Post on 11-Mar-2016
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TRES, DOS, UNO...
Fue el pasado 31 de mayo cuando, desde la base rusa de Baikonur, en Kazajstán, la cápsula
Foton-M2 (derecha, recreación) fue lanzada al espacio sin tripulación a bordo de la nave
Soyuz-U (abajo, en la estación espacial rusa). La misión de la Foton-M2 era poner en órbita,
por encargo de la Agencia Espacial Europea (ESA), 385 kilos de carga útil y 39 experimentos de
física y biología, entre ellos, ocho de exobiología confinados en la plataforma Biopan-5,
acoplada al exterior de la cápsula. Tras alcanzar la órbita establecida, la plataforma abrió sus
compuertas, dejando los ocho experimentos expuestos al ambiente cósmico durante dos
semanas. «Uno de ellos era el experimento español Lichens, cuyo objetivo es investigar la
capacidad de supervivencia de líquenes antárticos y de alta montaña en un ambiente extremo
como el del espacio», explica el coordinador del proyecto Leopoldo García Sancho, del
Departamento de Biología Vegetal II de la Facultad de Farmacia de la Universidad Complutense
de Madrid, donde se ha analizado la actividad metabólica de los líquenes antes y después del
lanzamiento. Allá, en el espacio exterior, los líquenes, secos y en estado latente, han estado
sometidos a condiciones extremas: vacío absoluto, radiación ultravioleta, temperaturas entre
–40 °C y 50 °C, radiación cósmica... No está mal para una comunidad que puede entenderse
como un simple y autosuficiente microecosistema formado por un hongo y un alga. «Junto
con las algas unicelulares y las bacterias, se estima que los líquenes son los seres vivos con
mayor probabilidad de sobrevivir a las condiciones del espacio exterior –informa García
Sancho–. Si esto se corrobora, los líquenes contribuirían significativamente al debate sobre la
posibilidad de transferencia de vida entre planetas.» Diecisiete días después del lanzamiento,
la Foton-M2 regresó a la Tierra y aterrizó cerca de Samara, en las estepas rusas de Asia Central.
Allí fue recuperada también la plataforma Biopan-5 y enviada a las instalaciones del Centro
Europeo de Investigación y Tecnología Espacial (ESTEC, en sus siglas en inglés), de la ESA,
ubicadas en la ciudad de Nordwijk, en Países Bajos.
National Geographic, noviembre de 2005