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CAMINAMOS EN FAMILIA. REVISTA TRIMESTRAL DEL M.F.C. Diócesis de Granada
SUMARIO: EDITORIAL………………………………..…………..1 ENTREVISTA…………………………………..……..2 LA FAMILIA AL DIA …………………………………..5 NUESTRO MOVIMIENTO AL DÍA.......................... 7 Convivencia diocesana y de zona Eucaristía fin de curso pasado Eucaristía inicio curso 2009/10 Manifestación a favor de la vida Reunión de la C.E.D. Reunión de Enlaces e Interenlaces Bienvenida a Carmen Alonso Adiós a Emilia Asamblea diocesana TESTIMONIOS Carta de un niño que no llegó a nacer Mis hijos del corazón UN POCO DE HUMOR ……………………………..18 ACTUALIDAD DE LA IGLESIA…………………..... 19 LITURGIA.............................................................. 22 FELICITACIÓN DE NAVIDAD LIBRO RECOMENDADO Esta revista ha sido dirigida y coordinada por la Comisión de Información del Movimiento Familiar Cristiano de Granada.
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CARITAS IN VERITATE
A finales de Junio pasado el Papa Benedicto XVI dio a conocer al mundo su encíclica Caritas in veritate.
Bien por la fecha en que ha sido publicada o por el desinterés en que se vive, creemos que no ha sido suficientemente bien acogida y publicitada. Sin embargo es de una oportunidad, interés y claridad extraordinarios. Las encíclicas en general, y ésta muy en concreto, son un aldabonazo a la con‐ciencia de la Humanidad.
Desde hace ya años se venía denunciando un materialismo desenfre‐
nado, un desdén por lo ético, una ambición sin control, un consumismo de‐sacerbado, y, sobre todo, un relativismo moral y una ausencia de ideales que conducen a la humanidad a una obcecación asfixiante. Se está haciendo rea‐lidad la frase de Terencio parafraseada por Hobbes “homo homini lupus”: el hombre es un lobo para el hombre. Por eso Benedicto XVI en un mensaje claro y clarificador invita al hombre actual a que practique la justicia y la caridad y a que respete la verdad sin la cual no hay políticas justas ni activi‐dades económicas que beneficien a todos los habitantes de la tierra.
Su escrito es un dardo que nos interpela. Sin embargo ¿por qué silen‐
ciamos u ocultamos su mensaje…? El Papa utiliza la sensatez y el sentido común: defiende el progreso, fundamentado en la doctrina social de la Iglesia (Rerum novarum y Populo‐rum progressio) y proclama sin ambages que el desarrollo humano está vin‐culado a la libertad. En definitiva la encíclica hace una magistral radiografía de nuestro mundo globalizado y propone soluciones desde el diálogo, la ciencia, el pensamiento y la razón.
Leamos, asimilemos y divulguemos este mensaje esclarecedor y libe‐rador para los individuos y los gobernantes: CARITAS IN VERITATE.
EDITORIAL
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ENTREVISTA Hoy entrevistamos a Juan Carlos Navarro, Consiliario del Equipo de Presidencia Diocesano. Hace sólo un par de años que te trasladaron de Almuñécar a Gra‐nada y actualmente eres Consiliario del equipo Nazaret, Consiliario del Servicio de Promoción y ahora Con‐siliario del Equipo de Presidencia Diocesano, ¿cómo llevas (compaginas) estas tres tareas dentro del M.F.C. de Granada?
Lo primero que tengo que decir es que son tres tareas hermo‐sas y, en cierto sentido, complemen‐tarias, ya que me permiten una am‐plia variedad de perspectivas de participación en la vida del Movi‐miento Familiar Cristiano: un equipo de base, un Servicio y la Presidencia diocesana. Esto supone en primer lugar una riqueza que me alegro de poder disfrutar. Por otra parte, estos tres com‐promisos también exigen un esfuer‐zo. Pero es una hermosa labor que merece la pena y, al menos por aho‐ra, no he tenido problemas para compaginar la diversidad de com‐promisos, ya que cuento con la cola‐boración y la comprensión de todos, cosa que sinceramente agradezco. ¿Qué te motivó a aceptar este tercer cargo dentro del M.F.C?
Dos razones muy simples: me lo pidieron y vi que podía aceptarlo. Creo que en estas cosas debemos huir tanto de la falsa humildad que nos hace retroceder ante cualquier reto como del orgullo que nos lleva a pensar que somos más o menos im‐portantes por hacer una u otra cosa. Las cosas son mucho más simples, estamos para servir a Dios y a su Iglesia allí donde sea necesario. Si hay una necesidad y se puede echar una mano, no hay muchas vueltas que dar. ¿Percibes en el EPD indicios de cambio para revitalizar el M.F.C. y conseguir el relevo generacional? Cambio, estrictamente hablan‐do, poco puedo percibir, ya que soy nuevo en el Equipo de Presidencia, por lo que no estoy muy al tanto de la situación previa. Lo que sí veo con claridad es una voluntad sincera de lograr ambos objetivos, que son im‐portantes y merecen una reflexión detenida. Cuando hablamos de revi‐talizar el Movimiento Familiar Cris‐tiano podemos incurrir en un error de base: pensar que eso debemos hacerlo directamente nosotros. Al contrario, la verdadera vida del Mo‐vimiento es la que Dios le da, por eso revitalizarlo no puede consistir en que nosotros le pongamos más vida, sino en dejar que Dios ponga su vida
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ENTREVISTA en nosotros.
Revitalizamos el Movimiento Familiar Cristiano poniéndonos en manos de Dios para que él nos dé vida, por eso me parece de gran im‐portancia el primer objetivo marca‐do para el presente curso por la Asamblea Diocesana: Impulsar la Espiritualidad y la vida interna de los equipos. Dentro de las acciones marcadas en este objetivo yo resal‐taría la Oración Comunitaria y la Eu‐caristía dominical que llevará el Ser‐vicio de Juventud. Ahí está la raíz de la revitalización del movimiento, porque estas acciones ayudan a que nuestra vida se abra a la gracia de Dios, que es quien puede renovarla continuamente.
Creo que, si eso se logra, todo lo demás debe venir por añadidura. A veces nos pueden preocupar de‐masiado ciertas cuestiones que, en su importancia, no son las primarias. El relevo generacional es importante y necesario, pero sólo será posible si el atractivo del Movimiento Familiar Cristiano se centra en ofrecer la vida que Dios le da, que es siempre vida joven y nueva. Eres Consiliario del Servicio de Promoción, ¿crees que este Servicio es más importante o necesario que otros Servicios?
Supongo que, como Consilia‐
rio del Servicio, me debería tocar decir que Promoción es lo más im‐portante y necesario, pero, aun a riesgo de que no le guste a los miem‐bros del servicio de Promoción, ten‐go que decir que no, no lo considero ni el más importante ni el más nece‐sario. Entonces ¿Cuál es en mi opi‐nión el Servicio más importante? Ninguno. La razón es que en la mis‐ma pregunta que me hacéis creo que se desliza un sutil error: pensar que los servicios son importantes en sí.
Lo importante no son los ser‐vicios, sino el Servicio, con mayúscu‐las y sin adjetivos. El Movimiento Familiar Cristiano existe para servir a la familia y a la Iglesia, y eso sí es trascendentalmente importante. Los diferentes servicios son formas con‐cretas en las que organizamos nues‐tro Servicio, y su importancia no la podemos ni debemos valorar noso‐tros. Cada servicio será importante en la medida en que ayuden a mejo‐rar la familia y la Iglesia, y eso no lo decidimos nosotros. Quien puede decir qué servicio es importante no es el servidor, sino el servido. Por eso en el Movimiento Familiar Cris‐tiano, si queremos servir de verdad, lo que debemos hacer es estar muy atentos a lo que la Iglesia y la familia necesitan, así cada uno de los servi‐cios puede ser tremendamente im‐portante, no para nosotros, sino pa‐ra aquellos a quienes servimos.
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ENTREVISTA En tu opinión ¿Cuál es el papel de un consiliario en el Movimiento Familiar Cristiano? La función de los consiliarios creo que está definida suficiente‐mente en el capítulo tercero de los Estatutos, pero hay un dato curioso que quisiera compartir con vosotros. Si buscamos en el Ideario, el consi‐liario se menciona una sola vez, en el apartado sobre el carácter laical del Movimiento (n. 12). A primera vista puede parecer que la alusión está fuera de lugar en ese contexto, por‐que, si estamos hablando del carác‐ter laical ¿qué pinta aquí el consilia‐rio? Pues mucho, y el mismo ideario alude ahí a dos cosas importantes. La primera es que los consiliarios están en el Movimiento Familiar Cristiano porque se trata de un mo‐vimiento de la Iglesia. El consiliario, por tanto, tiene la función de mante‐ner al Movimiento en comunión con la Iglesia. La misma presencia del consiliario en el equipo es significa‐tiva: recuerda que la Iglesia, el ma‐trimonio, no son lo que nosotros hacemos, sino lo que Cristo hace en nosotros. El consiliario debe servir‐nos para sacarnos de nosotros mis‐mos y ponernos en camino hacia Cristo en comunión con la Iglesia. Para esto existe el ministerio sacer‐dotal en la Iglesia y en el Movimien‐to.
La segunda cosa que menciona el ideario es que el consiliario cola‐bora a que los seglares ejerzan en plenitud los carismas que les son propios. El consiliario no está, por tanto, para sí mismo, sino para los demás, para que vivan en plenitud
su ser cristianos. Esto obliga al con‐siliario a estar despierto para descu‐brir y disponible para fomentar la obra del Espíritu Santo en el seno de cada equipo y de cada miembro. Por todo esto creo que los consiliarios son importantes, no por sí mismos, sino porque tienen un ministerio propio que hace importante al Movi‐miento como lugar eclesial donde se nos ayuda a todos a vivir con mayor plenitud la vida de la fe.
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LA FAMILIA AL DÍA LA VIOLENCIA EN LA PAREJA Cada día nos llegan noticias de mu‐jeres víctimas de malos tratos y de mujeres asesinadas a manos de su pareja, de denuncias y de órdenes de protección. Pero como todas las noticias las escuchamos un mo‐mento y pasamos de inmediato a otras distintas, sin tiempo para re‐flexionar sobre ninguna, por eso hay que agradecer al Instituto de Política Familiar que haya dedica‐do su boletín monográfico on line, de octubre pasado, al estudio de la Violencia en la Pareja en el 2008, aportando datos de su evolución en el periodo 2001‐2008. Seleccio‐namos algunos capítulos de este trabajo: A partir de los datos del Instituto Nacional de Estadística, al finalizar el 2008 existían en España 11.489.100 parejas de las cuales 10.265.400 (89%) eran matrimo‐nios y 1.223.700 (11%) parejas de hecho con relaciones sentimenta‐les sin vínculo reconocido. Según los datos del Consejo Gene‐ral del Poder Judicial durante el año 2008 se produjeron 102.363 denuncias, se realizaron 109.906 atestados policiales, se dictaron
41.439 órdenes de protección y se produjeron 81 homicidios por vio‐lencia en la pareja. Las órdenes de protección fueron 18.129 sobre un total de 10.265.400 matrimonios y 23.310 sobre 1.223.700 parejas de hecho. Por cada orden de protección que se produce en un matrimonio, se producen más de diez en las rela‐ciones sentimentales. De los 81 homicidios, 33 se come‐tieron entre 10.265.400 matrimo‐nios y 48 sobre 1.223.700 parejas de hecho. Mientras se produce un homicidio cada 311.000 matrimo‐nios, en las parejas de hecho se produce cada 25.000. Hay que hacer notar de que de los 81 homicidios, 75 fueron mujeres y de ellas 31 eran extranjeras. Te‐niendo en cuenta la diferencia de población la tasa de víctimas ex‐tranjeras es cinco veces superior a la de las españolas. La misma tasa representan los agresores extran‐jeros. Al poner estos datos en relación con el periodo 2001‐2008 se com‐prueba que el número de parejas ha crecido durante el mismo en
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LA FAMILIA AL DÍA dos millones, 21%, pero el creci‐miento espectacular ha sido el de parejas de hecho que han pasado de 553.000 en el 2001 a superar 1.223.000, un 121%. Durante el periodo citado se han cometido 536 homicidios de los que 500 fueron mujeres y 36 fue‐ron hombres. El crecimiento ha si‐do del 58% en siete años. Las órde‐nes de protección han crecido del 2006 al 2008 en un 14%. La ten‐dencia en los homicidios ha sido creciente respecto a las parejas de hecho y decreciente entre los ma‐trimonios. En las parejas de hecho y novios se pasó de 33 homicidios en 2003 a 48 en 2008. En las pare‐jas con vínculo conyugal se ha pa‐sado de 39 homicidios en 2003 a 33 en 2008. Se comprueba además la gran inci‐dencia que tiene la violencia en las parejas rotas, una de cada tres muertes se produce en parejas que han roto la relación, pero en las relaciones sentimentales rotas son dos muertes de cada tres. Si en el periodo 2001‐2008 dos de cada tres víctimas eran españolas en el 2008 casi la mitad de las victi‐mas fueron extranjeras y en cuanto a los agresores, en el periodo cita‐
do 7 de cada 10 eran españoles, en el 2008 los agresores extranjeros fueron más del 40%. Entre las conclusiones que presen‐ta el Instituto de Política Familiar destacamos la 7 que dice que el matrimonio se ha convertido en el mejor antídoto contra la violencia en la pareja, al ser donde se produ‐cen menos homicidios y órdenes de protección, la 8 que indica que en la violencia de las parejas tienen una gran incidencia las rupturas. Pienso que el crecimiento de las parejas de hecho, que la sociedad va aceptando sin resistencia, está incidiendo en el creamiento de la violencia al tratarse en muchos ca‐sos de uniones ocasionales, sin proyecto de vida, sin visión de fu‐turo, siempre provisionales y frági‐les. Cuando llegan las dificultades se toman por fracaso, cada uno cul‐pa al otro y la violencia aparece. Irse a vivir juntos será muy moder‐no pero debemos preguntarnos si es el mejor camino para conseguir una familia estable y satisfactoria. Desde el punto de vista cristiano se trata de una situación inadmisible. Francisco Rodríguez Barragán
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1. CONVIVENCIA DIOCESANA Y DE ZONA
El día 21 de junio se celebró
la Convivencia de fin de curso en el Pantano de Cubillas. Este año apro‐vechamos la fecha y el lugar para compartir nuestra convivencia dio‐cesana con la convivencia de zona. Nos acompañaron 20 personas de la diócesis de Cádiz, que acudieron en autocar y lo hicieron el día ante‐rior teniendo así la oportunidad de disfrutar (a pesar del calor) de una visita vespertina al Albaicín y, a la mañana siguiente, a la “Ermita de los tres Juanes”.
A partir de las once nos fui‐mos reuniendo, poco a poco, en el lugar de cita bajo la sombra de los pinares, que continuamente juga‐ban al escondite con nuestras sillas
y mesas. Tras los saludos y presen‐taciones correspondientes se les iba dando una bolsa‐obsequio (con bastante dotación) a cada uno de los miembros de las diócesis visi‐tantes. Cádiz, Sevilla, Huelva y Málaga. Compartimos Eucaristía en la que participaron las distintas dió‐cesis, ( Granada se encargó de los cantos). También compartimos la “mesa” en la que, una vez más, se repitió la multiplicación de los pa‐nes y los peces, ya que sobró gran cantidad después de estar todos saciados. En la sobremesa el Servicio de Juventud ofreció el calendario realizado a favor de su proyecto “ocio solidario”. Conforme la tarde iba avanzando las despedidas de las distintas diócesis se iban suce‐diendo dejando el ambiente perfu‐mado con los elogios de agradeci‐miento por lo bien que habían pa‐sado la convivencia.
Encarnita y Pepe
2. EUCARISTÍA FIN DE CURSO
El sábado 27 de junio, en la Parroquia de Regina Mundi se ce‐lebró la Eucaristía de fin de curso
NUESTRO MOVIMIENTO AL DÍA
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NUESTRO MOVIMIENTO AL DÍA
que fue presidida por nuestro con‐siliario saliente, D. José Joaquín y concelebrada por D. Antonio Qui‐tián (fiel a su compromiso anual de asistencia). Fue compartida con los fieles de esta Parroquia.
La asistencia estuvo bastante bien aunque se echaron de menos muchos de los miembros que en otras ocasiones han acudido. Las lecturas se encomendaron a los miembros responsables de Servi‐cios, Comisiones e Interenlaces que ahora finalizaban sus servicios. Tras la Eucaristía se pasó al patio del Colegio donde se ofreció un ágape que fue envuelto por la ter‐tulia entre los asistentes y finalizó con las despedidas personales, la despedida del curso y los deseos
de pasar unas felices y restaurado‐ras vacaciones.
3. EUCARISTÍA INICIO DE CURSO El pasado 26 de septiembre se celebró el inicio del curso 2009/10 en la iglesia de san Justo y Pastor, coincidiendo con la Euca‐ristía parroquial y presidida por nuestro consiliario don Juan Carlos Navarro. Fue un placer escuchar la homilía en la que entre otras cosas se nos invitó a asistir a la manifes‐tación que estaba convocada para el 17 de octubre en Madrid en de‐fensa de la vida. A la salida tuvimos la oportu‐nidad de saludarnos y compartir unos momentos de ilusión por el nuevo curso que comienza.
Pepe y Loli. Equipo Nazaret.
4.– MANIFESTACION A FAVOR DE LA VIDA Nuestro SÍ a la vida siempre ha sido rotundo, pero en esta oca‐sión, además, debíamos ASISTIR. Esto fue lo que pensamos algunos miembros del MFC desde que nuestros presidentes, Pepe y En‐carnita, nos comentaron que esta‐ban organizando una salida desde Granada para unirnos a la manifes‐
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NUESTRO MOVIMIENTO AL DÍA
tación en defensa de la vida del día 17 de octubre en Madrid. Quería‐mos dar una respuesta NEGATIVA y ACTIVA, en familia, a una Ley que traspasa límites, no sólo al atentar contra la vida indefensa del conce‐bido no nacido, sino también al permitir que la futura madre, to‐
davía una niña, asuma la responsa‐bilidad de decidir QUÉ HACER y CÓMO HACERLO. Salimos a primera hora de la mañana con el autobús completo, compartimos víveres, risas y expe‐riencias durante el viaje y partici‐pamos activamente en la manifes‐tación, portando unas pancartas que causaron sensación, que mos‐
traban un bebé recién nacido des‐cansando en el brazo de su padre, y en la que rezaba la frase: “en defensa de la vida el movimiento familiar cristiano siempre tenderá su mano”. (Hay que decir que la foto es del nieto de Pepe y Encarnita). Fue re‐almente impresionante ver la can‐
tidad de gente congregada de to‐dos los puntos de España para de‐fender algo tan valioso, y sin em‐bargo tan pretendidamente des‐preciado por algunos, como la vida. Y la verdad es que, a pesar del cansancio y del esfuerzo que supuso para nosotros y nuestros hijos, unirnos al resto de manifes‐tantes en este breve e intenso via‐
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je, todos estamos de acuerdo en que HA MERECIDO LA PENA. Para nosotros ha sido una experiencia familiar muy entrañable y produc‐tiva. Nos ha permitido poder hablar previamente con nuestros hijos de las razones por las que re‐chazamos rotundamente este tipo de iniciativas legislativas, que sin duda alguna, no se corresponden con los valores humanos y cristia‐nos que Jesús nos transmitió a lo largo de su vida. Pero, sobre todo, para ellos resultó ser la mejor ma‐nera de comprender que NO ES‐TAMOS SOLOS EN ESTA LUCHA.
Virginia y Jose (Betania) 5. REUNION DE LA C.E.D.
El pasado 24 de Octubre se celebró la reunión de la Comisión Ejecutiva Diocesana en la sede. Comienza con la oración dirigida por el Consiliario Diocesano D. Juan Carlos Navarro. A continua‐ción el presidente Pepe Pajares, propone que dediquemos una ora‐ción en honor a nuestra querida Emilia de Santa fe que nos dejó pa‐ra siempre hace unos días. A continuación los Presiden‐tes Diocesanos nos presentan el Plan de Acción para el próximo curso. Nos informan de la marcha a Madrid para asistir a la manifesta‐ción (PRO‐VIDA). El matrimonio tesorero nos
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NUESTRO MOVIMIENTO AL DÍA
presenta el balance económico y una vez consultado por los presen‐tes se da el visto bueno y su apro‐bación, felicitándoles por la buena gestión económica llevada a cabo. Se presenta el nuevo temario para el curso actual, que queda a dispo‐sición de aquellos que estén inte‐resados en el mismo. Por los distintos Servicios y Comisiones se comenta lo siguien‐te: Servicio de Juventud, su responsa‐ble Virginia nos comunica que a partir del Sábado 24 de Octubre a las 19.30 horas en la Parroquia de Santa Micaela de La Chana, la Misa será con participación de los jóve‐nes del M.F.C. , retomando así algo que se había perdido . Animemos a nuestros jóvenes para que asistan los sábados a dicha Eucaristía. También nos informa de las convi‐vencias que tienen mensualmente y el trabajo que realizan con los más jóvenes. Desde aquí animamos al Servicio de Juventud a seguir en tan importante trabajo, pues el fu‐turo del M.F.C. está en vuestras manos. Un interenlace propone entre otras actividades, organizar unas convivencias de sus Equipos para el mes de Abril. Otro interenlace propone
asistir a la Oración de todos sus equipos los martes que les corres‐pondan, con el nuevo sistema pre‐sentado para este curso. El responsable de los encuen‐tros conyugales, dio las fechas para los próximos que hay previsto rea‐lizar, ( ya se confirmarán más ade‐lante,) aunque es cada día más difí‐cil hacer estos encuentros por falta de matrimonios. Así que pongámo‐nos en marcha para que no desapa‐rezcan estos encuentros tan impor‐tantes en la vida de la pareja. El servicio de Promoción in‐forma de la marcha de su gestión y entre otras cosas y visto el éxito del año anterior, propone llevar a cabo unas convivencias para los grupos en promoción, que se ha rían en enero y febrero del próxi‐mo año. A las 13.30 horas se da por finalizada la reunión, que resultó muy amena y atractiva.
Paco y Loli. 6. REUNION DE ENLACES E INTERENLACES DEL M.F.C. El pasado día 24 de octubre, se celebró la primera reunión del curso de Enlaces e Interenlaces en la sede del Movimiento. Con una nutrida asistencia se inicia el acto
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en el que los Presidentes hacen la presentación del nuevo Consiliario, Juan Carlos Navarro, quien dirige una motivadora oración que nos pone en disposición de ánimo para la acción en este curso. Encarnita, la Presidenta, pasa a hacer la presentación de cada uno de los Enlaces e Interenlaces así como de los equipos que cada uno de estos van a coordinar. Posteriormente el Presidente nos habla del nuevo “Temario para matrimonios en el Año Sacerdotal”, elaborado por el Equipo de Presi‐dencia Nacional y que está com‐puesto de siete temas muy intere‐santes y actuales. El Movimiento los pone a disposición de todos y aconseja trabajarlo durante este curso. También comenta la impor‐tancia de la función de los Enlaces e Interenlaces, “ si ellos funcionan, el Movimiento funcionará”. Se nos entrega documento resumen de las principales funciones a desempe‐ñar. A continuación se reúnen los interenlaces con su grupo de enla‐ces quienes en amplio cambio de pareceres se comenta la marcha y vida de cada grupo, destacándose en la puesta en común la importan‐cia del enlace en su equipo así co‐mo la conveniencia de la elabora‐
ción del proyecto anual y de convi‐vencias de equipos de Interenla‐ces. Antes de finalizar el Presi‐dente comenta los turnos estable‐cidos para la oración de los Martes, en el lugar de costumbre y que se encargarán de llevarlo a cabo los Equipos de la capital. Se invita a todos a participar. También infor‐ma de la asistencia a la manifesta‐ción Pro‐Vida de Madrid 17 Octu‐
bre y en la que se llevó una precio‐sa pancarta en defensa de la Vida y que está colocada en nuestra sede. En un grato ambiente nos despedimos hasta nueva ocasión que el Sr. Presidente informa que será en el mes de febrero. Hasta entonces. (José Mª y Conchi)
7. BIENVENIDA A CARMEN ALONSO
Hola M.F.C: Soy Carmen Alonso Santos y llegué al feliz hogar de mis papás Jesús y
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Carmen B. el pasado 14 de Marzo. Soy una niña muy alegre, vivaracha
y despierta y me encanta observar todo lo que ocurre a mi alrededor. Por eso, en los 8 meses que llevo en este mundo, cuando les oigo hablar de reuniones, de Encuen‐tros… presto mucha atención, por lo que quiero crecer para conocer todas esas cosas que parecen que están “guay”. Así que ya nos iremos conociendo. Hasta entonces os mando muchos besitos. La pequeña Carmen Alonso Santos.
8. ADIOS A EMILIA
Hace ya varios años se cons‐tituyó nuestro grupo de matrimo‐nios. Al principio nos reuníamos, entre recelos, tratando de averi‐guar lo positivo que podríamos sa‐car. Emilia y José Luis, nuestros promotores, nos ayudaron a en‐contrar la respuesta. Predicaron con el ejemplo y eso era fácil de entender. Siempre acudían puntua‐les y sonrientes, preparaban las reuniones y demostraban que ten‐ían fe en lo que hacían. Para ellos “lo importante” era su apostolado y lo manifestaban día a día, con com‐promiso y la vivencia de su fe.
Con los años se estrecharon los lazos de amistad. Emilia fo‐
mentó el sentimiento de grupo en‐tre nosotros con sensibilidad de mujer y cariño de madre. Organiza‐
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ba actividades, movilizaba a los más pasotas e iluminaba los mo‐mentos difíciles con optimismo. Cuando hablaba de Dios irradiaba alegría. La fe que guardaba en su corazón se adivinaba en el brillo de sus ojos. Emilia era feliz y trasmitía felicidad.
Hace unos días se fue de nuestro lado. Todo ocurrió muy rápido… Las noticias de su enfer‐medad se agolparon sin tiempo pa‐ra digerirlas. Luego, nos dijeron que había muerto, como en un sus‐piro. ¡Qué difícil es entender que una persona llena de vida, de son‐risas y sueños se marche para siempre!
Ahora queda asumir el vacío que deja y aceptar la voluntad de
Dios. Seguiremos apostando por mantener vivo el grupo por el que tanto luchó. Damos gracias a Dios por haberla puesto en nuestro ca‐mino y por el regalo que nos dio sin pedir nada a cambio: su amis‐tad. Equipo San Juan Bautista del MFC
9. ASAMBLEA DIOCESANA
En el amplio salón de actos del Colegio Sagrada Familia se ce‐lebró el pasado 7 de noviembre la reunión anual de la Asamblea Dio‐cesana. La acogida que tuvimos en este Centro fue excelente, por lo cual estamos muy agradecidos. La asistencia no fue demasiado nume‐
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rosa, sino más bien escasa pues no llegó al centenar de personas. El preludio de la Asamblea y el recibimiento de los miembros se amenizó con la exposición de una amplia serie de fotografías relati‐vas a la participación de los miem‐bros del M.F.C. de Granada en la Manifestación Pro‐vida del 17 de octubre en Madrid. Iniciada la Asamblea y tras la oración inicial a cargo del Consilia‐rio Diocesano y las lecturas de ac‐tas anteriores se procedió a la ex‐posición de los planes de acción del Equipo de Presidencia, Servicios, Comisiones e Interenlaces. Se hizo de forma amena, con soporte de power point, y se logró que no fue‐se más larga de lo necesario. Tras la exposición de cada uno de los sectores se dio turno abierto de intervenciones y se con‐cluyó aprobando todos y cada uno de los Planes de Acción así como el informe y presupuesto de Teso‐rería. Se destacó la idea de que “el Movimiento somos todos” y se inci‐dió en el objetivo general de este trienio “conseguir el relevo genera‐cional”, para ello se informó de la creación de una Comisión adjunta a la Presidencia que haga de puen‐te para conseguirlo. Se cerró la se‐
sión con la oración a la Virgen y la despedida. (Pepe y Encarnita)
CARTA DE UN NIÑO QUE UN DÍA NO
LLEGÓ A NACER Mamá, aunque tú no quisiste que
naciera, yo no puedo dejar de llamarte “mamá”.
Te escribo desde el cielo para ex‐plicarte lo feliz que estaba desde que co‐mencé a vivir en tu vientre. Yo deseaba nacer para conocerte, pensaba que algún día llegaría a ser un hombre importante. Yo creía que cuando se cumpliera el tiem‐po de estar junto a tu corazón, toda la fa‐milia se alegraría por mi nacimiento.
Pero “tú” no pensabas igual que yo, ¿verdad, mamá? Un día cuando yo es‐taba tan contento junto a tu corazón, sent‐ía algo tan extraño que no sabía explicar‐lo, algo que me hizo temblar. Sentí que me quitabas la vida. Yo quise defenderme, mamá, pero no pude; era tan pequeño y tan débil que no tuve fuerzas ni para que‐jarme. La muerte criminal me sorprendió cuando yo jugaba contento en tu vientre y pensaba en nacer para quererte. Entonces, no llegué a saber quién me quitó la vida, dime tú mamá: ¿Quién podría atreverse a entrar dentro de ti, donde yo estaba, para matarme? ¿Quién fue mamá? ¿Dónde esta‐bas tú que no me defendiste? No sé lo que llegué a pensar… perdóname “mamá”, pero por un momento llegué a pensar que sólo pudiste ser tú… pero no, perdóname mi mal pensamiento ¿cómo iba yo a com‐prender que una madre matara a su pro‐pio hijo, tan pequeño y tan indefenso? No podía pensar que pudiera estorbar un hijo cuando en la casa no estorba ni el gato ni el televisor.
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NUESTRO MOVIMIENTO AL DÍA
Ahora, mamá, ya lo sé todo. Estoy aquí en otro mundo y un compañero mío que tuvo igual suerte que yo, me ha asegu‐rado que “sí” fuiste tú, porque dicen que hay madres que matan a sus hijos antes de nacer. Mamá, ¿cómo pudiste hacer es‐to? ¿Cómo pudiste matarme? ¿Alguien te aconsejó y escuchaste su consejo antes que a tu corazón?
Yo tenía tantas ilusiones… tú me
las quitaste todas. Yo pude ser poeta, mili‐tar, maestro o santo… pude ser un hijo o un buen padre, pero tú me las quitaste todas. ¿Sabes una cosa, mamá? Ayer estu‐ve hablando con Jesús y le pedí que me aclarara la verdad sobre mi muerte. Él me abrazó con cariño y me dijo tantas cosas…las palabras más alentadoras que jamás he escuchado. Me dijo también que sólo Él es el dueño de la vida y nadie tiene poder para quitarla. Por mis ojos caían ríos de lágrimas, pero Jesús me estrechó contra su pecho y me dijo tiernamente: “Pequeñito mío, si tú no tienes madre, yo te voy a dar la mía…” y me enseñó a la Virgen María, y ella me ha dado todo lo que tú me negaste. Mi mamá de la tierra me rechazó, pero ahora tengo otra madre en el cielo, se llama María y es la madre de Jesús.
Mamá me despido de ti con mu‐
cho cariño, pidiéndote que te arrepientas de lo que hiciste conmigo, confiesa tu pe‐cado y no vuelvas a hacerlo más. Te lo pide…
“ Tu hijo que nunca nació” Mari Jódar y Rafa (Grupo en Pro‐
moción de Peligros)
MIS HIJOS DEL CORAZÓN ¿TU ERES MI MAMA? Yo sabía que había llegado la hora de las palabras. Pero nunca pensé que al decirlas sentiría tanto miedo. Mira Eloy, le dije: “ hay hijos de aquí”. Y tomando la mano pequeña de Eloy, la coloqué sobre mi vientre. Luego, se la coloqué en mi corazón y le dije: “…y de aquí”. Vaciló un instante. Tu eres mi hijo... del corazón ¿comprendes? Los hijos del corazón se escogen, se buscan, se esperan mucho...... Has aparecido de golpe en mi vida. Te has presentado ante mí sin proyectos; sólo respirando muy fuerte y desde muy dentro. A nadie amas y vienes en busca de afecto. Invades mi alma. Me haces Llorar. Despiertas en mí el niño nuevo al que abrazar. Provocas borbotones de esperanzas nuevas y haces aflo‐rar sentimientos que estaban muy dormidos y que nunca esperé vol‐ver a sentir. Mi vientre esta vez no ha sido cómplice de ese maravilloso acto de ser madre. Sólo el CORAZÓN. Mi corazón... He vuelto a tener pode‐res, tan sólo con un beso ya curo chichones, dolores de tripa y llanti‐nas de mimos.
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NUESTRO MOVIMIENTO AL DÍA
¡Dios mío!, ayer, cuando me decías: Quiero ser tu bebe; cómprame un chupete; sentí que querías recuperar todo el tiempo que no estuvimos juntos. Ahora, con tus abrazos, me traslado a la antesala del cielo. No me lo hagas muy difícil, Eloy... Quiéreme muy pronto, cuanto antes. Y deja que mis besos te reconforten y te hagan sentirte seguro. He rejuvenecido como mil años, aunque no opinan igual mis riñones al inclinarme cuando te enjabono en la bañera... Hijo, déja‐me intentar: No que olvides tu pa‐sado ni tu tiempo vivido anterior‐mente sino que juntos soñemos caminos nuevos. Enseñarte a que‐rer desde dentro, desde muy de‐ntro. Tanto, que no tema el día en que me hagas la "terrible" pregun‐ta, porque entenderás muy claro cuando te diga que yo no te he pa‐rido, pero que SI soy tu madre. Hacer de papá y de mamá es, también, pensar en las cosas que has de comer para que crezcas sa‐no y fuerte, es jugar contigo, leer juntos los libros de cuentos, con‐tarte historias, y sobre todo hacer‐te un hombre de fe. Es tener siem‐pre lleno el bote de las galletas; es consolarte por las noches si una pesadilla te visita durante el sueño.
Es darte un beso en el chichón o el arañazo de la rodilla (los besos de los papás lo curan todo). Es amarte cada día y amar las cosas que haces y deshaces. ‐¿Tú y papá me querréis siempre igual que si hubiera esta‐
do en tu barriga? ‐Claro, tanto o más, porque a noso‐tros nos costó mucho más tenerte. ‐Yo también ya te quiero muchísi‐mo. ‐Ayer, cuando te achuchaba contra mi pecho y me decías bajito: ¿Todas las mamás son blanditas? Me emocioné mucho, y aún más cuando me preguntaste: ¿Por qué me das un beso?, ¿Te vas a la ca‐lle?.. No, te beso porque te quiero. Y tengo hijo, aún muchos besos más para darte.
Mari Jódar y Rafa
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ACTUALIDAD DE LA IGLESIA El aborto: una profunda herida social. Ante una posible y nueva legisla‐ción acerca de la interrupción voluntaria del embarazo, y las nefastas consecuencias que de esa ley se van a derivar, hay que po‐nerse en guardia ante el deterioro que va a sufrir la valoración de la persona y de la misma sociedad. Hay que decir claramente que no se puede conculcar un derecho tan fundamental como es el de la vida, también del que ya ha sido engendrado, aunque todavía no haya visto la luz. Las disposicio‐nes que se avecinan hacen regresar a la ley de los más fuertes, que agravan los problemas sin resol‐verlos, que en lugar de buscar solu‐ciones adecuadas se pretenda eli‐minar a quien está en camino de poder vivir como persona. Estamos ante un grave atentado a la igualdad y una claudicación del principio de protección al más indefenso. ¿A quién interesa la in‐terrupción del embarazo? Desde luego, no a quien va a nacer, que será la víctima inocente del aborto. Es decir, de la muerte. Han decidi‐do por él, le han robado el derecho a vivir y tiene que pagar los erro‐res que otros cometieron. Si la ma‐
dre hizo con su cuerpo lo que qui‐so, ahora es su hijo quien paga las consecuencias. Lo quieran o no, van a ser padres, aunque en este caso de un hijo muerto. La misma palabra interrupción, empleo eufemístico de eliminación y crimen, ya está indicando que se está poniendo límite a algo que está llamado a seguir adelante. En el caso del aborto, lo que se inte‐rrumpe es el proceso vital de un nuevo ser que ha comenzado, con derecho a que no se le impida con‐tinuar su curso de desarrollo. El aborto es la eliminación delibe‐rada y directa, como quiera que se realice, de un ser humano en la fa‐se inicial de su existencia, que va de la concepción al nacimiento. Algo abiertamente inmoral, pues está en juego el derecho fundamental a la vida. Aunque el aborto es condenable por sí mismo, también lo es por las deplorables consecuencias que acarrea a la madre y a la misma sociedad. Remontándonos a la fe‐cha de la ley de despenalización del aborto en determinados supuestos de 1985, más de un millón de padres han destruido a su hijo. El equivalente a una gran ciudad. En muchos de los casos, han sido
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ACTUALIDAD DE LA IGLESIA tales los chantajes, las presiones y hasta las amenazas a las que ha sido sometida la mujer, que se puede considerar como una espe‐cialmente agresiva violencia de género. Tanto la madre como el hijo van a quedar en un completo desamparo, sujetos a muchos acosos sociales, presiones familiares y mediáticas que condicionarán la libertad de la madre, obligándola a op‐tar por un aborto no deseado. Una descarada violencia que priva a la mujer de su libertad. Acoso, tam‐bién, a los profesionales de la sa‐lud, que van a verse fuertemente presionados para colaborar en algo que repugna a su conciencia. La madre va a ser tan víctima como su hijo, aunque de forma diferente. Tendrá que arrastrar, quizás durante toda la vida, el trauma de la culpabilidad, el remordimiento, la pérdida de la autoestima, la soledad interior. Y todo ello en un país que está navegando entre los niveles más bajos de la natali‐dad y los más altos en el número de abortos. En fin, abocado a ser un pueblo de viejos y de violentos. Se ha llegado a una banalización tal de la vida, que su cotización como
valor indiscutible ha caído desplo‐mado. Vale muy poco y se puede eliminar sin el menor de los escrú‐pulos. La persona no vale casi nada y es fácil prescindir de ella. Se puede matar a alguien con toda impunidad. El grado de indefen‐sión en el que queda la vida huma‐na es increíble. Estará al libre arbi‐trio de otros individuos, que pue‐den considerar molesto al hijo que viene y hay que destruirlo. El más inocente y el más débil será el más agredido y menospreciado. Nadie tiene derecho sobre la vida de los demás, ni siquiera la madre sobre el hijo. La justicia, el derecho y la vida no pueden venderse. Son valores tan altos y preciosos como innegociables. El Estado, con todas sus instituciones públicas, debe tutelar el incuestionable derecho a vivir. El camino de so‐lución a los problemas que pueda tener la sociedad nunca puede ser el de la eliminación de la vida humana, sino arbitrar medidas positivas para una seria y adecuada educación afectiva y sexual, protección de la madre con ayudas familiares, posibilidad de adopción... El aborto, como recordaba Benedicto XVI es una «profunda heri
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ACTUALIDAD DE LA IGLESIA da social», no un derecho humano. Lo que deben proteger las leyes de los Estados es el derecho a vivir, no a impedirlo. La madre no es la dueña de la vida de su hijo. No queremos que la madre vaya a la cárcel, pero tampoco que desaparezca el hijo en una trituradora, en la alcantarilla o entre los detritos de un hospital. Ahora bien, junto a esa defensa de los derechos, hay que poner las medidas que hagan posible el po‐der ejercerlos, como pueden ser las del apoyo económico, médico y social a las embarazadas para que puedan tener a su hijo. Establecer incentivos para la adopción. Que la maternidad no lleve consigo, en forma alguna, inseguri‐dad en el empleo, dificultades para el cuidado del hijo, limitaciones económicas insalvables... El magisterio de la Iglesia quiere contribuir, y de la manera más no‐ble, a la defensa de la dignidad de la persona, tanto de la madre como del hijo. La postura es muy clara: no a la gran injusticia del aborto y sí una abierta defensa del derecho a vivir desde la concep‐ción hasta la muerte natural. Estamos acostumbrados a que se acuse a la Iglesia de querer impo‐
ner sus criterios morales a la socie‐dad entera. Esta acusación, al me‐nos en el caso del aborto, carece de fundamento, pues la defensa de la vida humana nos obliga a todos por igual, creyentes o no, y a to‐dos nos corresponde defenderla y cuidarla con exquisito esmero des‐de la concepción hasta la muerte natural. El ejercicio de una con‐ciencia crítica le viene muy bien a la sociedad. Puede hacerle desper‐tar de ese sueño nefasto en el que se piensa que todo lo posible pue‐de hacerse, aun a costa del derecho de los demás y de la extorsión de las conciencias. El discurso nos lo sabemos de me‐moria: que son los reaccionarios de siempre, los obstrucionistas del progreso, los enemigos de la inno‐vación. Parece como si el avance y lo nuevo fueran propiedad exclusi‐va de un determinado sector y para valorar todos y cada uno de los movimientos de la conducta. El cri‐terio de valoración ética no está en unas ideas, sino en lo que Dios ha puesto en lo más íntimo de la con‐ciencia de cada hombre. Y que Je‐sucristo, para nosotros, se ha en‐cargado de recordárnoslo. Cardenal Carlos Amigo Vallejo Arzobispo emérito de Sevilla
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LITURGIA Celebrar la Eucaristía. La Liturgia Eucarística (II)
Ya dijimos anteriormente que la
Liturgia Eucarística seguía el mis‐mo orden que Jesús siguió en la Última Cena: tomar, bendecir, par‐tir y dar. Habíamos dejado la cele‐bración con el fin de la gran bendi‐ción, la Plegaria Eucarística, la se‐cuencia lógica de los hechos nos lleva a esperar que se parta el Pan Eucarístico y se reparta, pero la liturgia intercala dos ritos que pue‐den distraernos, pero deben servir para prepararnos a comer el Cuer‐po de Cristo: el Padre nuestro y la paz.
Meditemos la situación, Cristo
está ahí, en el altar, dispuesto a darse como alimento, y mientras su Iglesia parece olvidarlo recitan‐do el Padre nuestro y dándose la paz. Nada de eso, una vez que Cris‐to está presente sacramentalmen‐te, todo lo demás sólo puede tener sentido en función de su presencia, y así es como vivimos el Padre nuestro y el rito de la paz si somos conscientes de la grandeza de la presencia sacramental de Cristo en la Eucaristía.
Recitamos el Padre nuestro, ¿Qué sentido puede tener hacerlo
con Cristo presente en el altar? Precisamente ese, recitarlo con Cristo. El Padre nuestro es la ora‐ción del Señor, la que él mismo en‐señó a sus discípulos. En esta ora‐ción nos dirigimos a Dios llamán‐dole Padre, y eso sólo podemos hacerlo estando unidos a su Hijo. La oración del Padre nuestro nos pone ante Dios Padre junto a Cris‐to, su Hijo eterno. Por eso ahora, cuando Cristo está sacramental‐mente presente con su Iglesia, es cuando podemos recitar con mayor plenitud la oración de los que hemos sido hechos hijos en el Hijo. El Padre nuestro adquiere así todo su sentido, no como un aparte en la Eucaristía, sino como una anticipa‐ción y explicación de lo que vamos a vivir al comulgar: ser hijos de Dios con el Hijo y en el Hijo.
Algo así pasa con el rito de la
paz. A veces pensamos que consis‐te sólo en darnos la paz, pero eso es una visión mermada de lo que hacemos. No nos damos únicamen‐te la paz, sino la paz del Señor. No es la paz que construimos por nuestra cuenta, sino la que Cristo, presente en la Eucaristía, nos da. En estos años ha aparecido la idea litúrgica de trasponer este rito a un momento anterior de la celebra‐
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LITURGIA ción, antes de presentar las ofren‐das, recordando la recomendación del Señor de ponernos en paz con los demás antes de presentar nues‐tra ofrenda (Mt 5, 23‐24). No es algo descabellado, incluso el mis‐mo Papa ha pedido que sea estu‐diada la posibilidad, pero no habría que olvidar que, en ese caso, no estaríamos cambiando simplemen‐te el lugar del rito, sino su sentido, ya no se trataría de la paz plena que el Señor nos da como regalo de su gracia, sino de la paz que debe‐mos tener entre nosotros para pre‐sentarnos ante él.
Estos dos ritos son una verda‐dera catequesis que nos prepara a vivir el sentido pleno de la Euca‐ristía: Cristo se hace presente para unirnos con Dios (Padre nuestro) y entre nosotros (Paz). Por eso se trata de ritos que exigen una extre‐ma delicadeza para no apartarlos de su verdadero sentido, unido a la presencia de Cristo. Es peligroso darles un realce autónomo que nos haga olvidar a Cristo, porque en‐tonces ya no viviríamos su sentido. Cuando nos damos la paz de una forma atolondrada, olvidando que Cristo sigue siendo el centro de nuestra celebración, estamos per‐diendo el sentido de lo que hace‐mos.
Tras el rito de la paz el sacerdo‐te realiza la fracción del pan. Re‐cordemos que dijimos que el partir es uno de los pasos centrales de la Eucaristía, como gesto que provie‐ne directamente del Señor. El cuer‐po de Cristo tiene que partirse pa‐ra poder darse, el precio de la Eu‐caristía es la vida misma del Señor. Si estamos atentos tendremos que conmovernos ante esto: Dios se hizo hombre y se entregó a la muerte para que podamos ahora comer su cuerpo, Dios se rompió para unirnos a Él. El precio que Jesús pagó para dejarnos la Euca‐ristía fue su misma vida. Desgracia‐damente puede pasarnos desaper‐cibido, pero posiblemente ahí radi‐can muchas de nuestras rutinas, de nuestras incapacidades para vivir con intensidad la unión con Cristo que la Eucaristía nos da.
Y llega el cumplimiento, Cristo
se nos da como alimento. A veces nos acercamos a comulgar distraí‐dos, pensando en otras cosas, más atentos a lo que tenemos alrededor que a lo que estamos haciendo. No puede ser así, estamos culminando toda una dinámica maravillosa de encuentro con el Señor, centrémo‐nos en lo que estamos haciendo. El sacerdote nos muestra el pan eu‐
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LITURGIA carístico y dice “el cuerpo de Cris‐to”, a lo que respondemos “Amén”. Estamos acostumbrados a pensar que Amén significa “así sea”, pero, si esto fuera así, lo que haríamos ante el Cuerpo de Cristo sería más dudar que reconocer, más expresar el deseo de que así fuera que la certeza de que así es. Amén signifi‐ca mucho más que “así sea”, es una palabra hebrea cuyo sentido fun‐damental es algo así como “es fir‐me”, su raíz “expresa la solidez, la fiabilidad, la fidelidad” (Catecismo de la Iglesia Católica, 1062). Decir “amén” es confiar plenamente en Cristo que se me entrega. Por tanto no podemos reducir su significado al futuro, en este amén tiene que ir nuestra fe en Cristo que se hizo hombre, nuestra esperanza en él, que culminará su obra al fin de los tiempos y nuestro amor vivo a él, que se nos da como alimento. No es una respuesta rutinaria, en ella va toda nuestra vida cristiana.
Tras comulgar estamos en la mayor intimidad con Cristo, es el tiempo de la oración, del silencio. Es momento para gozar del don recibido. Si nos hemos dejado lle‐var por la celebración no podre‐mos distraernos, no podremos te‐ner otro interés más que el de vivir plenamente la unión con el Señor.
Por eso la liturgia dice que este es el momento de un “sagrado silen‐cio”, es decir, un silencio dedicado a Dios. Esta oración individual se hace oración de la Iglesia en labios del sacerdote que nos invita a orar y, en nombre de todos, da gracias por el don recibido y pide que sea fructuoso en nuestra vida.
Y ya está, ya hemos recibido el verdadero alimento de la vida eter‐na, ya sólo queda permitir que este encuentro una más nuestra vida con Cristo, que él nos siga acompa‐ñando en todo momento y esa cer‐canía estimule nuestro deseo de volver a encontrarnos con el Señor en la Eucaristía. El sacerdote, pues, nos bendice y nos despide dicién‐donos “Podéis ir en paz”, a lo que respondemos “Demos gracias a Dios”. Fijémonos en lo que oímos y decimos, porque no damos gracias por poder irnos, como si la Euca‐ristía hubiera sido un tiempo per‐dido que estamos deseando que termine. Damos gracias por poder ir en paz, porque llevamos a la ver‐dadera paz, que es Cristo, en nues‐tro interior cuando salimos de la Iglesia. Cristo nos ha dado, por su sacrificio, la paz con Dios Padre, llevémosla ahora al mundo.
Juan Carlos Navarro
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“Jesús, que nació en la pobreza, se convirtió en la fuente de la mayor riqueza”
Se ha convertido en tópico la típica frase de “Feliz Navidad” que en estas fechas aflora espontáneamente de nuestros labios e inunda el ambiente recargado o so-brecargado de motivos “navideños”.
Este año, sumidos en la crisis, es posible que muchos acallen esta frase o la pronuncien con timidez. Sin embargo, en estas ocasiones es cuando tenemos la gran oportunidad de desearnos la verdadera felicidad, que no consiste en el con-sumismo exagerado o en hacer ruidos o cantares exacerbados sino en compartir, en la austeridad, la solidaridad y el amor que se nos transmitió a través de Jesús.
Aprovechemos esta excelente oportunidad de ejercer la caridad y hacerlo con alegría, ya que el cristiano debe ser la persona a la que nada ni nadie puede robar la alegría de su corazón.
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LIBROS Título: JUNTOS SOMOS MÁS QUE DOS Autora: Mari Patxi Ayerra Editorial: PPC Precio 10,40€ Recomiendo este libro para todos los padres con hijos casaderos. La autora trabaja con grupos de adultos, cate‐quista, madre de tres hijos, sabe de lo que habla cuando escribe este libro. Su contenido queda bien reflejado en la contraportada del libro que nos dice que es el conjunto de cosas que una madre le dice a su hijo cuando va a iniciar su vida de pareja. Le cuenta lo que le gustaría que alguien le hubiera dicho a ella, y se lo dice desde su aprendizaje de cuarenta y tantos años de vida en pareja y en familia, conven‐cida de que vivir juntos es una tarea tan apasionante como difícil, pues se trata de que cada uno empuje al otro a ser. Por eso aborda las dificultades que surgen en la vida cotidiana de ca‐da pareja y da pistas para afrontarlas. Habla de la importancia de mantener vivo el amor y la ilusión, sin dejar que apague la rutina los bellos colores de la vida en común, de cultivar los sueños, de ser una familia abierta y sobre todo, de edificarla sobre la relación con Dios, que es quién impulsa lo mejor que hay en cada uno, el que hace posible que juntos sean más que dos. La autora ha querido que su hijo al irse de casa se lleve no sólo un ajuar de cosas sino el cómo se comienza una vida en común, cómo se mantiene, cómo se cuida y cuántos recursos poseen para salir airosos de los conflictos. Es un libro lleno de pistas para gozar de la vida juntos y hacer felices a muchos más. Leedlo, por favor, y hacedlo llegar a las manos de vuestros hijos, vuestros nietos, vuestros amigos. Francisco Rodríguez Barragán