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¿Da Dios a Cada Hombre Una Oportunidad de Ganar la Salvación Por Sus Propios Esfuerzos? Génesis 4:7: "Si bien hicieres, ¿no serás enaltecido?" Los arminianos, para contradecir la doctrina de la salvación por pura gracia, usan este texto como prueba de que las obras del hombre pueden ganarle la salvación. Pero se debe preguntar si una persona mala, no-regenerada, como era Caín, puede hacer buenas obras. Y a esta pregunta hago las siguientes observaciones: 1. Adán tuvo el poder para hacer todo lo que Dios le requería. Pero desde que la naturaleza de Adán sufrió un cambio por causa de su pecado, ningún hombre ha nacido con este poder. Mientras una persona queda en un estado no- regenerado, puede hacer muchas obras como leer las Escrituras, asistir a las asambleas de los creyentes, dar dádivas a los pobres etc. Pero estas son obras externas, es decir no dependen de la condición del corazón de la persona para hacerlas. Un inconverso y un converso pueden hacer estas cosas. Lo que diferencia las obras de un nacido de nuevo de una persona todavía perdida, es la condición del corazón. Aunque el hombre tenga el poder de hacer algo bueno, no tiene la voluntad de hacerlo nada más para Dios. Para que una obra sea buena ante los ojos de Dios, esa obra tiene que proceder desde un corazón bueno. El hombre natural puede hacer cosas que externamente parecen buenas, pero no se hacen en espíritu de obediencia a la voluntad divina. Una obra buena se basa en el principio de amor hacia Dios. Se tiene que hacer en el nombre de Cristo y para la gloria de Dios.

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¿Da Dios a Cada Hombre

Una Oportunidad de Ganar la Salvación

Por Sus Propios Esfuerzos?

 Génesis 4:7: "Si bien hicieres, ¿no serás enaltecido?"

  

Los arminianos, para contradecir la doctrina de la salvación por pura gracia, usan este texto como prueba de que las obras del hombre pueden ganarle la salvación. Pero se debe preguntar si una persona mala, no-regenerada, como era Caín, puede hacer buenas obras. Y a esta pregunta hago las siguientes observaciones:

1. Adán tuvo el poder para hacer todo lo que Dios le requería. Pero desde que la naturaleza de Adán sufrió un cambio por causa de su pecado, ningún hombre ha nacido con este poder. Mientras una persona queda en un estado no-regenerado, puede hacer muchas obras como leer las Escrituras, asistir a las asambleas de los creyentes, dar dádivas a los pobres etc. Pero estas son obras externas, es decir no dependen de la condición del corazón de la persona para hacerlas. Un inconverso y un converso pueden hacer estas cosas. Lo que diferencia las obras de un nacido de nuevo de una persona todavía perdida, es la condición del corazón. Aunque el hombre tenga el poder de hacer algo bueno, no tiene la voluntad de hacerlo nada más para Dios. Para que una obra sea buena ante los ojos de Dios, esa obra tiene que proceder desde un corazón bueno. El hombre natural puede hacer cosas que externamente parecen buenas, pero no se hacen en espíritu de obediencia a la voluntad divina. Una obra buena se basa en el principio de amor hacia Dios. Se tiene que hacer en el nombre de Cristo y para la gloria de Dios.

 2. Hay que considerar el estado natural de hombre para poder comprender que no puede en realidad hacer nada bueno. La Escritura describe este estado como uno que es completamente carnal en el cual su mente tiene una preocupación fuerte para las cosas impías y solo para ellas. El hombre no solo es débil espiritualmente, sino que está muerto en delitos y pecados e imposibilitado para hacer algo que sea espiritualmente bueno. No se sujeta a la ley de Dios porque no puede hacerlo. Cuando el Etíope logre cambiar el color de su piel y el leopardo sus manchas, entonces podrán hacer el bien los que están acostumbrados a hacer el mal. Sería más factible cosechar uvas de los espinos o higos de los abrojos que esperar que el no-regenerado produzca buen fruto. Las buenas obras tienen que ser hechas por hombres regenerados, creados en Cristo Jesús, quienes poseen el Espíritu Santo y han recibido la gracia en ellos. Tienen que ser creyentes en él antes que puedan hacer lo que es espiritualmente bueno.

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 Hasta los propios creyentes, no pueden por si mismos ni formular un pensamiento bueno o efectuar una buena obra; es Dios quien obra en ellos tanto el querer como el hacer de su buena voluntad. A veces cuando tienen la voluntad de hacer el bien, les falta el poder necesario para hacerlo.

 3. Aunque Dios dijo a Caín "Si hicieres bien, ¿no serás enaltecido?", Esto no implica que Caín tuviera el poder de hacerlo. Dios no ha perdido su autoridad para imponer al hombre lo que él demanda, pero el hombre sí ha perdido, por su pecado, el poder de obedecer la voluntad de Dios. Dios no tiene que formular sus demandas según las posibilidades del hombre de poder cumplirlas.

 4. Además las palabras de Dios en Gén.4:7 tienen que ver con hacer el bien en asuntos ceremoniales y no con motivos morales. Caín y su hermano Abel fueron enseñados desde temprana edad, la necesidad de hacer sacrificios y la manera como hacerlos. Caín trajo fruto de la tierra y su hermano del primer nacido de su rebaño. A Abel Dios aceptó pero a Caín y a su sacrificio no los aceptó. Esto hizo que Caín se enojara y Dios le dijo "¿Por qué te has ensañado, y por qué ha decaído tu semblante? 7Si bien hicieres, ¿no serás enaltecido?". En otras palabras, "si hubieras ofrecido correctamente (así dice la septuaginta), ¿no serás aceptado?" O falló Caín en el elemento de su sacrificio o en la manera de ofrecerlo. Probablemente fue en la manera de hacerlo, porque el escritor de la epístola a los Hebreos nos dice: "Por la fe Abel ofreció a Dios más excelente sacrificio que Caín, por lo cual alcanzó testimonio de que era justo, dando Dios testimonio de sus ofrendas..." (Heb.11:4). Caín ofreció su sacrificio sin fe. Lo hizo hipócritamente, solo para dar la apariencia de piedad; no fue movido por un principio correcto; y aunque parecía hacer bien, solo hizo un simulacro

 5. Existe una diferencia entre la aceptación de las obras del hombre y la aceptación de su persona por causa de ellas. Hay muchas cosas que el hombre puede hacer que son aceptables a Dios, pero el hombre no es aceptado por causa de ellas. Además ninguna obra es aprobada si la persona quien la hace no ha sido previamente aceptada. Por ejemplo, Dios primero aceptó a la persona de Abel y luego su ofrenda. El caso de Abel demuestra que su persona no fue aprobada, pero no por haber usado cosas de su cosecha en la ofrenda.

 6. Aún las mejores obras delos santos son imperfectas y están manchadas por el pecado. Dios las acepta solo por medio de Jesucristo, en quien la persona del pecador se halla. Ningún hombre puede ser justificado o salvado por sus obras y por eso ninguno puede ser aceptado por Dios a base de ellas. Solo así podemos interpretar los siguientes pasajes:

 Hch.10:35: "En verdad comprendo que Dios no hace acepción de personas, 35sino que en toda nación se agrada del que le teme y hace justicia."

 Rom.19:18: "Por tanto procuramos también, o ausentes o presentes, serle agradables."

Compare estos pasajes con:

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 Efe.1:5-6: "en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, 6para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado,"

 7. Las palabras usadas en Génesis 4:7 no nos dan razón para creer que la aceptación del hombre por Dios se basa en las obras. La palabra Hebrea "seh-ayth" es traducida por la palabra española "enaltecido" o "ensalzado" y significa "excelencia" y la dignidad que tiene el hijo mayor de la familia (vea Gén.49:3). Lo que dice Dios a Caín es esto: "¿no tendrás la excelencia que va con ser el primogénito de la familia?" Este sentido está de acuerdo con la última parte del texto que dice que el deseo de Abel sería el de servir a su hermano mayor (4:7).

8. Abel Ezra, un rabí judío interpretaba el versículo así: "el semblante de Caín estaba decaído pero si hubiera hecho el bien, podría haber levantado su cara en excelencia. Sin embargo, puesto que había cometido pecado, el pecado estaba a la puerta de su conciencia y cuando esta puerta se abre el pecado entra y produce un efecto malo".

  

También el arminiano saca de Gén. 4:7 la idea de que Dios concede al pecador "un período de gracia" en el cual le es posible ser algo que convence a Dios a aceptarlo. A esta idea respondo lo siguiente:

 

1. No hay aceptación de la persona de ningún hombre sino por Cristo el mediador. No existe ninguna razón para creer que Caín estuvo alguna vez en Cristo. Por eso tampoco no hay razón para creer que le fuera posible ser aceptado por Dios.

 2. El texto no habla de hacer el bien en un sentido moral o espiritual sino en un sentido ceremonial. Solo habla de la aceptación de su sacrificio.

 3. Estas palabras no hablan de un día de gracia para Caín, sino expresan la ira de Dios y la reprensión. En vez de hablar de un día de gracia, hablan de la caída del semblante de Caín, de su tortura de conciencia y la desesperación.

 

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Estudio basado en la obra de Juan Gill, traducido y adoptado por J.Hendrix-Weidner