¿Perdona usted como Jehová?

Post on 13-Jul-2015

2.496 views 0 download

Transcript of ¿Perdona usted como Jehová?

“Si perdonan a

los hombres sus

ofensas, su Padre

celestial también

los perdonará a

ustedes; mientras

que si no perdonan a los

hombres sus

ofensas, tampoco

perdonará su

Padre las ofensas de ustedes.”

(MATEO 6:14, 15.)

“JEHOVÁ es misericordioso y benévolo, tardo para la cólera

y abundante en bondad amorosa. No por todo tiempo seguiráseñalando faltas, ni hasta tiempo indefinido se quedaráresentido. No ha hecho con nosotros aun conforme a

nuestros pecados; ni conforme a nuestros errores ha traído

sobre nosotros lo que merecemos.

Porque así como los cielos

son más altos que la

tierra, su bondad amorosa

es superior para con los

que le temen. Tan lejos como está el naciente del

poniente, así de lejos ha

puesto de nosotros nuestras transgresiones.

Como un padre

muestra

misericordia a sus hijos, Jehová ha

mostrado

misericordia a los

que le temen. Pues él mismo

conoce bien la formación de

nosotros, y se

acuerda de que somos polvo.”

(Salmo 103:8-14.)

“¿Hay Dios como tú que borre la falta, que perdone el crimen,

que no guarde eterno rencor, sino que le guste perdonar? Otra

vez apiádate de nosotros, pisotea nuestros crímenes, en el seno

del mar sumerge todas nuestras maldades”.

(Miqueas 7:18, 19, Agustín Magaña.)

Moisés intercede y Jehová escucha

A Moisés y Aarón les

consternó la reacción del

pueblo. Josué y Caleb,

dos espías fieles,

intentaron infundir ánimo

en Israel: ‘Es una tierra

buena, muy buena, una

tierra que mana leche y miel. No teman a la gente.

Jehová está con

nosotros’. Pero en lugar

de animarse con estas

palabras, el pueblo,

atemorizado y rebelde, trató de lapidar a Josué y

Caleb.

(Números 14:5-10.)

Por fin, Jehová hizo que los asirios subieran contra Judá, prendieran a

Manasés y lo llevaran a Babilonia. “Y tan pronto como esto le causó

angustia, él ablandó el rostro de Jehová su Dios, y siguió humillándose

mucho a causa del Dios de sus antepasados. Y siguió orando a Él, de

modo que Él se dejó rogar por él y oyó su petición de favor y lo restauró en Jerusalén a su gobernación real.”

(2 Crónicas 33:11-13.)

Acto seguido, Manasés quitó los

dioses extranjeros, los ídolos y los

altares, y mandó arrojarlos fuera de

la ciudad. Empezó a ofrecer

sacrificios sobre el altar de Jehová y

a encaminar a Judá al servicio del

Dios verdadero. Este relato es un

extraordinario ejemplo de lo dispuesto que está Jehová a

perdonar cuando la humildad, la oración y las medidas correctivas

producen frutos propios de

arrepentimiento.

(2 Crónicas 33:15, 16.)

El adulterio que el rey David cometió con la esposa de Uríases muy conocido. No solo cometió adulterio, sino

que, cuando ella quedó embarazada, David urdió un plan para ocultar su culpabilidad. Licenció a Urías del ejército con la

esperanza de que regresara a su casa y tuviera relaciones con su esposa.

Sin embargo, Uríasno lo hizo por respeto a sus

compañeros que estaban en el

frente de batalla. Luego lo invitó a una comida y lo embriagó, pero Urías tampoco

tuvo ayuntamiento carnal con su

esposa.

El perdón que Jehová Dios nos otorga tiene una peculiaridad

que a los seres humanos se nos hace difícil imitar cuando

nos perdonamos unos a otros: él perdona y olvida. Algunos

dicen: ‘Te perdono, pero no puedo (o no quiero) olvidar lo que

me hiciste’. En cambio, observe lo que Jehová dice que hará:

“Porque perdonaré su error, y no me acordaré más de su

pecado”. (Jeremías 31:34.)

El perdón en las

Escrituras Griegas Cristianas

“‘Esclavo inicuo, yo te cancelé toda aquella deuda, cuando me suplicaste. ¿No deberías tú, en cambio, haberle tenido

misericordia a tu coesclavo, como yo también te tuve misericordia a ti?’. Con eso, su amo, provocado a ira, lo

entregó a los carceleros, hasta que pagara todo lo que se debía.”

Momentos antes de dar Jesús esta ilustración,

Pedro se le había acercado y le había preguntado:

“Señor, ¿cuántas veces ha de pecar contra mí mi

hermano y he de perdonarle yo? ¿Hasta siete

veces?”. Pedro creía que estaba siendo muy

magnánimo. Aunque los escribas y los fariseos

fijaban un límite al perdón,

Jesús dijo a Pedro: “No te digo: Hasta siete veces, sino: Hasta

setenta y siete veces”. (Mateo 18:21, 22.) Perdonar siete veces

difícilmente bastaría para un día, pues como Jesús dijo: “Presten

atención a ustedes mismos. Si tu hermano comete un

pecado, dale una reprensión; y si se arrepiente, perdónalo. Aun si

siete veces al día peca contra ti y siete veces vuelve a ti, diciendo:

‘Me arrepiento’, tienes que perdonarlo”. (Lucas 17:3, 4.)

Cuánto nos alegra que Jehová no lleve cuenta de nuestros

pecados cuando perdona.

Esteban, el seguidor de Jesús, demostró una

extraordinaria capacidad

de perdonar cuando una

chusma enfurecida lo

estaba lapidando, pues suplicó: “‘Señor

Jesús, recibe mi espíritu’. Entonces, doblando las

rodillas, clamó con fuerte

voz: ‘Jehová, no les

imputes este pecado’. Y

después de decir

esto, se durmió en la

muerte”. (Hechos

7:59, 60.)

Los romanos tuvieron mucho

que ver en estos sucesos. Sin embargo, mientras Jesúagonizaba en aquel madero

de tormento, dijo lo siguiente

a su Padre celestial respecto a los soldados que lo habían

fijado en él:

“Padre, perdónalos, porque

no saben lo que hacen”.

(Lucas 23:34.)

Perdonar como Jehová significa que

perdonamos y olvidamos.