
c o m p l e-
mentario a la pre-
sentación de su tesis
de grado (La vida social
y religiosa en San Pablo
Apetlatitlán, Tlaxcala. Siglos
X V I I I y X I X, E N A H, 2002), la
autora presenta una útil guía
del archivo histórico de un
pueblo tlaxcalteca.
Como muchos otros pueblos
mexicanos, San Pablo Apetati-
tlán cuenta con una notable ri-
queza documental en su archivo
parroquial; a diferencia de mu-
chos otros pueblos, sus habitan-
tes y autoridades religiosas se
han preocupado por preservar
dicha riqueza, por lo que brin-
daron a la autora el apoyo
necesario para la realización
de su labor. Retomando el
trabajo iniciado por el
Alberto Alvarez Ferrusquía*
ARCHIVO HISTÓRICO DE LA PARROQUIA DE SAN PABLO APETATITLÁN.DIÓCESIS DE TLAXCALA,DE LILIA ISABEL LÓPEZ FERMAN
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Inventario General y la Guía del Archi-
vo Histórico Parroquial de San Pablo
Apetatitlán.
La Guía es complementada por ane-
xos fotográficos y tipológico-docu-
mentales.
dentes de los archivos eclesiásticos y
su utilidad en la investigación históri-
ca; el segundo recoge los antecedentes
del archivo en cuestión, la metodología
aplicada para la realización del trabajo
y una breve narración de la erección de
la parroquia; el tercero consta del
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E c o s
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191
CARTA DE JOSÉ REVUELTAS AL INGRESAR A LECUMBERRI
Teresita Ignacio Rodríguez*
Noviembre 18 – 1968. Escribo es-
tos apuntes en la ignorancia
completa de cual podrá ser mi destino
ulterior. Desde mi aprehensión el sába-
do 16, cerca de las 12 m. Se me ha
dado un trato respetuoso y atento, del
que en realidad no puedo quejarme. Se
me ha permitido leer periódicos y gra-
cias a ello me entero de la muerte de
VLT [Vicente Lombardo Toledano]. La
lamento desde un punto de vista que
podrá parecer casi monstruoso: el he-
cho de que perdimos la oportunidad de
polemizar con él en vida, en una forma
exhaustiva y hasta no demoler una a
una sus posiciones ideológicas. Muere
VLT æde pie y combativoæ lanzando su
último dardo ideológico contra el neo-
marxismo, la corriente æen la que yo
me siento como pez en el aguaæ que
VLT era ya incapaz de comprender en
absoluto desde la expulsión de la Liga
de los Comunistas Yugoslavos de la Co-
minterm. Parece que el trabajo de VLT
sobre “neo-marxismo”, será publicado
próximamente. Me propongo escribir
una especie de Obituarium político e
ideológico sobre VLT en el cual haga yo
un balance de las posiciones políticas y
del significado de Lombardo en el pro-
ceso de la enajenación de la clase
obrera. En caso de que esto sea posible
æpues ignoro qué será de mí en el más
próximo futuro y si esto puede termi-
nar definitivamente malæ, ese trabajo
sobre Vicente lo tendré que escribir de
memoria, sin ninguna clase de docu-
mentos a la mano. Repito que no tengo
nada de qué quejarme en el lugar
donde me encuentro, salvo, desde
luego, la pérdida de la libertad. Dejaré
para más adelante la descripción de las
incidencias y detalles de mi captura y
traslado a “un lugar del Valle de Mé-
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193
xico”. Nunca faltan en la vida las notas
de buen humor: Ayer que pedí “algún”
libro para entretenerme (aunque no
nos ha faltado trabajo con los interro-
gatorios ni a mí ni a mis investigado-
res) me fue amablemente proporciona-
do un pequeño libro rojo que jamás
pude imaginarme fuera a tratarse de
las citas de Mao Tse Dung. Me reí con
todas mis ganas. Hoy (18 de Nov) una
de las personas a mi cuidado trajo
algunos libros no solo aceptables sino
que recibo con verdadera felicidad.
Teatro completo de Chejov, Cuentos de
Italia, de Gorki; la Ruta Cruel, de
Maillart (no lo conozco) y un libro
sobre Cervantes y el Quijote de Mauro
Olmedo. Si los dioses no me son del
todo adversos en esta última e incierta
aventura, aprovecharé el tiempo para
escribir algún ensayo sobre el teatro de
Chéjov, que intenté hace no sé cuanto
a propósito de una conferencia que fui
invitado a dar por el Teatro Univer-
sitario.
Escribo estas notas como quien
arroja un mensaje al mar dentro de una
botella. ¿A manos de quién llegarán si
llegan a manos de alguien? Bueno;
escribir ya en sí mismo es una forma de
la libertad, que aún sin papel ni pluma
nadie nos podrá arrebatar de la cabeza
a menos que nos aloje dentro de ella
una buena bala con la que termine
todo.
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El B o l e t í n del Archivo General de la Nación, núm. 5,6a época, se terminó de imprimir en
julio de 2004 en Talleres Gráficos de México.Se tiraron 1000 ejemplares.
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