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PANORMICAARTEEMERGENTEenVENEZUELA2000/2012
Panormica
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arteemergenteenVenezuela2000/2012
emerging art inVenezuela 2000/2012
Panormica
PreSentacin
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Es un honor para m presentar ante los lectores una obra como Panormica:
Arte Emergente en Venezuela 2000-2012. No slo por la ambicin de reco-
ger el trabajo de 60 artistas muy diversos a lo largo de doce aos de produc-
cin incesante. Sino porque su lectura reposada permite entender la evolucin
de la sociedad venezolana, que elabora sus cambios y transformaciones
tambin en el quehacer artstico.
La produccin simblica del ser humano siempre ha conocido la controver-
sia. En el pasado y en el presente. Sus interpretaciones resultan mltiples, as
como diversas las formas que tiene cada sociedad de digerir los conceptos,
las formas, los lenguajes de cada artista.
Fundacin Telefnica tiene el objetivo de promover la cultura contempo-
rnea, a travs de proyectos propios que susciten la innovacin tecnolgica
aplicada a las artes, y esta publicacin es uno de esos proyectos, que busca
dejar un legado en el medio cultural venezolano.
El mundo cambia todos los das y los seres humanos necesitan entender
esos procesos de actualizacin y avance. Para sobrevivir en la vida cotidiana
y para consumir un arte contemporneo que se apoya en soportes cada vez
ms sofisticados y complementarios.
No quiero dejar pasar la ocasin de mencionar que con la publicacin
Panormica: Arte Emergente en Venezuela 2000-2012, Fundacin Telefnica
contribuye con la generacin de conocimiento sobre el arte contemporneo
en el pas. Un arte vigoroso, plural, que cambia a medida que avanza, y que
conforma uno de los tantos retratos de la nacin dinmica que representa
Venezuela en la actualidad.
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No creo que sea exagerado mencionar la paradoja de Herclito (Ningn
hombre puede cruzar el mismo ro dos veces, porque ni el hombre ni el agua
sern los mismos) para reconocer la originalidad y la pertinencia de esta com-
pilacin en este tiempo concreto que nos toca documentar.
La obra Panormica: Arte Emergente en Venezuela 2000-2012 trasciende
las pginas del libro impreso y adems de estar disponible en formato digital
para su descarga gratuita, se materializa en una exposicin de arte.
No me queda sino agradecer a todos quienes hicieron posible este libro,
que ahora presenta Fundacin Telefnica. Sus pginas se abren entonces a
mltiples lecturas, a descubrimientos y debates saludables para los artistas y el
arte en general.
pedro cortez p r e s i d e n t e f u n dac i n t e l e f n i c a v e n e z u e l a
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Panormicaarte
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Prembulo El presente estudio intenta responder dos preguntas centrales: en primer lugar, cules
son los rasgos distintivos del movimiento artstico venezolano entre 2000 y 2012?; y en
segundo lugar, de qu manera se relacionan las producciones artsticas con su con-
texto de produccin y recepcin? Para responder estas interrogantes, se revisarn las
nociones de arte contemporneo y arte emergente. De igual forma, se presenta-
rn las circunstancias que anteceden y caracterizan el perodo, los desplazamientos del
circuito expositivo, el papel de la crtica y los espacios formativos, as como la presencia
de los creadores nacionales en la escena cultural fornea. En ese marco general, se
abordarn los principales temas, medios y lenguajes, destacando aquellos aspectos
que fijan las particularidades de la etapa en cuestin1. A partir de las premisas indicadas, esta investigacin toma como punto de partida
el trabajo de una amplia seleccin de artistas emergentes y de media carrera, activos
en la etapa sealada, dentro de cuyo lapso realizaron al menos una muestra individual
y participaron de manera frecuente y significativa en distintos eventos expositivos de
carcter colectivo. As, la informacin biogrfica de los autores y las imgenes de obras
que recoge este volumen a modo de complemento, ofrecen un testimonio ejemplar
de la multiplicidad de pticas e intereses estticos que han confluido en el entorno de
nuestra cultura visual y permiten establecer algunos criterios para su anlisis.
Ms que contar la historia prematura de lo acontecido durante los primeros aos del
siglo XXI, estas consideraciones proponen un balance inicial de las propuestas de arte
emergente en Venezuela, situando el foco de atencin en las situaciones e ideas que
hicieron posible su irrupcin y desarrollo. Es oportuno recordar que gran parte de las ex-
periencias y problemas que se abordan en esta indagacin no cuentan con una publica-
cin especfica que certifique su existencia y significacin, a lo cual se suma la dispersin
de los datos y la precariedad de los pocos archivos disponibles. De ah la importancia
documental de la presente tentativa.
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Contemporaneidad y canon: de lo contingente a lo necesario
Dos son las acepciones que se le atribuyen comnmente al trmino contemporneo: la
primera de ellas se refiere a lo que existe al mismo tiempo que otra persona o cosa\; la segunda remite al tiempo o poca actual3. Como se observa, dichos significados son contradictorios: mientras la primera declinacin etimolgica supone la coexistencia
de cosas o personas en un lapso determinado, la otra se limita especficamente a aque-
llas que corresponden al presente. De hecho, esta ambivalencia del trmino contempo-
rneo ha penetrado tambin a la historiografa del arte para referirse slo a las produc-
ciones actuales que se ajustan a las narrativas dominantes, excluyendo aquellas que, a
pesar de existir al mismo tiempo, reproducen los patrones de produccin, apreciacin y
consumo de pocas pasadas o simplemente no comulgan con los criterios hegemnicos.
Siguiendo esta concepcin, cuando se habla de arte contemporneo se suelen referir
nicamente los llamados nuevos lenguajes (instalacin, video arte, net art, etc.), las
tendencias en boga (postconceptualismo, multiculturalismo, etc.) o los temas de actuali-
dad (cuerpo, gnero, migraciones, tecnologa, derechos civiles, diferencia), dejando fuera
las artesanas, los diseos, la cultura juvenil, las creaciones populares tanto rurales como
urbanas y las producciones de los sectores indgenas que se desarrollan paralelamente.
Semejante enfoque arroja una ptica restringida y de escasos matices que limita la
exploracin de las diversas prcticas culturales y artsticas que tienen lugar en un mismo
tiempo y espacio.
Para enfrentar este cenagoso asunto, podramos distinguir entre dos tipos de con-
temporaneidad: por un lado, una contemporaneidad real, actuante, ineludible, con-
formada por multitud de eventos simultneos donde coexisten prcticas tradicionales
y elementos de novedad; por el otro, una contemporaneidad cannica, estructurada
sobre una serie de paradigmas perceptivos y epistemolgicos capaces de conformar
una comunidad de sentido, es decir, un relato colegiado de lo que es o debe ser
lo contemporneo. Para el caso del arte, esto supone que lo contemporneo no reside
nicamente en la estructura material de la obra, en los temas o en los medios emplea-
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Vista de la exposicin El Quinquenio de El Anexo en el Centro Cultural Chacao, Caracas, 2012
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dos, por novedosos que sean estos, sino en un sistema de acuerdos entre los distintos
agentes del campo artstico. La contemporaneidad real tiende a ser heterodoxa y
plural, la contemporaneidad cannica tiende a ser genrica.
La contemporaneidad real se produce como experiencia; es decir, como un acon-
tecer aconteciendo en el cual se cruzan aceleramientos y diferimientos espacio-
temporales de diverso tipo: el tiempo geolgico, el tiempo biolgico, el tiempo de las m-
quinas. No se trata de un hoy o un ahora claramente discernibles sino de un acontecer en
gerundio que se manifiesta en mltiples planos y se orienta hacia diversos desenlaces.
La contemporaneidad cannica, abstrae o selecciona sus elementos constituti-
vos de determinados segmentos de la contemporaneidad real para constituirlos en
modelos. Justo cuando determinadas prcticas e ideas se transforman en modelos de
contemporaneidad, estas pasan a formar parte de genealogas legitimadoras. Este es el
punto en que las contingencias artsticas son interpretadas como necesidades cultura-
les, sujetas a una causalidad que se funda en conjeturas ms o menos demostrables.
El papel de las narrativas cannicas sobre lo contemporneo consiste en convertir lo
contingente4 en algo ajustado a la causalidad; esto es, explicar los hechos o fenmenos artsticos como desenlace lgico de acontecimientos precedentes o de condicionantes
especficas. Ahora bien, el problema de este enfoque es que tiende a reducir el significa-
do de los fenmenos particulares a las exigencias planteadas por las llamadas na-
rrativas maestras5 que son aquellas que se difunden en los circuitos de legitimacin dominantes (salones, bienales y exposiciones internacionales). Dicho de otra manera,
la necesidad no es ms que la contingencia formalizada. En consecuencia, los anlisis
historiogrficos y crticos deben asumir esta dificultad responsablemente, marcando una
distancia reflexiva entre lo contingente y lo necesario.
Arte joven, arte emergente o arte contemporneo?
Uno de los puntos cruciales a la hora de abordar el desarrollo de las prcticas artsti-
cas durante los doce primeros aos del siglo XXI, es el problema de las definiciones,
cuestin que obliga a revisar los trminos que se emplean con mayor frecuencia para
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demarcar la situacin; alternativamente descrita como joven, emergente o con-
tempornea. Hablando coloquialmente, esas denominaciones intentan demarcar lo
actual, lo ms reciente o aquello que hacen los jvenes, aunque es oportuno
indicar que en realidad se refieren a un modo particular de concebir, presentar y razonar
la obra; es decir, a prcticas discursivas y estticas que se inscriben consensualmente a
un marco general de ideas. Queda dicho con lo anterior que lo contemporneo o lo
emergente no se manifiesta de modo sustancial, sino que tiene su espacio de aco-
gida en criterios ms o menos aceptados por los distintos agentes del campo artstico;
entre ellos, los artistas, los crticos, los curadores y el pblico.
Tanto los procesos de renovacin artstica, como el tema de las generaciones que
participan en esta dinmica unas de modo redentor vs. otras que intentan prolongar
su hegemona, plantean serias dificultades a la hora de conformar una panormica
del arte actual en Venezuela. Todava, por ejemplo, los reconocimientos destinados a
los jvenes artistas se entregan a creadores sexagenarios, mientras aquellos que
recin comienzan su trayectoria o pertenecen al grupo identificado como de media
carrera se ubican en un limbo ambiguo. Finalmente, los llamados maestros del arte
en Venezuela pasan los ochenta aos o ya han fallecido. Todos estos ncleos gene-
racionales (con la disparidad de intereses y lenguajes que los caracterizan) conviven
en una escena cada vez ms achicada por la carencia de espacios y mecanismos que
canalicen de manera articulada las diversas expectativas que concurren a la palestra
artstica nacional.
En Venezuela arte joven quiere decir, arte que an espera por una valoracin que
permita su inscripcin historiogrfica y reflexiva en la escena artstica nacional; en cuyo
caso se encuentran tanto artistas de una larga trayectoria an sin reconocimiento como
aquellas personas que inician su actividad profesional en este campo. Por tal motivo, la
nocin de arte joven en Venezuela no se puede abordar nicamente desde el punto
de vista cronolgico, pues no se trata de un asunto de edad. Fuera de esto, el otro asun-
to a considerar, atae a las cualidades experimentales (irreverencia, espontaneidad) que
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Los curadores Mara Elena Ramos y Ariel Jimnez en el Seminario Discusiones II Museo de Arte Conctemporneo del Zulia, Maracaibo, 2012
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Encuentro en el marco de la exposicin Hoy no se fia, maana si. Organizacin Nelson Garrido/ONG, Caracas, 2006
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se supone deben caracterizar las producciones jvenes (de cualquier edad), pues estas
son indicios o atributos potenciales de su desarrollo futuro.
En dependencia de lo que se entienda por arte o artstico se pueden registrar
diversas manifestaciones de carcter urbano que acogen gran parte de los impulsos
juveniles como los grafittis y stencils, el diseo de vestimentas y accesorios (carteras,
pulseras, collares, entre otros), etc. Generalmente, muchos de estos eventos en estado
puro no son transferibles a los espacios del arte convencional, aunque algunos artistas
que comparten estas prcticas son capaces de proponer cruces interesantes entre arte,
cultura popular y cultura masiva.
Antes y despus del fin del mundo
En los aos noventa pareca que el mundo se iba a acabar. Se hablaba de un holocausto
informtico (tambin conocido como efecto 2000 o Y2K) y se interpretaba el cambio
climtico como un sntoma apocalptico, mientras el fin de la Guerra Fra daba paso a la
internacionalizacin del terrorismo. La postmodernidad cultural retozaba entre la nostalgia
y el pluralismo; y con ella parecan sucumbir tambin el sujeto, la historia y las ideologas.
Finalmente, lleg el 2000 y el desenlace fatal que entonces pareca inminente qued
postergado una vez ms. El mundo no se acab, pero tampoco cesaron las incertidumbres
que lo aquejan, tanto en materia social como en el mbito cultural. Lo que s se mantuvo
presente fue el relato de un fallecimiento incumplido y la apertura a un porvenir incierto.
En el campo artstico la diversidad y el multiculturalismo6 reemplazaban la hege-mona de las narrativas maestras, al tiempo que los mega eventos expositivos ms
influyentes del orbe redimensionaban sus objetivos, dando acogida a una serie de pro-
puestas asociadas con temas de la agenda global como las migraciones, los problemas
de gnero y los derechos humanos.
Entre tanto, la Venezuela de los noventa afrontaba una serie de tensiones polticas
y econmicas que se resumen en dos intentos de golpes de Estado en 1992, la crisis
bancaria de 1994, la cada de los precios petroleros en 1997 y los cambios del aparato
institucional a partir de 1998. Paradjicamente, las artes visuales vivieron un perodo de
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Vista del proyecto La Torre de la dupla Bonadies & Olavarria en la Bienal de Monterrey, Mxico, 2012
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relativa estabilidad, bajo el impulso de las instituciones musesticas, entonces bajo la
figura jurdica de Fundaciones de Estado, mientras los salones, bienales y dems even-
tos de confrontacin nacional funcionaban como soporte promocional de las distintas
proposiciones que coexistan en la escena artstica local. Por esos aos prevaleca el
pluralismo de medios y lenguajes, sustentado en la relativizacin de los juicios de valor y
la tolerancia crtica auspiciada por el principio postmoderno de que todo vale7. Sin embargo, ese clima de permisividad coincidi con la consolidacin profesional de
la actividad curatorial en tanto que prctica de diagramacin e interpretacin de los proce-
sos artsticos. Aunque conjeturales, las proposiciones curatoriales que se desarrollaron
en este lapso constituyeron algunos de los mecanismos ms influyentes y tambin
polmicos en la construccin de una idea consensuada de lo que entonces se defina
como contemporneo.
En 1991, iniciando la dcada crepuscular del siglo xx, la Galera Los espacios Clidos del
Ateneo de Caracas organiz la exposicin El espritu de los tiempos. El proyecto bajo
la curadura de Guillermo Barrios y un panel de seleccin conformado por Ariel Jimnez,
Miguel Miguel, Graciela Pantin, Mara Elena Ramos y Zuleiva Vivas deline un marco
preliminar para la comprensin del arte de los noventa en Venezuela, marcado por el
optimismo y el malestar ante una realidad terriblemente heterognea y variable, que
hace ilusorio cualquier intento por reducirla a un esquema general8. La inminente llegada del siglo xxi tambin condicion las reflexiones del curador Luis
ngel Duque a propsito de la exposicin Venezuela. Nuevas cartografas y cosmo-
gonas (Galera de Arte Nacional, 1992), donde se plante una exploracin sincroni-
zada de la geografa y la temporalidad, en cuanto sntoma de una situacin que no solo
afectaba al territorio nacional sino la bisfera planetaria. A medida que se acorta la
distancia temporal que nos separa del nuevo milenio escribi Duque en el catlogo
de la muestra se hace unnime el tema de la conservacin y su glosario paralelo: la
degradacin ambiental, especies en extincin, mortandad de cetceos; agotamiento de
suelos, envenenamiento por mercurio; polucin urbana9.
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Sin embargo, los temores y euforias que marcaron el ritmo de las artes visuales en
Venezuela durante los noventa se tornan menos dramticos hacia fines de la dcada,
concluyendo con el restablecimiento de genealogas latentes en los mrgenes del dis-
curso cannico, como sucede con la muestra La invencin de la continuidad (Galera
de Arte Nacional, 1997) o revisando la vigencia de lenguajes y metodologas pretritas
como se plante en las exposiciones Re-ready made (Museo Alejandro Otero, 1997),
El casco de acero (Espacios Unin, Caracas, 1998) y Re-figuraciones (Galera de
Arte Nacional, 1998).
Una vez franqueado el umbral del siglo xxi, las artes visuales en Venezuela consiguen
afianzar las premoniciones espordicas de un arte que buscaba su definicin y perti-
nencia en los asuntos contextuales, ya sean estos de naturaleza estrictamente esttica
o, por el contrario, de carcter socio-histrico. Desde esa perspectiva se revisan los pre-
ceptos y mecanismos institucionales del campo artstico, pero tambin se examinan las
conexiones entre el arte y la esfera pblica; todo esto sin olvidar el papel de los medios
(tanto los tradicionales como los de ltima generacin) en la configuracin de una vi-
sualidad crtica y autoconsciente. A partir de esos presupuestos, se genera un arte cuyo
sentido excede las cualidades sensibles para tratar cuestiones de su entorno; algunas
de ellas relacionadas con el fracaso de las utopas modernas y otras sustentadas en los
cambios que ha vivido la nacin desde 1998.
Desde entonces, el pas es otro y otra es la manera en que las propuestas de arte
emergente se relacionan con la sociedad. Mientras el sector estatal se afan en instau-
rar un modelo inclusivo y masificado con base en mega proyectos expositivos, salones
y certmenes nacionales, se redujo considerablemente el apoyo a las proposiciones de
arte experimental, cuyo desarrollo ha quedado circunscrito a la iniciativa de los espacios
independientes. Desde este otro lugar de enunciacin, entre el mecenazgo privado y los
mecanismos del mercado, el arte contemporneo ha debido ensayar otra manera de
encarar lo pblico. No importa si estas contingencias tuvieron o no una incidencia directa,
manifiesta o explcita en la estructura de la obra; an as, dichas circunstancias han con-
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dicionado los modos de hacer y las interpretaciones correspondientes en cada caso.
As, agotado ya el incentivo de un porvenir provisorio, sin ninguna utopa esttica a la
cual aferrarse y con el lastre del fracaso moderno, las artes visuales en Venezuela han
seguido la inercia de sus obsesiones pretritas, solo que ellas se han afianzado en el
desencanto crtico. El territorio, la estructura y el cuerpo nociones ampliamente explo-
radas en la dcada final del siglo xx adquieren una nueva connotacin al confrontarse
con la realidad poltica del pas. La memoria, otra idea recurrente en las indagaciones
precedentes, se reenfoca a partir de los modelos patrimoniales del museo y el archivo.
En consecuencia, el artista asume roles de activista, pedagogo, coleccionista, investiga-
dor, cartgrafo, etc., dentro y fuera del campo del arte, pero siempre en funcin de sus
propsitos creativos. Sin esperanzas ni nostalgia, las artes visuales de inicios del siglo XXI
en Venezuela se inclinan hacia lo contingente y lo contextual, ya sea que esto se proyecte
exclusivamente dentro del espacio institucional del arte o hacia el entorno social.
Por tanto, lo que cambi en los primeros aos del segundo milenio no fue el arte sino
la forma en que este gravitaba sobre el horizonte histrico y cultural. Frente a esto, ms
que una perspectiva generacional, lo que ha existido es una mirada situada una episte-
me contextual que se dej permear por los acontecimientos (pretritos o en desarrollo,
locales o forneos). Ese reenfoque ante lo real y frente al propio arte, implica nuevos
desplazamientos donde el medio viodeogrfico, la fotografa y el accionismo corporal
tienen un rol preponderante, aunque es oportuno reconocer la concurrencia simultnea
de lenguajes y procedimientos tradicionales.
Temas, medios y lenguajes
Entre los principales tpicos que abordan las producciones emergentes entre 2000 y
2012 se encuentran los relacionados con las representaciones de identidad, la construc-
cin de la idea del territorio, la configuracin de nuevos archivos, y la reflexin sobre el
propio arte. Casi todos estos temas colindan con preocupaciones similares en la escena
continental y global, pero con una fuerte inclinacin contextual, estrechamente conecta-
da a la cultura visual del pas.
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En el ncleo de identidades destacan las obras o prcticas que revisan las nociones
de gnero, cuerpo y emigracin, en cuanto categoras normativas que codifican los
comportamientos individuales y colectivos. Son formas de inscripcin o respuesta que
se desenvuelven en un horizonte cultural especfico frente al cual los sujetos definen
su conducta. Gala Garrido, Luca Pizzani, Bernardita Rakos, Esperanza Mayobre, Beto
Gutirrez y Gustavo Marcano son algunos de los artistas que han trabajado dentro de
esta orientacin.
En la seccin de territorios se encuentran las indagaciones enfocadas en el signifi-
cado de los espacios pblicos, en cuanto sntomas de una realidad contrastada, siendo
este el caso de Federico Ovalles, Marco Montiel-Soto, Amada Granado, Jaime Castro
Oroztegui y Jorge Domnguez Dubuc. Tambin se plantean las equivalencias entre el en-
torno fsico y los modelos cartogrficos como sucede en los trabajos de Daniel Medina,
Luis Romero, Ara Koshiro y Hayfer Brea. Igualmente se ubican en este mbito Magda-
lena Fernndez, Nayar Castillo, Ana Alenso y Beatriz Inglessis, quienes desarrollan un
fuerte inters por el mundo orgnico y el paisaje natural.
El segmento de los nuevos archivos y la memoria se conforma a partir del registro
y catalogacin de objetos, lugares y personajes que emulan la funcin patrimonial del
museo y cuestionan las tcticas de control taxonmico. Tambin aqu se trasluce un
fuerte inters por testimoniar el desencanto generado por las quimeras incumplidas y la
recuperacin crtica de pretritos silenciados, siendo ejemplo de ello las proposiciones
de Mauricio Lupini, Alexander Apstol, Miguel Amat y Conrado Pittari.
Finalmente, las propuestas de arte sobre arte, tcitamente inspiradas en los pre-
ceptos del arte conceptual, no solo se refieren al estatuto de la obra sino que tambin
analizan la incidencia de los medios en la configuracin del sentido artstico. En esta
vertiente la reflexin sobre los procedimientos constituye una declaracin de contenido
y no slo un vehculo de destreza tcnica, en la medida en que desnudan los mecanis-
mos de articulacin e inscripcin del lenguaje artstico. Ejemplo de ello son las especu-
laciones metadiscursivas de Al Gonzlez, las reflexiones sobre ciberntica, lenguaje y
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arte en las obras de Yucef Merhy y los juegos deconstructivos de David Palacios.
Es importante sealar que los ejes de atencin que hemos delineado no pretenden
agotar la diversidad de temas e inquietudes del arte emergente a lo largo de los doce
primeros aos del siglo XXI. Se trata apenas de identificar algunas de las rutas ms
visibles, para desde all adentrarse en los matices y singularidades de ese repertorio.
Sirvan estas notas para facilitar la travesa del lector a travs de un panorama artstico
extremadamente vital e intrincado.
Despus del ao 2000 se abandona el monumentalismo espectacular de las prcti-
cas instalaciones y multimediales de la dcada de 1990, pasndose al uso generalizado
de la fotografa y el video. Este desplazamiento tiene que ver, por un lado con la prdida
del apoyo material y logstico que solan dispensar las instituciones musesticas al arte
contemporneo durante los noventa, y, por otro lado, al desarrollo y masificacin de las
tecnologas digitales. El ingreso de nuevos procedimientos y soportes a la escena crea-
tiva, as como el reacomodo de los modelos de percepcin, supone un cambio drstico a
la hora de afrontar la produccin artstica que incide consecuentemente en el significado
de la obra. A partir de all, las propuestas experimentales se enriquecen con las posibili-
dades que brindan los dispositivos de captura, edicin y reproduccin de imgenes foto-
grficas y audiovisuales. En tal sentido, no slo se aprovechan sus cualidades sensibles
sino tambin su implicacin conceptual como parte de una estrategia de codificacin.
En ese marco, el uso del video y la fotografa cumplen una funcin doble; unas
veces para generar obras autnomas y otras para constituirse en registro de acciones,
situaciones o experiencias efmeras, bajo la forma de video acciones y foto performan-
ces. Ambas declinaciones, sin embargo, persiguen darle visibilidad al hecho artstico por
medio de la imagen, adoptando, segn cada caso, la autoreferencialidad o la lgica del
documento.
Por supuesto, la vigorosa presencia del video y la fotografa en la escena artstica ve-
nezolana de 2000 a 2012 guarda una relacin de alternancia con algunas proposiciones
basadas en medios tradicionales como la pintura, la escultura y la grfica; as como con
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prcticas estticas que se derivan del imaginario urbano entre las que se encuentran el
grafiti, el tatuaje y los productos mediticos. As por ejemplo, el debate sobre lo pict-
rico tambin compromete a otros medios como sucede con el uso de componentes
tridimensionales en el trabajo de Jos Vivenes, la adopcin de recursos extrapictricos
en Jonidel Mendoza y ngel Marcano, el manejo de instalaciones que llevan el color y la
forma ms all de los lmites del soporte en Jaime Gili, la presencia de lo grfico en las
propuestas de Sheronawe Hakyhiwe y Christian Vink, as como el empleo de la fotogra-
fa en las obras de Richard Lpez, Starsky Brines y Enay Ferrer.
En el campo del arte tridimensional se da un fenmeno similar respecto a la hete-
rogeneidad discursiva que resulta de la combinacin estratgica de elementos escul-
tricos, grficos y pictricos, tal como se aprecia en las piezas de Jorge Pedro Nez,
Oscar Abraham Pabn, Enrique Moreno, Mariana Bunimov, Mairyseth Vargas, Francisco
Martnez y Camilo Barboza. Al respecto, hay que apuntar las fecundas relaciones que se
desprenden de esta contigidad entre diversas modalidades discursivas, cuyo significa-
do se incorpora al contenido de las obras. Pintar, dibujar o esculpir ya no es un sntoma
de anacronismo cuando se hace conscientemente para generar un efecto crtico o espe-
culativo acerca de las estrategias de representacin10. Esto es particularmente enco-miable en las propuestas que hacen explcito el papel de los medios en la configuracin
de la idea y su efecto sobre la percepcin.
Dicha premisa es particularmente significativa en lo relativo al estatuto de la imagen
videogrfica, fotogrfica y pictrica en cuanto ndice, condicionado por un sistema de
codificacin previo que prescribe el uso y sentido de las representaciones. Eso explica la
compleja narrativa a partir de la cual se estructuran los diferentes lenguajes que conflu-
yen en la escena visual venezolana durante el perodo que nos ocupa. As como no hay
restriccin de medios, tampoco hay lmites o predileccin alguna respecto a las estra-
tegias de representacin, ya sea que se sustenten en el amplio repertorio iconogrfico
disponible o, por el contrario, que aprovechen los expedientes de la tradicin geomtrica,
sin obviar las posibilidades comunicativas y estticas que se desprenden de lo corporal
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y de lo tridimensional. Tanto la imagen como su omisin deliberada tienen un significado
explcito, proponiendo un dilogo consciente entre lo sensible y lo codificable.
En el campo fotogrfico prevalecen los registros metdicos, aparentemente neutra-
les, que abogan por los mecanismos de archivo, en los cuales se advierte una relectura
contextualizada de los parmetros estticos introducidos por la escuela alemana. Luis
Molina-Pantin, ngela Bonadies, Juan Pablo Garza, Rafael Serrano e Ivn Amaya, entre
otros, proponen extensos inventarios de edificios, colecciones y objetos, cuya acumu-
lacin y caprichoso ordenamiento establece nuevos marcos de percepcin para su asi-
milacin patrimonial. Entre tanto, Muu Blanco, Suwon Lee, Yuri Liscano y Gerardo Rojas
enfocan gran parte de su trabajo fotogrfico en la idea del paisaje, tanto urbano como
natural, motivo que guarda una conexin explcita con el debate acerca de la herencia
moderna y los desafos de la contemporaneidad. En ellos la nocin de lugar se presenta
como una construccin que no slo depende de la discrecionalidad subjetiva del artista,
sino de la manera en que el medio deja su impronta en el referente.
Otro medio que gan un espacio relevante entre 2000 y 2012 fue el performance
artstica, aun cuando durante la dcada anterior su presencia estuvo sensiblemente
atenuada por el auge de las instalaciones y lo multimedia. Ese retorno del cuerpo a la
escena del arte local est enmarcado en dos situaciones aparentemente incompatibles.
Por un lado, a partir del inters de las instituciones oficiales en aprovechar y promover
las acciones en vivo como espectculo a travs del denominado Encuentro Mundial
de Arte Corporal, del cual se han realizado cuatro ediciones entre 2005 y 2008 bajo
el auspicio del Ministerio de la Cultura. De manera excepcional, aparece el evento id
Performance, iniciativa consagrada al arte de accin en nuestro pas, desarrollada por
Cultura Chacao desde 200811. Por otro lado, surge como consecuencia del prolongado magisterio de destacados cultores del gnero en el pas entre los que se distinguen
Antonieta Sosa, Consuelo Mndez y Carlos Zerpa, adems del esfuerzo reflexivo de la
curadora Mara Elena Ramos y la labor investigativa de Aidana Rico e Ignacio Prez a
travs del proyecto Performanceologa. Finalmente, esta recuperacin del discurso
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del performance tiene que ver con un reenfoque de lo corporal como punto de cruce
de flujos codificables12 y, por tanto, como el lugar de subjetivacin de la experiencia social. De ah la importancia que toman los aspectos relacionados con la cotidianeidad,
el poder, la identidad y el gnero; nociones que moldean la idea del cuerpo.
Por su parte, en la categora de arte en video, la generacin emergente en esta etapa
combina con naturalidad la accin y el registro, evitando las soluciones histrinicas y
utilizando una narrativa austera. As, la obra videogrfica funciona tambin como aconte-
cimiento, especialmente en los casos donde lo cinemtico propone un tipo de movilidad
diferida, destinada a mostrar la paradjica fijeza de los hechos. Destacan en esta vertien-
te los trabajos de Ivn Candeo, Dborah Castillo, rika Ordosgoitti, Alexander Apstol,
Juan Jos Olavarra, Argelia Bravo, Juan Carlos Rodrguez y Julin Higuerey, autores
cuya obra se desliza entre lo videogrfico y las acciones, colocando el foco en temas
sensibles de la realidad local y manteniendo una relacin reflexiva con los cdigos del
arte. Tambin significativas son las propuestas que revisan desde la inmaterialidad de la
imagen proyectada, ciertas nociones vinculadas al arte y la cultura modernas en el pas,
destacando los casos ya citados de Magdalena Fernndez, quien confronta el binomio
geometra-naturaleza y Mauricio Lupini con sus exploraciones en torno al espacio arqui-
tectnico y la memoria.
Por supuesto, no todo el arte que se produjo entre esta etapa se circunscribi a los
recintos expositivos, destacando una serie de incursiones artsticas en sitios pblicos
(urbanizaciones populares, edificios, plazas, calles, etc.), muchas de ellas bajo el auspicio
de los gobiernos municipales13 y con el apoyo de la empresa privada. Los medios ms utilizados fueron el grafiti, las instalaciones site specific y las intervenciones murales,
siendo la mayor parte de ellas de carcter reversible o efmero, diferencindose as del
ambientalismo constructivo, los monumentos tradicionales y las obras propagandsticas.
Magdalena Fernndez, Jaime Gili, Emilio Narciso y Juan Jos Olavarra se encuentran
entre el ncleo de artistas que trabajaron en esta vertiente.
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Formacin
La concurrencia sostenida de propuestas emergentes a la escena artstica local entre
2000 y 2012 est relacionada con la actividad formativa de la Universidad Nacional
Experimental de las Artes unearte, antigua iuesapar en cuyos salones han ejerci-
do la docencia una serie de artistas, investigadores y curadores como Antonieta Sosa,
Consuelo Mndez, Vctor Hugo Irazbal, Luis Enrique Prez Oramas, Sandra Pinardi, Ariel
Jimnez, William Parra, Zacaras Garca y Nan Gonzlez, entre otros. Bajo ese magiste-
rio se han formado varias generaciones de creadores que han tenido una participacin
destacada en la escena visual del pas, entre los que se encuentran Cipriano Martnez,
Juan Araujo, Nayar Castillo, Jaime Castro Oroztegui, Ana Alenso, Jorge Domnguez
Dubuc, Miguel Amat, Alessandro Balteo, Jos Vivenes, Dborah Castillo, Starsky Brines,
Bernardita Rakos, Oscar Abraham Pavn, Richard Prez, Enay Ferrer y Julin Higuerey,
por slo mencionar algunos nombres. Luego de casi dos dcadas de existencia, los
logros manifiestos de esta institucin acadmica contrastan con los limitados resultados
registrados por otras entidades de propsito similar en el pas, debido a las dificultades
administrativas, los problemas de infraestructura y la extemporaneidad pedaggica de
los programas de estudio.
Un papel definitorio en la reactivacin del lenguaje fotogrfico corresponde al esfuerzo
formativo desarrollado por Roberto Mata Taller de Fotografa, la ong Nelson Garrido14 y el Ncleo Fotosensible de Rodrigo Benavides, espacios que han consagrado gran parte
de sus esfuerzos a la enseanza y divulgacin de esta disciplina por medio de cursos,
talleres y conferencias. Al mismo tiempo, los proyectos sealados complementan su
contribucin pedaggica mediante la implementacin de experiencias expositivas y
publicaciones, tanto impresas como electrnicas.
Aparte de lo sealado, un ncleo importante de la oferta formativa en materia arts-
tica durante este perodo se ha planteado desde las actividades de apoyo concebidas
por instituciones no acadmicas. Tal es el caso de la Fundacin Mercantil con los ciclos
de charlas y foros dedicados a la Reformulacin del modelo expositivo (2002) y La
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autonoma (2006); la Fundacin Cisneros con el Seminario itinerante Discusiones I
y II (2011 y 2012), Perifrico Caracas / Arte Contemporneo con el programa Preguntas
frecuentes 2010, el foro Artista por artista (2011) y el Taller Curatorial Experimen-
tal I y II (2011 y 2012); La Caja del Centro Cultural Chacao con el espacio de reflexin
Conversaciones cruzadas (2011) coordinado por Lorena Gonzlez y el Roberto Mata
Taller de Fotografa, con las charlas y encuentros sobre fotografa a cargo de Lisa Black -
more desde 2009. Aunque de alcance moderado, estos eventos han permitido que
los sectores emergentes y en formacin entren en contacto con algunas de las ideas,
problemas y autores ms significativos de la actualidad, contribuyendo a la ampliacin y
actualizacin de contenidos relacionados con las artes visuales contemporneas.
Finalmente, es importante aadir que entre 2000 y 2012 un amplio ncleo de
artistas jvenes han viajado al extranjero para completar su formacin artstica con
especializaciones en reas como el arte multimedia, arte pblico y grfica, entre otros;
siendo los principales destinos ciudades europeas (Londres, Berln, Barcelona, Madrid),
de Amrica del Norte (Montreal, Boston), centro y sur Amrica (Ciudad de Mxico,
Buenos Aires, Santiago de Chile) y Asia (Tokio). El resultado de este fenmeno, no slo
redunda en la consolidacin de las herramientas profesionales adquiridas sino tambin
los aprendizajes que se desprenden del desplazamiento y la movilidad en el escenario
cultural forneo.
Reacomodo del circuito expositivo
De 2000 a 2012el circuito expositivo local manifiesta notables modificaciones, tal como
se advierte en la vigorosa escena artstica del distrito metropolitano y algunas localida-
des del pas. Espacios consolidados y de gran tradicin que pierden su protagonismo,
mientras otros se mantienen, intentando conservar la oferta de exhibiciones en medio de
las dificultades econmicas y las tensiones sociales (Freites, Ascaso, DMuseo, TAC, La
Cuadra, Okhio, ArtePuy, entre otros). Lugares de exposicin que se trasladan de su sede
original como la Sala Mendoza (de la avenida Andrs Bello a la Universidad Metropolita-
na) o que desaparecen como La Sala Alternativa, establecida durante varios aos en Las
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Mercedes. Entre aquellos y stos, muchas veces en sitios de la ciudad poco frecuentados,
aparecen otros recintos de carcter independiente, generalmente consagrados al arte
contemporneo: Perifrico Caracas / Arte Contemporneo, la Galera Fernando Zubillaga
y Oficina # 1 en el Centro de Arte Los Galpones en la urbanizacin Los Chorros (2005), La
Carnicera en la zona industrial de La California Sur (2006), el Anexo / Arte Contempor-
neo en San Bernardino (2007) y Hacienda La Trinidad Parque Cultural (2011).
Es pertinente indicar que la intensificacin progresiva de la actividad de los espacios
independientes durante el perodo se sustenta en tres formas bsicas de autonoma.
Ellas son: la autonoma jurdica (o consensuada) por medio de fundaciones, asociaciones
civiles y compaas annimas; la autonoma estratgica (o de autogestin) a partir de
emprendimientos individuales o grupales, vinculados a redes de intercambio y apoyo
mutuo; y la autonoma articulada (o hbrida), destinada a la interaccin simultnea con
la alteridad y la institucin15. Estas tres modalidades de accin cada cual con sus res-pectivas exigencias y potencialidades han generado un marco operativo ms flexible y
cnsono con las complejas circunstancias por las que atraves la cultura visual del pas
durante esta etapa; especialmente en lo relativo a la diversificacin no controlada de la
oferta cultural y la captacin de recursos para llevar a cabo estas iniciativas.
Se podra decir que es a partir de 2005 cuando se hace manifiesto un horizonte
artstico diferente para el arte emergente en el pas, situacin que se patentiza en el to-
rrente expositivo que emana de los espacios independientes. Basta con dar una mirada
panormica a las exhibiciones colectivas de mayor significacin durante estos aos
para constatar dicha hiptesis16. La muestra Prximamente, exhibicin inaugural de Perifrico Caracas / Arte Contemporneo curada por Jess Fuenmayor, tiene una posi-
cin pionera, restableciendo el flujo interrumpido entre la generacin postcintica y los
sectores emergentes. Ms tarde, y en el mismo sitio, se realizan Pintura D (2006),
Arte D (2010) y Didcticas (2010), todas ellas enfocadas hacia las prcticas de
registro y absorcin deliberada de mecanismos pedaggicos y documentales en los
nuevos lenguajes.
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En Oficina#1, espacio manejado por los artistas Suwon Lee y Luis Romero, se pre-
sentaron en 2010 y 2012 dos versiones del proyecto titulado Pedazos de pas, con
un claro inters en la exploracin de los mitos y contradicciones de la sociedad venezo-
lana. En La Caja, sala de exposiciones del Centro Cultural Chacao, se realiz en 2011 la
exposicin Ciudad voltil, curada por Lorena Gonzlez como sntesis de un ejercicio
dialgico entre la escritura y la imagen, destinado a la recuperacin simblica de algunos
de los sitios casas, bares, etc., hoy olvidados o desaparecidos, donde se alojaron las
vanguardias de antao17. En El Anexo / Arte Contemporneo, espacio centrado en las prcticas de creacin
que enfatizan en el intercambio crtico con el contexto, se produjeron las exposiciones
colectivas Cartografas afectivas (2010), Editorial. Muestra de videos I y II (2011
y 2012) y El Quinquenio (2012). La primera de ellas estuvo orientada a una relec-
tura de las representaciones del territorio desde la ptica del sujeto que lo habita. La
segunda (en sus dos ediciones), fue dedicada exclusivamente a la exhibicin de trabajos
videogrficos donde se cruzan la accin y el documento, manifestando una estrecha
articulacin de lo contingente y lo autoreferencial. La tercera, presentada en La Caja del
Centro Cultural Chacao y concebida como una sntesis panormica de la actividad de El
Anexo durante sus cinco primeros aos de existencia, propuso una discusin en torno a
las poticas y polticas del arte emergente durante el perodo.
En Fara + Fbrega Galera tiene lugar la colectiva Pas en vilo, muestra presentada
das antes de las elecciones presidenciales de 2012, oportunidad en la que se plante
una revisin crtica de la iconografa poltica de la nacin, centrada en algunas de las si-
tuaciones que han tenido mayor impacto en la memoria colectiva durante este perodo.
Otra de las exposiciones que delinean un campo de intereses renovados en materia
artstica fue Once tipos del once (Sala Mendoza, 2011). Los curadores del proyecto
Mara Elena Ramos, Rafael Santana y Constanza de Rogatis retomaron el modelo
expositivo concebido y puesto en prctica durante la dcada de los setenta en la propia
institucin y lo confrontaron con indagaciones ms recientes. En el mismo espacio se
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realiz en 2012 la exposicin Contaminados con la curadura de Mara Elena Ramos,
quien problematiza el significado de lo hbrido en trminos materiales y metodolgicos,
tomando como eje las obras de varios artistas jvenes y de trayectoria ms prolongada
que aprovechan diversos medios18. En medio de las dificultades, tanto materiales como conceptuales, que han afectado
la continuidad de los eventos de confrontacin artstica en el mbito nacional y regional,
tanto los promovidos oficialmente como los de carcter privado19, el Saln Jvenes con FIA inicialmente patrocinado por la cantv (1998-2004) y luego por la empresa
Supercable (2005-2012) se mantuvo enfocado en el estudio, divulgacin y recono-
cimiento del arte que producen los artistas menores de 35 aos. Al arribar a su edicin
nmero 15, dicho certamen no slo se ha afianzado en los presupuestos culturales que
le dieron origen, sino que tambin se ha erigido en una plataforma para el despliegue de
nuevas hiptesis curatoriales en torno a las producciones emergentes.
Ms all del centralismo endmico que tiene la escena capitalina en las artes visuales
del pas, destaca la intensa actividad cultural que desarrollan algunos espacios en la
ciudad de Maracaibo entre 2000 y 2012, entre ellos el Centro de Arte de Maracaibo La
Bermdez camlb y el Museo de Arte Contemporneo del Zulia maczul. Especial-
mente significativo para los lenguajes experimentales es la Velada de Santa Luca, pro-
yecto anual organizado por la artista Clemencia Labin desde el ao 2000, con el objetivo
de conectar la produccin artstica y el entorno cotidiano por medio de acciones en vivo,
intervenciones in situ y exposiciones realizadas en las casas de los vecinos de ese sector
de Maracaibo.
Otra de las iniciativas de enfoque renovador a mencionar en la entidad marabina es
el espacio Al borde, creado en 2010 bajo la conduccin de los artistas Juan Pablo Garza,
Armando Rosales y Camilo Barboza, quienes conciben el proyecto como un cuerpo
colectivo en constante gestacin. Su programacin expositiva se complement con
actividades reflexivas y experimentales, sosteniendo un fluido vnculo entre el medio
local y el mbito nacional.
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Ahora bien, los primeros doce aos del siglo xxi no slo suponen el reordenamiento
del campo institucional del arte en Venezuela y el reimpulso de las iniciativas indepen-
dientes, sino el surgimiento de una nueva plataforma de mercado que, aun en medio
de las restricciones econmicas y la falta de incentivos fiscales para el mecenazgo, ha
brindado cierto oxgeno a las producciones emergentes. Es en ese marco que aparece
c ac r i . Caracas Arte Contemporneo, una feria especializada en las propuestas ms
recientes surgida en 2012 con la participacin de las galeras Carmen Araujo Arte, Ofici-
na#1, Fara + Fbregas Galera, Al Borde y la ong Nelson Garrido, contando con el apoyo
de un grupo de coleccionistas e instituciones interesados en la generacin de instancias
que estimulen el desarrollo y la promocin de propuestas de arte contemporneo, que
fomenten la creacin de nuevas audiencias, y que impulsen la confrontacin de ideas20.Igualmente, el apoyo del coleccionismo privado y corporativo tambin contribuy
de forma moderada pero sostenida al posicionamiento y consolidacin de algunos
artistas, temas y tendencias durante el perodo. En tal sentido, destaca la actividad de la
Fundacin Cisneros, la Coleccin Mercantil y la Fundacin Telefnica, organizaciones que
adems de reunir un nmero significativo de piezas modernas y contemporneas tam-
bin estn invirtiendo recursos considerables en el estudio y divulgacin de su patrimo-
nio a travs de publicaciones y exposiciones que circulan dentro y fuera del pas. Como
ejemplo de ello se encuentran los proyectos Jump cuts. Venezuelan Contemporary Art.
Coleccin Mercantil en la Americas Society (2005) y cifo (2007); La geometra de la
esperanza: Abstraccin geomtrica latinoamericana desde la Coleccin Patricia Phelps
de Cisneros, realizada en el Museo de Arte de Blanton en 2007; y Coleccin de Foto-
grafa Contempornea de Telefnica en Perifrico Caracas/Arte Contemporneo (2011).
Prcticas valorativas y construccin del consenso (de la crtica de arte a la crtica del campo)
Lo ms significativo de la crtica de arte en Venezuela entre 2011 y 2012 no trata nica-
mente sobre obras ms o menos resueltas, sino en torno a ciertos desplazamien-
tos institucionales e ideolgicos del campo artstico a propsito del rol de los museos
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nacionales y el patrimonio urbano, la aparicin de los espacios alternativos, autogestio-
nados o independientes, el papel del coleccionismo, las macro exposiciones oficiales y el
significado de los salones de arte21. Eso supone, para algunos, que no hay crtica o que dicha disciplina est en crisis. Para otros, en cambio, la experiencia valorativa ha derivado
hacia nociones ms amplias donde los aspectos estticos y sensibles se enlazan con el
debate pblico, extrayendo de all su vitalidad y alejndose de los presupuestos normati-
vos tradicionales.
Ciertamente lo dicho hasta el momento plantea una discusin terminolgica: de qu
crtica estamos hablando? Crtica cultural, estudios visuales, anlisis contextual, pensa-
miento crtico? Probablemente, hay de todo un poco. Sin embargo hay que admitir que al
respecto son pocas las definiciones de mtodo y finalidad.
Sin embargo, la premisa que rige este recorrido por la crtica de arte en Venezuela
entre 2000 y 2012 es la de localizar y sopesar razonadamente los tpicos dominantes
y las estrategias de escritura que le han servido de vehculo. En este ltimo sentido, se
advierte la presencia de discursos diversos, no slo porque los distintos autores que han
presentado credenciales crticas en la escena local provienen de formaciones distintas
historiadores de arte, investigadores, curadores, filsofos, escritores (los menos), artistas
sino tambin porque los medios de publicacin disponibles (tanto los impresos como
los digitales) imponen ciertos requerimientos de estilo y extensin ineludibles. As nos
encontramos artculos que desarrollan un tema controversial o responden a un debate
de inters pblico, crnicas sobre determinados acontecimientos del campo artstico e
institucional donde el anlisis de los hechos se combina con la destreza literaria del autor
para transmitir determinadas sensaciones, atmsferas y estados de nimo, textos de
ponencias de cierta densidad terica y metodolgica adaptados para su publicacin con
el propsito de captar la atencin del lector no especializado, entrevistas en las que la
opinin del crtico est sujeta a un cuestionario periodstico, etc.
Atencin especial merece la labor peridica de algunos crticos desde las pginas
culturales de la prensa, particularmente los casos de Gerardo Zavarce y Lorena Gonzlez
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en El Nacional con las columnas tituladas Motor Visual y Esto es lo que hay, respectiva-
mente, as como los agudos comentarios de Roldn Esteva-Grillet desde las pginas del
diario Tal Cual. Igualmente, destacan los soportes digitales que alojan trabajos crticos
e informativos sobre el arte contemporneo como debate Cultural (2003), impulsado
por Carmen Hernndez; la seccin de arte y espectculos de Analtica.com, manejada
por Ana Luisa Figueredo; el espacio Paso por all (2009), de Prodavinci coordinado por
Jess Fuenmayor; el proyecto Trfico visual (2009), de Ileana Ramrez; ceeipc del artista
Javier Len; Caracas Cultura Visual (2008), de Lisa Blackmore; la pgina crtica Panfleto
negro (2009), en la que escribe Sergio Monsalve, y el blog En la punta del ojo (2010) del
investigador y docente Jos Luis Omaa.
En ese panorama, las diversas modalidades discursivas que concurren durante el
perodo a la escena crtica local, tanto en medios impresos como digitales, se distinguen
por el verbo quirrgico gil y visceral cuando se trata de artculos y entrevistas, ilustra-
tivo en las crnicas, sobrio y argumentado en las ponencias , pero siempre circuns-
crito al asunto puntual que lo motiva. No abundan los giros literarios, prevaleciendo el
lenguaje especializado, generalmente matizado con modismos locales, frases irnicas
y afirmaciones sarcsticas. Las fuentes metodolgicas de estas formas de escritura
se ubican fundamentalmente en la historiografa del arte (Roldn Esteva-Grillet), los
estudios culturales (Zavarce, Carmen Hernndez), la teora del arte (Jess Fuenmayor)
y el deconstructivismo filosfico (Sandra Pinardi). De ah que algunos autores no hablen
de arte sino de prcticas artsticas y que otros se interesen ms en el anlisis de
las polticas culturales o de los marcos institucionales que por comentar las obras
como fenmenos autnomos.
Raras veces los juicios descalificatorios se han dirigido a una obra o artista en particu-
lar, salvo en los casos en que estos vienen acompaados con un sealamiento tico refe-
rido a la obtencin de favores o ventajas por motivos ideolgicos. Tambin hay que decir
que los debates de corte esttico dentro del campo artstico se han aplacado (al menos
temporalmente), orientndose hacia el cuestionamiento de los factores institucionales
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y polticos que sesgan el desenvolvimiento de la actividad cultural. Nadie discute si sta
o aquella corriente artstica es o no pertinente, ni tampoco se sealan las inconsisten-
cias, reiteraciones o contradicciones de un autor, acaso porque la ropa sucia se lava en
casa o porque los bomberos no se pisan la manguera. Aunque sta parece ser una
conducta estratgica de los agentes del campo artstico (incluyendo a quienes ejercen
como crticos) para contrarrestar la indiferencia de algunos sectores frente a estos temas,
tambin es cierto que ello ha postergado la discusin de otros asuntos de inters en esta
materia, relativos a la calidad y efectividad de los lenguajes actuales en el pas.
Disporas y vueltas a la patria
El nomadismo es uno de los comportamientos ms notables en el arte venezolano
actual, aunque ello no significa que sea un fenmeno indito. Es una fijeza a la cual se
retorna de tiempo en tiempo por motivos diversos. Vista en retrospectiva, la dispora en
el arte venezolano parece ser ya una conducta endmica, una promesa permanente,
o quiz un desafo casi inevitable del cual algunos salen ilesos, pero nunca intactos. El
artista en dispora no est precisamente entre dos aguas, sino entre las riberas de un
mismo ocano de incertidumbre, con un pie aqu y otro all, con la memoria en un lado y
el deseo en el otro. Pero el matiz que caracteriza la conducta nmada en estos tiempos
de globalizacin cultural tiene ms que ver con la necesidad de un modo de superviven-
cia ms pausado que con la formacin acadmica o la gloria de los salones. Se trata ms
bien de ser contenforneos, es decir, de confrontar y afianzar su singularidad local en un
mbito expandido donde el lugar de origen parece ser slo un accidente.
Nuestra cultura visual est conformada por muchos exilios; no slo aquellos que
llevan a trascender las fronteras del pas, sino de aquellos que dentro de la propia
nacin implican desplazamientos de las pequeas localidades a las de mayor densidad
demogrfica y oportunidades profesionales. Esto, por cierto, no es ms que un ejerci-
cio preliminar para lo que se supone que vendr. Salir de cualquier sitio para llegar a la
capital y, una vez all, cruzar el aire buscando un destino diferente o quiz un comienzo
que permita regresar alguna vez como hijos prdigos.
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Hoy, en cualquier parte, varios artistas venezolanos hacen un arte contem(f)orneo,
local en sus presupuestos conceptuales y global en sus estrategias de insercin. Esca-
par de una realidad agobiante para insertarse en otra no menos compleja, pero an ms
prometedora, supone un desarraigo voluntario, un abandono estratgico del lugar para
reorientar el cuerpo y la mirada.
En el contexto de un pas en tensin, muchos artistas deben optar entre dos formas
de exilio que tambin son dos formas de desercin de la realidad: emigrar o encon-
charse. Ya no se trata solamente de la bsqueda de mejores oportunidades formativas
y profesionales (asunto que siempre ha incentivado el desplazamiento de los creadores
de un punto a otro), sino de dejar atrs las ansiedades y tensiones de la conflictividad
poltica que vive el pas, sin abandonar el horizonte simblico de la escena local como
principio de permanencia. Quiz por ello, la mayora de los artistas venezolanos que
residen en el extranjero se mantienen conectados con el medio vernculo, aunque sea
de manera diferida o durante breves estadas. A veces, esa conexin se limita a reseas
de prensa que relatan sus avatares expositivos; en otras ocasiones, esa permanencia se
manifiesta en participaciones puntuales en los espacios de exhibicin independientes
que de manera sustitutiva han mantenido la secuencia evolutiva de esas propuestas.
En este contexto, el aqu y el all se tornan confusos, haciendo prevalecer una lgica
de la permanencia, donde los retornos efmeros y las idas temporales acaban siendo
o propiciando estados de convivencia esquizoide con el entorno natal. En los desgarra-
mientos y bondades que son propios de ese ir y venir, lo importante ha sido encontrar
un lugar de encuentro que es tambin un punto de quiebre, entendido como un lugar en
que las distinciones geogrficas se confunden; donde el aqu y el all no son espacios
separados sino continuos, donde en fin el adentro y el afuera pierden sentido. As,
toda dispora supone un retorno y tambin una forma de permanencia que se dibuja
en los intersticios y las intermitencias que permiten las exposiciones, las entrevistas o
simplemente las visitas oxigenadoras. Es decir, para estos artistas estar fuera no es irse ni
permanecer, significa quedarse del todo.
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Por tal motivo no es posible describir y analizar los itinerarios recorridos por el arte
venezolano entre 2000 y 2012 sin considerar la presencia de los creadores locales en
la escena internacional. Segn escriben Dulce Gmez y Francisco Villanueva en la pre-
sentacin del libro Arte Contemporneo de Venezuela, nuestro pas ha vivido () una
vigorosa actividad dentro del campo de las artes visuales que ha logrado en ocasiones
traspasar nuestras fronteras e insertarse dentro de la escena del arte internacional22. Es importante destacar que tales incursiones se producen en diversos niveles en la
medida en que se trata de un territorio ampliamente diversificado donde se superponen
distintas lgicas de circulacin y legitimacin. De manera muy general podemos distin-
guir, al menos, el gran circuito compuesto por bienales, ferias y museos metropolitanos,
los circuitos paralelos que reprochen los mecanismos del modelo dominante a menor
escala desde centros de arte y espacios de exhibicin regionales y los circuitos alterna-
tivos que se movilizan en torno a redes independientes, residencias de artistas y becas.
A grandes trazos, este es el marco en el cual se desenvuelven los creadores vernculos
en el exterior, independientemente de su lugar de residencia actual.
En lo que respecta al arte contemporneo y particularmente los ncleos que actual-
mente exhiben una trayectoria de entre diez y veinte aos de trabajo, se registra una
presencia sostenida en los circuitos internacionales, en algunos casos con relevancia
excepcional. As tenemos a Arturo Herrera y Javier Tllez en la Bienal del Whitney del
2002 y 2008, respectivamente; a Beto Gutirrez, Juan Carlos Rodrguez, Nelson Garrido,
Sara Maneiro y Yucef Merhi en la Bienal de Valencia, Espaa, en 2007; a Antonio Briceo
y Vincent+Feria en la Bienal de Venecia, Italia, en 2007; a Daniel Medina, Alfred Wene-
moser, Mariana Bunimov, Luis Simn Molina-Pantin en la Bienal de Kwangju, Corea, en
el 2008, por slo citar los ejemplos ms relevantes.
Luego estn las participaciones en eventos regionales como la 7.a, 8.a y 9.a Bienal
de La Habana, Cuba, a la que asisten consecutivamente Emilia Azcrate, Alessandro
Balteo, Ricardo Benaim, Luis Molina Pantin, Claudio Perna y Conny Viera en el 2000;
Nan Gonzlez, Pepe Lpez y Mariana Monteagudo en el 2003; Navarro-Bonadies,
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Jaime Castro Oroztegui, Sara Maneiro y Carlos Germn Rojas en el 2006. En ese rango
de confrontacin internacional se encuentra la VII Bienal de Cuenca, Ecuador, en la que
Alexander Apstol obtiene el Premio por la obra Residente pulido. Caracas Suite y a
la que tambin concurren Amalia Caputo y Juan Araujo. Igualmente destaca la 6.a Bienal
del Mercosur en Porto Alegre, Brasil, en la que participan Muu Blanco, Juan Araujo, Jos
Gabriel Fernndez y Jaime Gili en el 2007. Tambin en 2007 se produjo la I Bienal del Fin
del Mundo en Ushuaia, Argentina, donde las representantes venezolanas fueron Nan
Gonzlez y Magdalena Fernndez. En 2012 la dupla compuesta por ngela Bonadies y
Juan Jos Olavarra presentan el proyecto La Torre de David en la X Bienal de Monterrey,
Mxico y Christin Vinck es incorporado a la seleccin de artistas que exhibieron su trabajo
en la 30.a Bienal de Sao Paulo, Brasil.
La enumeracin precedente pone de relieve la extensa y diversa agenda internacio-
nal del arte venezolano, a la cual se suman las becas de estudio, las residencias y los
reconocimientos otorgados a los creadores locales en la escena fornea. Baste resaltar
los casos de Javier Tllez, quien obtiene la John Simon Guggenheim Memorial Founda-
tion Fellowship, NY, en 1999, y el premio obtenido por Jaime Gili en octubre de 2008 a
propsito del Concurso Art All Around, convocado por el Maine Center for Creativity en
Portland, Maine, en Estados Unidos.
Como se ha visto, la insercin de creadores locales en los distintos niveles de articu-
lacin que poseen los circuitos globales revela un posicionamiento satisfactorio, aunque
todava no ha alcanzado todo su potencial. An se requiere de la accin concertada y,
sobre todo, sistemtica de la institucionalidad cultural, con vistas a facilitar mayores
recursos presupuestarios, editoriales y divulgativos para que esos esfuerzos tengan
mayor efectividad y coherencia. De esta manera, queda abierta la discusin respecto
al relativo desequilibrio que existe entre la promocin exterior del arte consagrado y la
poca atencin dedicada a las producciones emergentes.
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Eplogo inconcluso
La situacin descrita a propsito del arte emergente en Venezuela entre 2000 y 2012
deja una serie de problemas abiertos, algunos de los cuales trascienden la etapa en
cuestin. No obstante, quedan identificados los tpicos y comportamientos caracte-
rsticos del perodo, as como la manera en que estos dialogan con las contingencias
sociales, econmicas y polticas que le sirven de marco. De all provienen las adhesiones
y torceduras de las prcticas visuales en cuanto modelos de interlocucin simblica
con este singular momento de la historia cultural del pas, en el entendido de que la
eficacia del discurso artstico se valora por su pertinencia contextual. En lo adelante, el
tiempo har lo suyo, reordenando los hechos y decantando severamente el sentido de
lo acaecido. Sirva este ejercicio reflexivo como una contribucin preliminar para futuras
recapitulaciones.
c a r ac a s , j u l i o d i c i e m b r e d e 20 1 2
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1 Algunos de los contenidos desarrollados en el presente trabajo se basan en un estudio
anterior realizado conjuntamente con el curador Jess Fuenmayor. Cfr. Fuenmayor, Jess /
Suazo, Flix. Artes visuales en Venezuela 1998-2008. Revista Plus, N 6. Concepcin, Chile,
octubre 2009, pp. 40-45.
2 Pequeo Larousse ilustrado. Ediciones Larousse de Venezuela C.A., 1998, p. 280.
3 diccionario de la Lengua Espaola. Real Academia Espaola. Tomo I. Vigsima primera
edicin. Madrid, 1996, p. 552.
4 En este caso, lo contingente se entiende como posibilidad de que algo sea o no sea. Cfr.
Ferrater Mora, Jos. diccionario de Filosofa. A-d Editorial Ariel S.A. Barcelona, 1994, p. 676.
5 Cfr. Danto, Arthur C. despus del fin del arte. El arte contemporneo y el linde de la historia.
Ediciones Paids Ibrica S.A., Barcelona, 1999, p. 32.
6 Cfr. Guasch, Anna Mara. El arte ltimo del siglo XX. del postminimalismo a lo multicultural.
Alianza Editorial S.A., Madrid, 2001.
7 Cfr. Suazo, Flix.Dcada del noventa. En: Reaccin y polmica en el arte venezolano
(Catlogo de exposicin). Galera de Arte Nacional. Caracas, noviembre 2000 enero 2001,
pp. 112-118.
8 Jimnez, Ariel. En: El espritu de los tiempos. Galera Los Espacios Clidos (Catlogo de
exposicin). Ateneo de Caracas, 1991, sp.
9 Cfr. Duque, Luis ngel. Nueva cartografa para el siglo XXI. En: Venezuela. Nuevas
cartografas y cosmogonas. (Catlogo de exposicin. Galera de Arte Nacional. Caracas, 1992,
p. 7.
Notas
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4
10 De manera similar, cuando el artista adopta roles aparentemente ajenos a los que le
corresponden, sus comportamientos no persiguen otra cosa que ponerse en situacin
para colocar la mirada. De ah el uso de metodologas provenientes de las ciencias sociales
(antropologa, estadstica, sociologa, historia), la biologa, la mecnica, la ciberntica y las
prcticas de archivo, entre otras.
11 Cfr. id Performance (Folleto desplegable). Centro Cultural Chacao. 27 y 28 de octubre de
2008.
12 Cfr. Deleuze, Gilles. derrames. Entre el capitalismo y la esquizofrenia. Equipo Editorial Cactus.
Buenos Aires, 2006.
13 Como ejemplo de la labor realizada por diversos entes municipales del Distrito Capital en
apoyo al arte urbano se encuentran: el Festival Por el medio de la calle (2005-2013)
iniciativa desarrollada por la Alcalda de Chacao, Cultura Chacao y la Fundacin Pltanoverde;
el proyecto de intervenciones artsticas Espacios en trnsito (2011-2012) en el Paseo
Enrique Eraso en el marco de la Feria Iberoamericana de Arte con el apoyo de la Alcalda de
Baruta y la Gobernacin del estado Miranda; el programa Ciudad Sensorial (2010-2012) del
Municipio Sucre y el proyecto C4R4C4S. Ciudad, Cultura, Convivencia (2011) concebido por
la Alcalda del rea Metropolitana.
14 Cfr. Zavarce, Gerardo. La ONG ms all de la fotografa. Revista Plus N 6, Concepcin, Chile,
octubre de 2009, pp. 46-49.
15 Cfr. Suazo, Flix. La autonoma. En: La autonoma Reformulada. ii ciclo de charlas y foros
en torno a la curadura de arte contemporneo. Julio de 2006. Mercantil, Caracas, 2001. p. 90.
16 No se comenta aqu el gigantesco cmulo de exposiciones individuales que tienen lugar en el
circuito independiente. Sin embargo, en las reseas biogrficas que se incluyen en la segunda
parte de este volumen hay informacin detallada sobre este aspecto.
17 Cfr. Ciudad voltil. Arquitecturas transitivas de la vanguardia caraquea (catlogo de
exposicin) La Caja. Centro Cultural Chacao. Caracas, julio-agosto de 2011.
18 Cfr. Contaminados (Catlogo de exposicin). Sala Mendoza, Caracas, 2012.
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5
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519 Por slo citar dos casos, el Saln Pirelli de Jvenes Artistas tuvo una frecuencia muy irregular
hasta la realizacin de su ltima edicin en 2007. Por su parte, el Saln Arturo Michelena, el
ms antiguo e influyente en el pas con 66 ediciones, carece de sede propia desde el conflicto
que se produjo en 2007 entre la directiva de la institucin y los trabajadores.
20 Cfr. Araujo, Carmen; Lee, Suwon; Romero, Luis; Snchez, Aixa. cacri 2012 (Catlogo de
exposicin). Hacienda La Trinidad Parque Cultural. Caracas, 29 de junio al 2 de julio de 2012,
p, 2.
21 Para un panorama ms amplio y detallado sobre el tema confrntese: Suazo, Flix. Memoria
crtica: escritura y visualidad en Venezuela, 2000-2010 (I-IV). En: traficovisual.com, 20-08-
2011.
22 Cfr. Gmez, Dulce / Francisco Villanueva. Arte Contemporneo de Venezuela. Francisco
Villanueva Editores. Caracas, septiembre de 2006., p. 6.
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obraS Works
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AlexAnder Apstolb a r q u i s i m e t o 1 9 6 9
Helicoide Serie Caracas Suite 2003 Video 530
Documental Video
Avenida Libertador 2005 Video 200
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Al Gonzlez c a r a c a s 1 9 6 2
La fuente del saber 1998-2010 Materiales diversos Diverse materials Dimensines variables Dimensions variable
Los pasos 1 2008 Pintura acrovinlica y acrlico sobre ladrillo Acrovynilic paint, acrylic on brick 44 x 40 x 6 cm
La ventanita 3 2008 Pintura acrovinlica y acrlico sobre ladrillo Acrovynilic paint, acrylic on brick 34 x 48,5 x 5 cm
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AmAdA GrAnAdo b u c a r e s t 1 9 7 7
Guaire 2008-2009 Fotografa digital Digital photograph 2362 x 1604 pxl
Humboldt 2011 Fotografa digital Digital photograph 2362 x 1575 pxl
Penitenciario 2012 Fotografa digital Digital photograph 2362 x 1709 pxl
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AnA Alenso c a r a c a s 1 9 8 2
Cuerpo cuadrado 2007 Fotografa digital Digital photograph Dimensiones variables Dimensions variable
Ojos Cerrados 2007-2008 Fotografa digital Digital photograph
Memory of Mr.Northam (Indian boy+girl/Jt. Yukn, Alaska/8-10-56) 2012 Proyector de diapositivas, motor, objetos encontrados Snapshot projector, engine, objects trouvs 20 x 28 x 26 cm
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nGel mArcAno c u m a n 1 9 7 8
Sin ttulo 2000 Cable y alambre Cable, wire 90 x 140 cm Foto: Frand Beaufrand
Calle Ciscar, #12 puerta 8 2004 Alambre galvanizado Galvanized wire 250 x 300 cm Foto: Frand Beaufrand
Bocas 2000 Alambre de cobre Copper wire Medidas variables Dimensions variable Foto: Valentina Gamero
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nGelA BonAdies c a r a c a s 1 9 7 0
Wolfgang Tillmans + Jos Antonio Hernndez-Diez 2012 Fotografa Photography
Espaola en Venezuela Serie Domsticos 1998-2010 C-print
Cosas que hablan: Gato domstico Serie Las personas y las cosas 2008-2009 Copia cromognica Chromogenic copy 110 x 128 cm
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ArA Koshiro m a r a c a i b o 1 9 6 7
Leccin de Historiografa 2010 Mapa intervenido Intervened map Dimensiones variables Dimensions variable
Puente General Rafael Urdaneta 2010 Dibujo a lpiz sobre papel sobre MDF Pencil on paper, MDF 18,7 x 27,7 cm
Repblica de Venezuela. Graficas Armitano C.A., Ed. 1991 2010 Instalacin Installation Dimensiones variables Dimensions variable
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ArGeliA BrAvo melet c a r a c a s 1 9 6 2
Art de evidencia 1 Inventario para un itinerario corporal 2004-2009 Dermocopia sobre papel Painted skin on paper 46 x 30 cm c/4
l vn ha! 2009 Video accin Video action 2'13" (primer comunicado)
Rosado Bravo 2004 Museo de Bellas Artes de Caracas Vdeo accin Video action
B Rosado Bravo (detalle)
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BeAtriz inGlessis m r i d a 1 9 7 1
Composicin botnica 24 2003 Creyn sobre papel Crayon on paper 36 x 22 cm
Composicin botnica 42 2005 Acuarela y hojilla de oro sobre papel Watercolor and gold leaf on paper 36 x 22 cm
Composicin botnica 14 2003 Creyn sobre papel Crayon on paper 57 x 35 cm
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BernArditA rAKos c a r a c a s 1 9 7 7
Nuestro juramento 2004 Vinil autoadhesivo Self adhesive vinyl Dimensiones variables Dimensions variable
Angustia Fotografa digital, MDF Digital photograph, MDF
Nuestro juramento 2009 Fotografa digital, cuchillos, vinil autoadhesivo Digital phtograph, knives, self adhesive vinyl Dimensiones variables Dimensions variable
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Beto Gutirrez c a r a c a s 1 9 7 8
Sin ttulo: de la serie Fotofobia 2010 Impresin digital en papel Baryta Digital print on Baryta paper 60 x 40 cm
La cara verdadera de los ngeles 2005-2010 Impresin fotogrfica sobre papel, spray y stencil Photographic print on paper, spray, stencil
Las parcas 2007 Impresin fotogrfica sobre papel Photographic print on paper
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cAmilo BArBozA m a r a c a i b o 1 9 8 5
Sin ttulo 2012 Cermica esmaltada Glazed ceramic 23 x 15 x 14 cm
Juegos mecnicos 2012 Papel milimetrado, pintura y base de aluminio Milimetered paper, paint and aluminium base 65 x 39 x 44 cm B St. Eustatius 2012 Collage, fotografa intervenida y pintura Collage, intervened photograph and paint
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christiAn vincK m a r a c a i b o 1 9 7 8
Choque del tanquero Esso Maracaibo con el Puente sobre el lago 2011 leo sobre tela Oil con canvas 127 x 100 cm
(1818) La toma de Las Flecheras 2009-2010 leo sobre tela Oil on canvas 30,3 x 30,5 cm
Mala Hierba. Dibujos y manuscritos (Detalle) 2008/2009 Bolgrafo sobre papel. Polptico de 83 dibujos Pen on paper (83 drawings) Medidas variables Dimensions variable
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conrAdo pittAri c a r a c a s 1 9 8 3
Venezuela est enferma 2013 Impresin digital (dptico) Digital printing (diptych) Video 100 loop
Ereccin 2012 Fotografa analgica (trptico) Analog photograh (triptyc)
Cachetada Hexadecimal. La seora de Crdenas, 1977 2011 Impresin digital Digital printing 85 x 153 cm
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dAniel medinA c a r a c a s 1 9 7 8
AC/DC Yamn 2009 Inyeccin de tinta sobre papel fotogrfico Ink injection on photographic paper 1/3 + PA 105 x 105 cm
Mapas socioculturales 2 (Estados Unidos de Venezuela, el segundo Caracazo) 2010 Incisin sobre mapas Intervened maps 31,5 x 43,5 cm c/u (each)
Ficcin postal 2012 Postal troquelada Postcard 30 de 11,5 x 15,5 cm
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dAvid pAlAcios l a h a b a n a 1 9 6 7
An extension of TATE Modern-Avcola Petare S.R.L., Guggenheim Bilbao-Kiosco Artesana Wuayu, Caracas, Venezuela./Centre Pompi-dou-Fundacin Colombia Negra y Peluquera Black and White, Bogot, Colombia. Moma, The Museum of Modern Art-Plaza de los Pintores, Caracas, Venezuela. / Miami Art Museum-Evan-yelin & Pizarro (confecciones), Lima, Per, 2005
Intervencin Intervention Dimensiones variables Dimensions variable
Zona de Distensin, inventario y estadstica de una experiencia de dialogo, (Ejercicio No. 2) 2002 Sala RG, Caracas Vista de la exposicin Exhibition view Dimensiones variables Dimensions variable
B Zona de Distensin (detalle) Statistically Speaking 2010 PINTA London Dimensiones variables Dimensions variable
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deBorAh cAstillo c a r a c a s 1 9 7 1
El secuestro de la Ministra de Cultura 2013 Fotonovela: Impresin sobre papel, tiraje de 1000 ejemplares Photo-novel: printing on paper, 1000 copies 14x10.5cm
S/T 9/11 2011 Impresin sobre papel fotogrfico de algodn Printing on photographic cotton paper 100 x 100 cm
Masa y poder 2013 Video: 404
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emilio nArciso c a r p a n o 1 9 7 4
Ritmos de la luz 2010 Instalacin en la Galera Universitaria Braulio Salazar, Valencia
La casa azul 2011 Intervencin urbana en el marco del proyecto Espacios en Trnsito. XX Feria Iberoamericana de Arte, FIA. Paseo Enrique Eraso, Autopista Prados del Este, Caracas, 2011]
Plaza Simn Bolvar de Las Vegas de Petare 2012 Intervencin cromtica
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enAy Ferrer c a r a c a s 1 9 7 4
Animales de asfalto (en homenaje a mi padre) 2008-2009 leo y pintura industrial, impresin digital Oil and industrial paint, digital printing 73 x 87 cm
Animales de asfalto (en homenaje a mi padre) 2009 Mixta/papel/tela Mixed materials, paper, canvas 190 x 150 cm
Animales de asfalto (en homenaje a mi padre) 2009 Grafito, pintura industrial e impresin digital, tela Graphite, industrial paint, digital printing, canvas 150 x 120 cm
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enrique moreno t r p o l i 1 9 7 1
Vinilimo 3 2009 Disco de vinilo, solenoide de telfono, pulsador de timbre, alambres, rolinera de un hard drive Vinyl record, telephone solenoid, ring bell, wire, hard drive spindle 40 x 10 cm
Caladoras y maracas 2005-2012 Caladoras, alambrn Jigsaws, wire Dimensiones variables Dimensions variable
Lou Hai 2011 Alambres, moto-reductor, cables, sensor de movimiento Wire, electromechanics, cables, movement sensor 35 x 20 cm
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riKA ordosGoitti c a r a c a s 1 9 8 0
Serie Escalera de Caracol en Macarao 2010 Inyeccin de tinta sobre papel fotogrfico semisatinado Ink injection con photograph satin paper Edicin de 8 + PA 30 x 23 cm Foto: Nancy Urosa
Me abro la cabeza Intermedia 2013 4'39''
NADA 2012 fotograma photogram
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esperAnzA mAyoBre c a r a c a s 1 9 7 4
El inmigrante del mes 2007 Portarretrato Self portrait 22 x 16 cm
Welcome to de yunaited estai 2005 Felpudo/Alfombra de entrada Welcome carpet 50 x 75 cm
La Lucha por la Locha vs Another Day Another Dollar 2009 Instalacin de visas en la pared, oratorio con libro de la inmigracin, bandera de los inmigrantes (auto-proclamada) Visas installation on wall, Inmigration book transformed in prayer book, self proclaimed inmigrants flag Dimensiones variables Dimensions variable
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Federico ovAlles-Ar c a r a c a s 1 9 7 2
Intervencin sobre carro robado 2006 DVD Video 3'
Intervencin sobre muro en Sabana Grande, Caracas De la serie Ciudad Borrador 2005
Area.Typo 2008 Pintura Painting 120 x 90 cm
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FrAncisco mArtnez s a n j u a n d e l o s m o r r o s 1 9 7 1
Latente 2004 Acero patinado Steel Coleccin Universidad Metropolitana, Caracas
Exposicin Tras la huella 2008 Vista de la exposicin Exhibiton view Galera 39, Caracas
Exposicin Disociaciones Colectivas 2011 Vista de la exposicin Exhibition view GBG Arts, Caracas
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GAlA GArrido c a r a c a s 1 9 8 7
De la serie: I wanna be loved by you 2009 Fotografa digital Digital photograph 90 x 60 cm
Homenaje a Ingres, Man Ray y Carmen Miranda 2009 Fotografa digital Digital photograph 90 x 60 cm
De la serie: Manual para la buena ama de casa Fotografa digital Digital photograph 50 x 60 cm
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GerArdo rojAs rAnGel c a r a c a s 1 9 8 0
Artificial - Se vende o se alquila 2009 Collage 147 x 203 cm
23 de Enero - Unidad Residencial (Espacio) 2009 Collage 203 x 147 cm
Camino - Paso en interseccin II 2011 Collage 103 x 147 cm
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hAyFer BreA c a r a c a s 1 9 7 5
Del Proyecto Registro de Territorio: Lago de Valencia. Marcas en Tacarigua, 2da. Inmersin 2012 Collage digital sobre papel Digital collage on paper 70 x 52 cm
Montaa 2004 Dibujo, grafito y fotografa B/N sobre papel Drawing, pencil and photograph on paper 30 x 50 cm
De la serie Paisajes Modernos: 23 de Enero 2008 Dibujo digital sobre papel Digital drawing on paper 70 x 100 cm
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ivn AmAyA c a r a c a s 1 9 6 8
Ensamblaje (detalle) Serie Ciudades de Arriba 2006-2009 Fotografa Photograph 30 x 40 cm c/u (each)
Ensamblaje IV Serie Ciudades de Arriba 2006-2010 Fotografa Photograph 30 x 40 cm c/u (each)
Casas y publicidad Serie Ciudades de Arriba 2006-2010 Fotografa Photograph 30 x 40 cm c/u (each)
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ivn cAndeo c a r a c a s 1 9 8 3
Retrato populista 2007 Video: DVD 4:3 215 Edicin: 5+P/A
Inercia 2009 Video: DVD 4:3 3238 Edicin: 5+P/A
El descubrimiento 2009 Video: DVD 20 Edicin: 5+P/A
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jAime cAstro orozteGui s a n c r i s t b a l 1 9 6 8
GEY_9292B GEY_9296 2011 Fotograma de Video Video still 2'
LIT_8429 2011 Foto digital, papel metalizado Digital photograph, metallized paper 110 x 73 cm
PPOL_01 2011 Fotograma de Video Video still 1'30''
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jAime Gili c a r a c a s 1 9 7 2
Tres tanques, parte de Art all around 2008 Proyecto para pintar 16 tanques de almacenamiento industrial en Portland, Maine, EEUU Project on 16 storage tanks in Portland, Maine (USA) Foto: Georgia Flanagan
Mashrabiya 2009 Viniles sobre vidrio y pared Vinyl on glass and wall Vista de la instalacin Installation view Comma 04, Bloomberg Space, London Foto: Jaime Gili
Diamante de las Semillitas 2010 Vista general de la obra Diamante de las Semillitas Barrio Jos Flix Ribas, Caracas Foto: Carlos Germn Rojas
Las Tres Calaveras 2006 Vista de la instalacin Installation view Galpn 0, Perifrico Caracas
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jAvier rodrGuez c a r a c a s 1 9 7 5
Aberracin Cromtica 2009 Sobreimpresiones fotolitograficas sobre papel encoladas sobre cartn Photolithographic overprintings on paper and cardboard 110 cm x 130 cm
ltimo Mundo Universal 2010 36 pginas impresas sobre papel news-print 36 news-print paper pages 2.000 copias
Extra 2010 36 pginas compuestas con restos de papel news-print 36 news-print paper composed pages 25 copias
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jonidel mendozA m a t u r n 1 9 7 5
Intercepciones del reflejo 2009 Malla de cedazo Metallic mesh 90 x 270 cm
Intercepciones del reflejo (detalle) Malla de cedazo Metallic mesh 90 x 270 cm
Personaje 2009 Malla de cedazo y cable Metallic mesh and wire
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jorGe domnGuez duBuc c a r a c a s 1 9 7 0
Traslacin. Entornos miliarios 2006 Museo de Arte Contemporneo, Caracas Vista de la exposicin Exhibition view
Serie Paisajes anecdticos 2000 Alto del Toro, Edo. Gurico 1998, Parque del Este, Caracas 2001, Los Llanos, Edo. Gurico 2003 Video loop
Vamos a ver que pasa 2001 Instalacin Installation Teatro Teresa Carreo, Caracas
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jorGe pedro nez c a r a c a s 1 9 7 6
Electric Taltin 2011 Libros del Banco Central de Venezuela, sistema de seguridad elctrico Banco Central de Venezuela books, electric security system 240 x 250 x 50 cm Foto: cortesa KABE Contemporary
Todo lo que MAM me dio 2010 Bases de museo y objetos diversos Museum bases, mixed materials Foto: cortesa Galera Crvecur. Paris
El Sueo de una casa 2011 Collage sobre papel Collage on paper 25 x 33 cm Foto: cortesa Galera Crvecur. Paris
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jos vivenes m a t u r n 1 9 7 7
De la orquesta 2004 Ensamblaje Assemblage 104 x 28 x 9 cm
De lo parafraseado 2003 leo sobre negativo fotogrfico Oil on photographic negative 55 x 220 cm
Escena comn 2011 leo, tela, madera Oil, canvas, wood 168 x 190 cm
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juAn cArlos rodrGuez c a r a c a s 1 9 6 7
Autorretrato 2009 Fotografa Photograph 16 x 27 cm
Con los dientes 2009 Video celular en formato DVD Video DVD 2'45'' No. de Edicin: 1/5
El encargo 2009 Fotografa Photograph 16 x 27 cm c/u
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juAn jos olAvArrA v a l e n c i a 1 9 6 9
Incendio Torre Este - Parque Central (Octubre 2004) 2007 Cenizas, tierras y tinta de caraotas sobre tela Ash, dirt and black beans ink on canvas 250 x 160 cm
Impenetrable Patrio 2011 Instalacin Installation Metal y tela Metal and canvas 100 x 565 x 405 cm
El arco de Carabobo (b