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AÑO V —31 JULIO UN SUICIDA».—(Fotografía de «Oraw-Raff».) ^0I í v ^v^m 1902 NUM. 292 — 20 CÉNTIMOS

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AÑO V —31 JULIO UN S U I C I D A » . — ( F o t o g r a f í a d e « O r a w - R a f f » . )

^ 0 I í v ^ v̂ m 1902 NUM. 292 — 20 CÉNTIMOS

G R A N A D A

Corrida benéfica efectuada el 19 de Junio. Con objeto de destinar los productos á la cons t rucc ión de casas para obreros y cooperar al sostenimiento

de la Cocina Económica, se ha celebrado en esta capital una gran corrida de toros. E l cartel lo compon ían seis reses de Ibarra, los espadas Lagarü j i l lo y su sobrino Lagart i j i l lo chico, que

es toquear ían cuatro toros, los rejoneadores Ledesma y Grané , y, como auxiliar, el novi­llero Bonbdil.

La plaza presenta un aspecto indescripti­ble de brillantez y hermosura.

E l anillo es tá tapizado con serr ín de colo­res, formando anchas franjas de bandera na­cional, des tacándose en el centro una enorme figura que representaba la Caridad con el bra­zo derecho seña lando á la altura y el izquier­do apoyado sobre el escudo de Granada.

La decoración del resto de la plaza era su­mamente vistosa y de verdadero efecto. Guir­naldas, gallardetes, banderas, colgaduras, flo­res lujosas y ricas telas.

E l palco de la Maestranza, ampliado hasta el tendido, estaba ocupado por las señoritas de la kermesse, luciendo sus bustos bellísimos entre encajes de blancas mantillas y manojos de encendidos claveles.

Aquel conjunto de ángeles destacábase co­mo gigantesco bouquet del animado conjunto de la plazn,.

Todas las localidades e s t á n ocupadas por inmenso gent ío , resaltando la belleza de las mujeres y los vivos tonos de los trajes de co­lores.

Preside la corrida el Corregidor D. Juan K. Lschica, el que con toda puntualidad abre la sesión.

Los niños Pepe Ciudad y Angel Vela hacen el despejo, montados en dus soberbios alaza­nes. Los jóvenes son vitoreados por la maes­t r ía con que manejan los caballos.

Dos bandas de mús ica amenizan el espec­tácu lo . La de Córdoba toca la marcha del Profeta, y comienza el desfile: Once guardias

HA.CIBNDO L A «TOILETTE» Á «LA.GA.UTIJILLO CHICO» ^ ' J

municipales á j C a b a l l o , con vistosos a tav íos ; dos alguacili­llos; el heraldo de la ciudad; timbalero y clarineros; ca­rroza t irada por cuatro hermosos caballos normandos, donde se retuestan los caballeros Ledesma y Grané ; á los estribos van dos pajes y los Lagarti j i l los; de t r á s , las ca­balgaduras; sigue Boabdil, las cuadrillas, picadores, mo­nos sabios, tiros de m u í a s y d e m á s auxiliares de la l idia .

Una prolongada ovación se t r ibuta á la cabalgata, que resulta lucida.

Encogida la llave por el n iño Ciudad, suena el clar ín y aparece el novil lo Lamado Pajero, n ú m . 29, megro como los seis restantes y recogido de cuerna.

Ledesma clava seis rejoncillos y Grané ocho en todo el toro. Les tocan las palmas por háb i les jinetes.

Como no muere la res con los/erros, Boabdil, provisto de un alfanje, t i ra dos tajos delanteros y un descabello. (Palmas generales.)

Pesadillo, n ú m . 15, abierto de pitones y del mismo tipo que e l anterior.

Ledesma clava dos rejones y sale con la jaca herida en un auca. Grané deja otros dos y la cabalgadura es a l ­canzada por debajo de la cincha. Su mij i ta de semi-bronca por haberse terminado los rejoncillos.

E l ú l t imo Rey Moro de Granada brinda á la pérfida Albión, c u y o s representantes ocupan una barrera. Torea bastante movido y sale enganchado y volteado, perdiendo las babuchas.

Ya despojado de estorbos, entra con muchas agallas y ; i A G A E 1 1 J I L L O » Y « L A G A E T I J I L L O CHICO»

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T E N D I D O D E S O M B R A : P A L C O Q U E O C U P A E O N L A S S E Ñ 0 B I T A 8 D E LA «KBKMKSSE» ""l

deja el acero hasta las cintas, un poco caído. (Ovación merecida, regalo de los ingleses y la'oreja dei iioville.) \Boabdil, muy bieni Gijón, primero destinado para la lidia^formal, n ú m . Y, fino, bien encornado y pequeño . Cinco varas tomó

de Trescalés, Chano y Rubio; los d e s m o n t ó dos veces y m a t ó dos jacaíí.

Jaravilla y Toreri-to de Madrid, muy ma l banderilleando.

L a g a r t i j i l l o luce terno azul y oro, br in­da á la presidencia y después al palco de Isis señoritas con so­brada elocuencia. To­rea ae muleta desde cerca, pero sin susie-go, sufre un desarme, y después pntralargo, pero recto, y deja me­dia estocada buena. Tres veces tocó la mé­dula y el espada oyó palmas.

Cartujano, n ú m . 3, cortito de pitones y muy pequefiito, m á s que Gijón.

Lagartijillo chico veroniquea bien.

Farfán , Gachas y Rubio pinchan seis veces y suiren dos ta­le gazOs. No muere ningún jaco. Los Lagartijillos hacen monerías en quites. Carmena y Maguel clavan dos pares buenos.

Lagartiji l lo chico, ataviado de grana y oro, cumple con la autoridad y las señor i tas . Tres pases ayudados y uno de molinete, y , entrando en el terreno de los valientes, mete el acero hasta la guarnic ión . Un desca­

bello á pulso, y recibe el n iño una ovación, la oreja y la mar de objetos.

Hortelano, n ú m . "79, brocho y astillado de am­bos cuernos. Con escasa codicia acepta seis varas y da dos tumbos.

Hacen quites lucidos los espadas. Las tribunas piden que cambien de of i ­cio los matadores.

Lagart i j i l lo chico se des­luce al dejar un palito. An­tonio clava un par. Zoca las t i ra y Pepin mete uuo superior. (Palmas.)

Lagart i j i l lo brinda á la Comisión organizadora y torea con pases ayudados, altos y derecha, algo para-dito; se pasa sin herir, y por fin deja media estoca­da en lo alto y un desca­bello. (Muchas palmas, la oreja y una rica sortija de brillantes, de la Comisión.)

Relator , n ú m . 9 , de buen tipo y de apretada y recogida cuerna. Sale vo-lando, y Antonio lo fijador

verónicas. Con a lgún poder, dió dos porrazos, m a t ó dos pencos y tomó cinco varas. Lagartiji l lo clava un par bueno; otro banderillero las coloca en las orejas, y Pe/nw uno de buten. (Palmas.) Lagartij i l lo petit brinda á la Comisión y torea muy parado y con elegancia. Da seis ayudados y cuatro

altos, entra muy corto y seña la en lo alto un pinchazo; repite con una estocada algo atravepada, y termina con un descabello á pulso. (Ovación, otra sortija de brillantes, la oreja de la res y es sacado de la plaza en hombros.)

La corrida resu l tó luc id ís ima. E l desfile, encantador. Un aplauso á los organizadores, Sres. Marqués de Portago y Conde de Agrela.

(INST. DE D. NICOLÁS MABTÍN) JOSÉ RODRIGO.

E L D E S P I M O

V I N A R O Z

Corrida efectuada el 24 de Junio. Cuando el pasado año y en esta plaza v i la pelea que hizo un utrero de D. Manuel Lozano, que sust i tuía

á un manso de D. Vicente Mar t ínez , me dije:—Si lo poco que tiene en la ganader í a este señor, según dice es hermano de lo que acabo de ver, con seguridad «que puede i r á todos]lados». 0 '

TOBOS D E D. MANITRIj LOZANO KK LOS CORBALKS DK LA PLAZA

Para la festividad de San Juan v i un cartel en que se anunciaba en esta plaza el «estreno» de la ganade­ría de dicho señor, con los matadores Algabeño y Gonejito.

¿«Debut» de una ganader í a de la cual deseaba ver mas de lo visto? Pues á liar el «petate» y á dar cuenta á los lectores de SOL Y SOMBHA, por escrito y con «monos», de lo que yo vea.

La impres ión que en los co­rrales me produjeron los de don Manuel, f uébuen í s ima ; cosa rara en estos tiempos que padece nos. Buen t ipo, finos, de ojos vivos y de un t rap ío y arrobas supe­riores.

No me equ ivoqué en m i pre­dicción, s egún ve rá m á s adelan­te el lector.

La «combina» sufrió una l i ­gera modificación por «mor» de una «paliza» que el día anterior sufrió en Barcelona e l diestro Gonejito, quien m a n d ó para que le sustituyera á Antonio Montes.

Con un lleno rebosante y á la hora indicada (cuatro y media) dió principio la corrida, r om­piendo plaza Gerrajero, n ú m . 32, colorado, bragado y luciendo en el morr i l lo divisa celeste y en­carnada. Que estaba bien bau t i ­zado no me cabe duda, pues que sal ió de los chiqueros levantan­do la puerta con los pitones. Sin „, remolonear y con voluntad, aunque con poco poder, a g u a n t ó seis varas, por dos ca ídas . Algabeño, de cate y oro, lo encon t ró aplomado, dándole un pase con la izquierda.

Interviene el peonaje para cambial''de terreno al toro.

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«ALGABEXO» PASANDO DK MULETA

Da el espada cuatro telonazos, en uno de los cuales pier­de el refajo, y acaba con el toro de una buena estocada en te do lo alto. {Palmas.)

Castañuelo, n ú m . 1, de igual pelo que el anterior, fué un buen toro en toda la extens ión de la palabra. Zurito, que como todos sus compañeros usaba lanza en vez de puya, clavó el palo dos veces m á s de una vara dentro del cuerpo

M O N T E S KtTMATANDO U N Q U I T B flft -

de Castañuela, dejándole comoíusterles^pueden suponer. A pesar de eso, a ú n tomó el animalito cinco varas m á s , dió tres tumbos y m a t ó dos caballos. Por si era poco, Patateri-llo y Conejo chico pusieron cuatro pares de los que duelen. Montes, de l i l a y oro, muy tranquilo y coreado con ¡ olés !, le dió cinco pases por alto, ayudados, de pecbo y en redon­do, para pincbar una vez, y repit ió con una buenís ima es­tocada, «durmiéndose» en la cuna.

—lAbora que no peco!—diría para sí Montes, pues nobleza t a m a ñ a , n i en los toros del M a r q u é s . Pelendengues, nú tn . 28, usaba el mismo pelaje que sus anteriores bermanos. De salida tomó dos varas, y

U N A V A B A D E «ZUBITO» ¿ L S E G U N D O TOBO

OVACIÓN A L « A L G A B B K O » P O E L A M U E B T E D B L TOBO T E B C B K O

aquí principiaron los recortes. iPero, señores! , ¿esto qué es? Con voluntad excesiva, pero poco poder, aguan­tó de los «longinos» diez varas y derr ibó en tres veces, matando un caballo.

Con cuatro pares llegó á manos de Algaheño, quien le encuentra muy zarandeado, resultando el trabajo de muleta igual . Entra muy bien á matar y deja una es­tocada en todo lo alto. Nuevo trasteo, saca el estoque y

i pincha en lo duro, siendo aplaudido. 6 Coronel l l amábase el cuarto, n ú m . 18, castaño oscu­

ro. Cumple bien en varas, tomando siete por tres caídas y matando un jaco. Cerrajillas y Pataterillo dejan cua­tro buenos pares; y Montes, con tranquil idad y dándole tablas le pasa de muleta, dejando media estocada eupe-rior ís ima, que le vale una ovación.

Vamos con el toro de la tarde. L l a m á b a n l e Violeto, era colorado y ostentaba el nú ­

mero 8 en los costillares. Su salida fué ovacionada, y al tomar o^ToRfít VA.RA«",

derribar siete veces y matar dos jacos, la ovación fué ..• '̂ "M para D. Manuel Lozano, que presenciaba la corrida.

Este toro salió á la plaza, según pude luego apreciar en el matadero, con un tes t ícu lo hecho trizas por eus compañeros y dos grandes cornadas en las nalgas,

m ¡Vaya un toro! Hubo momentos en que todos los p i ­cadores quedaron desmontados en el redondel, y el de­l i r io en el públ ico era de los que emocionan.

Algaheño b r indó la muerte de este bravo toro al pú­blico del sol, y quedándose solo con su adversario, hace

un trabajo de muleta digno de Violeto. E n c ú n a s e y deja una super ior ís ima estocada, contraria depuro atra­carse, que produjo el «disloque», acertando el descabello al primer intento.

Cerró plaza Pregonero, n ú m . 34, colorado. Tardo en los arranques, pero codicioso, tomó ocho varas, por cuatro caídas y dos caballos. Algaheño clavó un par al cuarteo que «ni fú n i fá», y Montes, después de re­gular faena de muleta, dió fin de tan superior corrida con una buen í s ima estocada.

BL TOBO «VIOLETO»

M O N T E S D K S C A . B E L L A . N n O A L S E X T O TOBO

RESUMEN.—De los toros, superiores el segundo y quinto, y buenos los restantes. La nota dominante en estos toros es la nobleza; si no, d íganlo Algaheño y Montes, que los torearon como les dió la gana, se ador­naron en los quites y se marcharon deseando que todos los bichos que han de torear fueran de Lozano.

Por desgracia, es un ganadero que empieza, y apenas si r e ú n e cuatro corridas de toros y otras tantas no­villadas por año . ¡CJiocusté, D. Manuel! , y que pronto vayan sus reses á Madrid para confirmarse; pues se­guro estoy de que los aficionados de al lá han de batirle palmas, como lo han hecho los de acá.

(INSTANTÁNEAS DE MOYA) FKANCISCO MOYA.

M Á L A G A Novillada efectuada el 22 de Junio.

Para este día organizóse una corrida de novillos, vista la imposibilidad de combinar una de toros á be­neficio de las v íc t imas de la Martinica. La empresa cedió á la Comisión de la prensa, encargada de llevar a cabo el proyecto, las localidades todas de la plaza.

Fueron los toros de los hijos de D. J o a q u í n Pérez de la Concha, y los matadores contratados Bombita I I J ,

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A N T O N I O F K B K Z , « T O E H E i r O » , KN KL P B I M B B TOKO

Gallifo menor y Antonio Pazos; pero á ú l t ima hora se nos descolgó el segundo de ellos con una dolencia sos­pechosa y hubo necesidad de sustituirlo con el ignorado diestro Antonio Pérez, loreri to.

La entrada no pasó de mediana, y en la corrida hubo de todo, bueno y malo, abundando lo segundo más que lo primero. E l ganado cumplió bastante bien, en general, siendo fogueado el sexto. La presentación fué desigual, pues hab í a dos Loros pequefiitos, que no sé si por casua­lidad le tocaron al Jo­ven diestro Bombita I I I , así como los dos mayores al desdichado lorerito.

De la gente menuda se distinguieron Gue­rr i l la , Vuquerito y A l ­cántara, t^te ú l t imo en el salto de la garrocha.

Le los picadores, no hay que decir que lo hicieron tan nial como de uidiuario. Por sabi­no se calla.

Hablemos ahora de los matadores.

lorerito f u é presa de tal pánico al tomar por primera vez ios trastos, que no recor * damos faena tan detes­table como l a suya. Dos ó tres pases muy distanciado, y una se­rie inacabable de p i n - <BOMBITA III* PASANDO DB MULETA AL TOBO SEGUNDO

chazos en todas partes, entrando siempre como Dios le daba á entender; esto es, muy mal . Los'tres avisos el manso, pita horrorosa, proyectiles de todas clases, y el toro se muere, no sabemos de q u é .

Así empezó la corrida, y de una manera idént ica t e rminó , pues el Joven Pazos t a m b i é n perdió los pape­les en el último de la tarde, que mur ió asesinado por los peones á estocadas, pun­tillazos, e t c .- • una ignominia— después de una faena desgracia­dís ima del mata, dor y los avisos de ordenanza.

Los otros dos toros que corres­pondieron á es­tos muchachos, recibieron mejor y m á s b r e v e muerte; el cuar­to á m a n o s de Torerito, de una regular estocada; y el tercero, tras una buena faena de muleta de An­tonio Pazos, de m e d i a estocada algo caída.

Bombita I I I fué el que recibió m á s aplausos. Pasó al segundo con valor é inte­

ligencia y recetó una soberbia estocada, entrando]como unlvaliente. La ovación fué grande y merecida. En el quinto estuvo muy bien con la muleta, rematando varios pases con arte y lucimiento. Con el esto­

que no quedó á igual altura, pues hubo de dar un metisaca bajo, una estocada hasta el p u ñ o , un pinchazo y cuatro intentos de descabello.

Lo mismo este chico que Antonio Pazos prestaron gran an imac ión á la corrida con su manera elegante de torear.

(INSTANTÍNKAS DE MUCHABT) ABEN-HÜMEYA.

OVA.CÍÓN IÁ. « t fOMBITA IIL» D E S P U É S D E L A E S T O C A D A A L TOBO S E G U N D O

N O V I L L A D A S E N M A D R I D (Día* 2 5 d.e Tu-lio.)

E s t á visto; nos han condenado á madr i leños perpetuos. ¿Es que no existen oti'os novilleros, ó es que los matadores hijos de Madrid son tan excepcionales, tan exclusivamente buenos, tan selectos y exquisitos que no admiten comparac ión con los d e m á s , y como único manjar digno de servirse en la plaza de Madrid nos lo han de «meter por los ojos», d á n d o n o s á todo pasto combinaciones de diestros tan «fúnebres» y aburri­das como las que vamos soportando en esta temporadita de canícula?

Y conste que para mí son iguales los de «acá» que los de «allá», y me tiene perfectamente sin cuidado la procedencia de los toreros, con ta l que sean buenos y prometan algo más que adormecernos con sus faenas an t i a r t í s t i cas y «esaborías». No siento preferencias por nadie, n i distingo estilos, n i me ocupo en personali­dades. Formulo la pregunta que encabeza, porque los toreros que vamos viendo en las novilladas de este año . . . itodos son caros y malos 1 Y como da la picara casualidad de que—menos Cocherito de Bilbao—todos son naturales de Madrid ó su provincia . . .

¿Dicen ustedes que no los hay mejores? . . . Pues paciencia, res ignación y . . . iDios mejore nuestras ho­ras . . . y nuestras corridas!

Y vamos, muy á la ligera porque «la cosa» no merece m á s , á decir lo que ocurrió en la del día 25, festi­vidad de Santiago.

Los becerretes de Biencinto—ó de quien fueran—destinados á los rejoneadores Ledesma y Grané , cum­plieron regularmente. En la suerte de torear á caballo se d is t inguió Grané , que demos t ró «pupi la», valor y habilidad. Ledesma quedó bastante m á s abajo.

Manchao despachó los dos novillejos con hartas fatigas y algunos revolcones, saliendo del paso como Dios le dió á entender. Después de matar al segundo ingresó en la enfermer ía con un puntazo «en la cara interna de la raiz del muslo izquierdo, que interesa la piel y presenta dos orificios de entrada y ex tens ión de ocho cen t ímet ros» .

Los seis novillos de Palha dieron bastante juego, á pesar d é l o mal que fueron lidiados; algunos tardea-ron algo en el primer tercio, pero, por lo general, se crecían un poco al castigo y sos ten ían la pelea con vo­luntad; sobresalieron primero y segundo. En banderillas, unos por apurados y otros por lo mal picados que iban, mostraban tendencias á cortar y defenderse, y á ú l t ima hora se declaraban mansos, pero sin ofrecer dificultades n i malas intenciones. Respecto al ganado puede calificarse la corrida como muy aceptable. [Si fueran todas asíl . . .

Begaterín estuvo pesadito con la muleta en el primero, ejecutando una faena bastante movida y emba­rullada, para un sablazo atravesado, entrando mal, y una estocada regularmente puesta. {Palmas.)

Trasteó al cuarto despegado y sin arte, baciéndose pesado con la franela, para endiigar un pincbazo hon­do «cabe el só t anos , y por añad idu ra atravesado; otro pincbazo alto, cuarteando borriblemente; otro p i n ­chazo caído, en tablas, y un bajonazo . . . entrando á «toro mor ibundo». (Pitos.)

Llaverito estuvo aceptable con la muleta en el segundo, desarrollando un trasteo muy tranquilo y bas­tante confiado; pero abusó del trapo y logró aburrir al público y al toro, i Por finí acabó con su adversario atizándole media estocada mala . . . ipero muy malal

No demostró tanta confianza con la flámula en el quinto, al que, después de unos pases mediauejos, atizó un pincbazo, escapándose por la tangente, y media estocada buena, la de la tarde. (Palmas.)

Segurita en el tercero zaragateó de lo lindo con la muleta, y con el estoque señaló un pincbazo malo; otro barrenando, delantero, del qne salió «á cuatro pies»; otro bondo, cayendo rebotado; otro peor á paso de banderillas y otro en la misma forma, que hizo doblar al novillejo. Dió l in del sexto, previo un trasteo primo hermano del anterior, con media estocada «tantico» atravesada y «tantico» caída.

Picando, nadie hizo proezas dignas de mención especial; con los palos, Zayas, Leal (L.), Sordo y Pintu­ras; bregando, los mismos y Tomás Recatero. A este peón alcanzó el toro cuarto en la salida de un par, en­ganchándole y vol teándole aparatosamente, pero sin m á s consecuencias, por fortuna, que el deterioro en la laleguilla. La presidencia, apurando el primer tercio; la entrada, buena en la sombra y muy floja en el sol.

« * (IDía 2 7 d.© CT - C L l i o . )

Para esta corrida la empresa rebajó los precios; todavía resultan excesivos, pero . . . iqué diantrel . . . poco á poco se va lejos y no creo que pare ah í la cosa.

Eso de pagar por ver á Potoco, Chico de l i Blusa y Cocherito lo que se pagaba en otros tiempos por ver á Lagartijo y Frascuelo en apogeo, es un poco fuerte.

También, por esta vez, ha buscado la empresa variedad en la combinación de matadores, presentando en cartel un gaditano, un madr i leño y un bi lbaíno; «todos son peores», pero bueno es que se rompa la mo­notonía. Los toros—salvos el tercero y quinto, que fueron algo mayores, no mucho—resultaron, en general, pequeños. En cuanto á bravura, todos anduvieron tan escasos, que no les faltaba el canto de un papel de fu­mar para ser mansos, y de su empuje puede juzgar quien leyere, sabiendo que, por junto , se arrastra­ron . . . IMKTB CABALLOS! M i enhorabuena al contratista. Por lo demás , aunque en banderillas y muerte se defendían algo, no ofrecieron grandes dificultades; los que llegaron m á s descompuestos al ú l t imo trance fueron tercero y sexto. En resumen: el ganado cumpl ió á duras penas.

Y vamos con los matadores. Potoco, en el primero, demost ró que no es torpe con la muleta, mas . . . iayl que n i se confió, n i paró un

solo momento; sufrió en las primeros pases una formidable tarascada que acabó por descomponerle, y la faena le resul tó «un poquito desigual», con sus coladas y achuchones correspondientes, lío de peones y t i l a mar!> de cosas feas que aburrieron al toro, haciendo que éste se declarase en fuga. E l de Cádiz, con una cprudencia» m á s que regular, arreó un pincbazo bajo y una estocada en lo alto, «á paso de bander i l las» , entrando como quien viaja en au tomóvi l . (Palmas y pitos.) Rodeado y estorbado por los peones, bailando la pavana y desde honesta distancia, mule teó al cuarto, que llegó á sus manos sin pizca de mala in tenc ión . Con el estoque, señaló un pincbazo alto, echando por la calle abajo; otro, sin soltar y sin meterse . . . en dibujos; otro, estirando el brazo y manejando el pincho «á guisa» de barrena; otro pinchazo á t i ro de Maü-eer; un sablazo pescuecero, sin soltar; otro pinchazo en la misma forma; un intento de descabello, sin for­tuna, y otro mandoble pefcuecero. Dobló el toro y pitó el público.

Chico de la Blusa buscaba el desquite de su anterior «debacle», pero . . . «el torero propone y Dios dispo­ne». Encontró al toro segundo achuchando por ambos lados, y el muchacho, en vez de estrecharse y desen­gañarlo consintiendo bien con la muleta, emprendió la faena despegada y movida, por lo que sufrió varios achuchones y coladas, de las que se libró por facultades de piernas, que lo que es de brazos. . . iDios los dél Pinchó Vicente una vez sin llegar, y después nos obsequió con unos pases de zaragata, precursores de una estocada corta, arrancando, como siempre, desde diez leguas. iPor lo visto este muchacho no torea m á s que burriciegos! Más telonazos y media estocada a t r avesad í s ima , que deja cojo al novillejo. Recibió el dies­tro un aviso y acabó con el bicho mediante una estocada baja y delantera. (Pitos y palmas.) Desde cerca y tranquilo emprendió la faena con el toro quinto, que llegó en buenas condiciones á sus manos; después , sin motivo que justificase tanta «paura», fué d is tanc iándose cada vez m á s , y de tal modo se las arregló, que el torillo, noblote al principio, se descompuso al fin, como protestando de tan mala faena. Con el acero, se­ñaló Vicente un pincbazo alto, t i r ándose desde su casa, saliendo rebotado, luego un bajonazo y después una estocada buena, perdiendo el refajo y saliendo mal . (Palmas.)

Cocherito de Bilbao vió que el tercer novil lo estaba incierto, bastante apurado de facultades y defendién­dose, por lo que t ra tó de abreviar con tres ó cuatro pases buenos; y en cuanto el bicbejo cuadró se dispuso á entrar por uvas, pero los «inteligentes» le hicieron desistir, y aunque el muchacho estuvo valiente y con­fiado con el trapo, la faena resul tó pesada de verdad. Varias veces—á m i juicio con oportunidad en casi to­das—quiso Cocherito entrar á herir y otras tantas lo estorbó Chico de la Blusa avisando al toro . . . ¡Adiós, «maestro»! Por todo lo cual, la que pudo ser faena lucida se convir t ió en «lata» insoportable. Con el sable señaló un pinchazo tendido, otro arrancando desde lejos y barrenando, y media estocada contraria y tendi­da, entrando mal y saliendo peor. (Palmas.)

También estuvo confiado y quieto con la muleta en el sexto, y t a m b i é n abusó de la tela; además consin­tió la in tervención del peonaje; y se descompusieron el novillo y el espada, y Cástor atizó media estocada, que le salió contraria por adelantárse le el toro al engendrar el viaje, y una honda, caída . (Palmas.)

En quites se portaron los tres. Cástor toreó de capa al toro tercero rematando bien un lance de frente por detrás; puso al quinto un buen par al cuarteo, después de intentar el cambio inú t i lmen te . Potoco dejó unOj t ambién bueno, en la misma forma.

Picando, Charol y E l Cabañil, que puso una buena vara; el chico es voluntarioso y valiente, aunque lo ignora todo. Con los palos, todos quedaron en buen lugar, y bregando, loreri to de Madrid, Rolo y Cayetam to. La entrada, para ganar, y la presidencia, regular,

DON HERMÓGENES.

B A R C E L O N A Novillada efectuada en la plaza nueva el 24 de Junio.

Cuatio espadas: Cantaritos, Rerre, Canario y Lagart i j i l lo chico, se las entendiei-on con ocho novillos de

K l . P n n n O E «CANTAU1TOF» C I T A X D O P \ K A W Á A ^ A J U . — (CNST. D E P . AGUSTÍ)

Peñalver , que resultaron, en general, bravos y nobles, y, sobre todo, muy «apañaditos» para gente que em­pieza; cosa que—por desgracia^—no sucede á menudo, pues ya sabemos que, de algu­nos años acá . el ganado chico se reserva para las «eminencias»; y los iníelices no­villeros han de roer los huesos . . . ó cor­tarse la coleta. Esta vez, los muchachos, que son valientes y sienten deseos de agra­dar y hacer cartel, aprovecharon la oca­sión y se lucieron lo posible, sacando el mejor partido que las buenas condiciones del ganado permitieron.

La entrada fué floja, pero los concurren­tes salieron muy satisfechos de la corrida, que resul tó bastante animada y aceptable en todo. ¡En c u á n t a s «formales» no hemos visto cosas tan buenas cómo en ésta!

Basta de comentarios y digamos algo de lo que hicieron los espadas.

Cantaritos—que sus t i tuyó á Revertito— despachó el primer novi l lo , después de una faena aceptable, con una estocada á un tiempo, algo contraria y tendenciosa, que bas tó para que su adversairio se entregara ai punti l lero. « L A G A E T I J I L L O CHICO» K N E L P B I M B K TOBO

Pasó al quinto con serenidad y desde cerca, para señalar un buen pinchazo, que se aplaudió con justicia; después en t ró á volapié y dejó el estoque un poco desprendido, con lo que dobló el bicho y el espada con­quistó muchos aplausos.

Rerre estuvo valiente con la muleta en el segundo, rematando bien algunos pases, por lo que se le aplau­dió. Con el estoque tampoco estuvo mal: p inchó una vez, sin soltar el asador, y dejó luego una estocada que resultó descolgadita y suficiente para que el novillo se diera por vencido y el muchacho fijopo aplaudido.

OVACIÓN Á « C A N T A B 1 T O S » POK L A M U E B T E D E L I ' K I M U K T( K')

Brindó la muerte del sexto á los espectadores que ocupaban el tendido de sol n ú m . 4, y despachó su co­metido con un trasteo m m de valiente y aceptable, media estocada que el toro escupió y un descabello al segundo viaje. {Machos xxilmas.)

Canario en el tercero én tas iá tnnó con la muleta, adornándose como un maestro y trasteando á su enemi­go á los acordes de la mús ica y los aplausos; pero . . . iav!, abusó «del físico» y del percal, dando lugar á que el bicho se descompusiera, por lo que después pasó las de Caín para lograr que igualase. Metió el pió

« l iWRBE» E N T B A N D O A M A T A B A L S E G U N D O TORO SCANABIO» T O E K A N D O DK C A P A A L T H K O E K TüKO

izquierdo, sin dejar llegar, y señaló un pinchazo del que sal ió ' t rompicado; repitió en igual forma, para a t i ­zar una estocada honda, sin soltar el estoque por recibir un palo y saliendo también achuchado. El toro do­bló sin necesidad de punt i l la . En el sép t imo estuvo muy tranquilo con la muleta, pero sin saber despegarse al novillo en los pases naturales; en t ró desde lejos, pero en recti tud, para dejar media estocada en su sitio, y el toro dobló. (Aplausos y la oreja.)

Lagart i j i l lo chico pasó con va len t ía y lucimiento al cuarto, para recetar una^estocada corta en'los propio»

DA.NDO L A P U N T I L L A A L CCJABTO TOBO

( I N 9 T A N T Á N B A . S D E D . C A B U L L A Y J . P A G É 8 C U B I N Y Á )

encuentros, con la que el astado se ent regó á las muli l las. (ilfu-chas imlmas y oreja.)

Desde cerca y tranquilo hizo la faena en el octavo, y entrando bien atizó una estocada corta en las péndo las , saliendo empitona­do y suspendido, sin consecuen­cias, y perdiendo el trapo.

Dobló el novil lo y el diestro fué muy aplaudido y sacado de la plaza en hombros de sus ad­miradores.

Las cuadrillas, tanto la gente de á pie como la de á caballo cumplieron, sin descomponer el conj unto.

Los servicios, buenos. La presidencia, acertada. En resumen: una novillada

muy bonita y del tipo que de-bierfln ser todas, para que los muchachos principiantes pudie­ran hacer algo bueno.

JUAN FRANCO DEL RÍO.

L I S B O A

Corrida efectuada en Campo Pequeño el 15 de Junio. (BENEFICIO DE JOAQUÍN ALVES)

Creemos que anduvo poco atinado el apreciable caballero J o a q u í n Alves al prescindir en su fiesta de un buen espada y sustituir, si es que ta l fué su in tenc ión , ese elemento, hoy imprescindible en nuestras corri­das, por el certamen de banderilleros que organizó, con la agravante de aumentar algo los precios de cier­tas localidades.

Y , como se vió y era de esperar, el certamen no desper tó in terés alguno, y el resultado fué completa­mente negativo, pues sólo se llenaron po-

que la co m á s de la mitad de los asientos plaza contiene.

Aquel lo—á decir verdad—de todo tuvo menos de certamen, por la forma en que fué organizodo; pues la decisión, mejor di­cho, la apreciación del trabajo, quedó con­fiada á la «inteligencia» del públ ico , que al terminar la corrida dar ía sus votos al ar­tista que entendiese haber ejecutado la mejor faena, y pur ella le juzgase con de­recho á premio.

La idea es sencillamente cómica. Y no somos nosotros solos los que así

creemos. D. Segismundo Costa, el concienzudo y

erudito crítico po r tugués , expresóse en L a Epoca de este modo;

«Organizar, por consecuencia, un con­curso de este género sin previo nombra­miento de un jurado de reconocida compe­tencia que clasificase el trabajo de los l i ­diadores, era contribuir al mal éxi to del certamen que, preparado en esa forma, nunca podría dar un resultado satisfactorio y equitativo.

»Lo que se hizo no fué un certamen ar t ís t ico , sino una elección de toreros, dejando a l públ ico la facul­tad de votar al que le mereciese m á s s impa t í a s .

»En estas circunstancias, el acto no revist ió el menor carác ter ar t ís t ico, y se redujo apenas á demostrar cuá l fuera el banderillero que d isponía de m á s amigos y admiradores entre los aficionados que presenciaron la corrida.»

En conclus ión: fué un certamen sin valor alguno, y nada m á s . Púsose de relieve, sobre todo, el poco escrúpulo que hubo en la forma de la d is t r ibución de papeletas al

Jl l

<KL B A N D O » ( A N U N C I A N D O L A C O E B I D ^ )

núblico, que se hizo á ta entrada de las localidades, y no á la entrada de la plaza, como el sentido común paie-cía indicar, lo que se advir t ió después en vista de los malos resultados.

Espectador hubo que recibió tantas boletas, ó sea votos, cuantas veces se le antojó entrar en la localidad para la cual hab ía tomado billete, caso de que fuimos testigos.

lEs increíble, pero es verdad! No hemos dicho todo a ú n . A l final de la corrida, varios individuos se ocupaban en recoger del suelo las papeletas que los especta­

dores h a b í a n arrojado fuera, muchas de ellas intactas, porque hubo quien no quiso molestarse en votar, ¡y entonces era verlos apuntar los nombres de sus artistas preferidos y depositar en las urnas los votos á

manos llenas! . . . Y como si esto fuese poco, basta un em­pleado de la plaza, un portero, ¡se ocupaba t a m b i é n en la tarea, y parece que con grande in terés 1

Vigilancia, no existió ninguna. i N i siquiera vigilancia! . . . 1 Sea todo por Dios! Lo cierto es que la ion-ida se verificó, el certamen tuvo

la validez que el públ ico creyó deber darle con sus sufra­gios, como estaba anunciado, y el feliz mortal que obtuvo el premio de m i l pesetas fué el banderillero Silvestre Cala-baca, que alcanzó mayor ía con 1.289 votos.

Por esa votac ión, insignificante sin duda, atendiendo a exceso de votos que resul tó por las razones apuntadas, á

CAMPO m n m K

mu u n i s i i n

íooosm

Jwtu nuUiCwlw

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\\\i's iiíh i i n- 'mu l' i

i RflOAl nrmnci

C A E T E L D E L A C O E B I D A

( De l a «L i togra f ía de P o r t u g a l » . )

OVAOIÓN Á J . A L V K S D E S P D É « DtC ) A L I D I A D R f , Q f ]N i 0 T O R O

que la plaza tiene capacidad para m á s de 8.000 especiado res, y á que la entrada fué superior á la mitad de lus asien­tos, se puede apreciar la importancia que el público úiá al caso y de qué forma comprendió el trabajo y emit ió sus votos.

Y terminamos, repitiendo a ú n , con Santonillo, el meri-t í s imo crítico de O1 Jornal: ,

«Certamen sin jurado, no puede tomarse en serio. El pú­blico será muy soberano, muy entendido, pero es anón imo y no tiene responsabilidad y se inclina—por lo general—¡i tomar por oro de ley lo que no es más que mal dmiblé.

>Total: nadie se interesó en el certamen, lo que no ocu­rriera si allí hub ié ramos tenido un jurado competente y equi ta t ivo.»

Esa es la verdad. Y vamos á la corrida, que, con raras excepciones, bien

pobre fué en cuanto á trabajos meritorios.

Los roaos .—Per tenec ían á D. Emilio Infante. Aunque, en general, no se excedieron, cumplieron bien, lo que ya es motivo de alguna satisfacción en los tiempos que corren.

Estaban bien criados y, en su mayor ía t e n í a n t ipo, si bien alguno que otro andaban defectuosos de en­cornadura.

En fin, los de Valle de Figueira de esta tarde, en nada se parecieron á los ú l t imos de la misma proceden­cia lidiados en esta plaza.

Los CABALLEROS.—Por especial obsequio al beneficiado se prestó á tomar parte en la corrida el valiente aficionadoMuan Marcelino de Acevedo, que en cuanto se presentó en el redondel para torear el sexto fué

/ B A N D E B I L L E R O S QUK T O M A R O N P A E T B E N E L C E R T A M E N

recibido con una bronca mayúscu l a , que no tuvo fin hasta que salió de ' la plaza. Lo que ocurrió, debiera haberlo previsto el apreciable aficionado, pues le consideramos con la inteligencia necesaria para compren­der que quien pisa el redondel no puede asociarse á esas manifestaciones de censura y desagrado en que con m á s ó menos razón, acostumbra á intervenir casi todas las tardes.

Por fortuna suya, el toro que le destinaron rema tó en las tablas al recibir 'el segundo rejón, rompiéndose un cuerno, por cuyo motivo Juan Marcelino sólo pudo clavar dos «fe­rros», á cambio de sendos estrepito­sos batacazos.

Fernando de Oliveira, muy bien en el primero; c o n t i n ú a entusias­mando al públ ico con su primoroso trabajo.

J o a q u í n i Ivés, en el quinto, de­most ró conocer las condiciones de la res con quien tuvo que habé r se la s , ejecutando una l idia variada y me­ri toria .

Tanto F e r n a n d o como A l ves fueron muy ovacionados.

Los HANDKRÍLLKKOS.—En el cer­tamen entraron los banderillerus Jorge Cadete, Silvestre Calabaca, José Marl ins , Torres Branco, M a ­nuel de los Santos y T o m á s da Rocha.

Aunque el públ ico otorgase el premio á Silvestre Calabaca, por mayor ía de votos, no podemos acom­paña r l e en su resolución. Nuestra opinión es que, para proceder en justicia, debió concederlo á Torres Branco, como fué opinión de toda la prensa, al frente de la cual se ha­llaban crít icos de tanta respetabili­dad y competencia como Segismundo Costa, de L a Epoca; José Farla, de E l Diario del Comercio; Tito David, de L a Revista Taurina, etc.

Torres Branco fué, entre todos, el que, indudablemente, puso los mejores pares de la tarde, trabajando con inteligencia, llegando á la cara de los toros por derecho y con calma, levantando bien los brazos y que­brando como él sabe y el arte manda. Así torean los maestros y así toreó Torres Branco esta tarde, y así debe hacerlo siempre.

Tanto los dos pares q u e ' c u a r t e ó en el tercero, como^eFque puso en el noveno fueron «de pr imera», y con i mucha razOn y entera jus­

ticia, á nuestro parecer, obró la prensa colocando su nombre en primer l u ­gar.

Seguidamente clasifica­remos á Tomás da Rocha, que colocó dos pares supe­riores en el cuarto y sépti­mo. Quiso torear de mule­ta, pero nada hizo. Hay que aprender primero en las plazas de fuera, para • leSDués presentarse en la de la corte.

Silvestre Calabaza—el vencedor según el público —clavó dos pares regula­res en el segundo; y en el

, noveno uno, quebrando en s i l l a , y dos al cuarteo, t a m b i é n regulares. Fué, á la verdad, el que más to­reó y el m á s bullidor, pero de n i n g ú n modo su traba­jo le dió derecho á ser cla­sificado como preferente.

Manuel de los Santos, muy desgraciado con las banderillas. Con el percal r e m a t ó algunos pases regula­res, y en la brega fué el que m á s se d is t inguió .

Cadete estuvo t a m b i é n poco afortunado con los palitroques. José Mart ins, lo mismo. Con el capote, regular. Y aqu í tienen los lectores el resultado de un certamen en el que los concurrentes quedaron peor que en

una corrida ordinaria. ¡Y venga otra, que a ú n puede ser que la veamos peor! En el palco regio asist ió el Sr. Infante D. Alfonso.

CARLOS ABRED. (INSTANTÁNEAS BE FERNANDO YISOAS)

S I L V E S T R E C A L A B A C A

5 (Vencedor según los votos del público.)

TORRES BRANCO (Vencedor en opinión de la prensa.)

HÚMERO EXTRAORDINARIO El domingo 3 de Agosto p róx imo publica­

remos un I^iuiiii'ro extraordinario de SOL Y SOMBRA dedicado á la información gráfica de los festejos y corridas celebradas este año en Santander, con profaeión de fotografías muy curiosas é interesantes.

Como es costumbre, y á pesar de los excesi­vos gastos que esto nos origina, dicho l \ú-nioro e x í r a o r d ó n a r i o se venderá en toda España al precio corriente de 20 céntimos.

S e v i l l a —22 de Junio.—Beneficio de la Herman­dad de la Virgen de la Victoria.—Los novillos per­tenecían á las ganader ías de Ibarra, Concha Sierra, Peñalver, Moreno yantao ia r ía , Oiaolanrruchi y Ta-viel de Andrade. Los toros que mejor deiaron puesta su divisa fueron los de Peñalver y Taviel de Andrade.

Machio estuvo poco afortunado y demostró en su segundo haber olvidado hasta los m á s rudimentarios conocimientos del toreo. Estuvo apát ico en quites, y mal estoqueando, porque nunca en t ró de cerca y siempre se echó fuera. {Pitos.)

Cocherito fué el que rnád agradó por su actividad é inteligencia. Hizo dos buenos quites, marcó dos cam­bios superiores, y lanceó notablemente de capa. Es­toqueando estuvo Cocherito muy valiente, sufriendo una aparatosa cogida en el toro quinto, de la que re­sultó con un varetazo en la ingle derecha.

Aguilarillo most ró grandes deseos de agradar al público. Estuvo val ient ís imo y desenvuelto, y al dal­las dos estocadas con que despachó los dos «novillos» que le tocaron en suerte, en t ró corto y por derecho y se acostó materialmente en el morrillo de los astados. [Ovaciones.)

Las cuadrillas, bien, y la presidencia, acertada.— Ol.MRDO.

M e d i n a d e R i o s e c o . — 2 2 de Junio.—Reoertito y Palomar chico se entendieron con novillos de Cua­drillero, que cumplieron medianamente.

Ni Revertito ni Palomar chico hicieron nada nota­ble. El segundo de los diestros citados fué cogido por el toro que le correspondió en primer turno, saliendo ileso por fortuna. Se armó gran bronca porque parte del público pedía m á s caballos y otra que pareasen los matadores, y Zaragozá, que se disponía á cumplir su cometido, fué objeto de brutal agresión por parte de algunos bárbaros , que le abofetearon. Cayeron en el redondal palos, botellas y otros «proyectiles», cal­mando el tumul to , que iba siendo grave, la oportuna

presencii de un teniente de la Guardia c iv i l , que se dispuso á meter en cintura á los levoltosos. —PKUKO CABIÓN.

B a d a j o z . — 2 4 de Jimio.—Se lidiaron seis Salti­llos, que dieron juego, sin bacer proezas.

Fuentes y Mnchaquito estuvieron trabajadores toda la tarde y con deseos de agradar.

En la muerte de sus toros no rayó el diestro sevi­llano á la altura de su fama, n i mucho menos, y el de Córdoba estuvo tan valiente como acostumbra, y afortunado. Sin embargo, justo es consignar que ninguno satisfizo por completo á la concurrencia, que salió de la plaza bastante mal impresionada. Y no merece más ex tens ión la corrida celebrada en la capital ex t r emeña el día de San Juan.—P.

W l a r c h e n a . / de Junio.—Los novillos de Sé -gur í , buenos. El tercero fué fogueado.

Pazos, que actuaba de primer espada, hizo una faena de muleta superior, coreada con lolés!; coronó tan buen trasteo con media estocada «super», de la que cayó el bicho sin necesitar punt i l la . (Ovación, música y oreja.) En el segundo no estuvo tan acerta­do al herir; un pinchazo en lo duro y dos hondos, bien señalados , dieron fin del animal. (Palmas.)

Gordito estuvo desgraciado, por lo que le aconsejo que modere su afición y no se exponga á un percan­ce serio.

Los aficionados se quejan de que la empresa no les haga ver corridas con ganado de divisa acreditada, y como tienen razón, traslado tan justa demanda á quien corresponda.

—29 de Junio.—Los toros de Fuentes Pavón , regu­lares. Martincho quedó bien matando el novillo que le correspondió, recibiendo muchos aplausos y un regalo del Sr. Andrade, á quien lo había brindado. ( ano t ambién fué aplaudido matando. Picando, Pa­rra ; en banderillas y brega. Espartero chico: la pre­sidencia, acertada.—Luis MAKÍA.

C a r t a g e n a . — H e m o s recibido el programa anun­ciador de las magníficas corridas de toros que con motivo de la feria han de tener efecto en esta hermo­sa población de Levante los días t) y 10 de Agosto próximo, l id iándose turos de las famosas ganader ías de Saltillo y Cámara , por las cuadrillas de los aplau­didos diestros Fuentes y Algabeño.

S a n l u c a r d e B a r r a m e d a . — V / de Junio.—La novillada organizada para este día dejó mucho que desear en cuanto al ganado que presentó el Sr. Pe­ñalver . E l segundo resul tó bravo; los d e m á s , man­sos. E l tercero fué fogueado.

Cocherito de Bilbao empleó en su primero, que f u é el m á s chico, un mediano trasteo, para una estocada

baja, volviendo la fisonomía, y á su segundo lo pasó de muleta algo desconfiado, despiichándolo de un go­lletazo. En este toro puso un buen par de fuego al cuarteo y fué cogido y volteado, resultando con la taleguilla rota. Con el capote fué muy aplaudido.

Ostión, para deshacerse de su primero, hizo un buen trasteo, confiándose con el trapo rojo, para me­dia estocada superior, por Ja que fué ovacionado; y en su segundo dió varios pases de cerca, un pinchazo alto y una buena estocada.

De los picadores, ninguno; con los palos, Cayelani-toy Niño de la Curra y Sinsuerte; bregando, este ú l t i ­mo; la presidencia, acertada; la entrada, regular.— DÍAZ PAKKJO.

S e g o v i a . — 2 9 de Junio.—Corrida de feria.— Los toros de D.a Aurea Gómez, de Colmenar, exagerada­mente givndes y cornalones. E l m á s grande, el quin­to, resul tó un buey. Los restantes, superiores por su pocier, bravura y nobleza. Entre todos tomaron trein­ta varas, por veint idós caídas y quince caballos muertos.

Lagart i j i l lo estuvo aceptable toreando y en quites. Mató regularmente el primer toro, bien el tercero, y muy bien el quinto, siendo muy aplaudido.

Jerezano, en sus t i tuc ión de Quinito, estuvo regular toreando, desconfiado con la muleta y con el acero; mal en el segundo toro, superior en el cuarto, y re­gular en el sexto. También fué aplaudido.

Picando, Pino; con los palos. Marra chico; bregan­do, éste y Americano; la uiesidencia, mal.—ANTONIO B )KGA .

C á d i z . — ( Z e Jimio.—Se corrieron seis reses de Sarga, que dieron a lgún juego.

Gallito fué el que escuchó m á s palmas en la tarde, pues tanto con los rehiletes como con el acero estu­vo bastante afortunado. Con el capote y la muleta no convenció á los aficionados.

Agualimpia, que es un chico muy valiente, no pa­só de regular en todo lo que hizo. Fué cogido por el toro quinto al intentar poner las banderillas al cam­bio, resultando con la ropa destrozada.

Cocherito no perdió en esta corrida las s i m p a t í a s que se h a b í a granjeado en las anteriores por su t ra ­bajo y va len t ía . Las faenas fueron breves, y no t u ­vieron lucimiento á causa de las condiciones de los novil los. Bien con los palos, y en quites, oportuno. Banderilleros y picadores, muy medianos.—GAONA.

L i m a (Perú\—,20 de Abri l .—Los toros del país re­sultaron malos, sin bravura, sin cuernos y sin po­der; el cuarto fué retirado por manso, y el sexto, fo­gueado. Bonarillo, bien en el primero y superior en el tercero. Algabeño chico, aceptable en el segundo, superior en ei cuarto y regular en el sexto. Coquine-ro, que por cesión de Bonal y con anuencia del pre­sidente m a t ó al quinto, demost ró que n i tiene valor para torear n i sabe «cómo se come» eso de matar re-ses bravas. Con el capote, muy bien los dos espadas; picando. Agujetas; con los palos, Moyano, que puso

cá tedra ; toreando á caballo, Gal lóse, que no pasó de regular; la entrada, muy buena.

—27 de Ab) i l .—De los seis toros presentados, cua­tro fueron retirados al corral y sustituidos, por man­sos: en conjunto, resultaron pés imos . Bonarillo es­tuvo medianejo en el primero, aceptable en el terce­ro y mal en el quinto. Algabeño chico, bien en el se­gundo, mal en el cuarto y regular en el sexto. En lo d e m á s quedaron bien ambos espadas. Las cuadri­llas poco pudieron hacer por Jas malas condiciones del ganado; eso no obstante, se d stinguieron, como siempre, Moyano y Agujetas. La entrada, buena.

—4 de Mayo.—Toros, malos. Bonarillo, regular muy bien y mediano. Algabeño chico, aceptable, muy bien y regular. En quites y bregando, trabajadores y oportunos Jos dos. Los d e m á s , cumplieron.

—11 de Mayo. —El ganado, pequeño y escaso de bravura. Bonarillo no estuvo muy afortunado en la muerte de los toros que le correspondieron, y con el capote y en quites fué aplaudido. Algabeño chico tam­poco logró entusiasmarnos en el ú l t imo tercio, aun­que en lo d e m á s hizo cositas de torero. Las cuadri­llas, cumplieron; Ja entrada, buena.

—18 de Mayo.—Se es t renó ganado de «Huanca» y sólo uno de los toros llegó á estoquearse; los otros regresaron á los corrales «por imposibles:», siendo reemplazados. Bonarillo estuvo mal en el primero y peor en el cuarto. Algabeño chico, mediano en el se­gundo y superior en el quinto. Fulguita (Juan Do­mínguez) estuvo aceptable matando los dos toros que le destinaron y bien en banderillas.

—25 de -MÍM/O.—Tampoco hizo milagros el ganado en esta corrida. Bonarillo estuvo poco afortunado en la muerte de sus toros. Algabeño chico no quedó muy por encima del maestro, aunque su faena con el to­rete quinto se aplaudiera en justicia, y Pulguita lo­gró hacer buenos á sus compañeros , porque él estu­vo peor. Se p resen tó la imitadora de D. Tancredo, Lola Salinas, pero á las primeras de cambio, el torete dió con ella en tierra, y ¡adiós «sugest ióm 1

1.° de Junio.—Esta vez el ganado resul tó bueno, y mejor hubiera sido si se l idiara como el arte manda; en esta corrida, los malos fueron los toreros, por aquello de que «cuando pitos, flautas» . . . Y es el caso qu^ casi siempre resultan «peores» toros y to­reros. Bonarillo, mal y aceptable; Faico, bien en Jos dos toros que ma tó ; Maera, desgraciado; Algabeño chico, valiente y acertado en el cuarto, y mal, muy mal, en el octavo.—JEEOMO (1).

B i b l i o g r a f í a . — L & Biblioteca Rosa ha publicado dos tomos tan interesantes como los anteriores: iVo-che trágica, de Daudet, y E l Capitán Burle, de Zola; la Biblioteca Azul: E l hijo maldito, de Balzac, y Orso, de Syenkiewiz. Los nombres de los autores son el mejor elogio que puede hacerse de esos libros, y el editor Sr. Molinas merece p lácemes por su deseo de popularizar tales obras.

(1) L a falta de espaciónos oblig-a á dar tan extractadas las reseñas de estas corridas, que nuestro inteligente redsctor-corresponsal en Lima ha remitido con la minncicsa extensión en é-l acostumbrada.—N. UE LA R.

Agfnlc exclusivo en la Ríp.a Mtxicana: Yaleolío del Pino, Espalda de los Gallos, 3, México p£StL Agente exclusivo en el Perú: L A JOYA L I T E R A R I A de J . Boix Ferrer, Portal de Botone­

ros, 48 y 50, LIMA (Apartado 69), y en la sucursal de AREQUIPA, Mercaderes, 72.

No se devuelven los originales que se reciban, ni se abona cantidad alguna por los trabajos que no se hayan encargado, aun en el caso de que lleguen á publicarse.

Reaervsdo! todos los derechos de propiedad artística y literaria. Imprenta de SOL T SOHBBA.