Mtro. Moisés Contreras Reinoso moy@iteso.mx. Nuevas adicciones Hablar de las nuevas adicciones nos...

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Mtro. Moisés Contreras Reinosomoy@iteso.mx

Nuevas adiccionesHablar de las nuevas adicciones nos obliga

a pensar que hay unas viejas, y eso, en cierta manera, es cierto.

Las viejas adicciones son las universales: las sustancias como los opiáceos, el tabaco, la cocaína, cannabis, (Marihuana) el alcohol y las anfetaminas, la adicción al sexo, al poder político, económico y a la vanidad.

La realidad social actual ha extendido el abanico de adicciones, haciendo compleja la distinción entre adicción y hábito.

Las nuevas adicciones serían las «viejas», más otras que se están generando en esta nueva época:

Relacionadas con la manera de comerManejo del InternetCelular (Black Berry, Iphone, otros)VideojuegosPornografíaAmigos o familiares (codependencia)

Redes sociales TrabajoComprasLa bolsa de valoresEl juego (casino, cartas, apuestas, etc.)TelevisiónEstética (operaciones o tratamientos)Tarjetas de créditoViajesAgresiones

Gimnasio (Hacer ejercicio en extremo)Deporte (Golf, maratones, futbol, etc.)Deportes y actividades extremasVer deportes por televisiónNoticierosBebidas energéticasPerforaciones y tatuajes en el cuerpoVelocidad (autos, motos, otros)Actividades nocturnasEmociones

Y todo lo que lleve a la pérdida de control sobre una conducta compulsiva que tiene efecto negativos sobre nuestro organismo y nuestra vida emocional y social.

Nuestras sociedades complejas están creando nuevas adicciones, que no tienen que ver con sustancias químicas, sino con nuestra manera de vivir, trabajar y amar.

Una adicción es un estado de dependencia tan fuerte con respecto a algo, que vivir sin ello durante un tiempo significativo, resulta difícil o imposible.

Tres ejes del concepto de adicción En primer lugar, un eje biológico: Las

personas propensas a la adicción tienen un proceso químico particular que los hace más vulnerables.

El segundo eje de la adicción tiene un punto de vista psicológico. Habría unos tipos de personalidad que favorecerían estas dependencias en función de las experiencias vividas, de la propia biografía, de los propios valores.

En tercer lugar, habría unos elementos sociales, en función del contexto y en función de la cultura, que también contribuirían a hacer que entráramos en este mundo adictivo.

No se sabe por qué razón ciertas personas tienen más posibilidades de ser adictas, aunque se sospecha de cierta predisposición genética, y los factores ambientales probablemente desempeñen un papel importante.

Aunque los síntomas son específicos para cada sustancia o actividad, hay varios

síntomas generales que se dan en todas las adicciones:

Comprenden el desarrollo de la tolerancia (Cada vez se necesita más cantidad para obtener el mismo efecto)

Síntomas de malestar físico y/o psíquico cuando se les priva de la sustancia o actividad.

La búsqueda constante de la sustancia o actividad pese a que pueda ser perjudicial para la salud mental o física o la vida social.

Bases cerebrales de las conductas adictivas.

La clave parece estar en el sistema límbico, el responsable de las emociones, tales como la agresividad, el placer, el miedo y la formación de la memoria.

En él reside el mecanismo de placer- recompensa, íntimamente relacionado con los mecanismos de supervivencia y reproducción.

Se creé que las sustancias o actividades adictivas afectan al cerebro de tal manera que éste reacciona de la misma manera en que responde a las experiencias placenteras. Incrementando por lo tanto la liberación del neurotransmisor dopamina y activando el área Septal del cerebro (Centrodel placer)

Cuando hacemos algo que nos resulta adaptativamente ventajoso como comer, conocer a alguien interesante, tener sexo, el cerebro segrega un neurotransmisor llamado dopamina y activa el SeptumCerebral.

La dopamina activa las vías del placer del sistema límbico (Septum) produciendo una mezcla de euforia y confort, es por eso que nos gusta.

El cuerpo nos recompensa con placer para repetir la acción, no importa el esfuerzo.

En una sociedad de abundancia y sin retos, la dopamina surge en actividades no saludables, como drogas químicas y sociales, cubre el hueco que dejo el placer de los retos de la supervivencia.

Por lo tanto hay que tomar en cuenta el entorno social para entender una adicción.

El cerebro se adapta a los estímulos y necesita cada vez más para sentir el mismo efecto placentero.

Si no consigo lo que mi cerebro pide, surge el síndrome de abstinencia y busca más estímulos para sentirse bien.

Repetimos acciones placenteras como amigos, sexo, comer, porque activamos las vías de recompensa, aumenta la dopamina, aumenta la euforia, aumenta el placer y en algunos casos libera noradrenalina preparándose para el peligro y conseguir de manera rápida el placer que quiere.

Las adicciones dependen del contexto, éste estimula comportamientos adictivos por repetición de estímulos temporales.

Las personas que tienen un daño en el lóbulo prefrontal llegan a tener problemas al controlar el placer y el peligro, se vuelven cerebros vulnerables, también es el caso de adultos que no desean crecer.

Los niños y adolescentes no tienen totalmente estimulado el lóbulo prefrontal lo que los hace igualmente vulnerables.

El cerebro adicto se modifica, se enferma y requiere alta dopamina para activar constantemente las zonas del pacer.

Para poder eliminar la adicción la voluntad no es suficiente. Porque surge del propio modo de pensar que causa la adicción: la creencia de que hay una sola solución rápida para todo y que si solo ejercemos el debido control podemos evitar todo dolor y malestar

Recurrir exclusivamente a la fuerza de voluntad para atajar una adicción es lo que se denomina: un cambio de primer orden.

El cambio de segundo orden para la adicción implica no esforzarse más por controlar la adicción, sino rendirse y admitir la derrota: reconocer que se ha perdido el control.

Al adicto esto le resulta difícil de aceptar.

Solo cuando uno deja de esforzarse, y se acepta a si mismo tal como es y admite que ha perdido el control, entonces podrá empezar a recobrar el control.

Es una paradoja, pero así inicia la recuperación

Toda la dinámica de la recuperación, de hecho, no radica en el autocontrol,

sino en la autoaceptación

Para superar la adicción se requiere un cambio de segundo orden, un nuevo modo de concebirla.

Las adicciones a las drogas, al sexo, las compras, al trabajo, al internet, a la comida, a ciertas personas, no son fenómenos totalmente desvinculados entre sí.

Lo que resulta cada vez más evidente es que la causa original de la adicción no radica en la sustancia o en la actividad especifica sino también en nosotros mismos.

Muchas adicciones sociales parecen bastante inofensivas y a veces hasta cómicas, pero para una cantidad creciente en la sociedad la actividad adictiva se ha convertido en un fin en sí mismo que tiraniza y controla sus vidas en lugar de enriquecerlas.

El adicto era algún sujeto extraño a nosotros, era ese pobre infeliz, un marginado, el producto de una educación marcada por la pobreza o alguien que sin lugar a dudas estaba mentalmente trastornado.

En la sociedad el adicto no era yo.

Todos hemos crecido en una sociedad adictiva en medio de condiciones que engendran una vulnerabilidad a la adicción, la mayoría de nosotros nos situamos en algún punto de esta línea continua.

Somos vulnerables endistintos grados segúncomo somos en nuestrointerior…

Revisar obsesivamente nuestro correo electrónico.

Pasar innumerables horas en los videojuegos, donde se puede llegar a las 8 horas diarias o más.

Dar más valor a un lugar donde chateamos habitualmente, por encima de nuestras amistades reales.

Siendo negligente en nuestro trato familiar, en el trabajo, o incluso en nuestra salud y aseo personal.

Estos son los síntomas de una nueva forma de adicción que se ha visto en los últimos años:

La adicción a Internet.

¿EXISTE LA ADICCIÓN AL INTERNET O AL TELÉFONO CELULAR?

Dependencia, abuso, adicción o exceso, actualmente no existe una opinión unánime.

Los expertos suelen coincidir en señalar que la adicción no es a Internet, sino a una parte de los contenidos de la red.

El abuso de estas tecnologías puede traer consecuencias físicas y psíquicas.

Irritación ocular por fijación excesiva de la mirada en las pantallas de ordenadores y teléfonos móviles.

Dolores de cabeza. Contracturas. Sedentarismo y obesidadDisminución en las habilidades sociales. Imitación de modelos y comportamientos. Ruptura de las relaciones sociales. Tendencia al aislamiento.

No importa donde vivimos, cuánto dinero ganamos o de qué color es nuestra piel; todos somos vulnerables a tener comportamientos adictivos.

LOS VIDEOJUEGOSExisten tres maneras de relacionarse con los

videojuegos: 1. Actividad aceptable.

Se juega esporádicamente, con control. 2. Actividad de riesgo.

Se juega con frecuencia diaria o casi diaria pero ya surgen problemas y mentiras y el

consiguiente abandono de otras actividades. Comienza a perderse el control de cuándo se juega, cuánto y por cuánto.

3. Actividad patológica. Se puede hablar de ludopatía. Todo el pensamiento y la vida misma están en los videojuegos. Se sufre un aislamiento y una pérdida de interés hacia todo lo demás.

Los videojuegos tienen un potencial adictivo similar al de las máquinas

tragamonedas.

LOS SÍNTOMAS DE ABUSONo se controla el final del juego, siempre

se espera que haya una pantalla más. Se empieza a tener un comportamiento

compulsivo y desadaptativo. Se dejan de realizar otras actividades

sociales o recreativas para dedicar más tiempo a jugar.

Se gasta todo el dinero disponible en videojuegos, llegando a pedir o a hurtar para poder jugar.

Algunas adicciones son sin duda más visiblemente destructivas que otras pero eso no quiere decir que no la tomemos en serio.

Los adictos a la relación, también denominados codependientes; pueden malgastar años y hasta décadas en relaciones enfermizas y poco saludables

Muchos de ellos son objeto de un maltrato emocional, físico o sexual en el proceso.

Si la principal razón que uno tiene para conservar una relación, es evitar sentirse solo, a costa de agresiones, se está usando como adicción.

El hecho de que algo se haga o no a diario no constituye un criterio acertado para determinar si una persona es adicta o no.

La mayoría de los adictos no consumen a diario la droga o tienen la actividad adictiva en cuestión, sino que hacen un abuso esporádico de ella, alternando periodos de consumo diario con periodos de abstinencia o consumo controlado.

No es tanto la cantidad ni la frecuencia lo que cuenta, sino como afecta la adicción a uno, tanto en el mismo momento como en el lo que se refiere al efecto global que tiene en su vida.

Incurrir en el uso de una droga o una actividad constituye una adicción si está causando problemas en su propia vida, pero se sigue haciendo a pesar de esto.

CUATRO SIGNOS QUE DETERMINAN UNA ADICCION1. Obsesión: Sea cual sea su adicción tratara de

asegurarse de que nada interfiera con su posibilidad de hacer o tomar lo que le causa placer.

2. Consecuencias negativas. Lo que hace a que una adicción sea una

adicción es que se vuelve en contra de uno.Las conductas adictivas producen placer,

alivio y otras compensaciones a corto plazo, pero provocan dolor, aflicción y más problemas a largo plazo.

Los criterios para establecer si un individuo es adicto deben centrarse en la nocividad.

Las consecuencias negativas asociadas con la adicción afectan muchos aspectos de la vida de una persona: relaciones, trabajo, finanzas, salud psíquica, buen juicio y conducta, salud física.

3. Una falta de control. Pese a estas consecuencias negativas, si

usted ha adquirido una adicción por lo general será incapaz de controlar o detener la conducta correspondiente.

El rasgo distintivo de la conducta adictiva es que al tratar de controlarla, ¡la voluntad no es suficiente!

La sustancia o actividad en cuestión lo está controlando a usted, en lugar de ser usted el que ejerce el control sobre su uso.

4. La negación. A medida que los adictos empiezan a acumular

problemas en el trabajo y en el hogar como consecuencia de su adicción, inevitablemente comienzan a negar 2 cosas:Que la droga o actividad en cuestión constituya

un gran problema que no puedan controlarQue los efectos negativos en sus vidas tengan

una conexión con el uso de la droga o actividad.

La negación más común es: Negar terminantemente: “¡no! Yo no tengo ningún problema”Minimizar: “no es tan grave”Evitar el tema por enteroCulpar a otros (esposa, hijos, jefe, etc.)Racionalizar o intelectualizar:

“La marihuana no crea adicción, es una droga menor”

Rasgos de la personalidad de alto riesgo adictivo

Sistema de creencias adictivoInadecuada capacidad para afrontar las cosasNecesidades emocionales, sociales y

espirituales insatisfechasFalta de respaldos socialesSentimientos de vergüenzaPerfeccionismo: Autocrítica implacable

Avidez de poder y control para compensar los sentimientos de impotencia y vergüenza.

Deshonestidad; autoengañoModo de pensar extremista, en blanco y

negroObsesión por uno mismoCarencia del sentido de si - mismoVacío interiorCarencia de significación y propósito

Excesiva búsqueda de aprobación; obsesión por la imagen

AutocensuraSentimiento de culpaDificultades para controlar la iraDepresión profundaAdormecimiento emocionalTensión interior

Temor a asumir riesgos apropiados; excesivo miedo al fracaso y al rechazo

Necesidades de dependencias ocultasDificultades con las figuras de autoridadInculpar a otros; asumir un rol pasivo, de

víctimaEscasa capacidad para afrontar las cosasFalta de una ilusión

No querer crecer nuncaFalta de fronteras y límitesNecesidad de gratificación inmediataFalta de imagen paternaProblemas con la intimidad; sentimientos

de soledad y falta de pertenecíaDificultad para sentir placer realFalta de maduración del lóbulo prefrontal

Rasgos de una persona sin adicciones.Consciente de su valor intrínsecoAutoperdónConsciente de su potencial interior;

capaz de soltar las riendas del control; flexible

Sincero consigo mismo y con los demásCapaz de concebir zonas grises

Capaz de servir a los otrosAutodminio, autorespetoSensación de integridadGuiado por un sentido de significación y

propósito; capaz de serles útil a los demás

Auténtico; autoexpresivoAsertivoConsciente de sus errores, no pasa la

culpa a otros

Capaz de manejar constructivamente la cólera y el conflicto

Capaz de autocentrarse y expresarse; por lo tanto, menos propenso a deprimirse

Capaz de identificar sus sentimientos y usarlos como señales para tomar una desición.

En paz consigo mismo; sereno; capaz de disfrutar de su propia compañía; capaz de relajarse y disminuir su estrés

Asume riesgos apropiados; es capaz de tolerar el fracaso

Reconoce sus necesidades y asume la responsabilidad de satisfacerlas; autónomo; interdependiente con otros

Menor necesidad de tener razón y ejercer control, y por lo tanto, menos problema con las figuras de autoridad

Capaz de autoobservarse y hacerse responsable de sí mismo

Afronta y resuelve problemas; dispuesto a conseguir ayuda

Dispuesto a vivir en el mundo real, a esforzarse

Asume roles según su edad sin negarse a crecer.

Establece fronteras y límitesCapaz de postergar la gratificaciónSabe protegerse en situaciones de riesgo;

sabe decir NO cuando es convenienteCapaz de entablar relaciones íntimasTiene buen nivel de empatía y es

solidarioLleva una vida plena y gratificante

Condiciones para una vida sin adicciones

Practicar la sinceridadNutrir el espírituCultivar la humildadJuntos para…(Trabajar en grupo)Rodearse de personas positivasReprogramar sistema de creenciasMotivar el pensamiento creativo

Aceptarse a sí mismo y superarseAcompañarse y pedir ayudaLlorar las pérdidas y desprenderse del

pasado (tirar el chicle)Reivindicarse consigo mismoConvertirse en su propio patrocinador

de ideas y proyectoAprender a asumir riesgos… a vivir de

manera positivaMotivar el pensamiento sintético

Ampliar las competencias personales

Mantener ilusionesEmprender accionesManejar la frustraciónTener creatividad en los erroresPersistir en las metasBuscar el sano placerVivir con éticaLa disciplina como estilo de vida

"Toda dificultad eludida se convertirá más tarde en un

fantasma que perturbará nuestro reposo."

Friderich Chopin

Cuando hay ilusión no hay adicción