Post on 14-Dec-2015
“CULTURA PESQUERA: MAS QUE TRABAJO, UNA TRADICIÒN”
Pimentel es un balneario de la costa
lambayecana que ha acogido durante
muchísimo tiempo a innumerables
generaciones de pescadores, brindándoles
sus playas para realizar la tradicional pesca
artesanal, la cual ha tenido un profundo
significado cultural y sostén de la vida de
muchas personas de la zona; algo que hoy
en día, a raíz de una pesca más
industrializada, ha perdido relevancia,
quedando reducida una práctica
rudimentaria. Sin embargo, es aquí donde la
“pesca artesanal” nos muestra un gran
atractivo cultural, desarrollado desde mucho
antes de la llegada de los españoles a
nuestro país. Siempre se ha considerado
como uno de los símbolos representativos de
nuestras costas peruanas la pesca artesanal
a través de los “caballitos de totora”. Estas
majestuosas y emblemáticas embarcaciones
han acompañado desde siempre a los
pescadores lambayecanos, mostrándonos
maravillosos matices que nos llenan de
sensaciones nuevas y amor hacia nuestro
imponente pasado.
OBJETIVOS
GENERAL:
CONOCER EL CONTEXTO EN EL QUE SE DESARROLLA LA PESCA ARTESANAL
ESPECIFICOS:
EVALUAR LAS CONDICIONES QUE PREDISPONEN A LOS PESCADORES A CONTRAER ENFERMEDADES
ETERMINAR LAS ENFERMEDADES MÁS FRECUENTES A LOS QUE ESTAN EXPUESTOS LOS PESCADORES DE PIMENTEL.
Esta embarcación ha servido para llevar a cabo una de las actividades más
antiguas, la pesca, una actividad desarrollada desde la época pre- inca y que a
pesar de ser considerada una de las actividades más duras, por las exigencias de
las labores en el mar así como por los riesgos a los que se ven expuestos los
pescadores, sigue siendo una actividad vigente.
La pesca artesanal en esta zona de nuestro litoral es considerada por todos los
pescadores una tradición, es decir, una forma de vida trasmitida de generación en
generación, una pasión que quieren seguir transmitiendo y enseñando porque los
llena de orgullo, amor, fuerza y valentía.
En esta investigación se han recogido muchas experiencias y un sin número de
sensaciones, destacamos pues dos situaciones; una, nuestra primera visita en la
cual realizamos nuestra primera entrevista que fue principalmente una entrevista
enfocada en la recolección de datos básicos para nuestra investigación y lo más
importante conseguir el permiso para realizar esta investigación pues es una
investigación basada en la PERSONA, la otra situación es sin duda la entrevista
que le realizamos al señor Roberto, quien dijo con gran entusiasmo: “he nacido en
Pimentel, he crecido aquí y me he adaptado al mar. Tengo 26 años pescando, mi
padre me enseñó a pescar al igual que a mis hermanos cuando aún éramos
pequeños; a lo mejor ustedes tuvieron muñecas y otras cosas para jugar cuando
eran niños, pero yo; yo tuve al mar, aquí aprendí mi profesión, el mar es mi
sustento, nuestro sustento, lo respeto y quiero al mismo tiempo”. Jamás
hubiéramos imaginado que alguien pudiera tener tantos sentimientos mezclados
hacia el mar, pero hemos descubierto que todos estos pescadores sienten tanta
nostalgia y agradecimiento cuando miran sus horizontes, que de pronto también
nos llenamos de sensaciones inigualables hacia el mar.
Todos los días a las 6 de la mañana un gran número de pescadores acompañados
de sus frágiles y bellas embarcaciones se enfrentan al oleaje, a la brisa y al aire
frío y húmedo de las mañanas. A pesar de eso y valiéndose de estos caballitos de
totora los pescadores, tal cual surfistas profesionales, se internan en el mar,
formando pequeños grupos, lo cual les ayuda a defenderse y cuidarse de los
peligros propios de la actividad como son: fuertes oleajes que puedan hacer que la
embarcación se voltee y deje al pescador desprotegido.
La actividad que realizan los pescadores al internarse en el horizonte marino
requiere de una gran fuerza muscular, pues se necesita de que el pescador reme
para buscar un lugar donde crea él conveniente lanzar sus redes, de tal manera
que pueda pescar la mayor cantidad posible. Muchas veces el proceso resulta ser
rápido porque ellos conocen los lugares adecuados para realizar su actividad, y
además la experiencia que brindan los años, supone la mejor garantía a la hora de
detectar las capturas; sin embargo hay días en los que la búsqueda resulta un
poco más larga debido a que su gran intuición para saber dónde hay peces
también falla; una vez encontrada la zona adecuada deciden lanzar sus redes y
anclan su caballito de totora, esperan un tiempo prudente y proceden a retirar las
redes, obviamente la espera ha valido la pena, pues el resultado de esa espera es
una gran cantidad y variedad de peces, de los cuales cierta cantidad servirán para
su propio consumo y el restante sirve para abastecer el mercado local. Cuando la
tarde les cae encima, promedio de las 2 ó 3 de la tarde, los pescadores se
disponen a regresar a las costas de nuestro litoral trayendo consigo la
recompensa al esfuerzo y desgaste físico realizado.
Aparentemente la actividad pesquera artesanal pareciera que fuera algo fácil y sin
complicaciones sin embargo la pesca artesanal conlleva una serie de
incomodidades. Por ejemplo la posición en la que se realiza la actividad, la cual no
permite mayor comodidad, pues solo pueden mantenerse sentados o
arrodillados; otra de ellas es la gran cantidad de horas que se ven expuestos a la
radiación solar, porque es una actividad que se realiza a la intemperie; a esto se
suman otros riesgos como la falta de protección adecuada (chalecos salvavidas o
flotadores), la ausencia de una radios que les permitan comunicarse en caso de
una emergencia. Sin embargo, estas dificultades no han podido mellar su pasión
por la pesca artesanal; siempre existe entre ellos el espíritu solidario ante las
adversidades de la faena pesquera.
La pesca artesanal, a diferencia de otras actividades, no les permite gozar de
ciertas ventajas: Un sueldo fijo, estabilidad laboral y económica y asistencia
sanitaria. Todos estos fenómenos los convierte en poblaciones vulnerables a una
serie de procesos patológicos. Los cambios de temperaturas: muchas horas en el
agua, primero con el frio de las mañanas y luego con la fuerte radiación solar hace
que los pescadores tengan de manera recurrente amigdalitis y dolores de huesos;
están, por otro lado, los temerosos calambres, que dejan inmóvil al pescador y sin
duda pone en riesgo su vida porque el musculo de la pierna se pone rígido
impidiéndoles nadar. A estos se suman otros problemas como la dermatitis, por la
exposición solar sin protección, aunque los pescadores manifiestan que esto es un
problema irrelevante y lo que realmente es preocupante es cuando uno de ellos
empieza a sufrir de lumbalgias y hemorroides, producto de la posición de trabajo.
Generalmente este tipo de afecciones se presentan a consecuencia de la edad
avanzada y el desgaste físico-emocional.
Otra de las dificultades, no menos serias que sufren los pescadores artesanales,
es el deterioro del aspecto psicológico, algo que debería jugar un papel importante
en la motivación del pescador y que al verse alterado también afecta su salud.
Muchos de los pescadores comentan que hay días en los que se siente el estrés
y la depresión, por diferentes razones: tener poca pesca, no poder salir a pescar
porque la marea esta alta o hay alertas de tsunami; a esto se suma la presión
que sienten porque tienen una familia que sustentar y el hecho de no cubrir la
canasta familiar los deprime.
Si bien nosotros observamos las dificultades a las que se ven expuestos, para
ellos es un poco irrelevante su situación de salud y a pesar de decir: “aunque
pobres, pero sanos”, ponen más énfasis en la situación económica mas no en la
de salud; lamentablemente podemos reconocer una vez más que para muchas
personas así como para estos pescadores que a pesar que la salud en un factor
determinante en el desarrollo de nuestras vidas no ocupa y no se le presta la
atención y la prioridad que debe tener.
La pesca artesanal como ya dijimos es una actividad ancestral, muchas
civilizaciones tomaron esta actividad como su sustento económico y desarrollaron
un sin número de técnicas que les permitieron llevar a cabo con éxito la realización
de su actividad y superar las dificultades de salud que se producían, en la
actualidad no es la excepción; los pescadores manifiestan tener mucho cuidado
en su alimentación para así mantener condiciones de salud favorables
principalmente para que no se vean en la obligación de dejar de pescar y de esta
manera quedar juntamente a su familia desprotegido económicamente. Sin duda
la vida de un pescador es arriesgada, difícil y la realidad que nos muestra pone de
manifiesto la mala distribución de la riqueza en nuestro país, que impide así como
a estos pescadores a muchos más acceder a los servicios básicos de salud.
Muy a pesar de que los pescadores son una población importante ha sido
descuidada por el sector salud fundamentalmente porque el enfoque de salud en
nuestro país está orientado a la parte clínica y no a la de promoción y prevención.
Sin embargo, por medio de esta experiencia que hemos realizado y analizando la
situación creemos que el sistema sanitario de nuestro país debe crear estrategias
sanitarias para esta población y no solo estrategias sanitarias sino también otras
que beneficien el desarrollo de esta actividad que consecuentemente disminuyan
el riesgo que corren sus vidas en alta mar y brinden protección a las familias de
cada uno de los pescadores, lográndose de esta manera proteger a un número
importante de población que como agradecimiento nos seguirá entregando su
esfuerzo, dedicación y pasión que fortalece y engrandece nuestras tradiciones,
costumbres y por lo tanto nuestra cultura.