Los disidentes tesis y antítesis

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No solo los artistas que conformaron

Los Disidentes eran los que tenían

predilección por la versión geométrica

del movimiento abstracto.

Los jóvenes venezolanos que estaban

en París también se sentían atraídos

por la misma.

Jesús Soto se encuentra en París para

1950.

Carlos Cruz Diez llega a arribar para

1955.

Carlos Cruz

Diez, Fisicromias, 1959

Alejandro Otero, Coloritmos,

aprox. 1955

Jesús Rafael Soto

Se consolida el arte abstracto

geométrico como movimiento sólido con

dos acontecimientos.

La ejecución del proyecto de síntesis de

las artes, en la Ciudad Universitaria de

Caracas.

En este primer caso predominan la

tendencia geométrica en los murales

que adornan los muros.

Podemos encontrar a artistas como:

Victor Vasarely, 28 tributo a

Malevitch, 1954.

Detalle del bimural

Pascual Navarro, Sala de

Conciertos

Bandera de Venezuela.

Mateo Manaure, Fachada Norte

del Paraninfo

Exterior del edificio de la

Biblioteca

Plaza de la UCV

Bimural

Vista exterior sala de conciertos

Facultad de Ciencias UCV

Armando Barrios

Carlos González Bogen, Piso

inferior Biblioteca Central

Alirio Oramas Biblioteca de la

UCV

Víctor Varela, Mural vía la facultad de

Humanidades y Educación, escuela de

sicología

Alejandro Otero, comedor

Alexander Calder, Aula magna.

El Otro Suceso, el Salón Oficial,

celebrado en 1957.

283 obras de pintura exhibidas, 60

esculturas, 27 obras de artes aplicadas

y 20 afiches.

Todas las tendencias juntas, nunca

antes visto.

Premio nacional para Armando Barrios y

el de escultura para Eduardo Gregorio

por su obra Niña con perro.

La escultura de los años cincuenta,

gracias a la influencia del

abstraccionismo geométrico, se interesa

mucho por utilizar el hierro, hasta

entonces inusual en la escultura.

No solo se cincela, sino se construye

con las varas, plantas o láminas

transparentes.

Víctor Varela

Primer artista venezolano en valerse del

hierro y de la soldadura en su labor

escultórica.

En los años cincuenta su escultura

oscila entre la figuración y la geometría.

A fines de los setenta y comienzos de

los ochenta su obra se identifica con el

cinetismo.

Omar Carreño

Trabaja simultáneamente la Escultura y

la pintura.

Realiza un conjunto de obras

transformables a voluntad del

espectador, denominadas relieve-

esculturas, en 1952.

Esculturas poemas, en hierro y

madera, también transformables, a unas

realizadas en 1954.

Su obra estable Nª 1es la primera

escultura abstracta premiada en

Venezuela.

Carlos González Bogen

De 1954 son también los Móbiles de

este artista, los primeros que se

conocen en Venezuela.

Alejandro Otero

El Manteco - Edo. Bolívar, 7 de marzo

de 1921 - Caracas, 13 de agosto de

1990.

En 1939 inició sus estudios en la

Escuela de Artes Plásticas y Artes

Aplicadas de Caracas bajo la tutela de

Antonio Edmundo Monsanto, de quien

se reconoció como discípulo.

Otero "fue el pintor de su generación

más capacitado para comprender y

sentir a Cézanne, cuya obra lo sedujo a

tiempo que, mientras estudiaba [...]

ponía el método analítico del pintor

francés, partiendo del objeto tradicional

de la naturaleza, la figura, el paisaje"

(Juan Calzadilla, 1976, p. 86).

En sus primeras obras pertenecientes al

período escolar se encuentran

retratos, desnudos y paisajes. En ellos

se evidencian las búsquedas iniciales

de síntesis de

elementos, características en toda su

producción plástica.

Paisaje de Los Flores de Catia (1941) y

su Autorretrato (1943, colección

sucesión Alfredo Boulton) registran, por

otra parte, su paso de la construcción

de los planos a las calidades matéricas

del color.

En 1944 realiza su primera

exposición, junto a César Enríquez, en

el Ateneo de Valencia.

El Gobierno francés y posteriormente el

Ministerio de Educación de Venezuela le

otorgaron en 1945 una beca para cursar

estudios en París, hecho que representó

su primer viaje al exterior.

En 1946 inició la serie de trabajos

conocidos como Cafeteras.

La influencia de Picasso y las

tendencias gestualistas son evidentes

en estas obras que, gradualmente, se

despojaron de toda representación

hasta transformarse en líneas y

estructuras de enorme fuerza expresiva.

En 1948 Otero es incluido en la muestra

Les mains ebloués de la célebre Galería

Maeght en París. A mediados de enero

de 1949 regresó a Caracas.

Las obras producidas en Francia se

expusieron en el Museo de Bellas

Artes, en el Taller Libre de Arte y en el

Instituto Pedagógico de

Caracas, provocando polémicas.

En una reseña de la época, Guillermo Meneses comentaba: "La pintura de Otero ha de asombrar, necesariamente. Es distinta a todo lo que habíamos visto en nuestro país. Y, además, ofrece una sensación de quien está seguro de sí mismo [...] Podríamos decir que las líneas, las formas, los objetos han sido profundizados, llevados hasta la honda atmósfera enmarcada que no existe jamás en la realidad: el propio espíritu, la propia pasión, el fino cerebro del artista" (1949, cit. en 1982, p. 36).

Una nueva serie de su producción

artística se inició en 1951, las Líneas de

color sobre fondo blanco. En estas

obras Otero se aleja del objeto y la

representación para aislar la expresión

pura de las líneas que ya estaban

presentes en las cafeteras.

En 1951 participa en el Salón des

Realités Nouvelles en París, viaja a

Holanda y bajo los preceptos del

Mondrian inicia sus Collages

Ortogonales, barras horizontales y

verticales que se entrecruzan sobre un

fondo de color en una relación

cromática serial.

Sus indagaciones en la abstracción

encontraron en el hecho arquitectónico una

significativa posibilidad de desarrollo que

se aprecia en el campus de la Universidad

Central de Venezuela, para la cual realizó

cuatro murales y un vitral para la Facultad

de Ingeniería, en 1954, una Policromía

para la Facultad de Farmacia, (1957) y otra

para la Facultad de Arquitectura y

Urbanismo (1956).

Antes de su participación en el proyecto de Villanueva, Otero había realizado cinco paneles en mosaico y aluminio para el Anfiteatro José Ángel Lamas de Caracas de 1953, en dos de cuyos mosaicos ya se aprecian los principios de los Coloritmos; así como Mástil Reflejante (torre corrugada de aluminio y concreto) para la Estación de Servicio Las Mercedes, Caracas 1954; y Panel en mosaico y aluminio, Banco Mercantil y Agrícola, Caracas 1954.

En la Escuela de Artes Plásticas y Artes

Aplicadas de Caracas se desempeñó

como profesor de Composición y Análisis

(1954-55) y Vitrales (1956). Dictó clases de

Apreciación Artística en el Taller Libre de

Arte. En esta época (1954-56) desarrolló la

serie Horizontales Activas, en las que

replanteó problemas ópticos, búsquedas y

movimiento y el desarrollo de las

posibilidades del color.

Entre 1955 y 1960 trabajó en la etapa de los Coloritmos, tablones verticales pintados al duco. Otero trabajó esta serie con pintura industrial aplicada con compresor y plantillas sobre láminas de formica alejándose de esta manera de las calidades pictóricas para insistir en las puramente compositivas. En 1956 el Museo de Arte Moderno de New York adquiere el Coloritmo N.° 1.

Interesado en el teatro, Otero realizó la escenografía para El Dios Invisible, de Arturo Uslar Pietri (Teatro Nacional, 1957), experiencia que repetirá con las escenografías de Calígula, de Albert Camus (Teatro Municipal, 1958) y Fuenteovejuna, de Lope de Vega (Ateneo de Caracas, 1966). En esta última el artista no dudó en crear un escenario de estructuras puras en contraste con los vestuarios de época.

En 1958 obtuvo el Premio Nacional de

Pintura en el XIX Salón Oficial Anual de

Arte Venezolano con su Coloritmo N.° 35.

"En ese instante la pintura abstracta, la

pintura no objetiva, queda no solamente

reconocida oficialmente, lo cual ya había

tenido lugar al participar en salones

anteriores, sino que resultaba premiada

como expresión de una de las principales

corrientes de nuestro lenguaje plástico.

Jesús Soto

Ciudad Bolívar, 5 de junio de 1923 -

París, 14 de enero de 2005.

Estudió en la Escuela de Artes en

Caracas, donde conoce a Carlos Cruz-

Díez y Alejandro Otero.

Vivió en París desde 1950, donde

muere a los 81 años de edad.

Antonio Edmundo Monsanto (1890-

1948) quien, había sido director de la

Escuela de Artes de Caracas, les había

sensibilizado con los planteamientos de

Paúl Cezanne, que todo “se reduce al

cubo, al cono y al cilindro”.

Conocían las obras de

Mondrian, Picasso, Braque y el cubismo

por litografías.

El maestro Soto se decepciona de lo

que se estaba haciendo en Paris y

aprovecha que un amigo va con su

carro para Ámsterdam y parte al

encuentro de las obras de Van Gogh y

de Mondrian.

Soto va a comenzar a trabajar a partir

de Mondrian, Malévich y a reunirse con

artistas como Tanguily, Calder, Vasarely.

Estos creadores tenían un gran interés

por el movimiento real o virtual. Los

artistas empleaban materiales extra-

pictóricos, como

plásticos, metal, alambres, motores.

Al comienzo del siglo XX, los

constructivistas Rusos y en especial

Vladímir Tatlin y Naun Gabo, Moholy-

Nagy, Antoine Pevsner, habían utilizado

estos materiales en sus creaciones

plásticas.

Todavía en la década de los 60 ciertos

artistas latinoamericanos decían: “Soto

lo que hace es: rayitas”. Él

calladamente, como un monje Zen,

inmutable, concentrado en sus

búsquedas, estudiando y planteándose

ideas nuevas, buscando nuevas salidas

a sus planteamientos plásticos.

Tocando guitarra, para vivir y poder

hacer su obra y dando a conocer la

música venezolana y de otros países de

América del Sur.

El efecto Muaré siempre había estado en la naturaleza; él observó como se producía en su obra, esto va a ser un descubrimiento para el maestro Soto. Lo que él llamo “visión del movimiento”; ahí, probando sobre dos superficies una de madera rayada y otra rayada en una superficie de plexiglás, o con tres de plexiglás, acercándola y alejándolas, colocándolas a 6-10-15-20 o más centímetros observó como se movían por desplazamiento del espectador.

Pronto las líneas se movieron y así

nacen muchas obras entre ellas

“Espiral” o “La cajita para Villanueva” y

más tarde “Los penetrables” y un sin

número de obras, de diferente formatos

y colores.

La participación en la exposición

“Movimiento” en el año 1955, donde

están presentes los artistas: Alexander

Calder, Bury, Tinguely, Duchamp, Agam,

Jacobsen, Vasarely en la Galería

Denise René.