-Data-Revista No 03-07 Dossier5 (1)

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  Ap un tes sobre el Pensami ent o Económico Colombiano en la segunda mit ad del Siglo XX Luis Bernardo Flórez Enciso" A partir de dos preguntas centrales: ¿cuáles son los problemas centrales y las soluciones que han planteado los economistas en Colombia?, y ¿a qué orden de preocupaciones responden esos problemas y esas soluciones?, el trabajo explora el desarrollo del pensamiento económico colombiano de la segunda mitad de este siglo. En ese examen revisa tres asuntos básicos: las fuentes teóricas y de política económica, el escenario político e institucional dentro del cual este pensamiento se ha desarrollado; y los debates y opciones de teoría y política que aquí se han presentado. Con respecto al primero, lo fundamental es la interpretación de la influencia de las diversas teorías económicas en los economistas colombianos. Con respecto al segundo, lo central es el examen del contexto político e institucional que ha enmarcado el desarrollo del pensamiento político colombiano. En cuanto al tercero, hay una revisión concreta de las propuestas y discusiones conceptuales y de política económica, que se derivan de los dos asuntos previamente tratados. * Director, Junta Directiva del Banco de la República y Profesor de la Universidad Nacional. Agradezco las valiosas y detalladas observaciones de César González a una versión anterior de este articulo y las pacientes horas que él y varios amigos me han dedicado para escuchar y controvertir mis inquietudes sobre este tema. En especial, Antonio Hernández, Gabriel Misas, Alberto Corchuelo, Roberto Junguito, Consuelo Corredor y Astrid Martínez.  Preámbulo Mi buen amigo Francisco Leal me ha solicitado un escrito de 40 páginas (en letra Times Roman 14), sobre la historia de la economía en Colombia y me ha impuesto dos requisitos: primero, que lo despoje de los tecnicismos propios de nuestra disciplina y sea, por lo tanto, accesible a públicos no especializados; y, segundo, que muestre "fuerza en las descripciones y el análisis, y claridad y sencillez en el lenguaje" . Supongo que estas advertencias tienen que ver con lo que los no economistas aprecian como un lenguaje enredado y abstruso, que es característico de los escritos de los economistas, y que hace difícil su comunicación con públicos amplios y le confiere un aire esotérico y místico a esta ciencia. Así que a la complejidad del tema tengo que sumar las apropiadas indicaciones que se me han hecho sobre el estilo de exposición. Confieso que en el último par de meses en los que he estado pensando en esta tarea, estuve a punto de abandonarla varias veces, a pesar del entusiasmo que me ha despertado. En todo caso, entrego a Pacho y sus lectores esta versión (extractada de un documento más amplio y aún inconcluso), sin estar seguro hasta donde he cumplido alguno de los requisitos. Por fortuna, la solicitud también me exime, esta vez, de empezar con un primer capítulo de "consideraciones metodológicas"  con el cual, ante todo, los economistas buscamos liberar nuestros espíritus de los fantasmas que nos acosan al abordar un tema cualquiera, sobre el alcance, las perspectivas y la lectura epistemológica de-nuestras reflexiones y angustias. Esas consideraciones, que pocos entienden, son una forma de precaverse de las críticas por lo que se dice y lo que no se dice, por anticipar la postura científica de lo que se afirma o lo que se niega y, en fin, por ubicar (con mayor o menor suerte), la disciplina económica en el devenir teórico de la historia o de la sociología de las ciencias 1 . Mi incursión en el tema busca, en esencia, abordar dos preguntas que pueden resumir su alcance: ¿Cuáles son los problemas centrales (y soluciones), que han planteado los economistas en Colombia? ¿A qué orden de preocupaciones responden esos problemas? Para ello, exploro el desarrollo del pensamiento económico colombiano (posterior a 1950), alrededor de tres temas  1  Remito al lector a Jesús A. Bejarano, quien acaba de escribir otro ensayo ilustrativo sobre el tema y a las consideraciones metodológicas de Jorge Orlando Melo sobre la historia de la actividad científica: Jesús Antonio Bejarano (comp.),  Hacia Dónde Va la Ciencia Económica en Colombia, Bogotá, Tercer Mundo Editores, 1999; Jorge Orlando Melo, básicos: primero, sus fuentes teóricas y de política económica; segundo, el escenario político e institucional  dentro del cuál se ha desarrollado; y, tercero, los debates y las opciones de teoría y política que se han presentado en nuestro país. Los diversos

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  • Apuntes sobre el Pensamiento Econmico Colombiano en la segunda mitad del Siglo XX

    Luis Bernardo Flrez Enciso"

    A partir de dos preguntas centrales: cules son los problemas centrales y las soluciones que han planteado los economistas en Colombia?, y a qu orden de preocupaciones responden esos problemas y esas soluciones?, el trabajo explora el desarrollo del pensamiento econmico colombiano de la segunda mitad de este siglo. En ese examen revisa tres asuntos bsicos: las fuentes tericas y de poltica econmica, el escenario poltico e institucional dentro del cual este pensamiento se ha desarrollado; y los debates y opciones de teora y poltica que aqu se han presentado. Con respecto al primero, lo fundamental es la interpretacin de la influencia de las diversas teoras econmicas en los economistas colombianos. Con respecto al segundo, lo central es el examen del contexto poltico e institucional que ha enmarcado el desarrollo del pensamiento poltico colombiano. En cuanto al tercero, hay una revisin concreta de las propuestas y discusiones conceptuales y de poltica econmica, que se derivan de los dos asuntos previamente tratados. * Director, Junta Directiva del Banco de la Repblica y Profesor

    de la Universidad Nacional. Agradezco las valiosas y detalladas observaciones de Csar Gonzlez a una versin anterior de este articulo y las pacientes horas que l y varios amigos me han dedicado para escuchar y controvertir mis inquietudes sobre este tema. En especial, Antonio Hernndez, Gabriel Misas, Alberto Corchuelo, Roberto Junguito, Consuelo Corredor y Astrid Martnez.

    Prembulo

    Mi buen amigo Francisco Leal me ha solicitado un escrito de 40 pginas (en letra Times Roman 14), sobre la historia de la economa en Colombia y me ha impuesto dos requisitos: primero, que lo despoje de los tecnicismos propios de nuestra disciplina y sea, por lo tanto, accesible a pblicos no especializados; y, segundo, que muestre "fuerza en las descripciones y el anlisis, y claridad y sencillez en el lenguaje". Supongo que estas advertencias tienen que ver con lo que los no economistas aprecian como un lenguaje enredado y abstruso, que es caracterstico de los escritos de los economistas, y que hace difcil su comunicacin con pblicos amplios y le confiere un aire esotrico y mstico a esta ciencia.

    As que a la complejidad del tema tengo que sumar las apropiadas indicaciones que se me han hecho sobre el estilo de exposicin. Confieso que en el ltimo par de meses en los que he estado pensando en esta tarea, estuve a punto de abandonarla varias veces, a pesar del entusiasmo que me ha despertado. En todo caso, entrego a Pacho y sus lectores esta versin (extractada de un documento ms amplio y an inconcluso), sin estar seguro hasta donde he cumplido alguno de los requisitos.

    Por fortuna, la solicitud tambin me exime, esta vez, de empezar con un primer captulo de "consideraciones metodolgicas" con el cual, ante todo, los economistas buscamos liberar nuestros espritus de los fantasmas que nos acosan al abordar un tema cualquiera, sobre el alcance, las perspectivas y la lectura epistemolgica de-nuestras reflexiones y angustias. Esas consideraciones, que pocos entienden, son una forma de precaverse de las crticas por lo que se dice y lo que no se dice, por anticipar la postura cientfica de lo que se afirma o lo que se niega y, en fin, por ubicar (con mayor o menor suerte), la disciplina econmica en el devenir terico de la historia o de la sociologa de las ciencias1. Mi incursin en el tema busca, en esencia, abordar dos preguntas que pueden resumir su alcance: Cules son los problemas centrales (y soluciones), que han planteado los economistas en Colombia? A qu orden de preocupaciones responden esos problemas? Para ello, exploro el desarrollo del pensamiento econmico colombiano (posterior a 1950), alrededor de tres temas

    1 Remito al lector a Jess A. Bejarano, quien acaba de escribir otro ensayo ilustrativo sobre el tema y a las consideraciones metodolgicas de Jorge Orlando Melo sobre la historia de la actividad cientfica: Jess Antonio Bejarano (comp.), Hacia Dnde Va la Ciencia Econmica en Colombia, Bogot, Tercer Mundo Editores, 1999; Jorge Orlando Melo, bsicos: primero, sus fuentes tericas y de poltica econmica; segundo, el escenario poltico e institucional dentro del cul se ha desarrollado; y, tercero, los debates y las opciones de teora y poltica que se han presentado en nuestro pas. Los diversos

  • temas estn interrelacionados, por lo cual, dadas las limitaciones establecidas para esta resea, ser selectivo en su discusin.

    El primero de los temas tiene que ver, en buena parte, con la influencia que las diversas teoras econmicas han ejercido sobre nuestros economistas, como tericos o como hacedores de polticas. El segundo se refiere, en particular, al contexto poltico e institucional que ha marcado el desarrollo del pensamiento econmico en nuestro medio. El tercer tema se concreta en las propuestas y discusiones conceptuales y de poltica econmica y recibe su influencia directa e indirecta de los dos anteriores.

    Naturalmente, el contenido de las preguntas y el orden de preocupaciones se han modificado ante el profundo cambio econmico que registr Colombia en estas cuatro dcadas. Hubo un crecimiento acumulativo y casi continuo del ingreso per-cpita, la poblacin y la actividad econmica pasaron a ser predominantemente urbanas, disminuy aceleradamente la tasa de crecimiento demogrfico, se desarroll y diversific la produccin para el mercado local y para las exportaciones, la educacin se expandi en forma notable, mejoraron drsticamente las condiciones de salud, una proporcin creciente de la gente accedi a la seguridad social, los servicios pblicos se extendieron a la mayor parte de la poblacin y la infraestructura fsica se multiplic y moderniz.

    Este proceso de crecimiento elev sustancialmente las condiciones de vida de la poblacin, redujo en forma importante el nivel de pobreza y mejor la distribucin de los ingresos. Ciertamente, an subsiste una considerable proporcin de colombianos en situaciones de pobreza, necesidades bsicas insatisfechas, desnutricin y limitadas oportunidades de acceso a mayores niveles de educacin.

    Este proceso se ha dado en medio de coyunturas polticas violentas, en perodos de polticas econmicas cambiantes o incoherentes y, an, en situaciones internacionales desfavorables. Sin duda, las fuerzas adversas han debilitado el ritmo de progreso en algunas pocas (casi haciendo perder las esperanzas o invadiendo de pesimismo el espritu colectivo), pero no han logrado frenarlo del todo. El curso histrico de evolucin econmica y social tambin ha interactuado con un notable cambio cultural, auspiciado por los enormes avances tecnolgicos y por las poderosas fuerzas de la globalizacin. Con ello, se han generado nuevos valores y mentalidades, para bien o para mal, y a veces ms para mal que para bien. Como lo escribe con envidiable estilo, Jorge Orlando Melo:

    En los ms alejados y remotos rincones de la

    geografa nacional y en todo el espectro poltico, el mundo que rige la vida personal es el del capitalismo salvaje, el del individualismo ms radical, el del consumo frentico de lo que pueda conseguirse, el del sacrificio de cualquier consideracin para el logro de las metas personales, el de la violencia latente o visible. Y no son pocas las pruebas que la moral de origen religioso ha perdido casi toda eficacia, desde el plano menos dramtico de la vida sexual, hasta el respeto a la vida ajena2.

    Esto refleja, en alguna forma, que lo que se ha dado en el pas ha sido un acelerado proceso de modernizacin pero sin una modernidad equivalente del Estado, la poltica y la sociedad, por lo cual han sido inevitables los choques y conflictos de alta intensidad3.

    Los fundamentos tericos

    Auge y crisis de la sntesis neoclsica

    La segunda mitad del siglo puede caracterizarse, desde el punto de vista del pensamiento o paradigma econmico dominante, como un ciclo terico de auge y decadencia de lo que se ha denominado la sntesis neoclsica (o el "keynesianismo bastardo", para usar un trmino acuado por la Profesora Joan Robinson, una de las discpulas excepcionales de Keynes. Ciclo que, un poco arbitrariamente, se puede dividir en dos perodos de 25 aos, correspondientes a sus pocas de auge y decadencia.

    La sntesis neoclsica deriv su nombre de la

    "La Historia de la Ciencia en Colombia", en Revista Universidad d Antioquia, Medelln. No. 203,1986. En todo caso, los economistas en nuestro pas se han ocupado muy poco por estos temas. Destacara los artculos incluidos en el libro de Bejarano antes referenciado y el ensayo de Salomn Kalmanovitz, "Notas para una Historia de las Teoras Econmicas en Colombia" en Ciencia, Tecnologa y Desarrollo, No. 3-4, Bogot, 1986. Buena parte de lo que se ha escrito se ha dedicado a efectuar reseas biogrficas y bibliogrficas, sin mayor rigor y con mucha prevencin o apasionamiento, dependiendo de la antipata o simpata que despierte el autor que se resee.

    2 Jorge Orlando Melo, "Colombia: Perspectivas", en Gran Enciclopedia de Colombia, Bogot, Crculo de Lectores, 1991, pg. 617.

    3 Vase la sugestiva reflexin que sobre estos temas hace Consuelo Corredor, Los Lmites de la Modernizacin, Bogot, CINEP, 1992.

    adaptacin de la teora de Keynes (formulada en los aos veinte y treinta), a los cnones del modelo competitivo de equilibrio general de la teora neoclsica, incorporndole el concepto keynesiano de desempleo involuntario asociado a deficiencias en la demanda agregada de la economa4. Bsicamente, la propuesta derivada de

  • esta corriente sealaba que en condiciones de flexibilidad de precios se dara un equilibrio en todos los mercados con pleno empleo; sin embargo, en situaciones de inflexibilidad en salarios y precios, se obtendran equilibrios con niveles de empleo inferiores al pleno, ante insuficiencias en la demanda agregada (en el consumo o en la inversin, pblicos y privados, o en las exportaciones en el caso de un modelo de economa abierta). Estas situaciones podran ser duraderas, por lo cual se haca necesaria la adopcin de polticas que estimularan la demanda agregada y, con ello, el nivel de empleo. Una parte del debate entre distintos autores tuvo que ver con la eficacia mayor o menor de las polticas fiscales frente a las polticas monetarias.

    La sntesis neoclsica se complet con la nocin de una relacin inversa y estable entre el desempleo y la inflacin (que se deriv y generaliz de estudios empricos y se patent conceptualmente como la "Curva de Phillips", a finales de los aos cincuenta). De esta forma, podan adoptarse polticas de estmulo a la demanda agregada que produjesen una combinacin aceptable entre tasas de desempleo bajas y tasas de inflacin moderadas. El ncleo esencial de la concepcin as desarrollada era que la modificacin de variables nominales poda afectar los niveles de variables reales tales como la produccin y el empleo.

    Esta construccin terica apuntal durante un cuarto de siglo dos procesos simultneos: en la teora, un consenso creciente alrededor de sus postulados y el consiguiente desarrollo cada vez ms formal del modelo en trminos de su contrastacin, su verificacin emprica, su incorporacin de nuevas hiptesis y nuevos resultados; y en la poltica econmica, un marco de orientacin y manejo, con unos organismos internacionales

    4 La propuesta original fue desarrollada por el Profesor Hicks con una atractiva presentacin diagramitica que todos los estudiantes de economa en todo el mundo aprendieron como 'el esquema IS/LM" (y algunos calificaron como keynesianismo hidrulico), mediante el cual se determinaban los niveles de equilibrio del ingreso y la tasa de inters en los mercados de bienes y dinero. Con una curva de produccin agregada bagada en la oferta de trabajo, la productividad marginal del trabajo y el salario se cerraba el sistema para obtener los valores de equilibrio de la produccin y el empleo. El profesor Samuelson, a finales de los cuarenta, le dio los entornos definitivos al modelo y su libro de Economics, convertido en texto bsico en todas las escuelas de economa, se encargara de difundir el nuevo esquema. Ambos autores han sido laureados con el Premio Nobel a la Economa.

    (Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial), que le prestaban su apoyo, todo ello inscrito en una concepcin ms amplia sobre la intervencin del Estado en la vida econmica y social -un "Estado de Bienestar"-, como fue denominado por algunos5.

    Las polticas que surgan de esta visin acompaaron durante veinticinco aos la expansin sin precedentes de las economas capitalistas desarrolladas,, con bajas tasas de inflacin y de desempleo y con crecientes y extendidas coberturas y protecciones de seguridad social a toda su poblacin, de tal manera que se consider que el desempleo masivo y las grandes depresiones eran fantasmas del pasado. Los costos de este esquema, referidos al exceso de regulaciones, al tamao que adquirieron los estados, al alto costo de su financiamiento y al enorme poder que desarrollaron grupos particulares de inters al amparo de este modelo de desarrollo, quedaron ocultos o fueron aceptados en la medida que se perciban claramente sus beneficios netos.

    Desde los aos setenta, la historia empez a desenvolverse en un curso contrario. Las economas capitalistas desarrolladas vieron acelerar sus tasas de inflacin y de desempleo en un marco de menor crecimiento econmico (el llamado fenmeno de la estanflacin), y se extendieron los desarreglos en el sistema monetario internacional. Diversos shocks y desequilibrios se asumieron como sntoma evidente del colapso de las ideas y propuestas que haban dominado desde la poca posterior a la segunda guerra mundial.

    Los crticos achacaron la responsabilidad del desfallecimiento econmico al marco de ideas, teoras y polticas que haban constituido el paradigma dominante Su crisis, sin embargo no fue abrupta y, ms bien, procedi a travs de una progresiva declinacin que empez en la discusin acadmica y se convirti, ms tarde, en una crtica de fondo a la concepcin poltica del! Estado que haba estado vigente.

    Entre los aos sesenta y comienzos de los setenta, la

    5 En asociacin con la sntesis neoclsica se elaboraron modelos de crecimiento econmico que asignaban una funcin crucial al ritmo de progreso tcnico. Determinado exgenamente, solamente de l dependen la tasa de crecimiento de la economa en el largo plazo. En este marco, las variaciones en la tasa de ahorro podran alterar la tasa de crecimiento econmico, pero slo transitoriamente, ya que en el largo plazo aquella convergera hacia la trayectoria determinada por el progreso tcnico (y el crecimiento de la poblacin, en algunas versiones). El capital productivo se consideraba el nico factor acumulable y automticamente garantizaba la financiacin del crecimiento. Estos modelos ejercieron influencia importante en diagnsticos y polticas de desarrollo que se formularon en Amrica Latina.

  • controversia terica provino de los ataques de la escuela monetarista, liderada por Milton Friedman, y se enfoc sucesivamente en supuestos claves sobre la demanda de dinero, la velocidad de ajuste de las variables y la validez de la curva de Phillips. En el curso de esta controversia, se fueron modificando las posiciones de los contendientes, haciendo "difcil recordar qu es realmente lo que se discute, dificultad que es sentida por sus protagonistas principales"6.

    Blaug resume las fases de evolucin de la teora monetaria de Friedman. Empieza con la especificacin de la teora cuantitativa del dinero como una teora de la demanda de dinero que es estable e inelstica a la tasa de inters, por lo cual los incrementos en la cantidad de dinero slo tendran efectos sobre los precios sin afectar variables reales. En un segundo momento, expresa su posicin mediante el modelo IS/LM (lo que le vale el rechazo de algunos de sus colegas monetaristas), para sealar que las diferencias tienen que ver con el mecanismo de transmisin de los cambios en la oferta monetaria sobre los precios y el ingreso. En la tercera fase cuestiona la curva de Phillips indicando que slo tiene validez en el corto plazo ante la existencia de ilusin monetaria, pero que en el largo plazo los agentes econmicos ajustan sus decisiones de acuerdo con los niveles observados de inflacin, por lo cual las polticas de estmulo a la demanda agregada son inefectivas y el desempleo se sita en su "tasa natural". Finalmente, descarta la relevancia de la curva de Phillips en el corto plazo al considerar que las desviaciones frente a la tasa natural de desempleo slo expresan desajustes transitorios en las expectativas de los agentes causadas por sorpresas inflacionarias. De all pasa a reafirmar la permanencia de las condiciones de equilibrio y a retornar a la antigua nocin de que todo desempleo es voluntario.

    Las prescripciones que surgen de estas consideraciones tericas son fciles de inferir y

    6 Mark Blaug, The Methodology of Economics, Cambridge, Cambridge University Press, 1980, pg. 222. Btaug agrega que el debate de dos dcadas 'debe clasificarse como una de las controversias ms irritantes y frustrantes en toda la historia del pensamiento econmico, que recuerda con frecuencia lo peor de las discusiones medioevales. Una y otra vez se efectan violentos reclamos polmicos que luego se retiran (...) y se reservan las crticas a las posicin extremas de la oposicin" (pg.222). Blaug destaca que el debate se convirti a la postre en una querella sobre lo que realmente dijo Keynes. La literatura es, por supuesto, abundante. Un relato sencillo para no especialistas de los temas bsicos de discusin puede consultarse en Luis Angel Rojo,. "Sobre el Estado Actual de la Macroeconoma", en Pensamiento Iberoamericano, No 1, Madrid, Enero-Junio, 1982. Estos artculos me servirn de gua para los comentarios que enseguida formulo.

    representan un ataque frontal a las polticas intervencionistas: el sistema econmico tiene una tendencia a autoestabilizarse; las polticas de manejo de demanda agregada no mejoran el empleo ni la produccin y, por el contrario, pueden ocasionar fuerte inestabilidad; el equilibrio fiscal y un crecimiento constante en la cantidad de dinero son las polticas ms eficaces. En fin, el mercado debe dejarse funcionar libremente, sin la interferencia del Estado. Las adaptaciones de la sntesis neoclsica

    recogieron varios de los planteamientos de la escuela monetarista, pero argumentaron que segua siendo relevante la adopcin de polticas estabilizadoras, ante la amplitud que podran tener los desajustes y el tiempo requerido para su autocorreccin. Pero el asunto era ms de fondo que la sola crtica terica: lo que el monetarismo pona en cuestin era toda una concepcin sobre la orientacin y el papel del Estado en la economa y lo que ofreca era una propuesta alternativa de reforma radical que ganara audiencia creciente en los gobiernos de los pases desarrollados (con el pndulo de poder girando a la derecha), y en las instituciones multilaterales. Todo ello, a su vez, influira sobre el curso de la poltica y las decisiones en los pases de Amrica Latina7. Con todo, desde los aos setenta, y con mayor intensidad en los ochenta, en los medios acadmicos empez a conformarse una explicacin terica alternativa que se distanciaba tanto de la sntesis neoclsica como del monetarismo, aunque ms de la primera que del segundo. Esta vertiente tuvo su punto de partida en los trabajos de Robert E. Lucas y se expandi, difundi y gan creciente nmero de adeptos hasta llegar a calificarse como la "revolucin de las expectativas racionales" (supongo que para buscar fundar un paradigma alternativo a la revolucin keynesiana de varias dcadas atrs). En esencia su postura terica recurra a recuperar los fundamentos microeconmicos de

    7 El mensaje terico y prctico fue recogido y codificado

    posteriormente en un conjunto de iniciativas y propuestas de reformas de poltica para Amrica Latina bajo el nombre de Consenso de Washington"; al cual se har referencia ms adelante.

  • la economa a travs del principio (o,el axioma), de las decisiones racionales de los agentes econmicos, como sustento de los modelos de equilibrio general8.

    Bajo este axioma, el "agente representativo" toma sus decisiones de maximizacin con base en toda la informacin relevante para la formacin de sus expectativas y la anticipacin del futuro. Las cantidades y precios de mercado que de all resultan permiten establecer un sistema de equilibrio general dinmico. De este contexto se extrae una conclusin esencial sobre el alcance de las polticas econmicas: en la medida que sus efectos se anticipan, se tornan ineficaces y contraproducentes9. Se llega as a unas implicaciones similares a las postuladas por la escuela monetarista en cuanto al papel del Estado, pero al decir de Heilbroner menos "vulnerables analticamente".

    Pero, a diferencia de Friedman, las propuestas de Lucas ni siquiera implicaban la adopcin de una "norma" como gua de poltica econmica. Llevaban, en su lugar, a una total pasividad de las polticas ante tres consideraciones tericas: primera, la existencia misma de las expectativas racionales; segunda, los retardos y rezagos con los que operaban dichas polticas conducan, al final, a resultados azarosos; tercera, en cualquier caso los efectos eran muy difciles de evaluar y predecir debido a la variabilidad de los parmetros ante cambios en las polticas.

    Ciertamente, el debate terico tuvo y sigue teniendo una gran riqueza de matices y opciones, como en pocas anteriores. La llamada nueva economa keynesiana acept la hiptesis de las expectativas racionales pero consider que las imperfecciones de mercado ante la inflexibilidad de precios y salarios, las fallas de coordinacin y las asimetras de informacin no garantizan un equilibrio de pleno empleo, recuperando as el concepto de desempleo involuntario (aunque desde

    8 Con esta opcin terica s redefine aspticamente, a la manera de una ley natural, el quehacer cientfico del economista: "Para Lucas, el atributivo distintivo de la economa cifra su fundamento cientfico en la eleccin individual raciona!. Segn esto, la obligacin del economista es dedicarse a la lgica de sus fundamentos (...) La poltica y el papel poltico que desempea el economista tienen un efecto muy negativo en la macroeconoma". Ver, Robert Heilbroner, y W. Milberg, La Crisis de Visin en el Pensamiento Econmico Moderno, Madrid, Ediciones Paids, 1998, pg.81. Lo que sigue se apoya en este refrescante texto.

    9 Solamente cuando se presentan polticas aleatorias o no sistemticas se pueden generar errores en las anticipaciones de lo cual surge una explicacin de los ciclos: "Esta teora ofrece asi modelos cclicos de equilibrio que explican las fluctuaciones simultneas de las magnitudes monetarias, las variables reales y los precios en base a una informacin imperfecta de los agentes que induce reacciones que despus resultan inadecuadas". Rojo, "Sobre el Estado..." pg. 65.

    una causalidad que nada tiene que ver con insuficiencias de demanda agregada), y abriendo espacio a la accin del Estado para superar o compensar esas "fallas de mercado". La nueva escuela clsica, por su parte, avanz su proyecto de investigacin alrededor de la naturaleza real de los ciclos a partir de grandes fluctuaciones aleatorias en el cambio tecnolgico que inciden sobre los precios relativos, el consumo y la oferta de trabajo. En uno y otro caso se acudi a la construccin de modelos formales, fundamentados en las matemticas y las tcnicas economtricas, considerados por sus proponentes como expresiones del rigor y el carcter cada vez ms "maduro" de la actividad cientfica del economista.

    Surgieron tambin nuevos enfoques orientados a explicar los diversos factores de los cuales depende el crecimiento econmico, cobijados bajo el apelativo de teoras del "crecimiento endgeno"10. Aqu, el progreso tcnico deja de ser una variable exgena e inexplicada. Factores como el capital humano, los avances cientficos y tecnolgicos, el grado de desarrollo del capital institucional de un pas y la profundizacin financiera, seran los responsables de la tasa de crecimiento en el largo plazo. Un tema crtico en esta discusin consiste en que la tasa de crecimiento endgeno no es generalmente ptima, por los efectos externos positivos asociados a la difusin del conocimiento11. En estas condiciones hay campo para la intervencin correctora del Estado dirigida a establecer esquemas regulatorios y polticas que mejoren la eficiencia de la actividad privada.

    La importancia del financiamiento es explcita en la literatura del crecimiento endgeno: los intermediarios financieros pueden ejercer una influencia determinante sobre la tasa de crecimiento de la economa. A travs de la seleccin de proyectos financiables, inciden en la composicin del acervo de capital y en el desarrollo de actividades promotoras de crecimiento y de externalidades positivas12.

    As mismo, frente a las teoras tradicionales que argumentaban sobre el prerequisito de una alta desigualdad de ingresos para fortalecer el ahorro y

    10 David Romer, "Increasing returns and long-run growth", en Journal of Political Economy, No. 94,1986. Este tema es reseado en Luis Bernard Flrez E. y Mauricio Avella, "El Ahorro en Colombia y las Opciones para Futuro", en Agenda prae/ Fin del Milenio, Bogot, Asobancaria, 1998.

    11A. Sehleifer, "Extematidades como motor del crecimiento" en F. Barbosa R. Dornbusch y M. Simonsen, De la estabilizacin ai crecimiento en Amrica Latina, Santiago, CINDE, 1992.fg

    12 Joseph E. Stiglitz, "Financial markets and development", en Oxford Review of Economic Policy, 1989.

  • acelerar el crecimiento, los nuevos enfoques han destacado que, por el contrario, la concentracin de ingresos es un factor que restringe el ahorro y limita poderosamente la dinmica del crecimiento13.

    Al margen de la corriente principal, y relegados del protagonismo acadmico, otros enfoques tericos (como los representados en las corrientes institucionalistas), continuaron y continan desarrollndose, con base en posturas metodolgicas radicalmente diferentes y con severas crticas al reduccionismo y al exceso de formalismo de aquella. Lo primero, por aprehender sistemas en esencia complejos a partir de un comportamiento dado (racional), del individuo14. Lo segundo, puesto que el exceso de formalizacin matemtica cambia la relevancia por el rigor, excluye problemas esenciales no susceptibles de los ejercicios de modelacin, condiciona la explicacin terica a la validez de la prueba economtrica y modifica el contenido mismo de los conceptos que busca analizar15.

    Para los propsitos de caracterizar la poca actual, tras la crisis de la sntesis neoclsica, Heilbroner destaca que no existe un nuevo "centro conceptual capaz de influir dentro y fuera de la profesin econmica", en por lo menos tres sentidos: no se dispone de una descripcin convincente del fenmeno econmico; se carece de una orientacin para tratar los problemas econmicos al postular que la poltica es irrelevante; y la teora se ha encerrado en su lgica interna que privilegia la precisin sobre la verdad y el rigor sobre la importancia.

    Faltara, claro, saber si estos elementos desoladores dominan, como argumenta Heilbroner, el panorama del pensamiento econmico y hasta dnde se reflejan en nuestro medio acadmico y poltico.

    13 Vanse, por ejemplo, Alberto Alesina, "Economa Poltica del

    Crecimiento"; y Nancy Birsdall, y R. Sabot, "La Desigualdad como una Restriccin del Crecimiento en Amrica Latina", en Varios Autores, Crecimiento Econmico: Teora, Instituciones y Experiencia Internacional, Bogot, Banco Mundial-Banco de la Repblica, 1994.

    14 "En este sentidoja la economa contempornea no explica nada. Slo si los mercados no se contemplan simplemente como mquinas de asignacin de recursos, sino como ideas sociales que sirven a una funcin social, el papel de la estructura organizativa, las innovaciones tecnolgicas y las normas culturales y hbitos se integrarn de un modo ms adecuado en el anlisis econmico". Heilbroner, La crisis de..., pg.138.

    15 Sobre sto, vase un debate reciente en "Controversy: Formalism in Economics" en The Economic Journal, No. 108, November 1998.

    Teora y Poltica Econmica: el debate en Amrica Latina

    En trminos sintticos, el debate terico-poltico en Amrica Latina del ltimo medio siglo ha tenido dos protagonistas centrales y por lo menos dos planos diferentes. Los protagonistas han sido, de una parte, los economistas de la sntesis neoclsica, en muy diferentes versiones dentro del amplio espectro de posiciones tericas que refleja esta corriente16; y, de la otra, los estructuralistas, identificados por la explicacin del sistema econmico a partir de las condiciones histricas y estructurales de la regin, pero diferenciados por los marcos tericos que orientan sus anlisis.

    Los planos de las controversias han sido: uno, la aplicabilidad de las hiptesis y proposiciones neoclsicas al campo del desarrollo, el crecimiento y el comercio internacional de Amrica Latina; el otro, la viabilidad y los determinantes histricos del desarrollo de la regin. En ambos casos, los debates vinculan teora, poltica econmica y concepciones alternativas sobre el Estado.

    La importancia de los problemas objeto de anlisis se ha modificado, como es apenas obvio, a lo largo de estas dcadas.

    Entre los aos cincuenta y setenta se refirieron a los modelos y estrategias de desarrollo y a su capacidad para enfrentar los bajos niveles de ingreso per cpita, el lento crecimiento econmico, el desempleo masivo, la elevada inflacin, la alta desigualdad y la extendida pobreza que, en grados diversos, afectaban a todos los pases de la regin. En las siguientes dos dcadas, despus de la crisis de la deuda y los aos "perdidos para el desarrollo", las preocupaciones se centraron en el corto plazo, en los programas de ajuste y en las propuestas de reformas econmicas (apertura econmica, liberalizacin financiera y cambiara y privatizacin)17. En los ltimos aos, con la creciente globalizacin y tras el impacto de la crisis de exitosas economas asiticas, se empieza a despertar un renovado inters por replantear los paradigmas de desarrollo, pero tambin por estudiar los problemas microeconmicos de eficiencia de los mercados y de las instituciones, desde diversos ngulos tericos. En cada

    16 Me he sentido inclinado, como se acostumbra, a agruparlos bajo

    el calificativo de "ortodoxos", pero hay muchos puntos de ruptura en los anlisis, los diagnsticos y las propuestas de poltica, por lo cual no les hara justicia y el calificativo nada agregara. De pronto su agrupamiento bajo la denominacin de "sntesis neoclsica" tampoco es del todo afortunado. Pero dejo estas reflexiones a mis lectores, pues me interesa ms el contenido que el calificativo,

    17 Jos Antonio Ocampo, "New Economic Thinking in Latin America", en Journal of Latin American Studies, Cambridge, February 1990.

  • una de esas pocas la confrontacin terica en Amrica Latina tiene un reflejo inevitable de la que ha sucedido en el mundo desarrollado, pero con su propia identidad.

    A. Las posturas analticas de los economistas neoclsicos se derivan del tronco comn que se present en la seccin anterior, pero los diagnsticos y las implicaciones de poltica estn mediados por la naturaleza de los problemas claves que han enfrentado estas economas en sus diversas etapas de desarrollo. Lo que quisiera subrayar es que la referencia exclusiva al modelo de equilibrio general competitivo no es suficiente para entender el cuerpo terico de quienes han escrito sobre los problemas del subdesarrollo; por el contrario, resulta evidente que el medio social en el que actan, y que buscan explicar, condiciona su tarea cientfica. En cierto sentido, de eso se trata la "teora del desarrollo" en la que se engloban estas contribuciones18.

    Como puede intuirse, entre diversos autores existen amplias divergencias en el diagnstico de los problemas y en el papel que le asignan al Estado y al mercado en las soluciones. El deficiente e insuficiente funcionamiento de las fuerzas y de los incentivos de mercado coexisten en todos los anlisis, pero las explicaciones de su permanencia pueden ser radicalmente distintas. Recurriendo a la analoga de los crculos viciosos, el subdesarrollo puede originarse en una insuficiente acumulacin de capital o en un bajo nivel de demanda e ingreso percpita. Aunque, aparentemente, esa diferenciacin no tendra mayor importancia, s resulta esencial a la hora de definir las polticas de desarrollo, puesto que las causalidades de los crculos viciosos que resulta necesario romper condicionan las prioridades de las polticas.

    Con base en la identificacin de las restricciones claves surgen propuestas alternativas para superarlas: unas enfatizan la necesidad de programas masivos y coordinados de inversin (apoyados en ahorro interno y externo), para impulsar las economas hacia tasas ms altas de crecimiento; otras destacan la existencia de encadenamientos entre distintos sectores, de tal forma que el impulso a sectores con mayores complementariedades y economas externas y de escala,

    pueden provocar un crculo virtuoso de desarrollo; otras, con base en los conceptos de divisin del trabajo, especializacin y movilidad de los recursos, le asignan un papel estratgico a sectores con alta demanda potencial, pero cuyo crecimiento ha estado obstaculizado por restricciones institucionales y financieras. En otras propuestas las restricciones al desarrollo se originan en el dualismo entre sectores modernos y atrasados (capitalistas/pre-capitalistas; industriales/agrcolas), y su superacin se sustenta en la transferencia de recursos y mano de obra excedentaria desde las actividades atrasadas hacia las modernas.

    En el marco de estas posturas se definen, as, orientaciones muy diferentes en referencia al papel prioritario que se asigna a distintas alternativas -la industria o la agricultura, el ahorro o la inversin, las exportaciones o el mercado interno, el crecimiento o a la distribucin-, para desencadenar un proceso general y continuo de crecimiento econmico. Las respectivas estrategias de desarrollo se formulan, al final, mediante variadas acepciones: gran impulso, desarrollo balanceado, desarrollo desequilibrado, despegue hacia el crecimiento auto sostenido, sectores lderes, romper la trampa de bajo nivel, etc.

    El nico autor colombiano que tuvo resonancia internacional en estos formulaciones tericas y de poltica econmica fue el profesor Lauchlin Currie, aunque l siempre expres su molestia porque lo clasificaran como un "terico del desarrollo", argumentando que no era correcto hablar de una economa del desarrollo sino de la aplicacin de la teora econmica a los problemas del desarrollo. Desde la publicacin de su libro Desarrollo Econmico Acelerado: La necesidad y los medios en 1963, libro que recibi un premio internacional, el profesor Currie cuestion la aplicabilidad de los conceptos derivados de los enfoques keynesianos y argument con profundidad contra los modelos y estrategias de desarrollo que basaban sus diagnsticos en las restricciones de capital y de divisas. Segn Currie, se haba omitido que en estos pases el problema central era la insuficiencia de demanda real, la cual surga de un desempleo disfrazado masivo, de baja remuneracin y

    18 La literatura es amplsima, por lo cual es imposible cubrir todos sus contenidos en un breve espacio. Una compilacin que incluye varias de las contribuciones de los autores de "la teora econmica del desarrollo" se encuentra en A.N. Agarwala y S. P. Singh (Eds.), The Economics of Underdevelopment, New York, Oxford University Press, 1963. Cabe destacar a autores como Ragnar Nurkse, Paul Rosenstein Rodan, Arthur lewis, Albert Hirsehman.

  • baja productividad, concentrado en la agricultura tradicional. Este desempleo nada tena que ver con el desempleo de tipo keynesiano (inclusive, segn Currie, la demanda keynesiana poda ser excesiva, como lo mostraba la inflacin crnica de estos pases).

    En los siguientes treinta aos Currie sigui trabajando en la elaboracin de sus conceptos y diagnsticos hasta presentar una teora coherente y completa del crecimiento19. La explicacin que ofreci su teora tiene que ver con el tamao y la tasa de crecimiento del mercado -o de la demanda real en el sentido de Say, un concepto que no ha sido totalmente entendido por sus crticos- y sus efectos recprocos sobre la creacin y aprovechamiento de economas internas y externas, la adopcin de tecnologas ms productivas y ms rentables, la especializacin y el cambio en la proporcin de uso de los factores, elementos que en su conjunto generan nuevos aumentos de demanda real en una tendencia dinmica y acumulativa. La operacin de estas fuerzas procede a travs del funcionamiento del sistema de precios, de la movilidad de recursos y de la competencia, pero puede ser restringida por factores exgenos, entre ellos por shocks externos o por polticas econmicas inadecuadas. El logro de una tasa de crecimiento alta y continua es as -segn una afortunada analoga de Currie-, el resultado neto de dos fuerzas que se contraponen en un campo de batalla: de una parte, la tendencia inherente del sistema al crecimiento; de la otra, los choques contra esa tendencia (exgenos o de poltica), y los bloqueos al funcionamiento ms eficiente del mercado.

    La tendencia misma puede estar debilitada por largos perodos, de tal forma que la tasa de crecimiento per-cpita del producto sea muy baja. De un lado, por la concentracin de la fuerza de trabajo en actividades que generan bajas remuneraciones y escaso poder de compra, reproduciendo, con ello, un crculo vicioso de pobreza y lento crecimiento. De otro, por la presencia de elevadas tasas de crecimiento de la poblacin -asociadas con la prevaleca misma de la pobreza-, y que conducen a mantener deprimidos los salarios, a obstruir la adopcin de tecnologas ms productivas y a diluir el crecimiento

    19 Los escritos de Currie son muy abundantes y fueron publicados en diversas revistas internacionales de renombre. En la revista Cuadernos de Economa Universidad Nacional, No. 18-19, Bogot, 1993, se recopilan algunas de sus ms importantes contribuciones a la teora y la poltica econmica. Una "gua" integral a su vida y obra se encuentra en Roger Sandilands, Vida y Poltica Econmica de Lauchlin Currie, Bogot, Legis Editores, 1990.

    del producto entre un mayor nmero de gente sin mejorar su calidad de vida.

    Frente a ello, no slo es posible sino necesario acelerar la tasa de crecimiento de la economa operando sobre sectores con alta demanda latente, la cual no se ha hecho real debido a restricciones institucionales o de otro tipo, los famosos "sectores lderes" de Currie. Su propuesta se convierte, entonces, en una estrategia de intervencin del Estado para desbloquear la operacin de las fuerzas de mercado.

    Con esta concepcin, Currie critic por igual los modelos neoclsicos de crecimiento ms tradicionales, en los cuales las funciones de produccin eran de rendimientos constantes a escala y el progreso tcnico era exgeno; y las teoras ms recientes de crecimiento endgeno para las cuales el crecimiento era el resultado de las inversiones en investigacin y en capital fsico y humano, que generan externalidades y economas de escala. Aunque la incorporacin de estos factores constitua un avance al especificar los componentes de la funcin de produccin, las teoras endgenas seguan amarradas a la vieja concepcin de que el crecimiento dependa de un incremento previo en alguno o algunos de dichos componentes. Por el contrario, las economas externas y de escala, el grado de especializacin, el cambio tecnolgico y la combinacin y remuneracin relativa de los factores productivos dependan del tamao y la tasa de crecimiento del mercado.

    Una de las implicaciones notables de este aporte terico de Currie fue su planteamiento de una teora de la distribucin de ingresos, que constitua a la vez una crtica a la irrelevancia terica y al irrealismo emprico de la teora neoclsica basada en la productividad marginal de los factores. Estas contribuciones fueron, sin embargo, pasadas por alto en los temas centrales del debate acadmico.

    Paul Krugman ha destacado recientemente dos razones por las cuales la economa acadmica predominante omiti el anlisis y la consideracin de tesis como las de Currie, y las de los tericos del desarrollo como Hirschman: primera, por no haber sido expresadas con rigor tcnico en el sentido en que lo entiende dicha economa, es decir, mediante modelos formales y matemticos "que se volvieron el nico lenguaje de discurso del anlisis econmico" a partir de los aos setenta; segunda, slo cuando tcnicamente se pudieron modelar conceptos como los de economas externas y rendimientos crecientes -que son esenciales para el anlisis econmico del desarrollo-, se empez a reconocer su relevancia

  • general para la teora y su importancia para la poltica econmica (como lo han mostrado las teoras del crecimiento endgeno)20. La pregunta que se hace Krugman, y que queda sin responder, es cunto hubiera podido modificarse la perspectiva del anlisis econmico y el diseo de las polticas de no haberse dado esos dos obstculos metodolgicos.

    B, La concepcin ms radicalmente vinculada a las proposiciones de Keynes, por su parte, expuso otras posibilidades para el anlisis del subdesarrollo. As, Joan Robinson destac el contexto social y poltico en el cual se generaban los problemas de inversin, ahorro, desempleo y distribucin de ingreso, interpretndolos a la luz de las aportaciones de Kalecki -otro de los grandes economistas del siglo-, y de la modernizacin de los esquemas clsicos de acumulacin de capital.

    En esta perspectiva, el desarrollo tena que ver ms con la composicin del producto que con su crecimiento y con la estructura de la demanda agregada, en particular con los patrones de inversin y las formas de propiedad agrcola. El aumento de la tasa de acumulacin requera incrementar la produccin de bienes salario y restringir la demanda de bienes de consumo de los capitalistas. En el caso de la agricultura, era necesario modificar el patrn de propiedad como condicin para mejorar su productividad, aumentar la produccin de alimentos y elevar los niveles de ingreso de la poblacin ms pobre21.

    C. En el campo del estructuralismo, la Comisin Econmica para Amrica Latina, CEPAL, trabaj con varios de los elementos analticos keynesianos (y de los clsicos), adecundolos al contexto histrico especfico de la regin: las circunstancias histricas de evolucin de los pases subdesarrollados hacan inaplicables los esquemas tericos propuestos en las economas desarrolladas Su visin poltica y su anlisis econmico -promulgados desde fines de los cuarenta-,

    20 Paul Krugman, "The Fall and Rise of Development Economics" en Rodwin and Schon (Eds,.), Rethinking the Development Experience, 1994. Krugman argumenta que es inevitable y necesario para el anlisis econmico basarse en modelos, aunque el costo de ese mayor conocimiento sea una mayor ignorancia de aspectos esenciales de la realidad, como en el caso anterior.

    21 Joan Robinson, Aspects of development and underdevelopment, Cambridge, Cambridge University Press, 1979. Otros autores keynesianos trabajaron desde la perspectiva de los modelos de crecimiento para establecer las condiciones en las cuales el producto poda crecer continuamente con base en incrementos en el ahorro y la inversin, dada una relacin constante entre el capital y el producto; en particular, el popular modelo "Harrod-Domar", que tuvo amplia influencia en las tcnicas "cepalinas" de programacin econmica en la regin.

    le dieron base conceptual a las polticas proteccionistas y de sustitucin de importaciones que las principales economas de la regin ya haban puesto en marcha. La CEPAL fund su problemtica inicial en la crtica a las teoras neoclsicas del comercio internacional mediante el examen del curso de las relaciones econmicas internacionales, el cual haba generado una divisin internacional del trabajo que conduca al deterioro de los trminos de intercambio para los pases subdesarrollados (la periferia), y limitaba sus tasas de inversin al restringir su capacidad de importaciones. En consecuencia, la industrializacin, mediante el diseo de una poltica deliberada de proteccin e impulso, se constitua en la alternativa necesaria para lograr el desarrollo y enfrentar esas relaciones externas desfavorables.

    La otra crtica importante a los planteamientos neoclsicos tuvo que ver con la interpretacin de los fenmenos inflacionarios de la regin. Para la CEPAL, su explicacin bsica haba que encontrarla en las restricciones estructurales de las economas: en el sector externo, puesto que los trminos de intercambio desfavorables y las polticas de devaluacin generaban altos efectos sobre los precios de los bienes importados, que se transmitan a toda la economa debido al alto componente importado de la produccin interna; y en la agricultura, dado que la estructura de propiedad y tenencia de la tierra llevaba a una baja productividad y a una alta inelasticidad en la oferta de alimentos. En este contexto, las polticas monetarias y fiscales slo jugaban un papel como "mecanismos propagadores" de la inflacin, que podan ser ms intensos a medida que la inflacin desencadenara una pugna por la redistribucin de los ingresos entre los diversos grupos sociales.

    El anlisis cepalino constituy, as, una crtica triple a los supuestos fundamentales del esquema neoclsico de mercado: a su problemtica, que dejaba por fuera las

  • preguntas pertinentes para el estudio del subdesarrollo; a sus conceptos, que estaban vacos de contenido histrico e imposibilitados para comprender el capitalismo perifrico, al excluir categoras esenciales para el anlisis como la del excedente; y a sus predicciones tericas que haban quedado invalidadas por los hechos22.

    Las restricciones y desequilibrios generados por los modelos de sustitucin de importaciones produjeron variadas reacciones en distintos frentes tericos y de poltica econmica.

    Para la CEPAL se desvaneca el sueo de la modernizacin, pues las formas asumidas por la sustitucin de importaciones haban generado nuevos desequilibrios de balanza de pagos, elevados ritmos de inflacin (e hiperinflaciones), alta concentracin de ingresos, patrones de heterogeneidad tecnolgica y marginalidad social. Celso Furtado, uno de los abanderados de las tesis cepalinas, empezaba a enfatizar que era un "mito" pretender seguir la ruta de desarrollo econmico de los pases industrializados, con los patrones de consumismo y despilfarro de recursos a que daban lugar (si bien, las clases dominantes de Amrica Latina hacan caso omiso de esas advertencias)23. Tal vez a la industrializacin se le haba pedido ms de lo que poda ofrecer, como deca Hirschman: "Se esperaba que la industrializacin cambiase el orden social y todo lo que hizo fue suministrar manufacturas"24. Esta opinin, un tanto extrema, refleja de todas maneras el ambiente pesimista que sobrevino tras la primera euforia cepalina.

    Sobre esas bases se desarroll la crtica efectuada por los enfoques de la dependencia, varios de cuyos autores haban trabajado bajo el alero cepalino: mostrando las limitaciones de las interpretaciones existentes -las de la CEPAL y la marxista tradicional-, y sealando que el proceso de industrializacin slo era una nueva fase de la dependencia estructural en las economas latinoamericanas, que nada tena que ver con los ideales de independencia econmica, igualdad y

    22 Ral Prebisch, "Las Teoras Neoclsicas del Liberalismo Econmico", [en Revista de la CEPAL, Santiago, Abril 1979. Un escrutinio de los orgenes y aportes tericos de la CEPAL se puede consultar en FH.Cardoso, "La originalidad de la copia: la CEPAL y la idea de desarrollo" en Revista de la CEPAL, Santiago, Segundo Semestre de 1977. Un estudio integral del estructuralismo cepalino encuentra en Octavio Rodrguez, La Teora del Subdesarrollo de la CEPAL, Mxico, Siglo XXI Editores, 1980.

    23 Celso Furtado, El Desarrollo Econmico: Un Mito, Mxico, Siglo XXI Editores, 1976. .

    24 Albert Hirschman, "The Political Economy of Import-Substituting Industrialization", en A Bias for Hope, New Haven, Yale University Press, 1971, p.123.

    democracia25. Para los tericos de la dependencia, la historia y las estructuras de las economas subdesarrolladas no eran ni tendan a ser una repeticin de las de los pases del centro. Desarrollo y subdesarrollo eran dos caras del proceso de expansin del capitalismo a escala mundial, que haba consolidado unos patrones de divisin internacional del trabajo dominados por las corporaciones multinacionales y cuyo producto era la conformacin de unas relaciones asimtricas de dominacin/dependencia. Esas relaciones eran cambiantes histricamente y conducan internamente a un sistema de dominacin poltica y explotacin econmica y externamente a la transferencia de excedentes de los pases dependientes a los dominantes. Concluan, as, que la acumulacin en situaciones de dependencia era la que generaba las restricciones estructurales en la balanza de pagos, el empleo, la tecnologa y la concentracin de ingresos26.

    Segn estos enfoques, los planteamientos cepalinos iniciales al omitir el estudio de las leyes del capitalismo dependiente haban interpretado errneamente como desarrollo lo que era una profundizacin de la dependencia. Ello quedaba comprobado al comparar las expectativas tericas que se haba forjado la CEPAL del proceso de industrializacin, y su complemento con una estrategia exportadora, con sus resultados: la industria en crisis era realmente la expresin de un capitalismo en crisis.

    Desde dcadas atrs, un escritor colombiano, el profesor Antonio Garca, haba producido contribuciones significativas al anlisis terico e histrico de las economas latinoamericanas desde una perspectiva metodolgica similar a la de los enfoques de la dependencia. Con una amplia riqueza conceptual y un detallado conocimiento de estos pases expuso cmo se conformaban las estructuras de dominacin y dependencia que generaban un atraso estructural, vinculado a los procesos de internacionalizacin de las economas liderados por las empresas transnacionales. La concentracin, el predominio de los monopolios y la marginalidad social constituan rasgos caractersticos de estos pases, en el marco de un capitalismo monopolista

    25 Theotonio Dos Santos, "La crisis de la Teora del Desarrollo y las Relaciones de Dependencia en Amrica Latina" Santiago, 1969.

    26 La literatura sobre estos temas es muy amplia. Vase por ejemplo Fernando H. Cardoso, "Notas sobre el estado actual de los estudios sobre dependencia" en Jos Serra, Desarrollo latinoamericano: Ensayos crticos, Mxico, F.C.E., 1974.

  • de Estado basado en regmenes autoritarios y populistas27. Sin embargo, los aportes de (Sarcia fueron poco comentados y discutidos en el curso de los debates de la regin.

    Las tesis de la dependencia se vieron sometidas, a su turno, a una intensa crtica. Primero, se indic que el concepto de dependencia era defectuoso para definir un capitalismo sui gneris puesto que en todos los pases se encontraban grados distintos de dependencia (tecnolgica, comercial, financiera). Segundo, se mostr que ms que dependencia lo que haba era un proceso de desarrollo capitalista -con todo y sus contradicciones-Tercero, las experiencias de cada pas eran muy variadas, as que lo valioso era estudiar esas situaciones concretas para las cuales el enfoque de la dependencia no ofreca muchas pistas. Finalmente, se contra argument que slo a riesgo de ir en contrava de los hechos se podra postular que los salarios reales en estos pases no aumentaran, o que los obreros no podran consumir bienes modernos o que toda poltica econmica sera de sobre explotacin28.

    Los hechos de los aos setenta y ochenta fueron contundentes para los diversos enfoques y en medio de una situacin de crisis -que abarc pases desarrollados y subdesarrollados-, marcaron el regreso de las tesis neoclsicas en sus versiones monetaristas y de liberacin y apertura de los mercados, en particular las que llegaron a popularizarse como las teoras y polticas de los "Chicago boys". Al igual que en el debate que se estaba dando en los pases desarrollados, se consider que las polticas intervencionistas en lugar de resolver los problemas de inflacin y desempleo los haban agudizado y que el exceso de regulaciones y de participacin del Estado haba impedido el funcionamiento eficiente de los mercados. El debate, sin embargo, fue tambin ideolgico y poltico en cuanto remita a la concepcin del Estado y, en varias economas de la regin, al contexto antidemocrtico y de supresin de las libertades pblicas en que se inscriban las reformas econmicas.

    En todo caso, las teoras estructuralistas haban perdido gran parte de su vitalidad y de la relativa influencia que haban logrado en medios acadmicos o

    27 Vanse, por ejemplo, sus libros Atraso y Dependencia en Amrica Latina: Hacia una Teora Latinoamericana del Desarrollo, Buenos Aires, Librera El Ateneo, 1972; y Reforma Agraria y Desarrollo Capitalista en Amrica Latina, Bogot, CID, Universidad Nacional, 1986.

    28 Vanse, por ejemplo: Sanjaya Lall, "Is Dependence a useful concept in anatysing underdevelopment?, en World Development, Vol. 3, No. 11-12, 1975; y Jorge Castaeda y E. Hett, El Economismo Dependientista, Mxico, Siglo XXI Eds., 1978.

    en algunas instancias de decisin de poltica econmica. Ms adelante la CEPAL, despus de haber perdido la ilusin del estado reformador, intentara reformular sus planteamientos tericos y de poltica para interpretar el nuevo curso de desarrollo de las economas latinoamericanas, sus restricciones y sus opciones, pero su impacto sera marginal29.

    D. Con la crisis de la deuda en Amrica Latina, las mismas discusiones sobre estrategias y modelos de desarrollo quedaran relegadas ante el predominio de los programas de ajuste macroeconmico acordados con el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. En estos programas se haca nfasis en la recuperacin de los equilibrios fiscales y de balanza de pagos, en la liberacin comercial y financiera y en las desregulaciones estatales, como requisitos necesarios para restablecer el crecimiento econmico y reducir drsticamente las altas tasas de inflacin30.

    El conjunto de estas ideas y propuestas -que tendran influencia decisiva en toda Amrica Latina- se recogi como un cuerpo de posiciones tericas y polticas y de reformas estructurales que Williamson denomin el "Consenso de Washington"31. Segn dicho autor, el Consenso involucra a los polticos, las agencias gubernamentales y los tecncratas del gobierno de Estados Unidos, a los funcionarios de las entidades multilaterales y a las universidades y centros de think tank. Como se aprecia, el enorme poder poltico y financiero de sus integrantes ha sido la base de la extendida influencia de sus recomendaciones.

    Las tres proposiciones esenciales que sustentan el Consenso -polticas macroeconmicas prudentes, orientacin de las economas hacia fuera y capitalismo de libre mercado-, se basan en la teora econmica predominante y hacen caso omiso de las contribuciones de los autores que trabajaron en la

    29 Vase, CEPAL, Transformacin Productiva con Equidad, Santiago, 1990. Una revisin reciente y exhaustiva de la historia de las ideas econmicas en Amrica Latina, su desarrollo y su crisis, se puede consultar en: Joseph L Love, "Economic ideas and ideologies in Latin America since 1930" en Leslie Bethell (ed.), Ideas and Ideologies in Twentieth Century Latin America, Cambridge, Cambridge University Press, 1996. En este examen detallado, y con una amplsima bibliografa, no se menciona a Colombia y de los autores colombianos slo se hace referencia en una nota a pie de pgina a Salomn Kalmanovitz por su trabajo sobre dependencia 'desde un marco de economa marxista formal (pg.261).

    30 Vase una animada discusin de estas polticas desde el ngulo estructuralista en "El Retorno de la Ortodoxia", Pensamiento Iberoamericano, No. 1, Madrid, Enero-Junio, 1982.

    31 Vanse las contribuciones de diversos autores al libro de John Williamson (Ed), Latin American Adjustment How much has happened? , Washington, Institute for International Economics, 1990.

  • teora del desarrollo32. No es difcil identificar que dichas proposiciones asignan la explicacin de la crisis de Amrica Latina al exceso de intervencionismo y proteccionismo y a las polticas "populistas" que provocaron amplios desequilibrios macroeconmicos.

    La solucin a Jas crisis involucra, entonces, dos acciones claves: primera, la adopcin de programas de estabilizacin econmica en las reas fiscal (a travs de reformas tributarias, eliminacin de subsidios y concentracin del gasto pblico en salud y educacin), cambiaria (tasas de cambio competitivas y de mercado) y financiera (tasas de inters positivas y de mercado); segunda, la puesta en marcha de reformas dirigidas a reducir el tamao del Estado y afianzar el funcionamiento ms libre del mercado, tales como la apertura comercial, el estmulo a la inversin extranjera, la privatizacin de actividades pblicas, la desregulacin de las economas y la garanta de los derechos de propiedad.

    Estas diversas acciones -cuya prioridad, secuencia e impactos ha generado amplias controversias- han constituido el ncleo de las polticas adoptadas en todos los pases de Amrica Latina desde los aos ochenta.

    Ideas, teoras y polticas en Colombia

    En Colombia, los debates econmicos siguieron, con menor intensidad, las tendencias antes expuestas para el mundo desarrollado y para Amrica Latina. Los temas de controversia han tenido que ver, como en otras partes, con las hiptesis y proposiciones neoclsicas e involucran concepciones divergentes sobre el Estado y sus polticas. Hasta los aos setenta se refirieron a los modelos y estrategias de desarrollo; a partir de entonces se han centrado ms en el corto plazo, en los programas de ajuste y en las reformas adelantadas en materia de apertura econmica, liberalizacin financiera y cambiara y privatizacin33.

    En cada una de esas pocas la confrontacin reflej la que se present en los pases desarrollados y en Amrica Latina, pero con perfiles propios. La hibernacin

    32 Vase el artculo de John Williamson, " What Washington means by Policy Reform" en el libro anteriormente citado.

    33 Con su acostumbrada capacidad de sntesis, Miguel Urrutia -uno de los protagonistas de estas pocas-, indica tres grandes perodos para los temas dominantes en la segunda mitad de este siglo los aos sesenta, el apogeo deI estructuralismo; los setenta y ochenta, los desequilibrios macroeconmicos y sus impactos sobre el crecimiento y la distribucin de ingresos; y los noventa, el papel del Estado y la privatizacin. Vase, "Polticas Econmicas e Instituciones", en Borradores Semanales de Economa, No. 52, Bogot, Banco de la Repblica, 1996.

    ideolgica producto del Frente Nacional y la relativa autonoma de la tecnocracia a que dio lugar produjeron un entorno ms consensual dentro del establecimiento -ms con diferencias de grado que de fondo-, y dieron va libre a un sistema institucional para el manejo de la poltica econmica, caracterizado por el gradualismo, el pragmatismo y una alta estabilidad. Los trminos bsicos del acuerdo econmico pueden resumirse en: estabilidad en la tasa de cambio, aceptacin de una inflacin moderada y dficit tambin moderados en la balanza de pagos y en las cuentas fiscales. Estos temas llegaron a ser casi paradigmticos para los autores internacionales que han reflexionado sobre la historia contempornea de Colombia: estable en sus fundamentos econmicos y excluyeme y violenta en sus procesos polticos.

    El contexto poltico

    Entre los autores que han escrito sobre el sistema poltico de la segunda mitad del siglo hay un alto grado de consenso sobre el impacto ocasionado por el Frente Nacional pactado en 1958 entre las dos agrupaciones polticas que han dominado el escenario nacional. Buscando clausurar un largo perodo de confrontacin violenta, el Frente Nacional "desideologiz" las posiciones partidistas y defini un sistema de alternacin del poder y de paridad de la burocracia y de la representacin poltica entre las dos colectividades. Una vez concluido formalmente en 1974, sus esquemas siguieron extendindose hasta los ochenta, mediante la representacin adecuada y equitativa del partido perdedor en los altos cargos estatales.

    Entendido ms como un rgimen de consolidacin del poder de las lites econmicas que como un proyecto de desarrollo econmico y social, no caba esperar reformas esenciales -por ejemplo, en la redistribucin de la propiedad o de los ingresos, ni una reconformacin de la actividad del Estado en el campo econmico. En su lugar, se tenan como prioridades las de acelerar el crecimiento en un contexto de estabilidad, as como

  • realizar polticas sociales y de servicios pblicos que llegaran a los ms pobres y adelantar acuerdos polticos de reparticin regional del presupuesto como "paliativos para calmar y controlar a los grupos de ms bajos ingresos"34.

    Se conform, entonces, un sistema que en su aspecto poltico privilegiaba las relaciones de clientelismo como instrumentos del ejercicio poltico mediante el acceso a los recursos presupustales y que implic que los lderes polticos, y en particular los que desde el nivel regional mantenan las maquinarias polticas y electorales, centraran su inters en la distribucin de las asignaciones presupustales. En su aspecto econmico, el sistema deriv hacia una alta autonoma en las decisiones de poltica macroeconmica, que se empezaron a considerar y, posteriormente, a consolidar como campo especfico de un ejercicio tecncrata no relacionado directamente con las presiones de las fuerzas polticas. Evidentemente, su fortaleza dependera de la creciente incorporacin de una tecnocracia cada vez mejor capacitada para realizar las tareas, imbuida de un propsito "racionalizador" de las actividades del Estado y bastante independiente de compromisos partidistas o de posturas ideolgicas radicales. El propio hecho de que se careciera de una clara diferenciacin ideolgica en los programas econmicos de las corrientes polticas dominantes interactu con esta especie de consenso tecnocrtico.

    En su dimensin de relacin con los grupos empresariales, las agencias de decisin econmica operaran a travs de un complejo esquema de subsidios y de programas especficos de apoyo crediticio y presupuesta!, con cambiantes prioridades sectoriales a lo largo del tiempo, pero en un contexto de relativa estabilidad en los parmetros macroeconmicos35. Estas interrelaciones, a su vez, se veran alimentadas y reforzadas por la fluida movilidad de la alta tecnocracia entre los sectores pblico y privado.

    El sistema poltico del Frente Nacional contribuy por lo tanto a "despolitizar la estructura gubernamental (y a) materializar la modernizacin

    34 R. Albert Berry, "The National Front and Colombia's Economic Development", en Politics of Compromise: Coalition Government in Colombia, New Brinswick, Transaction Books, 1980, p. 292. Vase tambin Francisco Leal Buitrago, Estado y Poltica en Colombia, Bogot, Siglo XXI Editores, 1984.

    35 Miguel Urrutia, "On the Absence of Economic Populism in Colombia", en Rudiger Dornbush and S. Edwards, The Macroeconomics of Populism in Latin America, Chicago, The University of Chicago Press, 1991.

    poltica bajo la forma de un Estado ms tecnocrtico"36. Con todo, cabra anotar que ste ha sido un fenmeno ms selectivo que general; en efecto, diversos institutos y entidades pblicas, sea por las funciones que cumplen o por su accionar regional ms directo, se han considerado integrantes de los acuerdos de reparticin clientelista -lo que algunos han denominado como feudos polticos-, con la inevitable falta de coordinacin y coherencia en la ejecucin de las polticas pblicas.

    Una de las implicaciones de este contexto poltico fue el relacionamiento especial que se produjo entre la "lite tecnocrctica" -el equipo econmico, como se le denomin despus-y las entidades multilaterales internacionales, segn el detallado examen que hace Cepeda en el estudio antes citado. Mediante diversos mecanismos, dichas entidades han influido sobre los procesos de decisin por cuatro razones principales: primera, un amplio nmero de tcnicos nacionales muy preparados (especialmente economistas e ingenieros), han trabajado alternativamente en cargos en Colombia y en esas entidades; segunda, a travs de la conformacin de Grupos de Consulta y de Misiones Tcnicas se han acordado las bases de las polticas econmicas y del financiamiento externo y los proyectos de inversin; tercera, las entidades multilaterales han jugado un papel activo para la creacin de institutos pblicos especializados, ms autnomos y tcnicos (74 establecimientos creados entre 1954 y 1974), hacia los cuales se ha producido la canalizacin preferencial de los prstamos y las asesoras tcnicas y sobre los que ha podido ejercerse una mayor supervisin; cuarta, sobre esas bases se ha definido buena parte de las prioridades de endeudamiento externo y de inversin pblica, lo que ha reforzado las calidades tcnicas internas y las posibilidades de evaluacin costo/beneficio de los crditos externos. Cepeda seala que con esos criterios se otorgaron ms prstamos a los sectores de transporte, energa e industria y se justificaron menos los dirigidos a la agricultura o la justicia.

    En suma, "el Frente Nacional removi muchos temas bsicos de la poltica de desarrollo de su exposicin directa al debate poltico, (...) se incrementaron las probabilidades de que los asuntos de la estrategia econmica pudieran definirse como tcnicos y se resolvieran en ese campo. (...) Al nivel individual, las

    36 Fernando Cepeda Ulloa and C. Mitchell, "The Trend Towards

    Technocracy: The World Bank and the International Labor Organization: Colombian Politics", en Politics of Compromise...., pg.237.

  • calificaciones tcnicas se volvieron requisito principal de acceso para influir sobre el diseo de la poltica"; con ello, la tecnocracia gan ms autonoma poltica y, al final, "para la definicin de la poltica pblica la iniciativa poltica popular se volvi menos y menos relevante"37.

    Los aos posteriores al Frente Nacional, hasta 1990, no parecen haber modificado en lo fundamental este esquema y las polticas econmicas mantuvieron una alta dosis de continuidad, sin rupturas abruptas, con un nfasis variable en la combinacin de polticas "ortodoxas" de estabilizacin y, claro, con las identidades propias de cada gobierno en materia de diagnsticos y de estrategias de desarrollo. Al lado de esta relativa estabilidad macroeconmica, sin embargo, fue creciendo la debilidad del Estado para resolver los conflictos sociales y enfrentar las violencias provenientes de la guerrilla, el narcotrfico y la delincuencia comn amparadas en un sistema de justicia poco eficaz38.

    El Sistema Institucional de Decisiones

    El sistema institucional y regulatorio desarrollado para las decisiones econmicas ha respondido al marco de acuerdos polticos que se acaba de mencionar. En materia de principios generales se ha privilegiado durante gran parte de este largo perodo la operacin de un esquema de economa mixta orientado al crecimiento y la estabilidad; aunque cada gobierno ha elaborado sus propios planes de desarrollo de "largo plazo" -que son discutidos intensamente-, el ncleo central de las decisiones ha tenido que ver con las condiciones de las coyunturas y las polticas macroeconmicas39. En particular, los ciclos de auge y crisis cafetera y los arreglos institucionales alrededor de este sector han sido determinantes principales de dichas polticas.

    No obstante, pueden determinarse dos perodos de muy diferente visin en las concepciones sobre el Estado

    37 Ibid,pags.245 y 253. 38 Francisco Leal Buitrago, "Antecedentes y Contexto Poltico de los

    Aos Noventa: Tesis y Esquema de Interpretacin" en Hacia dnde va el Salto Social?, Bogot, FESCOL, 1995.

    39 Vase un examen detallado de estos temas en Miguel Urrutia, "The Changing Nature of Economic Planning in Colombia", en Development Planning in Mixed Economies, The United Nations University, 1988. Urrutia destaca que "ambos partidos apoyan la economa mixta y la intervencin del Estado en la economa, pero han sido renuentes a establecer empresas estatales fuera del llamado sector de servicios pblicos y del sector de explotacin de recursos naturales" (pg. 156). Sin embargo, la dcada actual ha marcado un viraje sustancial en esa concepcin hacia una intensa reduccin en el alcance de la intervencin del Estado, inclusive en esos sectores.

    y las restricciones al desarrollo nacional, en el papel de las instituciones econmicas y en el alcance de las regulaciones adoptadas.

    El primero, que se prolong hasta comienzos de los aos setenta fue, por decirlo as, ms marcadamente cepalino en cuanto se dio prioridad a las polticas para apoyar la industrializacin por sustitucin de importaciones, aunque complementadas con estmulos tempranos a la diversificacin de exportaciones. Los sistemas regulatorios incluyeron un variado nmero de controles, subsidios, crditos dirigidos y regmenes arancelarios proteccionistas. Las instituciones de planeacin y los planes de desarrollo elaborados orientaron esa estrategia y la aplicacin de las regulaciones y polticas correspondi al nmero creciente de entidades pblicas creadas en estos aos. Las instituciones de regulacin monetaria combinaron los objetivos de estabilidad de precios y de estmulo al desarrollo productivo, mediante la creacin de cupos de fomento, crditos selectivos y subsidios inflacionarios a los sectores pblico y privado. De igual modo, como en otros pases, las restricciones de divisas y las necesidades de financiamiento externo condicionaron las decisiones y llevaron a la alta influencia, que se ha indicado, de las entidades multilaterales en los procesos econmicos internos.

    El segundo perodo, que se desenvuelve desde los setenta, se sustenta en una crtica a los esquemas anteriores y a sus resultados y en la concepcin ms neoliberal del desarrollo de mercados libres, expresada en la disminucin de las regulaciones estatales, de los controles y subsidios, de los niveles proteccionistas de los aranceles. Las pautas de planeacin se orientan ms hacia el corto plazo, con nfasis en la evaluacin de proyectos de inversin y su financiamiento externo -la "planeacin de proyectos", como la denomina Urrutia- y en los programas de ajuste macroeconmico. Las autoridades monetarias buscan dar prioridad a las regulaciones estrictamente monetarias y a sus efectos sobre la inflacin40. En su conjunto, se observa un desmonte paulatino y gradual de las instituciones y regulaciones de la poca precedente, que se acelera notablemente a partir de los aos noventa.

    40 En su anlisis de las instituciones y regulaciones monetarias, Lorente resea dos grandes perodos en Colombia: entre 1951 y 1971, el perodo keynesiano; y a partir de 1974, una visin clsica del manejo monetario. Vase Lus Lorente, "Polticas Monetarias e Inflacin: Colombia 1951-1989", Cuadernos de Economa, No. 15, Bogot, Universidad Nacional, 1991.

  • Como se ha mencionado, las crisis y auges de corto plazo llevaron en ambas pocas a la aplicacin de polticas de estabilizacin cuyos instrumentos y objetivos (mayores o menores controles y regulaciones), no necesariamente guardaban consistencia con las teoras y visiones del modelo de desarrollo predominante en cada poca. Este ha sido, paradjicamente, el ncleo de la continuidad y el pragmatismo y de la mayor estabilidad en las principales variables de la economa, que muchos analistas externos han ponderado repetidamente.

    Para su permanencia resultaron claves dos instituciones pragmticas y flexibles: el rgimen cambiario adoptado desde 1967, despus de varios aos de inestabilidad e intensos desajustes, y el papel que han tenido la economa y las instituciones cafeteras.

    En efecto, el amplio consenso alrededor del rgimen cambiario vigente entre 1967 y 1991 y de las regulaciones y controles en los cuales descansaba, fue fuente esencial de la mayor estabilidad econmica del pas frente a otros de Amrica Latina. Poda haber diferencias de matices, pero se valoraba su flexibilidad para el manejo de situaciones de escasez o de abundancia de divisas y para la adopcin de polticas gradualistas41. Era un sistema tan flexible que ante coyunturas de alta apreciacin de la tasa de cambio o de excesivas devaluaciones permita la adopcin de instrumentos variados tendientes a sus correcciones y a retornar a un sendero de tasas de cambio reales estables.

    En cuanto a las instituciones y regulaciones cafeteras, dada la influencia poltica, social y econmica del sector cafetero en la vida nacional, resulta evidente su significacin para el manejo de la poltica

    41 Vase el interesante y sugestivo estudio de Juan Carlos

    Jaramillo, Roberto Steiner y Natalia Salazar sobre las bases polticas e institucionales del manejo cambiario, 'The Political Economy of Exchange Rate Policy in Colombia", Bogot, FEDESARROLLO, 1999. Entre otras cosas, all argumentan sobre las condiciones que permitieron mantener la estabilidad del rgimen cambiario durante tanto tiempo, en particular mediante la aplicacin de polticas compensatorias para sectores afectados en otra coyuntura por la bsqueda de dicha estabilidad.

    macroeconmica y para garantizar un marco de desenvolvimiento estable de la economa. Por ello, la dirigencia cafetera ha tenido una importante representacin en el escenario poltico y a travs de su gremio, la Federacin Nacional de Cafeteros, ha sido un destacado actor para la concertacin de polticas en organismos como el Comit Nacional de Cafeteros o en altas instancias de decisin econmica como el Consejo Nacional de Poltica Econmica y Social, CONPES42.

    La Tecnocracia y las bases de sus decisiones

    El sistema poltico del Frente Nacional y las instituciones de decisin y regulacin econmica abrieron un amplio espacio de autonoma, maniobra y control a la tecnocracia -los equipos econmicos. Ese espacio se reforz considerablemente a partir del gobierno de Lleras Restrepo, en 1966, con su visin sobre la importancia de la planeacin, con su poltica de fortalecimiento del Departamento Nacional de Planeacin y con la creacin de entidades pblicas tcnicas y especializadas. Pero slo pudo ser utilizado con intensidad cuando se empezaron a incorporar grupos cada vez ms numerosos de economistas (e ingenieros), con estudios de especializacin en el exterior, especialmente en Estados Unidos43.

    Es cierto que algunos economistas haban participado con anterioridad en las tareas de diseo y ejecucin de las polticas, pero la concepcin y organizacin de las instituciones econmicas provino, ante todo, de los aportes de misiones y tcnicos extranjeros, en particular en reas como las de planeacin, tcnicas de programacin, regulacin tributaria, monetaria y cambiara. Estas Misiones y Comisiones se han constituido en instrumentos preferidos para el diagnstico y la propuesta de reformas econmicas de amplio alcance y slo con posterioridad empez a primar la participacin de los tcnicos colombianos44. El lento proceso de avance en la

    42 Uno de los economistas que ha dedicado largo tiempo a reflexionar con profundidad sobre los temas de economa, instituciones y poltica cafetera ha sido Roberto Junguito. Vase, por ejemplo, su ms reciente obra en colaboracin con Diego Pizano, Instituciones e Instrumentos de la Poltica Cafetera en Colombia, Bogot, Fedesarrollo-Fondo Cultural Cafetero, 1997.

    43 Miguel Urrutia, "The Changing Nature...", pg. 170. 44 Un estudio detallado y muy crtico del papel que han tenido los

    asesores en Colombia, y que despert amplia controversia, se encuentra en Lauchlin Currie, Evaluacin de la Asesora Econmica a los Pases en Desarrollo: El Caso Colombiano, Bogot, CEREC, 1984.

  • formacin econmica en el pas est en la base de las anteriores consideraciones. De hecho, los aos cincuenta haban dejado un incipiente legado en la formacin acadmica del economista y hasta mediados de los sesenta segua presentndose un amplio debate sobre la orientacin que deba tener la profesin en nuestro medio, que en muchas universidades era una especie de combinacin entre economistas, abogados, administradores y contadores. Una informacin recolectada para el Primer Congreso de Economistas de la Universidad Nacional de 1966 mostraba que de los 1400 egresados de Economa de las diferentes universidades, hasta 1963, apenas se haba graduado una tercera parte.

    Solamente desde la segunda mitad de los sesenta y durante los setenta la enseanza de la economa se torn ms especializada, los programas acadmicos hicieron mayor nfasis en las principales teoras y polticas econmicas -con acentos variables en unas u otras corrientes de pensamiento econmico en distintas universidades-, y se present una creciente profesionalizacin, aunque la calidad de la formacin sigui siendo muy desigual ms all de las siete u ocho facultades de economa de las principales universidades45.

    La vinculacin de los economistas al proceso de toma de decisiones desde los aos setenta estuvo enmarcada, como se tuvo oportunidad de sealar, en un contexto pragmtico y poco ideolgico -excluidos, naturalmente, los discursos y las consignas-, sin que la adscripcin partidista haya determinado los cursos bsicos de accin de las polticas econmicas, aunque s ha conducido a nfasis diferentes en la utilizacin y combinacin de los distintos instrumentos de la poltica.

    Qu factores han estado detrs de la conformacin de esta especie de consenso tecnocrtico? Meisel ha argumentado varias razones, entre las cuales quiero destacar dos: primera, la naturaleza de la formacin acadmica y de la experiencia profesional; y segunda, el papel que ha ejercido Fedesarrollo, desde que se cre en los setenta, en la investigacin, la crtica econmica y la

    45 Por supuesto este es un tema esencial y de amplia riqueza de anlisis discusin que no puedo tratar dadas las limitaciones de espacio. Las caractersticas de formacin del economista, el contenido y orientacin de los programas acadmicos y su relacin con la investigacin, han sido temas recurrentes de discusin en las universidades. El reciente libro compilado por Bejarano, Hacia dnde va la Ciencia Econmica... ofrece un panorama pertinente y muy documentado sobre estas cuestiones.

    formacin de opinin46. Las dos razones remiten a races comunes: el predominio de la llamada sntesis neoclsica, tanto en las universidades que han formado la tecnocracia como en Fedesarrollo, a lo cual esta ltima entidad ha agregado su carcter de ser una expresin -al nivel acadmico-, del proyecto poltico bipartidista.

    Las cifras sistematizadas por Meisel muestran varios hechos interesantes para el perodo 1974-1996: de las 55 personas que han llegado a las ms altas posiciones en el equipo econmico, un 89% haban tenido experiencia previa en el gobierno (el rasgo de continuidad), el 56% haba hecho sus estudios profesionales en la Universidad de los Andes o en los Estados Unidos y el 91 % tena estudios de postgrado especialmente en Estados Unidos.

    Roberto Junguito ha indicado que los equipos econmicos de todos los gobiernos desde los setenta han sido liderados por antiguos investigadores de Fedesarrollo (y varios tambin han sido dirigentes gremiales); y, de otra parte, anota que la tendencia predominante en el pensamiento econmico colombiano ha sido, al igual que en otros pases de Amrica Latina, el desarrollo de un consenso en torno a las ventajas de la economa de mercado y la consiguiente adopcin de reformas estructurales orientadas hacia la liberalizacin de la economa y la reduccin de controles, licencias y subsidios discrecionales por parte del Estado47.

    La investigacin econmica

    Ms all de las posiciones ms uniformes y menos crticas reflejadas en la poltica econmica, las contribuciones acadmicas de varias universidades, centros de investigacin y algunas entidades pblicas (como el Banco de la Repblica, el DNP, la Contralora General de la Repblica y el DANE), han tenido una mayor riqueza conceptual.

    46 Adolfo R. Meisel, "Why no Hyperinflation in Colombia?: On the Determinants of Stable Economic Policies", en Borradores Semanales de Economa, No. 54, Bogot, Banco de la Repblica, 1996.

    47 "Fedesarrollo: su Contribucin al Anlisis y Pensamiento Econmico Colombiano", en Hernando Gmez Buenda, (Editor), Economa y Opinin, Bogot, Tercer Mundo Editores, 1995, p. 19. Otro de los autores de este libro hace una reflexin distinta, que vale la pena mencionar: "Fedesarrollo se ha vuelto experto en el manejo del instrumental de la economa aplicada y cada vez reflexiona menos sobre los supuestos (...) Fedesarrollo tiene que hacer un esfuerzo muy grande para evitar caer en el gravsimo error metodolgico de hacer recomendaciones de poltica econmica a partir de modelos construidos con supuestos que son muy problemticos, an desde la lgica neowalrasiana". Jorge Ivn Gonzlez, "Fedesarrollo y la Economa Positiva" p.140.

  • En el campo de la investigacin econmica, desde los setenta se multiplicaron los estudios dirigidos a interpretar -con mayor rigor y sustento analtico y con la sistematizacin de informacin emprica detallada-, la economa, la sociedad y la historia econmica de Colombia. Las bases tericas y metodolgicas de los estudios se enmarcaron en las distintas corrientes del pensamiento econmico. De esta manera, se pueden encontrar anlisis ms ortodoxos desde las perspectivas neoclsica, keynesiana o monetarista, as como estudios sustentados en los enfoques poskeynesianos, cepalinos, dependentistas y marxistas. As mismo, hubo intensos ejercicios de rplica y contrarrplica, algunos de ellos estimulados por el calor de las posiciones polticas e ideolgicas que se manifestaban en las universidades48.

    Destacara algunos ejemplos. Desde el "grupo de Fedesarrollo" se public en 1971 un libro con estudios originales sobre la economa colombiana, que se convirti rpidamente en texto de referencia, Lecturas sobre Desarrollo Econmico Colombiano, en el que se analizaron temas de distribucin de ingreso, crecimiento econmico, empleo, poltica monetaria y fiscal, planeacin, sector externo y sector agropecuario. Entre los autores se encontraban acadmicos que han trabajado ampliamente sobre Colombia, como Albert Berry, y economistas que tuvieron influencia decisiva como "policy makers" en las siguientes dcadas: Miguel Urrutia, Eduardo Wiesner, Francisco Ortega, Roberto Junguito, Guillermo Perry, Antonio Urdinola, Eduardo Sarmiento. A partir de entonces siguieron mltiples investigaciones en diversos campos de la realidad colombiana: historia econmica (Jos Antonio Ocampo), agricultura (Roberto Junguito), macroeconoma (Jos Antonio Ocampo, Eduardo Lora y otros), y muchos ms.

    Desde el "grupo de la Nacional" y de otras universidades se trabajaban, por su parte, contribuciones estructuralistas, poskeynesianas o marxistas para la interpretacin de la economa colombiana. As, en el DANE en los setenta, se conform un grupo de investigacin que elabor investigaciones sobre la concentracin industrial colombiana (Gabriel Misas, Alberto Corchuelo), el desarrollo de la agricultura, las crticas a los planteamientos de la teora de la dependencia en Colombia y la historia econmica (Salomn Kalmanovitz). En el Centro de Investigaciones

    48 Remito al lector a la sntesis que hace Kalmanovitz sobre las principales contribuciones y debates que se produjeron y sobre las posiciones tericas que reflejaban, "Notas para una Historia " Captulo IV.

    de la Universidad de Antioquia se producan contribuciones sobre el desempleo, la industria y los ciclos econmicos en Colombia (Juan Felipe Gaviria, Santiago Pelez, Hugo Lpez). Y en revistas independientes, como Cuadernos Colombianos (dirigida por Mario Arrubla) se publicaban ensayos sobre historia, desarrollo econmico colombiano y poltica econmica (Jess Antonio Bejarano, lvaro Tirado, Germn Colmenares, Carlos Esteban Posada).

    Con el paso del tiempo, la investigacin econmica y las respectivas publicaciones se centraran en entidades como Fedesarrollo, la Universidad de los Andes49, los simposios de Asobarcara, las revistas de Economa de la Universidad Nacional y de la Universidad de Antioquia, la de la Contralora General y las del DNP y el Banco de la Repblica. Aunque con diversos nfasis, los temas centrales de anlisis estaran relacionados con las polticas macroeconmicas, la estructura econmica colombiana y sus aspectos sectoriales y regionales, adems de algunas contribuciones y sntesis de teoras econmicas alternativas a la neoclsica.

    En un ensayo reciente sobre el estado de la investigacin econmica en el pas se examinan e ilustran sus secuencias, desde una perspectiva analtica valiosa: de los grandes debates tericos y polticos de los aos sesenta y setenta sobre el desarrollo del capitalismo en Colombia, se pas en los ochenta a temas de corto plazo, relativos a la estabilizacin y la coyuntura macroeconmicas, y en los ltimos aos se asiste al dominio del formalismo tcnico, expresado en el uso de tcnicas de modelaje cada vez ms sofisticadas que, sin discutir la relevancia de los preceptos tericos, buscan encontrar los mejores resultados economtricos y estadsticos50.

    Los autores representativos de la primera poca seran Mario Arrubla -con su muy famoso y debatido libro de 1963 de Estudios sobre el Subdesarrollo Colombiano-, y Lauchlin Currie, por sus visiones y teoras opuestas sobre las posibilidades de desarrollo capitalista en Colombia. En la segunda poca se situaran las mltiples contribuciones a los debates sobre poltica

    49 Aqu habra que hacer una mencin especial a los estudios pioneros de Alvaro Lpez Toro, sus contribuciones a la teora demogrfica pura y sus aportes a la interpretacin de las relaciones entre crecimiento demogrfico y desarrollo econmico. Vase una coleccin con comentarios de sus obras en Alvaro Lpez Toro, Ensayos sobre Demografa y Economa, Bogot, Banco de la Repblica, 1991.

    50 Munir Jalil y Boris Salazar, ""El Estado de la Investigacin Acadmica; del Vaco a la Comunidad Virtual", en Hacia Donde va la Ciencia Econmica en Colombia, pags. 143 -178.

  • econmica -a las que he hecho referencia-, y se destacara Jos Antonio Ocampo por su posicin heterodoxa, una especie de sntesis entre el poskeynesianismo y el estructuralismo, y en todo caso distanciada de las posturas monetaristas de poltica econmica.

    Finalmente, en la era del formalismo tcnico, se incluiran los economistas de los modelos de equilibrio general, de las teoras de crecimiento endgeno y de las hiptesis de las expectativas racionales, como Juan Lus Londoo, Alberto Carrasquilla y los economistas de la ltima generacin que trabajan en entidades como el DNP o el Banco de la Repblica. La revista de Ensayos de Poltica Econmica del Banco, a su vez, sera ejemplo de "una tradicin de virtuosismo tcnico y de independencia con respecto a la poltica econmica del gobierno, que se intensifica en el tiempo, hasta constituir una pequea sociedad discursiva, construida alrededor del virtuosismo economtrico y de la voluntad de derivar recomendaciones de poltica, a partir de pruebas economtricas cada vez ms sofisticadas"51.

    El debate acadmico

    Sin embargo, el debate propiamente acadmico, entre las universidades y dentro de las universidades, ha sido relativamente escaso en nuestro medio, lo cual puede estar relacionado con la orientacin prioritaria de nuestros economistas hacia temas de polticas pblicas, su mayor dedicacin profesional en organismos y entidades pblicas y la falta de desarrollo de comunidades acadmicas y cientficas.

    Tal parece que el medio acadmico en Colombia ha sido refractario a la controversia de fondo en materia de teoras econmicas, que ha estado poco dispuesto a apreciar y valorar las pocas pero importantes contribuciones que en estas cuestiones se hacen, y que son precarios los esfuerzos para divulgar y transmitir sus resultados. Parece existir una gran falta de comunicacin, un sentimiento prejuiciado de rechazo y una mnima

    51 Ibid, pg.169. 52"Sorprende la falta de discusin acadmica en el pas (...) No hay

    inters en ahondar en las hiptesis planteadas por el colega. Este aislamiento es ms notorio cuando los artculos tocan temas de alto contenido terico (...) Quien se atreve a incursionar en estos campos permanece solo. Quizs tenga la suerte de que algn otro solitario se atreva a comentarlo". Jorge Ivn Gonzlez, Fedesarrollo y la Economa..." pg.144. Bejarano expone preocupaciones similares, en su obra citada, sobre el efecto pernicioso del aislamiento de los investigadores al obstruir "el carcter acumulativo propio del progreso cientfico"(pg.190).

    consideracin con los aportes de los colegas52. Sin duda, sta es una de las expresiones de la

    ausencia de una verdadera comunidad acadmica en Colombia, de la falta de