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HISTORIA DE LA ARQUITECTURA III
ARQ. LEOPOLDO VILLACORTA ARQ. LAURA MOROCHO
VASQUEZ GARCIA CARLOS AUGUSTO
LE CORBUSIER
Charles Edouard Jeanneret-Gris, nació el 6 de octubre 1887, en La Chaux-de-Fonds (Suiza).
A los 29 años se trasladó a París, donde adoptó el seudónimo de “Le Corbusier”, trabajo en el estudio de August Perret.
Viajó a Alemania, para estudiar las tendencias arquitectónicas de ese país, y trabajo con Peter Behrens, conoció a Louis Mies Van der Rohe y Walter Gropius.
Diseñó viviendas, edificios con el ideal de crear con unidad y armonía sus edificaciones. Fue funcionalista y a la vez
se preocupó por la forma, dándole importancia a la naturaleza.
El 27 de agosto de 1965, fallece.
Aportes a la Arquitectura
La máquina para habitar.
Los cinco puntos de una nueva
arquitectura.-
La planta baja sobre pilotes
Son elementos unidimensionales
colocados guardando la misma relación
de distancia entre ellos y ubicados en
la planta baja, soportan el peso de la
edificación, quedando esta suspendida
en el aire.
La planta libre
Sistematización conceptual que aporta
absoluta libertad en la composición de
la planta., Le Corbusier elimina los
muros portantes y las paredes se
sitúan según las necesidades,
permitiendo flexibilidad en la planta.
La fachada libre
Le Corbusier logro esto suspendiendo
la losa por encima de los pilotes a
modo de voladizo alrededor del edificio,
de esta manera se desplaza toda la
fachada mas halla de la estructura
portante, las fachadas se convierten en
ligeras membranas de muros sueltos y
ventanas.
La ventana longitudinal
Estas ventanas ocupan toda la
dirección horizontal de la fachada en
varios niveles permitiendo el ingreso
de abundante luz y aire a la vivienda.
El techo-jardín
Le Corbusier halló con los techos -
jardín la solución al problema de la
protección frente a los cambios de
temperatura exterior, los planteó como
una solución para recuperar las áreas
verdes perdidas.
El Modulor
Sistemas constructivos
CASA CITROHAN
Tenía interés en la industrialización y las nuevas formas de la vivienda, quería diseñar una casa lógica y económica para todos, se inspira de un espacio que había visto en los bares populares de Paris.
Cada Casa Citrohan es un despliegue de
elementos funcionales en estado de equilibrio.
CASA CITROHAN 1920
• En este primer prototipo creado en 1920
aparecen los dos primeros principios
conceptuales:
• La Terraza - Jardín materializada en el
solarium del tercer nivel.
• Las ventanas longitudinales, presentes en
el contrafrente.
• Expresión de la importancia de la fachada
mediante el uso de las ventanas corridas.
• Dominio interno de planos horizontales
CASA CITROHAN 1922
• Al primer prototipo se le agrega, en esta
versión, la aparición de los pilotes surgidos
como consecuencia de la decisión de
separar visualmente la vivienda del suelo
natural.
• Esta parece rodeada por un balcón
perimetral que luego reemplazaría con la
fachada libre.
• Balcón que rodea la vivienda y crea una división entre zona social e íntima dentro de ésta.
CASA CITROHAN 1925
• Esta versión fue la única construida en
serie.
• En esta no aparecen los pilotes, y utiliza
por primera vez otro de sus principios
fundamentales: las ventanas corridas, que
cinco años después se pondría en juego en
la Villa Savoye.
CASA CITROHAN 1927
• Esta versión constituye la culminación de la
serie y en ella Le Corbusier logra la síntesis
perfecta.
• Aparecen por primera vez en forma
conjunta los célebres cinco puntos de su
arquitectura.
• En este modelo Le Corbusier utiliza los
pilotis que elevan e insinúan una
estructura ortogonal.
• La fachada libre permite la aparición del
gran ventanal de doble altura, de las
ventanas laterales alargadas y de un
pequeño balcón en forma de púlpito, según
las necesidades del programa funcional.
FRANK LLOYD WRIGHT
Arquitecto norteamericano. Comenzó sus
estudios de ingeniero en la universidad de
Wisconsin, pero su atracción por la
arquitectura era tal que se dirigió a Chicago en
1887, para entrar como delineante en la
agencia de Adler y Sullivan.
Wright sintetizo espíritu innovador y
humanismo, se entrega a los nuevos
materiales y técnicas, y el concepto de que la
casa ha de responder al modo de ser de
quienes la habitan.
Dejo a Sullivan en 1892 y comenzó a construir
según un plan libre con predominio de los ejes
horizontales, alzando las casas sobre un zócalo
de piedra, con la idea de que las ventanas no
son meras aberturas, sino que tienen función
estructural, bajo cubiertas de amplio voladizo.
EDIFICIO JOHNSON WAX
En 1935 Herbert “Hib” Johnson, el más joven
de la familia Johnson, tenía 36 años y quería
darle a la empresa de su familia una imagen
más moderna mediante la construcción de
nuevas oficinas.
Para llevar a cabo tal labor quiso contar con la
ayuda de Wright, quien en un primer momento
se negó a ofrecer sus servicios ya que
consideraba el emplazamiento para el proyecto
del todo inadecuado y Hib Johnson no cedió a
su propuesta para crear un pequeño complejo
urbanístico donde colocar las oficinas en medio
de una zona verde más alejada de la ciudad.
Jib Johnson encarga una construcción en el
terreno de las antiguas ruinas de una parte de
la vieja fábrica.
INGRESO VEHICULAR: Para Wright el automóvil
forma partes de la arquitectura y condiciona,
los espacios y las circulaciones.
El aparcamiento es de techos bajos, se
encuentra en el interior del edificio. El área de
estacionamiento es la entrada única para las
zonas de oficina.
GRAN SALA DEL EDIFICIO: OFICINAS:
Gran espacio central abierto, un rectángulo de
45m x 65m, sin tabiques, sin niveles.
Zona de Investigación
Esta edificación fue construida 10 años
después de las oficinas, tuvo un carácter
funcionalmente de investigación.
Es un edificio actualmente inoperativo, ya que
por normas de seguridad fue cerrado por el
gobierno en la época del 80.
Utiliza un núcleo central o columna central,
donde todos los pisos se apoyan en él, dando
la sensación que este vuela. Este núcleo
central se utilizó para la circulación vertical
(escaleras y ascensores), para el paso las
conexiones eléctricas, telefónicas, etc.
El edificio se sostiene mediante 60 columnas
de 6,5 metros de altura, con una base de sólo
22 cm que se expanden al llegar al techo
cubriendo toda la superficie. Esta novedosa
estructura causó mucha desconfianza entre las
autoridades, quienes no sólo solicitaron un
estudio minucioso de la misma sino que
exigieron a su vez realizar una prueba real con
un pilar modelo.
Para lograr pilares de sección tan reducida en
su base y además huecos Wright ideó un
nuevo sistema de hormigón armado donde la
armadura ya no son los típicos redondos de
acero sino que se substituyen por una maya de
acero, logrando reducir notablemente el
espesor.
MAXIMA ALTURA Y MEDIA ALTURA
BAJA ALTURA
MIES VAN DER ROHE
Menos es más
No son pocos los arquitectos que se inventaron una vida, pero Mies van der Rohe se la construyó. “No se hizo a sí mismo, se creó”, contó su hija Georgia. Y no lo hizo sólo para progresar socialmente. Buscaba cuadrar la relación entre persona y obra. En eso consiste su arquitectura: en restar hasta que todo encaja. El máximo representante de la sobriedad moderna no estudió arquitectura. Ni siquiera se sacó el bachillerato. Las aristas de un creador clásico y moderno a la vez, perfectamente
reconocible y, sin embargo, difícilmente imitable. Un arquitecto que dejó un legado de tantas obras maestras como nociva fue su huella en la proliferación de rascacielos de vidrio y acero.
Un joven Mies, vestido con bata blanca, posa junto a Walter Gropius en el alféizar de una ventana del estudio de Peter Behrens, director artístico de la empresa AEG. De él heredaría la querencia por la sobriedad. De Berlín, el amor hacia la metrópolis, los trajes a medida y el éxito. A Mies sólo lo movió un objetivo: construir. Por hacerlo apoyó a los nazis, abandonó a su mujer o, consumido por la artritis, acudió a las obras en silla de ruedas durante dos décadas. Pero merece la pena ir despacio.
A pesar de no tener estudios, Mies leyó toda su vida. Su primer cliente, el filósofo Alois Riehl, le inculcó la costumbre. Era un joven de provincias de 20 años cuando le encargó su casa en Postdam, a las afueras de Berlín, y le transmitió una idea: la transformación del individuo como requisito para la transformación de la sociedad.
“Menos es más”. La célebre frase convertida en mantra sintetiza la gran aportación de Van der Rohe, sin embargo, ¿qué significaba para él menos? La obra de arte total, sin descuidos, cerca de la
peligrosa pureza formal, tenía monumentalidad y detalle. Corría 1912 cuando Mies comenzó a cortejar a la ilustrada y rica Ada Bruhn, con la que tuvo tres hijas. Los padres de Ada mantuvieron a la pareja durante la Primera Guerra Mundial, cuando él ingresó en la infantería para combatir en Rumania. Puede que fuera allí, en el campo de batalla, donde incubó el cambio.
Al regresar, defendió una arquitectura “de piel y huesos” con tres rascacielos de vidrio con esqueleto de acero para la Friedrichstrasse de Berlín. Luego le pidió a su ayudante, Sergius Reuenberg, que tirara todos sus dibujos de proyectos neoclásicos. También se separó de su mujer. Apareció Mies van der Rohe, el conjuntivo holandés y el apellido de la madre sirvieron para adornar a un hombre que odiaba el ornamento y que se reinventó a sí mismo al reinventar la arquitectura.
Su primer reto como nuevo arquitecto fue meter la naturaleza en los edificios. Lo hizo con vidrio. En los rascacielos como las torres de Chicago se vive con más intensidad lo que ocurre fuera. “A veces sublime, a veces temible”, describió Janet Abrahms, la inquilina del piso 22-A frente al lago Michigan. Esa intensidad exige sacrificios. Así, a pesar de que buscó valores espirituales con sus edificios, la
arquitectura de Mies sufrió, para el crítico Manfredo Tafuri, “la incurable enfermedad de la modernidad”. El lado optimista fue que sus espacios servían para volver a empezar. Sabía de qué hablaba.
El pabellón de Barcelona para la Exposición Universal de 1929 representaba la Alemania moderna. Mies se puso chistera para recibir allí al rey Alfonso XIII. El edificio –cuya reconstrucción puede visitarse en Montjuïch. Fue la primera vez que pronunció esta definición: “La belleza es la manifestación de la verdad”. Esa idea de san Agustín se convertiría en su otro mantra.