compartirencristo.files.wordpress.com  · Web viewNada hay verdaderamente humano que no encuentre...

49
1 LA ESPIRITUALIDAD MARIANA DEL SACERDOTE, EXPRESIÓN Y GARANTÌA DEL “VERDADERO GOZO PASCUAL” (Juan Esquerda Bifet) PRESENTACIÓN: El “gozo pascual” y la espiritualidad mariana del sacerdote La expresión “verdadero gozo pascual” se encuentra en el Decreto conciliar sobre el ministerio y la vida de los presbíteros, Presbyterorum Ordinis (PO), del concilio Vaticano II, cuando habla del testimonio de vida sacerdotal como requisito para suscitar nuevas vocaciones. La “atención de los presbíteros a las vocaciones sacerdotales” es algo inherente a su ministerio, como “oficio que ciertamente pertenece a la misión sacerdotal misma” y que se concreta en la preocupación “de exponer a los fieles, por el ministerio de la palabra y con el propio testimonio de la vida, que manifieste abiertamente el espíritu de servicio y el verdadero gozo pascual, la excelencia y necesidad del sacerdo- cio” (PO 11). 1 Cuando Jesús, en la última cena, prometió a sus discípulos su mismo “gozo”, “mi gozo” (Jn 15,11), esta promesa está en el contexto de compartir su misma “hora” pascual, es decir, de “pasar de este mundo al Padre” (Jn 13,1). El hecho de ser 1 Ver el itinerario de redacción del decreto conciliar Presbyterorum Ordinis y el análisis sintético de cada número, en: M. CAPRIOLI, Il decreto conciliare "Presbyterorum Ordinis", storia, analisi, dottrina, 2 vol.,Teresianum, Roma 1989-1990. He estudiado el “gozo pascual” en relación con la identidad sacerdotal de ser signo del Buen Pastor (por la caridad pastoral) en: Espiritualidad sacerdotal. Servidores del Buen Pastor, Edicep, Valencia 2008, 101-140.

Transcript of compartirencristo.files.wordpress.com  · Web viewNada hay verdaderamente humano que no encuentre...

Page 1: compartirencristo.files.wordpress.com  · Web viewNada hay verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazón” (Gaudium et Spes, ... Resumo el tema de la espiritualidad

1

LA ESPIRITUALIDAD MARIANA DEL SACERDOTE, EXPRESIÓN Y GARANTÌA DEL “VERDADERO GOZO PASCUAL”

(Juan Esquerda Bifet)

PRESENTACIÓN: El “gozo pascual” y la espiritualidad mariana del sacerdote

La expresión “verdadero gozo pascual” se encuentra en el Decreto conciliar sobre el ministerio y la vida de los presbíteros, Presbyterorum Ordinis (PO), del concilio Vaticano II, cuando habla del testimonio de vida sacerdotal como requisito para suscitar nuevas vocaciones. La “atención de los presbíteros a las vocaciones sacerdotales” es algo inherente a su ministerio, como “oficio que ciertamente pertenece a la misión sacerdotal misma” y que se concreta en la preocupación “de exponer a los fieles, por el ministerio de la palabra y con el propio testimonio de la vida, que manifieste abiertamente el espíritu de servicio y el verdadero gozo pascual, la excelencia y necesidad del sacerdocio” (PO 11).1

Cuando Jesús, en la última cena, prometió a sus discípulos su mismo “gozo”, “mi gozo” (Jn 15,11), esta promesa está en el contexto de compartir su misma “hora” pascual, es decir, de “pasar de este mundo al Padre” (Jn 13,1). El hecho de ser elegidos para anunciar el misterio de Cristo, incluye el correr su misma suerte pascual.

El tema del “misterio pascual” es la clave para celebrar, vivir y anunciar la realidad del Misterio de Cristo, muerto y resucitado, presente en la Iglesia y en el mundo. Es un tema básico en la constitución litúrgica de Vaticano II (Sacrosantum Concilium, n.3). La vida cristiana consiste en estar “injertados en el misterio pascual de Jesucristo” (SC 6), para transformarse en él. La vivencia y celebración del “misterio pascual” tiene lugar especialmente en la celebración eucarística, como “memorial de su muerte y resurrección” (SC 47). La vida cristiana queda santificada “por la gracia divina que emana del misterio pascual de la Pasión, muerte y resurrección de Cristo” (SC 61; cfr. 104). El misterio pascual de Cristo lo celebramos especialmente el domingo, “día del Señor” (cfr. SC 106-107) y de modo particular se prepara, se vive y se celebra en la fiesta anual de la Pascua (cfr.

1 Ver el itinerario de redacción del decreto conciliar Presbyterorum Ordinis y el análisis sintético de cada número, en: M. CAPRIOLI, Il decreto conciliare "Presbyterorum Ordinis", storia, analisi, dottrina, 2 vol.,Teresianum, Roma 1989-1990. He estudiado el “gozo pascual” en relación con la identidad sacerdotal de ser signo del Buen Pastor (por la caridad pastoral) en: Espiritualidad sacerdotal. Servidores del Buen Pastor, Edicep, Valencia 2008, 101-140.

Page 2: compartirencristo.files.wordpress.com  · Web viewNada hay verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazón” (Gaudium et Spes, ... Resumo el tema de la espiritualidad

2

SC 109), para llegar “al gozo del Domingo de Resurrección con ánimo elevado y entusiasta” (SC 110).

Al celebrar el misterio pascual de Cristo, la Iglesia experimenta el gozo salvífico porque recuerda a María como fruto de este misterio y figura de lo que la Iglesia esperar llegar a ser: “En la celebración de este círculo anual de los misterios de Cristo, la santa Iglesia venera con amor especial a la biena-venturada Madre de Dios, la Virgen María, unida con lazo indisoluble a la obra salvífica del su Hijo; en Ella, la Iglesia admira y ensalza el fruto más espléndido de la Redención y la contempla gozosamente, como una purísima imagen de lo que ella misma, toda entera, ansía y espera ser” (SC 103).

La novedad del decreto conciliar sobre los presbíteros, cuando habla del “gozo pascual”, consiste en que tiene que ser “verdadero”, es decir, auténtico, propio de quien comparte la misma suerte de Cristo. En el mismo decreto se habla de “gozo” por el servicio de reconocer y fomentar “los multiformes carismas de los seglares” (PO 9). También hace referencia al gozo (“rebosar de gozo”) cuando describe la realidad ministerial como “unidad de vida” como armonía con el proyecto salvífico de Dios (PO 14).

Nos encontramos, pues, con una afirmación que podríamos llamar sapiencial y “profética”, y que puede ser la clave para una nueva etapa vocacional en la Iglesia, precisamente en unos momentos en que se deben superar dudas y desánimos para no “dejarse robar la esperanza” (Evangelii Gaudium, n.86).2

Seguramente en el campo de la pastoral vocacional ha faltado la audacia, acompañada del “gozo de la esperanza” (cfr. Rom 12,12), para presentar el sacerdocio ministerial sin rebajas, vivido con gozo en la propia fraternidad del Presbiterio o de la comunidad eclesial en que uno ejerce sus ministerios: “Hace falta sobre todo tener la valentía de proponer a los jóvenes la radicalidad del seguimiento de Cristo, mostrando su atractivo” (Sacramentum Caritatis, n.25).3

2 La exhortación apostólica del Papa Francisco (24 noviembre 2013) se caracteriza por el tono de “esperanza”: Francisco, Evangelii Gaudium (Lib. Edit. Vaticana 2013). La expresión “no dejarse robar” la aplica a diversos aspectos: el entusiasmo misionero, la alegría evangelizadora, la esperanza, la comunidad, el Evangelio, el amor fraterno, la fuerza misionera (cfr. nn.76-109).

3 La exhortación apostólica postsinodal Sacramentum Caritatis de Benedicto XVI (22 febrero 2007) subraya la necesidad de “ofrecer un testimonio adecuado para suscitar en otros el deseo de corresponder con generosidad a la llamada de Cristo” (n.25). Texto: Lib. Edit. Vaticana 2007.

Page 3: compartirencristo.files.wordpress.com  · Web viewNada hay verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazón” (Gaudium et Spes, ... Resumo el tema de la espiritualidad

3

Es importante notar que, al final del Decreto conciliar sobre los presbíteros, se invita a no sentirse solos: “Nunca están solos en su trabajo, sino sostenidos por la virtud todopoderosa de Dios; y creyendo en Cristo, que los llamó a participar de su sacerdocio, entréguense con toda confianza a su ministerio, sabedores de que Dios es poderoso para aumentar en ellos la caridad” (PO 22).

En el presente estudio intento relacionar el “verdadero gozo pascual” del sacerdote (PO 11), con la docilidad a la “misión recibida del Espíritu Santo” (PO 18), precisamente como actualización de su vivencia o espiritualidad mariana: “En la Santísima Virgen María encuentran siempre un ejemplo admirable de esta docilidad; ella, guiada por el Espíritu Santo, se entregó totalmente al misterio de la redención de los hombres; veneren y amen los presbíteros con filial devoción y veneración a esta Madre del Sumo y Eterno Sacerdote, Reina de los Apóstoles y auxilio de su ministerio” (ibídem).

Me ha estimulado a esta reflexión, la insistencia del Papa Francisco en la homilía de la Misa Crismal del Jueves Santo de 2014, cuando presenta la “alegría” que “unge” al sacerdote como unción del Espíritu Santo y que se hace “incorruptible” cuando se vive con autenticidad y es verdaderamente “misionera”. La autenticidad de esta alegría está relacionada íntimamente con la actitud mariana del Magníficat. María expresa su alegría, su “gozo”, por la mirada de Dios en su propia realidad (“pobreza”) de creatura, que indica la inserción de la misericordia divina en la historia.4

En el Papa Benedicto XVI encuentro también esta relación entre “gozo” y vivencia mariana. En su primera homilía, al iniciar su pontificado (24 abril año 2005), había hecho referencia a la alegría y “belleza” de la amistad con Cristo: “Nada más bello que conocerle y comunicar a los otros la amistad con él”.5

En el momento de su despedida como Sumo Pontífice (28 febrero 2013), el Papa Benedicto XVI describió esta realidad de comunicar a Cristo, como fecundidad materna a imitación de María: “La Iglesia vive, crece y se

4 Santa Misa Crismal, Homilía del Santo Padre Francisco (Jueves Santo, 17 abril 2014): «L’Osservatore Romano», esp. (2014) n.17, pp.3-4. En esta homilía, como veremos en el apartado II, relaciona el gozo mariano del Magníficat con la identidad y “pequeñez” sacerdotal: “Y desde esa pequeñez asumimos nuestra alegría. ¡Alegría en nuestra pequeñez!”.

5 El mismo Papa cita este texto de su homilía en la exhortación apostólica Sacramentum Caritatis sobre la Eucaristía y comenta: “Verdaderamente, nada hay más hermoso que encontrar a Cristo y comunicarlo a los demás” (n.84).

Page 4: compartirencristo.files.wordpress.com  · Web viewNada hay verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazón” (Gaudium et Spes, ... Resumo el tema de la espiritualidad

4

despierta en las almas, que —como la Virgen María— acogen la Palabra de Dios y la conciben por obra del Espíritu Santo; ofrecen a Dios la propia carne y, precisamente en su pobreza y humildad, se hacen capaces de generar a Cristo hoy en el mundo. A través de la Iglesia, el Misterio de la Encarnación permanece presente para siempre. Cristo sigue caminando a través de los tiempos y de todos los lugares”.6

En sus escritos sobre el sacerdocio, me atrevería a decir que, en cuanto teólogo y también predicador, Jospeh Ratzinger aclara la identidad del sacerdote ministro, invitándolo a vivir el gozo de dejarlo todo por él, para comunicar a otros esa misma alegría por medio de un servicio humilde y desinteresado: “Pero, quien ha descubierto interiormente a Cristo, quien lo conoce de primera mano, descubre que sólo esa relación da sentido a todo lo demás y hace también hermoso lo difícil. Sólo esa alegría en Cristo puede también proporcionar alegría en el servicio ministerial y hacerlo fructificar”.7

I. EL “GOZO PASCUAL” Y LA IDENTIDAD DEL SACERDOTE MINISTRO

El “verdadero gozo pascual” (PO 11) puede considerarse como la clave de la identidad sacerdotal y, consecuentemente, se convierte en parte integrante del testimonio vocacional. Quienes reciben el germen de la vocación sacerdotal necesitan ver, en los ya consagrados, el testimonio de una identidad vivida con el gozo de la amistad con Cristo y de la pertenencia a su familia sacerdotal y eclesial.

La “identidad” consiste en la propia razón de ser vivida con coherencia. La paz nace en el corazón cuando uno se siente amado y capacitado para amar. Los dones procedentes de Dios Amor transforman al creyente en donación gozosa. Para el sacerdote ministro, su “gozo” sobre todo gozo consiste en

6 Palabras de despedida del Santo Padre Benedicto XVI a los cardenales presentes en Roma, Sala Clementina, jueves 28 de febrero de 2013. Texto: «L’Osservatore Romano», esp. (2013) n.9, p.15. Comenta una frase de Romano Guardini sobre la Iglesia: “su corazón es Cristo … la Iglesia se despierta en las almas”.

7 J. RATZINGER, Predicadores de la Palabra y servidores de vuestra alegría. Teología y Espiritualidad del Sacramento del Orden, Bac, Madrid 2014) vol. XII de Opera Omnia, p.19. Él mismo explica el significado paulino de “servidores de vuestra alegría”: “Anunciar la alegría: por eso a los servidores del Evangelio los llama Pablo, «servidores de vuestra alegría» (2Cor 1,24)” (ibidem, p.457).

Page 5: compartirencristo.files.wordpress.com  · Web viewNada hay verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazón” (Gaudium et Spes, ... Resumo el tema de la espiritualidad

5

vivir con coherencia su realidad “sacramental”, recibida en la imposición de manos del sacramento del Orden, para servir sin condicionamientos.

Es el gozo de participar de modo especial en la misma consagración sacerdotal de Cristo, para poder prolongar su misma misión, en su nombre o “en su persona”. Es la “consagración y misión” de “servir a Cristo Maestro, Sacerdote y Rey” (PO 1-2). Ésta es la “unción” que llena del gozo: “Por la unción del Espíritu Santo, quedan marcados con un carácter especial que los configura con Cristo Sacerdotes, de tal forma que pueden obrar en nombre de Cristo Cabeza” (PO 2).

Su “segregación” es auténtica cuando se concretiza en mayor inserción, puesto que tiene como objetivo “que se consagren totalmente a la obra para la que el Señor los llama” (PO 3). Los “ministerios” se concretan en anunciar a Cristo muerte y resucitado (el misterio pascual), hacerle presente y comunicarle a los demás. Por esto, “la Eucaristía aparece como fuente y cima de toda evangelización” (PO 5). Es, pues, un “servicio” profético, litúrgico y diaconal, al cual “se ven impulsados por la caridad del Buen Pastor a entregar su vida por sus ovejas, preparados también para el sacrificio supremo” (PO 13).

Su gozo es la vivencia de su propia identidad, como expresión del amor de Cristo, ya que la “santidad”, como “perfección de la caridad” (LG 40), la viven como “caridad pastoral”, “ejerciendo su triple función sincera e infatigablemente en el Espíritu de Cristo” (PO 13). Es el gozo que nace de la armonía entre el encuentro con Cristo y el anuncio de Cristo, entre contemplación y misión; es la “unidad de vida” (PO 14), que se traduce en “comunión” y amor de Iglesia.

Éste es, pues, el “verdadero gozo pascual” (PO 11), como herencia del mismo Cristo que les ha comunicado su misma unción, para vivirla como misión totalizante e incondicional, sin fronteras, “misión amplísima y universal de salvación” (PO 10). Los desánimos y las dudas se originarían si la misión quedara condicionada a los propios intereses, es decir, si no se viviera en la “comunión” eclesial (obediencia) (PO 15), en la castidad como “signo y estímulo de la caridad pastoral” (PO 16) y en la “libertad” de la pobreza evangélica (PO 17). La unción que han recibido, fuente del gozo, les lleva a ser “guiados por el Espíritu del Señor, que ungió al Salvador y lo envió a evangelizar a los pobres” (PO 17).

Por ser “sacramental”, esta unción, fuente de gozo, está íntimamente relacionada con la realidad “sacramental” de la familia sacerdotal o “Presbiterio”, del cual se forma parte como “fraternidad sacramental” (PO 8).

Page 6: compartirencristo.files.wordpress.com  · Web viewNada hay verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazón” (Gaudium et Spes, ... Resumo el tema de la espiritualidad

6

No sería viable el “gozo pascual” (PO 11), si no fuera vivido en la “comunión” del propio Presbiterio de la Iglesia particular (cfr. LG 28), con la ayuda de los medios personales y comunitarios (cfr. PO 8 y 18).8

La característica “pascual” de este gozo de la unción y misión, no se capta propiamente a partir de una elucubración teórica, sino en sintonía con el mismo gozo de Cristo. El gozo de conocer y amar a Cristo está insertado en la identidad vocacional, a partir del encuentro con él, concretizado en adhesión (relación personal), en seguimiento evangélico, en comunión fraterna y en misión incondicional (cfr. Mc 3,13-14).

El ejercicio de los ministerios refleja y actualiza la “búsqueda” del pastor que ha perdido “su” oveja, así como la búsqueda por parte de la esposa que ha perdido las arras de la boda (la dracma) o el ansia de la espera del padre que ha perdido a “su” hijo querido. El resultado final de esta búsqueda o espera dolorosa es la “alegría” de la fiesta, que se quiere celebrar y compartir con todos (cfr. Lc 15). El “paso” del dolor al gozo, es la “pascua”, es la “kenosis” (despojo, humillación, muerte) que se convierte en “exaltación” (resurrección) (cfr. Fil 2,5-11).

No habría “verdadero gozo pascual” sin tener “los mismos sentimientos de Cristo” (Fil 2,5). En sintonía con estos sentimientos “pascuales” de Cristo, el sacerdote ministro se abre al horizonte misionero del mismo Cristo: “Venid a mí todos los que estáis agobiados y yo os aliviaré” (Mt 11,28). De hecho es el gozo que ya empezaron a experimentar los discípulos en su primer ensayo misionero, cuando “regresaron con alegría” (Lc 10,17). Y es el mismo Cristo que inserta en su propio gozo el gozo de sus discípulos para hacerlo duradero: “En aquel momento, se llenó de gozo Jesús en el Espíritu Santo, y dijo: «Te bendigo, Padre … Sí, Padre, pues tal ha sido tu beneplácito»” (Lc 10,21).9

8 Los contenidos del decreto conciliar Presbyterorum Ordinis son muy armónicos y dejan la sensación de una identidad sacerdotal que se presenta como “unidad de vida”, derivada de la vivencia de lo que uno es (consagración) y hace (misión), como fuente de gozo, “imitando en el cumplimiento de su ministerio el ejemplo de Cristo Señor, cuyo alimento era cumplir la voluntad de Aquel que lo envió a completar su obra” (PO 14). Texto: AAS 58 (1966) 991-1024.

9 Así lo comenta Papa Francisco: “La alegría del Evangelio que llena la vida de la comunidad de los discípulos es una alegría misionera. La experimentan los setenta y dos discípulos, que regresan de la misión llenos de gozo (cfr. Lc 10,17). La vive Jesús, que se estremece de gozo en el Espíritu Santo y alaba al Padre porque su revelación alcanza a los pobres y pequeñitos (cfr. Lc 10,21)” (Evangelii Gaudium, n.21)

Page 7: compartirencristo.files.wordpress.com  · Web viewNada hay verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazón” (Gaudium et Spes, ... Resumo el tema de la espiritualidad

7

El “gozo pascual” del sacerdote es un don de Dios, es don del Espíritu de amor. Es el gozo prometido y pedido por Jesús. En esta promesa del gozo, Jesús acentúa que es su mismo gozo y que llena todas las aspiraciones. Por esto lo condiciona a la respuesta a su amor: “Permaneced en mi amor… Os he dicho esto para que mi gozo esté en vosotros y vuestro gozo sea colmado” (Jn 15,9.11). Es el mismo gozo que pide al Padre por quienes son su “gloria” (Jn 17,10) y su “expresión” (signo sacramental): “Que tengan en sí mismos mi gozo colmado” (Jn 17,13).

No se trata de utopías, sino de realidades concretas, que no escapan de las circunstancias de tiempo y de lugar. La realidad humana histórica ha sido, es y será siempre de dificultades que hay que superar. Jesús anuncia estas dificultades, precisamente para indicar que se comparte su misma suerte como entre amigos (cfr. Jn 15,19), “por causa de mi nombre” (Jn 15,21). Jesús, pues, no oculta las dificultades, sino que indica un objetivo final que es de gozo, porque está dentro de un designio de amor: “vuestra tristeza se convertirá en gozo” (Jn 16,20).

En esta promesa y realismo encontramos el sentido “pascual”, que es, a la vez, sentido “materno” de una Iglesia que, por ser esposa, comparte la suerte del esposo. Es la fecundidad materna que refleja la fecundidad de María, la Madre de Jesús figura de la Iglesia. Es el gozo “materno” de sufrir amando. Al describir los dolores de parto de una madre, Jesús hace resaltar su “gozo” por encima del sufrimiento anterior: “por el gozo de que ha nacido un hombre en el mundo” (Jn 16,21).

Cuando San Pablo se compara a una madre que sufre con “dolores de parto”, indica también el objetivo de “ver formado a Cristo en vosotros” (Gal 4,19). La afirmación está en el contexto de “la mujer” (María) de la cual nace el “Hijo” enviado por Dios en “la plenitud de los tiempos”, a fin de que nosotros participáramos de la misma filiación por obra del Espíritu Santo (Gal 2,4-7). En el mismo capítulo indica la maternidad de la Iglesia (cfr. Gal 4,26).10

10 Así lo comenta Juan Pablo II en la encíclica Redemptoris Mater (25 marzo 1987): "Esta característica materna de la Iglesia ha sido expresada de modo particularmente vigoroso por el Apóstol de las gentes, cuando escribía: Hijos míos, por quienes sufro dolores de parto, hasta ver a Cristo formado en vosotros (Gal 4,19). En estas palabras de san Pablo está contenido un indicio interesante de la conciencia materna de la Iglesia primitiva, unida al servicio apostólico entre los hombres. Esta conciencia permitía y permite constantemente a la Iglesia ver el misterio de su vida y de su misión a ejemplo de la misma Madre del Hijo, que es el primogénito entre muchos hermanos (Rom 8,29)" (n.43). Texto: AAS 79 (1987) 361-433; «Insegnamenti» X/1, pp.678-744 (it. 744-803) Texto español: Lib. Edit. Vaticana 1987.

Page 8: compartirencristo.files.wordpress.com  · Web viewNada hay verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazón” (Gaudium et Spes, ... Resumo el tema de la espiritualidad

8

Es el itinerario “pascual” de descubrir que, en la aparente (y dolorosa) “ausencia” de Cristo crucificado, hay una “presencia” más honda de resucitado: “También vosotros estáis tristes ahora, pero volveré a veros y se alegrará vuestro corazón”. Por esto, el gozo de transformar el dolor en donación es fecundo e imperecedero: “Vuestra alegría nadie os la podrá quitar” (Jn 16,22).

Transformar el dolor en gozo, sólo es posible apoyados en la presencia de Cristo resucitado: “Os he dicho estas cosas para que tengáis paz en mí. En el mundo tendréis tribulación. Pero ¡ánimo!: yo he vencido al mundo” (Jn 16,33). Esta actitud cristiana y ministerial es un don del Espíritu Santo, que hay que pedir para sí, para todos los demás y también con la ayuda de los demás: “Pedid y recibiréis para que vuestro gozo sea colmado” (Jn 16,24).

Los comienzos de la evangelización, después de Pentecostés, no tendrían explicación humana, si no fuera a partir de una experiencia profunda de fe gozosa en Cristo Resucitado presente. El “gozo pascual”, experimentado en el inicio de la persecución, será una nota característica de la historia de la Iglesia de todos los tiempos, a modo de testimonio de las bienaventuranzas; es el gozo de sufrir amando: “Ellos marcharon de la presencia del Sanedrín contentos por haber sido considerados dignos de sufrir ultrajes por el Nombre” (Hech 5,41).11

El servicio de los Apóstoles en todos sus aspectos (proféticos, litúrgicos, diaconales o de caridad) se pueden resumir en la expresión paulina: “colaboramos como servidores de vuestra alegría” (2Cor 1, 24). Efectivamente, se trata de servir colaborando en la salvación. Si Cristo resucitado es “nuestra esperanza” (1Tim 1,1), el anuncio y celebración de este misterio pascual colabora a que los cristianos vivan siempre “alegres en la esperanza” (Rom 12,12). Entonces se explica el “gozo pascual” del apóstol, que no encuentra paralelo al margen de la fe: “Sobreabundo de gozo en todas mis tribulaciones” (2Cor 7,4). Es que el apóstol sabe que con esta actitud de reaccionar amando en el sufrimiento, puede “completar” en su propia realidad “lo que falta a las tribulaciones de Cristo, en favor de su Cuerpo, que es la Iglesia” (Col 1,24). Con Cristo resucitado presente, nunca nos pueden robar la esperanza.

En el discurso de Pablo a los presbíteros de Efeso, en Mileto, ya camino de su encarcelamiento y martirio, nos indica el secreto del gozo del apóstol,

11 El acontecimiento de Pentecostés, fuente de gozo pascual, está en relación con la presencia orante de la Madre de Jesús en el Cenáculo (Hech 1,14).

Page 9: compartirencristo.files.wordpress.com  · Web viewNada hay verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazón” (Gaudium et Spes, ... Resumo el tema de la espiritualidad

9

que vive en sintonía con el mismo estilo de vida de Cristo Buen Pastor: “No he ambicionado plata ni oro” (Hech 20,33). Con esta disponibilidad, resulta auténtica su invitación a “tener presentes las palabras de Señor Jesús, que dijo: hay más alegría en dar que en recibir” (Hech 20,35).

Durante la vida del Señor, cuando aparece la figura de Juan Bautista, su Precursor, se describe (en palabras del mismo Juan) el sentido “esponsal” del ministerio, tanto en los éxitos como en los fracasos. El apóstol vive con “plenitud” el gozo pascual, también en los sufrimientos, porque él es “el amigo del Esposo”. Para ser reflejo de Cristo, hay que descentrarse de sí mismo: “El que tiene a la esposa es el esposo; pero el amigo del esposo, el que asiste y le oye, se alegra mucho con la voz del esposo. Ésta es, pues, mi alegría, que ha alcanzado su plenitud” (Jn 3,29).12

En esta base evangélica, que acabamos de resumir, se fundamenta el “verdadero gozo pascual” (PO 11), que es vivencia esperanzada de la propia identidad sacerdotal, descrita en el Decreto conciliar Presbytetorum Ordinis. El magisterio posterior al concilio, especialmente Pastores dabo vobis (PDV) y las homilías del Papa Francisco durante la Misa Crismal, amplían y concretan la descripción del gozo de ser sacerdote ministro.

Seguir a Cristo, al estilo de los Apóstoles, es fuente de gozo, es “el valor gozoso del seguimiento de Jesús” (PDV 10). Por ser la “identidad” sacerdotal “continuación de la vida y de la acción del mismo Cristo”, se convierte en “la fuente de nuestra alegría, la certeza de nuestra vida” (PDV 18). Es la convicción o “conciencia agradecida y gozosa de una gracia singular recibida de Jesucristo” (PDV 25). En el campo de la pastoral vocacional (como se constata en la historia de la Iglesia, ha sido y sigue siendo determinante “un testimonio concreto y gozoso, capaz de suscitar interrogantes y conducir a decisiones incluso definitivas” (PDV 39).13

Las dificultades que surgen en la vida y ministerio sacerdotal, precisamente por tratarse de “su entrega incondicional a la grey de Dios”, se convierten en

12 El desánimo y depresión se originan ordinariamente cuando uno está centrado en sí mimo, con una falsa autoestima, olvidando que el verdadero amor a sí mismo consiste en construirse en la verdad de la donación.

13 Ver algunos comentarios a la exhortación apostólica postsinodal Pastores dabo vobis (25 marzo 1992) en colaboración: Commentaria in Adh. Apost. “Pastores dabo vobis”, «Seminarium» 32 (1992) n. 4; 33 (1993) n. 3; Os daré pastores según mi corazón, Edicep, Valencia 1992; Vi darò pastori secondo il mio cuore, Esortazione Apostolica "Pastores dabo vobis", Testo e commenti, Lib. Edit. Vaticana 1992. AAS 84 (1992) 657-804.

Page 10: compartirencristo.files.wordpress.com  · Web viewNada hay verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazón” (Gaudium et Spes, ... Resumo el tema de la espiritualidad

10

“un testimonio sellado con la opción por la cruz, acogida en la esperanza y en el gozo pascual” y “son el factor primero y más persuasivo de fecundidad vocacional” (PDV 41) . La castidad evangélica se comprende en esta perspectiva de “disponibilidad plena y gozosa del corazón para el ministerio pastoral” (PDV 51). Todo esto supone descentrarse de sí mismo, para llegar a “ser conscientes de que no son «dueños de la fe», sino «colaboradores del gozo» de todos los fieles (cfr. 2Cor 1, 24)” (PDV 78).

Solamente con esta perspectiva “esponsal”, de ser signo del amor Cristo Esposo ante la Iglesia esposa (cfr. PDV 22), se llega a la “perfecta alegría” de beber su misma “copa” de bodas y “completarle” en su pasión (cfr. Mc 10,38; Lc 22,20; Jn 18,11; Col 1,24).

La alegría o gozo pascual del sacerdote ministro es el mismo gozo de todo apóstol, que emana del encuentro y seguimiento de Cristo para participar en la fecundidad de la misión. Sería un contrasentido la actitud de desaliento y de tristeza. El Papa Francisco, en este contexto cita la exhortación apostólica de Pablo VI: “Recobremos y acrecentemos el fervor, «la dulce y confortadora alegría de evangelizar, incluso cuando hay que sembrar entre lágrimas … Y ojalá el mundo actual –que busca a veces con angustia, a veces con esperanza– pueda así recibir la Buena Nueva, no a través de evangelizadores tristes y desalentados, impacientes o ansiosos, sino a través de ministros del Evangelio, cuya vida irradia el fervor de quienes han recibido, ante todo en sí mismos, la alegría de Cristo»” (Evangelii Nuntiandi 80, citado por Evangelii Gaudium 10).14

El concilio Vaticano II recuerda a los sacerdotes la presencia de Cristo resucitado que les acompaña: “Nunca están solos en su trabajo” (PO 22). Es el cumplimiento de la promesa misionera de Cristo, “estaré con vosotros” (Mt 28,20), que se actualiza en todo momento de dificultad por parte de los apóstoles: “estoy contigo” (Hech 18,10); “soy yo” (Jn 6,20). Así lo explicaba Juan Pablo II en su encíclica misionera Redemptoris Missio (7 diciembre 1990): “Precisamente porque es « enviado », el misionero experimenta la presencia consoladora de Cristo, que lo acompaña en todo momento de su vida. « No tengas miedo […] porque yo estoy contigo » (Hech 18, 9-10). Cristo lo espera en el corazón de cada hombre” (n.88).

14 Benedicto XVI dedicó al tema de la alegría el Mensaje para la Jornada Mundial de la Juventud (15 marzo 2012): «L’Osservatore Romano», esp. (2012) pp.19-20. Tiene como título “«¡Alegraos siempre en el Señor!» (Fil 4,4) . Va describiendo cómo “nuestro corazón está hecho para la alegría”, cuya fuente está en Dios. Es “la alegría del amor”, que es también “la alegría de la conversión”, “la alegría de las pruebas”, que hace de los apóstoles “testigos de la alegría”.

Page 11: compartirencristo.files.wordpress.com  · Web viewNada hay verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazón” (Gaudium et Spes, ... Resumo el tema de la espiritualidad

11

Los sacerdotes santos de toda la historia eclesial invitaban a experimentar este gozo apostólico, a partir de oración de intimidad con Cristo: “Por esto quien quisiere negociar con Él, vaya, que allí lo hallará solo, y el negocio que Él más quiere es que vais a regocijaros con Él; id, que allí lo hallaréis solo" (San Juan de Ávila, Sermón 11). “Jesús está allí, en el santo tabernáculo: abrámosle nuestro corazón, alegrémonos de su santa presencia. Es ésta la oración mejor" (Cura de Ars).15

Los apóstoles que viven el “gozo pascual” son los garantes de esta afirmación clave del concilio Vaticano II, que resume la identidad cristiana en dimensión eclesial: “Los gozos y las esperanzas… de los hombres de hoy… son los gozos y las esperanzas de los discípulos de Cristo. Nada hay verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazón” (Gaudium et Spes, n.1)

En la homilía de la Misa Crismal del Jueves Santo de 2014, el Papa Francisco hace una explicación de la consagración sacerdotal como unción del Espíritu Santo, traducida en “alegría” y “gozo”: “El Señor nos ha ungido en Cristo con óleo de alegría y esta unción nos invita a recibir y hacernos cargo de este gran regalo: la alegría, el gozo sacerdotal. La alegría del sacerdote es un bien precioso no sólo para él sino también para todo el pueblo fiel de Dios: ese pueblo fiel del cual es llamado el sacerdote para ser ungido y al que es enviado para ungir. Ungidos con óleo de alegría para ungir con óleo de alegría. La alegría sacerdotal tiene su fuente en el Amor del Padre, y el Señor desea que la alegría de este Amor «esté en nosotros» y «sea plena» (Jn 15,11)”.16

El “verdadero gozo pascual” (PO 11) emana de la fidelidad a la vocación, como encuentro de amistad con Cristo presente en medio de los hermanos. Es el gozo que capacita para el seguimiento evangélico y para la disponibilidad misionera. Esta realidad contemplativa, comunitaria y

15 B. NODET, Jean Marie Vianney, Curé d'Ars, sa pensée, con coeur, Mappus, Paris 1958, p.85.

16 Santa Misa Crismal, Homilía del Santo Padre Francisco (Jueves Santo, 17 abril 2014), documento ya citado en nota 4. Explica a continuación “tres rasgos” de “nuestra alegría sacerdotal”: “Es una alegría que nos unge (no que nos unta y nos vuelve untuosos, suntuosos y presuntuosos), es una alegría incorruptible y es una alegría misionera que irradia y atrae a todos, comenzando al revés: por los más lejanos … Alegría custodiada por el rebaño y custodiada también por tres hermanas que la rodean, la cuidan, la defienden: la hermana pobreza, la hermana fidelidad y la hermana obediencia”. Aprovechamos otras afirmaciones de esta homilía en los apartados siguientes.

Page 12: compartirencristo.files.wordpress.com  · Web viewNada hay verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazón” (Gaudium et Spes, ... Resumo el tema de la espiritualidad

12

misionera, constituye la espiritualidad específica del sacerdote, como expresión de la “caridad” del Buen Pastor.

En las experiencias de vida fraterna se busca principalmente la ayuda y colaboración para vivir la vocación sacerdotal con generosidad. Entonces se experimenta el “verdadero gozo pascual”, vivido en la fe de saberse amados por Cristo, de dejarse sorprender por su amistad, de compartir (con él y con los hermanos) su misma vida evangélica y su misma misión.

En esta experiencia de comunión fraterna está María, “la Madre de Jesús” (Hech 1,14). La oración “unánime” con ella será garantía de “un solo corazón y una sola alma” (Hech 4,32); esta Iglesia “pascual” y “mariana” sostiene en los apóstoles el “gozo” de sufrir por Cristo (Hech 5,41). Es el tema del apartado siguiente.

II. LA MADRE DE JESÚS Y LA IDENTIDAD SACERDOTAL

La identidad o razón de ser del sacerdote ministro está íntimamente relacionada con María, “Madre del Sumo y Eterno Sacerdote, Reina de los Apóstoles y auxilio de su ministerio” (PO 18).

El “ser” del sacerdote ministro consiste en participar de la misma consagración o unción sacerdotal de Cristo, que tuvo lugar en el seno de María, por obra del Espíritu Santo. La “misión” del sacerdote es participación en la misma misión de Cristo, a la que estuvo asociada su Madre, especialmente en el momento cumbre de su oblación, “de pie junto a la cruz” (Jn 19,25). La “vivencia” de esta realidad de “ser” y de “misión” tiene matices de filiación respecto a María, Madre de Cristo Sacerdote.

El “gozo pascual” del sacerdote, como hemos resumido en el primer apartado, es parte integrante de su identidad, especialmente como vivencia de lo que es y de lo que hace. Es el gozo de participar en el “ser” (consagración) y prolongar la misma misión de Cristo, que se formó en el seno de su Madre y que la quiso asociar a su obra redentora como figura de la Iglesia, también virgen y madre como María. El sacerdote ministro anuncia, celebra y comunica a Cristo nacido de María y que asocia a María como instrumento materno de su obra salvífica en bien de toda la humanidad.

El saludo del ángel a María (“Alégrate”: Lc 1,28) se prolongó, por medio de ella, cuando llevaba a Jesús, Sacerdote, en su seno: “Mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador" (Lc 1,47). Es el mismo gozo que el Espíritu Santo, por medio del saludo de María, había comunicado al Precursor, Juan

Page 13: compartirencristo.files.wordpress.com  · Web viewNada hay verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazón” (Gaudium et Spes, ... Resumo el tema de la espiritualidad

13

Batista, todavía en el seno de su madre Isabel: “Apenas llegó a mis oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el niño en mi seno” (Lc 1,33; cfr. 1,15).

Estas realidades de gracia, en el inicio del sacerdocio de Cristo y de la vida de su Precursor, son indicadoras de una realidad sacerdotal comunicada a toda la Iglesia y, de modo especial, a quienes participan del sacerdocio de Cristo por medio del sacramento del Orden, para obrar en su nombre. La participación en la sucesión apostólica, por medio del sacramento del Orden, es una realidad eminentemente mariana.

Las palabras y los “gestos silenciosos” de María (Deus Caritas est, n.41) fueron siempre de quien “meditaba en su corazón” (Lc 2,19.51) los hechos y las palabras de Jesús para hacer la voluntad de Dios. El Señor la quiso cercana y, al mismo tiempo, sencilla e inmersa en la vida ordinaria de Nazaret, como figura de una Iglesia en la que él se haría presente como Sacerdote y Buen Pastor.

Si la encarnación del Verbo en el seno de María (que es el momento de la consagración sacerdotal de Cristo) está marcada con el saludo gozoso del ángel, también el “sí” de María y su disponibilidad para servir como Cristo, estaban marcados por el gozo del Espíritu Santo que la había hecho virgen y madre. El cántico “gozoso” del “Magníficat” es como “un retrato de su alma … al estar íntimamente penetrada por la Palabra de Dios, puede convertirse en madre de la Palabra encarnada” (Deus Caritas est, n.41). En esta actitud gozosa, contemplativa y misionera de María, se inserta la figura profética del precursor, el Bautista, y de todo apóstol en la Iglesia.

La alegría expresada en el Magníficat y en todo el tiempo de la visitación en la casa donde nacería el Bautista, es todo un programa de vida apostólica: “Cuando llena de santa alegría fuiste aprisa por los montes de Judea para visitar a tu pariente Isabel, te convertiste en la imagen de la futura Iglesia que, en su seno, lleva la esperanza del mundo por los montes de la historia. Pero junto con la alegría que, en tu Magníficat, con las palabras y el canto, has difundido en los siglos, conocías también las afirmaciones oscuras de los profetas sobre el sufrimiento del siervo de Dios en este mundo” (Spe Salvi, n.50)

Desde el inicio de la existencia de Jesús en cuanto hombre, todavía en el seno de María, se vislumbra la realidad de una Iglesia evangelizadora que se siente identificada con la Madre de Jesús: “Es la mujer orante y trabajadora en Nazaret, y también es nuestra Señora de la prontitud, la que sale de su pueblo para auxiliar a los demás «sin demora» (Lc 1,39). Esta dinámica de justicia y ternura, de contemplar y caminar hacia los demás, es

Page 14: compartirencristo.files.wordpress.com  · Web viewNada hay verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazón” (Gaudium et Spes, ... Resumo el tema de la espiritualidad

14

lo que hace de ella un modelo eclesial para la evangelización” (Evangelii Gaudium, n.288).

En la homilía de la Misa Crismal del Jueves Santo de 2014, el Papa Francisco aplica esta realidad mariana de la visitación y del Magníficat al sacerdote ministro, en relación con la alegría salvífica. Por ser salvífica, esta alegría es un don para los “pequeños” que quieran vivir la “pequeñez” de la Madre del Señor:

“Me gusta pensar la alegría contemplando a Nuestra Señora: María, la «madre del Evangelio viviente, es manantial de alegría para los pequeños» (cita Evangelii gaudium, n.288 ), y creo que no exageramos si decimos que el sacerdote es una persona muy pequeña: la inconmensurable grandeza del don que nos es dado para el ministerio nos relega entre los más pequeños de los hombres. El sacerdote es el más pobre de los hombres si Jesús no lo enriquece con su pobreza, el más inútil siervo si Jesús no lo llama amigo, el más necio de los hombres si Jesús no lo instruye pacientemente como a Pedro, el más indefenso de los cristianos si el Buen Pastor no lo fortalece en medio del rebaño. Nadie más pequeño que un sacerdote dejado a sus propias fuerzas … Y desde esa pequeñez asumimos nuestra alegría. ¡Alegría en nuestra pequeñez!”17

Es motivo y fuente de gozo pascual para el sacerdote ministro, el hecho de poder constatar que el “kerigma”, es decir, el anuncio del Misterio de Cristo muerto y resucitado, es profundamente mariano. Se anuncia a Cristo verdadero hombre (“nacido de la mujer”), verdadero Dios (concebido por obra del Espíritu Santo en el seno de María Virgen), único Salvador (“Jesús”, que salva al hombre haciendo posible su “sí” de colaboración libre y generosa).

Pablo, escribiendo a los cristianos de Galacia, resume el “kerigma” con una afirmación que parece ser el primer texto mariano escrito del Nuevo Testamento: se hace referencia a María, “la mujer” de la que nace el Hijo de Dios en “la plenitud de los tiempos” (Gal 4,4). Esta realidad mariana es figura de la maternidad ministerial del apóstol (cfr. Gal 4,19) en el contexto de la maternidad de la Iglesia (cfr. Gal 4,26). En esa maternidad pluriforme (mariana, apostólica, eclesial) actúa siempre la acción del Espíritu Santo

17 Santa Misa Crismal, Homilía del Santo Padre Francisco (Jueves Santo, 17 abril 2014),documento ya citado en notas anteriores.

Page 15: compartirencristo.files.wordpress.com  · Web viewNada hay verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazón” (Gaudium et Spes, ... Resumo el tema de la espiritualidad

15

que nos hace partícipes de la filiación divina del Hijo de Dios (cfr. Gal 4,5-7).18

Cuando se anuncia el misterio pascual de Cristo, muerto y resucitado, la Iglesia se expresa como “signo” o “sacramento universal de salvación” (LG 48), a imitación de “la gran señal, la mujer vestida de sol” (Apoc 12,1).19

Al recibirla como Madre, el cristiano (cada uno según la gracia y vocación recibida) la recibe tal como el Señor la ha hecho: Virgen (por obra del Espíritu y como signo de la divinidad de Jesús), madre (como expresión de la realidad humana de Jesús), “la mujer” del “sí” (porque Jesús salva queriendo nuestra colaboración libre).20

Si el sacerdote ministro se santifica “ejerciendo su triple función sincera e infatigablemente en el Espíritu de Cristo” (PO 13), este proceso de santificación pone de relieve la identidad gozosa del sacerdote, porque anuncia, celebra y comunica a quien es Dios (concebido de María Virgen), hombre (nacido de María Madre), Salvador (que nos da a su Madre como modelo y ayuda para decir nuestro “sí”). La presencia de Cristo Resucitado es garante de una presencia activa y materna en el ministerio y vida sacerdotal.

Este anuncio, celebración y comunicación del Misterio de Cristo es de gozo salvífico que contagia y salva al ministro y a toda la comunidad eclesial. No se anuncia una teoría ni una simple reflexión, sino al mismo Cristo en persona, quien es la razón de ser de la propia existencia y de la propia

18 Hemos ciado más arriba, en la nota 10, el comentario de la encíclica mariana de Juan Pablo II (Redemptoris Mater n.43), al texto paulino de la carta a los Gálatas.

19 Resumo el tema en: Espiritualidad mariana, María en el corazón de la Iglesia, Edicep, Valencia 2009, cap. III, 2 (María, parte integrante del “kerigma” o primer anuncio del evangelio). También en : María en el "kerigma" o primera evangelización misionera, «Marianum» 42 (1980) 470-488. Cfr. E. DE LA LAMA, La Madre de Jesús en el kerigma de Pablo. Para el estudio del perfil mariano de la espiritualidad sacerdotal: «Scripta de Maria» 3 (2006) 89-130.

20 El Papa Benedicto XVI relaciona la acción del Espíritu Santo en el seno de María, con la consagración sacerdotal: “Esposa del Espíritu Santo, alcánzanos el don inestimable de la transformación en Cristo. Por la misma potencia del Espíritu que, extendiendo su sombra sobre Ti, te hizo Madre del Salvador, ayúdanos para que Cristo, tu Hijo, nazca también en nosotros. Y, de este modo, la Iglesia pueda ser renovada por santos sacerdotes, transfigurados por la gracia de Aquel que hace nuevas todas las cosas” (Benedicto XVI, Acto de consagración de los sacerdotes al Corazón Inmaculado de María, Fátima, 12 mayo 2010). Texto: «L’Osservatore Romano», esp. (2010) n.20, p.15.

Page 16: compartirencristo.files.wordpress.com  · Web viewNada hay verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazón” (Gaudium et Spes, ... Resumo el tema de la espiritualidad

16

vocación específica : “Os anuncio una gran alegría, que lo será para todo el pueblo: os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un salvador, que es el Cristo Señor” (Lc 2,10-11). Esta realidad gozosa y salvífica fue “guardada” y “meditada” en el corazón de la Madre de Jesús (cfr. Lc 2,19). Ella continúa guardando en su corazón y viviendo el encargo materno recibido del Señor: “He aquí a tu hijo” (Jn 19,26). El Señor nos la dio como Madre, tal como es.

El gozo de la celebración del Misterio de Cristo no se basa principalmente en la armonía y belleza de unos ritos (que tienen valor permanente), sino que consiste en la presencialización y actualización del misterio redentor de Cristo, al que estaba y sigue estando asociada su Madre. Ella “ofreció” al niño en el templo (cfr. Lc 2,22) y fue invitada a aceptar los nuevos planes del Padre (cfr. Lc 4,49) y a dejarse sorprender por “la hora” (Jn 2,4), que se cumpliría especialmente al pie de la cruz (cfr. Jn 13,1; 19,25).

Su asociación al Redentor tiene matices sacerdotales, puesto que ofrece con amor la víctima, como Madre de Cristo Sacerdote: “Así también la Bienaventurada Virgen avanzó en la peregrinación de la fe y mantuvo fielmente la unión con su Hijo hasta la Cruz, en donde, no sin designio divino, se mantuvo de pie (cfr. Jn. 19, 25), se condolió vehementemente con su Unigénito y se asoció con corazón maternal a su sacrificio, consintiendo con amor en la inmolación de la víctima engendrada por Ella misma, y, por fin, fue dada como Madre al discípulo por el mismo Cristo Jesús, moribundo en la Cruz con estas palabras: «Mujer, he ahí a tu hijo! » (Jn., 19,26-27)” (LG 58).

La maternidad de María, “en el orden de la gracia” (LG 61), “perdura sin cesar” (LG 62) y está en estrecha relación con los ministerios eclesiales: “Cooperó en forma del todo singular, por la obediencia, la fe, la esperanza y la encendida caridad en la restauración de la vida sobrenatural de las almas. por tal motivo es nuestra Madre en el orden de la gracia” (LG 61). Los ministerios son un servicio de maternidad eclesial a ejemplo de María: “La Iglesia, contemplando su arcana santidad e imitando su caridad, y cumpliendo fielmente la voluntad del Padre, también ella es hecha Madre por la palabra de Dios fielmente recibida: en efecto, por la predicación y el bautismo engendra para la vida nueva e inmortal a los hijos concebidos por el Espíritu Santo y nacidos de Dios” (LG 64).

El tema de la maternidad de María en relación con la maternidad (ministerial) de la Iglesia, se encuentra en los Padres y autores antiguos:

“Aquellos inicios que él asumió en el seno de la Virgen, los transfirió después a las fuentes bautismales. Dio al agua lo que había dado a la

Page 17: compartirencristo.files.wordpress.com  · Web viewNada hay verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazón” (Gaudium et Spes, ... Resumo el tema de la espiritualidad

17

madre. Aquello que la potencia del Altísimo realizó en María cuando la cubrió con el Espíritu Santo, para que de ella naciera el Salvador, aquello mismo lo realiza en las aguas a fin de que el creyente se regenere”.21

“Por obra del Espíritu Santo nació él de una Virgen, y por obra del mismo Espíritu Santo fecunda también su Iglesia pura, a fin de que, a través del bautismo, dé a luz a una multitud innumerable de hijos de Dios, de quienes está escrito: Éstos no han nacido de sangre, ni de amor carnal, ni de amor humano, sino de Dios”.22

En la exhortación apostólica Marialis cultus (2 febrero 1974), Pablo VI comenta la maternidad de María en relación con la maternidad de la Iglesia, aportando algunos testimonios armonizados entre sí:

“Todos los fieles porque son hijos de la Virgen, «a cuya generación y educación ella colabora con materno amor» (LG 63), e hijos también de la Iglesia, ya que «nacemos de su parto, nos alimentamos con leche suya y somos vivificados por su Espíritu» (S. Cipriano), y porque ambas concurren a engendrar el Cuerpo místico de Cristo: «Una y otra son Madre de Cristo; pero ninguna de ellas engendra todo (el cuerpo) sin la otra» (Isaac De Stella)”.23

El acento recae en el bautismo, por el que nos hacemos partícipes de la filiación divina adoptiva, gracias el mismo Espíritu Santo por el que fue concebido Jesús en el seno de María:

“Nosotros renacemos de la fuente bautismal como hijos de Dios y cuerpo suyo en virtud de aquel mismo Espíritu del que nació el Hijo del hombre, como cabeza nuestra, del seno de la Virgen”.24

La maternidad espiritual de María, que es realidad de gracia, se refiere a todos los miembros de Cristo Cabeza, puesto que es “verdaderamente madre de los miembros de Cristo por haber cooperado con su amor a que

21 S. LEÓN MAGNO, Sermón 25,5; PL 54, 209.

22 Idem, Sermón 12 sobre la pasión del Señor, 3ss; PL 54, 355ss.

23 Exhort. Apost. Marialis cultus, n.29. La cita de San Cipriano: De catholicae Ecclesiae unitate, 5: CSEL 3, p. 214. La cita de Isaac de Stella: Sermo 51, In Assumptione B. Mariae: PL 194, 1863. Texto: AAS 66 (1974) 113-168.

24 ISAAC DE STELLA, Sermón 42: PL 194, 1831-1832.

Page 18: compartirencristo.files.wordpress.com  · Web viewNada hay verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazón” (Gaudium et Spes, ... Resumo el tema de la espiritualidad

18

naciesen en la Iglesia los fieles, que son miembros de aquella cabeza, por lo que también es saludada como miembro sobreeminente y del todo singular de la Iglesia, su prototipo y modelo destacadísimo en la fe y caridad y a quien la Iglesia católica, enseñada por el Espíritu Santo, honra con filial afecto de piedad como a Madre amantísima” (LG 53).

María es, pues, Madre de todo el pueblo de Dios como “Pueblo sacerdotal” (LG 10), siendo ella misma también miembro. Es “Madre de la Iglesia” por ser “Madre de los pastores y de los fieles” (Pablo VI, 21 noviembre 1964). Es “Madre en la Iglesia y a través de la Iglesia" (RMa 24). "Con su nueva maternidad en el Espíritu, acoge a todos y a cada uno por medio de la Iglesia" (RMa 37).

En esta perspectiva puede analizarse mejor la afirmación de que María, siendo Madre de todos los redimidos, lo es de modo especial de los sacerdotes ministros. En efecto, María es Madre de Cristo Sacerdote, Madre de la Iglesia Pueblo sacerdotal y Madre del sacerdote ministro. Las gracias y vocaciones peculiares indican una peculiaridad (no superioridad) de cada uno en relación con María. En este sentido, la maternidad espiritual de María, que se concreta siempre en “influjo salvífico” (LG 62), significa que es “Madre de Jesucristo y Madre de los sacerdotes” como “Madre y educadora de nuestro sacerdocio” (PDV 82; cfr. PO 18). Por esto, “los sacerdotes tienen particular título para que se les llame hijos de María" (Pío XII, Menti nostrae. n.25).

Cuando el evangelio describe el grupo de los seguidores de Jesús, especialmente los Apóstoles, allí está María: en el inicio del seguimiento (Caná: Jn 2,11-12), en los momentos difíciles (Cruz: Jn 19,25-27) y en el momento de recibir las gracias nuevas del Espíritu Santo (Cenáculo: Hech 1,14 y 2,4).

El Señor nos la dio como Madre, tal como es, como modelo y ayuda de un anuncio que es auténtico y es fuente de gozo cuando se ha hecho realidad en el propio corazón y en la propia vida. Es anuncio que se celebra en los sacramentos y que se hace vida real en cada bautizado: “Los ministros de la gracia sacramental… en la Santísima Virgen María encuentran siempre un ejemplo admirable de esta docilidad; ella, guiada por el Espíritu Santo, se entregó totalmente al misterio de la redención de los hombres” (PO 18; cfr. OT 8).

El ejercicio de la maternidad de María respecto a toda la Iglesia y, de modo especial, respecto al grupo de los Apóstoles y discípulos, aparece ya en el

Page 19: compartirencristo.files.wordpress.com  · Web viewNada hay verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazón” (Gaudium et Spes, ... Resumo el tema de la espiritualidad

19

Cenáculo preparando la venida del Espíritu Santo. Así lo describe Benedicto XVI:

“La alegría de la resurrección ha conmovido tu corazón y te ha unido de modo nuevo a los discípulos, destinados a convertirse en familia de Jesús mediante la fe. Así, estuviste en la comunidad de los creyentes que en los días después de la Ascensión oraban unánimes en espera del don del Espíritu Santo (cfr. Hech 1,14), que recibieron el día de Pentecostés … Por eso tú permaneces con los discípulos como madre suya, como Madre de la esperanza. Santa María, Madre de Dios, Madre nuestra, enséñanos a creer, esperar y amar contigo. Indícanos el camino hacia su reino. Estrella del mar, brilla sobre nosotros y guíanos en nuestro camino” (Spe Salvi , n.50)

“Con fe, María saboreó los frutos de la resurrección de Jesús y, guardando todos los recuerdos en su corazón (cfr. Lc 2, 19.51), los transmitió a los Doce, reunidos con ella en el Cenáculo para recibir el Espíritu Santo (cfr. Hech 1,14; 2,1-4)” (Porta Fidei, n.13)

El fruto de esta presencia activa y materna de María, como instrumento dócil a la acción permanente del Espíritu Santo, es la fe de quienes reciben con docilidad el anuncio del Misterio de Cristo: “La alegría del Evangelio … la sienten llenos de admiración los primeros que se convierten al escuchar predicar a los Apóstoles «cada uno en su propia lengua» (Hech 2,6) en Pentecostés” (Evangelii Gaudium, n.21)

III. LA VIVENCIA DEL GOZO PASCUAL COMO ESPIRITUALIDAD SACERDOTAL MARIANA

Cuando Jesús preanunció las dificultades que encontrarían los Apóstoles, les comparó a una madre que sufre dolores de parto, pero que luego se llena de gozo por la vida nueva que ha dado a luz (cfr. Jn 16,21). Es la alegría o el gozo pascual del apostolado, como fecundidad materna, dolorosa y gozosa a la vez. “También vosotros estáis tristes ahora, pero volveré a veros y se alegrará vuestro corazón y vuestra alegría nadie os la podrá quitar” (Jn 16,22). Parece como si les recordara la suerte “pascual” del granito de trigo (imagen del mismo Jesús), que tiene que morir en el surco para poder germinar (Jn 12,24; cfr. 13,1).

A partir de la realidad materna de la Iglesia, se puede constatar que “hay un estilo mariano en la actividad evangelizadora de la Iglesia” (Evangelii Gaudium, n.288). Esto tiene lugar de modo especial en el ejercicio de los

Page 20: compartirencristo.files.wordpress.com  · Web viewNada hay verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazón” (Gaudium et Spes, ... Resumo el tema de la espiritualidad

20

ministerios por parte de los sacerdotes. La caridad pastoral no es un ideología, sino el estilo de vida del Buen Pastor: “da la vida para volverla a tomar” (Jn 10,17). El camino hacia la resurrección pasa por la cruz, es el itinerario del misterio pascual.

Al terminar el Año Sacerdotal, el Papa Benedicto tuvo una homilía en que resumía la realidad sacerdotal en relación con la Santísima Virgen. Todo creyente debe convertirse en “una fuente, que da agua viva a la tierra reseca de la historia”. María, “como gran mujer de fe y de amor, se ha convertido a lo largo de los siglos en fuente de fe, amor y vida. Cada cristiano y cada sacerdote deberían transformarse, a partir de Cristo, en fuente que comunica vida a los demás”.25

Todos los creyentes participan de la realidad materna de María. Verdaderamente este es “el regalo de Jesús a su pueblo: «Mujer, ahí tienes a tu hijo». Luego le dijo al amigo amado: «Ahí tienes a tu madre» (Jn 19,26-27)” (Evangelii Gaudium, n.285). Porque recibir a María como Madre implica también participar en su realidad materna como Iglesia Madre: “Cristo nos lleva a María. Él nos lleva a ella, porque no quiere que caminemos sin una madre y el pueblo lee en esa imagen materna todos los misterios del Evangelio …La íntima conexión entre María, la Iglesia y cada fiel, en cuanto que, de diversas maneras, engendran a Cristo, ha sido bellamente expresada por el beato Isaac de Stella” (ibídem).26

Se puede decir que esta relación materna de toda la Iglesia con María y especialmente de quienes (en diverso grado) son sucesores de los Apóstoles, es una realidad pascual y pentecostal que tiene lugar en todas las épocas de la Iglesia por medio de nuevas gracias del Espíritu Santo. “Con el Espíritu Santo … (Hech 1,14) hizo posible la explosión misionera …Ella es la Madre de la Iglesia evangelizadora y sin ella no terminamos de

25 BENEDICTO XVI, Homilía en la clausura del Año Sacerdotal (11 junio 2010, Plaza de San Pedro). Más arriba (nota 6) hemos citado el discurso de despedida (28 febrero 2013), en el que presenta de nuevo el sentido materno y mariano del apostolado. Texto: «L’Osservatore Romano», esp. (2010) n.24, pp.13-14.

26 El Papa cita ampliamente la afirmación de Isaac de Stella: “En las Escrituras divinamente inspiradas, lo que se entiende en general de la Iglesia, virgen y madre, se entiende en particular de la Virgen María […] También se puede decir que cada alma fiel es esposa del Verbo de Dios, madre de Cristo, hija y hermana, virgen y madre fecunda […] Cristo permaneció nueve meses en el seno de María; permanecerá en el tabernáculo de la fe de la Iglesia hasta la consumación de los siglos; y en el conocimiento y en el amor del alma fiel por los siglos de los siglos” (ISAAC DE STELLA, Sermo 51: PL 194, 1863.1865).

Page 21: compartirencristo.files.wordpress.com  · Web viewNada hay verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazón” (Gaudium et Spes, ... Resumo el tema de la espiritualidad

21

comprender el espíritu de la nueva evangelización” (Evangelii Gaudium, n.284).

El aspecto ministerial de la maternidad de la Iglesia se manifiesta de modo especial en quienes realizan los ministerios en nombre y en persona de Cristo. La maternidad ministerial de la Iglesia hace referencia María: “La Iglesia… por la predicación y el bautismo engendra para la vida nueva e inmortal a los hijos concebidos por el Espíritu Santo y nacidos de Dios” (LG 64). Por esto, “en su obra apostólica, con razón, la Iglesia mira hacia aquella que engendró a Cristo, concebido por el Espíritu Santo y nacido de la Virgen, precisamente para que por la Iglesia nazca y crezca también en los corazones de los fieles” (LG 65).

La espiritualidad mariana que deriva de esta maternidad eclesial ministerial se concreta en sintonía e imitación de su misma amor materno: “La Virgen en su vida fue ejemplo de aquel afecto materno, con el que es necesario estén animados todos los que en la misión apostólica de la Iglesia cooperan para regenerar a los hombres” (LG 65).

María acompaña a la Iglesia en su acción ministerial “abriendo los corazones” con su “influjo salvífico” (LG 62). La pauta mariana incluye las facetas de pobreza y ternura materna: “María es la que sabe transformar una cueva de animales en la casa de Jesús, con unos pobres pañales y una montaña de ternura… comprende todas las penas” (Evangelii Gaudium, n.286). Ella está presente de modo activo y materno en nuestra actuación apostólica: “Ella es la misionera que se acerca a nosotros para acompañarnos por la vida, abriendo los corazones a la fe con su cariño materno. Como una verdadera madre, ella camina con nosotros, lucha con nosotros, y derrama incesantemente la cercanía del amor de Dios” (ibídem).

En el ministerio y en la vida sacerdotal, María es “madre y educadora de nuestro sacerdocio”; por esto, “nosotros los sacerdotes estamos llamados a crecer en una sólida y tierna devoción a la Virgen María, testimoniándola con la imitación de sus virtudes y con la oración frecuente” (PDV 82).

La relación íntima de María con el Espíritu Santo es una pauta para la vida y ministerio sacerdotal, con vistas a imitar su “amor materno” (LG 65): “En la Santísima Virgen María encuentran siempre un ejemplo admirable de esta docilidad; ella, guiada por el Espíritu Santo, se entregó totalmente al misterio de la redención de los hombres” (PO 18).

Page 22: compartirencristo.files.wordpress.com  · Web viewNada hay verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazón” (Gaudium et Spes, ... Resumo el tema de la espiritualidad

22

Juan Pablo II, en su primera Carta del Jueves Santo, invitaba a "reencontrar en María la Madre del sacerdocio" (Jueves Santo 1979, n.11). Es la misma invitación del concilio cuando describe el itinerario formativo como instancia a “amar y venerar con amor filial a la Santísima Virgen María, que al morir Cristo Jesús en la cruz fue entregada como madre al discípulo” (Optatam totius, n.8).

La referencia a María, que meditaba las palabras del Señor en su corazón, es una consecuencia del encargo de Jesús concretado en el discípulo amado: “He aquí a tu madre” (Jn 19,27). En realidad, ella transforma nuestra relación filial en una dimensión cristocéntrica: "Haced lo que él os diga" (Jn 2,5).27

La vivencia de los ministerios constituye la quintaesencia de la espiritualidad sacerdotal, en cuanto que se ejercen “en el Espíritu de Cristo” (PO 3). Es el mismo Espíritu Santo que llenó de gozo a María y a Juan Bautista, y que inundó de gozo toda la vida de Jesús (cfr. Lc 10,21). Pero se trata también del mismo “gozo pascual”, que ha transformado el dolor en esperanza y encuentro con Cristo: “les mostró las manos y el costado; los discípulos se alegraron de ver al Señor… recibid el Espíritu Santo” (Jn 20,20.22). En Pentecostés, los discípulos, que habían orado con María, quedaron “todos llenos del Espíritu Santo” (Hech 2,4).

Este proceso “pascual” se realiza bajo la acción del Espíritu Santo. La vida humana en general, así como la misma historia de la Iglesia y de cada uno de los creyentes, es un itinerario donde aparecen con frecuencia momentos humanamente infranqueables, a modo de muro granítico. No hay ninguna

27 Resumo el tema de la espiritualidad sacerdotal mariana, en: Espiritualidad sacerdotal. Servidores del Buen Pastor, Edicep, Valencia 2008), cap.V: María en la Iglesia, misterio de comunión, en relación con el sacerdocio ministerial; Espiritualidad mariana, María en el corazón de la Iglesia, Edicep, Valencia 2009), cap.VIII, 3: María y la vocación sacerdotal. Ver allí otros estudios sobre la espiritualidad sacerdotal mariana; destaco los siguienes: F.M. ÁLVAREZ, María y la Iglesia: espiritualidad mariana sacerdotal, «Seminarios» 33 (1987) 465-475; M. BORDONI, La dimensione mariana del sacerdozio ordinato, «Sacrum Ministerium» 10 (2004) 175-205; G. CALVO, La espiritualidad mariana del sacerdote en Juan Pablo II, «Compostellanum» 33 (1988) 205-224; E. DE LA LAMA, La Madre de Jesús en el kerigma de Pablo. Para el estudio del perfil mariano de la espiritualidad sacerdotal, «Scripta de Maria» 3 (2006) 89-130; J.M. FERRER GRENESCHE, La Virgen María en la formación sacerdotal, «Toletana» 13 (2005) 11-29; N. GARCÍA GARCÉS, María y la espiritualidad de los ministros ordenados, en: Espiritualidad sacerdotal, Congreso, Edice, Madrid 1989, 263-282; L.M. HERRÁN, María en la espiritualidad sacerdotal según la doctrina del Vaticano II, «Annales Theologici» 3 (1989) 347-370; B. JIMÉNEZ DUQUE, Maria en la espiritualidad del sacerdote «Teología Espiritual» 19 (1975) 45-59.

Page 23: compartirencristo.files.wordpress.com  · Web viewNada hay verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazón” (Gaudium et Spes, ... Resumo el tema de la espiritualidad

23

excepción personal ni comunitaria. Sólo una fe vivida, centrada en el misterio pascual de Cristo, puede superar este “impasse” transformándolo en donación: “Padre, en tus manos” (Lc 23,46). Si María está presente en estos momentos de Calvario, el sufrimiento apostólico se convierte en el momento más fecundo de la vida. Pero este milagro es siempre obra del Espíritu Santo (desde el seno de María y ahora en la historia de la Iglesia).28

Es la alegría pascual que María compartió con los discípulos. “En el momento de Pentecostés, serán ellos (los discípulos) los que se agrupen en torno a ella en espera del Espíritu Santo (cfr. Hech 1,14)” (Deus Caritas est, n. 41). Desde el Cenáculo de Pentecostés, con María, el Espíritu Santo nos impele a ser testigos “gozosos” y transparentes de la presencia de Cristo Resucitado (Hech 2,38.42; 3,6; 4,32). En la vida apostólica “esa alegría es un signo de que el Evangelio ha sido anunciado y está dando fruto” (Evangelii Gaudium, n.21).

La “comunión” de los Apóstoles con María, que “perseveraban en la oración, con un mismo espíritu en compañía de algunas mujeres, de María, la madre de Jesús” (Hech 1,14), fue el preludio de una comunidad eclesial donde todos eran “un solo corazón y una sola alma” (Hech 4,32). Pero esta unidad fecunda se disolvería si en el corazón de los apóstoles hubiera otros intereses al margen del estilo de vida de Jesús. Por tener un corazón desprendido y unificado, los Apóstoles pudieron transmitir la salud material y espiritual a lisiado: “No tengo plata ni oro; pero lo que tengo, te doy: en nombre de Jesucristo, el Nazareno, ponte a anda” (Hech 3,7). Nada ni nadie puede ocupar el puesto de Cristo en medio de la comunidad y en el centro del propio corazón.

El canto gozoso del Magníficat de María “expresa todo el programa de su vida: no ponerse a sí misma en el centro, sino dejar espacio a Dios, a quien encuentra tanto en la oración como en el servicio al prójimo; sólo entonces el mundo se hace bueno” (Deus Caritas est, n.41) . En este sentido, ella es modelo de fidelidad gozosa a la vocación: “En íntima unión con Cristo, María, la Virgen Madre, ha sido la criatura que más ha vivido la plena verdad de la vocación, porque nadie como Ella ha respondido con un amor tan grande al amor inmenso de Dios” (PDV 38).

28 El Santo Cura de Ars animaba a sus fieles a superar las dificultades, recordando su propia experiencia: “Jesucristo, cuando nos dio todo lo que nos podía dar, quiso hacernos herederos de lo más precioso que tenía, es decir de su Santa Madre” . Tomado de: Le Sacerdoce, c’est l’amour du coeur de Jésus, en: Le curé d’Ars. Sa pensée – Son Coeur. Présentés par l’Abbé Bernard Nodet, éd. Xavier Mappus, Foi Vivante 1966, 244).

Page 24: compartirencristo.files.wordpress.com  · Web viewNada hay verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazón” (Gaudium et Spes, ... Resumo el tema de la espiritualidad

24

Nos encontramos en la armonía de la fe, cuando imaginamos a María compartiendo la Eucaristía con la comunidad eclesial primitiva. Aunque ella es Madre de todos, su afecto materno se aplica a cada uno según las gracia recibidas. Aquellos que presidían la comunidad eucarística le recordaban las realidad profunda de Jesús y también sus mismas palabras y sentimientos: “¿Cómo imaginar los sentimientos de María al escuchar de la boca de Pedro, Juan, Santiago y los otros Apóstoles, las palabras de la Última Cena: «Éste es mi cuerpo que es entregado por vosotros» (Lc 22, 19)? Aquel cuerpo entregado como sacrificio y presente en los signos sacramentales, ¡era el mismo cuerpo concebido en su seno! Recibir la Eucaristía debía significar para María como si acogiera de nuevo en su seno el corazón que había latido al unísono con el suyo y revivir lo que había experimentado en primera persona al pie de la Cruz” (Ecclesia de Eucharistia, n.56).29

Esta realidad mariana, eclesial y sacerdotal continúa en toda la historia, porque ella sigue “meditando en su corazón”, también ahora, las palabras del Señor actualizadas con nuevas gracias del Espíritu Santo. Su maternidad se ejerce de modo continuo “en el orden de la gracia” (LG 61), de suerte que colabora a construir nuestra vida y ministerio sacerdotal en bien de todos los redimidos. Es una actuación maternal siempre nueva.

Hacerse “oblación” eucarística es parte integrante de todo bautizado; el sacerdote ministro concreta esta oblación en la perspectiva de la “caridad pastoral” (PO 14), “con María y como ella” (RMi 92). Pío XII, al final de su Exhortación Apostólica Menti nostrae (año 1950) invitaba a seguir la invitación paulina: “Caminad en el amor como Cristo nos amó y se dio a sí mismo a Dios como oblación y como hostia” (Efes 5,2; cfr. Menti nostrae, n.64). En este contexto, insta a los sacerdotes ministros a vivir las dificultades en relación con la maternidad de María: “Dirigid entonces confiadamente vuestros ojos y vuestro espíritu a aquella que es Madre del Eterno Sacerdote y que, por ello mismo, es la Madre amantísima de todos los sacerdotes católicos. Bien conocida os es la bondad de esta Madre … Si María ama a todos con tiernísimo amor, de modo singular ama a los sacerdotes, que llevan en sí viva la imagen de Jesús … Sentiréis entonces cómo son mucho más llevaderas las fatigas así de vuestra santificación como de vuestro ministerio sacerdotal” (Menti nostrae, n.65)

29 Encíclica Ecclesia de Eucharistia: AAS 95 (2002) 433-475. Dedica el capítulo VI a la Sma. Virgen: “En la escuela de María, mujer eucarística”. Su seno fue el “primer tabernáculo de la historia” (donde se formó el “pan de vida”) y es “modelo de amor en el que ha de inspirarse cada comunión eucarística” (n.55). En el Calvario “vive una especie de «Eucaristía anticipada»” (n.56); “está presente con la Iglesia, y como Madre de la Iglesia, en todas nuestras celebraciones eucarísticas” (n.57).

Page 25: compartirencristo.files.wordpress.com  · Web viewNada hay verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazón” (Gaudium et Spes, ... Resumo el tema de la espiritualidad

25

El Papa Francisco describía la “alegría que nos unge… incorruptible … misionera”, como “alegría sacerdotal que se hermana a la obediencia … Pero también la obediencia a la Iglesia en el servicio: disponibilidad y prontitud para servir a todos, siempre y de la mejor manera, a imagen de «Nuestra Señora de la prontitud» (cfr. Lc 1,39) … La disponibilidad del sacerdote hace de la Iglesia casa de puertas abiertas, refugio de pecadores, hogar para los que viven en la calle, casa de bondad para los enfermos, campamento para los jóvenes, aula para la catequesis de los pequeños de primera comunión”.30

El sufrimiento de la vida ministerial tiene siempre este matiz pascual y maternal, que recuerda a María. El mayor sufrimiento de quien está enamorado de Cristo es el de constatar la realidad de que muchos no le conocen o no le aman, o tal vez han dejado el camino de la perfección cristiana y el camino de la fe. Por esto, San Juan de Ávila pedía a los sacerdotes “corazones de madre”: "Si hubiese en la Iglesia corazones de madre en los sacerdotes que amargamente llorasen de ver muerto a sus espirituales hijos, el Señor, que es misericordioso, les diría lo que a la viuda de Naín: No quieras llorar. Y les daría resucitadas las ánimas de los pecadores" (Plática 2ª). En cambio, sin este amor materno, concretado en caridad pastoral, la acción apostólica puede resultar estéril: “Bien podrán llegar los hijos al parto, mas no habrá fuerza para los parir" (Sermón 81). María, según el santo Maestro, es modelo de esta entrega materna; ella es "pastora, no jornalera que buscase su propio interese, pues que amaba tanto a las ovejas, que, después de haber dado por la vida de ellas la vida de su amantísimo Hijo, diera de muy buena gana su vida propia, si necesidad de ella tuvieran" (Sermón 70).31

A MODO DE CONCLUSIÓN: El” gozo pascual” y sacerdotal de vivir día a día el Magníficat de la Madre de Jesús

El “gozo” que el ángel anunció a María tiene como punto de referencia clave el Verbo Encarnado en su seno por obra del Espíritu Santo. En aquel momento iniciaba del “misterio pascual” de Cristo Sacerdote, cuya interioridad oblativa se concreta en una oración sacerdotal: “Sacrificio y oblación no quisiste; pero me has formado un cuerpo … Vengo… para hacer 30 Santa Misa Crismal, Homilía del Santo Padre Francisco (Jueves Santo, 17 abril 2014) documento citado en nota 4.

31 Resumo el tema de la espiritualidad mariana sacerdotal con referencias a San Juan de Ávila, en: María en el itinerario de la formación de la vida y del ministerio sacerdotal, «Estudios Marianos» 77 (2011) 213-236.

Page 26: compartirencristo.files.wordpress.com  · Web viewNada hay verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazón” (Gaudium et Spes, ... Resumo el tema de la espiritualidad

26

tu voluntad” (Heb 10,5.7). Este inicio estaba orientado hacia el momento culminante: “No se haga mi voluntad, sino la tuya” (Lc 22,42), “Padre, en tus manos” (Lc 23,46). María estaba “asociada” de modo activo y materno a esta realidad sacrificial, sacerdotal y pascual.

Cuando María expresó su “gozo” en el “Magníficat” (Lc 1,47), Jesús, Sacerdote y Víctima, estaba en su seno y hacía de este gozo mariano y materno un instrumento salvífico para todos, también y especialmente para el Precursor (cfr. Lc 1,44) y para los futuros apóstoles. Es siempre participación en el gozo pascual de Cristo.

El “gozo pascual” (PO 11) es la consecuencia de vivir la identidad sacerdotal y se relaciona íntimamente con la realidad materna de María y de la Iglesia. Los sacerdotes ministros participan de modo especial en la misma consagración sacerdotal de Cristo y en su misma misión, “al cual los sacerdotes, siendo presencia suya, prestan su voz y sus gestos; libres para llevar a la sociedad moderna a Jesús muerto y resucitado, que permanece con nosotros hasta el final de los siglos y se da a todos en la Santísima Eucaristía”.32

El “gozo pascual” del sacerdote ministro está amasado de pequeñez y de grandeza, de kenosis (humillación) y de gloria. No hay gozo pascual sin humillación y pequeñez. No existe este gozo sin haber sido tocados por la cruz y haberla aceptado por amor. En el cántico del Magníficat, que es una meditación sapiencial de María sobre la Palabra de Dios, la Madre de Jesús se muestra como “la madre del Evangelio viviente, manantial de alegría para los pequeños” (Evangelii gaudium, n.288 ).

Si “la grandeza del don” del sacerdocio es “inconmensurable”, precisamente por ello mismo emerge con claridad que “el sacerdote es una persona muy pequeña”. Efectivamente, “el sacerdote es el más pobre de los hombres si Jesús no lo enriquece con su pobreza, el más inútil siervo si Jesús no lo llama amigo”. En este sentido, el Papa Francisco invita al sacerdote a identificarse con el Magníficat y vivir así su alegría: “Nadie más pequeño que un sacerdote dejado a sus propias fuerzas; por eso nuestra oración …es la oración de nuestra Madre: soy sacerdote porque Él miró con bondad mi pequeñez (cfr. Lc 1,48). Y desde esa pequeñez asumimos nuestra alegría. ¡Alegría en nuestra pequeñez!”.33

32 BENEDICTO XVI, Homilía durante la celebración de las Vísperas en Fátima (12 mayo 2010): «L’Osservatore Romano», esp. (2010) n.20, p.13 y 15.

33 Santa Misa Crismal, Homilía del Santo Padre Francisco (Jueves Santo, 17 abril 2014). Documento ya citado en notas anteriores.

Page 27: compartirencristo.files.wordpress.com  · Web viewNada hay verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazón” (Gaudium et Spes, ... Resumo el tema de la espiritualidad

27

Viviendo la “alegría” del “Magníficat” (bajo el influjo de la gracia), se capta mejor la realidad mariana y eclesial del “fiat”, del “conservabat conferens in corde” y del “stabat”. En esta armonía de la fe y de la revelación, la actitud oblativa del sacerdote recobra todo su sentido de “gozo pascual”. Sin esta disponibilidad de seguimiento evangélico hasta la cruz y la resurrección, la vivencia de la propia identidad (como expresión de la caridad del Buen Pastor), se tambalearía y caería en cualquier tipo de desánimo.34

Tal vez se ha prestado poca atención al ministerio de prolongar la misma oración sacerdotal de Cristo. Él, como “Sumo Sacerdote”, ahora glorificado en el cielo y presente entre nosotros, es Salvador de todos y, por esto, “está siempre vivo para interceder a su favor” (Heb 7,25). En la exposición teológica es más fácil reducirlo todo a los “tria munera” (profetismo, liturgia, diaconía), pero cada uno de estos “tres” ministerios es también profundamente relacional, de relación íntima con Cristo, prolongando su oración, especialmente en el momento litúrgico. La misma oración sacerdotal es ministerio. No sólo prolongamos el mensaje de Cristo, su inmolación sacrificial y su cercanía salvífica, sino que también hacemos presente y prolongamos su misma oración. Ya desde su vida mortal, su oración asumía toda la historia salvífica sintetizada en los salmos; ahora la Iglesia, esposa de Cristo, sigue esta misma pauta que, implícitamente, asume todas las oraciones de la humanidad en toda su historia.

Parte integrante del itinerario de la formación sacerdotal tiene que ser, pues, el salterio a la luz del Verbo Encarnado y Redentor, concebido virginalmente por María, presente en la Iglesia y en la historia humana. Es la vivencia de los sentimientos de Cristo Sacerdote hoy y aquí. Si lo concretáramos en el “oficio divino” (aunque la oración no puede reducirse a él), es “cuando los sacerdotes y todos aquellos que han sido destinados a esta función por institución de la Iglesia cumplen debidamente ese admirable cántico de alabanza, o cuando los fieles oran junto con el sacerdote en la forma establecida”; porque “entonces es en verdad la voz de la misma Esposa que habla al Esposo; más aún, es la oración de Cristo, con su Cuerpo, al Padre” (Sacrosantum Concilium, n.84).

34 En nuestros ambientes, a veces se puede constatar la realidad de vidas marcadas por el desánimo, que puede traducirse en abandono y frustración. Sin el “auténtico gozo pascual”, que es expresión de la maternidad fecunda de María y de la Iglesia, todas las dificultades (y “cruces”) se convierten en un muro humanamente infranqueable.

Page 28: compartirencristo.files.wordpress.com  · Web viewNada hay verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazón” (Gaudium et Spes, ... Resumo el tema de la espiritualidad

28

Una pauta bíblica para captar los contenidos del Salterio (y demás himnos de toda la Escritura) es el “Magníficat” de María, recitado cuando Cristo Sacerdote estaba en su seno. Con ella, se aprende y vive la celebración gozosa de la oración. En el gozo de María (como fruto de su meditar en el corazón) está el gozo del Precursor (y el de los futuros apóstoles), en armonía con el gozo de la Anunciación (“alégrate”), de Belén (“os anuncio una gran alegría”), de las “bienaventuranzas”, de la vida, muerte y resurrección del Señor. Orar “íntimamente” con ella, como en el Cenáculo (Hech 1,14) es la mejor preparación para recibir las nuevas gracias del Espíritu Santo y anunciar el Misterio de Cristo: “Todos quedaron llenos del Espíritu Santo y predicaban la Palabra de Dios con valentía” (Hech 4,31). Esta gracia hacía posible ser “un solo corazón y una sola alma … todo era común entre ellos” (Hech 4,32). Es la actitud básica de toda comunidad eclesial que quiera afrontar la “nueva evangelización”.

Las “cosas grandes” que Dios ha hecho en María, son el resumen del Misterio de Cristo que a ella la hizo “llena de gracia” como Madre del Salvador y de la Iglesia. La “alegría” proclamada en el Magníficat es la semilla del gozo pascual de los futuros apóstoles. “Proclama mi alma la grandeza del Señor y se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador” (Lc 1,46-47).

Hemos resumido más arriba la homilía del Papa Francisco, durante la Misa Crismal de 2014, que invitar a experimentar la propia “pequeñez” del sacerdote en relación con María. Sin la “pequeñez” de una “vida escondida con Cristo en Dios” (Col 3,3), no se capta la acción del Espíritu Santo en María, en la Iglesia y en el mundo. Se necesita sencillez de “pobres” (Mt 5,3) o de “niño” (Mt 18,3). El contenido del Magníficat es “memoria cristológica” del pasado (como resumen del salterio en el contexto de toda la historia salvífica), celebración del presente y profecía de salvación definitiva en Cristo Redentor. La vida es hermosa y tiene sentido, porque está impregnada del “gozo pascual” de Cristo.

En el salterio y demás himnos de la Escritura, esta alegría salvífica se concreta en confianza filial. Es el gozo de un corazón unificado: “Me enseñarás el sendero de la vida, me saciarás de gozo en tu presencia, de alegría perpetua a tu derecha” (Sal 16,11); “tu misericordia sea mi gozo y mi alegría” (Sal 30,8). Es gozo salvífico y esperanzado también en momentos de dolor y sacrificio: “Me acercaré al altar de Dios, al Dios de mi alegría” (Sal 42,4); porque “el Señor ha estado grande con nosotros y estamos alegres” (Sal 125,3). Es gozo de vivir en sintonía con la voluntad divina cono Cristo Sacerdote: “Dichoso el que teme al Señor y goza de corazón sus mandatos”

Page 29: compartirencristo.files.wordpress.com  · Web viewNada hay verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazón” (Gaudium et Spes, ... Resumo el tema de la espiritualidad

29

(Sal 111,1); “guíame por la senda de tus mandatos, porque ella es mi gozo” (Sal 118,35). Es gozo salvífico para toda la humanidad redimida: “Pueblos todos batid palmas, aclamad a Dios con gritos de júbilo” (Sal 47,2); “que canten de alegría las naciones, porque riges el mundo con justicia, riges los pueblos con rectitud, y gobiernas las naciones de la tierra” (Sal 66,4-5); “salta de júbilo ante el Señor toda la tierra” (Sal 97,4). Así lo vivió María: “Mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador” (Lc 1,47).

A veces no se tiene en cuenta que el salmo 21, recitado por Jesús en la cruz, y que María escuchó y meditó en su corazón, tiene sentido filial y materno. El dolor es inmenso, como de quien experimenta una presencia profunda de Dios que parece ausencia (toda la historia humana incide en el Corazón de Cristo Sacerdote): “Dios mío, ¿por qué me has abandonado” (Sal 21,2). Pero el mismo salmo continúa con la alusión al seno materno (dolor y gozo) que se transforma en confianza filial: “En ti confiaba nuestros padres… Tu eres quien me sacó del vientre, me tenías confiado en los pechos de mi madre; desde el seno pasé a tus manos, desde el vientre materno tú eres mi Dios” (Sal 21,5.10-11).

Esta realidad materna (mariana y eclesial) de dolor y de gozo esperanzado, sólo es posible experimentarla, si nada ni nadie suple a Cristo Buen Pastor en el centro de nuestro corazón y de nuestra vida. Los desánimos se originan en la autorreferencia, al margen de la fe, de la esperanza y del amor.

La consagración de los sacerdotes al Corazón Inmaculado de María, realizada por el Papa Benedicto XVI, al terminar el año sacerdotal, nos traza una pauta de gozo pascual, traducido en confianza gozosa y filial por su presencia materna:

“Madre Inmaculada, en este lugar de gracia, convocados por el amor de tu Hijo Jesús, Sumo y Eterno Sacerdote, nosotros, hijos en el Hijo y sacerdotes suyos, nos consagramos a tu Corazón materno, para cumplir fielmente la voluntad del Padre … Madre de la Iglesia, nosotros, sacerdotes, queremos ser pastores que no se apacientan a sí mismos, sino que se entregan a Dios por los hermanos, encontrando la felicidad en esto … Guiados por ti, queremos ser Apóstoles de la Divina Misericordia, llenos de gozo por poder celebrar diariamente el Santo Sacrificio del Altar y ofrecer a todos los que nos lo pidan el sacramento de la Reconciliación … Madre nuestra desde siempre, no te canses de “visitarnos”, consolarnos, sostenernos … Que tu presencia haga reverdecer el desierto de nuestras soledades y brillar el sol en nuestras tinieblas, haga que torne la calma después de la

Page 30: compartirencristo.files.wordpress.com  · Web viewNada hay verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazón” (Gaudium et Spes, ... Resumo el tema de la espiritualidad

30

tempestad, para que todo hombre vea la salvación del Señor, que tiene el nombre y el rostro de Jesús, reflejado en nuestros corazones, unidos para siempre al tuyo. Así sea”.35

35 BENEDICTO XVI, Acto de consagración de los sacerdotes al Corazón Inmaculado de María (Fátima, 12 mayo 2010): «L’Osservatore Romano», esp. (2010) n.20, p.15.