Post on 08-Jul-2015
¿Qué es Ética?
La ética es una rama de la filosofía que abarca el estudio de la moral, la virtud, el deber,
la felicidad y el buen vivir.
La ética estudia qué es lo moral, cómo se justifica racionalmente un sistema moral, y cómo
se ha de aplicar posteriormente a los distintos ámbitos de la vida personal y social. En la
vida cotidiana constituye una reflexión sobre el hecho moral, busca las razones que
justifican la utilización de un sistema moral u otro.
Algunos han caracterizado a la ética como el estudio del arte de vivir bien, lo cual no
parece exacto, puesto que si se reuniesen todas las reglas de buena conducta, sin
acompañarlas de examen, formarían un arte, más no una ciencia.3
La ética es una de las principales ramas de la filosofía, en tanto requiere de la reflexión y de
la argumentación, este campo es el conjunto de valoraciones generales de los seres
humanos que viven en sociedad.
El estudio de la ética se remonta a los orígenes mismos de la filosofía en la Antigua Grecia,
y su desarrollo histórico ha sido amplio y variado. Una doctrina ética elabora y verifica
afirmaciones o juicios determinados. Una sentencia ética, juicio moral o declaración
normativa es una afirmación que contendrá términos tales como "bueno", "malo",
"correcto", "incorrecto", "obligatorio", "permitido", etc, referidos a una acción, una
decisión o incluso también las intenciones de quien actúa o decide algo. Cuando se emplean
sentencias éticas se está valorando moralmente a personas, situaciones, cosas o acciones. Se
establecen juicios morales cuando, por ejemplo, se dice: "ese político es corrupto", "ese
hombre es impresentable", "su presencia es loable", etc. En estas declaraciones aparecen los
términos "corrupto", "impresentable" y "loable" que implican valoraciones de tipo moral.
¿Qué es la ÉticaMédica?
La ética médica tiene su punto de partida antes de nuestra era, simbolizada por el más
ilustre médico de la antigüedad, Hipócrates, cuya doctrina ha tenido una gran influencia en
el ejercicio de la profesión médica en los siglos posteriores.
La ética es la reflexión teórica sobre la moral. La ética es la encargada de discutir y
fundamentar reflexivamente ese conjunto de principios o normas que constituyen nuestra
moral. La moral es el conjunto de principios, criterio, normas y valores que dirigen nuestro
comportamiento. La moral nos hace actuar de una determinada manera y nos permite saber
que debemos hacer en una situación concreta.
―La moral tiende a ser particular, por la concreción de sus objetos, la ética tiende a ser
universal, por la abstracción de sus principios".
La deontología médica es el conjunto de principios y reglas éticas que han de inspirar y
guiar la conducta profesional del médico.1 Los deberes que se imponen obligan a todos los
médicos en el ejercicio de su profesión, independientemente de la modalidad.
La Organización Médica Colegial, como representante de los médicos colegiados de
España, asume como uno de sus objetivos prioritarios la promoción y desarrollo de
la deontología profesional, y contempla en sus estatutos un Código de Ética y Deontología
Médica.
El incumplimiento de estos principios constituye falta disciplinaria tipificada en los
Estatutos Generales de la Organización Médica Colegial.2
Generalmente la ética y moral se ven reflejadas en la práctica profesional por lo que
algunas ciencias recurren a la bioética (Ética ante la vida) ésta se encarga de estudiar la
deontología (Lo que debe de ser) y de comparar con la ontología (lo que es). Un médico se
debe basar en la bioética para realizar una labor íntegra, al no hacerlo podría tener
problemas con instituciones como la Comisión Nacional de Arbitraje Médico.
Principios de la Ética médica: Todo profesional en la salud, debe tomar en cuentas estos
principios los cuales son fundamentales para éste.
Bienestar
autoestima
justicia
no mal-eficiencia
conocimiento informativo
En el libro “Ética Médica: interrogantes acerca de la medicina, la vida y la muerte”.
Autor: Luis Alfonso Correa, MD colaboración de Juan Jose Sarmiento Díaz. (Pag.
177– 179) La genética es una de las ciencias que más se ha desarrollado en esta segunda mitad del
siglo veinte. La ingeniera genética ha realizado transformaciones en los seres vivos que han
sido altamente benéficas para la humanidad.
Todos conocemos los progresos hechos en el campo de la botánica donde se han producido
especies de plantas con las características deseadas. El avance de la biotecnología ha sido
vertiginoso. Ya se producen en los laboratorios por medio de recombinación del ADN la E.
coli, insulina, interferon, urokinasa,etc., en cantidades comerciales.
El gobierno de los Estados Unidos ha concedido la patente para nuevas formas de vida
animal. Se pretende recombinar animales con determinadas características somáticas y de
comportamiento, para un mayor beneficio económico, vgr. Ganado vacuno, aves, etc., que
crezcan más rápidamente y produzcan más leche o huevos, etc.
En el campo de la medicina es promisoria la cirugía genética con la cual, haciendo
alteraciones o sustituciones en el material genético, se corrigen defectos o se obtienen
cualidades para una determinada persona.
Podrán mejorare problemas como el de la hemoglobina S, cambiando el material genético
para que se produzcan cadenas de hemoglobina normales.
Así con muchos defectos congénitos y en un futuro, con los adquiridos.
Pero la biotecnología no va a detenerse y se está investigando hacer la colonización humana
que pretende reproducir un individuo con un genotipo idéntico al de un segundo individuo,
mediante la remoción del núcleo de una de las células somáticas de este e implantándolo en
un ovulo de su misma especie y al cual se le ha removido su propio núcleo. Así se
enfondarían seres humanos clónales como ya se están produciendo animales clónales. Los
seres humanos clonados serian muy semejantes pero no idénticos porque tendrían las
variaciones producidas por el medio ambiente, las cuales harían diferentes.
Con la ingeniería genética, se pretende mejorar la raza humana conservando los genotipos
óptimos, evitar trastornos genéticos, preservar la semejanza de la familia y de la raza,
predeterminar el sexo y evitarlos rechazos en casos de trasplantes de órganos o de tejidos.
Con la ingeniería genética se pretende mejorar la calidad de la raza humana y no dejar su
mejoramiento al azar. A esto se llama eugenesia.
CLASES DE EUGENESIA Existen dos clases de eugenesia: la eugenesia negativa y positiva.
1. Eugenesia negativa. Es el mejoramiento del genotipo eliminando los defectos específicos
que se presentan. Cada persona „normal‟ puede transportar entre dos y seis defectos
genéticos en sus genes. Cuando estos pueden ser transmitidos, se emplean medidas de
eugenesia que van desde la esterilización y los contraceptivos hasta la manipulación
genética.
La mayoría de las prácticas de eugenesia negativa no tiene problemas desde el punto de
vista ético, pues pretenden mejorar el ser humano evistando trastornos y enfermedades. Al
lograr esto, se obtiene una mejor calidad de vida, evitando el sufrimiento y se reducen los
costos de la atención de salud.
Un problema se presenta cuando el Estado o gobierno obliga a los ciudadanos a someterse a
las normas de eugenesia negativa. Exigir que para el matrimonio se requiera, un examen
genético para demostrar que no se posee genes nocivos que pueda transmitir a la
descendencia y en caso de ser positivo, prohibir su reproducción (Ramsey, 1970). Ante esta
situación se asumen dos posiciones: los que defienden la autonomía del ser humano por
sobre todo y los que colocan los intereses comunes antes que los individuales. Unos
afirman que la reproducción es un derecho inalienable de cada ser humano y que la ley civil
no puede coartar. Otros, por el contrario, consideran que la reproducción es un derecho que
tiene deberes para con el ser humano engendrado y la sociedad; por esto el Estado, puede
regularlo.
Así como el Estado en una determinada situación obliga a los ciudadanos a vacunarse, debe
así mismo educarlos para que sean responsables al engendrar y usen medidas de eugenesia
negativa. Si con esto no se logran resultados, podría el gobierno obligar a los ciudadanos a
usarlas.
La defensa de la autonomía de la persona humana no puede ser razón para hacer daño a un
tercero ni a la sociedad, la cual tendrá que asumir los perjuicios sociales y económicos de
estos problemas que son evitables.
Claro está que si hay unas efectivas campañas de educación, es seguro que las personas
entienden la bondad de las medidas de eugenesia negativa y las acepten.
2. Eugenesia Positiva. La eugenesia positiva es la manipulación del genotipo, con el fin de
obtener características específicas tales como una determinada estructura corporal o unos
rasgos característicos. En la época del III Reich no solo se practico la eugenesia negativa,
esterilizando en masa personas con defectos genéticos, sino que se hizo eugenesia positiva
al solamente permitir la reproducción de las personas con características ―optimas‖ según el
Fuhrer, para que la ―raza aria‖ se vigorizara y llegara a gobernar el universo.
La eugenesia positiva, distinto de la negativa, ha planteado muchos mas problemas éticos.
En primer lugar siendo que todos los seres humanos somos autónomos, nadie puede creerse
con el derecho a decidir sobre las características de otro ser humano, maxime si ellas
pueden comprometer su autonomía. Ahora puede manipularse, vgr. El color de los ojos,
mañana podrá hacerse con unas estructuras que definan el comportamiento de la persona y
con esto destruir su libertad (Yezzi, 1980)
Además, es fácil que quienes ordenen este tipo de eugenesia busquen dominar las personas
engendradas, atentando contra su autonomía. Un gobierno o grupo de personas pueden, por
ejemplo, hacer que se engendren personas con estatura alta y buen estado físico con el fin
de emplearlos en un determinado trabajo.
Investigación En los seres humanos
INVESTIGACIÓN EN SALUD DIMENSIÓN ÉTICA
Ciencia e investigación: Karin Lagos Bossman y Eduardo Rodríguez Yunta (Pags 29 –
31)
Investigación con sujetos humanos Consiste en la práctica científica que utiliza sujetos humanos para comprobar determinadas
hipótesis capaces de producir avances en el campo de la biomedicina o de las ciencias
sociales. Constituye una actividad de recolección de informaciones y datos, organizados
con algún interés social, que contribuye a formar conocimiento. De acuerdo con Lolas, la
investigación es un proceso social que produce conocimiento generalizable y renueva las
disciplinas intelectuales. Como tal, tiene una dimensión cultural que impone mantenerla y
financiarla. En todo proyecto cabe discernir un mérito técnico, juzgado por los pares en la
disciplina (diseño, métodos, seguimiento, tradición de pesquisa); otro científico (capacidad
de fertilizar disciplinas, ampliar el horizonte de los expertos y de quienes no lo son, inducir
a reflexión), y, un tercero, social (legitimidad con que se conduce el proyecto, efectos
saludables, justicia, metas comunitarias deseables). En toda investigación en que interviene
como objeto un ser humano surge inmediatamente un conflicto. El médico investigador
pone su tradicional deber de cuidado personal en conflicto directo con el de practicar
medicina científica. Según Jonás, cuando usamos a alguien como sujeto experimental no
sólo hacemos de él un ―medio‖ –eso ocurre en todos los contextos sociales– sino, también,
una cosa pasiva sobre la que se actúa, reducido a una mera ficha o muestra. Lo especial de
la experimentación en humanos, a diferencia de la experimentación con objetos, es que se
trata de personas en sí mismas y, por tanto, no hay simulación. Esto porque, aun en esos
casos, la persona sigue siendo agente.
La única excepción a la cosificación es contar con él de un modo realmente voluntario.
Además, se da una tensión entre el bienestar individual y el social, entre lo privado y lo
público. Al sostener que la sociedad está por encima del individuo se argumenta de forma
utilitarista, pues se busca la mayor felicidad para la mayor cantidad posible de personas. Se
piensa que ciertos derechos de los individuos deben ser sacrificados para el bienestar de la
sociedad, por lo que el consentimiento del individuo pasa a segundo plano. Sin embargo, la
Declaración de Helsinki señala claramente que ―los intereses del sujeto individual, expuesto
a riesgo directo, deben prevalecer sobre los intereses de la ciencia o de la sociedad‖. Por
otra parte, es fácil, sobre todo en situación de vulnerabilidad, que el potencial sujeto
confunda tratamiento con investigación ―malentendido terapéutico‖, ya que su principal
motivación está en la posibilidad de recibir lo primero y no en el progreso del conocimiento
para beneficio de la sociedad.
Ética e investigación con sujetos humanos
La investigación clínica –que se realiza con seres humanos, tanto sanos como enfermos– ha
tenido un peculiar recorrido histórico. Diego Gracia lo divide en tres etapas: Primer
período (hasta 1900): La investigación clínica fortuita o casual y la ética de la
beneficencia. Se defendía que todo acto médico realizado en seres humanos debía tener
siempre carácter o intención terapéutica y, por tanto, beneficente. Sólo por accidente
adquiría un carácter investigativo. Sin embargo, como se puede apreciar en el Corpus
Hippocraticum, en el médico siempre ha existido una tendencia innata a aprender de sus
pacientes, no limitándose sólo a aliviarlos o curarlos. Desde los griegos existían ciertos
prejuicios sobre la experimentación, porque, en primer término, tuvieron más confianza en
la razón que en la experiencia. No estaban de acuerdo con la experimentación en seres
humanos por considerarla perjudicial; sólo aceptaban la experimentación en animales,
cadáveres o condenados a muerte. A fines del siglo XVIII, Percival estableció el criterio
denominado per accidens, es decir, la aceptación del experimento ordinario, realizado en
todo tipo de pacientes; pero, en especial, en enfermos pobres de los hospitales, poniendo
énfasis en el criterio ético de beneficencia. Ese fue el criterio que prevaleció durante todo el
siglo XIX.
Segundo período (1900-1947): El experimento moderno. A diferencia del anterior, en este
período se sostuvo que sólo lo experimental puede justificarse como clínico, es decir, como
diagnóstico. El beneficio debía basarse en pruebas reales aportadas por la investigación
clínica. Esto permitió el paso de una medicina basada en la intención a una basada en la
evidencia. Adicionalmente, el respeto a la autonomía adquirió relevancia: es esencial el
consentimiento voluntario de los sujetos para participar en investigación.
Complementariamente, debe existir autonomía de los investigadores. El Código de
Nuremberg constituyó un elemento orientador respecto de su autocontrol y condición
moral, evitando caer en investigaciones improcedentes y dañinas.
Tercer período (1947 hasta hoy): La investigación clínica regulada y la nueva ética de la
responsabilidad en la experimentación con seres humanos. Tras la experiencia nacional-
socialista, se concluyó que esta idea del autocontrol de los científicos no daba buenos
resultados: los abusos continuaron y de una manera frecuente. Surgieron entonces dos
posturas: una criticaba la ética de autonomía y el Código de Nuremberg del segundo
período, mirando con nostalgia la primera etapa; otra, que fue la que finalmente predominó,
proponía un sistema más complejo de principios que reflejara la situación real. Por tanto, la
nueva la ética del ensayo clínico se estructuró bajo tres criterios: autonomía
(consentimiento informado del paciente), beneficencia (relación riesgo/beneficio) y justicia
(selección equitativa de los sujetos sometidos al ensayo). En consecuencia, a la carencia de
consentimiento le sigue el consentimiento informado; a la utilización de sujetos pobres y
enfermos, el principio de selección equitativa; y a la casi nula evaluación objetiva de
riesgos, la estricta revisión de éstos. Adicionalmente a estas consideraciones, la
investigación clínica ha transitado de la medicina basada en la intención (subjetiva) a otra
basada en evidencias o pruebas objetivas. Desde una perspectiva ética, la experimentación
científica en seres humanos está obligada a cumplir los siguientes requisitos:
a) Idoneidad científica de los investigadores; en consecuencia, conocimiento del
método científico.
b) Certeza de la inocuidad de las sustancias o técnicas probadas en animales.
c) Conocimiento riguroso del estado de salud o enfermedad de quienes se presten
voluntariamente a la experiencia.
d) Consentimiento informado por parte de cada voluntario, que debe saber claramente
lo que se desea obtener con el fármaco o la técnica, y los actuales y remotos
peligros que podría acarrear.
e) Libertad de la persona para retirarse de la experimentación en cualquier momento si
así lo desea.
f) Suspensión inmediata de la experimentación si aparecen daños en la salud
atribuibles al fármaco o a la técnica nueva.
g) Certeza de la salud mental de los candidatos en prevención de neurosis
hipocondríacas difíciles de curar.
h) Aprobación del proyecto por una comisión de ética de la universidad o de alguna
institución científica de reconocido prestigio, integrada por científicos y médicos
importantes en el campo de la ciencia, de la medicina y de la ética, y de la cual no
forme parte ninguno de los participantes en el proyecto. En algunos centros se
nombra a un investigador ajeno idóneo para controlar la salud de las personas
sometidas al experimento; además, se exige la presencia de un abogado o del
representante de alguna religión. Sin embargo, ninguna norma, ordenanza,
lineamiento, directriz o guía puede reemplazar el juicio de los profesionales
calificados o los dictados de una conciencia sensible a principios morales. Las
normas no tienen una sola lectura: sus significados pueden ser múltiples y están
expuestos a inadecuada comprensión, tergiversación intencionada y
desconocimiento. La educación de los investigadores es esencial para que adquieran
conciencia crítica y raciocinio bioético.
¿Qué es Bioética?
La bioética es la rama de la ética que se dedica a proveer los principios para la correcta
conducta humana respecto a la vida, tanto de la vida humana como de la vida no humana
(animal y vegetal), así como del ambiente en el que pueden darse condiciones aceptables
para la vida.
En su sentido más amplio, la bioética no se limita al ámbito médico, sino que incluye todos
los problemas éticos que tienen que ver con la vida en general, extendiendo de esta manera
su campo a cuestiones relacionadas con el medio ambiente y al trato debido a los animales.
La bioética es una disciplina relativamente nueva, y el origen del término corresponde al
pastor protestante, teólogo, filósofo y educador alemán Fritz Jahr, quien en 1927 usó el
términoBio-Ethik en un artículo sobre la relación ética del ser humano con las plantas y los
animales.1 Más adelante, en 1970, el oncólogo norteamericano Van Rensselaer
Potter utilizó el término bio-ethics en un artículo sobre "la ciencia de la supervivencia".
Definición y dominios
La bioética abarca las cuestiones éticas acerca de la vida que surgen en las relaciones
entre biología, nutrición, medicina, química, política (no debe confundirse con la
"biopolítica"5 ),derecho, filosofía, sociología, antropología, teología, etc. Existe un
desacuerdo acerca del dominio apropiado para la aplicación de la ética en temas biológicos.
Algunos bioéticos tienden a reducir el ámbito de la ética a lo relacionado con los
tratamientos médicos o con la innovación tecnológica. Otros, sin embargo, opinan que
la ética debe incluir lo relativo a todas las acciones que puedan ayudar o
dañar organismos capaces de sentir miedo y dolor. En una visión más amplia, no sólo hay
que considerar lo que afecta a los seres vivos (con capacidad de sentir dolor o sin tal
capacidad), sino también al ambiente en el que se desarrolla la vida, por lo que también se
relaciona con la ecología.
El criterio ético fundamental que regula esta disciplina es el respeto al ser humano, a
sus derechos inalienables, a su bien verdadero e integral: la dignidad de la persona.
Por la íntima relación que existe entre la bioética y la antropología, la visión que de ésta se
tenga condiciona y fundamenta la solución ética de cada intervención técnica sobre el ser
humano.
La bioética es con frecuencia asunto de discusión política, lo que genera crudos
enfrentamientos entre aquellos que defienden el progreso tecnológico en forma
incondicionada y aquellos que consideran que la tecnología no es un fin en sí, sino que
debe estar al servicio de las personas y bajo el control de criterios éticos; o entre quienes
defienden los derechos para algunos animales y quienes no consideran tales derechos como
algo regulable por la ley; o entre quienes están a favor o en contra del aborto o la eutanasia.
Las primeras declaraciones de bioética surgen con posterioridad a la Segunda Guerra
Mundial, cuando el mundo se escandalizó tras el descubrimiento de los experimentos
médicos llevados a cabo por los facultativos del régimen hitleriano sobre los prisioneros en
los campos de concentración.
Principios fundamentales de la bioética
Principio de autonomía
La autonomía expresa la capacidad para darse normas o reglas a uno mismo sin influencia
de presiones externas o internas. El principio de autonomía tiene un carácter imperativo y
debe respetarse como norma, excepto cuando se dan situaciones en que las personas puedan
no ser autónomas o presenten una autonomía disminuida ( personas en estado vegetativo o
con daño cerebral, etc.), en cuyo caso será necesario justificar por qué no existe autonomía
o por qué ésta se encuentra disminuida. En el ámbito médico, el consentimiento
informado es la máxima expresión de este principio de autonomía, constituyendo un
derecho del paciente y un deber del médico, pues las preferencias y los valores del enfermo
son primordiales desde el punto de vista ético y suponen que el objetivo del médico es
respetar esta autonomía porque se trata de la salud del paciente.
Principio de beneficencia
Obligación de actuar en beneficio de otros, promoviendo sus legítimos intereses y
suprimiendo prejuicios. En medicina, promueve el mejor interés del paciente pero sin tener
en cuenta la opinión de éste. Supone que el médico posee una formación y conocimientos
de los que el paciente carece, por lo que aquél sabe (y por tanto, decide) lo más conveniente
para éste. Es decir "todo para el paciente pero sin contar con él".
Un primer obstáculo al analizar este principio es que desestima la opinión del paciente,
primer involucrado y afectado por la situación, prescindiendo de su opinión debido a su
falta de conocimientos médicos. Sin embargo, las preferencias individuales de médicos y de
pacientes pueden discrepar respecto a qué es perjuicio y qué es beneficio. Por ello, es difícil
defender la primacía de este principio, pues si se toman decisiones médicas desde éste, se
dejan de lado otros principios válidos como la autonomía o la justicia.
Principio de no maleficencia (Primum non nocere)
Abstenerse intencionadamente de realizar acciones que puedan causar daño o perjudicar a
otros. Es un imperativo ético válido para todos, no sólo en el ámbito biomédico sino en
todos los sectores de la vida humana. En medicina, sin embargo, este principio debe
encontrar una interpretación adecuada pues a veces las actuaciones médicas dañan para
obtener un bien. Entonces, de lo que se trata es de no perjudicar innecesariamente a otros.
El análisis de este principio va de la mano con el de beneficencia, para que prevalezca el
beneficio sobre el perjuicio.
Las implicaciones médicas del principio de no maleficencia son varias: tener una formación
teórica y práctica rigurosa y actualizada permanentemente para dedicarse al ejercicio
profesional, investigar sobre tratamientos, procedimientos o terapias nuevas, para mejorar
los ya existentes con objeto de que sean menos dolorosos y lesivos para los pacientes;
avanzar en el tratamiento del dolor; evitar la medicina defensiva y, con ello, la
multiplicación de procedimientos y/o tratamientos innecesarios.
Principio de justicia
Tratar a cada uno como corresponda, con la finalidad de disminuir las situaciones de
desigualdad (ideológica, social, cultural, económica, etc.).
La relación médico-paciente se basa fundamentalmente en los principios de beneficencia y
de autonomía, pero cuando estos principios entran en conflicto, a menudo por la escasez de
recursos, es el principio de justicia el que entra en juego para mediar entre ellos. En
cambio, la política sanitaria se basa en el principio de justicia, y será tanto más justa en
cuanto que consiga una mayor igualdad de oportunidades para compensar las
desigualdades.
Ámbitos de la bioética
Problemas éticos derivados de las profesiones sanitarias: transfusiones de
sangre, eutanasia, trasplantes de órganos, reproducción asistida o mediante fertilización
in vitro, aborto, todos los asuntos implicados en la relación médico-paciente.
Problemas de la investigación científica, en particular la investigación biomédica, que
tanto pueden transformar al hombre: manipulación genética, tecnologías reproductivas
como la fecundación in vitro o la (por ahora sólo hipotética) clonación humana, etc.
Temáticas relativas a la relación entre neurología y ética, que daría lugar a lo que se
conoce como neuroética.
La bioética clínica, referida a las decisiones éticas que se toman en la práctica
profesional, vinculada a la deontología médica clásica y que se focaliza en los casos
individuales de los pacientes que plantean la resolución de un problema ético
En el libro “INTRODUCCIÓN A LA BIOÉTICA
LA INGENIERIA GENÉTICA, LA BIOTECNOLOGÍA Y LA REPROGENÉTICA:
RETOS PARA HOMBRE DE LA POSTMODERNIDAD”
El término ―manipulación‖. Desde el punto de vista etimológico se ha aceptado por los
diccionarios etimológicos que el término manipulación y sus derivados provienen, en las
lenguas occidentales (alemán, español, francés, ingles, italiano y portugués), del latín
manipulus, manipulare, manipulatio, manipulator, los cuales a su vez, tienen las raíces latinas
manus(mano) y pleo(llenar). En consecuencia, el significado original se encuentra conectado
con la idea de ―lo que puede ser contenido en la mano‖. Era lo que se planteó propiamente con
manipulushablando de plantas, semillas, sustancias químicas, etc., en relación con las antiguas
artes de la orfebrería, la farmacopea o la alquimia. La acción correspondiente: manipulare y
manipulatio, se enfocan en la acción y arte de combinar o manejar diversos elementos para
obtener un resultado distinto del que se obtiene a partir de los componentes por separado. De
aquí la idea de tratamiento, elaboración, manejo y transformación como acciones del hombre a
través de sus manos sobre productos químicos (química y farmacia), sobre los metales
(orfebrería) o sobre su propio cuerpo (medicina y cirugía). El hombre en posición de poder, al
poseer el conocimiento técnico o científico, es capaz de transformarse así mismo o al entorno.
Luego se desprende una connotación negativa al término en cuanto a que podemos hablar de
―poder de manipulación‖ del hombre que puede llegar a un intento deliberado por impedir la
libertad de la persona humana.
Originalmente, a las prácticas asociadas con la manipulación genética, comúnmente se les
conoce como ―ingeniería genética‖, en lo que quizá sea su acepción más negativa. Aquí no se
trata de curar una patología genética, sino de la pura manipulación genética ya sea germinal o
somática, con miras a crear hombres con un patrimonio genético diferente y predeterminado. Se
trata de producir o ―fabricar hombres‖ con ciertas características genotípicas o fenotípicas de
acuerdo al criterio de una pareja, un investigador científico, una colectividad o un gobierno. La
distinción entre ―curar‖ una enfermedad y ―modificar‖ algo que no está enfermo y es
constitutivo de la persona, ayuda cuando se trata de discernir en ésta materia. Está muy claro
que la enfermedad debe siempre ser combatida, pero al mismo tiempo, también está claro que
la persona es siempre persona, no importa cuáles sean sus defectos o capacidades. Se nota aquí
que las grandes ventajas de las terapias génicas también implican graves riesgos a la dignidad
humana. Las terapias derivadas de la ingeniería genética, que han comenzado con
bienintencionados propósitos, podrían degenerar en errores, pues los que han tomado y toman
parte en el curso de estas investigaciones no son inmunes a las ambiciones humanas.
La manipulación genética se ubica alrededor de la posibilidad de ―reconstruir al hombre‖.
Muchos sistemas totalitarios han hablado en estos términos e implementado extensos
programas de manipulación genética a través de un control sistemático sobre la población en
edad reproductiva, lo que conocemos como eugenesia. El autor cita a Francis Galton en sus
escritos plantea que la selección natural ya no le funciona a la raza humana porque las
instituciones de caridad, y los gobiernos protegen a los débiles, enfermos, ineptos, los cuales
tienen la oportunidad de sobrevivir para propagarse. Afirma Galton que este tipo de prácticas
condujeron a la decadencia de la raza humana y a toda clase de enfermedades, lo cual
constituye en la práctica una plaga social. Continua diciendo Francis Galton (primo de Charles
Darwin), que se debe poner freno a esta decadencia prohibiendo la propagación de los
degenerados, de los débiles mentales, de los criminales y en fin de todos los elementos
indeseables de la sociedad. Estas medidas, de acuerdo al movimiento eugenésico Galtoniano,
deben ser tomadas por los gobiernos (poder de manipulación) a través de la prohibición de
matrimonios entre personas inferiores, las cuales finalmente deben ser separadas de la sociedad
o sometidas a la esterilización (forzosa).
Los seguidores a ultranza de la eugenesia se placen en decir que la verdadera caridad significa
ayudar a los fuertes en lugar de los débiles y así acelerar la desaparición de las ―razas
inferiores‖. Los gobiernos totalitarios una pareja, un investigador científico, una colectividad o
un gobierno. La distinción entre ―curar‖ una enfermedad y ―modificar‖ algo que no está
enfermo y es constitutivo de la persona, ayuda cuando se trata de discernir en ésta materia. Está
muy claro que la enfermedad debe siempre ser combatida, pero al mismo tiempo, también está
claro que la persona es siempre persona, no importa cuáles sean sus defectos o capacidades. Se
nota aquí que las grandes ventajas de las terapias génicas también implican graves riesgos a la
dignidad humana. Las terapias derivadas de la ingeniería genética, que han comenzado con
bienintencionados propósitos, podrían degenerar en errores, pues los que han tomado y toman
parte en el curso de estas investigaciones no son inmunes a las ambiciones humanas.
Hoy la manipulación genética hace más fácil el trabajo eugenésico gracias a las poderosas
tecnologías de la biología molecular, que han permitido el desarrollo de exámenes conocidos
como tests genéticos.
PAUTAS ÉTICAS INTERNACIONALES PARA LA INVESTIGACIÓN BIOMÉDICA
EN SERES HUMANOS
Preparadas por el Consejo de Organizaciones Internacionales de las Ciencias Médicas
(CIOMS) en colaboración con la Organización Mundial de la Salud Ginebra 2002 (Pags
23 – 25)
El término ―investigación‖ se refiere a un tipo de actividad diseñada para desarrollar o
contribuir al conocimiento generalizable. El conocimiento generalizable consiste en teorías,
principios o relaciones, o acumulación de la información sobre la que se basan, que puede ser
corroborado por métodos científicos aceptados de observación e inferencia. En el presente
contexto,
―investigación‖ incluye los estudios médicos y de comportamiento relativos a la salud humana.
Por lo general, el término ―investigación‖ es acompañado por el adjetivo ―biomédica‖ para
indicar su relación con la salud. El progreso en la atención médica y en la prevención de
enfermedades depende de la comprensión de procesos fisiológicos y patológicos o de
descubrimientos epidemiológicos y, en algún momento, requiere investigación en seres
humanos. La obtención, análisis e interpretación de la información surgida de la investigación
en seres humanos contribuye de manera significativa a mejorar la salud humana. La
investigación en seres humanos incluye:
- Estudios de procesos fisiológicos, bioquímicos o patológicos, o de la respuesta a una
intervención específica -física, química o psicológica- en pacientes o sujetos sanos;
- Ensayos controlados de intervenciones diagnósticas, preventivas o terapéuticas en grandes
grupos de personas, diseñados para demostrar una respuesta específica generalizable a esas
intervenciones contra un fondo de variación biológica individual;
- Estudios diseñados para determinar las consecuencias de intervenciones preventivas o
terapéuticas específicas para individuos y comunidades; y
- Estudios sobre el comportamiento humano relacionado con la salud en variadas circunstancias
y entornos.
La investigación en seres humanos puede emplear observación o intervención física, química o
psicológica; puede también generar registros o utilizar datos existentes que contengan
información biomédica u otra información acerca de los individuos, quienes pueden o no ser
identificados a partir de los registros o de la información. El uso de tales registros y la
protección de la confidencialidad de los datos obtenidos de estos archivos son tratados en el
documento International GuidelinesforEthicalReview of EpidemiologicalStudies(Pautas
Internacionales para la Revisión Ética de Estudios Epidemiológicos) (CIOMS, 1991).
La investigación puede estudiar el entorno social, manipulando factores que podrían afectar de
cierta manera a individuos expuestos casualmente. Se define esta investigación en términos
amplios, de manera que pueda abarcar estudios de campo de organismos patógenos y de
químicos tóxicos investigados para propósitos relacionados con la salud.
Debe distinguirse la investigación biomédica en sujetos humanos de la práctica de la medicina,
la salud pública u otras formas de atención de salud, que están diseñadas para contribuir
directamente a la salud de los individuos o comunidades. Los potenciales sujetos pueden
confundirse cuando la investigación y la práctica médica son realizadas simultáneamente; por
ejemplo, cuando la investigación se diseña para obtener información nueva sobre la eficacia de
un medicamento u otra modalidad terapéutica, preventiva o diagnóstica.
Tal como lo establece la Declaración de Helsinki en el párrafo 32,
―Cuando en la atención de un enfermo los métodos preventivos, diagnósticos o terapéuticos
probados han resultado ineficaces o no existen, el médico, con el consentimiento informado del
paciente, puede permitirse usar procedimientos preventivos, diagnósticos y terapéuticos nuevos
o no comprobados, si, a su juicio, ello da alguna esperanza de salvar la vida, restituir la salud o
aliviar el sufrimiento. Siempre que sea posible, tales medidas deben ser investigadas a fin de
evaluar su seguridad y eficacia. En todos los casos, esa información nueva debe ser registrada
y, cuando sea oportuno, publicada. Se deben seguir todas las otras normas pertinentes de esta
declaración: ―Aquellos profesionales cuyos roles combinan investigación y tratamiento tienen
la obligación especial de proteger los derechos y el bienestar de los pacientes-sujetos. Un
investigador que acepta actuar como médico-investigador asume algunas o todas las
responsabilidades legales y éticas del médico respecto del cuidado primario del sujeto. En tal
caso, si el sujeto desiste de la investigación debido a complicaciones relacionadas con ella o en
el ejercicio de su derecho a desistir sin pérdida de beneficio, el médico tiene la obligación de
continuar proporcionándole atención médica, preocuparse de que reciba el cuidado necesario en
el sistema de atención de salud, u ofrecer ayuda para encontrar otro médico.
La investigación en seres humanos debiera ser realizada o supervisada sólo por investigadores
debidamente calificados y experimentados, de acuerdo con un protocolo que establezca
claramente el objetivo de la investigación, las razones para incluir seres humanos, la naturaleza
y grado de cualquier riesgo conocido para los sujetos, las fuentes desde las cuales se propone
reclutar sujetos y los medios propuestos para asegurar que su consentimiento será
adecuadamente informado y voluntario. El protocolo debiera ser evaluado científica y
éticamente por uno o más comités de evaluación adecuadamente constituidos, independientes
de los investigadores. Antes de ser aprobadas para su uso general, las nuevas vacunas y
medicamentos deben ser probados en seres humanos mediante ensayos clínicos; dichos ensayos
constituyen una parte sustancial de la investigación en seres humanos.
¿Qué es el código ético medico?
El Código de Ética del Colegio Médico de Honduras, es el conjunto de principios éticos y
morales que dentro de su función gremial orienta a todos los médicos que como tales,
ejercen su profesión y que están en el deber ineludible de ajustar su conducta a lo referido
en el presente Código: Respeto a la dignidad humana, a la vida y a los derechos humanos.
¿Qué es el aborto?
Se considera aborto a la interrupción espontánea o provocada del embarazo antes
de que el feto sea viable (antes de comience a presentar signos de actividad vital
avanzada) El problema de la viabilidad depende del marco legal de cada país.
Tipos de aborto
Aborto inducido, como interrupción voluntaria del embarazo (IVE) que puede
practicarse de dos formas:
Aborto con medicamentos o aborto no quirúrgico;
Aborto quirúrgico
Aborto terapéutico o aborto indirecto; normalmente practicado como aborto
quirúrgico;
Aborto espontáneo o aborto natural, por causas no provocadas intencionalmente o
como consecuencia indirecta de golpes o traumatismos.
Muerte fetal denominación específica cuando la edad gestacional es superior a
22 semanas.
Código Penal de Honduras
Artículo 126. El aborto es la muerte de un ser humano en cualquier momento del embarazo
o durante el parto. Quien intencionalmente cause un aborto será castigado:
1) Con tres (3) a seis (6) años de reclusión si la mujer lo hubiese consentido;
2) Con seis (6) a ocho (8) años de reclusión si el agente obra sin el consentimiento de la
madre y sin emplear violencia o intimidación; y,
3) Con ocho (8) a diez (10) años de reclusión si el agente emplea violencia, intimidación o
engaño.
Artículo 127. Se impondrán las penas señaladas en el Artículo anterior y la de multa de
quince mil (L. 15,000.00) a treinta mil Lempiras (L. 30,000.00) al médico que, abusando de
su profesión, causa o coopera en el aborto.
Las mismas sanciones se aplicarán a los practicantes de medicina, paramédicos,
enfermeros, parteros o comadronas que cometan o participen en la comisión del aborto.
Artículo 128. La mujer que produzca su aborto o consienta que otra persona se lo cause,
será sancionada con reclusión de tres (3) a seis (6) años.
Artículo 132. Quien por actos de violencia ocasiona el aborto sin el propósito de causarlo,
constándole el estado de embarazo de la ofendida, será sancionado con reclusión de cuatro
(4) a seis (6) años.
¿Qué es la eutanasia? Según indica el DRAE, es la acción u omisión que, para evitar sufrimientos a los pacientes
enfermos o terminales, acelera su muerte con su consentimiento o sin él. También indica el
DRAE que eutanasia es la muerte sin sufrimiento físico.
La eutanasia tiene por finalidad evitar sufrimientos insoportables o la prolongación
artificial de la vida a un enfermo. Para que la eutanasia sea considerada como tal, el
enfermo ha de padecer, necesariamente, una enfermedad terminal o incurable, y en segundo
lugar, el personal sanitario ha de contar expresamente con el consentimiento del enfermo.
Clasificaciones de eutanasia
En el medio hispanohablante se han introducido conceptos de la evaluación ética de la
eutanasia y se la califica de directa o indirecta en cuanto existe o no la intención de
provocar primariamente la muerte en las acciones que se realizan sobre el enfermo
terminal. En el contexto anglosajón, se distingue entre la eutanasia como acción y la
eutanasia como omisión (dejar morir). Su equivalente sería eutanasia activa y eutanasia
pasiva, respectivamente. También se utilizan, en forma casi sinónima, las calificaciones de
positiva y negativa respectivamente.
Sin embargo, la Organización Médica Colegial española y otras instituciones no aceptan la
distinción terminológica entre «activa» y «pasiva», porque lleva a confusión. Consideran
que la eutanasia es siempre deontológicamente condenable. Cosa bien distinta puede ser el
acto médico de suspender un tratamiento inútil.3
1. Eutanasia directa: Adelantar la hora de la muerte en caso de una enfermedad incurable,
esta a su vez posee dos formas:
A. Activa: Consiste en provocar una muerte indolora a petición del afectado; el caso
más frecuentemente mostrado es el cáncer, pero pueden ser también enfermedades
incurables como el sida. Se recurre, como se comprende, a sustancias especiales
mortíferas o a sobredosis de morfina.
B. Pasiva: Se deja de tratar una complicación, por ejemplo una bronconeumonía, o de
alimentar por vía parenteral u otra al enfermo, con lo cual se precipita el término de
la vida; es una muerte por omisión. De acuerdo con Pérez Varela«la eutanasia
pasiva puede revestir dos formas: la abstención terapéutica y la suspensión
terapéutica. En el primer caso no se inicia el tratamiento y en el segundo se
suspende el ya iniciado ya que se considera que más que prolongar el vivir,
prolonga el morir». Debe resaltarse que en este tipo de eutanasia no se abandona en
ningún momento al enfermo.
2. Eutanasia indirecta: Consiste en efectuar procedimientos terapéuticos que tienen como
efecto secundario la muerte, por ejemplo la sobredosis de analgésicos, como es el caso de la
morfina para calmar los dolores, cuyo efecto agregado, como se sabe, es la disminución de
la conciencia y casi siempre una abreviación de la vida. Aquí la intención, sin duda, no es
acortar la vida sino aliviar el sufrimiento, y lo otro es una consecuencia no deseada. Entra
así en lo que desde Tomás de Aquino se llama un problema de doble efecto, que resulta
previsto pero no buscando que sea adelantada la muerte del paciente.
Sobre la dignidad de la vida humana
El concepto de «dignidad humana» se invoca tanto para defender la eutanasia como para
rechazarla.
Así, para los defensores de la eutanasia, la dignidad humana del enfermo consistiría en el
derecho a elegir libremente el momento de la propia muerte; para sus detractores, la
dignidad humana obliga a oponerse a la eutanasia, por considerarlo una arbitrariedad
humana frente a un problema moral, ya sea fundamentado en la religión (la elección de la
muerte es una decisión exclusivamente divina) o en principios de carácter laico e incluso
ateos.
Evidentemente, tras este uso equívoco del término «dignidad humana» subyacen distintas
concepciones del ser humano, de la libertad, de la ciencia médica y del conjunto de los
derechos humanos.
Argumentos a favor
Médicos
Desde siempre, los médicos han participado en la toma de decisiones sobre el fin de la vida
y actualmente es común suspender o no instaurar tratamientos en determinados casos,
aunque ello lleve a la muerte del paciente. Sin embargo, a veces los médicos deciden por su
propia parte si el paciente debe morir o no y provocan su muerte, rápida y sin dolor. Es lo
que se conoce como limitación del esfuerzo terapéutico, limitación de tratamientos o,
simplemente, eutanasia agresiva. Normalmente la eutanasia se lleva a cabo con el
conocimiento y anuencia de los familiares y/o curadores del paciente.
En medicina, el respeto a la autonomía de la persona y los derechos de los pacientes son
cada vez más ponderados en la toma de decisiones médicas.
En sintonía con lo anterior, la introducción del consentimiento informado en la relación
médico-paciente, y para éstas situaciones, la elaboración de un documento de voluntades
anticipadas sería una buena manera de regular las actuaciones médicas frente a situaciones
hipotéticas donde la persona pierda total —o parcialmente— su autonomía para decidir, en
el momento, sobre las actuaciones médicas pertinentes a su estado de salud.
Argumentos en contra
Máquina utilizada para facilitar la eutanasia a enfermos terminales mediante el método de
inyección letal. Fue utilizada por cuatro personas durante 1996 y 1997, período en el que
fue de uso legal en Territorio del Norte (Australia). Se exhibe en un museo de Londres.5
Los argumentos en contra inciden en la «inviolabilidad» de la vida humana, la defensa de
su dignidad independientemente de las condiciones de vida o la voluntad del individuo
implicado, y las repercusiones sociales de desconfianza que podría conllevar la eutanasia.
La Asociación Médica Mundial considera contrarios a la ética y condena tanto el suicidio
con ayuda médica como la eutanasia.6 En cambio recomienda los cuidados paliativos.
7
La eutanasia, es decir, el acto deliberado de poner fin a la vida de un paciente, aunque sea
por voluntad propia o a petición de sus familiares, es contraria a la ética. Ello no impide al
médico respetar el deseo del paciente de dejar que el proceso natural de la muerte siga su
curso en la fase terminal de su enfermedad.
Declaración sobre la Eutanasia adoptada por la 38. Asamblea Médica Mundial
Madrid (España), octubre de 1987
El Comité Permanente de Médicos Europeos anima a todos los médicos a no participar en
la eutanasia, aunque sea legal en su país, o esté despenalizada en determinadas
circunstancias.
La Organización Médica Colegial de España considera que «la petición individual de la
eutanasia o el suicidio asistido deben ser considerados generalmente como una demanda de
mayor atención pudiendo hacer que desaparezca esta petición aplicando los principios y la
práctica de unos cuidados paliativos de calidad».
En el caso de los Países Bajos, uno de los primeros países en despenalizar al médico que
practique la eutanasia, el estudio Remmelink reveló que en más de mil casos el médico
admitió haber causado o acelerado la muerte del paciente sin que éste lo pidiera, por
razones variadas, desde la imposibilidad de tratar el dolor, la falta de calidad de vida o por
el hecho de que tardara en morir.