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8/3/2019 Soberana Alimentaria, n 05, marzo 2011
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SoberanaAlimentaria
BiodiversidadyCulturas
MARZO 2011/NM. 5
LAAGRICULTURAQUEPERJUDICALASALUD
SEGURIDADO SOBERANAALIMENTARIA?
LADRONESEN FRICA
8/3/2019 Soberana Alimentaria, n 05, marzo 2011
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Soberana Alimentaria, Biodiversidad yCulturas es una publicacin trimestral parael Estado espaol de informacin, debate y
reflexin sobre temticas rurales bajo unaptica poltica de Soberana Alimentaria. Uninstrumento de pensamiento crtico hechopor las manos y para las manos de las gentesque integran los movimientos campesinos quedefienden un mundo rural vivo.
La portada de la revista nmero 5 corresponde a una pintura al oleo de la pintora Jussara de Oliveira. Jussara, que significarbol de coco de palma en la lengua indgena tupiguaran de donde ella procede, reside desde hace aos en Eivissa. All el motivode la vida de sus obras ha sido la propia isla, sus paisajes, rboles, la naturaleza y la gente, especialmente la doa Pagessa (lasmujeres campesinas locales, vestidos con trajes ancestrales). Hoy en da, hay toda una generacin de jvenes que al ver una deestas abuelas, vestidas con sus trajes tradicionales exclaman: Mira, hay unajussara!.
Las obras que ilustran los artculos de las secciones AMASANDO y EN PIE DE DE ESPIGA son ilustraciones delTaccuinumSanitatis, un manual medieval sobre el bienestar, basado en un tratado mdico rabe. Aunque describe con detalle laspropiedades benficas y dainas de los alimentos y las plantas, es ms que un herbario, pues incluye amplias secciones sobrela respiracin, el ejercicio, el descanso y la salud mental. Adems de su importancia para el estudio de la medicina medieval, elTaccuinum tiene inters tambin para el estudio de la agricultura; por ejemplo, la primera imagen en la que se puede identificaruna zanahoria una planta moderna se encuentra en l. Y nos ha parecido muy apropiado tomar algunas de estas imgenespara un nmero dedicado a la agricultura y la salud.
Les invitamos a que se comuniquen con el equipo redactor (gustavo@soberaniaalimentaria.info) y nos envensus experiencias, sugerencias y comentarios as como aportaciones grficas para prximos nmeros. Los artculosfirmados son responsabilidad de sus autores. El material aqu recogido puede ser divulgado libremente, aunqueagradeceramos que citaran la fuente.
Las organizaciones que coeditamos la revista Soberana Alimentaria, Biodiversidad y Culturas somos:
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Las organizaciones campesinas y otras organizaciones sociales pueden solicitar recibir ejemplares gratuitamente solicitndolosa alguna de las organizaciones colaboradoras o a la propia revista.
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ORGANIZACIONESCOEDITORASLa Va CampesinaPlataforma RuralFundacin Agricultura Viva-COAGGRAIN
ORGANIZACIONESCOLABORADORASACSUR-Las SegoviasAmigos de la TierraEcologistas en AccinEntrepueblosIngeniera Sin Fronteras ValenciaMundubatVeterinarios Sin FronterasXarxa de Consum SolidariFundacin Biodiversidad
COMIT EDITORIALPaul Nicholson.Jernimo Aguado Martnez.Eduardo Navarro.Henk Hobbelink.Helen Groome.Beln Verdugo Martn.Marta G. Rivera Ferre.Ismael Sanz Remn.Fernando Fernndez Such.Carlos Vicente.Eva Torremocha.
COORDINACINYEDICINGustavo Duchgustavo@soberaniaalimentaria.infoTel: +34 616 114 005
ARTEYMAQUETACINwww.mareavacia.com
DIRECCINPOSTAL:GRAINc/ Girona 25, principal08010 Barcelona
WWW.SOBERANIAALIMENTARIA.INFO
Depsito Legal B-13957-2010ISSN 2013-7567
EDITORIALLa salud en el plato
AMASANDO LA REALIDADCmo son los servicios sanitarios en el medio rural?Sin Soberana Alimentaria no hay seguridad alimentariaCon los alimentos nos construimos o nos destruimosLa exposicin a compuestos qumicos de las gentes
campesinasEN PIE DE ESPIGA
Transgnicos, experimentando con nuestra saludLa lucha social vence a las fumigaciones
PALABRA DE CAMPOPig Business, un documental para actuarSomos paisaje
ATAQUES Y RESISTENCIASManzanas localesLa tierra abuena a la genteLa dulce revolucinMuchas voces contra las agresiones medioambientalesLadrones merodeando por frica
DE UN VISTAZO Y MUCHAS ARISTAS
Las dioxinas aparecen para testificar que no hay SoberanaAlimentaria
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Soberana Alimentaria
Biodiversidad y Culturas
MARZO
2011/NM.5
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La salud en el plato
Cualquier persona tiene uno o ms ejemplos como
el abuelo Santos y los aos que vivi, que fueron
muchos y saludables. Estaba claro el porqu. Santosnaci y vivi siempre en un pequeo pueblo segoviano
rodeado de naturaleza en estado puro. Sus labores, de hor-
telano y ganadero, las llev a cabo sin productos qumicos.
Y su alimentacin, basada en sopas, legumbres, verduras y
poca carne, fue casi toda producida por la misma familia o
la vecindad de los aledaos. La vejez le trajo, como es nor-
mal, los consabidos achaques, con los que Santos demostr
de nuevo su mucha fortaleza acumulada en cada bocanada
inspirada durante los ochenta y tantos aos anteriores.
Aunque, cuando su vida ya tocaba a su fin, los traslados a
la capital para alguna hospitalizacin, prueba o revisin
eran verdaderamente un engorro.
Podemos decir actualmente lo mismo? Es decir
tenemos referencias de que la salud de las personas vaya
mejorando con esta civilizacin globalizada? Podemos
afirmar que no, que obviamente han mejorado muchos los
sistemas sanitarios, la medicina en general y que gracias
a ella se sobreviven algunos aos pero la salud de las
personas como el Planeta que nos acoge parece cada
vez ms mermada.
Mucho tiene que ver en todo esto nuestro sistemaalimentario global, que con un enfoque exclusivamente
mercantilista produce, bsicamente, alimentos baratos
de tres tipos: los de baja calidad (las verduras y frutas
de invernadero, por ejemplo), los de dudosa calidad (los
productos con elementos transgnicos, por ejemplo) y, a
veces, los claramente dainos (alimentos contaminados
con dioxinas, por ejemplo). Y aunque parezca que tene-
mos mucho donde escoger, la globalizacin alimentaria,
ms que diversificacin nos ha llevado a una homogenei-
zacin de las dietas (ricas en azcares y grasas) que es en
s misma un atentado contra la salud y la cultura culinariade la poblacin.
Capear con alimentos de tantos orgenes ha requerido
incrementar las medidas de seguridad alimentaria pero
EDITORIAL*
ni con ellas nos escapamos de crisis como las vacas locas,
la gripe A o las mencionadas dioxinas. Porque no es una
cuestin de ms vigilancia, es cuestin de recuperar unmodelo de produccin que nos encauce hacia una dieta
equilibrada y sensata. De hecho, el diseo tan frreo de las
normativas sanitarias para los alimentos, suele beneficiar
a las grandes corporaciones y transformadoras de alimen-
tos, arrinconando prcticas sencillas del campesinado, que
favoreceran el consumo de proximidad y confianza.
Pero adems se aprecia otra realidad. Si de alguna
forma la salud, la fortaleza, en nuestra conciencia colec-
tiva se la atribuye a la gente del campo gente saluda-
ble, decimos, pensando en abuelos como Santos, esta
situacin, tambin como consecuencia del modelo de
produccin impuesto, ha cambiado. Las y los agricultores,
los trabajadores y trabajadoras del campo son uno de los
colectivos con ms riesgos de caer enfermos, no slo por
accidentes laborales de esfuerzo, de empleo de maquina-
ria o trabajos manuales, sino por el uso (y abuso) poco
controlado de productos qumicos con los que, de nuevo,
slo se enriquece la agroindustria. Las estadsticas son
alarmantes.
Y si en pocos aos mucho han cambiado las cosas para
las gentes del campo, algunas lamentablemente, se man-tienen intactas, como es la discriminacin que existe en el
acceso a los servicios pblicos sanitarios. Muchos pueblos
del Estado carecen de algunos servicios bsicos (ecografas,
radiografas, servicio de ginecologa, ambulancias) y
casi siempre todo est demasiado lejos y demasiado centra-
lizado, como sufri el abuelo Santos en sus ltimos aos.
Las tendencias neoliberales y la actual crisis econmica
slo hacen que acentuar el problema pues las medidas
que se aplican tendentes a la privatizacin de los servicios
sanitarios (como el copago), harn ms grande la brecha
entre unos ciudadanos y otros. Entre la gente del mediorural y del medio urbano; entre las personas mayores y los
ms jvenes; entre los ms pobres y los ms ricos, y desde
luego entre mujeres y hombres.
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*
De todo esto se reflexiona y profundiza en el nmero 5
de nuestra revista, pero complementado con ejemplos de
lucha campesinas, rurales o urbanas que con imaginacin
y tesn, se organizan colectivamente para combatir legis-
laciones inadecuadas, para recuperar sabiduras despresti-
giadas, variedades de cultivos locales o espacios urbanos
en desuso, donde crecen ya alimentos sanos.La agricultura industrial no slo provoca la desapari-
cin de muchas fincas y unidades agrarias, pobreza en el
medio rural, competencia en los pases del Sur, desastres
Recuperar nuestra soberana alimentaria con unaagricultura campesina a pequea escala como la nicava posible para alimentar al mundo de forma justa, sana y
sostenible.
medioambientales, etc., sino que tambin es la responsa-
ble de muchas muertes en el campo y en la mesa. Por eso
desde los movimientos campesinos se defiende recuperar
el control de la agricultura y la alimentacin, es decir,
recuperar nuestra soberana alimentaria con una agricul-
tura campesina a pequea escala como la nica va posible
para alimentar al mundo de forma justa, sana y sostenible.
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*AMASANDOLAREALIDAD
Cmo son losservicios sanitarios
en el medio rural?En la localidad de Guardo, en el extremo noroeste de la provincia de Palencia, la revista SoberanaAlimentaria, Biodiversidad y Culturas organiz una tertulia pblica, un conversatorio para analizarla realidad de los servicios sanitarios en el medio rural. La calidad de vida en los pueblos, la fijacinde personas en el medio rural, y desde luego una cuestin bsica de derecho, obliga a que dichosservicios sean suficientes y apropiados a las particularidades de las gentes del campo. Es as?
Conversatorio
Para analizar esta temtica
la revista encabezada por
Fernando Fernndez del
Consejo Editorial reuni en Guardo,
un pueblo minero donde desde hace
aos se reclama la necesidad de un
Hospital comarcal, a Beln Collantes,
Vicepresidenta de la Asociacin Pro
Hospital Zona Norte de Palencia; a
Fernando Aparicio, mdico de familia
del Centro de salud de Guardo; aMarisi Martin, Procuradora en las
Cortes de Castilla y Len por el Grupo
Socialista; y a Mario Fernndez de la
Asociacin por el derecho a la salud
del Pas Vasco. 4 personas que pueden
abordar el tema con conocimiento
(usuarios y usuarias, profesionales de
la salud, representantes ciudadanos y
polticos), desde una zona rural en la
que el pasado minero ha dejado como
secuelas en mucha gente mayor gravesproblemas de salud como la silicosis
y que tiene el hospital ms cercano a
150 kilmetros de distancia.
ENELMEDIORURALSOMOSCIU-DADANADETERCERACATEGORA.
Beln, es muy clara en su primera
intervencin respecto a las carencias
de los sistemas sanitarios pblicos en
su pueblo de Guardo. Es inaceptable
que no contemos an con una unidad
de urgencias mvil. Tenemos acceso
en el centro de Salud a algunos espe-
cialistas, pero sin embargo no cuentan
con los recursos necesarios para poderdesarrollar su trabajo. Muchas veces
te ves obligada a viajar a Palencia
para pruebas sencillas como ecogra-
fas, radiografas o simples anlisis.
Nuestra pediatra no tiene sustituta
o sustituto y claro cuando toma
descanso nos quedamos sin servicio,
y as muchas otras deficiencias que
hacen para toda esta zona norte de
Palencia imprescindible un Hospital
Comarcal.
Fernando, aade con ms detalleotras deficiencias que l como mdico
detecta. Efectivamente, en el medio
rural hay que resolver de forma prio-
ritaria el tema de las urgencias, pues
como sabemos para muchas pato-
logas la primera hora es esencial
para el curso de la situacin. Poder
atender un ictus o un infarto en la
primera hora es crucial y los 150 km
de distancia del hospital ms cercano
un hndicap muy grande. Tambinaunque en los ltimos aos se han
hecho inversiones en la mejora de las
infraestructuras, es habitual encontrar
Lasdeficienciassanitarias sonclaramente una
causa ms deabandono de lospueblos pequeos.
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edificios viejos, pequeos y fros sin
apenas mobiliario con una mesa de
escritorio y una camilla sencilla y que
dejan mucho que desear. En muchos
lugares las historias clnicas an no
estn informatizadas lo que nos haceperder mucha informacin clave,
cuando un paciente nuestro es aten-
dido en otro centro, algo como ha
dicho Beln habitual. Tenemos falta
de personal (faltan pediatras, traba-
jadores/as sociales, fisioterapeutas),
pero adems en vacaciones, el incre-
mento de poblacin en los pueblos no
se ve acompaado con el incremento
de personal sanitario, a veces, incluso
somos menos. Ya sabemos que la
formacin de medicina familiar y
comunitaria est muy desprestigiada,
y tampoco es del todo adecuada. No
se nos forma para trabajar desde
la autosuficiencia ni teniendo en
cuenta las condiciones particulares
del medio rural. De alguna manera,
las personas del medio rural estamos
encadenadas a la industria sanitaria y
farmacutica.Yo quisiera aadir unos datos
explica Marisi porque no es acepta-
ble la desigualdad entre la poblacin
urbana y rural en temas de salud. No
es lo mismo que te de un infarto en
la capital de Valladolid, Palencia o
Burgos que en Guardo o Cervera de
Pisuerga. De hecho, de una pobla-
cin de 25 millones de habitantes en
Castilla y Len, 155.000 habitantes
de las comarcas perifricas ruralesestn siendo atendidos en hospitales
de otras comunidades. Las deficien-
cias sanitarias son claramente una
causa ms de abandono de los pueblos
pequeos.
LOSSERVICIOSDEATENCINPRIMARIASONLARESPUESTA.
Si bien es claro que para muchascomarcas rurales, como la zona norte
de Palencia es del todo necesario un
hospital comarcal expone Fernando
hemos de tener muy presente qu
de las mejores de Europa, y nos ha
permitido obtener una mejora en la
calidad sanitaria altsima, pero en los
ltimos aos, bajo la presin neo-
liberal, se est desmantelando este
tejido pblico. La atencin primariaes la menos costosa para las arcas
pblicas y la que mejores resultados
finales genera. Es ah donde debe-
ran concentrarse las inversiones, de
hecho, reclamo una discriminacin
positiva sanitaria para fortalecer los
servicios de atencin primaria en el
medio rural. Todos los y las mdi-
cos de cabecera de las zonas rurales,
deberan, por ejemplo, poder consul-
tar telemticamente las radiografas
de sus pacientes hechas en hospitales
centrales o comarcales.
La atencin primaria, y en
particular en el medio rural, es la
Tendremos una sanidad de primera, para quien lapuede pagar, y una de segunda, pero en el medio rural nitan siquiera esos centros privados van a llegar, porque
aqu no seran rentables, por lo tanto nosotros seremosciudadana de tercera.
En el estado espaol, los
municipios de menos de 20.000
habitantes (es decir, el medio
rural) integran el 20% de la
poblacin y el 90% del territorio.
modelo de sanidad hay que potenciar,
y especialmente en el mundo rural.
Yo apuesto por reforzar la
atencin primaria. De hecho,
el 80% de los problemas sani-
tarios se resuelven en centros
de atencin primaria, aunque
lamentablemente en nuestraComunidad Autnoma slo
se le dedica a este captulo
el 16% del presupuesto de
sanidad. Y del otro 20%
que no podemos resolver y
llega a los grandes hospitales
centrales, un 60% se podra
resolver en los hospitales
comarcales como el que
reclamamos.
Mario incide en recordarque la atencin primaria
del Estado espaol ha sido
durante mucho tiempo
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cenicienta de nuestra salud pblica
insiste Fernando. La salud no debe
abordarse como resolver enfermeda-des, hay que prevenir que no se den.
Es muy importante una visin inte-
gral donde se interrelacione la salud
con otros factores como el entorno
fsico, la alimentacin, las condiciones
laborales, si hay trabajo o no hay tra-
bajo o vives para trabajar, la incer-
tidumbre, la soledad. Con esa visin
global y estratgica advertiramos
muchas realidades propias del medio
rural. Por ejemplo, tenemos un alto
porcentaje de poblacin de la tercera
edad que adems en muchos casos
viven en condiciones de aislamiento
y soledad. As pues necesitamos ms
profesionales de la rehabilitacin y de
enfermera. Tenemos muchas mujeres
de cierta edad y con dolencias propias
con muy poca autonoma en el acceso
a los servicios y a cuyos pueblos
muchas veces no llega el personalmdico. As pues la especialidad de
ginecologa es bsica. Una buena
atencin primaria se complementa
con un hospital comarcal que puede
resolver muchas hospitalizaciones que
ahora se llevan a la capital como los
cuidados paliativos, gestaciones y par-
tos no complicados, ciruga ambulato-
ria y muchas urgencias. Sera de una
rentabilidad social indudable.
Beln insiste en la desigualdad:Sin embargo en los ltimos aos
se ha abandonado totalmente la
construccin de estos hospitales
comarcales simple y llanamente por
una cuestin de eficiencia en el gasto
basada en el ratio de habitantes. EnCastilla y Len tan solo existen dos
hospitales comarcales y sin embargo
hay seis comarcas perifricas en las
cuales sera esencial este recurso. En
las seis comarcas se han creado aso-
ciaciones como la de Guardo y entre
todas hemos creado una Plataforma
que nos reunimos y coordinamos
esfuerzos.
LASAMENAZASAUNSISTEMASANITARIODBIL.
Pero segn Marisi parece que los
recursos y las inversiones viajan en
direccin contraria. De hecho, dice:
existe ciertamente un peligro de
desmantelamiento de la salud pblica
en general. Cada vez se invierte ms
en conciertos con centros privados
para tratamientos o pruebas espe-
ciales, gastando ah un dinero quepodra invertirse en medicina pblica,
o como venimos reclamando, en el
medio rural donde se invierte poco,
tarde y mal, lo que provoca que no se
fije poblacin, y la falta de poblacin
es la justificacin para no invertir ms
en nuestras zonas y es la pescadilla
que se muerde la cola. Quizs cuando
se invierta, ya es demasiado tarde.
Y el peligro es que con las crisis,
coinciden las cuatro voces, es que esteproceso se agudice ms. Mario, en
concreto seala lo que est ocurriendo
con la privatizacin de la sanidad en
El esfuerzolocal, las redes ylas plataformasson bsicas yla nica formaposible parasalvar la sanidadpblica espaola.
*
La atencin a laspersonas dependientes
Los Presupuestos del Estado para 2011 bajan un 5,26% respecto alao anterior en el captulo de atencin a la dependencia pese a
aumentar su demanda. Una vuelta ms de tuerca para perpetuar el
sistema de cuidadoras familiares, donde las mujeres familiares y
vecinas, como tejido informal, o con personas inmigrantes precarizadas
suplen lo que deberan de ser atenciones profesionales y pblicas.
LA SALUD PBLICA
UN DERECHO MUNDIAL?
El 80% del gasto sanitario
mundial es utilizado solamente por
el 20% de la poblacin mundial.
Ms de 11 millones de personas
fallecen al ao por falta de
medicamentos esenciales
Los medicamentos abundan
slo all donde se pueden
comprar, no donde hay mayor
nmero de personas enfermas.
En el mundo occidental,
la industria de fabricacin
de medicamentos no puede
detenerse. Como no se investiga
para enfermedades no rentables,
se recurre a los variaciones
simplistas de medicamentos
ya conocidos, a la creacin de
enfermedades inexistentes,
o a la modificacin de losdinteles de los parmetros
de laboratorios clnicos.
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*La asistencia sanitaria en el medio
rural tiene un sesgo de gnero
A los problemas ya enumerados de las mujeres se suman otros derivados
de su propia realidad. Por un lado no podemos olvidar que las mujeres en elmedio rural, sobre todo las de cierta edad, no tienen autonoma para acudir
al centro de salud y dependen de sus maridos, hijos o hermanos para que les
lleven a los centros mdicos. En muchas zonas no se cuenta con servicios
ginecolgicos y estas mujeres deben desplazarse a las capitales para poder
seguir controles adecuado. La prevencin en temas tan importantes como el
cncer de mama y tero se desarrolla mediante campaas que concentran
a las mujeres en determinadas localidades en das sealados sin opcin a
una asistencia habitual. En general son mujeres que han trabajado muy duro
toda su vida y llegan a edades avanzadas con problemas que requieren un
trato ms especfico. Por otra parte la atencin y seguimiento del embarazo
en comarcas aisladas como las que describimos se desarrollan en la capital y
cada visita de seguimiento de un embarazo exige casi un da completo, por no
decir la presin en el momento de acercarse el parto o peor an cuando en el
embarazo surgen complicaciones y vives a 150 km del hospital de referencia.
mayores, las personas con pocos o
nulos recursos en el medio rural,
mayoritariamente mujeres Es decir
justamente la gente que ms los nece-
sita. Finalmente representar un pro-
blema tambin de costes para la salud
pblica porque esto provocar que la
gente no vaya a los servicios preven-
tivos tenindose que resolver muchas
situaciones ya en momentos agudos ourgentes. S reafirma Mario como
ha quedado demostrado en otros
pases el copago ni tan siquiera sirve
para disminuir la frecuencia final de
visitas al mdico. Y todo el proceso
administrativo del que conlleva el
copagotambin genera un nuevo
gasto. Un terrible nuevo mecanismo
de desigualdad.
Y Marisi puntualiza: Al copago
deberamos llamarlo repago porqueno olvidemos que la salud pblica la
pagamos entre toda la sociedad. La
crisis puede llevar tambin a que se
la Comunidad de Madrid, donde se
han construido 8 hospitales priva-
dos que funcionan con especialistas
provenientes de hospitales pblicos,
pagados con dinero pblico y que
sus puestos originales no han sidocubiertos por nuevo personal. Y as
muchas iniciativas en este sentido,
que son falsas salidas que hipotecan
el futuro sanitario de las prximas
generaciones.
Beln, insiste que s, efectiva-
mente con estas privatizaciones se
agudizarn los problemas. Tendremos
una sanidad de primera, para quien la
puede pagar, y una de segunda, pero
en el medio rural ni tan siquiera esoscentros privados van a llegar, por-
que aqu no seran rentables, por lo
tanto nosotros seremos ciudadana de
tercera.
Fernando advierte de otro peligro
para el sistema sanitario pblico y que
lleva por nombre copago. Que se
hable tanto del copago es una evi-
dencia de que nos lo van a imponer.
Y ser desastroso para las personas
ancianas, las personas que tienen
a su cargo nias, nios o personas
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PNo creis que he muerto(Jess Garca Pedrajas)No creis que he muertoal ser derrotadolas huellas slo estn vacas
si no se han labrado.
cierren consultorios locales, para cen-
tralizarlos en cabeceras de comarca,
que juntamente con el mal transporte
interno que tenemos entre pueblos,
representar un grave problema de
inequidad.
MEJORCOORDINACINSOCIOSANITARIA
Para los y las participantes de la
tertulia, en el medio rural es muy
importante dar valor a la coordina-cin entre los servicios sanitarios y
los sociales. Aunque existen entre
ambos servicios algunos mecanismos
de coordinacin no son funcionales.
O no se hacen las reuniones, o no
son operativas, explica Marisi. La
responsabilidad se ha trasladado a las
y los propios profesionales de base
pero sin contar con el respaldo de
las estructuras ms altas de los dos
estamentos. Es una sobre carga detrabajo a profesionales que ya van
saturados. De hecho en el terreno
social hay dficit y desequilibrio de
En Espaa son varias las
asociaciones por el Derecho a la
Salud existentes, y se agrupan
en la Federacin de Asociaciones
para la Defensa de la SanidadPblica (FADSP). Como nos
explica Mario Fernndez de la
organizacin vasca OSALDE,
somos alrededor de doscientos
profesionales, mdicos enfermeras,
trabajadoras sociales, psiclogas
y trabajadoras y trabajadores
sanitarios en general, agrupados
en defensa de la sanidad pblica,
por considerar que es el nico
sistema que puede garantizar elacceso en equidad a unos servicios
de salud de calidad para toda la
poblacin. Pensamos que la salud,
como la alimentacin, son derechos
bsicos de toda la poblacin y que
deben ser as considerados: como
derechos, no como mercancas.
personal apunta Mario en el Pas
Vasco slo contamos con una persona
por comarca, y en Castilla y Len una
para cada 3 comarcas.
Una de las funciones bsicas de
esta coordinacin, se seala en lamesa, se evidencia en la prevencin y
seguimiento de los casos de violencia
de gnero, muy presentes en el medio
rural. Por eso sigue Mario, son los
movimientos feministas quienes estn
dando la pelea por afrontar mejor esta
coordinacin. Adems, reflexiona
Fernando el colectivo mdico tene-
mos carencias al respecto. Somos una
parte importante en la deteccin de
casos de violencia de gnero, ms enlas sociedades rurales donde es habi-
tual que por las presiones sociales y
familiares estos casos se oculten.
Beln nos recuerda otra de las
cuestiones que esta coordinacin socio
sanitaria debiera permitir, pero que
se abandon hace aos, los famosos
diagnsticos comunitarios de salud.
Estos diagnsticos pretendan desa-
rrollar un anlisis participativo por
zonas donde se detectaran de forma
clara los problemas ms generaliza-
dos, determinadas dolencias que por
cualquier cuestin estn ms extendi-
das o dnde es necesario hacer mayor
nfasis de cara a buenas medidas
preventivas. Eran un instrumento
fundamental en
las zonas rurales
para afrontar el
tema, pero se hanabandonado.
Y MSPARTICIPACINCIUDADANA.
Resolver
estas deficiencias
sanitarias en el
medio rural pasa
por facilitar la
participacin dela ciudadana en
el diagnstico de
la realidad, en
la definicin de estrategias, una
funcin que pareca adjudicada a los
llamados Consejos de Salud, pero
que en la prctica no tienen ms que
una funcin meramente informa-
tiva como denuncia Marisi. Y enlas zonas rurales, apunta Beln con
menos personas, hay poca represen-
tacin y mucha resignacin. Por
eso contina es imprescindible la
movilizacin ciudadana. Asociaciones
como la nuestra existen en otros
pueblos, y es importante unirnos y
coordinarnos para ser ms fuertes
frente a los polticos.
Por ltimo Fernando, y en la
misma lnea seala, que es impor-tante que las asociaciones ciudada-
nas a favor de la salud pblica y la
comunidad profesional generemos
entre nosotros u nosotras espacios de
confianza. Porque ambos colectivos,
somos vctimas de un mal sistema
sanitario. El esfuerzo local, las redes y
las plataformas son bsicas y la nica
forma posible para salvar la sanidad
pblica espaola.
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SinSoberana Alimentariano hayseguridad alimentariaSi bien este artculo no pretende cuestionar la eficacia de las polticas y prcticas reglamenta-das para asegurar la salubridad de los alimentos, s que quiere plantear algunas ideas que desta-pan la aleatoriedad de algunas de ellas, as como reflexionar sobre las consecuencias sociales delas mismas en trminos de poder, quin gana y quin pierde. Hay que desenmascarar aquellassituaciones en las que los argumentos esgrimidos a favor de la seguridad de los alimentos, ade-ms de no atacar las verdaderas causas, son un ataque frontal a nuestra Soberana Alimentaria.
Marta G. Rivera Ferre
CAUSASDELAINSEGURIDADALI-MENTARIA: GLOBALIZACINEINDUS-TRIALIZACINDELAAGRICULTURA.
Cada vez que nos llevamosun alimento a la boca esta-mos corriendo un graveriesgo para la salud? Esta frase, que
nos puede parecer exagerada, hoy
da muchas veces es una realidad.
Muchas son las causas en las que
un alimento, en lugar de ser fuente
de salud, es fuente de enfermedad.Mantener una dieta desequilibrada,
con alto contenido en azcares o
grasas saturadas, favorece enferme-
dades como la obesidad, diabetes, etc.
Algunos alimentos pueden contener
sustancias txicas, como pesticidas,
o cancergenas, como algunos adi-
tivos o conservantes. La industria,
en ocasiones, para abaratar costes,
aade sustancias prohibidas (mela-
mina en leche infantil) o dudosas
pero inexplicablemente no prohibidas
(aceites industriales en pienso animal,
origen de las dioxinas). Tambin se
dan casos donde los alimentos estn
contaminados con agentes bacteria-
nos, vricos o fngicos. Por ltimo,
existen otras vas a travs de los
cuales los alimentos pueden afectar
a nuestra salud y que todava estn
en discusin, como son los alimen-
tos modificados genticamente o la
nanotecnologa aplicada a los alimen-
tos. Ante este panorama tan incierto,
la administracin y la industria se
esfuerzan en presentar normativas yestndares encaminadas a garantizar
la higiene de nuestros alimentos, o
ms correctamente, a reducir el riesgo
de contaminacin de los mismos.
Existen varias y diversas causas
que favorecen la inseguridad ali-
mentaria y el que sta tenga hoy una
dimensin internacional destacada.
Una de las ms evidentes es la globa-
lizacin alimentaria, que afecta a la
seguridad alimentaria tanto desde laperspectiva del riesgo y la salud, como
desde la desnutricin. En relacin
a los alimentos seguros es evidente
que la globalizacin alimentaria ha
favorecido, por el alargamiento de la
cadena, el incremento del nmero de
manos que manipulan los alimentos
y una mayor transformacin de los
mismos, incrementando los puntos
crticos y de riesgo en los que, por
ejemplo, organismos infecciosos
pueden contaminar la cadena. Esta
situacin determina la necesidad de
aumentar los controles y los mecanis-
mos para evitar tales contaminacioneso elementos no controlados.
La globalizacin alimentaria
tambin ha impulsado la creacin y
el abaratamiento de materias primas
para la agroindustria, pasando de un
mercado con base eminentemente
local a un mercado global. Esto ha
contribuido a lo que se conoce como
la transicin de la nutricin, es decir,
un cambio en el patrn alimentario
hacia dietas con elevado contenidoenergtico que sabemos favorecen la
obesidad y las enfermedades ligadas
a la misma. Tambin la prdida de
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la cultura alimentaria y la homoge-
nizacin de la alimentacin generan
problemas de adaptacin a pueblos o
etnias no acostumbrados, provocando
por ejemplo, incapacidad de digerir
determinados alimentos o reacciones
alrgicas a los mismos. La inseguridad
alimentaria tambin est relacionada
con la percepcin del riesgo por los
consumidores y consumidoras. En
este sentido, se ha demostrado que
la mayor cantidad de productos de
distintas procedencias incrementan
la sensacin de riesgo a la hora de
tomar una decisin por parte de laciudadana.
Otro elemento relacionado con
la globalizacin que tambin incre-
menta nuestra inseguridad alimenta-
ria, as como la magnitud del riesgo al
que estamos expuestos, es la indus-
trializacin de la agricultura. Dicha
industrializacin ha beneficiado a
las grandes granjas y las cadenas de
supermercados como proveedores
principales de los alimentos. Si existeun problema de seguridad alimentaria
en una empresa de este tipo, ste es
de muchsimo mayor alcance que si
afecta a una pequea granja de distri-
bucin local.
Un ltimo elemento que aumenta
la importancia estratgica de las
normativas de seguridad alimentaria
a nivel internacional es la firma del
acuerdo de agricultura en el marco
de la Organizacin Mundial del
Comercio (OMC). La eliminacin de
aranceles en frontera (para favorecer
la liberalizacin de los mercados), ha
reducido la posibilidad de restringir
la entrada a determinados alimentos
procedentes de otros pases. De este
modo, para controlar dicha entradaa los pases slo les queda la va de
los alimentos seguros, convirtindose
sta en un arma poltica de defensa
de la poblacin nacional o de la
industria alimentaria nacional, segn
convenga. Igual que se alude a la
seguridad alimentaria para vetar la
entrada de alimentos en un pas por
riesgo de contaminacin o similar, se
incrementan los requisitos tcnicos y
tecnolgicos como una barrera parala comercializacin de los pequeos
agricultores y agricultoras en todo el
mundo.
Muchasde las reglasde seguridadalimentaria tienenpoco que ver conla salud de laspersonas y mscon los intereses
de las grandescorporaciones.
ELCOMPLEJOENTRAMADODECERTIFICACINDELOSALIMENTOSSEGUROS.
Para garantizar la seguridad de
los alimentos, se han generado un
complejo entramado de estrategias y
normativas, entidades de certificacin,
auditoras, etc. que dificultan el enten-
dimiento de cmo funciona esto de la
*Seguridad Alimentaria: un concepto con doble significado
El concepto de seguridad alimentaria es un concepto complejo que en castellano tiene un doble significado al proceder
de dos conceptos anglosajones: food security (seguridad alimentaria), ms relacionado con la cantidad y suficienciade alimento y food safety (salubridad alimentaria), en referencia a la calidad e higiene de los alimentos. As, en funcin
del contexto en el que se aluda a la seguridad alimentaria, nos solemos referir a una acepcin o a otra, o bien a ambas.
Esto puede llevar a confusin en castellano, pues aun siendo los dos conceptos deseables, casi interdependientes,
y objetivos irrenunciables en la alimentacin, en cada contexto se le dar ms importancia a uno o a otro.
En los pases industrializados, la seguridad alimentaria suele ir ligada al concepto de food safety, es decir vinculado a la
gestin del riesgo sanitario. Es un concepto con un fuerte componente tcnico que busca y ofrece herramientas para
gestionar las diferentes crisis alimentarias en el mbito de la salud pblica, frecuentes en la cadena agroalimentaria
globalizada, pero lamentablemente sin abordar en ningn caso, las causas fundamentales de dicha inseguridad
alimentaria. La seguridad de los alimentos en el sistema alimentario global es adems una herramienta que permite
continuar la estrategia de implantacin de un mercado global de alimentos. As, no sorprende que la propia Organizacin dela Naciones Unidas (ONU), trate el tema ms como un asunto comercial que de produccin de alimentos o de salud pblica.
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Una cadenacorta permitira
saber de
inmediato elorigen de los
productosconsumidos.
seguridad alimentaria para la mayora
de los consumidores y consumidoras
y que, por otro lado, estn favore-
ciendo los intereses de las grandes
corporaciones alimentaria.
Existen varios niveles de propues-tas normativas, distintos actores y
diferentes herramientas de control.
Destacamos, a nivel internacio-
nal, el papel del Codex alimenta-
rius (CA), una comisin mixta de
la FAO (Organizacin Mundial
de la Alimentacin) y la OMS
(Organizacin Mundial de la Salud)
encargada de desarrollar normas
alimentarias, reglamentos y otros
textos relacionados, con propuestas
que a nivel internacional deberan
cumplir los alimentos para poder
ser comercializados. Lo que dicta-
mina el CA es acatado sin discusinpor la OMC. Y quin compone el
CA? Lo componen los gobiernos,
pero el sector privado participa muy
activamente en el mismo, mientras
que otros sectores, como el propio
campesinado, o el de las y los con-
sumidores, rara vez participa en las
reuniones.
Adems de las normativas delCA, la industria alimentaria global
ha ido desarrollando sus propios
criterios para identificar aquellos
productos que se pueden comerciali-
zar a nivel internacional y cules no.
Destacan los programas de buenas
prcticas agrarias (GAP,
por sus siglas en ingls:
KenyaGAP, ThaiGAP,
EurepGAP), de carcter
voluntario y que cadapas desarrolla para
sus propios productos.
En la actualidad en
la Unin Europea la
industria ha desarrollado
la GlobalGAP con el
objetivo de que el resto
de GAPs nacionales
se ajusten al sistema
europeo y se convierta
en un referente global.
As, cualquier granja
que quiera colocar sus
alimentos en el mer-
cado internacional, es
decir, en las estanteras
de cualquier Carrefour,
tienen que obtener
la acreditacin de la
GlobalGAP, si no, no
tiene ninguna opcin.Estos estndares son en
muchos casos inalcanza-
bles para los pequeos productores
y productoras. Tambin, las grandes
cadenas de supermercados, como
veremos despus, estn creando nor-
mativas con sus propios estndares.
Resulta preocupante observar
cmo en la gestin del riesgo, la
mayora de las iniciativas van enca-
minadas a la autoinspeccin de laspropias compaas que comercializan
los productos. El Estado delega en
las propias empresas la gestin de
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ese riesgo, perdiendo por tanto un
elemento de control y poder en dicho
mbito, privatizando los sistemas de
gestin y certificacin, y reduciendo
la transparencia del sistema.
Y APESARDETANTASNORMAS,NOHAYCOHERENCIA.
A pesar de los esfuerzos internacio-
nales por desarrollar criterios comunes
en temas de seguridad alimentaria,
nos encontramos con grandes dife-
rencias entre pases, lo cual como
consumidores y consumidoras nos
genera gran incertidumbre respecto
a la seguridad de los alimentos y los
mecanismos usados para garantizarla.As, nos encontramos con que algunas
sustancias estn prohibidas en algunos
pases y en otros no. Por ejemplo, el
uso de hormonas, los transgnicos o
el clembuterol, estn prohibidos o en
discusin en Europa, pero permiti-
dos en EEUU. Los aditivos, como la
propia sacarina, prohibida en Francia
y Canad. Algunas prcticas, como el
bao en cloro en los pollos, estn per-
mitidas en EEUU pero no en Europa.
Por otro lado, existen diferencias en
los niveles autorizados de otras sustan-
cias, como algunos tipos de aditivos o
pesticidas, o incluso el nivel de metales
pesados o nitratos en agua, niveles que
van cambiando conforme nuevas evi-
dencias cientficas muestran mayor o
menor grado inocuidad de los mismos.
Esta falta de consenso y el alto
grado de incertidumbre nos viene amostrar el diferente grado de riesgo
que distintos pases estn dispuestos a
asumir en relacin con la salud de la
ciudadana, o bien, la fuerza e intereses
que determinadas empresas tienen
en dichos pases. En este sentido, no
ayuda el que puntualmente salgan a
la luz informaciones que relacionan
a determinadas personas con respon-
sabilidad en los comits de seguridad
alimentaria o las administraciones conintereses o vnculos directos con la
industria alimentaria, acusndolos de
conflictos de intereses o corrupcin.
Ante cualquier mnima duda de
que un alimento no fuera seguro,
debera prevalecer el principio de
precaucin, pero lamentablemente,
hoy prima en muchos casos el bene-
ficio econmico. Por otro lado, cabrapreguntarse: y todas estas sustancias,
son realmente necesarias para pro-
ducir o conservar nuestros alimentos?
En un mercado global, es posible,
desde luego en un mercado local, son
prescindibles.
LASEGURIDADDELOSALIMEN-TOSUSADACONTRALA SOBERANA
ALIMENTARIA.
Vemos que los gobiernos ofrecenun marco legislativo general que
no ataca las causas de la inseguri-
dad alimentaria, primando aquellas
normas que puedan beneficiar a las
empresas nacionales. Finalmente son
las empresas las que realmente esta-
blecen la mayora de los estndares y
las que recogen los beneficios. De esta
manera perversa seleccionan los acto-res que les interesan, dejando fuera a
la gran mayora de los productores y
productoras. Veamos algunas formas
de conseguirlo.
Si bien sabemos que la lgica de la
agroexportacin no es adecuada para
las necesidades del pequeo campesi-
nado de los pases del Sur, las dificul-
tades legales que se imponen, hace
todava ms difcil que ellas y ellos
puedan beneficiarse del comerciode materias primas. Algunos de los
estndares desarrollados por los pases
pueden llegar a ser incluso ridculos,
*
Las puertas giratorias
La autoridad europea de seguridad alimentaria (EFSA) tiene entre susobjetivos asesorar y comunicar sobre la seguridad de los alimentos,
ofreciendo informes que, basados en investigaciones cientficas, determinan
la inocuidad o no de aditivos alimentarios, pesticidas o de los transgnicos.
Los informes de la EFSA no son vinculantes, pero la Comisin Europea
suele hacer caso de sus conclusiones. Sin embargo, la EFSA ha sido
acusada de no ser independiente, de usar como pruebas los informes de
las empresas que desarrollan los productos a ser evaluados, y algunos de
sus expertos han sido acusados de estar demasiado cerca de la industria
alimentaria y de bebidas, acusndoseles de conflicto de intereses. Segn
el Observatorio de las corporaciones europeas (CEO), tres miembros
del consejo de administracin de la EFSA son a su vez consultores degrandes compaas alimentarias, trabajando en thinktanks financiados
por la industria que intentan influir el debate poltico y cientfico sobre los
riesgos alimentarios. Un cuarto miembro es director de un fondo que tiene
acciones en una compaa que vende alimentos transgnicos. Segn el
CEO, estos conflictos de intereses influyen en las valoraciones de estos
miembros del consejo de administracin en su trabajo para la EFSA.
Tambin la clase poltica ha sido acusada de favorecer los intereses
de la industria corporativa de los alimentos. El caso ms reciente es el
revelado por las informaciones de Wikileaks, en el que se relaciona al
secretario de estado del medio rural del Ministerio de Medio ambiente,
Rural y Marino de Espaa, de solicitar a la embajada americana
para que presione en Bruselas a favor de los transgnicos.
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como el caso de la prohibicin por
parte de la UE del pescado de la India
a final de los 90, en el que se conside-
raba un riesgo sanitario inaceptable
el que las paredes y suelos en los que
se aterrizaba el pescado no se lavaran
con agua potable, en un pas en el
que aproximadamente 150 millones
de personas no tienen acceso a agua
potable. Un argumento similar se usen Tanzania, donde segn la ONU
un 80% de los pescadores dependa de
las exportaciones a la UE y quedaron
fuera del mercado de un plumazo. La
gran beneficiada en este caso fue la
multinacional espaola Pescanova,
que expandi su negocio a aguas
africanas.
Los gobiernos tambin usan este
tipo de estndares cada vez ms en sus
acuerdos bilaterales de libre comer-cio. As por ejemplo, un informe de
la ONG Focus on the Global South
seala que el prximo acuerdo de
La seguridad de losalimentos en el sistemaalimentario global es
adems una herramientaque permite continuar laestrategia de implantacinde un mercado global dealimentos.
libre comercio entre la UE e India
tendr un fuerte impacto sobre los
pequeos pescadores, y fundamental-
mente las mujeres, por las reglas de
seguridad alimentaria que se impon-
drn y que ellas no podrn cumplir.
En definitiva, vemos que muchas de
las reglas de seguridad alimentaria
tienen poco que ver con la salud de
las personas y ms con los interesesde las grandes corporaciones.
Pero aunque los gobiernos definan
el marco legal, la accin y la agenda
estn en manos del sector privado.
As, supermercados como Walmart,
Tesco o Carrefour, gigantes de la
distribucin a nivel internacional,
desarrollan sus propios estndares,
obligando a sus proveedores a cum-
plirlos, y realizando por tanto una
fuerte criba en relacin a quin puedey no puede vender en sus estanteras.
En principio existe la percepcin de
que puede ser una oportunidad para
la agricultura de los pases empobre-
cidos, y los gobiernos locales crean
programas para adaptar a sus agricul-
tores y agricultoras a tales estndares
y facilitan la implantacin de los
supermercados en su territorio. Pero
las distribuidoras no suelen querer a
la pequea produccin y en cuanto
pueden, desarrollan estrategias para
cambiar sus proveedores una vez yase han implantado en un mercado.
Por otro lado, estos estndares tam-
poco garantizan nuestra seguridad ali-
mentaria. Un estudio de Greenpeace
mostr que muestras de frutas y
verduras recogidas entre 2002 y 2009
en Walmart y otras grandes cadenas
en China, tenan mucha mayor con-
taminacin por pesticidas que las de
pequeos mercados.
Otro problema es que con laexpansin de los supermercados a los
pases del Sur Global, la lnea de sepa-
racin entre los mercados domsticos
*La guerra del etiquetado
Pareciera que a la industria alimentaria no le interesa que
sepamos lo que comemos. Un claro ejemplo es el de laguerra del etiquetado. Cuando a mediados de los 80 en el
Reino Unido una ONG plante un etiquetado basado en
un semforo que permitiera fcilmente al consumidor o
consumidora saber si el alimento en cuestin era bueno o
malo para la salud, la industria puso en marcha el actual
sistema donde se describen todos los ingredientes y las
cantidades diarias recomendadas, pero que una persona
de a pie difcilmente puede entender. Aunque inicialmente
no se aprob este etiquetado del semforo por presiones
de la industria, finalmente la gran cantidad de estudios
sealando la idoneidad del mismo de cara al consumidorhan permitido que se pueda utilizar en el Reino Unido.
Pero esta misma guerra se ha repetido en el 2010 a nivel
europeo. Segn el Observatorio de las Corporaciones
Europeo, la industria alimentaria europea se ha gastado
1 billn de euros en derrotar el sistema del semforo
y evitar su implantacin a nivel europeo. Ha sido el
caso de lobby ms caro de la historia de la UE.
PNo pensis que me he perdidoslo estoy cansadode mirar la tierra rotay los sueos arrasados.
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y de exportacin es cada vez ms
pequea, con lo que se tiende a utili-
zar los mismos estndares para ambos,
dejando a los pequeos productores
y productoras en una situacin de
agona.
LA SOBERANA ALIMENTARIACOMOALTERNATIVAPARAUNA
ALIMENTACINJUSTA, SEGURAYSOSTENIBLE.
La Soberana Alimentaria es fun-
damentalmente conocida por ser un
conjunto de propuestas y estrategias
polticas para alcanzar el derecho a la
alimentacin, con la percepcin de
abordarlo desde el mbito de la des-nutricin. Sin embargo, la Soberana
Alimentaria, que apuesta por la relo-
calizacin de los sistemas agroalimen-
tarios y por modelos de produccin
campesinos, podra permitir tambin
incrementar la seguridad alimentaria
desde la perspectiva del riesgo. Por un
lado, los alimentos seran adecuados
al contexto cultural, por otro lado,
la agricultura campesina, desde el
enfoque de la agroecologa, favore-
cera la produccin de alimentos sin
txicos, disminuyendo el riesgo de
consumir alimentos contaminados a
*
Las pias de Ghana
El gobierno de Ghana hizo un esfuerzo por crear un programa para la produccin de pia para los supermercadoseuropeos, pasando de 20.000 toneladas en el ao 2.000 a 50.000 en el 2004, producida fundamentalmente por pequeos
productores y productoras y medianos comerciantes. Pero sin previo aviso, las cadenas europeas presionadas por la
compaa americana Del Monte, decidieron unilateralmente comprar slo la variedad MD2, y no la Sweet Cayenne que
se produca en Ghana, y a exigir la certificacin EuropGAP. Estos cambios estaban fuera del alcance de la pequea
produccin, que tuvo que cerrar y dejar paso a las transnacionales. Hoy slo dos compaas controlan casi el 100% de
las exportaciones de pia de Ghana, una americana y otra suiza, que se proveen slo de tres grandes productores.
Un estudio de la FAO/OMS seala que el coste para un pequeo productor de la certificacin GlobalGAP es de aprox.
1200 euros, lo que les lleva a concluir que efectivamente, no tiene ningn sentido para la pequea produccin. Slo las
grandes empresas estn dispuestas a pagar este extracoste, porque el imperio que estn construyendo los supermercados
les puede generar beneficios extras. Segn el director de la compaa Del Monte, Mohammad AbuGhazaleh, las
cadenas supermercados buscan trabajar con quien les pueda asegurar que su producto viene de su propia granja, ha sido
empaquetado en su propia planta, con sistemas de embarque bajo su control, as como la entrega al cliente. Su compaa
produce el 39% de sus pltanos, el 84% de sus pias, y el 81% de sus melones, fundamentalmente en Centro Amrica.
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nivel de granja, y socialmente justos.
As mismo, el acortamiento de la
cadena alimentaria y la reduccin del
nmero de intermediarios y transfor-
maciones sufridas por los alimentos
disminuyen los puntos crticos enlos que los alimentos pudieran ser
contaminados.
Si bien las cadenas globalizadas
requieren de la implementacin de
herramientas como la trazabilidad
para determinar el origen de poten-
ciales fuentes de contaminacin y
consecuentes crisis alimentarias,
una cadena corta permitira saber de
inmediato el origen de los productos
consumidos.En cualquier caso, la agricultura
campesina tambin requiere de unos
estndares propios de seguridad
alimentaria, adecuados a su escala y a
su contexto. Estos estndares debe-
ran ser desarrollados mediante la
participacin tanto de los productores
y productoras, como de los consumi-
dores y consumidoras. La Soberana
Alimentaria es una oportunidad para
que la ciudadana pueda recuperar el
control de su alimentacin y partici-
par en la definicin de los estndares,
con sistemas participativos de garan-
ta u otros modelos que podamos
definir.
Artculo basado en:
RIVERA FERRE, M.G. y SOLER, M.:
El enfoque de la
soberana alimentaria:
ms all de la seguridad alimentaria,
X Congreso de la Federacin Espaola
de Sociologa, Pamplona, Agosto 2010.
y
Food safety: protecting whom?
GRAIN, 2011
Ante cualquiermnima duda deque un alimento
no fuera seguro,debera prevalecerel principio deprecaucin, perolamentablemente,hoy prima en
muchos casosel beneficioeconmico.
Pesticides: not your problem?, Greenpeace, 2009:
http://www.greenpeace.org/eastasia/news/China-pesticides.
The Impacts of Private Food Safety Standards on the Food Chain and on PublicStandard-Setting Processes, Paper Prepared for FAO/WHO, Mayo 2009:ftp://ftp.fao.org/codex/cac/CAC32/al329Dbe.pdf
REYDAR, A.:Food trust, ethics and safety in risk society, Sociological Research Online.
SANDERS, T.A.:Food production and food safety, British Medical Journal, 318.
Parasaberms
*
PNo digis que he huidosi en el campo he quedadono miris el cielomirad vuestras manos.
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Con los alimentosnos construimoso nos destruimos
En las ltimas dcadas ha existido una gran transformacin en los hbitos alimentarios, algu-nos elegidos, otros dirigidos. Muchos ordenados por grandes multinacionales o transnaciona-les, que nos han adiestrado en una alimentacin refinada, manipulada, adulterada, no perece-dera (lo que no tiene vida tampoco puede morir) y llena de sustancias de sntesis o qumicas.Su procedencia es la agricultura industrial que, por agotamiento de la fertilidad de la tierra, nosda cada vez menos minerales y otros nutrientes. Con esta alimentacin, nos destruimos?
Dr. Karmelo Bizkarra
Ciencia sin consciencia no es ms que la ruina del alma.
Franois Rabelais, famoso escritor francs del Renacimiento (14941553)
HBITOSALIMENTICIOS, ELEGI-DOSODIRIGIDOS.
Nuestra alimentacin ha dejadode conformarse en base anutrientes para pasar a depen-der de meros comestibles, es decir,
sustancias que se pueden comer, pero
no indica que contengan nutrientes, y
menos aun nutrientes saludables.
Las multinacionales o trasnacio-
nales de la agricultura han favore-
cido la enfermedad por su formatan desequilibrada de produccin,
apoyando una agricultura que deja
de ser cultura para llenarse de txicos
de sntesis y biocidas. Estas mismas
empresas fabrican los medicamentos
que se van a usar luego para tratar o
maltratar las enfermedades que han
sido originadas por los cultivos inten-
sivos, pesticidas, herbicidas,
La transformacin, manipulacin
y refinamiento de los alimentos altera
especialmente las partes vitales de
los mismos: las vitaminas, minerales,
antioxidantes, pigmentos naturales...
Las mayores alteraciones sufridas por
los alimentos, durante miles y miles
de aos, han tenido lugar durante el
ltimo siglo. Los alimentos que se
utilizan desde hace miles de aos son,
quizs, reconocibles por la memoria
celular del organismo, los industria-
lizados son objetos extraos que el
cuerpo no puede incorporar ni hacer-
los partcipes de su organizacin. El
organismo humano puede reconocer,
en su memoria celular, el maz tierno,pero es incapaz de reconocer algo tan
transformado y desvitalizado como
los corn flakes tostados y llenos de
azucares desnaturalizados, por mucho
que a esa masa la llamemos cereales.
Al mismo tiempo se ha dado un
aumento de la ingestin diaria de
caloras, incluidas las caloras vacas
(sin sustancias nutritivas) del alcohol;
una manipulacin y refinamiento
de los alimentos; una carencia osubcarencia de vitaminas, minera-
les, oligoelemento y antioxidantes;
un aumento del consumo de carnes
y grasas obtenidas en granjas de
explotacin animal; una destruccin
acelerada del equilibrio de la tierra
que crea plantas enfermas, etc. La
salud de la tierra, de los vegetales, de
los animales y de los seres humanosest ligada entre s y si enfermamos la
tierra enferma todo lo dems.
ALIMENTOSDESNATURALIZADOS,CONMUCHASCALORASYPOCOSNUTRIENTES.
Las cifras del Departamento de
Agricultura de los Estados Unidos
han mostrado una prdida de nutrien-
tes en 43 especies cultivadas estu-
diadas desde los aos 50 del siglopasado. En un anlisis ms reciente se
ha visto que la vitamina C ha dismi-
nuido en el 20%, el hierro en el 15%,
Hemos perdidocontacto con losritmos de vida.
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la riboflavina en el 3% y el calcio
en el 16%. Como sealan algunos
expertos, las plantas cultivadas de
forma ecolgica tienen entre el 10%
y el 50% ms de sustancias activas
que las cultivadas en la agriculturaintensiva. El trigo, cultivado en USA
desde hace ms de 130 aos, segn
el Departamento de Agricultura, ha
perdido casi un tercio de hierro, zinc
y selenio.
Actualmente estamos asistiendo a
una adulteracin light a la que podra-
mos llamar maquillaje nutricional: los
huevos contienen ms omega3, la
leche ms calcio, los yogures fitoeste-
roles para disminuir el colesterol, lacocacola no tiene azcar, los postres
son sin azcar aadido (con edulco-
rantes an ms perjudiciales que el
mismo azcar), etc., etc. A los produc-
tos o comestibles manufacturados,
se les aade una sustancia supuesta-
mente saludable o dudosamente favo-
rable y se les pone la etiqueta bueno
para la salud o con aditivos autori-
zados. Estos aditivos qumicos, por
ejemplo, pueden alargar la vida de los
alimentos a costa de desvitalizarlos,
pero toman parte de
los ms o menos 40 kg
de sustancias o aditivos
qumicos que ingerimos
anualmente en nuestro
pas. El engao eti-
quetable es a veces tan
calculado que aunque
en el envase ponga sinconservantes, puede
tener aromatizantes o
edulcorantes, y es una
buena manera de men-
tir diciendo la verdad.
COLONIZACINALIMENTARIA.
El factor econmico
ha sido siempre tras-
cendental a la hora deelegir los alimentos y
fue uno de los motivos
importantes que dio
lugar al gran consumo de aceites
vegetales que sustituyeron al aceite
de oliva. La caracterstica comn de
estos aceites es que eran ms baratos.
Este cambio fue respaldado por un
orquestado marketing de empresas yorganismos para convencer que los
aceites de semillas eran mejores para
la salud que el aceite de oliva. Con el
trasfondo de los aceites grasos insa-
turados y su beneficio (verdadero o
supuesto) sobre el colesterol, hubo un
aumento del consumo de aceites no
conocidos hasta entonces en nuestro
entorno. Hoy en da vuelve a reco-
nocerse que el aceite ms antiguo en
la alimentacin humana, el aceite deoliva, es el ms recomendable para
la salud. Otras veces la sustitucin
o la invasin gastronmica viene de
la mano de la publicidad y el poder
econmico: Los donuts, la coca
cola, las hamburguesas, los perritos
calientes
La posibilidad de conseguir
alimentos frescos de la huerta de los
vecinos y vecinas, del mercado sema-
nal o de la pequea tienda del barrio
va en disminucin. Se ha pasado de
la elaboracin casera y artesanal a
la industrial, donde unas mquinas
cocinan para el ser humano de forma
asptica, sin el contacto humano con
el alimento. Antes la produccin y el
consumo de alimentos era ms local,
mientras hoy dependemos de una
produccin cada vez
ms alejada del lugar en
el que vivimos.
La preparacin de
los alimentos se ha des-
plazado de la cocina a
la fbrica, a las grandes
industrias de alimen-
tacin. La aparicin delos hipermercados ha
cambiado tambin radi-
calmente los hbitos
alimenticios. Ya no se
hace la compra diaria,
el pan fresco, la leche
del da; sino que se hace
la compra para toda la
semana: el pan tostado
o en molde, la leche
esterilizada que durameses, los congelados
para varios das, y todo
ello sin hablar ni una
Como sealanalgunos expertos,las plantas
cultivadas deforma ecolgicatienen entre el10% y el 50% msde sustanciasactivas que las
cultivadas enla agriculturaintensiva.
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sola palabra con nadie del estableci-
miento. Un signo ms de individua-
lismo en una sociedad donde cada vez
contamos con menos gente que nos
escuche.
Hemos perdido contacto conlos ritmos de vida, no sabemos si la
verdura que hay en el supermercado
es de invernadero, est tratada o viene
del otro lado del ocano Atlntico.
Hemos olvidado las pocas de cosecha
de las verduras. Comemos cualquier
alimento en cualquier poca del ao.
Ms que nunca, en este momento,
es necesaria una educacin alimenti-
cia infantil para que los nios y nias
coman menos porqueras (porqueraviene de puerco): menos colacao,
chipchops, choccrup, gominolas de
plstico y chucheras qumicas sintti-
cas. Una cultura alimenticia popular
y sana reducira mucho la frecuencia
de la mayora de las enfermedades
crnicas y evitara la manipulacin y
el abuso de los animales. Una cultura
alimenticia donde la persona eligiese
los alimentos ms saludables y no se
dejase llevar por la publicidad y el
marketing de las grandes empresas,
en su intento de descerebrar al que ve
su publicidad.
MTODOSACTUALESDEGANADERA.
Las tcnicas de ganadera actuales
favorecen el hacinamiento y la inmo-
vilizacin de los animales en lugares
insalubres: se cran sin contacto con latierra, con falta de espacio, de movi-
miento, de aire y de sol, lo que altera
el equilibrio fisiolgico de los ani-
males. Adems son transportados en
psimas condiciones y con frecuencia
tratados con sedantes para que estn
ms tranquilos durante el traslado.
Se prioriza la produccin, por
encima de la salud de los animales.
Se les atiborra o ceba de comida para
un rpido engorde, en detrimentode su salud. Se les aporta comida no
adecuada, forraje desequilibrado con
abonos qumicos y contaminado con
herbicidas, insecticidas, etc. Se utilizan
antibiticos en dosis bajas porque
favorecen una ganancia de peso de
los animales criados. Antibiticos que
ingerimos cuando comemos carne
procedente de la crianza intensiva. Noparece una dieta muy saludable
La ganadera de explotacin
intensiva, tal como se realiza hoy, crea
tambin gran cantidad de desechos
que pueden ser contaminantes. Hoy
en da la situacin llega a ser grave en
las zonas con una alta concentracin
de granjas de cerdos, derivada de la
formacin de los purines o desechos
de dichas granjas.
Los alimentos de origen ecolgico,al no contener substancias artificiales,
son asimilados correctamente por
el organismo sin alterar las funcio-
nes metablicas. Por el contrario,
las sustancias qumicas o de nueva
sntesis son irreconocibles para el
metabolismo del organismo y quedan
con frecuencia inalterables, deposita-
das especialmente en las zonas grasas
del cuerpo. El organismo, con toda
su capacidad de autorregulacin,
arrincona los txicos en los tejidos
grasos para que no perjudiquen a los
rganos vitales. Lo mismo sucede
en los animales. En consecuencia
cuando comemos carne grasa, todas
las sustancias txicas depositadas y
arrinconadas en ella son ingeridas por
las personas y entran a tomar parte de
nuestro organismo intoxicndolo.
Los pesticidas usados en el campose concentran ms en la carne que
en las verduras o
en las frutas. No
sirve el argu-
mento de que
todo est conta-
minado ya que la
carne est mucho
ms contaminada
que las verduras.
Segn algunasinvestigaciones
los productos
animales tienen
Los alimentosque se utilizan
desde hacemiles de aosson, quizs,reconocibles porla memoria celulardel organismo, los
industrializadosson objetosextraos queel cuerpo nopuede incorporarni hacerlos
partcipes de suorganizacin.
nueve veces ms pesticidas que los
vegetales.
ENAPOYODEUNAAGRICULTURAECOLGICA.
La agricultura le da al ser humano
el poder de intervenir sobre el equili-brio de la naturaleza, de manera que
PNo me cerris los ojosporque an no he lloradoni he visto las cadenas
rotas por los arados.
SABC / MARZO 2011 / NM. 5 / AMASANDO LA REALIDAD20
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Mentalidad NPK: suelos pobres, alimentos pobrespor GRAIN
Hoy da sabemos que las plantas absorben de 70 a 80 minerales diferentes de un suelo sano, mientras que losfertilizantes qumicos aaden nicamente unos pocos de ellos. A mediados del siglo XIX, el qumico alemn
Justus von Liebig realiz una serie de experimentos en los que analiz la composicin de las plantas para procurar
entender qu elementos eran esenciales para su desarrollo. Sus herramientas primitivas solamente identificaron
tres: el nitrgeno, el fsforo y el potasio, conocidos por sus smbolos qumicos, NPK. Aunque posteriormente
von Leibig reconoci la presencia de otros muchos minerales en las plantas, sus experimentos constituyeron la
base de una industria qumica muy lucrativa, que vende NPK a agricultores y agricultoras con la promesa de
incrementos milagrosos en los rendimientos de sus cultivos. Es cierto que los fertilizantes NPK revolucionaron a la
agricultura, pero ha sido a cambio de una degradacin trgica de la calidad del suelo y de nuestros alimentos.
En 1992, el informe oficial de la Cumbre de la Tierra de Ro concluy que hay una profunda preocupacin por las fuertes y
continuadas bajadas en los valores minerales en los suelos de cultivos y praderas en todo el mundo. Esta frase se basa endatos que muestran que, durante los ltimos 100 aos, los niveles medios de minerales en tierras agrarias han bajado en
todo el mundo, un 72% en Europa, un 76% en Asia y un 85% en Amrica del Norte. Gran parte de responsabilidad en esto lo
tiene el empleo masivo de fertilizantes qumicos sintticos, en vez de mtodos ms naturales de promover la fert ilidad del
suelo. Adems de esta prdida directa que la mentalidad NKP ha provocado, los fertilizantes qumicos tienen la tendencia
de acidificar los suelos, matando as muchos organismos edficos (del suelo) que cumplen una funcin en la conversin de
los minerales del suelo en compuestos qumicos que las plantas pueden aprovechar. Los pesticidas y herbicidas tambin
pueden reducir la absorcin de minerales por las plantas ya que matan determinados tipos de hongos edficos que viven
en simbiosis con las races de las plantas (conocida como microrriza). La simbiosis micorriza permite a las plantas acceder
a un sistema mucho ms extenso de extraccin de minerales que los que sera posible nicamente con sus races.
La consecuencia de todo esto es que la mayor parte de los alimentos que consumimos son deficitarios en minerales.
En 1927, un equipo de investigacin de la Universidad Kings College de Londres empez a analizar el contenido
en nutrientes de los alimentos. Se han repetido sus anlisis a intervalos regulares desde entonces, algo que nos
permite tener una imagen nica de cmo la composicin de nuestros alimentos ha cambiado a lo largo del ltimo
siglo. El Cuadro resume sus alarmantes resultados: nuestros alimentos han perdido un 2060% de sus minerales.
Prdida del contenido medio de minerales de frutas y verduras en el Reino Unido entre 1940 y 1991
Mineral Verduras Frutas
Sodio 49% 29%
Potasio 16% 19%
Magnesio 24% 16%
Calcio 46% 16%
Hierro 27% 24%
Cobre 76% 20%
Zinc 59% 27%
Un nuevo estudio publicado en 2006 revel que los niveles de minerales en los productos ganaderos han
sufrido un descenso similar. Al comparar los niveles de 2002 con aquellos de 1940, el contenido de hierro
en la leche ha bajado en un 62%, el nivel de tanto el calcio como del magnesio en el queso parmesano ha
cado un 70% y el cobre presente en los productos lcteos haba bajado en un sorprendente 90%.
Datos de: Marin Hum, Soil mineral depletion en Optimum Nutrition, 19 (3), Otoo 2006.
Fuente: Earth Matters. Grain. Publicado en Seedling, Octubre de 2009. www.grain.org
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puede ganar en libertad e indepen-
dencia y satisfacer adems sus nece-
sidades y sus deseos. Pero tambin, la
no consciente o imprudente actitud
de agricultores y agricultoras, y la
multinacionales agrcolas, empresasde fabricacin de pesticidas y herbi-
cidas, multinacionales que blindan y
explotan la venta de semillas trans-
gnicas, etc., etc puede dar al traste
con el equilibrio de la naturaleza y
afectar, de paso, la salud de los seres
que habitan la tierra, seres humanos
incluidos.
El agotamiento de la fertilidad de
la tierra y la contaminacin de sta
y de las aguas subterrneas por laactual agricultura y ganadera inten-
siva indican claramente que el ser
humano est escupiendo hacia el cielo
obviando la accin inevitable de la
fuerza de gravedad.
En cambio, con la agricultura eco-
lgica no se pone en riesgo la salud de
la poblacin consumidora ni de las y
los productores. Favorece un pensar
ecolgico, sin apoyar la explotacin
de la tierra sin escrpulos. Favorece
un desarrollo sostenible de la agri-
cultura. Los elementos biocidas o ele-mentos que desequilibran o destruyen
la vida son utilizados en la agricultura
qumica, mientras los elementos
bioactivos o favorecedores de losprocesos vitales son los que se utilizan
en agricultura ecolgica.
El paradigma o visin global de la
agricultura ecolgica es favorecer el
equilibrio y la salud de la tierra que
se expresa en la salud de las plantas
que crecen de ella. El paradigma de
la agricultura qumica se basa, por
el contrario, en la explotacin de la
tierra, y cuando el equilibrio se pierdese expresa en forma de plagas. La
tierra es un organismo, no un meca-
nismo que podemos manipular o
utilizar y tirar. Su complejidad es
mucho mayor de lo que imaginamos
y cuando intervenimos, sin tener en
cuenta el equilibrio y la capacidad
de autorregulacin de la vida, pro-
vocamos desequilibrios, trastornos,
enfermedades de la tierra y de los que
vivimos en ella.Los alimentos ecolgicos tienen
ms gusto y el organismo mejora
su salud al consumirlos. La eleccin
de productos ecolgicos supone un
compromiso con la naturaleza, con
la tierra, con las y los agricultores
responsables y un compromiso con
nuestra salud y la salud de las genera-
ciones venideras.
En conclusin y para terminar,
podemos aplicar en agricultura y
ganadera lo que deca Hipcrates:
Primum non nocere, antes de nada
no hacer dao.
Dr. Karmelo Bizkarra
Centro de Salud Vital Zuhaizpe
www.zuhaizpe.com
La eleccinde productosecolgicos
supone uncompromiso conla naturaleza, conla tierra, con lasy los agricultoresresponsables y
un compromisocon nuestra saludy la salud de lasgeneracionesvenideras.
POLLAN, Michel:Nutrition, mensonges et propagande, Thierry Souccar Editions, Francia,2008.
LAWRENCE, Felicity:Quin decide lo que comemos?, Tendencias Editores, Barcelona. 2009.RIECHMANN, Jorge: Transgnicos: el haz y el envs, Catarata, Madrid, 2004.BIZKARRA, Karmelo:El arte de saber alimentarte, Editorial Descle De Brower, Bilbao,2011.
Parasaberms
*
PNo quiero morir,an no he terminadode andar sencilloy de besar despacio.
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La exposicin acompuestos qumicos delas gentes campesinasEn el transcurso de los ltimos 150 aos el ser humano ha fabricado muy diversos compuestos qu-micos con objeto de satisfacer las necesidades crecientes de un supuesto desarrollo. Desde el inicio
de la revolucin industrial, se estiman en ms de 120.000 las sustancias qumicas de nueva snte-sis y los subproductos derivados de stas producidos por la actividad humana, censo que se incre-menta da a da. Se empiezan a evidenciar las consecuencias de estos compuestos qumicos en lasalud de la poblacin en general, en el propio medio ambiente, pero qu ocurre con el campesinadoy poblacin rural ms expuestos a productos utilizados en la agricultura industrial o convencional?
Consejo de Redaccin
PLAGASCONTRAQUIEN?
Se ha manifestado frecuente-
mente que la mecanizacin y
el uso de compuestos qumicos
ha supuesto un beneficio sustancial
en la produccin agrcola. Se dice que
gracias al empleo de plaguicidas, her-
bicidas y fertilizantes, las cosechas se
han visto incrementadas significativa-
mente y las prdidas en la produccin
se han reducido de forma espectacu-
lar. Pero tambin se ha sealado el
riesgo potencial para la vida animal
y humana derivado de la exposicincontinuada a compuestos qumicos
diseados como para combatir las
plagas que afectan a los vegetales.
Riesgo derivado por el empleo de
carcter farmacolgico de algunos
principios activos, como por la persis-
tencia medioambiental de sustancias
no utilizadas en la actualidad, pero
empleadas en el pasado.
La era de los plaguicidas qumicos
comenz en el siglo pasado cuando
se desarrollaron los sulfuros y se les
encontr una aplicacin prctica
como fungicidas. Posteriormente
fueron los compuestos arsenicales los
que se emplearon para el tratamiento
de las plagas de insectos en la pro-
duccin agrcola. En ambos casos se
trataba de sustancias de una elevada
toxicidad, lo que limit su empleo
generalizado. Fue en 1940, al calor
del inicio de la revolucin verde,
cuando aparecieron en el mercado los
primeros pesticidas organoclorados
que tienen su mximo exponente en
el DDT. Ya que, en principio, estos
organoclorados presentaban baja
toxicidad, su uso se vio enormementefavorecido y ocuparon una posicin
dominante entre los plaguicidas qu-
micos de nueva sntesis. Con poste-
rioridad, se pusieron de manifiesto
los inconvenientes de este compor-
tamiento ya que la alta lipofilidad
(afinidad por las grasas) junto con la
estabilidad qumica resultan en una
gran persistencia medioambiental y
en una exacerbacin de los efectos
biolgicos indeseables.Por importante que sea el uso
histrico de DDT y su residuo
medioambiental, lo cierto es que no
es ms que un ejemplo de una gran
familia de plaguicidas organoclorados
que comparten muchas caractersticas
comunes. La mayora de los pases
industrializados tiene prohibida, hoy
da, la utilizacin de muchos de estos
compuestos, sin embargo, al igual que
ocurra con DDT, debido a su persis-
tencia en los medios naturales y su
lipofilidad, pueden encontrarse an
en cualquier ser vivo (desde los peces
hasta las personas) y en cualquier
parte del planeta, inclusive all donde
nunca se utiliz.Relegados los organoclorados a un
segundo lugar, los principales plagui-
cidas utilizados hoy da en los pases
industrializados pertenecen al grupo
de los organofosforados, carbamatos
y piretroides. Se trata de compuestos
qumicos con una vida media mucho
ms corta que los organoclorados,
de tal manera que son menos persis-
tentes y no se acumulan en el tejido
adiposo. Pero, si estos plaguicidas hanpodido ser encontrados en el aire de
un espacio natural y como contami-
nantes en los grandes cursos de agua,
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no es de extraar que sean contami-
nantes habituales en ncleos rurales
y que haya riesgo de exposicin de la
poblacin que ah reside y trabaja.
EJEMPLOSDEINTOXICACINENLAPOBLACINAGRCOLA.La exposicin humana a los pla-
guicidas persistentes es un hecho bien
documentado durante los ltimos
treinta aos, si bien sus consecuen-
cias empiezan a entreverse ahora,
cuando ms de una generacin ha
sido vctima de ese acoso qumico.
Las consecuencias a largo plazo de la
exposicin a plaguicidas se manifies-
tan sobre el desarrollo y la funcionali-dad de diferentes rganos y sistemas;
y abarca desde alteraciones neuro-
lgicas, reproductivas, endocrinas e
inmunolgicas, fracasos funcionales y
alteraciones del comportamiento, a la
aparicin de tumores.
Los riesgos asociados a los pla-
guicidas dependen de los niveles de
exposicin por lo que hay que con-
siderar dos colectivos humanos bien
definidos. Por una parte, la poblacin
en general, expuesta a niveles bajos
como consecuencia de la contamina-
cin de aire, aguas y alimentos. Por
otra, los y las trabajadoras de la indus-
tria qumica que los produce y las y
los agricultores que los aplican, que
se encuentran expuestos ocupacional-
mente a niveles relativamente altos.
Las intoxicaciones agudas por
plaguicidas estn bien documenta-das. Por ejemplo, se sabe que slo
en Almera se dan ms de mil casos
anuales de envenenamiento, con un
5% de defunciones.
Frente a la informacin, relativa-
mente rica, de los efectos agudos de
los plaguicidas, llama la atencin la
parquedad de datos sobre los efec-
tos profesionales a largo plazo. Lo
cierto es que los efectos tardos de
la exposicin a plaguicidas son mssutiles en cuanto a presentacin y,
por tanto, es ms difcil establecer
una relacin de causalidad entre un
nico agente qumico, o una prctica
agrcola concreta, y la aparicin de
un efecto nocivo o enfermedad. Los
efectos combinados de la exposicin
continuada a diversos compuestos
qumicos, aunque los mismos estnpor debajo de los lmites establecidos
como seguros, es mucho ms desco-
nocida y poco estudiada.
A pesar de las dificultades, son fre-
cuentes los estudios en los que se ha
intentado establecer una relacin de
causalidad entre la exposicin crnica
a los compuestos qumicos y algunas
enfermedades particulares. Algunos
estudios han relacionado:
perturbacin del sistema
endocrino atribuido a algunos
plaguicidas persistentes.
incremento de la tasa de
abortos y disminucin de la
fertilidad asociados a plaguici-
das persistentes DDT, lindano y
dieldrn.
riesgos para la salud infantil
derivados de la exposicin
intrauterina y durante los
primeros meses de la vida,
fundamentalmente a travs de
la lactancia, de nios nacidos
de madres profesionalmente
expuestas.
los tumores cerebrales, el
cncer de estmago, de prstata
o de testculo, junto con la leu-
cemia linftica y los linfomas
noHodgkin asociados con laactividad profesional agrcola.
La exposicin de la poblacin
general establecida en reas emi-
nentemente agrcolas ha sido tam-
bin documentada. Por ejemplo, en
la poblacin infantil de Murcia y
Granada se encontr el residuo de
endosulfn y algunos metabolitos
en el 40% y 30% de las muestras de
grasa analizadas, respectivamente.Y como suele ser lamentablemente
habitual, no hay datos sobre mortali-
dad por cncer u otras enfermedades
Lasconsecuenciasa largo plazo de
la exposicin aplaguicidas semanifiestan sobreel desarrollo y lafuncionalidad dediferentes rganos
y sistemas.en mujeres dedicadas a las actividades
del campo, ya que muchas de ellas
no estn registradas como trabajado-
ras agrcolas a pesar de su presencia
activa en muchas tareas. En muchos
casos, en su certificado de defuncin
la profesin que se recoge es la de
sus labores.
Ha costado aos de seguimiento
y esfuerzo de diversos grupos de
trabajo interesados en el estudio de la
toxicidad crnica de los plaguicidas
mostrar la evidencia que liga expo-
sicin a efecto nocivo para la salud.
Sin embargo los organismos regula-
dores del uso de sustancias qumicas,
encargados de prevenir la exposicin
inadvertida a tales compuestos, pare-
cen no haber estado capacitados para
intervenir preventivamente y soloreaccionan ante la evidencia abso-
luta en la relacin exposicin/efecto.
Tal evidencia es difcil de conseguir,
mxime cuando los ejemplos nos
advierten del efecto tardo, dilatado
en el tiempo. En casos como este, ms
que nunca, el principio de precaucin
debera ser una premisa de decisin
en la mente de todas y todos.
a partir de artculos deNicols Olea y Mariana F. Fernndez
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Transgnicos,experimentando con
nuestra saludLa introduccin de los cultivos y alimentos transgnicos ha aadido nuevos impactos e incertidumbresa los que ya plantea el modelo de agricultura industrial. Adems de agravar sus peores impactos, comoel incremento brutal en el uso de agrotxicos, la modificacin gentica de seres vivos genera una granincertidumbre cientfica y sanitaria. Son ya casi 15 aos de cultivos y alimentos transgnicos a escalaglobal, y la realidad va mucho ms all de los temores iniciales. Las medidas de prevencin de los ries-gos de salud que pudiesen generar los transgnicos se han demostrado inadecuadas e insuficientes.
ENPIEDEESPIGA
David Snchez
LOSALIMENTOSMSSEGUROSDELAHISTORIA?
La industria suele publicitar a lostransgnicos como los alimentosms estudiados y seguros dela historia, aunque desde antes de
su puesta en el mercado se aler-
taba de sus posibles efectos sobre
la salud humana: nuevas alergias
alimentarias, la aparicin de toxi-cidad o generacin de resistencia a
antibiticos. Todava hoy no existen
estudios sobre los efectos a largo
plazo en la salud humana de su
consumo. Lo resuma el Catedrtico
de Toxicologa de la Facultad de
Medicina de la Universidad Rovira
i Virgill en 2007 tras hacer una
revisin de la literatura cientfica
sobre salud y transgnicos: Dnde
estn las evidencias cientficas que
demuestran que las plantas y alimen-
tos transgnicos son toxicolgica-
mente seguros?.
Hay que recordar que los nicos
estudios sobre la seguridad de estos
alimentos que se realizan antes de su
aprobacin en la Unin Europea son
realizados por las propias multinacio-
nales. No hay ningn tipo de inves-
tigacin independiente, tan solo son
revisados por la Agencia Europea de
Seguridad Alimentaria, cuyos miem-
bros caen en continuos conflictos deintereses, pasando de esta agencia
a altos cargos de la industria de los
transgnicos, o compatibilizando su
labor de supervisin con pertenencia
a agencias de lobby.
Y sin embargo las pocas perso-
nas cientfi