Post on 27-Jul-2015
Ser profesores y dirigir a profesores en tiempos de cambio es muy cierta una
frase que dice “la felicidad de los profesores es el motor de la enseñanza” y me pongo
a reflexionar y es muy cierto. Si un profesor no es feliz, no es capaz de transmitir nada,
a sus alumnos. Pienso en mí, en los días que estoy contenta, feliz. En clase no dejo de
enseñar, de ser creativa, de experimentar, de transmitir, pero es muy cierto que el día
que me levanto triste, apática y sin ganas de nada, entro en el aula doy la clase
magistral, me siento, y les digo que hoy se porten bien y que no molesten demasiado,
ya que no me encuentro del todo bien. Esto los niños lo notan, incluso son los días que
más se aburren y peor se comportan.
Como se refleja en el libro, debemos ser adultos de calidad, profesores de calidad,
caracterizados por la capacidad e interés por creer en lo intelectual y racional, lo
emocional y lo ético. Y nuestro interés principal como educadores debe estar en
aprender y no solo en enseñar. Los alumnos necesitan profesores felices, inteligentes,
con imaginación, y por supuesto con muchísimo afecto hacia sus alumnos.
En este libro los autores destacan rasgos que deben tener los profesores como:
Capacidad de análisis y de escucha; ser capaces de percibir y conocer las cosas
desde distintos ángulos, de forma profunda, no dejándose arrastrar por situaciones sin
tener conciencia de que es lo que se hace y para que se hace.
Motivación y diálogo, creando situaciones que estimulen en los alumnos la
adquisición de conocimientos, habilidades y destrezas acorde con los avances
científicos.
Creatividad e imaginación, que es la capacidad para crear cosas nuevas que
puedan ser de gran ayuda a la hora de resolver problemas o buscar soluciones,
Interés por las cosas y actitud de entrega, sentirse motivado por lo que se hace,
hacerlo con convencimiento, entrega y alegría.
Afecto, paciencia, saber esperar, resignación ante actitudes contrarias a nuestras
opiniones o deseos. Alegría y entusiasmo, expresar ese estado de ánimo
Perseverancia y tenacidad, constancia en lo que uno se propone y capacidad para
no cesar en el camino por conseguir una meta a pesar de las dificultades.
Pasión por investigar e innovar; ser capaz de detectar dificultades que puedan
obstaculizar el aprendizaje, utilizando los resultados de las investigaciones para
reformular objetivos, procedimientos, y metodologías.
Su potencial como buenos comunicadores, fluidez y habilidad para comunicarse
con las personas y llegar a ellas de forma espontánea y ser buenos escuchadores. Su
capacidad para elegir y crear las mejores estrategias que ayuden a un grupo y a cada
alumno a encontrar los cauces para comprender y comprenderse.
Estar preparados para enseñar sobre la vida y el mundo a los “futuros gobernantes”
los que construirán el mundo donde nos tocará vivir.
Debemos los profesores por todos los medios, intentar no caer en la desmotivación,
la pasividad, la indisciplina, la tristeza, la monotonía, o la indiferencia. Debemos ser
conscientes, con sentido y compromiso ético, mostrar siempre una sonrisa y dar
ternura, ser críticos y autocríticos. Estar abiertos al cambio, que aprendamos a
escuchar, ver comunicadores, curiosos, con sentido del humor, con inteligencia para
los sentimientos y las ideas, que preparemos para el fracaso y la frustración. Debemos
aprender y enseñar, tener un pensamiento crítico; poseer criterio para realizar
evaluaciones objetivas y ajustadas a la realidad. Tener buena capacidad de reacción,
ser creativos, equilibrados, tener capacidad de comunicación y empatía. Capacidad de
trabajo en equipo y pasión por el conocimiento, la cultura, y la vida.
Me encanta esta frase que aparece en el libro: “el aprendizaje más importante que se
desarrolla en las aulas es el aprendizaje humano” Además de la adquisición de
conocimientos aprendemos a relacionarnos con los demás, a ser tolerantes, solidarios,
a convivir…
Como los autores comentan en el libro, gran parte del éxito de lo que sucede en el
aula depende de la visión que tenemos de los alumnos.
Si seguimos todas las pautas del libro llegaremos a ser los profesores que nos propone, como dice Fato el profesorado de este tipo de escuela debe ser capaz
de promover todas estas ideas, apoyar el trabajo en grupo e incluir a la familia, la cultura… en la escuela.
Tendremos niños más motivados y menos frustrados que ayudarán a un futuro a crear personas más seguras de sí mismas.
COMENTARIO:
Es un libro bastante interesante aunque tengo que decir que me ha resultado un poco
menos entretenido que los demás.
Personalmente creo que el profesor es la persona que debe motivar, estimular y
dinamizar el proceso de aprendizaje.
Por tanto, es necesario tener unas cualidades mínimas que hacen referencia a una
formación de calidad y, muy importante, a poseer una actitud positiva hacia el área.
Un buen maestro es aquel docente responsable con su materia, que respeta a sus
alumnos, ama su trabajo, tiene compromiso profesional de estudiar más, para
trasmitirlo a sus alumnos, enseña no sólo conocimientos, sino vivencias.