Post on 04-Jul-2015
Republica Bolivariana de Venezuela
Universidad nacional Experimental de los Llanos
Occidentales Ezequiel Zamora
Guanare-Portuguesa
Bachilleres:
José Fernández C.I.25.016.608
Oscar Sánchez C.I.25.547.836
Prof.: Rosbely Baptista
Guanare, julio 2014
Índice
Introducción……………………………………………………..3-4
Las nuevas tecnologías de información y comunicación………5-14
Conclusión………………………………………………………15
Referencias bibliografiítas……………………………………….16
Anexos…………………………………………………………17-19
Introducción
Las Nuevas Tecnologías se plantean así, como un hecho
trascendente y apremiante. En primer lugar, porque derivan de una
aceleración en los cambios y avances científico-técnicos y en segundo
lugar, porque, paradójicamente, provocan cambios de todo tipo en las
estructuras sociales, económicas, laborales e individuales. Esta
situación trae aparejada la creación de nuevos entornos de
comunicación, tanto humanos como artificiales no conocidos hasta la
actualidad. Se establecen nuevas formas de integración de los usuarios
con las máquinas, se modifican los clásicos roles de receptor y
transmisor de información y el conocimiento contextualizado se
construye en la interacción que el sujeto y la máquina establecen. Así,
el acceso y tratamiento de la información sin barreras espacio-
temporales y sin condicionamientos, trae aparejado el surgimiento de
un nuevo concepto de mediación educativa que afecta al modelo de
relación entre el individuo, la cultura y la enseñanza (Martínez
Sánchez, 1996).
El rol de las Nuevas Tecnologías de la información en los
procesos de cambio social y cultural cobra particular relevancia en el
ámbito educativo. En este sentido, Edith Litwin (1995) sostiene que
ciertas concepciones sobre las reformas de los sistemas educativos en
distintos países, atribuyen a la incorporación de estos recursos un
efecto determinante en la mejora de la calidad del proceso enseñanza-
aprendizaje. Las tecnologías de la información se aplican al campo
pedagógico con el objeto de racionalizar los procesos educativos,
mejorar los resultados del sistema escolar y asegurar el acceso al
mismo de grupos convencionalmente excluidos.
Las nuevas tecnologías en el proceso educativo
Las Nuevas Tecnologías y su incorporación al ámbito educativo
promueven la creación de nuevos entornos didácticos que afectan de
manera directa tanto a los actores del proceso de enseñanza-
aprendizaje como al escenario donde se lleva a cabo el mismo. Este
nuevo entorno, creado a partir de las Nuevas Tecnologías requiere,
según Cabero Almenara (1996),un nuevo tipo de alumno; más
preocupado por el proceso que por el producto, preparado para la toma
de decisiones y elección de su ruta de aprendizaje. En definitiva,
preparado para el autoaprendizaje, lo cual abre un desafío a nuestro
sistema educativo, preocupado por la adquisición y memorización de
información y la reproducción de la misma en función de patrones
previamente establecidos.
Es por ello que las Nuevas Tecnologías aportan un nuevo reto al
sistema educativo que consiste en pasar de un modelo unidireccional
de formación, donde por lo general los saberes recaen en el profesor o
en su sustituto el libro de texto, a modelos más abiertos y flexibles,
donde la información situada en grandes bases de datos, tiende a ser
compartida entre diversos alumnos. Frente a los modelos tradicionales
de comunicación que se dan en nuestra cultura escolar, algunas de las
tecnologías generan una nueva alternativa tendiente a modificar el
aula como conjunto arquitectónico y cultural estable donde el alumno
puede interactuar con otros compañeros y profesores que no tienen por
qué estar situados en un mismo contexto espacial.
Esta nueva perspectiva espacio-temporal exige nuevos modelos
de estructuras organizativas de las escuelas que determinen no sólo el
tipo de información transmitida, valores y filosofía del hecho
educativo, sino también cómo los materiales se integran en el proceso
de enseñanza-aprendizaje, las funciones que se le atribuyen y los
espacios que se le concede.
En esta línea, Escudero Muñoz (1995) propone para una
integración aceptable de las Nuevas Tecnologías de la información y
comunicación, “la preexistencia de un programa o proyecto
pedagógico, como marco de sentido y significación para decidir sobre
el cuándo, cómo y por qué del uso o no de un determinado medio o
tecnología” (406). Esta integración escolar de las Nuevas Tecnologías
exige una línea de argumentación propiamente educativa, centrada en
reflexionar y debatir sobre qué cuestiones ideológicas entran en juego
al utilizar en la educación ciertos medios dentro de sus posibilidades
educativas, administrativas, y culturales.
Para que los medios queden integrados en el trabajo cotidiano de
las aulas, se requiere la participación activa de un elemento clave:
el profesional de la educación. Es él quien, en cada situación de
aprendizaje, con sus decisiones y su actuación, conseguirá que el
medio quede integrado. Desde esta perspectiva es evidente que el
papel que debe desempeñar el profesor ha de sufrir un cambio
profundo con respecto al que ha ejercido de forma tradicional. El
profesor pasará de ser el elemento predominante y exclusivo en la
transmisión de conocimientos a convertirse en una pieza clave del
proceso enseñanza-aprendizaje, como elemento mediador generador y
organizador de situaciones las situaciones de aprendizaje.
El profesor constituye una pieza esencial de todo proceso de
mejora cualitativa de la enseñanza, para lo cual su formación inicial en
Nuevas Tecnologías resulta fundamental. De ahí que haya que
plantearse seriamente el tema de la formación de docentes en el uso de
las Nuevas Tecnologías desde planteamientos pedagógicos que
garanticen la verdadera integración de estas herramientas en la
realidad escolar.
Hablar de Nuevas Tecnologías es referirse a la multimedia, la
televisión por cable y satélite, al CD-ROM, y a los hipertextos donde
su materia prima es la información, se consideran nuevas tecnologías
esencialmente las computadoras y los programas informáticos que
permiten el acceso a redes, básicamente porque los avances
tecnológicos, han dado a la computadora un protagonismo como
instrumento pedagógico ya que permite el acceso a grandes cantidades
de información. Son crecientes las investigaciones relacionadas con
las redes de comunicación y el correo electrónico. Llama especial
atención el énfasis existente en el estudio de la interactividad
(particularmente desde entornos educativos), referida a distintos fines,
paquetes y formatos de aprendizaje.
En este sentido, una de las clasificaciones más útiles que ha surgido
para poder estudiar los medios se refiere a las posibilidades de
interacción o "réplica" que presentan. Así, se habla de medios de "una
vía" y medios de "dos vías", para diferenciar aquellos que operan bajo
un esquema técnico y comunicacional basado en el flujo de
información del emisor al receptor, pero no a la inversa, y aquellos
que permiten esa reversibilidad. La interactividad permite el
desarrollo de procesos de comunicación e intercambio entre los
sujetos rompiendo barreras temporales y espaciales, por tanto, el
medio está jugando un papel socializador. Entonces, en los sistemas
educativos las computadoras desempeñan principalmente tres
funciones: la función tradicional de instrumento para que los alumnos
adquieran un nivel mínimo de conocimientos informáticos; la de
apoyar y complementar contenidos curriculares; y, la de medio de
interacción entre profesores y alumnos, entre los mismos alumnos y
entre los propios profesores. La incorporación de medios por
consiguiente, obliga a los usuarios a tener una alfabetización
tecnológica, lo cual se logra teniendo acceso a lecturas e ideas
relacionadas con el uso de la tecnología; adquiriendo un marco de
referencia tecnológico amplio que le permita saber por qué está
haciendo lo que hace y por qué no hace otras cosas. Es importante que
el estudiante y el docente se sientan seguros en su habilidad para
apropiarse de la tecnología. Es recomendable que cuando sea posible,
reflexionen acerca de su propia experiencia tecnológica, para no caer
en la copia de modelos de implementación ajenos. La alfabetización
tecnológica no puede dejar de lado aspectos como el lenguaje, el
aprendizaje, el conocimiento y la cultura. En este sentido, ya no será
suficiente que los alumnos universitarios sepan leer con sentido para
interpretar y apropiarse de los conocimientos, tendrán que llegar con
habilidades que les permitan otros modos de relacionarse con las
nuevas tecnologías, es decir, en sus empatías cognitivas y, expresivas
con ellas, y en los nuevos modos de percibir el espacio y el tiempo. Es
cierto que el trabajo en redes genera procesos de interacción y de
diálogo entre personas donde la información adquiere nuevos
significados mediante el intercambio de mensajes con otros, no
debemos olvidar que el medio por sí mismo no hace de los estudiantes
mejores aprendices, su incorporación requiere modelos de uso muy
claros de manera que permitan la apropiación de los
Contenidos presentados. Disponer de equipos y de aplicaciones no es
garantía de utilización, ni de que el uso que se haga sea el óptimo, o el
más adecuado. Representa para el profesor un trabajo extra en la
planificación y gestión de la enseñanza. Debemos comenzar por
entender que la tecnología transforma nuestra relación con el espacio
y con el lugar, la tecnología permite volver a localizar el aprendizaje
en conexión con el mundo. Esta dispersión de poderes es lo que los
expertos señalan como un potencial que brinda esta tecnología al
ámbito educativo, ya que los educadores y los estudiantes podrán
generar sus propios estilos, modos o maneras de aprender. El acceso a
redes de información en el ámbito escolar es prometedor, sin embargo
no debemos dejar de lado la preocupación acerca del tipo de
información que circula en ellas al momento de reflexionar sobre las
Nuevas Tecnologías. Con Internet, ha surgido una biblioteca mundial
«virtual», interconectada y diseminada geográficamente, cuyos
documentos puede consultar cualquier persona que posea una
computadora,
un mecanismo de comunicación (módem) y un teléfono. Además,
distintos usuarios pueden colaborar a distancia en la creación de
documentos (para lo que se creó inicialmente la World Wide Web).
No obstante, si no se dispone de instrumentos de navegación eficaces
(mapas y brújulas, por
así decirlo), los docentes y estudiantes se podrían pasar la vida
"navegando" por Internet en busca de esa información. Si bien es
importante saber buscar y localizar bancos de información que
enriquezcan y apoyen los procesos de aprendizaje, es necesario
replantear las maneras en que los alumnos pueden adquirir
conocimientos e informaciones sin perder de vista que en toda
situación didáctica el centro deberá ser el estudiante. La función del
profesor será la de un facilitador que presta asistencia cuando el
estudiante busca conocimientos.
Se trata entonces de nuevos esquemas donde las tecnologías de
información y comunicación con apoyo de las telecomunicaciones
constituyen un instrumento básico del trabajo intelectual
Cotidiano.
En opinión de algunos autores, la escuela ha vivido la
introducción de las computadoras como una "intrusión" de la
tecnología en la vida escolar. Había que introducir las computadoras y
estos se presentaban como símbolo de renovación y modernidad. La
mayoría de los discursos pedagógicos sobre las tecnologías de la
información y la comunicación consideran que estas renovarán y
mejorarán la calidad de la enseñanza. Por primera vez parece que a
falta de nuevas ideas metodológicas y organizativas, la innovación
pedagógica se centra en los medios, en las nuevas tecnologías.
Esta visión de la tecnología como elemento innovador es
bastante superficial y, en este sentido, A. San Martín afirma que "no
es consecuencia lógica (stricto sensu) que por el hecho de disponer en
las aulas de avanzados equipos audiovisuales y computacionales o
tener sobre el techo del centro una antena parabólica, la escuela esté
abierta al mundo, sea más innovadora o se considere más
modernizada. Tener la escuela llena de nuevos aparatos no quiere
decir casi nada pedagógicamente o culturalmente" (San Martín, 1995,
p.48).
Al principio las computadoras se introdujeron en las escuelas
por la presión ejercida por el contexto económico y político del
momento. Era necesario formar usuarios de tecnología y, desde luego,
consumidores. Las inversiones han sido económicamente importantes
aunque, en algunos países, todavía insuficientes. Sin embargo,
estudios evaluativos revelan que el uso real de la computadora para la
enseñanza y el aprendizaje es muy escaso. Por este motivo, la escuela
debe utilizar la tecnología, al menos para garantizar una formación
mínima e igual para todos los estudiantes.
Durante el primer período de introducción al uso de las
computadoras en la enseñanza hubo una cierta confusión sobre el tipo
de formación requerida para los estudiantes. De hecho, la informática
entró en la mayoría de los centros como una asignatura más con el
objeto de proporcionar una alfabetización informática. Este término,
acuñado en Estados Unidos, se utiliza poco en la actualidad. Sin
embargo, todavía tiene sentido pues aún no se ha logrado dicha
alfabetización en algunas áreas.
Por alfabetización informática se entiende dar una formación a
las personas para que puedan comprender y manejar las herramientas
informáticas. Al principio, los cursos de alfabetización estaban
centrados en el aprendizaje del vocabulario específico de la
informática; bits, bytes, memoria RAM, etc. Y, además, se
consideraba importante manejar algún lenguaje de programación. Por
este motivo, el BASIC o el PASCAL se enseñaban a los alumnos de
los primeros años de secundaria. La computación era una asignatura
más y el resto de las materias permanecían inalteradas por el uso del
nuevo medio.
Pasado un tiempo se llegó a la conclusión de que la formación
en un lenguaje de programación no tenía mucho sentido. No se trataba
de adquirir una formación como futuro computacional sino como
usuario. Por este motivo, la alfabetización informática ha pasado del
uso de lenguajes de programación al aprendizaje de herramientas
computacionales tales como los procesadores de textos, las hojas de
cálculo, etcétera.
Con lo anteriormente expuesto, se puede afirmar que a la
necesidad de formar personas capaces de utilizar la tecnología
computacional, la institución escolar respondió con la alfabetización
informática. El problema fundamental es que esta no es suficiente. La
introducción de las computadoras, además de ser un objeto de estudio
en sí misma, puede ser utilizada como un medio para la enseñanza y el
aprendizaje.
De las necesidades sociales se pasa a las necesidades
pedagógicas. Paralelamente a la producción de nuevos programas de
computación dirigidos al sector educativo, numerosos profesionales de
la educación comienzan a mirar a la computadora como una
herramienta útil para la enseñanza. Las argumentaciones son muy
variadas y dependen mucho de la posición ideológica adoptada; entre
las más frecuentemente utilizadas se encuentran las siguientes:
• La computadora como elemento motivador del aprendizaje.
• Los programas de enseñanza asistida por computadora permiten la
individualización del aprendizaje. Cada alumno puede avanzar a su
propio ritmo y la máquina le da una constante información sobre
sus errores y progresos.
• Las herramientas computacionales (procesadores de textos, bases
de datos, etc.), por su flexibilidad, son útiles para muchas materias
y ayudan a la formación de nuevas habilidades tales como la
búsqueda y organización de la información.
• Los programas abiertos, (por ejemplo, el lenguaje LOGO),
proporcionan al alumno la posibilidad de experimentar y descubrir.
• Los sistemas hipertextuales se acercan a las formas de pensamiento
humano. Permiten que el estudiante acceda a la información de
forma libre, lo que asegura su adquisición y significación.
• El uso del correo electrónico y el acceso a Internet proporcionan al
estudiante experiencias de acercamiento a realidades poco
conocidas, lo que supone una nueva forma de conocimiento social.
Estas y otras muchas ideas han ido surgiendo y justificando,
desde el punto de vista pedagógico, la necesidad de utilizar las
tecnologías de la información y la comunicación. No es que la escuela
tenga que usar las computadoras y las redes de comunicación sólo
porque la sociedad actual lo demande, sino que, además, estas
herramientas son útiles en sí mismas como medio de enseñanza-
aprendizaje.
Todavía no se conocen todas las aplicaciones que el uso de la
computadora tiene en la escuela. Existen muchos productos
informáticos con finalidades educativas diferentes y otros que, aunque
no están elaborados con una finalidad didáctica, también son útiles e
interesantes. La mirada está todavía muy centrada en la tecnología en
sí misma y, hasta que no haya un desplazamiento hacia el
funcionamiento de la escuela, los objetivos educativos y las
metodologías adoptadas será difícil conocer la incidencia y eficacia
real del medio.
Conclusión
Vivimos en un período de transición entre una sociedad industrial y una sociedad de la información. Las escuelas tal como las conocemos están diseñadas para preparar a las personas para vivir en una sociedad industrial. Los sistemas de educación preparan a las personas para ocupar un lugar en la sociedad imitando a las fábricas y oficinas de una sociedad industrial. Diariamente, en todo el mundo, los jóvenes utilizan bicicletas, colectivos, automóviles o trenes para ir a la escuela, exactamente lo mismo que harán más adelante para ir a trabajar. Se supone que tendrán que fichar a una hora concreta y aprenden a trabajar en los pupitres de las aulas que son exactamente iguales a las oficinas de la industria y el comercio. El modo en que se administra el tiempo, en que se dividen las asignaturas para su estudio y en que se organizan las escuelas como burocracias son anticipaciones de la vida después de la escuela. Cuando suena el timbre al finalizar el día escolar, los alumnos salen corriendo para trasladarse a casa, exactamente igual a lo que hacen los trabajadores de las fábricas y oficinas aproximadamente una hora más tarde.Una sociedad industrial depende del movimiento físico de las personas y los bienes, de manera que la infraestructura tecnológica fundamental es el ferrocarril, las rutas, el mar y el transporte aéreo. La infraestructura tecnológica fundamental de una sociedad de la información es sin embargo, la red de telecomunicaciones. Para preparar a las personas para vivir en una sociedad de la información, se necesita un sistema educativo que se base en las telecomunicaciones y no en el transporte.Hoy en día, si se quiere hablar con alguien que no se encuentra presente, tenemos dos elecciones que representan las diferentes formas de hacer las cosas en una sociedad industrial y en una sociedad de la información: ir a verlo o llamarlo por teléfono. Utilizar una red de transporte o una red telefónica.Es raro tener una elección similar en educación. Si se tiene que asistir a una clase hay que viajar hasta el aula. La educación precisa una alternativa. Alumnos y maestros deberían poder tener la opción de reunirse para la instrucción por medio de las telecomunicaciones o del transporte".Esta es precisamente la lógica subyacente al desarrollo de propuestas educativas en Internet: las nuevas tecnologías presentan a priori una posibilidad de elección entre la educación presencial y la educación virtual.
Referencias bibliografiítas
Cabero Almenara, Julio 1996 Nuevas Tecnologías, comunicación y educación. Versión electrónica EDUTEC Revista electrónica de Tecnología Educativa Nº 1, febrero 1996.
Castells, Manuel 1986 El desafío tecnológico. Alianza. Madrid.
Escudero Muñoz, Juan Manuel 1995 La integración de las Nuevas Tecnologías en el currículum y en el sistema escolar. En Rodríguez Diéguez, J. L. y C. Sáenz Barrio (coords.), Tecnología Educativa y Nuevas Tecnologías aplicadas a la educación. Marfil Alcoy. Madrid.
Litwin, Edith 1995 Tecnología Educativa. Políticas, historias, propuestas. Paidós. Buenos Aires.
Martínez Sánchez, Francisco 1996 La enseñanza ante los nuevos canales de comunicación. En Tejedor, F. y A. García Valcárcel, Perspectivas de las Nuevas Tecnologías en la Educación. Narcea. Madrid.
Vázquez Gómez, Gonzalo 1987 Educar para el siglo XXI. Fundesco. Madrid.