Presentación final de cuentos en imágenes

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CUENTOS CON IMÁGENES.

1º BACHILLERATO.

Departamento de lengua castellana.

Curso 2007-2008.

Vida para muerte.

Autor: Jordi Ferré. 1º ALectura: Laia Pellisa 1º A

Imágenes: Joan Mestre

Karolina Karlsen y Marisa Heath

1º F

Yo fui creada en un almacén en medio de la nada. Por lo que escuché durante mi construcción debía ser Alemania, o algún país de Centroeuropa. La verdad es que no nos enseñan mucho de esto en la escuela…

Sé que los humanos no tenéis recuerdos de vuestra niñez, pero yo, como soy parte de un cuento, puedo hacer lo que quiera. Así pues, voy a hablaros de mi infancia, en la fábrica. Mi vida empezó cuando la máquina corta-metales cortó el metal ¡valga la redundancia! Nos creaban de mil en mil, así que en la familia éramos yo y novecientas noventa y nueve más. Después nos daban una forma cilíndrica muy elegante y nos tapaban por un lado. Fue horrible, pero ya lo tengo superado. La etapa más feliz de mi vida recuerdo que empezó cuando descubrimos el polvo. Aquel mágico polvo que nos echábamos nos hacia volar y volar e ir más rápido que el aire.

Cuando nos habíamos llenado todas de polvo hasta reventar nos

pusieron una capucha para no enfriarnos. Entonces vino la época de las movidas. Todo eran rampas,

chocábamos unas con las otras, caídas interminables hasta al fin llegar a una caja. Nuestra casa. Como nuestra caja había miles y miles y miles y más miles más.

Supongo que éramos tantas porque se nos necesitaba. O al menos eso

creía la gente que nos hizo. Cargada en un avión nos pusieron rumbo a países que estaban más hacia el este de donde nos habían

hecho. Yo lo sabía por el acento que oía hablar ¡En lenguas siempre

había sido muy buena! Y tampoco tenías que ser un experto en

lenguas para darte cuenta de que el paisaje cambiaba. Después, nos

enviaron en un vuelo directo hacia África. Parecía que aquel sería

nuestro verdadero destino.

Dentro de la caja de hojalata negra se estaba muy mal. No tenía ni siquiera una ventana para poder asomarme y contemplar el paisaje. Tanto viajar para acabar metida entre esta muchedumbre… era un poco claustrofóbico.

Tenía ganas de salir de allí.Voces, gritos, más voces y más gritos. Sí, todo aquello debía ser la señal de que había llegado nuestra hora.

Entonces, en aquel momento me di cuenta de mi finalidad, mi objetivo en la vida, con qué fin había sido

creada. Mi única finalidad en la vida era quitar la de otros. Si lo llego a saber no os cuento mi biografía. ¿A quién le

interesa? Matar es feo, por lo tanto, yo, que soy algo pensado para matar, también lo soy. Lo siento chicos, no

ha sido culpa mía.Soy una bala.

FIN

Karolina Karlsen y Marisa Heath

Pobre ladrón.

Autor: Omar Moreno 1º FLectura: Rubén Martínez 1º A

• Estaba alterado, no sabía qué pasaba. Abrí los ojos y vi Estaba alterado, no sabía qué pasaba. Abrí los ojos y vi que estaba en mi habitación. Sólo soñaba. Me tranquilicé que estaba en mi habitación. Sólo soñaba. Me tranquilicé un poco. Estuve un buen rato buscando la mejor postura un poco. Estuve un buen rato buscando la mejor postura para volverme a dormir, hasta que oí un ruido: parecían para volverme a dormir, hasta que oí un ruido: parecían pasos. ¿Quién podría ser a estas horas? Primero pensé pasos. ¿Quién podría ser a estas horas? Primero pensé que podría ser Papá Noel, ya que era Nochebuena, pero que podría ser Papá Noel, ya que era Nochebuena, pero enseguida descarté esa posibilidad porque por nuestra enseguida descarté esa posibilidad porque por nuestra casa sólo pasaban los Reyes. A mi no me habría casa sólo pasaban los Reyes. A mi no me habría importado que pasara, pero papá y mamá siempre me importado que pasara, pero papá y mamá siempre me han dicho que Papá Noel no pasa por nuestra ciudad –han dicho que Papá Noel no pasa por nuestra ciudad –aunque a muchos de mis amigos sí que les pase-. aunque a muchos de mis amigos sí que les pase-.

• Luego pensé si sería alguien de casa, cosa muy rara, ya Luego pensé si sería alguien de casa, cosa muy rara, ya que estamos bien de la próstata y por la noche no que estamos bien de la próstata y por la noche no acostumbra a levantarse nadie. acostumbra a levantarse nadie.

Por poco bajé a hacerle un huevo frito porque Por poco bajé a hacerle un huevo frito porque pensé que estaba hambriento. Me di la vuelta y pensé que estaba hambriento. Me di la vuelta y dejé que el ladrón hiciera su trabajo. dejé que el ladrón hiciera su trabajo.

Después de tanto rato de estar pensando, me fijé Después de tanto rato de estar pensando, me fijé en el ruido que aún se oía. No se había estado en el ruido que aún se oía. No se había estado quieto en todo ese rato. Parecía que el ladrón quieto en todo ese rato. Parecía que el ladrón arrastraba un poco los pies, seguramente no arrastraba un poco los pies, seguramente no tenía fuerzas del hambre que pasaba. Además, tenía fuerzas del hambre que pasaba. Además, hacía mucho ruido...Parece mentira que no hacía mucho ruido...Parece mentira que no supiera que para robar no se puede hacer tanto supiera que para robar no se puede hacer tanto ruido. ¡Pobre ladrón! De la pena que sentía me ruido. ¡Pobre ladrón! De la pena que sentía me levanté y me decidí a darle algo de comer para levanté y me decidí a darle algo de comer para que recuperase fuerzas. que recuperase fuerzas.

Me puse las zapatillas y busqué al ladrón. No Me puse las zapatillas y busqué al ladrón. No aparecía.aparecía.

El hilo de la mosquitera seguía golpeando El hilo de la mosquitera seguía golpeando rítmicamenterítmicamente

el cristal de la ventana.el cristal de la ventana.

Llevaba un minuto bajo el agua.

Autora: Júlia Pàmies 1º ALectura: Júlia Vila 1º A

Imágenes: Eugenia Rojo y Cristina MartínezAinara García.MireiaChaos

1º F

Llevaba un minuto bajo el agua.

Autora: Júlia Pàmies 1º ALectura: Júlia Vila 1º A

Llevaba un minuto bajo el agua.Su ropa de invierno la hacía mucho más pesada, pero aun así tenía que luchar contra su propio

cuerpo para no salir a la superficie.El agua fría se colaba entre sus piernas y se

mezclaba con sus lágrimas.Estaba desesperada, siempre había creído que su

muerte sería rápida y limpia como una corriente de aire que cierra de golpe una puerta, pero ahora se

daba cuenta de que tendría que luchar por ella.Mantenía la cabeza colgada entre sus brazos y reprimía la necesidad de sacarla a la superficie.

Eugenia Rojo y Cristina Martínez

1 minuto

1 Minuto

2 minutos

2 Minutos

En ese momento le vinieron a la cabeza las noches de verano de cuando era una niña. Por tradición, los niños del pueblo reservaban esas noches a un único juego: el escondite. Recordó que siempre era ella quien encontraba el mejor refugio y quien, en el último momento, salía corriendo y salvaba a todos los niños que habían sido encontrados.

Ahora no podía salvarse ni ella misma.

Llevaba tres minutos bajo el agua.

3 minutos

3 Minutos

4 minutos

4 Minutos

Entonces ocurrió. Un relámpago iluminó por un momento la oscuridad de su mente y desaparecieron el miedo y la duda, fue entonces cuando recordó la única cosa por la cual valía la pena luchar.

Y subió a la superficie.

Eugenia RojoCristina Martínez

1º BAT F

Eugenia Rojo y Cristina Martínez

1º Bachillerato F

Mireia Chaos

1º Bach. F

Karolina Karlsen y Marisa Heath. 1º F

Salí a la terraza y me tumbé.Autora: Ainara García 1º FLectura: Adriana Blanco

Imágenes: Arnau OlestiSilene Benítez, Tatyana Boyko y Mireia

Ruiz(en archivo aparte)Iván Fernandez, Sandra Bigorra y Aïda

Cisa(en archivo aparte) Elisenda Guasch y Aina Calderó

1º F

Salí a la terraza y me tumbé.Autora: Ainara García 1º FLectura: Adriana Blanco

Arnau Olesti

Salí a la terraza y me tumbé. Suelo rojizo, paredes blancas, cielo azul. Y yo en mi toalla. ¡Qué bien se estaba!

El sol me deslumbraba y cerré los ojos.“Mmm… ¿a qué huele?”. Una gota de agua cayó en mi hombro, “ropa tendida”.Me incorporé y vi sábanas, tres pares de calcetines, camisetas… En otras terrazas, lo mismo. La ropa se secaba al sol sujeta a los hilos de tender con pinzas de madera. Odio que las pinzas dejen marcas en la ropa.

Eso es lo que le pasaba a mi camiseta azul, al plancharla siempre había que esmerarse mucho más que con las demás…

-Jajaja, ¡tú estás loca!Todas las coladas del barrio se reían.

-¿Pero de qué te quejas? ¡Si te tratan muy bien! -¡Eso! No has visto una secadora en tu vida…-Y nunca te han mezclado con ropa de colores que destiñen.-¡Y siempre usan suavizante!

Pero la camiseta azul se sentía diferente. El armario, envidia de muchos porque no tenía ni una polilla,

suponía para ella una jaula.Sólo se sentía feliz cuando estando en la terraza soplaba mucho,

mucho viento. Soñaba que las pinzas que le impedían irse: se soltarían, y podría

volar. Malditas pinzas, le hacían daño. Porque, en realidad, ella se sentía como los pájaros que veía

pasar. Por eso quería irse con el viento.Las otras ropas se reían, ¿pero qué más daba? A ella no le

importaba. Era distinta y punto. Y por la noche imaginaba que le crecían alas y podía subir al tejado.

El viernes salimos a cenar. Habíamos puesto una lavadora, y luego la

tendimos, pero nos fuimos sin acordarnos de recogerla.

Salimos del restaurante.-“¡Qué tiempo más loco!” -“Éstas tormentas de verano vienen sin avisar.”-“¡La ropa tendida! Me había olvidado…”

Al llegar, la camiseta azul no estaba. La había sujetado lo mínimo posible, para que no

quedaran marcas. “Qué pena, con lo que me gustaba…”

Voló, y seguramente no fue la única esa noche.

Aina Calderó i Elisenda Guasch

Aina Calderó i Elisenda Guasch

Aina Calderó y Elisenda

Guasch

Aina Calderó y Elisenda

Guasch

CUENTOS CON IMÁGENES.

1º BACHILLERATO.

Departamento de lengua castellana.

Curso 2007-2008.