*_DESBORDES DE MICROURBANIDAD

El Cerro como urbanidad intensa capaz de tejer nuevas relaciones con la ciudad y la región. Para alcanzar dicha intensidad, es objetivo principal de la propuesta “la densidad cualitativa más que la cuantitativa. Esta alude a la variedad y al número de referencias superpuestas en un lugar”(1). Se propone entonces una batería de programas y acciones que multiplican las actividades; y que promueven la coexistencia de diferencias, en pos de concretar la posibilidad latente del Cerro como territorio heterogéneo.

Los bordes Este y Oeste (BORDE BAHÍA - BORDE RURAL / URBANO) como condensadores de actividades nuevas y existentes, contagian a la trama “Cerro - Centro”; aumentando su espesor hacia el interior mediante acciones transversales que promueven nuevos programas. Simultaneidad y diversidad, principales atributos de una urbanidad intensa se concretan a través de tres tipos de estrategias: - estrategias programáticas, - estrategias físico / espaciales, y - estrategias de gestión en el tiempo. Las primeras refieren al desarrollo de paquetes productivos de importancia para el área que establecen vínculos con los programas locales (subsistema cadenas productivas). Las segundas constituyen acciones físicas concretas que consideran la particular topografía, promueven programas y equipan espacio público (subsistema transversalidades y subsistema conectividades). Las últimas proponen una gestión temporal de vacíos (vacíos suelo - vacíos viviendas - vacíos estructuras en desuso) en pos de habilitar usos inmediatos y temporales generando procesos reprogramables en función de simultaneidad y diversidad programátiva (subsistema gestión del suelo y subsistema densidad habitación)

(1) Manuel Solá de Morales, 2000. “Contra la metrópoli universal”