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Pueblo viejo, pueblo nuevo: reconfiguración espacial y social de un territorio forestal, el caso de
Piedras Coloradas
Old town, new town: spatial and social reconfiguration of a forest land, he case of Piedras
Coloradas
Matías Carámbula Pareja∗
Resumen
La investigación de la cual forma parte este artículo tuvo como objetivo central la identificación de las
principales transformaciones sociales, económicas y culturales que ocurren en los territorios sobre los
cuales se han promovido plantaciones forestales. En este articulo se analizan las principales etapas
históricas de la actividad forestal en el pueblo de Piedras Coloradas y se las vincula con los impactos
que ha generado sobre el pueblo y sus habitantes, en un proceso de deconstrucción y construcción
identitaria y cultural.
Palabras claves: pueblos forestales, población, cultura
Summary
The investigation of which this article forms part had as a central propose the identification of the
principal social, economic and cultural transformations that happen in the land in which forestal
plantation have been promoted. In this article are analyzed the main historical stages of the forest
activity in the town of Piedras Coloradas and there are linked with the impacts that have generated on
the town and on their habitants, in an identitary and cultural process of desconstruction and
construction
Key words: forest towns, population, culture.
Introducción
En el Uruguay a través de la Ley Nº 15939 (1987) se promovieron plantaciones forestales con especies
de rápido crecimiento, en su mayoría destinadas a la producción de madera para su posterior uso en la
∗ Profesor Asistente en Sociología Rural. Departamento de Ciencias Sociales. Facultad de Agronomía. Universidad de la Republica. Investigador del Núcleo de Estudios Sociales Agrarios de la Universidad de la Republica. Uruguay. mcarambula@fagro.edu.uy. Agradecimiento al Instituto Interamericano para la Investigación del Cambio Climático (IAI) y al Programa de Redes de Investigación Cooperativas (CRN). Beca de formación doctoral en el marco del proyecto IAI-CRN Nº 2031. “Land use change in the Rio de la Plata Basin: Linking biophysical and human factors to predict trends, asses impacts and support viable land-use strategies for the future”.
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industria del papel. Fueron implantadas sobre suelos de baja productividad, sustituyendo
principalmente a la producción ganadera extensiva característica del país.
El articulo indaga sobre las relaciones entre los cambios en el uso de la tierra, los procesos
demográficos y los cambios identitarios y culturales que experimenta el territorio. El proceso de
crecimiento poblacional relacionado a la oferta de empleo forestal ha generado cambios sustantivos en
la fisonomía y estructura del pueblo. En este sentido la hipótesis que guía este trabajo es que los
cambios espaciales, además de asociarse a diferentes periodos históricos del pueblo, se manifiestan en
cambios culturales e identitarios.
Los cambios en el uso de la tierra (de la ganadería a la forestación), los procesos migratorios asociados
a la oferta de empleo forestal, el desarrollo industrial de la madera, la recalificación del trabajo, los
cambios en la intermediación laboral, la flexibilización en la relaciones laborales, son algunos de los
factores que explicarían los cambios identitarios y culturales que se visualizan en el territorio.
El territorio utilizado para realizar el estudio fue el pueblo de Piedras Coloradas localizado en la 3ª
sección censal del departamento de Paysandú, ubicado en litoral oeste del Uruguay, cuya población
según el Censo de Población Fase 1 (2004) es de 1.113 habitantes.
Cambios en el uso del suelo y transformaciones sociales. Lo global y local.
El estudio de los impactos sociales que genera una nueva actividad (un cambio en el uso de la tierra)
sobre un territorio determinado se enmarca en la discusión sobre los procesos sociales que se han
generado en el marco del fenómeno de globalización mundial. Este concepto (globalización) no solo
tiene definiciones distintas sino que también contiene múltiples aspectos y abarca los ámbitos más
variados de la vida humana desde la economía, la cultura, las finanzas, el comercio, la educación, los
medios de comunicación, la producción de bienes, etc.
En este sentido, en este artículo se indaga sobre los factores que contribuyen a los cambios en el uso de
la tierra, inicialmente agrupados en factores globales y factores locales.
Como factores globales se identifican aquellos vinculadas al proceso de globalización en sus múltiples
dimensiones: la comercial y financiera (libre circulación de capital), el desarrollo tecnológico
(biotecnologías, “paquetes” tecnológicos), la flexibilización y precarización laboral, los cambios en los
modelos empresariales (capital multinacional, pools empresariales, fusiones), los precios
internacionales de los productos y las políticas de los organismos internacionales de crédito.
Mientras que como factores locales se identifican aquellos vinculados a la regulación del mercado de
tierra; los precios, el régimen de tenencia, la libre circulación del capital. Factores culturales y
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humanos; como la disponibilidad y calidad de la mano de obra, los recursos humanos calificados, los
científicos, los técnicos. Factores institucionales; como la estabilidad política e institucional, las
políticas públicas, el régimen impositivo, las normas ambientales, las leyes laborales. La
Infraestructura; como las carreteras, las vías férreas, los puertos, las comunicaciones.
En el artículo se incursiona en algunos de los temas y problemas que se generan en la relación entre
factores globales y locales, focalizando en los impactos en un territorio determinado, entendiendo los
cambios en el uso de la tierra, como uno de los procesos causales de las transformaciones sociales, no
pueden explicarse y comprenderse desde una perspectiva local, es decir están enmarcados y
relacionados directamente con procesos globales. Como plantea Cavalcanti (2004)1 lo local se expresa
en las consecuencias, las transformaciones sociales y el papel de los diferentes actores locales en
respuesta a los mismos. A su vez, las respuestas y las transformaciones son asimétricas según quienes
sean los territorios y los actores en juego.
En estos nuevos escenarios, se incorpora un nuevo debate sobre el Estado, en su rescate, en un rescate
reformulado, desde lo global, lo local, y una nueva dimensión del mismo. También esta en permanente
dialogo y reformulación lo rural, lo agrícola, incorporando como marco de análisis social, al territorio,
que como sostiene Manzanal (2007)2 en definitiva:
“las prácticas específicas de actores y sujetos para apropiarse y transformar su lugar constituye un camino
necesario para explicar la producción del territorio. Lo cual, desde luego, no invalida la importancia que tiene el
análisis de la estructura socioeconómica y de las formas de dominación, políticas, culturales y económicas, que
consideramos debe ser la otra dimensión de investigación en la búsqueda de explicaciones sobre estas realidades
(Manzanal, 2007: 20)
Los cambios en el campo uruguayo.
En el campo uruguayo el proceso de globalización ha generado diferentes impactos. Se podrían
sintetizar en: la consolidación y expansión de las cadenas y complejos agroindustriales (generalmente
de exportación y de capitales extrasectoriales nacionales o extranjeros); las transformaciones a nivel
tecnológico y científico (biotecnología); la diferenciación cada vez más pronunciada entre empresarios
agrícolas vinculados a la exportación y los productores familiares vinculados al mercado interno, los
1 CAVALCANTI, Josefa Salete, Globalizaçao e ruralidade, en: WA�DERLEY, Maria de �azareth Baudel (org.).
Globalizaçao e Desenvolvimento Sustentabel: Dinamicas sociais rurais no nordeste brasileiro. Sao Paulo, Editora Polis, Campinas, SP, Centro de Estudos Rurais do IFCH-Unicamp, 2004, pp.17-32. 2 MANZANAL, Mabel, Territorio, Poder e Instituciones Una perspectiva crítica, en: Mabel Manzanal, Mariana Arqueros y Beatriz Nussbaumer (comp.), Territorios en construcción, Actores, tramas y gobiernos, entre la cooperación y el conflicto, Buenos Aires, CICCUS, 2007, pp. 15-50.
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cambios en las relaciones de poder entre el sector empresarial rural; las transformaciones en el mercado
de trabajo; los procesos de extranjerización y concentración de la tierra.
En este sentido las plantaciones forestales en el Uruguay deben ser vistas como formando parte de un
complejo agro industrial en formación en la medida que aún están en proceso de definición las
inversiones de la fase industrial necesarias para transformar la madera producida en la etapa agrícola.
A modo de ejemplo de los cambios en el uso de la tierra se ejemplifica en dos rubros. Por un lado las
plantaciones forestales (el complejo forestal) y por otro lado la expansión de los cultivos agrícolas,
fundamentalmente la soja.
Según la Dirección de Estadísticas Agropecuarias (2009)3 la superficie de soja para la zafra 1990-1991
era de 18.562 ha, representando el 0,11 % de la superficie agrícola del país, mientras que la misma
encuesta para la zafra 2009/2010 registró que la superficie de soja fue de aproximadamente 850.000ha,
representando el 5,3 % de la superficie agrícola del país. Por otra parte, según la Dirección Forestal
(2009)4 las plantaciones forestales bajo proyecto pasaron de 38.219 hectáreas acumuladas al año 1989
(aprox. 0,2% de la superficie agrícola del país) a 812.164 hectáreas acumuladas al año 2008 (aprox.
5,1% de la superficie agrícolas del país).
Como mencionan Piñeiro y Moraes (2008)5 otro indicador que grafica los procesos mencionados es el
incremento en el precio de la tierra. En este sentido según la información que brinda la DIEA (2011)6
el precio de la hectárea de tierra en el periodo 2000/2010 se multiplico por seis, pasando de un precio
promedio de 448U$S/ha en el año 2000 a un precio promedio de 2633U$S/ha para el año 2010.
Otro ejemplo que grafica las tendencias mencionadas son los cambios de los propietarios de la tierra
que se registraron en los últimos diez años. Según la DIEA (2011)7 cambiaron de propiedad 6, 4
millones de hectáreas representando más de la tercera parte de la superficie agrícola del país. A su vez
y como información sustantiva, según la DIEA (2010)8 aproximadamente la mitad de la superficie
3 URUGUAY, Dirección de Estadísticas Agropecuarias, “Anuario estadístico 2009”, Uruguay, Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca, 2009, http://www.mgap.gub.uy/Diea/Anuario2009 4 URUGUAY, Dirección Forestal, “Superficie forestada 1975-2008. Registrada en Dirección General Forestal con Plan de Manejo”, Uruguay, Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca, 2009, http://www.mgap.gub.uy/Forestal/DGF.htm. 5 PIÑEIRO, Diego y MORAES, Maria Inés, Los cambios en la sociedad rural durante el siglo XX, en: El Uruguay del siglo
XX, Montevideo, Banda Oriental, 2009, pp. 105-136 6 URUGUAY, Dirección de Estadísticas Agropecuarias, “Serie Precio de la Tierra”, en: www.mgap.gub.uy, Uruguay, Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca, 2011. 7 Ídem 6 8 URUGUAY, Dirección de Estadísticas Agropecuarias, “Tierras de Uso Agropecuario: Ventas y Arrendamientos. Año 2009”, en: www.mgap.gub.uy/Diea, Uruguay, Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca, Serie Trabajos Especiales Nº 296, 2010.
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(3.362.000ha.) fue adquirida por personas no físicas (Sociedades Anónimas), las cuales durante este
periodo experimentaron un crecimiento de aproximadamente 2 millones de hectáreas.
En cuanto a los impactos sobre el mercado de trabajo y las relaciones laborales Carámbula (2008)9
menciona los siguientes procesos: aumento del empleo rural no agrícola, aumento de la participación
de la mujer en la PEA agrícola, incremento de la residencia urbana de los asalariados agrícolas,
expansión de las tercerizaciones laborales, incremento del trabajo temporario.
Con referencia a los cambios demográficos Uruguay ha seguido las tendencias generalizadas en el
continente que llevan a la disminución de la población rural. La población rural ha sufrido una
disminución constante pasando de 17% en 1975 a un 9% en 199610. Estos cambios demográficos (que
tienen relación con la cantidad y la calidad del empleo rural) han contribuido a generar lo que se
conoce como el deslocamiento entre lo rural y lo agrícola (García Sanz, 1997)11. Si por rural se
entiende a los espacios territoriales con baja densidad de población, ya sea población dispersa o
residente en pequeños pueblos y villorrios, y por agrícola a aquellas actividades humanas que haciendo
uso de los recursos naturales los transforman para producir principalmente alimentos y fibras, el
fenómeno al que se hace referencia consiste en la ruptura de la equivalencia entre ambos términos. En
materia de población y recursos humanos esto significa que si antes la residencia rural implicaba
actividades agrícolas y viceversa, en la actualidad hay trabajadores con residencia urbana que se dedica
a actividades agrícolas (por ejemplo en Uruguay 37% de los trabajadores asalariados que trabajan en la
agricultura residen en pueblos y ciudades) y hay trabajadores con residencia rural que se dedican a
actividades no agrícolas (particularmente en el sector servicios).
Una parte sustantiva de los cambios mencionados en este apartado se explican y /o son consecuencia de
la expansión de las plantaciones forestales. En este sentido la elección del caso de análisis, la
forestación en Uruguay, se justifica porque dicha actividad ha promovido cambios sustantivos en la
cuestión agraria uruguaya, algunos de los cuales son analizados en este trabajo.
La actividad forestal en Uruguay
9 CARAMBULA, Matías, Asalariados Rurales en el Uruguay, en: Chiappe, M. Carámbula, M. Fernández, E. (comp.), El
campo uruguayo: una mirada desde la Sociología Rural, Grupo Disciplinario en Sociología Rural, Departamento de Ciencias Sociales, Facultad de Agronomía, Universidad de la Republica, 2008, pp. 103-125. 10 Aunque estas cifras han sido cuestionadas. Véase Piñeiro, Diego. Población y trabajadores rurales en el contexto de transformaciones agrarias. In: Norma Giarracca ¿Una nueva ruralidad en América Latina? CLACSO. Buenos Aires. 2001 11 GARCIA SANZ, Benjamín, La sociedad rural ante el siglo XXI, Madrid, Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, Serie Estudios, 1997, 687 p.
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Según Panario y Gutiérrez (2007)12 la expresión contemporánea del modelo forestal forma parte de un
proceso iniciado en el año 1951 a partir de una misión conjunta de la FAO y el Banco Mundial en la
cual se realizaron una serie de recomendaciones sobre el desarrollo forestal del país, las cuales según
los autores constituyeron la base de las leyes forestales aprobadas a posteriori (Ley 13.723 en 1968,
Ley 15.695 en 1984 y Ley 15.939 en 1987). Tomando como referencia esta perspectiva del proceso, se
entiende que la forestación en Uruguay se puede dividir en dos etapas.
La primer etapa del desarrollo forestal, vinculada a la ley de promoción forestal Nº 13.723 del año
1968 (la cual luego fue modificada con la Ley Nº 15.695 del año 1984). Durante esta etapa se
plantearon como objetivos centrales el abastecimiento de la demanda interna, principalmente de
madera para su uso como combustible, la función protectora de cultivos, suelos y agua, y el uso del
monte como sistemas de recreación y turismo. Durante esta etapa se plantaron aproximadamente
25.000ha.
La segunda etapa, identificada con ley Nº 15.939 del año 1987, tuvo como objetivos la promoción de
las plantaciones artificiales para uso industrial (fundamentalmente para la industria de celulosa) y la
protección del monte nativo. Con este objetivo la ley forestal beneficiaba a quienes realizaban
plantaciones de bosques artificiales instalados en suelos de prioridad forestal con: 1) la exoneración de
tributos nacionales y municipales, 2) subsidio directo del Estado sobre al costo de plantación, 3) una
línea de créditos blandos para las plantaciones, y 4) exoneraciones impositivas a la importación de
bienes de capital e insumos.
Utilizando el uso de la tierra como criterio para medir los efectos de la nueva ley se identificaron dos
cambios sustantivos. El primero como se mencionó anteriormente fue el incremento de la superficie
destinada a las plantaciones forestales. El segundo, el proceso de compra, expansión y concentración de
la tierra por grandes empresas forestales, fundamentalmente de capitales multinacionales.
Según Méndez (2009)13 tres empresas forestales tienen una área afectada de 611.497 hectáreas de las
cuales 344.000 hectáreas están efectivamente plantadas. La empresa Forestal Oriental (UPM-
Kymenne) tiene un área afectada de 215.497 hectáreas de las cuales 130.000 es área forestada, Montes
del Plata (asociación entre Storaenso y Arauco) tiene un área afectada de 255.000 hectáreas de las
12 PANARIO, Daniel y GUTIERREZ, Ofelia, La política forestal industrial del estado uruguayo In: Seminario: Política y Pasteras en el Río Uruguay : Medio Ambiente, Modelos Productivos y Movimiento Social, 16/11/2007, UNSAM. 9p. 13 MENDEZ, Eduardo, Análisis de la precariedad del trabajo en un sistema de cosecha forestal manual y otro mecanizado, Montevideo, Facultad de Agronomía, Universidad de la República, Tesis, 2009, 165p.
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cuales 130.000 es área forestada, mientras que Weyerhaeuser tiene un área afectada de 141.000
hectáreas de las cuales 84.000 es área forestada.
El rápido crecimiento de la superficie forestada ha tenido consecuencias sobre el mercado de trabajo
rural. El período 2004-2008 se caracterizó por un crecimiento económico del sector agropecuario y un
aumento de la formalidad del empleo, que tuvo su consecuencia en la cantidad de trabajadores
inscriptos en Banco de Previsión Social. De acuerdo con los datos aportados por Bruno (2008)14, la
cantidad de asalariados rurales inscriptos pasó de 80.751 en 2004 a 101.336 en 2008, con una cantidad
de patrones que se ha mantenido en el entorno de los 80.000.
Según Bruno (2008)15 en agosto de 2008 los asalariados permanentes eran el 88,3% del total de
asalariados (89.775), siendo el resto asalariados que se encuentran en la categoría jornalero o zafral
(11.940). La distribución entre asalariados permanentes y asalariados temporales varía según los
rubros. Por ejemplo Bruno (2008)16, señala que para el año 2008 en el rubro tambos se encontraban
inscriptos 6.599 trabajadores, de los cuales 192 (aprox. 3%) se encontraban en la categoría peón zafral.
Mientras que por otro lado, para el mismo año los trabajadores forestales sumaban 11.635, de los
cuales 2.858 asalariados (24,6%) estaban registrados en la categoría peón jornalero y zafral.
Según Carámbula y Piñeiro (2006)17 la demanda de mano de obra en un establecimiento forestal se
concentra en las etapas iniciales (preparación del suelo, viveros, trasplante, cuidados iniciales) y en la
etapa final de la cosecha, con algunas demandas intermitentes para la realización de podas y raleos.
Dado que los turnos de corta varían entre 8 y 12 años, según la especie y si son de primer corte o de
rebrote, es posible apreciar que la demanda es sumamente variable en cantidad y calidad y además
extendida en el tiempo. Esto es lo que ha llevado a las empresas forestales a disponer de una plantilla
reducida de trabajadores permanentes para las tareas de cuidado y vigilancia de las plantaciones,
subcontratando a empresas proveedoras de mano de obra para hacerse cargo de las tareas que implican
elevadas concentraciones de trabajadores en períodos acotados de tiempo.
Según Carámbula y Piñeiro (2006)18 la tercerización de las tareas delegándolas en la figura de un
contratista es extendida y estructural al negocio forestal. Esta característica repercute en la
conformación de mercados de trabajo integrados por trabajadores que mayoritariamente tienen
14 BRUNO, Yanil, “BPS: empresas y trabajadores agropecuarios en el período 2004- 2008” en: Anuario OPYPA 2008, Montevideo, 2009, pp. 411-416. 15 Ídem 14 16 Ídem 14 17 CARAMBULA, Matías y PIÑEIRO, Diego, “Forestación en Uruguay: cambios demográficos y empleo en tres localidades” en: Agrociencia, Montevideo, Volumen X, Nº 2, 2006, pp. 63-75. 18 Ídem 17
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residencia urbana ya sea en pueblos cercanos a las plantaciones o bien en centros urbanos de mayor
envergadura desde los cuales se desplazan diariamente a los centros de trabajo. Un ejemplo de este
proceso son los resultados de la investigación que realizaron Riella y Mascheroni (2009)19sobre la
empresa Forestal Oriental. En dicho trabajo los autores señalan que en la fase agrícola forestal de la
empresa trabajan 3.112 trabajadores de los cuales 2.734 (87,9%) son trabajadores tercerizados,
empleados por 159 empresas que le brindan servicios a Forestal Oriental.
Metodología utilizada
Si bien en este articulo se utiliza solamente la información y experiencia recogida en Piedras
Coloradas, el cuerpo central de la investigación consistió en un estudio en tres poblados rurales con
diferentes niveles de vinculación con la actividad forestal20. La metodología empleada consistió en un
estudio de caso comparado utilizando una perspectiva espacial (tres pueblos) y temporal (año 2003 y
año 2009). La perspectiva espacial integró el estudio de los procesos en tres localidades con diferentes
niveles de vinculación con la actividad forestal, mientras que la perspectiva temporal consistió en la
comparación de los procesos en dos períodos de tiempo diferente (año 2003 y año 2009).
La entrevista21 y la observación fueron las técnicas utilizadas para la recolección de la información. El
tipo de entrevista se vinculó a la etapa del proyecto, así fueron estructuradas, semi-estructuradas y
abiertas. La observación fue otra técnica utilizada durante la etapa exploratoria del proyecto en la cual
se pretendió “mirar y conocer” los cambios en el uso del suelo, generando diferentes registros gráficos.
El trabajo empírico se realizó en tres etapas. Durante la primer etapa se identificaron, describieron y
analizaron los cambios más significativos en el uso del suelo y los principales impactos y
transformaciones sociales que han generado. En la segunda etapa (2009) se realizó un trabajo de
búsqueda de corroboración y respuestas de las interrogantes de investigación planteadas en tres
territorios vinculados a diferentes etapas de la expansión forestal y agrícola. El mismo trabajo fue
realizado en las mismas localidades en el año 2003 el cual permitió plantear y sustentar el análisis
temporal realizado. La tercer etapa consistió en la integración y análisis de la información obtenida en
19 RIELLA, Alberto y MASCHERONI, Paola, Explorando la Calidad del Empleo en la Forestación: un estudio de caso,
En colaboración con: Mauricio Tubío y Jessica Ramírez, Ed. Departamento de Sociología, FCS, UDELAR, Montevideo, 2009, 108p. 20 Piedras Coloradas en Paysandú, pueblo referente de la primer etapa de la forestación en Uruguay. Paso de la Cruz en el departamento de Río Negro, pueblo vinculado a la segunda etapa de la forestación. Por último el pueblo de Sarandí de Navarro en el departamento de Río Negro, pueblo ganadero, alejado de las áreas forestales, que fue utilizado como término de comparación con los dos pueblos forestales. 21 Para la selección de los entrevistados se utilizó la denominada técnica "bola de nieve", limitando la cantidad de entrevistados al momento de saturación.
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las etapas anteriores, incorporando la información recogida de informantes calificados representantes
de la visión de los diferentes actores políticos, sociales y económicos.
La información recogida mediante las entrevistas fue complementada con información secundaria
obtenida de archivos de las diferentes instituciones publicas y privadas del pueblo (escuela publica,
liceo, comisaría, centro de atención a la infancia, policlínica de salud publica, policlínica privada,
oficinas locales de las empresas estatales de teléfonos, agua potable, vivienda rural etc.),
organizaciones y personas de la localidad. También se incluyó en la etapa preliminar información
proveniente de estudios anteriores e información estadística de los censos nacionales de población y los
censos agropecuarios.
Piedras Coloradas. El pueblo viejo, el pueblo nuevo
El pueblo de Piedras Coloradas se localiza en la 3ª sección censal del departamento de Paysandú,
ubicado en litoral oeste del Uruguay. El Censo de Población Fase 1 del año 2004 (INE) indica que la
población es de 1.113 habitantes, de los cuales 573 (51.5%) son hombres y 540 (48.5%) son mujeres.
En la actualidad la principal actividad económica es la forestación, la cual comprende actividades
vinculadas al sector primario, secundario y terciario de la economía. Se identificó el inicio de la
actividad forestal en este territorio hacia los finales de la década del 60’ con las inversiones realizadas
por una caja de jubilaciones de origen nacional. En este sentido, Piedras Coloradas, “capital nacional de
la madera”, fue definido en la investigación como un pueblo referente del desarrollo forestal del país.
Como se mencionó anteriormente en este trabajo se describen y analizan los cambios en la
configuración espacial del poblado desde la hipótesis de que estos cambios espaciales se manifiestan en
cambios culturales e identitarios
Historia del pueblo
La instalación de la Alcaldía en el año 1880 fue señalada como uno de los elementos que marcarían el
proceso fundacional de Piedras Coloradas. Desde esta fecha se traza y analiza en forma histórica y
comparativa la expansión territorial y el desarrollo urbanístico del pueblo.
La primera etapa del poblado se ubica temporalmente desde su fundación hasta los inicios de la década
del 60’ momento en el cual se inaugura la nueva ruta 90. Durante este periodo Piedras Coloradas
presentaba las características propias de un poblado rural sobre la vía férrea. El eje central del poblado
se ubicaba sobre la estación de trenes y la misma era el centro comercial y social del poblado. El casco
inicial del poblado consistía en dos grandes comercios, la escuela rural, la estación de trenes, la
alcaldía (luego comisaría), el juzgado, la oficina de correos y algunas casas particulares.
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El abogado XX, antiguo poblador del lugar (su madre fue la maestra de la escuela durante la década
del 30’) describe el poblado de la siguiente manera.
[...] para ubicarnos en época y lugar la entrada al pueblo se hacia por el viejo camino vecinal a la altura de los
entonces domicilios de la familias de don Cornelio Pintos y de don Juan Provera. Esa entrada, que dejaba a la
derecha de la vía del ferrocarril, se extendía por camino de mucha arena siempre paralelo a la vía hacia el
vecino pueblo de “las Flores”, dejando a ambas manos casa de vecinos, alguna oficina y comercios. (Diario el
telégrafo, 2002)
También menciona al Pueblo de Las Flores (ubicado a 5km. de Piedras Coloradas). Según los actores
entrevistados era el pueblo de referencia de la zona, mientras que Piedras Coloradas era un poblado de
actividad comercial. El actual cementerio de Piedras Coloradas se encuentra en esa zona (que en la
actualidad son taperas) afirmando la hipótesis de los pobladores.
[...] La colonia de Las Flores, hace treinta, cuarenta años, el fuerte era Las Flores. Por eso el cementerio esta ahí.
Porque era Las Flores, no Piedras. Piedras era la estación y bueno esas calles del centro y unos ranchos al
costado. (Secretario Junta Local)
Otro elemento que plantea el abogado xx, confirmado por los pobladores, es que en forma paralela a la
vía del ferrocarril estaba trazada la antigua ruta 90, en ese entonces un camino vecinal de arena y tosca
que llegaba hasta Paysandú.
Piedras Coloradas se insertaba en una zona de estancias y colonias. En este sentido los pobladores
relatan que en esta zona existieron importantes colonias, de las cuales muy pocas se mantienen en la
actualidad. Los informantes se contradicen en el número, el origen y los nombres de las mismas. La
colonia San Luis que se ubicaba en el actual pueblo, la colonia de Arroyo Negro (de origen Piamontés)
ubicada a unos 20Km. la cual sería la única que se mantiene en la actualidad.
[...] Antiguamente era todo chacra. Antiguamente todo eran colonias. Desde los plantíos de trigo, lino, maíz,
girasol, todo. Se hacía huerta, se criaban animales, se criaban gallinas, chanchos, todo. Así se manejaba la
gente de antes, ¿no? Estos campos ahora, que están llenos de monte, que son de la Caja Bancaria,
antiguamente eran colonias. Por ejemplo acá la Colonia San Luis. Acá en la tierra dónde estamos nosotros, era
Colonia San Luis. Del otro lado ahí, donde está la Caja Bancaria ahora, era una estancia. La estancia de ….
Donde existe Rinconadas, allá abajo, que también hay ahora, también era una estancia de un tal Molina. Y así en la
zona, se manejaba o con agricultura o con ganadería. (Pobladora nativa de la zona, edila de la Junta Local por el
Partido Nacional)
Piedras Coloradas también estuvo vinculada en sus primeras etapas con las carbonerías del Queguay.
Según los pobladores con mayor edad y antigüedad en la zona, la estación de trenes de Piedras
Coloradas surge por las carbonerías del río Queguay. Las carbonerías eran grandes centros laborales y
de asentamiento de un número importante de trabajadores y sus familias. En las mismas se producía
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carbón con el monte nativo del río Queguay. El carbón se enviaba mediante carretas a la estación del
ferrocarril de Piedras Coloradas para ser enviado a los grandes centros industriales y comerciales de la
época. Cuando cierran las carbonerías gran parte de los trabajadores se radicarían en Piedras Coloradas,
promoviendo el primer crecimiento poblacional importante.
El contexto de la zona y la vía del ferrocarril explican la primera estructura espacial y urbanística de
Piedras Coloradas. Un poblado central vinculado a la estación del ferrocarril, rancheríos dispersos en
las inmediaciones, habitados por trabajadores de estancias u chacras y una zona de influencia de
colonias y estancias, las cuales centralizaban su vida comercial y social en el poblado.
La segunda etapa del pueblo se vincula al año 1960 cuando se inaugura la nueva ruta 90, la misma
conecta la ciudad de Paysandú con Guichón. El nuevo trazado de la ruta pasa por el norte del pueblo de
Piedras Coloradas. El mismo promueve una expansión del poblado original hacia la nueva ruta. El
poblado original vinculado al vía férrea, a la estación de trenes, se expande territorialmente integrando
las zonas periféricas del poblado original. Los relatos de los pobladores caracterizan esta etapa por el
acceso a nuevos servicios, principalmente el transporte colectivo. A su vez que al conectarse en forma
mas fluida con la capital departamental acceden a nuevos servicios como la educación y la atención en
salud.
[...] Todo agrícola ganadero, tambo, es decir, yo por ejemplo cuando salí del liceo, tenía diecisiete años, mi
padre mandaba leche a xxx. Desde allá de Guichón, se levantaba leche, se levantaba todo, o sea Orgoroso,
Piedras, todo, esta ruta se levantaba leche, para remitir a xxx, ¿no? (Secretario de Junta Local)
La etapa no se caracteriza por modificaciones en las características sociales, productivas y económicas
comentadas en la primera etapa. Las transformaciones que se promueven están vinculadas centralmente
al acceso a los nuevos servicios vinculados a las mejoras sustanciales en el transporte colectivo y de
carga.
La tercera etapa comienza a finales de la década del 60’ con la instalación de la Caja Bancaria y su
propuesta de desarrollo forestal en la zona. Este período comprende el inicio de la actividad forestal, la
consolidación del modelo y la etapa contemporánea en la cual se identificaron algunos indicadores que
marcarían un clivaje en el modelo.
[...] en esa época eran menos la viviendas ¿no?, cuando vino la caja era el pueblo viejo. Los planes de Mevir
fueron después de la caja, ahí donde esta Mevir antes era de la caja, eran los campos de la caja. (Contratista
forestal, habitante del pueblo viejo)
El período de instalación del modelo forestal generó transformaciones importantes en la estructura
espacial del pueblo. Las primeras plantaciones forestales se instalaron en antiguas estancias ubicadas en
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la periferia del poblado. Se generó por lo tanto un polo de atracción territorial, que a la vez modificó las
características productivas y económicas de la zona de influencia. Ese período culmina con la
inauguración del primer núcleo MEVIR22 en los inicios de la década del 80’. El núcleo MEVIR se
ubicó sobre la ruta 90 en dirección noroeste en relación al casco industrial de Caja Bancaria. Los
habitantes de este nuevo asentamiento estarían vinculados en su gran mayoría a residentes oriundos del
lugar con alguna relación laboral con la Caja.
El período de consolidación del modelo forestal se ubica temporalmente luego de la inauguración del
primer núcleo MEVIR hasta la inauguración del segundo núcleo a mediados de la década del 90’. El
nuevo asentamiento se instala contiguamente al núcleo anterior, en una zona en la cual antiguamente se
ubicaba la Colonia San Luis. Este período se asocia a la consolidación del modelo forestal como
modelo de desarrollo de la región, incentivado por la aprobación y implementación de la segunda ley
forestal hacia finales de la década del 80’.
La etapa “forestal”que se inicia a finales de la década del 60’ generó profundas transformaciones
territoriales y urbanísticas, las mismas modifican sustancialmente la distribución espacial del poblado.
A modo de ejemplo se descentralizaron todos los servicios (educación, salud, comercios, etc.) en todo
el casco urbano del poblado.
Recientemente se instalaron asentamientos precarios en la periferia suroeste del pueblo. A partir de esta
nueva realidad trazamos dos hipótesis para futuros estudios. O bien puede ser que exista una carencia
de viviendas para la población trabajadora, o bien se puede plantear una situación de familias con
problemas de empleo y por lo tanto la imposibilidad económica del acceso a una vivienda digna. En
este apartado se plantea esta situación como un posible inicio de un cuarta etapa del poblado, el cual se
caracterizaría por la emergencia de asentamientos precarios – irregulares, asociados con condiciones de
hacinamiento identificadas en algunas viviendas del poblado.
La población
En este apartado se analiza brevemente la evolución de la población en Piedras Coloradas, tratando de
identificar que relación presenta la misma con la actividad forestal. En este sentido se abordan dos
procesos centrales, el primero, el crecimiento o decrecimiento poblacional: la población permanente, la
población flotante, las inmigraciones y migraciones. Posteriormente se analiza la relación entre
población urbana y población rural, a lo largo de los últimos años.
22 Movimiento Pro-Erradicación de la Vivienda Insalubre Rural. Programa de viviendas nucleadas en el medio rural para familias de escasos recursos que no tienen una solución habitacional. Se construyen a través del sistema de ayuda mutua.
13
El Censo de Población y Vivienda del año 1996 define como Centro Poblado a Piedras Coloradas. El
mismo estudio indica que la población es de 1.104 habitantes, de los cuales 564 (51.1%) son hombres y
540 (48.9%) son mujeres.
Si se toma como referencia el censo anterior (1985), la población aumentó en un 46.8%, valor que
indica un importante crecimiento poblacional, mayor que el experimentado por centros urbanos e
industriales de mayor envergadura. Por ejemplo, el crecimiento poblacional de la ciudad de Paysandú
(capital departamental) en el mismo período fue de un 11.2% y en Guichón (segunda ciudad del
departamento, cercana a Piedras Coloradas) el crecimiento fue de un 12.7%.
De acuerdo a la información intercensal comprendida entre los censos del año 1963 y el de 1996, el
incremento poblacional fue de un 161.6%. La población en Piedras Coloradas a aumentado en forma
sostenida y en valores muy superiores a la media poblacional del país e incluso de los grandes centros
urbanos y poblacionales. El crecimiento poblacional del país para el mismo periodo fue de un 21.9%,
para el departamento de Paysandú fue de un 26.7%.
Cuadro 1
Otro análisis que se realizó fue comparar la variación poblacional según sección censal por año de
censo. Piedras Coloradas se ubica en la tercer sección censal del departamento de Paysandú. Según el
Censo del año 1996 la población de esta sección es de 2094 habitantes.
Cuadro 2
Como se observa en el cuadro, el crecimiento poblacional en la sección censal es sustancialmente
menor que el crecimiento registrado en Piedras Coloradas. Mientras que en Piedras Coloradas el
incremento poblacional durante el último período intercensal (1985-1996) fue de un 46.8%, en la
sección censal fue de un 10.9%. Estas diferencias son mayores aun si se toma como referencia el
período intercensal anterior (1975-1985), para este período el incremento poblacional en Piedras
Coloradas fue de un 54.7%, mientras que en la sección censal el incremento fue de un 3.9%.
Si se toma como referencia los registros nacionales y departamentales que fueron planteados
anteriormente, se identifica que los incrementos poblacionales registrados en la sección censal son
similares a las tendencias nacionales y departamentales. Por otro lado, los registros de Piedras
Coloradas son muy superiores, identificando este aspecto como una de las principales variables de
estudio.
La población de la sección censal según el censo del año 1996 es de 2094 habitantes, por lo tanto el
52.7% de la población vive en Piedras Coloradas. El análisis de la evolución poblacional de la sección
14
censal arroja otro resultado importante, existe un proceso de concentración poblacional de la sección
censal en Piedras Coloradas.
Cuadro 3
En síntesis, durante el período intercensal estudiado la población de la sección censal ha aumentado en
forma similar a los parámetros nacionales, también durante este período se produce una concentración
poblacional en Piedras Coloradas y el incremento poblacional del pueblo son significativamente
mayores a los niveles promedios nacionales, departamentales y de la sección. La oferta de empleo que
genera la actividad forestal permite adelantar una interpretación sobre los procesos migratorios
mencionados anteriormente.
Según Carámbula y Piñeiro (2006)23 para el año 2003 el índice de desempleo en Piedras Coloradas era
menor al 10%, contrastando con el índice nacional para el mismo periodo el cual oscilaba un 16%. Si
ésta diferencia fuese correcta se confirmaría la hipótesis previa en la cual se establece que la
forestación genera trabajo. Ahora bien, el pueblo de Piedras Coloradas presentaba indicadores sociales
que permitían identificarlo como un poblado de contexto critico, con elevados niveles de pobreza, y
una activa participación estatal en políticas de contención social. Esta situación conducía a preguntarse
sobre la calidad del empleo que generaba la forestación en ese periodo.
Según la información recogida durante el año 2003 más de 500 personas (aproximadamente un 60% de
la PEA) del pueblo trabajaban en forma directa o indirecta en la forestación. En este sentido es que se
realizó una primera división del trabajo: los trabajadores forestales vinculados a la fase agraria
(plantaciones, podas, cosechas), los trabajadores vinculados a la fase industrial (industrialización de la
madera) y los trabajadores vinculados al sector servicios (transporte, comercios, insumos, maquinaria,
etc.).
Los trabajadores de la fase agraria eran quienes presentaban mayores niveles de precariedad laboral. La
tercerización del trabajo explicaba este proceso. Durante la década del 90 comienzan a operar las
cuadrillas forestales, las cuales le han otorgado a la forestación y a sus asalariados una impronta
particular, sinónimo de empleo precario. En el año 2003 en Piedras Coloradas se identificaron siete
contratistas forestales, formalmente “empresas de servicios forestales”, quienes subcontratan a
aproximadamente 20 cuadrillas. La información recogida permite estimar que aproximadamente 300
trabajadores se vinculan a la forestación a través de estas cuadrillas. La precariedad laboral de este
sector de los trabajadores se explicaba por los bajos niveles de ingreso que perciben los trabajadores,
23 Ídem 17
15
los prolongados períodos de desempleo, la ausencia de cobertura social y la inexistencia de
organización sindical.
Otro sector de los trabajadores se vinculaba a la fase industrial, principalmente a la caja de jubilaciones
mencionada anteriormente. Según fuentes de la empresa los trabajadores permanentes de la misma eran
140. Estos trabajadores tenían, a diferencia de los trabajadores de la fase agraria, estabilidad laboral,
ingresos superiores a los que percibían los asalariados de la fase agrícola, cobertura social y
representación sindical. Eran trabajadores con mayor calificación y capacitación y mejores perspectivas
laborales.
El tercer grupo de trabajadores eran los que se vinculaban con el sector servicios, el cual se dividía en
dos sectores. Los servicios públicos, en el cual se integraban policías, maestros, profesores de
enseñanza secundaria, funcionarios de la salud pública, servicios municipales y de empresas estatales.
El otro sector eran los trabajadores del sector privado incluyéndose los comerciantes, los trabajadores
de los servicios de salud privada, mecánicos, los empleados del canal cable y de las empresas de
transporte colectivo. Pertenecían a este grupo aproximadamente 100 trabajadores, quienes en su gran
mayoría tenían situaciones laborales relativamente estables, con ingresos económicos que permitían la
reproducción social del trabajador y su familia. La relación de los empleos en el sector servicios con la
actividad forestal resultaba difícil de establecer. Se planteaba en este caso el debate sobre los empleos
directos e indirectos que una actividad económica genera. Ahora bien, parecería correcto relacionar los
servicios con la demanda por los mismos que tiene una población. En este caso las variaciones de
población que han ocurrido en el pueblo (relacionadas con la forestación) explicarían el incremento en
la oferta de servicios públicos y privados (generando nuevos empleos en este sector).
La estratificación planteada explicaba la complejidad social del poblado. Mientras que una parte de la
población trabajadora estaba inserta en el mercado laboral formal, más de la mitad de la población
trabajadora integraba el sector de trabajadores precarios. Entonces, si bien los niveles de desempleo
eran menores a los promedios nacionales, las características del empleo en la fase primaria explicaban
la realidad social de contexto critico mencionada anteriormente.
Durante el año 2009 se volvió a relevar información sobre el empleo en la localidad, identificando
algunos cambios, los cuales estarían reconfigurando el mercado de trabajo y los procesos poblaciones.
Una de las modificaciones es el proceso de concentración de la propiedad (vinculados a la agricultura y
la forestación) que continuarían “expulsando” población rural dispersa. La segunda modificación sería
que durante el período no se habría incrementado significativamente las plantaciones forestales, sino
16
que más bien han sido plantaciones para mantener la superficie. La tercer modificación es que algunos
de los servicios forestales se realizan con trabajadores de otras localidades que trabajan en empresas de
servicios que realizan traslados diarios de los trabajadores (ej; Paysandú-Piedras Coloradas; Guichón-
Piedras Coloradas). La cuarta modificación fue la expansión de la cosecha forestal mecanizada. Este
último factor explicaría que en tiempos de volúmenes de cosecha record no se hayan registrado
incrementos poblacionales significativos y además podría estar generando una corriente de trabajadores
“sustituidos” por maquinas. Así pues, los harvester y los forwarders son las nuevas imágenes forestales,
nada nuevo para el capital, la sustitución de trabajo humano por trabajo mecánico. Por último y entre
otros factores asociados al proceso de mecanización de la cosecha, se visualizó un proceso de
concentración de las empresas que brindan servicios, ejemplificándose en una de las empresas que
brinda servicios forestales en la localidad que cuenta con más de 200 trabajadores dependientes.
En relación la precariedad laboral identificada en el año 2003, se visualiza un escenario en el que
confluyen dos corrientes. Por una parte, un proceso global que genera importantes cambios en el
mercado de trabajo, identificado con la tendencia hacia la flexibilización y precarización de las
relaciones laborales en sus diferentes dimensiones, y por otra parte, procesos internos nacionales que
tenderían a contrarrestar algunos de los impactos que el proceso de globalización económica y social
generaría en el mercado de trabajo rural.
La fisonomía: distribución espacial y temporal del pueblo
Según el Censo Nacional de Población y Vivienda del año 1996 Piedras Coloradas es un Centro
Poblado que esta constituido por 333 viviendas. Según el presidente de la Junta Local en el pueblo
viejo son aproximadamente 200 hogares y 140 entre los dos núcleos MEVIR. A estos debe agregarse
10 hogares nuevos que se encuentra ubicados en el incipiente asentamiento irregular que bordea la vía
férrea.
El aumento en el número de viviendas en Piedras Coloradas se vincula con la expansión de la actividad
forestal y las principales etapas de la misma. En la primera etapa, en la que se instaló la Caja Bancaria
hacia finales de la década del 60’, se registró un pequeño incremento de 25 viviendas. Esta etapa se
identifica con el periodo intercensal 1963-1975. En la segunda etapa, período intercensal 1975-1985, en
la que se consolida la actividad de la Caja en la zona, se registró un aumento de 103 viviendas. En la
tercera etapa, de consolidación y expansión de la actividad de Caja Bancaria y otros emprendimientos
forestales en la zona correspondiente al período intercensal 1985-1996, se construyeron 95 nuevas
viviendas.
17
En síntesis, durante el período en estudio 1963-1996 el número de vivienda aumentó en un 223%
graficando en esta evolución la relación entre expansión forestal y transformación espacial del poblado.
Las viviendas de MEVIR surgen de la dinámica poblacional y económica que la actividad forestal
genera en el poblado. A diferencia de otros núcleos de MEVIR, en otras localidades, en el caso en
estudio, las viviendas del programa no actúan como reten de población rural, e incluso tampoco como
sustitutas del rancherío. De acuerdo a la información relevada en este caso las viviendas surgen por una
demanda real y en acuerdo al importante crecimiento demográfico que experimentó el pueblo.
Con esto nuevos espacios de hábitat los pobladores comienzan a construir una división espacial del
poblado; el pueblo viejo y el pueblo nuevo. La misma se comienza a plantear luego de la construcción
de dos núcleos de MEVIR. El primero al inicio de la década del 80’ y el segundo a mediados de la
década del 90’. La construcción de estos núcleos expande el pueblo hacia el oeste de la calle que
marcaba el final del poblado.
El pueblo viejo comprende el núcleo inicial del poblado ubicado en los alrededores de la antigua
estación de trenes mas las casas y rancheríos que se extiende hacia la nueva ruta 90’. El pueblo nuevo
comprende los dos núcleos de MEVIR ubicados hacia el noroeste del casco inicial del poblado, sobre la
nueva ruta 90’. En los inicios del año 2000 se instala un nuevo asentamiento irregular ubicado hacia el
sureste del casco central, el mismo se plantea como la tercera etapa de crecimiento urbanístico.
La mixtura “urbana” se expresa en los diferentes tipos de viviendas, los MEVIR, el casco antiguo, los
rancheríos, el asentamiento, las diferentes etapas históricas y urbanas del poblado. La mixtura
“humana” se expresa en las definiciones que los actores y sujetos le dan a su pueblo. La definición
según la Intendencia Municipal es de un pueblo semi-urbano, ANEP define a la escuela como escuela
urbana. La presencia de núcleos MEVIR estaría asociado a pueblos rurales, el centro CAIF define
como pueblo rural a Piedras Coloradas, el comisario y la directora del liceo plantean que Piedras
Coloradas presenta características propias de un barrio periférico y marginal de las ciudades
importantes. La diversidad de definiciones explica la compleja interacción y relación, entre territorio y
sociedad, entre los urbano y lo humano, y sobre todo orientan la búsqueda, tan ausente, de una
identidad colectiva
La interpretación cultural y social de los cambios
Como fue mencionado en el apartado anterior la actividad forestal transformó la estructura espacial del
poblado, del pueblo viejo al pueblo nuevo, desde la orientación del poblado hacia la ruta 90’ como eje
de conexión, hacia su nueva orientación, desde la Caja de Jubilaciones hacia la ruta, del sur al norte.
18
Los tipos de viviendas, los dos pueblos que conviven, también expresan diferencias sociales,
generacionales y culturales. En este sentido se identificó que la diferencias planteadas por los actores,
por lo sujetos sociales que le dan vida a este poblado, no solo contemplan variables “urbanísticas”. Lo
que manifiestan en sus definiciones son las diferencias sociales que surgen del desarrollo forestal.
Al inicio del artículo se planteo a manera de hipótesis que la distinción entre pueblo nuevo y pueblo
viejo expresa no solo una división espacial del poblado sino que incorpora variables culturales y
sociales. En este sentido hay dos factores que explicarían esta división. El primero sería que el “pueblo
nuevo” esta asociado a la forestación, “al progreso”. El segundo, en el pueblo nuevo viven hijos de
pobladores originales (mas jóvenes) y trabajadores con sus familias provenientes de otras regiones que
se establecen en el pueblo. Es decir, una división cultural y generacional de un espacio colectivo como
es el pueblo.
[...] En el 80’ fue que se inauguraron las viviendas de Mevir, habían llevado un año largo, casi toda la población
que trabajaba en la Caja fue la que hizo la primer población de MEVIR, todos son o fueron empleados de la
Caja Bancaria o fueron porque se han jubilado. (Directora centro CAIF)
Si bien en la actualidad la mayoría de los habitantes del pueblo se vincula en forma directa o indirecta a
la actividad forestal, es posible asociar al pueblo viejo con aquellos pobladores con una historia social
y laboral anterior a la forestación. A través de las entrevistas realizas a los pobladores que habitan esta
zona se identificaron pasados laborales, sociales y culturales diferentes al los habitantes del pueblo
nuevo, los cuales crecieron sustancialmente en forma paralela a la expansión forestal.
Estas historias individuales o colectivas generan diferencias culturales y sociales que se manifiestan en
la mixtura de este poblado. El pueblo viejo mantiene algunos rasgos de poblados rurales asociados a la
actividad agropecuaria tradicional, la vestimenta., la presencia de algún paisano con sus vestimentas
típicas, los rancheríos y su pobladores, las relaciones de sociabilidad serían diferentes y estarían
vinculados a ese pasado en común, el cual a su vez los diferencia de los habitantes del pueblo nuevo.
[...] Y si, era casi todo estancias. Esta parte de acá era la colonia pa’ los milicos. Acá era la colonia, la colonia
San Luis, era ésta. Acá donde está este pueblo. Y era más grande, por allá, donde está la Bancaria, todo eso... Sí,
porque otro trabajo no había acá. Que compraron el terrenito, hicieron un ranchito, porque todo era ranchos...
Todavía quedan... Después que se hizo MEVIR, bueno, desaparecieron algunos, pero quedan, en el pueblo viejo,
¿no?. Pero seguro para nosotros el pueblo viejo es el otro pueblo anterior, ¿no?. (Viejo poblador de la zona)
Los habitantes del pueblo nuevo se diferencian de acuerdo a si pertenecen al núcleo inicial o al segundo
núcleo. En este sentido se diferencian en tres aspectos. El primero a la vinculación histórica laboral o
no con la forestación, el segundo a las diferencias generacionales y el tercero al origen territorial de los
mismos.
19
El primer núcleo de MEVIR, inaugurado a inicios de la década del 80’, se vincula con el primer
desarrollo forestal de la zona, vinculado a la Caja. Los pobladores de este núcleo si bien son o fueron
en su gran mayoría trabajadores vinculados directa o indirectamente a la Caja, pueden tener un pasado
laboral vinculado a las actividades económicas y productivas anteriores a la forestación.
Por este motivo se definen como habitantes que presentan características particulares en las que
interactúan variables culturales y sociales de las diferentes actividades productivas, económicas y
sociales en las que han participado.
El segundo núcleo se integra por habitantes vinculados históricamente a la forestación, en su mayoría
son jóvenes descendientes de pobladores oriundos y también hay un fuerte componente de familias no
oriundas del lugar, quienes luego de emigrar hacia la zona, atraídos por la oferta laboral generada por la
forestación se radicaron en el poblado.
[...] bueno vino el segundo plan de Mevir, generado por aquello chiquilines que cuando empezaron los padres a
trabajar en la Caja, eran jóvenes o niños. Son los jóvenes que se empezaron a casar y bueno querían su vivienda,
por que habían en una vivienda a veces dos o tres familias, entonces surge el segundo plan Mevir como un respiro.
(Directora centro CAIF)
[...] Y la mayoría de la población flotante de aquel entonces se estableció, si tú averiguas en el pueblo por los
apellidos, la gran mayoría son familias que están viviendo desde la forestación para acá. (Comisario de Piedras
Coloradas)
En síntesis, la distribución espacial del poblado, el pueblo viejo, el pueblo nuevo, no solo es una
diferenciación territorial, sino que por el contrario comprenden diferencias culturales, sociales y
generacionales, las cuales se expresan simbólicamente en las opiniones de los pobladores.
A modo de síntesis, “lo nuevo y lo viejo…”
Se identificó que en Piedras Coloradas el aumento poblacional para el período 1960-2004 supera los
niveles nacionales, departamentales y regionales, contradiciendo los procesos migratorios rurales /
urbanos característicos del país. Desde una lógica de factores de expulsión y atracción poblacional, la
actividad forestal en Piedras Coloradas ha actuado como un factor de atracción poblacional. Este
proceso se relacionaría con la generación de empleo forestal ya que los procesos migratorios se han
caracterizado por su vinculación con las diferentes etapas de la actividad forestal, destacando a su vez
los importantes niveles de población flotante o temporal que caracterizan a este poblado.
El desarrollo de la actividad forestal y el incremento de la población son sintetizados en la idea
construida por los pobladores del “progreso” que ha experimentado el pueblo. Ahora bien, ¿como
evaluar “el progreso” que mencionan los pobladores?
20
El incremento poblacional parece actuar como dinamizador de actividades indirectas y centralmente
como factor que los pobladores relacionan con el acceso a nuevos servicios tanto públicos como
privados. En este sentido se visualiza un incremento en las viviendas y en los servicios públicos como
la telefonía, la electricidad, las vías de de comunicación e incluso los servicios educativos y de atención
a la salud. Parecería correcto afirmar que uno de los componentes que integra la noción de progreso de
los pobladores de Piedras Coloradas es la relación identificada entre actividad forestal, crecimiento de
la población y acceso a nuevos servicios. También esta construcción popular se complementa de forma
grafica con la industria en la zona, las empresas extranjeras, los cambios tecnológicos (maquinaria
forestal), la circulación de camiones, e incluso las nuevas formas de vestir y andar, son expresiones
pueblerinas que refuerzan la perspectiva.
La incorporación en el discurso de los pobladores locales de conceptos tan debatidos como desarrollo,
modernización y progreso moviliza ideas y debates teóricos e ideológicos, retomando ¿porque no? ese
dialogo que fue construyendo Berman (2008)24 con Marx finalizado en esa idea de “…seguiremos
luchando para hacer de este mundo nuestro hogar, incluso si los hogares que hemos hecho, la calle
moderna, el espíritu moderno, continúan desvaneciendo en el aire” (Berman, 2008: 367), en este caso
ocultando una serie de indicadores socioeconómicos del territorio en estudio que ponen en duda la
modernización expresada en el discurso.
Resumiendo, los cambios sociales que ha experimentado Piedras Coloradas tienen una estrecha
relación con la expansión forestal. Se identifica entonces una acción transformadora de una nueva
actividad, un cambio en el uso de la tierra, que sustituyendo pastizales y cultivos agrícolas, modifica el
ambiente y configura un nuevo espacio social. El territorio forestal en estudio presenta características
productivas, económicas y sociales propias de la actividad, a partir de las cuales se podría relacionar el
proceso ocurrido en Piedras Coloradas con la emergencia en el medio rural uruguayo de nuevas
culturas e identidades territoriales. Las mismas indicarían un proceso de diferenciación cultural en el
territorio rural uruguayo, el cual tradicionalmente se ha caracterizado por la cultura asociada a los
territorios ganaderos.
Como plantea Wallerstein (1996)25 la palabra cultura tiene dos usos diametralmente distintos, indica
cosas que son comunes a dos o más individuos, pero también cosas que no son comunes a dos o más
24 BERMAN, Marshall, Todo lo solido se desvanece en el aire. La experiencia de la modernidad, Mexico, Siglo XXI editores, 17ed°, 2008, 386p. 25 WALLERSTEIN, Imanuel, ¿Geocultura del desarrollo o la transformación de nuestra geocultura? en: Después del
Liberalismo, Madrid, Siglo XXI, 1996.
21
individuos, es decir la cultura es lo que une a las personas y también lo que las separa. Ubicando esta
mirada en la discusión sobre el territorio, se podría plantar la idea de identidades territoriales, o sea que
cosas le son comunes a un territorio, ¿cual es la cultura que le da identidad?.
Este transito identitario y cultural se podría asociar con la afirmación “pueblo nuevo, pueblo viejo” con
la cual los pobladores sintetizan los cambios que ha generado el cambio en el uso de la tierra en este
territorio. Ahora bien, esta afirmación, ¿forma parte un discurso hegemónico?, ¿existe una sola visión
de los “pobladores”?. En la investigación se identificaron algunas “fisuras” con esta afirmación.
La primera es la perspectiva generacional, en la cual la afirmación “pueblo viejo, pueblo nuevo” es
construida y concebida de forma diferente según el estrato etario. Para los jóvenes, que han crecido
vinculados a la forestación, la expansión forestal expresa lo moderno en sustitución de lo viejo y lo
atrasado de las actividades anteriores. Los de mayor edad construyen el territorio desde una
perspectiva valorativa, “el pueblo ya no es el mismo”, desde la cual lo viejo representa a la sociedad
tradicional en la cual ellos crecieron.
La segunda es la perspectiva planteada por los productores vinculados a la ganadería tradicional, con
miradas diferentes según el tipo de productor. Los productores empresariales de la ganadería visualizan
la actividad forestal en un escenario de competencia, las empresas forestales compiten por el acceso a
tierra, por la captación de mano de obra y por su posición en el espacio social, algo así como la
burguesía en disputa. Mientras que los productores familiares identifican a la actividad forestal en un
escenario de exclusión, para ellos la expansión forestal implica un proceso de exclusión territorial.
La tercer fisura identificada fue en el discurso de los representantes de centros educativos, el centro
CAIF, la escuela y el liceo. En los tres centros educativos los educadores manifestaban las fragilidades
sociales de la sociedad forestal, relacionando a la sociedad de Piedras Coloradas con las realidades de
los centros educativos urbanos en zonas de contexto critico.
En síntesis, esta afirmación “pueblo nuevo, pueblo viejo” no expresaría unanimidad, pero si
representaría homogeneidad. La explicación podría ser el consenso político entorno a la forestación ya
que las posiciones de los tres principales partidos políticos a nivel local se ubican en el discurso del
pueblo nuevo y de la modernidad asociada a la actividad forestal y por la ausencia de conflictos de
clase ya que los trabajadores forman parte del pueblo nuevo y su identidad de clase esta construido
entorno a la actividad forestal (conflictos inherentes a la propia actividad como salarios, condiciones
laborales y derecho a sindicalización). Además y desde esta perspectiva los trabajadores son muy
22
críticos de las condiciones y relaciones laborales en la ganadería, asociando a la actividad forestal con
relaciones laborales modernas y menos precarias.
El análisis de las posiciones sociales, el discurso construido, la idea del consenso en torno a la actividad
forestal plantea un nuevo escenario de investigación, el cual y a modo de hipótesis, se podría orientar
desde la construcción identitaria y cultural desde la hegemonía y dependencia que caracterizaría a los
territorios forestales.
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